Bible Commentaries
Job 24

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

Versículo 1

Job afirma que la maldad a menudo queda impune; pero que queda un juicio secreto para los malvados.

Antes de Cristo 1645.

Job 24:1 . Pues, viendo los tiempos, etc.�Job, habiendo obviado en el cap�tulo anterior la acusaci�n de Elifaz, en cuanto a una negaci�n o incredulidad de la providencia de Dios, contin�a expresando sus deseos de que Dios, en su providencia, har�a un m�s visible distinci�n entre los imp�os y los justos en este mundo; para que as� los hombres buenos no caigan en tales errores al censurar la inocencia que sufre, Job 24:1. Y, mientras que Elifaz lo hab�a comparado con los hombres de violencia y opresi�n del mundo antediluviano, recita una larga lista de los cr�menes de esas personas, que justamente hab�an atra�do la venganza divina; coloc�ndolo, por as� decirlo, en contraste con su propio car�cter, que hab�a esbozado en el cap�tulo anterior, Job 24:11mostrando as� el defecto de la comparaci�n y, por as� decirlo, desafi�ndolos a que lo condenaran por cualquiera de esos cr�menes, Job 24:2 .

Concluye mostrando lo que, seg�n sus principios, deber�a ser el curso general de la Providencia con respecto a los hombres malvados, lo que, sin embargo, notoriamente no fue el caso; y como no lo era, estaba claro que hab�a probado su punto: la falsedad de su m�xima general era evidente; y su censura de �l, simplemente por sus sufrimientos, era un comportamiento de ninguna manera justificable; Job 24:19 hasta el final. Brezo.

Tiempos - d�as - Estos t�rminos est�n en el hebreo judicial: el primero expresa tiempos reservados para la administraci�n p�blica de justicia; este �ltimo parece m�s bien indicar el momento en que se ejecutan tales sentencias. Heath traduce el vers�culo: �Por qu� no se establecen las estaciones aparte por el Todopoderoso? �Y por qu� los que le conocen no ven sus d�as? Houbigant le da una interpretaci�n diferente, que, de hecho, parece mejor estar de acuerdo con el contexto: �Cu�l es la raz�n por la cual, cuando los tiempos no han sido ocultos por el Todopoderoso a los hombres, ellos no atienden a su d�a, que conocen? es decir "�De d�nde sucede que cuando Dios no ha ocultado los tiempos o los cambios de los asuntos humanos, los hombres deben actuar de manera tan reprobable, como si Dios hubiera escondido en tinieblas perpetuas tanto el presente como el futuro?"

Versículo 2

Y apacienta de �l, y del que los apacienta. As� que Heath, despu�s de la LXX.

Versículo 4

Apartan del camino al necesitado, pervierten la justicia en la causa de los pobres; los mansos de la tierra se esconden con un consentimiento. Ver Am�s 2:7 ; Am�s 5:12 . Brezo.

Versículo 5

He aqu�, como asnos monteses, etc. - Mirad, como asnos monteses en el desierto, salen a su trabajo: se levantan con el alba para el alimento desnudo: el com�n debe encontrarles carne para los ni�os. Este, y los siguientes vers�culos, hasta el 11, describen la extrema miseria de los pobres bajo esos opresores. "Salen antes del d�a, en manada, como asnos monteses en el desierto, a su trabajo, y s�lo para el alimento desnudo; porque, en cuanto a sus familias, el desierto debe abastecerlos. Obligados a yacer al aire libre, Sin cubierta para abrigarse, ni choza sobre la cabeza para mantenerlos secos, deben aferrarse a la roca para protegerse de las tormentas, sus hijos son arrancados del pecho para ser vendidos como esclavos ( Job 24:9 .El hu�rfano es arrancado del pecho por la violencia; las vestiduras de los pobres son tomadas en prenda: Job 24:10 .

Andan desnudos, porque no tienen ropa; y los que se mueren de hambre llevan las gavillas: Job 24:11 . Trabajan durante el calor de la marea del mediod�a en sus vi�edos: pisan sus tinajas, pero tienen sed: una miseria tanto m�s exquisita, ya que aumentaba con la presencia inmediata de lo que los aliviar�a; pero no se atrevieron a extender sus manos para tomarlo; "Heath: con quien Houbigant est� de acuerdo, excepto en los vers�culos 5 y 6, que �l traduce as�: He aqu�, como asnos monteses, que salen al desierto para su comida, listos para su presa, diligentes para buscar alimento para sus cr�as; ( Job 24:6 ) As� cosechan el trigo en el campo de noche; recogen la vendimia con la maldad; ( Job 24:7 ) Para que los desnudos se alojen, etc.

