Bible Commentaries
1 Samuel 25

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

Versículos 1-44

EXPOSICI�N

MUERTE DE SAMUEL ( 1 Samuel 25:1).

1 Samuel 25:1

Y Samuel muri�. Seg�n Josefo, Samuel hab�a sido durante dieciocho a�os contempor�neo del reino de Sa�l. Si este c�lculo, que probablemente se basa en alguna tradici�n jud�a, es correcto, debemos incluir los a�os del juicio de Samuel en la suma total del reinado de Sa�l (ver 1 Samuel 13:1), ya que evidentemente su ca�da fue Ahora se acerca r�pidamente. La vida de Samuel marc� el comienzo de la segunda edad de la historia israelita ( Hechos 3:24). Mois�s le hab�a dado a la gente su ley, pero Samuel en las escuelas de los profetas les proporcion� esa educaci�n sin la cual una ley escrita no ten�a poder, y tambi�n invoc� y regul� esa energ�a viva en el orden prof�tico que, reclamando una autoridad casi igual , lo modific� y desarroll�, y aument� continuamente su amplitud y fuerza, hasta que el �ltimo profeta, Jes�s de Nazaret, con el poder supremo y divino lo recre� como la religi�n del mundo entero. Y como ni sus instituciones educativas ni el orden prof�tico, cuyos deberes ordinarios estaban estrechamente relacionados con estas escuelas, pod�an florecer sin tranquilidad y seguridad internas, Samuel tambi�n estableci� la monarqu�a jud�a, que idealmente tambi�n era necesaria, porque el Mes�as no solo debe ser sacerdote y profeta, pero ante todo un rey ( Mateo 2:1, Mateo 2:6; Juan 18:37). Y al lado del reino en el que vivi� para ver los �xitos militares del primer rey y el firme establecimiento del poder real; pero para presenciar tambi�n el desarrollo de ese rey en un d�spota, la sobrecarga de su mente con ataques de locura, la designaci�n de su sucesor, la libertad condicional de ese sucesor por m�ltiples pruebas, su capacidad de maduraci�n para ser el modelo de un teocr�tico rey, y su crecimiento en el poder para estar pr�cticamente a salvo de todos los prop�sitos malvados de Sa�l. Y as�, en el tiempo transcurrido, Samuel muri�, y todo Israel se reuni� e hizo lamentos por �l (ver G�nesis 1:10), y lo enterr� en su casa. La tumba actualmente mostrada como la de Samuel est� situada sobre una colina alta, cuya identificaci�n con Ramah es muy incierta. Probablemente fue enterrado en realidad no en su casa, ya que eso llevar�a a la contaminaci�n ceremonial perpetua ( N�meros 19:16; Lucas 11:44), sino en alg�n lugar abierto en su jard�n. Entonces Joab fue enterrado en su propia casa ( 1 Reyes 2:34). En Ramah Thenius piensa que los profetas compartieron con los reyes el derecho al entierro intramural.

DAVID EN EL DESIERTO DE PAR�N ( 1 Samuel 25:1).

DAVID PIDE UN REGALO DEL NABAL RICO Y SE RECHAZA ( 1 Samuel 25:1).

1 Samuel 25:1

David se levant�. Esto no debe estar relacionado con la muerte de Samuel, como si David hubiera perdido un protector. Pero como ten�a 600 hombres con �l y su fuerza aumentaba continuamente, era necesario que recorriera una gran extensi�n del pa�s para obtener suministros de alimentos. El desierto de Paran. Paran es estrictamente un lugar en la parte m�s meridional de la pen�nsula de Arabia, un poco al oeste del monte Sina�; pero no cabe duda de que dio su nombre a la gran extensi�n de pastizales y tierras �ridas que ahora se conoce como el desierto de El-Tih (ver 1 Reyes 11:18). De esto, los desiertos de Jud� y Beerseba formar�an virtualmente partes sin que las fronteras se definieran estrictamente. Por lo tanto, no necesitamos leer "el desierto de Ma�n", con la Septuaginta y muchos comentaristas. Por el contrario, hemos visto que la bodega en 1 Samuel 24:22 era la colina Hachilah en ese vecindario, y David ahora se movi� hacia el sur hacia el borde de este vasto desierto.

1 Samuel 25:2

Un hombre en Maon. Aunque estrictamente por descendencia perteneciente a Maon (para lo cual ver en 1 Samuel 23:24), sus posesiones, m�s bien, "su negocio", "ocupaci�n" (ver G�nesis 47:3 y Eclesiast�s 4:3, donde se traduce el trabajo) �estaban en Carmel, el peque�o pueblo al norte de Maon, donde Sa�l levant� un trofeo al final de la guerra amalecita ( 1 Samuel 15:12), y a la que pertenec�a Abigail ( 1 Samuel 27:3). Se lo describe como muy grande debido a su riqueza derivada de sus grandes reba�os de ovejas y cabras, que se alimentaban de la tierra de pastoreo que forma la meseta elevada del Carmelo, donde estaba esquilando sus ovejas, generalmente un momento de lujosa hospitalidad ( 2 Samuel 13:23, 2 Samuel 13:24).

1 Samuel 25:3

Nabal, la palabra hecha tonta en Salmo 14:1; literalmente, "plano", "ins�pido". Abigail significa "el que es la causa (padre) de la alegr�a", es decir, el que da alegr�a. Ella, con su brillante comprensi�n y hermosa persona (la palabra hebrea abarca mucho m�s que el semblante; ver 1 Samuel 16:18, donde se traduce como persona amable), est� en contraste con el hombre grosero y grosero que era su marido. Su nombre era uno que hab�a adquirido por su conducta, o si sus padres se lo dieron, demuestra que eran payasos. �l era de la casa de Caleb. El texto escrito tiene, "�l estaba de acuerdo con su coraz�n", celibbo, es decir, un hombre obstinado o alguien cuyo exterior grosero respond�a a su naturaleza interior; pero hay dificultades ling��sticas en el camino de esta lectura, y el Kri probablemente tenga raz�n al corregir a calibbi, un calebita, un descendiente de Caleb, a quien se le asignaron grandes posesiones en el vecindario de Hebr�n ( Josu� 15:13-6 ), que est� a solo diez millas al noroeste de Carmel. Las versiones son compatibles con el Kri, aunque el sir�aco y la septuaginta se parecen a los perros, uno que, como un perro, aunque tiene mucho, pero le tiene rencor a los dem�s. El significado del nombre Caleb es literalmente "un perro".

1 Samuel 25:4, 1 Samuel 25:5

Aunque David hab�a recorrido una cierta distancia hacia el sur de Carmel, vali� la pena enviar hombres a la esquila de ovejas de Nabal, ya que el mantenimiento de su numerosa fuerza debe haber sido una dificultad continua. El gran n�mero, diez, tambi�n muestra que esperaba un regalo liberal de comida. Probablemente tales misiones no eran infrecuentes, y los grandes amos de ovejas estaban contentos de suplir las necesidades de alguien que proteg�a a sus reba�os y los defend�a de las incursiones de las tribus del desierto.

1 Samuel 25:6

Dile al que vive en prosperidad. El hebreo es oscuro, pero la interpretaci�n del A.V. es insostenible y tambi�n muy manso. Literalmente es, "Le dir�s, �de por vida!" Probablemente fue una forma coloquial de saludo, y equivalente a "buena suerte", �xito, "la vida en hebreo a veces se usaba para la prosperidad. As� que Lutero lo traduce, y Rashi y el Talmud de Babilonia tambi�n est�n a su favor. La lectura del Vulgata, "A tus hermanos" (paz), debe ser rechazada por completo. No les hacemos da�o. Literalmente, "no les causamos verg�enza" (ver Jueces 18:7), no hicimos nada para molestar y lastimarlos. Realmente las palabras significan que David los protegi�, y les permiti� alimentar a sus reba�os con seguridad. El hecho de que David esper� hasta la esquila de las ovejas, cuando la hospitalidad era la regla, prueba que no recaud� chantaje sobre sus compatriotas, aunque necesariamente debe haber dependido de ellos para la comida indispensable para el apoyo de sus hombres. Un buen d�a. Es un d�a festivo, que deber�a traernos una parte de tu prosperidad. Tu hijo David. Un t�tulo expresivo de la reverencia debida de el joven David a su superior, y un reconocimiento de la superioridad de Nabal o Ver su pr�jimo pr�fugo.

1 Samuel 25:9

Ellos ... cesaron. Literalmente, "descansaron"; es decir, o se quedaron callados esperando la respuesta de Nabal, o se sentaron, como es costumbre en el Este, con el mismo prop�sito.

1 Samuel 25:10, 1 Samuel 25:11

Habr� muchos sirvientes, etc. Nabal apenas se habr�a aventurado a hablar de una manera tan insultante si David hubiera estado en Maon, pero como se hab�a movido con sus hombres una gran distancia hacia el sur, �l. dio rienda suelta a sus groseros sentimientos sin moderaci�n. David era para �l un simple esclavo que hab�a huido de su amo, Sa�l. Mi pan ... mi agua. Estas son las necesidades de la vida, mientras que la carne era el lujo especial provisto para el festival. Los diez j�venes de David literalmente no le llevar�an agua a una distancia tan grande, ni Nabal significaba m�s que nuestra frase "carne y bebida". Sin embargo, el uso del agua como equivalente a la bebida marca el valor del agua en la regi�n monta�osa y tambi�n los h�bitos abstemios de la gente.

1 Samuel 25:12, 1 Samuel 25:13

C��ete, etc. La determinaci�n de David fue feroz y violenta. Sin duda, el insulto de Nabal lo irrit�, y posiblemente tambi�n los groseros forajidos a su alrededor habr�an protestado contra cualquier otro curso; pero las palabras de Nabal, por groseras que fueran, no justificar�an a David en la �spera venganza que meditaba. Abigail a lo largo de su discurso argumenta que David estaba tomando un curso demasiado violento, y que luego lamentar�a.

ABIGAIL PACIFIES DAVID ( 1 Samuel 25:14-9).

1 Samuel 25:14-9

Uno de los j�venes. Hebreo, "un muchacho de los muchachos", es decir, uno de los sirvientes (ver en la palabra 1 Samuel 1:24); cuando se usa en este sentido no tiene referencia a la edad (ver 1 Samuel 2:17). Este hombre era probablemente un servidor viejo y confidencial. A saludar. En hebreo, "bendecir" (ver 1 Samuel 13:10; 2 Reyes 4:29). �l arremeti� contra ellos. Literalmente, "vol� sobre ellos como un ave de rapi�a". No fuimos lastimados. Literalmente, "no se averg�ence" (ver en 1 Samuel 25:7). El lenguaje de un pueblo siempre da testimonio de su car�cter, y es una se�al del alto esp�ritu de los israelitas que pensaban menos en la p�rdida que en la desgracia de una lesi�n. Mientras estuvi�ramos familiarizados con ellos. En hebreo, "mientras fu�ramos con ellos". En los campos. Realmente, "en el campo", el desierto, la tierra de pasto com�n. Una pared. Es decir. Una protecci�n segura tanto contra las bestias salvajes como contra los amalecitas y otros saqueadores. Un hijo de Belial. Un hombre malo y sin valor (ver en 1 Samuel 1:16), tan grosero y violento que es in�til exponerse con �l.

1 Samuel 25:18-9

Cinco medidas de ma�z seco. La medida nombrada aqu�, el seah, contiene aproximadamente un picotazo y medio. Como esto parece poco, Ewald lee 500 seahs, pero probablemente fue considerado como un manjar. Racimos de pasas. M�s bien, como en el margen, trozos de pasas. Los racimos de uvas cuando se secaron se prensaron en tortas. Enviando a sus sirvientes al frente, guiando a los asnos que llevaban el regalo, ella lo sigui� y se encontr� con David mientras bajaba por la cubierta de la colina. En hebreo, "en secreto de la colina", al amparo de la colina, es decir, ella lo conoci� mientras descend�a a una ca�ada en la que �l hab�a entrado desde el otro extremo.

1 Samuel 25:21, 1 Samuel 25:22

David justifica su furia feroz al referirse a los servicios que le hab�a prestado a Nabal, y que hab�an sido requeridos de manera tan pobre. Para la frase, Dios haga lo mismo con los enemigos de David en 1 Samuel 20:16. Un sentimiento supersticioso probablemente yac�a en la ra�z de esta sustituci�n de los enemigos de David por s� mismo cuando invocaba una maldici�n.

1 Samuel 25:23-9

Abigail ... cay� ante David en su cara. Esta reverencia muy abyecta puede haberse basado en su creencia en el futuro reinado de David, o simplemente puede marcar la posici�n inferior que ten�an las mujeres en esos d�as (ver 1 Samuel 25:41). Toda su direcci�n est� redactada en t�rminos muy humildes. David ( 1 Samuel 24:8) solo se agach� con la cara en el suelo ante Sa�l. Sobre m�. Abigail se representa a s� misma como la persona realmente culpable, sobre quien debe caer la iniquidad, es decir, el castigo del delito. Nabal es un mero hijo de Belial, un hombre in�til y malo, cuyo nombre Nabal, es decir, tonto, es una se�al de que la locura est� con �l y acompa�a todos sus actos. Como un tonto, apenas es responsable de sus actos, y Abigail, cuya costumbre y negocio era arreglar las cosas, no vio a los j�venes, por lo que no pudo salvarlos de la rudeza de su marido.

1 Samuel 25:26, 1 Samuel 25:27

Abigail comienza su apelaci�n afirmando que fue Jehov� quien la hizo venir para evitar el derramamiento de sangre; luego propicia a David con la oraci�n para que sus enemigos sean como Nabal, tontos insignificantes; y finalmente le pide que acepte su regalo, no para s� mismo, ser�a un gran honor, sino lo suficientemente bueno solo para sus seguidores. La primera de estas afirmaciones est� oscurecida por la representaci�n en el A.V; y deber�a traducirse, "Y ahora, mi se�or (un t�tulo ordinario de respeto, como nuestro se�or), como vive Jehov�, y vive tu alma, tan cierto es que Jehov� te ha retenido de la culpabilidad de la sangre, y de salvarte a ti mismo con tu propia mano, y ahora deja que tus enemigos ", etc. Las mismas palabras se repitan en 1 Samuel 25:31, 1 Samuel 25:33. Bendici�n. Es decir. regalo, presente (ver 1 Samuel 30:26). Este hermoso t�rmino muestra la profunda religiosidad de la mente hebrea. El regalo es algo que no proviene del donante, sino de Dios, en respuesta a la oraci�n del donante.

