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Bible Commentaries
Lamentaciones 5

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

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Introducción

Una lamentable queja de Sion en oraci�n a Dios.

Antes de Cristo 588.

Versículo 1

Recuerda, oh Se�or: en la Vulgata, �rabe y sir�aco, este cap�tulo se titula "La oraci�n de Jerem�as". M�s bien debe entenderse como la s�plica ferviente de todo el cuerpo de los jud�os en su cautiverio. Consulte la nota introductoria de este libro.

Versículo 4

Nuestra madera nos es vendida. Nuestra madera ten�a un precio sobre nuestros cuellos; Lamentaciones 5:5 . Estamos bajo persecuci�n, etc. Houbigant. Que muchos israelitas no ten�an madera en sus propias tierras para quemarla, debe ser imaginado por la apertura de su pa�s. Ver Jueces 5:6. Es cierto que los aldeanos del este a veces tienen poco o nada en sus instalaciones. El Dr. Russel dice que, por insignificante que parezca el arroyo que corre por Alepo y los jardines que lo rodean, contienen casi los �nicos �rboles que se encuentran en veinte o treinta millas a la redonda; por eso las aldeas est�n todas desprovistas de �rboles, y la mayor�a de ellas s�lo se abastecen de la agua de lluvia que los habitantes pueden guardar en cisternas. D'Arvieux nos da a entender, que varios de los pueblos actuales de Tierra Santa se encuentran en la misma situaci�n; pues, despu�s de observar que los �rabes queman esti�rcol de vaca en sus campamentos, agrega, que todos los aldeanos que viven en lugares donde hay escasez de madera, se cuidan mucho de abastecerse de cantidades suficientes de este tipo de combustible.

Ver 1 Samuel 2:8 . La tierra santa, seg�n los relatos que tenemos de ella, parece haber estado tan poco arbolada en la antig�edad como en la actualidad; sin embargo, los israelitas parecen haber quemado le�a con mucha frecuencia, y sin comprarla tambi�n, seg�n lo que dice el profeta en el vers�culo presente. Si hubieran tenido la costumbre de comprar su combustible, no se habr�an quejado de ello como una dificultad. La verdadera explicaci�n parece ser la siguiente. Siendo comunes los bosques de la tierra de Israel desde tiempos muy antiguos, la gente de las aldeas, que, como las de Alepo, no ten�an �rboles creciendo en ellas, se abastec�an de combustible de estos lugares boscosos, de los cuales hab�a muchos en la antig�edad. , y varios que a�n quedan. Esta libertad de tomar madera en com�n,los jud�os suponen haber sido una de las constituciones de Josu�, de las cuales nos dan diez; el primero en dar libertad a un israelita para que apacienta su reba�o en los bosques de cualquier tribu; el segundo, que deber�a tener libertad para llevar le�a en los campos en cualquier lugar.

Pero aunque esta era la antigua costumbre en Judea, no lo era en el pa�s al que fueron llevados cautivos; o si este texto de Jerem�as respeta a aquellos que continuaron en su propio pa�s por un tiempo bajo Gedal�as, como insin�a el noveno vers�culo, significa que sus conquistadores se posesionaron de estos bosques y no permitir�an que se cortara combustible sin permiso, y esa licencia no se pod�a obtener sin dinero. Es cierto que en la actualidad, despu�s del regreso del cautiverio, la madera no deb�a cortarse sin permiso: Nehem�as 2:8 . Ver Observaciones, p. 218.

Versículo 6

Le hemos dado la mano� Nos hemos sometido.

Versículo 7

Nuestros padres han pecado , es decir, "Aunque nuestros padres han sido culpables de grandes pecados, han muerto sin castigo ni calamidades se�aladas; que nos han sobrevenido sus hijos, que as� soportamos el castigo de ellos, as� como el nuestro. injusticias." Vea Daniel 8:11 ; Daniel 8:27 .

