Bible Commentaries
Isaías 57

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

Introducción

La bendita muerte de los justos. Dios reprende a los jud�os por su idolatr�a ramera: da promesas evang�licas al penitente.

Antes de Cristo 699.

LA sexta secci�n, contenida en este cap�tulo, puede dividirse en tres partes: La primera parte contiene una exclamaci�n de un profeta, o una compa��a prof�tica, que deplora la seguridad carnal y la estupidez poco com�n de los hombres de ese tiempo, donde la iglesia corrupta era ser juzgado por Dios; dando primero, como prueba de esta seguridad, que vieron a buenos hombres arrebatados sin ninguna consideraci�n, Isa�as 57:1 . En segundo lugar, una mitigaci�n respecto a los justos mismos, Isa�as 57:2 . La segunda parte contiene una convicci�n de la iglesia ad�ltera, por los graves cr�menes cometidos por ella y su vergonzosa rebeli�n contra Dios; donde primeroes la convicci�n misma, con una enumeraci�n de sus faltas, como desprecio, burla y persecuci�n de los hombres buenos: Isa�as 57:3 .

Un tipo de idolatr�a y superstici�n de lo m�s vergonzoso, unido al asesinato de inocentes, tanto privado como p�blico, Isa�as 57:5 . Una veneraci�n de cierto rey, sustituido por as� decirlo en el lugar de Dios, como si la salvaci�n y la defensa del pueblo dependieran de su favor; Isa�as 57:9 y una obstinada perseverancia en este tr�mite, Isa�as 57:10 . En segundo lugar, una denuncia del juicio divino, Isa�as 57:12 . La tercera parte es consoladora, con respecto a los restos de los fieles y de aquellos que verdaderamente se arrepientan: en lo cual tenemos, primero,la compa��a prof�tica, en el nombre de Dios, prediciendo la reforma de la iglesia y despertando a los maestros designados por Dios para esta obra, Isa�as 57:14 .

En segundo lugar, el consuelo de los arrepentidos y contritos, que deben volverse de sus vicios a Dios e suplicar su gracia, Isa�as 57:15 . En tercer lugar, una declaraci�n de la manera y los medios por los cuales Dios llevar�a a cabo esta gran obra, junto con el �xito de la misma, Isa�as 57:19 . En cuarto lugar, una limitaci�n de la gracia con respecto a los malvados, que deben perseverar obstinadamente en sus prop�sitos malvados, Isa�as 57:20 .

Versículos 1-2

Perece el justo, etc. Estas palabras contienen una especie de preludio de la angustiosa escena que se abre inmediatamente despu�s; Para el profeta que se propone describir el estado melanc�lico de la iglesia ad�ltera, para ser castigado por los severos juicios de Dios, contempla a los pocos hombres piadosos y buenos que a�n permanecen en la iglesia, cayendo gradualmente y alejados, ya sea por un inmaduro o una muerte violenta; mientras que hubo muy pocos que tomaron este asunto en serio, y lo observaron como un presagio del juicio que amenazaba a la iglesia. Esta estupidez la lamenta con tristeza; inmediatamente adjuntando, sin embargo, un alivio para mostrar ( Isa�as 57:2.) que esta queja no se refer�a a los difuntos, por haber alcanzado una suerte m�s feliz, y como bendecidos a este respecto, que fueron sacados de los males y calamidades de su tiempo.

La terminaci�n de esta profec�a, seg�n Vitringa, debe buscarse a fines del siglo IX y en los siglos siguientes; cuando el poder papal prevaleci� grandemente, y la corrupci�n de la iglesia fue tan grande como la persecuci�n y los problemas de los piadosos. Apocalipsis 6:9 .

Versículo 3

Pero ac�rcate aqu�, etc.� El profeta procede a exhibir la iglesia, totalmente corrupta como estaba, los buenos hombres est�n extinguidos o dispersos; de modo que los que quedaban de los fieles yac�an escondidos en lugares solitarios; mientras que el cuerpo de la iglesia parec�a un cad�ver; no el verdadero, sino el ad�lteroIglesia. Esta iglesia es convocada ante el tribunal de Dios, primero para ser convencida y luego para ser condenada por sus cr�menes; cuyos cr�menes se mencionan bajo las ideas comunes a la idolatr�a de la iglesia antigua, aunque se refieren a la idolatr�a espiritual de la iglesia cristiana. Hay un poema notable de William de Malmesbury, quien vivi� en el siglo XII, que expone el estado corrupto de la iglesia en su tiempo, que sirve abundantemente para mostrar c�mo exactamente se cumpli� esta profec�a de Isa�as en esos tiempos.

