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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario de Coke sobre la Santa Biblia Comentario de Coke
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Utilizado con permiso.
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Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Job 15". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/job-15.html. 1801-1803.
Coke, Thomas. "Comentario sobre Job 15". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/
Versículo 1
Elifaz acusa a Job de impiedad al justificarse a s� mismo: prueba por tradici�n la infelicidad de los malvados.
Antes de Cristo 1645.
Job 15:1 . Entonces respondi� Elifaz :Elifaz, no un poco indignado de que Job no prestara atenci�n a su consejo, y se atreviera a desafiar al Todopoderoso a discutir el punto con �l, lo acusa a casa con vanidad, al tener una opini�n demasiado alta de su propio conocimiento; con soberbia, al menospreciar los argumentos extra�dos de su experiencia, cuya edad fue prueba suficiente de su sabidur�a; y con impiedad, desafiando as� groseramente al Todopoderoso a que responda por su conducta al afligirlo, Job 15:2. Presiona el mismo argumento sobre �l por segunda vez; a lo que a�ade el de la tradici�n universal; insinuando que a�n ten�a cosas peores que esperar, a menos que lo impidiera con una conducta contraria; y luego le presenta una imagen, exponiendo el estado final de un hombre malvado; en el que �l trabaja las circunstancias de tal manera que se asemeje a Job y su condici�n tanto como sea posible; dando a entender de ese modo que se lo imaginaba como ese hombre muy malvado que hab�a estado describiendo, y que por ese medio hab�a atra�do los juicios de Dios sobre s� mismo, Job 15:14 . Que, por tanto, sus concepciones de la inocencia eran una ilusi�n, pero de la peor clase: se hab�a enga�ado a s� mismo: Job 15:31 . Brezo.
Versículo 4
S�, rechazas el miedo, etc.� Verdaderamente desatas los lazos de la religi�n; Evitas los gemidos y las oraciones que se env�an a Dios. Houbigant.
Versículo 7
�Eres el primer hombre que naci�? - �Naciste antes de Ad�n? Schultens, Heath, etc.
Versículo 8
�Has o�do el secreto de Dios? � Decretos de Dios y su consejo? Brezo. Ver com. Cap. Job 29:4 .
Versículo 11
�Son peque�os los consuelos de Dios para ti? �Menosprecias la indignaci�n de Dios? �O tienes alg�n encanto secreto? Brezo. Houbigant traduce la �ltima cl�usula, � O se te ha revelado algo en secreto? ??? laat, traducido como cosa secreta en nuestra versi�n, adem�s de su significado general de algo oculto, tiene una referencia peculiar a los hechizos y encantamientos. Ver �xodo 7:11 . Esos amuletos se usaban con frecuencia para evitar el efecto de malos designios contra cualquiera.
Versículo 12
�Y a qu� gui�an tus ojos? - O, �Y a qu� apuntan tus ojos? El verbo significa propiamente gui�ar con un ojo, como aquellos que apuntan a una marca. V�ase Heath y Houbigant.
Versículo 17
Te mostrar�, esc�chame, etc. Te mostrar�, esc�chame, porque esto he visto; Declarar� tambi�n ( Job 15:18 ) lo que relataron los sabios; porque no ocultaron la tradici�n de sus padres. Heath y Houbigant. Elifaz, dice Bp. Warburton, hablando de las maravillosas obras de Dios, declara c�mo lleg� a conocerlas , te lo mostrar�, Job 15:17 . El mismo camino que Mois�s dirige para preservar la memoria de las obras milagrosas de Dios. "As� es", responde el Sr. Peters; "y la forma en que toda la historia antigua, y toda la sabidur�a antigua, desde el principio del mundo, se transmiti� a la posteridad". El obispo a�ade: "�Y qui�nes son estos sabios?Est�n tan particularmente marcados, que no pueden equivocarse; a quien se le dio la tierra, y ning�n extra�o pas� entre ellos, Job 15:19 una circunstancia que no se aplica a ning�n pueblo, sino a los israelitas que se establecieron en Cana�n. "Pero, �Elifaz est� hablando aqu� de una naci�n o pueblo? dice el Sr.