1 Samuel 25:28

Perdona la violaci�n de tu sierva. Volviendo a sus palabras en 1 Samuel 25:24, que la culpa y el castigo deben recaer sobre ella, ahora reza por el perd�n; pero las palabras intermedias en 1 Samuel 25:26, enfatizadas en 1 Samuel 25:31, han elevado su solicitud a un nivel superior. Su oraci�n se basa en el hecho de que estaba salvando a David de un pecado, y que en su sed de venganza �l estaba causando culpa. Si la forma de la direcci�n de Abigail era muy humilde, el asunto era valiente y noble. Una casa segura. Es decir. prosperidad permanente (ver en 1 Samuel 2:35). Porque mi se�or pelea. En hebreo, "pelear�". David no estaba peleando estas batallas ahora porque todav�a no estaba entronizado como el rey teocr�tico. En la actualidad, era asunto de Sa�l luchar en "las batallas de Jehov�", ya sea en persona o por sus oficiales ( 1 Samuel 18:17). Las palabras, por lo tanto, claramente esperan el momento en que David como rey tendr� el deber impuesto de proteger al pueblo del pacto de Jehov�. El mal no se ha encontrado en ti. En hebreo, "no se encontrar� en ti", es decir, cuando llegue el momento de que tomes el reino, nadie podr� acusar en contra de ti ning�n delito por el cual hayas perdido tu t�tulo del cargo real; ni m�s tarde, como rey, ser�s culpable de cualquier incumplimiento de tu deber hacia Jehov�, el Supremo Gobernante de Israel, para incurrir en rechazo como lo ha hecho Sa�l.

1 Samuel 25:29-9

Sin embargo, un hombre ha resucitado. Por el contrario, "Y si alguien se presentara para perseguirte", etc. La referencia es, por supuesto, a Sa�l, pero con la debida reserva, y tambi�n se hizo general, para incluir todas las posibles lesiones intentadas contra David. Atado en el paquete de la vida. Hebreo, "de los vivos". La met�fora se toma del h�bito de empacar en un paquete art�culos de gran valor o de uso indispensable, para que el propietario pueda llevarlos sobre su persona. En India la frase es com�n; as�, se dice que un juez justo est� atado al paquete de justicia; Un amante en el paquete de amor. Abigail ora, por lo tanto, para que David, con otros cuya vida es preciosa a la vista de Dios, se mantenga de manera segura bajo el cuidado y protecci�n personal de Jehov�. En los tiempos modernos, las dos palabras que significan "en el paquete de los vivos" forman una inscripci�n com�n en las l�pidas jud�as, habi�ndose interpretado la frase en el Talmud, como tambi�n Abravanel y otras autoridades jud�as, de una vida futura. Deber� lanzarse, etc. En fuerte contraste con esta cuidadosa preservaci�n de la vida de David, ella reza para que sus enemigos puedan ser arrojados tan violentamente y tan lejos como una piedra es arrojada de una honda. El centro es el hueco en el que se coloc� la piedra. Gobernante. es decir, pr�ncipe Es la palabra traducida como capit�n en 1 Samuel 9:16; 1 Samuel 10:1, pero su significado se da m�s correctamente aqu�. Dolor. La palabra realmente significa lo mismo que piedra de tropiezo, algo que hace que una persona se tambalee sin darse cuenta. Abigail reza, por lo tanto, para que cuando David se convierta en pr�ncipe, y tambi�n para administrar justicia, este acto violento y vengativo que estaba proponiendo no sea una causa de tropiezo y una ofensa de coraz�n para s� mismo, ya que su conciencia lo reprocha por tener �l mismo hizo lo que ten�a que condenar en los dem�s.

1 Samuel 25:32-9

David, en su agradecido reconocimiento de la protesta de Abigail, ve en ella la mano de Jehov� el Dios de Israel, que la hab�a enviado, es decir, la agit� para que viniera. Tambi�n elogia su consejo, literalmente, su "gusto", es decir, sabidur�a, discreci�n. Es la palabra comportamiento representado en 1 Samuel 21:13. Pero por esta conducta prudente de su parte al venir a su encuentro en el camino, �l le asegura solemnemente que nada podr�a haber salvado a Nabal y a todos los hombres de su casa de la muerte. Finalmente, acepta su regalo y la despide con la seguridad de que todo fue perdonado.

MUERTE DE NABAL Y MATRIMONIO DE DAVID Y ABIGAIL (vers�culos 36-42).

1 Samuel 25:36-9

Porque estaba muy borracho. En hebreo, "y estaba muy borracho". Esta no fue la causa de que su coraz�n fuera alegre, sino el resultado; se entreg� al disfrute hasta que se emborrach�, y luego su alegr�a termin�. Cuando Abigail regres�, estaba estupefacto por la bebida, y no fue sino hasta el d�a siguiente, cuando su debach se estaba desvaneciendo, que fue capaz de saber lo que hab�a hecho su esposa. Y cuando Abigail le cont� la feroz determinaci�n de David, y c�mo ella lo hab�a pacificado, parece haber dado paso a un ataque de indignaci�n violenta, volando posiblemente hacia ella como lo hab�a hecho con los mensajeros de David ( 1 Samuel 25:14 ), cuyo resultado fue un ataque de apoplej�a, y despu�s de permanecer en un estado de insensibilidad durante diez d�as, muri�.

1 Samuel 25:39-9

Ha defendido la causa de mi reproche. En las causas juzgadas en la puerta de una ciudad israelita, los amigos del acusado abogaron por su causa, lo defendieron del mal y castigaron a cualquiera que lo hubiera perjudicado. As� que Dios hab�a vengado a David, mientras lo imped�a por la interferencia de Abigail de vengarse a s� mismo (ver 1 Samuel 24:13). Como el duelo legal de una viuda parece haber durado solo siete d�as, David, al enterarse de la muerte de Nabal, envi� mensajeros a Abigail en Carmel para pedirle matrimonio. Probablemente lo conmovi� no solo por su conducta sensata, sino tambi�n por la noticia de que Michal hab�a sido entregada a otra persona. Ella expresa su voluntad en la verdadera moda oriental al decir que estaba lista para realizar las tareas dom�sticas m�s abyectas, incluso para sus sirvientes, y de inmediato con cinco doncellas procede a unirse a �l. Es una prueba de que David se consideraba pr�cticamente seguro contra los intentos de Sa�l de que se cas� y permiti� que las mujeres acompa�aran a su peque�a fuerza, ya que su presencia no solo obstaculizar�a la rapidez de sus movimientos, sino que tambi�n implica una cierta cantidad de casos y comodidad para su mantenimiento

DATOS ADICIONALES RESPECTO A LA VIDA CASADA DE DAVID ( 1 Samuel 25:43, 1 Samuel 25:44).

1 Samuel 25:43, 1 Samuel 25:44

Adem�s de Abigail, David tambi�n tom� por esposa a Ahinoam de Jezreel, un peque�o pueblo entre las colinas de Jud� ( Josu� 15:56), y no la ciudad m�s conocida de ese nombre en la tribu de Isacar. Ahinoam era el nombre tambi�n de la esposa de Sa�l ( 1 Samuel 14:50). Tambi�n eran ... sus esposas. Es decir. Adem�s de Michal. Saul le hab�a entregado a Phalti, el hijo de Laish, llamado Phaltiel en 2 Samuel 3:15, donde leemos de su lamento por el hecho de que Ishbosheth le hab�a arrancado de �l para que pudiera ser devuelta a David. Gallim se describe en Isa�as 10:30 como situado entre Gabaa de Sa�l y Jerusal�n.

HOMIL�TICA

1 Samuel 25:1

Honor a los muertos e insulto a los vivos.

Los hechos son:

1. Samuel muere y es enterrado en Ram� en medio del dolor de Israel.

2. David, regresando al desierto, env�a un saludo a Nabal, un hombre rico en Carmel, y le pide un favor a sus j�venes a causa de la ayuda amistosa recientemente prestada a los pastores de Nabal.

3. Nabal, con un esp�ritu grosero, env�a una respuesta insultante y rechaza la solicitud.

4. Ante lo cual David decide vengarse del insulto. La alusi�n aqu� a la muerte de Samuel, aunque es una parte necesaria de la historia de la �poca, parece ser introducida para preparar el camino para la continuaci�n de la narrativa sobre David, quien ahora se ha convertido en la figura principal de la vida nacional. Tenemos que considerar la ense�anza de la muerte del hombre bueno y el insulto del hombre grosero.

Honor a los muertos. Los diversos puntos que se mencionan en la breve referencia son, la brevedad de la notificaci�n en comparaci�n con la duraci�n del servicio, el motivo del homenaje p�blico, la p�rdida y ganancia para Israel, el alcance de la influencia revelada y el hundimiento temporal de los conflictos entre las partes. . Al formular las verdades as� sugeridas, vemos:

I. QUE LA REFERENCIA DEL CIELO EN LA BIBLIA AL TRABAJO PERSONAL Y LA MUERTE DE LOS MEJORES SERVIDORES DE DIOS est� en CONTRASTE instructivo CON LOS REGISTROS RELATIVOS A CRISTO. La vida de Samuel fue larga e inmensamente �til para el mundo por la reforma forjada en Israel por la fuerza de su car�cter, y la preparaci�n hecha para la ense�anza prof�tica y el gobierno estable. No se encontr� un hombre m�s santo y devoto, y sin embargo, un vers�culo nos cuenta todo sobre su muerte y entierro. La misma reticencia es cierta con respecto a Abraham, Mois�s, Isa�as y, de hecho, a todos los hombres m�s distinguidos. Durante la vida hablaron poco de s� mismos y se refirieron poco a sus antepasados. Los ap�stoles tambi�n viven, trabajan y mueren, y no se pone �nfasis en su trabajo y muerte, una circunstancia acorde con la abnegaci�n que nunca se convirti� en objetos prominentes de la fe. El contraste con Cristo es impresionante. El es todo y todo. Su autorreferencia es un ego�smo perfecto si es un simple ser humano ordenado solo en mayor grado que otros para ejecutar un prop�sito Divino. La exaltaci�n de su nombre, obra y muerte por parte de los ap�stoles es muy natural y armoniosa con el silencio de la Biblia en relaci�n con todos los dem�s si �l es realmente divino. La cuesti�n de su personalidad no puede resolverse mediante meras discusiones verbales. Deben considerarse hechos amplios, y estos determinan claramente el sentido verbal en el que se supone que los exegetas difieren. Este tipo de argumento apela al sentido com�n de los hombres, y tambi�n concuerda con el instinto del coraz�n cristiano de adorar a Cristo.

II Que EL HONOR PAGADO A LOS MUERTOS, hasta donde se menciona en las Escrituras, ES POR EL CAR�CTER Y EL SERVICIO SANTO. La alusi�n aqu� y en otros lugares a un homenaje apropiado a los muertos est� claramente asociada con la vida santa y la conducta previamente registrada en la narraci�n sagrada. Hay un silencio singular en la Biblia con respecto a los honores pagados a los hombres, debido a la grandeza que se supone consiste en haza�as b�licas. La verdadera grandeza radica en que las buenas habilidades est�n impregnadas por un esp�ritu de piedad, y consecuentemente consagradas al avance del reino de Dios en la tierra. El valor de la vida de un hombre debe buscarse en la contribuci�n que hace al impulso espiritual por el cual el mundo se acerca a Dios. Los honores supremos a menudo otorgados al mero rango titular, a la riqueza, a la destreza militar, e incluso al aprendizaje desnudo, expresan un juicio humano que el lenguaje de la Biblia descarta y se revertir� cuando, juzgado por el alto nivel de Cristo, cada hombre recibir� seg�n las obras hechas en el cuerpo.

III. Que LA MUERTE DE LOS HOMBRES REALMENTE BUENOS ES UNA P�RDIDA Y UNA GANANCIA PARA EL MUNDO. Israel estaba de duelo porque el "hombre piadoso" fracas�, porque la actividad y la influencia personal del hombre m�s grande de la �poca en adelante cesar�an. No podemos decir si la actividad del esp�ritu de un buen hombre ya no opera como un poder sobre los hombres despu�s de su muerte, probablemente lo haga si hay alguna verdad en la conservaci�n y persistencia de las fuerzas espirituales; pero en lo que respecta a los sobrevivientes, son inconscientes de ello y, por otro lado, est�n m�s abiertos a la acci�n de otras influencias visibles. Perdemos mucho cuando los hombres buenos mueren; Sin embargo, ganamos algo. Toda la vida se vuelve m�s impresionante en la muerte que durante su continuaci�n. El bien germinal sembrado en el coraz�n por la bondad silenciosa y el esfuerzo real se acelera alrededor de la tumba para un crecimiento saludable. La influencia aleccionadora de un recuerdo sagrado es un tesoro permanente. Muchos tienen que bendecir a Dios por la muerte de sus santos. El cielo se vuelve m�s real para aquellos cuyos seres queridos se han ido antes, y las levidades de la vida son sometidas por el pensamiento de nuestra separaci�n temporal de la "asamblea general".

IV. Que LA REALIDAD Y EL EXTREMO DE LA INFLUENCIA DE UN BUEN HOMBRE SOBRE OTROS SE PRESENTA EN LA MUERTE M�S QUE EN LA VIDA. El homenaje p�blico a Samuel fue la respuesta de la naci�n al atractivo de su vida para el coraz�n y la conciencia. Al igual que Elijah, sin duda a menudo deploraba la degeneraci�n de la �poca y se preguntaba si estaba haciendo alg�n bien sustancial. Esta duda es la experiencia com�n de todos los siervos de Dios. No pueden ver la incidencia de los rayos de luz cuando caen silenciosamente sobre el coraz�n aburrido de la gente, aunque en teor�a saben que cada rayo cumple su parte en la gran econom�a espiritual del universo. Pero los sujetos de influencia sagrada reciben en cierto grado todo lo que surge de una vida consagrada, y a menudo requiere la eliminaci�n de un buen hombre de este mundo para manifestar cu�n fuerte ha tenido el pensamiento y el sentimiento de los dem�s. . Hay muchos casos de esto en todos los grados de la sociedad. Las iglesias y las familias revelan el poder de un personaje cuando ese personaje deja de ejercer sus energ�as deseadas. Esto deber�a inducir calma y confianza en todos los que se esfuerzan por bendecir al mundo con una vida dedicada. Quienes ejercen el poder moral no siempre son los mejores jueces de su fuerza y ??alcance. Dios misericordiosamente mantiene fuera de nuestra vista algo del bien que estamos haciendo, para que no caigamos en la trampa del diablo.

