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Bible Commentaries
Job 1

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

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Versículo 1

EL LIBRO DEL TRABAJO.

Quiz�s no exista ning�n libro de Escritura que haya dividido tanto a los int�rpretes y que haya proporcionado un campo de controversia tan grande como el libro de JOB: algunos suponen que es de la m�s remota antig�edad, escrito por Mois�s o por el mismo Job; otros lo reducen a una fecha muy baja; suponiendo que fue escrito por Esdras, en el momento del regreso del cautiverio babil�nico. No molestar� a mi lector con una discusi�n de estas diversas opiniones; pero, habiendo dado al asunto la consideraci�n m�s imparcial y madura que pueda, le expondr� el resultado de mi investigaci�n, respetando el autor, el momento de escribirlo, y el tema de este libro. Primero,con respecto al autor, no puedo evitar suscribirme a su opini�n, que creen que �l y su actuaci�n son de la m�s remota antig�edad, antes de Mois�s y de la �poca patriarcal. Que Job era una persona real, y que sus sufrimientos eran reales, creo, est� universalmente aceptado: pero si �l mismo, Eli� o alg�n otro de sus amigos, fueron los relatores de sus sufrimientos, me parece imposible de determinar.

Muchos eruditos creen que el mismo Job fue el escritor: m�s bien me inducen a pensar que fue alguna otra persona de su edad o �poca. Que el libro, en segundo lugar; es de la m�s remota antig�edad; Aparecen, seg�n tengo entendido, muchos testimonios indiscutibles, que se producir�n en el curso de nuestras observaciones. En tercer lugarCon respecto al tema de este libro en general, estamos de acuerdo con el erudito obispo Lowth, quien determina que contiene la tercera y �ltima prueba de Job, que le hicieron sus tres amigos; el principal prop�sito del cual es, ense�ar a los hombres, que, considerando la corrupci�n, ignorancia y debilidad de la naturaleza humana, por un lado; y la sabidur�a infinita y la inmensa grandeza de Dios por el otro; deben renunciar a su propia voluntad, confiar plenamente en Dios y someterse a �l en todas las cosas con la m�s profunda humildad y reverencia. Este es el final o argumento general del poema: pero toda la historia, tomada en conjunto, contiene propiamente un gran ejemplo de paciencia consumada y recompensada.

Hemos llamado al libro un poema; y as� es, de tipo dram�tico, aunque de ninguna manera un drama completo. Las partes interlocutorias de la obra est�n expresadas en metros. Respetando el lugar o el escenario de la acci�n, vea la nota en el primer verso. Posiblemente se nos ocurrir� no s�lo el argumento, si omitimos mencionarlo, de que el obispo Warburton se ha esforzado en�rgicamente por demostrar que este libro es una alegor�a dram�tica, compuesta por Ezra para el consuelo de los jud�os que regresan de Babilonia; en donde, bajo el car�cter de Job y sus amigos, est�n representados esos jud�os y sus tres grandes enemigos, Sanbalat, Tob�as y Geshem. Atra�do por el atractivo de esta alegor�a, otro escritor la ha llevado tan lejos como para alegorizar aquellas partes que el obispo sabiamente omiti� tocar, y por su amigableLos esfuerzos han hecho m�s, quiz�s, para refutar el sistema del obispo que cualquiera de sus oponentes directos. Pero en este sentido, remitimos a nuestros lectores a la ingeniosa disertaci�n cr�tica del Sr. Peters sobre el libro de Job, y a las excelentes conferencias n�mero 32 y siguientes del obispo Lowth .

CAR�CTER DEL TRABAJO.

El car�cter de Job nos brinda tal espect�culo, como dice S�neca, aludiendo a las demostraciones de gladiadores tan comunes entre los romanos, que era digno de contemplar a la Deidad misma; verbigracia. la de un hombre piadoso y bueno, combatiendo la adversidad; y, entre otras miserias de un tipo extraordinario, molesto por las sospechas injustas y las acusaciones malhumoradas de sus amigos equivocados.

Y aqu� lo encontramos usando todos los argumentos que se podr�an pensar en su propia defensa; para curarlos, si es posible, de su error, y persuadirlos de su inocencia; apelar al curso general de la Providencia, que, en su mayor parte, reparte las cosas de manera promiscua y, a menudo, involucra lo bueno y lo malo en la misma calamidad com�n; dirigi�ndolos a casos, dentro de su propio conocimiento, de aquellos que hab�an sido tan malvados como grandes y, sin embargo, hab�an vivido un largo curso de a�os en prosperidad, y finalmente murieron en paz y fueron sepultados con gran pompa; de modo que ning�n juicio visible los hab�a sobrevenido, ni en sus vidas ni en sus muertes.


Cuando esta visi�n de la Providencia, tan veraz y evidente para la experiencia, todav�a quer�a la fuerza para eliminar un error obstinado, los recuerda del juicio futuro, que era la temporada adecuada para la recompensa y el castigo; y declara, de la manera m�s solemne, sus esperanzas de ser absuelto all�.

Cuando todo esto no sirve, pero todav�a no le creen y lo persiguen, se ve empujado al �ltimo argumento del que har�a uso un hombre modesto, y apela a su propio comportamiento p�blico y privado en todo el curso de su vida: y luego en esta ocasi�n despliega tal conjunto de admirables virtudes, y muestra la piedad, la prudencia, la humanidad de su conducta, en una luz tan amable, con una libertad tan noble y, al mismo tiempo, un aire de verdad, que me pregunto si hay algo de ese tipo m�s bello o instructivo en toda la antig�edad; quiz�s nunca se dibuj� una imagen m�s fina de un hombre sabio y bueno. �Qu� prudente y recto en sus decisiones, como magistrado o juez! �Qu� justo y ben�volo en su car�cter dom�stico, como padre de familia! Cu�n intransitable a todos los encantos del placer, en el apogeo de su prosperidad, �Y qu� sensible a las quejas y miserias de los dem�s! Y, sobre todo, �cu�n notablemente piadoso en sus principios! �Cu�n cuidadoso en construir su virtud sobre su propia base s�lida, la religi�n o el temor de Dios! Si tuviera que presentar las pruebas de esto, debo transcribir la totalidad de los cap�tulos 29 y 31.

