Bible Commentaries
Zacarías 13

El Comentario Bíblico del ExpositorEl Comentario Bíblico del Expositor

Introducción

"ZACAR�AS" (9-14)

"He aqu�, tu Rey viene a ti, reivindicado y victorioso, manso y montado sobre un asno, y sobre un pollino, el potro de un asno".

"�Arriba, Espada, contra Mi Pastor! �Hiere al Pastor, para que se esparzan las ovejas!"

"Y derramar� sobre la casa de David y sobre todos los habitantes de Jerusal�n el esp�ritu de gracia y de s�plica, y mirar�n a Aquel a quien traspasaron, y se lamentar�n por �l, como con lamentaci�n por un hijo �nico. y entristecerte amargamente por �l, como con dolor por un primog�nito ".

Cap�tulo S 9-14 DE "ZACAR�AS"

Vimos que los primeros ocho cap�tulos del libro de Zacar�as eran, con la excepci�n de unos pocos vers�culos, del profeta mismo. Nadie ha dudado nunca de esto. Nadie podr�a dudarlo: obviamente son de los a�os de la construcci�n del Templo, 520-516 aC. Concuerdan con la consistencia que exhiben algunos otros grupos de Cap�tulos en el Antiguo Testamento.

Pero cuando pasamos al cap�tulo 9, nos encontramos en circunstancias y una atm�sfera completamente diferentes. Israel se encuentra en una nueva situaci�n de la historia, y las palabras que se le dirigen respiran otro esp�ritu. No hay la menor alusi�n a la construcci�n del Templo, el tema del que dependen los primeros ocho cap�tulos. No hay ni un solo reflejo seguro del per�odo persa, bajo la sombra del cual los primeros ocho cap�tulos fueron escritos evidentemente.

Tenemos nombres de potencias paganas mencionadas que no solo no aparecen en los primeros ocho cap�tulos, sino que no es posible pensar que tuvieran inter�s alguno para Israel entre 520 y 516: Damasco, Hadrach, Hamat, Asiria, Egipto y Grecia. La paz y el amor a la paz, en los que escribi� Zacar�as, ha desaparecido. Casi todo respira de guerra real o inminente. Se habla de los paganos con una ferocidad que tiene pocos paralelos en el Antiguo Testamento.

Hay un deleite en su sangre del que el estudioso de las aut�nticas profec�as de Zacar�as percibir� de inmediato que el amable amante de la paz no podr�a haber sido capaz. Y un pasaje muestra la inminencia de un juicio completo sobre Jerusal�n, muy diferente de la perspectiva de Zacar�as sobre el futuro de su pueblo desde la v�spera de la finalizaci�n del Templo. Por lo tanto, no es sorprendente que uno de los primeros esfuerzos de la cr�tica del Antiguo Testamento haya sido demostrar que era otro autor que Zacar�as en los cap�tulos 9-14 del libro llamado por su nombre.

El primer intento de este tipo lo hizo ya en 1632 el te�logo de Cambridge Joseph Mede, quien fue movido a ello por el deseo de reivindicar la exactitud de la adscripci�n de San Mateo a Mateo 27:9 de "Zacar�as" Zacar�as 11:13 a el profeta Jerem�as.

El esfuerzo de Mede fue desarrollado por otros exegetas ingleses. Hammond asign� los cap�tulos 10-12, el obispo Kidder y William Whiston, el traductor de Josefo, los cap�tulos 9-14 a Jerem�as. El arzobispo Newcome los dividi� y trat� de probar que, si bien los cap�tulos 9-11 deben haberse escrito antes del 721, o un siglo antes que Jerem�as, debido a los poderes paganos que nombran y las divisiones entre Jud� e Israel, el cap�tulo s 12- 14, reflejan la inminencia de la Ca�da de Jerusal�n.

En 1784, Flugge ofreci� una prueba independiente de que los cap�tulos 9-14 eran de Jerem�as; y en 1814 Bertholdt sugiri� que los cap�tulos 9-11 podr�a ser de Zacar�as, el contempor�neo de Isa�as, y por ese motivo adjunto a las profec�as de su tocayo m�s joven. Estas opiniones dieron la tendencia al volumen principal de cr�ticas, que, hasta hace quince a�os, consideraban que "Zacar�as" 9-14 era preex�lico. As� que Hitzig, quien al principio tom� el todo como de una mano, pero luego coloc� 12-14 por un autor diferente debajo de Manas�s.

As� que Ewald, Bleek, Kuenen (al principio), Samuel Davidson, Schrader, Duhm (en 1875) y m�s recientemente Konig y Orelli, que asignan los cap�tulos 9-11 al reinado de Acaz, pero 12-14 a la v�spera de la Ca�da de Jerusal�n, o incluso un poco m�s tarde.

Algunos cr�ticos, sin embargo, permanecieron impasible ante la evidencia ofrecida para una fecha anterior al exilio. En particular, se�alaron que las referencias geogr�ficas eran igualmente adecuadas para los siglos posteriores al exilio. Damasco, Hadrach y Hamat, Zacar�as 9:1 aunque pol�ticamente obsoleto en 720, volvi� a entrar en la historia con las campa�as de Alejandro Magno en 332-331 y el establecimiento del reino sel�ucida en el norte de Siria.

