Bible Commentaries
2 Reyes 6

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

Versículos 1-33

EXPOSICI�N

Vers�culos 1-7: 20

MILAGROS ADICIONALES TRABAJADOS POR ELISHA. El historiador relata primero un milagro privado (comparativamente) realizado por Eliseo en las cercan�as de Jeric�, en beneficio de uno de los "hijos de los profetas" ( 2 Reyes 7:1). Luego nos cuenta brevemente de una serie de milagros p�blicos que llevaron a Eliseo a gran notoriedad y prominencia. Al parecer, la guerra hab�a estallado de nuevo en una forma pronunciada entre Israel y Siria, siendo Siria el agresor. El monarca sirio prepar� trampas para su adversario, acampando en lugares donde esperaba llevarlo en desventaja. Pero Eliseo frustr� estos planes al dirigir advertencias al Rey de Israel y se�alarle las diversas posiciones ocupadas ( 2 Reyes 7:8), lo que en consecuencia evit�. Cuando esto lleg� a o�dos del Rey de Siria, hizo un intento de obtener la posesi�n de la persona de Eliseo, un intento que fracas� significativamente (2Re 7:13 -23), debido a los poderes milagrosos del profeta. Benhadad, un tiempo despu�s de esto, hizo una gran expedici�n a la tierra de Israel, penetrando en la capital y asedi�ndola. Las circunstancias del asedio, y la fuga de la ciudad en el �ltimo suspiro, est�n relacionadas en parte en el presente cap�tulo (vers�culos 24-33), en parte en el siguiente.

2 Reyes 6:1

Y los hijos de los profetas le dijeron a Eliseo: He aqu� ahora, el lugar donde habitamos contigo, literalmente, antes de ti, es demasiado estrecho para nosotros. La escena de este milagro es probablemente la vecindad de Jeric�, ya que tanto Gilgal como Bethel estaban alejados del Jord�n. La "escuela de los profetas" en Jeric�, de la que o�mos en 2 Reyes 2:5, 2 Reyes 2:19, hab�a aumentado tanto que los edificios que hasta ahora lo hab�an acomodado ya no eran suficientes. Se pensaba que una vivienda m�s grande, o conjunto de viviendas, era necesaria; pero los eruditos no har�an ning�n cambio sin la sanci�n de su maestro. Cuando �l entra en uno de sus circuitos, lo atraen.

2 Reyes 6:2

Vamos, te rogamos, al Jord�n. Jericho estaba situado a poca distancia del Jord�n, a orillas de un peque�o arroyo que se topaba con �l. A lo largo del curso del Jord�n abundaban los �rboles y arbustos, principalmente sauces, �lamos y tamariscos (v�ase Josephus, 'Bell. Jud.,' 4.8. � 3; Strabo, 16.2. � 41). Parecer�a que los matorrales de Jordania no fueron apropiados, y que cualquiera podr�a cortar madera en ellos. Y toma de all� cada hombre un rayo. El significado es: "Un�monos todos en el trabajo, cada uno cortando vigas y llev�ndolos; y el trabajo pronto se realizar�". Y hagamos un lugar all�. Proponen construir la nueva vivienda a orillas del Jord�n, para evitar la molestia de transportar los materiales a larga distancia. Donde podemos morar. Y �l respondi�: Vete. Eliseo, es decir; aprob� la propuesta, le dio su sanci�n y aliento.

2 Reyes 6:3

Y uno dijo: Contentate, te ruego, y ve con tus siervos. Uno de ellos no estaba satisfecho con la simple aprobaci�n del profeta de la empresa, pero deseaba su presencia real, probablemente como una bendici�n para el trabajo. Y �l respondi�: yo ir�. Eliseo aprob� la idea del hombre, como resultado de la piedad y la fe en Dios. Por lo tanto, no plante� ninguna dificultad, pero de inmediato, de la manera m�s simple, accedi� a la solicitud. Hay una notable franqueza, simplicidad y ausencia de alboroto en todo lo que Eliseo dice y hace.

2 Reyes 6:4

Entonces se fue con ellos. Y cuando llegaron a Jordania, es decir. a la orilla del r�o, cortaron madera. Se pusieron a trabajar, cada uno derrib� su �rbol y lo convirti� en una viga �spera.

2 Reyes 6:5

Pero cuando uno estaba cortando un rayo, es decir. un �rbol, para convertirlo en una viga: la cabeza del hacha; literalmente, el hierro. Vemos por Deuteronomio 19:5 que los hebreos hicieron sus hachas de hierro desde el tiempo de Mois�s. Probablemente aprendieron a oler y trabajar el hierro en Egipto. Cay� al agua. El �rbol debe haber sido uno que creci� cerca de la orilla del r�o. Mientras el hombre cortaba el tallo un poco por encima de la ra�z, la cabeza del hacha vol� desde el mango, en el que estaba insegura, y cay� al agua. El deslizamiento de una cabeza de hacha era una ocurrencia muy com�n ( Deuteronomio 19:5), y normalmente era de poca consecuencia, ya que se restauraba f�cilmente a su lugar. Pero ahora la cabeza hab�a desaparecido. Y �l llor� y dijo: �Ay, se�or! �M�s bien, ay, mi se�or! o, �ay, mi se�or! �porque fue prestado; m�s bien, y fue prestado. Las palabras son parte de la direcci�n del hombre a Eliseo. Quiere decir: "No es una desgracia com�n; no es como si hubiera sido mi propio hacha. La hab�a tomado prestada y ahora, �qu� le dir� al due�o?" No hay una solicitud directa de ayuda, pero el tono de la queja constituye una especie de apelaci�n silenciosa.

2 Reyes 6:6

Y el hombre de Dios dijo: �D�nde cay�? Y le mostr� el lugar. Y �l cort� un palo y lo ech� all�; y el hierro nadaba. Se han intentado dos explicaciones naturales de este milagro:

(1) que Eliseo pas� un trozo de madera debajo de la cabeza del hacha, que pudo ver en el fondo del r�o, y luego lo levant� a la superficie (Von Gerlach); (2) que empuj� un palo o barra de madera a trav�s del agujero en la cabeza del hacha, hecha para recibir el mango, y as� lo sac� (Thenins). Pero ambas explicaciones violentan el texto; y podemos estar seguros de que, de haber sido cierto, la ocurrencia no se habr�a registrado. Los escritores sagrados no se preocupan por registrar meros actos de destreza manual.

2 Reyes 6:7

Por eso dijo �l: t�malo contigo. Y �l extendi� la mano y la tom�. Eliseo no saca la cabeza del hacha del agua, sino que requiere que el erudito lo haga para probar su fe. Debe demostrar que cree en el milagro, y considera que el hierro realmente flota en la superficie del agua, no como una simple dosis.

Vers�culo 8-7: 20

MILAGROS P�BLICOS o ELISHA (reanudado).

2 Reyes 6:8

Entonces el rey de Siria luch� contra Israel. Puede parecer extra�o que, tan pronto despu�s de enviar una embajada a la corte de Samaria, y pedir un favor ( 2 Reyes 5:5, 2 Reyes 5:6), Benhadad deber�a reanudar las hostilidades, especialmente cuando se hab�a obtenido el favor ( 2 Reyes 5:14); pero las relaciones normales entre los dos pa�ses eran de enemistad ( 2 Reyes 5:2), y unos pocos a�os bastar�an para atenuar el recuerdo de lo sucedido. La gratitud de los reyes es proverbialmente de corta duraci�n. Y tom� consejo con sus sirvientes, es decir; sus principales oficiales, diciendo: En tal y tal lugar estar� mi campamento; o mi campamento. ?????????? parece ser "un sustantivo en forma de infinitivo". No ocurre en otros lugares.

2 Reyes 6:9

Y el hombre de Dios, es decir. Eliseo, quien en ese momento era "el hombre de Dios" (??? ?????) �enviado al Rey de Israel� Jehoram, sin duda (ver 2 Reyes 6:32) - diciendo: Cuidado con que no pases por ese lugar ; porque all� han descendido los sirios. Algunos traducen: "Cuidado con no descuidar un lugar as�, porque all� est�n bajando los sirios"; pero nuestra versi�n es probablemente correcta y est� aprobada por Bahr y Thenius. Eliseo no sufri� su sentimiento hostil hacia Joram personalmente ( 2 Reyes 3:13; 2 Reyes 5:8; 2 Reyes 6:32) para interferir con su patriotismo. Cuando el desastre amenaz� a su pa�s, sinti� que le correspond�a advertir incluso a un rey imp�o.

2 Reyes 6:10

Y el rey de Israel envi� al lugar. Los comentaristas recientes (Keil, Thenius, Bahr) en su mayor�a suponen que esto significa que Joram envi� tropas al lugar se�alado por el profeta, y anticip� a los sirios al ocuparlo. Pero concuerda mejor con la orden del profeta, "Cuidado con que no pases por ese lugar", para suponer que �l simplemente envi� exploradores para ver si el lugar estaba ocupado o no, y encontrando, en cada caso, la verdadera advertencia de Eliseo, �l evitado la localidad. Lo cual el hombre de Dios le dijo y le advirti�, y se salv� all�, ni una ni dos veces; es decir, repetidamente; al menos tres veces, tal vez m�s.

2 Reyes 6:11

Por lo tanto, el coraz�n del Rey de Siria estaba muy preocupado por esto. Keil dice: "El rey de los sirios se enfureci� por esto"; pero ????? expresa exactamente "problemas", "perturbaciones", no "rabia", que se usa para lanzar el mar, en Jon�s 1:11. Y llam� a sus siervos, y les dijo: �No me mostrar�n cu�l de nosotros es para el rey de Israel? Benhadad no sospech� de manera antinatural la traici�n entre sus propios s�bditos. �De qu� otra forma podr�a el Rey de Israel volverse consciente una y otra vez de sus intenciones? Uno u otro de sus oficiales debe, pens�, traicionar sus planes al enemigo. �No pueden los otros se�alar al traidor?

2 Reyes 6:12

Y uno de sus sirvientes dijo: es decir. uno de los interrogados respondi�: Ninguno, mi se�or, oh rey; literalmente, no, mi se�or, el rey, es decir, "No pienses as�; no es como supones; no hay traidor en tu campamento o en tu corte; todos somos hombres verdaderos. La explicaci�n de las circunstancias que te sorprenden es muy diferente ". Pero Eliseo, el profeta que est� en Israel, compara "el hombre de Dios" ( 2 Reyes 6:9); tan por encima de los dem�s, que se habla de �l como si no hubiera otro: le dice al Rey de Israel las palabras que dices en tu habitaci�n; literalmente, en el lugar secreto de tu dormitorio. C�mo el se�or sirio sab�a esto, o si simplemente hizo una suposici�n astuta, no podemos decirlo. Los obsequios milagrosos de Eliseo, sin duda, se hab�an hecho ampliamente conocidos por los sirios a trav�s de la cura de la lepra de Naam�n; y el se�or, que posiblemente haya sido el mismo Naam�n, concluy� que un hombre que pod�a curar al leproso tambi�n pod�a leer los pensamientos secretos de un rey sin dificultad.

2 Reyes 6:13

Y �l, es decir. Benhadad � dijo: Ve y esp�a d�nde est�, para que pueda enviarlo a buscarlo; es decir, "Env�a esp�as para saber d�nde reside actualmente Eliseo, para que pueda enviar una fuerza al lugar y llevarlo a mi poder". El objetivo era apenas "descubrir, a trav�s de Eliseo, lo que el Rey de Israel y otros pr�ncipes estaban conspirando contra �l en sus consejos secretos" (Cassel), sino simplemente detener la traici�n de Eliseo de sus propios planes a Jobs-ram . Y se le dijo, diciendo: He aqu�, �l est� en Dothan. Los esp�as fueron enviados y trajeron noticias de que, en ese momento, Eliseo resid�a en Dothan. Dothan, el lugar donde Jos� fue vendido por sus hermanos a los ismaelitas ( G�nesis 37:17), evidentemente no est� muy lejos de Siquem ( G�nesis 37:14), y Eusebio lo ubica alrededor de las doce millas al norte de Samaria. En el Libro de Judith (4: 6; 7: 3) se menciona entre las ciudades que bordean el extremo sur de la llanura de Esdraelon. Los viajeros modernos (Van de Velde, Robinson) lo han identificado razonablemente con el actual Dothan, un tel o colina, de un car�cter marcado, cubierto de ruinas, y del pie del cual surge una copiosa primavera, al suroeste de Jenin, entre ese lugar y Jeba, un poco a la izquierda del gran camino que conduce de Beisan (Escit�polis) a Egipto.

2 Reyes 6:14

Por eso envi� all� caballos, carros y una gran hueste; m�s bien, y una fuerza fuerte. La expresi�n, ????? ??????, es utilizada por los escritores hist�ricos con bastante vaguedad, a veces de un ej�rcito realmente grande, a veces simplemente de un gran s�quito ( 1 Reyes 10:2) o de una fuerza moderada ( 2 Reyes 18:17). Debemos asignarle su significado seg�n el contexto. Y vinieron de noche y rodearon la ciudad. Se hizo una marcha nocturna para tomar al profeta por sorpresa, y se rode� la ciudad, para que le fuera imposible escapar.

2 Reyes 6:15

Y cuando el siervo del hombre de Dios se levant� temprano, tal vez hab�a escuchado la llegada de las fuerzas sirias durante la noche, y "se levant� temprano" para reconocerlo, y sali�, he aqu�, un anfitri�n rode� la ciudad con ambos. caballos y carros; m�s bien, un anfitri�n rode� la ciudad, caballos y carros. Se pretende una fuerza de lacayos, una fuerza de los jinetes y una fuerza de carro. Y su criado le dijo: �Ay, se�or m�o! como lo haremos Aunque el sirviente no pod�a saber que era la persona de Eliseo a la que se buscaba especialmente, estaba naturalmente alarmado al ver la ciudad invertida por una fuerza hostil, y anticip� la muerte o la captura, lo que implicar�a la venta como esclavo. De ah� su "�Ay!" y su lastimoso grito: "�C�mo haremos?" �Podemos, de alguna manera, salvarnos a nosotros mismos?

2 Reyes 6:16

Y �l, es decir. Eliseo respondi�: No temas, porque los que est�n con nosotros son m�s que los que est�n con ellos. Eliseo no necesitaba ver las fuerzas dispuestas a su lado. Sab�a que Dios y la fuerza de Dios estaban "con �l", y no le importaba qui�n o cu�ntos podr�an estar en contra de �l (comp. Salmo 3:6, "No temer� por diez mil personas, que se han puesto en mi contra a mi alrededor; "y Salmo 27:3," Aunque un ej�rcito debe acampar contra m�, mi coraz�n no temer�: aunque la guerra se levante contra m�, en esto estar� seguro ") . Su confianza nos recuerda lo que mostr� Ezequ�as ( 2 Cr�nicas 32:7) sobre la invasi�n de Senaquerib.

2 Reyes 6:17

Y Eliseo or� y dijo: Se�or, te ruego que abras los ojos para que pueda ver. Si el sirviente del profeta deb�a ser tranquilizado, se le deb�a hacer ver que la ayuda estaba a la mano; no habr�a encontrado descanso o paz en la mera seguridad de que Dios estaba cerca, y mantendr�a a su profeta fuera de peligro. Su estado mental requer�a algo as� como una manifestaci�n material; y, por lo tanto, Eliseo reza para que se le permita ver al ej�rcito angelical, que en todas partes de la creaci�n se emplea en todo momento para hacer la voluntad de Dios y lograr sus fines (comp. G�nesis 28:12; G�nesis 32:2; Salmo 34:7; Salmo 68:17; Daniel 7:10, etc.). La oraci�n es concedida. Y el Se�or abri� los ojos del joven; y vio: y he aqu�, la monta�a estaba llena de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo. Como la fuerza terrenal, que hab�a alarmado al sirviente de Eliseo, era una fuerza principalmente de caballos y carros, la fuerza celestial revelada a sus ojos fue hecha para tener la misma apariencia. Pero los carros y caballos celestiales eran "de fuego", brillaban, es decir, con un extra�o brillo sobrenatural (ver el comentario en 2 Reyes 2:11).

2 Reyes 6:18

Y cuando bajaron a �l. Keil y otros suponen que esto significa que los sirios "bajaron" a Eliseo; pero, si estuvieran en la llanura que rodea la colina donde se construy� Dothan, como se desprende de 2 Reyes 6:15, habr�an tenido que ascender para llegar a Eliseo, no para descender. Debemos, por lo tanto, con F. Meyer, Thenius y Bahr, traducir, "Cuando ellos [Eliseo y su sirviente] vinieron a ellos [los sirios]", ya sea cambiando ?????? a ????????, como lo hace Thenius, o entendiendo ?????? a refi�rase al "anfitri�n" (?????) de los sirios. Eliseo or� al Se�or y dijo: Hiere a este pueblo, te lo ruego con ceguera. No era ceguera literal, o no podr�an haber seguido el ejemplo de Eliseo y marcharon una distancia de doce millas hasta Samaria; pero un estado de confusi�n y desconcierto, en el que "viendo vieron, pero no percibieron" (comp�rese la "ceguera" de los hombres de Sodoma, en G�nesis 19:11). Y los hiri� con ceguera seg�n la palabra de Eliseo.

