Bible Commentaries
1 Samuel 13

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

Versículos 1-23

PRUEBA Y FALLO DE SAUL (CHS. 13-15.).

EXPOSICI�N

GUERRA CONTRA LOS FILISTINOS (vers�culo 1-14: 46).

1 Samuel 13:1

La edad y la duraci�n del reinado de Sa�l. Sa�l rein� un a�o. Este vers�culo literalmente traducido es: "Sa�l ten�a un a�o cuando comenz� a reinar, y rein� dos a�os sobre Israel". En su forma, sigue exactamente la declaraci�n habitual prefijada al reinado de cada rey, de su edad a su adhesi�n y los a�os de su reino ( 2 Samuel 2:10; 2Sa 5: 4; 1 Reyes 14:21; 1 Reyes 22:42, etc.). La representaci�n de la A.V. es demasiado forzado e insostenible para que valga la pena discutirlo. Como hemos visto antes, los n�meros en los Libros de Samuel no son confiables; Pero la dificultad aqu� es antigua. La Vulgata traduce el hebreo literalmente, como lo hemos dado; la Septuaginta omite el verso, y el sir�aco parafrasea tan audazmente como el AV: "Cuando Sa�l rein� uno o dos a�os". El Chaldee dice: "Sa�l era tan inocente como un ni�o de un a�o cuando comenz� a reinar". En la versi�n de Hexaplar, un escritor an�nimo ha insertado la palabra treinta, lo suficientemente precipitadamente; porque como Jonathan era lo suficientemente mayor como para tener un comando importante ( 1 Samuel 13:2), y era capaz de los actos de un hombre fuerte ( 1 Samuel 14:14), la edad de su padre debe haber sido de menos treinta y cinco, y tal vez fue a�n m�s. En cuanto a la duraci�n del reinado de Sa�l, San Pablo lo hace cuarenta a�os ( Hechos 13:21), exactamente lo mismo que el de David ( 1 Reyes 2:11) y el de Salom�n ( 1 Reyes 11:42); y Josefo testifica que tal era la creencia tradicional de los jud�os ('Antiq.,' 1 Samuel 6:14, 1 Samuel 6:9). Por otro lado, es notable que la palabra aqu� por a�os es la que se usa cuando el n�mero entero es menor que diez. Sin embargo, los eventos registrados en el resto del libro parecen requerir un per�odo mayor de diez a�os durante el reinado de Sa�l; treinta y dos ser�an un n�mero m�s probable y, sumados al reinado de siete a�os y medio de Ishbosheth (ver 2 Samuel 5:5), constituir�an la suma total de cuarenta a�os atribuidos por San Pablo a la dinast�a de Sa�l. Sin embargo, es muy posible que estos cuarenta a�os incluyan incluso los quince o diecis�is a�os del juicio de Samuel. Pero los dos hechos, que los tres hijos de Sa�l mencionados en 1 Samuel 14:49 ten�an la edad suficiente para ir con �l a la batalla del monte Gilboa, donde fueron asesinados; y que Ishbosheth, su sucesor, ten�a cuarenta a�os cuando muri� su padre, elimine efectivamente la idea de que Sa�l tuvo un reinado muy corto.

OCASI�N DE LA PRIMERA GUERRA CONTRA LOS FILISTINOS ( 1 Samuel 14:2).

1 Samuel 13:2

Sa�l lo eligi� a �l. Literalmente, "Y Sa�l lo eligi�", la forma habitual de comenzar la narraci�n del reinado de un rey. Probablemente seleccion� a estos 3000 hombres al final de la guerra con los amonitas, para fortalecer al peque�o guardaespaldas que hab�a reunido a su alrededor en Gabaa ( 1 Samuel 10:26). Como siempre est�n en armas, se volver�an altamente disciplinados y formar�an el n�cleo y el centro de todas las futuras operaciones militares (ver en 1 Samuel 14:52). Los coloc� a ambos lados del desfiladero en la cordillera de Betel, as� que exactamente se describe en Isa�as 10:28, Isa�as 10:29, donde Sennacherib, como leemos, deja su carruaje, es decir Su equipaje, en Michmash, y despu�s de pasar por el paso, llega a Geba. Gabaa, donde Jonathan fue enviado con 1000 de estos guerreros elegidos, era el hogar de Sa�l, y su hijo tendr�a el beneficio de la ayuda de Kish y Abner, mientras que Michmash era el lugar m�s expuesto, ubicado a unos siete kil�metros al noreste de Jerusal�n. Conder ('Tent Work', 2: 110) describe este desfiladero como "un desfiladero estrecho con precipicios verticales de unos 800 pies de altura, una gran grieta o fisura en el pa�s, lo cual es peculiar a este respecto, que solo se da cuenta de su existencia cuando est� cerca del borde; porque en el norte el espol�n estrecho de las colinas lo oculta, y en el sur una meseta plana se extiende hasta la cima de los riscos. En el lado sur de este gran abismo se encuentra Geba de Benjamin, en una roca mont�culo, con cavernas debajo de las casas y tierra cultivable al este, y en el lado opuesto, considerablemente m�s bajo que Geba, se encuentra el peque�o pueblo de Michmash, en una especie de silla de montar, respaldado por un valle de ma�z abierto y f�rtil. era famoso por producir una excelente cebada. Cada hombre a su tienda. Esto con nosotros ser�a una frase b�lica; pero como la masa de los israelitas viv�a en tiendas de campa�a, significa simplemente su dispersi�n hacia el hogar; y entonces el sir�aco traduce " cada uno a su casa "(ver Salmo 69:25).

1 Samuel 13:3

En Geba En esta guarnici�n, los filisteos ordenaron el otro extremo del desfiladero, y tambi�n ten�an otro puesto avanzado m�s all� de �l cerca de Gabaa ( 1 Samuel 10:5). Probablemente ninguna de estas guarniciones era muy fuerte, y Sa�l pudo haber tenido la intenci�n de que Jonathan los atacara mientras sosten�a el extremo norte del paso, que ser�a el primer lugar atacado por los filisteos en vigor. En cuanto a la palabra guarnici�n traducida, se han hecho intentos para convertirla en pilar y representarla como una muestra de la supremac�a filistea que Jonathan arroj�, mientras que otros, con la Septuaginta, la toman como un nombre propio; pero la palabra golpe est� fuertemente a favor de la representaci�n del A.V. Que los hebreos oigan. Sa�l debe haber tenido la intenci�n de la guerra cuando se hab�a puesto a s� mismo y a Jonathan en esos lugares de mando, y probablemente todo esto hab�a sido esbozado por Samuel (ver 1 Samuel 10:8). Ahora convoca a todo Israel a la guerra. Es extra�o que �l llame al pueblo "hebreos", el t�tulo filisteo de desprecio; pero se usa nuevamente en el vers�culo 7 y, por supuesto, en el vers�culo 19. La Septuaginta dice: "Dejen que los esclavos se rebelen", pero aunque seguido por Josefo, el cambio de texto no es probable.

1 Samuel 13:4

Que Sa�l hab�a herido. Aunque el logro fue en realidad el de Jonathan, pertenec�a a Sa�l como comandante en jefe, y probablemente se hab�a hecho bajo sus instrucciones. Israel tuvo abominaci�n con los filisteos. Deben haber visto con grave disgusto la reuni�n de Israel para elegir un rey, y la posterior derrota de Sa�l de los amonitas, y la retenci�n con �l de un gran cuerpo de hombres, y probablemente hab�an estado haciendo alg�n tiempo preparativos para la guerra. Sa�l, por lo tanto, sabiendo que estaban reuniendo sus fuerzas, hace lo mismo, y la gente fue llamada despu�s de Sa�l. Literalmente, "lloraron despu�s de �l", es decir, fueron convocados por proclamaci�n. Para Gilgal ver 1 Samuel 7:16; 1 Samuel 11:14. Este lugar hab�a sido seleccionado porque, cuando el valle se abre all� en la llanura de Jordania, era un lugar adecuado para el montaje de un gran anfitri�n. Para su identificaci�n, consulte Conder, 'Tienda de campa�a', 1 Samuel 2:7.

1 Samuel 13:5

Mucho antes de que Sa�l pudiera reunir a Israel, los filisteos hab�an completado sus preparativos e invadieron el pa�s en cantidades abrumadoras; pero treinta mil carros en comparaci�n con seis mil jinetes es desproporcionado. Posiblemente el �ltimo l en Israel haya sido tomado por algunos copistas por un n�mero, y como significa treinta, cambi� 1000 en 30,000. O, m�s simple a�n, shin, el n�mero de 300, se ha le�do con dos puntos y se ha cambiado a 30,000. Vinieron y lanzaron en Michmash. Sa�l se hab�a retirado hacia el este a Gilgal, y los filisteos se hab�an colocado as� entre �l y Jonat�n. Sin embargo, hay una dificultad en las palabras hacia el este desde Bet-aven; porque como esto, nuevamente, estaba al este de Betel, pone el campamento de los filisteos demasiado al este. Sin embargo, como no es la frase habitual para el este, algunos comentaristas dicen: "frente a Beth-avon". "Significa 'la casa de la nada', y fue el nombre originalmente dado al desierto al este de Betel, debido a su car�cter est�ril" (Conder, 'Tent Work', 2: 108). Los filisteos, sin embargo, hab�an llegado en tal cantidad que su campamento debi� ocupar una gran extensi�n de terreno.

1 Samuel 13:6

La gente estaba angustiada. Literalmente, estaban apretados, presionados, estaban en dificultades. Los filisteos hab�an respondido tan r�pidamente al desaf�o de Sa�l, que los israelitas, olvidando su victoria sobre Nahas, cuyos hombres, sin embargo, probablemente ten�an armas muy inferiores a las que usaban los filisteos, perdieron el coraje; e incluso la banda elegida de 2000 hombres disminuy� a 600. En cuanto a la masa de la gente, actuaron con la cobard�a m�s abyecta, ocult�ndose en cuevas, de las cuales hay muchas en las cadenas de piedra caliza de Palestina. Posteriormente, David encontr� seguridad en ellos cuando fue perseguido por Sa�l. Tambi�n en matorrales. La palabra como se deletrea aqu� no aparece en ning�n otro lugar, ni las versiones est�n de acuerdo en cuanto a su significado. Lo m�s probable es que signifique hendiduras, grietas o fisuras en las rocas. La siguiente palabra, rocas, ciertamente significa acantilados precipitados; y matorrales o arbustos espinosos apenas se colocar�an entre cavernas y acantilados, los cuales pertenecen a monta�as. En lugares altos. Esta palabra aparece en otro lugar solo en Jueces 9:46, Jueces 9:49, donde se retiene. Pero este significado no est� respaldado por las versiones antiguas, y lo m�s probable es que signifique una b�veda o cripta, que mejor se adapte al escondite que se menciona a continuaci�n, fosas, es decir, tanques, dep�sitos artificiales de agua, con los que la mayor�a de los distritos estaban bien abastecidos en Palestina, incluso antes de su conquista por Israel. Eran absolutamente necesarios, ya que las lluvias caen solo en los per�odos establecidos, y el suelo calc�reo no retendr� agua; cuando estaban secos, formar�an lugares aptos para el ocultamiento.

1 Samuel 13:7

Algunos de los hebreos. Un nombre despectivo para Israel (ver 1 Samuel 13:3). Si la lectura es correcta, debe usarse aqu� de una parte cobarde de las personas (como en 1 Samuel 14:21), para la inserci�n de algunos de los elementos de A.V. Es injustificable. Pero por un cambio muy leve, simplemente alargando el tallo de una carta, tenemos un muy buen sentido: "Y se fueron por los vados del Jord�n a la tierra de Gad y Gilead", es decir, al distrito monta�oso en el que el Jord�n se levanta

SACRIFICIO DE Erupci�n de Sa�l ( 1 Samuel 13:8).

