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Bible Commentaries
1 Samuel 31

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

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Versículos 1-13

DERROTA Y MUERTE DE SAUL ( 1 Samuel 31:1.).

EXPOSICI�N

SAUL Y SUS HIJOS SLAIN ( 1 Samuel 31:1).

1 Samuel 31:1, 1 Samuel 31:2

Los filisteos lucharon. Literalmente es un participio presente, "los filisteos est�n en guerra", como si fuera una mera reanudaci�n de 1 Samuel 28:1. En la batalla que se libr� el d�a siguiente a la visita de Sa�l a la bruja, los israelitas fueron derrotados y cayeron en gran n�mero asesinados en el Monte Gilboa, ya sea porque los filisteos los hab�an atacado all� o porque, despu�s de luchar en el valle de Jezreel, hab�an hizo en sus escarpadas crestas su �ltima defensa. Entre los asesinados se encontraban los tres hijos de Sa�l mencionados en 1 Samuel 14:49, donde v�ase la nota.

1 Samuel 31:3, 1 Samuel 31:4

Los arqueros Literalmente, como en el margen, "tiradores, hombres con arcos". Como la primera palabra se aplicar�a igualmente a los hombres que arrojaron jabalinas, la explicaci�n se agrega para aclarar el significado. Golpealo. Literalmente, "lo encontr�, es decir, descubri� su posici�n, y lleg� a donde estaba. Estaba muy herido. M�s bien," estaba muy angustiado ". En Deuteronomio 2:25 el verbo se traduce" be in angustia ". El significado es que Sa�l, al encontrarse rodeado de estos arqueros, y que no pod�a escapar ni acercarse a ellos, y morir luchando, orden� a su portador de armadura que lo matara, para evitar la degradaci�n de ser asesinado por paganos "incircuncisos". Abusa de m�. Este verbo se traduce simulacro en Jeremias 38:19. "Maltreat" ser�a una mejor representaci�n en ambos lugares, y tambi�n en Jueces 19:25, donde tambi�n aparece la palabra. Su significado exacto es practicar en otro todo lo que dictan la pasi�n, la lujuria, la ira o la malicia. Probablemente Sa�l pens� que lo tratar�an como hab�an tratado previamente a Sans�n ( Jueces 16:21-7).

1 Samuel 31:5, 1 Samuel 31:6

Su portador de armadura. La tradici�n jud�a dice que �l era Doeg el edomita, y que la espada sobre la que cay� Sa�l fue con la que hab�a masacrado a los sacerdotes. Esto no es muy probable; pero quienquiera que fuera, su horror al ser pedido que matara a su maestro, y su devoci�n a �l, merecen admiraci�n. Todos sus hombres En 1 Cr�nicas 10:6 "toda su casa". Pero Ishbosheth y Abner sobrevivieron, y el significado probablemente no sea que todo su ej�rcito, sino que sus asistentes personales, todos los que lo rodearon, cayeron ante un hombre, luchando valientemente por su rey, mientras los escoceses luchaban alrededor del Rey James V. Campo Flodden. Como el suicidio era muy raro entre los israelitas, la muerte de Sa�l se hace m�s intensamente tr�gica por la angustia que lo llev� a morir por su propia mano.

RESULTADO POL�TICO DE LA BATALLA (vers�culo 7).

1 Samuel 31:7

Los hombres de Israel El t�rmino se aplica aqu� a los no combatientes, mientras que en 1 Samuel 31:1 significaba los que segu�an a Sa�l en armas. Al otro lado del valle. Es decir. de Jezreel, y as� todos los israelitas que habitan las tribus de Isacar, Zabul�n y Naftal�, y la regi�n en general al norte. En 1 Cr�nicas 10:7 este vuelo se limita a los habitantes del valle, uno de los distritos m�s f�rtiles de Palestina; pero probablemente la afirmaci�n hecha aqu�, de que una gran parte del pa�s era el premio de la victoria, es la m�s correcta. Por otro lado Jordan. Esta frase significa constantemente el lado oriental del Jord�n, ni debemos dudar, pero las personas que viven cerca abandonaron sus hogares y huyeron; porque el r�o no ser�a m�s que una ligera protecci�n para ellos en esta parte norte de su curso. Sin embargo, las conquistas en la orilla oriental del Jord�n deben haberse limitado a un peque�o distrito cerca del lago de Tiber�ades, ya que Abner pudo colocar a Ishbosheth como rey en Mahanaim, una ciudad a unas veinte millas al este del r�o, y no lejos de Jabez-Gilead. Al sur de Jezreel, los filisteos no hicieron conquistas, por lo que Efra�n, Benjam�n y Jud� permanecieron libres, y, por supuesto, Galaad y la mayor parte de la regi�n m�s all� de Jordania (ver 2 Samuel 2:8).

Maltrato de los cuerpos de Sa�l y sus hijos ( 1 Cr�nicas 10:8).

1 Samuel 31:8

Sucedi� al d�a siguiente. El vers�culo anterior nos dio los resultados de la victoria a medida que se desarrollaron con el tiempo. Ahora volvemos a la narrativa de la batalla y sus consecuencias inmediatas. Como el bot�n se aplaz� hasta el d�a siguiente, la lucha debi� ser disputada obstinadamente y se decidi� justo antes del anochecer.

1 Samuel 31:9, 1 Samuel 31:10

Le cortaron la cabeza. Esto probablemente se hizo no solo en represalia por lo que le hab�a sucedido a su campe�n Goliat, sino de acuerdo con las costumbres de la guerra antigua. La feroz alegr�a de los filisteos por el Sa�l ca�do demuestra cu�n grande hab�a sido su temor a �l y cu�n exitoso hab�a sido al romper su yugo del cuello de Israel. Si todav�a hubiera tenido a David con �l, la victoria seguramente habr�a permanecido de su lado. Pusieron su armadura en la casa de Ashtaroth. En hebreo, "de los Ashtaroth". No est� claro si se dividi� entre los diversos santuarios de Astarte o si se coloc� en su famoso templo de Askelon, descrito por Her�doto (1: 105) como el m�s antiguo de los fanes de la Venus siria. La primera opini�n concuerda mejor con el texto hebreo y con lo que se dice en 1 Cr�nicas 10:10, donde tenemos la informaci�n adicional de que suspendieron la cabeza de Sa�l en el templo de Dag�n. Fijaron su cuerpo a la pared de Beth-shan, como tambi�n los cuerpos de sus hijos ( 1 Cr�nicas 10:12). Beth-shan o Escit�polis se encuentra a unas cuatro millas del Jord�n en el oeste, y doce millas al sur del lago de Tiber�ades. Est� casi en l�nea recta al oeste de Mahanaim, y debe haber sido ocupado de inmediato por los filisteos, y mientras colgaban los cuerpos del rey ca�do y sus hijos en su muro, evidentemente ten�an la intenci�n de retenerlo.

RECUPERACI�N DE LOS CUERPOS DE SAUL Y SUS HIJOS ( 1 Cr�nicas 10:11).

1 Samuel 31:11

Jabesh-Galaad. Eusebio describe este lugar como situado en el camino de Pella a Gerasa, y por lo tanto estar�a mucho m�s cerca del Jord�n que Mahanaim, y probablemente no estaba a m�s de doce o catorce millas de distancia de Beth-shan. La gente de all� no hab�a olvidado cu�n valientemente los hab�a salvado Sa�l, y ahora mostraron su gratitud al rescatar sus restos de la desgracia.

