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Proverbios 31

El Comentario Bíblico del ExpositorEl Comentario Bíblico del Expositor

Versículos 1-31

Capitulo 32

UNA BUENA MUJER

"Oh corazones de mujer, que guardan los d�as de anta�o

En la memoria viva, �puedes retroceder?

�Cuando Cristo llama? �Le faltar� al Maestro celestial

El amor que sirve, �cu�l es el oro fino de tu vida? "

"�Olvidas la mano que coloc� la corona

De feliz libertad en la cabeza de la mujer

Y la tom� de entre los moribundos y los muertos,

�Levantar el alma herida pisoteada durante mucho tiempo? "

"�Olvidas qui�n pidi� el descanso de la ma�ana,

�Y rompi� las cadenas de los a�os de hierro?

El Salvador pide servicio de sus miedos

Lev�ntate ce�ido de fe y trabaja por Su amor. "

"Y tocar� con fuego los labios temblorosos,

�Apresur�monos, no sea que lleguemos demasiado tarde!

Y todo funcionar�; si algunos deben pararse y esperar

Sea de ellos esa oraci�n de lucha que no se cansar� ".

-RO

EL �ltimo cap�tulo del libro de Proverbios consta de dos composiciones distintas, y la �nica conexi�n entre ellas se encuentra en su fecha. Las palabras del rey Lemuel, "un dicho que le ense�� su madre", Proverbios 31:1 y la descripci�n de una buena mujer, Proverbios 31:10 deben referirse a una �poca muy tard�a de la literatura hebrea.

El primero contiene varias palabras y expresiones arameas que lo relacionan con el per�odo del exilio; y este �ltimo es un acr�stico alfab�tico, es decir , los versos comienzan con las letras sucesivas del alfabeto; y este modo artificial de composici�n, que aparece tambi�n en algunos de los Salmos, es suficiente por s� mismo para indicar el �ltimo per�odo de la literatura, cuando los m�todos rab�nicos empezaron a utilizarse.

Sobre las palabras de Lemuel, de quien se puede observar que no sabemos nada en absoluto, se ha dicho bastante en conferencias anteriores. Aqu� solo necesitamos notar que la influencia de la madre en la educaci�n de su hijo, aunque ese hijo sea un rey, llega muy adecuadamente como la introducci�n a la hermosa descripci�n de la buena mujer con la que se cierra el cap�tulo. Se dice que la madre de Jorge III lo cri� con la amonestaci�n constantemente repetida: "Jorge, s� rey", y que a esta formaci�n temprana se debi� esa noci�n exaltada de la prerrogativa y esa afirmaci�n obstinada de su voluntad que ocasion� las calamidades de su reinado.

Los reyes por lo general han estado m�s dispuestos a asimilar esas lecciones que la ense�anza moral de sus madres; pero cualquiera que sea el resultado real, todos sentimos que una mujer nunca est� m�s noblemente ocupada que advertir a su hijo contra las seducciones del placer y darle un alto sentido del deber. Es de los labios de una madre que todos deber�amos aprender a abrazar la causa de los desamparados y los miserables, y a tener un coraz�n abierto por los pobres y necesitados.

Proverbios 31:8 Pero ahora, antes de pasar a examinar en detalle el poema de la mujer virtuosa, recordemos brevemente lo que el libro hasta ahora nos ha ense�ado sobre el tema de la feminidad. Comenz� con advertencias solemnes y repetidas contra la "mujer extra�a", y los ecos de ese tema l�gubre nos han acompa�ado en todo momento: la mujer extra�a es un foso profundo, un pozo estrecho; el que es aborrecido del Se�or caer� en ella.

Proverbios 22:14 , Proverbios 23:27 E incluso cuando la naturaleza de la mujer no est� corrompida por la impureza, se nos recuerda varias veces c�mo �l puede destruir la paz de la vida del hombre por ciertas faltas de temperamento. Si ella es contenciosa e irritada, puede hacer que la casa sea completamente insoportable; Mejor ser� vivir en un rinc�n del terrado o en una tierra des�rtica, expuesta al continuo aguacero de las lluvias oto�ales, que ser asaltado por su lengua.

Proverbios 19:13 , Proverbios 21:9 , Proverbios 25:24 , Proverbios 21:19 , Proverbios 27:15 El intento de refrenarla es como intentar agarrar el viento o agarrar un objeto manchado de aceite.

