Bible Commentaries
Job 5

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

Versículo 1

Elifaz muestra que los imp�os siempre son castigados por un Dios vengador; por lo cual ensalza mucho la providencia de Dios: exhorta a Job a no menospreciar la disciplina del Todopoderoso y a prestar atenci�n a lo que dice.

Antes de Cristo 1645.

Job 5:1 . Llame ahora, & c.Elifaz insiste aqu� adem�s, que, suponiendo que Job no hubiera sido culpable de ning�n crimen atroz, sin embargo, las debilidades comunes de la naturaleza humana eran abundantemente suficientes para explicar cualquier aflicci�n que Dios deber�a imponer sobre el hombre; pero se cuida de hacerle saber a Job que ten�an una opini�n mucho peor de �l, a quien trata como libertino y abandonado, y en consecuencia, un objeto apropiado de la venganza divina: Job 5:1. Tal, le dice, es el curso de las cosas, como se desprende claramente de la revelaci�n; y si no estaba satisfecho con esto, ten�a la libertad, si lo deseaba, de dirigirse a cualquiera de las otras deidades y ver si pod�a encontrar un mejor tratamiento. Pero si fuera su caso, se esforzar�a por reconciliarse a s� mismo de una manera m�s especial con el Dios verdadero, que era infinitamente m�s poderoso que cualquiera o todos los dioses de las naciones, y no solo pod�a librarlo, sino que lo liberar�a. de todas sus angustias: pero luego debe acompa�arse de una completa sumisi�n a �l, que nunca podr�a ser eficaz sin una amplia confesi�n y restituci�n; reconociendo as� la justicia del trato de Dios con �l: Job 5:17 ; Job 5:27 .

Por lo tanto, era una tonter�a preocuparse y enojarse en vano, ya que la muerte era todo lo que pod�a esperar como resultado de esa manera; mientras que, si se somet�a a Dios, pod�a esperar no s�lo una restauraci�n perfecta, sino una larga permanencia en el disfrute de una fortuna floreciente. Todo esto es entregado por Elifaz de manera autorizada, como resultado de una investigaci�n que �l y sus amigos hab�an hecho a Dios en nombre de Job: por lo tanto, no ten�a nada que hacer, sino atender diligentemente y dedicarse a ello, Job 5:27 . Brezo. Schultens traduce las primeras palabras del verso presente, apelar ahora, etc. observando, que llamen y respondanaqu� tienen un sentido judicial, e implican que si el patriarca se inclinara a declararse no culpable, no se encontrar�a con nadie, ni entre hombres ni �ngeles, que emprenda la defensa de su causa: porque, dice �l, la palabra ?????? kedoshim, traducido santos, significa los �ngeles, superintendentes (bajo el mando del Todopoderoso) sobre este mundo visible.

Esta opini�n fue probablemente de gran antig�edad, especialmente si la versi�n de la Septuaginta de Deuteronomio 32:8 es correcta: estableci� los l�mites del pueblo seg�n el n�mero de los �ngeles de Dios. Este y el siguiente verso, dice Heath, son una fuerte iron�a.

Versículo 2

Porque la ira mata, etc. - "Seguramente le conviene al necio que la impaciencia sea su asesinato; y al simple, que el quejarse le lleve a la muerte". Brezo.

Versículo 3

He visto al necio, etc.� Vi al libertino echar ra�ces, pero lo marqu� para una destrucci�n repentina. Este es el mismo pensamiento que en Salmo 37:35 y extendido en Salmo 73 . V�ase Heath y Schultens.

Versículo 4

En la puerta ... En la tempestad. Ver cap. Job 9:17 y Parkhurst sobre la palabra ???? shangar, 9.

Versículo 5

Cuya cosecha, & c. Heath traduce este vers�culo as�: Cuya cosecha devorar�n los hambrientos, y la tomar�n aun de entre los cercados de espinos; y los sedientos tragar�n sus bienes. En cu�l �ltima cl�usula, el autor quiere expresar lo repentino de su destrucci�n; tan r�pido como un sediento traga licor de un trago: y con esto coinciden las versiones Vulgata y Siria. Houbigant traduce el verso: Adem�s, el hambriento devor� su cosecha; hombres armados les han quitado el ma�z; los ladrones han consumido su sustancia. Vea su nota.

