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Isaías 33

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

Introducción

Los juicios de Dios contra los enemigos de la iglesia. Los privilegios de los piadosos.

Antes de Cristo 713.

LA tercera y �ltima parte de la tercera secci�n de este discurso, est� comprendida en el presente cap�tulo; que est� inmediatamente relacionado con lo anterior, y en alg�n aspecto explicativo de �l. La primera parte contiene una proposici�n o enarraci�n luminosa, en la que tenemos, primero, una denuncia prof�tica dirigida a un gran destructor, en la que el juicio divino le es insinuado como si estuviera presente, por el profeta; Isa�as 33:1 .

En segundo lugar, un ap�strofe, primero, a DIOS, ambos suplicantes, en el que se implora su ayuda con respecto a toda la iglesia, ya algunas personas en particular que hab�an emprendido una expedici�n por la seguridad de los dem�s; Isa�as 33:2 y tambi�n declaratoy del evento glorioso otorgado por Dios a estas oraciones: Isa�as 33:3 .

En segundo lugar, a los enemigos conquistados , conteniendo la deseada consecuencia de la victoria para la iglesia, Isa�as 33:4 . En tercer lugar, nuevamente doxol�gico a DIOS, celebrando los beneficios conferidos a la iglesia, Isa�as 33:5 y en cuarto lugar, de vigilancia a los hermanos, en cuanto a los medios de preservar el favor divino ahora obtenido: Isa�as 33:6 .

La �ltima parte, o exposici�n, contiene, en primer lugar, una narraci�n de una gran calamidad que un saqueador traer� sobre el pueblo de Dios ; Isa�as 33:7 . En segundo lugar, el beneficio de la liberaci�n y del castigo del enemigo, que se conferir� a la iglesia; Isa�as 33:10 .

En tercer lugar, la celebraci�n de este beneficio, con una defensa de la justicia de Dios, Isa�as 33:13 . Cuarto, extraordinarias bendiciones que Dios conferir� a la iglesia liberada; entre los cuales est�n, la presencia gloriosa de un rey y gobernante en esa iglesia, Isa�as 33:17 .; libertad de enemigos, Isa�as 33:19 .; la duraci�n de ese estado, para ser absorbido por la nueva econom�a, Isa�as 33:20 .; el reino inmediato de Dios sobre la iglesia, Isa�as 33:21 .; el estado de debilidad del enemigo, comparado con la firmeza y felicidad del estado del pueblo de Dios, Isa�as 33:23 .

Esta parte tambi�n, como la primera, consta de ap�strofes continuos, dirigidos a aquellos objetos cuyos atributos se describen; y los ap�strofes en cada parte se adaptan muy bien a un coro o compa��a de los ancianos de la iglesia, a quienes se supone que nuestro profeta representa. Generalmente se piensa que el spoiler que aqu� se pretende es Senaquerib; aunque Vitringa opina que se hace referencia m�s bien a Ant�oco Ep�fanes. Es posible que la profec�a tenga una doble referencia a cada uno; y en su sentido m�stico tanto al anticristo como a Satan�s.

Versículo 1

Ay de ti, el m�s despojado, etc.� El profeta ordena as� su discurso, como si hubiera encontrado a este gran despojador a quien va dirigido, en el mismo acto de despojo, y cara a cara denuncia el juicio divino sobre �l. Por lo tanto, se dirige a �l con el odioso apelativo de p�rfido saqueador y ladr�n, y le declara los decretos de la divina justicia vengativa, que se le imponen de acuerdo con las estrictas leyes de la represalia. La historia abunda en los nombres de los poderosos saboteadores, ladrones y asesinos de la humanidad, grandes h�roes y guerreros. Uno de ellos fue Senaquerib, (ver cap. Isa�as 37:18.) a quienes esta denuncia puede ser aplicada con gran propiedad; pero con mayor a�n para Ant�oco Ep�fanes, el enemigo m�s empedernido del pueblo de Dios, quien trajo sobre ellos una desolaci�n mucho m�s extensa y terrible que Senaquerib; y las consecuencias relatadas en la �ltima parte de este cap�tulo parecen referirse m�s propiamente a los tiempos que siguieron a su devastaci�n. Ver Ezequiel 38 . Daniel 8:13 ; Daniel 8:24 y Vitringa.

