Bible Commentaries
Apocalipsis 11

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

Introducción

Los dos testigos profetizan: tienen poder para cerrar el cielo, para que no llueva; la bestia pelear� contra ellos; y matarlos: yacen insepultos y, despu�s de tres d�as y medio, resucitan. El segundo ay ha pasado. Suena la s�ptima trompeta.

Anno Domini 96.

Versículo 1

Apocalipsis 11:1 .�Desde este cap�tulo hasta el decimonoveno, tenemos eltercery m�s largoper�odode esta profec�a, que se distingue por lassiete copas,como los per�odos anteriores lo fueron porsiete trompetasysiete sellos. Como este es un per�odo mucho m�s extenso que cualquiera de los anteriores, parece tener una descripci�n m�s completa y copiosa; y su estado est� representado por varias im�genes prof�ticas; como midiendo el templo; por la profec�a de dos testigos; por la visi�n de una mujer volando hacia el desierto; ch.

Apocalipsis 11:12: la representaci�n de una bestia salvaje que sale del mar y de otra que sale de la tierra; ch. 13. De modo que hay dos representaciones distintas del estado de la iglesia durante este per�odo; y otra representaci�n del poder perseguidor de donde debe proceder este estado afligido de la iglesia: y al final de esto, como en cada per�odo, tenemos una representaci�n de la liberaci�n de la iglesia de su estado afligido.

En particular, las aflicciones de la iglesia terminar�n con este per�odo en el m�s feliz y glorioso estado de paz y prosperidad, de verdad, pureza y protecci�n; y no ser�n renovados en muy poco tiempo por un nuevo per�odo de angustias y aflicciones para probar la fe y la paciencia de los santos, como en los per�odos anteriores. Por lo tanto, parece que la representaci�n de los dos testigos, de la mujer en el desierto y de la bestia, son varias exhibiciones del mismo tiempo o per�odo, en diferentes puntos de vista. El tiempo para que los testigos profeticen en cilicio es mil doscientos sesenta d�as, cap.

Apocalipsis 11:3 . La mujerse nutre en su lugar en el desierto por un tiempo, y tiempos y medio tiempo, o tres a�os y medio; igual a mil doscientos sesenta d�as, seg�n el a�o antiguo de trescientos sesenta d�as; y as� lo interpreta la profec�a misma, Apocalipsis 11:6 .

Se observa adem�s con respecto al per�odo de la bestia, que se le dio poder para continuar cuarenta y dos meses, un tiempo igual a tres a�os y medio, o mil doscientos sesenta d�as. Por lo tanto, deben considerarse como descripciones diferentes del mismo per�odo, para una explicaci�n m�s distinta de la profec�a y la mayor certeza de su verdadero significado. Los d�as en cuesti�n deben interpretarse como a�os, como no solo es de acuerdo con el estilo general de la profec�a, sino con el plan de la profec�a particular que tenemos ante nosotros.

El orden de las profec�as de este libro muestra que estos mil doscientos sesenta d�as contienen todo el tiempo del tercer per�odo,o todo el tiempo que profetizan los testigos, la mujer est� en el desierto, y la bestia tiene poder; es decir, todo el tiempo del �ltimo estado de los sufrimientos de la iglesia, hasta ese estado glorioso de la iglesia, cuando Satan�s ser� encerrado en el abismo por mil a�os.

En este per�odo, las siete copas de la ira de Diosse derramar�n, y se cumplir�n todos los acontecimientos hist�ricos relacionados con ellos. Este per�odo durar� hasta que se consuma el misterio de Dios: estos eventos son demasiados, y los tiempos en que deben cumplirse demasiado largos, para estar comprendidos dentro de mil doscientos sesenta d�as naturales. El orden de los per�odos muestra que este tercero no debe comenzar hasta que se hayan pasado los dos primeros; hasta que las naciones que hab�an destruido el imperio romano lo dividieron entre s�; hasta que falleci� el gobierno imperial de Roma, como lo fueron antes las formas de gobierno precedentes; y hasta que se establezca otra forma en Roma, que, seg�n algunas cuentas, deber�a llamarse la s�ptima; y, en otros, la octava forma de gobierno: cuando Roma, una vez la poderosa due�a del mundo, despu�s de haber perdido su dominio, y,

Ahora bien, como una gran variedad de circunstancias concurrentes muestran que el comienzo de este per�odo fue alrededor del a�o 756, cuando los papas fueron investidos con el dominio temporal de Roma, en el cual solo el tiempo las diversas descripciones de este per�odo coinciden exactamente, Los mil doscientos sesenta d�as de esta profec�a durar�n mientras este dominio contin�e: lo que evidentemente parece mostrar que no debemos entender mil doscientos sesenta d�as naturales como el tiempo de este per�odo, pero tantos d�as prof�ticos, o a�os. Vea las siguientes notas. Consulte tambi�n el Ap�ndice para conocer otras opiniones sobre este tema.

