Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
Attention!
Take your personal ministry to the Next Level by helping StudyLight build churches and supporting pastors in Uganda.
Click here to join the effort!

Bible Commentaries
Job 27

El Comentario Bíblico del ExpositorEl Comentario Bíblico del Expositor

Buscar…
Enter query below:

Versículos 1-23

XXII.

LAS AFUERAS DE SUS CAMINOS

Job 26:1 ; Job 27:1

Job HABLA

EMPEZANDO su respuesta, Job est� lleno de desprecio y sarcasmo.

"�C�mo has ayudado a alguien sin poder!

�C�mo has salvado al brazo d�bil!

�C�mo aconsejaste a un falto de conocimiento,

�Y declar� abundantemente lo que se sabe! "

Bien, en verdad has hablado, oh hombre de singular inteligencia. Estoy muy d�bil, mi brazo es impotente. �Qu� tranquilidad, qu� generosa ayuda has proporcionado! Yo, sin duda, no s� nada, y t� has derramado luz sobre mi oscuridad. Su iron�a es amarga. Bildad parece casi despreciable. "�A qui�n has dicho palabras?" �Es tu misi�n instruirme? "�Y de qui�n sali� el esp�ritu de ti?" �Reclamas inspiraci�n divina? Job es rencoroso; y el escritor apenas tiene la intenci�n de justificarlo. Sin embargo, es verdaderamente irritante escuchar esa tranquila repetici�n de las ideas m�s ordinarias cuando la controversia se ha llevado a las profundidades del pensamiento. Job desea pan y se le ofrece una piedra.

Pero dado que Bildad ha optado por descartar la grandeza y el poder imperial de Dios, el tema continuar�. Ser� llevado al abismo de abajo, donde la fe reconoce la presencia Divina, y a las alturas para que pueda aprender cu�n poco del dominio de Dios se encuentra dentro del alcance de una mente como la suya, o incluso del sentido mortal.

Primero hay una mirada v�vida a ese misterioso inframundo donde las sombras o los esp�ritus de los difuntos sobreviven en una vaga existencia oscura.

"Las sombras se agitan

Debajo de las aguas y sus habitantes.

El Seol est� desnudo ante �l,

Y Abaddon no tiene cobertura ".

Bildad ha hablado del lugar elevado donde Dios hace la paz. Pero ese mismo Dios tiene la soberan�a tambi�n del mundo inferior. Bajo el lecho del oc�ano y esas aguas subterr�neas que fluyen bajo la tierra s�lida donde, en la oscuridad impenetrable, las pobres sombras de lo que fueron antes, los que vivieron una vez en la tierra se congregan edad tras edad, all� se revela el poder del Todopoderoso. No siempre ejerce su voluntad para crear tranquilidad. Abajo, en el Seol, los refaim est�n agitados. Y nada se esconde de Su ojo. Abaddon, el abismo devorador, est� desnudo ante �l.

Distingamos aqu� entre las im�genes y el pensamiento subyacente, la visi�n inspirada del escritor y la forma en que Job est� hecho para presentarla. Estas nociones sobre el Seol como una caverna oscura debajo de la tierra y el oc�ano a la que se supone que descienden los esp�ritus de los muertos son las creencias comunes de la �poca. Representan opini�n, no realidad. Pero hay un nuevo destello de inspiraci�n en el pensamiento de que Dios reina sobre la morada de los muertos, que incluso si los hombres escapan del castigo aqu�, los juicios del Todopoderoso pueden alcanzarlos all�.

�sta es la intuici�n prof�tica del escritor sobre los hechos: y apropiadamente asigna el pensamiento a su h�roe que, ya casi al borde de la muerte, ha estado esforz�ndose por ver qu� hay m�s all� de la puerta l�gubre. La poes�a est� impregnada del esp�ritu de investigaci�n del gobierno de Dios en el presente y el futuro. Junto a otros pasajes tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, este se encuentra continuo con revelaciones m�s elevadas, incluso con el testimonio de Cristo cuando dice que Dios no es Se�or de los muertos sino de los vivos.