Versículos 2-3

Se�or, ten piedad de nosotros: En este ap�strofe a Dios, la primera parte contiene la s�plica; el otro, la salvaci�n obtenida como consecuencia de ello. En la s�plica hay esa diferencia de personas que muestra que oraron tanto por el presente como por el ausente: por el presente y por toda la comunidad en estas palabras: Ten piedad de nosotros; para los ausentes, s� t� su brazo cada ma�ana.Quienes derraman esta s�plica suponen que parte de su comunidad est� ausente; es decir, seg�n nuestra hip�tesis, los celosos, que bajo el mando de los Macabeos salieron a luchar en defensa de su estado y religi�n, mientras que la parte m�s d�bil de los verdaderos adoradores de Dios permaneci� en desiertos y cuevas, y otros escondites. El significado del siguiente vers�culo es que tras la exhibici�n del poder interino de Dios y el maravilloso socorro otorgado a su pueblo, su enemigo huy� y obtuvieron la victoria.

Hay un pasaje notable en Zacar�as 9:13 respecto a los Macabeos, que bien explica esto; y muy agradables son las palabras de Judas: La victoria de la batalla no est� en la multitud de un ej�rcito; pero la fuerza viene del cielo: ver G�nesis 3:19 ; G�nesis 4:32 . 1 Samuel 7:10 y Vitringa.

Versículo 4

Y tu bot�n ser� recogido. En este ap�strofe al enemigo, tenemos la consecuencia de su derrocamiento; cu�l debe ser la recolecci�n de sus despojos, sin orden ni distinci�n; como langostas, sin orden ni miedo, recorren los campos y los saquean, reclamando cada uno para s� lo que primero se apodera. Hay quienes entienden as� la primera cl�usula : Se recoger� tu despojo, como se recoge la oruga; es decir, como los labradores las recogen de sus plantas, etc.

para destruirlos; pero otros, y con m�s propiedad, los entienden como expresivos de las depredaciones de las propias orugas. En cuanto a las depredaciones de las langostas, hemos tenido ocasi�n de hablar hasta ahora. Ver Isa�as 33:23 y G�nesis 4:23 .

Versículo 5

El Se�or, etc.� JEHOV� es exaltado; s�, �l habita en las alturas. Lowth. Ver Salmo 99 .

Versículo 6

Y la sabidur�a y el conocimiento, etc. � Y la sabidur�a y el conocimiento ser�n la estabilidad de tus tiempos, la posesi�n de la salvaci�n continua: el temor de JEHOV�, este ser� tu tesoro. Lowth. Vitringa supone que este ap�strofe est� dirigido al pr�ncipe o jefe de la naci�n, en donde el profeta le ense�a, y en consecuencia al pueblo, de qu� manera deben preservarse la prosperidad y la felicidad que el Se�or les hab�a conferido.

�l muestra, que la �nica manera de preservar el estado de la prosperidad es por la sabidur�a, y el conocimiento, y el temor del Se�or; estos son el sost�n de un estado, la estabilidad de los tiempos pr�speros, la fuerza y ??las riquezas de la salvaci�n perfecta, y el bien escondido, el tesoro preferido a todos los dem�s; que cuando se encuentra en un estado, ese estado es rico y estable.

Ver Proverbios 8:18 . Aunque esto debe entenderse de los tiempos de los Macabeos, sin embargo, las bendiciones de esos tiempos deben considerarse como completadas por completo solo en las bendiciones espirituales del d�a de la gracia. Nada es m�s cierto que esto se elogia como la principal prerrogativa en el reino de la gracia, donde nada tiene la misma estimaci�n que la sabidur�a, el conocimiento, la fe y el temor de Dios: de estos dependen todas las dem�s bendiciones; estos son los �nicos tesoros verdaderos que enriquecen a la humanidad. Ver Vitringa.