2 Reyes 6:19

Y Eliseo les dijo: Este no es el camino, ni esta es la ciudad. Esto fue claramente "una declaraci�n falsa" (Keil), si no en la carta, pero en la intenci�n. Eliseo quer�a que los sirios lo entendieran para decirle: "Esta no es la forma en que debiste haber tomado si quer�as capturar al Profeta Eliseo, y esta no es la ciudad (Dothan) donde te dijeron que lo iban a encontrar ". Y as� los sirios lo entendieron. En la moral de la �poca y, de hecho, en la moral de todos los tiempos hasta el presente, se ha considerado justificable enga�ar a un enemigo p�blico. S�gueme y te llevar� al hombre que buscas. Pero los llev� a Samaria. Solo a trav�s del enga�o milagroso por el cual Eliseo hab�a rezado y enviado, los sirios creyeron que el primero en llegar al pa�s enemigo lo sigui�, sin dudarlo, y le permiti� que los llevara dentro de los muros. . De no haber sido por el enga�o, habr�an sospechado, preguntado a otros y retirado apresuradamente, tan pronto como los muros y las torres de Samaria se rompieran a su vista.

2 Reyes 6:20

Y sucedi� que cuando entraron en Samaria, Eliseo dijo: Se�or, abre los ojos de estos hombres para que puedan ver. Y el Se�or abri� los ojos y vieron; y he aqu�, estaban en medio de Samaria. Su enga�o fue discutido: volvieron a sus sentidos y, al ver el tama�o y la fuerza de la ciudad, reconocieron el hecho de que estaban en Samaria, la capital de su enemigo, y estaban indefensos.

2 Reyes 6:21

Y el rey de Israel dijo a Eliseo, cuando los vio: Padre m�o. En su alegr�a por la liberaci�n de una fuerza tan grande del enemigo en sus manos, Joram olvida la frialdad y el alejamiento que hasta ahora han caracterizado las relaciones entre �l y el profeta ( 2 Reyes 3:11; 2 Reyes 5:8), y lo saluda con el t�tulo honorable de" padre ", que implica respeto, deferencia, sumisi�n. Compare el uso de la misma expresi�n por Joash ( 2 Reyes 13:14) y el empleo del t�rmino correlativo "hijo" ( 2 Reyes 8:9) por Berthadad. �Debo herirlos? �Los herir�? La repetici�n marca un ansia extrema, mientras que la forma interrogativa muestra una cierta vacilaci�n. Es cierto que los israelitas ten�an la costumbre de matar a sus prisioneros de guerra, no solo cuando fueron capturados con las armas en sus manos, sino incluso cuando se rindieron. Cuando se conquist� una ciudad o pa�s, la poblaci�n masculina entera de edad plena sol�a morir (N�m. 31: 7; 1 Samuel 15:8; 1 Reyes 11:15; 1 Cr�nicas 20:3, etc.). Cuando se libr� una tercera parte, fue por alguna consideraci�n de la relaci�n ( 2 Samuel 8:2). La Ley claramente permit�a, si ni siquiera ordenaba, la pr�ctica ( Deuteronomio 20:13). Joram, por lo tanto, sin duda, mat� a sus prisioneros de guerra en circunstancias ordinarias. Pero ahora duda. �l siente que la facilidad es extraordinaria, y que el profeta, quien realiz� la captura, tiene derecho a ser consultado sobre el tema. De ah� su pregunta.

2 Reyes 6:22

Y �l respondi�: No los golpear�s. El profeta no tiene dudas. Su prohibici�n es absoluta. En cualquier caso, estos prisioneros no deben ser asesinados. "El objeto del milagro", como dice Keil, "se habr�a frustrado si los sirios hubieran sido asesinados. La intenci�n era mostrarles a los sirios que ten�an que ver con un profeta del Dios verdadero, contra el cual ning�n humano el poder podr�a ser de alguna utilidad, para que puedan aprender a temer al Dios Todopoderoso ". Tambi�n hab�a, quiz�s, otro objeto pol�tico m�s. Al salvar a los prisioneros y tratarlos con amabilidad, podr�a ser posible tocar el coraz�n del Rey de Siria y disponerlo hacia la paz. �Herir�as a los que has tomado cautivos con tu espada y con tu arco? m�s bien, �estar�as golpeando a esos, etc.? es decir, "�Deber�as, al herir a estas personas, herir a los que hiciste prisioneros en la guerra, para poder justificar tu conducta con Deuteronomio 20:13? No; no lo har�as. Por lo tanto, no debes golpearlos ". Pon pan y agua delante de ellos. "Pan" y "agua" representan carne y bebida en general. Eliseo le pide a Joram que entretenga a los sirios cautivos hospitalariamente, y luego los env�a de regreso a Benhadad. Para que puedan comer y beber, e ir a su amo.

2 Reyes 6:23

Y prepar� una gran provisi�n para ellos. Joram sigui� las instrucciones del profeta y las llev� a cabo, no solo en la carta, sino en el esp�ritu. Entretuvo a los cautivos en un gran banquete (Josefo, 'Ant. Jud.,' 9.4. � 3), y luego les dio permiso para partir. Y cuando comieron y bebieron, los despidi� y fueron a su amo. Entonces las bandas de Siria ya no llegaron a la tierra de Israel. Las incursiones sirias, que hasta ahora hab�an sido frecuentes, tal vez casi continuas ( 2 Reyes 5:2), cesaron por un tiempo y el reino de Israel tuvo un respiro. Bahr supone que las incursiones se interrumpieron simplemente "porque los sirios descubrieron que estas expediciones no pod�an lograr nada, sino que se vieron envueltos en circunstancias de gran peligro". Pero el nexo de la cl�usula, "As� que las bandas", etc. m�s bien implica que el cese fue la consecuencia de la moderaci�n y el entretenimiento de Jehoram a los cautivos.

Vers�culo 24-7: 20

El asedio de Samaria por Benhadad.

2 Reyes 6:24

Y sucedi� despu�s de esto, probablemente un tiempo considerable despu�s, cuando el recuerdo del acto amable de Joram hab�a desaparecido, que Benhadad, rey de Siria, reuni� a todos sus anfitriones. Se pretende un contraste entre las incursiones de peque�os cuerpos de saqueadores y la invasi�n del territorio por el propio monarca a la cabeza de toda su fuerza. Y subi�. Sin embargo, se acerc� a Samaria desde Siria, siempre debe haber un ascenso final, ya sea desde el valle del Jord�n o desde la llanura de Esdraelon. Y asedi� a Samaria. Josefo dice que Joram ten�a miedo de encontrarse con Benhadad en campo abierto, ya que sus fuerzas no eran rivales para las del rey sirio y, por lo tanto, de inmediato se encerr� en su capital, sin arriesgarse a una batalla. Los muros de Samaria eran muy fuertes.

2 Reyes 6:25

Y hubo una gran hambruna en Samaria. Fue el dise�o de Benhadad capturar el lugar, no golpeando sus paredes con motores militares, sino bloque�ndolo y cortando todos sus suministros, como nos dice Josephus (l.s.c.). Y, he aqu�, la sitiaron, hasta que se vendi� la cabeza de un asno por cuatro piezas de plata, y la cuarta parte de una cabina de esti�rcol de paloma por cinco piezas de plata. El asno, al ser un animal inmundo (Le 2 Reyes 11:4), no se com�a en absoluto excepto en el �ltimo extremo, y la cabeza era lo peor y, por lo tanto, la parte m�s barata; sin embargo, se vendi� por "ochenta piezas" (m�s bien, siclos) de plata, o alrededor de � 5 de nuestro dinero; como en la hambruna cadusiana mencionada por Plutarco ('Wit. Artaxerx.', � 24), donde se vendi� la cabeza de un asno por sesenta dracmas (unos cuarenta chelines). Algunos piensan que "esti�rcol de paloma" es el nombre de una planta; pero es mejor entender el t�rmino literalmente. Tanto los excrementos humanos como los animales se han comido en asedios, cuando una ciudad estaba en el �ltimo extremo.

2 Reyes 6:26

Y mientras el Rey de Israel pasaba sobre el muro. Se dice que el muro de Babilonia era tan ancho en la parte superior que un carro de cuatro caballos podr�a girar sobre �l (Herodes; 1: 179). Todas las ciudades antiguas ten�an muros sobre los cuales se encontraba una gran parte de la guarnici�n, y desde donde dispararon sus flechas y trabajaron sus motores contra los asaltantes. De vez en cuando, el comandante del lugar, el propio rey, en este caso, se sub�a a la pared para visitar los puestos e inspeccionar el estado de la guarnici�n u observar los movimientos del enemigo. All� le grit� una mujer. Las casas a veces colindaban con la pared de una ciudad (ver Jos. 2:15; 1 Samuel 19:12, etc.), y las mujeres a veces tomaban parte en su defensa ( Jueces 9:53), de modo que Al visitar los puestos, un comandante podr�a ponerse en contacto con mujeres. Diciendo: Ayuda, mi se�or, oh rey; m�s bien, guardar, es decir, "preservarme de perecer de hambre".

2 Reyes 6:27

Y �l dijo: Si el Se�or no te ayudare. Este es probablemente el verdadero tir�n malo. El rey no es tan brutal como para "maldecir" a la mujer (????????? ???? ??? ????, Josephus, 'Ant. Jud.,' 9.4. � 4); tampoco se encarga de decirle que Dios no la salvar� (Maurer). �l simplemente la refiere a Dios, como solo competente para hacer lo que ella le pide. �De d�nde te ayudar�? De donde, es decir; �Crees que puedo salvarte? �Fuera del granero o fuera del lagar? �Supones que tengo tiendas de comida a mi disposici�n? �Un piso de granero desbordante, donde se cosecha abundante ma�z, o un lagar lleno de jugo de uva? No tengo nada de eso; mis tiendas est�n tan agotadas como las de los m�s malos de mis s�bditos. No puedo salvarte.

2 Reyes 6:28

Y el rey le dijo: �Qu� te pasa? Probablemente, como sugiere Bahr, la mujer le explic� al rey que no compareci� ante �l para pedir comida, sino para reclamar su interposici�n como juez, en un caso en el que se consideraba perjudicada. Tal llamado el rey estaba obligado a escuchar; y por eso pregunta: "�Qu� te pasa?" es decir, "�Cu�l es su motivo de queja?" Entonces ella cuenta su historia. Y ella respondi�: Esta mujer me dijo: Da a tu hijo, para que lo comamos hoy, y ma�ana comeremos a mi hijo. Compare la profec�a en Deuteronomio, "La mujer tierna y delicada entre ustedes, que no se aventurar�a a poner la planta de su pie en el suelo por delicadeza y ternura, su ojo ser� malo hacia el esposo de su seno y hacia su hijo , y hacia su hija, y hacia su cr�a que sale de entre sus pies, y hacia sus hijos que ella dar� a luz: porque los comer� por falta de todas las cosas secretamente en el asedio y la estrechez, con lo cual su enemigo afligir� te en tus puertas "( Deuteronomio 28:56, Deuteronomio 28:57). Existe un testimonio hist�rico de que la profec�a se cumpli� tres veces; verbigracia.

(1) en Samaria en la presente ocasi�n;

(2) en Jerusal�n durante el �ltimo asedio de Nabucodonosor ( Lamentaciones 4:10); y

(3) en Jerusal�n durante el �ltimo asedio de Tito (Josefo, 'Bell. Jud.,' 6: 3. � 4). En los asedios modernos, la rendici�n se realiza antes de que la poblaci�n sea conducida a tales estrechos.

2 Reyes 6:29

As� que hervimos a mi hijo (configuraci�n. Lamentaciones 4:10, "Las manos de la mujer lamentable han empapado a sus propios hijos"), y se lo comieron: y al d�a siguiente le dije: Dale a tu hijo para que podamos comerlo, y ella ha escondido a su hijo. Algunos han supuesto que la mujer escondi� a su hijo para consumirlo solo; pero es m�s probable que, cuando lleg� el momento de llevar a cabo su acuerdo, descubriera que no pod�a renunciar y lo escondi� para salvarlo.

2 Reyes 6:30

Y sucedi� que cuando el rey escuch� las palabras de la mujer, alquil� su ropa. Con horror y consternaci�n ante el terrible estado de cosas revelado por la historia de la mujer. Y pas� sobre la pared, y la gente mir�. Es mejor traducir, con nuestros revisores, (ahora �l estaba pasando por la pared;) y la gente miraba; o, y, mientras pasaba sobre la pared, la gente miraba. Y he aqu�, ten�a cilicio sobre su carne. Joram hab�a asumido en secreto la prenda penitencial, no una mera se�al de dolor, sino un castigo constante de la carne. Llevaba tela de saco al lado de su piel, nadie sospechaba de ello, hasta que, en la exasperaci�n de sus sentimientos ante el cuento de la mujer, alquil� su t�nica y se expuso para ver la tela de saco que la subyac�a. Apenas tenemos derecho a negarle cualquier sentimiento penitencial verdadero, aunque sin duda estaba lejos de poseer un esp�ritu humilde o castigado. La pobre humanidad d�bil tiene al mismo tiempo impulsos buenos y malos, sentimientos dignos de alabanza y culpables, pensamientos que provienen del Esp�ritu Santo de Dios y pensamientos inspirados por el maligno.

2 Reyes 6:31

Entonces �l dijo: Dios as� lo haga y m�s tambi�n a m�, si la cabeza de Eliseo, hijo de Safat, se para sobre �l, es decir. "Contin�a con �l", este d�a. La forma de juramento era com�n (comp. Rut 1:17; 1Sa 3:17; 1 Samuel 25:22; 2 Samuel 19:13; 1Ki 2:23; 1 Reyes 19:2, etc.). Era una imprecaci�n del mal en uno mismo, si uno lo hac�a, o si no lo hac�a, una cierta cosa. No es evidente por qu� Jehoram deber�a haber considerado a Eliseo como responsable de todos los horrores del asedio; pero tal vez supuso que estaba en poder de Eliseo hacer un milagro de cualquier tipo en cualquier momento que quisiera. Si es as�, entendi� mal la naturaleza del regalo milagroso. Al amenazar con decapitar a Eliseo, no se est� convirtiendo en un ejecutor de la Ley, que en ning�n lugar sancion� ese modo de castigo, sino asumiendo el poder arbitrario de los otros monarcas orientales de su tiempo, que se consideraban due�os absolutos de las vidas y libertades. de sus sujetos. La decapitaci�n fue com�n en Egipto, en Babilonia y en Asiria.

2 Reyes 6:32

Pero Eliseo se sent� en su casa, y los ancianos se sentaron con �l; y el rey envi� a un hombre delante de �l. Es mejor traducir, ahora Eliseo estaba sentado en su casa, y los ancianos estaban sentados con �l, cuando el rey envi� a un hombre antes que �l. Eliseo ten�a una casa en Samaria, donde resid�a habitualmente, y desde la cual hac�a sus circuitos. Estaba sentado all�, y los ancianos de la ciudad estaban sentados con �l, cuando Jehoram envi� a "un hombre antes que �l", es decir, uno de los funcionarios de la corte, para matarlo. Los "ancianos" probablemente se hab�an reunido en la casa de Eliseo para consultar con �l sobre la situaci�n cr�tica de los asuntos y (si es posible) obtener de �l una ayuda milagrosa. Pero antes de que el mensajero viniera a �l; dijo a los ancianos: Mirad c�mo ha enviado este hijo de un asesino para quitarme la cabeza; A Eliseo se le advirti� sobrenaturalmente de lo que estaba a punto de ocurrir: que un verdugo vendr�a casi de inmediato para quitarle la vida, y que el propio rey llegar�a poco despu�s. �l llama al rey "este hijo de un asesino", o m�s bien "este hijo del asesino", en referencia a Acab, el gran asesino de la �poca, que hab�a sancionado todas las crueldades de Jezabel, la masacre general de los profetas de Jehov� ( 1 Reyes 18:13), el asesinato judicial de Nabot ( 1 Reyes 21:9), el intento de matar a Elijah ( 1 Reyes 19:2) - y tuvo, por un feroz y largo La persecuci�n continua, redujo a los adoradores de Jehov� en Israel al escaso n�mero de siete mil ( 1 Reyes 19:18). Joram hab�a demostrado que hered� la disposici�n sedienta de sangre de su padre y se hab�a ganado justamente el ep�teto que Eliseo le otorg�. Mire, cuando venga el mensajero, cierre la puerta y mant�ngalo firme en la puerta. Keil presenta la �ltima cl�usula, "obligarlo a regresar a la puerta"; la LXX "presionarlo en la puerta" �??????????? ????? ?? ?? ???? - no deb�an permitirle entrar al apartamento. �No es el sonido de los pies de su amo detr�s de �l? Eliseo agrega esto como una raz�n por la cual los ancianos deber�an detener al mensajero. En general, no pod�a haber esperado que resistieran la voluntad del rey seg�n lo declarado por su representante; pero podr�a pedir razonablemente un breve respiro, si el rey estaba a punto de llegar a la casa, para confirmar la orden que hab�a dado o revocarla.