Este parece ser el significado llano del presente vers�culo; y si es as�, ciertamente no respalda la interpretaci�n de la nota del cap. Lamentaciones 3:27 . Ver Ezequiel 2:3 .

Versículo 9

Con el peligro de nuestras vidas, etc., no puedo entender esto de otra manera que, debido a su estado d�bil e indefenso, la gente estuvo continuamente expuesta, mientras realizaban sus negocios necesarios, a las incursiones de los filibusteros �rabes, que podr�an no debe ser titulado incorrectamente, "la espada del desierto". Ver Harmer's Observ. ch. 2: Obs. 5 y 6.

Versículo 12

Por su mano� Es decir, por las manos de los caldeos.

Versículo 16

La corona ha ca�do de nuestra cabeza. En sus miedos, en sus matrimonios y otras temporadas de festividad, sol�an coronarse con flores. El profeta probablemente alude a esta costumbre, como podemos deducir de los vers�culos anteriores. El significado general es: "Toda nuestra gloria ha llegado a su fin, junto con las ventajas de ser tu pueblo y disfrutar de tu presencia, por lo que nos distinguimos eminentemente del resto del mundo".

Versículo 18

Debido a la monta�a de Sion, Houbigant conecta esto con el vers�culo anterior; Por estas cosas nuestros ojos est�n nublados; por el monte de Sion, porque est� desolado, y las zorras andan sobre �l. Ver Jueces 15:4 .

Versículos 21-22

Renueve nuestros d�as, etc.� Renueve nuestros d�as como antes; Lamentaciones 5:22 . Despu�s de que nos hayas rechazado y te hayas enojado mucho contra nosotros. Houbigant.

REFLEXIONES.� 1�, El profeta, en nombre de su pueblo afligido, presenta su miserable caso ante el Dios de toda misericordia, rog�ndole que considere, considere y elimine el oprobio bajo el cual gimen. Y ninguna l�grima, ning�n suspiro de los verdaderamente sinceros pasa desapercibido.

1. �l presenta su miserable estado actual ante Dios en una variedad de detalles, en los que apareci� su grave reproche. Privados de la herencia de sus padres, extra�os se han apoderado de sus propiedades y habitan en las casas que hab�an construido. En un sentido natural, pol�tico y espiritual, quedaron hu�rfanos y viudos; los hombres muertos a espada, su rey quitado, y Dios mismo los hab�a abandonado. En su cautiverio, no s�lo estaban desprovistos de las comodidades de la vida, sino que dif�cilmente pod�an conseguir lo necesario; incluso el agua y la madera se comprar�an a un precio exorbitante. Gimiendo bajo cargas pesadas, sus amos paganos apenas les permit�an dormir, y probablemente les prohib�an la observancia de sus s�bados, agot�ndolos con un trabajo incesante. Por un bocado de pan, para aliviar su hambre, entregaron sus cuellos a la servidumbre en Egipto y Asiria; y los m�s humildes de las naciones adonde fueron dispersados, tiranizados sobre ellos.

A tal estado de ignominia y miserable servidumbre fueron reducidos; y no un amigo que se interponga para mitigar sus cargas, o librarlos de su servidumbre: o sus amos paganos permitieron que sus propios siervos los insultaran sin freno ni reprensi�n. Durante el asedio, cuando, empujados por el hambre, alguno se atrevi� a ir sin los muros en busca de provisiones, la espada del desierto o de la llanura, los caldeos, que custodiaban todas las avenidas, los expusieron al peligro de sus vidas: quemados por el hambre, sus pieles arrugadas parec�an negras, como quemadas por el fuego. Sacrificados a la lujuria brutal, sus esposas y v�rgenes cayeron presa de violadores sin ley. Sus pr�ncipes fueron ahorcados por sus crueles conquistadores, y quiz�s, cuando estuvieran muertos, sus cuerpos colgados de sus manos.y expuesto. Los ancianos en edad u oficio fueron insultados y no se respet� la dignidad ni los candados candados. Los j�venes est�n preparados para moler o llevar la molienda, como si fueran bestias de carga; y los mismos ni�os se hunden bajo sus cargas de le�a, incapaces de sostenerlos.