Versículos 6-7

Aunque la aflicci�n no viene, etc. � El hebreo es m�s bien: Porque la iniquidad no sale del polvo, ni la angustia brota de la tierra; es decir, "as� como la maldad de los hombres no procede de ninguna causa natural en el origen de las cosas, sino de su propio libre albedr�o, o del abuso de la gracia divina, as� tampoco sus miserias deben ser consideradas como efectos meramente naturales. causas, sino como las distribuciones de un agente libre igualmente, que adapta los castigos de los hombres a sus cr�menes; y, por lo tanto, el hombre, siendo propenso al pecado, necesariamente nace para sufrir: sin embargo, el hombre nace, etc. " Pero este vers�culo estar�a mejor traducido, de acuerdo con la interpretaci�n dada del anterior, porque entonces el hombrese nace para la aflicci�n como las chispas vuelan hacia arriba; es decir, caer�a sobre �l de forma natural y necesaria, sin ninguna determinaci�n o direcci�n de ning�n agente mortal.

No pudo evitarlo con su piedad, ni acelerarlo con su impiedad. La �ltima cl�usula de este vers�culo est� literalmente en hebreo, como los hijos del carb�n ardiendo se levantan para volar. Esto concuerda bien con las chispas de fuego, que naturalmente ascienden. Peters. Houbigant y Heath, seg�n algunas de las versiones antiguas, traducen esta cl�usula como las �guilas j�venes para remontar el vuelo.

Versículos 8-9

Buscar�a a Dios, etc., es decir (porque Elifaz lo hab�a excluido de todos los intentos de justificarse a s� mismo en la parte anterior de su consejo). triste calamidad sobre m�: "a Dios, que fue capaz de hacer maravillas, como agrega ahora, y que podr�a y lo devolver�a a su anterior estado feliz, si lo ve�a verdaderamente arrepentido de sus transgresiones pasadas; porque este es todo el significado de la siguiente parte de su discurso; es decir, darle esperanzas de un feliz cambio a su condici�n, si hac�a lo que pensaba que era absolutamente necesario que se hiciera en este caso; es decir, hacer una confesi�n franca de los cr�menes secretos y las atrocidades que hab�an provocado este severo castigo sobre �l. Ver Peters y el Salmo 78.

Versículo 11

Que los que lloran, etc.� Que lo oscuro sea puesto en un lugar seguro. Ver 2 Samuel 22:3 y Heath.

Versículo 15

�l salva a los pobres de la espada, de su boca, etc. Schultens imagina que deber�a leerse, de la espada que sale de su boca; y esta lectura recibe no poca confirmaci�n de Salmo 57:4 ; Salmo 64:3 . Pero el Sr. Heath lo rinde, �l libra al desolado de su boca, y al pobre de la mano de los poderosos.

Versículo 21

Ser�s escondido, & c.� Si en alg�n momento se enciende un fuego, ser�s escondido; ni temer�s la ruina inminente. Elifaz parece aludir a las personas malvadas que han sido golpeadas por el fuego del cielo, como los habitantes de Sodoma. Houbigant. Heath traduce el verso, Del flagelo de la detracci�n ser�s escondido; s�, no temer�s al destructor cuando venga. Ver Salmo 31:20 . Uno observa en la primera cl�usula de este vers�culo: "Esto es contado aqu� por Elifaz entre los actos de la omnipotencia de Dios en la protecci�n de aquellos a quienes favorece; como si fuera un grado m�s supremo de su poder que una liberaci�n del hambre, la guerra , o la muerte, y es mucho m�s f�cil escapar de ellos.

En verdad, la lengua tiene tantas formas de hacer da�o, tanto arte para herir, que ning�n hombre puede ponerse en una postura segura de defensa contra ella, ni sin el refugio inmediato de Dios mismo puede protegerse de ella. �l, y s�lo �l, puede escondernos del flagelo de las lenguas, o borrar las marcas de ese flagelo y librarnos de las palabras devoradoras ".

Versículo 22

En la destrucci�n y el hambre, en la devastaci�n y el saqueo.

Versículo 23

Con las piedras del campo estar�s en alianza. Houbigant dice: Porque habr� contigo un pacto con los frutos del campo; porque no puedo consentir, dice �l, en la interpretaci�n com�n; ya que tanto lo que va antes como lo que sigue despu�s parece oponerse a �l; la menci�n de la hambruna nos lleva naturalmente a suponer que algo deber�a repetirse correspondiente a la eliminaci�n de esa hambruna.

