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Bible Commentaries
Job 31

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

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Versículo 1

Job hace una solemne protesta de su integridad y concluye con una oraci�n para que se escuche y se registre su defensa.

Antes de Cristo 1645.

Job 31:1 . Entonces, �por qu� deber�a pensar en una doncella? -Esto se ha entendido generalmente como el gran cuidado y la circunspecci�n que Job hab�a utilizado para evitar todas las tentaciones y ocasiones de pecado; y une en los siguientes vers�culos los motivos elevados y razonables que lo hab�an impulsado, y deber�an instar a todo hombre, a tal circunspecci�n: Job 31:2. Porque, �cu�l es la porci�n que Dios distribuye de arriba, y la herencia del Omnipotente desde el lugar de su exaltaci�n? �No es destrucci�n para los imp�os y rechazo de los que hacen iniquidad? ver.4. �No ve �l mis caminos y no adormece todos mis pasos? �Qu� pasaje es una prueba m�s de que sus perspectivas eran paraotrola vida; porque esto mismo, si lo hubiera querido decir de una destrucci�n temporal, era lo que sus antagonistas le hab�an repetido una y otra vez, y lo hab�an insistido como un argumento de su culpa, que as� fue miserablemente destruido.

Cuando Job, por tanto, dice lo mismo, a saber, que una destrucci�n segura sobreviene a los imp�os, es su porci�n, una herencia de Dios; es evidente que debe entenderlo en un sentido diferente al de sus antagonistas; es decir, de su retribuci�n final en un estado futuro. V�ase Peters y la nota sobre Job 31:13 ; Job 31:24 . El Sr. Heath, sin embargo, opina que la palabra traducida como sirvienta est� mal traducida. El pasaje completo, dice �l, no tiene relaci�n con el adulterio o la fornicaci�n, sino con la idolatr�a. Esto lo demuestran evidentemente los siguientes vers�culos: ????? bethulah,por tanto, es ciertamente un �dolo; y cu�l era ese �dolo nos lo informa Eusebio, quien, a partir de la historia de Sanchoniathan, nos cuenta, que Urano fue el primer introductor de Baitulia, cuando erigi� piedras animadas. Bochart supone que la palabra original, traducida piedras animadas, significa piedras m�s bien ungidas. La costumbre, de hecho, de ungir pilares era muy antigua.

Entonces Jacob levant� una columna y la ungi�, y llam� a la piedra misma ????? ??? beth elohim. Estos pilares se volvieron luego para usos id�latras; y es uno de los mandatos a los hijos de Israel de quebrantarlos al entrar en la tierra de Cana�n. �xodo 34:13 . Focio dice que vio a muchos de ellos en el monte L�bano. Al principio, estos �dolos eran solo piedras o pilares toscos; luego fueron hechos en formas humanas y brutales. Para obtener m�s informaci�n sobre estos betulia, consulte Boch. Geogr. Sacr. lib. 2: gorra. 2.

Versículo 5

Si he caminado con vanidad, si he seguido una mentira, o mi pie se ha precipitado al fraude. Houbigant.

Versículo 7

Y mi coraz�n camin� tras mis ojos. La expresi�n es fuerte y hermosa. El significado de esta �ltima cl�usula es: "Si mis ojos han seducido mi coraz�n, o alguna corrupci�n ha contaminado mis manos".

Versículo 10

Entonces, deje que mi esposa muera a otro ; que mi esposa sea profanada por otro.

Versículos 13-14

Si desprecio, etc.� Ver com. Cap. Job 19:25 . El vers�culo 14 debe traducirse en el futuro, de manera agradable al hebreo; �Qu� har� cuando Dios se levante? y cuando me visite, �qu� le responder�? Aqu� Job habla claramente de algo que �l pod�a esperar infaliblemente, si se hubiera comportado injustamente con su esclavo: pero, �podr�amos suponer que se refer�a a cualquier juicio temporal o visitaci�n de Dios, qu� era lo que ten�a que esperar? Parece pensar que su condici�n ya es tan miserable, que apenas le fue posible caer m�s bajo; y por lo tanto, a menudo y sinceramente desea la muerte, como la cosa m�s feliz que podr�a sucederle.