Proverbios 27:16 Tambi�n se nos recuerda cu�n incongruentemente a veces se combina la gran belleza de la persona con defectos internos. "Como joya de oro en el hocico de un cerdo, as� es la bella mujer sin discreci�n". Proverbios 11:22 Pero debemos entender claramente que estas severas restricciones sobre la mujer corrupta y la mujer imperfecta son solo algunos testigos de su valor e importancia.

El lugar que ocupa en la vida es tan supremo que si falla en su deber, la vida humana en su conjunto es un fracaso. En sus manos est�n los problemas de la vida de la humanidad. "La sabidur�a de la mujer edifica su casa, y la insensatez de la mujer la derriba con sus manos". Proverbios 14:1 Lo que son los hogares de una naci�n, la naci�n es; y es una funci�n elevada y hermosa de la mujer hacer los hogares, y dentro de su poder reside la terrible capacidad de estropearlos.

Ella, mucho m�s que el rey, es la fuente del honor. Proverbios 11:16 El honor que ella da y el honor que ordena decidir� todo el tono de la sociedad. Pura, verdadera y fuerte, hace que los hombres adoren la pureza, la verdad y la fuerza. Corrupta, falsa y vanidosa, arruina y destruye el ideal del hombre, rebaja todas sus aspiraciones, excita sus malas pasiones a un frenes� de iniquidad, degrada su alma a un nivel por debajo de los brutos.

La condici�n de la mujer es la piedra de toque de una sociedad civilizada. Una vez m�s, hay un sentido en el que la mujer es una int�rprete y reveladora de Dios a la raza humana. Tiene intuiciones religiosas y susceptibilidades espirituales en las que el otro sexo suele ser deficiente. La mayor�a de los sistemas religiosos en la historia del mundo la han pasado por alto y han sufrido en consecuencia. La religi�n de Jesucristo la reconoci�, reclam� para ella el lugar que le correspond�a, y hasta el d�a de hoy hace gran parte de su mejor trabajo en el mundo a trav�s de su misericordioso ministerio, a trav�s de su fe incuestionable, a trav�s de su amor insaciable.

Como presagio de este significado religioso que Cristo iba a dar a la mujer, los Proverbios reconocen la hermosa relaci�n directa entre Dios y la posesi�n de una buena esposa. "El que halla esposa halla el bien y alcanza el favor del Se�or". Proverbios 18:22 riqueza, como se entiende com�nmente, es de la tierra, puede derivarse de los antepasados ??por herencia, o puede ganarse con el trabajo de la mano y el cerebro, pero toda esposa digna de ese nombre est� muy por encima de toda riqueza: no se puede ganar ni heredar; ella viene, como vino la madre de la humanidad, directamente de la mano del Se�or.

El lazo matrimonial es un pensamiento del coraz�n de Dios. �l mismo ha dispuesto la exquisita combinaci�n de vida con vida y esp�ritu con esp�ritu; Ha adaptado al hombre a la mujer y la mujer al hombre, de modo que el hombre perfecto no es el hombre solo, la mujer perfecta no es la mujer sola, sino el hombre y la mujer una sola carne, unidos m�sticamente, la plenitud el uno del otro; no dos, sino un solo todo.

Ahora podemos examinar en detalle esta descripci�n relacionada de la mujer virtuosa, cuyo valor no puede medirse por la riqueza material, y que, sin embargo, desde un punto de vista meramente material, es una fuente de riqueza para aquellos que tienen la suerte de llamar ella es de ellos.

Ella es una esposa. La concepci�n moderna de una mujer como una persona independiente, sola, dedicada a su propio negocio o profesi�n, y completa en su vida aislada, no debe buscarse en el libro de Proverbios. Es la creaci�n de circunstancias accidentales. Por muy necesario que sea en un pa�s donde las mujeres superan en gran medida a los hombres, no puede considerarse definitivo o satisfactorio.

Al principio no fue as�, ni al final lo ser�. Si los hombres y las mujeres han de permanecer en la fuerza y ??desarrollar los m�ltiples aspectos de su naturaleza, deben estar unidos. No es bueno que el hombre est� solo; ni es bueno que la mujer est� sola. Hay algunos pasajes en el Nuevo Testamento que parecen invalidar esta verdad. Los defensores del celibato apelan al ejemplo de Cristo y a las palabras expresas de S.

