Bible Commentaries
Isaías 53

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

Introducción

El profeta, quej�ndose de incredulidad, excusa el esc�ndalo de la cruz, en beneficio de la pasi�n de Cristo y del buen �xito de la misma.

Antes de Cristo 719.

El escenario de esta segunda secci�n debe situarse al comienzo de la econom�a de la gracia, cuando, despu�s de que se echaron los cimientos del reino de Dios y de la palabra de fe, con todo poder y demostraci�n del Esp�ritu, un la incredulidad invencible se descubri� en la mayor parte de la naci�n jud�a; y est� construido de tal manera que en �l aparecen tres oradores diferentes: el primero es un grupo de evangelistas y ap�stoles, quej�ndose de la incredulidad de la naci�n jud�a y del peque�o fruto de su predicaci�n, Isa�as 53:1 . El segundoes una compa��a de jud�os, convertidos por la fe, despu�s de su error anterior; quienes primero derivan la causa principal de su incredulidad del perverso prejuicio de su naci�n, con respecto al estado humilde del Mes�as y sus sufrimientos, Isa�as 53:2 . En segundo lugar, exponen la verdadera causa de esos sufrimientos; la fianza del Mes�as y la expiaci�n de los pecados como consecuencia de esa fianza; al mismo tiempo describiendo muy particularmente la forma de esos sufrimientos, a saber, la verg�enza de la cruz, Isa�as 53:4 .

Y en tercer lugar, exponen la justificaci�n del Mes�as, tanto por su asunci�n a la gloria, como por las instancias del cuidado y providencia divina hacia �l en medio de sus sufrimientos; de donde result� manifiestamente, que �l no sufri� como una persona culpable, y que era muy querido por Dios. El terceroEl orador es Dios Padre, o un coro de profetas que hablan en su nombre, que confirman el misterio de la fe expuesto en la parte anterior de este cap�tulo, y declaran los gloriosos frutos de la pasi�n del Mes�as, tanto con respecto a s� mismo como a la Iglesia. No hay duda de la referencia inmediata de este pasaje a Jesucristo: los escritores del Nuevo Testamento se lo aplican; y agregaremos algunas observaciones al final del cap�tulo del obispo Chandler, demostrativas de ello. Vitringa, con sus habituales dolores, claridad y conocimiento, no solo en sus notas, sino en su introducci�n a esta profec�a, ha demostrado abundantemente que no puede pertenecer a otro que no sea el Mes�as. Por lo tanto, me referir� a �l como desee una mayor satisfacci�n, y proporcionar� el comentario restante sobre este cap�tulo, de la excelente par�frasis del obispo Chandler.

Versículo 1

�Qui�n ha cre�do a nuestro informe? "�Qui�n de los jud�os, cuando venga el Mes�as, creer� nuestro informe acerca de �l? Incluso aquellos ante quienes el brazo del Se�or, la virtud y el poder de Dios, es atestiguado en sus milagros". El Targum de Isa�as 53:8 dice: "�Qui�n puede declarar los milagros que se har�n en sus d�as?" San Juan (xii. 38.) comprende los milagros por el brazo del Se�or.

Versículos 2-3

Porque crecer�, etc.� Pero crecer� delante de �l, como un brote tierno, y como una rama en la tierra seca; no tiene forma ni hermosura para que lo contemplemos, ni belleza, etc. . "�Oir�as la causa de tan gran incredulidad? Es esta. Aunque vendr� delante de Israel, como el brote tierno prometido, como la ra�z y la rama del linaje de Isa�, (cap. Isa�as 11:1 ; Isa�as 11:10 . Jeremias 23:3 ) Sin embargo, sin aparecer en la forma de un �rbol alto, frondoso y floreciente, sino marchito y marchito, como arbustos que crecen sin agua, renunciando a toda pretensi�n de grandeza, riquezas y poder mundanos, que es la forma y bellezaque los jud�os buscan, no ser� recibido por los suyos. Aquel que una vez fue el objeto de su deseo, su esperanza, su deleite, ya no ser� deseado por ellos, sino rechazado por falta de esa belleza externa que pensaban encontrar en �l.