Versículos 7-9

He aqu� sus valientes; he aqu� sus valientes, claman afuera; los embajadores de la paz, lloran amargamente. Isa�as 33:8 . Las carreteras est�n desoladas; cesa el viajero; ha quebrantado, etc. Isa�as 33:9 . El L�bano se avergonz�, se sec�: Sar�n se convirti� en un desierto, etc. El profeta, viendo como estaba inmediatamente ante sus ojos, que el saqueo y la devastaci�n de la tierra del pueblo de Dios mencion� Isa�as 33:1vi�ndolo con todas sus consecuencias, como la desolaci�n de los caminos p�blicos, la escasez de viajeros, el estado sin cultivar de los campos marchitos y de duelo, la esterilidad deplorable de los lugares m�s fecundos, como Bas�n, Carmelo, Sar�n, junto con una circunstancia notable de esta devastaci�n, a saber, el lamento p�blico de los h�roes sin Jerusal�n y el lamento amargo de los mensajeros de paz; es decir, de los l�deres y sacerdotes en tiempos de los Macabeos; viendo todo esto en visi�n, lo pinta a la vida, y da en estos vers�culos la descripci�n m�s viva de ello. Nada puede concordar m�s exactamente con la desolaci�n universal en la tierra de Cana�n por Ant�oco, que esta descripci�n. Ver 1 Macabeos 1:

Versículos 10-12

Ahora me levantar�, dice el Se�or . Se nos ense�a en este per�odo, que cuando la calamidad del pueblo, as� como la insolencia de sus enemigos, se completara, Dios intervendr�a y castigar�a severamente a los opresores; porque �ste era el tiempo verdadero y apropiado en el que hab�a decidido exaltar su gloria ante los ojos de las naciones. Cuando llegara ese momento, no se demorar�a m�s ni soportar�a el orgullo y la arrogancia de sus enemigos; por el contrario, todos sus consejos deber�an desvanecerse en humo, y ellos mismos deber�an ser consumidos en breve por el juicio divino. La �ltima cl�usula en el vers�culo 11 puede ser traducida, Tu aliento ser� el fuego que te consumir�: el significado de esto es que la arrogancia, el orgullo, la rabia y las blasfemias que desahogaron contra Dios deber�an ser su destrucci�n.

El pueblo ser� como el fuego de la cal, Isa�as 33:12 significa, que ser�n reducidos a la nada, o quemados por la ira de Dios, como piedra quemada en un horno de cal. La met�fora expresa esa severa indignaci�n de Dios que deber�a destruirlos por completo, como el fuego de un horno en llamas reduce una piedra y cambia por completo su forma.

Versículos 13-16

O�d, los que est�is lejos: este per�odo est� inmediatamente conectado con el precedente; donde se celebra el juicio divino que acabamos de mencionar, y se defiende su severidad contra aquellos hip�critas que lo malinterpretaron. El profeta, utilizando todav�a la misma figura, adapta a Dios palabras agradables a la circunstancia actual. Supone que Dios hab�a ejecutado ahora ese juicio sobre sus enemigos, que en las palabras anteriores hab�a dicho que ejecutar�a. Aqu�, por lo tanto, como lo requer�a el orden, presenta a Dios; Primero, como invitar a la gente cercana y lejana, jud�os y gentiles, a considerar sabiamente esta demostraci�n del juicio divino, para que puedan ser llevados a creer en la verdad de Dios, o puedan ser confirmados en esa verdad, y aprender en el futuro para confiar plenamente en �l, Isa�as 33:13 . Y en segundo lugar, como defender este juicio contra los murmullos y susurros de hip�critas que lo tradujeron maliciosamente: Isa�as 33:14 , & c.

Porque dec�an que estos juicios notables no ofrec�an un argumento para que los hombres desearan la comuni�n con este Dios; pero, al contrario, disuadido de tal comuni�n: porque �qui�n podr�a buscar y amar a un Dios cuya severidad era tan grande, cuyos castigos tan r�gidos? �Qui�n no preferir�a huir de �l y aborrecerlo? porque era fuego devorador, al que no era prudente acercarnos si quer�amos evitar la destrucci�n. El profeta, en nombre de Dios mismo, para dar mayor peso a sus palabras, refuta estas calumnias. �l ense�a que Dios no es terrible sino para los imp�os, para los hombres de mentes y conciencias corruptas; que es completamente amable con los justos y los buenos; porque ama de su propia naturaleza la verdad, la santidad y la virtud, y las recompensar� ampliamente.

