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Zacarías 8

Comentario de Coke sobre la Santa BibliaComentario de Coke

Introducción

La restauraci�n de Jerusal�n. La gente es animada al edificio por el favor de Dios hacia ellos. Se les exige buenas obras. Se prometen alegr�a y ampliaci�n.

Antes de Cristo 518.

Versículo 2

Estaba celoso de Sion, etc. � Como esposo de su esposa. Ver Ezequiel 16 y Oseas 2 . "He castigado sus infidelidades con toda la severidad del amor despreciado y abusado; pero, aunque consciente de su falta, mi amor se reaviva hacia ella, con su cambio de conducta, y regresa a m� en verdadero arrepentimiento. La he recibido, y le dar� mis bondades anteriores. Vuelvo a Sion, y habitar� en medio de Jerusal�n ". Este cap�tulo es una continuaci�n del discurso anterior, ocasionado por la delegaci�n de Sherezer y Regem-melech.

Versículo 3

Una ciudad de verdad, una ciudad fiel; un c�nyuge sin reproche. "Ya no ser� una ciudad abandonada, corrupta y prostituida; nunca m�s se ver� en Jerusal�n la adoraci�n de dioses extra�os; �s�lo el Dios verdadero ser� conocido y adorado all�!" Vemos una sombra de esta profec�a en Judea despu�s del regreso del cautiverio; pero esta ciudad fiel, en el rigor de la letra, no es otra que la iglesia de Jesucristo, esa esposa casta y fiel. Ver Efesios 5:27 y Calmet.

Versículo 6

Si es maravilloso ... Dif�cil. Houbigant. A los jud�os de aquellos tiempos les parecer�a dif�cil y maravilloso que Jerusal�n fuera llamada ciudad de la verdad, y que estuviera llena de ancianos y ni�os, como si un per�odo grande y extraordinario estuviera por comenzar; por lo tanto, para que los jud�os no interpreten esto como si se hablara de su propio tiempo, se adjunta inmediatamente, Zacar�as 8:7 . Salvar� a mi gente del este y del oeste, para que entiendan que se predijeron otros tiempos y un estado diferente de su naci�n. Los jud�os, una vez completada la cautividad en Babilonia, regresaron del norte o del este, pero no del oeste:ni se puede se�alar aqu� ning�n otro momento que el �ltimo regreso de los jud�os; cuando fluyan de todas partes del mundo a la nueva Jerusal�n, y constituyan un nuevo imperio; la fama de cuya santidad seducir� y atraer� a muchas naciones, como se predice al final de este cap�tulo.

No podemos entender esto ni de los jud�os, ni de los gentiles, que abrazaron la fe sobre la predicaci�n de los ap�stoles: no de los jud�os, porque el Se�or no salv� en ese momento a la naci�n jud�a, que estaba a punto de dispersar en un per�odo muy corto; no de los gentiles, porque los gentiles no eran, seg�n la frase com�n de las Escrituras, el pueblo de Dios ( mi pueblo, como lo eran los jud�os en un sentido nacional) antes de que �l los llamara de la este y oeste.

Versículo 8

Y les traer� Un manuscrito hebreo muy respetable y la versi�n �rabe agregan a su tierra.

Y los llevar� a su tierra, y habitar�n en Jerusal�n, etc. Arzobispo Newcome.

Versículo 9

Los profetas, que fueron, etc. � que hablaron, etc. El d�a de la fundaci�n fue aproximadamente dos a�os antes, ya que este discurso del profeta fue en el cuarto a�o del profeta. Fue en este tiempo que el Se�or comenz� a levantar a los profetas ya hacer promesas de gracia a su pueblo: hasta ese momento no les hab�a quitado por completo la mano correctora; nada tuvo �xito con ellos; el trabajo del hombre y el de las barbas eran igualmente in�tiles. Ver Zacar�as 8:10 y comparar Hageo 2:16 .

Versículo 12

Porque la semilla ser� pr�spera, porque la semilla se sembrar� en paz. Houbigant.

Versículo 13

Como si fuerais una maldici�n, etc.� Una forma permanente de imprecaciones entre los paganos, que deseaban que sus enemigos fueran tan miserables como los jud�os. Esto se convertir�a en una bendici�n, en el sentido contrario: "Que seas tan feliz como los jud�os que son restaurados". Ver Grocio y Calmet. Nadie puede dejar de hacer notar, a lo largo de los escritos sagrados, cu�n cuidadosos son los profetas en inculcar los deberes morales, y cu�n grande es el �nfasis que se les da a los ojos de Dios; de tal manera que, al descuidarlos, la m�s estricta observancia de las ceremonias externas est� tan lejos de ser aceptable, que m�s bien enaltece la culpa. Ver Zacar�as 8:16 y el cap�tulo anterior.

Versículo 17

Y que ninguno de ustedes se imagine el mal, y que ninguno de ustedes piense en su coraz�n el da�o de su pr�jimo, etc. Vale la pena observar que el profeta aqu� no s�lo condena las malas acciones, sino las malas intenciones; no ide�is maldad en vuestros corazones.