Y el �ngel se puso de pie, diciendo : Es decir, el �ngel mencionado en el cap�tulo anterior, a quien algunos comentaristas interpretan de Lutero. En la primera parte de este cap�tulo, desde el vers�culo 1 al 14, dice el obispo Newton, se exhiben los contenidos del librito mencionado en el cap�tulo anterior. En este vers�culo se le ordena a San Juan que mida el atrio interior, el templo de Dios, etc. para mostrar que, durante todo este per�odo, hubo algunos verdaderos cristianos que se conformaron a la regla y medida de la adoraci�n de Dios.

Esta medida podr�a aludir m�s particularmente a la reforma del papado, que cay� bajo estesexta trompeta; y una de las causas morales fue la toma de Constantinopla por los otmanes, lo que ocasion� que los fugitivos griegos llevaran sus libros consigo a las partes m�s occidentales de Europa, y result� ser la feliz causa del resurgimiento del saber; cuando el avivamiento del saber abri� los ojos de los hombres y result� ser la feliz ocasi�n de la reforma.

Pero, aunque se midi� el atrio interior, que incluye el n�mero m�s peque�o , sin embargo , el atrio exterior, que implica la mayor parte, se dej� fuera ( Apocalipsis 11:2 ) y se rechaz�, por estar en posesi�n de cristianos �nicamente. de nombre, pero gentiles en adoraci�n y pr�ctica que la profanaron con superstici�n e idolatr�a paganas: y hollar�n la ciudad santa; pisotear�n y tiranizar�n a la iglesia durante cuarenta y dos meses.

Versículo 3

Dar� poder a mis dos testigos, etc.� El escritor sagrado nos asegura que Dios levantar�a algunos testigos verdaderos y fieles para predicar y protestar contra las innovaciones mencionadas en el vers�culo anterior: y hubo protestantes mucho antes que el nombre entr� en uso. De estos testigos deber�a haber, aunque sea un n�mero peque�o, pero competente; y fue motivo suficiente para hacerlos dos testigos, porque ese n�mero es requerido por la ley, Deuteronomio 19:15 y aprobado por el evangelio, Mateo 18:16y en ocasiones anteriores, a menudo se han unido dos en comisi�n, como Mois�s y Aar�n en Egipto; El�as y Eliseo en la apostas�a de las diez tribus; y es tambi�n observable que los principales reformadores han aparecido generalmente en parejas; los valdenses y albigenses; John Huss y Jerome de Praga; Lutero y Calvino; Cranmer y Ridley, y sus seguidores: no es que (yo concibo) dos hombres en particular, o dos iglesias en particular, fueran intencionados por esta profec�a; pero s�lo para que haya algunos en todas las �pocas que den testimonio de la verdad.

No deben desanimarse, ni siquiera por la persecuci�n y la opresi�n; pero, aunque vestido de cilicio, y viviendo en un estado de luto y afligido, deber�a profetizar; todav�a debe predicar la palabra sincera de Dios, y denunciar los juicios divinos contra la idolatr�a y la maldad reinantes. Y esto deb�an continuar haci�ndolo mientras dur� la gran corrupci�n misma, por un espacio de mil doscientos sesenta d�as. Es el mismo espacio de tiempo con los cuarenta y dos meses, Apocalipsis 11:2 .

Por cuarenta y dos meses, cada uno de los cuales consta de treinta d�as, equivalen a mil doscientos sesenta d�as o a�os.en el estilo prof�tico; y mil doscientos sesenta a�os, (como hemos visto antes en Daniel 12:11 ) es el per�odo asignado para la tiran�a y la idolatr�a de la iglesia de Roma.

