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Bible Commentaries
Job 36

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

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Versículo 1

Eli� expone la justicia de Dios en todos sus caminos y ensalza la grandeza de su poder y providencia.

Antes de Cristo 1645.

Job 36:1 . Eli� tambi�n procedi� -Eli� prosigue exponiendo a Job la impropiedad de su comportamiento hacia Dios, y desea que �l considere cu�n vano resultar�; que Dios es Todopoderoso, y nunca ceder� el punto, que administrar� justicia imparcial a todos los hombres: Job 36:2.; que el curso general de su providencia es favorecer a los justos; y que, aunque a veces puede corregirlos con amor, sin embargo, si se someten pacientemente a su correcci�n paternal y enmendan sus caminos, disfrutar�n de toda clase de prosperidad. Pero si son tercos y no se someten, s�lo atraer�n mayores grados de su venganza sobre s� mismos; Job 36:7. �l le dice que si hubiera seguido el curso anterior, probablemente antes ahora se hab�a restaurado a su condici�n anterior; mientras que, al persistir en lo �ltimo, estaba en una buena manera de convertirse en un ejemplo destacado de la venganza divina: Job 36:17 .

Le advierte, por tanto, que aproveche la oportunidad presente, no sea que Dios le corte mientras est� en un estado de rebeli�n: porque eso, con Dios, ni la riqueza, el poder, ni ning�n otro argumento que �l pudiera usar, ser�a de utilidad. cualquier utilidad: Job 36:18 . Dios era infinitamente poderoso; por lo tanto, no hubo resistencia a �l; e infinitamente sabio, como suficientemente aparecido por sus obras; por lo tanto, no hab�a escapatoria de sus manos. Su pureza era tan grande, que el sol en su presencia era m�s tenue que el rayo m�s peque�o en comparaci�n con esa lumbrera brillante; su santidad era manifiesta, desde su aversi�n a la iniquidad; y su bondad, al suplir las necesidades de sus criaturas: Job 36:26 al cap. Job 36:23. El hombre era absolutamente incapaz de dar cuenta de la menor de sus obras; �C�mo se atrevi� entonces a intentar penetrar los secretos de su providencia y pedirle cuentas por sus tratos con los hombres? Esto s�lo pod�a proceder de una presunci�n injustificable: Job 36:24 un crimen que el Todopoderoso no dejar�a de castigar severamente. Brezo.

Versículo 4

El que es perfecto en conocimiento, aunque la perfecci�n del conocimiento est� contigo: Heath; quien piensa que esto alude al sarcasmo de Job, cap. Job 12:2 .

Versículo 5

No desprecia a nadie; no ceder� ante nadie. Brezo.

Versículo 9

Que se han excedido ... C�mo lo han desafiado. Brezo.

Versículo 15

�l libra al pobre en su aflicci�n � Mientras, o, pero �l libra, etc.

Versículo 16

Aun as� te habr�a quitado, etc.� Tambi�n te habr�a protegido del filo de la espada ancha, contra la cual nada puede oponer resistencia; y la provisi�n de tu mesa deber�a haber estado llena.

Versículo 20

No desees la noche; no desees la noche para oprimir a los afligidos, sin esperar nada menos: Houbigant. Pero Heath lo traduce: No deseo fervientemente que la noche descienda a las regiones m�s bajas; y el vers�culo 21: Cuidado, no mires la iniquidad, para elegirla en lugar de la aflicci�n.

Versículo 27

Porque �l hace peque�o, etc.� El que hace subir en lo alto los exhalaciones de las aguas, que forman la lluvia en sus nubes ( Job 36:28 ) cuando los cielos se derraman.

Versículo 29

Adem�s, �puede alguien entender, & c.� Cu�nto m�s cuando manifiesta el estallido de las nubes; el estruendo del trueno de su pabell�n! Job 36:30 . �Mira c�mo destella su rel�mpago a su alrededor! Voltea el fondo del mar: Job 36:31 . Verdaderamente por ellos ejecuta juicio sobre las naciones, etc. Job 36:32 .