1 Samuel 13:8

Siete d�as, seg�n el tiempo establecido. Ver en 1 Samuel 10:8. El lapso de tiempo entre el nombramiento de Samuel de los siete d�as durante los cuales Sa�l deb�a esperar a que inaugurara la guerra de independencia, y la ocasi�n actual, probablemente no fue tan grande como muchos comentaristas suponen; porque 1 Samuel 13:1 es, como hemos visto, mal traducido, y todo lo dem�s lleva a la conclusi�n de que la derrota de los amonitas, la elecci�n de los 3000 y el ataque de Jonathan a la guarnici�n en Geba sigui� r�pidamente unos y otros. Como los filisteos considerar�an correctamente la elecci�n de un rey por parte de Israel como un acto de rebeli�n, no podemos suponer que hayan sido tan supinos y negligentes como para no haberse preparado de inmediato para la guerra. Hab�a designado. La palabra hebrea para esto ha sido omitida por alg�n accidente. Se da en la Septuaginta y Chaldee y algunos MSS. Toda la importancia de la ocurrencia surgi� de haber sido designado por Samuel en su selecci�n de Sa�l como rey.

1 Samuel 13:9

Una ofrenda quemada, etc. El hebreo tiene el art�culo definido, la ofrenda quemada y las ofrendas de paz, que estaban listas para que Samuel las ofreciera. �l ofreci�. No con su propia mano, sino con la mano del sacerdote asistente, Ahiah, que estaba, sabemos, con �l. Posiblemente, sin embargo, la ley lev�tica no se observ� estrictamente en este per�odo.

1 Samuel 13:10

Para poder saludarlo. Literalmente, "bend�celo", pero la palabra se usa a menudo como un saludo solemne ( 2 Reyes 4:29). Es evidente que Samuel vino el s�ptimo d�a, y que Sa�l en su impetuosidad no pudo quedarse todo el d�a.

1 Samuel 13:11

Que has hecho La pregunta implica una reprimenda, que Sa�l responde alegando su peligro. La demora de cada d�a hac�a que su peque�a fuerza se desvaneciera r�pidamente, y los filisteos podr�an a cualquier hora bajar de Michmash sobre �l en Gilgal y destruirlo. Pero fue la realidad del peligro lo que puso a prueba su fe y su obediencia.

1 Samuel 13:12

No he hecho s�plica a Jehov�. Literalmente, "No he acariciado el rostro de Jehov�", sino que lo hac�a propicio mediante la oraci�n ( �xodo 32:11; Jeremias 26:19). Me forc� a m� mismo. Sa�l alega en su justificaci�n la inminencia del peligro, y quiz�s haya pocos que tengan la fe suficiente para "quedarse quietos y ver la salvaci�n de Jehov�" ( �xodo 14:13).

1 Samuel 13:13

Has hecho tontamente. Sa�l no solo hab�a recibido una orden expresa de esperar siete d�as, sino que se le hab�a dado en circunstancias especiales y confirmado por el cumplimiento de los signos se�alados. Sab�a, adem�s, cu�nto depend�a de su espera, y que la obediencia a la orden del profeta era una condici�n esencial de su nombramiento. Sin embargo, en su impaciencia y desconfianza hacia Jehov�, no puede esperar el tiempo establecido; no realmente por ning�n deseo de propiciar a Dios, sino por el efecto que se producir� en la mente de las personas. Era tedioso permanecer inactivo; su posici�n en las llanuras era. insostenible; en cualquier momento su retirada a las monta�as podr�a verse interrumpida; y por eso prefiere la parte de un general prudente a la de un siervo obediente y confiable de Dios. Y podemos notar que no hay confesi�n de maldad de su parte. M�s bien, su mente parece completamente ocupada con su deber como rey, sin tener en cuenta al Rey superior, a quien deber�a haber sido su primer deber obedecer.

1 Samuel 13:14

Jehov� lo ha buscado un hombre seg�n su propio coraz�n. El lenguaje de la profec�a describe constantemente lo que ya se ha hecho, lo cual solo se determina. Como David ten�a solo veintitr�s a�os de edad a la muerte de Sa�l, ahora debe haber sido un mero ni�o, incluso si naci�, (ver 1 Samuel 13:1). Pero la elecci�n divina de Sa�l, que por su obediencia habr�a sido confirmada ese d�a, ahora fue anulada, y la sucesi�n fue transferida a otro lugar. Pueden pasar a�os antes de que se tome el primer paso terrenal para nombrar a su sucesor ( 1 Samuel 16:13); m�s a�n, si Sa�l se hubiera arrepentido, deducimos de 1 Samuel 15:26 que podr�a haber sido perdonado: porque las amenazas de Dios, como sus promesas, son condicionales. No hay fatalismo en la Biblia, sino una disciplina amorosa para la recuperaci�n del hombre. Pero detr�s de �l se encuentra la presciencia divina y la omnipotencia; y as�, seg�n el punto de vista prof�tico, la negativa de Sa�l a arrepentirse, su desobediencia repetida y la sucesi�n de David se revelaron como hechos consumados.

CONTINUACI�N DE LA GUERRA ( 1 Samuel 15:15-9).

1 Samuel 13:15

Samuel ... lo recogi� de Gilgal a Gabaa de Benjam�n. Samuel pasar�a junto a Gabaa camino a su propia casa en Ram�; pero parece haberse demorado all� para alentar a la gente; y probablemente llev� instrucciones de Sa�l a Jonathan para unir sus fuerzas con �l, ya que a continuaci�n encontramos al padre y al hijo all� en compa��a. Incluso si esto no fuera as�, sin embargo, las relaciones amistosas deben haber continuado entre Sa�l y Samuel, ya que este �ltimo no habr�a elegido la casa de Sa�l para su lugar de detenci�n; ni ir�a all� sin ver a Jonathan y darle ayuda y consejo. Sa�l numerado. Ver en 1 Samuel 11:8. Despu�s de convocar a toda la naci�n, no qued� con �l ni un tercio de su banda seleccionada.

1 Samuel 13:16

En Gabaa de Benjam�n. Este es un cambio arbitrario de la A.V. para Geba, que es la palabra en el texto hebreo. Nuestros traductores sin duda consideraron que, como Gabaa de Benjam�n aparece en el verso anterior, este debe ser el mismo lugar. Pero nuestro mayor conocimiento de la geograf�a de Tierra Santa nos permite decir que Geba tiene raz�n; porque, como hemos visto, estaba en un extremo del desfiladero, en el otro extremo estaba Michmash; y solo aqu� podr�a el peque�o ej�rcito de Sa�l tener alguna posibilidad de defenderse contra la gran hueste de filisteos. Por mucho que podamos culpar a la desobediencia de Sa�l, era un h�bil soldado y un hombre valiente, y su ir con su peque�a banda al final del pase para tomar una �ltima posici�n desesperada fue un acto digno de un rey.

1 Samuel 13:17, 1 Samuel 13:18

Los spoilers. La conducta de los filisteos es la de los hombres que conf�an demasiado en su fuerza. Deber�an haber atacado de inmediato a Sa�l en la llanura de Jordania, donde su caballer�a les habr�a asegurado la victoria, y luego, siguiendo la ruta de Samuel y Sa�l, se hab�an apoderado del otro extremo del desfiladero y vencieron a Jonathan. Pero los despreciaron a ambos, y al considerar el pa�s como conquistado, proceden a castigarlo, ya que probablemente ten�an cono en ocasiones anteriores, cuando nadie se hab�a atrevido a hacer resistencia. Dejando entonces al ej�rcito principal para vigilar el campamento en Michmash, enviaron tropas armadas ligeras para saquear toda la tierra. Una compa��a se volvi� hacia el camino ... hacia Ofra, hacia la tierra de Shual. Esta compa��a fue hacia el norte, hacia Ophrah, un lugar a cinco millas al este de Betel. La tierra de Shual, es decir, la tierra del zorro, era probablemente la misma que la tierra de Shalim en 1 Samuel 9:4. Otra compa��a, etc. Esto fue hacia el este, hacia Beth-heron, para lo cual ver Josu� 10:11. El tercero fue hacia el sureste, hacia el desierto de Judea. Zeboim, y todos los lugares mencionados, est�n en la tribu de Benjam�n, que hab�a cometido la ofensa de hacerse rey. Al sur, Sa�l sosten�a las monta�as a Jerusal�n.

DESCRIPCI�N DEL EXTREMO ESTADO DE OPRESI�N DE ISRAEL ( Josu� 10:19-6).

1 Samuel 13:19

No hab�a herrero. Esto explica el desprecio despectivo de Sa�l por parte de los filisteos. La gente fue desarmada, y la resistencia imposible. Al parecer, esta pol�tica se hab�a seguido durante mucho tiempo; pero necesitamos informaci�n m�s completa de lo que sucedi� entre la victoria de Samuel en Mizpah y el nombramiento de Sa�l como rey, para permitirnos comprender la evidente debilidad de Israel en este momento. Pero probablemente esta descripci�n se aplica completamente solo a los distritos de Benjam�n, cerca de los filisteos. La gente m�s lejos ten�a armas con las que derrotaron a los amonitas, y Sa�l y sus hombres habr�an asegurado todas las armas que el enemigo arroj�. Pero evidentemente no se permit�a la fabricaci�n de armas, y nadie en la medida de lo posible permit�a usar o poseer armas.

1 Samuel 13:20

Los israelitas descendieron a los filisteos. Es decir. a su tierra. Esto solo podr�a haberse aplicado a los distritos cercanos a los filisteos, a menos que supongamos que establecieron forjas tambi�n en sus guarniciones. Afilar. El verbo se refiere principalmente al trabajo que requiere un yunque y un martillo. En cuanto a los implementos, no solo las versiones no est�n de acuerdo en sus representaciones, sino que la Septuaginta tiene una lectura muy curiosa diferente, en el sentido de que en el momento de la cosecha los israelitas tuvieron que pagar a los filisteos tres shekels para reparar y afilar sus herramientas. La cuota es m�s probablemente una hoz. El coulter es ciertamente un arado, como se muestra en Isa�as 2:4; Joel 3:10. Del hacha no hay duda; y el material es una azada pesada para levantar el suelo, ya que las palas para ese prop�sito apenas se usan en ning�n lugar, excepto en nuestro propio pa�s.

1 Samuel 13:21

Un archivo. Margen, un archivo con bocas. La palabra solo aparece aqu�, y se traduce un archivo bajo la autoridad de Rashi. Casi todos los comentaristas modernos est�n de acuerdo en que significa franqueza, y que este vers�culo debe unirse al anterior, y los dos deben traducirse, "Pero todos los israelitas bajaron a los filisteos para afilar su hoz, su arado y su hacha. , y su material, siempre que los bordes de los materiales, y los arados, y las horquillas, y las hachas fueran romas, y tambi�n para fijar los aguijones ". Los israelitas estaban, por lo tanto, en un estado de completa dependencia de los filisteos, incluso para continuar con su agricultura, y probablemente conservaron solo la regi�n monta�osa, mientras que sus enemigos eran due�os de las llanuras.

1 Samuel 13:22

No hab�a espada, etc. Armados solo con palos y sus implementos agr�colas, no es de extra�ar que la gente tuviera miedo de luchar contra los filisteos, quienes, seg�n deducimos de la descripci�n de la armadura de Goliat, estaban vestidos por correo; tampoco es sorprendente que despreciaran y descuidaran a Sa�l y sus pocos hombres, a quienes probablemente consideraban como una multitud desarmada de r�sticos. Los amonitas probablemente estaban armados con mucha menos eficiencia que los filisteos, quienes, como comandantes de la costa del mar, pod�an importar armas de Grecia.