2 Reyes 6:33

Y mientras a�n hablaba con ellos, es decir; mientras Eliseo todav�a hablaba con los ancianos, intentando probablemente persuadirlos para que detuvieran al mensajero; he aqu�, el mensajero se acerc� a �l, y �l dijo. La narrativa es muy comprimida y el�ptica. Algunos suponen que las palabras se han ca�do (como ?????? ????? despu�s de ????); Pero esto es innecesario. Se espera que el lector proporcione enlaces faltantes y que comprenda que todo sucedi� como Eliseo hab�a predicho y ordenado: que lleg� el mensajero, que los ancianos lo detuvieron y que el rey lleg� en breve. El rey fue, por supuesto, admitido, y al ser admitido, tom� la palabra y dijo: He aqu�, este mal es del Se�or; �Qu�, m�s bien, por qu�, debo esperar m�s al Se�or? Al parecer, Joram se hab�a arrepentido hasta cierto punto de su mensaje apresurado, y se hab�a apresurado tras su mensajero, para darle a Eliseo una nueva oportunidad de vida. Debemos entender que hab�an estado en comunicaci�n previamente sobre el tema del asedio, y que Eliseo hab�a alentado al rey a "esperar" una interposici�n de Jehov�. El rey ahora insta a que se acabe el tiempo de espera; los asuntos est�n en el �ltimo suspiro; "este mal", este terrible sufrimiento que ya no puede ser soportado: "es del Se�or", ha venido de �l, es continuado por �l y no se alivia. �De qu� sirve ya en su "espera"? �Por qu� no deber�a romper con Jehov�, decapitar al profeta mentiroso y entregar la ciudad? �Qu� tiene que decir Eliseo en respuesta?

HOMIL�TICA

2 Reyes 6:1

Amor mutuo y ayuda al mejor v�nculo de las comunidades religiosas.

"�Miren, qu� bueno y alegre es, hermanos, vivir juntos en unidad! Es como el ung�ento precioso sobre la cabeza, que baj� hasta la barba, hasta la barba de Aar�n, y descendi� hasta las faldas de su ropa, como el roc�o de Herm�n, que cay� sobre la colina de Si�n "(Salmo 133:1). En las comunidades religiosas ha sido con demasiada frecuencia la pr�ctica de gobernar por miedo. Una autoridad autocr�tica ha sido comprometida o asumida por el jefe, que ha exigido a todos los dem�s miembros una obediencia completa, absoluta e irracional. Se han tomado votos de obediencia, del car�cter m�s r�gido; y se ha inculcado en todo lo que la suma total de la virtud radica en obedecer, sin murmurar o cuestionar, cada orden emitida por el superior. Una regla de hierro ha caracterizado a tales instituciones, y ha prevalecido un temperamento fr�o y sin amor. �Qu� diferente es la imagen dibujada en el hermoso pasaje que tenemos ante nosotros! �Qu� dulce y placentera es la vida comunitaria de Eliseo y sus disc�pulos profeta! Aunque no est�n obligados por ning�n voto de obediencia, no emprenden nada sin su maestro ( 2 Reyes 6:2 y 2 Reyes 6:3). Requieren una ampliaci�n de su vivienda, pero no la comenzar�n sin su autorizaci�n. Incluso su sanci�n no es suficiente; le preguntan su presencia, su ojo superintendente, su mente gu�a. Y �l cumple de buena gana, alegremente. Ning�n problema es demasiado para �l. "Vete", dice; pero cuando se oponen y suplican: "Cont�ntate, te ruego, y ve con tus siervos", �l asiente de inmediato y dice: "Ir�". �l va, mira con simpat�a, gu�a, ayuda. Al primer toque de desgracia, su simpat�a se convierte en ayuda. Cu�n encantadora es la confianza infantil y la comunicaci�n del disc�pulo, quien, al perder la cabeza del hacha, inmediatamente revela su p�rdida al maestro, y le dice por qu� fue tan especialmente grave para �l: "�Y una prestada!" Y cu�n admirable la amabilidad y el sentimiento de compa�erismo, que no emitieron ning�n reproche, no sugirieron descuido o estupidez al seleccionar un �rbol tan cerca del arroyo, sino que solo pensaron en encontrar un remedio. Natural significa que no est� disponible, el profeta considera que la ocasi�n no es inadecuada para el ejercicio de sus poderes milagrosos, que est� tan dispuesto a ejercer en nombre de un humilde profeta estudiante como en el de un gran general sirio. Los t�rminos en que viven Eliseo y sus disc�pulos son evidentemente de confianza y afecto mutuos, de protecci�n y cuidado paternal, por un lado; de apelaci�n, respeto y amor infantil por el otro; y el resultado es una comunidad que es agradable contemplar, y que aumenta y florece, a pesar del desprecio y la persecuci�n del amante del mundo, de modo que su lugar es "demasiado estrecho para �l".

2 Reyes 6:8

Los hombres malvados intentan en vano burlar a Dios.

Benhadad, despu�s del milagro que se produjo sobre su Naam�n favorito, tuvo abundantes razones para saber que Israel era el pueblo de Dios, y disfrut� de una protecci�n y supervisi�n divina especiales. Si hubiera sido verdaderamente sabio, habr�a dejado a un lado sus planes hostiles contra la naci�n y se habr�a esforzado por cultivar relaciones amistosas con ellos y, si fuera posible, asegurar su alianza. Pero la verdadera sabidur�a es una planta de crecimiento raro, mientras que su falsificaci�n, astucia, es una maleza que crece de manera importante en todo momento y en todas partes. Benhadad resolvi� recurrir a las embarcaciones contra los israelitas, y pens� que tal vez, aunque la protecci�n de su Dios no les fallar�a en una batalla campal, �l podr�a participar en peque�os enfrentamientos, por medio de emboscadas y sorpresas, para arrebatarles ocasionalmente. victoria. Pero su plan fracas� atrozmente. Dios permiti� a su profeta prever d�nde se colocar�a cada emboscada; y cada vez advirti� a Joram de la trampa, lo que fue f�cil de evitar. La artesan�a y la astucia no sirvieron de nada contra la sabidur�a que proviene de lo alto: el conocimiento previo divino, del cual el profeta fue hecho part�cipe en alguna medida. Benhadad luego lo pens� en un nuevo dispositivo. Capturar�a al profeta, y de all� en adelante sus planes no ser�an detectados, y el �xito que esperaba de ellos seguir�a. �Qu� simple y f�cil debe haber parecido! El profeta se mov�a de ciudad en ciudad, ense�ando a los fieles, y ahora estaba en un lugar, ahora en otro. �Qu� podr�a ser m�s f�cil que hacer una investigaci�n y saber d�nde resid�a en un momento en particular, y luego hacer un camino repentino, rodear el lugar, ocuparlo y obtener la posesi�n de su persona? Estas incautaciones de personas se han planificado cientos de veces y, en general, han tenido �xito. Si Benhadad solo tuviera enemigos humanos con los que lidiar, no cabe duda de que sus planes habr�an prosperado. Habr�a burlado al profeta y lo habr�a puesto en su poder; pero era necesario que �l tambi�n burlara a Dios. Aqu� hab�a una dificultad que no se le hab�a presentado a su mente, y que seguramente deber�a haberlo hecho. �Qu� hab�a frustrado sus esfuerzos anteriormente? No la fuerza humana; no sabidur�a humana o sagacidad; pero la omnisciencia divina. Dios le permiti� a Eliseo mostrarle al Rey de Israel las palabras que pronunci� en el secreto de su habitaci�n. �Por qu� no deber�a otorgarle un conocimiento previo del nuevo dise�o? �O por qu� no deber�a permitir al profeta de otra manera frustrarlo? Hay diez mil maneras en que Dios puede hacer que los consejos de los hombres no tengan efecto, siempre que lo desee. Benhadad debi� haber sabido que era Dios, no solo el profeta, contra quien estaba luchando, y que ser�a imposible burlar a la Fuente de la sabidur�a, el Dador de todo conocimiento y comprensi�n. Pero los hombres de todas las edades han pensado (y pensaron en vano) enga�ar y burlar a Dios.

1. Los primeros habitantes de la tierra despu�s del Diluvio recibieron la orden divina de extenderse sobre su rostro y "reponerlo" ( G�nesis 9:1). No les gust� la idea y pensaron frustrar el dise�o de Dios al construirse una ciudad y una torre como foco de uni�n ( G�nesis 9:4). Pero Dios "baj�" y confundi� su lenguaje; y as� "los dispers� al exterior desde all� sobre la faz de toda la tierra" ( G�nesis 9:8).

2. Isaac busc� burlar a Dios y frustrar su preferencia de Jacob sobre Esa� ( G�nesis 25:23), dando su bendici�n especial a su primog�nito; pero Dios lo ceg� y lo hizo ser enga�ado por Rebekah y Jacob, de modo que dio la bendici�n donde no ten�a la intenci�n de darla (G�nesis 27:27-1).

3. Fara�n Rey de Egipto en el momento del �xodo, se pens� que frustraba los designios de Dios respetando a su pueblo por una larga serie de retrasos e impedimentos, y finalmente encerr�ndolos en un rinc�n de la tierra, de donde aparentemente no ten�an escapatoria a menos que por una rendici�n absoluta; pero Dios les dio una v�a de escape a trav�s del Mar Rojo, lo que los elimin� por completo de su control.

4. Jon�s pens� en burlar a Dios, cuando se le orden� advertir a los ninivitas, volando desde Asia hasta el rinc�n m�s remoto de Europa, y all� escondi�ndose; pero Dios contrarrest� sus planes y los hizo en vano.

5. Herodes el Grande pens� en burlar a Dios, preservar su reino y hacer que el advenimiento de Cristo en la tierra fuera in�til, mediante una masacre general de todos los ni�os peque�os que se encuentran en Bel�n ( Mateo 2:16) ; pero la advertencia dada por Dios a Jos� y Mar�a confundi� sus consejos e hizo que la masacre fuera in�til.

6. Los hombres, en todos los per�odos de la historia del mundo, se han esforzado por enga�ar a Dios al profesar servirlo, mientras le ofrec�an una observancia formal, externa y ceremonial, en lugar de darle la verdadera adoraci�n del coraz�n. Pero Dios no ha sido enga�ado; �l "no es burlado"; Distingue f�cilmente lo falso de lo genuino y rechaza con aborrecimiento toda religiosidad fingida e hip�crita. Cada intento del hombre de enga�ar a su Hacedor retrocede en su propia cabeza. "La insensatez de Dios es m�s sabia que los hombres; y la debilidad de Dios es m�s fuerte que los hombres" ( 1 Corintios 1:25). No podemos enga�arlo. "Todas las cosas est�n desnudas y abiertas a los ojos de aquel con quien tenemos que hacer '( Hebreos 4:13).

2 Reyes 6:16, 2 Reyes 6:17

El mundo espiritual y el poder de discernirlo.

El peque�o episodio de alarma que sinti� el sirviente de Eliseo, y la manera en que Eliseo lo quit�, nos ense�a principalmente tres cosas.

I. LA REALIDAD Y LA PRESENCIA PERPETUA, ALREDEDOR DE NOSOTROS Y SOBRE NOSOTROS, DEL ESP�RITU-MUNDO. La existencia de un orden de esp�ritus intermedios entre Dios y el hombre, que est�n estrechamente relacionados con el hombre y juegan un papel importante en el gobierno Divino del mundo en el que vivimos, es una parte esencial del esquema de cosas que tenemos ante nosotros en el Escrituras "La doctrina de los �ngeles", como se le ha llamado, es esta: "Que vive en presencia de Dios una gran asamblea, mir�adas de mir�adas de seres espirituales (Salmo 68:17; Daniel 7:10), m�s alto que nosotros, pero infinitamente alejado de Dios, poderoso en su poder, hacedores de su palabra, que incesantemente bendicen y alaben a Dios, sabio tambi�n, a quien se encarga de proteger a los suyos en todos sus caminos, ascendentes y descendiendo hacia y desde el cielo y la tierra ( G�nesis 28:12, G�nesis 28:13; Juan 1:51), y que ministran a los hombres, muy a menudo de forma invisible. Todos estos seres est�n interesados ??en nosotros y en nuestro bienestar. Cuando se cre� nuestra tierra, "todos los hijos de Dios se irrumpieron en jubileo" ( Job 38:7) en la perspectiva de nuestro nacimiento, quienes deb�an ser su cuidado aqu�, sus conciudadanos de aqu� en adelante en la dicha. Al dar la Ley en el Monte Sina�, estuvieron presentes en mir�adas. Cuando Dios confirm� su presencia en el Monte Si�n, y el lugar sagrado se convirti� en un nuevo Sina�, 'dos ??veces diez mil �ngeles, s�, miles nds muchas veces repetidas '(Salmo 68:17) estaban all�. Est�n presentes con Dios, presenciando las pruebas de nuestra raza ( Job 1:6; Job 2:1; 1 Reyes 22:19). Su amor por el hombre est� indicado por la acusaci�n que se les da cuando est�n destinados a destruir a los culpables en Jerusal�n: "No se preocupen, ni tengan piedad" ( Ezequiel 10:5), como si hubieran tenido l�stima, solo que deben tener la misma mentalidad con Dios. Hay una distinci�n, o gradaci�n de rangos, entre los miembros de la hueste celestial: querubines, serafines, arc�ngeles, principados, poderes ". Es irracional explicar como embellecimiento o imaginer�a po�tica una representaci�n de la condici�n real de las cosas en Dios universo, que es tan frecuente, tan penetrante, tan armonioso y, puede agregarse, tan consistente con lo que naturalmente deber�amos haber esperado aparte de la revelaci�n.

II LA REALIZACI�N PERPETUA DE ESTA PRESENCIA POR LOS POSEIDOS DE FE. No hay raz�n para creer que Eliseo vio a los �ngeles que lo rodeaban con sus ojos corporales. Pero �l sab�a que estaban all�. Estaba seguro de que Dios no lo abandonar�a en su peligro, y ten�a una fe tan segura en "la doctrina de los �ngeles", que era como si pudiera verlos. Y as� fue con David. "El �ngel del Se�or", dice, "acampa alrededor de los que le temen, y los libra" (Salmo 34:7). As� que con Ezequ�as, quien, cuando Senaquerib invadi� su tierra, "habl� c�modamente al pueblo, diciendo: S� fuerte y valiente, no temas ni desmayes por el Rey de Asiria, ni por toda la multitud que est� con �l: porque all� habr� m�s con nosotros que con �l "( 2 Cr�nicas 32:7). Judas Maccabaeus probablemente ten�a la misma fe cuando pronunci� las palabras: "No es dif�cil para muchos estar encerrados en manos de unos pocos; y con el Dios del cielo, todo es uno, entregar con una gran multitud, o una peque�a empresa: para la victoria de la batalla no est� en la multitud de un ej�rcito, sino que la fuerza viene del cielo "(1 Mac. 3:18, 19). San Pablo se dio cuenta de la presencia angelical continua cuando declar�: "Somos hechos un espect�culo para el mundo, los �ngeles y los hombres" ( 1 Corintios 4:9). El autor de la Ep�stola a los hebreos se dio cuenta cuando le dijo a los conversos jud�os: Vosotros hab�is venido al monte de Si�n, a la ciudad del Dios viviente, la Jerusal�n celestial, y a una innumerable compa��a de �ngeles "( Hebreos 12:22). San Juan el divino se dio cuenta, cuando dio a los �ngeles una gran parte de todos los juicios posteriores que deb�an caer sobre la tierra, y los hizo dispensadores de las bendiciones y de la ira de Dios ( Apocalipsis 7:1). Si la doctrina ha sido oscurecida en alg�n momento, fue cuando la fe flaque�, y hubo una tendencia a confinar lo sobrenatural dentro de los l�mites m�s estrechos posibles. Era f�cil sugerir que la expresi�n, "el �ngeles de Dios ", fue una perifrasis para Dios mismo, y que no ten�a necesidad de actuar, y por lo tanto probablemente no actu�, por intermediarios. Pero la fe de la Iglesia siempre ha sido diferente. La fiesta de San Miguel y Todos Los �ngeles han sido generalmente celebrados.

de una fecha muy antigua; y la Colecta para ese festival ha sido testigo del perpetuo ministerio de los �ngeles, no solo en el cielo, sino tambi�n en la tierra, y en la parte que llevan en el socorro y la defensa del pueblo de Dios.