Luego se da un car�cter de esos testigos, y del poder y efecto de su predicaci�n; Apocalipsis 11:4 . Estos son los dos olivos, etc. es decir, "Ellos, como Zorobabel y Josu�, Zacar�as 4 son los grandes instructores e iluminadores de la iglesia". El fuego sali� de sus bocas, etc. ( Apocalipsis 11:5 ) Es decir, "son como Mois�s y El�as, ( N�meros 16:2 2 Reyes 1) que clamaron fuego sobre los enemigos de Jehov�". Pero su fuego era real; esto es simb�lico y procede de la boca de los testigos,denunciando la venganza divina sobre los corruptores y opositores de la verdadera religi�n; de la misma manera que se le dijo a Jerem�as, cap.

Apocalipsis 5:14 . Har� que mis palabras en tu boca sean fuego, etc. San Juan a�ade: Estos tienen poder para cerrar el cielo, etc. Apocalipsis 11:6 es decir, "Son como El�as, que predijo una falta de lluvia en los d�as de Acab, 1 Reyes 17:1 . Santiago 5:17 y no llovi� por espacio de tres a�os y seis meses; los cuales , m�sticamente entendido, es el mismo espacio de tiempo que los cuarenta y dos meses, Apocalipsis 11:2 y los mil doscientos sesenta d�as, Apocalipsis 11:3 que fueron asignados para la profec�a de los testigos. "Durante este tiempo, la protecci�n y la bendici�n divinas ser�n negadas a aquellos hombres que descuiden y desprecian su predicaci�n y doctrina.

Tambi�n tienen poder sobre las aguas, etc. Apocalipsis 11:6 es decir, son como Mois�s y Aar�n, que infligieron plagas en Egipto; y se puede decir que hieren la tierra con las plagas que denuncian; como, en el lenguaje de las Escrituras, a menudo se dice que los profetas hacen esas cosas, que declaran y predicen. Pero es muy probable que estos detalles reciban un cumplimiento m�s literal, cuando las plagas de Dios y las copas de su ira (cap. 16) se derramen sobre los hombres, como consecuencia de haber resistido durante tanto tiempo a la testimonio de los testigos.

Versículos 7-12

Cuando hayan terminado, etc. � O, cuando est�n a punto de terminar su testimonio, la bestia salvaje que sube del abismo, etc. Despu�s de la descripci�n de los testigos, su poder y oficios, sigue una predicci�n de las cosas que les acontecer�n al final de su ministerio: y su pasi�n, muerte, resurrecci�n y ascensi�n, se copian de nuestro Salvador, quien es enf�ticamente de estilo, El testigo fiel y verdadero, cap. Apocalipsis 3:14 pero con esta diferencia, que los suyos eran reales, los de ellos son figurativos y m�sticos. Cuando est�n por terminar su testimonio, la bestia que sube del abismo,�El poder tir�nico de Roma, (del cual veremos m�s m�s adelante) har� la guerra, etc.

Apocalipsis 11:7 . La bestia, de hecho, har� guerra contra ellos en todo momento que est�n realizando su ministerio, pero, cuando est�n cerca de terminarlo, que ser� por lo que hacen la guerra contra ellos como a los vencer�, y los matar�. Ser�n sometidos y reprimidos; ser degradado de todo poder y autoridad; ser privado de todos los cargos y funciones, y estar pol�ticamente muerto, si no naturalmente.

En este estado abyecto y bajo ellos yacer�n alg�n tiempo, Apocalipsis 11:8 en la calle de la gran ciudad, en alg�n lugar conspicuo dentro de la jurisdicci�n de Roma, que espiritualmente se llama Sodoma, por corrupci�n de costumbres; y Egipto, por la tiran�a y opresi�n del pueblo de Dios; donde tambi�n nuestro Se�or fue crucificado espiritualmente, siendo crucificado de nuevo en los sufrimientos de sus fieles m�rtires. Es m�s, para mostrar la mayor indignidad y crueldad a los m�rtires, sus cad�veres no solo ser�n expuestos p�blicamente ( Apocalipsis 11:9 ), sino que se les negar� incluso el privilegio com�n del entierro: y sus enemigos se regocijar�n.e insultarlos , Apocalipsis 11:10 y se enviar�n regalos mutuos y felicitaciones unos a otros, por su liberaci�n de estos verdugos, cuya vida y doctrina fueron un continuo reproche para ellos.

