Bible Commentaries
Apocalipsis 15

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

Introducción

CAP�TULO XV.

Los siete �ngeles con las siete �ltimas plagas. El canto de los que vencen a la bestia. Las siete copas llenas de la ira de Dios.

Anno Domini 96.

Versículo 1

Apocalipsis 15:1 .�La profec�a procede en este cap�tulo y en los siguientes para abrir m�s el castigo se�alado de Roma, por su opresi�n de la verdad y la persecuci�n de los santos. Este cap�tulo representa la manera solemne en que se hace la preparaci�n para la ejecuci�n de estos juicios, como el siguiente describe esa ejecuci�n. El estado feliz de los fieles siervos de Dios, y las alegres acciones de gracias con que celebran la bondad de Dios en la protecci�n de su causa, est�n muy elegantemente representadas, para alentar su constancia y perseverancia.

Versículos 1-8

Vi otra se�al en el cielo, etc.� Los juicios de Dios sobre el reino de la bestia, o imperio anticristiano, hasta ahora se denuncian y se describen s�lo en t�rminos generales, bajo las cifras de cosecha y vendimia. Un relato m�s particular de ellos sigue bajo el emblema de siete copas que se llaman las siete �ltimas plagas de Dios, etc. Apocalipsis 15:1 . Estas siete �ltimas plagasnecesariamente debe caer bajo la s�ptima y �ltima trompeta, o la tercera y �ltima trompeta de ay; de modo que as� como el s�ptimo sello conten�a las siete trompetas, la s�ptima trompeta contiene las siete copas.

No solo la concinnidad de la profec�a requiere este orden, (porque de lo contrario habr�a una gran confusi�n, y las copas interferir�an con las trompetas, algunas cayendo bajo una trompeta y otras bajo otra :) sino m�s all�, si estas siete �ltimas plagas y la consiguiente destrucci�n de Babilonia, no sea el tema del tercer ay, el tercer ay no se describe en ning�n lugar en particular, como lo son los dos ayes anteriores.

Antes de verter los frascos, la escena se abre con una visi�n preparatoria, que es el tema de este cap�tulo. As� como siete �ngeles tocaron las siete trompetas, as� se designan siete �ngeles para derramar las siete copas; Los �ngeles son los ministros peculiares de la Providencia; y, para mostrar que estos juicios han de caer sobre el reino de la bestia, los verdaderos adoradores de Dios y fieles siervos de Jes�s, que hab�an escapado de los vencedores de la bestia, y nunca se sometieron a su tiran�a o religi�n, se describen, Apocalipsis 15:2 como los hijos de Israel despu�s de su liberaci�n y escape de Egipto.

Porque como los hijos de Israel, ( �xodo 15.) habiendo atravesado el Mar Rojo, se detuvo en la orilla y, al ver a sus enemigos abrumados por las aguas, cant� la canci�n triunfal de Mois�s; as� que �stos, habiendo pasado por las pruebas de fuego de este mundo, se paran sobre el mar de vidrio mezclado con fuego, que fue mencionado cap.

Apocalipsis 4:6 y, viendo las copas listas para ser derramadas sobre sus enemigos, cantan un canto de triunfo por la manifestaci�n de los juicios divinos; que se llama el c�ntico de Mois�s y el c�ntico del Cordero, siendo las palabras en gran medida tomadas del c�ntico de Mois�s y de otras partes del Antiguo Testamento, y aplicadas en un sentido cristiano. Despu�s de esto, se abre el lugar sant�simo del templo, Apocalipsis 15:5 y, los siete �ngeles salieron del templo, Apocalipsis 15:6 .

(para indicar que su comisi�n es inmediatamente de Dios), vestido como el sumo sacerdote, pero de una manera m�s augusta, de lino puro y blanco, para significar la justicia de estos juicios; y tenersus pechos ce�idos, para mostrar su disposici�n a ejecutar los mandatos divinos; con cinturones de oro, como emblemas de su poder y majestad.

Luego se le da un frasco a cada uno de los siete �ngeles, por uno de los cuatro seres vivientes, Apocalipsis 15:7 los representantes de la iglesia; por lo que se insin�a, que es en vindicaci�n de la iglesia y la religi�n verdadera que se infligen estas plagas. Adem�s, el templo se llen� de humo, etc. Apocalipsis 15:8 de la misma manera que el tabern�culo cuando fue consagrado por Mois�s, y el templo cuando fue dedicado por Salom�n, ( �xodo 40:34 .

1 Reyes 8:10 . 2 Cr�nicas 5:13 . Isa�as 6:4 .) fueron tanto llen� de una nube y la gloria del Se�or;para que ni Mois�s ni los sacerdotes pudieran entrar en �l: una prueba m�s de la majestuosa presencia y extraordinaria interposici�n de Dios en la ejecuci�n de estos juicios.

Inferencias y REFLEXIONES.� Elevemos ahora nuestros ojos y nuestro coraz�n por encima de las escenas bajas y s�rdidas de la mortalidad, a esos esp�ritus felices y exaltados que se describen como parados ante el mar de cristal, con arpas de oro en sus manos. Escuchemos con atenci�n esos ecos rotos e imperfectos del c�ntico de Mois�s y del Cordero, que un Dios misericordioso hace descender, por as� decirlo, a este mundo nuestro, y que a veces se mezclan dulcemente con el clamor de la contienda. , con el estruendo de la locura, con los gemidos de la miseria.

Feliz y gloriosa es su condici�n ahora, quienes est�n libres de todos estos males y quienes triunfan sobre todos sus enemigos; quien, como se dijo a Israel de los egipcios,habiendo contemplado, no los ver�n m�s para siempre: ( �xodo 14:13 .) Ahora est�n reconociendo a su gran Libertador, cantando alabanzas eternas a su nombre, y celebrando las maravillas de sus obras, y la justicia y verdad de todos sus formas.

Oh Se�or Dios Todopoderoso, oh Rey de los santos, �qui�n no te temer� y glorificar� tu santo nombre? Vengan las naciones y adoren en tu presencia; Que te rindan su humilde reverencia y homenaje, antes de que se derramen las copas de tu ira: esas copas que, por terrible que sea su contenido, los esp�ritus ben�volos del cielo se preparan, a tu orden, para derramar con placer; aplaudiendo, en sus himnos de respuesta, tus justos juicios, incluso cuando las plagas m�s dolorosas y espantosas atormentan a los adoradores de la bestia y su imagen; incluso cuando sus mares y sus r�os se conviertan en sangre.Cualesquiera que sean las calamidades, pasadas o futuras, a las que cualquiera de estos detalles pueda referirse, seguramente son aterradoras para aquellos desdichados que, bajo cualquier pretexto, est�n derramando la sangre de tus profetas y de tus santos.

Son dignos de que se les d� de beber sangre y, en consecuencia, tienes una terrible bebida reservada para ellos. Y, aunque algunos de ellos pueden haber postrado sus canas cabezas en paz, lo que, m�s bien podr�amos haber esperado, habr�a sido llevado a la tumba con sangre, el d�a de tu venganza seguramente llegar�: una venganza tan terrible, que nada pero el celo por tu ley violada y tu evangelio injuriado har�a que la visi�n misma de ella fuera sustentable para aquellos cuya causa ser� entonces defendida y cuya sangre ser� visitada sobre sus verdugos y asesinos.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Revelation 15". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/revelation-15.html. 1801-1803.