Versículo 5

Matar a los ni�os, etc.� En general se acepta que el profeta en estas palabras alude a alg�n detestable rito supersticioso utilizado en su �poca en el culto de los �dolos, que algunos se refieren particularmente a los sacrificios ofrecidos a Moloch, por lo que el valle de Hinom fue notablemente infame. Pero, cualquiera que sea la referencia, el pasaje debe entenderse metaf�ricamente de la superstici�n y crueldades practicadas en el per�odo de la iglesia cristiana a que se refiere.

Versículo 6

Entre las piedras lisas, & c. Entre las piedras lisas del valle est� tu porci�n; estos, estos son tu suerte: aun a estos derramaste tu libaci�n, presentaste tu ofrenda. �Puedo ver estas cosas con aquiescencia? Vitringa piensa que el significado de la primera cl�usula es: "Ser�n arrojados a los valles profundos y bajos, donde realizar�n los ritos execrables antes mencionados, y all� perecer�n".

Versículo 8

Detr�s de las puertas, etc. Tu recuerdo, o memorial, significa tu �dolo. "Tu imagen tutelar, que al entrar y salir puedes adorar". El lector seguir� teniendo en cuenta que las ideas aqu� est�n todas tomadas de la expresi�n de la antig�edad. Ver Apocalipsis 2:14 .

Versículo 9

Y fuiste al rey con ung�ento � De acuerdo con la interpretaci�n que hemos dado hasta ahora, el rey de la m�stica Babilonia, o el Papa, debe ser referido, a quien los detalles de este vers�culo pertenecen muy adecuadamente, ya que est�n familiarizados con la historia de ese monarca anticristiano se discernir� f�cilmente. Ver Apocalipsis 18:13 ; Apocalipsis 18:24 .

Versículo 10

Has hallado la vida de tu mano, etc. - Es decir, " Has encontrado tu deleite en esa molesta superstici�n; por tanto, aunque te aflijas penosamente, soportas todas las molestias de ella, porque esta superstici�n satisface tu deseo." El kimchi lo tiene, la vida de tu fuerza, porque la mano es en el hombre el instrumento de trabajo, que se emplea en la superstici�n. Ver Vitringa.

Versículo 14

Y dir�s, & c.� Y �l dijo, o, Y una voz dice, & c. Estas son las palabras del coro prof�tico, que relatan que se hab�a emitido una voz , o un mandato de Dios, para preparar el camino y quitar de �l todos los tropiezos; es decir, reformar la iglesia de ese estado de corrupci�n que se describe en los vers�culos anteriores; una obra de tanta dificultad como importancia, y cuya predicci�n bien merec�a ser introducida de la manera sublime que aqu� la encontramos.

La reforma de la iglesia a partir del error y la superstici�n papistas es un evento demasiado conocido y muy valorado como para que sea necesario hablar de �l en este lugar. Como ejemplo de los escollos eliminados de la iglesia, el lector puede consultar los cien agravios propuestos al Papa Adriano por los pr�ncipes de Alemania en el a�o 1523; cuando la fe fue limpiada de errores y la luz del Evangelio restaurada al mundo cristiano. Ver Vitringa.

Versículo 15

Porque as� dice el Alto y Sublime: Esta exquisita frase no es dif�cil de entender, aunque no es f�cil de comprender toda su fuerza y ??energ�a. Puede estar conectado con lo que precede o con lo que sigue despu�s. Si con el primero, se da una raz�n por la cual Dios introdujo una reforma despu�s de tanto retraso; a saber, para que no pareciera haber descuidado por completo a los piadosos y a los que lamentaban sinceramente las ofensas y los males de su �poca; cuando, por el contrario, los apreciaba mucho y estaba dispuesto a consolarlos, como si fueran los �nicos en los que verdaderamente vivir�a.y reconocer por su pueblo. Si se relaciona con este �ltimo, ense�a que Dios, en su severidad, podr�a castigar justamente a la iglesia corrupta por el abuso de su palabra y gracia; y la destruir� con sus juicios, por ad�ltera y por haber violado su pacto.

