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Proverbios 10

El Comentario Bíblico del ExpositorEl Comentario Bíblico del Expositor

Versículos 1-32

CAP�TULO 11

PODER

"Los tesoros de la maldad de nada sirven, pero la justicia libra de la muerte". Proverbios 10:2

"Por mucho tiempo, los estadistas han confiado

Sobre flotas y ej�rcitos y riquezas externas;

Pero desde dentro procede la salud de una naci�n ".

-Wordsworth

NING�N sistema moral es completo que no trate con claridad y fuerza el tema de la riqueza. Las posesiones materiales de un individuo o de una naci�n son, en cierto sentido, los requisitos previos de toda vida moral; porque hasta que el ser humano no tenga qu� comer no puede ser virtuoso, ni siquiera puede vivir; hasta que no tenga ropa no podr� ser civilizado; ya menos que tenga una seguridad moderada de lo necesario y un cierto margen de ocio obtenido del trabajo de la vida, no puede vivir bien, y no puede haber desarrollo moral en el pleno sentido de ese t�rmino.

Y as� con una naci�n: debe tener un dominio suficiente de los medios de subsistencia para mantener a un n�mero considerable de personas que no se dedican al trabajo productivo, antes de que pueda avanzar mucho en las cualidades m�s nobles de la vida nacional, el progreso en las artes. , extensi�n del conocimiento y cultivo espiritual. La producci�n de riqueza, por tanto, si no es estrictamente una cuesti�n moral en s� misma, presiona de cerca a todas las dem�s cuestiones morales. La Sabidur�a debe tener algo que decir al respecto, porque sin ella, la Sabidur�a, en un mundo material como el nuestro, no podr�a existir.

Se recurrir� a la sabidur�a para dirigir las energ�as que producen riqueza y para determinar los sentimientos con los que debemos considerar la riqueza que se produce.

Los problemas morales de mayor peso comienzan a surgir cuando se presenta la cuesti�n de la Distribuci�n. Las consideraciones morales est�n en la ra�z de esta cuesti�n; y la Econom�a Pol�tica, en la medida en que intente abordarla al margen de las consideraciones morales, debe ser siempre una ciencia meramente especulativa y no pr�ctica o fruct�fera.

Si la producci�n es en cierto sentido el presupuesto de toda vida moral y espiritual, las concepciones morales no menos ciertamente correctas -�no podemos ni siquiera decir verdaderas condiciones espirituales? - son el medio indispensable para determinar la Distribuci�n. Por una sociedad en la que cada individuo se esfuerza con todas sus fuerzas o astucia para procurarse la mayor parte posible de las acciones comunes, en la que, por lo tanto, las posesiones materiales gravitan en manos de los fuertes y sin escr�pulos, mientras que los d�biles y los los honorables se quedan en la indigencia; una sociedad as�, si alguna vez llegara a existir, ser�a una sociedad desmoralizada.

Tal desmoralizaci�n es siempre probable cuando los medios de producci�n se han mejorado r�pida y enormemente, y cuando la fiebre de conseguir ha dominado el sentido de la rectitud y todos los sentimientos humanos m�s bondadosos. Tal desmoralizaci�n debe evitarse prestando atenci�n a los principios morales permanentes que deben regir la acci�n de los hombres en materia de riqueza, y haciendo cumplir estos principios con una ilustraci�n tan v�vida y una sanci�n tan contundente que sean generalmente aceptados y practicados.

En nuestros d�as, esta cuesti�n de la distribuci�n de la riqueza se encuentra en la primera fila de las cuestiones pr�cticas. Los maestros religiosos deben enfrentarlo, o de lo contrario deben perder su pretensi�n de ser los gu�as e instructores de su generaci�n.