1 Samuel 13:23

Y la guarnici�n, etc. Cuando los filisteos oyeron que Sa�l con sus seiscientos hombres se hab�an unido a la peque�a fuerza que ya estaba en Geba con Jonathan, enviaron un cuerpo de hombres para ocupar una eminencia m�s arriba en el desfiladero que se extend�a entre Geba y Michmash ( ver en 1 Samuel 13:2). El prop�sito de esto era mantener la ruta abierta, para que, cuando quisieran, pudieran enviar un cuerpo m�s grande de tropas al desfiladero para atacar a Sa�l. Tambi�n vigilar�a sus movimientos, aunque no pod�an haber esperado que �l se aventurara a atacarlos. Fue esta guarnici�n la que Jonathan atac� tan valientemente y, con su �xito, prepar� el camino para la derrota absoluta del enemigo.

HOMIL�TICA

1 Samuel 13:1

El gran antagonismo.

Los hechos son:

1. Sa�l, al ingresar en la organizaci�n militar de su reino, forma una fuerza selecta bajo el mando de �l y Jonathan.

2. La derrota de la guarnici�n filistea por Jonathan se anuncia a todo Israel.

3. Este primer �xito despierta la hostilidad de los filisteos, que amenazan a Israel con n�meros abrumadores.

4. El efecto de esta muestra de fuerza es desanimar a los seguidores de Sa�l que esperaban en Gilgah. La presencia de los filisteos dentro de las fronteras de Israel era incompatible con los privilegios originalmente otorgados, y era una fuente perpetua de peligro y molestia. Uno de los fines contemplados en la b�squeda de un rey era limpiar la tierra prometida de enemigos. El estado normal del pueblo de Dios solo se realiz� cuando la tierra era el hogar exclusivo de los descendientes de Abraham. La reforma, en progreso lento pero constante, cre� la ambici�n y el esfuerzo para expulsar al enemigo. Los movimientos de Sa�l, por lo tanto, eran una expresi�n correcta del sentimiento nacional y en armon�a con el alto prop�sito de la existencia de Israel. En este intento de someter al gran enemigo del reino, tenemos una representaci�n hist�rica del gran conflicto que se libra entre el reino espiritual y los males que en gran medida poseen la posesi�n del mundo; y en la variada experiencia de Israel vemos sombras de verdades que encuentran expresi�n en los tiempos cristianos.

I. LA EXISTENCIA DEL REINO DE CRISTO INCLUYE UN CONFLICTO CON UN ESP�RITU PODEROSO Y PODEROSO PARA LA POSESI�N DE LA TIERRA. La existencia separada de Israel, combinada con la promesa hecha a Abraham ( G�nesis 15:7), y el prop�sito espiritual de ser forjado para la gloria de Dios, hicieron inevitable la guerra con los filisteos en este momento. La existencia del reino de Cristo en la separaci�n real de aquellos que forman su Iglesia, combinada con su derecho a ser Rey de cada tierra y coraz�n, y la predicci�n de que tendr� las partes m�s extremas de la tierra para su posesi�n, implica incesante lucha con hombres, esp�ritus, costumbres, leyes, principios, prop�sitos y todo lo dem�s, visible e invisible, que es incompatible con su influencia plena y bendecida. La luz no se opone m�s a la oscuridad, la vida a la muerte, la pureza a la corrupci�n, que Cristo y su santo gobierno se oponen a mucho de lo que ahora gobierna la sociedad humana.

II LOS PRIMEROS ESFUERZOS DE LOS FIELES SON EJEMPLOS DE FUTURAS CONDUCTAS, Y LOS TRIUNFOS GANADOS SON UN PREMIO DE LO QUE PUEDE SER EN UNA ESCALA M�S GRANDE. Los primeros esfuerzos de Sa�l y sus seguidores se caracterizaron por la fe en su misi�n como pueblo de Dios, la lealtad a la causa divina que representaban, el coraje y la abnegaci�n por el bien de la tierra, la unidad de objetivos y la concentraci�n de la fuerza. Ten�an derecho a creer en el �xito, porque la tierra prometida era para Israel y no para el id�latra filisteo. La victoria en Geba fue una promesa de los pr�ximos eventos. La guerra contra el pecado se ha llevado a cabo desde que la primera promesa anim� el coraz�n de nuestro antepasado ca�do. Pero podemos considerar los esfuerzos de la Iglesia cristiana primitiva como el primer esfuerzo organizado, bajo las leyes del reino de Cristo, para la extirpaci�n de todo pecado y maldad. Los primeros cristianos fueron buenos ejemplos de convicci�n clara y profunda de que eran los siervos de Cristo y ten�an una misi�n divina para trabajar en un mundo antag�nico. Y los triunfos espl�ndidos ganados, sin embargo, en comparaci�n con el �rea del pecado, tan peque�a como fue la captura de Geba en relaci�n con todas las posesiones de los filisteos, son una indicaci�n de lo que le espera a la Iglesia, si solo, dejando a un lado las luchas internas, mundanas. pol�ticas, autocomplacencia, ella solo preparar� sus energ�as para perfeccionar las conquistas ya hechas. Novedades que no necesitamos; las viejas armas, el viejo esp�ritu, la vieja consagraci�n, la vieja solter�a de punter�a, derribar�n todav�a fortalezas.

III. El ANTAGONISMO PUEDE CRECER EN INTENSIDAD COMO UNA CONSECUENCIA DEL �XITO. Hasta cierto punto, el �xito en la guerra despierta m�s a fondo las energ�as de los vencidos. La adquisici�n de Geba hizo que Israel fuera m�s que nunca detestable para los filisteos, y desarroll� sus recursos. El mismo efecto fue producido por los triunfos de Pentecost�s ( Hechos 4:1). Posteriormente, los gobernantes tomaron consejo, temiendo "con lo cual esto crecer�a" ( Hechos 5:24), a menos que se tomaran medidas m�s severas para suprimirlo. Fue el esp�ritu necesariamente agresivo del cristianismo, combinado con su creciente influencia, lo que despert� el esp�ritu feroz y perseguidor de la antigua Roma. Cuanto m�s se incita a los hombres a un cristianismo puro, m�s se levantan las pasiones malvadas en la resistencia. Es probable que haya estaciones en las que los "principados y poderes" del mundo invisible se combinen con toda ferocidad para despertar el antagonismo humano al evangelio. La amarga hostilidad y el desaf�o abierto de la actualidad est�n en una coexistencia instructiva con los esfuerzos y triunfos cristianos que superan en alcance cualquier r�cord registrado en la historia.

IV. LA ESPERANZA DE LA VICTORIA FINAL DEPENDE M�S DE NUESTRA FE EN DIOS QUE DE LA DEBILIDAD DEL ENEMIGO. Los seguidores de Sa�l se desanimaron al enterarse de los tremendos esfuerzos de los filisteos. Cuando Pedro en el mar apart� la vista de Cristo hacia las olas y comenz� a hundirse, estos hombres perdieron la esperanza cuando, olvidando el "poderoso Dios de Jacob", fijaron su atenci�n en las fuerzas del enemigo. No se trataba de pocos o muchos filisteos, sino de la fe en su Dios. El coraz�n d�bil de Israel encuentra su contraparte en los tiempos modernos. La vasta �rea sobre la cual reina el mal, los vicios desesperados que encadenan a miles, el grado en que la sociedad est� impregnada de principios ajenos al evangelio, la absorci�n total de millones en asuntos puramente materiales, los feroces ataques hechos al car�cter sobrenatural del cristianismo, y la creciente positividad y licencia intelectual de muchos de los que luchan bajo el estandarte robado de la "ciencia"; estos signos de poder se ven envueltos y el coraz�n se hunde por miedo. Este desmayo es tan irracional como pecaminoso. �Es Cristo un Salvador vivo? �Es �l el Se�or de todos? Es una simple cuesti�n de hecho. Si no, entonces nuestro cristianismo es un enga�o; no tenemos esperanza en el mundo, y la vida es un enigma insoluble, horrible y desgarrador. Pero si lo es, �qui�nes son los hombres o cu�les son sus recursos? No son m�s que criaturas de un d�a, y su fuerza perece. El debe reinar. Sobre su propia cabeza florecer� su corona.

Lecciones generales: -

1. Todo cristiano debe preguntar hasta qu� punto �l, en lealtad a Cristo y plenamente convencido de su triunfo, est� haciendo su parte en la obra com�n de la Iglesia.

2. Es una cuesti�n de investigaci�n hasta qu� punto podemos estar impidiendo el progreso del cristianismo al comprometernos con el mundo con la esperanza de disminuir el antagonismo.

3. Deber�a guiar nuestra conducta para recordar que la santidad m�s severa de la vida, combinada con el amor m�s tierno, ha logrado el trabajo espiritual m�s duradero.

4. Tiende a alimentar la fe en la suficiencia de Dios si nosotros, mediante el pensamiento y la oraci�n, nos habituamos a una comuni�n real con �l.

1 Samuel 13:8

Tentaciones representativas.

Los hechos son:

1. Sa�l, esperando en Gilgal a Samuel, da �rdenes para la observancia de la adoraci�n sacrificial.

2. Hacia el final de la ceremonia, y antes de que expirara el tiempo completo, Samuel hace su aparici�n.

3. En respuesta a la protesta de Samuel, Sa�l asigna los motivos de su conducta: el des�nimo de la gente, la no llegada de Samuel y la actitud amenazante del enemigo.

4. Samuel acusa a Sa�l de no haber cumplido el mandamiento de Dios, y declara que su familia no tendr� �xito en el trono.

5. Samuel se retira a Gabaa, donde Sa�l y su hijo tambi�n van con sus seguidores. Si la cita para reunirse en Gilgal fue la mencionada en 1 Samuel 10:8, o un acuerdo posterior, no afecta el hecho de que, en vista de las medidas que deben tomarse conjuntamente, Saul hab�a sido claramente ordenado por Dios, a trav�s de el profeta, esperar siete d�as hasta que vino Samuel. Evidentemente, era un claro entendimiento que en el pr�ximo esfuerzo por librar a la tierra de los filisteos, el poder espiritual, representado por el profeta de Dios, deb�a ser prominente. As� se reconocer�a la "forma del reino" ( 1 Samuel 10:25), y el gobernante de Israel, aunque un rey, seguir�a siendo el agente para elaborar un destino espiritual. Era de inmensa importancia que, teniendo un rey como en otras naciones, Israel y el monarca a�n deb�an sentir que, no la forma de gobierno, sino la bendici�n de Dios otorgada en respuesta a la oraci�n, y en el debido reconocimiento de la instituciones espirituales, era lo m�s importante. Y la orden de esperar a la gu�a espiritual y al gobernante fue eminentemente adecuada para impresionar a Sa�l y al pueblo con la autoridad y el valor ilimitados de la cabeza espiritual. No hay evidencia de que haya llegado el final de los siete d�as, solo que estaba cerca. Incluso si llegaba, el autor del comando era responsable de las consecuencias, no Sa�l. El primer deber de un sujeto es obedecer la ley. Sa�l no ten�a derecho a romper el mandamiento de su Rey. La asunci�n del control de las funciones espirituales viol� un gran principio a los ojos de las personas. Significar�a que se puede prescindir del profeta de Dios; el rey puede inventar formas distintas a las de Dios para enfrentar peligros apremiantes; la obediencia r�gida al mandato de Dios no es conveniente en todo momento; los arreglos religiosos en el reciente asentamiento del reino, que impiden como lo hacen los movimientos militares, son defectuosos; todo debe, por presi�n de los acontecimientos, llegar a manos del monarca. As�, la esencia misma de la constituci�n, seg�n lo aprobado por Dios y explicado en acto y palabra por Samuel ( 1 Samuel 9:26, 1Sa 9:27; 1 Samuel 10:1, 1 Samuel 10:8, 1Sa 10:25; 1 Samuel 12:13, 1 Samuel 12:14), se dej� de lado.