Pero como abundando en gracia y misericordia, y sabiendo que muchos permanecieron en ella quienes fueron arrastrados imprudentemente al error, y quienes, siendo amonestados por su error, por la gracia de su esp�ritu regresar�an a �l en verdadero arrepentimiento y dolor piadoso, �l hab�a determinado a tener en cuenta a estos, ya que es peculiar de su naturaleza mostrar misericordia y favor, y revivir a estos humildes y contritos, mediante sus consuelos y la esperanza de la gracia. Esta �ltima parece la interpretaci�n preferible.

Versículos 17-18

Por la iniquidad de su codicia� Para reclamar a un pueblo errante y carnal, aqu� se nos dice que Dios hab�a aplicado la vara de sus juicios de castigo, que sin embargo no hab�an producido ning�n efecto bueno, porque el pueblo todav�a se hab�a vuelto Dios, y se apartaban cada vez m�s de �l: de modo que ahora iban a ser completamente abandonados y entregados a la severidad del juicio, o ser socorridos por las ofertas de gracia extraordinaria; y este �ltimo es el que Dios elige con gran misericordia. Los dolientes de los que se habla aqu�, se refieren a los verdaderos creyentes, que lamentaron los esc�ndalos y las ofensas de la iglesia en sus tiempos, bajo los cuales sufrieron dolorosamente; como los valdenses, los lolardos, etc.

Versículo 19

Creo el fruto de los labios, etc. El significado es "que Dios suscite en este tiempo, por su gracia, predicadores del Evangelio puro y genuino"; quien, siguiendo el ejemplo de los tiempos apost�licos, debe predicar poderosamente esa verdad genuina y evang�lica, que trae paz y tranquilidad a las conciencias atribuladas, la reconciliaci�n de Dios con el pecador creyente, por la sangre de Jesucristo; y por eso se llama enf�ticamente, el Evangelio de la paz. Esta predicaci�n suya debe extenderse por todas partes, y debe afectar a todas las personas y naciones sin distinci�n; y por este medio la iglesia deber�a ser verdaderamente sanada y restaurada. Ver Efesios 2:17 ; Efesios 6:15 .

Versículos 20-21

Pero los malvados, etc. � Por eso aprendemos que la iglesia en este tiempo deber�a estar dividida en dos partes: adem�s de los humildes y arrepentidos, confesores de la verdad, deber�an estar los malvados; los que estaban desprovistos de la verdadera justicia; y, rechazando la justicia de la justificaci�n que les ofrece el Evangelio, persistiendo obstinadamente en su vieja superstici�n e idolatr�a, trabajaron con todo su poder para extinguir la luz naciente de la reforma; y quien, animado por los m�s vehementes y diab�licos afectos, se dedicar�a d�a y noche a una b�squeda incesante de consejos y artilugios para lograr este fin; infelizmente para ellos mismos, al verse privados de toda verdadera paz y consuelo mental. Ver Salmo 10:8 y Vitringa.

REFLEXIONES.� 1�, Si los centinelas eran ciegos y descuidados, no es de extra�ar que la gente fuera est�pida y negligente y desatendiera los avisos de la Divina Providencia.

1. Perece el justo, y los misericordiosos son llevados. La muerte los libr� de sus cargas, y Dios en misericordia los sac� de un mundo inicuo. Nota; La piedad no protege de la muerte; es m�s, en tiempos de persecuci�n, los justos est�n m�s expuestos. El primer hombre que muri�, muri� m�rtir.

2. Fue una se�al de gran dureza de coraz�n y falta de atenci�n a las llamadas de Dios, que nadie se lo tom� en serio ni lo consider�. La remoci�n de los justos es una grave p�rdida para la iglesia y para la naci�n; una se�al del disgusto de Dios y una advertencia de los juicios que se acercan; y los que no escuchan la vara y se arrepienten, pronto sentir�n su dolor y perecer�n bajo el golpe.

