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Proverbios 22

El Comentario Bíblico del ExpositorEl Comentario Bíblico del Expositor

Versículos 1-29

CANAL 23

EL TRATAMIENTO DE LOS POBRES

"El rico y el necesitado se re�nen; el Se�or es el hacedor de todos" ( Proverbios 22:2

"El que tiene ojos misericordiosos ser� bienaventurado, porque da de su pan a los pobres". Proverbios 22:9

"El que oprime al pobre, es para su ganancia; el que da a los ricos, es para miseria". Proverbios 22:16

"No robes al pobre porque es pobre, ni oprimas al humilde en la puerta; porque el Se�or defender� su causa y despojar� de la vida a los que los despojan". Proverbios 22:22

Si entendemos y tomamos en serio las lecciones muy notables de este libro sobre el trato a los pobres, ser�a bueno para nosotros observar que hay cuatro palabras en el original hebreo que son traducidas por nuestras palabras en ingl�s "pobre" o "necesitado." Intentaremos discriminar estas palabras y usarlas con m�s exactitud en la presente conferencia, para que no perdamos nada de la ense�anza por la falta de definici�n y oscuridad del lenguaje descuidado.

Primero, hay una palabra ( ld; ) para la cual reservaremos nuestra palabra inglesa "pobre"; significa una persona que es d�bil y poco influyente, pero no necesariamente desamparada o incluso necesitada. Los "pobres" son aquellos que forman la gran mayor�a de todas las sociedades, y a veces se los describe con la palabra "masas". En segundo lugar, hay una palabra ( Vl; ) que puede traducirse como "necesitado". Cubre a aquellos que est�n realmente necesitados, personas que por duelo, enfermedad o calamidad inevitable son incapaces de asegurar la suficiencia de las necesidades de la vida.

En tercer lugar, hay una palabra que quiz�s podamos traducir por "humilde", porque aunque describe m�s literalmente a los afligidos y a los tristes, contiene un indicio de elogio moral que sugiere una transici�n de la idea de simple debilidad e impotencia a esa de paciente y humilde dependencia de Dios. Por �ltimo, hay una palabra que traduciremos como "indigente". Si mantenemos estas nociones - "pobre", "necesitado", "humilde", "indigente" - distintas, y aun as� combinadas, para formar una sola concepci�n, encontraremos que los proverbios que tenemos ante nosotros se refieren a esa gran parte de la humanidad que est� en un sentido mundano y material considerado el menos afortunado; aquellos para quienes es un esfuerzo de toda la vida simplemente vivir; aquellos que no tienen margen de seguridad sobre el cual caer en caso de desastre o enfermedad; los que tienen empleos precarios o trabajos ocasionales; los que pueden mantener la cabeza a flote mediante la diligencia y los esfuerzos incansables, pero pueden hundirse en cualquier momento; aquellos que debido a esta constante presi�n de las necesidades elementales tienen poco tiempo libre para cultivar sus facultades y pocas oportunidades para mantener sus derechos.

Pensemos en la gran clase de personas que en tiempos m�s primitivos son esclavos, que en tiempos feudales son siervos, que en tiempos modernos se llaman proletariado; aquellos en cuyo inter�s no se han enmarcado hasta ahora las leyes de la sociedad, porque hasta hace muy poco no han sido admitidos a una participaci�n sustancial en la labor legislativa; aquellos a quienes siempre les ha resultado especialmente dif�cil asegurar la justicia, porque la justicia es un bien costoso y no tienen medios de sobra, ya que "la destrucci�n de los pobres es precisamente su pobreza".

" Proverbios 10:15 No debemos pensar en los ociosos y los viciosos, que tan a menudo se clasifican entre los pobres, porque ellos, como los pobres, no tienen recursos; debemos excluirlos rigurosamente, porque no est�n en el mente del escritor cuando nos da estos preceptos de oro. Debemos recordar que es parte de nuestro peculiar sistema ingl�s, el resultado de nuestra presumida Ley de Pobres, el desacreditar la misma palabra pobreza, al negarse a discriminar entre los pobres en las escrituras. sentido, que son honorables e incluso nobles, y el mendigo en el sentido moderno, que casi siempre es la escoria de un orden social corrupto, en cuatro de cada cinco casos un borracho, y en el quinto caso el producto de las fallas morales de otra persona. .