Paul. Pero el Nuevo Testamento, como nuestro Se�or mismo declara expresamente, no abroga la ley eterna que exist�a desde el principio. Y si �l mismo se abstuvo del matrimonio, y si San Pablo parece aprobar tal abstenci�n, debemos buscar la explicaci�n en ciertas circunstancias excepcionales y temporales; porque es precisamente a Cristo mismo en el primer caso, ya Su gran Ap�stol en el segundo, a quienes debemos nuestras m�s elevadas y grandiosas concepciones del matrimonio.

No hab�a lugar para un matrimonio personal en la vida de Aquel que iba a ser el Novio de Su Iglesia; y San Pablo claramente implica que los apuros y angustias apremiantes de su propia vida, y las constantes fatigas que se requer�an del Ap�stol Gentil, formaron la raz�n por la que era mejor para �l, y para quienes como �l, permanecer solteros.

En cualquier caso, la mujer virtuosa de los Proverbios es una esposa: y lo primero que hay que observar es el papel que desempe�a en relaci�n con su marido. Ella es su apoyo y confianza: "El coraz�n de su marido est� en ella". Ella es su confidente y consejera natural; su consejo es m�s valioso que el de gente mucho m�s inteligente, porque es absolutamente desinteresado; los corazones est�n en un contacto tan vital que las comunicaciones meramente intelectuales tienen una cualidad propia.

A menudo se puede observar en un matrimonio ideal, aunque el esposo parece ser el m�s fuerte y el m�s autosuficiente, la esposa es realmente el pilar de la fuerza; si la muerte la arrebata, �l se sentir� desamparado, desamparado e indefenso; el trabajo gradual de los a�os le ha llevado a depender cada vez m�s de ella, a extraer de ella sus mejores inspiraciones ya volver instintivamente a ella en busca de consejo y direcci�n.

"Ella le hace bien, y no mal, todos los d�as de su vida". Proverbios 31:12No es solo cuando ella llega como una joven esposa a su casa, radiante de juventud, rodeada por el glamour del amor temprano, sino que, es cierto, el pensamiento de ella pone nerviosos sus esfuerzos y acelera sus pasos ansiosos mientras se vuelve a casa. por la noche, -no es s�lo mientras duren sus nuevos encantos, y su belleza femenina act�a como un hechizo sobre �l, mientras que el deseo de retener su amor disciplina y fortalece todo lo bueno de su car�cter; pero hasta el final de su vida, cuando ha envejecido, cuando el cabello dorado es gris, las mejillas florecidas est�n arrugadas y la forma erguida est� doblada, cuando otras personas no ven nada hermoso en ella excepto la belleza de vejez y decadencia, ve en ella a la dulce novia de a�os anteriores, para �l los ojos parecen inmutables y la voz lo estremece con recuerdos felices; todav�a le sirve y le hace bien; no ahora con la r�pida presteza del pie y el h�bil movimiento de la mano, sino con el coraz�n querido y leal, con el amor que los a�os han suavizado y la confianza que las cambiantes circunstancias de la vida han probado y confirmado.

Es este n�cleo fuerte y dulce de la vida en el hogar lo que le da al hombre dignidad y honor en p�blico. Ella es una corona para su esposo. Proverbios 12:4 Su influencia en la vida de su ciudad o de su pa�s no siempre se remonta directamente a su verdadera fuente. Pero es el noble dominio de esa mujer sobre �l, es el constante est�mulo y castigo de su amor, lo que le da la voz de peso y la autoridad grave en los consejos de la naci�n.

"Su marido es conocido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra". Proverbios 31:23 �l s�lo puede devolverle una pobre recompensa por toda su ayuda tranquila, discreta y abnegada, a�o tras a�o y hasta el final, pero al menos puede pagarle con creciente reverencia y lealtad; puede decirle, por as� decirlo, con los labios apasionados de un amante, lo que le debe; cuando sus hijos se levantan y la llaman bienaventurada, �l puede alabarla diciendo: "Muchas hijas han obrado virtuosamente, pero t� las superas a todas.