Los socialistas est�n lidiando con esta cuesti�n no del todo con un esp�ritu religioso: han entrado en una brecha que los cristianos han dejado vac�a; han reconocido un gran problema espiritual cuando los cristianos no han visto m�s que un problema material de libras, chelines y peniques, de oferta y demanda, de trabajo y capital. Donde el socialismo adopta el programa de la Revoluci�n, la Sabidur�a no puede ceder en su adhesi�n; sabe demasiado bien que el sufrimiento, la impaciencia y la desesperaci�n son consejeros inseguros, aunque muy pat�ticos: sabe demasiado bien que la agitaci�n social no produce reconstrucci�n social, sino una fatigada consecuencia de nuevas agitaciones; Tambi�n ha aprendido que la sociedad es org�nica y no puede, como Pelops en el mito, lograr el rejuvenecimiento siendo cortada y arrojada al caldero, pero s�lo puede avanzar mediante un crecimiento silencioso y continuo.

Pero todo el socialismo no es revolucionario. Y la Sabidur�a no puede retener su simpat�a y su ayuda donde el socialismo toma la forma de declarar, exponer y hacer cumplir concepciones m�s verdaderas sobre la distribuci�n de la riqueza. Es mediante la lucha en�rgica y seria con el problema moral como se prepara el camino del avance; Por tanto, toda lecci�n s�lida sobre la manera correcta de considerar la riqueza y del uso de la riqueza es un paso en la direcci�n de esa renovaci�n social que todos los hombres serios desean en la actualidad.

El libro de Proverbios presenta una ense�anza muy clara y decisiva sobre esta cuesti�n, y nuestra tarea ahora es ver esta ense�anza, aunque sea dispersa y desconectada, como un todo.

I. Lo primero que debe destacarse en el libro es su franco y pleno reconocimiento de que la riqueza tiene sus ventajas y la pobreza sus desventajas. No hay ning�n intento quijotesco de pasar por alto, como hacen muchos sistemas morales y espirituales, los hechos perfectamente obvios de la vida. La extravagancia y la exageraci�n que llevaron a San Francisco a elegir la Pobreza como su esposa no encuentran m�s sanci�n en esta Sabidur�a Antigua que en la sana ense�anza de Nuestro Se�or y Sus Ap�stoles.

La riqueza del rico es su ciudad fuerte, Proverbios 10:15 , Proverbios 18:11 nos dice, y como un muro alto en su propia imaginaci�n, mientras que la destrucci�n de los pobres es su pobreza. El rico puede rescatarse a s� mismo de la muerte si por casualidad ha ca�do en dificultades, aunque este beneficio se contrarresta en cierta medida con la reflexi�n de que los pobres escapan a las amenazas de tales peligros, ya que ning�n bandido se preocupar�a por atacar a un hombre con un vac�o. bolso y un manto ra�do.

Proverbios 13:8 El rico obtiene muchas ventajas por su poder de hacer regalos; lo lleva ante los grandes hombres, Proverbios 18:16 "le procura amistad universal, tal como es, Proverbios 19:6 , Proverbios 14:20 le permite apaciguar la ira de un adversario, Proverbios 21:14 porque de hecho un El regalo es como una piedra preciosa a los ojos de quien lo tiene, dondequiera que se vuelve, prospera.

La riqueza no solo hace muchos amigos ", sino que tambi�n asegura posiciones de influencia y autoridad sobre los m�s pobres, lo que permite a un hombre sentarse en el Parlamento o ganar el cargo de gobernador de una colonia. Proverbios 22:17 Le da incluso a los algo cuestionables ventaja de poder tratar a los dem�s con brusquedad y altivez.

Por otro lado, el pobre tiene que recurrir a s�plicas. Proverbios 18:23 Su pobreza lo separa de sus vecinos, e incluso incurre en el odio de sus vecinos. Proverbios 14:20 , Proverbios 19:4 No, peor que esto, sus amigos se alejan de �l, sus mismos hermanos lo odian, si los llama, r�pidamente se salen de su alcance; mientras que la necesidad de pedir prestado a hombres m�s ricos lo mantiene en una posici�n de continua servidumbre.