Tales hombres pueden pasar ilesos en la comuni�n m�s cercana con Dios; pueden ser apreciados, purificados, inflamados por Dios, como un fuego, por el amor de su perfecci�n, y ser, por as� decirlo, transformados en la sustancia de la misma pureza, y sin embargo no consumidos; es m�s, Dios es para los que lo buscan una roca de defensa; �l es su seguridad y protecci�n, as� como el amable proveedor de todo lo necesario, para su bienestar y bienestar presentes y su felicidad futura.

Esta es la suma del presente pasaje; que sin embargo, en un sentido m�stico, sin duda puede referirse a los terrores de ese futuro y fuego devorador preparado para los pecadores e hip�critas en Si�n; como pueden los vers�culos 15 y 16 a la futura bienaventuranza de aquellos que obedecen los mandamientos de su Dios.

Versículos 17-18

Tus ojos ver�n al rey, etc.� Por el rey que se ve en su hermosura, Vitringa comprende a Dios mismo, el rey de los jud�os, mostr�ndose con las demostraciones m�s brillantes de su majestad, en la liberaci�n y salvaci�n de su pueblo creyente. ; temporal, bajo los Macabeos; espiritual, en y por el Mes�as. Porque los profetas antiguos generalmente hablan de estos dos juntos; porque la liberaci�n externa y la salvaci�n por parte de los Macabeos era un tipo de liberaci�n espiritual que deb�a procurar el Mes�as. El significado del vers�culo es que el pueblo, as� liberado, debe ver y reconocer a su Dios y rey, como el gran juez y vengador, el �nico sost�n y protector de su iglesia; y deber�a contemplar su tierra extendida;es decir, ya no encerrados y confinados por sus enemigos, sino ampliando sus l�mites. Ver el cap. Isa�as 26:15 . La cl�usula debe ser redactada, Ellos contemplar�n la tierra que es de gran extensi�n. Agrega en el siguiente verso, Tu coraz�n meditar� el terror, o el terror; es decir, �el terrible efecto del poder y la justicia divinos en la destrucci�n de sus enemigos, que ning�n mortal podr�a haber pensado, o haber recogido de su propia raz�n? �D�nde est� el escriba? es decir, "�El hombre de sabidur�a carnal y mundana?" �D�nde est� el pesador, el equilibrador?es decir, "El hombre de entendimiento ejercitado"; �Qui�n est� acostumbrado a sopesar, en la balanza de su juicio, las razones de todo, y es m�s prudente que los dem�s? �D�nde est� el que cuenta las torres? es decir, "�El l�gico sutil, que produce varios argumentos a favor de la opini�n que defiende, y con ellos fortalece y fortalece sus razonamientos?" Nuestro profeta llama argumentos de este tipo, fortalezas, argumentos fuertes, cap. Isa�as 41:21 . Esta sabidur�a mundana, dice el profeta, Dios ha confundido y avergonzado, al salvar a su iglesia, contraria a la expectativa de todos esos hombres.

Pensaban que no quedaba ninguna esperanza de salvaci�n; o si las hubiera, que se buscara por otras causas y se efectuara por otros medios. Pero Dios ha avergonzado y avergonzado la sabidur�a de los sabios. Los tres beneficios a los que se hace referencia en estos vers�culos, �ver a Dios en su hermosura � la tierra y la iglesia extendidas � y la sabidur�a carnal avergonzada, evidentemente se refieren al per�odo del Evangelio. Ver Lucas 1:51 . 1 Corintios 1:20 y Vitringa.