Esta, en palabras sencillas, es la verdadera raz�n de su disgusto. �l ser� despreciado y rechazado por los hombres, ya que ser� un var�n de dolores, experimentado en quebranto; viene en una condici�n pobre y sufriente. Porque nos ocultar� los rostros ", - (frase para el doliente, el doliente o el leproso, que sol�a cubrirse los labios o todo debajo de la nariz, Ezequiel 26:16 . Lev�tico 13:45 donde lo tiene el Targum, cubriendo su barba o rostro, como se cubre un doliente, y Kimchi en 2 Samuel 15:30 dice: "Tal era la costumbre de los dolientes cubrirse".) "Ser� despreciado, y no le daremos cuenta".

Isa�as 53:4 . Ciertamente llev� �l nuestras enfermedades -"Y sin embargo, sus penas son ninguno de ellos el castigo desusfaltas, pero la nuestra Son verdad.Nuestras enfermedades,ysufri� nuestros dolores;ellos son nuestra causa, a pesar de que los porta como un sacrificio en nuestro lugar , y por esta causa pensamos que somos como un enfermo delepra,o queestamosse�alados como un ejemplo del disgusto de Dios ". La palabra hebrea ????naguang,oherido,se traducecuasi leprosus,por la Vulgata, Aquila, Symmachus y los comentaristas jud�os posteriores, en lugar de,sin embargo,estimamos,etc. podemos leer,cuando lo hicimos, &C.

Versículo 5

Pero fue herido, etc.� "Pero �l morir� herido por nuestras rebeliones, ser� molido hasta la muerte (v�ase Isa�as 53:10 ) por nuestras iniquidades: el castigo que merecemos recaer� sobre �l, por nuestra paz y beneficio, y por sus llagas seremos sanados ". La palabra ???? meduka, traducida magullada, significa destruir. Vea Job 5:4 y por lo tanto el sustantivo en Salmo 90:3 . Por lo tanto, se dice que el cuerpo de Cristo fue quebrantado, 1 Corintios 11:24 o entregado a la muerte.

Versículo 6

A todos somos como ovejas, etc. - "En este sentido �l es el Salvador; porque de otra manera ninguno de nosotros, sin �l, podr�a ser salvo. Todos somos pecadores, y nos hemos apartado del camino de las leyes de Dios; y como tales, somos incapaces, por ning�n acto o sufrimiento nuestro, de reclamar o merecer el perd�n de Dios. Y por eso Dios impone sobre �l el castigo de los pecados del mundo entero, quien, sin haber ofendido nunca, es el m�s apto para propiciar su ira ". Podemos dar la �ltima cl�usula, y el Se�or amonton� sobre �l las iniquidades, etc.

Versículo 7

Fue oprimido, etc. � Fue exigido, y �l se comprometi�, o, y �l respondi�, y no abri� la boca, etc. O, se exigi� la deuda, etc. Chandler: quien comenta que as� el erudito L'Empereur traduce la palabra ???? niggas, como tambi�n lo hacemos en el cap. Isa�as 58:3 .

"Dios insisti� en un castigo adecuado para mantener el honor de sus leyes, que se vio afectado por una deserci�n tan general; y esta persona, de quien he estado hablando, es sacrificada. Y en todos sus sufrimientos no fue m�s un cordero para el sacrificio, que �l era un cordero para la inocencia, la paciencia y la resignaci�n, mientras que era tratado como un sacrificio ".

Versículo 8

Fue sacado de la c�rcel, etc.� "Y, sin embargo, las indignidades de sus sufrimientos fueron suficientes para conmocionar su paciencia, especialmente al quitarle la vida, bajo el disfraz de la ley y la justicia, y un juicio justo. �Qui�n lo vio en estos tristes Las circunstancias, tan maltratadas por ellos, hubieran supuesto que �l era el Mes�as prometido, a quien los jud�os esperaban con tanta impaciencia, de la l�nea de David, cuando lo vieron cortado de la tierra de los vivos, por aquellos a quienes hab�a venido. �Salvar? Porque no puedo repetirlo con demasiada frecuencia, fue por los pecados de mi pueblo, no por los suyos, por lo que fue herido ". La primera cl�usula puede ser traducida, �l fue levantado de la angustia o quitado por autoridad y juicio; �Y qui�n declarar� su duraci�n? &C.