Proverbios 22:7 En verdad, nada puede compensar el carecer de lo necesario para la vida: "Mejor es el poco estimado y siervo suyo, que el que se honra a s� mismo y carece de pan".

Dado que entonces la pobreza es un tema leg�timo de pavor, hay urgentes exhortaciones a la diligencia y al ahorro, muy de acuerdo con la excelente m�xima apost�lica de que si un hombre no trabaja, no comer�; mientras que hay declaraciones contundentes de las cosas que tienden a la pobreza, y de los caminos que resultan en comodidad y riqueza. Por lo tanto, se se�ala c�mo el trabajo flojo y ap�tico conduce a la pobreza, mientras que la industria conduce a la riqueza.

Proverbios 10:4 Se nos recuerda que la negativa obstinada a ser corregido es una fuente fecunda de pobreza, Proverbios 13:18 mientras que la mente humilde y piadosa es recompensada con riquezas, as� como con honor y vida. Proverbios 22:4 En la casa del sabio se encuentran tesoros y todos los suministros necesarios.

Proverbios 21:20 embriaguez y la glotoner�a conducen a la pobreza, y la somnolencia viste al hombre de harapos. Proverbios 23:21 Y hay un hermoso mandato de dedicarse a la vida agr�cola, que es la �nica fuente perenne de riqueza, el �nico fundamento seguro de la prosperidad de un pueblo.

Como si estuvi�ramos en tiempos patriarcales, as� se nos advierte en los �ltimos proverbios de Salom�n: - Proverbios 27:23

"S� diligente en conocer el estado de tus reba�os, y mira bien a tus reba�os; porque las riquezas no son para siempre; �y la corona perdurar� por todas las generaciones? El heno se lleva, y la hierba tierna se muestra, y las hierbas de los montes est�n reunidos. Los corderos son para tu vestido, y las cabras son el precio del campo; y habr� suficiente leche de cabra para tu alimento, para el sustento de tu casa, y sustento para tus doncellas. "

II. Pero ahora, teniendo en cuenta las ventajas de la riqueza, debemos advertir algunos de sus graves inconvenientes. Para empezar, siempre es inseguro. Si un hombre depende de �l, le fallar�; s�lo en su imaginaci�n es una defensa segura. Proverbios 11:28 "�Poner�s tus ojos sobre �l? Se ha ido.

Porque las riquezas ciertamente se hacen alas, como el �guila que vuela hacia el cielo. Proverbios 23:5 margen

Pero adem�s, si la riqueza se ha obtenido de otra manera que no sea mediante un trabajo honesto, es in�til, en todo caso, para el propietario, y de hecho peor que in�til para �l.

Como dice el texto, los tesoros de la maldad de nada sirven. En las ganancias de los imp�os hay problemas. Conseguido en formas ligeras y falaces, el dinero mengua; s�lo cuando se recolecta por mano de obra aumenta realmente. Proverbios 13:11 Cuando se obtiene por medio de la falsedad, por los trucos y tergiversaciones del comercio, por ejemplo, puede compararse con un vapor impulsado de un lado a otro, no, m�s bien con un vapor mef�tico, una exhalaci�n mortal, las trampas de la muerte. .

Lo peor de todo es obtener riqueza mediante la opresi�n de los pobres; el que lo hace, seguramente tendr� escasez como el que da dinero a los que no lo necesitan. Proverbios 22:16 De hecho, nuestro libro contiene el pensamiento sorprendente de que la riqueza mal ganada nunca se acumula para el beneficio del poseedor, sino solo para el beneficio de los justos, y debe ser in�til hasta que llegue a las manos que la utilizar�n. benevolentemente.