Versículo 19

No ver�s pueblo feroz: mientras el pueblo de Dios vea al rey en su hermosura, mientras que su tierra se extienda ampliamente, no volver� a ver un enemigo b�rbaro, o uno de lengua tartamudeante y habla extranjera, que no pudieron entender. Deb�an ser liberados de un enemigo cruel y problem�tico, cuyo aspecto y comercio les hab�a aterrorizado. Comp�rese con Daniel 8:23 donde se llama a Ant�oco Ep�fanes un rey de semblante feroz; y ver Jeremias 5:15 . Esto, igualmente, aunque se refiere principalmente a los tiempos de los Macabeos, tiene, m�sticamente, su completa plenitud s�lo en la econom�a del Evangelio.

Versículo 20

Miren a Sion� El profeta aqu�, que representa el coro de maestros que consuelan al pueblo de Dios, ordena a este pueblo que dirija su atenci�n a Jerusal�n, despu�s de que su restauraci�n floreci� enormemente; y les promete la estabilidad duradera de ese estado, bajo la met�fora de una tienda que se sostiene con estacas y cuerdas contra los vientos y las tormentas, y brinda un refugio seguro a quienes se encuentran dentro de ella.

En este pasaje generalmente se piensa que se refiere a la Jerusal�n espiritual; es decir, a la iglesia del Nuevo Testamento, que deber�a ser la �ltima dispensaci�n de la gracia. Al menos, si se hace referencia al estado de Jerusal�n bajo los Macabeos en la carta, no puede haber duda de su referencia secundaria y t�pica a la iglesia de Jesucristo, fundada en el d�a de Pentecost�s.

Versículos 21-22

Pero all� el glorioso Se�or, etc.� Pero el glorioso nombre de JEHOV� ser� para nosotros lugar de confluencia de arroyos, de anchas aguas. Lowth. Nuestro profeta siempre se eleva en sus figuras: el significado de aquellos en este segundo per�odo es, que la iglesia, en el tiempo aqu� especificado, depender� inmediatamente s�lo de Dios. Solo �l ser� reconocido, adorado, celebrado como el verdadero Rey, Maestro, Juez y Salvador de su iglesia: solo �l ser� estimado excelente; y bajo su protecci�n el pueblo gozar� de una abundancia de todas las cosas, con la mayor seguridad de cualquier incursi�n hostil.

Para expresarlo, el profeta compara la iglesia con una ciudad, construida en un pa�s feliz, cerca de r�os y arroyos, en la que no se debe ver ning�n barco grande y poderoso, es decir, ning�n barco guerrero o de mando , excepto el de Jehov�: este parece ser el significado genuino de la figura. Ver cap. Isa�as 30:25 Isa�as 51:3 . G�nesis 14:8 .

Versículos 23-24

Tus aparejos est�n desatados. Se deben suponer dos cosas en la interpretaci�n de estas palabras; primero, que este ap�strofe est� dirigido al gobierno de la naci�n hostil; segundo, cuando el estado se describe bajo la imagen de un barco, cuyos aparejos se sueltan, debemos entenderlo en un mal sentido. La met�fora del vers�culo 23 se toma de un barco; y el significado de esto es que los medios y suministros p�blicos, que sostienen el estado de la naci�n, o el pr�ncipe que representa a ese estado, est�n faltos, hechos pedazos o se vuelven in�tiles; la consecuencia de lo cual es la desolaci�n de ese estado; cuya debilidad es tan grande, que hasta los cojos se llevan la presa; una frase parab�lica como esa en2 Samuel 5:6 .

El profeta a�ade: Y el que se acueste, no dir�: Estoy enfermo, porque al pueblo que habita en �l se le perdonar� su iniquidad. Qu� palabras, piensa Vitringa, no deben estar conectadas con el vers�culo 23, sino con toda la profec�a; Isa�as aqu� declara que el estado de esa ciudad de Dios, esa Si�n de la cual �l est� hablando, no admitir� languidez o enfermedad, ninguna enfermedad espiritual; porque el Esp�ritu de Dios en ese tiempo se regocijar� en la bendici�n del perd�n de los pecados. Ver Salmo 103:3 y Joel 3:10 . Este pasaje se completa completamente en el Nuevo Testamento.

