Bible Commentaries
Deuteronomio 24

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

Introducción

A la mujer despedida se le entregar� un acta de divorcio: los ladrones de hombres ser�n condenados a muerte: la prenda de un pobre no debe cumplirse en toda la noche: el salario de un jornalero se le pagar� inmediatamente. : lo que queda en el campo despu�s de la cosecha, se deja para los pobres.

Antes de Cristo 1451.

Versículo 1

Ver. 1. Cuando un hombre toma esposa :La naci�n hebrea se hab�a acostumbrado a la libertad de repudiar a sus esposas por motivos de aversi�n y aversi�n, y Mois�s era consciente de que la dureza de su coraz�n y la severidad de su temperamento producir�an, con una restricci�n absoluta de tal libertad, mayores inconvenientes y distracciones en familias; ahora promulg� que cuando un marido trabajaba con absoluta aversi�n hacia su esposa, ya fuera por alguna enfermedad del cuerpo o por su temperamento desagradable, deb�a tener el privilegio de separarse de ella; sin embargo, no de un modo violento, apresurado y apasionado, sino deliberadamente, d�ndole, firmado con su propia mano, una descarga de toda relaci�n posterior con �l; de donde obtuvo el pleno derecho a casarse con cualquier otra persona. Que por la frase hall� alguna inmundicia en ella,No se puede querer decir adulterio, o cualquier otro delito enorme, ya que la idolatr�a, la apostas�a, etc., es evidente, porque esos delitos fueron castigados con la muerte.

La palabra inmundicia, por lo tanto, que se usa con gran amplitud en estos libros, debe significar cualquier cosa que cree desagrado o aversi�n; algo, ya sea en su cuerpo o en su mente, que creaba en el marido un disgusto fijo: pero como �l mismo era el �nico juez de lo que era esta inmundicia o vileza, lo que le desagradaba de ella pod�a llamarlo por ese nombre. El Sr. Locke observa, de acuerdo con el margen de nuestras Biblias, que la frase significa literalmente la desnudez de cualquier cosa; y la desnudez, dice �l, generalmente se refiere en las Escrituras a la mente, as� como al cuerpo. Houbigant opina que esta impureza se refiere �nicamente a alg�n secreto corporaldefecto, del que s�lo el marido pod�a ser consciente; y que tal defecto s�lo pod�a justificar el divorcio. Esto, sin duda, dio a los maridos un gran poder sobre sus esposas, y debi� haber sido acompa�ado de grandes inconvenientes para la sociedad. Ver cap. Deuteronomio 22:19 ; Deuteronomio 22:29 y Mateo 19:3 .

La ley ordena que se redacte y se entregue a la mujer un acta de divorcio (o de separaci�n , as� llamado, como separaba a una mujer de su marido). Una forma de este divorcio se puede ver en Selden y Buxtorf. Como tenemos menci�n de divorcios en varios lugares, ( Lev�tico 21:14 ; Lev�tico 22:13 . N�meros 30:9.) muchos int�rpretes juiciosos han opinado que era habitual repudiar a las esposas ante la ley de Mois�s; que s�lo los complaci� en una costumbre establecida, que sab�a que su temperamento intratable no soportar�a haber abolido por completo; y por lo tanto se content� con someterlo a las regulaciones y restricciones adecuadas. Para m�s informaci�n sobre este tema, nos referimos a San Mateo como arriba, as� como al Tratado de Uxor de Selden. Heb. lib. 3: gorra. 18. J. Buxtorf de Sponsalib. Y Divort. Grotius de Jure B. y P. lib. 2: gorra. 5 sec. 9 y una disertaci�n muy erudita del famoso Sr. Mosheim, de Divortio.

Versículo 4

Ver. 4. Su ex marido, no puede tomarla de nuevo , para evitar que abusen de este permiso, la ley dispone que el marido, que una vez hab�a repudiado a su esposa, debe, al casarse con otra, ser para siempre incapaz de volver a tenerla. La ley la consideraba profanada; es decir , inmunda, como su primer marido, por haber sido esposa de un segundo, y as� prohibida al primero. VerHechos 10:14. Esto da a entender que si ella no hubiera estado casada con otro, pero se hubiera mantenido libre, su esposo podr�a haberla tomado nuevamente como esposa, si hubiera estado dispuesto a hacerlo. Tal es, al menos, la opini�n de Grocio y de varios otros eruditos int�rpretes. Si a los maridos se les hubiera permitido volver a tomar a sus esposas, despu�s de casarse con otras personas, esto podr�a haber producido la abominable pr�ctica de la prostituci�n, al intercambiar esposas a placer, mediante la cual la tierra se habr�a llenado de contaminaciones y el Se�or habr�a provocado que dictara juicios sobre eso; y, por tanto, a�ade el escritor sagrado, porque eso es abominaci�n, etc.