Peters a cambio: no; solo habla de sabios:y esto nunca se podr�a referir a los israelitas en general, a quienes el mismo escritor erudito representa de vez en cuando como una especie de gente burda. No dejar� perplejo al lector ni a m� mismo con las diversas conjeturas de los expositores, para mostrar a qui�n se refieren estos sabios; est�n tan particularmente marcados, como observa el culto escritor antes mencionado, que uno pensar�a que no se pueden equivocar f�cilmente; y, sin embargo, ninguno de los comentaristas, que han estado a mi alcance, parece haber sido consciente de que los caracteres aqu� establecidos de manera tan distintiva, no pueden pertenecer a nadie tan propiamente como a No� y sus hijos, de quienes, en realidad, el antiguo las tradiciones fueron entregadas: y es evidente, por la historia de las escrituras, que la tierra fue dividida entre ellos; que todos eran de una misma familia, y ning�n extra�o pasaba entre ellos. Ver Peters, p. 32.
Versículo 20
Job 15:20 , etc. El imp�o da a luz -Esta es la imagen m�s hermosa de la perpetua ansiedad en la que vive un tirano: cuando se duerme, teme ser asesinado antes de la ma�ana. Toda la descripci�n, tomada en conjunto, est� dirigida indudablemente al propio Job; por lo que hab�a dado algunos motivos, cap. Job 3:25. Ver a Heath.
Versículo 22
Es esperado, marcado, destinado a. Brezo.
Versículo 23
Vaga por el exterior, etc. � Su cad�ver para ser arrojado como alimento para el buitre. Brezo. Vaga de un lado a otro, volando al opresor. Houbigant.
Versículo 24
Como un rey listo para la batalla, como el macho cabr�o domina el reba�o. Brezo. Schultens lee el verso as�: La angustia y la perplejidad lo aterrorizar�n; lo vencer�n, como un rey: est� destinado a las fortunas m�s turbulentas.
Versículo 26
�l corre sobre �l, qui�n correr� sobre �l, etc. Job 15:27 despu�s de cubrirse el rostro. Houbigant: quien dice que Elifaz aqu� se�ala al malvado, volando ante su destructor, y ante Dios mismo persigui�ndolo; quien, aunque en su huida se echa el escudo sobre los hombros, pronto ser� derribado por el golpe de la mano divina desde atr�s. Schultens traduce el verso, Porque �l ha corrido contra �l con su cuello, con el grosor de las protuberancias de sus escudos; suponiendo que Elifaz aqu� se�ale el orgullo feroz e insolente del malvado, oponi�ndose a s� mismo contra Dios; la causa y el fundamento de los cuales, imagina, ser�n asignados en el vers�culo 27; a saber, el desenfreno de su orgullo, a trav�s del �xito y la complacencia.
Heath, sin embargo, cerrando el per�odo en el vers�culo 26, lee el 27 as�: Aunque cubra su rostro; Job 15:28 , aunque habita en ciudades desoladas, etc. Job 15:29 . Sin embargo, no se har� rico, etc. La fundaci�n y restauraci�n de ciudades desiertas fue considerada una de las principales glorias del reinado de un pr�ncipe. Houbigant traduce la �ltima cl�usula del vers�culo 29, Ni su descendencia se propagar� sobre la tierra.
Versículo 31
El enga�ado no conf�e en la vanidad; no conf�e en la prosperidad; es una mera ilusi�n; porque no resultar� m�s que vanidad: Heath: que da el siguiente verso, Porque su rama no florecer�; ser� cortado antes de tiempo.
Versículo 35
Conciben el mal, etc.� Concibiendo en la miseria y dando a luz en el dolor, su vientre ha resultado por fin un enga�o. Toda esta descripci�n apunta evidentemente a la situaci�n de Job. Su prosperidad se convirti� en vanidad; todos sus hijos fueron cortados antes de tiempo; su familia se vuelve solitaria; y sus esperanzas, seg�n todas las apariencias, una ilusi�n. Toda la hermosa perspectiva con la que se entretuvo el imp�o, y por la cual soport� todas las angustias aqu� descritas, s�lo produce un enga�o. Se ha impuesto a s� mismo. Brezo.