III. LA POSIBILIDAD DE UNA MANIFESTACI�N DE LA PRESENCIA EN PREGUNTA A LOS SENTIDOS CORPORALES DE AQUELLOS cuya fe es demasiado d�bil para aprehenderla. El sirviente de Eliseo no vio una visi�n. No era solo su mente lo que estaba impresionado. Sus ojos corporales contemplaban una apariencia de carros y caballos de fuego (vers�culo 17), que se basaba en la realidad objetiva de la presencia real de una hueste angelical en la colina donde se encontraba Dothan. El profeta or� para que abriera sus ojos, y su oraci�n fue concedida. "El Se�or abri� los ojos del joven y vio. Los f�sicos probablemente tengan raz�n al decir que lo que es absolutamente inmaterial no puede ser visto por el nervio �ptico. Pero en ninguna parte se nos dice que los �ngeles son absolutamente inmateriales. Es la creencia de muchos fil�sofos dicen que todos los esp�ritus finitos est�n unidos a cuerpos de alg�n tipo u otro, cuerpos m�s o menos vol�tiles y et�reos. Podemos concebir f�cilmente que el nervio �ptico, mediante un aumento de su sensibilidad, puede verse, y en esto tal como lo explicamos, no solo por la maravillosa vista observada en esta ocasi�n por el siervo de Eliseo, sino por las muchas otras apariciones de �ngeles a hombres y mujeres registradas en las Escrituras ( G�nesis 3:1; G�nesis 19:1; G�nesis 32:24-1; Jueces 6:11-7; 2 Samuel 24:16, 2Sa 24:17; 1 Reyes 19:5; Isa�as 6:6; Daniel 6:22; Daniel 9:21; Daniel 10:16; Zacar�as 1:11; Zacar�as 4:1, etc. ; Lucas 1:11, Lucas 1:26; Lucas 2:9; Juan 20:12; Hechos 5:19; Hechos 8:26; Hechos 12:7; Apocalipsis, passim). Milagrosamente, se le da poder al nervio �ptico, que normalmente no posee, y se le permite ver seres realmente presentes, que en circunstancias normales son invisibles para �l.

2 Reyes 6:24-12

A medias.

Joram estaba completamente desanimado en su religi�n. "Se detuvo entre dos opiniones". Si bien respet� a Eliseo, como profeta de Jehov�, permiti� que la adoraci�n de Baal continuara en la capital ( 2 Reyes 10:18-12), si no en otro lugar, y mantuvo la adoraci�n de los terneros tambi�n en Dan y Bethel ( 2 Reyes 3:3). Se hab�a dejado guiar por Eliseo con respecto a los prisioneros sirios capturados por el profeta ( 2 Reyes 6:23) y evidentemente hab�a estado en comunicaci�n con �l sobre el tema del asedio actual, probablemente hab�a sido exhortado por �l al arrepentimiento, y prometi� que, si esperaba a Jehov�, a su debido tiempo deber�a haber liberaci�n. Las palabras del profeta le hab�an impresionado; hasta cierto punto se hab�a vuelto a Dios, se hab�a puesto el cilicio sobre los lomos, no ostentosamente, sino en secreto ( 2 Reyes 6:30), hab�a soportado las privaciones del asedio sin murmurar, se hab�a negado a entregar la ciudad, y mir� a Jehov� para entregarlo. Pero no hab�a profundidad en su penitencia, ni entrega del coraz�n y voluntad a Dios, ni fe firme y arraigada en la veracidad de Dios y en el cumplimiento seguro de sus promesas. Su arrepentimiento fue solo medio arrepentimiento. Un solo incidente del asedio, ciertamente uno horrible, pero no sin paralelo en otros asedios y en naufragios, destroz� todo el tejido de su arrepentimiento y su resoluci�n, lo volvi� contra el profeta y contra Jehov�, lo que lo amenaz�. la vida del profeta, y decidirse a seguir su propio curso, y no esperar m�s al Se�or ( 2 Reyes 6:33). As� revel� el verdadero estado de su coraz�n y alma, mostr� su falta de solidez espiritual, se revel� como alguien cuyo car�cter estaba podrido en el centro, que nunca se hab�a vuelto a Jehov� con sinceridad y verdad. �Qu� maravilla, entonces, que Dios no hubiera concedido la liberaci�n prometida a la verdadera fe y la verdadera penitencia, que un medio arrepentimiento no hubiera valido para �l? As� hab�a sido con Acab ( 1 Reyes 21:27; 1 Reyes 22:34); as� que siempre ser�a con todos aquellos que, seg�n el ejemplo de Joram, deber�an ser poco entusiastas en religi�n, deber�an "temer al Se�or y servir a sus propios dioses" ( 2 Reyes 17:33) - due�os de maestros Dios y Mam�n. Un medio arrepentimiento es in�til. Nada vale m�s que recurrir a Dios con todo el coraz�n y toda el alma y toda la fuerza. Dios odia a los waverers. A tal �l dice: "Conozco tus obras, que no eres fr�o ni caliente: ser�a fr�o o caliente. Entonces, porque eres tibio, y no fr�o ni caliente, te vomitar� de mi boca" ( Apocalipsis 3:15, Apocalipsis 3:16).

2 Reyes 6:32

Los pr�ncipes pueden ser resistidos cuando se inclinan por hacer lo malo.

Hubo un tiempo en que los pr�ncipes se sent�an halagados al decirles que "no pod�an hacer nada malo"; que "una divinidad los protegi�"; que sus s�bditos estaban obligados a rendirles, en todas las circunstancias, una obediencia absoluta e incondicional. Pero esto ciertamente no es ense�anza b�blica. Los poderes superiores deben ser obedecidos en sus mandatos legales, pero no en los ilegales. Cuando el fara�n, rey de Egipto, orden� a las parteras que mataran a todos los ni�os varones a cargo de las mujeres hebreas, "las parteras temieron a Dios, y no hicieron lo que el rey de Egipto les orden�, sino que salvaron a los ni�os ni�os" ( �xodo 1:17); y Dios los recompens� por actuar as�: "Por lo tanto, Dios trat� bien con las parteras ... y porque tem�an a Dios, les hizo casas" ( �xodo 1:20, �xodo 1:21). As� que ahora Eliseo, el profeta de Dios, ordena a los ancianos que resistan al mensajero del rey: "mantenlo firme" y no dejes que ejecute las �rdenes del rey. Nuevamente, los poderes superiores, el gran concilio del Sanedr�n, orden� a Pedro y a Juan, poco despu�s del D�a de Pentecost�s, "no hablar en absoluto ni predicar en el Nombre de Jes�s" ( Hechos 4:18); a quienes los ap�stoles respondieron: "Sea correcto a la vista de Dios escucharte m�s que a Dios, juzgad. Porque no podemos sino hablar de las cosas que hemos visto y o�do" ( Hechos 4:19, Hechos 4:20). La resistencia a la autoridad legal, cuando ordena actos ilegales, es una parte importante del deber de un cristiano, y debe inculcarse tanto como la obediencia a la autoridad legal cuando ordena actos legales.

HOMILIAS DE C.H. IRWIN

2 Reyes 6:1

Una universidad teol�gica temprana; su vida y lecciones.

Nuestras universidades teol�gicas, donde los hombres j�venes son entrenados para el oficio del ministerio cristiano, no reciben del p�blico cristiano esa atenci�n y simpat�a, que se merecen, por lo general, se debe tener m�s inter�s en la educaci�n. La Iglesia deber�a mostrar m�s inter�s en el trabajo de la escuela dominical. Si los portadores de oficinas y los padres en todas las tierras cristianas visitaran la escuela dominical de vez en cuando y escucharan a los ni�os repetir sus lecciones y cantar sus himnos, ser�a bueno para ellos, y ser�a un gran est�mulo para aquellos que est�n involucrados en lo importante. trabajo de ense�anza en la escuela dominical. El trabajo de nuestros colegios teol�gicos es en gran medida diferente del de otros lugares de educaci�n. La naturaleza misma de los estudios es tal que no se puede esperar que el p�blico en general se interese mucho en ellos. Pero hay otras formas de mostrar inter�s en nuestras universidades, adem�s de entrar realmente en un aula o escuchar la conferencia de un profesor. Ocasionalmente, un miembro rico de la Iglesia deja una suma considerable para fundar una beca o una beca; �Pero qu� poco hacen los miembros de la Iglesia en general! Sin embargo, todos los miembros de la Iglesia est�n interesados ??en tener un ministerio no solo piadoso, sino tambi�n bien educado.

I. Hab�a industria en esa universidad. Estos estudiantes en la universidad de Elisha sab�an c�mo trabajar, y no estaban por encima de hacer su propio trabajo. No hab�an alcanzado ese alto estado de civilizaci�n cuando el trabajo manual se considera una desgracia. Su casa, que era la universidad y la residencia de los estudiantes, todo en uno, se hab�a vuelto demasiado peque�a para ellos. Entonces le dijeron a Eliseo un d�a: "V�monos, te rogamos, al Jord�n, y tomemos de all� a cada uno un rayo, y hagamos de nosotros un lugar donde podamos morar". Fue una representaci�n de la religi�n jud�a que a todos los ni�os, sin importar su posici�n, se les deber�a ense�ar algo de artesan�a. El Talmud jud�o dice: "�Qu� se le ordena a un padre hacia su hijo? Para circuncidarlo, ense�arle la Ley y ense�arle un oficio". As� encontramos que el Ap�stol Pablo, que se hab�a sentado a los pies de Gamaliel y era un distinguido erudito, tambi�n era un fabricante de tiendas. Incluso cuando era un predicador del evangelio, trabaj� con sus propias manos por su apoyo. Por lo general, no es costumbre ahora que los ministros del evangelio sigan cualquier otro llamado. Se encuentra m�s conveniente que se dediquen por completo a la obra del ministerio, ya que todos los hombres no tienen el genio del ap�stol Pablo. Es cierto que los misioneros de ciertas Sociedades Misioneras aprenden un oficio, y la mayor�a de ellos se mantienen a s� mismos con sus propios esfuerzos en la agricultura u otro trabajo. Pero esto tambi�n se ha encontrado muy indeseable, y se ha considerado seriamente abandonar la costumbre por completo. Pero ya sea que participen en el trabajo manual o no, todos los ministros y todos los estudiantes para el ministerio deben ser, como estos estudiantes en la �poca de Eliseo, laboriosos en su trabajo. En cualquier llamado que estemos involucrados, cultivemos los h�bitos de la industria. Recordemos el mandato del ap�stol de ser "diligente en los negocios, ferviente en esp�ritu, sirviendo al Se�or".

II Hab�a disciplina en esa universidad. Estos j�venes estudiantes, excelentes y bien dirigidos como sin duda lo fueron, no pensaron que podr�an hacer lo que quisieran o ir a donde quisieran. Llegaron a Eliseo y le pidieron su consentimiento para su propuesta. Y as� deber�a ser en todas las relaciones de la vida. "El orden es la primera ley del cielo". Debe haber disciplina en la familia, disciplina en la Iglesia, disciplina en la escuela dominical, disciplina en la naci�n y respeto por la autoridad constituida. El Dr. Arnold de Rugby dijo una vez a sus eruditos reunidos, cuando hubo alg�n desorden en la escuela, y expuls� a varios ni�os: "No es necesario que sea una escuela de trescientos, o de cien, o de cincuenta ni�os, pero es necesario que sea una escuela de caballeros cristianos ". No es de extra�ar que no se tenga en cuenta la autoridad en la naci�n cuando no se ense�a o insiste adecuadamente en el hogar. La Iglesia cristiana debe ser un modelo de orden. El orden debe caracterizar sus servicios, su gesti�n, su trabajo. "Que todas las cosas se hagan decentemente y en orden".

III. Hab�a amabilidad en esa universidad. �Qu� relaciones agradables y fraternales entre el profeta y sus alumnos! Podr�a ser severo con el arrogante Naam�n; pod�a reprender severamente al codicioso y mentiroso Giezi; pero �l sab�a c�mo deshacerse de sus estudiantes de coraz�n inocente. Evidentemente ya se hab�a ganado su afecto. Era una buena se�al tanto de �l como de ellos, le pidieron que los acompa�ara. Y ahora muestra su naturaleza amable una vez m�s yendo con ellos a pedido. As� deber�a ser con todos los cristianos. Apenas pensamos lo suficiente en el mandato de Cristo de que deber�amos amarnos unos a otros. �Qu� relaciones amistosas deber�a haber entre profesores y estudiantes, entre ministros y su gente, entre padres e hijos, entre maestros y acad�micos, entre empleadores y empleados, entre amos y sirvientes! La autoridad nunca se debilita por la amabilidad. Algunos empleadores, algunos maestros, parecen pensar que se suma a su dignidad y a su influencia para ser severos con los que est�n debajo de ellos. Cometen un gran error. Los profesores m�s respetados son aquellos que tratan a sus alumnos como hermanos, y no como inferiores. Los empleadores m�s respetados son aquellos que son amables, corteses y considerados con aquellos en su empleo. La amabilidad no debilita la influencia; lo aumenta Oh! ser llenado con el esp�ritu de Cristo, quien no se hizo famoso y asumi� la forma de un siervo. La amabilidad y la humildad son hermanas gemelas.

IV. Hab�a crecimiento en esa universidad. Bajo la influencia de un maestro como Eliseo, el n�mero de estudiantes aument� tanto que el lugar se hizo demasiado peque�o para ellos, y fue necesario que construyeran una nueva escuela de los profetas. D�jame ver el crecimiento en una Iglesia y creer� en su vida. Una piedra no crece porque no tiene vida. Un �rbol crece porque hay vida en �l. Si ve que un �rbol ha dejado de crecer, para producir nuevas hojas en la primavera, sabe que est� muerto. Una Iglesia que no est� creciendo debe ser una Iglesia sin vida. Si eres un cristiano vivo, deja que los signos se manifiesten en el crecimiento de tus gracias cristianas.

V. LA PRESENCIA DE DIOS ESTABA ALL�. Esto se mostr� en el milagro que hizo Eliseo al hacer que el hierro nadara. No fue por su propio poder, �l era solo el instrumento en la mano de Dios, y Dios se adue�� de sus esfuerzos, porque estaba comprometido en la obra de Dios. Esta �ltima caracter�stica de esa universidad teol�gica fue la mejor de todas. La presencia de Dios estaba en medio de eso. Sin eso, �de qu� utilidad habr�a sido su industria o su disciplina? Sin eso, �habr�a habido tales lazos de bondad? Sin eso, �habr�a habido tales evidencias de crecimiento? "Excepto que el Se�or construye la casa, ellos trabajan en vano para construirla". Sin eso, �qu� burla hubiera sido para ellos haber esperado ser maestros de otros en las verdades de la religi�n! �Qu� burla para cualquier hombre entrar a un p�lpito y hablar sobre el amor de Jes�s, quien es un extra�o para ese amor! �Qu� burla para cualquier hombre hablar sobre la gracia de Dios, que nunca la ha experimentado en su propio coraz�n y vida! El difunto reverendo Dr. Cooke de Belfast dijo una vez que "un ministerio educado es deseable, pero un ministerio convertido es esencial". - C.H.I.

2 Reyes 6:8

La presencia de Dios con su pueblo.

Ha habido un cambio repentino en el horizonte de la vida de Eliseo. Por el trabajo silencioso de talar �rboles e incipir una universidad, de repente es llamado a resistir el asedio de un ej�rcito sirio. Estos cambios vienen en la vida de la mayor�a de nosotros. La salud de repente se convierte en enfermedad. La amistad de repente se convierte en hostilidad. La riqueza de repente se transforma en pobreza. Tales cambios vendr�n en la vida del creyente y en la historia de la Iglesia de Dios. En un momento todo parece brillante; Al momento siguiente, la perspectiva parece oscura y desalentadora. Es bueno estar preparado para tales cambios cuando lleguen. El verdadero siervo de Dios los escuchar� muy poco. �l vive no debajo, sino arriba, las cosas de la tierra.

"Como un acantilado alto que levanta su forma horrible, se hincha del valle y a mitad de camino corta la tormenta. Aunque alrededor de su pecho se extienden las nubes, el sol eterno se posa sobre su cabeza".

