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Bible Commentaries
Isaías 29

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

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Introducción

El duro juicio de Dios sobre Jerusal�n. La insaciabilidad de sus enemigos. El sinsentido y la profunda hipocres�a de los jud�os. Una promesa de santificaci�n para los piadosos.

Antes de Cristo 712.

La segunda secci�n del discurso, contenida en el presente cap�tulo, dirigida �ntegramente a los jud�os de Jerusal�n, es casi el mismo argumento que el anterior. En esto el profeta denuncia sobre Jerusal�n, y principalmente sobre Si�n, la parte m�s excelente de la ciudad, bajo el m�stico nombre de Ariel,una grave calamidad que le iba a suceder en el transcurso del tiempo; el comienzo que deber�a experimentar en el tiempo de la expedici�n de Senaquerib, que se llevar� a cabo en breve, pero con tan poco �xito, que los enemigos de los jud�os, cuando parec�an casi, en su propia imaginaci�n, haber alcanzado su esperanza, deber�an encontrarse a s� mismos. , por el juicio divino, completamente enga�ado y decepcionado. Mientras tanto, el profeta convence a los jud�os de su falta de atenci�n y estupidez, de su ignorancia de la verdadera doctrina de la salvaci�n y de la revelaci�n divina contenida en ella; y denuncia sobre ellos el juicio de ceguera y dureza de coraz�n, dando a los piadosos una esperanza viva de que los gentiles sean llamados en su lugar a la comuni�n del reino de Dios.

Esta secci�n se puede dividir en dos partes; el primero contiene la denuncia del juicio temporal que se infligir� a este pueblo, Isa�as 28:1 . El segundo, el juicio espiritual : en la primera parte tenemos, primero, un prefacio que contiene un discurso al pueblo de Jerusal�n con una deploraci�n de la calamidad que est� a punto de sobrevenirles, para el castigo de su insolencia e hipocres�a; Isa�as 28:1 . En segundo lugar, la declaraci�n de ese juicio por el cual Jerusal�n deber�a ser sitiada por un n�mero incre�ble de enemigos, y deber�a aprender a hablar con humildad; -Medio deIsa�as 28:1 a Isa�as 28:5 . Esta declaraci�n consta de varios art�culos.

En tercer lugar, el evento de estas empresas hostiles con respecto a los enemigos mismos, quienes, mientras sitiaban Jerusal�n, deber�an ser destruidos con una gran matanza, o al menos experimentar que su alegr�a ante la expectativa de tomar la ciudad y destruir el estado no era m�s que imaginario, Isa�as 28:6 . La �ltima parte, que exhibe el juicio espiritual , es doble; pues, o bien describe ese juicio de manera directa y clara, en varios art�culos, as� como con respecto a quienes ocultaron su hipocres�a en la causa de la religi�n con celo por las tradiciones de sus padres, Isa�as 28:9en cuanto a los que negaron abiertamente la esperanza de sus padres y pusieron toda su esperanza de seguridad en la riqueza, en la astucia y en su propia sabidur�a Isa�as 28:15 , Isa�as 28:15 . O declara ese juicio de manera indirecta y oblicua; es decir, del llamado de los gentiles para ser sustituidos en el lugar de los jud�os desobedientes; Isa�as 28:17 .

Versículos 1-2

Ay de Ariel, & c. Es evidente por Isa�as 29:8 y todos los int�rpretes est�n de acuerdo, que esta profec�a est� dirigida contra Jerusal�n; y se ha pensado com�nmente que ????? Ariel, que significa el le�n de Dios, y era el nombre del altar de los holocaustos, se coloca aqu� para la ciudad de Jerusal�n, donde se erigi� este c�lebre altar; �que ha aparecido el m�s probable por la aparente alusi�n en la �ltima parte de este vers�culo a los ritos realizados en ese altar. Pero Vitringa opina que Ariel, o la ciudad de Ariel, significa la ciudad de David, como lo explica la siguiente cl�usula; porque piensa que Ariel era un nombre m�stico para David,y uno que era habitual para los h�roes guerreros m�s c�lebres entre los hebreos. Nuestro profeta lo ha usado en este sentido en el cap. Isa�as 33:7 .