I. LA VIDA TRAE INEVITABLEMENTE TENTAMENTE LAS TENTACIONES AL SACRIFICIO CLARO DEBIDO A UNA EXPEDIENCIA PENAL. Las dificultades que rodeaban a Sa�l parec�an surgir del curso natural de los acontecimientos. La deserci�n de muchos de sus seguidores fue tan f�cilmente explicada por la fuerza abrumadora del enemigo y la inactividad forzada por la ausencia de Samuel, como lo fue, desde un punto de vista pagano, pre�ado de desastres. El poder militar de la naci�n, al estar sujeto a arreglos espirituales, era menos un brazo de fuerza de lo que un monarca podr�a desear. La primera operaci�n de subordinaci�n de la habilidad y la fuerza del hombre al elemento religioso de la vida nacional no fue de ninguna manera prometedora. �No era conveniente actuar sin la autoridad espiritual tal como est� actualmente constituida? Ahora esta tentaci�n no era "cosa extra�a". Era solo una forma temprana y claramente definida de lo que Sa�l ser�a responsable de todos sus d�as; porque los eventos y su propia naturaleza imperfecta conspirar�an constantemente para plantear la cuesti�n de si no ser�a mejor defenderse en la guerra si no estuviera preocupado por consideraciones no militares. El car�cter espiritual del reino probar�a continuamente su lealtad a Dios. Su caso no fue singular.

1. La vida moral en la tierra implica prueba. La existencia moral creada no es posible aparte de la responsabilidad frente a los reclamos rivales del deber hacia Dios y el respeto por uno mismo, de alguna forma se supone que es m�s o menos conveniente. La tentaci�n surge de las condiciones en que vivimos.

2. Cada curso especial de la vida es atendido con tentaciones propias de su naturaleza. Sa�l como rey sentir�a la presi�n de lo que, como hombre que vive en la oscuridad, no habr�a sabido. Israel, elegido por Dios para atravesar el desierto y alcanzar la libertad y descansar en Cana�n, estaba abierto a pruebas de fe que, como esclavos en Egipto, no habr�an venido a ellos. Nuestro Salvador mismo soport� las tentaciones en virtud de su posici�n �nica como Fundador de un reino espiritual.

II ES UNA PROVIDENCIA MERCIFULA CUANDO LAS TENTACIONES REPRESENTANTES QUE VIENEN TEMPRANO EN LA CARRERA DE LA VIDA EST�N BAJO LAS CIRCUNSTANCIAS M�S FAVORABLES A LA RESISTENCIA. Las circunstancias de una tentaci�n se revelan maravillosamente en el acto de resistir. Si encuentra que la mente est� predispuesta a incursionar en el mal, o si viene en ausencia de indicaciones claras y recientes del deber, con un impulso repentino, o se insin�a en intrincadas consideraciones y compromisos, las posibilidades de su �xito aumentar�an en comparaci�n Con condiciones opuestas. Esta tentaci�n de pecar vino sobre Sa�l cuando se liber� de los enredos de una corte y la pol�tica dom�stica; estaba en marcado contraste con un comando muy expl�cito; fue contrario a la reciente instancia de la ayuda de Dios en presencia de un gran peligro ( 1 Samuel 11:4); y lleg� cuando su sentido moral estaba en su mejor momento. En la medida en que durante los a�os venideros, Sa�l inevitablemente sentir�a la fuerza de las tentaciones para afirmar sus propios m�todos y ser� aparentemente mejor que los indicados por los requisitos espirituales del reino, fue realmente una misericordia que esta tentaci�n representativa viniera cuando lo hizo, y en una forma muy f�cil de resistir. Si se resiste, un principio asumir�a una forma incipiente de h�bito. La fuerza moral del hombre se desarrollar�a por el ejercicio. El �xito sobre el enemigo, como consecuencia del primer triunfo de la fe en Dios y la sumisi�n a su orden espiritual, ser�a un monumento conmemorativo para la inspiraci�n futura. Tenemos aqu� una pista para la soluci�n de otros ensayos. Con demasiada frecuencia se imagina que el juicio de Ad�n, de los israelitas en el Mar Rojo, de Cristo en el desierto y de los ap�stoles durante los d�as oscuros de la crucifixi�n y la muerte, fue arbitrario, severo y, al menos, sin Un claro rastro de amabilidad. Pero considere

1. La vida en cada caso fue susceptible de muchas tentaciones. Era inseparable de la existencia de Ad�n como hombre en la tierra, de la marcha y ocupaci�n de Cana�n por parte de Israel, de la posici�n de nuestro Salvador entre los hombres y los esp�ritus malignos que actuar�an sobre su alma, y ??de la carrera apost�lica frente al antagonismo jud�o y gentil. , surgir�a esa tentaci�n una y otra vez, en formas propias de cada uno. As�, tambi�n, con la vida de cada hombre.

2. En cada caso, las condiciones para resistir la tentaci�n representativa de lo que se avecinaba eran m�s favorables a la entrada en la carrera. El hombre en el Ed�n era puro, libre de malos impulsos, independiente de enredos y deseos, familiarizado con el comando enf�tico y reciente. Israel en el Mar Rojo acababa de ver muestras maravillosas y repetidas de la suficiencia de Dios para protegerlos y evitar el peligro, y la orden de avanzar hacia el mar fue expl�cita. Nuestro Salvador, cuando fue tentado por el diablo, reci�n hab�a sido bautizado por el Esp�ritu Santo, a�n no desgastado por la ingratitud y el desprecio, lleno del llamado a participar en su trabajo de fundar un reino espiritual. As�, de la misma manera, cuando un monarca, un pastor, una iglesia o cualquier persona ingresa por primera vez a una oficina o trabajo, hay una libertad de los enredos que surgen de las relaciones mixtas, un eclat que inspira esperanza, un sentido de responsabilidad que crea El esp�ritu sobrio y vigilante, y una fama de ganar que apela a los m�s nobles sentimientos de deber y honor.

3. La resistencia en cada caso impartir�a una fuerza moral que ser�a de gran ventaja en todos los conflictos posteriores. Si Adam hubiera dicho un "no" final al tentador, su conquista moral sobre todas las otras tentaciones habr�a estado relativamente asegurada. Imperfecto como Israel estaba en el desierto, su poder moral se fortaleci� enormemente tanto por el acto de fe en el Mar Rojo como por la consiguiente victoria sobre Fara�n. Como Alguien que hab�a conquistado en el desierto, nuestro Se�or sin duda enfrentar�a las tentaciones posteriores de intercambiar pobreza, deseo y dominio espiritual por la pompa y el esplendor exterior de un reino terrenal con un esp�ritu m�s equitativo. Y la resistencia de los ap�stoles durante esas horas oscuras y desgarradoras antes de la resurrecci�n solo har�a de su fe un poder m�s poderoso para enfrentar la persecuci�n de los hombres y la aparente tardanza de la subyugaci�n del mundo a Cristo. As�, de la misma manera, aquellos que son llevados por la Providencia a soportar la tentaci�n en condiciones favorables al ingresar a una carrera en realidad reciben una gran misericordia. De este modo, est�n habilitados para ganar poder de por vida y calificar para un servicio superior. Esto encontrar� ilustraci�n tambi�n con los j�venes. Sus primeras pruebas, en buenas condiciones, los hacen m�s competentes para hacer frente a todo lo que seguramente seguir�.

III. EL PECADO COMPROMETIDO BAJO CONDICIONES FAVORABLES A LA RESISTENCIA DE LA TENTACI�N SE CONVIERTE EN EL CAR�CTER AGRAVADO. El pecado de Sa�l fue grande. Estaba marcado por la deliberaci�n y, sin embargo, por la locura extrema. Se "forz� a s� mismo". La orden era tan clara, los riesgos de desobediencia tan palpables, que solo un ingenio perverso podr�a persuadirlo para que desobedeciera. El esfuerzo por silenciar la conciencia siempre agrava un delito. La obediencia pronta e incuestionable se debe a �rdenes claras. El hombre no es responsable de nada m�s que del deber. La locura era conspicua. Romper un mandato claro para ofrecer un acto de adoraci�n es la perfecci�n de la necedad. Solo un "esp�ritu mentiroso" podr�a inducir a un hombre a honrar a Dios al deshonrarlo. El razonamiento ciego del coraz�n cuando una vez se cumple el deber claro es extraordinario. Ser�a una maravillosa revelaci�n del intelecto pervertido si pudi�ramos leer los procesos de pensamiento por los cuales los hombres son obligados a obligarse a cometer actos deliberados de pecado.

IV. EL CASTIGO SIGUIENTE SOBRE EL PECADO INCLUYE LA P�RDIDA DE ESO POR EL CUAL SE COMETI� EL PECADO. Dos consecuencias se produjeron con la exposici�n de Samuel del pecado de Sa�l: la p�rdida de la posesi�n permanente del trono de Israel por parte de su familia y la retenci�n de la interposici�n inmediata en nombre de la naci�n. Ahora es obvio que Sa�l hab�a cedido a la tentaci�n con la esperanza de inspirar a sus seguidores a la acci�n y de asegurar la estabilidad de su trono para �l y su familia en la subyugaci�n de sus enemigos. Hab�a una propiedad eminente en el pecado de Sa�l al ser visitado por la p�rdida del reino para su familia. �l era el rey del pueblo, elegido porque deseaban un monarca. Por lo tanto, estaba en armon�a con el curso habitual de la Providencia que, aunque �l pec�, se le deber�a permitir gobernar, y as�, por sus enfermedades, ser la vara para su castigo. Aunque representaba en sus virtudes y fallas a las personas que exig�an un rey, en el juicio reciente se le brind� una buena oportunidad de ajustarse al orden espiritual superior y de convertirse gradualmente en los objetivos espirituales m�s elevados de la vida nacional. Por lo tanto, al no alcanzar el nivel esencial para la concepci�n mesi�nica del reino, demostr� la incapacidad moral de sus principios y m�todos para transmitirlos a los sucesores. �No tenemos aqu� una verdad de recurrencia constante? El pecado se compromete a realizar un prop�sito, y el prop�sito no se realiza, pero se pierde por el acto mismo del pecado. Nuestros primeros padres buscaron el resto de la satisfacci�n al tomar la fruta prohibida; pero cualquier descanso que ten�an antes se perdi� en el acto de desobediencia, como tambi�n el tipo de descanso buscado por el hecho. El hombre infeliz que, bajo la presi�n de las circunstancias que lo intentaban como los anfitriones de Filistea para Sa�l, se obliga a cometer un fraude para asegurar el alivio y el �xito final en su empresa, se entera de su costo, cuando una vez que el acto es comprometido, ese alivio mental est� m�s lejos que nunca, y un curso de eventos implacable finalmente arruina la empresa. "El que busca su vida, la perder�".

Lecciones generales: -

1. Al seguir un camino del deber, la impaciencia con los caminos de Dios debe ser estrictamente suprimida, o nos expondr� a la presi�n de fuertes tentaciones.