No necesitamos cuestionar, por lo tanto, pero �l estaba atento al juicio futuro; y es notable que se exprese aqu� con la misma frase que en el cap. Job 19:25 . Cuando Dios se levante. Vea a Peters y la nota en ese lugar.

Versículo 17

�O me he comido mi bocado yo solo? Esto est� de acuerdo con las primeras ideas de la hospitalidad, y es una expresi�n de benevolencia tan fuerte como pueda concebirse. Los �rabes lo practican hasta el d�a de hoy en su mayor medida. En un viaje, despu�s de haber preparado su comida, van al terreno m�s alto del vecindario y llaman tres veces en voz alta a todos sus hermanos, los hijos de los fieles, para que vengan y participen de ella: Dr. Shaw nos dice que lo hicieron cuando �l viaj� por ese pa�s, aunque ninguno de esos hermanos estaba a la vista, o quiz�s a cien millas de ellos.

Sin embargo, mantienen esta costumbre como una muestra al menos de su gran benevolencia, como de hecho lo habr�a sido de su hospitalidad, siempre que hubieran tenido la oportunidad de demostrarla. V�ase el prefacio de sus viajes, p�g. 12. Schultens observa, muy amablemente, que este verso nos ofrece un hermoso cuadro de liberalidad y tierna caridad; que no permitir�a que Job comiera ni el m�s m�nimo bocado de pan sin dar una peque�a porci�n a los pobres y necesitados.

Versículo 18

Porque desde mi juventud, etc., Houbigant traduce esto de la manera m�s hermosa: hasta qu� punto puede ser agradable para el hebreo, no me atrevo a determinarlo. Porque la compasi�n me educ� desde ni�o; ella me cri�, incluso desde el vientre de mi madre. Heath lee el pasaje as�; Si desde su juventud no lo cri� como a un padre; s�, la gui� desde el vientre de su madre; refiri�ndose tanto al hu�rfano masculino como al femenino.

Versículo 21

Cuando vi mi ayuda en la puerta ... Cuando me vi superior en la puerta. Houbigant. Es decir, superior en autoridad, suficiente para influir en aquellos jueces, cuyo lugar habitual de audiencia de causas era en las puertas de las ciudades, como muchas veces hemos tenido ocasi�n de observar.

Versículo 22

Entonces deja que mi brazo caiga de mi om�plato ... Que mi om�plato caiga de mi hombro y mi brazo se rompa de mi codo. Heath y Houbigant.

Versículo 28

Esto tambi�n era una iniquidad que deb�a ser castigada por el juez. El hebreo de este pasaje tiene solo dos palabras, ????? ??? avon pelili, que Schultens traduce como iniquitas arbitratoria; lo que significa, como �l lo explica, una iniquidad tal como cualquiera debe juzgar que es as�; y confirma su interpretaci�n con el uso de la palabra ?????? pelilim, Deuteronomio 32:31 . Su roca no es como nuestra roca, incluso nuestros enemigos mismos son Jueces 1 : e. en el juicio u opini�n incluso de nuestros propios enemigos; de modo que aqu� no se insin�a nada de un juicio o castigo judicial; pero solo la notoriedad del pecado observado; y as� es como lo interpretan la par�frasis caldea, as� como las versiones griega y latina;una iniquidad grande o atroz. Pero, suponiendo que fuera justamente declarado iniquidad ser castigado por el juez; como bien entender� el Juez Supremo de todos, quien dir� que no le corresponde, como se�or y soberano del mundo, castigar a quienes en efecto le niegan serlo, y trasladar su honor a �otro? Peters.

Houbigant lo traduce: Esta tambi�n es una maldad digna de juicio; y la siguiente cl�usula parece demostrar claramente que fue el juicio divino del que Job consider� digno. La frase puede traducirse de la misma manera en el vers�culo 11: Este es un crimen atroz, s�, una iniquidad digna de juicio.

Versículo 31

Si los hombres de mi tabern�culo no hubieran dicho: Si los hombres de mi morada no hubieran dicho: �Qui�n puede mostrar al hombre que no se ha llenado de sus v�veres? Heath y Schultens.