Egipto y Asiria Zacar�as 10:10 fueron nombres usados ??despu�s del Exilio para el reino de los Ptolomeos, y para aquellos poderes que todav�a amenazaban a Israel desde el norte o el barrio asirio Jud� y Jos� o Efra�n, Zacar�as 9:10 ; Zacar�as 9:13 etc.

�Se usaron todav�a nombres despu�s del exilio para expresar todo el Israel de Dios? y en los cap�tulos 9-14, se presentan, no divididos como antes del 721, sino unidos. Ninguno de los Cap�tulos da indicios de ning�n rey en Jerusal�n; y todos ellos, si bien representan el gran Exilio de Jud� como ya comenzado, muestran cierta dependencia en el estilo e incluso en el lenguaje de Jerem�as, Ezequiel e Isa�as 40:1 ; Isa�as 41:1 ; Isa�as 42:1 ; Isa�as 43:1 ; Isa�as 44:1 ; Isa�as 45:1 ; Isa�as 46:1 ; Isa�as 47:1 ; Isa�as 48:1 ; Isa�as 49:1 ; Isa�as 50:1 ; Isa�as 51:1 ; Isa�as 52:1 ; Isa�as 53:1 ; Isa�as 54:1 ; Isa�as 55:1 ; Isa�as 56:1 ; Isa�as 57:1 ; Isa�as 58:1 ; Isa�as 59:1 ; Isa�as 60:1 ; Isa�as 61:1 ; Isa�as 62:1 ; Isa�as 63:1 ; Isa�as 64:1 ; Isa�as 65:1 ; Isa�as 66:1 . Adem�s, el idioma es post-ex�lico, salpicado de arame�smos y con otras palabras y frases utilizadas solo, o principalmente, por escritores hebreos desde Jerem�as en adelante.

Pero aunque muchos cr�ticos juzgaron que estos fundamentos eran suficientes para probar el origen post-ex�lico de "Zacar�as" 9-14, difirieron en cuanto al autor y la fecha exacta de estos cap�tulos. Conservadores como Hengstenberg, Delitzsch, Keil, Kohler y Pusey utilizaron la evidencia para probar la autor�a del propio Zacar�as despu�s de 516 e interpretaron las referencias al per�odo griego como pura predicci�n. Pusey dice que los cap�tulos 9-11 se extienden desde la finalizaci�n del Templo y su liberaci�n durante la invasi�n de Alejandro, y desde las victorias de los Macabeos, hasta el rechazo del verdadero pastor y la maldici�n sobre el falso; y los cap�tulos 11-12 "desde un arrepentimiento futuro por la muerte de Cristo hasta la conversi�n final de jud�os y gentiles".

Pero sobre la misma base que Eichhorn vio en los Cap�tulos, no una predicci�n, sino un reflejo del per�odo griego. Asign� los cap�tulos 9 y 10 a un autor de la �poca de Alejandro Magno; Zacar�as 11:1 - Zacar�as 13:6 coloc� un poco m�s tarde, y derrib� a Zacar�as 13:7 .

al per�odo macabeo. Bottcher coloc� el conjunto en las guerras de Ptolomeo y Seleuco despu�s de la muerte de Alejandro; y Vatke, que al principio hab�a elegido una fecha en el reinado de Artajerjes Longhand, 464-425, finalmente se decidi� por el per�odo macabeo, 170 ss.

En tiempos recientes, el examen m�s completo de los cap�tulos ha sido el de Stade, y la conclusi�n a la que llega es que los cap�tulos 9-14 son todos de un autor, que debe haber escrito durante las primeras guerras entre los Ptolomeos y los sel�ucidas. alrededor del 280 a. C., pero empleada, especialmente en los cap�tulos 9 y 10, una profec�a anterior. Kuenen hace una cr�tica y modificaci�n de la teor�a de Stade. �l admite que la forma actual de los cap�tulos 9-14 debe ser de origen post-ex�lico: esto es obvio por la menci�n de los griegos como potencia mundial; la descripci�n de un sitio de Jerusal�n por todos los paganos; la forma en que ( Zacar�as 9:11 f.

, pero especialmente Zacar�as 10:6 ) se presupone el cautiverio, si no de todo Israel, pero de Efra�n; el hecho de que la Casa de David no est� representada como gobernante; y el car�cter completamente sacerdotal de todos los Cap�tulos. Pero Kuenen sostiene que una antigua profec�a del siglo octavo subyace en el cap�tulo 9-11, Zacar�as 13:7 , en el que sobreviven varias de sus frases reales; y que en su forma actual 12-14 son mayores que 9-11 y probablemente por un contempor�neo de Joel, alrededor del 400 a. C.

En general, Cheyne, Cornill, Wildeboer y Staerk se adhieren a las conclusiones de Stade. Cheyne prueba la unidad de los seis cap�tulos y su fecha anterior al per�odo macabeo. Staerk derriba Zacar�as 11:4 y Zacar�as 13:7 a 171 B.

C. Wellhausen defiende la unidad y la asigna a los tiempos de los Macabeos. Driver Jueces 9:1 ; Jueces 10:1 ; Jueces 11:1 , con su continuaci�n natural, Zacar�as 13:7 , como no antes del 333; y el resto del 12 al 14 como ciertamente posterior al exilio, y probablemente del 432 al 300.