Proverbios 13:22 , Proverbios 28:8

Y si bien existen estos serios inconvenientes de las posesiones materiales, se nos pide adem�s que notemos que existe una riqueza de otro tipo, una riqueza que consiste en cualidades morales o espirituales, en comparaci�n con las cuales la riqueza, como se suele entender, es bastante miserable e insatisfactoria. . Cuando se han declarado con franqueza los defectos intr�nsecos de la plata y el oro, este tesoro terrenal se pone, en su conjunto, en comparaci�n con otro tipo de tesoro, y se observa que se vuelve p�lido y oscuro.

As�, "las riquezas no aprovechan en el d�a de la ira, pero la justicia libra de la muerte". Proverbios 11:4 De hecho, es solo la bendici�n del Se�or la que trae riquezas sin inconvenientes. Proverbios 10:22 En la casa del justo hay mucho tesoro.

Proverbios 15:6 Mejor es poco con justicia que gran tesoro sin derecho. Proverbios 16:8 A la luz de estas consideraciones morales, las posiciones relativas de ricos y pobres se invierten; Mejor es ser un pobre honesto que un rico perverso; el peque�o grano de integridad en el coraz�n y la vida pesa m�s que todo el saldo en el banco.

Un poco de sabidur�a, un poco de sano entendimiento o un poco de conocimiento sano es m�s valioso que la riqueza. Cu�nto mejor es adquirir sabidur�a que el oro. S�, para adquirir entendimiento es preferible ser elegido que la plata. Proverbios 16:16 Puede haber oro y abundancia de rub�es, pero los labios del conocimiento son una joya preciosa. Proverbios 20:15

Es m�s, hay algunas cosas aparentemente muy satisfactorias que depreciar�n tanto la riqueza material que, si se ha de hacer una elecci�n, es bueno dejar ir la riqueza y comprar inmunidad contra estos problemas triviales. Mejor es un poco con el temor del Se�or que un gran tesoro y problemas con �l. Mejor es una cena de hierbas donde hay amor que un buey atascado y odio con �l. Proverbios 15:16 Mejor es un bocado seco y su tranquilidad que una casa llena de banquetes con contiendas.

Proverbios 17:1 S�, la buena voluntad y la consideraci�n afectuosa de nuestros semejantes son en general mucho m�s valiosos que una gran ganancia. Es preferible elegir el buen nombre que las grandes riquezas, y el favor amoroso en lugar de la plata y el oro. De hecho, cuando las relaciones entre ricos y pobres se llevan a la presencia de Dios, toda nuestra concepci�n del asunto puede cambiar; observamos a ricos y pobres reunirse, y al Se�or, el hacedor de todos ellos; Proverbios 22:2 observamos que cualquier insulto a los pobres o cualquier opresi�n de ellos es pr�cticamente un reproche contra el Hacedor, Proverbios 14:31 , Proverbios 17:5mientras que cualquier acto de piedad o ternura hacia los necesitados es, en efecto, un servicio prestado a Dios; y cada vez m�s llegamos a sentir que, a pesar de la buena opini�n que el rico tiene de s� mismo, presenta un espect�culo m�s bien lamentable en presencia de los sabios, aunque los sabios sean extremadamente pobres.

Teniendo en cuenta, por tanto, la inseguridad intr�nseca de la riqueza, y las terribles fallas en el t�tulo que pueden resultar de formas cuestionables de obtenerla, y estimando en un valor correcto las otras cosas que generalmente no se contabilizan como riqueza, bondad, piedad, sabidur�a. , conocimiento y amor, podemos comprender perfectamente que los hombres iluminados pueden estar demasiado ocupados en la vida para ganar dinero, demasiado ocupados con prop�sitos graves y absortos en nobles objetivos de b�squeda como para admitir las perturbaciones de Mammon en sus almas.

Haciendo todo lo posible por las incuestionables ventajas de ser rico y los graves inconvenientes de ser pobre, es posible que todav�a veamos razones para no desear mucho la riqueza ni temer mucho la pobreza.