As� fue con Eliseo. Dondequiera que lo encuentres, siempre parece igual. En la presente ocasi�n, las circunstancias fueron tales como para aterrorizar al coraz�n m�s valiente. El criado de Eliseo tembl� al verlo cuando se levant� esa ma�ana y mir� desde las murallas de la ciudad. Una poderosa hueste, con caballos y carros, rodeaba la ciudad a su alrededor. Fue un ataque inesperado. No hab�a fuerzas dentro de la ciudad para defenderla contra un anfitri�n tan poderoso. Eliseo era el �nico a quien el ej�rcito sitiador quer�a. En el deseo de autoconservaci�n, no era improbable que los habitantes de Dothan lo entregaran al enemigo, y as� alejar al invasor de sus puertas. Desde el punto de vista humano, no era de extra�ar que el sirviente de Eliseo dijera: "�Ay, mi se�or! �C�mo lo haremos?" No hab�a terror en la cara de Eliseo, ni p�nico en su coraz�n, ante esta sorprendente noticia. �Qu� calma, qu� coraje, qu� sublime confianza hay en esa respuesta suya, "No temas: porque los que est�n con nosotros son m�s que los que est�n con ellos!" �Y cu�l era el secreto de su confianza? La �nica raz�n de la confianza y calma de Eliseo fue que la presencia de Dios estaba con �l. Qu� hermoso cumplimiento de esa promesa: "Los esconder�s en el secreto de tu presencia del orgullo del hombre; los guardar�s en secreto en un pabell�n de la lucha de lenguas". Aprendemos de esta historia:

I. LA PRESENCIA DE DIOS CON SU GENTE NO SE REALIZA GENERALMENTE POR SUS ENEMIGOS. Fue as� en la ocasi�n ante nosotros. El rey de Siria comenz� otra guerra contra Israel. Mantuvo, como deber�amos decir, un consejo de guerra, y consult� con sus generales sobre los arreglos para la campa�a. Pens�, por h�bil estrategia, tomar desprevenido al Rey de Israel. Pero todos sus planes y maniobras fueron frustrados de alguna manera misteriosa. El Rey de Israel parec�a conocer todos sus movimientos con m�s certeza de lo que un jugador inteligente en un juego de habilidad podr�a anticipar los movimientos de su oponente. Varias veces de esta manera el Rey de Israel se salv� a s� mismo. Por fin, el rey de Siria comenz� a sospechar. Debe haber un traidor en el campamento. Algunos de los que disfrutan de la confianza del rey deben estar revelando sus planes al enemigo. Y entonces pregunta: "�No me mostrar�n cu�l de nosotros es para el Rey de Israel?" El rey de Siria era un general capaz; pero como otro gran general de los tiempos modernos, Napole�n el Grande, hubo algunas fuerzas de las que no tuvo suficientemente en cuenta. La carrera no siempre es hacia los veloces, ni la batalla hacia los fuertes. Hay otras cosas adem�s de la habilidad militar y los grandes batallones en los que pensar en salir a la batalla. Cuando Edward, el rey ingl�s, sali� a ver a las tropas escocesas antes de la batalla de Bannockburn, se sorprendi� de la peque�a fuerza que esperaba a pie para recibir el ataque de su poderoso ej�rcito. Pero estaban confiando en el Dios de las batallas, y pronto vio la vista inusual de todo el ej�rcito escoc�s, como era su costumbre, arrodillarse y ofrecer una breve oraci�n a Dios. "Cr�ame", dijo el general que cabalgaba a su lado, "ustedes ganar�n o morir�n". De ese poder invisible, en cuyas manos est�n los temas de la batalla, el rey sirio no tuvo en cuenta. No se dio cuenta de que la presencia de Dios estaba con su pueblo. �No es este el error que han cometido los enemigos del pueblo de Dios en todas las �pocas? Fue un error de los perseguidores y opresores de Israel. Fue un error de quienes persiguieron a los reformadores de Inglaterra, Escocia, Francia y Suiza. Fue el error que cometi� Fara�n cuando se neg� a dejar ir a los hijos de Israel. Fue el error que cometi� Herodes cuando pens� en aplastar el nuevo reino que a�n estaba por surgir, al matar a los ni�os indefensos en Bel�n y sus alrededores. Fue el error que cometi� Ner�n al perseguir a los cristianos en Roma. Fue el error que Louis XIV. de Francia hizo cuando revoc� el famoso edicto de Nantes. Es el error que la Curia romana ha cometido en todas las �pocas al pensar en aplastar la libertad civil y religiosa por las torturas de la Inquisici�n, por los martirios del andamio y la estaca, por las masacres en el valle valdense, por Los autos de fe de Espa�a. Lo mismo puede decirse del incr�dulo y el esc�ptico. No se han dado cuenta de que la presencia del Dios vivo est� con su Iglesia y en medio de ella, y que �l, a su manera y en su propio tiempo, puede reivindicar su propia verdad. �Cu�n a menudo, durante estos mil ochocientos a�os, se ha regocijado el incr�dulo en lo que ha llamado el derrocamiento del cristianismo! y, sin embargo, �cu�n vanidoso y tonto ha demostrado ser la jactancia! Voltaire se jact� de que con una mano derrocar�a al cristianismo que hab�a requerido la construcci�n de doce ap�stoles. "En este d�a, la imprenta que emple� en Ferney para imprimir sus blasfemias se emplea en Ginebra para imprimir las Sagradas Escrituras". Que a�n no digamos, al pensar en los enemigos de la verdad, los enemigos de la virtud, los enemigos de la religi�n, y al escuchar sus audaces alardes: "El que se sienta en los cielos se reir�; el Se�or los tendr� en burla?

II LA PRESENCIA DE DIOS CON SU GENTE NO LA REALIZAN MUCHOS ENTRE MISMOS MISMOS. El siervo de Eliseo, sin duda, cre�a en Dios. Si alguien hubiera negado la presencia de Dios con su pueblo, sin duda lo habr�a afirmado firmemente como su creencia. Sin embargo, cuando lleg� el momento de poner su creencia a prueba pr�ctica, vemos cu�n leve le hab�a tomado. Cuando sali� por la ma�ana y vio los caballos y los carros y el poderoso ej�rcito que rodeaba la ciudad, le dijo a Eliseo: "Ay, mi se�or, �c�mo lo haremos?" �Nunca sientes una sensaci�n como el sirviente de Eliseo? Crees que eres un hijo de Dios, crees que Dios cuida a su pueblo, pero tal vez hay momentos en los que est�s demasiado ansioso por tu negocio y te dejas llevar por temores tontos y sin causa. �Cu�ntos se alarman al pensar en la enfermedad en s� mismos o en sus familias y preguntan nerviosamente: "�Qu� haremos?" �Oh, si aprendi�ramos a darnos cuenta de la presencia de Dios con nosotros! "Mis tiempos est�n en tu mano". De la misma manera, �cu�ntos cristianos profesos hay que no se dan cuenta suficientemente de la presencia de Dios en su Iglesia! �Cu�nto m�s activos debemos ser, cu�nto m�s fervorosos en el trabajo cristiano, si nos damos cuenta de que Dios est� trabajando con nosotros! �Con qu� poder deber�a predicar un ministro si tan solo pudiera recordar decirle a Juan el Bautista: "Viene uno m�s poderoso que yo despu�s de m�"! Entonces, �cu�ntos se desaniman f�cilmente por las dificultades? Algunos siempre dicen cuando ven una dificultad en el camino, "�Qu� haremos?" "�Qui�n nos har� rodar la piedra?" Algunos siempre imaginan dificultades y las prev�n al comienzo de una obra. Este esp�ritu de timidez, de miedo, es un gran obst�culo en la obra cristiana. La media creencia es casi tan mala como la no creencia, a este respecto. La falta de entusiasmo en el trabajo religioso es uno de los mayores obst�culos para su �xito. En esto, como en todo lo dem�s, la m�xima es v�lida: "Todo lo que tu mano encuentre para hacerlo, hazlo con tu poder". Los diez esp�as de los doce esp�as enviados a ver la tierra prometida asustaron a los israelitas de subir, y casi causaron que Dios, en su justa ira por su incredulidad, los desheredara por completo. Los habitantes poco entusiastas de Galilea impidieron la bendici�n del Salvador de los hombres que descansaban sobre ellos, porque leemos que "no hizo muchas obras poderosas all� debido a su incredulidad". Los seguidores poco entusiastas de Crist�bal Col�n casi le impidieron descubrir Am�rica. No hay lugar para la falta de entusiasmo en la religi�n. Hay un fuerte llamado a la decisi�n y firmeza tanto en la creencia como en la conducta.

III. LA PRESENCIA DE DIOS CON SU GENTE SE REALIZA SIEMPRE POR SUS VERDADEROS SERVIDORES. El Rey de Siria no se dio cuenta de que la presencia de Dios estaba con su pueblo, y estaba en su ingenio para saber c�mo eludirlos. El siervo de Eliseo no se dio cuenta de que la presencia de Dios estaba consigo mismo y con su amo; �y cu�n asustado estaba por el peligro que parec�a amenazarlos! Pero hab�a un hombre para quien los ej�rcitos del Rey de Siria no ten�an terror, a quien las dificultades no le causaban consternaci�n, y ese era el hombre que viv�a cerca de Dios, y se dio cuenta de que Dios estaba cerca de �l. Por eso es que encontramos a Eliseo diciendo: "No temas, porque los que est�n con nosotros son m�s que los que est�n con ellos". As� ha sido con los verdaderos siervos de Dios en todas las edades. Se han dado cuenta de que la presencia de Dios estaba con ellos, y con la fuerza de esa idea, han superado las mayores dificultades, desafiado los peligros m�s terribles, enfrentado sin temor a la oposici�n m�s abrumadora y cumpliendo tareas que a los ojos del mundo parec�an casi incre�bles. Mira a Abraham. Sali� de su tierra natal, "sin saber a d�nde fue". �Y por qu�? Porque sab�a que Dios estaba con �l. Mira a Nehem�as. Exiliado de su tierra natal, emprendi� la maravillosa empresa de reconstruir los muros de Jerusal�n. Ten�a mucha oposici�n. Pero continu� con su trabajo a pesar del rid�culo y los ataques de Sanballat y sus compa�eros. �Y cu�l era el secreto de su determinaci�n y perseverancia? Lo tienes en su respuesta a Sanballat: "El Dios del cielo, �l nos prosperar�; por lo tanto, nosotros sus siervos nos levantaremos y construiremos". Este a�o es el aniversario de dos grandes eventos en la historia brit�nica: dos grandes liberaciones que ilustran de una manera maravillosa la presencia de Dios con su pueblo. Es el trig�simo aniversario de la derrota de la Armada espa�ola, que tuvo lugar en 1588. Sin embargo, no fueron los barcos ingleses o el poder ingl�s los que realmente rechazaron esa invasi�n de nuestras costas; pero los vientos y las olas del que sostiene el mar en el hueco de su mano. Tambi�n es el bicentenario de la revoluci�n de 1688. Y aunque nunca deber�amos usar aniversarios como la ocasi�n de mostrar un esp�ritu vengativo o no cristiano hacia aquellos que difieren de nosotros, pero en inter�s de la verdad, en inter�s de la verdadera El anglicanismo, en inter�s de la libertad civil y religiosa, es muy deseable que estos dos grandes eventos sean conmemorados de manera correcta y piadosa. Una cosa que ilustran muy claramente, y es que, por oscuras que parezcan ser las perspectivas del pueblo de Dios, y por abrumadoras que parezcan las fuerzas desplegadas contra ellos, �l es capaz de desterrar cada nube y darles la victoria sobre todos sus enemigos. .

"Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,

En estrecho una ayuda presente;

Por lo tanto, aunque la tierra se quite,

No tendremos miedo ".

Una o dos aplicaciones pr�cticas.

1. Es bueno estar del lado de Dios. En un momento de peligro o de problemas, muchas personas esperan que Dios est� de su lado, que nunca se han esforzado por mostrarse de su lado. Si desea tener la ventaja indescriptible de la presencia de Dios con usted en su momento de dificultad o peligro, la pregunta m�s importante que podr�a hacerse ahora es: "�Estoy del lado de Dios?"

2. Una palabra para aquellos que son el pueblo de Dios. Emprender grandes cosas para Dios. Recuerde que tiene recursos ilimitados a sus �rdenes. Deber�amos avergonzarnos de lo poco que estamos tratando de hacer por Dios, cuando tenemos el tesoro inagotable de la gracia divina para ayudarnos.

3. Nunca te dejes intimidar o deprimir por las dificultades. Cuanto mayores son las dificultades, mayor debe ser la determinaci�n del cristiano. "Deje que el coraje crezca con el peligro". Luther cant� sus m�s emocionantes canciones de alabanza, esperanza y coraje en los momentos m�s oscuros de su vida. Los que tienen a Dios con ellos pueden darse el lujo de cantar en medio de la oscuridad. � C.H.I.

2 Reyes 6:17-12

Ojos cerrados y ojos abiertos.

I. OJOS CERRADOS.

1. Los ojos del joven estaban cerrados. No vi los caballos y carros de fuego que rodeaban a Eliseo. No se dio cuenta de que la liberaci�n estaba a la mano. �Cu�ntos como �l son ciegos al poder de Dios, a las providencias de Dios! �Cu�ntos se apresuran a ver algo que concierne a su ventaja temporal, pero lentos para ver lo que concierne a sus almas inmortales! �Cu�ntos no ven belleza en Cristo!

2. Los ojos de los sirios estaban cerrados. Este fue un acto judicial de Dios en respuesta a la oraci�n de Eliseo. Entonces hay una ceguera judicial espiritual. "Viendo ver�n, pero no percibir�n; oyendo, oir�n, pero no entender�n". Es una ley espiritual que tiene sus analog�as en el mundo natural. Si descuidamos usar cualquiera de nuestros poderes corporales, el poder mismo pronto se pierde. Del mismo modo, los poderes mentales o espirituales, si se descuidan, pronto se volver�n in�tiles. Tengamos cuidado de usar los privilegios, oportunidades y talentos que Dios nos ha dado, para que no nos los quiten por completo. "Al que tiene se le dar�", es decir, al que ha aprovechado bien sus talentos; "y del que no tiene", del que ha descuidado tanto sus talentos que pr�cticamente no son suyos, "se le quitar� incluso lo que tiene".

II OJOS ABIERTOS.

1. Los ojos de los sirios se abrieron para ver su verdadera condici�n. En lugar de ser un ej�rcito victorioso, con Eliseo cautivo en sus manos, descubren que los tiene en su poder, y los ha llevado al medio de Samaria y a la presencia del Rey de Israel. Luego vieron lo indefensos y lo indefensos que estaban. Ese es el primer paso en el camino de la salvaci�n. El primer paso para un pecador es ver su necesidad. As� con el peregrino de Bunyan. El primer pensamiento que lo llev� a emprender su viaje fue la sensaci�n de su total impotencia. "Se�or, percibo por el libro que tengo en la mano que estoy condenado a morir y luego a juzgarlo ( Hebreos 9:27); y encuentro que no estoy dispuesto a hacer lo primero ( Job 16:21), ni capaz de hacer el segundo ( Ezequiel 22:14) ". "Se�or, mu�strame yo mismo".

2. Los ojos del joven se abrieron para ver que la liberaci�n estaba cerca. "El Se�or abri� los ojos del joven; y vio: y he aqu�, la monta�a estaba llena de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo". Este es el segundo paso en la salvaci�n del pecador. Habiendo visto su necesidad, luego necesita ver al Salvador. "He aqu� el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. �Has visto tu verdadera condici�n, tu necesidad espiritual? �Has visto tu necesidad de Jes�s como tu Salvador?

"Cuando la gracia libre me despert�, a la luz de lo alto, entonces los temores legales me sacudieron, tembl� al morir; no pude ver ning�n refugio, ninguna seguridad en m� mismo; Jehov� Tsidkenu mi Salvador debe estar". Todos mis terrores se desvanecieron ante el dulce Nombre: Mis miedos culpables desaparecieron, con valent�a vine a beber en la fuente, vivificante y libre: Jehov� Tsidkenu es todo para m� ".

III. EL PODER DE LA ORACI�N Las oraciones de Eliseo prevalecieron tres veces en esta breve narraci�n. Puede haber alguien conocido para nosotros cuyos ojos est�n cerrados, que es espiritualmente ciego. �Hemos llevado el caso a Dios en oraci�n? �Es un hijo errante? "Se�or, te ruego que abras los ojos para que pueda ver". �Es una hija rebelde? un amigo imp�o? Puede que no lleguemos a ellos con nuestras palabras; pero podemos alcanzarlos con nuestras oraciones.

IV. EL PODER DE LA GRACIA DIVINA. Eliseo no se regocij� en su triunfo sobre sus enemigos. No aprovech� su impotencia. Hab�an venido a llevarlo cautivo, tal vez para quitarle la vida; pero �l arroja carbones de fuego sobre su cabeza. El rey de Israel quer�a herirlos. Pero Eliseo le recuerda (seg�n un punto de vista) que no era costumbre golpear incluso a los cautivos capturados en la guerra: cu�nto menos deber�a golpear a aquellos que hab�an sido puestos en su poder, no por ning�n esfuerzo propio, sino por los milagros. interposici�n de Dios! Por el contrario, Eliseo recomienda que est�n bien tratados y bien alimentados. Esto se hizo. �Y cu�l fue la consecuencia? "Entonces, las bandas de Siria ya no llegaron a la tierra de Israel". Este peque�o acto de bondad hab�a rechazado su ira. �Qu� ejemplo para nosotros imitar hacia aquellos que nos tratan mal! "No te dejes vencer por el mal, sino vence el mal con el bien" - C.H.I.

2 Reyes 6:24-12

Samaria asedi�.