Versículo 24

Y sabr�s que tu tabern�culo, etc.� Sepa adem�s que la paz te rodear� en una tienda; visitar�s tu morada y no te defraudar�s. Brezo. Mantendr�s tu habitaci�n, y nada te faltar�. Houbigant.

Versículo 26

Llegar�s a tu tumba en una edad completa, etc.� En la vejez llegar�s al sepulcro, como se amontona el trigo en la era en su tiempo. As� Heath, m�s agradable al hebreo.

Versículo 27

Con�celo por tu bien . Por tanto, atiende con diligencia; [??? ?? dang lak; ] con�celo por ti mismo; apl�quelo a su propio caso: conozca el original del dibujo. Brezo.

REFLEXIONES.� Primero, Elifaz, confiado en la bondad de su causa, desaf�a a Job a contradecir sus afirmaciones.

1. Le pide que recurra a Dios o al hombre, y ser� silenciado; Llama ahora a Dios, si hay alguno que te responda, y mira si refuta la visi�n que te he contado; o llama ahora a todos los santos varones de la antig�edad, si hay alguno cuyo caso corresponda con el tuyo, tan afligido y sin embargo inocente, y no se encontrar� un paralelo. �Y a cu�l de los santos o �ngeles te volver�s? o los seres celestiales, que rechazar�an su llamado a la integridad, o los santos sobre la tierra, cuyas circunstancias y sentimientos se parec�an a los suyos; por lo tanto, la acusaci�n que present� debe ser cierta, que su falta de sinceridad fue la causa de sus sufrimientos.

Nota; (1.) Hay en cada �poca algunos santos vivientes, santificados por la palabra y el esp�ritu de Dios; y, aunque el mundo usa la palabra como un t�rmino de burla, es un t�tulo del m�s alto honor, y es cierto para todo creyente real, que est� llamado a ser santo tanto como Pablo o Juan. (2.) De hecho, ser�a una fuerte prueba de la maldad de nuestro estado y temperamento, si tuvi�ramos la experiencia de todos los santos de Dios contra nosotros; pero la experiencia de los santos es a menudo suplicada por aquellos que menos la tienen de su lado.

2. Afirma la ruina de los malvados como una verdad de la que �l mismo hab�a sido testigo con frecuencia. La ira mata al hombre insensato o imp�o; la ira de Dios se revela contra �l, o su propio esp�ritu apresurado lo impulsa a su ruina; y esto a pesar de su moment�nea prosperidad. He visto a los necios echar ra�ces, pero la destrucci�n le aguardaba. De repente, maldije su morada, no le deseaba el mal, sino que preve�a la maldici�n que se avecinaba sobre �l: sus hijos, el bast�n de su edad, est�n lejos de la seguridad, y son aplastados en la puerta, enterrados en las ruinas de sus casas desoladas, ni hay quien los libere,ni Dios ni el hombre se interesan por ellos; cuya cosecha devora el hambriento, de modo que se consume su sustancia, y aun de los espinos la quita, no deja ni siquiera un pu�ado junto al seto; o aunque est� cercado de espinas, �brelo y saquea, y el ladr�n se traga su sustancia. En esta descripci�n de la ruina del necio, se traza un evidente y odioso paralelo con el caso de Job, cuyas repentinas aflicciones, la muerte de sus hijos y la ruina de sus bienes por los ladrones, insinuar�a Elifaz como prueba de que �l comparti� con los imp�os en sus aflicciones, porque �l se hab�a unido a ellos en sus pecados.

Nota; (1.) La complacencia de nuestras viles pasiones a menudo resulta fatal para nosotros. (2.) La ira de Dios, en el tiempo y la eternidad, ciertamente descansa sobre la cabeza del pecador, por m�s pr�speras que parezcan sus circunstancias. (3.) El malvado debe ser un tonto; �C�mo podr�a, si no, por un placer moment�neo, precipitarse hacia un dolor eterno?