Requiere un gran esfuerzo para nosotros ver y darnos cuenta de lo que las Escrituras quieren decir con los pobres. Tenemos que alejarnos de todas las miserables asociaciones de la Casa de los Pobres, la Ley de los Pobres y los Guardianes. Tenemos que traer ante nuestras mentes una clase que en un estado saludable de la sociedad ser�a una peque�a y numerable minor�a, pero en nuestro propio estado malsano de la sociedad hay una gran y casi innumerable mayor�a, no s�lo los indigentes y los realmente innumerables. necesitados, pero todas las personas que no tienen tierra donde vivir, ninguna casa que puedan llamar suya, ning�n fondo de reserva, ninguna posibilidad de un fondo de reserva, contra las inevitables calamidades y oportunidades de vida, las personas que son pisoteadas -que se pisotean -en la carrera de competici�n; todos aquellos, tambi�n, que, seg�n el dogma imp�o del d�a, deben ir al muro porque son d�biles,

Se levantan ante nuestra imaginaci�n los millones de trabajadores de Europa, de Inglaterra, desgastados, p�lidos, abatidos, ap�ticos, resignados o amargados, desesperados y resentidos; no indigentes, aunque incluyen a los indigentes; no necesitados, aunque incluyen a los necesitados; pero pobre, sin fuerza excepto en combinaci�n, y a menudo cuando se combina sin luz o gu�a.

I. Ahora lo primero que debemos observar es que los pobres, en el sentido que hemos tratado de definir, son una preocupaci�n especial para el Se�or. "No robes al pobre", dice el texto, "porque es pobre, ni oprimas al humilde en la puerta, porque el Se�or defender� su causa, y despojar� de la vida a los que los despojan". "No traspases el lindero antiguo, ni entres en la heredad de los hu�rfanos; porque su Redentor es fuerte, �l defender� su causa contra ti.

" Proverbios 23:10 " El Se�or establecer� el t�rmino de la viuda ". Proverbios 15:25 Tan �ntima es la conexi�n entre el Se�or y sus pobres criaturas que" el que oprime al pobre afrenta a su Hacedor, pero el que tiene misericordia de los indigentes honra.

" Proverbios 14:31 " El que se burla del menesteroso afrenta a su Hacedor, y el que se alegra de la desgracia no quedar� sin castigo. " Proverbios 17:5 Por otra parte," El que se apiada del pobre presta a Jehov�, y su buena obra le pagar� otra vez ". Proverbios 19:17

No, por supuesto, que haya alg�n favoritismo con Dios, no que �l tenga inter�s en un hombre debido a sus medios o falta de medios; sino simplemente por Su amplia e integral imparcialidad. "El menesteroso y el opresor se encuentran; el Se�or ilumina los ojos de ambos". Proverbios 19:13 "El rico y el necesitado se re�nen, el Se�or es el Hacedor de todos ellos.

" Proverbios 22:2 Su especial inter�s por los pobres se deba exclusivamente a sus necesidades especiales, desde el grito de silencio que sube a �l, a partir de la apelaci�n a �l como su �nico amigo, salvador y protector: as� como su menor inter�s en el Los ricos surgen de su autosatisfecha independencia de �l, de su confianza apasionada en s� mismos y de su convicci�n de que ya todas las cosas les pertenecen.

Deber�amos cometer un error si supusi�ramos que el Se�or reconoce cualquier distinci�n de clase, o que valora a un hombre porque es pobre, as� como nosotros valoramos a un hombre porque es rico. La verdad, m�s bien, es que �l ignora absolutamente las distinciones de clase, con respecto a la masa mezclada de seres humanos, ricos y pobres, opresores y oprimidos, como en un plano de absoluta igualdad, y luego distingue entre ellos en un principio totalmente diferente, en un principio. moral, un principio espiritual; y, si hay alguna preferencia, es sobre la base de ciertos efectos morales valiosos que a veces produce la pobreza que �l toma a los pobres en su peculiar y tierno cuidado, honr�ndolos con una amistad tan cercana que el servicio a ellos se convierte en servicio a �l.