V. QUE LA CONCIENCIA DEL HOMBRE DE LA SACREDEZA Y EL MISTERIO DE LA EXISTENCIA HUMANA, cuando se despierta, es SUPREMA POR CADA PENSAMIENTO Y SENTIMIENTO. Todo Israel, abrazando a Sa�l, David, los profetas y los calumniadores y conspiradores en la corte, se reunieron alrededor de la tumba de Samuel y lloraron. Las luchas y rivalidades de los partidos, las peleas mortales y las crueles animosidades de la vida, la m�s urgente de las pasiones humanas, se dejaron de lado por el momento bajo la influencia de ese sentimiento profundo y dominante de que la existencia humana en la tierra es un misterio sagrado. Se ve que los m�s santos y honrados sucumben a la mano fuerte que lleva a los m�s in�tiles. Cada uno pregunta: �Es este el final? �No hay nada m�s all�? Si hay, �qu�? Por lo tanto, es la reflexi�n del hombre, despertada por la muerte del grande, lo que le hace reconocer al mismo tiempo tanto su peque�ez como su grandeza. La solemnidad de tener una existencia racional se produce en presencia de la muerte. Que estamos hechos para algo muy superior a lo que ahora atrae nuestra atenci�n es forzado en el esp�ritu, y nuestra conexi�n con una esfera invisible y un tribunal final se eleva a una terrible distinci�n. Este sentido frecuentemente recurrente de lo sagrado y el misterio de la existencia es un control de las tendencias pecaminosas y proporciona ocasiones para la aplicaci�n del evangelio a los corazones de los hombres. La verdad evang�lica aprendida en los primeros a�os a menudo afirmar� su poder en los hombres ya que, dejando un tiempo las contiendas y los pecados de la vida, permanecen junto a la tumba abierta.

Insulto a los vivos.

Surge la pregunta: �por qu� esta narrativa de la groser�a de Nabal ocupa un lugar tan prominente en los registros sagrados, al ver que una vida tan aventurera como la de David debe haber abundado en un incidente sorprendente? Entre los temas sugeridos por el relato del insulto del hombre grosero podemos notar:

I. EL PRINCIPIO DE LOS EVENTOS QUE SE GRABAN EN LAS ESCRITURAS. �Es este principio comprobable? �Se puede verificar alguna hip�tesis al respecto mediante una inducci�n de hechos? Otorgando una respuesta afirmativa a estas preguntas, �obtenemos aqu� una armon�a de la Escritura superior a la del acuerdo literal en detalles? Ahora, al tratar con tales preguntas, debemos guiarnos por algunos hechos generales, tales como, el orden de la Providencia entre los hombres est� subordinado a la realizaci�n del prop�sito redentor en Cristo; el prop�sito redentor se realiza a trav�s de la instrumentalidad de los sirvientes elegidos, sucedi�ndose unos a otros por arreglo divino; los eventos que tocaron la vida de estos hombres afectaron el desempe�o de su parte en la realizaci�n del prop�sito, en la medida en que desarrollaron su car�cter o trajeron los grandes principios por los cuales vivieron en conflicto con los principios opuestos; La Biblia est� dise�ada para ser un registro de los eventos que avanzaron en el desarrollo del prop�sito redentor, ya sea de forma directa o indirecta, moldeando el car�cter y la conducta de aquellos involucrados en su elaboraci�n, y forzando a la idea Divina a un marcado contraste con varias formas de mal. El intento de encontrar el principio de selecci�n de hechos para su incorporaci�n en el registro de Dios de la historia de la redenci�n en cualquier otra direcci�n debe fracasar. El gran pensamiento de este libro de Samuel es el conflicto de la esperanza mesi�nica con los males opuestos. Por lo tanto, durante toda la vida de David, vemos que la "salvaci�n del Se�or", es decir, la gran reforma espiritual que se forjar� como preludio de un futuro y m�s bendecido, era el tema en juego; y esos eventos est�n evidentemente relacionados que lo ayudaron, y aquellos que se opusieron a �l. Los principios est�n incorporados en cada una de estas instancias, y por lo tanto la relaci�n de los eventos con el prop�sito de Dios que se desarrolla es esa cualidad en ellos que explica su inserci�n en las Escrituras. La verificaci�n de esto es un estudio interesante. Puede ser suficiente aqu� notar que cuando consideramos la gran influencia en la vida de David de una mujer como Abigail, y por lo tanto en su trabajo para el mundo, podemos ver la propiedad de alg�n relato de ella en relaci�n con �l, y veremos directamente cu�n completamente la cortes�a de Nabal fue una ilustraci�n del esp�ritu arraigado que desprecia esas elevadas aspiraciones espirituales que est�n involucradas en el desarrollo del prop�sito divino para la humanidad.

II LAS CAUSAS Y LA CURACI�N DE LA INFELICIDAD NACIONAL. La vida hogare�a de Nabal evidentemente no era feliz, debido en parte a la gran diversidad de gustos, temperamentos y cultura, y en parte a la diferencia de conducta moral y principios religiosos. Una disposici�n baja y arrolladora, deleit�ndose en la sensual indulgencia y orgullosa de la riqueza, no pod�a dejar de amargar la vida de una "mujer de buen entendimiento" y de las buenas percepciones espirituales que indican sus palabras a David (vers�culos 27-31). . Desafortunadamente, hay muchos hogares de este tipo. Las mujeres sabias y santas son sometidas a la humillaci�n y la tristeza de una esclavitud de por vida. En los tiempos modernos, las causas de la infelicidad dom�stica son diversas: la moda, que considera la estaci�n antes que la felicidad; amor a la riqueza, que pone belleza, dulzura y cultura a los pies de mammon; prisa desconsiderada, actuando sobre el conocimiento parcial del car�cter; preocupaci�n por un medio de vida independientemente de las cualidades morales; sentimientos religiosos incompatibles; ego�smo por un lado, buscando atenci�n desmesurada y negligencia por el otro, sin prestar atenci�n al v�nculo sagrado. En muchos casos, la liberaci�n es solo en la muerte, tan absoluta es la desolaci�n. En lo que respectaba a Abigail, su discreci�n y autocontrol mitigaban los males de su hogar; pero el remedio radical es una renovaci�n del esp�ritu, un cambio de la vida a Dios.

III. LAS OBLIGACIONES DE LA RIQUEZA. Que cada talento impone a su poseedor la obligaci�n correspondiente es un primer principio de moral y religi�n. Ning�n hombre posee riqueza material para s� mismo. Es miembro de la sociedad y est� obligado a ejercer sus dones para el bienestar de los dem�s. Las responsabilidades comunes vinculadas a la riqueza, por lo tanto, reca�an en Nabal, y ning�n punto de vista estrecho y privado o avaricia de ganancia adquirida podr�a liberarlo de las leyes de Dios, por muy molestos que pudieran ser su obediencia. Pero hab�a razones especiales por las que estaba obligado a permitir que David compartiera su abundancia; porque no se sab�a que era un hombre perseguido por causa de la justicia, de la misma tribu que Nabal, admitido por la voz popular de haber sido un benefactor por su destreza en nombre de la naci�n, el guardi�n, por medio de sus hombres, de los siervos de Nabal en una temporada reciente de peligro, y considerado en la casa de Nabal (vers�culos 27-31) y en otros lugares como el rey venidero, bien equipado por sus cualidades para elevar la condici�n espiritual y social de la gente? La modesta solicitud de David fue justa, y el deber del hombre rico fue claro. La cuesti�n de las obligaciones vinculadas a la posesi�n de la riqueza debe ser llevada a casa con seriedad y aclarada con inteligencia. El "amor al dinero" es tan fuerte en algunos que ciega el intelecto y endurece el coraz�n contra el reconocimiento de los usos adecuados del mismo. No se puede establecer un est�ndar fijo para la distribuci�n de la riqueza, ya que los deberes de dar y gastar son relativos a la posici�n y al entorno. Lo primero que hay que reconocer es que la riqueza no es para autocomplacencia o engrandecimiento, sino para el enriquecimiento de todos. El siguiente es el cultivo de un esp�ritu amable y generoso que mira con ternura a los m�s necesitados, combinado con un buen juicio sobre los mejores medios para permitir que muchos disfruten de la distribuci�n de la riqueza como la recompensa del trabajo y la habilidad. Sobre todo, cada hombre debe, en un esp�ritu de amor y gratitud, poner todo sobre el altar de Dios, y velar por que una buena proporci�n se dedique a la causa de Cristo. Nadie se ha arrepentido de consagrar riquezas a Dios. Pero eso no es consagraci�n a Dios que se apropia de los usos religiosos cuando los dependientes carecen de medios de apoyo (Marco 7:11). Funcionar�a una revoluci�n en la condici�n social de nuestro pa�s, y la del tipo m�s ben�volo y ben�fico, adem�s de dar un impulso inmenso a la causa de la religi�n, los hombres de riqueza hicieron una estimaci�n concienzuda de sus obligaciones con Dios y el hombre. y actuar en consecuencia.

IV. CONTENIDO POR ASPIRACIONES ESPIRITUALES. "�Qui�n es David? �Y qui�n es el hijo de Jesse? Hoy en d�a hay muchos sirvientes que se separan de sus amos". As� lo hizo Nabal, sabiendo bien qui�n era David, qu� curso hab�a seguido, qu� pruebas le hab�an sucedido y qu� altas expectativas espirituales se asociaron con su vida a cuadros, expres� su desprecio por el rey venidero y su supuesta misi�n en Israel. Este fue claramente el caso de un hombre rico, aficionado a la indulgencia sensual, jactancioso de sus posesiones, indiferente a la cultura, la elevaci�n moral y la prosperidad espiritual de sus compatriotas, y mirando con desprecio a los hombres que anhelan una forma de vida m�s elevada. en el que la pureza, el conocimiento y la alegr�a en Dios son caracter�sticas prominentes. No quer�a tener nada que ver con "te�ricos", "fan�ticos" y hombres de ese tipo. El pa�s estaba lo suficientemente bien y no se quer�a al hijo de Jesse. El insulto a los vivos era un insulto al hombre. Los hombres a menudo son solo los exponentes de los principios que sobreviven cuando se van. Durante sus primeros trabajos, Samuel fue el en�rgico exponente de la idea espiritual del reino de Dios en contra de las concepciones arraigadoras de la funci�n de Israel entretenida por la naci�n degenerada. M�s tarde, David se convirti� en su representante elegido, y en esto su unci�n como un hombre m�s digno que Sa�l tuvo su significado. Aquellos que, como Jonathan, Gad y Abiatar, se identificaron con David se convirtieron en un partido en el Estado dedicado a la afirmaci�n de la esperanza superior, mientras que los hombres que llevaron a Sa�l al mal, los Ziphitas y ahora Nabal, fueron los partidarios de El ideal bajo y terrenal de la vida de Israel. Su antagonismo hacia David fue, por lo tanto, m�s profundo de lo que parece al principio; se basaba en la falta de simpat�a y, de hecho, en una aversi�n positiva hacia las aspiraciones espirituales que David apreciaba, y que �l, en la providencia de Dios, estaba destinado en gran medida a enunciar y realizar. �Qu� se entiende por "como amar tu salvaci�n"? (Salmo 40:16). Evidentemente, aquellos que anhelan esa gran liberaci�n del mal que Dios estaba trabajando para Israel, t�pica de la liberaci�n m�s amplia que el verdadero Rey de Si�n est� trabajando ahora para los hombres. Y como los hombres como Nabal despreciaban las santas aspiraciones de David, los mismos hombres desprecian las aspiraciones de aquellos que piensan que su trabajo no se realiza hasta que la religi�n espiritual sea universal. El Salvador escuch� a los hombres decir: "�No es este el hijo del carpintero?" Las aspiraciones puras y elevadas de su vida se encontraron con el reverso de una respuesta en mentes inquietantes. Los hombres no se oponen a una religi�n, pero no les gusta una religi�n santa.

Lecciones pr�cticas: -

1. Que sea nuestro esfuerzo vivir para que los hombres puedan recordarnos con sentimientos de amoroso inter�s.

2. El tono de nuestra vida diaria a menudo se puede elevar, y se puede encontrar un escudo contra la tentaci�n, comunic�ndose ocasionalmente en esp�ritu con los muertos honrados que hemos conocido.

3. En todos los arreglos para la vida debemos permitir que las consideraciones morales y religiosas tengan una influencia principal.

4. El respeto concienzudo por la ense�anza de la palabra de Dios en referencia a la riqueza, y la oraci�n especial por orientaci�n en su uso, no pueden dejar de ser una bendici�n para el poseedor y para los dem�s.

5. Requiere un pensamiento cuidadoso para rastrear la conexi�n entre el crecimiento de las riquezas y el disgusto por la religi�n espiritual (Marco 10:23).

1 Samuel 25:13-9

Credo y pr�ctica.