En lugar de duraci�n, el obispo Chandler lee linaje; y observa que ??? otzer, aqu� traducido como prisi�n, significa cualquier convenci�n o asamblea de hombres, Jeremias 9:2 y de ah� se aplica a cualquier sesi�n legal de magistrados o autoridad �nica, como Jueces 18:7 . 1 Samuel 9:17 .

Versículo 9

E hizo su sepultura, etc.� Y entreg� su sepultura a los imp�os, y a los ricos su muerte, etc. O, Y su sepultura fue se�alada con los imp�os; pero estuvo con los ricos en su muerte, etc. O, Y �l [ el pueblo ] hizo su sepultura con los imp�os, pero ser� con los ricos despu�s de su muerte; porque, & c. Velero. "Su sepulcro ser� prueba de su inocencia, as� como de su muerte. El pueblo, para llevar su desprecio hasta el sepulcro, destinado a enterrarlo con los malhechores comunes, Isa�as 53:12.; pero Dios lo dispuso de otra manera: de modo que el que era demasiado pobre para proveerse un sepulcro para s� mismo, fue enterrado honorablemente por cuenta de los ricos; se traslad� a ello por una opini�n de la v�ctima, y ??que �l no hab�a hecho nada malo de palabra o hecho. "Dr.

Kennicott lee, Y fue llevado, [es decir, colgado en la cruz] con hombres imp�os en su muerte, y con un hombre rico fue su sepulcro; observando que, dado que las partes precedentes de la profec�a hablan tan indiscutiblemente de los sufrimientos y la muerte del Mes�as, estas palabras parecen evidentemente tener el prop�sito de describir el hecho de que el Mes�as fue condenado a muerte en compa��a de hombres imp�os, y que hizo su tumba o sepulcro. no con ricos, sino con un rico. Vea su disertaci�n. vol. 2: p�g. 372 y c.

Versículo 10

Sin embargo, agrad� al Se�or, etc.� "Sin embargo, agrad� a Dios que �l sufriera, aunque Dios ten�a una perspectiva diferente a la de sus asesinos, la salvaci�n de la humanidad". El obispo Chandler dice: Si hace de su alma una ofrenda por el pecado, ver� su descendencia, que prolongar� sus d�as, etc. La Vulgata, dice, lo traduce , videbit semen longaevum, de acuerdo con la LXX. y Caldea. El Targum, suponiendo que la semilla es el nominativo del verbo ver, se traduce: Su semilla ver� el reino del Mes�as: se multiplicar�n y prolongar�n sus d�as. R.

Alshek interpreta semilla, como arriba, por disc�pulos; los que se enganchan a su religi�n y los convierten; y as� se usa en los escritos jud�os, para aquellos que imitan los modales de su maestro. Ver Grotius y L'Empereur. La cl�usula anterior puede leerse, Sin embargo, etc. lo afligi� de muerte; o le doli� hasta la muerte.

Versículo 11

Ver� la aflicci�n, etc.� "En consideraci�n de lo que padeci�, luego ver� a todos sus enemigos sometidos a sus pies; y por su ley y su gracia reformar� el mundo, y preparar� a los que con fe recibir�n los beneficios de su muerte para una total y eterna absoluci�n y liberaci�n del castigo de sus pecados ". En lugar de por su conocimiento, podemos leer, por su conocimiento. El conocimiento puede tomarse aqu� objetivamente, como el conocimiento que �l ense�ar�.