1 Samuel 31:12, 1 Samuel 31:13

Los quemaron. La cremaci�n, aunque altamente honorable entre las naciones cl�sicas, se menciona aqu� por primera vez en las Sagradas Escrituras, y probablemente se recurri� en esta ocasi�n para asegurar los cuerpos de Sa�l y sus hijos contra el maltrato adicional, ya que, si estuvieran enterrados, los filisteos podr�an haberlo hecho. hizo el intento de volver a ponerlos en su poder. Algunos suponen que los jud�os practicaron la quema de los muertos y citan a su favor 2 Cr�nicas 16:14; Isa�as 33:12; Jeremias 31:40; Jeremias 34:5; Am�s 6:10, pero estos pasajes tienen una interpretaci�n diferente. Despu�s del exilio, el entierro fue el �nico m�todo para deshacerse de los muertos entre los jud�os, y en el Talmud la cremaci�n es condenada como una pr�ctica pagana. El entierro de los huesos de Sa�l y sus hijos demuestra que sus cuerpos aqu� fueron realmente quemados. Bajo un �rbol. En hebreo, "debajo del tamarisco", el famoso �rbol de esa especie en Jabesh. Fue debajo de un tamarisco que Sa�l orden� la masacre de los sacerdotes ( 1 Samuel 22:6), y ahora sus huesos est�n en reposo debajo de otro. Quiz�s la gente recordaba la afici�n del rey por los �rboles. Para el destino final de estas reliquias ver 2 Samuel 21:12-10. Ayunaron siete d�as (ver G�nesis 1:10). El tiempo de duelo fue de treinta d�as para Aar�n ( N�meros 20:29) y para Mois�s ( Deuteronomio 34:8). La regla talm�dica es un duelo estricto durante siete d�as, menos estricto para los pr�ximos veintitr�s, en total los treinta; y para un padre o madre, el duelo continu� durante un a�o. El ayuno fue el duelo m�s estricto y demuestra que la gente de Jabesh-Gilead honr� al m�ximo a su libertador.

HOMIL�TICA.

1 Samuel 31:1

Juicio al fin.

Los hechos son:

1. En la batalla de Gilboa, los hombres de Israel sufren una derrota de los filisteos.

2. Al matar a sus hijos, el conflicto presiona mucho a Sa�l.

3. Temiendo caer de la mano de un filisteo, y al no encontrar la muerte a trav�s de la mano de su portador de armadura, cae sobre su propia espada, y su ejemplo es seguido por su portador de armadura. Aqu� tenemos la escena final de la tragedia de la vida de Sa�l, verificando la predicci�n de Samuel. Nuestro coraz�n est� de luto por un final tan triste, y mientras leemos la narraci�n somos conscientes de una extra�a l�stima por este hombre una vez prometedor pero ahora arruinado. Darse cuenta-

I. LA PRESI�N DE EVENTOS RESULTANDO UN JUICIO JUSTO. Conectando esta derrota y muerte de Sa�l con la predicci�n temprana de Samuel ( 1 Samuel 15:23, 1 Samuel 15:28, 1 Samuel 15:29) y la reciente declaraci�n solemne en la cueva en Endor ( 1 Samuel 28:16-9), vemos c�mo, por una mano invisible, Saul fue impulsado a su destino. Porque en lugar de llegar a un acuerdo con el enemigo, o huir de la escena del conflicto, �l, conociendo su destino, atrajo a sus hombres, sigui� adelante en la batalla m�s dura, se convirti� en una marca conspicua para los arqueros y se rode� de s� mismo y de los herederos de la batalla. trono el m�s feroz del asalto. No podemos dejar de observar c�mo la fuerza filistea no estaba controlada por el poder que controlaba el ej�rcito de Fara�n en el Mar Rojo, debilit� a Amalek cuando las manos de Mois�s se levantaron ( �xodo 17:11-2), inspir� terror en el ej�rcito opuesto a Jonathan ( 1 Samuel 14:15-9), y generalmente ponen miedo en los corazones de los enemigos de Israel. Las palabras de Samuel nos dejan en claro que la Providencia estaba dejando a Sa�l por los impulsos que lo llevaron a la muerte, y ocultando a los filisteos todo lo que de otro modo les hubiera impedido llegar a la victoria. Por lo tanto, es algo terrible caer en manos del Dios viviente. La verdad que se revela aqu� es que, aunque el juicio es a menudo por razones no reveladas, diferidas por mucho tiempo, los eventos est�n tan dispuestos a concentrarse irresistiblemente en la aplicaci�n de la pena del pecado. Los hombres siguen un curso torcido e imp�o durante a�os, tiempo durante el cual la justicia parece demorarse; pero llega el momento en que, como por enamoramiento, van directamente a la concurrencia de eventos que la Providencia ha permitido para su ca�da. As� tambi�n cay� Babilonia, Roma y otras naciones, embriagadas con el vino de la ira de Dios ( Isa�as 63:6). De la misma manera, bajo la presi�n de la Providencia, el mar entregar� a sus muertos, y todos los que est�n en sus tumbas saldr�n, para recibir de acuerdo con los hechos realizados en el cuerpo ( Juan 5:28, Joh 5: 29; 2 Corintios 5:10; Apocalipsis 20:13).

II LOS PECADOS DE LOS PADRES CORTAN LAS ESPERANZAS DE LOS HIJOS. Sentimos una profunda simpat�a con Jonathan de que �l, el m�s brillante y mejor de la virilidad de Israel, deber�a perecer en la calamidad provocada por la persistente impenitencia de su padre. �Hijo valiente y valiente, que conoce y lamenta las fallas de su padre, y los problemas que su conducta estaba provocando en el reino, con verdadera piedad filial lo respalda a �l y al reino hasta el final! Era mejor morir, si as� lo deseaba Dios, que vivir y compartir las alegr�as de incluso la amistad de David. Las cari�osas esperanzas de ver a David entronizado sobre un pueblo feliz y pr�spero despu�s del fallecimiento natural de su padre ( 1 Samuel 20:12-9; 1 Samuel 23:16-9) se arruinaron groseramente. Es la vieja historia triste del pecado de alguien que trae tristeza y sufrimiento a muchos inocentes. �Los terribles estragos causados ??por el pecado! �La terrible responsabilidad de nuestra conducta! Millones mueren antes de su debido tiempo, y un aullido de aflicci�n surge diariamente de miles de corazones debido a la transgresi�n de los padres.

III. Un triste final de la vida al mantener su curso ordinario. Hay una combinaci�n singular de pensamiento y motivo diversos en los �ltimos enunciados y actos de Sa�l. Sab�a que su destino estaba cerca; y, sin embargo, en parte bajo una sensaci�n de miseria absoluta que lo hizo estar dispuesto a morir, y en parte por el sentimiento patri�tico de que su falta de voluntad para enfrentar al enemigo de su pa�s no deber�a agregarse a sus cr�menes, �l sale a la batalla. Entonces, tambi�n, cuando se presionaba en la batalla y en grandes dificultades, no hab�a una sensaci�n de miseria, una conciencia de abandono Divino, lo que hac�a que la continuaci�n de la vida fuera una carga que ya no deb�a soportar, mezclada con el pensamiento precioso para el hebreo. que �l era una de las razas elegidas, aliada por nacionalidad con el gran prop�sito mesi�nico, y que, como tal, nunca se debe decir que el rey de Israel fue abusado por el toque del extranjero "incircunciso"? En esta mezcla de luz y oscuridad, aceleraciones morales y enamoramiento loco, tenemos un an�logo a su conducta a lo largo de su triste carrera. No nos corresponde a nosotros decir si no hubo en esos �ltimos momentos tristes, mientras yac�a en la tierra, un derretimiento de ese coraz�n que tanto tiempo hab�a luchado contra Dios. Como en muchos otros casos, no se arroja luz sobre la experiencia interna del alma en sus relaciones m�s sagradas con Dios. El caso del ladr�n en la cruz puede sugerir la posibilidad de un grito desde el coraz�n al cual la misericordia que perdura para siempre responde. Pero nos corresponde asombrarnos y tomar la solemne lecci�n de esta vida triste y pervertida.