Pero despu�s de tres d�as y medio, Apocalipsis 11:11 es decir, en el estilo prof�tico, despu�s de tres a�os y medio (porque no se requiere menos tiempo para todas estas transacciones), ser�n resucitados por el Esp�ritu de Dios. , y, Apocalipsis 11:12 ascender�n al cielo: no solo ser�n restaurados a su estado pr�stino, sino que ser�n promovidos a�n m�s a la dignidad y el honor: y eso por una gran voz del cielo; �Por la voz de la autoridad p�blica.

A la misma hora habr� un gran terremoto, habr� grandes conmociones en el mundo; y caer� la d�cima parte de la ciudad, como presagio y anticipo de una ca�da a�n mayor.y siete mil nombres de hombres, o siete mil hombres de renombre, ser�n muertos, y el resto en su espanto reconocer� el gran poder de Dios.

Algunos int�rpretes opinan que esta profec�a de la muerte y resurrecci�n de los testigos se complet� en el caso de Juan Huss y Jer�nimo de Praga; otros lo refieren a los protestantes de la liga de Smalcald. Algunos piensan de nuevo que es aplicable a la horrible masacre de los protestantes en Par�s y otras ciudades de Francia, en el a�o 1572; otros imaginaban que la persecuci�n continuaba por Lewis XIV. contra los protestantes de Francia, en el a�o 1685, ser�a la �ltima persecuci�n. Y otros lo aplican nuevamente a los protestantes pobres en los valles del Piamonte, encarcelados, asesinados o desterrados, en el a�o 1686.

En todos estos casos puede haber alg�n parecido ante nosotros, de la muerte y resurrecci�n de los testigos:pero aunque estos casos responden suficientemente en algunos aspectos, son deficientes en otros; y particularmente en esto, que ninguno de ellos es la �ltima persecuci�n: otros lo han sido desde entonces, y probablemente lo ser�n nuevamente. Adem�s, como los dos testigos est�n dise�ados para ser los representantes de los protestantes en general, la persecuci�n tambi�n debe ser general.

Ahora vivimos bajo la sexta trompeta; y el imperio de los jinetes eufrateos , u otmanes, a�n subsiste: la bestia a�n reina, y los testigos , en algunos tiempos y lugares m�s, en otros menos, profetizan vestidos de cilicio. No ser� sino hasta el final de este testimonio, y el final parece estar todav�a a cierta distancia, que surtir�n efecto la gran victoria y el triunfo de la bestia, y la supresi�n, resurrecci�n y exaltaci�n de los testigos . Cuando se cumplan todas estas cosas, entonces ella sexta trompeta terminar�; entonces el segundo ay habr� pasado, Apocalipsis 11:14 el imperio de Othman ser� quebrantado de la misma manera que Ezequiel (Ezequiel 38-39) y Daniel ( Daniel 11:44 ) han predicho; Los sufrimientos de los testigos cesar�n, y ser�n elevados y exaltados por encima de sus enemigos; y cuando el segundo ay haya pasado, he aqu�, el tercer ay, o la destrucci�n total de la bestia, vendr� pronto: alg�n tiempo intervino entre el primero y segundos ay; pero al cesar el segundo, el tercero comenzar� inmediatamente.

Parece, entonces, que la mayor parte de esta profec�a relacionada con los testigos, a�n no se ha cumplido. Pero posiblemente algunos pueden cuestionar si se ha cumplido alguna parte; si ha habido personas como testigos;�Alg�n verdadero y fiel siervo de Jesucristo, que en todas las �pocas haya profesado doctrinas contrarias a las mantenidas por el Papa y la iglesia de Roma? La verdad del hecho puede hacerse aparecer por una deducci�n hist�rica; y se puede probar que ha habido constantemente tales testigos, desde el siglo s�ptimo hasta la reforma, durante el per�odo m�s floreciente del papado. Quienes deseen ver esta deducci�n, pueden encontrarla en Flaccius Illyricus, en los Centuriators de Magdeburg, en Usher, en Alix, en Spanheim, en Calmet, en Mosheim y en todos los escritores eclesi�sticos.

Versículos 15-18

El s�ptimo �ngel toc� la trompeta, etc. � Al tocar la s�ptima trompeta, comienza el tercer ay ; que est� m�s bien impl�cito que expresado, como se describir� con m�s detalle a continuaci�n. El tercer ay tra�do sobre los habitantes de la tierra, es la ruina y ca�da del reino anticristiano; y entonces, y no hasta entonces, seg�n el coro celestial, los reinos de este mundo se convertir�n en los reinos del Se�or, etc. San Juan est� absorto y se apresura, por as� decirlo, a contemplar el feliz milenio, sin considerar los pasos que lo precedieron y lo concluyeron.