Sin duda, esta es una buena noticia para las masas. "Eres indistinguible y no te observan" - parece decir la voz de la sabidur�a - "En este mundo, con sus falsas distinciones e ideales pervertidos, te sientes en constante desventaja. Dif�cilmente te atreves a reclamar los derechos de tu hombr�a y tu Este gran personaje, que posee media ciudad, y que extrae todos los d�as tanto dinero no ganado como puede ganar con un trabajo incansable en quince o veinte a�os, parece eclipsarlo y empeque�ecerlo.

Y hay una multitud de personas sencillas, c�modas y resplandecientes que viven en grandes mansiones y se visten con ropas costosas, mientras que usted y su familia viven en un par de habitaciones precarias en un alquiler semanal, y encuentran todo lo que pueden hacer para limpiarse. y ropa digna para tus espaldas. Estas personas adineradas son muy estimadas; usted, hasta donde usted sabe, no est� retenido en ninguno. Sus hechos �nacimientos, matrimonios, muertes� crean un gran revuelo en el mundo; te deslizas hacia el mundo, a trav�s de �l y fuera de �l, sin llamar la atenci�n.

Pero tenga la seguridad de que las cosas tienen una apariencia diferente desde el punto de vista de Dios. Date cuenta de c�mo se te aparecen a �l t� y tus semejantes, y de inmediato recuperas el respeto por ti mismo y mant�n la cabeza erguida en Su presencia como hombre. Esa simple verdad que cant� el campesino de Ayrshire, puede tomarla como la verdad de Dios, como Su revelaci�n; es la forma en que �l piensa habitualmente en ti ".

�C�mo las escamas parecen caerse directamente de los ojos de uno, estamos capacitados para ver a los hombres y las cosas como Dios las ve! El valor sagrado de la humanidad brilla mucho m�s que cualquiera de sus adornos de oropel. Aprendemos a estimarnos correctamente, imperturbables y sin verg�enza por las estimaciones falsas que est�n vigentes en el mundo. Nuestra verdadera distinci�n es que somos hombres, que pertenecemos a una raza que fue hecha a imagen de Dios, fue querida por Su coraz�n y redimida por Su amor.

La igualdad que reclamamos para los hombres no es una nivelaci�n, es todo lo contrario; los est� elevando al nivel m�s alto que han abandonado y olvidado; es ense�ar entonces a vivir como hombres, distinguidos no por sus circunstancias o posesiones accidentales, sino por su hombr�a misma. Es dar a los hombres respeto por s� mismos en lugar de autoestima, ense��ndoles a no jactarse unos contra otros, sino a reclamar su t�tulo alto y honorable, todos y cada uno, como hijos de Dios.

II. Pero ahora se sigue que, si el Se�or mismo se adhiere a la causa de los pobres, e incluso se identifica con ellos, el maltrato de ellos, la injusticia hacia ellos, o incluso un descuido deliberado de ellos y el desprecio de sus intereses, debe ser un problema. pecado y un pecado muy terrible. "El que desprecia a su pr�jimo, peca; pero el que se compadece del humilde, feliz es". Proverbios 14:21 En el Oriente hasta el d�a de hoy, el proverbio, "El que retiene el trigo, el pueblo lo maldecir�, pero la bendici�n ser� sobre la cabeza del que lo venda", tiene todo su significado.

Pero incluso en Occidente, donde el nombre de Cristo lo llevan las naciones, es com�n que uno o dos capitalistas codiciosos y ego�stas formen un "rinc�n" -como lo denomina la jerga comercial de la �poca- en alg�n art�culo. de la industria, es decir , para asegurar toda la materia prima en el mercado y retenerla hasta que se pueda exigir un precio de hambre. Mientras tanto, los molinos est�n inactivos, los telares en silencio, los trabajadores est�n desempleados y sus familias sufren.

Nuestro sentido moral a�n no est� lo suficientemente cultivado para condenar este espantoso ego�smo con la severidad que merece, y para considerar a sus perpetradores como enemigos de la raza humana. "La gente los maldice", eso es todo. Pero como hemos visto que la causa de los asalariados es la causa del Se�or, podemos estar completamente seguros de que Aquel a quien pertenece la venganza ingresa cada acci�n de este tipo en Sus cuentas imborrables, y reserva el castigo inevitable para estas ". opresores de los pobres ".