Versículo 33

Si cubr� mis transgresiones como Ad�n, este pasaje contiene una alusi�n a una circunstancia en la historia de la ca�da. Entre los detalles en los que Job reivindica su integridad, uno es que siempre estuvo dispuesto a reconocer sus errores. La alusi�n al ocultamiento de Adam es apropiada y apropiada; pero si traduces el pasaje de manera agradable a la lectura marginal de nuestra Biblia inglesa, a la manera de los hombres, se convierte en una acusaci�n de otros; y la reivindicaci�n de s� mismo tiene una mezcla de orgullo que no se adapta al car�cter del hablante. V�ase Sherlock en Profhesy, p�g. 212.

Versículo 34

�Tem� a una gran multitud? Entonces, que tenga miedo de la gran multitud, y que el desprecio de mis parientes me aterrorice. Que incluso me quede callado y no salga por mi puerta. Brezo.

Versículos 35-37

�Oh, que alguien me escuchara, etc.! La cl�usula, he aqu�, mi deseo es, etc. Podr�a ser mejor traducido: He aqu� mi se�al o promesa, que el Todopoderoso me pregunte: porque la palabra hebrea significa, igualmente, que me responda, o que me haga responder. Job aqu�, como en otros lugares, muestra una gran seriedad para enfrentar su juicio: eran sus amigos, y no Dios, quienes eran sus acusadores: porque Dios, estaba bien persuadido, pronto lo absolver�a si fuera admitido una sola vez. para venir en juicio ante �l. El significado del vers�culo, por lo tanto, parece ser claramente el siguiente: "� Ojal� me concedieran o�r!". Mira all� mi marca o calibre "; ??? tavi:(algo como una promesa o garant�a de que comparecer�a en el juicio) "Que el Todopoderoso me interrogue; y que cualquiera de ustedes, mis acusadores, escriba un acta de acusaci�n contra m�". Sigue, Job 31:36 . Seguramente lo tomar�a sobre mi hombro y me lo atar�a como una corona: es decir, "estar�a tan lejos de sentirme avergonzado, o aterrorizado, de regocijarme y triunfar en �l; como sabiendo bien que tan impotente La acusaci�n s�lo servir�a m�s para aclarar mi inocencia ". Agrega, Job 31:37 .

Le declarar�a [al Todopoderoso, mi Juez] el n�mero de mis pasos, como un pr�ncipe me acercar�a a �l: es decir, "Le dar�a una narraci�n completa y libre de toda mi vida, y me presentar�a ante �l con un parezca tan recto y seguro como un pr�ncipe ". Nada puede ser m�s claro que el hecho de que el libro o la difamaci�n aqu� supuestamente escrita por el adversario de Job, no puede referirse a uno redactado por Dios. Porque, �c�mo fue posible que �l triunfara en esto? Si se trataba de una acusaci�n procedente del Dios de la verdad, seguramente ten�a m�s motivos para temblar que para triunfar. Si se trataba de un proyecto de ley sin acusaci�n, o sin ning�n delito alegado, �qu� tipo de acusaci�n era esta? Por lo tanto, debemos concluir que por el adversariodebe referirse a los amigos de Job, que eran sus �nicos acusadores que conocemos; y aqu� se apela a Dios como oyente o juez entre ellos. En esto triunfa el trabajo con la raz�n, como ser consciente de una vida bien vivida; y por eso dice que se acercar�a a su juez con una mirada tan recta y segura como un pr�ncipe. Peters.

REFLEXIONES.� Primero, Dos de los pecados m�s comunes y m�s acosadores son, la lascivia y un amor desmesurado por el mundo; de ambos Job protesta por su inocencia.

1. De lascivia. Tan lejos estaba de toda indulgencia m�s grosera, que sus ojos, las entradas de los rayos de la belleza, a trav�s de los cuales, como los rayos recogidos en el vidrio ardiente, el fuego de los deseos impuros se enciende en el coraz�n; a �stos se les impidi� vagar por objetos prohibidos: ni en sus pensamientos secretos jam�s abrig� ni acarici� las fantas�as de una imaginaci�n imp�a. Tampoco fue tan prudente, debido a la verg�enza o inconveniente que podr�a resultar de la indulgencia; No; fue el temor de Dios lo que lo refren�: sab�a que la inmundicia deb�a excluirlo de la consideraci�n y el favor de Dios; Debe exponerlo a los terrores de la venganza divina, a extra�as enfermedades aqu� y a los eternos sufrimientos en el m�s all�. Tampoco pod�a esperar esconder sus pecados m�s secretos, ni siquiera en sus pensamientos, completamente persuadido del ojo que todo lo ve de Dios,Nota; (1.) Los deseos carnales son los enemigos m�s peligrosos del alma y exigen una vigilancia especial.