REFLEXIONES.� 1�, El tema de esta profec�a se interpreta de diversas maneras; algunos lo refieren al estado de los jud�os bajo Ezequ�as, cuando Senaquerib los angusti� y fue destruido; otros a las desolaciones hechas por Ant�oco ya las victoriosas armas de los Macabeos sobre �l; otros a la iglesia de Cristo oprimida por el enemigo anticristiano, y a la ruina final del anticristo; y todos estos pueden comprenderse aqu�, y las liberaciones anteriores de la iglesia de Dios prefiguran las de los �ltimos d�as. Consulte las anotaciones cr�ticas. Aqu� est�,

1. La aflicci�n denunciada sobre el saboteador y traicionero: por un tiempo su pol�tica triunfar�a y su poder prevalecer�a, por cruel o injustamente que se ejerciera; pero Dios devolver� su maldad sobre su propia cabeza, y en el tiempo se�alado visitar� sobre �l su maldad: y este fue el caso de Senaquerib y Ant�oco, como lo ser� del anticristo romano, cuya pol�tica, habilidad y enga�o de injusticia , Son bien conocidos; y por estos, durante mucho tiempo se hizo presa de los bienes, cuerpos y almas de los hombres; pero al fin Dios lo visitar� conforme a sus merecimientos.

Ver Apocalipsis 17:12 . Nota; (1.) Para alcanzar sus fines, los malvados no dudan en la falsedad, el fraude o la violencia; pero Dios sabe retribuirlos con su propia moneda. (2.) Hay l�mites establecidos para poner a la maldad de los hombres; y cuando hayan cumplido la medida de sus iniquidades, Dios despertar� para juicio.

2. El pueblo de Dios en oraci�n vuela hacia �l en el d�a de su calamidad. Oh Se�or, ten piedad de nosotros, intercede para salvarnos de todo enemigo; Te hemos esperado, no desmayados en el tiempo de la adversidad, sino esperando tu salvaci�n: s� t� su brazo cada ma�ana; que es una petici�n para Ezequ�as y sus pr�ncipes, o para los Macabeos, para que sean fortalecidos para su trabajo; o m�s bien es la intercesi�n de los miembros de la iglesia unos por otros, cada ma�ana ofrecida, por gracia que los capacite para la obra de cada d�a; S� t� tambi�n nuestra salvaci�n en el tiempo de angustia, de todas las persecuciones y angustias bajo las cuales gemimos en cuerpo o alma, agobiados.

Nota; (1.) Cuando tenemos un Dios misericordioso al que acudir, hay consuelo en cada aflicci�n. (2.) Los que se unen a �l nunca ser�n abandonados por �l. (3.) Cada ma�ana nuestra oraci�n debe renovarse, porque todos los d�as podemos esperar nuevas pruebas y necesitar apoyos renovados, porque no tenemos el poder de nosotros mismos para ayudarnos a nosotros mismos. (4) Debemos defendernos unos a otros, y recordar especialmente en nuestras oraciones a los afligidos. (5.) Cuanto m�s fuerte sople la tormenta de la tentaci�n, m�s r�pido debemos aferrarnos a la roca de nuestra salvaci�n.

3. Se da una respuesta de paz. Sus enemigos, los asirios, ser�n aterrorizados ante el �ngel destructor; y mientras algunos huyen, y otros son muertos, no tienen m�s que hacer que correr sobre el bot�n sin resistencia, como cuando una huida de langostas devora el campo. O esto puede aplicarse a�n m�s propiamente a los Macabeos y sus conquistas.

Y as� ser� en los �ltimos d�as, cuando se complete la ruina de los ej�rcitos anticristianos, los conquistadores devorar�n el bot�n. Ver Apocalipsis 17:16 . Nota; Dios no solo responde a nuestra oraci�n, sino que a menudo supera todas nuestras expectativas.