V�ase tambi�n 2 Samuel 23:20 . Y Bochart nos informa que a�n as�, entre los �rabes y los persas, sus guerreros m�s famosos se llaman "Los leones de Dios". Hay un gran �nfasis en el pasaje as� entendido. El autor de las Observaciones, sin embargo, no puede estar de acuerdo con esta interpretaci�n de Vitringa; pregunta: "�C�mo explica esto que el altar se llame Ariel: Ezequiel 43:15 .? �No es m�s apropiado pensar en alguna circunstancia que concuerda con ambos, y que podr�a ser la ocasi�n de llamar a cada uno de ellos Ariel?"Tal era, seg�n el gusto oriental, la confirmaci�n de grandes cantidades de provisi�n, y especialmente de carne. Los persas modernos tendr�n, dice D'Herbelot, en su relato de Schiraz, una ciudad de ese pa�s, que se le dio este nombre, porque esta ciudad consume y devora como un le�n (que se llama Schir en persa) todo que se le trae; por el cual expresan la multitud y, puede ser, el buen apetito de sus habitantes.

El profeta luego denuncia Ay; quiz�s a Si�n, por estar demasiado dispuesta a confiar en el n�mero de sus habitantes y peregrinos, que puede ser insinuado por el mismo t�rmino, Ariel: y conforme a esta interpretaci�n, la amenaza en la �ltima cl�usula del segundo vers�culo puede entenderse de Jerusal�n consumiendo a sus habitantes. Leemos acerca de una tierra que devora a sus habitantes. N�meros 13:32 . De modo que Jerusal�n, que hab�a sido llamada

Ariel por la gran cantidad de carne consumida all�, sobre todas las dem�s ciudades de Jud�, podr�a ser amenazada por el profeta con llamarse Ariel, por consumir a sus habitantes: un sentido muy diferente al anterior, y extremadamente severo. . Observaciones, p�g. 114. El obispo Lowth traduce la �ltima parte del primer verso, Agregar a�o a a�o; que las fiestas sigan su curso. El significado general de todo el pasaje es que, aunque los habitantes hip�critas pudieran pensar en agradar a Dios mediante la adoraci�n externa, con sus festividades anuales y sacrificios repetidos, sin embargo, estos, sin fe y disposici�n recta, no les servir�an de nada: Dios, a pesar de ellos, Would angustia,o m�s bien inclose y asedio ellos, (ver Jeremias 19:9 .) y reducirlos a un gran dolor y la miseria. La �ltima cl�usula, Y ser� para m� como Ariel, se entiende de manera diferente.

Acabamos de ver una interpretaci�n del autor de las Observaciones: Vitringa piensa que el sentido del profeta es que Dios har�a de Jerusal�n el centro de fuego.de su indignaci�n; porque aqu� se toma a Ariel, dice �l, en su verdadero significado, no por el altar, sino por el centro del altar; y en esto consiste la fuerza de la sentencia. El centro del altar sosten�a el s�mbolo de la sant�sima y pura voluntad de Dios, por la cual todas las v�ctimas ofrecidas a Dios deb�an ser aprobadas, a lo que pertenece la justicia de Dios, ardiendo como fuego y consumiendo al pecador, si no. interviene la propiciaci�n, pero Jerusal�n debe convertirse en el teatro de los juicios divinos; debe consumir, como el fuego sobre el altar, tambi�n a los pecadores malvados y refractarios que perecen miserablemente en �l, como el enemigo que debe asediarlo: porque un fuego debe estallardel rostro del Se�or y consumir al enemigo, como sucedi� con los asirios. Para mostrar la propiedad de esta interpretaci�n, comp�rese con el cap. Isa�as 31:8 que se refiere al presente pasaje.