Los hechos son:

1. David, picado por el insulto, se prepara para vengarse de Nabal.

2. Un sirviente, al escuchar su intenci�n, lo informa a Abigail.

3. Tambi�n le relata las circunstancias de la bondad de David con los hombres de Nabal, y le pide su intervenci�n, ya que no tiene fe en la sabidur�a o generosidad de Nabal. El curso tomado por David normalmente se llamar�a natural para un jefe oriental; la del sirviente era m�s considerada de lo que generalmente se encuentra entre los hombres de su clase cuando se la pone en peligro personal. Con respecto a las dos causas por separado, podemos expresar la ense�anza as�:

I. A VECES HAY UNA MALA DISPROPORCI�N ENTRE LAS CREENCIAS Y LA PR�CTICA DE INCLUSO LO MEJOR DE LOS HOMBRES. David fue sin duda el hombre espiritualmente m�s iluminado, paciente y devoto que viv�a. Los salmos de la �poca indican una fe maravillosa en el cuidado y la bondad de Dios, y su conducta reciente ha ilustrado su paciencia, generosidad y tolerancia. El tono elevado de su lenguaje a Sa�l ( 1 Samuel 24:11-9), en el que comete sus errores personales con Dios, es digno de los tiempos del Nuevo Testamento. La fe com�n de su vida no pudo sino haber sido fortalecida por las solemnidades del funeral del que hab�a regresado recientemente. Sin embargo, David no pod�a soportar un insulto y una ingratitud, sino que, con celo imp�o, deb�a dejar de confiar su causa a Dios y vengar el mal con su propia mano. Los hijos de Zebedeo viven en todas las �pocas, que no pueden esperar el tranquilo prop�sito de Dios de vindicar a sus santos, mientras que al mismo tiempo profesan a �l un esp�ritu nacido del cielo y similar al de �l "quien cuando fue vilipendiado, vilipendiado no otra vez." Esta ca�da por debajo de nuestro ideal es una calamidad demasiado com�n en la vida individual y de la Iglesia. Puede surgir la pregunta de si realmente creemos lo que decimos que hacemos cuando la conducta no armoniza con eso, porque �no es realmente influyente la fe? Las grandes verdades de nuestras Escrituras cristianas, respetando el amor de Cristo, nuestro destino, la necesidad espiritual del mundo y la indescriptible importancia de las cosas eternas, son suficientes para encadenar cada alma a la santa consagraci�n que no conoce reserva. Es bueno que calculemos la disparidad entre credo y conducta; el deshonor que trae, el da�o a la religi�n que conlleva y el efecto que esto tiene en nuestras oraciones ( Santiago 5:16).

II NUESTRO EST�NDAR DE CONDUCTA SE DEBE TOMAR NO DE LOS BUENOS HOMBRES, sino de la ENSE�ANZA EXPL�CITA DE LA ESCRITURA Y EL EJEMPLO DE CRISTO. A medida que leemos los libros de los hombres con reserva, y aceptamos solo lo que concuerda con un est�ndar de verdad aparte de ellos, nuestra lectura de la conducta de los santos debe ser discriminatoria. A menudo son ejemplos ilustres del bien, pero no nuestros modelos. Nuestra conducta en circunstancias an�logas no debe ser regulada por la de David, sino por la ense�anza que nos dice que no "nos venguemos", sino que devolvamos el bien por el mal, e incluso amemos a nuestros enemigos. Si los hombres preguntan qu� significa esta represalia no personal, la respuesta es la vida de Cristo. El hecho de que sea ajeno a las tendencias humanas y que a menudo se considere poco viril no lo hace menos cristiano. Muy pocas personas "entran en el reino de Dios" en el sentido de comportarse en el mundo como lo hizo Cristo. Incluso los hombres cristianos a veces hablan como si fuera una locura mostrar solo el esp�ritu de mansedumbre, amor y compasi�n que marc� su carrera bajo provocaci�n. �Qui�n se atreve a decir en el sentido m�s verdadero: "Tenemos la mente de Cristo"?

III. LA DISCRIMINACI�N Y LA PROMPTITUD SON CALIDADES VALIOSAS PARA EVITAR LOS MALOS INCIDENTES A LAS HECHAS MALAS HUMANAS. Las malas consecuencias de un gran pecado por parte de un buen hombre pueden ser muy serias y, como en este caso, exigir un cuidado excesivo para evitarlas. La conducta del servidor ( 1 Samuel 25:14-9) es digna de imitar en muchos departamentos de la vida. No huy� ego�stamente para asegurarse, pero, leyendo bien el prop�sito de David, pensando en la seguridad de todos, form� una estimaci�n justa del tacto y el coraje de Abigail, y de la estupidez de Nabal, y sin demora puso ante su amante la provocaci�n ofrecida. a David Un servidor sabio y r�pido es una bendici�n en un hogar. Estas cualidades llegan lejos para que los hombres tengan �xito en la vida; y si se prestara m�s atenci�n en los primeros a�os al desarrollo de ellos, muchos se salvar�an del desastre y toda la maquinaria de los santos se mover�a m�s suavemente. �No podemos ver aqu� tambi�n una analog�a con el caso de un hombre que, previendo una calamidad espiritual para los dem�s, dise�a r�pidamente medios para librarlos de ella?

Lecciones pr�cticas: -

1. Debemos estar atentos a las provocaciones repentinas de nuestras tendencias imp�as, y encontraremos un esp�ritu habitualmente orante como una de las mejores ayudas para la supresi�n inmediata de la pasi�n.

2. Vale la pena considerar cu�nto han perdido la Iglesia y el mundo por la falta de parte de los cristianos de vivir el esp�ritu y los preceptos de Cristo.

3. Es una cuesti�n de si se presta suficiente atenci�n a la supresi�n del amor a la lucha y la venganza en los ni�os, y hasta qu� punto la literatura y las costumbres fomentan estos males.

4. En casos de conducta moral, la acci�n inmediata es siempre la mejor.

1 Samuel 25:18-9

Sabia persuasi�n.

Los hechos son:

1. Abigail, consciente del peligro, ofrece un amplio regalo y secretamente env�a a sus sirvientes para preparar la mente de David para una entrevista.

2. Al ver a David, humildemente busca una audiencia e insin�a que Nabal no debe ser considerado como importante.

3. Ella defiende su causa al recordarle a David la amable restricci�n de la Providencia para evitar que se equivoque, la absoluta indignidad de Nabal de su aviso, de la provisi�n hecha para los j�venes, de su propia integridad y distinci�n de acu�aci�n, de su seguridad espiritual. en medio de las pruebas, de la satisfacci�n futura de no haber derramado sangre sin causa, y luego ruega que no sea olvidada en los pr�ximos d�as de poder. Esta narraci�n puede considerarse en relaci�n con Abigail y David. En el primero ofrece:

I. UNA ILUSTRACI�N DEL ARTE DE PERSUASI�N. El curso seguido por Abigail fue acreditable por su coraje, tacto, piedad y lealtad a la verdad. Un ejemplo m�s bello del arte de la persuasi�n en la esfera de la vida privada no se encuentra en la Biblia. Se puede considerar de dos maneras.

1. En relaci�n con el m�todo adoptado. Esto se puede ver al notar la l�nea de argumento. Despu�s de un respetuoso acto de reverencia, David es informado de que la omisi�n de la cual se quej� fue sin el conocimiento de la persona que fue en gran parte responsable de los actos de hospitalidad ( 1 Samuel 25:25). Luego, con exquisita delicadeza, se le recuerda el pecado de vengarse a s� mismo y la bondad de Dios al refrenarse de �l ( 1 Samuel 25:26). Esta apelaci�n al sentido moral se ve reforzada por la seguridad de que la persona infractora estaba muy por debajo del aviso de alguien tan distinguido, y que la dignidad podr�a permitirse dejarlo solo ( 1 Samuel 25:24). Adem�s, se pas� la ocasi�n que despert� adecuadamente su generosa preocupaci�n por los sirvientes hambrientos y merecedores, ya que se dispon�a de una amplia provisi�n para ellos ( 1 Samuel 25:27). Al pasar de los dem�s, David tiene confianza en su llamado Divino y la integridad de su vida, a pesar de todas las calumnias ( 1 Samuel 25:28). Y aunque la persecuci�n es dif�cil de soportar, se le recuerda que se hace una compensaci�n completa al ser guardado de manera segura por Dios, y por lo tanto bendecido con la vida espiritual abrazada en el pacto eterno ( 1 Samuel 25:29) - una bendici�n que los enemigos malvados no pueden compartir. Para coronarlo todo, se le hace pensar en el d�a no lejano en que, como rey del pueblo de Dios, disfrutar� de los m�s altos honores; y se sugiere gentilmente que ser�a una l�stima estropear las alegr�as de un momento as� al reflexionar sobre un acto de venganza personal por actos de sangre. Un hermoso ejemplo de lo que una mujer sabia y santa puede hacer cuando surge una emergencia.

2. En relaci�n con los principios generales involucrados. Se requiere persuasi�n en el p�lpito, el hogar y la relaci�n sexual com�n; y la observaci�n demuestra cu�nto depende de la adopci�n de principios correctos en su uso. Algunos nunca tienen �xito. El alma humana puede ser abordada con �xito solo por ciertas v�as. Para tener �xito, deber�a haber�

(1) Un tono y una manera acorde con las personas y las circunstancias.

(2) Una referencia clara pero delicada al sentido rector del derecho; porque la conciencia adecuadamente abordada seguramente se convertir� en un defensor interno para nosotros.

(3) Una disposici�n para cumplir con cada reclamo legal y satisfacer cada instinto generoso; porque se presta atenci�n a los celosos de hacer lo correcto.

(4) Una apreciaci�n evidente de la posici�n real en la que nos dirigimos; para la confianza en nuestro juicio y la simpat�a profesa se despierta.

(5) Una s�plica gentil a las esperanzas y aspiraciones religiosas m�s sagradas que, aunque no expresadas, pueden ejercer un poder controlador sobre la vida.

(6) Respecto al principio del inter�s propio como una fuerza en la vida complementaria a las consideraciones superiores. Vale la pena estudiar para convertirse en "sabio para ganar almas".

II UNA ILUSTRACI�N DE LA INFLUENCIA EN EL TEMPLO Y LA CONDUCTA DE LAS CONSIDERACIONES RELIGIOSAS. Hab�a un poder en el argumento de Abigail derivado de su apelaci�n al sentido de David del error de la venganza, y la seguridad de que su generosa preocupaci�n por sus j�venes ahora era innecesaria. Pero lo que evidentemente toc� m�s a David fue su referencia a que �l era el objeto del amor y el cuidado de Dios. Ser restringido por un Dios amoroso, estar a favor de �l en medio de los males de los hombres malvados, tener un inter�s en la vida espiritual superior que es alimentada y protegida por Dios era m�s que todo lo dem�s. �C�mo podr�a alguien tan rico e inmerecidamente bendecido ser vengativo o actuar de alguna manera indigno del nombre de Dios? El ap�stol adopta la misma l�nea argumental cuando, ordenando un esp�ritu de perd�n, les recuerda a sus lectores el perd�n que han recibido ( Efesios 5:32). Si fu�ramos humildes, gentiles, indulgentes y agradecidos, consideremos lo que es tener nuestros "nombres escritos en el cielo" ( Lucas 10:20), y ser objetos de un amor del que nada puede separarnos de 8:38, 39). Un uso juicioso de tales reflexiones y consideraciones es extremadamente importante en la cultura espiritual. Los hombres est�n profundamente conmovidos por el pensamiento de lo que Dios ha hecho por ellos. Una peque�a retrospectiva religiosa salvar�a a muchos hombres de ceder ante impulsos violentos. El mismo resultado est� asegurado al tener debidamente en cuenta nuestras elevadas aspiraciones. Aquellos que ser�n criados a tronos no har�n acciones malas e injustas. �Qui�n puede estimar la influencia de las anticipaciones cristianas en la conducta actual?

III. UNA ILUSTRACI�N DE FE PROFUNDA CON FINES MESIANICOS. Hombres como Doeg, Cush y los Ziphitas podr�an combinarse y, por difamaci�n, tratar de destruir la fe en la integridad de David, y as� parecen retrasar la realizaci�n de los prop�sitos para los cuales hab�a sido ungido; y los Salmos revelan c�mo estas cosas a veces deprimieron su esp�ritu. Pero todo este tiempo, el m�s inteligente y devoto vio claramente que �l era el hombre para construir el reino, y Abigail, por esta hermosa revelaci�n de su confianza en su pr�xima elevaci�n al poder, fue solo una revelaci�n para �l de la fe avanzada. La fuerza as� tra�da a su coraz�n nos recuerda la comodidad evidentemente transmitida al coraz�n del Salvador por la declaraci�n expl�cita de Pedro ( Mateo 16:16, Mateo 16:17). Y a medida que avanza el tiempo, surgir�, como una ovaci�n para los escarnecedores y detractores, mentes superiores que dar�n testimonio de la verdad divina y el triunfo venidero del reino de Cristo. Del mismo modo, surgir�n confirmaciones del llamado del cristiano a compartir el servicio superior del futuro.

Lecciones generales: -

1. Un hombre sabio llevar� sus impulsos a la luz de la verdad religiosa y le permitir� atenuarlos.

2. En casos de dificultad, en lo que respecta al temperamento, un esp�ritu tranquilo y ferviente es de gran importancia.

3. Tener un lugar en el libro de la vida del Cordero es una compensaci�n total por los males que podemos sufrir a manos de los hombres.

4. Est� por debajo de la dignidad de un hombre cristiano luchar contra los medios y la base.

5. Es una gran m�xima sufrir inconvenientes en lugar de hacer algo que tienda a estropear el disfrute del �xito que esperamos ganar.

1 Samuel 25:32-9

Restringir la misericordia.

Los hechos son:

1. David, reconociendo la mano de Dios, expresa su sentido de su misericordia y bendice a Abigail por su consejo.

2. �l percibe, a la luz de su protesta, el terrible mal de la pasi�n que lo hab�a influido.

3. Aceptando su regalo, la despide en paz. El �xito de la sabia conducta de Abigail ahora estaba asegurado en que un buen hombre se salvara de la culpa y la verg�enza de actuar en desacuerdo con su confiada confianza en Dios; y al tiempo que honra debidamente el instrumento de liberaci�n, la misericordia de restricci�n de Dios se destaca plenamente. Darse cuenta-

I. RESTRINGIR LA MISERICORDIA ES UN HECHO EN CADA VIDA. Esta instancia fue conspicua, pero David reconoce en otra parte el constante mantenimiento de su Dios (Salmo 19:13; Salmo 141:9). Le debemos mucho a Dios por lo que no somos y no debemos, como tambi�n por lo que somos y hacemos. "Por la gracia de Dios soy lo que soy" se aplica tanto a la prevenci�n como a la investidura. Todo hombre es consciente de llevar dentro de s� un poder del mal que excede lo que encuentra salida en los hechos, y su represi�n se debe no solo a la sabidur�a y la fuerza humana. Las condiciones de la vida social que controlan el desarrollo de la pecaminosidad interna son de Dios tan verdaderamente como la verdad que apreciamos para no pecar contra �l (Salmo 119:11). Los amigos que aconsejan y advierten, las ordenanzas que tienden a debilitar la fuerza del mal y alimentan la santidad, son las agencias del mismo Dios amable que nos dot� de la conciencia de ayuda a la que apelan. Si las providencias ocasionales, ya sean desastres o intervenciones personales, llaman especialmente la atenci�n sobre la mano invisible, no hacen que la restricci�n en otros momentos sea menos real porque son m�s estables y suaves. Hay un esp�ritu que lucha silenciosamente con el hombre y lo mantiene alejado de la ruina.