Segundo, La intenci�n de Elifaz era no hundir a Job en la desesperaci�n, sino primero dejar al descubierto su herida y luego aplicar el b�lsamo curativo, sugiriendo argumentos para la resignaci�n y c�mo llevar su carga de manera rentable.�
1. Lo dirige al origen y la causa de toda su angustia: Aunque la aflicci�n no surge del polvo, ni la aflicci�n brota de la tierra, como cosas fortuitas y accidentales, o debido simplemente a causas secundarias que operan independientemente del albedr�o de Dios. (porque ninguna criatura act�a sino bajo su providencia y poder dominante): sin embargo, el hombre nace para la angustia; desde que entr� el pecado, entr� la maldici�n, y se cerr� cuando nuestras sombras de aflicciones nos siguen; como las chispas vuelan hacia arriba,numerosos como estos, y la consecuencia natural de nuestro estado ca�do; y esto deber�a reconciliarnos con el sufrimiento y comprometernos a ser humildes por el pecado que lo causa.

Nota; (1.) La fortuna y el azar son las criaturas del paganismo y la infidelidad: estamos seguros, en la palabra de Dios, que ni un cabello de nuestra cabeza cae al suelo sin el conocimiento divino, y la designaci�n o el sufrimiento de Dios. (2.) Cuanto m�s nos familiaricemos con la pecaminosidad de nuestra naturaleza, menos raz�n tendremos para murmurar bajo cualquier aflicci�n, ya que entonces debemos reconocer que es menos de lo que nuestra iniquidad merece.

2. Le da consejos sobre c�mo comportarse: buscar�a a Dios, o, sin duda, busco a Dios; es el m�todo que yo mismo utilizo en mis pruebas, y les recomendar�a como sin duda el m�s apropiado y oportuno; y a Dios quiero, o encomiendo mi causa, en humilde oraci�n y paciente resignaci�n, para luego descansar en la esperanza. Nota; Podemos elogiar con seguridad lo que la experiencia nos ha demostrado que es bueno; y personas de todas las �pocas han descubierto que la esperanza paciente y la oraci�n creyente no fallar�n al fin en traer una respuesta de paz.

3. �l refuerza su amonestaci�n mediante consideraciones extra�das del dominio soberano, el poder y la equidad de Dios: que hace grandes cosas en las obras de la creaci�n y la providencia; e inescrutable, m�s all� de la m�s profunda penetraci�n de los sabios m�s sabios; cosas maravillosas que excitan nuestro asombro y superan nuestra comprensi�n; y estos innumerables;la tierra, el aire y el mar est�n llenos de maravillas; cada d�a nuevas obras de la providencia despiertan nuestra admiraci�n; y cuanto m�s intentamos razonar, m�s nos perdemos en profundidades de sabidur�a insondable. �Qu� insensato, entonces, disputar contra Dios, y cu�nto m�s sabio es referirnos a �l, que puede hacer tales maravillas y lo har� siempre sabiamente! Por su misericordiosa providencia, env�a la lluvia para regar la tierra; los pobres y los dolientes, cuyos rostros estaban negros por as� decirlo por el hambre, ven la abundancia restaurada y ellos mismos exaltados de su baja condici�n: tan misericordiosa ayuda pueden esperar los que lo esperan. Pero los astutos se decepcionan de sus planes; sus empresas resultan fallidas; sus propios lazos los enredan como p�jaros en una red maligna, y sus consejos precipitados los apresuran a la ruina.

En las circunstancias m�s sencillas, se encaprichan y caen del meridiano de la prosperidad a las m�s profundas tinieblas de la aflicci�n, mientras los indefensos siervos de Dios, contra quienes se solt� maliciosamente la lengua y oprimieron cruelmente su brazo, son entregados a la gran desilusi�n de la iniquidad, y aliento de la esperanza de los pobres, que nunca conf�an en �l y se averg�enzan. La inferencia que Elifaz sacar�a de ah� es evidente; que si Job confiaba as� humildemente en Dios, experimentar�a una liberaci�n similar. Nota;(1.) Los m�s sabios se vuelven necios cuando se apartan de Dios para confiar en su propio entendimiento. (2.) Las conspiraciones m�s profundas de los hombres, o demonios, no tienen por qu� preocupar al pueblo de Dios; hay uno que se sienta en los cielos que se r�e de ellos con desprecio. (3.) Aquellos que tienen su temperamento en humildad conforme a sus circunstancias, encontrar�n cerca a aquel que los exaltar� y devolver� el consuelo a los dolientes. (4.) En el peor de los tiempos, nunca debemos abandonar nuestra esperanza en Dios; porque fiel es el que prometi�. (5.) Aunque la boca de la maldad ahora est� abierta, y la mano de los opresores pesa sobre el pueblo de Dios, su brazo pronto ser� quebrado y sus labios sellados en un silencio eterno.