Versículo 12

Por tanto, dividir�, & c. - "Por lo tanto, digo, �l saldr� victorioso sobre sus adversarios m�s poderosos; porque por elecci�n ofrecer� su vida, y se someter� a ser contado y tratado como un transgresor; mientras que su muerte fue intencionada. como sacrificio por los pecados ajenos, en virtud de lo cual, como un sacerdote, interceder� incluso por los pecados de Israel que lo mat� ". En esta profec�a se deben se�alar muchas cosas; Como yo, de que se habla de una y la misma persona desde el principio hasta el final; de los cuales se predice una serie continua de eventos, sin pasar ni entremezclar los asuntos de ning�n otro. II. A esta persona se le llama siervo de Dios, su siervo justo;y se le describe como la persona m�s inocente, intachable y santa; de incomparable paciencia, piedad, caridad, para no haberse descarriado nunca como otros hombres, y no haber merecido ning�n castigo por su propia cuenta, sino dispuesto a sufrir cualquier mal por la nuestra. III. Se da a entender que alguna vez fue el deseo de los jud�os, y que su generaci�n, o nacimiento, les fue previamente declarada , aunque a su llegada no deber�an conocerlo ni desearlo, debido a la condici�n mezquina, abyecta, humilde y afligida. en el que apareci�.

IV. Ideas muy opuestas se unen en su car�cter, que, al no ser coherentes al mismo tiempo, debe pertenecerle en diferentes momentos y en diferentes visiones. As� se le representa, como un hombre de dolores, familiarizado con el dolor; como herido y magullado hasta la muerte; como condenado judicialmente y cortado de la tierra de los vivientes; como derramando su alma hasta la muerte, y puesto en su tumba. Una vez m�s, se dice que prospera, que es exaltado, ensalzado y muy enaltecido ; a ver a sus disc�pulos a largo florecen, a astonish y espolvorear naciones gentiles, y, como un conquistador, aDivide la parte de los grandes y el despojo de los fuertes. V.Tal es el m�rito de su oblaci�n voluntaria de s� mismo como para ser expiatorio del pecado, del pecado de todos nosotros, y para ser recompensado por Dios con la conversi�n de las naciones gentiles, y con una exaltada, ensalzada, alta dignidad, hasta ahora. por encima de la de cualquier otra persona. De donde debe inferirse, que su estado de sufrimiento debe preceder a su estado triunfante.

Por �ltimo, se sugiere que sea profeta. Por su conocimiento, para justificar a muchos; un sacerdote que lleva iniquidades, ofrece su vida en ofrenda por el pecado e intercede por los transgresores; y un rey, ensalzado, ensalzado, siendo muy alto, y repartiendo los despojos de los fuertes. Todas estas marcas se encuentran con una tilde en el Mes�as cristiano. Es imposible establecer otro rey o profeta a quien se le puedan aplicar dos o tres de estas caracter�sticas, incluso en un sentido figurado tolerable. Los jud�os admiten que Isa�as no dijo estas cosas de s� mismo, sino de alg�n otro. Entonces, �qui�n deber�a ser este otro? No la naci�n de los jud�os dispersa y asolada ,(que los jud�os de Celso suponen que sufren as�, que muchos gentiles pros�litos pueden ser hechos en ocasi�n de su dispersi�n), porque sus sufrimientos eran el justo castigo de sus propios pecados. Aquel de quien Isa�as profetiz�, se dice que voluntariamente ofrece su vida por el perd�n de otros, no ha hecho violencia, no ha hablado enga�o, no ha abierto su boca con impaciencia bajo sus aflicciones, sino ha intercedido por los transgresores. , por quien sufri�. Muy diferente en todos los aspectos es el comportamiento de los jud�os, en su actual dispersi�n.