Cubre el sol por as� decirlo con sus manos, y lo manda, etc. Job 36:33 . Su trueno proclama ante �l. La ira se atesora contra la iniquidad. �sta es una de las im�genes m�s nobles de todo el libro y ha sido finamente ilustrada por Schultens; a quien nos referimos, y Heath.

REFLEXIONES.�1�. Como el silencio general parec�a dar aprobaci�n a lo dicho, Eli�, despu�s de una breve pausa, reanuda su discurso, con una disculpa por traspasar un poco m�s su paciencia; porque lo que ten�a que decir ahora ser�a breve, pero importante. Hablaba en nombre de Dios, por lo tanto, podr�a reclamar atenci�n. No fue un tema com�n el que trat�; pero su conocimiento fue obtenido de lejos, el resultado de largas investigaciones y acerca de las cosas profundas de Dios. Su dise�o era vindicar los caminos de Dios al hombre y atribuir justicia a su Hacedor en todas las dispensaciones de su providencia. Y al hacer esto, resolvi� usar la mayor imparcialidad y sinceridad, hablando la verdad con amor; y supuso que estaba tan familiarizado con su tema, y ??su intenci�n era tan recta,

Nota; (1.) Quienes hablan en nombre de Dios con sencillez, por la importancia de su discurso, llamar�n la atenci�n. (2.) Un alma fiel es celosa del honor de Dios, y se levanta para vindicar sus dispensaciones de las calumnias necias y pecaminosas de esos murmuradores y quejumbrosos que acusan neciamente a Dios. (3.) La verdad y la franqueza de expresi�n, se convierten especialmente en aquellos que se profesan maestros de los buenos caminos de Dios.

Segundo, Eli�, en nombre de Dios, procede, como propuso, a vindicar el gobierno justo de Dios.
1. No desprecia al m�s malo de sus s�bditos. �l es poderoso para reparar sus agravios y sabio en todas sus dispensaciones hacia ellos. Nota; si Dios no desprecia a nadie, seguramente mucho menos deber�amos despreciar nosotros al pr�jimo.

2. Ministra justicia imparcial. El m�s grande, si malvado, siente su venganza; cortado incluso aqu� muchas veces por su justo juicio; o, si sus vidas se prolongan, s�lo se reservan para la ira venidera: mientras que la causa de los pobres que fueron agraviados, Dios desposa; y sus ojos est�n sobre ellos para bien; son exaltados para honrar en este mundo o, lo que es infinitamente mejor, se establecen en su gracia y amor. Nota; (1.) El d�a est� cerca, cuando el opresor y el oprimido se reunir�n en el tribunal justo de Dios. (2.) Por muy bajo que sea el pueblo fiel de Dios, hay un reino preparado para ellos.

3. Si Dios aflige a su pueblo creyente, es puramente con el prop�sito de hacerles el bien; para humillarlos bajo la perspectiva de iniquidades pasadas, y para abrir sus o�dos a esa instrucci�n, a la cual, si no fuera bajo la vara, no hubieran prestado atenci�n; y mostrarles la senda del deber, como camino seguro de liberaci�n de las cuerdas de la aflicci�n. Nota; (1.) Un sentido del prop�sito de Dios en nuestros castigos deber�a hacernos no solo resignados sino agradecidos.

(2.) Todo lo que nos lleve a tener una visi�n m�s humilde de nosotros mismos y a una dependencia sin reservas de Dios, debe contarse entre nuestras principales misericordias. Las aflicciones s�lo responden a su dise�o, cuando el o�do y el coraz�n est�n abiertos a la disciplina; de lo contrario, se endurecen en lugar de humillar. (3.) Es un fruto bendito de aflicciones, cuando dejamos la escoria del pecado en el horno y salimos purificados como plata del fuego.

4. Cuando se responda al final de la correcci�n, no solo se quitar� la vara, sino que aparecer� la bendici�n de ella. Si le obedecen y le sirven, como consecuencia de su gracioso castigo, pasar�n sus d�as en prosperidad y sus a�os en placeres; porque la piedad tiene la promesa de la vida que ahora es, y siempre trae la mejor porci�n, el contentamiento; pero especialmente en sus almas prosperar�n y saborear�n los placeres m�s sustanciales de la religi�n.