Versículos 3-4

Y acampar�, etc. Este segundo art�culo explica lo primero. El profeta hab�a dicho que Jerusal�n deber�a ser angustiada y angustiada; que aqu� expresa claramente, Isa�as 29:3 declarando que la consecuencia de este asedio debe ser, una reducci�n de los habitantes orgullosos y seguros de s� mismos a ese estado de humildad, que, como las Pitonisas, o aquellos que ten�an esp�ritus familiares, ellos deben, en voz baja y susurrante, (una cierta demostraci�n de la ansiedad de sus mentes) expresar con tristeza sus sensaciones, o responder a sus enemigos con s�plica y humildad.

Ver cap. Isa�as 2:6 . Aunque el profeta en este lugar puede referirse a diferentes sitios de Jerusal�n, parece que la referencia m�s inmediata es a su �ltimo y terrible sitio por parte de los romanos; y al referirse al relato de Josefo de ese sitio, el lector encontrar� una variedad de detalles que arrojar�n gran luz sobre esta profec�a.

Versículos 5-6

Adem�s, la multitud � Vitringa opina que este pasaje expone el evento de estos atentados hostiles contra Jerusal�n, particularmente con respecto a los asirios; en cuyo punto de vista es extremadamente claro: mientras que otros piensan que estas palabras deben estar conectadas con las precedentes, y que el profeta contin�a en ellas para describir el juicio que se infligir� sobre Jerusal�n. En el sentido de Vitringa, que, dice �l, despu�s de una meditaci�n larga y diligente, prefiero a cualquier otro , deben leerse las palabras, Ser�s visitado , y en consecuencia �l las leer�: Ellos [la multitud ] ser�n visitados.

Versículos 7-8

Y la multitud de todas las naciones. Estos vers�culos contienen el evento del sitio de Jerusal�n, con respecto a los caldeos y romanos; y el significado de la par�bola le parece este, que el gozo de los enemigos, despu�s de la destrucci�n de Jerusal�n, no ser� de larga duraci�n, sino imaginario; tal como es el gozo y el placer de los so�adores; pues, persuadi�ndose a s� mismos, despu�s de la gran labor de tomar y destruir Jerusal�n, para que se entreguen al descanso o al sue�o; que con la destrucci�n de este estado hab�an cortado por completo la religi�n del Dios verdadero, para que nunca m�s pudiera levantar la cabeza y causar problemas al imperio romano y la superstici�n; y por esta raz�n entreg�ndose un rato a un sue�o degozo imaginario , deber�an despertarse al fin de su sue�o y convencerse experimentalmente de que se hab�an alimentado de ideas falsas y enga�osas; pues, lejos de da�ar la religi�n verdadera, estos juicios de Dios deber�an conducir a extenderla y amplificarla, ya darle asentamiento sobre esa idolatr�a que patrocinaban sus enemigos.

Este fue el caso de muchos de los caldeos, que se convirtieron en pros�litos de la religi�n jud�a; y notablemente con los romanos; sobre quien triunf� tan notablemente aquella religi�n de Jesucristo que ven�a de la Jerusal�n que hab�an destruido: tanto que S�neca, hablando de los jud�os, dice que los conquistados dieron leyes a los conquistadores; victi victoribus leges dederint; y Rutilio, (que vivi� en el siglo V,) refiri�ndose m�s inmediatamente a los cristianos, victoresque suos natio victa premit. Ver Vitringa.

Versículos 9-10

Qu�dense ustedes mismos y preg�ntense , o qu�dense , etc. �Haz ciegos y s� ciego; est�n borrachos, etc. El profeta procede aqu� a describir el juicio espiritual; cuya primera gradaci�n est� contenida en Isa�as 29:9 . Los dos primeros expresan este juicio tanto m�stica como propiamente; los dos �ltimos la desgraciada consecuencia. En general, este per�odo describe el mismo juicio con el mencionado, cap. Isa�as 6:9 , & c.