Pero con todas estas grandes y excelentes cualidades, no podemos dejar de notar una peque�a mezcla de alivio e imperfecci�n. Porque, es cierto que un car�cter perfecto, por mucho que haya existido en la idea, nunca apareci� antes una vez en el escenario real del mundo.
Debemos perdonar a este buen hombre, por lo tanto, las peque�as excursiones y las quejas apasionadas que de vez en cuando le obligaba la extremado de sus sufrimientos. Su desesperaci�n y cansancio de la vida; su a menudo desear la muerte; su entusiasmo por enfrentarse a su juicio; sus fervientes peticiones, e incluso protestas con su juez, para llevarlo a ella, o, al menos, para familiarizarlo con las razones de estas severas inflicciones. Hay que reconocer que estos y similares aparecen como sombras y defectos en el car�cter de este gran hombre, y pueden argumentar algo de impaciencia, incluso en este modelo heroico de paciencia.
Mucho, sin embargo, podr�a decirse en su excusa: que sus aflicciones ten�an algo en ellas muy asombroso, y m�s all� de la medida com�n; que los malestares del cuerpo tienen a menudo una tendencia natural a producir pensamientos negros, y un desaliento de la mente: a lo que se pueden agregar, las censuras y sospechas precipitadas de sus amigos, ya que afectaron su reputaci�n, que, para una mente generosa, es lo m�s valioso del mundo, junto a su integridad: no es de extra�ar que un trato tan inhumano, tan inmerecido, tan inesperado, provoque hasta el extremo a una persona abrumada ya por el peso de sus desgracias.

Estas cosas ciertamente podr�an ofrecerse como excusa por las peque�as imperfecciones que aparecen en los discursos y la conducta de este gran hombre. Pero, despu�s de todo, lo mejor que se puede alegar en su favor, y lo que cubre todas sus imperfecciones, es su propio comportamiento en esta ocasi�n, y no presentar ninguna excusa para ello; pero en cuanto fue llevado a recordar sus errores, confes�ndolos inmediatamente con gran sencillez y la m�s profunda humildad y contrici�n. Cap. Job 40:3 .

Entonces Job respondi� a Jehov�, y dijo: He aqu�, soy vil, �qu� te responder�? Pondr� mi mano sobre mi boca: - Y nuevamente, cap. Job 42:3 , etc. He dicho que no entend�; cosas demasiado maravillosas para m�, que no sab�a. Pero ahora mis ojos te ven; por eso me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza.

La complacencia y el favor con que el Juez Supremo acept� este humilde reconocimiento, y la generosa recompensa otorgada a este buen hombre, como un anticipo de una a�n mayor que �l esperar� en el futuro, nos ense�ar�n esta verdad muy aceptable e importante. : Cu�n dispuesto est� Dios a pasar por alto las peque�as debilidades de la naturaleza humana en alguien en quien hay una integridad probada y resuelta todav�a empe�ada en cumplir con su deber, y decidido, le suceda lo que le suceda, a adherirse a Dios en todas sus pruebas. y tentaciones.

REFLEXIONES.� Primero, Job hab�a comenzado sus agradecimientos humildes, cap. Job 40:4 .; pero ahora sus convicciones, mucho m�s profundas y fuertes, producen una humillaci�n m�s humilde ante Dios.

1. Se somete completamente a Dios. S� que puedes hacer todo; estos maravillosos ejemplos de tu poder me convencen de que es una locura contender con el Todopoderoso, y una locura desesperar por lo que su poder puede hacer: nadie es tan alto que no pueda humillar, nadie tan bajo que no pueda restaurarlos y exaltarlos; y que no se te puede negar ning�n pensamiento; conoce los secretos del alma; ning�n pensamiento corrupto, irritable o incr�dulo surge sin que �l lo note.

2. Confiesa su ignorancia, pecado y necedad. �Qui�n es el que esconde el consuelo sin conocimiento? pretende ser m�s sabio que Dios. Que escuche la advertencia y sea amonestado por m�; ha sido mi caso, con verg�enza lo reconozco: por eso he dicho lo que no entend�. No he tenido un conocimiento correcto ni de la pureza de Dios ni de mi propia contaminaci�n; de su poder, o de mi propia debilidad; de su sabidur�a, o de mi propia ignorancia: cosas demasiado maravillosas para m�, que no sab�a, he hablado acerca de las dispensaciones de su providencia y los misterios de su gobierno, equivocando sus designios y encontrando faltas en Dios neciamente; en el que mi presunci�n, obstinaci�n y orgullo se han manifestado ante mi culpa y confusi�n.

3. Ahora decide cambiar su tono y convertir la voz de la discordia en el lenguaje de la oraci�n, como su �nico m�todo adecuado para acercarse a Dios. Oye, te ruego, aunque reconozco que no merezco tu atenci�n y atenci�n, y hablar�; no en defensa propia, sino en humilde confesi�n; Te demandar� o te har� mi petici�n; y dime t�, responde a mi petici�n perdonando mi pecado, e instr�yeme en el camino correcto, para que no vuelva a equivocarme.

4. �l siente y es due�o del profundo sentido que ten�a de su pecaminosidad. He o�do de ti por el o�do del o�do; sus padres y maestros le hab�an dado buenas instrucciones acerca de las perfecciones de Dios; y probablemente hab�a recibido revelaciones de �l; pero ahora mis ojos te ven; nunca antes se le hab�a hecho tal descubrimiento a su mente, de la soberan�a, el poder, la sabidur�a y la justicia de Dios, en todas sus dispensaciones providenciales. Probablemente ahora tambi�n en forma humana Dios apareci� visible, mientras que abri� el entendimiento de Job a una visi�n clara de su naturaleza, gloria e infinitas perfecciones, y se las manifest� en la apariencia o figura de un Redentor encarnado. Por tanto, me aborrezco a m� mismo y a todos los duros discursos que he dicho,y arrepi�ntete en polvo y ceniza, deseando dar testimonio de mi dolor y verg�enza, y renunciar de ahora en adelante a todo pensamiento y acto contrario a tu santa voluntad.

As�, todo penitente real debe volver a Dios, (1) bajo una convicci�n divina, que ning�n argumento humano puede producir sin el esp�ritu de Dios. (2.) Este sentimiento de pecado ser� profundo y duradero, s�, aumentar� con una visi�n m�s clara de la pureza de Dios. (3.) Debemos venir con una angustia de coraz�n por la deshonra que hemos tra�do a Dios, y una verg�enza y autodesprecio sinceros, que son las expresiones genuinas del verdadero arrepentimiento. (4.) Con la humilde esperanza de que, por viles y repugnantes que somos, Dios no nos rechazar�, sino que tendr� piedad y perd�n por el Redentor de las almas perdidas.

2. No debemos pensar, porque Job fue reprendido primero, que la causa est� dada contra �l, y sus acusadores justificados. No. Aunque merec�a una reprimenda, ellos lo merec�an m�s. Dios, mientras hace que Job reconozca lo que hab�a dicho mal, lo justificar� de sus injustas calumnias y los cubrir� de confusi�n.
1. Job es exaltado. Despu�s de que el Se�or hubo hablado estas palabras a Job,lo convenci� y lo humill�, lo perdon� y lo acept�, luego aparece para justificarlo y honrarlo. [1.] Lo reconoce como su sirviente, llam�ndolo repetidamente por este t�tulo respetable, como testimonio de su fidelidad en general, aunque por tentaci�n y enfermedad se hab�a equivocado y hablado sin avisar. [2.] Declara que en la controversia Job se hab�a acercado m�s a la verdad y hab�a hablado m�s sabia y honradamente de �l y de sus providencias que de sus amigos; al negar que la prosperidad era el criterio de la piedad o la aflicci�n en este mundo de hipocres�a y maldad; y extender sus puntos de vista a un estado futuro, donde era de esperar la retribuci�n del trabajo de cada hombre.