II NUESTRO RECONOCIMIENTO DE RESTRICCI�N DE LA MISERICORDIA ES M�S PRONUNCIADO CUANDO HEMOS PASADO A TRAV�S DE TENTACIONES INUSUALES. Las tentaciones son una experiencia com�n, pero a veces vienen "como una inundaci�n". La admisi�n de la moderaci�n constante y bondadosa de Dios es un elemento de creencia diaria, asistido con m�s o menos gratitud; pero cuando el alma se ha enfrentado a un terrible pecado por la fuerza de impulsos violentos, y se ha evitado que lo cometa por lo que se llama una oportunidad limitada, entonces la buena mano de Dios es claramente reconocida. En la calma de la tormenta, vemos claramente las rocas en las que el personaje casi naufrag�. La luz de la verdad revela a d�nde �bamos, y el alma est� horrorizada por el espect�culo. En la vida de la mayor�a, ha habido ocasiones en que est�bamos al borde de la destrucci�n, o, como David, est�bamos a punto de estropear nuestra consistencia y utilidad por una triste transgresi�n. El refinado esp�ritu de un cristiano que se encoge de horror al pensar en lo que podr�a haber sido no puede dejar de decir: "Bendito sea el Se�or Dios". y donde se han empleado instrumentos humanos, una bendici�n recae sobre ellos por su amable ayuda. Estos actos de reconocimiento, tan llenos de gratitud y alegr�a, no son m�s que indicios d�biles de esa alegr�a y gratitud inexpresables cuando, al examinar todos los peligros de la vida, el alma alabar� la "misericordia que perdura para siempre".

III. SE RECONOCE UN RECONOCIMIENTO APROPIADO DE LA MISERICORDIA CON UNA ATENCI�N TRANQUILA Y ESTABLECIDA A LOS DEBERES DE NUESTRA POSICI�N ESPIRITUAL. David, como siervo elegido de Dios, acepta en silencio el regalo de Abigail y, despidi�ndola, vuelve al curso normal de confiar en Dios y esperar su momento. Vivi� mejor su verdadero personaje para este escape estrecho. Es el efecto natural de la misericordia, cuando se reconoce, hacernos m�s fieles a nuestro llamado santo en el servicio de Dios. Seguimos nuestro camino con mayor determinaci�n para someternos a su voluntad, lo que sea que traiga, y vivir en una comuni�n m�s cercana con �l.

Lecciones generales: -

1. Es bueno colocar nuestras tormentosas pasiones a la clara luz de la verdad de Dios.

2. Nuestra vida espiritual adquiere m�s elevaci�n y tono al reflexionar ocasionalmente sobre la misericordia restrictiva de Dios.

3. El pecado de caer en pasiones violentas no debe pasarse por alto en la liberaci�n de su expresi�n abierta.

4. A partir de una experiencia de liberaci�n de peligros morales temerosos, podemos ampliar nuestro conocimiento de las posibilidades de la vida y encontrar mayores razones para la vigilancia habitual.

1 Samuel 25:36-9

Contrastes, paciencia y lazos dom�sticos.

Los hechos son:

1. Abigail, al encontrar a Nabal en medio de una juerga de borrachos, se abstiene de hablar de su entrevista con David.

2. En la ma�ana, al relatar lo que hab�a sucedido, �l se volvi� insensible y poco despu�s muere.

3. Al enterarse de su muerte, David reconoce nuevamente la misericordia que lo hab�a retenido, y ve la sabidur�a de dejar el juicio al Se�or.

4. David, privado de su esposa Michal, aunque pose�do de Ahinoam, busca llevar a Abigail como esposa, y ella, aceptando sus avances, consiente. La narraci�n sagrada es maravillosamente efectiva para hacer de David la figura central en medio de la diversidad de detalles a la que se alude, y por lo tanto indica la unidad de principios en la que se enmarca, as� como presagia la mayor presentaci�n de Cristo como la �nica figura, discernible por la ojo de fe, en medio de las variadas ense�anzas de la Escritura. La ense�anza m�ltiple de esta secci�n, aunque est� asociada con David como figura central, puede representarse m�s convenientemente bajo tres encabezados. Tenemos aqui-

I. CONTRASTES DE CAR�CTER. Se puede considerar a Nabal como una instancia de un tipo de personaje bien conocido en todas las �pocas: poco gusto, dedicado a las ganancias materiales, insensible a las elevadas aspiraciones espirituales, la miserable v�ctima de h�bitos desagradables, ejerciendo una influencia perniciosa y llegando a su fin deshonroso y ruinoso. Se pueden encontrar grados de este personaje, pero las caracter�sticas esenciales son sensualidad, irreverencia y terrenal. El cap�tulo nos presenta tres personajes que coinciden en un contraste com�n con esto: Abigail, David, Samuel. Cada uno de estos, en la esfera asignada por la Providencia, se destaca como todo lo contrario de Nabal. Lo que form� el poder inspirador en ellos fue la devoci�n inteligente a los intereses superiores de la vida y la fuerte fe en el prop�sito Divino que se estaba desarrollando en Israel. La referencia en 1 Samuel 25:1 al entierro honorable de Samuel, y en 1 Samuel 25:36-9 al vergonzoso final de Nabal, as� como las referencias intermedias a David y Abigail, muestran que el contraste de los personajes se encuentra en cuatro cosas: esp�ritu, objetivos, influencia y fin. Todos los caracteres pueden ser probados por estos criterios. El esp�ritu es devoto, reverente, confiado y obediente, o se arrastra, profano, ajeno a Dios. El objetivo en la vida es la creaci�n del esp�ritu, y es promover la justicia individual y p�blica en asociaci�n con el prop�sito de Dios en el Mes�as, o juntar riqueza y encontrar gratificaci�n transitoria. La influencia es elevar, inspirar y enriquecer al mundo con lo mejor y duradero, o arrastrar, amargar y brutalizar a la humanidad. El final, como en el caso de Samuel, es la paz, el honor y la futura bendici�n, o la miseria, el deshonor y el futuro. En cada �poca y localidad donde se ama y rechaza la verdad, se encuentran estas tendencias y problemas opuestos, y ser�a instructivo e impresionante desarrollar con ilustraciones de la historia las gradaciones de contraste. La clave de los contrastes en el gusto, el h�bito y la condici�n final debe buscarse en el estado del esp�ritu en su relaci�n con Dios. "La mente carnal es enemistad contra Dios". "Has despertado a los que estaban muertos".

II LA JUSTIFICACI�N DE LA PACIENCIA. Es posible tomar las palabras de David ( 1 Samuel 25:39) como expresar gracias por la preservaci�n del pecado, y al mismo tiempo el placer de que su enemigo enemigo ahora estaba herido; pero la sensaci�n m�s congruente con las circunstancias parece ser que estaba, reflexionando, m�s y m�s agradecido por la moderaci�n divina; y el hecho de que Dios, sin su agencia, hubiera hecho lo que le parec�a mejor era evidencia de que el hombre nunca debe apresurarse a reivindicarse con medidas violentas, sino que puede ser paciente bajo un error. Se alegr� de que Dios, y no �l, hubiera reivindicado lo correcto. Los acontecimientos en el curso de la Providencia justificar�n la abstenci�n del mal incluso bajo una fuerte provocaci�n. Muchos hombres, que reprimen pacientemente pasiones violentas y se contentan con soportar en lugar de vengarse salvajemente del mal, han vivido para ver el d�a en que Dios, de alguna manera inesperada, visit� al hacedor equivocado con castigo, y luego, agradecido por la moderaci�n, �l es capaz de ver en la conducta Divina una justificaci�n de la paciencia que una vez fue tan dif�cil de ejercitar, y que a los hombres del mundo les parec�a tan inexperto y d�bil. Y aqu� surge la gran verdad de que las virtudes mansas y tranquilas ordenadas por Cristo siempre est�n justificadas por la Providencia, aunque en el momento en que se ejercen parecen ser contrarias a la naturaleza humana. Esto no es m�s que una rama de una verdad a�n m�s amplia, que toda santidad de sentimientos y conducta en el tema coincide con el inter�s propio. La utilidad puede no ser la base de la moralidad, pero en su sentido m�s amplio, teniendo en cuenta la existencia infinita y las relaciones futuras, se ejemplifica en los efectos. Algunas observaciones pueden ser suficientes sobre este tema.

1. A menudo se requiere mucho esfuerzo para ser verdaderamente virtuoso. David sinti� que era m�s dif�cil abstenerse de vengarse mal que vengarlo. El lado positivo de su virtud fue la confianza paciente en la justicia de Dios, y los impulsos del viejo hombre est�n en contra de esto. Muy a menudo, las p�rdidas personales y las desventajas sociales acompa�an a nuestra paciente resistencia al mal, y esto pone en funcionamiento nuestros fuertes sentimientos de resentimiento, nuestra estimaci�n de ganancias y p�rdidas y nuestro profeso amor por el derecho.

2. Toda esa virtud tiene la promesa del �xito. Confiar en Dios, ser paciente en la tribulaci�n y las cualidades afines est�n pre�adas de victoria. El sentimiento y la conducta correctos per se tienden, como ha demostrado Butler, a la felicidad m�xima; y las ordenaciones de la Providencia est�n todas subordinadas a la reivindicaci�n del derecho.

3. La historia personal y general muestra que se honra la confianza del paciente en la justicia de Dios. A los m�rtires les ha resultado mejor dejar su causa a Dios. Los resultados de su resistencia son perpetuos, y muy bendecidos y poderosos. Todo cristiano puede ver en su propia vida que Dios no abandona a sus santos, sino que convierte su confianza paciente en su honor y gloria, y la educaci�n superior del individuo y la raza. Los eventos justificar�n el sentimiento religioso en cualquier forma. Responde en todos los sentidos para ser como Cristo.

III. EL FACTOR DOM�STICO EN LA VIDA. Los detalles relacionados con Nabal se dan debido al lugar de David en la historia de la redenci�n, y por la misma raz�n tenemos una relaci�n de las relaciones dom�sticas de David. Es bien sabido que el v�nculo dom�stico es de extrema importancia en todas las vidas. Los hombres son ayudados u obstaculizados, bendecidos o maldecidos, por el tipo de influencia que influye en el hogar. Teniendo en cuenta cu�nto se ve afectado el car�cter general por el desarrollo de los sentimientos tiernos y puros propios de la vida en el hogar, la p�rdida para el mundo derivada de las miserias dom�sticas es incalculable. �Qu� cambio en la sociedad fueron nuestros trabajadores bendecidos en la persona de sus esposas con el amor, el refinamiento de los sentimientos y el cristianismo inteligente que sabe c�mo hacer del hogar un lugar acogedor y alegre! Hombres como Nabal ser�an mucho peores si no fuera por la influencia restrictiva de un Abigail. La carrera p�blica y privada de David fue necesariamente mejor para la presencia en su hogar de una mujer as�, aunque la influencia elevadora de su personaje se vio afectada por su adopci�n de la poligamia. Muchas son las influencias contrarias bajo las cuales se desarrollan los mejores hombres, y la Escritura, al llamar la atenci�n sobre los asuntos dom�sticos de David, nos da una pista de algunas de las circunstancias en las que aparecieron sus virtudes y fallas. La extrema importancia del factor dom�stico en la vida debe instar a la atenci�n en la contrataci�n de alianzas, en el mantenimiento de un esp�ritu en el hogar en armon�a con el car�cter sagrado del v�nculo matrimonial, y en hacer que la vida en el hogar est� subordinada a una descarga fiel y eficiente de la persona. llamando en la vida ( Efesios 5:22; 1 Pedro 3:1). La cuesti�n del matrimonio es delicada y debe tratarse con mucho cuidado, pero es dudoso que la Iglesia haya hecho en sus pastores y maestros tanto por la educaci�n de las personas sobre el tema como sea necesario. Un pastor sabio sabr� c�mo incorporar la ense�anza sincera de las Escrituras con sus ministerios ordinarios sin entrometerse en las privaciones de la vida, y los padres sabios tienen el poder de salvar a sus hijos e hijas de muchos problemas ganando primero confianza y luego ayudando juiciosamente a decisiones correctas

Lecciones generales: -

1. Con el fin de formar una estimaci�n correcta de una vida, debemos tener en cuenta el final y la importancia de los principios apreciados en la existencia infinita m�s all� de la tumba.

2. La exhibici�n pr�ctica del esp�ritu cristiano en nuestro trato con los hombres malos es a menudo m�s dif�cil que el mantenimiento de un esp�ritu devoto en relaci�n con Dios.

3. La cura para algunos de los males de la vida moderna es hacer que el hogar sea m�s atractivo para aquellos que ahora buscan alegr�as no permitidas en otros lugares.

4. Una naci�n cuidadosa de la pureza y la plenitud de la vida dom�stica sobrevivir� a aquellos que toman en cuenta estas cualidades,

HOMILIAS DE B. DALE

1 Samuel 25:1. (RAMAH.)

La muerte y el entierro de Samuel.

"Y Samuel muri�".

1. El final de la vida del gran profeta se registra en palabras breves y simples. Esto est� de acuerdo con la forma en que se habla generalmente de la muerte de los hombres en las Escrituras. Si bien su vida se narra extensamente, su muerte se pasa por alto en silencio o solo se menciona en una oraci�n, como una consecuencia relativamente peque�a en relaci�n con su car�cter, trabajo e influencia. Hay una excepci�n significativa, a saber; el de �l "que una vez sufri� por los pecados, los justos por los injustos, para que nos lleve a Dios".

2. En el �ltimo vistazo que se le brind� antes de su fallecimiento, se lo describe como "de pie como uno designado sobre la compa��a de los profetas", y ocupado con ellos en celebrar las alabanzas de Dios ( 1 Samuel 19:20). Durante los a�os transcurridos desde que Saul lo dej� sin ser molestado; y es poco probable que David alguna vez se haya aventurado de nuevo a Ramah, aunque probablemente mantuvo relaciones indirectas con su viejo y venerado amigo ( 1 Samuel 22:5), y a menudo estaba en sus pensamientos.