III. Pero ahora llegamos a los consejos positivos que nuestro Maestro dar�a sobre la base de estas consideraciones sobre el dinero y su adquisici�n. Y, en primer lugar, se nos advierte solemnemente contra la fiebre de la obtenci�n de dinero, la pasi�n por enriquecerse, una pasi�n que tiene el efecto m�s desmoralizador sobre sus v�ctimas, y es de hecho un indicio de un car�cter m�s o menos pervertido. El hombre bueno no puede ser pose�do por ella, y si pudiera, pronto se volver�a malo.

Estas graves advertencias de la Sabidur�a son especialmente necesarias en la actualidad en Inglaterra y Estados Unidos, cuando la b�squeda desenfrenada y desenfrenada de las riquezas se ha vuelto cada vez m�s reconocida como el fin leg�timo de la vida, de modo que pocas personas sienten verg�enza al admitir que esto es su objetivo; y las declaraciones claras y desapasionadas del resultado, que siempre sigue a la pasi�n imp�a, reciben la confirmaci�n diaria de las revelaciones ocasionales de nuestra vida dom�stica, comercial y criminal.

El que codicia ganancias, se nos dice, perturba su propia casa. Proverbios 15:27 Una herencia se puede obtener apresuradamente al principio, pero su fin no ser� bendito. Proverbios 20:21 El hombre fiel abundar� en bendiciones, pero el que se apresura a enriquecerse (y por tanto no puede ser fiel) no quedar� sin castigo.

Proverbios 28:20 El que tiene mal de ojo se apresura en pos de las riquezas, y no sabe que le sobrevendr� escasez. Proverbios 28:22 "No te Proverbios 28:22 ", por eso, se dice, "para ser rico"; que, aunque puede ser el dictado de tu propia sabidur�a, Proverbios 23:4 es realmente una locura sin mezcla, cargada con una carga de calamidad para el buscador desafortunado, para su casa y para todos aquellos que de alguna manera dependen de �l.

Una vez m�s, aunque se nos advierte que no apuntemos constantemente al aumento de nuestras posesiones, se nos aconseja que ejerzamos una generosa liberalidad en la disposici�n de las cosas que son nuestras. Curiosamente, la mezquindad al dar se asocia con la pereza en el trabajo, mientras que se da a entender que el deseo de ayudar a los dem�s es un motivo constante para la debida diligencia en los negocios de la vida. �Hay quien codicia todo el d�a, pero el justo da y no retiene.

" Proverbios 21:26 La ley de la naturaleza, la ley de la vida, es dar y no simplemente recibir, y al cumplir esa ley recibimos bendiciones inesperadas:" Hay que esparce y aumenta a�n m�s, y hay que retiene m�s de lo que conviene, y s�lo tiende a querer. El alma generosa ser� engordada; y el que riega, tambi�n �l mismo ser� regado.

" Proverbios 11:24 " El que da al pobre no le faltar�; pero el que esconde sus ojos tendr� muchas maldiciones. " Proverbios 28:27 " El que se compadece de los pobres presta a Jehov�, y su buena obra le pagar� de nuevo.

" Proverbios 19:17 " El que tiene un ojo generoso ser� bendito; porque de su pan da a los pobres ". Proverbios 22:9

Un rechazo tan saludable de la sed de riquezas y un esp�ritu tan generoso en ayudar a los dem�s, naturalmente sugieren al hombre sabio una oraci�n diaria, una petici�n para que pueda evitar los extremos peligrosos y caminar en el medio feliz de las posesiones mundanas: " No me des pobreza ni riquezas; alim�ntame con el alimento que necesito; no sea que me sacie y te niegue, y diga: �Qui�n es el Se�or? .

" Proverbios 30:8 Es una petici�n que no es f�cil de hacer con perfecta sinceridad; no hay muchos que, como el abuelo de Emerson, aventurarse a rezar para que ni ellos ni sus descendientes pueden nunca ser rico, mientras que ha habido no pocos quienes en una "demostraci�n de sabidur�a en la adoraci�n de la voluntad y la humildad y severidad con el cuerpo" han buscado una pobreza innecesaria y malsana.