2. En el alto servicio de Dios, podemos ser colocados en circunstancias de peligro extremo, pero estos nunca deben sacudir la confianza en su suficiencia.

3. A veces, el camino m�s elevado del deber es "estar quieto" y rezar por la gracia "para no entrar en la tentaci�n".

4. El cristiano tiene la garant�a, por el hecho de la existencia del "reino", como tambi�n por las experiencias del pasado, de creer que, sobre todas las fuerzas que amenazan a la Iglesia, hay un Poder que a veces restringe su manifestaci�n con fines de disciplina

5. Es un estudio rentable para la Iglesia considerar hasta qu� punto la oraci�n no es efectiva como consecuencia de la violaci�n constante de los mandamientos simples.

6. Es el signo de una conciencia culpable, y del efecto endurecedor de un solo pecado, que las razones plausibles est�n listas para justificar la conducta.

7. Si demostramos que no somos aptos para el servicio por nuestra falta de espiritualidad, la Providencia tarde o temprano nos eliminar� por otros m�s espirituales.

1 Samuel 13:17-9

Las ramificaciones del mal.

Los hechos son:

1. En ausencia de la interposici�n divina, y como consecuencia de la incapacidad de Sa�l para resistir el avance, los filisteos desarrollan sus fuerzas y saquean ciertos distritos del pa�s.

2. Como una cuesti�n de pol�tica de su parte, y como resultado de la transgresi�n de Sa�l, los filisteos privan al pueblo de los medios ordinarios para llevar a cabo la guerra.

3. Este estado de cosas requiere la inactividad prolongada de Sa�l e inflige considerables inconvenientes a las personas con respecto a sus actividades diarias en la agricultura. Aunque no podemos decir con precisi�n qu� curso habr�an tomado los acontecimientos si Sa�l, en lealtad a Dios, hubiera esperado la llegada de Samuel ( 1 Samuel 13:8), sin embargo, toda la historia de Israel y las recientes promesas hechas a trav�s de Samuel ( 1 Samuel 12:20-9) lleva a la creencia de que, como cuando Jabesh-Gilead estaba en peligro, la ayuda vino de Dios ( 1 Samuel 11:6), por lo que ahora los Filisteos habr�an sido dispersados ??por un Poder m�s que humano. Los hechos dados en este p�rrafo parecen estar dise�ados para preparar el camino para la narrativa del hero�smo de Jonathan en el siguiente cap�tulo; Al mismo tiempo, ilustran, en s� mismos, algunas verdades de mayor alcance que la condici�n pol�tica y social de Israel. Tenemos aqu� una instancia de:

I. LA INFLUENCIA PROFUNDA DE UN SENTIDO DE CULPA EN LA CONDUCTA DE ASUNTOS. La inactividad militar y la impotencia general de Sa�l despu�s de la entrevista de Samuel con �l ( 1 Samuel 13:11-9) contrastan notablemente con su energ�a en otros momentos, y no deben atribuirse por completo a la ausencia de una interposici�n divina especial. La explicaci�n debe buscarse en su convicci�n personal del pecado. No hab�a alegr�a, ni esperanza, ni manantial en su alma, ni ansias de un conflicto cercano con el enemigo; y eso tambi�n, porque una sensaci�n de pecado trajo par�lisis moral a toda su naturaleza. El sentimiento de culpa no siempre est� presente en los hombres, pero cuando se lo lleva a casa, ejerce una influencia deprimente en toda su vida y afecta gravemente la transacci�n de los asuntos. La conciencia, cuando es culpable, no solo "nos hace cobardes a todos", sino que nos quita el brillo a la vida, agota los manantiales de la esperanza, obstaculiza el funcionamiento de las facultades y perjudica la suma total de energ�a. La vida de nadie se aprovecha al m�ximo mientras alg�n pecado no arrepentido e implacable persiga su esp�ritu. Este es el reverso de otro hecho, a saber, que el alma pose�da por la paz y la alegr�a de los reconciliados est� en condiciones de prestar su mejor servicio al mundo y alcanzar el desarrollo m�s perfecto de sus poderes. La sabidur�a de todos los oprimidos con un sentimiento de culpa es humillarse ante Dios y buscar en Cristo el perd�n y el poder para una vida m�s verdadera en el futuro.

II LAS RAMIFICACIONES DEL M�LTIPLE DEL MAL. El pecado de Sa�l no comenz� ni termin� consigo mismo. Su fracaso en el deber afect� los intereses generales de su reino. Incluso la breve narraci�n que tenemos ante nosotros nos permite ver de qu� manera directa e indirecta las siguientes circunstancias estaban relacionadas con su desobediencia, a saber, la incapacidad de Israel de atacar al hostil amenazante; las depredaciones de las tres divisiones del ej�rcito filisteo; la miseria privada y social sobre un �rea considerable inseparable de las incursiones del invasor; el corte de los medios ordinarios para librar una guerra exitosa; los impedimentos para las actividades comerciales y agr�colas; la humillaci�n general y el temor trajeron a los no combatientes de la tierra; y la retirada por un tiempo de los consejos y est�mulos del profeta de Dios. La verdad as� ejemplificada en el caso del pecado de un monarca encuentra expresi�n tambi�n en cada pecado, y especialmente en los pecados de personas en posiciones responsables. Ning�n pecado puede terminar en el acto o en la persona del pecador. Da�a el tono y la fuerza de todo el hombre; agrega otro elemento a los g�rmenes del futuro dolor y verg�enza; adem�s descalifica por conferir al mundo el bien espiritual; le da una fuerte mancha de maldad a la corriente de pensamiento y sentimiento que fluye del hombre interior al mundo. El pecado en nosotros es como una ola de influencia que se extiende, por leyes de asociaci�n e impulso, sobre toda el �rea del esp�ritu, y modifica toda conducta para peor. Esto es especialmente cierto para las personas en el cargo y los padres. Los actos oficiales de un monarca llegan a todas las clases. El pecado de los padres se ramifica a trav�s del hogar, induciendo, puede ser, la p�rdida de paz, ciertamente la p�rdida de la influencia sagrada sobre los ni�os, y posiblemente la ruina para la salud de la descendencia.

III. LA INCERTIDUMBRE AL SERVICIO DE DIOS NOS PRIVA DE UN MEDIO M�S IMPORTANTE DE CUMPLIR NUESTRA MISI�N COMO CRISTIANOS EN EL MUNDO. La escasez de herreros y armas de guerra es evidentemente asociada por el historiador con la desobediencia de Sa�l. Es posible que los hombres cristianos comprometidos en el esfuerzo de mantener y extender el reino de Cristo sean llevados a una condici�n an�loga como consecuencia de su infidelidad manifiesta. En nuestro conflicto con el mundo, es de suma importancia que hagamos uso del instrumento siempre disponible y potente: la influencia del car�cter. Con esto como arma podemos lograr mucho, por la bendici�n de Dios. Si esto se pierde, si por nuestras inconsistencias manifiestas ante el mundo virtualmente colocamos este instrumento de guerra a los pies de los hombres que buscamos traer a Cristo, entonces seremos tan impotentes con ellos como lo fueron Sa�l y su pueblo cuando el Los filisteos ten�an el control de sus herreros y armas de guerra.

Lecciones generales: -

1. El poder espiritual general de nuestra vida ser� proporcional a medida que nos mantengamos puros o, en caso de caer en pecado, humillarnos ante Dios y buscar el perd�n y un esp�ritu correcto (Salmo 51:6 )

2. Es un est�mulo para la santidad y la obediencia saber que las ramificaciones de la justicia pueden llegar a ser tan amplias como las del pecado.

3. Es una misericordia saber que, aunque el enemigo a veces puede triunfar sobre los siervos de Cristo debido a su debilidad de car�cter, la Fuente eterna de fortaleza est� en reserva y se manifestar�.

HOMILIAS DE B. DALE

1 Samuel 13:1. (MICHMASH, GIBEAH, GEBA, GILGAL.)

La trompeta son�.

"Y Sa�l toc� la trompeta por toda la tierra, diciendo: Que oigan los hebreos".

1. El gran conflicto entre el bien y el mal que se libr� desde el principio ( G�nesis 3:15) se concentr� en todas las �pocas en alg�n tema en particular. En este momento era si Israel y la adoraci�n del Dios verdadero o los filisteos y la adoraci�n de los �dolos deb�an prevalecer. Fue, por lo tanto, de la mayor importancia en relaci�n con el reino de Dios sobre la tierra.

2. Los filisteos eran viejos enemigos y poderosos opresores ( Jueces 3:3; Jueces 10:7; Jueces 13:1; 1 Samuel 7:2). Durante la administraci�n de Samuel estuvieron bajo control ( 1 Samuel 7:13), aunque parecen haber tenido puestos militares o guarniciones en la tierra ( 1 Samuel 10:5; 1 Samuel 10:3), y el derrocamiento de uno de estos por parte de Jonathan (en Geba, a cuatro millas al norte de Gabaa y frente a Michmash) dio la se�al de un nuevo conflicto. Habiendo evacuado a Michmash, donde se hab�a estacionado con un ej�rcito de 2000, Sa�l convoc� a todos los hombres de Israel para que se reunieran con �l en Gilgal; pero los ej�rcitos que avanzaban del enemigo llenaron el pa�s de terror, por lo que se qued� con solo 600 seguidores, y encontr� necesario, despu�s de su entrevista con Samuel, unirse a su hijo Jonathan en Gabaa (Geba) ( 1 Samuel 13:2, 1 Samuel 13:16; 1 Samuel 14:2). Mientras tanto, el enemigo ocup� Michmash, de donde salieron tres compa��as de spoilers, saqueando las llanuras y los valles. Sin embargo, una segunda y mayor haza�a de Jonathan los expuls� de Michmash, y fue seguido por un compromiso general, en el que un gran n�mero de ellos fueron asesinados, y el resto "fue a su propio lugar" ( 1 Samuel 14:23, 1 Samuel 14:31, 1 Samuel 14:46).

3. El conflicto al que Israel fue convocado representa aquello a lo que est�n llamados los cristianos. Es un conflicto con el mal f�sico y moral, con el mundo, la carne y el demonio ( Juan 15:19; 2 Corintios 10:4; Efesios 6:12; 1 Pedro 2:11; 2Pe 5: 8; 1 Juan 2:16), y con hombres solo en la medida en que est�n gobernados por el pecado, y para su salvaci�n; un conflicto que es bueno ("la buena batalla de la fe" - 1 Timoteo 6:12) y necesario, y ofrece un amplio alcance para cualquier instinto y energ�a b�licos que posea. �Qu� significa el sonido de la trompeta? ( 1 Corintios 14:8).

I. UN SOPLO HA SIDO STRUCK CONTRA EL ENEMIGO. El "golpe m�s grande que jam�s haya infligido al" poder de la oscuridad "fue golpeado por" el Capit�n de nuestra salvaci�n "en su vida y muerte y gloriosa resurrecci�n ( Juan 12:31; Juan 16:33 ; 1 Juan 3:8); y en el esp�ritu y poder de su victoria, sus seguidores contin�an el conflicto ( Mateo 10:34). A veces parece haber algo as� como una tregua, pero nunca dura mucho; y cuando un "buen soldado de Jesucristo" da un nuevo golpe,

1. Revela la diferencia esencial entre el esp�ritu que est� en "el Israel de Dios" y "el esp�ritu que est� en el mundo".

2. Intensifica su antagonismo ( 1 Samuel 13:4).

3. Los compromete a una acci�n m�s definida y decisiva. Y para este fin, el hecho debe ser proclamado. "Cuando Sa�l, el rey de los hebreos fue informado de esto ( 1 Samuel 13:3), baj� a la ciudad de Gilgal e hizo una proclamaci�n sobre todo el pa�s, convoc�ndolos a la libertad" (Josefo) .