3. En relaci�n con la menci�n de su muerte, se afirma que "David se levant� y baj�" (de "la bodega" en la colina de Hachilah, a la que hab�a regresado de Engedi) "al desierto de Paran". Puede haberlo hecho por razones independientes de este evento, o sin el conocimiento del mismo; o posiblemente porque tem�a que con la eliminaci�n de la influencia restrictiva de Samuel, Sa�l pudiera renovar su persecuci�n. Como sea, la melanc�lica inteligencia lo alcanzar�a r�pidamente.

4. "Samuel muri�". Por bueno y grandioso que fuera, no pod�a escapar del grupo com�n de hombres. "Un evento les sucede a todos". Pero lo que viene como un juicio al "tonto" ( 1 Samuel 25:38) viene como una bendici�n para el sabio. "Preciosa a los ojos del Se�or es la muerte de sus santos". La noticia lleg� sobre la gente como una sorpresa y los llen� de dolor. "Era como de esa noble estrella, mientras brillara en el cielo de la tierra santa, aunque velada por las nubes, emit�a una luz ben�fica y ben�fica sobre todo Israel. Ahora esta estrella en Israel se extingui�" (Krummacher). "Otro poderoso hab�a fallecido. El coraz�n mismo de la naci�n suspir� su amoroso y lloroso r�quiem. Pero, �qui�n de ellos llor� como ese hijo de Jes�, sobre cuya cabeza �l hab�a ordenado que Dios derramara el aceite de la unci�n, cuando se levant�? y baj� al desierto de Paran? Sin duda en esos lugares bald�os oy� nuevamente en memoria viva los ecos del clamor prevaleciente de aquel que era tan grande entre los que invocan el nombre del Se�or. Sin duda, su propia disciplina se perfeccion� en este nuevo dolor, pero aprendi� a perder a Samuel para apoyarse m�s simple y solo en el Dios de Samuel "('Heroes of Hebrews Hist.'). Tenemos aqui-

I. LA FALLECIMIENTO DE UN HOMBRE ILUSTRADO: santo, profeta, intercesor, juez, restaurador de la teocracia, fundador de la monarqu�a. "Era un hombre justo y gentil en su naturaleza; y por eso era muy querido por Dios" (Josefo). "Samuel, el profeta del Se�or, amado por el Se�or, estableci� un reino y ungi� a los pr�ncipes sobre su pueblo. Y antes de su largo sue�o hizo protestas ante los ojos del Se�or, etc. Y despu�s de su muerte profetiz�: y le mostr� al rey su fin "(Ec 46: 13-20). �l muri�-

1. En una buena vejez. A qu� edad no sabemos; pero hace mucho tiempo habl� de s� mismo como "viejo y canoso" ( 1 Samuel 12:2). Su vida prolongada era una evidencia de su autocontrol y piedad, una marca de favor divino y un medio de utilidad extendida. Fue cortado no como "la flor del campo", que florece por un d�a y se ha ido, ni como el �rbol forestal que se extiende por una explosi�n repentina; sino m�s bien como el ma�z maduro, inclin�ndose bajo su carga dorada y cayendo bajo la hoz del segador; �rido "a medida que se introducen choques de ma�z en su temporada", as� fue como "se reuni� con su pueblo".

2. En el momento adecuado. Cuando se realiz� su trabajo designado, el nuevo orden de cosas se estableci� firmemente, y por su continuidad pudo hacer poco m�s por Israel, fue "alejado del mal por venir" a trav�s del cual la naci�n alcanzar�a su m�s alta gloria. "Era el v�nculo que conectaba dos per�odos muy diferentes, siendo el �ltimo representante de un pasado que nunca podr�a regresar, y parec�a casi siglos atr�s, y tambi�n marcando el comienzo de un nuevo per�odo destinado a convertirse en el futuro ideal de Israel" (Edersheim ) "Si los hechos visibles de David fueran mayores y m�s deslumbrantes que los de Samuel, no cabe duda de que el resplandor de gloria de David hubiera sido imposible sin la carrera menos llamativa pero mucho m�s influyente de Samuel, y que toda la grandeza de la que se jacta el siglo siguiente se remonta a �l como su verdadero autor "(Ewald).

3. En retiro pac�fico; eliminado del conflicto p�blico, bajo protecci�n divina, rodeado de asociados prof�ticos, revisando el pasado, contemplando el presente y esperando el cambio final. Una vida santa y �til se corona con una muerte pac�fica y feliz.

4. En la comuni�n divina, que constituye la vida m�s elevada del bien. En Dios (con quien hab�a caminado desde su infancia, y cuya voz interior hab�a escuchado tan a menudo) encontr� su principal deleite, a su voluntad se someti� alegremente, y en sus manos comprometi� su esp�ritu con la esperanza de continuar, perfecto, y compa�erismo eterno. El antiguo pacto de ser "el Dios" de su pueblo eclips� el presente y el futuro; ni tampoco supon�an (por muy sombr�os que fueran sus puntos de vista sobre otra vida) que �l sufrir�a que fueran privados por la muerte de su presencia y amor "Todos viven para �l" y en �l. �l "muri� en la fe". Su fallecimiento fue como un tranquilo atardecer de verano.

"No es la �ltima lucha del sol Precipitado desde su trono dorado

Bodegas, deslumbrantes, mortales en sublime suspenso;

Pero el exodo tranquilo de un hombre, m�s cercano, pero muy por encima, que corr�a

La carrera que corremos, cuando Heaven lo recuerda "(W.S. Landor).

II EL DUELO DE TODAS LAS PERSONAS. "Y todo Israel" (representado por sus mayores) "se reunieron" (por veneraci�n y amor comunes) ", lo lamentaron (a quienes todos sab�an y ninguno volver�a a ver), y lo enterraron en su casa en Ram�" ( "la antigua y la casa se�orial", por mucho tiempo su residencia, y se esforz� por muchas asociaciones tiernas). Fue "un duelo grave", como cuando Jacob fue enterrado en Machpelah ( G�nesis 1:11; Hechos 8:2). El honor que se le hizo a su memoria fue simple y sincero, muy diferente del que, seg�n se dice, fue pagado a su polvo en �pocas posteriores, cuando "sus restos fueron removidos con una incre�ble pompa y casi un grupo continuo de asistentes de Ramah a Constantinopla". por el emperador Arcadio, AD 401 "(Delany, 1: 148). Pero "de Samuel, como de Mois�s, se puede decir: 'Nadie sabe de su sepulcro hasta el d�a de hoy'" (Stanley). El duelo nacional fue una indicaci�n de:

1. La alta estima en la que fue sostenido, debido a su gran habilidad, piedad eminente y actividad ben�fica: su integridad, firmeza, gentileza, consistencia, desinter�s, adaptabilidad y comuni�n viva con Dios ( 1 Samuel 2:30; Salmo 112:6). "Un verdadero cristiano. Puede viajar en la vida bajo problemas y desprecios; pero marque su final, y encontrar� (como paz, as�) honor. La vida es el tiempo de la semilla de la muerte; la muerte es la cosecha de la vida. Como aqu� sembramos, all� cosechamos . El que se gasta en Dios y en el hombre tendr� al fin todo el honor que el cielo y la tierra pueden depositar sobre �l "(R. Harris).

2. La p�rdida deplorable que se hab�a sostenido. "Los hombres que una vez rechazaron a Samuel ahora lo lamentaron; cuando la luz de su presencia se fue, sintieron la oscuridad que permaneci�; cuando la energ�a real de su ejemplo dej� de actuar, recordaron la fuerza de sus principios, la consistencia de sus principios. operaci�n. Hubo un sentimiento com�n en el hombre. Mientras disfrutamos del don, muchas veces olvidamos al Dador, y solo nos despertamos a la plena conciencia del valor de lo que una vez pose�amos al descubrir que ya no lo poseemos "(Anderson) .

3. El trato injusto que hab�a recibido y que ahora lamentaba. Sus predicciones hab�an demostrado ser ciertas ( 1 Samuel 8:11), y su curso estaba completamente justificado. "La tristeza por su fallecimiento fue cuanto m�s profunda, m�s fuertemente presion� el yugo del mal gobierno de Sa�l".

4. La influencia continua que ejerci� sobre la naci�n. "La expresi�n sagrada estampada por �l en las tribus de Benjam�n y Jud� permaneci� intacta durante siglos. Nunca un solo hombre fue m�s instrumental en sembrar el suelo de un distrito con las duraderas semillas de la bondad. Parece haber sido principalmente por su influencia que La piedad encontr� un hogar en Jud� y Benjam�n cuando fue desterrada del resto del pa�s. Hablando humanamente, David nunca podr�a haber sido rey si Samuel no hubiera preparado el camino. Era para el rey David lo que Juan el Bautista era para Cristo. debe ser clasificado entre los m�s grandes y mejores de los hebreos "(Blaikie). "Y a�n estando muerto habla".

"�Oh, buena cabeza gris que todos los hombres conoc�an! �Oh voz de la que sacaban sus presagios! �Oh, nervio de hierro para la verdadera ocasi�n verdadera! �Oh, ca�ste por fin en esa torre de fuerza que estaba cuadrangular ante todos los vientos que soplaban!"

(Tennyson)

Aprender a-

1. Honra la memoria del bien.

2. Alabado sea Dios por sus vidas.

3. Imita su ejemplo.

4. Llevar a cabo sus prop�sitos. D.

1 Samuel 25:1. (EL DESIERTO DE PAR�N.)

La actividad y el avance de David.

"Y David se levant� y baj� al desierto de Paran" ( 1 Samuel 25:1). Samuel estaba muerto. Sa�l se estaba volviendo cada vez m�s incapaz de cumplir con los deberes de su alto cargo. Mientras tanto, David estaba siendo preparado por la Divina Providencia para agarrar el cetro cuando se ca�a de su mano y empu�arlo de una manera m�s noble. Era el sol naciente de la nueva era. Y vemos en este cap�tulo numerosas se�ales de su peculiar calificaci�n para su futuro gobierno y de su progreso gradual hacia �l; tales como, p.

1. La estricta disciplina que ejerci� entre sus hombres. Esos 600 guerreros viv�an en el vecindario de los pastores de Nabal, y f�cilmente podr�an haber abastecido sus necesidades de los reba�os mantenidos por estos �ltimos; pero "los hombres fueron muy buenos con nosotros", dijo uno de ellos, "y no nos lastimamos, ni extra�amos nada", etc. ( 1 Samuel 25:15). "Estaba llevando a sus salvajes seguidores a una disciplina y un gobierno amorosos que nunca hab�an experimentado; les estaba ense�ando a confesar una ley que ning�n tirano hab�a creado, ninguna anarqu�a pod�a dejar de lado" (Maurice).

2. El valioso servicio que prest� a su pueblo. "Eran un muro para nosotros tanto de noche como de d�a" ( 1 Samuel 25:16). Emple� a sus seguidores (a quienes no pod�a liderar contra Sa�l sin incurrir en el cargo de rebeli�n) para proteger a los que estaban ocupados en la industria honesta contra el saqueo de los beduinos, y as� hacer el trabajo que el rey hab�a dejado sin hacer. No hay lugar ni posici�n, pero brinda la oportunidad de un trabajo �til. Incluso un forajido puede ser �til para su pa�s.

3. La equidad perfecta del reclamo que hizo. Su defensa de las ovejas le dio derecho a participar en ellas; y estaba justificado en emprenderlo voluntariamente por la condici�n de la sociedad en ese momento y su propia posici�n peculiar. La respuesta de Nabal, en su solicitud a David, era indigente de justicia, verdad y caridad ( 1 Samuel 25:10, 1 Samuel 25:11).

4. La consideraci�n respetuosa que mostr� al instar a su reclamo. No lo hizo de manera irracional, sino que esper� hasta "un buen d�a" (una ocasi�n festiva en la que los hombres generalmente estaban dispuestos a ser generosos), y luego envi� a diez j�venes para ofrecerle un saludo cort�s, exponer el caso y buscar humildemente como un favor lo que podr�a haberse exigido como un derecho ( 1 Samuel 25:6). Apel� a lo que era m�s noble y mejor en el hombre.

5. El poder consciente que mostr�. "Sal�delo en mi nombre", un nombre bien conocido en Israel como el de un siervo fiel, aunque perseguido, de Jehov�. Ni una palabra escap� de sus labios, de hecho, en esta o en cualquier otra ocasi�n con respecto a su destino real. Pero �l sab�a que la fuerza de su posici�n (ver 1 Samuel 26:1.), Que ahora era muy diferente de lo que era al comienzo de sus andanzas, se manifest� en todo su comportamiento, y especialmente en las relaciones matrimoniales. en el que ingres� ( 1 Samuel 25:42 1 Samuel 25:44).

6. El mayor renombre, que �l adquiri� mal. Las palabras de Abigail ( 1 Samuel 25:28-9) expresaron la creciente convicci�n de los piadosos en Israel de que David estaba destinado a ser su gobernante teocr�tico. Ella tambi�n puede haber "recibido cierta informaci�n de su unci�n y destino a trav�s de Samuel, o uno de los alumnos de los profetas" (Keil).

7. La restricci�n divina por la cual se le impidi� hacer lo que hubiera puesto en peligro o interferido con su futuro honor y felicidad ( 1 Samuel 25:26). Cuando Dios tiene un lugar importante para que un hombre lo llene, �l prepara el camino y lo prepara para �l, y una parte de su preparaci�n consiste en que se le ense�e la cooperaci�n fiel con los prop�sitos Divinos.

1 Samuel 25:2. (MAON, CARMELO)

El pr�spero tonto.

"Ahora el nombre del hombre era Nabal ( 1 Samuel 25:3;" un hijo de Belial ", 1 Samuel 25:17;" Nabal es su nombre, y la locura est� con �l ", 1 Samuel 25:25). Este cap�tulo es como una galer�a de im�genes en la que se exhiben los retratos de Samuel y los ancianos de Israel, David y sus hombres, con los merodeadores beduinos al fondo; Nabal, el rico due�o de ovejas, su esquiladores de ovejas y compa�eros de ayuda, Abigail y sus doncellas, y Ahinoam de Jezreel (madre de Amn�n, el hijo mayor de David). Hagamos una pausa y miremos a uno de ellos: Nabal. un tonto, es decir, un hombre est�pido, malvado e imp�o ". Seg�n la representaci�n del Antiguo Testamento, la locura es un correlato de impiedad que inevitablemente derriba el castigo" (Keil). Es tal como lo describe el salmista (Salmo 14:1), a menudo mencionado por el sabio ( Proverbios 17:16; Proverbios 19:1; Proverbios 21:24), llamado profeta por el profeta ( Isa�as 32:5), y mencionado por nuestro Se�or en la par�bola ( Lucas 12:13) �Qu� contraste entre su apariencia y la de Samuel!