Rubinkam sit�a a Zacar�as 9:1 en la �poca de Alejandro, el resto en la de los Macabeos, pero Zeydner todo a la �ltima. Kirkpatrick, despu�s de mostrar el car�cter post-ex�lico de todos los Cap�tulos, favorece la asignaci�n del 11-S a un autor diferente del 12 al 14. Afirmando que a la pregunta de la fecha exacta es imposible dar una respuesta definitiva, piensa que el conjunto puede estar asignado con considerable probabilidad a los primeros sesenta o setenta a�os del exilio, y por lo tanto est� en su lugar apropiado entre Zacar�as y "Malaqu�as." La referencia a los hijos de Java la toma como una glosa, probablemente a�adida en la �poca de los Macabeos.

Se ver� en este cat�logo de conclusiones que la tendencia predominante de la cr�tica reciente ha sido asignar "Zacar�as" 9-14 a tiempos post-exiliados, ya un autor diferente de los Cap�tulos 1-8; y que aunque algunos cr�ticos mantienen una fecha poco despu�s del Retorno, la mayor parte se divide entre los a�os posteriores a las campa�as de Alejandro y la �poca de las luchas macabeas.

De hecho, en los �ltimos a�os solo hay dos intentos de apoyar la posici�n conservadora de Pusey y Hengstenberg de que todo el libro es una obra genuina de Zacar�as, hijo de Iddo. Uno de ellos es de CHH Wright en sus Conferencias de Bampton. El otro es de George L. Robinson, ahora profesor en Toronto, en una reimpresi�n (1896) del American Journal of Semitic Languages ??and Literatures, que ofrece una valiosa historia de la discusi�n de toda la cuesti�n desde los d�as de Mede, con un argumento cuidadoso de toda la evidencia en ambos lados. Se llega a la conclusi�n muy original de que los Cap�tulos reflejan la historia de los a�os 518-516 a. C.

Al discutir la cuesti�n, para la cual nuestro tratamiento de otros profetas nos ha dejado muy poco espacio, no necesitamos abrir esa parte que se encuentra entre una fecha pre-ex�lica y una post-ex�lica. La cr�tica reciente de todas las escuelas y en ambos extremos ha tendido a establecer esta �ltima sobre las razones que ya hemos expuesto, y para obtener m�s detalles, el estudiante puede remitirse a las investigaciones de Stade y Eckhardt en el Zeitschrift fur A.

T. Wissenschaft y al resumen imparcial de Kirkpatrick. Quedan las cuestiones de la unidad de los cap�tulos 9-14; su fecha exacta o fechas posteriores al exilio, y como consecuencia de esto su relaci�n con las profec�as aut�nticas de Zacar�as en los cap�tulos 1-8.

Sobre la cuesti�n de la unidad tomamos en primer lugar los cap�tulos 9-11, al que hay que a�adir (como la mayor�a de los cr�ticos desde Ewald) Zacar�as 13:7 , que se ha salido de su lugar como continuaci�n natural y conclusi�n del cap�tulo 11 .

Zacar�as 9:1 predice el derrocamiento de los vecinos paganos de Israel, su posesi�n por parte de Jehov� y Su salvaguardia de Jerusal�n. Zacar�as 9:9 sigue con una predicci�n del Rey Mesi�nico como Pr�ncipe de Paz; pero luego viene Zacar�as 9:13 , sin menci�n del Rey, pero Jehov� aparece solo como el h�roe de Su pueblo contra los griegos, y ciertamente hay suficiente guerra y sangre.

El cap�tulo 10 comienza de nuevo: se advierte al pueblo que busque sus bendiciones de Jehov�, y no de Terafines y adivinos, a quienes siguen sus falsos pastores. Jehov�, visitando su reba�o, los castigar�, dar� gobernantes apropiados, fortalecer� al pueblo y reunir� a sus desterrados para llenar Galaad y el L�bano. El cap�tulo 11 comienza con un estallido de guerra en el L�bano y Bas�n y el derrocamiento de los paganos ( Zacar�as 11:1 ), y sigue con una alegor�a, en la que el profeta primero se hace cargo de Jehov� del pueblo como su pastor, pero es tratado con desprecio por ellos ( Zacar�as 11:4 ), y luego tomar la apariencia de un pastor malvado representa lo que deben sufrir de su pr�ximo gobernante ( Zacar�as 11:15 ).

Este tirano, sin embargo, recibir� castigo, dos tercios de la naci�n ser�n esparcidos, pero el resto, m�s purificado, ser� el propio pueblo de Dios ( Zacar�as 8:7 ).

En el curso de esta profec�a no hay prueba concluyente de una doble autor�a. El �nico pasaje que ofrece una fuerte evidencia de esto es el cap�tulo 9. Los vers�culos que predicen la venida pac�fica del Mes�as ( Zacar�as 9:9 ) no concuerdan en esp�ritu con los que siguen prediciendo la aparici�n de Jehov� con guerra y gran derramamiento de sangre. .

La diferencia tampoco se explica por completo, como piensa Stade, por el orden similar de eventos en el cap�tulo 10, donde Jud� y Jos� son representados primero como salvados y tra�dos de regreso en Zacar�as 10:6 , y luego tenemos el proceso de su redenci�n y regreso. descrito en Zacar�as 10:7 y sigs.

�Por qu� el mismo escritor dio declaraciones de car�cter tan diferente como Zacar�as 9:9 ? O, si son de diferentes manos, �por qu� se juntaron? De lo contrario, no hay raz�n para romper los cap�tulos 9-11, Zacar�as 13:7 .

