Bible Commentaries
Salmos 20

El Comentario Bíblico del ExpositorEl Comentario Bíblico del Expositor

Versículos 1-9

Salmo 20:1

ESTA es una canci�n de batalla seguida de un canto de victoria. Est�n conectados en el tema y probablemente en la ocasi�n, pero la lucha y el triunfo se nos han borrado, aunque todav�a podemos sentir cu�n ardientemente resplandeci� el fuego. La pasi�n de la lealtad y el amor por el rey, expresada en estos salmos, no encaja tan bien con el reinado de Jud� como el brillante mediod�a de David, cuando "todo lo que hac�a el rey agradaba a todo el pueblo".

"Cheyne, de hecho, los llevar�a al per�odo macabeo, y sugiere a Sim�n Maccabaeus como el gobernante al que se refiere. Tiene que presionar un poco al" rey "para que lo contraiga para que se ajuste al hombre de su elecci�n, y apela a el "buen viejo sentido sem�tico" de "c�nsul". Pero, �no habr�a sido m�s satisfactorio una apelaci�n al uso del hebreo? Si "rey" significa "rey", grande o peque�o, el salmo no es post-ex�lico, y la fecha dav�dica No parecer� imposible No parece imposible que un poeta-rey haya compuesto un himno nacional rezando por su propia victoria, que fue tambi�n la de la naci�n.

El salmo tiene huellas de la alternancia de coro y solo. La naci�n o el ej�rcito primero derrama su oraci�n unida por el vencedor en Salmo 20:1 , y es sucedida por una sola voz (posiblemente la del sacerdote oficiante o el rey mismo) en Salmo 20:6 , expresando confianza en que la oraci�n Se responde, que, de nuevo, es seguido por el coro final de muchas voces que palpitan con la seguridad de la victoria antes de que se d� un golpe, y env�an un grito m�s prolongado a Dios antes de que se libere la batalla.

La oraci�n de Salmo 20:1 respira desconfianza en uno mismo y confianza en Jehov�, el temperamento que trae la victoria, no solo a Israel, sino a todos los que luchan por Dios. Aqu� no hay jactancia de victorias anteriores, ni de la valent�a y la fuerza del hombre, ni de la habilidad de un capit�n. Se invoca un nombre. Solo ella despierta el coraje y promete el triunfo.

"El nombre del Dios de Jacob te puso en alto". Ese nombre casi se considera una persona, como suele ser el caso. Se le atribuyen atributos y actos que pertenecen propiamente al Innombrable al que nombra, como si tuviese alg�n indicio de que el agente que revela a una persona debe ser una persona. El nombre es el car�cter revelado, que se considera que tiene existencia en alg�n sentido aparte de Aquel cuyo car�cter es.

Posiblemente hay una referencia a G�nesis 35:3 , donde Jacob habla del "Dios que me respondi� en el d�a de mi angustia". Ese antiguo ejemplo de Su poder para escuchar y ayudar puede haber flotado ante la mente del cantante como una fe alentadora para este d�a de batalla. "Ponerse en alto" es una figura natural familiar para la liberaci�n.

El santuario terrenal es el trono de Jehov�; y de all� tiene que venir toda ayuda real, de la cual la ayuda para su morada all� es una prenda. Entonces, en estos dos vers�culos, la extrema necesidad, la historia de la revelaci�n pasada y la relaci�n especial de Jehov� con Israel se entretejen en la oraci�n del pueblo por su rey. En Salmo 20:3 , agregan el incienso de su intercesi�n a sus sacrificios.

El trasfondo del salmo es probablemente el altar en el que se presentaban las ofrendas habituales antes de una batalla. 1 Samuel 13:9 La oraci�n por la aceptaci�n del holocausto es muy gr�fica, ya que la palabra traducida "aceptar" es literalmente "estima la grasa".

Un deseo conmovi� al rey sacrificador y al pueblo que rezaba. Su deseo com�n era la victoria, pero la gente se contenta con ser oscura, y su amor leal se aferra tanto a su monarca y l�der que solo desean el cumplimiento de sus deseos. Esta unidad de sentimiento culmina en las peticiones finales en Salmo 20:6 , donde el auto-olvido desea "Que nos regocijemos en tu salvaci�n.

"no arrog�ndose nada de la gloria de la victoria, sino atribuy�ndolo todo a �l, y haciendo votos" En el nombre de nuestro Dios agitaremos nuestras normas ", atribuy�ndole la victoria. Su causa final. Un ej�rcito que ora," Jehov� cumple todas tus peticiones, estar� listo para obedecer todas las �rdenes de su capit�n y actuar en obediencia a su impulso como si fuera parte de �l mismo. "La entusiasta comunidad de prop�sito con su principal y absoluta confianza en Jehov�.

con el que palpita esta oraci�n, ir�a lejos para asegurar la victoria en cualquier lugar. Deber�an encontrar su m�xima ejemplificaci�n en esa uni�n entre Cristo y nosotros en la que todas las relaciones humanas encuentran las suyas, ya que, en el sentido m�s profundo, son todas profec�as mesi�nicas, y se�alan a Aquel que es todo el bien que los dem�s hombres y mujeres tienen parcialmente. ha sido, y satisface todos los deseos y necesidades que las relaciones humanas, por bendecidas que sean, satisfacen de manera incompleta.