I. SUS VENTAJAS FUERON GRANDES.

1. Pertenec�a a una buena familia. "Era de la casa de Caleb", que "segu�a por completo a Jehov� Dios de Israel" y ten�a "una parte entre los hijos de Jud�". Pero no hered� ninguna de las mejores cualidades de su ilustre antepasado. "Una buena extracci�n es un reproche al que degenera". Los privilegios religiosos tambi�n (como los que disfrut� de su conexi�n con Israel), a menos que se usen correctamente, solo sirven para aumentar la condena.

2. Pose�a una excelente esposa; "una mujer de buen entendimiento y de hermoso semblante", prudente, generosa y devota. "Una esposa prudente es del Se�or" ( Proverbios 19:14). Pero muchos hombres se benefician poco con el regalo. Su prosperidad mundana puede verse aumentada por su h�bil manejo de su hogar ( 1 Samuel 25:14, 1 Samuel 25:25), mientras que su condici�n espiritual no mejora con su ejemplo, consejo y oraciones. Los persistentemente malos se endurecen por su relaci�n �ntima con los buenos.

3. Disfrutaba de una inmensa prosperidad. "El hombre era muy grande (rico) y ten�a tres mil ovejas y mil cabras", una residencia palaciega en Maon y una casa en Carmel (Kurmul), donde se encontraba su negocio ( 1 Samuel 25:2, 1 Samuel 25:36). Puede que haya heredado su riqueza, o puede haber tenido la sabidur�a suficiente para saber c�mo hacerla y conservarla, ser trabajador y aprovecharse de la industria de los dem�s; no es improbable de su lenguaje con respecto a los esclavos ( 1 Samuel 25:10) que fuera uno de esos usureros y opresores de cuyas exacciones muchos de los hombres de David trataron de liberarse huyendo ( 1 Samuel 22:2 ) "Aqu� podemos ver el estado voluble e incierto del mundo" (Willet); "los malvados en gran poder" (Salmo 37:35), y los buenos oprimidos (Salmo 73:10). Pero "la vida de un hombre no consiste en la abundancia de las cosas que posee" ( Lucas 12:15). Su abundancia deber�a hacerlo agradecido con Dios y generoso con los hombres. Sin embargo, a menudo tiene el efecto inverso, y "la prosperidad de los tontos los destruir�" ( Deuteronomio 8:10-5; Proverbios 1:32).

II Su personaje era in�til. "El hombre era grosero" (duro y duro) y malvado en sus acciones ( 1 Samuel 25:3).

1. Evidentemente, no hab�a pensado en Dios como el Viviente, siempre presente, el verdadero Rey de Israel, el Autor y Preservador de su vida, el Dador de todas sus bendiciones, el Gobernante moral de quien era responsable de sus propios derechos. empleo. Lo que era material y sensible era para �l la �nica realidad. Reconoci� en la pr�ctica ninguna voluntad superior a la suya y vivi� "sin Dios en el mundo".

2. Fue independientemente de las demandas de otras personas; despreciando a los que estaban debajo de �l en posici�n social, testarudos y resentidos por cada palabra que sus sirvientes pudieran decirle en oposici�n a su camino y por su bien ( 1 Samuel 25:17); iliberal hacia los necesitados, injustos e ingratos, "exigiendo mal por bien" ( 1 Samuel 25:21); menospreciando el car�cter y la conducta de los dem�s ( 1 Samuel 25:10-9), y criticando a ellos ( 1 Samuel 25:14) en un lenguaje grosero e insultante. "Su riqueza no lo hab�a dotado de sentido com�n; pero, como muchos en nuestros d�as, se imagin� que, debido a su situaci�n econ�mica, con impunidad podr�a caer en la burla grosera y maleducada de todos los que lo rodeaban" (WM Taylor)

3. Viv�a solo para s� mismo; considerando su riqueza como propia ("mi pan y mi agua", etc.), us�ndola solo para s� mismo; haciendo una exhibici�n ostentosa ("la fiesta de un rey"), y cayendo en la intemperancia, "la extinci�n voluntaria de la raz�n". "As� es el que hace para s� tesoro y no es rico para Dios".

III. SU FIN FUE MISERABLE ( 1 Samuel 25:36-9).

1. La muerte lo alcanz� de repente e inesperadamente, y cuando no estaba preparado para ello. "Necio, esta noche tu alma ser� requerida de ti", etc.

2. Sufri� la pena natural del curso que hab�a seguido.

3. Fue enviado a su tumba sin honor. Mientras que "todo Israel lloraba" por Samuel, ninguno lo lamentaba.

Aprende eso-

1. El valor de un hombre no consiste en lo que tiene, sino en lo que es.

2. La riqueza implica para su poseedor una seria responsabilidad por su uso adecuado.

3. Las desigualdades de la posici�n terrenal de los hombres desaparecen a la luz de la verdad y la eternidad. � D.

1 Samuel 25:10. (CARMELO)

Amos y sirvientes.

"Hay muchos sirvientes hoy en d�a que separan a todos los hombres de su amo". Lo que dijo Nabal fue probablemente el hecho. Muchos sirvientes se separaron en ese tiempo inestable de sus amos, prefiriendo la independencia con su riesgo y la privaci�n a la servidumbre con su protecci�n y provisi�n. Pero la imputaci�n que pretend�a lanzar sobre ellos era totalmente injusta, como en el caso de David, o parcialmente, como en el caso de muchos otros. Omiti� declarar que su conducta hacia sus amos se deb�a a la conducta de sus amos hacia ellos. La gente nunca est� tan lista para ver y condenar las faltas de la clase a la que pertenecen como las de la clase opuesta. Con respecto a los amos y sirvientes, considere:

I. LA NATURALEZA DE LA RELACI�N. Se ha ilustrado adecuadamente en el siguiente lenguaje: - "Una fiesta de amigos, en un viaje juntos, pronto descubre que es lo mejor para todos los lados que mientras est�n en el camino, una de las compa��as debe esperar al resto , otro viaje hacia adelante para buscar alojamiento y entretenimiento, un tercero para llevar el ba�l, un cuarto para hacerse cargo de los caballos, un quinto para llevar el bolso, conducir y dirigir la ruta; sin olvidar, sin embargo, que como eran iguales y independientes cuando partieron, por lo que todos deben volver a un nivel nuevamente al final del viaje "(Paley, 'Mor. Philippians,' libro 3.). La relaci�n se limita al viaje de la vida solo.

1. Es, de una forma u otra, necesaria y mutuamente beneficiosa. El beneficio recibido es realmente mayor por parte de los maestros que de los sirvientes.

2. Debe necesariamente variar con las circunstancias de aquellos entre quienes existe. De ah� que la ley mosaica tolerara y regulara una especie de esclavitud (aunque ning�n hebreo podr�a convertirse en un "sirviente contratado" por una lima espec�fica); pero "ninguna otra religi�n antigua se opuso tan enf�ticamente a ella, o al menos a toda la inhumanidad relacionada con ella, ni hizo tan seguros preparativos para su abolici�n" (Ewald, 'Antig�edades').

3. Siempre implica obligaciones mutuas. Estos "hoy en d�a" a menudo se descuidan. El v�nculo entre el amo y el sirviente (amante y mucama, empleador y empleado) no es lo que era antes. Hay menos dependencia por un lado y menos autoridad por el otro. Cada uno se queja del otro: "los sirvientes son descuidados y demasiado independientes"; "Los maestros son demasiado exigentes y ego�stas". Y la relaci�n solo puede ser lo que deber�a ser por su sumisi�n com�n a "la ley de Cristo" ( G�latas 6:2).

II EL DEBER DE LOS SERVIDORES ( Efesios 6:5; Colosenses 3:22; 1Ti 6: 1, 2 Timoteo 2:9 2 Timoteo 2:9, Tito 2:10; 1 Pedro 2:18).

1. Obediencia: humilde, respetuosa, alegre; siempre en subordinaci�n a la suprema voluntad de Dios. Este es el primer deber de un sirviente.

2. Diligencia en la realizaci�n del trabajo que se les ha encomendado, con atenci�n y seriedad, y de la mejor manera posible, "Y contentarse con su salario" ( Lucas 3:14).

3. Fidelidad a la confianza comprometida con ellos, buscando los intereses de sus amos como propios; honestidad, sinceridad completa, "como siervos de Cristo, haciendo la voluntad de Dios desde el coraz�n".

III. EL DEBER DE LOS MAESTROS ( Efesios 6:9; Colosenses 4:1).

1. equidad; d�ndoles "lo que es justo e igual", y no imponi�ndoles cargas innecesarias ( Malaqu�as 3:5; Santiago 5:4).

2. Consideraci�n, respeto, cortes�a, amabilidad, buscando su f�sico, moral y. bienestar espiritual "No gobernar�s a tu siervo con rigor" (Le 1 Samuel 25:43). Y un simple pago de dinero no es todo lo que una criatura tiene derecho a esperar, o una compensaci�n adecuada por sus servicios.

3. consistencia; actuando de acuerdo con su posici�n, reprendiendo las malas acciones, dando un buen ejemplo, ejerciendo su autoridad e influencia como una confianza comprometida con ellos por Dios y en obediencia a su voluntad. Aquellos que esperan recibir honor deben tratar de hacerse dignos de �l.

Que ambos aprendan

1. Ser menos observador de las faltas de los dem�s que de las suyas.

2. Estar m�s preocupado por cumplir con sus deberes que insistir en sus derechos.

3. Buscar su principal recompensa en la aprobaci�n de Dios.

1 Samuel 25:14-9. (CARMELO)

Abigail

De su familia y su vida temprana no se registra nada. Cuando se mencion� por primera vez, ella era la esposa del rico y grosero Nabal. Era una uni�n mal variada, probablemente debido a la disposici�n de los padres. Se distingu�a por un semblante y una forma hermosos, y (lo que no siempre se asocia con ellos) por una mente y un car�cter hermosos, que encarnan el ideal de la feminidad ( Proverbios 31:10). "�D�nde encontramos en todo el mundo pagano una mujer comparable con Abigail, la hija del desierto?" Ella era una mujer de ...

1. Inteligencia superior, sabidur�a pr�ctica, prudencia, tacto y buen manejo. "De buena comprensi�n" ( 1 Samuel 25:3). La parte que tom� en los asuntos de su esposo es evidente por los sirvientes que le cuentan el peligro amenazante ( 1 Samuel 25:17), y su disculpa ( 1 Samuel 25:25). Su discreci�n tambi�n se mostr� en su reserva ( 1 Samuel 25:19).

2. R�pida decisi�n, energ�a y actividad. "Abigail se apresur�", etc. ( 1 Samuel 25:18). No se perdi� un momento, y fue obedecida de inmediato.

3. Humildad, mansedumbre, modestia y auto devoci�n no afectadas. "Se cay� ante David en la cara", etc. ( 1 Samuel 25:23, 1 Samuel 25:41). Su mansedumbre y paciencia debieron haber sido probadas en gran medida por el temperamento de Nabal, y sin duda previamente hab�an evitado muchos desastres.

4. Noble generosidad y sacrificio. "Doscientos panes", etc. ( 1 Samuel 25:18). Ella sent�a que ning�n sacrificio era demasiado grande para salvar a su esposo y su familia. "Los hombres de David y David sintieron que estos no eran los regalos de un c�lculo s�rdido, sino las ofrendas de un coraz�n generoso. Y les gan�, su gratitud, su entusiasmo, su sincero homenaje" (Robertson).

5. Discurso conciliador, fiel, elocuente y pacificante, influencia ben�fica ( 1 Samuel 25:24-9). Habi�ndose responsabilizado a s� misma (como intercesora), y se refiri� a su esposo "con esa uni�n de alegr�a y seriedad que, sobre todas las cosas, desv�a la ira" (Stanley), dirigi� los pensamientos de David a Dios, por la direcci�n de quien la providencia que le hab�an enviado para desviarlo de su prop�sito, expresa el deseo de pedernal a quien pertenece la venganza lo vengar�a, suplica humildemente la aceptaci�n de su ofrenda por sus j�venes, y suplica su perd�n. Luego (suponiendo que se le conceda su oraci�n), ella le asegura el brillante futuro que le esperaba, en la medida en que cumplir�a los prop�sitos de Jehov�, y no el suyo; que, si alguien tratara de hacerle da�o, Jehov� lo preservar�a en seguridad y castigar�a a sus adversarios; y que cuando �l fuera "gobernante sobre Israel" ser�a una fuente de consuelo, y no de problemas, para �l que no hab�a derramado sangre sin causa, ni se hab�a vengado de su propia mano. Finalmente ella dice: "Y Jehov� har� bien a mi se�or, y recordar�s a tu sierva" (para bien): "recuerda las cosas que he dicho" (Dathe). Ninguna disuasi�n de venganza podr�a ser m�s efectiva.

"Cuando un mundo de hombres

No pudo prevalecer con toda su oratoria, pero la bondad de una mujer ha sido anulada ".

"Sin duda, ella no hab�a estudiado elocuencia en las escuelas, pero solo el Esp�ritu de Dios la convirti� en una oradora. Dios puso sabidur�a en su coraz�n, y fluy� en un discurso sabio" (Roos).

6. Piedad exaltada; fe en la justicia y la bondad de Dios, su providencia dominante y el establecimiento de su reino (ver la canci�n de Hannah), devoci�n, visi�n espiritual, manifestada en esta apelaci�n y en toda su conducta ( Proverbios 31:26, Proverbios 31:30). No es sorprendente que, despu�s de la muerte de Nabal, "David envi� y se comunic� con Abigail para llevarla con �l a su esposa" ( 1 Samuel 25:39) .� D.

1 Samuel 25:29. (CARMELO)

El paquete de la vida.

1. El paquete de la vida, o la vida (la palabra paquete, tseror, que se us� una vez antes de la bolsa o bolsa de dinero que cada uno de los hermanos de Jos� encontr� en su saco de ma�z, G�nesis 42:35), significa la sociedad o congregaci�n de la vida de la cual los hombres son tomados y cortados por la muerte (Barrett, 'Sinopsis de las cr�ticas'). Contiene a aquellos que poseen vida, vida continua y pr�spera, en el mundo actual en medio de los peligros a los que est�n expuestos, y por los cuales otros son sacados de "la tierra de los vivos" ( Isa�as 4:3). La vida es un regalo de Dios, y su continuidad presume de su favor.