3. La bienaventuranza de los justos en su remoci�n es grande; para ellos, morir es ganancia. Son apartados del mal que vendr�, como No� en el arca, antes de que se levante el diluvio: no ven el mal que viene sobre un mundo inicuo, sino que emprenden su vuelo feliz a las mansiones preparadas para ellos en gloria. Entrar� en paz, o ir� en paz; ning�n temor desanime la hora de su muerte; habiendo visto la salvaci�n de Dios, parte con gozo a la posesi�n total de ella, para entrar en esa morada bendita donde el pecado, la tristeza y los sufrimientos nunca m�s perturbar�n su informe.

Descansar�n en sus lechos: ning�n lecho tan agradable para los cansados, como ese lecho de polvo, donde los santos duermen dulcemente en Jes�s, y esperan una alegre resurrecci�n, cada uno caminando en su rectitud; o tal era su conducta en la tierra, o tal es ahora el estado de sus almas difuntas, liberadas de la carga de la carne y unidas a los esp�ritus de hombres justos hechos perfectos; o, antes que �l, admitido a la visi�n beat�fica y fruici�n del Dios bendito.

2o, Tenemos un car�cter fuerte atra�do por los malvados antes mencionados, que se complacieron en deshacerse de los justos que los turbaban: y esto puede pertenecer a los jud�os bajo sus �ltimos monarcas, especialmente a Acaz, en cuyo reinado vivi� Isa�as. ; oa la iglesia ap�stata de Roma, donde todas las idolatr�as de los paganos son revividas y, con el nombre de cristiano, el paganismo se restablece en cierta medida.
1. Son convocados al tribunal de Dios. Ac�rcate para escuchar tu terrible destino; y el t�tulo que se les da marca su car�cter; hijos de la hechicera, simiente del ad�ltero y de la ramera, o que cometen fornicaci�n, hijos de transgresi�n, simiente de falsedad;la ramera de Babilonia, los hijos de esa iglesia id�latra, cometiendo prostituci�n con ella, entregada a la iniquidad, abrazando falsas doctrinas y propag�ndolas. Nota; La pr�ctica del pecado es espiritualmente hechicer�a y adulterio; es un contrato virtual con el diablo y una ruptura abierta de nuestros compromisos bautismales.

2. Los delitos que se les imputan se producen, son muchos y se agravan.
[1.] El desprecio de Dios y sus advertencias, en las personas de sus ministros. Ellos ridiculizaron a los predicadores, los trataron con burla y desprecio, y les mostraron tales insultos y malos modales, que ellos mismos habr�an considerado una flagrante ofensa, si se hubieran hecho al m�s mezquino de sus sirvientes a quienes hab�an enviado con un mensaje. Nota; (1.) Aquellos que entregan fielmente el mensaje de Dios a un mundo inicuo, pueden esperar encontrar insultos y reproches a menudo.

(2) Cuando se trata de religi�n, ellos, que en otras ocasiones se enojan por su comportamiento de caballeros, aqu� cuentan las malas maneras como loables, y estiman a los ministros de Dios como excluidos del derecho com�n de la civilidad. (3.) Los que as� tratan con insolencia a los siervos de Dios, deben considerar bien contra qui�n se divierten: su asunto no debe ser burlado impunemente.

[2.] La idolatr�a. Estaban locos con sus �dolos y, como es la naturaleza de los afectos viles, cuanto m�s se complacen, m�s se inflaman y apresuran a los hombres a cometer excesos mayores. Debajo de cada �rbol verde ten�an sus im�genes; y estaban tan enamorados que ni siquiera sus propios hijos eran demasiado queridos para ofrec�rselos; porque cuando un hombre se entrega a la lujuria de su coraz�n, se vuelve antinatural incluso para su propia carne y sangre y, para satisfacer sus apetitos furiosos, no le importan los sufrimientos que padecen sus hijos y su familia. Innumerables eran sus �dolos: si encontraban en los arroyos del valle una piedra lisa, la levantaban para adorarla y la valoraban como su porci�n y herencia; como hacen los papistas con respecto a las im�genes de sus santos. �Deber�a recibir consuelo en estos?dice Dios; No; son su m�s absoluto aborrecimiento. Sobre los montes erigieron su lecho, sus altares id�latras, y all� subieron para ofrecer sacrificios a sus �dolos: aludiendo, quiz�s, a la ciudad de Roma, sede de la idolatr�a, asentada sobre siete montes; oa sus altos altares, donde celebran sus misas, s�, cada casa tiene su santo tutelar, como los paganos Lares y Penates.