REFLEXIONES.� Primero, todos los amigos de Job hab�an hablado por turno; y Elifaz, que hab�a abierto la disputa, se compromete de nuevo a responder, muy ofendido porque Job presum�a de contradecir sus argumentos, y tratando, con sus propias palabras, de producir diversas acusaciones en confirmaci�n del punto que tan en�rgicamente neg�.
1. Le reprocha la insensatez y la vacuidad de sus argumentos, por los que ha perdido para siempre el car�cter de sabio. Sus razonamientos fueron vanos, y sus palabras bravucones como el viento del este, pero sin solidez; no rentable e in�til. Nota; (1.) Es mucho m�s f�cil tratar a un adversario con desprecio que responderle. (2) La charla in�til merece censura: los que deb�an dar cuenta de cada palabra ociosa ten�an necesidad de mantener bien la puerta de sus labios.
2. Le acusa de gran impiedad, como desechar el temor de Dios y restringir la oraci�n ante �l; ya que los principios que adelant�, seg�n la opini�n de Elifaz, anularon toda religi�n. Si los tabern�culos de los ladrones prosperaron, si los justos se burlaron de los justos, y Dios destruye al perfecto y al imp�o, entonces, dice �l, �de qu� sirve temerle o orarle al que se r�e de la prueba de �el inocente? Tales discursos Elifaz considera como una profunda iniquidad, y las astutas glosas de piedad con las que Job cubri� sus palabras, pero no pudo ocultar la hipocres�a en su interior.
Sus propios labios pronunciaron su condena y no hubo necesidad de m�s pruebas. Nota; (1.) Es demasiado com�n que los contendientes enojados distorsionen los argumentos de sus adversarios y los acusen con inferencias de ellos, no solo nunca so�ados, sino completamente aborrecidos. (2.) Los que desechan el temor de Dios no pensar�n en la oraci�n; y los que refrenan la oraci�n, no pueden temer a Dios delante de ellos; y un estado tan descuidado y descuidado es la prueba total de la impiedad de un hombre y el precursor de la ruina eterna.
3. Lo acusa de arrogancia y vanidad, como si su pretensi�n de igualdad de entendimiento, cap. Job 13:2 deb�a interpretarse como un monopolio de la sabidur�a. �Eres el primer hombre que naci�? o antes de Ad�n? que todo el conocimiento y la experiencia deben centrarse en ti? S�, �eres t� sabio como Dios, pretendiendo ser desde la eternidad? �Fuiste hecho antes de las colinas? �O Dios te consult� en sus obras gloriosas y te comunic� sus grandes designios? �Has o�do el secreto de Dios? y �t� arrogan y refrenar a ti la sabidur�a? �Qu� sabes t� que no sepamos? respetando los n�meros, y la corriente de la antig�edad, todos est�n de nuestro lado:con nosotros est�n los hombres canosos y muy ancianos, mucho mayores que tu padre.
Nota; (1.) Nada es m�s f�cil que triunfar sobre nuestro adversario, haci�ndole hablar lo que nunca quiso decir, y luego refutando nuestras propias suposiciones. (2.) Hay cosas secretas que pertenecen a Dios; pretender sondear, lo cual prueba no nuestra sabidur�a, sino nuestro orgullo y locura. (3.) Muchos apelan a la antig�edad, a quienes a menudo les resultaba dif�cil sostener sus pretensiones; No es que el error apoyado por la antig�edad sea mejor por ser mayor: la palabra de Dios es la �nica gu�a segura. (4.) Las cabezas grises no siempre son or�culos; sea ??cual sea la veneraci�n que se les deba, la verdad es un sacrificio demasiado grande para hacerle a cualquier hombre.