En tercer lugar, Elifaz concluye su discurso y lo cierra con una vista de las grandes y preciosas promesas que le espera a Job, si su mente se ajustara a sus circunstancias.�
1. Le advierte que no desprecie la disciplina del Todopoderoso; aunque el trago sea amargo, no debe ser rechazado, porque es el medio de la salud: es la vara del Todopoderoso, ante la cual no puede desde�ar orgullosamente inclinarse: se eleva con el m�s bondadoso designio de la correcci�n paternal. , por tanto, no debe ser despreciado, sino sometido con paciencia, o�do con reverencia, Miqueas 6: 9 y la copa de la aflicci�n para beber con alegr�a. Nota; En cada aflicci�n, nuestra principal preocupaci�n no debe ser la remoci�n, sino su debido mejoramiento.

2. Apoya su consejo indicando los benditos efectos que se derivar�an de �l. He aqu�, feliz es el hombre a quien Dios corrige con su palabra o providencias; es la prueba de su consideraci�n y est� dise�ado para obrar eminentemente por nuestro bien; sirve para apartar el coraz�n de la tierra e instar al alma a buscar m�s diligentemente los verdaderos y perdurables gozos de la gloria. La misma mano tambi�n que las heridas pueden curar, y lo har�, sin duda, cuando se responda al dise�o de su visita. La duraci�n o la repetici�n de nuestros problemas no deber�a desanimarnos; porque de todos ellos Dios librar� a sus siervos; y en ellos preserva del mal las almas de sus santos, para que el maligno no los toque.

Aunque la p�lida hambruna acecha espantosamente la tierra, o la horrible guerra con ropas envueltas en sangre esparcen desolaciones alrededor; aunque las fieras del desierto a�llen y amenacen con devorar, o los hombres m�s salvajes que estas bestias muerdan con dientes malignos, y, con el azote de la lengua, venenoso como el aguij�n de la serpiente, se esfuercen por infundir sus nefastas calumnias, Dios preservar� su gente fiel; ser�n alimentados en tiempos de escasez y protegidos del peligro bajo el ala del Todopoderoso; las criaturas estar�n aliadas con ellos para no da�arlos; y, seguros, se burlar�n de la impotente malicia de sus enemigos: sus casas estar�n en paz; sus familias unidas en amor y defendidas de la maldad del pecado y la angustia; entrar�n y saldr�n bajo la bendici�n divina, y la piedad y la prosperidad coronar�n todas sus labores; su posteridad ser� grande y numerosa; y, despu�s de contemplarlos fijos en comodidad y opulencia, descender�n a sus sepulcros coronados de largos d�as, riquezas y honor; y, maduros para la gloria como la gavilla en el d�a de la siega, sed reunidos en el seno del amor eterno de Dios.

Nota; (1.) Cuando Dios hiere a su pueblo fiel, sana, venda sus corazones con los presentes consuelos divinos y les abre un camino para escapar de toda tentaci�n; ninguna herida tan profunda que no pueda curar. (2.) Los que tienen a Dios por su confianza pueden desafiar a sus enemigos y triunfar incluso en las fauces de la muerte. (3.) Una morada pac�fica es una se�al de misericordia; pero la bendici�n que la distingue es mantenerse alejado del pecado. (4) Es un consuelo para los padres bondadosos ver la prosperidad de sus hijos en el mundo, pero sobre todo contemplar su piedad, porque solo eso puede asegurar el bien duradero. (5.) La edad nos est� madurando para la tumba; �Estamos tambi�n madurando para la gloria, llenos de gracia como de a�os, llenos de buenos frutos, y dobl�ndonos con alegr�a en las manos del cosechador, como listos para el alfol� de Dios?

3. Le ruega a Job que lo considere seriamente: �He aqu�! atiende a lo que he hablado, fruto de una experiencia s�lida y profunda; esto lo hemos buscado, son nuestros sentimientos comunes, y por eso est� aprobado por el testimonio concurrente de todo el pueblo de Dios: esc�chalo entonces con reverencia y sumisi�n, y con�celo para tu bien, o para ti mismo, apl�calo a tu propio caso , y reciba la bendici�n que este discurso ten�a la intenci�n de transmitir. Nota; Las grandes verdades merecen una atenci�n solemne; y de cada serm�n que escuchamos, nuestra conducta futura debe poner de manifiesto nuestro beneficio.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Job 5". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/job-5.html. 1801-1803.