[3.] Lo nombra abogado de ellos; poniendo este honor sobre �l, conociendo bien el esp�ritu de caridad en su coraz�n, y cu�n dispuesto estar�a a orar por sus perseguidores. Nota;(1.) A quien Dios perdona, se complace en honrar. (2.) Un siervo fiel de Cristo puede equivocarse o ser sorprendido por una falta; pero Dios, que ve el coraz�n y la ra�z del asunto en �l, no negar� su relaci�n con �l. (3.) Donde hay mucho mal mezclado con lo correcto, no debemos condenar el todo por una parte, como tampoco deber�amos arrojar el mineral, porque proviene de la tierra mezclada con escoria. (4.) Los que han probado el amor perdonador de Dios por sus propias almas, no pensar�n que ning�n da�o es demasiado grande para ser perdonado u olvidado; o negarse a abrir los brazos del amor a su m�s ac�rrimo enemigo. (5.) Job fue aqu� una figura viva del Salvador de los pecadores, el �nico que pod�a ofrecer el sacrificio que Dios aceptar�a, en su m�s profunda angustia or� por sus asesinos, y siempre vive para interceder por los transgresores.

2. Los amigos de Job son abatidos y humillados. Quiz�s mientras escucharon el discurso de Dios a Job solo, pensaron que el veredicto era para ellos; pero ahora Dios les har�a saber que, aunque Job hab�a ofendido, ellos se hab�an excedido en ofensa. Hab�a hablado mal algunas cosas, pero muchas m�s; planteando falsas hip�tesis sobre sus tratos generales con los hombres; condenar injustamente al justo y malinterpretar la vara del amor en golpe de juicio; poni�ndolo triste, a quien deber�an haber consolado. Por esto, la ira de Dios se encendi� contra ellos; y, aunque eran buenos hombres, en esto hab�an merecido ser castigados; y por lo tanto deben traer un sacrificio de expiaci�n, como expiaci�n de su culpa. Deben humillarse, no solo ante Dios, sino ante Job, reconociendo su maldad, deseando sus oraciones,

Nota; (1.) Es peligroso juzgar precipitadamente el estado espiritual de los hombres, excepto en casos de vicio manifiesto; y una gran provocaci�n contra Dios, as� como una injuria a nuestros hermanos. (2.) Los mejores santos de Dios est�n expuestos a las censuras m�s severas, e incluso los hombres buenos ser�n a veces criminalmente severos. (3.) No debemos esperar el perd�n de Dios, a menos que hayamos satisfecho al m�ximo a nuestro hermano por las injurias que le hemos hecho. (4.) Es una misericordia que tengamos un Abogado a quien acudir, quien, por mucho que lo ofendimos, nunca rechaza el pleito del alma humillada.

3. Vemos a todos felizmente reconciliados. Los amigos de Job, sin demora, se someten al mandato divino: �l los perdona de coraz�n y ora por ellos. Aquellos que �ltimamente eran tan agudos en la contenci�n, ahora alzan juntos la voz de la s�plica humilde y, unidos en el amor, rodean un trono de gracia. Dios, muy complacido, acepta la ofrenda y la reconciliaci�n perfecta sobreviene por todos lados. Nota;(1.) Es una bendici�n ver las diferencias as� terminadas, y los amigos, separados por los errores o la locura, olvidando, perdonando y abrazando. (2.) Cu�nto m�s agradable ser�a, en lugar del calor de la disputa teol�gica acerca de opiniones que no son esenciales para la salvaci�n, unirse en amor, donde todos los cristianos verdaderos est�n de acuerdo, en oraci�n y alabanza, y trabajar para caminar m�s santa y humildemente ante Dios! (3.) S�lo hay una forma de reconciliaci�n para el pecador, la Sangre de la Expiaci�n: a menos que supliquemos eso, debemos deshacernos. (4.) Mientras esperamos en Dios en sus formas instituidas, podemos sentir el consuelo de nuestros servicios y regocijarnos en nuestra aceptaci�n, a trav�s del sacrificio y la intercesi�n de nuestro adorado Jes�s.

En tercer lugar, mejor, dice Salom�n, es el fin de una cosa que el principio; y lo vemos en el caso de Job abundantemente verificado. La restauraci�n y el aumento de su prosperidad fueron tan asombrosos como lo repentino y profundo de sus aflicciones.

1. Dios apareci� eminentemente por �l. Cuando or� por sus amigos, las bendiciones vinieron sobre su propia cabeza; el Se�or cambi� su cautiverio, restaur� su cuerpo de las ataduras de Satan�s y su mente de los terrores y angustias con que hab�a sido agitado; y, adem�s, duplic� las posesiones de las que hab�a sido privado. As� su fidelidad fue recompensada en esta vida, su cr�dito fue restaurado a los ojos de los hombres y sus comodidades aseguradas sobre una base m�s s�lida que antes.

Nota; Aunque esta vida, para un fiel creyente, puede compararse en asuntos temporales a veces con la situaci�n de Job en sus aflicciones, al menos en cierto grado, sin embargo, puede esperar una liberaci�n de su cautiverio, donde su prosperidad estar� incluso m�s all� de la de Job aqu�, inefable. y eterna.

2. Sus amigos y conocidos, que se hab�an alejado de �l, volvieron a visitarlo y consolarlo, compadeci�ndose de su aflicci�n; y, no contentos con una piedad vac�a, cada uno, seg�n su capacidad, le hizo hermosos regalos. Dios inclin� ahora sus corazones para ayudarlo: probablemente, la aprobaci�n que Dios hab�a dado a su car�cter elimin� sus sospechas de su integridad, lo que los hab�a llevado a descuidarlo; y el temor del disgusto de Dios, testificado contra sus tres amigos que hab�an sido tan severos con �l, los hizo desear tambi�n un inter�s en las oraciones de Job por ellos mismos. Nota; (1.) Dios tiene el coraz�n de todos los hombres en sus manos, y extra�amente puede inclinarlos a ejecutar sus designios. (2.) La verdadera caridad y amistad no solo traer�n el bondadoso deseo, sino la pronta y generosa ayuda.

3. Le asisti� un notable aumento. Su ganado, del ganado que le proporcionaban sus amigos, pronto duplic� el n�mero que hab�a perdido; y, sobre todas sus riquezas, la bendici�n de Dios sobre ellos los hizo especialmente valiosos. Y as�, su �ltimo fin fue mayor que su comienzo; m�s rico, m�s respetado y m�s feliz. Nota; (1.) La bendici�n de Dios sobre los esfuerzos honestos har� un poco para permitir un gran aumento.