2. Lo que aqu� se desea y se predice acerca de ellos se basa en su distinci�n moral de otros hombres. Son, como David, siervos de Dios, y difieren de los dem�s, como David de Sa�l y Nabal, en su car�cter y conducta. Constituyen la comunidad de los piadosos en "este mundo malvado presente" y "sus nombres est�n escritos en el cielo".

3. Son de un valor inestimable a la vista de Dios. Valora a todos los hombres por su capacidad de bondad, pero mucho m�s por su posesi�n real. Su valor supera todas las posesiones y distinciones terrenales. "Todo el sistema de cuerpos (el firmamento, las estrellas, la tierra y los reinos de �l) y los esp�ritus juntos es desigual a la menor emoci�n de caridad" (Pascal).

4. Son su posesi�n especial; pertenecen a �l de una manera peculiar, por lo que hab�a hecho por ellos "por encima de todas las personas" y su propia devoci�n voluntaria a �l. "Sepan que el Se�or ha apartado al que es piadoso para s� mismo". "El Se�or se complace en su pueblo" y los llama "mis joyas" ( Malaqu�as 3:17).

5. Viven en comuni�n �ntima con �l. "Un pueblo cercano a �l" (Salmo 148:14); "atado en el paquete de la vida con el Se�or tu Dios".

6. Se preservan de forma segura de los dise�os maliciosos de sus enemigos y de todo mal. "Si un hombre se levantara para perseguirte y buscar tu alma", etc. La expresi�n se deriva del uso com�n de los hombres, que juntan cosas valiosas y las mantienen cerca de sus personas para evitar que se pierdan o se lastimen. "Tu vida est� escondida con Cristo en Dios" ( Colosenses 3:3).

7. Tienen una participaci�n com�n en la fuerza y ??la bendici�n que brinda su presencia y su favor. Su vida es del tipo m�s elevado: la vida en el sentido m�s pleno y verdadero, directamente derivada de aquel que es "la Fuente de la vida", e involucra todo el bien real. "En tu presencia", etc. (Salmo 16:11.) La vida de los dem�s no es m�s que "una carrera hacia la muerte", y est�n "muertos mientras est�n en la colmena".

8. Est�n dise�ados para un servicio �til; no solo para ser visto y admirado, sino empleado de acuerdo con la voluntad del propietario. Es por esto que se conservan.

9. Tienen "la promesa de la vida eterna". Su comuni�n espiritual con Dios y con los dem�s en esta vida es una garant�a de su continuidad y perfecci�n en la vida venidera. "Dios no es el Dios de los muertos, sino de los vivos". El jud�o piadoso muere con las palabras del texto en sus labios, y las tiene inscritas en su tumba. "Quien est� tan escondido en la misericordiosa comuni�n del Se�or en esta vida que ning�n enemigo pueda da�arlo o da�ar su vida, el Se�or no permitir� que perezca, aunque venga la muerte temporal, sino que lo recibir� en la vida eterna". (Keil) "Y as� estaremos siempre con el Se�or".

10. Su destino (como su car�cter) es lo opuesto al de los imp�os. "Con respecto a los cuerpos de los justos, se dice: '�l entrar� en paz; descansar�n en sus camas' ( Isa�as 57:21); y de sus almas se dice, 'Y el alma de mi Se�or estar� atado en el paquete de la vida con el Se�or tu Dios. Pero con respecto a los cuerpos de los imp�os, se dice: "No hay paz, dice Dios, para los imp�os". Y de sus almas se dice: 'Y a las almas de tus enemigos, las arrojar�, como en medio de una honda' "(Talmud, citado por Hurwitz) .� D.

1 Samuel 25:32, 1 Samuel 25:33. (CARMELO)

Restricciones morales.

1. Entre el prop�sito de transgredir y el acto de transgresi�n previsto generalmente hay un intervalo, y en ese intervalo pueden ocurrir restricciones f�sicas, lo que hace que el acto sea imposible pero no afecta el prop�sito o la disposici�n; o restricciones morales, que afectan el prop�sito y, a menudo, lo alteran y, por lo tanto, impiden el acto. Este �ltimo solo prueba y revela el personaje. Y de esta naturaleza fue la restricci�n puesta sobre David cuando estaba en camino de infligir venganza a Nabal y su familia por la afrenta que hab�a recibido.

2. Su terrible prop�sito parece sorprendente despu�s de su tolerancia hacia Sa�l ( 1 Samuel 24:7, 1 Samuel 24:22). Pero la conquista de la tentaci�n no es con frecuencia la ocasi�n de sucumbir posteriormente a ella. Esto sucede cuando alguien supone que ya no est� en peligro y deja de vigilarlo y depende de Dios para su salvaguarda. "David no estaba seguro contra la tentaci�n de la venganza personal y la autoayuda, aunque anteriormente se hab�a resistido. La lecci�n de su propia debilidad a ese respecto era tanto m�s necesaria que este era uno de los peligros m�s obvios para un hombre com�n y corriente. Gobernante oriental ( 1 Samuel 24:21). Pero David no iba a ser as�, y cuando Dios, en su buena providencia, lo contuvo ya que casi hab�a ca�do, le mostr� la necesidad de liberaci�n tanto interna como externa, y la suficiencia de su gracia para preservarlo de los peligros espirituales y temporales "(Edersheim). Considere restricciones morales especiales como:

I. MUCHA NECESIDAD INCLUSO POR UN BUEN HOMBRE, debido a:

1. Incentivos externos al pecado. El lenguaje de Nabal fue adaptado para excitar la ira y la venganza, como su servidor claramente lo percibi� ( 1 Samuel 25:17).

2. Impulsos repentinos de pasi�n, bajo los cuales uno de temperamento ardiente est� especialmente en peligro de hacer un juramento imprudente ( 1 Samuel 25:22) y apresurarse hacia su realizaci�n sin considerar completamente lo que hace, o "preguntar por el Se�or "si es correcto.

3. Deficiencia natural de fuerza para resistir la tentaci�n, y responsabilidad natural al autoenga�o. La raz�n y la conciencia siempre deben contener las riendas, �pero con qu� frecuencia las pasiones ardientes las arrancan de su alcance! David probablemente tambi�n pens� por el momento que era correcto vengar el mal que se hab�a hecho; pero incluso si la ofensa de Nabal fuera lo m�s grande posible, todav�a no se le hab�a constituido rey y juez del pueblo, y mucho menos deber�a infligir una venganza tan temerosa por una ofensa privada. "Se�or, �qu� es el hombre? �Qu� necesidad tenemos de orar, Se�or, no nos dejes caer en la tentaci�n!"

II DIFERENTEMENTE DEMASIADO SEG�N SU NECESIDAD. Lo que m�s se necesita es la restauraci�n de la raz�n y la conciencia en su lugar y poder adecuados, y esto a menudo se logra por:

1. Circunstancias providenciales, que conducen a la reflexi�n y al reconocimiento de la voluntad de Dios.

2. Consejo sabio y fiel ( 1 Samuel 25:26-9), indicando que lo har�, dirigido a la conciencia, y persuadiendo a la adopci�n de un curso digno.

3. Influencia interna, ejercida por el Esp�ritu de Dios, que da la inclinaci�n y la fuerza para caminar "de la manera buena y correcta". "He aqu�, todas estas cosas a menudo trabajan con Dios con el hombre", etc. ( Job 33:29). Y con aquel cuyo coraz�n no est� "totalmente dispuesto a hacer el mal", no obra en vano.

III. Agradecido por �l a Dios. "Bendito sea el Se�or Dios de Israel", etc. Est� agradecido al mensajero de Dios, pero primero y principalmente a Dios mismo; y su gratitud es sincera y ferviente por:

1. El mal que ha sido prevenido.

2. El bien que ha sido conferido.

3. La abundante misericordia que se ha experimentado.

�Crees que alguien alabar� a Dios en el cielo con una voz tan fuerte como yo? ", Dijo uno (que hab�a estado hablando del curso de la flagrante transgresi�n de la cual por la Divina misericordia hab�a sido reclamado)." S� ", fue la respuesta: "Espero hacerlo, porque por divina misericordia me he mantenido alejado de ella". "No es una conversi�n, sino una gracia de coronaci�n; el que irradia y pone un c�rculo de gloria sobre la cabeza del que desciende; es el Esp�ritu Santo que cae sobre �l en 'forma de paloma' y lo pone triunfante sobre la necesidad de las l�grimas y la tristeza, el duelo y el arrepentimiento, los tristes juegos posteriores de una inocencia perdida "(Sur, 'Prevenci�n de Sin una misericordia invaluable '). D.

HOMILIAS DE D. FRASER

1 Samuel 25:29

El paquete de la vida y la honda.

El atractivo de Abigail tuvo una persuasi�n a�n mayor de lo que ella reconoci� su simpat�a por la causa de David, y su fe en el prop�sito Divino de hacerlo rey. Tal convicci�n ya estaba ampliamente difundida en la tierra entre los que tem�an a Jehov� y honraban al profeta Samuel. Hemos visto que fue confesado por el mismo Sa�l, y por Jonathan fue apreciado con generoso placer. Pero Nabal no lo mencionar�a en su presencia. A sus ojos, David era un simple sirviente fugitivo del rey que se hab�a convertido en lanzador libre. Su esposa mostr� el vigor de su mente, la claridad de su juicio y la fuerza de su fe al no temer el disgusto de Nabal o la ira del rey Sa�l, sino al declarar su confianza en que el Se�or criar�a a David para que gobernara. Israel. Sobre esta base, ella le suplic� que no cargara su conciencia ni mancillara su nombre con un acto de sangre apresurado. Qu� poder de expresi�n figurativa ten�an esos creyentes orientales; y no menos importante a aquellas mujeres devotas cuyos esp�ritus fueron impulsados ??por ocasiones urgentes a una expresi�n ardiente: �Deborah en su triunfo, Hannah en su canci�n, Abigail en su apelaci�n!

I. LA FIGURA DE SEGURIDAD. Un alma ligada a la vida con Jehov�. �Qu� podr�a aprovechar la groser�a de un Nabal, o incluso la persecuci�n de Sa�l, contra un hombre cuya vida Dios guardaba de noche y de d�a? Si usamos la frase de Abigail, ampliamos su significado. La pregunta con ella era sobre la preservaci�n de David para llenar el trono de Israel; pero no nos corresponde al Nuevo Testamento poner nuestros corazones en el rango terrenal. Nuestro tesoro est� en el cielo. Nuestra herencia est� reservada para nosotros hasta el regreso de nuestro Se�or. Nuestros d�as son pocos e inciertos. Pero tenemos una vida eterna, que nos es dada gratuitamente en Cristo Jes�s; y el paquete de la vida significa para nosotros la unidad de todos los vivos en Cristo, la totalidad de la vida que "est� escondida con Cristo en Dios". Los que est�n atados all� han sido sacados de los paquetes de pecado y muerte, sacados de lo que es malo y por lo tanto condenados a la destrucci�n, y han sido unidos por el poder del Esp�ritu Santo a Cristo y a la Iglesia. Feliz d�a que ve esto hecho! Fuerte seguridad que sigue! �Qui�n es el que puede da�arnos si somos de Cristo, unidos en el paquete de la vida con Dios nuestro Salvador?

II La figura del rechazo. Abigail no hizo m�s referencia a Nabal. �l era su esposo, y en ning�n caso pod�a ser formidable para David. Todo lo que ella pidi� fue que el hijo de Jesse pasara por alto magn�nimamente su groser�a. Pero todo el pa�s son� con informes de la persecuci�n furiosa de David por el rey ', y Abigail predijo que sus enemigos tendr�an desconcierto y rechazo del Se�or su Dios. Con rara felicidad de alusi�n, ella habl� de sus almas como arrojadas, mientras una piedra es arrojada "en medio de una honda". La sola menci�n del arma con la que David hab�a obtenido su primer gran �xito debe haber despertado su fe y valor. La figura, como lo muestra la historia, era notablemente apropiada para la carrera del principal enemigo de David, Sa�l. "Como el que ata una piedra en una honda, as� es el que honra al necio" ( Proverbios 26:8). Ahora se le hab�a dado honor a Sa�l. Fue ungido y exaltado al trono, y sin embargo, fue en el fondo imprudente y desobediente. As� fue puesta la piedra en la sart�n de una honda. Despu�s de un rato, vemos que la piedra gira alrededor de la honda, es decir, vemos a Sa�l perturbado y sacudido: rebelde, perturbado, apasionado, incre�blemente celoso. El final ahora se estaba acercando, y la piedra estaba a punto de salir al este de la honda con desesperaci�n y muerte en el Monte Gilboa.

En 1 Samuel 25:32, 1 Samuel 25:33 el Dr. South nos dej� un serm�n titulado, 'Prevenci�n del pecado, una bendici�n invaluable'. En la "aplicaci�n" de la misma, el predicador muestra que se puede encontrar una satisfacci�n mucho mayor de un conquistado que de una pasi�n conquistadora. "La venganza es sin duda el bocado m�s lujoso que el demonio puede poner en la boca de un pecador. �Pero creemos que David podr�a haber encontrado la mitad del placer en la ejecuci�n de su venganza que expresa aqu� por la decepci�n? Posiblemente podr�a haberlo hecho". lo complaci� con el calor actual y la prisa de su ira, pero debe haberlo disgustado infinitamente m�s en los fr�os y tranquilos reflejos de su mente ". Otro punto que South impone es que el temperamento con el que recibimos la prevenci�n providencial del pecado es un criterio de la condici�n graciosa o desagradable de nuestros corazones. "Quien tenga algo de la piedad de David estar� ejerciendo perpetuamente el trono de la gracia con reconocimientos tales como: �Bendita sea la Providencia que me libr� de una compa��a tan obscena o tan cruel! cuando intentaba la comisi�n de tal o cual pecado; �qui�n me sac� de ese curso de la vida, tal lugar o tal empleo, lo cual fue una trampa y una tentaci�n continuas para m�! �El predicador y semejante amigo a quien Dios us� para decir una palabra en temporada a mi malvado coraz�n, y as� me sac� de los caminos de la muerte y la destrucci�n, y me salv� a pesar del mundo, el diablo y yo mismo! " -F.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre 1 Samuel 25". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/1-samuel-25.html. 1897.