Desde Sheol, el inframundo, Job se�ala los cielos del norte en llamas con estrellas. Dios, dice, extiende esa maravillosa c�pula sobre el espacio vac�o: la estrella polar inamovible probablemente parece marcar el punto de suspensi�n. La tierra, de nuevo, cuelga en el espacio de la nada, ni siquiera de esta tierra s�lida en la que los hombres viven y construyen sus ciudades. El escritor, por supuesto, ignora lo que ense�a la ciencia moderna, pero ha captado el hecho de que ning�n conocimiento moderno puede privar de su maravilloso car�cter.

Luego la reuni�n en inmensos vol�menes de vapor de agua, qu� extra�o es eso, las nubes vaporosas que contienen lluvias que inundan un continente, pero no se parten. Alguien que es maravilloso en el consejo debe haber ordenado este universo; pero su trono, el asiento radiante de su dominio eterno, lo cierra con nubes; nunca se ve.

Un l�mite ha puesto sobre la faz de las aguas,

En los confines de la luz y la oscuridad.

Los pilares del cielo tiemblan

Y se asombran de su reprensi�n.

Acalla el mar con su poder;

Y con su entendimiento golpea a Rahab;

Por su aliento los cielos se iluminan;

Su mano traspasa a la serpiente que huye.

He aqu� las afueras de sus caminos,

�Y qu� susurro es el que o�mos de �l!

Pero el trueno de sus poderes, �qui�n puede aprehender?

En los confines de la luz y la oscuridad, Dios establece un l�mite, el horizonte visible, se supone que el oc�ano rodea la tierra por todos lados. Los pilares del cielo son las monta�as, que se pueden ver en varias direcciones aparentemente sosteniendo el cielo. Los hombres los miraban con asombro, con mayor temor los sent�an a veces sacudidos por latidos misteriosos como si fueran reprendidos por Dios. De estos pasa el poeta al mar, las grandes olas de tempestad que ruedan sobre la orilla.

Dios golpea a Rahab, somete al mar feroz, representado como un monstruo furioso. Aqu�, como en el siguiente verso donde se habla de la serpiente que huye, se hace referencia a los mitos de la naturaleza corrientes en Oriente. Las viejas ideas de la imaginaci�n pagana se utilizan simplemente de manera po�tica. Job no cree en un drag�n del mar, pero le conviene hablar de la tempestuosa corriente oce�nica bajo esta figura para dar viveza a su imagen del poder divino.

Dios apaga las olas salvajes; Su aliento como un viento suave despeja las nubes de tormenta y el cielo azul se vuelve a ver. La mano de Dios atraviesa la serpiente que huye, la larga huella de nubes furiosas atraviesa velozmente la faz de los cielos.

Las palabras finales del cap�tulo son un testimonio de la grandeza divina, de forma negativa pero en efecto m�s elocuente que todos los dem�s. No vemos sino las afueras de los caminos de Dios, o�mos un susurro de �l. El trueno pleno no llega a nuestros o�dos. Aquel que se sienta en el trono que est� para siempre envuelto en nubes y tinieblas es el Creador del universo visible pero siempre separado de �l. �l se revela a S� mismo en lo que vemos y o�mos, sin embargo, la gloria, la majestad permanecen ocultas.

El sol no es Dios, ni la tormenta, ni el claro que brilla despu�s de la lluvia. El escritor sigue siendo fiel al principio de nunca hacer que la naturaleza sea igual a Dios. Incluso cuando la religi�n tiene la forma de una religi�n de la naturaleza, la separaci�n se mantiene por completo. Los fen�menos del universo no son m�s que d�biles esbozos de la vida divina. Puede que Bildad no alcance la total claridad de la fe, pero Job la tiene. El gran c�rculo de la existencia que el ojo puede incluir no es m�s que la falda de esa prenda con la que se ve al Todopoderoso.