4. El pueblo de Dios celebra las alabanzas de su libertador; lo adoran por la manifestaci�n de su gloria, hecha en la destrucci�n de los asirios, o de los enemigos de Jud� bajo los Macabeos, y por los benditos efectos que su misericordia produjo entre ellos, llenando a Si�n de juicio y justicia. Por lo que hab�an experimentado, alientan a Ezequ�as y a los Macabeos a proseguir en sus piadosas obras de reforma, ya que la sabidur�a y el conocimiento de la voluntad y el culto de Dios, difundidos por su cuidado, constituir�an la estabilidad de su tiempo y el medio m�s bendito de conseguirlo. su feliz estado actual, y la fuerza de la salvaci�n, su seguridad contra todo invasor: y el temor del Se�or,ya sea en sus propios corazones, o en los corazones de la gente, est� su tesoro; una mejor porci�n y una protecci�n m�s segura contra sus enemigos que todas las dem�s riquezas: tales ser�n tambi�n las alabanzas atribuidas a su Redentor, cuando el enemigo anticristiano haya ca�do y el reino de Cristo eminentemente establecido; entonces la sabidur�a y el conocimiento se difundir�n abundantemente, y esos tiempos ser�n bendecidos con paz y gozo duraderos, y los corazones del pueblo de Dios se enriquecer�n con el mejor tesoro, incluso el temor y el amor de Dios.

Nota; (1.) Dondequiera que se establezca el reino de Jes�s en cualquier coraz�n, inmediatamente tendr� lugar la justicia para con los hombres y la justicia para con Dios. (2.) Un verdadero conocimiento de la gracia de Dios es la gran responsabilidad del alma. (3.) El temor de Dios es el mejor tesoro del cristiano.

2. Cuando el eterno Jehov� hable, que todo mortal oiga, y todo el mundo reconozca su poder y gloria; que aparecen especialmente,
1. En el terror y destrucci�n de los imp�os y los hip�critas. Como los pecadores e hip�critas en Sion tienen una culpa peculiar, es muy posible que tiemblen ante la medida plena de su juicio: cuando ven a Jerusal�n lista para ser sitiada y esperan que sus casas sean incendiadas, est�n distra�dos, no tienen esperanza en Dios, y Egipto les ha fallado; o cuando vieron a los asirios tan terriblemente consumidos, temblaron de que el fuego devorador tambi�n los alcanzara.

Note; (1.) Of all men they are most guilty, who amidst the light of Gospel-truth persist in the ways of sin and formality. (2.) The day will come when the most secure sinner will be startled. (3.) If men would seriously put the question to their souls, how they can dwell with devouring fire, and endure the everlasting burnings, it might awaken their consciences, and prevent their ruin. (4.) This terrible portion must they shortly and surely receive, who neglect to fly from the wrath to come to that Redeemer who alone can hide them in the day of judgment.

2. En la salvaci�n de los justos, cuyo car�cter se muestra aqu�: el que camina con rectitud, haciendo de la palabra de Dios su regla, concienzudo en todos sus tratos y perseverante en la adoraci�n del Se�or; y habla con rectitud, su palabra es sagrada, su conversaci�n amable y adecuada para ministrar edificaci�n a otros: el que desprecia la ganancia de opresiones, el que piensa que es infame engordar con el bot�n de los heridos, y malvado cometer injusticia; que sacude sus manos para no aceptar sobornos; los rechaza, cuando se ofrecen, con indignaci�n; que tapa sus o�dos para no o�r de sangre, no puede ser llevado a escuchar propuesta cruel u opresiva;y cierra los ojos para no ver los males, no puede soportar ver pecar a otros, y cierra esa peligrosa avenida por la que puede entrar la tentaci�n: morar� en las alturas seguro en el amor de Dios de todos esos males que aterrorizan a los imp�os: su lugar de La defensa ser�n las municiones de las rocas, Cristo, la roca de los siglos, la fortaleza inexpugnable del alma fiel, contra la cual las puertas del infierno y los torrentes de la tentaci�n se enfurecen en vano; se le dar� pan, y sus aguas ser�n seguras;cuando el hambre arrecia, no le faltar� en el sitio, ni bajo ninguna angustia; o m�s bien comer� el pan vivo, que el mundo no conoce, y se refrescar� con las corrientes del divino amor y consuelo, cuando el pecador y el hip�crita en llamas no puedan obtener una gota de agua para saciar su sed furiosa.