Isa�as 8:14 . V�ase tambi�n el cap. Isa�as 28:7 . Vitringa supone que el evento en el que la gente est� llamada a quedarse y maravillarse es la manifestaci�n del reino de Cristo; su rechazo debe ir acompa�ado de la ceguera espiritual y la dureza de coraz�n aqu� predichas, y que sabemos suficientemente que ha sido el caso del Evangelio. Ver Vitringa.

Versículos 11-12

Y la visi�n, etc. Estas palabras exponen la consecuencia de la ceguera com�n de toda la naci�n jud�a, instruidos y no instruidos, maestros y pueblo; a saber, su incapacidad universal para interpretar y comprender la palabra de Dios, especialmente la palabra prof�tica; cuya incapacidad expone Isa�as en una par�bola no menos sencilla que hermosa.

Cu�n notablemente se ha cumplido y se ha cumplido esta profec�a, aprendemos abundantemente de aquellos maestros de los jud�os para quienes la visi�n prof�tica es hasta el d�a de hoy un libro sellado, y de los cuales el pueblo, incapaz de recibir instrucci�n de sus maestros, es igualmente ignorante, siendo cada uno igual en las tinieblas densa y judicial.

Versículos 13-14

Wherefore the Lord said� This second article is so connected with that preceding as to explain it. It contains the fault, Isa�as 29:13 and the punishment, Isa�as 29:14. Our prophet every where excellently sets forth both in his usual manner; for no colours can more fully express the state of the Jewish nation, according to what we learn of it from the gospel-history, than these words. Our Lord himself has quoted and applied them to the Pharisees of his times, and their deluded followers.

Ver Mateo 15:8 . Marco 7:6 . Vitringa traduce la �ltima cl�usula del vers�culo 13, Y la reverencia con que me honran consiste en preceptos ense�ados por hombres. No es necesario comentar sobre el vers�culo 14, m�s de lo que hemos se�alado en la nota anterior. V�ase la aplicaci�n que hace San Pablo, 1 Corintios 1:19 .

Versículos 15-16

Ay de ellos , & c. Ay de aquellos que con profundo disimulo buscan esconder su consejo, & c. Isa�as 29:16 . Esta perversidad tuya es como si el alfarero tuviera fama de barro; para que la obra diga de su hacedor: No me hizo a m�; o la cosa enmarcada, di del que la enmarc�: No tiene entendimiento. Vitringa.

El significado claro del profeta es que sus procedimientos que intentaron ocultar sus consejos mundanos y sutiles artilugios de Jehov� eran tan absurdos como si el barro se opusiera al alfarero. Esta reprimenda est� dirigida contra los saduceos, los herodianos y aquellas otras sectas entre los jud�os que, renunciando a depender de Dios, depend�an de la ayuda y protecci�n de los poderes romanos.

Versículo 17

�No es todav�a muy poco tiempo, etc.? Aqu� el profeta procede a exponer este juicio espiritual sobre la mayor parte de la naci�n jud�a de manera indirecta, al predecir el llamado de los gentiles, que deber�an ser sustituidos en su lugar; un evento, que primero propone en general en este verso, y luego m�s particularmente relata tres consecuencias o efectos del mismo; Primero, las bendiciones espirituales de luz y entendimiento en las cosas divinas, y de gozo y consuelo para ser difundidas entre los gentiles, antes sordos y ciegos: Isa�as 29:18 . En segundo lugar,el sometimiento o destrucci�n de los enemigos que se hab�an opuesto a la verdad del Evangelio, y sus predicadores: Isa�as 29:20 . En tercer lugar, un maravilloso aumento de la verdadera simiente de Abraham y Jacob, diseminada por todo el mundo, en quien esos patriarcas, seg�n las promesas que Dios les dio, pudieran reconocer su verdadera imagen, Isa�as 29:22 .