II EL ENEMIGO EST� MUSTERANDO SUS FUERZAS ( 1 Samuel 13:5), que son:

1. Muy numerosos, "como la arena que est� en la orilla del mar".

2. H�bil, astuto y enga�oso ( 2 Corintios 11:14).

3. Muy poderoso. En la actualidad, existe una combinaci�n extraordinaria de agencias anticristianas ( 2 Timoteo 3:1; Apocalipsis 13:11), que amenazan la fe y la pr�ctica cristianas, lo que bien podr�a llenarnos de miedo. No crea que "los que est�n con nosotros son m�s que los que est�n con ellos" ( 2 Reyes 6:16). "Los esp�ritus del mundo invisible parecen acercarse a nosotros. Tiempos de problemas han existido antes; pero ese tiempo, en el que todo, en todas partes, tiende en una direcci�n a una lucha poderosa de un tipo: la fe con infidelidad, la anarqu�a. con regla, Cristo con el anticristo, parece que nunca ha habido hasta ahora "(Pusey).

III. LOS FIELES DEBEN REUNIRSE ALREDEDOR DE SU L�DER. Las fuerzas reunidas del enemigo deber�an obligarnos a una uni�n m�s estrecha, y el centro de uni�n apropiado es aquel de quien los m�s grandes reyes y h�roes eran tipos d�biles y sombras.

1. Ha sido designado divinamente y reclama nuestra obediencia y cooperaci�n.

2. Est� totalmente calificado como "un L�der y Comandante del pueblo".

3. �l es la �nica esperanza de seguridad y �xito. "Dios est� con �l" ( 1 Samuel 10:7).

"Con la fuerza de las armas no podemos nada,

Llenos pronto est�bamos abatidos,

Pero para nosotros lucha contra el hombre adecuado,

A quien Dios mismo ha ordenado.

Preguntaos, �qui�n es este mismo? Cristo Jes�s es su nombre;

El Hijo del Se�or Sabaoth; �l y nadie m�s.

Conquistar� en la batalla "

(Lutero)

IV. EL �XITO YA LOGRADO OTORGA GARANT�A DE LA VICTORIA ( 1 Samuel 11:11; 1 Samuel 11:3).

1. �Qu� triunfos ha ganado en los d�as anteriores?

2. Son sinceros de "cosas a�n m�s grandes que estas".

3. Y deber�an inspirarnos con la confianza y el coraje necesarios para participar en su victoria y gloria ( Apocalipsis 17:14; Apocalipsis 19:11). "Esta es la victoria que vence al mundo, incluso nuestra fe". - D.

1 Samuel 13:8. (GILGAL.)

El primer paso equivocado.

Todos los hombres son sometidos en la vida a varias pruebas que prueban "de qu� esp�ritu son". Estas pruebas pueden parecer insignificantes en s� mismas (como la que se aplic� a Ad�n y Eva - G�nesis 2:17), pero involucran principios importantes, y la forma en que se soportan es seguida por graves consecuencias. La posici�n de Sa�l exig�a una prueba de su fidelidad al principio fundamental del reino teocr�tico, a saber; obediencia incondicional por parte del rey a la voluntad de Dios seg�n lo declarado por sus profetas. Fue dirigido

(1) esperar a Samuel siete d�as, y

(2) no intentar nada hasta que vino ( 1 Samuel 10:8). Omiti� lo primero e hizo lo segundo, y por lo tanto dio su primer paso equivocado: un paso que nunca retrocedi� y que condujo a un curso que termin� en el campo fatal de Gilboa. Observar-

I. SU EXPEDIENCIA APARENTE. Su conciencia le dijo que no estaba bien, ya que pr�cticamente reconoci� en la defensa que ofreci� por su conducta ( 1 Samuel 13:11, 1 Samuel 13:12). Sin embargo, se convenci� a s� mismo (como otros est�n acostumbrados a hacer) de que era venial, conveniente e incluso necesario, debido a:

1. La presi�n de las circunstancias mundanas. "Porque vi que la gente se dispers� de m�", etc. Los recursos disminuyen y el peligro es inminente. Cuando se consideran solo en s� mismos, la ansiedad y el miedo aumentan, y la tentaci�n se vuelve fuerte para hacer uso de cualquier medio de alivio que pueda presentarse. �Con qu� frecuencia los hombres son tentados por la s�plica de la necesidad de desobedecer la voz de la conciencia! El tentador dice: "Es mejor robar que morir de hambre, mejor pecar que perecer".

2. La desilusi�n de las expectativas religiosas. "Y que no viniste a la hora se�alada". "Se ha esperado durante mucho tiempo la ayuda, pero no llega; ni es probable, ahora que el s�ptimo d�a est� llegando a su fin, que llegar� en absoluto. La promesa no se ha cumplido. Ha llegado el momento de actuar, y la demora prolongada indica que se debe tomar el curso m�s conveniente. No queda nada m�s. Si hay alguna culpa, no se puede atribuir a alguien que ha esperado tanto, se ha quedado en tal extremo y act�a de la mejor manera ".

3. La eficacia de las celebraciones ceremoniales. "Y me forc�, y ofrec� una ofrenda quemada". Como tal ofrenda se requer�a para entrar en su empresa contra los filisteos, no pod�a esperar tener �xito sin ella, y siempre ten�a un gran respeto por las ceremonias externas ordenadas por la ley ( 1 Samuel 14:33 , 1 Samuel 14:35). Se supone que un acto dudoso o incorrecto es irreprensible cuando se realiza en conexi�n con ritos sagrados, o con un fin justo a la vista ( Juan 16:2); y la desobediencia a veces est� vestida con un disfraz religioso, su naturaleza real queda por lo tanto oscurecida a la vista de la conciencia, y su comisi�n se vuelve f�cil.

4. La perspectiva de ventajas inmediatas. El bien aparente e inmediato es el primer y �ltimo y m�s poderoso incentivo para apartarse del camino del deber. "El �rbol era bueno para la comida y agradable a la vista", etc. ( G�nesis 3:6). "Y la historia de Ad�n es tan antigua como el mundo, pero es nueva en la pr�ctica, y todav�a se revive en los hijos de Ad�n".

II SU REAL CULPABILIDAD. "�Qu� has hecho?" dijo Samuel, hablando 'como con la voz de Dios, y buscando despertar su conciencia y llevarlo al arrepentimiento. Hab�a sido culpable de ...

1. Desobediencia a un mandamiento claro. "No has guardado el mandamiento del Se�or tu Dios" ( 1 Samuel 13:13). El hecho no puede ser negado. No hab�a esperado todo el tiempo se�alado, y hab�a actuado sin direcci�n Divina. Hab�a rechazado la autoridad suprema del Rey Divino, y ninguna excusa que pudiera hacerse podr�a acabar con su culpa. "El pecado no es estimado por Dios de acuerdo con su forma externa, sino de acuerdo con la cantidad y el alcance del principio del mal encarnado en esa forma".

2. Desconfianza de la ayuda prometida. Los hombres a veces esperan mucho tiempo para cumplir las promesas divinas, pero no lo suficiente; y su falta de perseverancia muestra debilidad o ausencia de fe. La fuerza de las circunstancias adversas se exagera al ser exclusivamente habitado; la duda del poder de Dios prevalece al no hacer caso de la preservaci�n del da�o que hasta ahora se hab�a causado; y como la fe une el alma a Dios, la incredulidad se la quita, la deja presa de la inquietud y la impaciencia, y la lleva a adoptar recursos mundanos e imp�os. La incredulidad fue la ra�z de la transgresi�n de Sa�l, como lo es de la transgresi�n de los hombres en general.

3. Formalidad en el servicio religioso. Una ofrenda quemada era un s�mbolo y una expresi�n de consagraci�n, y cuando se le ofreci� correctamente, en un esp�ritu de obediencia, honr� a Dios y obtuvo su bendici�n; pero cuando se le ofreci� err�neamente no val�a nada, lo deshonr� y fue abominable a su vista ( 1 Samuel 15:22; Proverbios 21:27; Isa�as 1:13). Es lo mismo con otras formas externas de servicio. "Sa�l es un esp�cimen de esa clase de personas que muestran cierta reverencia y celo por las formas externas de religi�n, e incluso una confianza supersticiosa en ellas, pero no tienen cuidado de apreciar el esp�ritu interno de la religi�n vital" (Wordsworth's 'Com. ').

4. Voluntad, orgullo y presunci�n. Al desobedecer la voluntad de Dios, estableci� su propia voluntad como suprema, y ??fue culpable de orgullo, "por lo cual el pecado cay� a los �ngeles". No se dice que ofreci� sacrificio con su propia mano, y puede que simplemente haya ordenado que lo haga el sacerdote que estaba con �l ( 1 Samuel 14:18); ni tampoco es seguro que si lo hubiera hecho, hubiera ido m�s all� del privilegio y la prerrogativa que poseen otros reyes. Su pecado no consisti� en la intrusi�n en el oficio sacerdotal. Sin embargo, fue muy bueno. "Hab�a desechado su obediencia a Dios. La corona que �l cre�a era suya. Desde ese momento cay�; porque todas nuestras buenas cualidades retienen su dominio sobre nuestras malas pasiones por la presencia y el poder de Dios que las reclama como suyas". "Samuel, seg�n los expositores modernos de la historia, estaba enojado porque sent�a que estaba perdiendo su propia influencia sobre la mente del rey. No; estaba enojado porque el rey era tanto el esclavo de su influencia, o de cualquier influencia que se ejerci� sobre �l por un momento, porque estaba perdiendo el sentido de responsabilidad hacia Aquel m�s alto que un profeta, a Aquel que lo hab�a designado para gobernar no en su propio nombre, sino como ministro y ejecutor de la justicia Divina " (Maurice)

III. Su excediendo completamente. "Has hecho tontamente" ( 1 Samuel 13:13). La locura del pecador aparece en su ...

1. Ser enga�ado por las apariencias de las cosas: la magnitud del peligro, las falsas promesas de ventaja, los argumentos enga�osos de conveniencia. Es como el hombre tonto que construy� su casa sobre la arena, en lugar de "cavar profundo y poner los cimientos sobre una roca" ( Lucas 6:48). �l est� enamorado, fascinado, y bajo un espejismo arrojado sobre su mente por sus propios deseos malvados y el hechizo del tentador.

2. Hacer luz del enorme mal del pecado. Es el �nico mal real. Pero �l es desconsiderado, ignorante y lo suficientemente tonto como para considerarlo algo trivial, que puede ser f�cilmente excusado y pasado por alto. Como el que dice en su coraz�n "No Dios" es llamado "tonto", as� el que considera que es un poco ofensivo es designado apropiadamente por el mismo nombre. "Los tontos se burlan del pecado" ( Proverbios 14:9); y el que hace luz del pecado, hace luz de Dios.

3. Dejando el �nico camino de seguridad y honor. "Por ahora" (si hubieras obedecido su mandamiento) "el Se�or habr�a establecido tu soberan�a sobre Israel para siempre".

4. Entrar en un curso de cierta p�rdida y miseria.

(1) Interior: poder moral debilitado, mayor tendencia al pecado, inestabilidad, imprudencia, etc. Lo que un hombre hace una vez que est� casi seguro en circunstancias similares de volver a hacer. El curso posterior de Sa�l fue una continuaci�n y un desarrollo completo del mismo tipo de transgresi�n que ahora cometi�. Ya estaba tan cegado por el pecado como para no arrepentirse.