Detr�s de las puertas y de los postes has puesto tu memoria; sus im�genes, crucifijos y cuadros supersticiosos; porque te has descubierto a otro que no soy yo, o de m�; ap�stata del verdadero culto de Dios, y prostituida a la idolatr�a; y ha subido, abierta y p�blicamente sin sonrojarse, a estos altares imp�os. Ensanchaste tu lecho, sus templos de �dolos; y te hice pacto con ellos; se unieron en alianza con otros como ellos, ver Apocalipsis 13:15 . Amaste su lecho donde lo ve�as; te deleitaste en los lugares y altares para el culto id�latra, como Acaz, �xodo 16:10 o,donde has visto una estatua, te postraste y la adoraste.

[3.] Su celo por hacer pros�litos de su idolatr�a. Fuiste al rey con ung�ento, etc. Algunos refieren esto a la confianza que los jud�os depositaban en la ayuda extranjera que buscaban; pero puede aplicarse a Roma, la madre de las rameras, quien, engalan�ndose con toda la pompa y el esplendor de la devoci�n exterior y el culto chill�n, invita a los reyes de la tierra a cometer fornicaci�n con ella; e incrementaste tus perfumes, para parecer amable; pretendiendo la antig�edad, la infalibilidad, el poder de los milagros y la autoridad para otorgar indulgencias plenarias por el pecado: y enviaste a tus mensajeros lejos;nuncios y legados a las cortes de sus reyes, para establecer su autoridad, y misioneros y emisarios para promover sus intereses y difundir su religi�n falsa: y hasta te humillaste hasta el infierno; pretendiendo la m�s profunda humildad, para atrapar a los incautos; o humillaste hasta el infierno; convirti�ndola en siete veces m�s hijos del infierno que antes, y destruyendo las almas de aquellos a quienes pretend�a salvar.

[4.] Su obstinada perseverancia en esos caminos de maldad. Est�s cansado de la grandeza de tu camino, o de la multiplicidad de tus caminos, de las muchas estratagemas y de los vastos esfuerzos realizados para rodear la sujeci�n de los reinos y de todas las iglesias a la iglesia de Roma, que fueron suficientes para haber agotado la invenci�n. y paciencia, antes de que surtan efecto. Sin embargo, no dijiste: No hay esperanza; ninguna desilusi�n disuadi� a la sede romana de perseverar en sus ambiciosos designios, hasta que finalmente prevalecieron. Has hallado la vida de tu mano, el dominio sobre las conciencias de los hombres y sobre todas las dem�s iglesias que buscaban, con todas las riquezas que all� acumularon; por tanto, no te entristeciste,o enfermo; no se arrepintieron de los dolores sufridos, ni estaban hartos de la empresa, de la que esperaban que al fin todos sus dolores fueran recompensados.

Y esto puede aplicarse a los pecadores en general: [1.] La felicidad que buscan en las comodidades de las criaturas los fatiga en la b�squeda y siempre defrauda sus expectativas. [2.] Aunque la experiencia le ense�e, por repetidas desilusiones, la vanidad de la criatura, tan enamorado est� el pecador, que todav�a alberga esperanzas, de que con el tiempo encontrar� el gozo que busca. [3.] A veces se halaga a s� mismo por haber alcanzado su objetivo y le dice a su alma: Descansa; pero m�s fatalmente se enga�a entonces, cuando m�s seguro clama: Paz, paz.

[5.] La impunidad prolongada hab�a generado confianza en su continuidad, a pesar de las repetidas provocaciones dadas. �De qui�n has tenido miedo o has temido? insinuando, o que se hab�a despojado de todo temor de Dios, o que era por temor a perder su influencia sobre sus devotos; que has mentido, no te has detenido ante el fraude y la falsedad para llevar a cabo su punto: y no te has acordado de m�; no prest� atenci�n a Dios, ni mostr� temor alguno por sus juicios.