Se ha ofrecido el sacrificio; la oraci�n coral ha subido. Sigue el silencio, los fieles contemplan el humo que se encrespa mientras se eleva; y luego una sola voz estalla en un estallido de gozosa seguridad de que el sacrificio y la oraci�n son respondidos. �Quien habla? La respuesta m�s natural es "El rey"; y el hecho de que �l hable de s� mismo como el ungido de Jehov� en tercera persona no presenta ninguna dificultad.

�Cu�l es la referencia en eso ahora al comienzo de Salmo 20:6 ? �Podemos aventurarnos a suponer que el coraz�n del rey se hinch� ante la exhibici�n de la devoci�n de sus s�bditos y lo aclam� como una promesa de victoria? El futuro es tra�do al presente por la mano extendida de la fe, porque este �nico orador sabe que "Jehov� ha salvado", aunque todav�a no se ha dado ning�n golpe.

La oraci�n hab�a pedido ayuda a Sion; la anticipaci�n de la respuesta parece m�s alta; al santuario m�s santo, donde ciertamente mora Jehov�. La respuesta que ahora se espera con certeza es "las maravillas de la salvaci�n de su diestra", alguna se�al del poder divino que dispersa al enemigo. Un susurro puede provocar una avalancha. La oraci�n del pueblo ha puesto en movimiento a la Omnipotencia. Tal seguridad de que las peticiones son escuchadas suele brotar en el coraz�n que verdaderamente ora, y viene como un precursor de la plenitud, derramando sobre el alma la aurora del sol a�n no salido. Ha rezado a medias quien no espera en silencio, observando el vuelo de su flecha y no se contenta con cesar hasta que la tranquila certeza de que ha alcanzado su objetivo invade su coraz�n.

Nuevamente las muchas voces retoman la canci�n, respondiendo a la confianza del �nico hablante y, como �l, tratando la victoria como ya ganada. Mirando a trav�s del campo a las masas de la caballer�a y los carros enemigos, fuerzas prohibidas a Israel, aunque empleadas por ellos en d�as posteriores, la canci�n se opone grandiosamente a estos "el nombre de Jehov� nuestro Dios". Hay un mundo de desprecio y confianza en la yuxtaposici�n.

Los carros y los caballos son muy terribles, especialmente para los soldados toscos que no est�n acostumbrados a su arrebato: pero el Nombre es m�s poderoso, como lo demostraron Fara�n y su formaci�n en el Mar Rojo. Esta referencia al ej�rcito de Israel como no equipado con caballer�a y carros est� a favor de una fecha temprana, ya que la importaci�n y el uso de ambos comenzaron tan pronto como el tiempo de Salom�n. El tema seguro de la pelea se da en Salmo 20:8 de una manera pintoresca, reforzada por los tiempos verbales que describen los actos completados.

Cuando termine la breve lucha, esto es lo que se ver�: el enemigo tendido, Israel se levant� de la sujeci�n y se mantuvo firme. Luego viene un grito final de auxilio, que, seg�n la divisi�n tradicional del vers�culo, tiene una cl�usula muy corta y una larga, alargada, como el toque de trompeta que hace sonar la carga. La intensidad de la apelaci�n se condensa en la cl�usula anterior en una sola palabra "salvo" y la pronunciaci�n renovada del nombre, tres veces mencionado en este breve salmo como la fuente a la vez de fuerza y ??confianza.

La �ltima cl�usula, como en AV y RV transfiere el t�tulo de Rey de la sombra terrenal al verdadero Monarca en los cielos, y por lo tanto sugiere otra petici�n de ayuda. La otra divisi�n del vers�culo, adoptada en la LXX y por algunos modernos, iguala las cl�usulas transfiriendo "el rey" a la primera ("Oh Se�or, salva al rey y resp�ndenos", etc. ). Pero esto implica un cambio violento de la segunda persona imperfecta en la primera cl�usula a la tercera persona imperfecta en la segunda.

Ser�a intolerablemente torpe decir: "Salve; que �l oiga", y por lo tanto la LXX ha recurrido a insertar "y" al comienzo de la segunda cl�usula, que de alguna manera rompe la sacudida, pero no est� en hebreo. . El texto, tal como est�, tiene un significado sorprendente, sugiriendo bellamente el oficio subordinado del monarca terrenal y apelando al verdadero Rey para que defienda a su propio ej�rcito y vaya con �l a la batalla que se libra por su nombre. Cuando estemos seguros de que estamos sirviendo a Jehov� y luchando por �l, podemos estar seguros de que no vamos a la guerra por nuestra cuenta ni solos.

Información bibliográfica
Nicoll, William R. "Comentario sobre Psalms 20". "El Comentario Bíblico del Expositor". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/teb/psalms-20.html.