(2) Exterior. "Pero ahora tu soberan�a no continuar�", etc. ( 1 Samuel 13:14). La oraci�n "encarnaba el principio de que ninguna monarqu�a podr�a perdurar en Israel que no pose�a la autoridad suprema de Dios", y declaraba que la corona de Sa�l no se transmitir�a a sus descendientes; pero no fue hasta despu�s que fue personalmente rechazado de ser rey ( 1 Samuel 15:23). Al no haber soportado el juicio al que fue sometido, Samuel lo dej� ( 1 Samuel 13:15), y no se registra nada m�s de su relaci�n con el profeta durante algunos a�os. "Ni siquiera hab�a logrado el objetivo de su sacrificio irrazonable, a saber, evitar la dispersi�n de la gente" (Keil). �Oh, que hubiera esperado un poco m�s! "Sa�l perdi� su reino por falta de dos o tres horas de paciencia".

1. Cuidado con el primer paso equivocado. "Siempre est� marcado por una peculiaridad del mal que no se vincula a ning�n delito posterior". (Molinero). Principiis obsta.

2. Si ha dado ese paso, arrepi�ntase de inmediato. "No es pecar, lo que arruina a los hombres, sino pecar y no arrepentirse, caer y no volver a levantarse". - D.

1 Samuel 13:14. (GILGAL.)

Un hombre seg�n el coraz�n de Dios.

Esta expresi�n aparece solo aqu� y en la cita ( Hechos 13:22), "He encontrado a David, el hijo de Jesse (Salmo 89:20), un hombre seg�n mi propio coraz�n, que cumplir� toda mi voluntad ".

1. Fue pronunciado por Samuel en ocasi�n de su reproche a Sa�l por no obedecer el mandamiento del Se�or ( 1 Samuel 13:13).

2. Form� parte del anuncio del prop�sito de Dios de nombrar a otro hombre como "capit�n de su pueblo" como consecuencia de ello. El tiempo de su cumplimiento no estaba definido, ni el profeta sab�a qui�n deb�a ser; es incierto incluso si David ya hab�a nacido.

3. Era descriptivo de su car�cter en contraste con el de Sa�l, y lo respetaba en su capacidad de funcionario p�blico como soberano teocr�tico m�s que en su vida moral privada, aunque es imposible separar completamente el uno del otro. Obedecer�a el mandamiento del Se�or y, como se predijo de "un sacerdote fiel" ( 1 Samuel 2:35; 1 Samuel 3:10), "haga de acuerdo con lo que estaba en su coraz�n y en su mente "; �l "servir�a la voluntad de Dios en su vida" ( Hechos 13:36), y segundo y llevar�a a cabo sus prop�sitos con respecto a su pueblo ( Isa�as 44:28); �l ser�a verdaderamente "su sirviente", y por lo tanto su trono continuar�a y (en la plena realizaci�n de la idea teocr�tica que representaba) se establecer�a para siempre (Salmo 89:19). En "un hombre seg�n el coraz�n de Dios" (como lo fue David) hay:

I. EL RECONOCIMIENTO DE LA VOLUNTAD DE DIOS como supremo. Su voluntad est� por encima de la del rey y el pueblo; declarado de m�ltiples maneras, es la regla de la vida humana; y el que lo percibe m�s claramente y lo observa con mayor humildad y se acerca constantemente a la perfecci�n. Sa�l le prest� poca atenci�n y, cuando se opuso a su propia inclinaci�n o juicio, lo dej� a un lado y sigui� su propio camino. Con David fue de otra manera. Especialmente en su cargo real encarnaba el esp�ritu de lealtad al invisible Rey de Israel, y de celo por su ley y ordenanzas. "Los vanos cavillas de los infieles parecen haber surgido al no considerar que la frase a la que se oponen puede interpretarse con la misma propiedad que se refiere al prop�sito, dise�o o intenci�n divinos para designar un favor y afecto peculiares. Sin duda, esto �ltimo era cierto , sin embargo, el primero es m�s claramente el significado que se pretende aqu� "(Poole).

II LA CONVICCI�N DE LA LLAMADA DE DIOS a su servicio. A diferencia de Sa�l, sent�a profunda y constantemente que �l era individualmente un objeto de respeto Divino, y lo design� para hacer un determinado trabajo del que no deseaba ni se atrev�a a encogerse. Y existe un sentimiento similar en cada verdadero siervo de Dios. "La vida de David no es la vida de un mero funcionario que cumple un prop�sito en el que no tiene inter�s, ni la de un h�roe sin miedo y sin reproche; sino de un hombre inspirado por un prop�sito divino bajo la gu�a de un maestro divino" (Maurice)

III. DEVOCI�N AL HONOR DE DIOS desde el coraz�n. Aunque Sa�l pose�a muchas cualidades admirables, busc� honrar a Dios mediante sacrificios externos en lugar de una obediencia real, sus actos m�s nobles fueron descendientes de impulsos repentinos y transitorios, y su motivo predominante fue su propio honor y gloria. "No ten�a nada de la obra de la gracia Divina en el coraz�n, convirtiendo los impulsos en principios, gobernando todas las acciones por la ley de un Juez invisible. Nunca experiment� lo que el ap�stol llama los poderes del mundo por venir, es decir, el sentido de Dios, de otro mundo, golpeando su alma a trav�s del velo de las cosas visibles, y haci�ndole sentir la presencia y la verdadera y horrible personalidad de su Hacedor. Su alma no era como la de David, un arpa tocada por la mano de el Todopoderoso, y en sinton�a con las melod�as celestiales. Era solo un instrumento sobre el cual el viento soplaba violentamente, despertando una m�sica irregular e irregular que pronto se extingui� en los confusos murmullos de una discordia �spera y sintonizada "(A. Blomfield).

IV. DEPENDENCIA EN LA AYUDA DE DIOS para el �xito. Sa�l estaba orgulloso de su propia fuerza, y tanto para gobernar al pueblo como para luchar contra sus enemigos, confiaba en su propia habilidad y prudencia, y en "un brazo de carne". David confiaba en Dios para todo. "Nunca se representa a s� mismo como un compuesto de fuerza y ??debilidad. Se representa a s� mismo como la debilidad misma, como la incapacidad total y completa. El Se�or es su fuerza. Tiene fe en Dios como su inspirador o protector f�sico. Tiene un profundo, un un instinto mucho m�s profundo que incluso eso: el instinto de una comuni�n, personal, pr�ctica, amorosa, entre Dios, la Fuente de la luz y la bondad, y su propia alma, con su capacidad de oscuridad y luz, tanto del mal como del bien En una palabra, David es un hombre de fe y un hombre de oraci�n "(Kingsley, 'Cuatro sermones').

V. ARREPENTIMIENTO A LA REPROBACI�N DE DIOS a causa del pecado. El coraz�n de Sa�l no tembl� ante la palabra del Se�or. Cuando el profeta dijo: "�Qu� has hecho?" ofreci� excusas por su conducta, y cuando en una ocasi�n posterior se vio obligado a decir: "He pecado", su confesi�n fue poco sincera e hip�crita. Cu�n diferente fue con David cuando Nat�n le dijo: "T� eres el hombre". "Nunca el arrepentimiento fue m�s severo, o el dolor m�s sincero; de modo que se pueda decir con justicia (incluido su arrepentimiento, aunque no su ca�da) que es un hombre seg�n el coraz�n de Dios" (Yonge).

VI. SIMPAT�A CON LA GENTE DE DIOS en su experiencia. Se identific� con ellos, hizo suyas y alegr�as variadas propias, y de ese modo (as� como por otros medios) promovi� su mayor bien. Su car�cter "reuni� en s� mismo, en la medida de lo posible, todos los diversos trabajos del coraz�n del hombre. Este es el atributo especial de la vida y el car�cter del hijo de Jes�. Hay una separaci�n estrecha y dura del alma marcada en cada l�nea del personaje de Sa�l. �l es un hombre rebelde, obstinado, autodeterminado, casi incapaz de simpatizar con los dem�s. Tal persona podr�a aprender poco del funcionamiento del coraz�n humano, que es tan inconmensurable en el multitud y compasi�n de sus tonos. Profundo como eran sus penas, nunca conoci� la gracia de la contrici�n. Por lo tanto, su coraz�n oscuro est� lleno de hura�a y sospecha, invitando a la entrada del maligno, que vino a su voluntad, y cerr� con todo Sterner bloquea todas las avenidas de su alma. En cada uno de estos detalles, David es el contraste m�s completo con Sa�l "(Wilberforce, 'Heroes of Heb. Hist.').

VII. SINCERIDAD EN TODA SU RELACI�N CON DIOS y en el curso principal de su vida. "�Cu�les son las fallas? �Cu�les son los detalles externos de la vida, si el esp�ritu interno de la misma, el remordimiento, las tentaciones, la verdadera, a menudo desconcertada, la lucha sin fin nunca se olvida? ... La vida y la historia de David, tal como est� escrita para nosotros en esos Salmos suyos, considero que es el emblema m�s verdadero que jam�s se haya dado del progreso moral y la guerra de un hombre aqu� abajo. Todas las almas sinceras percibir�n en �l la lucha fiel de un alma humana sincera hacia lo que es bueno y mejor; la lucha a menudo desconcertada, hacia abajo como en todo el naufragio, sin embargo, una lucha nunca termin�; siempre con l�grimas, arrepentimiento, verdadero prop�sito inconquistable comenz� de nuevo "(Carlyle, 'H�roes') .� D.

1 Samuel 13:16-9. (MICHMASH)

Bajo el tal�n del opresor.

"Ahora no se encontr� ning�n herrero en toda la tierra de Israel" ( 1 Samuel 13:19). La invasi�n de los filisteos produjo gran temor y angustia entre la gente. Muchos se escondieron en cuevas, matorrales, acantilados, b�vedas y pozos; otros huyeron por el Jord�n; los que siguieron a Sa�l lo hicieron con temblor ( 1 Samuel 13:6, 1 Samuel 13:7); su ej�rcito se derriti�, algunos abandonaron al enemigo o fueron presionados a su servicio ( 1 Samuel 14:21); sus casas y campos fueron saqueados por bandas merodeadoras ( 1 Samuel 13:17; 1 Samuel 14:22), que salieron de Michmash sin temor a la resistencia, porque la gente hab�a sido desarmada y privada de los medios de fabricar armas de guerra e incluso de afilar sus implementos de cr�a ( 2 Reyes 24:14) cuando se volvieron romos (literalmente, "hab�a bordes romos;" AV; "ten�an un archivo"), excepto a gusto de sus opresores ( 1 Samuel 13:21). El resultado de la onerosa necesidad de ir a los filisteos fue que muchas herramientas se volvieron in�tiles por la dulzura, de modo que incluso este tipo de armas m�s pobres no sirvieron mucho a los israelitas al estallar la guerra "(Bunsen). Cu�nto tiempo esto el estado de cosas continuado no se registra, pero fue lo suficientemente largo para que los que se quedaron con Sa�l y Jonathan ( 1 Samuel 13:22) se quedaran sin "espada o lanza", o cualquier armamento regular. Su condici�n era as� uno de impotencia, dependencia y miseria, y proporciona una imagen de aquello a lo que los hombres se ven reducidos por el error y el pecado.

I. EL FALLO MANIFIESTO de una manera auto elegida. "No; pero tendremos un rey sobre nosotros" ( 1 Samuel 8:19). Tienen un rey obstinado como ellos; pero su camino falla, ya que el camino de aquellos que prefieren sus propios planes a la gu�a de Dios siempre debe fallar.