Rubinkam, que separa a Zacar�as 9:1 por ciento cincuenta a�os del resto; Bleek, que divide 9 entre 10; y Staerk, que separa 9-11: 3 del resto, han sido respondidos por Robinson y otros. Sobre la base del lenguaje, la gram�tica y la sintaxis, Eckardt ha demostrado plenamente que el 11 de septiembre son del mismo autor de una fecha tard�a, quien, sin embargo, puede haber seguido ocasionalmente modelos anteriores e incluso haber introducido sus mismas frases.

Se han encontrado m�s partidarios para una divisi�n de la autor�a entre los cap�tulos 9-11, Zacar�as 13:7 y los cap�tulos 12-14. menos Zacar�as 13:7 cap�tulo 12 se abre con un t�tulo propio. Se introduce un elemento extra�o en la relaci�n hist�rica.

Jerusal�n es asaltada, no solo por los paganos, sino por Jud�, quien, sin embargo, se vuelve al descubrir que Jehov� lucha por Jerusal�n, y es salvo por Jehov� delante de Jerusal�n para que esta �ltima no se jacte de ella. Zacar�as 12:1 Un esp�ritu de gracia y de s�plica se derrama sobre la ciudad culpable, fuente abierta para la inmundicia, �dolos abolidos, y los profetas, que son puestos al mismo nivel, abolidos tambi�n, donde no repudian su profesi�n.

Zacar�as 12:10 - Zacar�as 13:6 Se describe otro asalto de los paganos a Jerusal�n, la mitad de la gente fue llevada cautiva. Jehov� aparece, y con un gran terremoto salva a los dem�s. La tierra se transforma. Y luego el profeta se remonta a la derrota del asalto pagano a la ciudad, en el que se describe nuevamente a Jud� como participando; y los paganos supervivientes se convierten o, si se niegan a serlo, se les castiga con la retenci�n de la lluvia.

Jerusal�n es santa para el Se�or (cap�tulo 14). En todo esto hay m�s que difiere del cap�tulo 9-11, Zacar�as 13:7 , que la extra�a oposici�n de Jud� y Jerusal�n. No se menciona a Efra�n, ni a Jos�, ni a ning�n regreso de los exiliados, ni al castigo de los pastores, ni a la venida del Mes�as, siendo el lugar de este �ltimo ocupado por Jehov�.

Pero en respuesta a esto, podemos recordar que el Mes�as, despu�s de ser descrito en Zacar�as 9:9 , se pierde inmediatamente detr�s de la venida guerrera de Jehov�. Ambas secciones hablan de la idolatr�a y de los paganos, su castigo y conversi�n, y lo hacen con el mismo estilo apocal�ptico. Tampoco el lenguaje de los dos difiere de manera decisiva.

Por el contrario, como han demostrado Eckardt y Kuiper, el lenguaje es, en general, un argumento a favor de la unidad de autor�a. Entonces, no hay nada concluyente contra la posici�n, que Stade estableci� con tanta claridad y fuertemente fortificada, que los cap�tulos 9-14 son de la misma mano, aunque, como �l admite, esto no puede probarse con absoluta certeza. Tambi�n Cheyne: "Con quiz�s una o dos excepciones, los cap�tulos 9-11 y 12-14 est�n tan estrechamente unidos entre s� que incluso el an�lisis es imposible".

Las siguientes preguntas que tenemos que decidir son si los cap�tulos 9-14 ofrecen alguna evidencia de ser de Zacar�as, el autor de los cap�tulos 1-8, y si no, a qu� otra fecha posterior al exilio se les puede asignar.

Debe admitirse que en lenguaje y estilo las dos partes del Libro de Zacar�as tienen rasgos en com�n. Pero que estos han sido exagerados por los defensores de la unidad, no cabe duda. No podemos inferir nada del hecho de que ambas partes contengan muestras de dicci�n torpe, de repetici�n de la misma palabra, de frases (no las mismas frases) no utilizadas por otros escritores; o que cada uno es pr�digo en vocativos; o que cada uno es variable en su ortograf�a.

Semejanzas de ese tipo que comparten con otros libros: algunas de ellas se deben a que ambas secciones son post-exiliadas. Por otro lado, como ha demostrado claramente Eckardt, existe un n�mero a�n mayor de diferencias entre las dos secciones, tanto en el lenguaje como en el estilo. No s�lo aparecen en cada uno palabras caracter�sticas que no se encuentran en el otro, no s�lo los cap�tulos 9-14 contienen muchos m�s arame�smos que los cap�tulos 1-8 y, por tanto, s�ntomas de una fecha posterior; pero ambas partes usan las mismas palabras con significados m�s o menos diferentes y aplican t�rminos diferentes a los mismos objetos.

Tambi�n hay diferencias de gram�tica, de f�rmulas favoritas y de otros rasgos de la fraseolog�a, que, si es necesario, completan la prueba de una distinci�n de dialecto tan grande que requiere dar cuenta de su distinci�n de autor�a.

La misma impresi�n se sustenta en el contraste de las circunstancias hist�ricas reflejadas en cada uno de los dos apartados. Zacar�as 1:1 ; Zacar�as 2:1 ; Zacar�as 3:1 ; Zacar�as 4:1 ; Zacar�as 5:1 ; Zacar�as 6:1 ; Zacar�as 7:1 ; Zacar�as 8:1 , fueron escritos durante la construcci�n del Templo.