IV. UNA PREGUNTA SOBRE EL CAR�CTER MORAL DEL SUICIDIO. Willet, en su 'Armon�a sobre el primer Booke de Samuel', cita a las autoridades a favor y en contra de la cuesti�n general y del acto de Sa�l; pero sin entrar en un tema amplio, puede ser suficiente notar que la cobard�a moral es generalmente la causa del suicidio, y que es una violaci�n de las prerrogativas de Dios. Como hemos indicado, puede haber habido consideraciones de car�cter semirreligioso que influyeron en Sa�l al desear no ser asesinado por los "incircuncisos", y para �l era seguro que la muerte estaba cerca. Sin embargo, ning�n sentimiento privado, ning�n alivio de la deshonra, puede justificar un impedimento, en materia de vida o muerte, del curso de la Providencia. El principio involucrado es de vital importancia, y cuando una vez que se abre la puerta para su violaci�n, todo el tejido de la sociedad se debilita en sus cimientos.

Lecciones generales: -

1. Es instructivo contrastar el comienzo y el final de las vidas, y observar c�mo, por la acci�n de un coraz�n enga�oso, se da un giro fatal hacia la desgracia y la desesperaci�n.

2. Aunque algunos padres arruinan a sus hijos por sus pecados, todos los hacemos mal y da�amos en la medida en que el pecado contamina nuestra vida.

3. Aunque Dios corta las esperanzas del bien por las calamidades que surgen de los pecados de los dem�s, en su misericordia los eleva a un gozo m�s puro y seguro.

4. Cualquier juicio que Dios traiga debe someterse con resignaci�n.

1 Samuel 31:7

Los temas finales de la vida son un criterio de valor.

Los hechos son:

1. La derrota de Sa�l es seguida por la huida general de los hombres de Israel de las ciudades vecinas, y la ocupaci�n de estas por los filisteos.

2. Encontrando los cuerpos de Sa�l y de sus hijos, los filisteos despojan al rey de su armadura, publican el hecho en las casas de los �dolos y lo deshonran en el muro de Bet-shan.

3. Los hombres de Jabesh-Gilead, al enterarse de esto, rescatan los cuerpos y los entierran en Jabesh en medio de mucho duelo. El historiador cierra la narrativa sobre el reinado de Sa�l haciendo referencia al resultado inmediato de la derrota en las ciudades adyacentes y al trato b�rbaro del cuerpo de Sa�l. Las personas que hab�an exigido un rey, y que estaban orgullosas de su poderosa presencia corporal, ahora deb�an aprender de la forma m�s triste lo mejor que es esperar el tiempo de Dios y confiar m�s en la justicia de la vida nacional que en la fuerza f�sica. y exhibici�n marcial. El pueblo y el rey tuvieron la culpa, y el juicio recae en ambos. Aqu� vemos

I. QUE EL VALOR DE LA VIDA ES PROBADO POR SU RESULTADO FINAL. La vida p�blica de Sa�l en un tiempo prometi� bien para �l e Israel. Samuel, el hombre de Dios, hab�a otorgado libremente toda ayuda que el sabio consejo y la santa influencia pudieran brindar, y la promesa de la ayuda divina fue dada bajo la condici�n de obediencia a la voz divina. Aunque los problemas surgieron como consecuencia de la desobediencia y, por lo tanto, indicaron que su vida estaba demostrando un fracaso, sin duda hab�a hombres tan ciegos a los signos de los tiempos como para referir los problemas a accidentes y circunstancias imprevistas, y esperar a�n que hubiera un giro en la marea de asuntos que asegurar�a un reinado pr�spero. Pero el p�nico que se produjo sobre Israel por la muerte de Sa�l y la ocupaci�n de ciudades por el detestado filisteo debe haber dejado claro a los m�s prejuiciosos que su carrera p�blica fue desastrosa e injusta. La cuesti�n del reinado de un monarca debe ser la elevaci�n moral y material de las personas, la mejora de la administraci�n de la ley, la mayor seguridad de la vida y la propiedad, la prevalencia de las bendiciones de la paz interna y la libertad de la opresi�n extranjera, y un mayor grado de influencia nacional Lo contrario de esto fue el resultado de la vida de Sa�l. Al mirar as� el resultado de las labores de la vida, podemos hacer una estimaci�n del valor de los monarcas, estadistas, comerciantes y cristianos profesos. �Han bendecido los hombres a sus semejantes con un bien permanente? �Est� el gran enemigo, el pecado, m�s ocupado en el pa�s, el hogar y el alma al final que al principio? Se acerca el d�a en que el trabajo de cada hombre se probar� "de qu� tipo es" ( 1 Corintios 3:13). �Podemos enfrentar esa prueba? �Ser� el final mejor que el principio? �Se atreven algunos hombres a tratar de responder esta pregunta en relaci�n con su condici�n espiritual y el efecto espiritual de su influencia personal?

II QUE EL TRIUNFO APARENTE DE LOS MALVADOS ES UNA DE LAS CONSECUENCIAS M�S TRES DE LOS PECADOS DE LAS PERSONAS DE DIOS. El triunfo de los "incircuncisos" se complet� cuando, despojando el cuerpo del rey de Israel, llevaron su cabeza con salvaje deleite a la casa de Dag�n ( 1 Cr�nicas 10:10), clavaron su cad�ver en el muro de Bet- shan, y proclam� su victoria en honor de sus dioses. Fue este resultado despu�s de la muerte de Sa�l y la derrota de Israel lo que pareci� ser una ocasi�n de tanto dolor y temor para David ( 2 Samuel 1:20). Las cari�osas esperanzas que apreciaban los piadosos en el d�a solemne de arrepentimiento y consagraci�n en Mizpeh y Ebenezer ( 1 Samuel 7:9) ahora se destruyeron con rudeza. El paganismo se glor�a en su fuerza; mientras Israel, herido de miedo, lloraba con amargura de alma. La ignorancia, la barbarie, la idolatr�a tomaron una nueva oportunidad de poder, y el nombre de Jehov� fue deshonrado a los ojos de las naciones. La muerte de un rey es un asunto relativamente peque�o, el derroche de guerra en campos justos y ciudades florecientes es una calamidad material; pero para que floreciera la religi�n, degradando los ritos religiosos para manifestar toda su vileza, y la causa de la pureza, la verdad y la rectitud para sufrirla, incluso para sufrir una aparente derrota, esta fue la consecuencia m�s temible del infeliz reinado de Sa�l. Todas las acciones en individuos p�blicos y privados deben ser juzgadas por su relaci�n con el honor del nombre de Dios y la extensi�n del reino de Cristo. �La pol�tica de un monarca o de un estadista da mayor alcance a lo que sea ajeno a la supremac�a de Cristo en el coraz�n, la conducta y el hogar? Si es as�, es muy criminal. �Nuestra vida privada da ocasi�n para que los enemigos de la cruz blasfemen? Quien vive y muere para fortalecer el dominio de la ignorancia, la superstici�n, la inmoralidad y los principios anticristianos en el mundo es el enemigo de su pa�s y de Dios. Cuando los hombres profesan en la Iglesia de Dios, como Sa�l en Israel, se vuelven infieles a sus privilegios como para dar un triunfo aparente a los irreligiosos y profanos, ellos, en cualquier grado que sea cierto, perpetran una lesi�n, los problemas espirituales de que est�n m�s all� de todo c�lculo.