�No he guardado la paz incluso en la antig�edad, y t� no me tienes miedo? o, por tanto , no temes; envalentonada para pecar por la paciencia que Dios hab�a mostrado al soportar sus provocaciones. Nota; (1.) El miedo a los hombres a menudo conduce al pecado de mentir. (2.) No pueden temer a Dios si se atreven a decir una mentira deliberada. (3.) Debido a que la venganza no se ejecuta r�pidamente en los trabajadores malvados, los pecadores presuntuosos se endurecen en sus iniquidades.

3. Dios amenaza con llevarlos a un juicio terrible, detectar su hipocres�a y visitarlos por sus pecados. Declarar� tu justicia; de esto se jactaron los jud�os y se dispusieron a establecer; como la iglesia de Roma tambi�n se jacta de su pureza, ense�ando la meritoriedad de los deberes de los hombres con Dios, e incluso finge obras de supererogaci�n: pero estas pretensiones ser�n r�pidamente refutadas y confundidas, ya sea por la predicaci�n del Evangelio puro, como en la reforma. , y en lo sucesivo, cuando la jerarqu�a romana sea destruida; o en la barra del juicio de Dios; pues entonces parecer� cu�n vanas son sus s�plicas; no te aprovechar�n,no puede justificarlos ante Dios, ni librarlos en modo alguno de su ira, que ser� revelada desde el cielo contra todos esos falsos pretendientes de m�ritos y pretensiones humanas ante Dios. Nota; (1.) Ning�n enga�o es m�s fatal que la presunci�n de nuestra propia justicia para ser aceptados ante Dios. (2.) La doctrina del m�rito de las obras es el gran pilar del papado: �Ojal� no se esparciera todav�a la levadura en el coraz�n de muchos protestantes!

En tercer lugar, tenemos,
1. La vanidad de los �dolos en el d�a de la calamidad. Cuando clames, te libren tus compa��as; pero absolutamente incapaces de ayudar. Entonces las confianzas del pecador le fallar�n; el viento, o el m�s leve soplo de aire, se los llevar� a todos; las obras de los que se justifican por s� mismos resultar�n todas ante el tribunal de Dios m�s ligeras que la vanidad misma.

2. La insuficiencia de los �dolos y las confidencias de las criaturas sirve para magnificar la suficiencia total de Dios, que nunca defraudar� a quienes hacen de �l su �nica roca. El que en m� conf�a poseer� la tierra y heredar� mi santo monte; que se refiere a la restauraci�n de los jud�os a su propia tierra desde Babilonia, o, espiritualmente, contiene una promesa de bendici�n para todos los fieles, quienes heredar�n la Cana�n celestial y llegar�n al monte eterno de Dios en gloria. Nota; La fe permanente en Dios es la forma m�s segura de asegurar una porci�n bendita en el tiempo y la eternidad.

3. Se hace una proclamaci�n para preparar el camino para el regreso de los jud�os cautivos; o esto puede ser considerado como el llamado de Dios por sus ministros a su pueblo, a salir m�stico de Babilonia; o, m�s generalmente, apartarse de todos los caminos del pecado. �l dir�: Echad, echad arriba, preparad el camino, para que sea llano y recto, porque as� es el camino de Dios; una calzada, un camino de santidad; los hombres que andan por el camino, aunque sean necios, no errar�n en ello; y de esta manera es tarea del gu�a espiritual conducir las almas de los hombres. Quita la piedra de tropiezo del camino de mi pueblo: esfu�rzate por se�alar las dificultades que se encuentran en el camino del pueblo de Dios y librarlo de todos sus problemas con el mejor consejo que pueda extraerse de los or�culos de Dios. Dios.