La proposici�n se expresa metaf�ricamente; donde se habla de la repentina y notable conversi�n del mundo gentil como algo no menos extraordinario que si el L�bano, un monte alto e infructuoso, se convirtiera en un campo f�rtil; mientras que el rechazo de los jud�os, por otro lado, deber�a ser tan notable como el campo f�rtil que se vuelve desolado y se convierte en un bosque. �sta es una imagen com�n en nuestro profeta; Cap. Isa�as 32:15 Isa�as 35:1 Isa�as 43:19 . Ver Romanos 11:15 . No tenemos necesidad de hablar de la finalizaci�n de esta profec�a, que vemos cumplida diariamente ante nuestros ojos.

Versículos 18-19

Y en ese d�a� Ver Lucas 2:32 . Hechos 11:18 . Efesios 4:18 y otros pasajes similares del Nuevo Testamento, para el mejor comentario sobre estas palabras, JES�S dio o�dos a los sordos y vista a los ciegos, como figurativa de esa sordera y ceguera espirituales que �l quita por su gracia.

Versículos 20-21

Para el terrible, etc.� Los terribles y feroces eran como Herodes Agripa, que persigui� a los ap�stoles; los escarnecedores y blasfemos, como los que reprochaban a los ap�stoles, llenos del Esp�ritu, por estar ebrios de vino. Los vigilantes de la iniquidad o de la iniquidad eran como aquellos sacerdotes y escribas que consultaban juntos para tomar a Jes�s con astucia: los que hacen a un hombre delincuente por una palabra, como los que condenan a Esteban por ciertas palabras que se le imputan: aquellos que tendieron lazo en la puerta al que reprend�a, como los que acecharon a Pablo, despu�s de haberlos reprendido y desconcertado tan plenamente; y por ultimo, los quevolcaron a los justos por nada, por ninguna causa, fueron los que dieron muerte a Santiago el menor, de apellido el Justo, ya otros de los primeros cristianos, contra quienes no pod�an poner una justa causa de esc�ndalo. Ver Vitringa.

Versículos 22-24

Por tanto, as� dice el Se�or: Estos vers�culos contienen la tercera consecuencia de convertir el L�bano en un campo f�rtil: los gentiles son llamados a los privilegios de la dispensaci�n cristiana. El profeta predice que muchos hijos espirituales deber�an nacer en la iglesia; en quien debe verse la verdadera imagen de Abraham y Jacob, a quien los verdaderos hijos de Jacob (en quien a�n viv�a Jacob) deber�an ver sin verg�enza, Isa�as 29:22 y con quien santificar y celebrar el nombre del Dios de Jacob ; Isa�as 29:23 .

Qu� maravillosas conversiones deber�an tener tal efecto, que aquellos hombres que pudieran ser considerados errados de esp�ritu, faltos de entendimiento, y que durante mucho tiempo murmuraron contra la doctrina del Evangelio y la injuriaron, finalmente tambi�n la reciban ellos mismos. Por lo tanto, la palabra en Isa�as 29:22 se conecta correctamente con el vers�culo 17. Por los murmuradores, etc. Vitringa comprende a los oradores, sofistas, fil�sofos y otros, que con su ciencia vana se opusieron primero al Evangelio, pero de los cuales muchos se convirtieron despu�s a la fe cristiana.

REFLEXIONES.� 1�, El tema de esta profec�a es Jerusal�n, el lugar donde David habit� o acamp�; se llama Ariel, el le�n de Dios, piensan algunos en referencia al altar, que consum�a los sacrificios como un le�n a su presa; o m�s probablemente como la metr�poli de Jud�, llamada el cachorro del le�n, G�nesis 49:9 y cuyo estandarte era un le�n.

1. Se predice su ruina, que todos sus sacrificios, por ser hip�critas, no pueden evitar. Vanas eran las oblaciones de a�o en a�o, mientras que sus iniquidades no se arrepent�an. Dios amenaza con angustiarlos, llenar cada coraz�n de tristeza y dolor, y hacer de la ciudad como el altar de Dios, rodeada de sangre y cad�veres de muertos, y fuego encendido en medio de ella. Los sitiadores, bajo un apoyo divino, deber�an rodearlo de montes y fortalezas exteriores, derribar los muros y reducirlos al m�s abyecto sometimiento; o hacerlos tan abatidos por el hambre, que sus voces, por debilidad, apenas se escuchen, como aquellos que, fingiendo ser esp�ritus familiares, susurraban y murmuraban desde el polvo.