(2.) Aquellos que quieran mantener puro su coraz�n, deben mantener su mirada fija: las indulgencias menos impuras permitidas, abren el alma a un diluvio de iniquidad. Nadie que una vez afloje las riendas sabe d�nde se detendr�. (3.) Sin importar cu�n intachable parezca nuestra conducta externa, hay un Dios que marca nuestros pasos secretos, est� con nosotros en medio de la oscuridad y ve los pensamientos ocultos de nuestra mente; recordemos entonces continuamente que su ojo est� sobre nosotros. (4) La impureza de temperamento y el gozo de Dios son incompatibles: en la nueva Jerusal�n no pueden entrar los inmundos y los inmundos. (5.) Debe disuadirnos de pensar en el pecado, esperar su castigo; la mayor indulgencia del apetito corrupto nos recompensar� miserablemente por el fuego devorador y las quemaduras eternas.

2. De un amor desmesurado al mundo. No hab�a vanidad ni enga�o en su caminar o conversaci�n: nunca dijo una mentira para hacer un buen trato; elogi� irrazonablemente sus propios bienes, o conden� los de sus vecinos como no tienen escr�pulos en no hacer los que tienen prisa por hacerse ricos. Su paso no se apart� del camino de la justicia, torcido por el amor propio y la parcialidad del gobierno de la verdad y la rectitud; ni codici� lo que vio, ni utiliz� ning�n m�todo il�cito para procurarse, como lo hizo Ac�n, el cebo tentador. No se le adhiri� ninguna mancha, no s�lo de cr�menes exteriores, de los que los hombres pudieran acusarlo, sino que su coraz�n estaba refrenado de los deseos de una concupiscencia desmesurada; para que pudiera contentarse con que Dios lo pesara en la balanza, consciente de su integridad, y descansando prontamente todo en la prueba; contento, si es culpable, de sufrir la p�rdida de sustancia, familia,

Nota; (1.) Un hombre verdaderamente honesto es un gran personaje. (2.) Aquellos que est�n llenos de charla en sus tratos mundanos, generalmente se sospecha que est�n llenos de fraude. La honestidad no necesita barniz. (3.) La ganancia de la codicia, por muy hermoso que sea nuestro car�cter, dejar� una mancha a los ojos de Dios, que nada m�s que la sangre expiatoria puede lavar. (4.) Los frutos de la injusticia deben ser restaurados, o en el d�a del juicio ser�n arrojados a la escala opuesta; y cuando nos pesen, seremos hallados faltos. (5.) Aquellos que son conscientes de la integridad, nunca evitan un escrutinio. Pero (6.) toda nuestra virtud e integridad genuinas son a trav�s de la gracia, y nuestras cosas m�s santas necesitan el lavamiento de la sangre expiatoria.

Segundo, se producen otras dos instancias de la integridad de Job.
1. Aborrec�a el adulterio. La esposa de su vecino nunca sedujo su coraz�n: �l no cedi� ni a sus solicitudes ni a sus encantos, ni extendi� la red de la seducci�n, ni observ� el momento de descuido para despojarla de su honor. �l impreca el m�s espantoso de los males, se reconoce digno de sufrir la m�s profunda verg�enza y deshonra, y merece ser castigado de la misma manera, si tal culpa se encuentra en �l. Pero una variedad de consideraciones le hicieron detestar la idea. [1.] La atroz naturaleza del crimen; una herida a su pr�jimo la m�s irreparable, y a su propia alma, la m�s destructiva. [2.] El juicio justo que pod�a esperar del hombre, incluso la muerte, a la que en los primeros tiempos estaban condenados los ad�lteros; y, en verdad, cu�nto m�s merece la muerte el que roba a un hombre esa joya m�s preciosa a su esposa, su honor, que el que roba su casa o toma su bolsa! [3.] Ahora encender�a un fuego en su conciencia para atormentarlo, de la ira de Dios para castigarlo, por la eternidad, y de los juicios presentes, como los que cayeron sobre Sodoma, para se�alar el aborrecimiento de Dios por tales actos odiosos.