" Proverbios 31:29 En efecto ser� su creciente convicci�n de que todas las hijas de la mujer no hay ninguno igual a su esposa. Sus encantos han crecido sobre �l, su personaje tiene. Madurado ante sus ojos, su amor se ha vuelto m�s fuerte a la vez y m�s precioso cada a�o, no es un halago, ning�n cumplido ocioso de los d�as de cortejo, ninguna palabra suave para ganarse el coraz�n t�mido de la doncella, sino que es su propio sentimiento profundo y sincero; se dice a ella que es su y ha sido suya durante a�os, y en cuya posesi�n segura encuentra su mayor paz: "No cuestiono que otras mujeres sean buenas y verdaderas, pero estoy seguro de que t� eres mejor que todas". Y as� es. Toda verdadera esposa es la mejor esposa.

El siguiente punto de la mujer virtuosa que atrae nuestra atenci�n es su incansable industria. Su marido "no carecer� de ganancias". Proverbios 31:11 Adem�s de todos esos tesoros de amor mutuo y conversaci�n espiritual, todos esos invaluables servicios de consejo y gu�a, de cr�tica y aliento, ella es una fuente positiva de riqueza para �l.

Ella es la administradora de la casa. Si gana el pan en primera instancia, es en sus manos donde parece multiplicarse milagrosamente. Si �l trae a casa el dinero que es suficiente para sus necesidades, es ella quien convierte la plata en oro y hace que los medios modestos parezcan grandes riquezas. El hecho es que sus manos siempre est�n ocupadas. El huso, la rueca, el telar, est�n a su alcance y se mueven constantemente.

Mientras ella desenreda los nudosos cuidados de su esposo por la noche con su charla alegre y alegre, mientras lo alienta en todos sus planes y lo anima en todos sus deberes, sus ocupados dedos est�n confeccionando ropa para los ni�os, reparando, adaptando, mejorando. , o bien est�n construyendo h�bilmente adornos y adornos para el hogar, convirtiendo la habitaci�n pobre en un palacio, haciendo que las paredes brillen de belleza y los corazones de todos se r�an de alegr�a.

Hay algo bastante m�gico e impresionante en la econom�a de la mujer: "Es como los barcos mercantes; trae su comida de lejos". Proverbios 31:14 Nadie sabe c�mo se hace. La mesa est� bien distribuida, la comida se sirve delicadamente, con medios infinitesimales. Ella descubre por las intuiciones r�pidas del amor c�mo conseguir las cosas que gustan a los seres queridos, y por muchos peque�os sacrificios sin ser percibidos produce efectos que los asustan a todos.

Ella tiene un secreto de hacer y conseguir que nadie conoce m�s que ella. Los primeros transe�ntes han visto una luz en la casa mucho antes de que amanezca; ha estado preparando el desayuno para la casa y planificando el trabajo para todos, para que no se desperdicien horas y nadie de la familia est� ocioso. Proverbios 31:15 Sus econom�as ilimitadas producen resultados asombrosos.

Una ma�ana tiene que anunciar al marido y a los ni�os que ha conseguido reunir una peque�a suma para comprar la propiedad absoluta de su casa y su jard�n. Proverbios 31:16 Su marido exclama: �C�mo se ha hecho? �De d�nde ha salido el dinero de nuestros escasos ingresos? Ella sonr�e significativamente y no lo dice; pero las l�grimas le humedecen los ojos cuando la mira a la cara y lee la historia de abnegaciones, gestiones y fatigas que han desencadenado esta sorpresa. Y los ni�os miran hacia arriba con una sensaci�n de asombro y asombro. Sienten que hay algo de sobrenatural en la madre; y quiz�s tengan raz�n.

Tiene toda la delicadeza e incluso la debilidad de una mujer, pero la vida de constante actividad y alegre trabajo preserva su salud y aumenta su fuerza. Las mujeres ociosas, que holgazanean sus d�as murmurando constantemente sobre sus dolencias, hablan con desprecio de ella: "Tiene la fuerza de un caballo", dicen, "y puede soportar cualquier cosa". No saben, no quieren saber, que ella es la autora de su propia fuerza.

Es su propia voluntad indomable, su propio coraz�n amoroso, que ci�e sus lomos de fuerza y ??fortalece sus brazos. Proverbios 31:17 Hay otros que la critican por diferentes motivos; no comprenden c�mo alguien con los ingresos de su marido puede mantener un hogar tan c�modo o vestir a sus hijos como ella.