Versículo 20

A�n suceder� Estas cosas suceder�n cuando, o hasta que venga el pueblo, etc. El hasta debe estar relacionado con las cosas de las que se acaba de hablar; es decir, "Tu gozo y alegr�a, que suceder�n a tus ayunos, continuar�n, mientras mucha gente, etc." Porque la fe y la conversi�n de los jud�os en los �ltimos d�as, ser� para los gentiles como una resurrecci�n de entre los muertos. Houbigant.

Versículo 23

En aquellos d�as, etc.� Ciertamente en aquellos d�as diez hombres, etc. A los cristianos a veces se les llama por el nombre de jud�os, o confesores de la religi�n verdadera, como aquellos a quienes pertenecen principalmente las promesas hechas a los padres de la naci�n jud�a. En este sentido, la palabra debe tomarse aqu�. El sentido del pasaje, por lo tanto, es que los paganos se aplicar�n a los pastores y ministros cristianos para recibir instrucci�n, a fin de calificar para ser admitidos en la iglesia. La falda de la prenda, es la mencionada N�meros 15:38 . Deuteronomio 22:12 . Mateo 9:20 .

Esto distingui� a los jud�os de otras naciones y, por lo tanto, se menciona aqu� con singular propiedad; para que el discurso que deb�an hacer estos extranjeros pueda interpretarse as� en la carta, y con miras al regreso de los jud�os del cautiverio babil�nico. "Hemos entendido cu�n milagrosamente Dios te ha devuelto a tu pa�s, ha reconstruido tu templo y reconciliado contigo a tus enemigos o los ha sometido; y por eso estamos convencidos de que el Dios que predijo y obr� estas cosas es el Dios verdadero". Ver Salmo 126:2 . Calmet y Grocio.

REFLEXIONES.� 1�, Dios no guarda su ira para siempre, si volvemos a �l. Siempre es misericordioso con el penitente.

1. Tendr� celos de Sion con gran celo, preocupado por vindicar su honor y vengar sus agravios; y por tanto, con gran furor, su venganza recaer� sobre sus enemigos.

2. Regresar� a Sion; habla de ello como ya lo hizo: y habita en medio de Jerusal�n, manifest�ndoles su presencia amable en el templo, y encontr�ndolos en sus ordenanzas; y esto se cumpli� m�s eminentemente, cuando el Verbo se hizo carne y habit� entre ellos.

3. Obrar� un cambio glorioso en el lugar y la gente. Jerusal�n ser� una ciudad de verdad, eminente por su integridad y honestidad; el monte del Se�or de los ej�rcitos, donde condesciende a establecer su morada, el monte santo, limpio de toda idolatr�a y puro ante Dios. La iglesia de Cristo es columna y baluarte de la verdad; en �l se encuentra toda verdad de doctrina y rectitud de conversaci�n; y en el coraz�n de cada miembro viviente de �l est� escrito: Santidad al Se�or.

4. Les dar� una larga vida, paz y prosperidad. Ninguna enfermedad los barrer�, ni la guerra extender� sus estragos entre ellos; pero en las calles aparecer� la vejez vigorosa; y, aunque el tiempo ha mermado gran parte de la fuerza de la naturaleza, el bast�n seguir� sosteniendo la cabeza canosa; mientras que la nueva generaci�n, numerosa y saludable, se mezclar� en las calles en sus ejercicios juveniles, a salvo del temor al mal. En la iglesia se encuentran padres en Cristo, j�venes y ni�os, una multitud de conversos, cada uno adornando su lugar y posici�n, y madurando para la gloria.
5. �l salvar� a los dispersos de Israel de Babilonia y Egipto, y los traer� de regreso a su propia tierra; y, mejor que todas las dem�s misericordias de ellos, tomar� de nuevo en el pacto a todos los que crean y comprometer� sus corazones con �l.

Ellos ser�n mi pueblo; volviendo a �l, les permitir� serlo, por su gracia preventiva y convertidora; y ser� su Dios en verdad y en justicia, fiel a todas sus promesas. Y esto parece referirse a todo el fiel Israel de Dios, a quien recibir� en los brazos de su amor; por su gracia oc�pate en su servicio; y, por el m�rito infinito y la intercesi�n de Jes�s, Dios ser� su Dios, para bendecirlos, preservarlos y guardarlos, su porci�n y una recompensa extraordinariamente grande.

6. Por incre�ble que esto pueda parecer, y maravilloso, para Dios todo es posible; y por lo tanto, por extra�o que sea, ser� hallado verdadero para todos los fieles. Si podemos creer, veremos la salvaci�n de Dios.
2�, Tenemos,
1. Los grandes est�mulos dados al pueblo que, atento a la voz de los profetas de Dios, trabaj� con celo para promover la obra del templo; porque los que le son fieles, pueden esperar de �l consuelo. Hab�an trabajado bajo muchas dificultades durante el tiempo en que la casa de Dios estaba descuidada; no hubo alquiler para hombres o bestias,el comercio estaba muerto y el producto de la tierra era tan escaso que se necesitaban pocas manos para cosecharlo y recolectarlo. Sus enemigos de todas partes los asaltaron, y los ladrones en su propio pa�s hicieron que viajar fuera peligroso, y la propiedad de nadie estaba segura; y un esp�ritu maligno de disensi�n y contienda se sembr� entre ellos, de modo que cada uno parec�a oponerse a su pr�jimo; pero ahora Dios cambiar� su manera de actuar hacia ellos.