Al mismo tiempo, los veinticuatro ancianos, o los ministros de la iglesia, Apocalipsis 11:16se representan alabando y glorificando a Dios, por manifestar su poder y su reino m�s de lo que lo hab�a hecho antes: tambi�n dan un indicio de algunos eventos sucesivos; como, la ira de las naciones, Gog y Magog, cap.

Apocalipsis 20:8 y la ira de Dios, mostrada en su destrucci�n, cap. Apocalipsis 20:9 y la recompensa de todo lo bueno, as� como el castigo de los malvados, Apocalipsis 11:12, &C. Aqu� tenemos s�lo un relato resumido de las circunstancias y sucesos de la s�ptima trompeta; pero los detalles se ampliar�n y ampliar�n de aqu� en adelante. As� llegamos a la consumaci�n de todas las cosas, a trav�s de una serie de profec�as, que se extienden desde los d�as del ap�stol hasta el fin del mundo.

Es esta serie la que ha sido nuestra pista, para conducirnos en nuestra interpretaci�n de estas profec�as; y aunque algunos de ellos son oscuros y oscuros, considerados en s� mismos, reciben luz de otros, precedentes y siguientes. En conjunto, son, por as� decirlo, una cadena de profec�as, de las cuales un eslab�n depende y sostiene a otro. Si alguna parte sigue siendo oscura e insatisfactoria, tal vez pueda aclararse con lo que el propio ap�stol ha agregado a modo de explicaci�n. Consulte el Ap�ndice para conocer otras opiniones sobre este tema.

Versículo 19

Y el templo de Dios, etc. - El obispo Newton, con Grocio, opina que este vers�culo deber�a introducir el cap�tulo duod�cimo, ya que parece comenzar un nuevo tema: est� muy en el mismo esp�ritu con la visi�n de Isa�as, (cap. Apocalipsis 6:1 ) y de nuestro divino profeta, cap. Apocalipsis 4:1 . El templo de Dios fue abierto en el cielo, etc. es decir, ahora se hicieron descubrimientos m�s abiertos y el misterio de Dios fue revelado al profeta. Rel�mpagos y voces, etc. son los concomitantes habituales de la presencia divina, y especialmente al dar nuevas leyes y nuevas revelaciones: ver �xodo 19:16 ; �xodo 19:25 .

Apocalipsis 4:5 ; Apocalipsis 8:5y con tanta raz�n se hacen en este lugar los signos y preludios de las revelaciones y juicios que han de seguir. No es una objeci�n justa que se supone que un nuevo sujeto comienza con la conjunci�n y; porque esto es frecuente en el estilo de los hebreos; algunos libros, como N�meros, Josu� y los dos libros de Samuel, etc. comience con la part�cula hebrea ?, vau o y.

Inferencias.� Durante mucho tiempo el patio del templo de Dios ha sido pisoteado por los gentiles, y un grupo de cristianos muy corruptos y degenerados (si es que merecen el nombre, aunque se arrogan orgullosamente el t�tulo de iglesia cat�lica ) ha sido introduciendo y tolerando todas las tonter�as y absurdos de la superstici�n pagana, as� como m�s que los horrores de la crueldad pagana, para haber deshonrado nosoloal evangelio , sino a la naturaleza humana misma. Una Providencia sabia y misericordiosa ha levantado testigospor la verdad en todas las �pocas; y es un gran honor dar un testimonio fiel y valiente contra estas enormes corrupciones, aunque se trate de cadenas y encarcelamientos, e incluso a expensas de la vida.

Dios ha apoyado notablemente a esos nobles y heroicos confesores; e incluso cuando han estado en un estado de luto y opresi�n, han dado su testimonio y profetizado; sus oraciones han sido recordadas ante Dios, y muchos han sido heridos, quienes los hirieron y oprimieron.