No hay eco de este �ltimo en "Zacar�as" 9-14. Zacar�as 1:1 ; Zacar�as 2:1 ; Zacar�as 3:1 ; Zacar�as 4:1 ; Zacar�as 5:1 ; Zacar�as 6:1 ; Zacar�as 7:1 ; Zacar�as 8:1 toda la tierra en paz, lo cual era cierto al menos en toda Siria; no presagian ning�n peligro para Jerusal�n por parte de los paganos, pero describen su paz y fruct�fera expansi�n en los t�rminos m�s adecuados a las circunstancias que le impuso la s�lida y clemente pol�tica de los primeros reyes persas.

Todo esto se cambia en "Zacar�as" 9-14. Las naciones est�n inquietas; un sitio de Jerusal�n es inminente, y su salvaci�n s�lo puede estar asegurada con mucha guerra y un terrible derramamiento de sangre. Sabemos exactamente c�mo le fue a Israel y c�mo se sinti� en las primeras secciones del per�odo persa: sus intereses en la pol�tica del mundo, sus sentimientos hacia sus gobernantes y toda su actitud hacia los paganos no eran en ese momento los que se reflejan en "Zacar�as "9-14.

Tampoco existe tal semejanza entre los principios religiosos de las dos secciones del Libro de Zacar�as que pueda probar la identidad de origen. Que ambos sean espirituales, o que tengan una expectativa similar de la posici�n final de Israel en la historia del mundo, prueba solo que ambos fueron v�stagos tard�os del mismo desarrollo religioso y trabajaron sobre los mismos modelos antiguos. Dentro de estos esquemas existen no pocas divergencias.

Zacar�as 1:1 ; Zacar�as 2:1 ; Zacar�as 3:1 ; Zacar�as 4:1 ; Zacar�as 5:1 ; Zacar�as 6:1 ; Zacar�as 7:1 ; Zacar�as 8:1 , fueron escritos antes de que Esdras y Nehem�as impusieran la legislaci�n lev�tica sobre Israel; pero Eckardt ha mostrado la dependencia del �ltimo de "Zacar�as" 9-14.

Por lo tanto, podemos adherirnos a la afirmaci�n de Canon Driver de que Zacar�as en los cap�tulos 1-8 "usa una fraseolog�a diferente, muestra intereses diferentes y se mueve en un c�rculo de ideas diferente de las que prevalecen en los cap�tulos 9-14. La cr�tica ha de hecho, se ha justificado separar, por la vasta y creciente mayor�a de sus opiniones, las dos secciones entre s�. Este fue uno de los primeros resultados que logr� la cr�tica moderna, y las �ltimas investigaciones lo han establecido sobre una base m�s firme ".

Entonces, si los cap�tulos 9-14 no son de Zacar�as, �hasta qu� fecha podemos asignarlos? Ya hemos visto que tienen evidencia de ser, en general, posteriores a Zacar�as, aunque parecen contener fragmentos de un per�odo anterior. Quiz�s esto es todo lo que podemos afirmar con certeza. Sin embargo, es al menos probable algo m�s definido. La menci�n de los griegos, no como Joel los menciona alrededor del 400, la naci�n m�s lejana a la que se pod�an llevar esclavos jud�os, sino como el jefe de los poderes paganos, y un enemigo con quien los jud�os est�n en contacto y pronto deben cruzar espadas. , Zacar�as 9:13 parece implicar que la campa�a siria de Alejandro est� sucediendo o ha sucedido, o incluso que los reinos griegos de Siria y Egipto ya est�n compitiendo por la posesi�n de Palestina.

Con esto concuerda la menci�n de Damasco, Hadrach y Hamat, las localidades donde los sel�ucidas ten�an sus asientos principales. Zacar�as 9:1 f En ese caso, Asur significar�a los sel�ucidas y Egipto los Ptolomeos: son estos, y no la propia Grecia, de quienes los jud�os exiliados todav�a tienen que ser redimidos. Todo ello hace probable la fecha que Stade ha propuesto para los Cap�tulos, entre 300 y 280 a. C.

C. Reducirlos m�s, a la �poca de los Macabeos, como algunos han intentado hacer, no ser�a imposible en lo que se refiere a las alusiones hist�ricas; pero si hubieran sido de una fecha tan tard�a como esa, a saber. , 170 o 160, podemos afirmar que no pudieron haber encontrado un lugar en el canon prof�tico, que fue cerrado hacia el 200, sino que deben haber ca�do junto con Daniel en el Hagiographa.

La aparici�n de estas profec�as al final del Libro de Zacar�as se ha explicado, no del todo satisfactoriamente, como sigue. Con el Libro de "Malaqu�as" formaron originalmente tres piezas an�nimas, que por su anonimato fueron colocadas al final del Libro de los Doce. El primero de ellos comienza con la construcci�n muy peculiar " Massa 'Debar Jehov� ", "or�culo de la palabra de Jehov�", que, aunque pertenece en parte al texto, el editor ley� como t�tulo y adjunt� como t�tulo a cada uno de ellos. los dem�s.

No ocurre en ning�n otro lugar. El Libro de "Malaqu�as" era de car�cter demasiado distinto para adjuntarlo a otro libro, y pronto lleg� a tener el supuesto nombre de su autor agregado a su t�tulo. Pero las otras dos piezas cayeron, como todas las obras an�nimas, a la Escritura m�s cercana con el nombre de un autor. Quiz�s el apego fue acelerado por el deseo de hacer el n�mero redondo de los Doce Profetas.