Esos cojines de tapiz, esa ropa de lino fino y p�rpura, son una ofensa para sus cr�ticos. "Estoy seguro de que no s� c�mo lo hace", dice uno, dando a entender que hay algo bastante extra�o y vergonzoso en ello. "Trabaja como una esclava", dice otro, con el tono de desprecio que uno emplear�a con una esclava. Pero �sa es la verdad: "Se da cuenta de que su negocio es provechoso; su l�mpara no se apaga de noche".

" Proverbios 31:18 Ella es de hecho infatigable. Ella en realidad hace que los vestidos que ella puede vender, fajas para el comerciante Proverbios 31:24 , adem�s de buen aspecto a los caminos de su casa. Ciertamente ella no come el pan de balde. Proverbios 31:27

Sin embargo, puede soportar muy f�cilmente las cr�ticas desde�osas de los dem�s. Los resultados pr�cticos de su vida son lo suficientemente satisfactorios como para hacerla un poco independiente. Se ha asegurado a s� misma y a su familia contra las contingencias que acosan a otras amas de casa. La llegada del invierno no la alarma: todos los ni�os y sirvientes son c�lidos y suficientemente. Proverbios 31:21 El futuro incierto no tiene terrores para ella: ha hecho amplias provisiones para �l y puede considerar las oportunidades desconocidas con una sonrisa de confianza.

Proverbios 31:25 Y de hecho, cualquier cosa que los detractores digan a sus espaldas, no es f�cil para nadie decir algo severo en su presencia. Porque los mismos caminos amorosos, fervorosos y diligentes que han hecho que su casa sea c�moda y segura, la han vestido con ropas mejores que el escarlata y el lino. "La fuerza y ??la dignidad son su vestimenta", t�nicas tan graciosas y hermosas que las cr�ticas se silencian en su presencia, mientras que los corazones de todas las personas buenas y honestas se acercan a ella.

Pero aqu� hay otra caracter�stica de la mujer virtuosa. Econom�a y generosidad van de la mano. Los h�gados frugales y los que trabajan duro son siempre los mayores donantes. Esta mujer, cuyo trabajo a altas horas de la noche y temprano en la ma�ana ha enriquecido y bendecido a los suyos, est� lista para ayudar a los menos afortunados. "Extiende su mano al pobre, s�, extiende sus manos al menesteroso". Proverbios 31:20 La mayor�a de las mujeres sienten l�stima por naturaleza y Proverbios 31:20 el sufrimiento; pero mientras las mujeres ociosas y autoindulgentes tratan de evitar la visi�n dolorosa y convierten su flujo de compasi�n en los canales del sentimentalismo ins�pido, la buena mujer entrena su sentido de la compasi�n entrando en contacto con quienes la merecen, y s�lo busca evite la visi�n del sufrimiento tratando en todas partes y siempre de aliviarlo.

Entre todos los oficios nobles y cristianos de la mujer, �ste es el que la conecta m�s notablemente con la vida humana de nuestro Se�or. Su funci�n es excitar y apreciar la calidad de la compasi�n en el coraz�n humano, y con su habilidad entrenada y tacto intuitivo hacer que el ministerio de la comunidad hacia los pobres sea verdaderamente caritativo en lugar de peligrosamente desmoralizador. El hombre tiende a aliviar al pobre con las leyes de la econom�a pol�tica, sin emoci�n y con mesura: hace una Ley del Pobre que produce el mal que pretende aliviar; degrada la hermosa palabra Caridad en una insignia de verg�enza y un insulto lascivo a la humanidad.

Es la mujer que "extiende su palma y extiende su mano" a los pobres, poniendo su coraz�n en el trabajo, dando, no cantidades de dinero, sino la ayuda del amor de una hermana, la ternura de la solicitud de una madre, el despertar. toque del cuidado de una hija. Y la mano que as� se tiende al pobre es precisamente la mano que se ha puesto sobre la rueca y el huso; no la mano perezosa o la mano in�til, sino la mano �gil para el trabajo, diestra con habilidad adquirida.