I. UNA CIUDAD EN DISTRESS. Una vez m�s, la gente de Samaria estaba en una gran situaci�n. Un ej�rcito sitiador estaba a sus puertas y, lo m�s terrible de todo, los horrores de la hambruna estaban dentro de sus muros. Se redujeron a las extremidades m�s grandes. Las mujeres comenzaban a cocinar y comer a sus propios hijos. De cualquier forma que se ve�an, la perspectiva era oscura. Abrir las puertas a los sirios significaba muerte o cautiverio. Y cuanto m�s tiempo permanec�an dentro de sus muros, m�s ciertamente la muerte y el hambre los miraban a la cara. Vea aqu� el mal resultado de abandonar a Dios. A tales extremos se hab�an llevado por sus propios pecados. Hab�an abandonado al Dios viviente, y ahora sus dioses falsos no pod�an ayudarlos en el d�a de su calamidad. Es un d�a malo en la historia de un hombre cuando le da la espalda a la Palabra de Dios, a los mandamientos de Dios, al Hijo de Dios. Como suele suceder, sus calamidades endurecieron sus corazones y cegaron sus ojos. Hab�a un hombre entre ellos que a menudo hab�a demostrado ser un sabio consejero y amigo. Ten�an a Eliseo, el hombre de Dios, en su ciudad, el hombre que, al aconsejarles que llenaran el valle de zanjas, hab�a entregado a los moabitas en sus manos; el hombre tambi�n, que hab�a revelado los secretos de Benhadad y hab�a herido al ej�rcito sirio con ceguera. Pero se hab�an olvidado de todo eso. En lugar de buscar ayuda o ayuda de Eliseo, lo culpan por todos sus problemas. �Con qu� frecuencia sucede que, cuando las personas se encuentran en dificultades, culpan a los dem�s! Cuando surgen problemas y dificultades, nuestro primer negocio debe ser buscar nuestros propios corazones y vidas, y ver si los problemas pueden no ser de nuestra propia causa.

II UN PROFETA EN PELIGRO. El rey era part�cipe de la maldad del pueblo. Alent� la idolatr�a imperante. Ahora �l comparte su sufrimiento. Pero �l nunca piensa en buscar la liberaci�n de Dios. Nunca piensa en humillarse ante Dios y confesar sus pecados. Por el contrario, muestra una disposici�n a echarle la culpa tanto a Dios como a su profeta. Cuando la pobre mujer en su hambre y angustia le pidi� ayuda, �l respondi�: "Si el Se�or no te ayuda, �de d�nde te ayudar�? �Fuera del granero o del lagar?" Aunque usaba cilicio, el signo externo de duelo o penitencia, no hab�a signo de penitencia interna o humildad en su coraz�n. �Cu�n ciego e enamorado est� en su ira y desaf�o! Amenaza con quitarle la vida al profeta. Jezabel le hab�a dicho una vez a Elijah: "Entonces, que los dioses me hagan a m� y m�s a m�, si no hago tu vida como la vida de uno de ellos [los profetas que ella hab�a matado] para ma�ana a esta hora". Entonces, aqu� Joram dice: "Dios as� y m�s tambi�n a m�, si la cabeza de Eliseo, hijo de Safat, se parar� sobre �l este d�a". Incluso la amenaza de Jezabel aparentemente ten�a m�s razones que la de Jehoram. El�as indudablemente hab�a matado a los profetas de Baal. Pero en este caso, Eliseo era inocente de cualquier cargo. Johoram lo considera de forma gratuita responsable de la hambruna en Samaria y amenaza con quitarle la vida. Pero el hombre propone y Dios dispone. Aunque Eliseo est� en peligro, nunca est� consternado. Cuando el mensajero del rey vino a quitarse la cabeza, Eliseo le orden� a los ancianos que sostuvieran al mensajero r�pido en la puerta hasta que llegara el propio rey, que estaba muy cerca. Eliseo hab�a tenido tratos con Joram antes. �l escuchar�a su sentencia del propio rey, si es que lo hizo. Bueno para aquellos que, como Eliseo, viven cerca de Dios. "Sirve al Se�or con miedo", dijo John Knox en su lecho de muerte, "y la carne no temer� a la muerte". Los peligros no los angustian; la muerte no trae consternaci�n. "S�, aunque camine por el valle de la sombra de la muerte, no temer� mal alguno; porque t� est�s conmigo; tu vara y tu bast�n me consuelan" - C.H.I.

HOMILIAS DE D. THOMAS

2 Reyes 6:1

Una empresa de extensi�n de la Iglesia.

"Y los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aqu� ahora, el lugar donde habitamos contigo es demasiado estrecho para nosotros", etc. Si hubiera una Iglesia en Israel, las escuelas de los profetas indudablemente formaban parte de esa Iglesia Eran una comuni�n de hombres piadosos. La breve narrativa, por lo tanto, puede considerarse justamente como un registro de una empresa de extensi�n de la Iglesia, y como tales cuatro cosas son observables, cosas que todos los que contemplan tales empresas deben reflexionar e imitar.

I. Esta empresa de extensi�n de la Iglesia fue ESTIMULADA POR EL PRINCIPIO DE CRECIMIENTO. La vieja esfera se hab�a vuelto demasiado estrecha para ellos, la hab�an superado. "Y los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aqu� ahora, el lugar donde habitamos contigo es demasiado estrecho para nosotros". Los n�meros que vinieron a escuchar a Eliseo y el aumento de estudiantes requirieron mayor acomodaci�n de la que pod�a permitirse todo el lugar. Este es un principio sobre el cual toda extensi�n de la Iglesia debe proceder; pero en estos tiempos modernos a veces no solo se ignora, sino que se indigna. Aunque las estad�sticas muestran que las iglesias y capillas en Inglaterra carecen miserablemente del alojamiento necesario para toda la poblaci�n, es tres veces mayor de lo que se requiere para el n�mero de asistentes. En todos los lados abundan las iglesias y capillas vac�as, millones de dinero contribuido con fines religiosos se encuentran como el "talento �nico", envuelto en una servilleta, sin usar. Y a�n as�, casi todas las denominaciones religiosas parecen sentir que la construcci�n de nuevas iglesias es su gran misi�n. El hecho es que la construcci�n de iglesias se ha convertido, en muchos casos, en una especulaci�n comercial. Una iglesia debe crecer de otra; El grano de semilla de mostaza crear� su propio organismo, multiplicar� sus propias ramas y propagar� su vitalidad.

II Esta empresa de extensi�n de la Iglesia se llev� a cabo de una manera masculina.

1. Se busc� el mejor consejo antes de dar un paso. Estos hijos de los profetas fueron a Eliseo y le dijeron: "Vamos, te rogamos, al Jord�n". Aunque eran j�venes, tal vez con todos los conmovedores impulsos de la juventud, eran conscientes de su necesidad de consejo, y lo buscaron. En estos tiempos modernos en Inglaterra, hablamos de una amplia experiencia, las iglesias y capillas a menudo se construyen con celo ignorante y un esp�ritu de rivalidad. �Qu� poco masculino es esto!

2. Cada hombre se puso a trabajar honestamente en el asunto. "V�monos, te rogamos, a Jordania, y tomemos de all� a cada uno una viga, y hagamos de nosotros un lugar all�, donde podamos morar". Matthew Henry dice curiosamente: "Cuando quer�an espacio, no hablaban de enviar cedros, piedras de m�rmol y art�fices curiosos, sino solo de conseguir que cada hombre recibiera una viga para subir a una caba�a o caba�a sencilla". Al parecer, cada hombre derrib� su haz, lo carg� y lo ajust�. �Qu� correcto, varonil y honesto todo esto! Nunca pensaron en poner un gran lugar a expensas de otras personas. Ah yo! hasta qu� punto hemos ca�do en esp�ritu de ellos l Para erigir iglesias y capillas modernas, �qu� medios usamos? Las adulaciones aduladoras, dirigidas a la ignorancia y la estupidez adineradas, bazares con sus procedimientos cuestionables, sus exhibiciones, sus rifas y sus coqueteos.

III. Esta empresa de extensi�n de la Iglesia DIFICULTADES ENCONTRADAS INESPERADAS. "Y cuando llegaron a Jordania, cortaron madera. Pero cuando uno estaba cortando una viga, la cabeza del hacha cay� al agua: y �l llor� y dijo: �Ay, se�or! Porque fue prestado". �Por qu� esta angustia del le�ador? �Fue porque el hacha fue prestada y no ten�a con qu� pagar, o porque fue revisado en su operaci�n? Quiz�s ambas fueron razones de su angustia. Al primero le tiro el mayor. En todas las empresas dignas en esta tierra, las dificultades surgen desprevenidas. Quiz�s las mejores empresas enfrentan las mayores dificultades. "La carrera no es para los r�pidos, ni la batalla para los fuertes". Pero las dificultades son en verdad bendiciones disfrazadas. Desaf�an el coraje y despiertan las fuerzas del trabajador. Sacan a la luz su virilidad. Son para el verdadero trabajador lo que las tempestades son para los �rboles j�venes: profundizan las ra�ces y fortalecen las fibras. Adem�s, no hay conciencia de virtud al hacer lo que no implica lucha.

IV. Esta empresa de extensi�n de la Iglesia OBTEN�A AYUDA SOBRENATURAL CUANDO SE NECESITA. Cuando el hombre que hab�a perdido su hacha estaba gritando de angustia, Eliseo, el "hombre de Dios dijo: �D�nde se cay�? Y le mostr� el lugar. Y �l cort� un palo y lo arroj� all�; y el hierro nad�. Por eso dijo: "T�malo a ti. Y �l extendi� su mano y la tom�". Eliseo aqu�, al levantar el hacha y hacer nadar el hierro, venci� una ley de la naturaleza, la ley de la gravitaci�n. Hasta este punto en esta empresa no parece haber habido ninguna interposici�n sobrenatural. Enjuiciaron su viaje, cortaron la madera, cargaron sus vigas, todo por su propia habilidad y fuerza natural. No necesitaban ayuda sobrenatural. Pero ahora uno de ellos lo hizo, y lleg�. No debemos esperar que ning�n poder especial del cielo haga lo que tenemos la fuerza natural para lograrlo. "Como tu d�a, as� ser� tu fuerza". - D.T.

2 Reyes 6:8

El rey de Siria y Eliseo.

"Entonces el Rey de Siria pele� contra Israel", etc. En estos diecis�is versos tenemos cuatro temas que vale la pena considerar: maldad frustrada, timidez disipada, poder sobrenatural manifestado y venganza vencida.

I. La maldad se desvaneci�. El rey de Siria se hab�a decidido por una empresa de derramamiento de sangre y maldad. Hab�a hecho todos los arreglos, fijado en el lugar de su campamento. "En tal y tal lugar estar� mi campamento". Bat Eliseo frustr� el prop�sito sangriento del rey sirio al informar al monarca israel�, Joram, del lugar donde los sirios hab�an decidido acampar. Sus palabras son: "Cuidado con que no pases por un lugar as�, porque all� han descendido los sirios". El rey atendi� las instrucciones del profeta, "y se salv� all�, no una ni dos veces". Terrible fue la decepci�n del monarca sirio. "El coraz�n del rey de Siria estaba muy preocupado por esto; y llam� a sus sirvientes, y les dijo: �No me mostrar�n cu�l de nosotros es para el rey de Israel? Y uno de sus sirvientes dijo: Ninguno. se�or, oh rey; pero Eliseo, el profeta que est� en Israel, le dice al Rey de Israel las palabras que dices en tu habitaci�n ". Observar:

1. Que los hombres malvados son m�s reservados en sus prop�sitos. Parecer�a que los planes de la sangrienta empresa del Rey de Siria solo los conoc�an sus oficiales m�s confidenciales, y que se los revelaron en su habitaci�n. All�, y quiz�s solo all�, los detuvo, y quiz�s con puertas cerradas y susurros suaves. Los hombres malvados, para seguir adelante en el mundo, est�n obligados a ser reservados. Y cuanto m�s malvados son, m�s necesarios para ellos es este secretismo. Si los m�dicos, abogados, comerciantes, comerciantes y estadistas deshonestos fueran abiertos y sinceros, revelando todo lo que es nefasto en sus objetivos, caer�an en la pobreza y el desprecio universal. El bien solo puede permitirse ser abierto y sincero; los malvados est�n destinados a ser hip�critas si pudieran vivir.

2. Que ninguno de sus prop�sitos es tan secreto como para escapar de la atenci�n del Dios Todopoderoso. �C�mo lleg� Eliseo a conocerlos? Estaba lejos de la alcoba del monarca, en Israel. Fue el Dios de Eliseo quien le hizo la comunicaci�n. Pensamiento solemne. Hay Uno que sabe lo que hay en el hombre, en cada hombre. �l lee todos los secretos; �l "entiende nuestros pensamientos a lo lejos".

3. Las revelaciones de los secretos de un hombre malvado frustrar�n sus designios. Lo hizo en el caso de este rey.

II TIMIDITY DISPELLED. Cuando el monarca sirio se enter� de que Eliseo estaba en Israel, envi� un esp�a para averiguarlo; y cuando descubri� que estaba en Dothan, "envi� all� caballos, carros y una gran hueste; y vinieron de noche y rodearon la ciudad". Todo esto caus� p�nico en el coraz�n del sirviente de Eliseo, y �l grit�: "�Ay, mi se�or! �C�mo lo haremos?" �C�mo libr� Eliseo a su criado de este terrible miedo? Al asegurarle que hab�a m�s de su lado que del lado de sus enemigos. "No temas: porque los que est�n con nosotros son m�s que los que est�n con ellos". Esta seguridad la dio no solo con palabras, sino por demostraci�n ocular. "Y Eliseo or�, y dijo: Se�or, te ruego que abras los ojos para que vea. Y el Se�or abri� los ojos del joven; y vio: y, he aqu�, la monta�a estaba llena de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo ". Generalmente se supone que la referencia est� aqu� a los �ngeles "que sobresalen en fuerza"; son en verdad el guardaespaldas del bien. Son m�s en su n�mero que nuestros enemigos, superiores en su poder, en su determinaci�n invencible, en su autoridad tambi�n. Pero para verlos debemos tener nuestros ojos espirituales abiertos como lo estaban ahora los ojos del profeta. La fe en los maravillosos recursos que el Cielo ha provisto para el bien disipar� todo temor.

III. PODER SOBRENATURAL MANIFESTADO. El poder sobrenatural se manifiesta aqu�:

1. Al abrir los ojos del siervo del profeta.

2. Al poner bajo su aviso la monta�a que estaba llena de caballos y carros de fuego.

3. Al golpear con ceguera al ej�rcito de Siria. "Y cuando bajaron a �l [es decir, el ej�rcito sirio], Eliseo or� al Se�or y le dijo: Hiere a este pueblo, te ruego con ceguera. Y �l los hiri� con ceguera seg�n la palabra de Eliseo. ' Estas legiones armadas, cuyos ojos brillaban con venganza antes, ahora estaban en la oscuridad de la medianoche. En este estado, Eliseo se convierte en su gu�a y los conduce a Samaria, y cuando llegaron all�, se realiz� otro acto sobrenatural en la restauraci�n de su vista, y entonces vieron su terrible posici�n: "He aqu� que estaban en medio de Samaria", en manos del rey de Israel.

IV. LA VENGANZA VENCIDA. El rey de Siria, al enterarse de que Eliseo hab�a revelado su plan asesino al monarca de Israel, y por lo tanto hab�a frustrado el prop�sito y el plan de su campa�a, fue despedido con indignaci�n y enviado a Dothan "caballos, carros y un gran anfitri�n". : y vinieron de noche y rodearon la ciudad ". �Cu�n furiosamente podemos suponer que la venganza se incendi� en cada miembro del ej�rcito, as� como en el alma de su maestro real, mientras "rodeaban la ciudad!" Y este sentimiento sin duda se intensificar�a cuando descubrieran que Eliseo los hab�a traicionado en manos de sus enemigos. Estaban en medio de Samaria, al alcance del Rey de Israel, y a su merced. �C�mo aconsejar�a Eliseo al Rey de Israel que trate a estas legiones vengativas ahora? "Y el rey de Israel dijo a Eliseo, cuando los vio: Padre m�o, �los herir�? �Los herir�?" �Cu�l fue el consejo del profeta? �Dijo: "Destr�yelos?" No. �l respondi�: "No los golpear�s". �Dijo: "Perd�nales la vida, pero hazlos esclavos, ll�valos al cautiverio y hazlos bestias de carga?" �Dijo: "Privarlos de toda comida y matarlos de hambre?" No; �l dijo: "Pon delante de ellos pan y agua, para que coman y beban, y vayan a su se�or. Y les prepar� una gran provisi�n: y cuando comieron y bebieron, los despidi� y se fueron a su casa. Maestro." �Cu�l fue el resultado de este generoso trato? �Se fueron con la vieja pasi�n de la venganza ardiendo en ellos? �Lejos de reorganizarse en mayor n�mero y con mayor fuerza para realizar otro ataque? No. Aqu� est� el resultado: "Entonces, las bandas de Siria ya no llegaron a la tierra de Israel". La bondad magn�nima extingui� las llamas y paraliz� los brazos de la venganza, de modo que ya no entraron en la tierra de Israel. Esta es la forma Divina, no, la �nica forma de conquistar a nuestros enemigos. El mal solo puede ser vencido por el bien. La victoria m�s gloriosa sobre un enemigo es convertirlo en un amigo. � D.T.

2 Reyes 6:15-12

Invencibles ayudantes del bien.

"Y cuando el siervo del hombre de Dios resucit�", etc. El contexto ilustra dos circunstancias que con demasiada frecuencia se pasan por alto, pero que siempre exigen el reconocimiento y el estudio de la humanidad.