Job 24:6 . Cada uno cosecha su ma�z en el campo : ma�z mezclado o dragado. Margen. Job aparentemente alude al forraje, o mont�n de paja o heno picados, que yacen mezclados en el campo, despu�s de haber pasado por debajo de un instrumento de trilla; con lo que compara el bot�n que les quitaron a los pasajeros, ya en su �poca, los que viv�an algo a la manera actual de los �rabes salvajes; cuyos despojos son para ellos lo que la cosecha y la vendimia fueron para otros.

Con esto coincide que otro pasaje, el cap. Job 6:5 donde aparece esta palabra: �Se morir� el buey (en queja) sobre su forraje? o forraje, como se traduce en nuestra versi�n; es decir, cuando no solo tiene suficiente paja, sino tambi�n mezclada con cebada. Ver Observaciones, p. 210 y Jueces 19:19 .

Versículo 12

Los hombres gimen desde fuera de la ciudad: Ahora sigan las opresiones de la ciudad, donde la faz de las cosas es a�n peor; nada m�s que los gemidos de los moribundos y los gritos de los heridos. En la ciudad gimen los moribundos, y el alma de los heridos clama en voz alta; sin embargo, Dios no hace distinciones. Brezo.

Versículo 13

Son de los que se rebelan, etc.� Heath, suponiendo que esto alude a las personas que vivieron antes del diluvio, cuya violencia y opresi�n est�n registradas en varias partes de las Sagradas Escrituras, hace esta cl�usula, Son de los que fueron arrojados precipitadamente de la luz.

Versículo 14

El asesino se levantaba con la luz. A plena luz del d�a, el asesino se levantaba y mataba a los pobres y a los indefensos. Ver Miqueas 7:6 . Los dos verbos surgir y matar significan, por un hebra�smo com�n, levantarse para matar.

Versículo 15

El ojo tambi�n del ad�ltero � El vers�culo 16 parece referirse al ladr�n o aldama, mencionado en Job 24:14 , en cuyo caso este vers�culo debe estar entre par�ntesis. V�ase Heath y Schultens. Solo observar�a que el sir�aco y el �rabe traducen el vers�culo 16, En la oscuridad busca casas: una traducci�n que, si se admite, conectar� muy bien los vers�culos 15 y 16. El autor de las Observaciones parece ser de esta opini�n, p. 97, donde, hablando de la manera de construir en el este, que era principalmente de ladrillos hechos de barro, observa que la arquitectura del pa�s de Job parece haber sido del mismo tipo; porque habla del ad�ltero que cava en las casas;y estas paredes de ladrillo quemado por el sol, cuando se humedecen con copiosas lluvias, deben haber estado expuestas a accidentes de este tipo, al mismo tiempo que el grosor de las mismas debe haber hecho que el t�rmino cavar sea especialmente expresivo.

Versículo 17

Porque la ma�ana, & c.� Ciertamente la ma�ana era para �l toda la sombra de la muerte; porque vio ante sus ojos los terrores de la sombra de la muerte. En este vers�culo y en el siguiente, dice el Sr. Heath, hay una hermosa descripci�n del terror y la perplejidad de los habitantes del viejo mundo ante la proximidad de las aguas del diluvio. Corren de un lado a otro; descuidar el �nico medio aparente de salvarse; no pueden encontrar el camino a las tierras altas hasta que su retirada se interrumpe por completo y son destruidos, como en todo caso deben haber sido.

Versículo 18

Ligero es como las aguas; maldice el d�a venidero; su porci�n ser� maldita en la tierra; no disfrutar� el pisar sus vi�as. Houb. Pero Heath lo rinde, se asust� al ver las aguas. Su porci�n fue destruida de la tierra: no pod�a ver el camino que conduc�a a las altas colinas.Vea la nota anterior. Y observa que el argumento desde el vers�culo 13 en adelante es que, como los grandes opresores antes del diluvio fueron inmediatamente hechos un ejemplo destacado de la venganza divina; as� (seg�n los principios de los amigos al menos) todos los hombres imp�os deber�an serlo y recibir su castigo en este mundo a la vista de todos los hombres. Pero como notoriamente este no era el caso, por lo tanto, su inferencia de que Job era un mal hombre, a partir de sus sufrimientos, no pod�a tener fundamento. Vea Heath y Mudge.

Job 24:20 . El gusano se alimentar� dulcemente de �l ; su dulzura o vigor ser� corrupci�n. Ver Schultens y Heath.