Abarbanel dice que esta costumbre era com�n entre los egipcios; y Selden observa que Mahoma permiti� que sus seguidores volvieran a tomar a sus esposas, despu�s de haberse divorciado incluso tres veces. Los turcos, sin embargo, no son las �nicas personas que carecen de delicadeza en este punto; es bien sabido que los lacedemonios eran culpables de vergonzosas contaminaciones de esta manera. Una persona que expres� su sorpresa de que no se oyera hablar de ad�lteros entre esa gente, respondi� que "debido a la prevalencia de la costumbre ahora mencionada, sus mismos matrimonios eran adulterios viles". Ver a Grocio en el lugar.

Versículo 6

Ver. 6. Nadie tomar� en prenda la piedra de molino superior o inferior - Esta ley es de la misma clase misericordiosa que la de�xodo 22:26 que se repite en los siguientes vers�culos; y se basa en las mismas razones equitativas y compasivas.

Por la misma raz�n fue que en Roma se les prohibi� tomar los bueyes o el arado de un trabajador para el pago de sus deudas; y tambi�n existe la misma disposici�n humanitaria en nuestras leyes, que proh�be distraer las herramientas o implementos de trabajo de un trabajador. Ver Comentarios de Blackstone, Libro 3: cap. 1.

Versículo 9

Ver. 9. Recuerda lo que el Se�or tu Dios hizo con Miriam : esto puede entenderse, ya sea como una advertencia, de que no deben pensar mucho en ser excluidos del campamento y pasar por las purificaciones se�aladas para la lepra, ya que una persona de tanta distinci�n como Miriam no estaba exenta de esa ley; o puede ser considerado como una exhortaci�n, para tener cuidado de que no hablaran mal de las dignidades o desobedecieran la orden del sacerdote, lo que podr�a traerles un golpe como el que Dios infligi� a Miriam.

Versículo 15

Ver. 15. En su d�a le dar�s su salario - Esto concierne particularmente a aquellos que viven de su trabajo diario: deben ser pagados antes de que se ponga el sol; todos deben recibir su salario, sean obreros o sirvientes, en el tiempo acordado; porque esto es en lo que puso su coraz�n; o, como dice la Vulgata, porque desde all� sostiene su alma o vida. El pan de los necesitados es su vida, dice el hijo de Eclesi�stico; el que le defrauda es un hombre de sangre; el que quita el sustento de su pr�jimo, lo mata; y el que defrauda al trabajador de su salario, es un derramador de sangre. Sir 34: 21-22 . El derrama sangrepor cuanto el salario del trabajador es lo que lo sostiene, y como, seg�n la Escritura, la vida del hombre est� en su sangre. Ver San Agust�n. Quaest. en Levit. columna. 516.

Versículo 16

Ver. 16. Los padres no ser�n condenados a muerte por los hijos, ni los hijos ser�n condenados a muerte por los padres - Mira lo que hemos dicho sobre este tema en�xodo 20 . Algunos suponen que hab�a una ley en la �poca de Mois�s, entre los egipcios u otras naciones vecinas, seg�n la cual las relaciones deb�an sufrir por los delitos de las relaciones. As� nos dice Amiano Marcelino, que por la ley de los persas, en el caso de deserci�n y algunos otros cr�menes, toda la familia pereci� por la culpa de uno, ob noxam unius, omnis propinquitas perit. As� leemos en Quint.

Brusco. lib. vi. C. 11. que entre los macedonios, los parientes de los que conspiraron contra la vida del rey fueron ejecutados al igual que ellos mismos; al contrario, se alaba al rey Amas�as por no dar muerte a los hijos de los asesinos de su padre; conforme a esta ley de Mois�s, as� como a esa m�xima de equidad com�n, que, como las faltas son personales, as� debe ser el castigo. V�ase Grotius de Jure B. y P. lib. ii. C. 21

Versículo 17

Ver. 17. No pervertir�s el juicio del extranjero, etc.� Con respecto a esta provisi�n humana y tierna para los extra�os, los hu�rfanos y las viudas, nos referimos a los lugares en el Margen de nuestras Biblias: solo observando, que como personas de este la especie se encuentra com�nmente en una condici�n m�s indigente que otras, por lo que todos los buenos legisladores los han cuidado especialmente, particularmente de los hu�rfanos; sobre quienes ordena Plat�n, que los conservadores de las leyes sean en lugar de sus padres naturales, y los cuiden tan bien, que no les vaya peor por la falta de esos padres. De Leg. lib. 8:

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Deuteronomy 24". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/deuteronomy-24.html. 1801-1803.