Pero, a pesar de esto, la bestia continu� su guerra contra los santos, y su opresi�n aument�, hasta que, en muchos lugares, fueron derribados y hollados en el polvo, y su sangre se derram� como agua sobre la tierra. As� la gran ciudad, la metr�poli del mundo, una vez fiel y celebrada, se ha convertido en Sodoma y Egipto, o incluso en Jerusal�n, donde Cristo mismo, nuestro divino Maestro, fue crucificado.As� han triunfado los enemigos de la verdad sobre los siervos del Se�or, y han erigido trofeos de su victoria. Pero, gracias a Dios, su triunfo no ser� perpetuo; Cristo nuestro Redentor revivir� su causa que expira, de una manera tan gloriosa y maravillosa como una resurrecci�n de entre los muertos: glorificar� a su pueblo fiel; har� temblar la tierra y har� temblar las torres del enemigo; y cuando el primero y el segundo ay pasen, les traer� un tercero y m�s terrible ay.

En la fe de este acontecimiento triunfal, regocij�monos; y consideremos que se acerca, cuando el s�ptimo �ngel sonar�, y cuando todoslos reinos de la tierra llegar�n a ser los reinos de nuestro Se�or y de su Cristo. Dejemos que nuestras oraciones hagan todo lo que puedan hacer las oraciones m�s fervientes para promover este gran evento.

Oh Se�or Dios Todopoderoso, que eres y que vendr�s, te suplicamos que tomes tu gran poder y reinado; porque el m�s orgulloso de los enemigos que se oponen a tu reino reina, e incluso vive, solo con tu permiso. Domina, con tu superior reprensi�n, la furia de las naciones airadas; y da paciencia a tus siervos afligidos, para que nunca renuncien a la esperanza de la recompensa, que finalmente conferir�s a tu pueblo fiel, no s�lo a los profetas, y al m�s eminente y distinguido de los santos, sino a todos aquellos que teman tu glorioso y tremendo nombre; tanto en lo peque�o como en lo grande; cuando los destructores de la iglesia y de la tierra sean destruidos a una. Am�n.

REFLEXIONES.� 1�. Se da una descripci�n general del estado tanto de la Iglesia verdadera como de la anticristiana durante 1260 a�os, desde que surgi� el poder temporal del Papa, alrededor de 756.

1. A San Juan se le ordena medir el templo de Dios, el altar y los adoradores; porque, en los peores tiempos y en los d�as m�s oscuros, Dios todav�a mantendr�a su propia causa; y todos sus siervos que quisieran mejorar la luz que les fue otorgada, deber�an ser preservados de la apostas�a general. No podr� medir el atrio exterior; que se deja a los gentiles, a aquellos que de hecho profesan llevar el nombre cristiano, pero por la idolatr�a, las supersticiones y los fraudes que fomentan y mantienen, son devueltos en realidad a la adoraci�n del paganismo, siendo el pagano revivido el paganismo: y durante cuarenta y dos meses, o 1260 a�os, estos papistas gentiles hollar�n la ciudad santa y ejercer�n su gobierno tir�nico sobre los profesores del nombre cristiano.
2.

Durante el predominio de la tiran�a anticristiana, Dios no dejar� el mundo sin advertencia, ni los corruptores de su adoraci�n sin testimonio; Se levantar� una sucesi�n de ministros fieles, algunos de los que aqu� se habla como dos, y vestidos de cilicio, profundamente afectados por las miserias de la iglesia y las persecuciones de los fieles.

Estos son los dos olivos, etc. como Zorobabel y Josu� ( Zacar�as 4:6.), a quien Dios suplir� con las continuas influencias de su gracia, y dotar� de luz y celo para protestar contra las corrupciones de la iglesia anticristiana. Y si alguno intenta hacerles da�o, la palabra del Se�or, que sale de sus bocas como fuego, denuncia la muerte espiritual y eterna sobre ellos.

Estos tienen poder, como El�as, para cerrar el cielo y traer las plagas m�s pesadas, como las de Egipto, sobre sus enemigos; incluso las plagas espirituales del hambre de la palabra, la obstinaci�n del coraz�n y todos los terribles juicios que, en respuesta a sus oraciones, Dios infligir� a sus perseguidores, y que ellos denunciar�n sobre ellos, no por un esp�ritu de venganza, sino para la vindicaci�n de la honra da�ada de Dios.

3. Los testigos ser�n muertos mientras est�n dando su testimonio, aunque Dios siempre levantar� a otros y vengar� su sangre de sus perseguidores; y se prohibir� el entierro de sus cad�veres, y ser�n insultados en las calles de esa gran ciudad, espiritualmente llamada Sodoma y Egipto, donde tambi�n nuestro Se�or fue crucificado, siendo Roma papal tan notoria por su inmundicia como Sodoma, y, como Egipto, la cruel opresor del pueblo de Dios, y rojo con la sangre de los m�rtires de Jes�s, que es, por as� decirlo, de nuevo para crucificarlo.