1. El valor de un buen hombre para su pa�s. El monarca sirio hace la guerra con Israel; sus consejos est�n formados, sus arreglos est�n completos y optimistas son sus esperanzas de victoria. Pero hay un buen hombre en Israel, Eliseo, que lee el prop�sito oculto del d�spota sirio, hace sonar la alarma, pone a su pa�s en guardia, invoca el cielo y, por lo tanto, confunde las astutas estratagemas y frustra los prop�sitos asesinos del enemigo. "Entonces, las bandas de Siria ya no llegaron a la tierra de Israel". La verdadera piedad es la fuente del verdadero patriotismo; Sus oraciones y profec�as son las "defensas" seguras de las naciones. Esta idea est� amaneciendo en el mundo ahora; y en los pr�ximos per�odos brillar� a plena luz del d�a sobre la humanidad. Alg�n d�a veremos que las victorias de la verdad y la oraci�n fueron las �nicas victorias que alguna vez sirvieron al inter�s de cualquier naci�n, y que muchos hombres piadosos, que vivieron en la oscuridad y murieron bajo la opresi�n, otorgaron mayores bendiciones a la comunidad que esos estadistas. y guerreros cuyo patriotismo ha sido estampado en la historia y cantado en verso. El contexto ilustra:

2. La fuente de la debilidad del malvado. �Por qu� este tirano sirio no tuvo �xito en sus planes? Las palabras que uno de sus siervos le dirigi� le explican la causa: "Eliseo, el profeta que est� en Israel, le dice al Rey de Israel las palabras que dices en tu habitaci�n". Sus proyectos no soportar�an la luz. Como principio, los hombres malvados rara vez, si alguna vez, se dar�an cuenta de que sus fines eran un profeta para revelar sus corazones y publicar todos los pensamientos ego�stas, sensuales, deshonestos y blasfemos que se producen en la c�mara oculta de sus almas. Comerciantes malvados, abogados, estadistas y otros tienen �xito solo mientras ocultan sus corazones de la vista p�blica. Deje que alg�n profeta, como Ezequiel de la antig�edad, rompa la puerta enrejada de su "c�mara de im�genes", y exponga las formas horribles "retratadas en la pared", las obras imp�as que se realizan "en la oscuridad, y de inmediato perder�n toda simpat�a p�blica, patrocinio y apoyo. Oh alma m�a, aprecia tus pensamientos que llevar�n la mirada ardiente de un profeta: principios que brillar�n, florecer�n y se ver�n atractivos a la luz del d�a, y prop�sitos que te encomendar�n a la Divina conciencia del hermano. esp�ritus, y en favor del Eterno. Procedo a declarar, con la mayor brevedad, algunas verdades generales sugeridas por el incidente ante nosotros.

I. QUE LOS BUENOS A MENUDO SE COLOCAN EN CIRCUNSTANCIAS PARA REQUERIR LA AYUDA SUPERHUMANA. Eliseo y su criado estaban, en este momento, en Dothan. El rey sirio, enfurecido con el profeta por frustrar sus planes militares en Israel, env�a "caballos y carros, y una gran hueste" en su b�squeda. El poderoso ej�rcito "vino de noche y rode� la ciudad". Temprano en la ma�ana, el sirviente del profeta vio a la multitud armada y despiadada que rodeaba la ciudad. Aqu� hab�a enemigos, que el propio profeta no pod�a dominar, peligros de los cuales su poder sin ayuda no pod�a liberarse. �S�mbolo d�bil de los enemigos espirituales que rodean nuestras viviendas! Es cierto que en estos d�as, los antagonistas del bien no son tan visibles como lo fueron en tiempos pasados. El gran enemigo no env�a a su anfitri�n ahora vestido con el atuendo de los perseguidores. No aparecen entre nosotros en las formas sombr�as y salvajes de los Julianos y los Neros, los Maximinos y los Diocleciano; Asumen un habilimento m�s acorde con los gustos de esta era civilizada. Sus formas fascinan m�s que aterrorizan. Buscan dibujar en lugar de conducir. Pero a�n as�, �son menos letales en su objetivo o formidables en su poder, porque cambian su atuendo, sueltan la espada y extienden la mano de la falsa amistad? No es el saqueo de nuestra propiedad ni la herida de nuestros cuerpos lo que m�s nos perjudica, sino la corrupci�n de nuestras almas. El despertar dentro de nuestra naturaleza espiritual de una sugerencia impura puede generar una ruina mucho m�s temerosa que encarcelarnos en mazmorras o enviarnos a la hoguera y las llamas del m�rtir. Llamo a esas fuerzas mis enemigos que son desfavorables para mis intereses espirituales. Todo lo que aten�a mi visi�n interior y tiende a ocultarme las sublimidades de lo "invisible"; lo que amortigua mi sensibilidad al deber e interfiere con el juego libre y vigoroso de mis facultades; lo que sea que me extraiga del futuro eterno y me una al presente transitorio; todo lo que enfr�a, materializa y contrae mis simpat�as, y me mantiene m�s en relaci�n con lo contingente que lo absoluto; lo que sea que me deprima en mis luchas por alcanzar ese ideal de perfecci�n, tenuemente retratado en mi alma, pero atra�do por la belleza permanente en la vida de Jes�s; cualesquiera que sean las fuerzas que act�en as�, llamo, con �nfasis, mis enemigos. �Y no nos rodean tales enemigos? H�bleme de un per�odo en que las "lujurias pecaminosas", que "guerra contra el alma", eran m�s potentes y activas que ahora. Nuestra civilizaci�n es poco m�s que una perfecci�n en esas artes que ministran a los sentidos, complacen los apetitos y satisfacen los deseos de la carne. �Cu�ndo alguna vez la mundanalidad ejerci� una influencia m�s amplia y poderosa? �Cu�ndo fueron los devotos de mam�n tan numerosos y entusiastas en sus devociones? El grito m�s profundo de la �poca parece ser: "Mi alma tiene sed de oro". �Cu�ndo esparci� la literatura corrupta sobre el suelo social las semillas del error, la impiedad y el libertinaje en tal medida como ahora? Estamos tan verdaderamente rodeados por fuerzas antag�nicas como Eliseo por los caballos, carros y anfitriones que lo rodearon en Dothan. Cuando los miramos, nos llega la impresi�n del siervo del profeta: "�Ay, se�or! �Qu� haremos?" Requerimos la ayuda que Eliseo tuvo, ayuda de afuera, del Cielo.

II ESE CIELO HA PROPORCIONADO AYUDANTES PARA HOMBRES SUPERIORES A TODOS LOS ANTAGONISTAS. "Y �l respondi�: No temas: porque los que est�n con nosotros son m�s que los que est�n con ellos" En general se supone que la referencia est� aqu� para los �ngeles "que sobresalen en fuerza", y que eran los caballos y los carros de fuego que vino en ayuda del profeta. Los �ngeles son los ej�rcitos de Dios, y "el guardaespaldas de los buenos" - "esp�ritus ministradores, enviados para ministrar a los herederos de la salvaci�n". Esta doctrina es tan antecedentemente probable, tan claramente revelada en la Escritura, y tan generalmente cre�da, que no requiere evidencia. Es a su superioridad que ahora se llama nuestra atenci�n.

1. Son "m�s" en n�mero que el enemigo. Si limitamos nuestra atenci�n a lo que vemos en este mundo, concluiremos que los agentes del mal son los simples. Una encuesta m�s amplia del �mbito general del ser espiritual, como lo sugiere la filosof�a, y como se revela en la Biblia, presenta una visi�n opuesta. Como las malformaciones en la naturaleza son pocas en comparaci�n con las existencias sim�tricamente organizadas, los esp�ritus malignos son pocos en comparaci�n con los buenos. Las grandes ciudades, principados y jerarqu�as del universo son s�bditos leales del gran Rey y agentes celosos en la promoci�n de su voluntad; No es m�s que una peque�a provincia que ha perdido su lealtad aqu� y all�. El infierno no es m�s que una hoja marchita en el agitado bosque de la vida: un meteorito parpadeante en la b�veda estrellada del ser. Es nuestra felicidad saber que el mal es la excepci�n en el universo; bueno es la regla As�, el mal existe como una contingencia, puede o no ser; pero el bien existe por una necesidad absoluta: es y debe ser, porque Dios es y debe ser.

2. Son "m�s" en los instrumentos que ejercen. Los agentes del mal no solo son menos numerosos, sino tambi�n inferiores en su armadura. La falsedad, el ego�smo, el mal, son sus armas miserables; �Y no son debilidad en comparaci�n con la verdad, el amor, verdad, las armas del bien? S�; ya no pueden pararse frente a ellos que el "rastrojo seco" ante el furioso fuego: la penumbra de los cielos nocturnos ante el sol naciente. La historia del mundo da muchos ejemplos de un solo hombre, con la verdad y el derecho de su lado, sometiendo a los pa�ses bajo el reino de la falsedad y el mal.

3. Son "m�s" en su determinaci�n invencible. El poder de una inteligencia moral en cualquier operaci�n no estar� determinado total o principalmente por los instrumentos que emplea, sino por la fuerza del prop�sito bajo el cual act�a. Un hombre con un prop�sito d�bil, por grandes que sean sus ventajas, no har� mucho. Ahora, los agentes del mal no pueden tener un prop�sito invencible, por la raz�n obvia de que sus conciencias, cuyas sanciones solo pueden dar invencibilidad, no est�n de su lado. Tan lejos como cualquier ser est� bajo la influencia del mal, debe ser voluble y temeroso. "Los imp�os huyen cuando nadie los persigue; pero los justos son valientes como un le�n".

4. Son "m�s" en la autoridad bajo la cual act�an. La Biblia ense�a que los �ngeles del mal est�n bajo el control de un esp�ritu maestro de la oscuridad: "el pr�ncipe del poder del aire"; pero los del bien est�n bajo la autoridad del Infinito. Su Esp�ritu los inspira, su voluntad obedecen, su energ�a es su fuerza. Satan�s, el maestro de los esp�ritus malignos, es �l mismo la criatura y esclavo de Dios. El usurpador moral no puede moverse ni respirar sino con el permiso del que "hace de sus �ngeles esp�ritus y de sus ministros una llama de fuego". Verdaderamente, mi amigo piadoso, por grandes que sean los enemigos espirituales, tus ayudantes son mayores. A los ojos del sentido, de hecho, pareces luchar contra probabilidades terribles. La riqueza, la moda, las costumbres, la influencia, las m�ximas mundanas, los h�bitos e incluso los n�meros te parecen contrarios; pero "no temas: porque los que est�n con nosotros son m�s que los que est�n con ellos". Abra el ojo de la fe, y mire m�s all� de la l�nea l�mite del sentido, y ver� que la gran "monta�a" del ser universal est� "llena de caballos y carros de fuego a su alrededor".

III. QUE ALGUNOS AYUDANTES SUPERIORES DE LOS BUENOS SON SOLAMENTE VISTOS POR ALGUNOS. Eliseo vio a los ayudantes celestiales, pero su sirviente no los vio, no vio nada m�s que al enemigo. El uno, en consecuencia, se mantuvo en calma en medio de las armas brillantes y ruidosas del ej�rcito sirio, el otro fue todo perturbaci�n y alarma. As�, los hombres en circunstancias similares reciben impresiones diferentes. El evento que abruma a uno con alarma inspira a otro con esperanza y hero�smo. La raz�n de esto es que algunos tienen ojos para ver solo el mal en las cosas, otros para ver tambi�n el bien. �Por qu� es esto? �Por qu� todos los hombres no pueden ver a los ayudantes espirituales que los rodean? Se pueden asignar varias razones.

1. Existe la tendencia a juzgar seg�n los sentidos. La mayor�a de los hombres, como el sirviente del profeta, solo ven con el ojo f�sico. Aunque la verdadera filosof�a muestra que todas las cosas que entran dentro del conocimiento de los sentidos son sombras, no sustancias: apariencia, no esencia, consideran inversamente lo visible y tangible solo como esp�ritus reales, por lo tanto, que se encuentran m�s all� de la l�nea de los sentidos, y que son las criaturas vivientes en todas las "ruedas" de los eventos humanos, y en todas las formas de la materia, nunca se realizan pr�cticamente, y a menudo se ignoran te�ricamente.

2. Existe la costumbre de referir todo a causas secundarias. Este h�bito no deja espacio para Dios, ni para interposiciones espirituales, sino en un milagro. Lo que es regular se llama natural; lo que es milagroso solo es lo Divino. Ve a Dios al sostener el sol sobre Gaba�n, y la luna en el valle de Ajal�n, pero no ve nada de �l en rodar estos estupendos cuerpos, edad tras edad, en sus esferas, con una regularidad constante y una rapidez incalculable. No digo nada de la irracionalidad de este h�bito, ni de su prevalencia, de lo que no hay duda. Todo lo que digo es que, dado que Dios nos ayuda por las leyes naturales, este h�bito impide manifiestamente que los hombres vean a los ayudantes que env�a.

3. Tambi�n hay una tristeza de disposici�n. Esto a veces es una causa. Hay hombres que no ver�n bien. No escuchan m�sica en el arpa del amor; no ven brillo en el cielo despejado del mediod�a. En esta tierra, incluso cuando est�n vestidos con su belleza veraniega o cargados de riqueza oto�al, cantan, o m�s bien gru�en:

"Se�or, qu� tierra tan miserable es esta,

�Eso no nos da ning�n suministro! "

Los caballos y los carros de la misericordia pueden moverse a su alrededor como guardias celestiales, sin embargo, gritan: "Todas estas cosas est�n en mi contra".

4. Hay falta de simpat�a con Dios. La simpat�a fuerte y sincera con un ser siempre induce a la mente a acercar ese Ser, cerca del ojo interno y del coraz�n. Mediante esta ley, acercamos lo lejano a los oc�anos y continentes cruzados. Si; Desde mundos m�s all� de la tumba, la imaginaci�n transporta al ser querido hasta nuestros pechos m�s �ntimos; y vemos la forma y volvemos a escuchar la voz. Si tuvi�ramos esta simpat�a con Dios y los esp�ritus santos, deber�amos ponerlos siempre delante de nosotros. Jes�s lo ten�a y dijo: "Me dejas en paz; y, sin embargo, no estoy solo, porque el Padre est� conmigo".

IV. QUE PARA VER ESTOS AYUDANTES SUPERHUMANOS SOLO REQUIERE LA APERTURA DE LOS OJOS. "Se�or, te ruego que abras los ojos". El mundo exterior es para nosotros de acuerdo con los cinco sentidos. Si tuvi�ramos menos, ser�a menos de lo que es; o, si es m�s, ser�a mayor. Hay, probablemente, propiedades en el sistema material que actualmente no tenemos sentido descubrir; o, tal vez, puede haber sentidos cerrados dentro, que alg�n d�a se desarrollar�n y har�n de este viejo mundo algo nuevo para nosotros. Pero, por muy probable que sea, la existencia de un sentido en el alma para ver las existencias espirituales es m�s probable. No estoy dispuesto a pronunciar a todos los que han declarado que han visto que tales seres son fan�ticos o impostores. La maravilla a priori es que no se deben ver, sino que no se perciben de manera m�s general. Estamos relacionados con el mundo material y tenemos sentidos para discernir las existencias materiales. Estamos, confesados, m�s �ntima y solemnemente relacionados con lo espiritual; �Y no es natural esperar que tengamos el sentido de ver seres espirituales? Si se abriera tal sentido dentro de nosotros, como se abri� el ojo del sirviente del profeta, �qu� visiones estallar�an sobre nosotros! El microscopio nos brinda un nuevo mundo de maravillas; pero si Dios abriera el ojo espiritual, �qu� multitud de mundos se revelar�an! Ah, mi hermano esc�ptico! �niegas t� un mundo espiritual? �D�nde est� tu raz�n? �Alegar�s el hecho de que nunca has visto una existencia espiritual? Esto, seguramente, no te servir�. �Permitir�as que un hombre sordo niegue que una tormenta el�ctrica alquile nuestra atm�sfera nublada, porque nunca ha escuchado la terrible retaguardia? �O un hombre ciego para negar que un arco iris haya atravesado estos cielos, porque �l, por supuesto, nunca ha visto el bello arco? �Por qu�, entonces, deber�as negar un mundo espiritual? Antes de que se abrieran los ojos del sirviente del profeta, podr�a haber negado la existencia de estos ayudantes. Cuando su maestro le habl� de ellos, podr�a haber dicho dentro de s� mismo: "�Ha perdido mi amo su raz�n o est� so�ando? No veo nada en la monta�a excepto el anfitri�n sirio". Sin embargo, de repente, abri� los ojos y �qu� escena estall� sobre �l! "La monta�a estaba llena de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo". A�n as� ser� contigo, amigo m�o: antes de que pasen muchos d�as, Dios te abrir� los ojos; �y ese mundo espiritual en el que est�s viviendo ahora, y cuya existencia niegas, estallar� en una sublimidad terrible sobre tu alma asombrada!

2 Reyes 6:24-12

Temas que vale la pena considerar.