ADENDA

El trabajo de Whiston es " Un ensayo para restaurar el Texto Verdadero del Antiguo Testamento y para reivindicar las Citas hechas all� en el Nuevo Testamento", 1722, p�gs. 93 y sigs. (No visto). Adem�s de los mencionados (vistos) que apoyan la unidad de Zacar�as, deber�an nombrarse De Wette, Umbreit, von Hoffmann, Ebrard, etc. La obra de Kuiper es "Zachariah 9-14", Utrecht, 1894 (no visto). Las conclusiones de Nowack son: 9-11: 3 datan del per�odo griego (no podemos fecharlas m�s exactamente, a menos que 9: 8 se refiera a la captura de Jerusal�n por Ptolomeo en 320); 11, 13: 7-9, son post-exiliados; 12-13: 6 mucho despu�s del exilio; 14 mucho despu�s del exilio, despu�s de "Malaqu�as".

Versículos 1-4

9. CUATRO RESULTADOS DE LA ENTREGA DE JERUSAL�N

Zacar�as 12:8 ; Zacar�as 13:1

Tras la liberaci�n de Jerusal�n, con la ayuda del Jud� convertido, siguen cuatro resultados, cada uno introducido por las palabras que sucedi� "en ese d�a". Zacar�as 12:8 ; Zacar�as 13:1 Primero, el pueblo de Jerusal�n se fortalecer�.

En segundo lugar, las naciones hostiles ser�n destruidas, pero sobre la casa de David y sobre toda Jerusal�n se derramar� esp�ritu de penitencia, y se lamentar�n por el buen pastor que mataron. En tercer lugar, se abrir� una fuente de pecado e inmundicia. Cuarto, los �dolos, el esp�ritu inmundo y la profec�a, ahora tan degradados, ser�n abolidos. La conexi�n de estos or�culos con los anteriores es obvia, as� como con el or�culo que describe el asesinato del buen pastor.

Zacar�as 13:7 Cuando vemos 'c�mo esto lo presupone Zacar�as 12:9 ss., Sentimos m�s que nunca que su lugar correcto est� entre los Cap�tulos 11 y 12. No hay alusiones hist�ricas. Pero nuevamente el lenguaje da evidencia de una fecha tard�a.

Y a lo largo del pasaje hay una repetici�n de frases formales que recuerdan el C�digo Sacerdotal y el estilo general de la �poca post-ex�lica. N�tese que no se menciona a ning�n rey, aunque hay varios puntos en los que, si hubiera existido, debi� haber sido presentado.

1. El primero de los cuatro efectos de la liberaci�n de Jerusal�n de los paganos es la promoci�n de sus d�biles a la fuerza de sus h�roes, y de sus h�roes al rango divino. Zacar�as 12:8 En aquel d�a Jehov� proteger� a los habitantes de Jerusal�n, y los cojos de entre ellos ser�n en aquel d�a como el mismo David, y la casa de David como Dios, como el �ngel de Jehov� delante de ellos.

2. El segundo p�rrafo de esta serie enfatiza muy notablemente que al ser liberada, Jerusal�n no dar� paso al regocijo, sino al lamento arrepentido por el asesinato de aquel a quien traspas�, el buen pastor a quien su pueblo rechaz� y mat�. �sta es una de las pocas cepas �ticas que atraviesan estos cap�tulos apocal�pticos. Constituye su mayor inter�s para nosotros. El duelo de Jerusal�n se compara con el de "Hadad-Rim�n en el valle" o "llanura de Meguido".

"Este es el cl�sico" campo de batalla de la tierra "y el teatro en el que Apocalipsis ha colocado la �ltima contienda entre las huestes de Dios y las huestes del mal. En la historia de Israel ha sido el terreno no s�lo del triunfo sino tambi�n de las l�grimas. All� tuvo lugar la mayor tragedia de esa historia, la derrota y muerte del justo Jos�as; 2 Cr�nicas 35:22 ss.

y desde los primeros int�rpretes jud�os, el "duelo de Hadad-Rimm�n en el valle de Meguido" se ha referido al duelo por Jos�as. Jerome identifica a Hadad-Rimmon con Rummani, una aldea en la llanura que a�n existe, cerca de Meguido. Pero el lamento de Jos�as fue en Jerusal�n; y no se puede probar que Hadad-Rimmon sea un top�nimo. M�s bien puede ser el nombre del objeto del duelo, y como Hadad era un nombre divino entre los fenicios y los arameos, y Rimmon la granada era un �rbol sagrado, varios cr�ticos han supuesto que se trata de un t�tulo de Adonis, y el Un duelo como ese dolor excesivo que Ezequiel nos dice que se celebraba anualmente por Tamuz.

Ezequiel 8:14 Sin embargo, esto no est� completamente probado. Observe, adem�s, que si bien la lectura de Hadad-Rimmon no ha pasado de la duda, las flores sangu�neas y el fruto de la granada, "al rojo vivo en el coraz�n", conducir�an naturalmente a su asociaci�n con el Adonis sacrificado.