Nota; (1.) El adulterio es uno de los pecados m�s graves. (2) El enga�o del pecado es grande: los que piensan en tomarse algunas libertades indebidas y descansar all�, no saben cu�n incapaces son para abstenerse de las mayores lascivia, si una vez entran en la tentaci�n. (3.) Aunque nuestras leyes ya no han contado el adulterio entre los cr�menes capitales, y el pecado puede mantenerse tan secreto que la sospecha humana nunca lo alcance, Dios juzgar� a los fornicarios y ad�lteros.

2. Mostr� a sus siervos la mayor equidad y ternura. No los conden� sin que los hubieran escuchado, o, si se quejaban, menospreciaba sus protestas; pero examin� sus protestas sin sentirse ofendido, y les dio cualquier reparaci�n que sus justos agravios pidieran: y esto sobre estas grandes consideraciones: [1] consider� que ten�a un Maestro en el cielo, con quien no hab�a respeto por las personas, y para a quien debe dar cuenta; [2.] que, por muy elevada que fuera su posici�n por encima de ellos, estaban hechos del mismo barro, participantes de la misma naturaleza humana y modelados por la misma mano.

Nota; (1.) Un buen hombre ser� un maestro bondadoso, y no un le�n en su casa y fren�tico entre sus sirvientes. (2.) Si nuestros siervos son perversos o faltos, conviene que no seamos duros o inexorables, no sea que encontremos tan poca misericordia y bondad de nuestro Maestro en el cielo, como les mostramos a ellos. (3) Deber�a servir para humillar a los m�s altos, y evitar que se valoren como criaturas de una especie diferente a sus inferiores, recordar el �tero com�n de donde vinieron y la misma tumba a la que van.

En tercer lugar, acusado de que Job hab�a sido de cruel falta de misericordia, no solo parece que la acusaci�n era completamente infundada, sino que su car�cter hab�a sido el contrario desde los primeros d�as.
1. Describe la atenci�n y el respeto que siempre prest� a los pobres, los hu�rfanos y las viudas. El pobre nunca present� su s�plica sin ser escuchado, o se entristeci� con la negaci�n de cualquier solicitud razonable. Los ojos de la viuda no fallaron, ni por la demora de su petici�n, ni por la falta de atenci�n a sus miradas al hablar, cuando no sab�a c�mo preguntar. Solo nunca hab�a comido su bocado; el hu�rfano no solo fue alimentado en su mesa, sino tambi�n honrado con su presencia. Desde su juventud fue padre de los hu�rfanos y esposo de la viuda para aconsejarlos, guiarlos y protegerlos. El pobre nunca quiso cubrirse, ni el desnudo sali� temblando de su puerta; su vell�n los visti� y, advertidos por sus d�divas caritativas, bendijeron su generosidad y rogaron a Dios que lo recompensara.

En la puerta, ning�n ce�o fruncido ni amenaza desanim� a los hu�rfanos; Sin embargo, nunca se hab�a levantado un dedo contra ellos, si hubiera estado dispuesto a la opresi�n, tan grande era su influencia, que podr�a haberlo hecho con impunidad. Nota; (1.) La bondad para con los pobres no s�lo es muy aceptable para Dios, sino que trae consigo, en la secreta satisfacci�n que ministra, una recompensa abundante. (2.) Los pobres necesitan tanto ropa como carne, y no debemos olvidarnos de sus necesidades. (3.) El respeto mostrado a aquellos que, debido a la pobreza, son despreciados con demasiada frecuencia, es una bondad barata pero muy agradecida. (4.) Cuanto m�s poder tengamos para hacer el mal, m�s cuidadosos debemos tener para no abusar de �l.

2. Impreca venganza sobre s� mismo, si alguna vez hab�a hecho lo que sugiri� Elifaz, cap. Job 22:9 incluso para que su brazo caiga de su hombro o se rompa del hueso. Nota; Aunque el uso de imprecaciones sobre nosotros mismos en general, es pecaminoso y maligno; sin embargo, en una solemne limpieza de nosotros mismos, como un juramento, pueden usarse para la gloria de Dios.