Cabe preguntarse: �Qu� lugar tiene este tributo po�tico a la majestad de Dios en el argumento del libro? Visto simplemente como un esfuerzo por superar y corregir la expresi�n de Bildad, el discurso no est� completamente explicado. Preguntamos adem�s qu� se supone que debe estar en la mente de Job en este punto particular de la discusi�n; si se est� quejando secretamente de que el poder y el dominio tan amplios no se manifiestan al ejecutar la justicia en la tierra, o, por otro lado, se consuela con el pensamiento de que el juicio volver� todav�a a la justicia y que el Alt�simo ser� probado como el Todojusto? La investigaci�n tiene especial importancia porque, mirando hacia adelante en el libro, encontramos que cuando la voz de Dios se escucha desde la tormenta, proclama Su incomparable poder y Su incomparable sabidur�a.

En la actualidad, debe ser suficiente decir que Job est� ahora muy cerca de su descubrimiento final de que la completa confianza en Eloah no es simplemente el destino, sino el privilegio del hombre. Comprender plenamente la providencia divina es imposible, pero se puede ver que Aquel que es supremo en poder e infinito en sabidur�a, responsable siempre ante s� mismo del ejercicio de su poder, debe tener la completa confianza de sus criaturas.

Job se aferra a esta verdad; con un pensamiento arduo se ha abierto paso casi a trav�s del bosque enmara�ado, y es un tipo de hombre en su mejor momento en el plano natural. El mundo esperaba la luz clara que resuelve las dificultades de la fe. Mientras que una y otra vez vino un rel�mpago delante de Cristo, �l trajo la revelaci�n permanente, el amanecer de lo alto que alumbra a los que est�n sentados en tinieblas y sombra de muerte,

Seg�n su manera, Job se aparta ahora de un tema que puede describirse como especulativo para su propia posici�n y experiencia. La primera parte del cap�tulo 27 es una declaraci�n seria en la tensi�n que siempre ha mantenido. Con tanta vehemencia como siempre, renueva su pretensi�n de integridad, enfatiz�ndola con un solemne juramento.

Vive Dios, que me ha quitado el derecho,

Y el Todopoderoso que ha amargado mi alma;

(Porque todav�a mi vida est� entera en m�,

Y el aliento del Dios Alto en mi nariz),

Mis labios no hablan iniquidad,

Ni mi lengua profiere enga�o.

Lejos est� de m� justificarte;

Hasta que muera, no quitar� de m� mi integridad.

Mantengo mi justicia y no la dejo ir;

Mi coraz�n no reprocha ninguno de mis d�as.

Esto es en el viejo tono de autodefensa confiada. Dios le ha quitado su derecho, le ha negado las se�ales externas de inocencia, la oportunidad de defender su causa. Sin embargo, como creyente, jura por la vida de Dios que es un hombre verdadero, un hombre justo. Sea lo que sea lo que apueste, no caer� de esa convicci�n y pretensi�n. Y que nadie diga que el dolor ha debilitado su raz�n, que ahora, si nunca antes, est� hablando delirando.

No: su vida est� completa en �l; La vida dada por Dios es suya, y con la conciencia de ella habla, no ignorando lo que es el deber de un hombre, no con una mentira en la mano derecha, sino con absoluta sinceridad. No justificar� a sus acusadores, porque eso ser�a negar la justicia, la misma roca que es la �nica firme bajo sus pies. Sabiendo cu�l es la obligaci�n del hombre para con sus semejantes y con Dios, repetir� su propia defensa. Vuelve a su pasado, repasa sus d�as. Sobre ninguno de ellos puede su conciencia fijar la acusaci�n de bajeza deliberada o rebeli�n contra Dios.