(2.) Respetando la prosperidad exterior, un buen hombre a menudo encuentra una provisi�n hecha para �l en sus d�as de vejez m�s all� de las expectativas m�s optimistas de su juventud; mientras que su alma tambi�n, cargada de las riquezas de la gracia divina, que son la mejor porci�n, brilla m�s mientras se acerca a su fin; hasta que venga su gloriosa herencia, y deje un mundo que perece por un reino eterno.

4. Su familia fue maravillosamente restaurada; ten�a el mismo n�mero de hijos e hijas que antes. Se registran los nombres de este �ltimo: Jemima, el d�a; Kezia, una especia arom�tica; Kerenhappuch, el cuerno de la pintura. Se observa de ellos que eran personas de singular belleza, como sus nombres; hermosa como el d�a, fragante como Cassia, y floreciendo m�s brillante en su tono nativo que el tinte bermell�n. Y podemos suponer que sus logros mentales, y la ejemplaridad de su piedad, fueron iguales a la exquisitez de su forma, por la honorable distinci�n que se les mostr� al designarles una herencia con sus hermanos.


5. Disfrut� de una larga vida, coronada de misericordias. Vio a sus hijos hasta la cuarta generaci�n; ciento cuarenta a�os vivi� en un curso de prosperidad ininterrumpida; y luego, inclin�ndose suavemente hacia la tumba, como el trigo maduro en el tiempo de la cosecha, parti� lleno de d�as, satisfecho con la vida y dispuesto a cambiar sus posesiones en la tierra por riquezas m�s duraderas en el mejor mundo de gloria.
CAP. I.

Job, un hombre justo y rico, es acusado por Satan�s ante Dios, como si adorara a Dios en busca de recompensa. Dios entrega toda la fortuna de Job al poder de Satan�s; la cual, arrebatada de �l de inmediato, bendice a Dios con la m�s perfecta sumisi�n.

Antes de Cristo 1645.

Job 1:1 . En la tierra de Uz -Uz est� Edom, como se ve claramente enLamentaciones 4:21. Uz era nieto de Seir el Horeo, G�nesis 20:18. 1 Cr�nicas 1:38; 1 Cr�nicas 1:42. Seir habit� la regi�n monta�osa llamada en su honor, antes de la �poca de Abraham; pero, siendo expulsada su posteridad, los edomitas se apoderaron de ese pa�s, G�nesis 14:6. Deuteronomio 2:12. Se mencionan otras dos personas, del mismo nombre de Uz; uno descendi� de Sem, el otro hijo de Nacor, hermano de Abraham; pero no parece que se haya nombrado alg�n pa�s a partir de cualquiera de estos.

Edom es parte de Arabia Petraea, que limita con la tribu de Jud� al sur: N�meros 34:3 . Jueces 1:18 y, por lo tanto, la tierra de Uz est� correctamente ubicada entre Egipto y los filisteos en Jeremias 25:20 donde el orden de los lugares al enumerar al pueblo, desde Egipto hasta Babilonia, parece observarse con mucha precisi�n. Las mismas personas se colocan casi en el mismo orden. Jeremias 46 � l. Ver al obispo Lowth.

Cuyo nombre era Job - El nombre de Job, en caldeo, sir�aco y �rabe, puede, con la mayor probabilidad, derivarse de una ra�z que significa amar o desear; y podr�a convertirse en el amado o deseado.En cuanto al linaje de donde surgi�, lo m�s probable es que descendiera de Uz, el hijo mayor de Nacor, hermano de Abraham; pero lo lejos que est� s�lo puede conjeturarse a partir de la edad de sus amigos; el mayor de los cuales, Elifaz el temanita, no pod�a estar m�s cerca que su bisnieto de Esa�; porque Esa� engendr� a Elifaz, y el hijo de Elifaz fue Tem�n; de modo que, suponiendo que este Elifaz sea hijo de Tem�n (y m�s alto ser� imposible ubicarlo), entonces ser� cinco generaciones de Abraham; pero como Elifaz era mucho mayor que Job, no m�s que su padre, como aparece en el cap. Job 15:10y considerando que Abraham era muy viejo antes de tener un hijo de Sara, y que Rebeca, nieta de Nacor por Betuel, quiz�s su hijo menor, ten�a la edad apropiada para ser esposa de Isaac; Probablemente, no nos equivocaremos si permitimos que Job est� por lo menos seis, si no siete, generaciones alejadas de Nacor.

Por lo tanto, la edad en la que vivi� debe haber coincidido con los �ltimos a�os de la vida de Jacob, con los de Jos�, y el descenso y la estancia en Egipto; sus aflicciones deben haber ocurrido durante la estad�a, unos diez a�os antes de la muerte de Jos�; y su vida debe haber sido prolongada hasta catorce a�os antes de la salida de los israelitas de Egipto; es decir, el a�o del mundo 2499. El n�mero de a�os de la vida de Job ser�, seg�n este c�lculo, unos 200; lo cual, para esa �poca del mundo, y especialmente considerando que Job fue bendecido con una vida notablemente larga como recompensa por su sufrimiento e integridad, no parecer� muy extraordinario; porque Jacob vivi� 147 a�os; Levi, su hijo, 137; Coat, su nieto, 133; y Amram, su bisnieto y padre de Mois�s, 137; Mois�s tambi�n vivi� 120 a�os. Todos estos fueron sus contempor�neos, algunos mayores, otros m�s j�venes que Job; de modo que esto parece concordar sumamente bien con esa circunstancia de su historia. Brezo.

Versículo 3

El m�s grande de todos los hombres del este � Grocio y otros observan que el hecho de que Job sea llamado aqu� el m�s grande de todos los hombres del este, es un argumento de que el libro debe haber sido escrito por alg�n israelita o habitante de la tierra de Cana�n; El pa�s de Job se extiende hacia el este desde all�, y siendo habitual entre los hebreos llamar a Arabia el este.Pero si era habitual que otras personas adem�s de los hebreos llamaran a Arabia el este, entonces esto no puede ser un argumento de que el escritor del libro era hebreo; y aqu�, por lo tanto, debo tomar prestada una conjetura del Sr. Mede, que los israelitas aprendieron este idioma mientras viv�an entre los egipcios. A partir de esta circunstancia, parece probable que Arabia se encontrara al este de Egipto, pero no de Cana�n; adem�s, fue aqu� principalmente donde fluy� el comercio de los pa�ses orientales. Las especias de Arabia, en particular, fueron llevadas en grandes cantidades a Egipto, y eso tan antiguo como los d�as de Jacob, como aprendemos de G�nesis 37:25 .