Su violencia y enga�o hacia sus propios hermanos, su transporte turbulento y rebelde hacia sus gobernantes, particularmente los romanos, a quienes resistieron hasta el �ltimo extremo; y sus oraciones diarias por la subversi�n de las naciones, en t�rminos muy oprobiosos, con la convicci�n de que su redenci�n no puede comenzar sino con la ca�da de las potencias cristianas, cuyo pueblo esperan gobernar alg�n d�a como con vara de hierro; todos estos son irreconciliables con las expresiones de la profec�a. Como poca presencia tiene Jerem�as, Jos�as o cualquier otro, para ser el objeto de esta predicci�n. Jerem�as no muri� por las transgresiones o el perd�n de los jud�os, que fueron a Babilonia antes de que �l fuera a morir a Egipto, y que regresaron ni un d�a antes por todos los sufrimientos que sufri�. �l relata de s� mismo, quemaldijo el d�a de su nacimiento; reprochado a Dios por ceder a su traici�n; or� para poder ver la venganza divina sobre sus enemigos; y finalmente, muy reacio a morir, capitul� por su vida. (V�ase Jeremias 12:1 ; Jeremias 20:12 .) �Y es este un carruaje que se adapta a la mansedumbre del cordero y al silencio de las ovejas ante sus esquiladores? �O cu�l llega al car�cter de alguien que intercede por los transgresores? Jos�as perdi� la vida ante el fara�n por su insensatez, en contra de la advertencia divina.

Entonces, �c�mo impuso el Se�or sobre estas personas la iniquidad de Israel? �O c�mo fue sanado el pueblo por su llaga, que realmente aceler� la destrucci�n general? Los sufrimientos de ninguno de los dos fueron meritorios. No les procuraron una semilla ni una larga sucesi�n de disc�pulos; ni fueron el medio de convertir reinos gentiles ; ni los que sufrieron, en ning�n momento posterior, fueron exaltados, ensalzados y enaltecidos ,por lo que soportaron. Entonces, �de qui�n escribe Isa�as? "Es una lecci�n dif�cil", dice Aben-ezra. Pero no ser�a tan dif�cil si escucharan a los jud�os antiguos, quienes estaban m�s cerca de las fuentes puras del sentido tradicional de la Escritura, y quienes la exponen del Mes�as. El Targum, como se se�al� anteriormente, comienza expresamente la profec�a, He aqu� mi siervo, el Mes�as, y en Isa�as 53:10 se refiere la simiente al reino del Mes�as;y no s�lo el Targum, sino que los m�dicos jud�os con una sola boca afirman, como lo recibieron de la boca de sus antepasados, que "el Mes�as debe ser entendido por el siervo de Dios, que prosperar� y ser� exaltado": y aquellos que permitan que , concede en efecto que el Mes�as debe ser el sujeto de todo lo que sigue; ya que no se puede aplicar una parte a un hombre y otra parte a otro, sin destrozar y confundir el orden de toda la profec�a. V�ase el segundo argumento del Dr. Sharpe, cap�tulo 7.

REFLEXIONES.� 1�, Mientras las naciones gentiles y los reyes escuchaban y cre�an con asombro la palabra del Evangelio, los jud�os, obstinados en la incredulidad, rechazaron el consejo de Dios contra sus propias almas.

1. El cap�tulo se abre con una denuncia contra ellos por rechazar el Evangelio. �Qui�n ha cre�do a nuestro anuncio? �Y a qui�n se revela el brazo del Se�or? Maravillosos como fueron los milagros que Jes�s obr�, y poderosa como fue la doctrina que ense��; sin embargo, muy pocos lo aceptaron y, en general, cerraron los ojos ante toda evidencia y no escucharon ni entendieron. Nota; (1.) De las multitudes que todav�a escuchan la palabra del Evangelio, la mayor parte es temible, no la reciban a la luz y el amor de ella. (2.) Hasta que el Esp�ritu de Dios d� una revelaci�n interior de Jes�s al alma, la predicaci�n m�s poderosa es ineficaz para la conversi�n.

2. La raz�n de su desprecio por Cristo fue la mezquindad de su apariencia. Porque crecer� delante de �l como planta tierna o como reto�o, que todo pie puede aplastar; y como ra�z de tierra seca, o rama de ra�z, que por falta de humedad se marchita y escasa en su crecimiento, su familia queda reducida a las circunstancias m�s mezquinas, y nada grande se esperaba de Nazaret. No tiene forma ni hermosura;bien respetando su persona, que quiz�s no se distingue por la belleza, como era de esperar en el rostro de Dios encarnado; o m�s bien su apariencia era poco prometedora; criado en una casita de campo; su vestimenta agradable a su posici�n; sus seguidores, pobres pescadores; y �l, en todos los aspectos, diferente al personaje que esperaban los jud�os carnales. Y cuando lo veamos, no hay belleza para que lo deseemos; sin pompa, sin esplendor que lo acompa�a; pero, pobres y abyectos a sus ojos, no pod�an desearlo como el Mes�as, quien parec�a tan incapaz de rescatarlos del yugo romano.