III. QUE LAS PRUEBAS M�S TERRIBLES PUEDEN PRODUCIR ARRENDAMIENTOS DE ACCIONES OCASIONALES DE HEROISMO. Varios fueron los efectos de la muerte de Sa�l en Israel. En general, debe haber llegado esa angustia inexpresable que, en cierto grado, David intent� expresar en su hermosa "canci�n del arco" ( 2 Samuel 1:18-10). Pero hab�a hombres fieles que no pod�an ceder ante la inacci�n mientras se deshonraba el nombre de Dios e Israel, en la persona del rey, cubierto de ignominia. Los hombres de Jabesh-Gilead no hab�an olvidado el d�a en que, en la plenitud de su fuerza, y haciendo un esfuerzo justo para defender a su pa�s en el temor de Dios, Sa�l hab�a venido a rescatarlos y hab�a despertado el patriotismo de la naci�n ( 1 Samuel 11:4). Para ellos �l era m�s que rey; era h�roe y amigo, y sin duda sus hijos hab�an usado su nombre como una palabra familiar. Y ahora muerto, abandonado, mutilado, la forma alta y majestuosa expuesta al desprecio pagano: �deber�an sufrirlo? �Nunca! "Todos los hombres valientes se levantaron". Con un prop�sito determinado, en riesgo de vida, se llevan los restos destrozados y los dejan en el lugar donde fue testigo de su hero�smo temprano. As� vemos c�mo la desgracia, la tristeza y la muerte invocan las cualidades m�s nobles de los hombres y sacan a la luz simpat�as ocultas y amigos secretos. Hab�a alguna esperanza para Israel todav�a. Los terribles desastres de la vida despiertan las energ�as de unos pocos fieles, y aunque no pueden redimir a la vez todo lo que otros han perdido, pueden reafirmar la supremac�a del amor y los sentimientos m�s nobles de la vida, y as� allanar el camino para un mejor orden. de cosas. Los hombres en Israel revivieron un poco de la desesperaci�n cuando se enteraron de este hero�smo y afecto. �No hubo una noche m�s oscura y una aparente derrota m�s completa del gran prop�sito de Israel en el mundo cuando otro cuerpo m�s sagrado fue expuesto "un espect�culo para los �ngeles y los hombres"? Entonces tambi�n se encontr� uno que se atrevi� a identificar su reputaci�n y todo lo que era querido con respeto y amor por ese cuerpo sagrado. Jos� de Arimatea era moralmente m�s heroico que los hombres de Jabesh-Galaad. De manera similar, los desastres de la vida han provocado el hero�smo de muchos que no pudieron soportar ver el triunfo "incircunciso". As�, la luz brilla en la oscuridad, asegur�ndonos que en el largo conflicto con el mal, la ma�ana de un d�a sin fin lleno de la alegr�a de los rescatados amanecer� en la tierra triste.

Lecciones generales: -

1. Para formar una estimaci�n justa de nuestra vida, no debemos considerar nuestros placeres personales como dolor. pero tenga un gran respeto por el efecto final de esto en nuestro hogar y pa�s.

2. Los hombres malvados encuentran est�mulo para creer en sus falsos principios cuando los hombres que profesan principios opuestos no son ciertos para ellos.

3. Deber�amos considerar cu�nto del poder de los principios y pr�cticas irreligiosos sobre los hombres se debe a nuestra falta de coherencia.

4. Ser� bendecido para nosotros y nuestros sobrevivientes si los amigos pueden comprometer nuestro cuerpo a la tumba con afecto y gratitud sin recuerdos dolorosos.

HOMILIAS DE B. DALE

1 Samuel 31:1. (Gilboa)

La muerte de Sa�l.

"As� muri� Sa�l" (1Sa 31: 6; 2 Samuel 1:1; 1 Cr�nicas 10:1.). Mientras los eventos mencionados en el cap�tulo anterior se llevaban a cabo en el sur, e incluso antes de que ocurrieran, "el gran drama tan estrechamente relacionado con ellos se estaba desarrollando" en el norte. Al d�a siguiente de la consulta de Sa�l de "la bruja de Endor", los filisteos marcharon a trav�s de la llanura, con sus arqueros, carros y jinetes ( 2 Samuel 1:6), y atacaron al ej�rcito de Israel. El problema parece haberse resuelto pronto. "Los hombres de Israel huyeron antes que los filisteos, y cayeron muertos en Gilboa", por las laderas por las que hab�an sido perseguidos. "Y los filisteos siguieron duramente a Sa�l y sus hijos", quienes cayeron peleando a su alrededor. Duro apret�n y encontrado por los arqueros, tembl� ("estaba muy herido", A.V.) ante ellos, sin ver ninguna forma de escapar cayendo en sus manos; y (a medida que avanzaba la noche), con el valor temerario de la desesperaci�n con la que hab�a luchado, su armadura se hab�a negado a matarlo, "tom� la espada y cay� sobre ella". Su portador de armadura sigui� su ejemplo. "En ese momento, un salvaje Amalecita, atra�do probablemente al campo por la esperanza del bot�n, se acerc� y termin� el trabajo que las flechas de los filisteos y la espada de Sa�l �l mismo hab�an logrado" (Stanley). "Una dispensaci�n notable. Como la maldici�n sobre Amalek fue realizada por Sa�l, de modo que en Saul fue realizada por Amalek" (Hengstenberg). O, tal vez, la historia del amalecita era falsa, y se le dijo que se felicitara por David y obtuviera una recompensa por la diadema y el brazalete con los que hab�a despojado al rey ca�do. En cualquier caso, obstinado hasta el final, despreciando a "estos incircuncisos" y m�s preocupado por su propio honor que el honor de Dios, se apresur� a su propia destrucci�n.

"�Oh Sa�l!

�Cu�n horrible te ve�as, con tu propia espada! Expirando en Gilboa, a partir de esa hora, nunca visitaste con lluvia del cielo ni roc�o "

(Dante, 'Purg'. 12.).

Observa eso -

I. LA RETRIBUCI�N SUCEDE SUPERAMENTE AL TRANSGRESOR IMPENITENTE.

1. El desierto completo del pecado podr�a ser infligido justamente inmediatamente despu�s de su comisi�n. Pero en un estado de libertad condicional, el espacio est� permitido para el arrepentimiento y los motivos para inducirlo. Sin embargo, si el pecado persiste, la culpa aumenta y el juicio se vuelve m�s inevitable y severo. "�l, que a menudo se lo reprocha endurece su cuello, de repente ser� destruido, y eso sin remedio" ( Proverbios 29:1). "La paga del pecado es muerte" ( Romanos 6:23). "Los salarios pueden diferirse o no recibirse conscientemente, pero se pagan sin restricciones tarde o temprano; las consecuencias fatales pueden no aparecer siempre de la misma manera, pero nunca fallan de una forma u otra".

2. Aunque infligido por el acto libre del hombre, no es menos el resultado de la operaci�n de la justicia retributiva. "Sa�l tom� la espada y cay� sobre ella". pero "muri� por la transgresi�n que cometi� contra el Se�or; por lo tanto, el Se�or lo mat� y convirti� el reino a David, el hijo de Isa�" ( 1 Cr�nicas 10:14).

3. La operaci�n de la ley de retribuci�n, tan manifiesta en la historia y en la observaci�n, muestra el mal del pecado a la vista de Dios, y es una advertencia solemne contra su indulgencia. Incluso el arrepentimiento puede llegar demasiado tarde para evitar sus consecuencias en esta vida.

"M�rate a ti mismo, no trates m�s con el pecado, no sea que el que salva, contra ti cierre la puerta" (Bunyan).

II La voluntad propia culmina naturalmente en la autodestrucci�n. Toda voluntad propia, en oposici�n a la voluntad de Dios, es una autolesi�n ( Proverbios 8:36); y no menos porque el pecador busca lo que imagina falsamente para su bien. Su tendencia es siempre hacia la destrucci�n y, a menos que se verifique en su curso, infaliblemente conduce a ese fin. Es una forma especial y agravada cuando, para escapar de la miseria y la verg�enza que se experimentan o esperan, �l se quita su propia vida directa y voluntariamente. El suicidio es ...