Ahora bien, una relaci�n comercial, llevada a cabo de Arabia a Egipto, es decir, de este a oeste, podr�a hacer que los �rabes se llamaran a s� mismos, con respecto a estas partes occidentales, al este, como a los egipcios, o cualquier otra parte. otras personas, para llamar a Arabia as�: creo que tenemos un ejemplo claro de esto, Mateo 2:2 donde los sabios, supuestos por el mismo Grocio como habitantes de Arabia, llaman a su propio pa�s el este; �D�nde est� el rey de los jud�os que ha nacido? porque su estrella hemos visto en el oriente; lo cual no puede referirse al lugar o sitio de la estrella, porque probablemente estaba al oeste de ellos, pero del pa�s de donde vinieron. Si un �rabe, por lo tanto, en la �poca de nuestro Salvador, pudiera llamar a su pa�s el este,�Por qu� no un �rabe en la �poca de Job? Ver Peters. El obispo Lowth observa que todas esas naciones diferentes y pueblos mezclados, como se les llama Jeremias 25:20 que habitaban entre Egipto y el �ufrates, limitando con Judea al sur y al este, en particular los edomitas, amalecitas, madianitas, moabitas y Los amonitas eran de estilo oriental (v�anse Josu� 6:3 e Isa�as 11:14 ) y de �stos, ciertamente, los edomitas y amalecitas estaban situados al sur de Judea.

Ver N�meros 34:3 ; N�meros 13:29 . 1 Samuel 8:10 . El caso parece ser el siguiente: todo el pa�s entre Egipto y el �ufrates se llam� el este, primero con respecto a Egipto, y luego absolutamente, sin ninguna referencia a la situaci�n del hablante. Ver 1 Reyes 4:30 .

Versículo 4

Cada uno su d�a � Schultens ha demostrado, que la palabra ???? iomo, importa su d�a de nacimiento. Entonces ch. Job 3:1 . Se dice que Job maldijo su d�a; es decir, el d�a de su nacimiento. El verso podr�a ser traducido, Y sus hijos ten�an la costumbre constante de hacer una fiesta familiar, cada uno en su d�a de cumplea�os; y enviaron e invitaron a sus tres hermanas, etc. Herodoto nos informa que los orientales en general, y los persas en particular, fueron notables por celebrar sus cumplea�os con gran festividad y lujo.

Versículo 5

Cuando pasaron los d�as de su banquete ... Como transcurrieron los d�as de su banquete. Por santificarlos se quiere decir, prepararlos, mediante lustraciones y otras ceremonias rituales, para realizar el servicio divino con �l y hacerles propicio a Dios; ver �xodo 19:10 y 1 Samuel 16:5 donde santificar, o limpiar, se usa para el cuidado de acercarse a los ritos sagrados, lavados y limpios.

La palabra hebrea ???? barek, significa bendecir; pero aqu� implica, renunciar o despedirnos, porque nos despedimos o nos despedimos de aquellas cosas que abandonamos o renunciamos. Por lo tanto, se usa con gran elegancia en este sentido, para significar que renunciaron a Dios; y este significado todav�a se suaviza y se hace m�s elegante con la adici�n de las palabras en sus corazones. As� lo hizo Job continuamente, significa todos los a�os; es decir, en cada declaraci�n anual de los d�as de nacimiento de cada uno de sus hijos. Ver Schultens.

Versículo 6

Ahora bien, hubo un d�a ... Sucedi� el d�a en que, etc. Brezo. Denotando as� alg�n tiempo determinado, cuando los hijos de Dios, es decir, los �ngeles (llamados hijos de Dios, porque eran semejantes a Dios, en ser inmortales, v�ase Lucas 20:36 ) vinieron a presentarse. El verbo ?????? lehithiatseb, traducido presente ellos mismos, expresa la asistencia y asiduidad de los ministros que se presentan ante su rey para recibir sus �rdenes. Este relato de la aparici�n de los �ngeles y Satan�s ante Dios, debe entenderse como una representaci�n prof�tica, similar a la de 1 Reyes 22:19. La escritura habla de Dios a la manera de los hombres; porque es necesario condescender con nuestras capacidades y adecuar la revelaci�n a nuestras aprensiones. As� como los reyes, por lo tanto, tramitan sus asuntos m�s importantes en un concilio o asamblea solemne, as� Dios se complace en presentarse a s� mismo como teniendo su concilio de la misma manera, y como dictando los decretos de su providencia en una asamblea de sus santos �ngeles.

Tenemos aqu�, en el caso de Job, la misma gran asamblea celebrada, como antes en la de Acab, 1 Reyes 22 el mismo ej�rcito del cielo, llamado aqu� los hijos de Dios, present�ndose ante Jehov�; como en la visi�n de Mica�as, se dice que est�n a su derecha y a su izquierda. Un esp�ritu inicuo apareci� entre ellos, aqu� llamado ???? Satan�s, o el adversario, y all� un esp�ritu de mentira;empe�ados en hacer da�o a la vez, y dispuestos a hacer todo el da�o que pudieran, o hasta donde Dios les permitiera; pero, sin embargo, ambos estaban bajo el control de su poder, y sufrieron llegar tan lejos y no m�s, como mejor pudiera servir a los sabios fines de su justicia y su providencia. Las im�genes, en resumen, son las mismas; similis ??????????, como observa Grocio: y la �nica diferencia est� en la forma de la relaci�n. Mica�as, como profeta, y en el ejercicio real de su oficio prof�tico, lo entrega como lo recibi�, es decir, como en visi�n.

Vi al Se�or sentado en su trono, etc. El otro, como historiador, lo entreteje con la historia, y nos dice, en el mismo estilo narrativo sencillo, Hubo un d�a en que los hijos de Dios vinieron a presentarse ante el Se�or, como �l lo hace, Hab�a un hombre en la tierra de Uz, cuyo nombre era Job.Las cosas que nos han entregado estos dos escritores sagrados son, en esencia, las mismas, igualmente elevadas y est�n por encima del alcance de la simple vista y el conocimiento humanos: pero la manera de entregarlas es diferente; por cada uno seg�n convenga mejor a sus varios prop�sitos, y ambos, sin duda, por inspiraci�n y direcci�n del Dios Todopoderoso. Esta, entonces, es la forma prof�tica de representar las cosas, en cuanto a la manera de hacerlas; lo cual, hecho exactamente de la misma manera o no, no nos incumbe conocer, sino que est� realmente hecho; y Dios quiere que se describan como hechos de esta manera, para causar una impresi�n m�s viva y duradera en nosotros. Al mismo tiempo, no hay que olvidar que representaciones de este tipo se basan en una verdad conocida y establecida, me refiero a la doctrina de los �ngeles buenos y malos: un punto revelado, sin duda, desde el principio;G�nesis 28 .

Simplemente observar�amos que, a partir del estilo prof�tico utilizado por el escritor de este libro, tenemos razones para concluir que debe haber sido un profeta, es decir, una persona inspirada; porque, de lo contrario, un hombre de ese sentido y piedad que el libro le muestra, nunca presumir�a de falsificar el estilo prof�tico, o usurpar un privilegio o car�cter que no le pertenece. Ver Peters, p. 121 quien, en sus p�ginas 89 y siguientes, se ha esforzado en gran medida por refutar lo que el obispo Warburton observa con respecto a la palabra Satan�s. Vea 1 Reyes 22:21 y la nota sobre el pr�ximo cap�tulo de este libro, Job 1:7 .