5. Donde los hip�critas sufren, el problema es muy diferente. Como no obedecen las amonestaciones divinas, sino que con su esp�ritu impaciente y sin humillar acumulan ira, y, en lugar de clamar a Dios en su angustia, son est�pidos y endurecidos bajo ella; la destrucci�n les aguarda; perecer�n bajo el juicio y, lo que es mucho peor, morir�n impenitentes. En la juventud ser�n cortados, y su porci�n en la eternidad se les asignar� entre los inmundos, cuyo gusano no muere, y su fuego no se apaga.

Nota; (1.) Se detectar� a los hip�critas de coraz�n: por muy hermosa que hagan en la carne, hay quien ve y juzga. (2.) Muchos ahora desprecian con orgullo al pecador manifiesto, al profano y al inmundo, y les dicen: "Estad por vosotros mismos", yo soy m�s santo que vosotros, que a�n tendr� su porci�n con ellos en el lago ardiente.

En tercer lugar, Eli� aplica lo que hab�a dicho al caso de Job.
1. Si hubiera sido humillado, Dios habr�a quitado la aflicci�n; pero su conducta bajo ella continu� el azote sobre �l. Es el m�todo constante de procedimiento de Dios, liberar al pobre en esp�ritu, apoyarlo, consolarlo y fortalecerlo y, cuando sea conveniente, abrirle una puerta de escape. Mientras tanto, transmite sus ense�anzas instructivas y susurra sus bondadosos consuelos al alma, en medio de todos sus dolores; y esto lo habr�a experimentado Job, antes de ahora, si hubiera sido pacientemente sumiso; su camino no hab�a sido entonces, como ahora, estrecho, ni sus necesidades tan angustiosas; habr�a sido liberado de sus angustias, y su mesa coronada de abundancia; pero como, con un comportamiento como el de los hombres malvados, y las s�plicas que les dieron piedad en sus iniquidades, hab�a ofendido, por lo tanto, con un juicio justo, sus correcciones continuaron. ,Nota; (1.) Cuando los castigos hayan cumplido su fin, seguramente ser�n eliminados; porque Dios no aflige voluntariamente a los hijos de los hombres. (2.) Los que defienden la causa de los malvados, no deben extra�arse de sufrir con ellos.

2. Le advierte del peligro de perseverar en la obstinada autovindicaci�n. Exist�a el peligro de que Dios, en su ira, se resintiera por sus injurias injurias contra su gobierno; y si se levanta para vengar su propia disputa, �ay del hombre contra quien alza la espada! Ning�n rescate lo redimir�, nadie podr� rescatarlo, ninguna oscuridad lo encubrir�; no, ni siquiera la tumba, que Job hab�a deseado con tanta impaciencia. Las tinieblas no tienen cobertura delante de Dios; y en la muerte, su lugar se�alado, la ira de Dios persigue a los pecadores.


3. Le advierte que no considere m�s la iniquidad, que no persevere m�s en sus acusaciones contra Dios, o que desee con tanta impaciencia la muerte, que se deshaga de sus aflicciones, en lugar de humildemente resignado a esperar el tiempo y el tiempo de Dios por su liberaci�n. Nota; Los mayores sufrimientos son preferibles a los menores pecados.

4. Le pide que observe el poder, la sabidur�a y la justicia de Dios, para comprometer su sumisi�n sin reservas a su voluntad. �l exalta con su poder, �l mismo es la fuente de todo poder y, seg�n su propia voluntad, exalta a quien quiere. Nadie ense�a como �l, tan sabio o capaz de dirigir: no necesita consejero; sus caminos, palabra y providencias son todos perfectos en sabidur�a; y falso como necio acusarlo de iniquidad, cuyo seno es la sede de la justicia; y cuya gloriosa prerrogativa es, por la rectitud esencial de su naturaleza, que no puede hacer nada malo. Nota; Cuanto m�s sepamos de Dios, m�s seremos callados y confundidos ante �l, ni nos atreveremos a comparar nuestra sabidur�a, poder y justicia con los de �l, ni a quejarnos de cualquier cosa que �l designe, que debe ser siempre sabia como justa.