Hay otro mal de la vida industrial moderna al que se alude en los Proverbios que tenemos ante nosotros. Ninguna opresi�n de los pobres es m�s terrible que la ejercida por los necesitados. El sistema que resulta de una necesidad de este tipo se denomina "sudoraci�n". El contratista hambriento emprende el trabajo al precio m�s bajo posible y asegura su beneficio haciendo que criaturas m�s hambrientas y d�biles que �l mismo hagan el trabajo a un precio m�s bajo de lo posible, literalmente con salarios de hambre. �Qu� fuerza, entonces, para los o�dos modernos hay en el dicho: "Un hombre necesitado que oprime la Puerta es como una lluvia torrencial que no deja pan!"

La supervisi�n divina de estos abusos industriales no es, como a veces suponemos, pretermitida. La sabidur�a, la justicia y el amor llevan las riendas, y aunque la rapacidad y la codicia de los hombres parecen tener una amplia gama, son inevitablemente arrastradas al final, si no en esta vida parcial y pasajera, pero en esa larga Eternidad a trav�s de la cual el Eterno cumplir� sus prop�sitos. Como �l mismo se pone del lado de los pobres y se compadece de ellos, y se vuelve indignado contra sus opresores, se sigue necesariamente que el que aumenta su riqueza mediante la usura y el aumento, la recoge para el que se compadece de los pobres.

De hecho, la naturaleza misericordiosa y misericordiosa tiene todas las fuerzas que gobiernan el universo de su lado, a pesar de las apariencias en contrario: "El hombre misericordioso hace bien a su propia alma, pero el que es cruel perturba su propia carne". Proverbios 11:17

La extra�a paradoja de todo ego�smo es que el hombre ego�sta est� realmente ciego a sus propios intereses verdaderos. Vive para s� mismo de la manera m�s consciente y busca su propio bien, pero el bien que buscaba resulta ser su maldad, y de todos sus innumerables enemigos, finalmente descubre que �l mismo es el peor. El hombre ego�sta siempre est� empezando a desear, mientras que el hombre altruista cuyo pensamiento ha sido para los dem�s est� ricamente provisto.

"El que da al menesteroso no faltar�, pero el que esconde sus ojos tendr� muchas maldiciones". Proverbios 28:27 "Hay quien esparce y aumenta a�n m�s, y hay quien retiene m�s de lo que conviene, pero s�lo tiende a faltar". Proverbios 11:24

"�El que esconde sus ojos, tendr� muchas maldiciones!" S�, nada es m�s sorprendente que esta verdad, que no solo la opresi�n positiva de los pobres, sino la mera indiferencia hacia su estado, el mero descuido de sus sufrimientos, nos envuelve en el pecado. Hay muchos que pueden decir honestamente que no han hecho da�o deliberadamente a sus semejantes y, por ese motivo, se declarar�n inocentes; Pero eso no es suficiente. Somos como miembros unos de otros responsables en cierto grado de todas las injusticias y crueldades que se practican en la sociedad a la que pertenecemos.

Si obtenemos un ingreso del dinero invertido, somos responsables de las crueles exacciones del trabajo excesivo, del despiadado desprecio de la vida y las extremidades, y del constante pago insuficiente de los trabajadores, lo que hace que los dividendos sean tan principescos. Es m�s, cuando compramos y usamos los productos baratos, que son baratos porque han sido fabricados a costa de la salud, la felicidad y la vida de nuestros hermanos y hermanas, su sangre est� sobre nuestras cabezas, aunque optemos por olvidarlo.

Porque escuche: "Quien tapona los o�dos al clamor de los pobres", quien trata de ignorar que hay una cuesti�n laboral, y que el clamor por salarios m�s altos o incluso regulares, y por hogares tolerables y condiciones de trabajo saludables, es un La realidad, y en forma de sindicatos, o huelgas, o gemidos de desesperaci�n, se dirige a todos nosotros: "llorar� y no ser� escuchado". Proverbios 21:13 Tal es la inexorable ley de Dios.