Los tribunales de justicia ya no existen; los jueces muertos o cautivos: la voz de la m�sica silenciada; su alegr�a ha desaparecido, y toda su alegr�a se ha cambiado por duelo. La corona ha ca�do, su rey prisionero, su reino esclavizado. Nota; Este mundo es un escenario de cambios terribles: debemos buscar un mundo mejor para coronas que nunca se desvanecen y una alegr�a ininterrumpida.

2. Sus pecados han provocado estos juicios: lo reconocen y lo lamentan. Nuestros padres pecaron, y no lo son, y nosotros llevamos sus iniquidades, habiendo a�adido sus propias provocaciones al pasado, hasta que cumplieron la medida de sus pecados; Ay de nosotros, nuestro caso es deplorable y lamentable, que hemos pecado; y, al no tener nada que alegar como indicaci�n de s� mismos, arrojaron sus almas sobre la gracia y la misericordia de Dios, reconociendo la justicia de todo lo que sufrieron; por esto nuestro coraz�n est� desfallecido, tanto por sus miserias como por sus pecados; por estas cosas nuestros ojos est�n nublados de llanto, a causa del monte de Sion, que est� desolado, la ciudad y el templo en ruinas;los zorros caminan sobre �l, sin interrupci�n, como en el desierto. Nota;

(1.) Entre los dolores m�s amargos que afectan los corazones de los piadosos, est�n las desolaciones de Sion, las aflicciones de la iglesia y el pueblo de Dios. (2.) El pecado es la ra�z de todos nuestros dolores, y m�s lamentable que todos los sufrimientos que ocasiona.
2�, El pueblo de Dios, por quien habla el profeta,
1. Expresa su dependencia de Dios. T�, Se�or, eres para siempre, el mismo Jehov� inmutable, fiel a todas sus promesas; y por lo tanto, su pueblo creyente puede consolarse en �l, a cualquier angustia que est� expuesta: tu trono de generaci�n en generaci�n; su dominio es eterno; y el que gobierna sobre todo, sobre todo gobernar� por el bien de los que lo aman. Mientras reina el Dios de Si�n, sus santos nunca deben desesperarse.

2. Ellos protestan con Dios sobre su infeliz caso. �Por qu� nos olvidas para siempre y nos desamparas durante tanto tiempo? Hab�a pasado mucho tiempo y estaban dispuestos a temer que fuera para siempre; s�, cada momento de su disgusto les parec�a una eternidad; y su incredulidad estuvo lista para sugerir a menudo, pero t� nos has rechazado por completo, y no hay m�s esperanza; te enojaste mucho contra nosotros para consumirnos. O se leer�n las palabras: �Nos has rechazado por completo? �Te enojar�s mucho contra nosotros? Se permiten objeciones humildes: podemos razonar con Dios acerca de sus juicios, aunque no podemos pelear con �l a causa de ellos.

3. Oran. Vu�lvenos a ti, oh Se�or, y seremos convertidos. Conscientes de sus tristes separaciones de �l y de su absoluta incapacidad para ayudarse a s� mismos, miran a �l, que es el �nico que puede realizar el gran cambio. Renueve nuestros d�as como anta�o: ll�venos a nuestro estado anterior de felicidad y perm�tanos imitar el ejemplo de nuestros piadosos antepasados. Este vers�culo es repetido por fin, despu�s del siguiente, por los rabinos jud�os, que no quer�an que el libro concluyera con las �ltimas palabras melanc�licas. Nota; No importa cu�n oscura sea la escena que se cierne sobre los santos sufrientes de Dios en la tierra, que le encomienden sus almas con paciencia y perseverancia, y pronto despertar�n en gloria, honor e inmortalidad.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Lamentations 5". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/lamentations-5.html. 1801-1803.
 
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