3. Menciona las restricciones que le impidieron toda falta de caridad y falta de bondad. Tem�a provocar a ese Dios santo, que es el vengador de los heridos y el guardi�n de los pobres. Conoc�a el terror del Alt�simo y lo poco que podr�a soportar sus juicios si lo provocaba con una conducta tan desagradable. Nota; (1.) Los m�s altos deben recordar que hay uno m�s alto que ellos, a quienes deben dar cuenta. (2.) El santo temor de Dios es una restricci�n necesaria del pecado.

En cuarto lugar, obligado a encomiarse a s� mismo, en reivindicaci�n de su car�cter de las m�s injustas calumnias, Job pasa a otras instancias de su sencillez ante Dios y los hombres.
1. Este mundo nunca ocup� su coraz�n con afecto id�latra; nunca puso su esperanza en la b�squeda del oro, ni su confianza en lo que pose�a; su ganancia no le dio gozo comparable al de su Dios; lo recibi� como un regalo de Dios y lo emple� para la gloria de Dios.

Nota; (1.) La codicia es idolatr�a. El afecto del coraz�n engastado en oro, y nuestra alegr�a y confianza puestas en la criatura, son igualmente criminales con la rodilla doblada hacia el tronco o la piedra, y con frecuencia m�s. (2.) Las riquezas tienden a robar el alma hacia un amor desmedido por ellas; de ah� que tan pocos ricos entren en el reino de los cielos.

2. Renuncia a todo culto id�latra que se le rinde a las luminarias del cielo. Estas, probablemente, fueron las primeras de todas las deidades paganas que obtuvieron honores divinos. En la �poca de Job, esta adoraci�n comenz� a ponerse de moda; pero lejos, muy lejos, estaba de unirse al abominable servicio, ya fuera abierta o secretamente. Cuando sali� y contempl� el sol en su esplendor meridiano, o en la noche clara vio en su orbe plateado la luna difundiendo luz agradecida a la tierra ignorada, su coraz�n nunca se dej� seducir por la adoraci�n; o, inclin�ndose, les bes� la mano, el m�todo habitual de adoraci�n en se�al de los honores divinos. Consideraba la idolatr�a como un crimen que merec�a el m�s ignominioso castigo del magistrado; y lo detestaba m�s como la mayor afrenta a Dios, que no da su gloria a otro,
3. Ninguna venganza, incluso contra su enemigo m�s ac�rrimo cuando estaba en su poder, encontr� un lugar en su seno; lejos de hacerle da�o, nunca se regocij� cuando le sobrevino la desgracia: nunca permiti� que sus labios pronunciaran una palabra de imprecaci�n, ni que su coraz�n abrigara un deseo de malevolencia contra �l; es m�s, cuando los de su casa, sus amigos o sirvientes, lo instaron a resentirse por los males que le hab�an hecho, y desearon la carne de los que lo odiaban para vengar la causa de su amo, �l no atendi� sus instigaciones ni les permiti� mostrar su resentimiento.

Nota; (1.) Entre las primeras gracias se encuentran el perd�n de las ofensas y el amor a nuestros enemigos. (2.) El gozo en la ca�da de un enemigo, es malicia y asesinato en el coraz�n. (3.) La mayor provocaci�n nunca justificar� nuestra venganza. (4) Rara vez faltan los que est�n dispuestos a soplar las brasas de la contienda; a los tales el sabio har� o�dos sordos.

4. Menciona el entretenimiento hospitalario que todos los viajeros recib�an de �l; lo cual, cuando a�n no hab�a posadas p�blicas, era m�s especialmente necesario. Su puerta siempre estaba abierta al viajero, o al camino, su casa al lado del camino, para que el cansado pudiera volver all� y encontrar un refrigerio, descansar en seguridad bajo su techo y no alojarse en la calle, expuesto a la inclemencias del tiempo.