Habiendo afirmado su sinceridad, Job procede a mostrar cu�l ser�a el resultado del enga�o y la hipocres�a en una crisis tan solemne de su vida. La idea subyacente parece ser la de la comuni�n con el Alt�simo, la comuni�n espiritual necesaria para la vida interior del hombre. No pod�a hablar en falso sin separarse de Dios y, por tanto, de la esperanza. Hasta ahora no ha sido rechazado; la conciencia de la verdad permanece con �l, y a trav�s de eso est� en contacto al menos con Eloah. Ninguna voz de lo alto le responde; sin embargo, este principio divino de la vida permanece en su alma. �Lo renunciar�?

"Sea mi enemigo como el imp�o,

Y el que se levanta contra m� como injusto ".

Si tengo algo que ver con un hombre malvado como el que voy a describir ahora, uno que pretendiera tener una vida pura y piadosa mientras se comportaba en imp�o desaf�o a la justicia, si tengo que ver con un hombre as�, que sea. como enemigo.

"Porque �cu�l es la esperanza de los imp�os a quienes cort�,

�Cuando Dios le quita el alma?

�Dios escuchar� su clamor?

�Cu�ndo vendr� la angustia sobre �l?

�Se deleitar� en el Todopoderoso?

E invocar a Eloah en todo momento? "

El tema es el acceso a Dios mediante la oraci�n, ese sentido de seguridad que depende de la amistad divina. Llega al menos un momento, puede haber muchos, en el que las posesiones terrenales se consideran in�tiles y la ayuda del Todopoderoso es la �nica utilidad. Para disfrutar de la esperanza en un momento as�, el hombre debe vivir habitualmente con Dios en sincera obediencia. El imp�o antes descrito, el ladr�n, el ad�ltero cuya vida entera es una mentira cobarde, est� separado del Todopoderoso.

No encuentra recurso en la amistad divina. Invocar a Dios siempre no es un privilegio suyo; la ha perdido por negligencia y rebeli�n. Job habla del caso de tal hombre en contraste con el suyo. Aunque aparentemente sus propias oraciones permanecen sin respuesta, tiene una reserva de fe y esperanza. Ante Dios, todav�a puede asegurarse de s� mismo como siervo de su justicia, en comuni�n con Aquel que es eternamente verdadero. El discurso se cierra con estas palabras de retrospecci�n ( Job 27:11 ): -

"Quiero ense�arte acerca de la mano de Dios,

Lo que est� con Shaddai no lo ocultar�a.

He aqu�, todos vosotros lo hab�is visto;

�Por qu�, pues, os hab�is vuelto del todo vanos? "

En este punto comienza un pasaje que crea una gran dificultad. Se le atribuye a Job, pero est� totalmente en desacuerdo con todo lo que ha dicho. �Podemos aceptar la conjetura de que es el tercer discurso faltante de Zofar, incorporado err�neamente con la "par�bola" de Job? �El contenido justifica esta desviaci�n del texto recibido?

A lo largo de todo el argumento de Job ha sido que aunque un malhechor no pod�a tener comuni�n con Dios ni gozo en Dios, sin embargo, tal hombre podr�a tener �xito en sus planes, acumular riquezas, vivir en gloria, bajar a la tumba en paz. S�, podr�a ser sepultado en una tumba majestuosa y los mismos terrones del valle podr�an ser dulces para �l. Job no ha afirmado que esto sea siempre la historia de alguien que desaf�a la ley divina. Pero ha dicho que a menudo lo es; y la profunda oscuridad en la que �l mismo yace no es causada tanto por su calamidad y enfermedad como por la duda que se le impone sobre si el Alt�simo gobierna con firme justicia en esta tierra. �C�mo es posible, ha llorado una y otra vez, que los malvados prosperen y los buenos a menudo se reduzcan a la pobreza y al dolor?

Ahora bien, �corresponde el pasaje del vers�culo duod�cimo en adelante con esta corriente de pensamiento? Describe el destino del malvado opresor en un lenguaje fuerte: derrota, desolaci�n, terror, rechazo de Dios, rechazo de los hombres. Sus hijos se multiplican solo por la espada. Los hijos mueren y las viudas quedan desconsoladas. Sus tesoros, sus vestiduras no ser�n para su deleite; el inocente disfrutar� de su sustancia.