1. Contrariamente al instinto natural de autoconservaci�n y un amor propio debidamente iluminado y regulado.

2. Un acto de infidelidad a la confianza que Dios le ha encomendado al hombre en el otorgamiento de la vida, y de negarse a cumplir los deberes que �l ha ordenado en la vida, que no se pueden entregar o dejar sin su consentimiento ni hasta el momento �l ha designado. "Pit�goras nos proh�be abandonar la estaci�n o el puesto de la vida sin las �rdenes de nuestro comandante, es decir, de Dios" (Cicer�n). "'�Por qu� me detengo en la tierra y no me apresuro a venir a ti?' 'No es as�, hijo m�o', respondi�, 'a menos que ese Dios, cuyo templo es todo lo que contemplas, te libere de la prisi�n del cuerpo, no puedes ser admitido en este lugar' "('El sue�o de Escipi�n' )

3. Un acto de cobard�a en presencia de males reales o imaginarios, cualquiera sea la valent�a temeraria que pueda exhibir con respecto a la muerte y lo que est� m�s all�. "Morir y as� evitar la pobreza, el amor o cualquier cosa dolorosa no es parte de un hombre valiente, sino de un cobarde; porque es cobard�a evitar problemas; y el suicidio no sufre la muerte porque es honorable, pero para evitar el mal "(Arist�teles, '�tica,' libro 7. 1 Samuel 7:1). En Sa�l fue "el acto de desesperaci�n completa".

4. Prohibido expresamente por el mandato Divino: "No matar�s. De acuerdo con esto, Pablo le dijo al jugador filipino cuando" se habr�a suicidado "," No te hagas da�o "( Hechos 16:28 )

5. Pr�cticamente prohibido por todas las exhortaciones del Nuevo Testamento para soportar la aflicci�n con paciencia y sumisi�n a la voluntad de Dios. "El suicidio es el resultado de la impaciencia" (ver Paley, 'Mor. Filipenses,' libro 4. Filipenses 3:1 Filipenses 3:1).

6. Da�ino para los dem�s de muchas maneras: infligiendo mucha angustia, ense�ando lecciones perniciosas, dando un mal ejemplo. Es "tan desfavorable para los talentos y recursos humanos como lo es para las virtudes humanas. Nunca deber�amos haber so�ado con el poder y la energ�a latentes de nuestra naturaleza, sino para la lucha de grandes mentes con grandes aflicciones, ni conocido los l�mites de nosotros mismos o del hombre dominio sobre la fortuna. �Qu� habr�a sido el mundo ahora si siempre se hubiera dicho: Porque los arqueros me hieren y la batalla va en mi contra, morir�? (Sydney Smith)

7. Condenado por el ejemplo de los hombres buenos, que han soportado las mayores calamidades con valor sagrado, y sancionados solo por hombres malvados, como Ahitofel y Judas. Hasta qu� punto, de hecho, Sa�l estaba en plena posesi�n de sus facultades y responsable de su acto, o cu�l fue su destino final, no se indica. "Es evidente que se pueden reunir m�s argumentos de su condena que de su salvaci�n; sin embargo, dado que nada se establece expresamente tocando su estado ante Dios, es mejor dejarlo" (Willet).

"�Oh hombres mortales! Ten cuidado con c�mo juzgas: Porque nosotros, que vemos a nuestro Hacedor, todav�a no sabemos el n�mero de los elegidos" ('Par.' 20.).

"Parece que solo hay un medio eficiente por el cual la mente puede ser armada contra las tentaciones de suicidio, porque solo hay una que puede apoyarla contra todo mal de la vida: religi�n pr�ctica, creencia en la providencia de Dios, confianza en su sabidur�a, esperanza en su bondad "(Dymond, 'Ensayos').

"Ni ames tu vida, ni a bate; pero lo que Vives bien, cu�n largo o corto, permite al Cielo"

('Par. Perdido', bk. 10.).

III. EL EJEMPLO MALO DE HOMBRES EN LA ESTACI�N ALTA ES SOLO IMITADO FIELMENTE. "Y cuando su portador de armadura", etc. ( 1 Samuel 31:5). Hab�a luchado fielmente a su lado hasta el final, y tem�a quitarle la vida (de la que fue nombrado tutor); quiz�s por reverencia a su persona sagrada; sin duda, tambi�n, tem�a caer vivo en manos de los filisteos y ser condenado a una muerte vergonzosa por ellos; y ahora, incitado por su ejemplo, "se atreve a hacerse eso a s� mismo, lo que a su rey no le molesta". El ejemplo es proverbialmente poderoso. Nadie, especialmente si ocupa una posici�n de poder e influencia, puede hacer algo mal sin inducir a otros a seguirlo, quienes comparten su culpa y pueden no tener la misma excusa para su transgresi�n. Seg�n la tradici�n jud�a, el portador de la armadura era Doeg el Edomita ( 1 Samuel 22:18, 1 Samuel 22:19), "un compa�ero antes de los cr�menes de su amo, y ahora de su castigo". "Creo que Sa�l y su escudero murieron por la misma espada es, creo, lo suficientemente evidente. 'Saca tu espada', le dice, 'y emp�jame;' que cuando se neg�, "Sa�l tom� la espada y cay� sobre ella". �Qu� espada? (No la suya, porque entonces el texto lo habr�a dicho). Por qu�, en la construcci�n simple, natural y gramatical, la espada antes mencionada debe ser la espada a la que ahora se hace referencia, es decir, el portador de la armadura. su verdugo cay� por esa misma arma con la que hab�an masacrado antes a los sacerdotes de Dios "(Delany).

IV. El inocente a menudo sufre junto con el culpable. "Y los filisteos mataron a Jonathan", etc. ( 1 Samuel 31:2). Es imposible no lamentar el destino inoportuno del amigo de David y de Dios. Los pecados del padre fueron visitados sobre el hijo. Pero que se considere que:

1. Dios es el propietario supremo de toda vida humana, y tiene el derecho de disponer de �l como le plazca. Adem�s, "la muerte pas� a todos los hombres, porque todos pecaron" ( Romanos 5:12).

2. Ha unido a los hombres entre s� en relaciones m�s o menos �ntimas, por lo que necesariamente se afectan entre s� para bien y para mal.

3. Los sufrimientos de los piadosos, como consecuencia de su conexi�n con los imp�os, sirven para muchos prop�sitos ben�ficos. La muerte de Jonathan profundizar�a la impresi�n de la severidad del juicio Divino sobre la casa de Sa�l por desobediencia, y ser�a una advertencia perpetua. Tambi�n hizo que el ascenso de David al trono fuera m�s claro e indiscutible.

4. El piadoso no puede experimentar los peores sufrimientos de los imp�os: remordimiento, temor, desesperaci�n; y si algunos son llamados a una muerte prematura en el camino del deber, solo son llamados un poco antes que otros a su herencia en "un pa�s mejor, es decir, un reino celestial", un reino eterno.

"Alegr�a, comparaci�n pasada; alegr�a indescriptible; vida imperecedera de paz y amor; riquezas inagotables y dicha inconmensurable" - D.

1 Samuel 31:7. (Gilboa)

El castigo de Israel.

La tormenta de la que fueron advertidos hace mucho tiempo ( 1 Samuel 12:18, 1 Samuel 12:25) ahora hab�a estallado sobre el pueblo de Israel. Desde la captura del arca no hab�an experimentado una gran calamidad, y en ella se manifestaron los resultados fatales de su demanda de un rey. Aunque la demanda era mala, conten�a un elemento del bien, y Dios la cumpli� en un juicio mezclado con misericordia. "Como ninguna persona puede mostrar una teocracia visible, tampoco se puede acusar a una monarqu�a, simplemente como tal, de usurpar la prerrogativa Divina. Pero a�n as� la transacci�n implica una lecci�n moral, que se encuentra en la base de toda pol�tica s�lida, condenando el abandono de principio sobre la pretensi�n de conveniencia, y se�alando con el ejemplo de Israel el destino de cada naci�n que busca seguridad y poder en un curso que se sabe que est� equivocado "(P. Smith, 'Historia Antigua'). Ten�an su propio camino, sin embargo, el prop�sito de Dios no fue derrotado, sino logrado de manera menos directa, y de tal manera que los convenci� de la locura de sus dispositivos, y exhibi� su sabidur�a y poder dominantes. Mientras persegu�an su curso bajo un rey "seg�n la voluntad del hombre", su Rey Divino estaba preparando a "un hombre seg�n su propio coraz�n para ser el capit�n de su pueblo" ( 1 Samuel 13:14, Hechos 12:22). Cuando lleg� el final, David estaba listo para ocupar el trono y, despu�s de un breve per�odo de conflicto y confusi�n, toda la naci�n, ense�ada por la experiencia, lo recibi� con gusto como su gobernante. Este es el "argumento" teocr�tico de la mayor parte del Libro. En la terrible derrota de Israel vemos:

I. SU IDOL ROTO EN PIEZAS. "As� muri� Sa�l", etc. "Los hombres de Israel huyeron, y Sa�l y sus hijos estaban muertos", etc. ( 1 Samuel 31:6, 1 Samuel 31:7). Los hombres tienden a imaginar que algo m�s all� de lo que Dios ha ordenado es necesario para su bienestar, para ser impacientes con su tiempo, para atribuir un valor indebido a los expedientes que en su conocimiento imperfecto y deseos pecaminosos idean, para poner sus corazones en ellos. objetos terrenales y visibles, y dependen de ellos en lugar de "aquel que es invisible". Esta tendencia encuentra expresi�n de muchas maneras y se materializa de muchas formas. Y aunque Dios puede permitir que tales �dolos contin�en por un tiempo, siempre los derroca. Cuando Israel hizo un �dolo del arca, fue entregado en manos de los filisteos, y cuando hicieron un �dolo de "un rey" ( 1 Samuel 8:5) fue asesinado. Su esperanza en �l fue amargamente decepcionada, y en la medida en que �l (seg�n la Divina presciencia, aunque no por necesidad absoluta ni sin culpa personal) una representaci�n y reflejo de su pecado (mundanalidad, formalismo, voluntad propia), fueron severamente castigados. en �l y por su instrumentalidad. �Qu� poco ganaron, cu�nto perdieron al salirse con la suya! "Te di un rey en mi ira, y te lo quit� en mi ira" ( Oseas 13:11). "Cesaos del hombre", etc.

II SUS CIUDADES RENUNCIADAS. "Y cuando los hombres de Israel que estaban al lado de la llanura" (al oeste de la rama central del valle de Jezreel, "frente al lugar del conflicto, que el escritor asumi� como su punto de vista" �Keil) ", y al lado del Jord�n "(al este de la llanura, entre Gilboa y el Jord�n)," vieron que los hombres de Israel "(que estaban involucrados en la batalla)" huyeron "," etc. "abandonaron las ciudades; y el Los filisteos vinieron "(desde ese momento en adelante)" y vivieron en ellos "(de modo que toda la parte norte de la tierra cay� en sus manos). En lugar de vencer a sus enemigos, fueron vencidos por ellos, expulsados ??de sus hogares, reducidos a la condici�n m�s abyecta y sin ninguna posibilidad de recuperar por su propia fuerza sus posesiones perdidas. "Su pa�s est� desolado", etc. ( Isa�as 1:7). El gobierno pac�fico de Samuel les dio prosperidad ( 1 Samuel 7:13, 1 Samuel 7:14); pero el gobierno b�lico de Sa�l, que prefer�an, termin� en su derrocamiento. "Dolorido, angustiado", como �l ( 1 Samuel 28:15), �a d�nde deben acudir para pedir ayuda? Los hombres se ven privados de toda esperanza en s� mismos para poder "poner su esperanza en Dios".

III. SUS ENEMIGOS TRIUNFANTE. "Y sucedi� al d�a siguiente" (despu�s de la batalla, que termin� al anochecer) "cuando vinieron los filisteos", etc. "Y le cortaron la cabeza (como en el caso de Goliat de Gat, y luego lo depositaron) en el templo de Dag�n, en Ashdod, 1 Cr�nicas 10:10; 1 Samuel 5:1), y enviado (mensajeros con su cabeza y armadura) a la tierra de los filisteos alrededor, para proclamar el buenas noticias en sus templos de �dolos (a sus �dolos) y entre la gente ( 2 Samuel 1:20). Y pusieron su armadura en la casa de Ashtaroth (en Askelon), y sujetaron su cuerpo a la pared de Bethshan "( Jueces 1:27). Se ha se�alado a los filisteos que "tan implacable era su enemistad con los israelitas, que uno casi estar�a tentado a pensar que fueron creados con el prop�sito de ser una espina en sus costados" (Russell, 'Connection,' History of los filisteos). Su victoria fue la victoria de sus dioses; La derrota de Israel, el deshonor de Jehov�. En lugar de sancionar el pecado en su pueblo, Dios no solo deja que sean derrocados por sus enemigos, sino que incluso su propio nombre sea despreciado y "blasfemado entre los paganos". Pero el triunfo de los malvados es corto ( 2 Samuel 5:17-10).

IV. SU VERDADERA FUERZA DESTRUIDA. Consist�a en la presencia y el poder de su Rey Divino e invisible; su prop�sito benevolente e inmutable con respecto a ellos ( 1 Samuel 12:22); sus fieles, orantes, obedientes s�bditos en medio de ellos, que hab�an estado mirando a David como su "siervo" elegido, y ahora se reun�an a su alrededor diariamente hasta que sus seguidores se convirtieron en "un gran anfitri�n como el anfitri�n de Dios" ( 1 Cr�nicas 12:22). Hab�a un "Israel seg�n la carne" (constituyendo el Estado), y hab�a un Israel "seg�n el esp�ritu" (constituyendo la Iglesia); y en este �ltimo yace "el poder de una vida sin fin". El juicio podr�a barrer la naci�n como una tormenta de granizo destructora, y dejarla como un �rbol desprovisto de todas sus hojas, e incluso "cortarla" al suelo. Pero su verdadera vida se salvar�a, ser�a probada y purificada por la aflicci�n, y se convertir�a en una fuente de poder renovado y mayor gloria. "Como un �rbol de tejas, y como un roble, cuya sustancia est� en ellos, cuando arrojan sus hojas: as� la semilla santa ser� la sustancia de la misma" ( Isa�as 6:13; Isa�as 1:9; Isa�as 65:8).

Observaciones: -

1. Lo que se desea err�neamente como un instrumento del bien se convierte cuando se obtiene un instrumento del mal.

2. Los hombres pueden tener su propio Camino aparentemente en oposici�n al camino de Dios, pero su prop�sito no cambia, y �l sabe c�mo llevarlo a cabo.

3. Las personas que sancionan los pecados de sus gobernantes comparten justamente su castigo.

4. Cuando el pueblo de Dios espera prevalecer contra sus enemigos adoptando su pol�tica pecaminosa ( 1 Samuel 8:20), es seguro que finalmente ser�n derrotados.

5. El sufrimiento y la humillaci�n que siguen al pecado son los medios m�s efectivos para su correcci�n.

6. La esperanza de una naci�n en el d�a de los problemas radica en sus hombres piadosos, creyentes y orantes.

7. Dios anula todas las cosas, incluidos los pecados y las penas de su pueblo, para el establecimiento de su reino en la tierra ( 1 Samuel 2:10) .� D.

1 Samuel 31:11-9. (BETHSHAN, JABESH-GILEAD.)

Gratitud.

La primera victoria de Sa�l ( 1 Samuel 11:1.) Est� relacionada con su muerte por la noble haza�a de los hombres de Jabesh. Se debi� en parte a la lealtad y al patriotismo; principalmente a la gratitud por los beneficios que les fueron conferidos anteriormente. Rara vez alguien cierra su curso terrenal sin alguna muestra de agradecido recuerdo. De uno de los peores tiranos que alguna vez sostuvieron las riendas del poder en Roma (Ner�n), se registra que la ma�ana siguiente a su sepultura en medio de la ejecuci�n general, una mano desconocida encontr� flores frescas esparcidas sobre su tumba. Sa�l hab�a hecho muchos actos generosos, y no fueron olvidados. La gratitud de los hombres de Jabesh estuvo marcada por muchas caracter�sticas admirables. Era-

1. Inesperado. �Qui�n hubiera pensado que la ciudad que era tan infiel y cobarde como para decirle a Nahas: "Haz un pacto con nosotros y te serviremos", podr�a haber sido un ejemplo de devoci�n? Las cualidades m�s nobles a veces aparecen en asociaci�n con los m�s malos, y donde los hombres esperan no encontrar nada bueno. No despreciemos nuestra naturaleza, ni pensemos que en el peor de los casos es totalmente incapaz de actos generosos.