Es despreciado, como persona mezquina y despreciable; y rechazado por los hombres, sus pretensiones tratadas con desd�n, y su compa��a rechazada por ignominiosa: o, desprovisto de hombres, sin personas distinguidas, sin gobernantes ni fariseos, creyendo en �l o sigui�ndolo como sus disc�pulos: un var�n de dolores, y familiarizado con el dolor;toda su vida, especialmente desde el momento en que entr� en su ministerio, siendo escenario de angustias, de las tentaciones de Satan�s y de la malicia de sus perseguidores; mientras su propio coraz�n, afectado por las miserias humanas, gem�a por las desolaciones de sus enemigos, que �l previ�, y hac�a brotar las l�grimas de la m�s tierna compasi�n: sobre todo, la ira de Dios, que nuestros pecados hab�an merecido, fue puesta sobre �l. y llen� su alma de la m�s amarga angustia. Y escondimos de �l nuestros rostros, como un objeto repugnante: fue menospreciado, y no lo estimamos; todos consintieron en tratarlo con indiferencia y rechazar su reclamo como el Mes�as.

Pero que las humillaciones de Jes�s no lo hagan parecer peque�o a nuestros ojos; nunca se manifestaron m�s su gracia y gloria; Nunca pareci� m�s hermoso que cuando por nuestro bien se inclin� tan bajo, para satisfacer la deshonra que hab�amos tra�do a Dios por nuestros pecados, y humill�ndose para obtener nuestra exaltaci�n.

Segundo, tenemos un relato adicional de los sufrimientos del Redentor.
1. La causa de ellos, nuestros pecados y transgresiones, por los cuales Dios hab�a sido deshonrado, su ira provocada y nuestras almas perdidas y destruidas; y esto universalmente el cuidado; porque todos nosotros, como ovejas , nos hemos descarriado; desde el vientre, necio, desobediente, enga�ado, corrupto por naturaleza, y perverso en todos nuestros caminos delante de Dios. Hemos vuelto cada uno por su propio camino, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente, y cada uno, seg�n sus inclinaciones, ha perseguido con obstinada perseverancia la iniquidad que m�s f�cilmente lo acosaba. Nota; Nunca podremos conocer correctamente a Cristo, ni las maravillas de su gracia, hasta que nos familiaricemos con nuestro estado ca�do y veamos las profundidades del pecado en el que est�bamos hundidos por naturaleza y pr�ctica irremediablemente, salvo por su interposici�n.

2. La naturaleza de los mismos. Dolores y dolores, como no hubo dolores; Considerado por sus enemigos como aborrecido de Dios, todos sus sufrimientos considerados como justos juicios por sus cr�menes: Herido de espinas, clavos, lanza; magullado con golpes y golpes; su espalda ara�ada con rayas y azotes; oprimido aunque inocente, condenado como culpable; afligido con toda especie de miseria y aflicci�n, y terminando sus d�as en la cruz; una muerte de lo m�s dolorosa, ignominiosa y maldita.