Versículo 8

�Has considerado a mi siervo Job, etc.? - El hebreo, ???? ????? hasamta libbeka, significa literalmente, has puesto tu coraz�n, etc. Las palabras yendo y viniendo, etc. en el vers�culo anterior, implica andar de un lado a otro con malas intenciones y con la resoluci�n determinada de hacer da�o; en alusi�n a lo cual, Satan�s es ahora cuestionado por la Deidad, si hab�a visto a Job con su malignidad natural y con la intenci�n de involucrarlo en la miseria. Schultens.

Versículo 10

�No le has cercado, etc., es decir, no lo has protegido con una defensa espinosa e inaccesible? La palabra traducida aumentada es una met�fora, tomada de las aguas que se han desbordado y se han extendido por todos lados; de modo que la sustancia de Job hab�a aumentado en gran medida y se hab�a extendido como un torrente sobre la tierra adyacente. Schultens.

Versículo 11

Te maldecir� en tu propia cara , te blasfemar�, etc. �l, con el m�s alto grado de insolencia y contumacia, renunciar� por completo a ti y a la religi�n, dice Schultens. Ver nota sobre el cap. Job 2:9 .

Versículo 14

Alimentando junto a ellos� Alimentando cerca de ellos. Houbigant. Alimentando como de costumbre. Heath y Schultens. Job 1:15 . Los sabeos cayeron sobre ellos ] hebreo, ????. Sab� cay� sobre ellos; Sheba era el nombre general de la naci�n; por eso los dos reinos de la posteridad de Jacob se llamaron Jud� e Israel. Estos saboteadores parecen haber sido vecinos cercanos de Job; porque los sabeos estaban al noroeste de su pa�s. El caldeo dice que fue saqueado por Lilith, reina de Zamargad y Barthinnon; este �ltimo es sin duda el Barathena de Ptolomeo, y Zamargad era probablemente el nombre de la ciudad de los sabeos, llamada por Ptolomeo ?????.

Se supone que el nombre Lilith es un nombre de dignidad, ya que Fara�n lo era entre los egipcios. Los sabeos eran los descendientes de Abraham de Quetur�, cuyo hijo Joks�n engendr� a Seba. Los hijos de Quetur� fueron enviados por Abraham al este, G�nesis 25:6 habitaban en Arabia el desierto, y fueron saqueadores notorios, como lo son los �rabes hasta el d�a de hoy. Los caldeos, mencionados en el vers�culo 17, se encuentran al este y sureste de la Regio Ausitis, y descienden de Chesed, otro hijo de Nacor; de donde se les llama Chesdim. Brezo.

El fuego de Dios , es decir, el rel�mpago. Se ha pensado, apenas conciliable con la verdad de la historia, que un rayo deber�a haber destruido siete mil ovejas a la vez; pero recordemos que no pretendemos dar cuenta de este u otros detalles aqu� mencionados de una manera natural y ordinaria. . Es evidente por la historia que hab�a algo sobrenatural en ella. Fue el pr�ncipe del poder del aire quien levant� esta tormenta de truenos, y caus� quiz�s una extraordinaria lluvia de granizo con ella; como el registrado�xodo 9 que destruy� tanto al hombre como a la bestia que quedaron sin refugio en el campo; o el que destruy� el ej�rcito de los reyes confederados, Jueces 10:11�O qui�n dir� hasta d�nde se extender� el poder de este esp�ritu maligno, cuando se le permita ejercerlo? Peters.

Versículo 19

Desde el desierto� Desde la parte m�s lejana, o al otro lado;de donde parece que la situaci�n de Job estaba en el lado norte del desierto �rabe; los vientos tormentosos en esos pa�ses que soplan desde el sur. Brezo. Algunos han insistido en que es muy improbable que tantas desgracias caigan a la vez sobre este buen hombre, como que el mensajero de una mala noticia no hab�a terminado de hablar antes de que otra y otra llegara. Pero debe observarse que la improbabilidad de una cosa, o que suceda muy raramente, no es un argumento contra la verdad o credibilidad de la misma; especialmente en un caso tan extraordinario como �ste, donde el gran adversario de la humanidad, que se deleita en hacer da�o, ten�a un alcance tan grande que se le permiti�. Pero supongamos que aqu� deber�amos reclamar una concesi�n para la forma po�tica de describir las cosas en expresiones un tanto figurativas e hiperb�licas.

Es muy com�n en el habla com�n decir, cuando las desgracias de un hombre se suceden muy r�pidamente, que se segu�an de cerca. Los mensajeros de Job aqu� quiz�s hagan lo mismo; y el poeta, como yo lo entiendo, puede tener el privilegio de dibujar una figura ret�rica en toda su extensi�n. Adem�s, en cuanto a la notable circunstancia de que s�lo un siervo escap� con la noticia de cada calamidad, puede ser exactamente de acuerdo con el hecho, por cualquier cosa que parezca lo contrario. Adem�s, no nos lo cuenta el historiador, sino cada mensajero que trajo la mala noticia, y que probablemente lo pensar�a en la prisa de sus miedos, aunque hubo otros salvados fuera de �l; porque, cuando la gente se dispersa asustada y corre por caminos diferentes, uno que se encuentra solo despu�s de un largo vuelo, puede f�cilmente concluir �l mismo como la �nica persona que escap�. Peters.

Versículo 21

Desnudo volver� all� , es decir, al vientre de mi madre; usado en sentido figurado, para las entra�as de la tierra, la madre com�n de todos nosotros.

Versículo 22

Ni acus� a Dios neciamente, ni habl� nada desconsideradamente contra Dios. Houbigant. Cualquier cosa irrazonable o absurda contra Dios. Brezo.

REFLEXIONES.� Tenemos aqu�, primero, el car�cter y la grandeza de ese venerable patriarca Job.

1. Su compasi�n fue notable y eminente; y tanto m�s, probablemente, debido a la maldad que generalmente abunda. Era un hombre perfecto, no en un sentido absoluto; pero aceptados en el Salvador, y santos y santificados de coraz�n delante de �l. No se entreten�a en su interior enga�os permitidos, ni se permit�a ning�n mal conocido en su conversaci�n: uno que tem�a a Dios, continuamente influenciado por la consideraci�n de su santa voluntad, y que se dedicaba diligentemente a los ejercicios de su adoraci�n; y evit� el mal, o se apart� del mal, como abominable a los ojos de Dios, y se abstuvo cuidadosamente no solo de los actos abiertos, sino de las apariencias del mal.