2. Largo apreciado. Muchos a�os antes, Jabesh hab�a sido salvado por Sa�l; pero su gratitud no se hab�a enfriado (como a veces es el caso) con el paso del tiempo. Cuando se le pregunt� a un fil�sofo, "�qu� se enfr�a pronto?" �l respondi�: "Gracias".

3. espont�neo. No se les hizo ning�n llamamiento especial; pero al percibir que pod�an hacer algo para testificar su gratitud a su benefactor al rescatar sus restos de la indignidad a la que fueron sometidos, "todos los hombres valientes se levantaron" por su propia voluntad, "y se fueron toda la noche" (una distancia de diez millas, a trav�s del Jord�n) y lo logr�. La gratitud pierde su propio car�cter y deja de ser gratitud cuando requiere ser solicitada e instada.

4. Desinteresado. Sa�l y sus hijos estaban muertos, y no se pod�a esperar ninguna recompensa por su audaz esfuerzo. Se realiz� en algo del mismo esp�ritu con el que el mismo Sa�l actu� anteriormente; lo mejor de su vida fue recordado y admirado por ellos (como lo fue por David, 2 Samuel 1:23), y sirvi� para estimularlos a una excelencia similar. La conducta desinteresada engendra su gusto.

"Las buenas obras inmortales son: no pueden morir; Indemnes de la envidia o la helada marchita, viven, brotan y florecen; y los hombres participan de su frescura y son fuertes por eso".

(Aytoun)

5. Heroico y abnegado; exhibido pr�cticamente y en riesgo de vida, y mostrando gran energ�a y valor. "Los pilares de fuego del aut�ntico hero�smo humano son las luces nobles de la historia, que nos hacen sentir c�modos mientras permanecemos entre espectros, horrores y tumbas" (Lange).

6. Completo. No par� de hacer lo mejor. "Tomaron sus huesos y los enterraron debajo del tamarisco en Jabesh, y ayunaron siete d�as" ( 1 Samuel 31:13; 2 Samuel 21:14). No pudieron hacer m�s; y lo que hicieron fue hecho con ternura, tristemente, con reverencia y en cumplimiento de una sagrada costumbre y deber religioso.

Exhortaci�n:-

1. Esfu�rzate por vivir para que, cuando te hayas ido, puedas ser recordado con gratitud y dejar atr�s el recuerdo de buenas obras que pueden incitar a otros a lo mismo.

2. No deje de agradecer a todos los que le han otorgado un beneficio de la mejor manera posible; S� agradecido, especialmente a Dios, por todos sus beneficios para ti. "Nada m�s detestable, produce la tierra que un hombre ingrato" (Ausonio).

3. Busque sobre todas las cosas para obtener en la vida y la muerte el honor que proviene de Dios. "Este libro comenz� con el nacimiento de Samuel, y ahora termina con el entierro de Sa�l, cuya comparaci�n juntos nos ense�ar� a preferir el honor que proviene de Dios antes de cualquier honor del que este mundo pretende disponer" (M. Henry) .� D .

1 Samuel 31:1 .- Saulo de Gabaa y Saulo de Tarso.

Es instructivo comparar los personajes de diferentes hombres entre s�. Plutarco lo hace en sus Vidas de los famosos griegos y romanos; y puede hacerse con ventaja en el caso de algunos de los personajes descritos en las Escrituras. Hubo un intervalo de mil a�os entre Sa�l de Gabaa y Saulo de Tarso) "quien tambi�n se llama Pablo" ( Hechos 13:9). Pero si los miramos con atenci�n, "y examinamos las diversas partes de sus vidas de manera distinta, mientras hacemos un poema o una imagen" (Plutarco), encontraremos en estos dos ilustres hebreos, uno bajo el Antiguo Pacto, el otro bajo el nuevo

I. REEMBOLSO en su�

1. Relaci�n ancestral, privilegios religiosos y circunstancias externas. Ambos pertenec�an a "la tribu de Benjam�n" ( Hechos 13:21; Filipenses 3:5), recibieron el nombre de Sa�l cuando "circuncid� el octavo d�a", fueron criados "bajo la ley, "Despu�s de los primeros a�os de oscura diligencia ocup� importantes cargos p�blicos: uno como primer rey de Israel, el otro como un" vaso elegido "para el Se�or, para llevar su nombre" ante los gentiles, y los reyes, y el pueblo de Israel "( Hechos 9:15), - vivi� una larga vida (m�s de sesenta a�os), y muri� de forma repentina y violenta.

2. Cualidades naturales: apasionado, impulsivo, belicoso, celoso, atrevido incluso a la temeridad, resuelto, persistente; heredado de su antepasado com�n, de quien se dijo, "Benjamin como lobo morir�", etc. ( G�nesis 49:27); y caracter�stico de su tribu, como aparece en Ehud ( Jueces 3:15). El ap�stol de los gentiles, "en las r�pidas audacias de su carrera apost�lica, no nos permite olvidar de qu� tribu era".

3. Conversi�n repentina: la que se dirige a Gabaa, al contemplar "una compa��a de los profetas" ( Hebreos 10:1); el otro camino a Damasco, vencido por la gloriosa revelaci�n del Se�or ( Hechos 9:1), cuyos seguidores estaba persiguiendo; Una sorpresa sorprendente para todos, y el comienzo de un curso diferente de la vida. "�Sa�l tambi�n est� entre los profetas? Todos le ten�an miedo y no cre�an que fuera un disc�pulo".

4. Empresas energ�ticas, a las cuales fueron llamados por el Esp�ritu Divino, en nombre del reino de Dios contra sus adversarios; en un caso con la espada, en el otro con la palabra ( Hebreos 11:1 .; Hechos 12:25; Hechos 13:1).

II CONTRASTE en detalles a�n m�s numerosos. Eran lo opuesto el uno del otro; como en la apariencia f�sica y la cultura mental, tambi�n en su ...

1. Cambio extraordinario, que en el primero fue parcial, superficial y temporal; en el otro completo, profundo y duradero.

2. Car�cter real. El que viv�a para s� mismo, y no se entregaba libre y completamente a la voluntad Divina; el otro vivi� para el Se�or, no siendo desobediente a la visi�n celestial ( Hechos 26:19; G�latas 1:16; Filipenses 1:21).

3. Progreso gradual: en un caso, despu�s de una promesa brillante, hacia abajo, en "orgullo, capricho, celos, crueldad, venganza excusiva de s� mismo y, por fin, desprecio abierto y desaf�o a Dios"; en el otro hacia arriba, en mentalidad celestial, poder espiritual y mayor utilidad.

4. Feroz persecuci�n. "El segundo Sa�l por un tiempo sigui� muy fielmente los pasos del primero. Si uno persegu�a a David, el otro, con una energ�a de odio que no le faltaba a �l, el Hijo mayor de David. Actualmente, sin embargo, sus vidas divide, y uno es el Saulo de la reprobaci�n, el otro de la elecci�n "(Trench). El �ltimo comenz� donde termin� el primero ( G�latas 1:23), y se convirti� en un objeto de la persecuci�n que una vez comparti�.

5. Relaci�n representativa. El primero representaba, encarnaba y promov�a lo peor de su tribu y naci�n, el otro lo mejor.

6. Final tr�gico: el que est� desesperado por su propia mano, el otro con gloriosa esperanza como m�rtir de Cristo ( 2 Timoteo 4:6).