4. Los humildes y contritos encontrar�n el poder y el amor de Dios comprometidos para ellos. Porque as� dice el Alto y Sublime que habita la eternidad, en la contemplaci�n de cuyas trascendentes perfecciones, grandeza y gloria, nuestros pensamientos se pierden en asombro y adoraci�n, cuyo nombre es Santo, esencialmente as� en s� mismo, fuente de santidad para todos sus seres. criaturas, y cuyas obras y caminos est�n tan ordenados, de la manera m�s eminente para exhibir esta adorable perfecci�n; Habito en el lugar alto y santo; el cielo es su trono, donde se complace en hacer las manifestaciones m�s brillantes de su presencia, y adonde se nos ense�a a mirar hacia �l; sin embargo, no confinado a los cielos, �l llena el cielo y la tierra, y condesciende a tomar a sus favoritos. moradatambi�n con el que es de esp�ritu contrito y humilde; alegrando y consolando el alma del pecador abatido por los puntos de vista de la culpa, y sanando con su preciosa gracia el coraz�n quebrantado bajo un sentimiento de pecado; apoyando a sus afligidos oprimidos y perseguidos por los hombres; y, como abundan sus tribulaciones, haciendo que abunden tambi�n sus consolaciones: para reavivar el esp�ritu de los humildes y reavivar el coraz�n de los contritos, para que no se hundan en sus cargas, ni se desmayen en la desesperaci�n, sino por la fe y la paciencia soporten sus pruebas y con alegr�a y firmeza perseveren en su camino celestial.

Vitringa aplica esto particularmente a los sufrimientos de los valdenses y bohemios, tan cruelmente perseguidos por el Papa y sus seguidores; y otros, hasta los �ltimos d�as, cuando prevalecen los poderes anticristianos. Nota; (1.) Un esp�ritu humilde y contrito es uno de los mejores dones de Dios. (2.) Hay una comuni�n querida para disfrutar con Dios, que solo ellos pueden decir, en cuyos corazones se complace en manifestarse como no lo hace al mundo. (3.) Donde Dios habita, ning�n mal puede acercarse, ning�n bien real puede estar ausente.

5. Aunque Dios en misericordiosa correcci�n visite a su pueblo, r�pidamente quitar� la vara, cuando en la humillaci�n el alma se postra ante ella. Porque no contender� para siempre, ni ser� siempre la ira, como el coraz�n quebrantado est� dispuesto a temer; pero su ira es s�lo por un momento hacia los que yacen en el estrado de su trono en verdadera contrici�n; como un padre tierno, cuyas entra�as anhelan incluso cuando castiga a su hijo, as� el Se�or se apresura a poner fin a su controversia con su pueblo humillado y contrito, listo para perdonarlos instant�neamente ante su clamor sincero, y para apoyarlos o salvarlos. de todas sus angustias: porque el esp�ritu debe desfallecer ante m�, o ser abrumado, y las almas que he hecho;que Dios da como raz�n de su compasi�n: �l conoce nuestra debilidad y, si confiamos humildemente en �l, no nos impondr� m�s de lo que podamos soportar. Nota; Nuestras almas son de Dios, no meramente por creaci�n, sino mucho m�s por redenci�n y regeneraci�n.

En cuarto lugar, tenemos reprensiones, promesas y advertencias, seg�n los diversos estados del pueblo a quien se dirige la profec�a; y se dirigen contra los jud�os de ese d�a, o contra esas tristes declinaciones entre los cristianos, por las cuales Dios por un tiempo, con ira, permite que el hombre de pecado prevalezca contra ellos.
1. Su codicia estaba entre sus pecados que lloraban; Tanto la idolatr�a espiritual como la corporal los contaminaron: valoraban el oro m�s que a Dios, y la ganancia que la piedad; por tanto, Dios se enoj�, los vendi� en manos de los caldeos, y durante un tiempo pareci� apartarse por completo de ellos.

Y este es notablemente el pecado prominente de demasiados ministros en las iglesias protestantes, quienes, mientras s�lo buscan su propia ventaja y preferencia, est�n perdiendo las almas de su pueblo, seducidos por los emisarios del papado; y por esto Dios tiene controversia contra ellos. Nota; (1.) La codicia, aunque cubierta con muchas enga�os enga�osos, es un pecado que Dios aborrece peculiarmente, y en los ministros del Evangelio es especialmente criminal. (2.) La ira de Dios, por poco temida que sea, resultar� terrible all� donde caiga.