"Y suceder� en ese d�a que procurar� destruir a todas las naciones que han entrado en Jerusal�n. Y derramar� sobre la casa de David y sobre todos los habitantes de Jerusal�n el esp�ritu de gracia y de s�plica, y mirar�n a quien traspasaron; y llorar�n por �l, como con lamentaci�n por un hijo �nico, y lo lamentar�n amargamente, como con dolor por un primog�nito En aquel d�a ser� tan grande el llanto en Jerusal�n como lamentaci�n por Hadad-Rim�n en el valle de Meguido.

Y la tierra har� duelo, cada familia por s� misma: la familia de la casa de David por s� misma, y ??sus mujeres por s� mismas; la familia de la casa de Nat�n por s� misma, y ??sus esposas por s� mismas; la familia de la casa de Lev� por s� sola, y sus esposas por s� mismas; la familia de Shime'i por s� misma y sus esposas por s� mismas; todas las familias que quedan, cada familia por s� misma y sus esposas por s� mismas ".

3. El tercer resultado de la liberaci�n de Jerusal�n de los paganos ser� la apertura de una fuente de purificaci�n. Esta purificaci�n de su pecado sigue oportunamente a su penitencia que se acaba de describir.

"En aquel d�a se abrir� una fuente para la casa de David y para los habitantes de Jerusal�n, para el pecado y la inmundicia". Cf. Ezequiel 36:25 ; Ezequiel 47:1

4. La cuarta consecuencia es la eliminaci�n de la idolatr�a, del esp�ritu inmundo y de los profetas degradados de en medio de ella. El �ltimo es especialmente notable: porque no ser�n simplemente los falsos profetas, a diferencia de los verdaderos, los que ser�n removidos; pero profec�a en general. Es singular que en casi su �ltimo pasaje la profec�a de Israel vuelva a la l�nea de | su primer representante, Amos, que se neg� a llamarse profeta. Como en su �poca, los profetas se hab�an convertido en meros profesionales y mercenarios traficantes de or�culo, abjurados hasta la muerte por sus propios parientes avergonzados y cansados.

"Y ser� en ese d�a-or�culo de Jehov� de los ej�rcitos-que borrar� los nombres de los �dolos de la tierra, y no ser�n recordados m�s. Y tambi�n los profetas y el esp�ritu inmundo expulsar� de la tierra. Y suceder� que si alguno profetiza otra vez, su padre y su madre que lo engendraron le dir�n: No vivir�s, porque hablas falsedad en el nombre de Jehov�, y su padre y su madre que engendraron lo apu�alar� por profetizar.

Y ser� en ese d�a que los profetas se avergonzar�n de sus visiones cuando profeticen, y no usar�n el manto de cuero para mentir. Y dir�: �No soy profeta! Labrador de la tierra soy, porque la tierra es mi posesi�n desde mi juventud. Y le dir�n: �Qu� heridas son estas en tus manos? y dir�: �Con qu� fui herido en la casa de mis amantes!

Versículos 1-9

EL CONTENIDO DE "ZACAR�AS"

Cap�tulos 9-14

A PARTIR del n�mero de opiniones en conflicto que prevalecen sobre el tema, hemos visto cu�n imposible es decidir sobre un esquema de divisi�n para "Zacar�as" 9-14. Estos Cap�tulos constan de una serie de or�culos separados, que su lenguaje y concepciones generales nos llevan a creer en general que fueron elaborados por una mano y que, con la posible excepci�n de algunos fragmentos m�s antiguos, reflejan los tiempos turbulentos en Palestina que sigui� la invasi�n de Alejandro Magno.

Pero aunque la mayor�a de ellos probablemente se deben a una fecha y posiblemente provienen del mismo autor, estos or�culos no siempre exhiben una conexi�n y, de hecho, a veces no muestran relevancia entre s�. Por tanto, ser� m�s sencillo tomarlos pieza por pieza, y; antes de dar la traducci�n de cada uno, para explicar las dificultades en el mismo e indicar las ideas imperantes.

Versículo 7

7. EL RECHAZO Y ASESINATO DEL BUEN PASTOR

Zacar�as 11:4 ; Zacar�as 13:7

Sigue ahora, en el resto del cap�tulo 11, un or�culo m�s largo, al que Ewald y la mayor�a de los cr�ticos despu�s de �l han adjuntado adecuadamente Zacar�as 13:7 . Este pasaje parece surgir de circunstancias similares a las del anterior y del mismo c�rculo de ideas. El pueblo de Jehov� es Su reba�o y ha sufrido.

Sus gobernantes son sus pastores; y los gobernantes de otros pueblos son sus pastores. Se busca un verdadero pastor para Israel en lugar de los malvados que los han angustiado. El idioma muestra rastros de una fecha tard�a. Ninguna alusi�n hist�rica es obvia en el pasaje. Los "compradores" y "vendedores" de las ovejas de Dios pueden reflejar los sel�ucidas y los Ptolomeos entre los cuales Israel se intercambi� durante muchos a�os, pero probablemente se refieran a sus l�deres nativos. Los "tres pastores cortados en un mes" fueron interpretados por los partidarios de la pre -fecha ex�lica de los Cap�tulos como Zacar�as y Salum, 2 Reyes 15:8y otro de quien estos cr�ticos suponen haberlos seguido hasta la muerte, pero de �l la historia no tiene rastro. Los partidarios de una fecha macabea para la profec�a recuerdan la r�pida sucesi�n de sumos sacerdotes antes del levantamiento macabeo. El "un mes" probablemente no signifique m�s que un per�odo de tiempo muy corto.