3. Aqu� se prometen muchas grandes y distintivas misericordias, aplicables no solo a los jud�os, sino m�s generalmente a todos los fieles.
(1.) Ver�n al rey en su hermosura, al gran Jehov� en su gloria, y la tierra que est� muy lejos, su tierra extendida y sus l�mites ensanchados. �Y cu�nto mayor gozo proporcionar� a las almas fieles, en ese reino distante del d�a eterno, ver a Jes�s, su rey, m�s brillante que el sol, sentado en el trono de gloria, y a ellos mismos como estrellas brillando a su alrededor?

(2.) Sus temores llegar�n a su fin, y les servir�n si no fuera por una cuesti�n de meditaci�n agradecida; los terrores que los rodeaban han huido; ya no escuchan la voz de los comandantes en el interior, que recogen los suministros o enumeran a la gente para la batalla, o los capitanes e ingenieros en el exterior, amenazando con su ruina. Ya no ven una naci�n feroz, cuyo discurso no pudieron entender y cuya voz sembr� la consternaci�n. As�, cuando nuestras almas alcancen la Si�n celestial, nuestras pruebas pasadas, por dolorosas que sean, ser�n recordadas con deleite; y todos nuestros enemigos, que tantos temores engendraron en nosotros, est�n hundidos para siempre en las tinieblas, e incapaces de perturbar cada vez m�s nuestro reposo.

(3.) Mirar�n con entusiasmo a Si�n, la ciudad de sus solemnidades: durante sus grandes angustias, �stas hab�an sido interrumpidas, y podr�an temer que nunca ser�an restauradas; pero he aqu�, una vez m�s en paz, su habitaci�n est� tranquila, y Dios promete por mucho tiempo preservar su tabern�culo entre ellos, y defraudar la malicia de aquellos que deben tratar de destruirlo. La Si�n terrestre, en verdad, est� demolida hace mucho tiempo; pero esperamos una ciudad que tenga cimientos, cuyo Hacedor y constructor es Dios, la nueva Jerusal�n, a la cual esta profec�a tiene especial consideraci�n; donde los santos de Dios le servir�n noche y d�a, y no saldr�n m�s para siempre, habiendo hallado su glorioso descanso y habitando a salvo del temor del mal. Ver Apocalipsis 3:12 .

(4.) Tendr�n al Se�or, glorioso en poder y santidad, por protector, legislador, juez y Salvador. Aunque Jerusal�n no ten�a un r�o navegable para promover el comercio o servir como seguridad contra sus enemigos, Dios ser�a todo eso para ella en su bendici�n; ninguna galera, o barco valiente, podr�a traer un ej�rcito invasor contra ella; e inaccesible la preservar�a de todo enemigo: su juez para vengar los agravios de su pueblo; su legislador para dirigir su conducta; su rey para gobernar con mansedumbre y protegerlos del peligro; en resumen, su Salvador al m�ximo. Nota;(1.) Si Dios es nuestro, todas las cosas son nuestras. (2.) El Se�or Cristo es este juez, legislador, rey y Salvador para su pueblo fiel; y si, como sus s�bditos, nuestras almas est�n sujetas a su gobierno, �qui�n nos podr� arrebatar de sus manos?

(5.) Sus enemigos, como un barco en una tormenta, desarmado, y los aparejos hechos pedazos, un perfecto naufragio, y listos para ser estrellados contra las rocas, ver�an destruidas todas sus esperanzas y ellos mismos una presa; tan impotentes para defenderse, que incluso los cojos deber�an repartirse su bot�n.
(6.) Se eliminar� la enfermedad y se perdonar� el pecado. Las enfermedades de Jerusal�n, derivadas de sus diversas angustias, terminar�an; y el pueblo, volviendo a Dios bajo un sentido de misericordia divina, obtiene perd�n y aceptaci�n con �l: y esto se cumplir� enf�ticamente en los d�as de prosperidad de la iglesia; cuando, con el perd�n y la gracia entonces abundantemente dispensados, Cristo curar� todas las enfermedades de las almas de su pueblo fiel; y al final, cuando la vida sea absorbida por la mortalidad, el pecado, la tristeza, la enfermedad, el dolor y la muerte ser�n desterrados para siempre del estado eterno de bienaventuranza y gloria.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Isaiah 33". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/isaiah-33.html. 1801-1803.