7. Monumento duradero: uno es una advertencia, el otro es un patr�n ( 1 Timoteo 1:16; Filipenses 3:17). El segundo Sa�l era "la semejanza en la Iglesia Cristiana", no tanto de lo que fue el primero como de "lo que pudo haber sido: el verdadero David, restaurador y ampliador del verdadero reino de Dios en la tierra" (Stanley).

III. INSTRUCCI�N.

1. Las ventajas religiosas y las posiciones eminentes no tienen ning�n beneficio real a menos que se utilicen correctamente.

2. Las cualidades naturales que hacen de un hombre un poder para el mal, hacen de otro, cuando se santifica, un poder para el bien.

3. El coraz�n debe estar bien con Dios para un uso apropiado de sus dones y un curso digno de la vida. "Si el coraz�n no est� erguido, cualesquiera que sean los comienzos favorables que pueda haber, no puede haber una perseverancia uniforme en la bondad ni ninguna conclusi�n feliz" (Robinson).

4. La gracia divina cuando se resiste persistentemente se retira, dejando al alma presa del "esp�ritu maligno"; cuando se recibe con humildad y fidelidad, le sigue m�s gracia.

5. En la medida en que un hombre vive para s� mismo o para Dios, se vuelve d�bil, pecaminoso y miserable, o fuerte, santo y feliz.

6. No hay parada en la vida moral; Si los hombres no mejoran, infaliblemente empeoran.

7. Como un hombre vive, tambi�n muere. "Piensa en el fin de Sa�l de Gabaa y aprende a tiempo a ser sabio". Piensa en el fin de Saulo de Tarso y "s� fiel hasta la muerte". - D.

HOMILIAS DE D. FRASER

1 Samuel 31:3

El amargo final.

El elemento tr�gico, tan conspicuo en esta historia, es intenso en la �ltima escena de todas.

I. LA MUERTE DE SAUL.

1. Su desesperaci�n. Cuando la batalla fue contra �l, y los filisteos, manteni�ndose fuera del alcance de su largo brazo y su terrible espada, lo golpearon desde la distancia con sus flechas, el esp�ritu del rey repentinamente fall� y muri� dentro de �l. "Temblaba de dolor por los arqueros". Siempre inquieto en su estado de �nimo, propenso a la euforia repentina y la depresi�n repentina, dej� todo por perdido. No huir�a, pero ya no pelear�a m�s. Probablemente el recuerdo horrible de las palabras que le habl� el espectro en Endor aument� su desesperaci�n, y solo pens� en c�mo morir.

2. Su orgullo. Sa�l nunca hab�a mostrado mucho respeto por lo sagrado de la vida humana, pero apreciaba el sentido m�s exaltado de lo sagrado de su propia persona como el ungido del Se�or. Ning�n descendiente de una larga l�nea de soberanos cristianos o cat�licos con tanto estilo ha tenido un reclamo m�s elevado de inviolabilidad personal. Entonces resolvi� que ning�n pagano deber�a matarlo en la batalla. Cualquier cosa m�s que esto. Si su portador de armadura no lo matar�a, se suicidar�a.

3. Su suicidio. Con todo su horror de ser asesinado por un pagano, Sa�l muri� como un pagano: se despidi� de la vida a la manera de los h�roes paganos; no con ninguna sanci�n de la palabra de Dios o la historia de sus siervos. (Ilustrar de las historias de Brutus y Cassius y el joven Cato.) La �nica instancia de lo que puede llamarse autodestrucci�n entre los hombres de Israel antes de los d�as de Sa�l fue la de Sans�n, y la suya fue una auto devoci�n por la destrucci�n de los enemigos de su pa�s, que se clasifica con el hero�smo de uno que muere en la batalla en lugar de con casos de suicidio desesperado. Hay un caso despu�s de los d�as de Sa�l, a saber; el de Ahitofel, quien, en un ataque de profundo disgusto, se ahorc� deliberadamente. Para los siervos de Dios, el suicidio siempre debe aparecer como una forma de asesinato, y una que implica m�s cobard�a que coraje. La ley inglesa lo considera como un delito muy grave, y para marcar esto nuestros viejos estatutos, incapaces de castigar al auto asesino, asignados a su cuerpo, entierro ignominioso. Sin embargo, es la costumbre caritativa de nuestros tiempos asumir que quien se suicida debe estar desprovisto de raz�n y, por lo tanto, considerarlo moralmente irresponsable. Se pueden pedir disculpas de este tipo por el rey Sa�l, y la pena por su cerebro desordenado quita la agudeza de nuestra censura. A�n as� no debemos pasar por alto

4. La advertencia que transmite su muerte. Sa�l realmente se hab�a preparado para s� mismo esta miserable muerte. Hab�a ignorado al profeta, y as� fue sin consuelo. Hab�a matado a los sacerdotes, y as� fue sin sacrificio ni intercesi�n. Hab�a expulsado a David, y as� fue sin la ayuda del mejor soldado de la naci�n, un l�der de 600 hombres asegurados al servicio y familiarizados con el peligro. Hab�a vivido, al menos en sus �ltimos a�os, como un loco; y, como un loco, se arroj� sobre su espada y muri�. Aqu� yace una advertencia para nosotros. Cuando un hombre siembra, cosecha. A medida que se forma una vida, tambi�n se determina la muerte. Hablamos de la pena para los malhechores, pero no es una mera imposici�n arbitraria; Es el fruto natural y el resultado necesario de la mala conducta. Uno lleva una vida sensual, y la pena para �l es el agotamiento, la enfermedad y la descomposici�n prematura. Uno lleva una vida ego�sta, endurece su coraz�n contra la s�plica o el reproche, y su destino es perder todo el poder y la experiencia de la simpat�a, atravesar el mundo sin ganar amor y salir del mundo sin arrepentirse.

II La muerte de Jonathan.

1. Su inocencia. Mire al pr�ncipe piadoso y generoso, as� como al rey orgulloso y voluntario, asesinado en ese d�a lamentable. Un hombre que ama a Dios y a quien Dios ama puede estar inocentemente involucrado en una causa que seguramente fracasar�. Puede ser por lazos familiares, o por un cargo oficial al que no puede renunciar; y, incapaz de controlar el curso fatal de sus camaradas, es arrastrado hacia la cat�strofe com�n. Jonathan muri� en la misma batalla con su padre, pero no como muri� su padre. Recordemos que los hombres est�n tan involucrados unos con otros en el mundo, de maneras bastante defendibles, a veces inevitables, que como uno puede compartir el �xito de otro sin merecer ninguna parte de elogios, tambi�n puede compartir la ca�da de otros sin tener toda la culpa de los cursos o transacciones que provocaron el desastroso problema.

2. Su puntualidad. La muerte de Jonathan: cuando ocurri�, trajo m�s ventajas a la naci�n de lo que su vida continua podr�a haber prestado. Abri� el camino para la sucesi�n de David al trono. Si Jonathan hubiera sobrevivido a su padre, podr�a haber estado dispuesto a ceder la sucesi�n a David, pero no es probable que la gente hubiera permitido que su obvio reclamo se dejara de lado, y cualquier conflicto entre los partidarios de dos amigos tan devotos. habr�a sido de lo m�s doloroso para ambos. As� que estaba bien ordenado y oportuno que Jonathan muri� como un valiente soldado en el campo. Echaba de menos un trono terrenal, pero pronto gan� un hogar celestial. Lo mismo ocurre con muchas muertes que parecen ser tristes e inoportunas. Un hombre de Dios no puede perder muriendo. Morir es ganancia. Pero al morir puede avanzar la causa de Dios m�s de lo que podr�a al vivir. Su partida puede despejar el terreno para otros arreglos bajo la Divina Providencia, para los cuales ha llegado el momento, o abrir el camino para alguien que sea elegido y llamado a hacer un trabajo para Dios y el hombre que ya no debe demorarse. � F.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre 1 Samuel 31". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/1-samuel-31.html. 1897.
 
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