Versículo 22

Tambi�n atrae a los poderosos con su poder; oprime a los pobres; conf�a en su propio poder; pero no tendr� confianza en su propia vida. Houb. Pero Heath lo rinde, aunque reuni� a los poderosos para su apoyo, sin embargo, deber�a estar en perpetua alarma; dif�cilmente deber�a pensar en su vida a salvo. Job 24:23 . Aunque deber�a imaginarse a s� mismo en seguridad, y deber�a confiar en ello, deber�a tener los ojos puestos en sus caminos.

Versículo 24

Son exaltados por un poco de tiempo, etc.� Su exaltaci�n deber�a ser por poco tiempo, y �l no deber�a ser m�s: s�, ser� abatido; ser� derribado como el pasto verde, o cortado como las copas de las mazorcas. La comparaci�n es entre un hombre que muere repentinamente y, al caer, sus convulsiones mortales le hacen arrojarse sobre sus piernas y pies; y la hierba que, mientras se corta, la parte de abajo se echa hacia arriba. Brezo.

Versículo 25

Y si no es as� ahora ... Pero dado que este no es de ninguna manera el caso en la actualidad, qui�n, etc. Ver Houb. y Heath.

REFLEXIONES.� 1�. El argumento en disputa es si los malvados no siempre fueron perseguidos con se�ales del desagrado divino en este mundo. Job niega constantemente la afirmaci�n.

1. Comienza con una inferencia extra�da del cierre del cap�tulo anterior: �Por qu�? Ver los tiempos no est�n ocultos al Todopoderoso, cuya mente omnipotente comprende en una sola mirada el pasado, el presente y el futuro, y seg�n el cual �Se dirigir�n todos los eventos? �Por qu�, si, como usted afirma, los imp�os son siempre desdichados, los que lo conocen, los que conocen su voluntad y sus caminos, y son favorecidos por su amor, no ven sus d�as de ejecutar juicio en esta vida sobre los imp�os? lo que ciertamente lo har�an si, como usted afirma, fueran siempre castigados aqu�, mientras que lo contrario es evidente. Nota;Cualesquiera que sean las extra�as dispensaciones de la Providencia, podemos estar seguros de que Dios no ha abandonado la tierra: �l ve y ordena todo con infinita sabidur�a, y al final lo adoraremos, nos maravillaremos y alabaremos, cuando veamos sus grandes designios establecidos. abierto a nuestra vista.

2. Demuestra, en una variedad de casos, la prosperidad de los malvados; quienes, aunque son los m�s injustos y crueles opresores, contin�an impunes. Roban a los hombres de sus propiedades y les roban su ganado. Si los pobres tienen una sola bestia, la hacen presa, y no escuchan los gritos de la viuda o de los hu�rfanos: insolente y autoritario, es peligroso interponerse en su camino, y los pobres se ven obligados a esconderse por s� mismos. seguridad. Intracos y desenfrenados como los asnos salvajes, hacen del saqueo su oficio y, madrugando, persiguen a su presa, viviendo de los frutos de su robo. El ma�z que otros sembraron, lo cosechan y recogen la vendimia de los imp�os, devor�ndose unos a otros; o los malvados recogen la vendimiade los justos, oprimidos por ellos. Los casi desnudos son despojados de los pocos andrajos que los cubr�an y, sin piedad, los dejan fr�os y hambrientos para que se estremezcan y se estremezcan en la monta�a �rida, o bajo la l�gubre roca. Incluso al ni�o hu�rfano lo arrancan del pecho para venderlo como esclavo, y tomar la prenda del pobre, o al pobre en prenda, tomarlo por deudas y hacer de �l sus siervos; no tienen piedad del desnudo para Cubrelos; y si no ha recogido m�s que una gavilla de ma�z para saciar su hambre, hasta que le quiten violentamente.

Encarcelados dentro de sus muros y condenados a una dura servidumbre, los pobres se ven obligados a hacer su aceite y pisar sus lagares, pero no se atreven a saciar su sed con el jugo de la uva. Bajo tal opresi�n, tanto en las ciudades como en el campo, los hombres gimen sin remedio; y el alma de los heridos, heridos y heridos por atreverse tal vez a quejarse, grita, pero en vano; sin embargo, Dios no les hace insensatez, sufre todo este pecado de rapi�a grave y crueldad, y no se interpone con juicios distinguidos. Nota;(1.) Dios se da cuenta de la maldad del pecador, aunque �l, por su �xito, se promete a s� mismo impunidad. (2.) Es doblemente cruel da�ar al hu�rfano y a la viuda. (3.) Son amos malvados y de coraz�n duro, cuyos siervos apenas se les permite vivir de su trabajo; y hay un maestro en el cielo que los enderezar� en breve.