3. Su comportamiento ante sus sufrimientos y su inocencia. No abri� la boca, excepto en oraci�n, por sus asesinos; no se escuch� ninguna queja sobre su injusticia o crueldad. Como cordero fue llevado al matadero, y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeci�, as� no abri� la boca; y de �l debemos aprender el mismo silencio paciente ante nuestros perseguidores m�s ac�rrimos. E hizo su sepulcro con los imp�os, y con los ricos en su muerte: estaba destinado a ser sepultado, y tambi�n a morir, con los malhechores; pero Dios lo orden� de otra manera; aunque su muerte fue con los imp�os, su tumba fue con los ricos, Jos� de Arimatea puso su cuerpo en su propia tumba nueva; y este honor le fue hecho,porque no hab�a hecho violencia, ni hab�a enga�o en su boca: aunque fue acusado de enemigo del Estado, de sedici�n y de enga�ador al pueblo, la acusaci�n era infame y falsa. �l era santo, inofensivo, sin mancha y apartado de los pecadores; y, desde la cuna hasta la tumba, en una inocencia inmaculada siempre hizo las cosas que agradaban a su Padre y, por lo tanto, estaba calificado para cargar con los pecados de los dem�s, sin que los suyos no tuvieran por qu� responder.

4. El fin o el prop�sito de sus sufrimientos era hacer expiaci�n por los pecados de los hombres y, mediante el pago de la pena que les correspond�a, obtener as� su descarga. �l carg� con nuestro dolor y carg� con nuestros dolores: no s�lo cur� las enfermedades del cuerpo de los hombres, toc� con tierna simpat�a por sus sufrimientos, ver Mateo 8:17 sino que carg� sobre s� mismo los dolores y los dolores debidos a nuestros pecados. El Se�or carg� sobre �l la iniquidad de todos nosotros; lo nombr� sustituto de los pecadores y consinti� en aceptar sus sufrimientos en su lugar; y habi�ndolo hecho pecado, u ofrenda por el pecado, por nosotros, fue herido y herido por Dios,con la espada de la justicia divina; por la rebeli�n de mi pueblo fue herido; de pie en su nombre y car�cter, la ira de Dios que hab�an provocado se pos� sobre su devota cabeza. Por eso fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestras iniquidades, el castigo de nuestra paz fue sobre �l, y por sus heridas fuimos sanados. Grandes, innumerables, agravados fueron los pecados de la humanidad; amplia, e irreparable por cualquier medio humano, la brecha hecha entre Dios y nosotros.

�Pero he aqu�! Jes�s ha encontrado un rescate: una bendita conmutaci�n se hace de nuestra culpa, miseria y pecado a nuestro Redentor, y de sus m�ritos infinitos para nosotros, trayendo perd�n, paz y curaci�n a nuestras almas que perecen, en virtud de sus sufrimientos y muerte. en nuestro nombre. Este es un tema agradable; en �l nunca podremos detenernos lo suficiente; porque de esto dependen todas nuestras esperanzas eternas. Podemos observar aqu�. [1.] El est�mulo dado al primero de los pecadores , que por �l vienen a Dios, Hebreos 7:25 . Si Jes�s, como el macho cabr�o en el d�a de la expiaci�n, han nacido todosnuestras iniquidades, entonces todos los verdaderos creyentes tienen la seguridad de la redenci�n a trav�s de su sangre, incluso el perd�n de los pecados. [2.] Esta es la propia constituci�n de Dios, aceptar el justo por el injusto; y por tanto podemos descansar en �l con perfecta satisfacci�n. [3.] Esta sustituci�n vicaria de la obediencia del Salvador hasta la muerte en lugar del pecador, es la gran peculiaridad y la gloria distintiva de la dispensaci�n del Evangelio.

5. Dios testific� su aprobaci�n y satisfacci�n por la empresa del Redentor, levant�ndolo de entre los muertos. Fue sacado de la c�rcel y del juicio, y �qui�n contar� su generaci�n? lo que puede interpretarse del agravio que le hizo en la injusta sentencia dictada contra �l, cuando, como malhechor, fue condenado en el tribunal de Pilato y crucificado por los hombres de esa generaci�n, cuya crueldad e inhumanidad eran indescriptibles. Por tanto, resucit� para la justificaci�n de todos los fieles; �Y qui�n contar� su generaci�n? puesto que la muerte ya no se ense�orea m�s de �l, y ha obtenido para s� mismo y sus fieles disc�pulos, que nadie puede contar, una eternidad de gloria.