Algunos suponen que este asesinato de los testigos por parte de la bestia anticristiana y sus seguidores, a�n est� por llegar; y que los tres d�as y medio, no se refieren al tiempo y tiempos y medios tiempos, o 1260 a�os, todo el per�odo del papado, sino a alguna persecuci�n m�s espantosa, y al predominio general del poder del anticristo, que, hacia el se permitir� el cierre de este per�odo; y que por un breve espacio los habitantes de los pa�ses papales se felicitar�n unos a otros, como si ahora finalmente hubieran triunfado sobre quienes turbaban sus conciencias con protestas contra sus impiedades, idolatr�as y todas sus abominaciones. Consulte las anotaciones y el ap�ndice.

4. Despu�s de tres d�as y medio,al final del per�odo de 1260 a�os, los testigos resucitan milagrosamente, para el terror de sus enemigos; no las mismas personas, sino otras, investidas de su esp�ritu, audacia y celo; y Dios, en testimonio de su aprobaci�n, los llev� al cielo a la vista de sus enemigos, no literalmente, sino figuradamente; los exalt� a un estado de eminente dignidad y seguridad, por encima de toda la malicia de sus enemigos; y luego un gran terremoto sacudi� una gran parte de la ciudad de la bestia, y siete mil hombres fueron muertos; un gran n�mero de sus dependientes e instigadores, hombres notables e influyentes, cay�, y su jurisdicci�n fue demolida en parte; mientras que el resto, atemorizado por estos prodigios, renunciaron a sus idolatr�as y supersticiones y, convertidos a la fe de Jes�s, glorificaron a Dios.

Nota; (1.) Los enemigos de los siervos testigos de Dios un d�a, con confusi�n, ver�n su exaltaci�n y sabr�n que Dios los ha enviado. (2.) Cuando los juicios de Dios est�n en la tierra, sus habitantes deben aprender justicia; y los que vuelan a Dios en busca de refugio y le dan gloria, ser�n salvos del temor del mal.

2�, Suena la s�ptima trompeta, y he aqu� que se denuncia el tercer y �ltimo ay, cuando los poderes mahometanos y papales, los anticristos orientales y occidentales, van a ser completamente destruidos. En la que,
1. Grandes aclamaciones de gozo llenan todos los atrios del cielo; Ha llegado el tiempo deseado, cuando Jes�s erigir� su trono, y todas las naciones se postrar�n ante el cetro de su gracia, reconoci�ndolo como su leg�timo Rey, quien reinar� sobre sus fieles santos por los siglos de los siglos. Y por esto, los veinticuatro ancianos dan gracias al Se�or y, en humilde adoraci�n, se postran ante su trono, alabando al eterno y todopoderoso Jes�s, que ahora ha desnudado notablemente su brazo.

vengando la muerte de sus siervos martirizados y, a cambio de la indignaci�n mostrada por los perseguidores anticristianos, ha derramado sus copas de ira sobre ellos; mientras que sus ministros y su pueblo fieles ahora reciben su gloriosa recompensa; ven a sus enemigos convertirse en su escabel; y disfrutar de la paz, el consuelo, la comuni�n mutua,

Y toda alma llena de gracia, que espera con ansias esta temporada feliz, no puede dejar de orar para que Dios la apresure a su debido tiempo.
2. El templo de Dios fue abierto en el cielo; se restaur� el ejercicio del verdadero culto evang�lico; y all� se vio en su templo el arca de su testamento, dando a entender las peculiares manifestaciones de la presencia de Dios a todo su pueblo, la osad�a que tendr�n para acercarse al m�s santo de todos, y la dulce comuni�n que gozar�n con el Se�or, viendo �l, por as� decirlo, cara a cara.

3. Y hubo rel�mpagos y voces y truenos, y un terremoto y gran granizo, como si la disoluci�n de todas las cosas estuviera cerca; insinuando la demolici�n completa de todos los enemigos de la iglesia. Nota; Aunque la lucha sea larga y aguda, el evangelio finalmente triunfar�, y la verdad al fin prevalecer� sobre toda oposici�n.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Revelation 11". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/revelation-11.html. 1801-1803.