Y de nuevo: "Libra a los que son llevados a la muerte", a los que est�n sacrificando la dulzura de la vida, la savia de los huesos, la salud de la m�dula, a las despiadadas exigencias de la m�quina industrial; "y aquellos que se tambalean hacia el matadero ver�n que te reprimes", sin dejarlos " dree su propia tristeza extra�a " , indefensos y desatendidos. "Si dices: He aqu�, no conocimos a este hombre", �c�mo podr�amos conocer a todas las masas trabajadoras de la ciudad por cuyo trabajo viv�amos y nos manten�amos en la comodidad? "�No lo considera el que pesa los corazones? y el que guarda tu alma, �no lo sabe, y no pagar� a cada uno seg�n su obra? " Proverbios 24:11Es decir, si suplicamos: "�Cu�ndo te vimos con hambre, o sed, o enfermo y en la c�rcel, y no vinimos a ti?" Nuestro Se�or dir�: "Si no lo hicisteis a uno de estos m�s peque�os, a m� no lo hicisteis". Y "iremos" al castigo eterno, mientras que los justos van a la vida eterna.

III. Pues de toda la consideraci�n de este tema se desprende que quienes hacen de su vida un ministerio a los pobres obtienen una bendici�n, s�, la �nica bendici�n verdadera y permanente que la vida es capaz de producir. "El que tiene ojos misericordiosos ser� bienaventurado, porque de su pan da a los pobres". Proverbios 22:9 La forma misma del dicho es significativa.

�No implica: "Es obvio que dar nuestro pan a los pobres es una bendici�n para nosotros, tan obvio que solo hay que decirlo para ser admitido, y por lo tanto, como el ojo generoso, la observaci�n filantr�pica, la disposici�n ver el sufrimiento y buscar a los que sufren, lleva necesariamente a esta generosa distribuci�n, debe ser una bendici�n para quien la posee "? De hecho, esta es una verdadera prueba de justicia, como ense�a el Se�or en la par�bola que acabamos de citar.

Es "el justo el que conoce la causa de los pobres, mientras que el imp�o entiende no saberlo". Proverbios 29:7 Una religi�n que no toma conocimiento de las masas es una religi�n falsa; una Iglesia y un Ministerio que "entienden no saber" la condici�n del pueblo y las necesidades de los pobres no son la Iglesia de Cristo y el Ministerio de Cristo, sino flagrantemente ap�statas; y nada es m�s claro que esto: que de tal Iglesia y Ministerio �l no aceptar� ninguna ortodoxia de creencia o defensa valiente del credo en lugar de la obediencia a todos Sus mandamientos claros e inconfundibles.

Si miramos a los gobiernos, la prueba es pr�cticamente la misma. "El rey que juzga fielmente a los pobres, su trono ser� establecido para siempre". Y es porque el Rey Mesi�nico, el �nico de todos los soberanos y gobiernos, comprende y mantiene correcta y plenamente la causa de los pobres, que �l solo de los soberanos ser� establecido para siempre, y el aumento de Su gobierno no tendr� fin. .

Y por el flagrante descuido de esta cuesti�n vital por parte de todas las personas y asambleas gobernantes, ese Rey pedir� cuentas a los magnates pomposos y verbosos que han llevado la espada en vano, considerando todos los intereses antes que los de los pobres, a quienes fueron nombrados especialmente para juzgar; y de los necesitados, a cuyo socorro estaban especialmente obligados a correr. Y lo que vale en el estado vale para la familia.

La mujer virtuosa y cabeza de familia �aquella a quien Dios puede aprobar y acoger en moradas eternas� enf�ticamente no es la que siempre est� luchando por el engrandecimiento social, siempre buscando para sus hijos asentamientos ricos y honores espurios; pero es una que "extiende su mano al pobre, s�, extiende sus manos al menesteroso". Proverbios 31:20 Bien, intentemos adoptar el punto de vista de Dios sobre esta cuesti�n, para comprender qu� quiere decir con los pobres, c�mo los considera y c�mo espera que los tratemos.

Porque esto, si no es el secreto y el centro de toda verdadera vida religiosa, es al menos la prueba infalible de si nuestra vida religiosa es verdadera o no. Por nuestro trato a Sus pobres, el Hijo del Hombre, que ha de juzgar al mundo, declara que seremos juzgados. "Por eso seremos condenados o por eso seremos absueltos".

Información bibliográfica
Nicoll, William R. "Comentario sobre Proverbs 22". "El Comentario Bíblico del Expositor". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/teb/proverbs-22.html.