En tercer lugar, el mismo tema se prosigue a�n m�s: los sufrimientos de Cristo y la gloria que debe seguir.
1. Sus sufrimientos. Al Se�or le agrad� herirlo, exigi�ndole el castigo debido a nuestras iniquidades. Le ha hecho sufrir; Jes�s, en su naturaleza humana, soportando la m�s severa angustia en su cuerpo y la agon�a en su alma, cuando se sustituy� en nuestro lugar e hizo de su alma una ofrenda por el pecado; entreg�ndose al sufrimiento; no por coacci�n, sino libre y voluntariamente; y puesto que tal era la demanda de la justicia, que nada m�s que la vida del Salvador pod�a satisfacer por el pecador, derram� su alma hasta la muerte, como libaci�n, derramando su sangre para la remisi�n del pecado .

Y fue contado con los transgresores; no solo porque fue injuriado como tal y se uni� a ellos en su crucifixi�n; pero, como llev� el pecado de muchos, muri� bajo la imputaci�n de la culpa de ellos, e intercedi� por los transgresores, cuando en la cruz clam�: "Padre, perd�nalos"; y esto en virtud de los mismos sufrimientos que �l sufri� all�, que fueron entonces, son ahora, y siempre ser�n, el �nico motivo eficaz por el que se puede obtener el perd�n de los pecados.

2. Su gloria, en virtud de estos sufrimientos, que estaba comprometida en el pacto de redenci�n, y por causa de la cual sufri� la cruz, despreciando la verg�enza. Tenemos aqu� varios detalles de esta gloria:
[1.] Ver� su simiente; no morir� en vano; tendr� una simiente espiritual, un pueblo que lo llamar� Padre; y prolongar� sus d�as; �l mismo vivir� para siempre y ver� a los hijos fieles de su gracia, que se han rendido para ser salvos por �l, sellados con la imagen completa de Dios aqu� abajo, y reunidos con �l en la eternidad para reinar con �l en gloria eterna.

[2.] La voluntad del Se�or prosperar� en su mano; la obra de la redenci�n del hombre, en la que Dios se deleita, ser� efectivamente realizada por �l, para la gloria de su Padre, su propia alabanza eterna y el consuelo eterno de los fieles.

[3.] Ver� el fruto de la aflicci�n de su alma, y ??quedar� satisfecho; sus dolores no resultar�n abortivos. Nota; El ardiente anhelo del Redentor por la salvaci�n de los hombres, y los dolores de parto que soport�; bien podemos decir: He aqu�, c�mo nos am�.

[4.] Con su conocimiento justificar� mi siervo justo a muchos, porque �l llevar� las iniquidades de ellos; �l mismo es justo , y autor de justicia eterna a toda alma fiel. Est�n justificados, absueltos ante la ley de Dios de toda acusaci�n; y muchos se declararon perfectamente justos y con derecho a todas las bendiciones que hab�a comprado.

La forma en que llegan a poseer esta bendici�n de la justificaci�n para la vida es, mediante el conocimiento de �l, familiariz�ndose con su car�cter y sus transacciones, y recibiendo el testimonio que Dios ha dado de su Hijo; no se requieren buenas disposiciones previas en nosotros; porque debemos ser salvos solo por gracia.

[5.] Su reino ser� grande, sus s�bditos numerosos; por tanto, yo le repartir� parte con los grandes, y �l repartir� despojos con los fuertes; como un poderoso conquistador, que con sus brazos somete a las naciones que est�n debajo de �l, y toma sus despojos. O le asignar� una multitud de naciones, y por presa muchos caer�n a su parte; incluso muchas de todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos, llevados por la predicaci�n del Evangelio a la obediencia de la fe.

Nota; (1.) Toda alma fiel es el bot�n de Cristo, rescatado de las manos de Satan�s, el pecado y la muerte. (2.) Aunque los incr�dulos son, y han sido en todas las �pocas, mucho m�s numerosos que los santos de Dios; sin embargo, cuando los fieles se re�nan en el �ltimo d�a, aparecer�n como una multitud que nadie puede contar.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Isaiah 53". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/isaiah-53.html. 1801-1803.