Cuarto, desde este punto de vista de las gloriosas obras de Dios, sus inescrutables perfecciones y maravillas en la administraci�n del reino de la providencia, Eli� afectar�a a Job con pensamientos humildes de s� mismo y mayores aprensiones de Dios y sus caminos.
1. Es digno de ser engrandecido por las obras que hizo, visibles a todos los ojos: los cielos arriba, la tierra que nos rodea, proclaman la gloria del Creador; y ya que, en ellos, su bondad universal, as� como aparece grandeza, podemos concluir con seguridad, que en sus obras de la providencia, nos respetando, en particular, que merece igualmente ser magnificado y adorado.

2. Aunque vemos y conocemos una parte de su excelencia, sin embargo, sus perfecciones son inescrutables y los misterios de sus obras no se descubren. Si entonces no podemos comprender su inmensa grandeza, ser�a una locura acusarlo de sus procedimientos y hablar mal de lo que no conocemos; y si no podemos dar cuenta de la divisi�n de las gotas de lluvia, o de las apariencias m�s comunes en la naturaleza, ser�a muy absurdo discutir con sus providencias, porque no vemos claramente las razones de su conducta.
[1.] Dios es grande, y no lo conocemos, no podemos sondear su inmensidad, ni comprender su eternidad; ni se puede investigar el n�mero de sus a�os, que es desde la eternidad hasta la eternidad; y aqu� se pierden todas nuestras ideas.

[2.] Como inescrutables son sus obras. Que las gotas de roc�o descienden, y de las nubes cae la lluvia, vemos; pero c�mo se realiza esta maravilla, es todav�a un misterio, si ascendemos a los primeros principios. Poco sabemos; pero en mil investigaciones sobre la naturaleza y las causas de las cosas, nos envuelve la oscuridad; porque �qui�n puede entender la expansi�n de las nubes? �Qu� tan suspendidos en el aire flotan? �C�mo desde las m�s peque�as apariencias oscurecen r�pidamente el cielo? �C�mo recolectan sus provisiones o las distribuyen? �O el ruido de su tabern�culo, los vientos tempestuosos que soplan debajo del cielo, o los truenos que emiten sus voces desde las nubes? He aqu�, �l derrama su luz sobre ella,sobre las nubes su tabern�culo; la luz del sol, que brilla cuando cae la lluvia; o el rel�mpago que resplandece, y cubre de aguas el fondo del mar , y de all� se eleva, por la acci�n del sol y del viento, a las nubes, como vapor en el alambique. Porque con ellos juzga al pueblo; cuando le place, puede convertirlos en instrumentos de su venganza, como en el diluvio, o, cuando a tiempo y medida riegan suavemente la tierra, da comida en abundancia.

Con nubes cubre la luz, ya sea para dar sombra a los bochornosos rayos del sol, o con una densa tempestad en el cielo que convierte el d�a en noche; Y le manda no brillar, por la nube, o sin este suplemento al texto, por que el que entre viene, al igual que en los eclipses, cuando, por la interposici�n de la luna el sol se oscurecer�, o las intersecciones de la tierra del sol-vigas , mientras la luna pasa por su sombra. Su ruido muestra acerca de �l, el silbido del viento, o el trueno, pronostica la lluvia que se acerca; tambi�n el ganado, provisto de un instinto extra�o, da se�ales sobre el vapor,cuando se acerca la tormenta que se avecina. En todo lo cual vemos la obra maravillosa de Dios, y estamos obligados a magnificarlo y alabarlo, cuya sabidur�a es infinita y sus caminos indescifrables; y por tanto, en todas sus providencias, la sumisi�n silenciosa se convierte en nuestro deber obligado.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Job 36". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/job-36.html. 1801-1803.
 
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