En quinto lugar, tenemos a Job reiterando las protestas de su sinceridad y concluyendo con su apelaci�n a Dios.
1. �l protesta por su sinceridad.
(1.) Nunca ocult� su iniquidad, como lo hizo Ad�n, o como lo hacen los hombres en general, deseando encontrar una excusa y echar la culpa a otros. Se reconoci� pecador; muchas transgresiones se le imputaron; porque, �qui�n vive y no ha pecado? pero ninguna maldad, ninguna hipocres�a, contradictoria a su profesi�n de buen hombre, se le imputaron; todo lo que sab�a lo pose�a gratuitamente y deseaba ser humillado ante Dios. Nota; (1.) Hip�critamente excusar, paliar u ocultar nuestros pecados, es solo enga�ar y destruir nuestras propias almas. (2.) La humilde confesi�n a Dios, a trav�s de Cristo, es el camino seguro al perd�n instant�neo.

(2.) Ning�n temor al hombre lo intimid� de su deber como profesor o magistrado; no se avergonzaba de su religi�n, ni tem�a ninguna burla a la que pudiera exponerlo; no prest� atenci�n a las personas en el juicio; la calidad del partido nunca influy� en sus decisiones, ni se le pudo convencer para que permaneciera en silencio mientras se oprim�a la verdad y la justicia; pero �l lo recrimin� abiertamente, indiferente a qui�nes se sent�an ofendidos o disgustados; igualmente indiferentes a los clamores del vulgo, como indiferentes al desprecio de los grandes. Nota;(1.) El temor del hombre es una gran trampa; se requiere mucha fortaleza cristiana para superarlo. (2.) El que oye acallar una buena causa, o ve cometer una injusticia, sin reivindicar a uno y protestar contra el otro, se vuelve criminal con su silencio y connivencia.

(3.) Sus posesiones fueron obtenidas honestamente; su tierra no ten�a acusaci�n contra �l por opresi�n; el salario del trabajador retenido, nunca clam� contra �l; ni su mano dura apret� a sus inquilinos, ni sus irrazonables demandas de trabajo m�s all� de sus fuerzas pusieron en peligro la vida de sus sirvientes; la tierra, los arrendatarios o los jornaleros, nunca tuvieron motivos para quejarse.

Con solemnes imprecaciones vincula su juicio sobre �l, si falsific� su testimonio; y desea que la esterilidad y la maldici�n asolen sus campos, en lugar de que la abundancia corona el a�o con aumento. Nota; Las propiedades mal habidas son a menudo posesiones desfavorables y decepcionan las esperanzas de los injustos.

2. Una vez m�s renueva su apelaci�n a Dios y su ansioso deseo de que su causa sea escuchada en su bar. �Oh, aquel que me escuche, para que se le designe un juez, ante el cual pueda defender su causa! He aqu�, que quede constancia, como lo que, lejos de temer como un hip�crita, anhelo , mi deseo es que el Todopoderoso me responda; un deseo precipitado, si quer�a decir que Dios entrar�a en las listas para juzgarlo, pero permisible si solo deseaba defender su causa, en oposici�n a sus amigos antes que �l; y que mi adversario hab�a escrito un libro, un acta de acusaci�n, conteniendo los cargos para ser escuchado en el tribunal de Dios. Seguramente lo tomar�a sobre mi hombro,estaba tan confiado que pod�a reivindicar su causa de todas las acusaciones de sus amigos desagradables; lejos de temer ser aplastado por �l, lo llevar�a triunfante; y �tamelo como una corona, su justicia debe brillar m�s, cuanto m�s se examina; y la acusaci�n de su integridad deber�a redundar en su m�s distinguido honor.

Le declarar�a el n�mero de mis pasos; la verdad no necesita disfraz; desnudar�a su pecho y cada paso secreto, sin temer el escrutinio m�s estricto; y como un pr�ncipe me acercar�a a �l, sin temblar como un criminal, y manteni�ndome a distancia; pero con confianza y majestad avanzando audazmente al tribunal, sin temor a que su causa fracasara. Nota; (1.) La conciencia de la inocencia anhela el juicio. (2.) Los que ahora tienen el veredicto de Dios a su favor, en el d�a del juicio rodear�n su trono como pr�ncipes, s�, como asesores con �l.

As� terminan las palabras de Job. Si sus amigos no lo consideran convincente, ser�a en vano multiplicar los argumentos; y en su propia vindicaci�n no a�adir� m�s.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Job 31". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/job-31.html. 1801-1803.
 
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