Hay dos reflexiones que se nos deben haber ocurrido al seguir esta descripci�n de la buena mujer. Su retrato ha aparecido ante nuestros ojos y preguntamos: �Es hermosa? Hemos observado sus actividades, su modo y su resultado, y nos preguntamos si es religiosa. "El favor es enga�oso y la belleza es vana, pero la mujer que teme al Se�or, ser� alabada". Proverbios 31:30 Parece claro que esta mujer tiene una belleza propia, y que teme al Se�or es una inferencia justa.

Es in�til declamar contra los encantos de la belleza personal; podemos llamarlo enga�oso y vano, pero no dejar� de ser atractivo. Los hombres no ser�n razonados ni ridiculizados por ese homenaje instintivo que rinden a un rostro hermoso; la brujer�a de los ojos brillantes y las miradas arqueadas, el encanto de los contornos dulces y los matices delicados, perdurar�n, podemos suponer, mientras duren el sol y la luna; y �por qu� deshonrar a Dios suponiendo que �l no hizo la belleza que atrae y la atracci�n que excita la belleza? Pero no es imposible abrir los ojos de los hombres a la belleza de un tipo menos pasajero y m�s satisfactorio que reside en el car�cter y la conducta de las mujeres.

Si las madres acostumbran a sus hijos a ver esos atractivos preciosos que aseguran permanentemente el afecto y la devoci�n de un marido, los j�venes no se contentar�n con las bellezas superficiales y los encantos que se desvanecen en las mujeres que elijan.

�Y no es la belleza de la mujer tanta belleza como la que hemos estado contemplando el resultado de temer al Se�or? �Es posible, aparte de una fe viva en un Dios vivo, mantener esa amabilidad conyugal, ese amor abnegado y diligente, ese desbordamiento de piedad por los pobres y necesitados, que constituyen la gracia y la hermosura de car�cter? �Alguien ha logrado siquiera representar a una mujer imaginaria desprovista de religi�n y, sin embargo, completa y hermosa? Ya hemos notado cu�n adecuada es la naturaleza de la mujer para recibir impresiones religiosas y comunicar influencias religiosas; Ahora podemos notar, al concluir, que esta misma caracter�stica hace que una mujer sin Dios sea a�n m�s imperfecta e insatisfactoria que un hombre sin Dios.

Est� naturalmente inclinada a aferrarse a una persona en lugar de a una idea, a seguir a una persona en lugar de una teor�a. La �nica Persona a la que puede aferrarse con resultados absolutamente buenos y sagrados es Dios; la �nica Persona a la que puede seguir y ministrar sin detrimento de su feminidad y con ganancia para su esp�ritu es Cristo. Una mujer imp�a hace un doloroso naufragio en la vida, ya sea que se vuelva sensual y depravada, ambiciosa y dominante, amarga y c�nica, o vanidosa y convencional. En su ruina siempre hay un poder como de un �ngel ca�do, y ella puede arrastrar a otros con ella en su ca�da.

Si un hombre es sabio al elegir una esposa, lo primero que exigir� es que ella sea una que tema al Se�or, una que pueda guiarlo y ayudarlo en lo que es su vida m�s verdadera, y para mantener para �l una relaci�n salv�fica con el mundo de las realidades espirituales. Puede estar seguro de que en su amor a Dios �l tiene la mejor garant�a de su amor por �l, y que si ella no teme y ama a Dios, la principal sanci�n para la felicidad conyugal ser� deficiente.

Finalmente, donde la mujer que ha sido descrita se encuentra realmente en la vida real es para nosotros reconocerla y recompensarla. Que la sociedad se fije en ella: "Dadle del fruto de sus manos, y sus obras la alaben en las puertas". El gran historiador griego dijo que el mayor elogio de la mujer consist�a en no ser mencionada en absoluto. Esa no es la ense�anza del Apocalipsis. El mejor trabajo de la mujer se hace a menudo en silencio y sin observaci�n, pero su mayor elogio es cuando las semillas sembradas en silencio se han convertido en flores de belleza y frutos dulces al paladar, y toda la comunidad se ve obligada a rendirle el honor que Es su deber, exaltando, con sincera admiraci�n y con profundo agradecimiento a Dios, Esposa, Madre, Ministradora de los Pobres.

Información bibliográfica
Nicoll, William R. "Comentario sobre Proverbs 31". "El Comentario Bíblico del Expositor". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/teb/proverbs-31.html.