Su muerte repentina ser� de verg�enza y agon�a, y los hombres aplaudir�n contra �l y lo sacar�n de su lugar con silbidos. Claramente, si Job es el que habla, debe estar renunciando a todo por lo que ha luchado hasta ahora, admitiendo que sus amigos han argumentado verdaderamente, que despu�s de todo el juicio cae en este mundo sobre hombres arrogantes. El motivo de toda la controversia se perder�a si Job cediera este punto. No es como si el pasaje dijera: Esto o aquello puede suceder, esto o aquello puede ocurrirle al malhechor.

Elifaz, Bildad y Zofar nunca presentan su propia opini�n con m�s fuerza que la que se presenta aqu�. Tampoco se puede decir que el escritor se est� preparando para la confesi�n que Job hace despu�s de que el Todopoderoso ha hablado desde la tormenta. Entonces, cuando cede, es s�lo hasta el punto de retirar sus dudas sobre la sabidur�a y la justicia del gobierno divino.

La sugerencia de que Job est� aqu� recitando las declaraciones de sus amigos no puede ser entretenida. Leer "�Por qu� sois todos envanecidos, diciendo: Esta es la porci�n del imp�o procedente de Dios?" Es incompatible con el relato extenso y detallado del derrocamiento y castigo del opresor. No tendr�a sentido ni fuerza la mera recapitulaci�n sin la m�s m�nima iron�a o caricatura. El pasaje es muy serio.

Por otro lado, imaginar que Job est� modificando su lenguaje anterior est�, como muestra el Dr. AB Davidson, igualmente fuera de cuesti�n. Con sus propios hijos e hijas acostados en sus tumbas, sus propias riquezas dispersas, �dir�a probablemente: "Si sus hijos se multiplican, es por la espada"? y

"Aunque amontone plata como polvo,

Y prepara vestiduras como el barro;

�l puede prepararlo, pero el justo se lo pondr�.

�Y el inocente repartir� la plata "?

En contra de suponer que este es el tercer discurso de Zofar, los argumentos extra�dos de la brevedad de la �ltima declaraci�n de Bildad y el agotamiento de los temas de debate tienen poco peso, y hay distintos puntos de semejanza entre el pasaje en consideraci�n y los anteriores discursos de Zofar. Suponiendo que sea suyo, se ve que comienza precisamente donde lo dej�; -s�lo adopta la distinci�n que Job ha se�alado y se limita ahora a los "opresores".

"Su �ltimo discurso concluy� con la frase:" �sta es la porci�n de Dios para el imp�o, y la herencia que Dios le asign� ". Comienza aqu� ( Job 27:13 ):" Esta es la porci�n del imp�o ". con Dios, y la herencia de los opresores que reciben del Todopoderoso ". De nuevo, sin identidad verbal, las expresiones" Dios arrojar� sobre �l el ardor de su ira ", Job 20:23 y" Dios arrojar� sobre �l y no sobrio ", Job 27:21 muestra el mismo estilo de representaci�n, al igual que lo siguiente:" Los terrores est�n sobre �l. Sus bienes se desvanecer�n en el d�a de su ira ", Job 20:25 ; Job 20:28 y" Terrores lo alcanzan como las aguas ".

Job 27:20 Se pueden rastrear f�cilmente otras similitudes; y en conjunto parece, con mucho, la mejor explicaci�n de un pasaje por lo dem�s incomprensible suponer que aqu� Zofar se aferra obstinadamente a opiniones a las que los otros dos amigos han renunciado. Job no pudo haber dicho el pasaje, y no hay raz�n para considerarlo como una interpolaci�n de una mano posterior.

Información bibliográfica
Nicoll, William R. "Comentario sobre Job 27". "El Comentario Bíblico del Expositor". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/teb/job-27.html.
 
adsfree-icon
Ads FreeProfile