Segundo, al igual que la c�mara de im�genes de Ezequiel, Job contin�a describiendo abominaciones mayores que ocurren en este mundo a menudo con impunidad. Son de los que se rebelan contra la luz, resisten los reproches de la conciencia y se sumergen voluntaria y deliberadamente en los cr�menes m�s graves; no conocen sus caminos, se niegan a conocer, y evitan la luz de la verdad, ni permanecen en sus senderos, prefiriendo los caminos oscuros de la maldad antes que ella: o, literalmente, la luz del d�a les es odiosa; eligen la oscuridad, si es posible, para ocultar sus actos culpables. �Vano intento! mientras que el ojo de Dios, m�s claro que el sol, traspasa las sombras m�s espesas, y la noche para �l es tan brillante como el d�a. Tenemos,

1. Sus pecados: asesinato, adulterio y allanamiento de morada. Al levantarse con la luz, el asesino agarra al viajero temprano, y, aunque pobre y necesitado, y hay poco que sacar de �l, sin embargo lo mata, como si tuviera sed de sangre, y de noche es como un ladr�n, robando todo lo que �l puede apoderarse. El ad�ltero, avergonzado de ejecutar p�blicamente sus designios, espera la noche, y a�n, por miedo a ser descubierto, disfraza su rostro; y, tentado por la falsa esperanza del secreto, se apresura a cometer el horrible hecho.

El ladr�n, de d�a, ronda en busca de presas y, habiendo marcado el lugar y la casa, de noche irrumpe y roba. Nota; (1.) Aunque la sangre en muchos casos no se descubre aqu�, llegar� el d�a en que clamar� por venganza. (2.) Por muy secreto que se mantenga el crimen del ad�ltero, su verg�enza no ser� cubierta cuando, en el d�a del juicio, se le quite la m�scara.

2. Aunque tienen �xito en sus empresas, llevan consigo un terror continuo. No conocen la luz, no se atreven a ser vistos en ella, temen ser descubiertos. La ma�ana es para ellos como sombra de muerte, tan desagradable; si alguien los conoce, la culpa brilla en sus rostros, y el temor a la verg�enza y el castigo merecidos se apodera de ellos; son como hombres que acaban de expirar en los terrores de la sombra de la muerte. Nota; Un estado de maldad es un estado de temblor: por placentero o provechoso que sea el pecado, la alarma continua, por temor a ser descubierto, amarga a todos.

Tercero. Tenemos,
1. El car�cter m�s lejano de los malvados. Aflige a la est�ril con oprobio, oprime a la viuda, y ni siquiera los poderosos est�n a salvo; Tan atrevido es, que cuando se levanta, la vida de nadie est� segura.
2. A pesar de todos sus pecados complicados, se le concede estar seguro; y, en lugar de sentirse afectado por la paciencia de Dios y arrepentirse, descansa en ella, prometi�ndose una continua impunidad. S�, es exaltado; lejos de sufrir un sufrimiento distinguido, levanta la cabeza en alto y, si no es amado, es temido y obedecido. Nota; La prosperidad a menudo endurece al pecador, pero est� menos seguro cuando m�s seguro. Para,

3. Llegar� el tiempo de la recompensa, aunque no aqu�, al menos en la muerte. Su alegr�a es de corta duraci�n, aunque dura hasta el �ltimo suspiro; porque veloces como el agua se apresuran sus d�as; y, por feliz que parezca, la maldici�n de Dios est� sobre �l; y cuando se haya ido, no volver� a contemplar las posesiones de las que se gloriaba. Su recuerdo ser� borrado de su tierra madre. Derrumbado como un �rbol, los gusanos se alimentar�n de su cad�ver en la oscuridad: seguro como estaba, el ojo de Dios todav�a marcaba su camino sinuoso; y, como lo fueron los imp�os antes que �l, ser� barrido de la tierra cuando se llene la medida de sus iniquidades, como se cortan las espigas de trigo maduro. En el sepulcro ser� consumido, y all� perecer� con �l toda su gloria, como la nieve se derrite ante el sol abrasador. Nota; Aunque la venganza sea lenta, es seguro: el per�odo m�s largo del reinado de un pecador son unos pocos d�as, un momento fugaz de la vida.

4. Los desaf�a a refutar las verdades que hab�a adelantado, a probar que es un mentiroso o invalidar sus argumentos; de lo contrario, deben abandonar el campo y poseer la prosperidad de los imp�os; y que no aqu�, sino m�s all�, les esperaba la recompensa de Dios; y, en consecuencia, que su juicio, que lo consideraba un hombre malvado simplemente por sus aflicciones, fue precipitado y censurador.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Job 24". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/job-24.html. 1801-1803.