2. Sus corazones eran obstinados y, en lugar de ser reformados por sus aflicciones, continuaron con perversidad; preocup�ndose contra el Se�or, en lugar de postrarse ante el estrado de sus pies; y persistiendo en el camino de su codicia, en lugar de volver de ella. Nota; El coraz�n perverso del hombre a menudo se enfurece m�s por la moderaci�n; y las aflicciones m�s severas son in�tiles para humillarlo.

3. La misericordia de Dios triunfa sobre su perversidad. Bien podr�amos haber esperado haberle o�do decir: He visto tus caminos y te destruir�; pero �he aqu�! muy al rev�s; He visto sus caminos y lo sanar�, todos los que se arrepentir�n de �l. No podemos ayudarnos a nosotros mismos con nuestros poderes naturales; nuestra naturaleza es completamente corrupta; a menos que intervenga la gracia divina, estaremos perdidos para siempre. Este Dios ve y conoce; por lo tanto, ofrece un perd�n gratuito y est� dispuesto, por las poderosas influencias de su Esp�ritu, a convertir nuestras almas, curar sus enfermedades inveteradas y atraernos poderosamente para que podamos seguirlo. Yo tambi�n lo guiar�, a todos los que as� lo siguen, por sendas de justicia por amor de mi nombre, y pondr� en alto sus caminos;y devolverle consuelo a �l y a sus dolientes, llevados a un sentido profundo y humillante de su culpa, y, aunque una vez endurecidos, ahora por la gracia divina derretidos con dolor y verg�enza: Dios, por lo tanto, vendar� sus heridas sangrantes, hablar� c�modamente a sus almas, y enjuga toda l�grima de sus ojos. Nota; (1.) Es un s�ntoma bendito para bien, cuando el alma comienza a llorar por el pecado. (2.) Debemos atribuir la gloria a Dios, que nuestras almas obstinadas siempre son llevadas a ver y lamentar la maldad de nuestros caminos. (3.) Los que siembran con l�grimas seguramente cosechar�n con alegr�a.

4. El consuelo que Dios restaurar� surge especialmente de un sentido de paz y reconciliaci�n entre �l y el pecador. Creo el fruto de los labios; Dios da tanto la causa de acci�n de gracias a los que lo buscan con sinceridad, como abre el coraz�n y los labios para hablar en alabanza. Paz, paz al que est� lejos y al que est� cerca, dice el Se�or; paz con Dios, paz de conciencia, paz de todos los enemigos, paz presente y eterna para toda alma fiel: y a esto parece referirse el ap�stol, Efesios 2:17y lo aplica a la predicaci�n de los ap�stoles, cuando no solo los jud�os, sino tambi�n las lejanas tierras gentiles, escucharon el Evangelio de la paz, hallaron perd�n mediante la sangre de la cruz y se unieron en un solo cuerpo, manteniendo la unidad del esp�ritu. en el v�nculo de la paz: y lo sanar�; recuper�ndolos de todos sus pecados y rebeliones, restaur�ndolos a un estado de pureza y sanando todas sus divisiones.

Nota; (1.) Nadie puede hablar paz al alma atribulada, hasta que Dios cree el fruto de los labios y haga que la palabra de la gracia del Evangelio en la boca de sus siervos sea eficaz para el doliente sincero. (2.) Todos los que son restaurados a la paz con Dios, desde ese momento comienzan a experimentar las influencias santificadoras de su gracia.

5. Los impenitentemente malvados finalmente perecer�n. Son como el mar revuelto cuando no puede descansar; agitado por los vientos de una pasi�n furiosa, sacudido de un lado a otro con las luchas de afectos viles y corrupciones discordantes, y frecuentemente inquieto bajo las aprensiones aterradoras de la ira que se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres: cuyas aguas arrojan fango y suciedad; echando espuma a su propia verg�enza, contaminando y contaminando en su conversaci�n, y todas sus comodidades se vuelven amargas y repugnantes por la maldici�n de Dios que se mezcla con ellos. No hay paz, dice mi Dios, para los imp�os; no hay paz con Dios, no hay verdadera paz de conciencia, no hay paz en la muerte, no hay paz en la eternidad; pero la ira de Dios permanece sobre ellos.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Isaiah 57". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/isaiah-57.html. 1801-1803.