Pero es una sabia petici�n; encuentra eco en la oraci�n que nuestro Se�or ense�� a sus disc�pulos, y aparece constantemente entretejida en la ense�anza apost�lica. Y si el individuo ha de desear tales cosas para s� mismo, naturalmente debe desear que tal sea la suerte de sus semejantes, y debe hacer que el objetivo de sus esfuerzos despu�s de la reforma social sea aumentar indefinidamente el n�mero de quienes ocupan esta feliz posici�n intermedia, y no tengo ni riquezas ni pobreza.

Y ahora hemos seguido las l�neas de ense�anza contenidas en este libro sobre el tema de la riqueza, y es imposible perder la sabidur�a, la moderaci�n, la inspiraci�n de tales consejos. No podemos dejar de ver que si estos principios fueran reconocidos universalmente y practicados de manera muy general; si estuvieran arraigados en la constituci�n de nuestros hijos, para convertirse en motivos instintivos y gu�as de acci�n; los graves problemas sociales que surgen de la distribuci�n insatisfactoria de la riqueza desaparecer�an r�pidamente.

Feliz ser�a esa sociedad en la que todos los hombres apuntaran, no a la riqueza, sino simplemente a una modesta competencia, temiendo tanto a un extremo como al otro; en el que la producci�n de riqueza estuvo constantemente moderada y controlada por la convicci�n de que la riqueza obtenida por la vanidad es como lazos de la muerte; en el que todos los que hab�an llegado a ser due�os de riquezas estaban dispuestos a dar y gozosos de distribuir, contando con una sabia benevolencia, que al dar a los necesitados realmente presta al Se�or, la mejor inversi�n del mundo.

Si estos principios descuidados hasta ahora se reconocen muy d�bilmente, debemos recordar que nunca se han predicado seriamente. Aunque se ense�aron te�ricamente, y se vivieron en la pr�ctica, en las palabras y la vida de Jesucristo, nunca se han incorporado plenamente al cristianismo. La Iglesia medieval cay� en las peligrosas doctrinas de los ebionitas y glorific� la pobreza en teor�a, mientras que en la pr�ctica se convirti� en un motor de rapacidad sin igual.

El protestantismo en general ha estado demasiado ocupado con el gran principio de la justificaci�n por la fe como para prestar mucha atenci�n a un escrito como la Ep�stola de Santiago, que Lutero describi� como "una carta de paja"; y as�, aunque todos creemos que somos salvos por la fe en Cristo Jes�s, rara vez se nos ocurre que tal fe debe incluir la obediencia m�s exacta y literal a Sus ense�anzas.

Los hombres cristianos sirven sin ruborizarse a Mamm�n y, sin embargo, esperan estar sirviendo a Dios tambi�n, porque creen en Aquel a quien Dios envi�, aunque Aquel a quien Dios envi� declar� expresamente que los dos servicios no pod�an combinarse. Los cristianos hacen el esfuerzo de toda una vida para hacerse ricos, aunque Cristo declar� que era m�s f�cil que un camello entrara por el ojo de una aguja que un rico entrara en el reino de los cielos; y cuando escuchan que Cristo requer�a que un seguidor intencional vendiera todo lo que ten�a y se lo diera a los pobres, lo explican y sostienen que �l no requiere tal sacrificio de ellos, sino que simplemente les pide que crean en la Expiaci�n.

De esta manera, los cristianos han hecho que su religi�n sea incre�ble, e incluso rid�cula, para muchos de los esp�ritus m�s fervientes de nuestro tiempo. Cuando Cristo les sea hecho Sabidur�a as� como Redenci�n, ver�n que los principios de Sabidur�a que conciernen a la riqueza son obligatorios para ellos, simplemente porque profesan creer en Cristo.

Información bibliográfica
Nicoll, William R. "Comentario sobre Proverbs 10". "El Comentario Bíblico del Expositor". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/teb/proverbs-10.html.