La alegor�a que desarrolla nuestro pasaje se le da, como tantas m�s en la profec�a hebrea, al profeta mismo para que la promulgue. Recuerda las im�genes de Jerem�as y Ezequiel del derrocamiento de los falsos pastores de Israel y el nombramiento de un verdadero pastor. Jehov� encarga al profeta que se convierta en pastor de Sus ovejas que han sido tan cruelmente abusadas por sus gu�as y gobernantes. Como los pastores de Palestina, el profeta tom� dos varas para pastorear su reba�o. A uno lo llam� "Gracia", al otro "Uni�n".

"En un mes cort� a tres pastores; tanto" mes "como" tres "son probablemente t�rminos formales. Pero no se llevaba bien con su cargo. Eran obstinados y pendencieros. As� que rompi� su bast�n Grace, en se�al de que su El compromiso se disolvi�. Los comerciantes de las ovejas vieron que �l actuaba por Dios. �l pidi� su salario, si les importaba d�rselo. Le dieron treinta piezas de plata, el precio de un esclavo herido, �xodo 21:32 que por El mandamiento de Dios lo arroj� al tesoro del templo, como en se�al de que era Dios mismo a quien pagaban con una suma tan miserable.

Y luego, rompi� su otra vara, para significar que la hermandad entre Jud� e Israel se rompi�. Luego, para mostrarle a la gente que por su rechazo del buen pastor deben caer presa del maligno, el profeta asumi� el car�cter de este �ltimo. Pero sigue otro juicio. En Zacar�as 13:7 el buen pastor es herido y el reba�o disperso.

Los principios espirituales que subyacen a esta alegor�a son obvios. Las propias ovejas de Dios, por perseguidas e indefensas que sean, son a�n obstinadas, y su obstinaci�n no s�lo hace que la buena voluntad de Dios sea in�til, sino que causa la muerte del �nico hombre que podr�a haberles hecho el bien. Los culpables sacrifican a los inocentes, pero en esto ejecutan su propia condenaci�n. Ese es un resumen de la historia de Israel. Pero, �ten�a el autor de esta alegor�a alguna parte especial de esa historia a la vista? �Qui�nes eran los "comerciantes del reba�o"?

As� ha dicho Jehov� mi Dios: Pastorea las ovejas de la matanza, cuyos compradores las matan impenitentemente, y cuyos vendedores dicen: �Bendito sea Jehov�, porque soy rico! - y sus pastores no los perdonar�n. [Porque no perdonar� m�s a los habitantes de la tierra or�culo de Jehov�; pero he aqu�, estoy a punto de entregar la humanidad, cada uno en mano de su pastor, y en mano de su rey; y destruir�n la tierra, y no la asegurar� de sus manos.

] Y pastore� el reba�o de matanza para los comerciantes de ovejas, y tom� para m� dos varas, a una la llam� Gracia y a la otra, Uni�n, y pastore� las ovejas. Y destru� a los tres pastores en un mes. Entonces mi alma se enfad� con ellos, y ellos, por su parte, se disgustaron conmigo. Y dije: No te pastorear�: lo que est� muerto, d�jalo morir; y lo que fuere destruido, sea destruido; y los que sobreviven, �que se coman la carne unos a otros! Y tom� mi cayado Grace, y lo romp� para anular mi pacto que hice con todos los pueblos.

Y en ese d�a fue anulado, y los traficantes de ovejas que me vigilaban sab�an que era la palabra de Jehov�. Y les dije: Si les parece bien, denme mi salario, y si no es bueno, �d�jenlo ir! Y pesaron mi salario, treinta piezas de plata. Entonces me dijo el SE�OR: Echalo en el tesoro (el salario precioso por el cual yo hab�a sido valorado por ellos). Tom�, pues, las treinta piezas de plata y las arroj� al tesoro de la Casa de Jehov�.

Y romp� mi segundo bast�n, Uni�n, para disolver la hermandad entre Jud� e Israel. Y me dijo el SE�OR: Vuelve a ti los implementos de un pastor despreciable, porque �he aqu�! Estoy a punto de nombrar un pastor para la tierra; al destruido no visitar�, al que no buscar�, al herido no curar�, no apreciar�, sino que devorar� la carne de la grosura ".

"�Ay de mi pastor indigno, que abandona el reba�o! �La espada est� sobre su brazo y su ojo derecho! �Que se seque su brazo y se cegue su ojo derecho!"

A esto sigue la secci�n Zacar�as 13:7 , que desarrolla la tragedia de la naci�n hasta su cl�max en el asesinato del buen pastor.

Lev�ntate, espada, contra mi pastor y contra el var�n mi compatriota, or�culo de Jehov� de los ej�rcitos. Golpea al pastor, para que se esparzan las ovejas, y volver� mi mano contra los peque�os. Y suceder� en todos la tierra-or�culo de Jehov�-que dos tercios ser�n cortados en ella, y perecer�n, pero una tercera parte quedar� en ella. Y traer� la tercera parte al fuego, y lo fundir� como se fundi� plata y lo probar�. como los hombres prueban el oro. Invocar� mi nombre, y yo le responder�. Y dir�: Mi pueblo es, y dir�: Jehov� mi Dios.

Información bibliográfica
Nicoll, William R. "Comentario sobre Zechariah 13". "El Comentario Bíblico del Expositor". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/teb/zechariah-13.html.