Con se�ales de divino disgusto, Dios ayudar�a a sus enemigos con truenos, terremotos y tempestades, y finalmente los entregar�a en sus manos, quienes consumir�an su ciudad y su templo con fuego. Nota; (1.) Los servicios formales, mientras el coraz�n permanece inmutable y sin humillaci�n, no son m�s que una abominaci�n a los ojos de Dios. (2.) �Ay de aquellos contra quienes Dios discute; contra �l no hay defensa. (3.) El pecador m�s orgulloso, tarde o temprano, ser� arrojado al polvo, ya sea en arrepentimiento voluntario o en terrible perdici�n.

2. Dios decepcionar�a a sus enemigos; ellos, a su vez, deber�an ser destruidos repentinamente, sus vanas esperanzas de �xito ser�an como una visi�n en la noche, y su decepci�n como el hombre que sue�a con comida y bebida, pero se despierta hambriento y sediento; que puede referirse a la ruina del ej�rcito de Senaquerib, aunque eso no concuerda con Isa�as 29:3 ya que nunca levantaron ning�n monte all�; pero se aplica m�s claramente al ej�rcito romano, cuya repentina irrupci�n, y numerosas fuerzas que se apresuran al asedio, apuntan a Isa�as 29:5 y su decepci�n, cuando el bot�n que se prometieron a s� mismos ser�a tan poco responsable de sus expectativas, expuestas en Isa�as 29:7. El conjunto tambi�n se puede aplicar a los jud�os mismos, expresando la destrucci�n de los socorros que esperaban, y la vanidad de las esperanzas con las que se jactaban de que su ciudad no fuera tomada, hasta que la terrible experiencia finalmente los despert� de su fatalidad. ensue�o.

2do, Cualquiera que sea el cumplimiento que tuvieron las palabras de la profec�a que comienza en el vers�culo 9 en los hombres de esa generaci�n, est� claro, de Romanos 11:7 que se refieren a los tiempos de Cristo y la dispensaci�n del Evangelio, y el juicio de Dios de ceguera espiritual infligida a los jud�os obstinados bajo esa dispensaci�n. Pero sobre esto ampliaremos, cuando lleguemos al pasaje del Nuevo Testamento.

1. El profeta clama en voz alta con voz de advertencia: Det�nganse, consideren sus caminos, y no corran m�s locamente por el camino del pecado y la ruina, y admiren la larga paciencia de Dios, y clamen, y clamen al juicios inminentes de Dios, si a�n hay esperanza.

2. El profeta describe su estupidez y ceguera judicial. Estaban borrachos; no s�lo con vino, sino con principios corruptos, vacilantes, inestables en su conducta y siempre apart�ndose del camino correcto. Y a esto Dios los hab�a entregado en justo juicio, porque rehusaron el conocimiento de la verdad; sacerdotes, profetas y gobernantes estaban todos bajo este esp�ritu de oscuridad e infatuaci�n. Las profec�as eran como un libro sellado, el sabio no las entend�a m�s que el ignorante. Lo cual se verific� eminentemente, cuando, en oposici�n a la evidencia m�s brillante y al cumplimiento m�s completo de las profec�as acerca del Mes�as, los jud�os rechazaron obstinadamente al Se�or Jes�s, y los gobernantes y sacerdotes fueron los principales en la transgresi�n, ciegos l�deres de ciegos, se endurecieron a s� mismos y endurecieron a otros contra la convicci�n.

Nota; (1.) Los que no aceptan la advertencia, ser�n entregados a las concupiscencias de su propio coraz�n. (2.) Es un caso lamentable, cuando los que deber�an ense�ar a otros son ciegos e ignorantes ellos mismos. (3.) Multitudes, en medio de la luz m�s clara de la verdad del Evangelio, est�n todav�a sobrecargadas de hartazgo y borrachera, y las preocupaciones de esta vida, que sus ojos est�n cerrados en la oscuridad, y son llevados cautivos por el diablo a su voluntad.