4. Lo acusa de despreciar los consejos de sus amigos y los consuelos de Dios, cuando esas eran precisamente las cosas que �l deseaba, y por falta de las cuales su queja era amarga; pero, debido a que los declar� consoladores miserables, inferir�an, mientras hablaban en nombre de Dios, que fue un desaire sobre �l. �Son peque�os contigo los consuelos de Dios? despreciado y menospreciado? �Hay algo secreto contigo? cualquier encanto que otros no conozcan, para apoyarte; �O alg�n pecado secreto, cuya indulgencia impide la entrada de las comodidades divinas? Nota;(1.) Muchos hablan en nombre de Dios, a quien �l nunca envi�; y le interesar�a en su pelea, aunque �l rechaza cualquier relaci�n con ellos. (2.) Los consuelos de Dios son lo que un alma afligida desea por encima de todas las cosas; con estos se aligera toda prueba; sin ellos, toda carga es dolorosa. (3.) El pecado permitido necesariamente corta las fuentes del verdadero consuelo.
5. Lo acusa de insolencia contra Dios. �Por qu� te lleva tu coraz�n? como un caballo rebelde que se niega a morder o frenar; �Y a qu� gui�an tus ojos? �Por qu� nos desprecia tanto? �O cu�l es tu objetivo e intenci�n en esos duros discursos tuyos, que vuelves tu esp�ritu contra Dios, como si se atreviera a contender con �l, y dejaras que tales palabras salieran de tu boca? acusando su sabidur�a, justicia y providencia. Debe reconocerse que Job hab�a dado alg�n control para este cargo, cap. Job 9:12 Job 10:3 Job 13:22pero Elifaz atrae una repentina tentaci�n a una enemistad y oposici�n asentadas contra Dios, exagera el mal, y no tiene en cuenta las pesadas aflicciones de Job, ni cuenta las expresiones de piedad sincera que constantemente mezcla con sus quejas m�s impacientes.
6. De las evidentes pruebas de la corrupci�n original del hombre, Elifaz inferir�a la falsedad de Job en su autovindicaci�n. �Qu� es el hombre para que est� limpio? y el que es nacido de mujer, �ser� justo? Si no conf�a en los santos en la gloria, y los cielos resplandecientes no est�n limpios ante sus ojos, �cu�nto m�s abominable e inmundo es el hombre que bebe la iniquidad como agua? tan naturalmente dispuesto a ella, como el apetito anhela la comida, y la traga con tanta avidez y abundancia como los que est�n sedientos lo hacen la bebida refrescante.
Nota; (1.) El hombre est� naturalmente dispuesto al mal, y solo al mal, y eso continuamente. (2.) La complacencia en el pecado hace que nuestros apetitos bestiales sean m�s anhelantes. (3.) El pecado es la cosa abominable que Dios odia, y seguramente castigar�, a menos que el alma sea lavada en esa sangre de Jes�s que es la �nica que puede limpiarnos.
En segundo lugar, Elifaz prosigue con sus argumentos, que son tan d�biles como injustos sus reproches. Insiste en que los malvados siempre son miserables; y los sufrimientos de Job, por tanto, son para �l una prueba suficiente de su culpa.
1. Llama la atenci�n de Job; Te mostrar�, esc�chame, algo digno de menci�n, y no una charla tan in�til como �l hab�a declarado que era la suya, Job 15:3 . Hab�a reclamado antig�edad para su vale y profesaba no expresar m�s sus propios sentimientos que las tradiciones de los hombres m�s sabios y mejores, que eran tan grandes como buenos; y ning�n extra�o pas� entre ellos,ya sea para compartir sus bendiciones, o, como ladrones, para saquearlos; pero su prosperidad, la recompensa de su piedad, fue ininterrumpida: en lo que parece mirar a Job, diferente a ellos en prosperidad, y por lo tanto diferente a ellos en piedad.