1. Al liberarlos de los males de los que se quejan ( 1 Samuel 8:5), o de los que temen ( 1 Samuel 9:16).

2. Al preservarles las ventajas que poseen. "Vosotros vivisteis a salvo" ( 1 Samuel 12:11). �D�nde est� su seguridad ahora?

3. Al procurarles el bien que desean: libertad, poder, victoria, prosperidad, honor y gloria ( Juan 11:47, Juan 11:48; Romanos 10:2, Romanos 10:3). �Cu�n completamente se desvanecen ante ellos las perspectivas que atraen a los hombres hacia adelante en su forma elegida por ellos mismos a medida que avanzan!

II LA SUJETA MISERABLE de aquellos que abandonan a Dios. "Me han rechazado" ( 1 Samuel 8:7). �Con que resultado? Son "entregados a la voluntad de los que los odian" ( Ezequiel 16:27; Deuteronomio 28:48), y soportan:

1. Opresi�n que no se puede resistir efectivamente. "De los cuales un hombre es vencido, del mismo es tra�do en la esclavitud" ( 2 Pedro 2:19), y sin los medios para liberarse.

2. Mayor dificultad, trabajo y problemas en las actividades necesarias de la vida. La vida misma sin la amistad de Dios es una carga demasiado pesada para soportar.

3. Verg�enza y desprecio continuamente ( 1 Samuel 13:4). "�Es esta la grandeza y el poder que esperaban con cari�o de su rey? �Fue por esto que rechazaron el Escudo de su ayuda y la Espada de su excelencia?"

III. EL PROP�SITO MERCIFULO al cual el ensayo est� subordinado. "El Se�or no abandonar� a su pueblo" ( 1 Samuel 12:22). Su angustia tiene algo de alivio, y est� dise�ado (en su abundante bondad):

1. Para convencerlos del mal de su camino.

2. Ense�arles a confiar en Dios y servirle en verdad ( 1 Samuel 14:6).

3. Para prepararlos para ayuda y salvaci�n.

Aprende eso-

1. La sabidur�a m�s elevada del hombre es someterse a la sabidur�a de Dios.

2. El servicio de Dios es la �nica libertad verdadera; El camino del honor y la felicidad. "Servir a Dios es reinar".

3. Los que rechazan el servicio gratuito de Dios caen en el servicio forzado de sus enemigos.

4. En la mayor de las calamidades terrenales no hay lugar para la desesperaci�n. "Si desde all� buscar�s al Se�or tu Dios, lo encontrar�s" ( Deuteronomio 4:29) .� D.

HOMILIAS DE D. FRASER

1 Samuel 13:13

Probado y encontrado con ganas.

I. LA HISTORIA La brillante ma�ana de Sa�l fue muy corta, y su cielo pronto se oscureci�. Comenzando con la aclamaci�n popular, que tuvo �xito despu�s de la haza�a en Galaad por el entusiasmo popular, perdi� en muy poco tiempo el respeto de sus s�bditos. Comenzando con una sanci�n divina significada por el profeta Samuel, y con apariencias de fervor religioso, r�pidamente perdi� el favor del Se�or y la buena opini�n del profeta. El barco de sus fortunas apenas hab�a salido del puerto, con velas encendidas y banderas ondeando, antes de encallar en una roca de maldad, y aunque se mantuvo a flote durante a�os, luego trabaj� con dificultad en un mar agitado. La pregunta cr�tica para Sa�l era si se contentar�a o no con actuar simplemente como ejecutante de la voluntad Divina. Samuel hab�a presionado esto sobre �l una y otra vez. �Esperar�a en Dios y actuar�a por �l? o actuar�a por y para s� mismo? �Dirigir�a al pueblo a mirar a Jehov� como su verdadero Rey y Legislador? �O imitar�a a los reyes paganos, quienes tomaron la iniciativa y luego llamaron a sus dioses a ser propicios para ellos, d�ndoles �xito en sus expediciones y victoria en sus combates? �Saul har�a su propia voluntad, esperando que el Se�or lo siguiera y lo favoreciera? �O pondr�a al Se�or siempre delante de �l, seguir y obedecer su voz? Es un gran error pensar que Sa�l apenas fue tratado en un punto de poca importancia. El principio en juego era genial, era fundamental. La prueba fue definitiva, y se aplic� de la manera m�s p�blica ante todo el ej�rcito de Israel. El coraje que se hab�a despertado contra los invasores amonitas de Galaad ahora se volvi� contra los filisteos a�n m�s formidables. El galante Jonathan dio el primer golpe, y luego su padre real, sabiendo que el ej�rcito filisteo podr�a y ser�a muy pronto movilizado (como dice la frase moderna) y arrojado contra Israel, convoc� a su pueblo a las armas. Pero, por desgracia, la mayor�a de ellos ten�an miedo de venir, y en los distritos amenazados se escondieron. Entonces el rey se encontr� en Gilgal en una situaci�n terrible, a la cabeza de una fuerza peque�a y desanimada. Debe haber sabido que, a menos que Jehov� acudiera en su ayuda, todo estaba perdido. Que no se diga que no era razonable juzgar y castigar a un hombre por algo hecho por �l en una emergencia de este tipo. Sa�l hab�a recibido mucho aviso de esta semana de paciencia. En la ma�ana cuando Samuel lo ungi�, se le dieron tres se�ales, todas las cuales se hab�an cumplido exactamente. Luego le dijeron que tendr�a que esperar siete d�as en Gilgal para que Samuel viniera a ofrecer sacrificio. Pero se hab�a olvidado de esto. La palabra del profeta no hab�a causado una impresi�n duradera en su mente. No hab�a nada profundo sobre el hombre. No ten�a una reverencia controladora por Dios, ni una fe permanente. As� que actu� por s� mismo, solo pidiendo a Dios que lo ayudara en lo que iba a hacer, en lugar de esperar a saber lo que el Se�or tendr�a que hacer, y actuar como su siervo. Soport� la tensi�n de la ansiedad durante d�as, pero no hasta el final del tiempo se�alado. Las tropas ten�an un coraz�n d�bil y estaban unidas a la norma de su rey. Se preguntaron por qu� se retras� el sacrificio. Tem�an que Dios estar�a disgustado y no luchar�a por ellos. Entonces Sa�l, impulsivo e imprudente, orden� que el sacrificio continuara. En lugar de esperar unas horas m�s, viol� la direcci�n que hab�a recibido del profeta del Se�or y traicion� de una vez por todas un car�cter poco confiable y un coraz�n presuntuoso.

II LAS LECCIONES.

1. Dios gobierna a los hombres sobre principios grandes, pero los prueba mediante pruebas espec�ficas. Su ley es grande y equitativa; La prueba de obediencia a ella es a veces bastante peque�a. En el jard�n dentro de la tierra del Ed�n, el hombre y la mujer fueron sometidos a una regla de obediencia universal a la voz del Se�or, y fueron probados por este requisito espec�fico, para abstenerse del fruto de uno de los �rboles en el jard�n. Lot, su esposa e hijas fueron rescatados por �ngeles de una ciudad condenada, y se les orden� huir a las monta�as; "Pero su esposa mir� hacia atr�s y se convirti� en un pilar de sal". Ezequ�as, refiri�ndose devotamente a Dios, tuvo grandes liberaciones y un reinado pr�spero; pero al no consultar al Se�or cuando una embajada halagadora acudi� a �l desde Babilonia, revel� una vana gloria que acechaba en su coraz�n y derrib� el muro de defensa que su anterior piedad hab�a levantado alrededor de su trono. Sa�l fue probado m�s de una vez, pero este juicio en Gilgal fue suficiente para demostrar su incapacidad para gobernar la herencia de Dios. El hecho es que un acto puede mostrar el car�cter de manera tan clara y decisiva como una puntuaci�n o cien; no es, de hecho, un acto incidental de inadvertencia o error, sino algo que se hace despu�s de instrucciones y advertencias expl�citas, mentira que rompe la l�nea de obediencia en un punto, por voluntad propia, no se debe depender en ning�n momento. Se libera de la confianza por un caso de mala conducta, no por su importancia intr�nseca, sino por la clave que le da a su tono interno de car�cter.

2. Una acci�n, realizada a toda prisa, puede tener consecuencias irremediables. Adam comi� de la fruta prohibida, y nunca pudo revertir ese acto fatal. Ca�n derrib� a su hermano, y desde ese d�a era un vagabundo y un forajido en la tierra. Esa� vendi� su derecho de nacimiento, y nunca pudo recuperarlo. Mois�s err� una vez en la roca en Cades y perdi� su entrada en la tierra prometida. Los pecados de los penitentes son perdonados; pero hay consecuencias de h�bitos pecaminosos, incluso de un solo acto pecaminoso, que no tienen cura o correctivo. Es bueno que esto se mantenga severamente ante los ojos de los hombres; porque la naturaleza moral de muchos es resbaladiza y auto excusa, y est�n demasiado listos para contar con la impunidad o encontrar alg�n correctivo f�cil para lo que hacen mal. La verdad es que una acci�n puede arruinar toda una vida y, de hecho, puede lastimarse no solo a uno mismo, sino tambi�n a muchos otros; as� como la impaciencia de Sa�l en Gilgal no solo se lastim� a s� mismo, sino a la naci�n de Israel durante todo su infeliz reinado.

3. El que Dios exaltar� primero debe aprender la paciencia. Por falta de esto, Sa�l fue rechazado de ser rey. Por medio de esto, David fue educado para el trono. El hijo de Jes� fue ungido en privado por Samuel, como lo hab�a sido el hijo de Kish. A partir de entonces, se hizo p�blico por su prontitud y valent�a contra Goliat, as� como Sa�l hab�a recibido el favor del p�blico por cualidades similares contra Nahash. Hasta ahora se puede decir que sus caminos han correspondido; pero luego divergieron bastante. Sa�l, impaciente, se comport� tontamente y cay�. David, cuando lo intentaron, "se comport� sabiamente", no se apresur� a agarrar el cetro, esper� pacientemente hasta que Dios levantara la indirecta. Entonces, cuando lleg� el momento de su elevaci�n, supo c�mo reinar como el rey de Dios en la colina de Si�n. �Qu� hermoso es esto en el Hijo de David, el manso y humilde, quien, debido a que observ� pacientemente la voluntad de Dios, ahora tiene un nombre por encima de cada nombre! Jes�s no se agrad� a s� mismo. �l siempre habl� y actu� en nombre y por direcci�n de su Padre en el cielo. Por lo tanto, Dios lo ha exaltado mucho.

4. Es peligroso pedir o aceptar un vicegerente de Dios en la tierra. Traiciona la incredulidad en lugar de la fe, y conlleva tiran�a y confusi�n. �Qu� calamidad ha sido para la Iglesia latina tener un supuesto vicario de Cristo en la tierra! El acuerdo concuerda con el anhelo de un gobernante espiritual que pueda ser visto, y la inquietud de los hombres realmente no espirituales bajo el control de Aquel que es invisible. Entonces, hay un Popedom, que comenz� de hecho con buenas intenciones e impulsos, como lo hizo la monarqu�a de Sa�l, pero hace mucho tiempo que cay� bajo el disgusto de Dios a trav�s de la arrogancia, y no trajo nada m�s que confusi�n y opresi�n a la cristiandad. Somos cien veces mejores sin tal vicegerente. Suficiente en la esfera espiritual que el Se�or es el Rey. Nuestro Divino Salvador, ahora invisible, pero a su debido tiempo para aparecer en su gloria, es el �nico y bendito Potentado, Jefe de la Iglesia, Capit�n del ej�rcito, Se�or de todos.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre 1 Samuel 13". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/1-samuel-13.html. 1897.