Su tierra producir� en abundancia; y, enriquecidos con todo tipo de provisiones, poseer�n sus cosas buenas sin ser molestadas. En lugar de ese oprobio que hab�an sufrido entre los paganos, ahora Dios los salvar� de una manera tan distinguida, que todos los que los vieran reconocer�n que son los benditos del Se�or; y su ejemplo y trabajos los convertir�an en una bendici�n para todos los que los rodeaban. Tan ciertamente como hab�a amenazado con castigar a sus padres, y lo hab�a hecho como hab�an visto, as� seguramente ahora har� bien a su Israel que regresa. Por lo tanto, pueden esperar con confianza ver el cumplimiento de todas sus promesas, y no deben temer la multitud de sus enemigos ni las dificultades en su camino; pero s� fuerteen la seguridad del apoyo divino; y este es el poderoso argumento para involucrar a todos los creyentes en la b�squeda de su propia salvaci�n, porque es Dios quien obra en ellos el querer y el hacer de su buena voluntad.

2. Su deber est� ante ellos; el mismo que los profetas hab�an inculcado a sus desobedientes padres de anta�o. Hablad cada uno la verdad a su pr�jimo, con sencillez, desechando la falsedad, el enga�o y toda prevaricaci�n; Ejecuta el juicio de la verdad y la paz en tus puertas; deja que la justicia se administre con imparcialidad y procura sanar todas las diferencias.

Y que ninguno de ustedes imagine el mal en su coraz�n contra su pr�jimo, no albergue un mal deseo, ni albergue una mala conjetura contra ninguno de ellos; y no am�is el juramento falso, sino aborreced y despreciad todo lo que pueda conducir a �l; porque todas estas son cosas que yo aborrezco, dice Jehov�, y por tanto nosotros tambi�n las aborrezcamos.

En tercer lugar, le hab�an hecho una pregunta a su profeta, cap. Zacar�as 7:3 respecto a sus ayunos p�blicos, y aqu� est� completamente respondido.

1. Se pone un per�odo feliz a sus ayunos p�blicos, y se convertir�n en d�as de regocijo. Porque ahora, cuando Dios restaure a Jerusal�n y edifique de nuevo su templo, el recuerdo de aquellas melanc�licas escenas de desolaci�n, a causa de las cuales se instituyeron esos ayunos, se perder� en el gozo y la alegr�a que surgen de su feliz estado actual. Por tanto, amen la verdad y la paz; que este sea el agradecido regreso que haces por las divinas misericordias que te han otorgado.

2. Dios promete ensancharlos abundantemente con multitudes de pros�litos; o esto tiene m�s bien una referencia m�s inmediata a los tiempos del Evangelio, cuando los gentiles deb�an entrar en la iglesia de Cristo. Los habitantes de muchas ciudades, entre quienes predicaron los ap�stoles y otros, se volver�n obedientes a la fe y sol�citos por la salvaci�n de los dem�s; Cada uno dir� a su pr�jimo: Ven, vayamos pronto a orar delante del Se�or; ya no acostados en su estado anterior de ceguera y culpa, sino, sin demora, buscando al Se�or de los Ej�rcitos, mientras a�n puede ser encontrado; y en oraci�n ferviente e importuna, el lenguaje de toda alma verdaderamente convertida, �vida de obtener misericordia y aceptaci�n ante �l: Yo tambi�n ir�,uno dir� a otro, contento de unirse a la feliz compa��a, y apresurado a ir a los atrios de Sion. Multitudes de todas las naciones se reunir�n para este bendito prop�sito y entonces el nombre del jud�o ya no ser� odiado ni despreciado; pero diez hombres de todos los idiomas, muchos convertidos por la predicaci�n de los ap�stoles y otros ministros de Cristo, tomar�n del borde del jud�o, siendo los primeros predicadores del Evangelio principalmente de esa naci�n, diciendo: ir� contigo, porque hemos o�do que Dios est� contigo; siendo el divino Redentor del linaje de Israel seg�n la carne, a quien se prometi� desde antiguo que ser�a el recogimiento del pueblo, ya quien los ministros de la verdad desean conducir las almas que est�n bajo su cuidado.

Nota; (1.) Toda alma verdaderamente convertida se deleitar� en buscar al Se�or para recibir todas las bendiciones y privilegios del Evangelio. (2.) Los que han probado que el Se�or es misericordioso, no pueden dejar de estar sol�citos para que otros vengan y participen de sus misericordias. (3.) Un prop�sito de gracia debe ejecutarse r�pidamente; los retrasos son peligrosos.

Información bibliográfica
Coke, Thomas. "Comentario sobre Zechariah 8". Comentario de Coke sobre la Santa Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tcc/zechariah-8.html. 1801-1803.