2. Su prosperidad fue tan singular como su piedad. Sus hijos eran numerosos, su casa numerosa y su patrimonio vasto en reba�os y manadas, en lo que en ese momento consist�a la riqueza de los hombres; de modo que en todo el oriente no hab�a nadie tan grande como Job. Nota; (1.) Aunque no es com�n, no es imposible ser muy grande y muy bueno; abundando en las riquezas del mundo, y m�s en las riquezas de la gracia del cielo. (2.) Las posesiones mundanas son entonces valiosas bendiciones, cuando est�n en sus manos quienes estudian para subordinarlos a los intereses de Dios y al bien de la humanidad.

2�, De sus hijos. Aunque los ni�os son generalmente codiciados entre las primeras bendiciones, es su conducta y comportamiento lo que les imprime valor real; de lo contrario, son problemas en lugar de comodidades. Job no s�lo ten�a un n�mero agradable de ambos sexos, sino que:
1. Vio a todos sus hijos felizmente asentados en el mundo; y, aunque cada uno ten�a su propia familia, viv�an juntos en esa armon�a que es tan deseable entre los hermanos.

En momentos determinados, se visitaron una a la otra e invitaron a sus hermanas a unirse a su entretenimiento. Nota; (1.) No hay nada malo en entretener a nuestros amigos, mientras que en el temor y el amor de Dios comemos nuestro pan con un coraz�n alegre. (2.) Los hermanos y los parientes cercanos est�n especialmente obligados a cultivar el amor mutuo.

2. Continu� vigil�ndolos con piadoso cuidado y santos celos, y ellos continuaron rindi�ndole todo respeto y sumisi�n obedientes, y se unieron f�cilmente a �l en sus solemnes ejercicios de devoci�n. Cuando, por tanto, terminaron los d�as de su banquete, temiendo que en medio de la alegr�a juvenil hubieran pecado, y se hubiera cometido alguna irregularidad; o maldec�an a Dios en sus corazones, es decir, hab�an albergado alguna aprensi�n impropia de Dios o de su providencia, o hab�an sido culpables de alguna negligencia en sus servicios religiosos; env�a para santificarlos,les ordena que se preparen para el sacrificio que estaba a punto de ofrecer en su nombre; examinarse a s� mismos y, reflexionando seriamente sobre los �ltimos d�as, llevar sus humildes confesiones ante el Dios de misericordia, y poner sus pecados sobre la cabeza de la bestia, el tipo y figura de ese gran sacrificio que deber�a ser ofrecido por la pecados del mundo. En consecuencia, se levant� temprano por la ma�ana y ofreci� por cada uno un sacrificio de expiaci�n; mientras asist�an y se un�an al culto santo, esperando la remisi�n de los pecados mediante la sangre expiatoria; y as� lo hac�a Job continuamente , o todos los a�os, despu�s de cada cierre de su circuito anual de entretenimiento: un ejemplo notable de su cuidado paternal y piedad sincera, y una evidencia tambi�n de la verdadera seriedad de sus hijos, que tan f�cilmente se unieron al servicio sagrado.

Nota; (1.) En medio del banquete, corremos el peligro de olvidarnos de Dios y de la piedad, y necesitamos una doble guardia sobre nuestro coraz�n. (2.) El ejemplo de Job debe ser el patr�n de todos los padres; no r�gidamente severo, pero celoso de sus hijos para siempre. (3.) Los que verdaderamente sirven a Dios, lo sirven continuamente. (4) Vemos desde el principio, que un gran punto de la religi�n verdadera consisti� en la sustituci�n vicaria de la bestia por el pecador, como apuntando a la gran expiaci�n. As� les fue predicado el evangelio, como a nosotros, seg�n su dispensaci�n.

En tercer lugar, hemos visto a Job grande y bueno y, en apariencia, firmemente establecido; pero este es un mundo cambiante, y nada es seguro para nosotros bajo el sol. Su piedad y prosperidad no pod�an dejar de provocar la envidia del diablo, que esperaba con impaciencia una ocasi�n para complacer su malicia sobre este santo hombre. Tenemos aqu�,
1. Satan�s apareciendo entre los hijos de Dios. Algunos piensan que esto debe ser entendido por el pueblo de Dios en sus solemnes temporadas de devoci�n; porque, incluso en sus asambleas, el diablo, a quien todav�a se le permite vagar por la tierra, encuentra un lugar y vigila, buscando a quien devorar; pero mi juicio sobre este punto es diferente, como he demostrado antes en la cr�tica. anotaciones.

2. La pregunta de Dios, de d�nde vino: no como ignorante de sus paseos o designios, sino como resentido por su intromisi�n audaz; o llevarlo a lo que vio fue su prop�sito malicioso con respecto a Job.

3. La respuesta de Satan�s; lo cual puede ser interpretado como una jactancia de orgullo, como si la tierra fuera suya, y �l recorri� la vasta circunferencia, como un rey en progreso a trav�s de sus dominios; o puede referirse a su incesante miseria, que no le permite encontrar alivio en ninguna parte; oa su infatigable diligencia en su infernal obra de tentar y destruir a los hijos de los hombres. Nota; Hay quien siempre se despierta y vela, y ning�n tiempo ni lugar est� a salvo de sus trampas: �cu�n despiertos y vigilantes debemos estar para no caer en tentaci�n!

4. Dios le pregunta sobre Job. �Has considerado a mi siervo Job, has observado su piedad o has puesto tu coraz�n en �l para hacerle alg�n da�o? S� que lo has hecho. Dios lo llama mi siervo, el m�s honorable de todos los t�tulos, y expresa su alta aprobaci�n de la fidelidad de Job en su servicio: que no hay nadie como �l en la tierra; no s�lo en la tierra de Uz, sino probablemente entre los hijos de los hombres, su pr�jimo no fue hallado por la verdadera piedad; un hombre perfecto y recto, que teme a Dios y se aparta del mal. Un personaje as� no pod�a sino despertar la malicia de Satan�s, y Dios sab�a cu�l era su plan actual sobre �l. Nota;(1.) Dios conoce todas las maquinaciones del maligno y puede defraudarlos. (2.) Los que se aprueban a s� mismos como fieles siervos de �l, encontrar�n en �l un Dios fiel para ellos, para preservarlos de las trampas del diablo.

5. La insinuaci�n y propuesta vil de Satan�s. No ten�a de qu� acusarlo; su car�cter era francamente sincero y recto; pero, mediante un astuto interrogatorio, �Teme Job a Dios por nada? insinuar�a que sus puntos de vista eran mercenarios y su servicio, en el fondo, hip�crita. Enumera, con una especie de dolor envidioso, las m�ltiples y singulares misericordias de que goz�; y por lo tanto inferir�a que si Job sirvi� a Dios, fue bien pagado por ello; pero deja que Dios le despoje de sus comodidades mundanas, y pronto ver� una alteraci�n: te maldecir� en tu propia cara. Satan�s esperaba que una prueba tan severa sacudiera su fidelidad; al menos, su propia malicia se ver�a satisfecha con la miseria de Job.