3. Los acusa de vil hipocres�a. Se acercan a m� con su boca, y con sus labios me honran, ofreci�ndole los servicios formales del labio y la rodilla; pero alejaron de m� su coraz�n; sus afectos est�n colocados de manera suprema en el mundo y sus cosas, y sus almas son ajenas a cualquier acercamiento interior a Dios; y su temor hacia m� es ense�ado por precepto de hombres; su religi�n se basaba �nicamente en la educaci�n, no se derivaba de la palabra de Dios; y su culto desprovisto de espiritualidad y adecuado para adormecer sus almas en una est�pida formalidad.

Tal fue el caso de los jud�os, ver Mateo 15:3 y tal todav�a es el caso de las multitudes, que se llaman a s� mismas, y son contados por el mundo, buenos cristianos, cuyas oraciones son tan regulares como la hora regresa, mientras que sus los corazones son completamente ajenos a la gracia convertidora y la comuni�n con Dios. Nota; Esa no es una oraci�n que no sea obra del alma.

4. Dios los amenaza con condonar el castigo: una obra maravillosa que har�a, de la que deber�an estar asombrados.
[1.] La inteligencia de sus sabios debe perecer. Aunque sus planes fueron tan profundos contra el Se�or y contra su Ungido, y tan ocultos, que ateosmente se prometieron a s� mismos que ni siquiera Dios podr�a verlos o defraudarlos, pero �ay de ellos! su pol�tica era tan absurda como perversa: sus intentos de ocultarle sus consejos y contrarrestar sus designios fueron vanos, ya que tan f�cilmente como el alfarero moldea el barro, as� podr�a estropear sus esquemas o modelarlos seg�n su propia voluntad; porque �dir� la obra del que la hizo: No me hizo a m�? como si fuera creado por uno mismo; �O dir� la cosa enmarcada del que la enmarc�: No ten�a entendimiento?lo que de hecho hicieron con tal conducta, aunque la locura era tan evidente. Nota; (1.) Aquellos que se preparan para hombres sabios y librepensadores, y descartan sus Biblias, ser�n finalmente los necios m�s atroces. (2.) La incredulidad del ojo que todo lo ve y la agencia universal de Dios est� en el fondo de toda obra de las tinieblas.

[2.] Los gentiles deber�an ser llamados a la iglesia en breve, y los jud�os deber�an ser rechazados. Aunque el uno ahora era como un bosque, por la predicaci�n del Evangelio deber�a convertirse en un campo f�rtil; y el otro, aunque durante mucho tiempo favorecido de una manera peculiar como herencia de Dios, deber�a ser completamente destruido por su impenitencia, y especialmente por su rechazo de Cristo y su Evangelio: y esto a los ojos de los jud�os, e incluso de los mismos ap�stoles. , demasiado parcial al principio con su propia naci�n, parec�a una obra maravillosa.
En tercer lugar, habiendo sido predicho por el profeta que los gentiles ser�an llamados y los jud�os rechazados, tenemos las bendiciones que la iglesia debe disfrutar en ese d�a de la gracia del Evangelio.


1. Aquellos que antes eran sordos a las llamadas de Dios y ciegos a cualquier conocimiento espiritual de la verdad, deben, por la predicaci�n del Evangelio, en la demostraci�n del Esp�ritu y poder, tener los ojos de su mente iluminados y capacitados. para escuchar y recibir la palabra de verdad. Nota; (1.) Toda alma es por naturaleza espiritualmente ciega. (2.) La predicaci�n del Evangelio es el gran medio que Dios usa para sacar el alma de las tinieblas a su luz maravillosa.