2. Describe al malvado y su constante miseria, en la que, aunque habla en tercera persona en todo momento, es f�cil ver que la aplicaci�n est� dise�ada para el mismo Job. Dibuja el car�cter del malvado, atrevido en la iniquidad, intr�pido de las amenazas de Dios, burl�ndose de su ira como un oso, y como un combatiente en armas, corriendo sobre los gruesos jefes de su escudo, como desafiando su poder. Con facilidad y lujo se altera, alimentado en abundancia, engordado como un buey en un rico prado, satisfaciendo todos los deseos y atendiendo los antojos de un apetito mimado.
Con la opresi�n ensancha su habitaci�n y, habi�ndose apoderado de las casas de otros, hace desolaciones a su alrededor, como si quisiera vivir solo en la tierra, para disfrutar de los frutos de su abundancia mal habida. Nota; (1.) Dios es paciente con los pecadores atrevidos; pero su tiempo de ruina est� cerca. (2.) El apetito sensual es la ruina del alma, y ??la complacencia carnal estupide la conciencia contra todo temor de Dios o sensaci�n de peligro.
3. La miseria del imp�o se describe ampliamente. Sus traviesos artilugios le costaron muchos pensamientos dolorosos, su conciencia siente a veces las punzadas de la culpa; y breve es el reino de la iniquidad. El terror lo acecha, un terrible hallazgo est� en sus o�dos, una terrible b�squeda de juicio. En medio de su prosperidad, alguna calamidad arrasa con su riqueza, o la enfermedad amarga toda su porci�n, y la Muerte se apodera de �l como su presa. En sus aflicciones se hunde en la desesperaci�n, y en el infierno ser� la consumaci�n de su miseria. La espada de la venganza pende terrible sobre �l, amenazando a cada momento con caer. Reducido a la mendicidad, vaga, hambriento de hambre, y nadie le da. Le asusta el d�a de la muerte que se acerca, y m�s a�n la terrible oscuridad que oscurece su perspectiva m�s all� de la tumba. Los crecientes problemas esperados lo angustian; la angustia eterna en su vista lo consterna; e, incapaz de resistir, como un hombre ante una hueste armada, cae presa de sus propios miedos. Pobre en medio de su abundancia, su codicia y cuidado afectuoso le niegan el disfrute; o, malgastado en sus concupiscencias, malgasta r�pidamente sus riquezas mal habidas: al menos, sus posesiones son pasajeras y se desvanecen como un sue�o.
Sus aflictivas dispensaciones no tienen perspectiva de fin; sus hijos, como ramas secas golpeadas por un rayo, mueren a su alrededor; y, finalmente, �l mismo es cortado por las r�fagas del disgusto de Dios. Enga�ado por Satan�s para confiar en las vanidades presentes, encuentra una mentira en su mano derecha: �que otros vean y teman tan fatal enga�o! Una muerte inmadura se apoderar� de �l, antes del tiempo que sugiri� su vana esperanza; y, como un palo seco, todas sus riquezas, familiares y amigos perecer�n ante �l o lo abandonar�n. Despojado por la tempestad de la ira, como la uva verde o la flor del olivo, ver� la desolaci�n de todo lo que amaba. Aunque una mano se junte, la congregaci�n de los hip�critas ser� desolada: vanos ser�n sus pretextos de religi�n, cuando Dios venga a detectarlos y castigarlos; su fuego consumir� los tabern�culos de los magistrados imp�os, donde habitaban el soborno y la corrupci�n. As� volver� sobre su cabeza el da�o, la astucia y la falsedad del imp�o, y la vanidad, la aflicci�n y la ruina ser�n su �nica porci�n.
A lo largo de toda esta descripci�n, parece mantener a Job en sus ojos; cuyas p�rdidas, calamidades, aflicciones en sus hijos, familia, sustancia y persona, �l insinuar�a, demostraron que �l era este hombre malvado, este opresor e hip�crita. Nota; (1.) Es cierto, la maldici�n de Dios est� sobre las casas de los malvados y, a veces, aunque no siempre, es visible en este mundo. (2.) El pecador m�s feliz tiene terrores internos, que todos sus placeres no pueden calmar ni ahuyentar. (3.) La hora de la muerte y el d�a del juicio, a lo sumo, verificar�n todo lo que aqu� se afirma de los malvados, y mucho m�s.