Nota; (1.) Los elogios de los dem�s en los o�dos de la envidia provocan una dura discordia. (2.) Los fines mundanos y los motivos mercenarios todav�a son hechos, por los instrumentos de Satan�s, las acusaciones contra aquellos cuya conducta no admite que se diga nada malo de ellos. No pueden demostrar que son viles como ellos, por eso los llamar�n hip�critas. (3.) Una pregunta astuta a menudo transmite la insinuaci�n m�s vil. (4) Los que usan imprecaciones y juramentos en com�n, muestran con qu� amo han sido, aunque incluso el diablo aqu� habla con m�s reserva que muchos juramentos profanos, que abiertamente blasfeman contra Dios e invocan horribles venganzas sobre sus almas.

6. Dios permite la prueba que sugiri�; todo lo que tiene est� en tu poder. Y esto lo hace, no para complacer la malicia de Satan�s, o para dudar de la integridad de Job; sino confundir al diablo, hacer que las gracias de Job parezcan m�s eminentes y glorificar la grandeza de su propio poder y amor en su apoyo y salvaci�n. Solo sobre �l no extiendas tu mano. El poder del diablo es limitado: el que permite su maldad le dice: Puedes ir hasta aqu�, pero no m�s; y esto deber�a siempre animar a los hijos de Dios a no desesperarse.

7. Satan�s procede inmediatamente a poner en vigor el permiso que hab�a recibido; ansioso por hacer da�o, y con la esperanza, tal vez, de prevalecer contra este santo hombre, que se sent� seguro y poco temi� la tormenta inminente. Nota; A cada momento estamos en peligro, ni podemos prever lo que trama contra nosotros el pr�ncipe del poder del aire.

En cuarto lugar, tenemos:
1. La calma enga�osa que precedi� a la terrible tormenta. Comenzaron los d�as de banquete, la labranza avanz�, el ganado pastando en pastos gordos, y la paz y la prosperidad parec�an reinar en toda la casa de Job. Nota; En nuestro estado m�s feliz ten�amos necesidad de regocijarnos con temblores.

2. The sudden storm arises, and successive messengers bring the most doleful tidings, each on the other's heels pursuing, till the last completes the wretched tale, and adds to the universal destruction of his substance, the utter desolations of his family. His cattle and servants at plough are attacked by a roving band of Sabeans; the men slain, the oxen and asses taken; his sheep, with the shepherds, burnt up with lightning; his camels seized, and his servants slaughtered by the Chaldeans; and last, and worst of all, his children buried together under the ruins of their elder brother's house, struck by the resistless whirlwind: afflictions so many, great, and aggravated, in which not only the hand of man appeared, but the fire of God was employed, that they seemed to bespeak his displeasure, and the vanity of all that integrity and uprightness which Job had so carefully maintained.

Nota; (1.) Los hijos de Dios no deben considerar extra�o que el mal sobre el mal los persiga; no es para destruirlos, sino para probarlos. (2.) Hay grandes profundidades en los tratos providenciales de Dios, que ahora no podemos sondear. (3.) Si el diablo tuviera permiso, pronto podr�a armar sus instrumentos para nuestra destrucci�n; pero est� atado. (4.) La p�rdida de un hijo es una prueba amarga, su muerte repentina es a�n m�s dolorosa; pero perder muchos, todos a la vez, en medio de la alegr�a, y despu�s de que todas las dem�s comodidades terrenales se hubieran ido, esto, para la naturaleza, parecer�a bastante insoportable; pero �qu� no puede permitirnos soportar la gracia divina? �Est� alguno as� afligido? que recuerden la paciencia de Job.

En quinto lugar, he aqu� el terrible cambio que ha hecho un d�a corto; el hombre m�s grande del oriente despojado de toda comodidad, desnudo y desamparado. Bien podemos decir de todo este mundo, Vanidad de vanidades, todo es vanidad. Sin embargo, Satan�s no ha obtenido la menor ventaja; cuanto m�s oscura es la escena, m�s resplandecen las gracias del santo sufriente.

1. Sinti� con la m�s profunda sensibilidad las afligidas nuevas, y con los m�s expresivos signos de amarga angustia rasg� su manto, se rav� la cabeza y cay� al suelo. Su dolor fue grande; y no hubo una causa? sin embargo, no aparece ninguna rabia indecente, ninguna extravagancia precipitada: se sinti� como un hombre, se lament� como un creyente. Nota; (1.) La religi�n nunca requiere apat�a estoica, sino sumisi�n paciente. (2.) El duelo por los muertos es el tributo que le debemos a la humanidad; s�lo que no nos entristezcamos como los que no tienen esperanza.

2. Su resignaci�n y piedad aparecen de lo m�s distinguidas. �l ador�: lejos de ser impulsado a maldecir a Dios, como Satan�s se jactaba que har�a, bendice la mano que lo golpe� y humildemente se somete a la disposici�n divina. Dijo: Desnudo sal� del vientre de mi madre, y no traje nada a este mundo, y desnudo volver� all�, al polvo de donde vine, y no puedo sacar nada del mundo: si Dios, por lo tanto, por favor despojelo de todo, no es sino como naci� y como debe ser cuando muera. Reconoce el derecho soberano de Dios a todo lo que posee; El Se�or dio, por su bondad inmerecida, y, cuando le plazca, puede reanudar sus dones: el Se�or ha quitado,ni tenemos motivo para quejarnos: eran suyos; y que nos los haya prestado durante tanto tiempo, merece nuestro agradecido reconocimiento; bendito sea el nombre del Se�or. Nota; (1.) Ninguna aflicci�n debe indisponernos para la adoraci�n de Dios; cuanto m�s sentimos, m�s necesitamos de su gracia para apoyarnos. (2.) La consideraci�n de la proximidad de la muerte, cuando debamos ser despojados de todo, deber�a apartar nuestros afectos de un mundo que perece. (3.)

Every blessing is God's gift, and every suffering from his hand, or by his permission, whatever instrument is employed. This, therefore, should make us acknowledge him in all, bless the gracious giver for the loan, and restore it, without murmuring, whenever he demands it. (4.) Whatever we lose, enough is left to deserve our thankfulness, and to engage our praise. (5.) Where God bestows a spirit of meekness and patient submission, he leaves a greater blessing behind than any outward thing of which his providence deprives us.


3. Dios da testimonio del car�cter bondadoso de Job. En todo esto Job no pec�: su dolor no fue excesivo, su paciencia fue ejemplar y su fe inquebrantable: ni acus� a Dios de locura; no blasfem� como esperaba Satan�s, ni acus� a la sabidur�a, misericordia o bondad de Dios en esta aflictiva dispensaci�n. Nota; En las grandes pruebas, Dios le da a su pueblo creyente gran gracia, y luego podemos hacer todas las cosas a trav�s de Cristo fortaleci�ndonos.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Job 1". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/job-1.html. 1801-1803.
 
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