2. El gozo y la alegr�a revivir�n a los mansos y pobres de esp�ritu. Aquellos que son llevados a la vista de su propia pecaminosidad, y humildemente sumisos a toda dispensaci�n de la Providencia, silenciosos ante la provocaci�n, y a sus propios ojos pobres y pereciendo, �stos aumentar�n su gozo en el Se�or, bajo la experiencia de su amor y cu�dalos, y regoc�jate en el Santo de Israel como su rica porci�n y su gran recompensa. Nota; (1.) No es la pobreza externa, sino la humildad interna del coraz�n, a lo que se hace la promesa. (2.) Cualesquiera que sean las injurias que recibamos, o las que queremos que suframos, si, en medio de todo, nuestro coraz�n est� quieto en Dios, tendremos motivo de gozo abundante.

3. Los equivocados ser�n convencidos, y los que murmuraron contra la palabra de Dios o los mandamientos como duros dichos, ser�n callados y humildemente someterse a su verdad.
4. Sus enemigos y perseguidores ser�n destruidos. Por el terrible puede entenderse los gobernantes de los jud�os, o el poder perseguidor de los emperadores romanos paganos; o puede tener respeto por el anticristo, cuyo reino ser� destruido, ya que los antiguos enemigos de Cristo y su Evangelio han sido quebrantados. El escarnecedorsignifica los fil�sofos de los gentiles, o los jud�os que se burlaron de la doctrina de la cruz, cuya enemistad inveterada contra Cristo y sus ap�stoles los mantuvo siempre alerta, y cualquier palabra que pudiera ser tergiversada serv�a de motivo de acusaci�n: trampas para sus reprensores fieles, para enredarlos en su charla; y sin prueba ni prueba conden� a los justos; y esto se cumpli� abundantemente en la conducta de los escribas y fariseos, Mateo 22 ; Mateo 23 pero ellos recibieron su justa condenaci�n, y fueron exterminados, conforme a la palabra prof�tica, por sus iniquidades. Nota; (1.) Los que son siervos de Cristo deben esperar las amenazas de los terribles y el rid�culo del escarnecedor.

(2.) Los enemigos de la religi�n est�n siempre al acecho para detectar cada desliz o falta de sus profesores, como una acusaci�n contra ellos. Perm�tanos que seamos m�s vigilantes para separar la ocasi�n de aquellos que la desean. (3.) No debemos pensar que es extra�o que una palabra se caiga sin avisar, que se interprete como una acusaci�n grave, o una expresi�n inocente pervertida en un significado m�s criminal, cuando los burladores vienen a escuchar a los ministros de Dios, no para edificaci�n, sino para lamentar. trampas para sus reprensores; as� persiguieron a los profetas que nos precedieron. (4) Si en el fiel desempe�o de nuestro oficio encontramos un mundo perverso oponi�ndose, y con toda insinuaci�n vil y maligna buscando ennegrecernos, es un consuelo que nos parezcamos m�s a nuestro Se�or. (5.

5. La iglesia debe ser gloriosamente agrandada por la adhesi�n al fin de la simiente de Jacob. Por tanto, as� dice el Se�or, que redimi� a Abraham de Ur de los caldeos, y de todas sus angustias relativas a la casa de Jacob, su posteridad: Jacob no se avergonzar� ahora, y su rostro se pondr� p�lido, como cuando su descendencia degenerada fue rechazada y crucific� al Se�or Jes�s. Pero cuando vea a sus hijos recuperados de su apostas�a, obra de mis manos, por gracia convertidora modelada de nuevo, en medio de �l reunidos, santificar�n mi nombre, creyendo en el Redentor y recibiendo su evangelio,y santificar�n al Santo de Jacob, y temer�n al Dios de Israel, volviendo a su adoraci�n y servicio. Por Jacob aqu� tambi�n puede entenderse la iglesia de Cristo, regocij�ndose en la conversi�n de todos los verdaderos creyentes, sean jud�os o gentiles, en los �ltimos d�as, quienes luego se unir�n en las alabanzas de su Se�or.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Isaiah 29". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/isaiah-29.html. 1801-1803.
 
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