"Y sucedi� que despu�s de esto, Benhadad, rey de Siria, reuni� a todo su ej�rcito, subi� y asedi� a Samaria", etc. Estos versos, llenos de malvados y horribles, presionan los siguientes temas en nuestra atenci�n.

I. LA INHUMANIDAD DE LA GUERRA. "Y sucedi� que despu�s de esto, Benhadad, rey de Siria, reuni� a todo su ej�rcito, subi� y asedi� a Samaria. Y hubo una gran hambruna en Samaria: y he aqu�, la sitiaron hasta que se vendi� la cabeza de un asno para cuatro piezas de plata, y la cuarta parte de una cabina de esti�rcol de paloma por cinco piezas de plata ". La inhumanidad del rey sirio y su anfitri�n en la invasi�n de Samaria se ve en el vergonzoso desprecio de la bondad que los samaritanos les hab�an mostrado previamente. En los versos anteriores leemos que los samaritanos no solo les hab�an permitido escapar de la destrucci�n total cuando estaban a su merced, sino que, por interposici�n de Eliseo, les proporcionaron abundantes provisiones para calmar su hambre y vigorizar sus marcos. A pesar de esto, ahora llegaron a trabajar en la ruina de sus propios salvadores. La guerra no tiene gratitud, ni sentido de lo correcto, ni sentimiento de bondad; a menudo deshumaniza la naturaleza humana, transforma al hombre en un demonio.

"C�mo todas las crueldades menores del hombre se resumen en la guerra, concluyentes de todos los cr�menes que yo"

('Festus')

II LA TERRIBILIDAD DEL HAMBRE. A tal indigencia absoluta, estos guerreros despiadados redujeron a los habitantes de Samaria, que no solo el hambre voraz los llev� a obtener comida de la "cabeza de asno" y del "esti�rcol de paloma", sino de la carne humana, madres de los hijos de sus hijos. matriz. "Y mientras el Rey de Israel pasaba sobre el muro, le grit� una mujer, diciendo: Ayuda, mi se�or, oh rey. Y �l dijo: Si el Se�or no te ayuda, �de d�nde te ayudar�? del suelo del granero, o del lagar, y el rey le dijo: �Qu� te pasa? Y ella respondi�: Esta mujer me dijo: Da a tu hijo, para que lo comamos hoy, y ma�ana comeremos a mi hijo. As� que matamos a mi hijo y lo comimos ", etc. Aqu� hay una historia tr�gica, una historia que hace que el coraz�n se estremezca y los nervios tiemblen de horror. El hambre en s� mismo es una bendici�n, implica salud y estimula la acci�n; Es en verdad la fuente principal que mantiene la maquinaria humana del mundo en acci�n. Pero cuando se vuelve intenso e inaccesible, desaf�a todos los mandamientos morales, atraviesa muros de piedra, destruye tronos y rompe imperios. Uno de los deberes principales de los gobernantes es mantener el hambre de la gente apaciguada. �Pobre de m�! en todas partes en Inglaterra escuchamos sus gemidos; �No pueden ser estos gemidos los murmullos de la naturaleza antes de la erupci�n volc�nica?

III. LA MALDIRECCI�N DE LA PASI�N. La historia de la mujer hambrienta y las escenas repugnantes que contemplaba perforaron el coraz�n del Rey de Israel. Al principio, sus sentimientos parecen haber sido de gran humillaci�n y profunda simpat�a. "Y sucedi� que cuando el rey escuch� las palabras de la mujer, alquil� su ropa". Pero pronto se convirtieron en ira furiosa contra Eliseo. "Entonces �l dijo: Dios as� lo haga y m�s a m�, si la cabeza de Eliseo, hijo de Safat, se parar� sobre �l este d�a". Si Eliseo, por un esp�ritu maligno, realmente hubiera tra�do toda esta angustia al pueblo samaritano, esta ira podr�a haberse justificado. La ira contra el mal est� bien. Pero no fue Eliseo quien provoc� las calamidades; eran ellos mismos, sus idolatr�as, sus pecados. Eliseo era su mejor amigo. La mala direcci�n de la indignaci�n humana no es un mal infrecuente. �Con qu� frecuencia los hombres est�n enojados entre s� sin una causa! La pasi�n mal dirigida dio muerte al Hijo de Dios mismo.

IV. La calma de la bondad. Mientras se produc�an todas estas escenas repugnantes, y el rey ardiendo de ira contra Eliseo, estaba resolviendo su destrucci�n, �d�nde estaba Eliseo? "Pero Eliseo se sent� en su casa, y los ancianos se sentaron con �l". Con sus disc�pulos, conciudadanos y "ancianos", Eliseo se sent�, sin ansiedad ni alarma. Marca:

1. No era la calma de la sumisi�n servil. Aunque conoc�a la amenaza del rey, no ten�a idea de disculparse o tratar de apaciguar la indignaci�n irracional, o ceder con estoicismo a su destino. No. Mientras estaba sentado con calma, el pulso de la virilidad palpitaba con fuerza en cada vena, y cuando escuch� que el mensajero del rey se acercaba a la puerta de su casa, dijo a los ancianos: "Vean c�mo este hijo de un asesino ha enviado a tomar lejos mi cabeza? Es grandioso escuchar a los hombres dar a otros su t�tulo apropiado, aunque sean reyes. Si todos los hombres fueran as� honestos, muchos de los que ahora se llaman "honorables correctos" ser�an "abominables correctos".

2. No era la calma de la irresoluci�n. No era un estado de indiferencia desconcertada; al contrario, hab�a en �l un poder resuelto. "Mira, cuando viene el mensajero, cierra la puerta y abr�zalo en la puerta". Por el bien del hombre, retenlo, no lo dejes contraer el crimen cometiendo asesinato. Probablemente en este momento Eliseo vio al rey mismo apresur�ndose hacia �l para revocar su decreto asesino. La bondad consciente es siempre tranquila. �l es "mantenido en perfecta paz, cuya mente est� en el Se�or".

3. Fue la calma la que conquist�. Al parecer, el propio rey estaba pronto en la puerta. Hab�a cedido y se apresur� a evitar la ejecuci�n de su orden asesina. "Y mientras a�n hablaba con ellos, he aqu�, el mensajero baj� a �l; y �l dijo: He aqu�, este mal es del Se�or; �qu� debo esperar m�s para el Se�or?" Esta declaraci�n es la del rey, y parecer�a que fue una respuesta a la exhortaci�n del profeta a "esperar al Se�or". Y quiere decir: "Este mal no es de ti, Eliseo, sino del Se�or, y no tiene remedio; '�qu� debo esperar m�s para el Se�or?'" No es probable que una expresi�n tan humillante como esta habr�a ca�do de los labios del rey, si hubiera conocido a Eliseo en un estado de furiosa emoci�n. Sin duda fue la majestad moral de la calma lo que golpe� el coraz�n del monarca. � D.T.

HOMILIAS POR J. ORR

2 Reyes 6:1

El hacha prestada.

Este es otro de los milagros de ayuda de Eliseo. La historia pertenece a la misma clase de actos que los relacionados en 2 Reyes 2:19-12; 2 Reyes 4:1, 2 Reyes 4:38-12.

I. LA CABEZA DE AX NECESITA. Los primeros versos nos presentan una imagen de expansi�n y extensi�n. El lugar donde "los hijos de los profetas" habitaban o "se sentaban" antes de que Eliseo, en Jeric�, se hubiera vuelto demasiado estrecho para ellos. La influencia de Eliseo evidentemente contaba sobre la naci�n. El movimiento religioso representado por las escuelas prof�ticas crec�a en fuerza y ??volumen. Es alentador escuchar sobre el crecimiento y el progreso en la Iglesia. Nosotros notamos:

1. Los profetas enfrentaron su situaci�n. "He aqu� ahora, el lugar donde habitamos contigo es demasiado estrecho para nosotros". No se quedaron quietos y se esforzaron por adaptar su creciente n�mero a las viejas condiciones. Mostraron un esp�ritu de empresa, de avance, en correspondencia con sus necesidades alteradas. Esta fue la verdadera sabidur�a. La Iglesia debe adaptarse a las nuevas necesidades, a las circunstancias alteradas, a las condiciones de progreso, si quiere mantener su posici�n. "Ampl�a el lugar de tu tienda", etc. ( Isa�as 54:2).

2. Estaban dispuestos a hacer un esfuerzo necesario. "V�monos, te rogamos, a Jordania, y llevemos a cada uno una viga", etc. Estaban preparados para hacer lo necesario para lograr los cambios necesarios. Ten�an las dos condiciones para un trabajo exitoso: unidad de esp�ritu y voluntad individual. Deb�an trabajar juntos por un fin com�n, y cada hombre deb�a hacer su parte por separado. El le�ador individual podr�a lograr poco. Unidos, f�cilmente podr�an hacer un lugar para su alojamiento com�n.

3. Desearon que Eliseo fuera con ellos. "Cont�ntate, te ruego, y ve con tus siervos". Eliseo era el v�nculo de su comunidad. No deseaban actuar sin su sanci�n ni ir a donde �l no pod�a acompa�arlos. La Iglesia, en sus cambios, debe cumplir con la verdad fundamental y no hacer nada que excluya al Maestro.

II LA CABEZA DE AX PERDIDO. Dada la sanci�n de Eliseo, los baudios de los profetas pronto estuvieron ocupados en Jordania, cortando �rboles y prepar�ndose para el nuevo edificio. Luego ocurri� el percance y la p�rdida que da nombre a la historia. Cuando uno estaba cortando una viga, la cabeza del hacha vol� y cay� en la parte profunda del r�o. Era un hacha prestada, y las lamentaciones del hombre fueron instant�neas y sinceras. Se producir�n percances en las mejores empresas.

1. Hab�a perdido lo que un vecino le hab�a prestado. La propiedad no era suya. Le hab�a sido prestado, probablemente a petici�n suya, y en el esp�ritu de buena voluntad de vecindad. Es agradable pensar en tales actos de vecindad. Pero cuanto m�s voluntariamente le hab�an prestado el hacha, m�s se lamentaba el perdedor del percance que le hab�a sucedido. Es bueno que los vecinos est�n listos para prestar; pero el incidente tambi�n muestra el peligro de pedir prestado. Debemos tratar de ser tan independientes de los dem�s como podamos; entonces, si nos sucede la desgracia, lo que perdemos es al menos solo el nuestro.

2. No pudo reemplazar la p�rdida. Si hubiera podido hacerlo, no habr�a requerido pedir prestado. Los "hijos de los profetas" eran buenos hombres, pero pobres. Una cabeza de hacha era algo peque�o, pero significaba mucho para el usuario, y quiz�s no menos para el propietario original. Es un esp�ritu de conciencia que habla en el lamento del hombre. Sostuvo el hacha como un fideicomiso y dese� fervientemente devolverlo. Es bueno ver a los hombres "fieles en lo que es menos" ( Lucas 16:10).

3. Ya no pod�a hacer su parte del trabajo. La cabeza del hacha era indispensable para cortar su viga. Ten�a el mango, pero no sirvi� de nada sin la plancha. Esto tambi�n lo entristeci�. Cualquier cosa que incapacite a un hombre para participar en la construcci�n del reino de Dios ser� una pena para �l.

III. LA CABEZA DE EJES SE RECUPER�. El llamamiento indirecto que se hizo a Eliseo con las palabras "�Ay, se�or! Porque fue prestado" no fue en vano. Fue un caso en el que se esperaba que Eliseo ayudara, y lo hizo. En el milagro vemos:

1. Agencia humana. Hay una notable combinaci�n de lo Divino y lo humano en toda la transacci�n. Eliseo pregunt�: "�D�nde se cay�?" Se podr�a haber pensado que si tuviera el poder de llevar el hierro a la superficie, tambi�n podr�a saber d�nde cay�. Pero el hombre tuvo que mostrarle el lugar. Luego, cuando el hierro nad�, Eliseo dijo: "Ll�vatelo a ti". Y el hombre extendi� la mano y la tom�.

2. S�mbolo expresivo. El milagro, como siempre, fue acompa�ado por una acci�n simb�lica. Se cort� un palo y se arroj� al agua. El acto fue solo una forma expresiva de decir: "Deja que el hierro nade como lo hace este palo". Su �nica funci�n era dirigir la atenci�n al resultado sobrenatural.

3. Poder todopoderoso. "El hierro s� nadaba". Hubo aqu�, no la alteraci�n de las propiedades del hierro (de lo contrario, ya no ser�a hierro), sino la introducci�n de una nueva causa, que contrarrest� el efecto natural de la gravedad y elev� el hierro a la superficie. La naturaleza no es m�s que un instrumento en la mano de Dios, y puede ser doblada por �l para sus propios fines. La lecci�n del incidente es confiar en Dios para que nos ayude incluso en lo que podr�amos sentir la tentaci�n de llamar las peque�as cosas de la vida. La p�rdida de una cabeza de hacha puede parecer una circunstancia trivial para pedir una interferencia con las leyes del universo. Pero con Dios no hay grandes y peque�os. Podemos darle a conocer todos nuestros deseos, con la seguridad de ser ayudados. � J.O.

2 Reyes 6:8

Una invasi�n sin botas.

La hostilidad cr�nica que subsisti� entre los reinos israelita y sirio pronto estall� nuevamente en la guerra. En esto, como en otros casos, Siria fue el agresor. El reino invadido fue entregado, no a trav�s de "la espada y el arco" ( 2 Reyes 6:22) de su rey, sino una vez m�s a trav�s de la interposici�n de Eliseo.

I. PLANES FRUSTRADOS.

1. Estrategia real. La guerra que comenz� el Rey de Siria estaba destinada a continuar, no por una batalla en campo abierto, sino por una serie de sorpresas, causadas por la plantaci�n de emboscadas en lugares convenientes. Era astucia m�s que fuerza en la que confiaba el rey. "Consult� con sus sirvientes sobre el mejor m�todo para llevar a cabo sus planes. Los hombres tienden a sobrevalorar la astucia. Desempe�a un papel importante en la conducci�n de los asuntos mundanos, especialmente pol�ticos y militares.

2. El fracaso de los planes. Si los conspiradores eran "profundos para hacer la matanza" ( Oseas 5:2), Dios era m�s profundo que los conspiradores, "una refutaci�n de todos ellos ( Oseas 5:2). Este era el elemento Benhadad se qued� fuera de sus c�lculos. Todo lo que pas� en la c�mara del consejo del rey fue revelado por Dios a Eliseo, quien se lo cont� al Rey de Israel. Lo que se dijo "al o�do" en Damasco se proclam� "sobre los tejados de las casas" en Samaria ( Lucas 12:3). As� el Rey de Israel se salv� a s� mismo "no una o dos veces". Los malvados se equivocan mucho cuando dicen: "�C�mo sabe Dios? y hay conocimiento en el Alt�simo? "(Salmo 73:11). No es uno de sus planes, pero est�" desnudo y abierto "( Hebreos 4:13) para �l. Con un conocimiento y Habilidad infinitamente m�s all� de la de ellos, �l puede hacer que la mayor parte de sus esquemas quede en nada. Es la comodidad y seguridad de aquellos que conf�an en Dios y est�n bajo su cuidado especial.

3. El secreto descubierto. El disgusto del rey de Siria por la continua frustraci�n de sus planes fue genial. No pod�a explicarlo de otra manera que algunos de sus propios sirvientes traicionaban habitualmente sus consejos. Los que tienen a Dios con quien luchar deben rendir cuentas por muchas decepciones y problemas. Finalmente, el que conoc�a los hechos sobre Eliseo le dio a conocer el estado real del caso. Fue un descubrimiento sorprendente hacer, que las cosas que �l habl� en su habitaci�n fueron contadas con precisi�n por Eliseo a su enemigo, el Rey de Israel. Ninguno de nosotros quisiera ser supervisados ??de este modo en nuestras acciones secretas por nuestros semejantes. �Qu� poco reflejamos que, de hecho, estamos siendo supervisados ??moralmente por el Dios viviente! El nombre de Eliseo ser�a bien conocido en Siria desde la curaci�n del famoso capit�n.

II DEFENSA INVISIBLE Si Eliseo era el medio de descubrir sus planes, el �nico curso posible para que el Rey de Siria siguiera era asegurar a la persona del profeta, y as� detener las futuras comunicaciones con el Rey de Israel. Benhadad podr�a haber reflejado que, si Elisha conoc�a todos sus planes, este plan tambi�n lo ser�a, y Elisha podr�a escapar f�cilmente. Pero los hombres malvados, por regla general, no reflexionan sobre la locura de su oposici�n a Dios. El rey, habiendo comprobado que Eliseo estaba en Dothan, envi� una expedici�n para arrestarlo.

1. El anfitri�n que lo abarca. La fuerza enviada contra Eliseo fue "un gran anfitri�n" que super� con creces a los capitanes de los a�os cincuenta con sus cincuenta que fueron enviados a arrestar a Elijah ( 2 Reyes 1:1). Benhadad confi� en carros y caballos (Salmo 20:7). Sin embargo, �por qu� una compa��a tan grande para tomar un prisionero, si no hab�a un brazo sobrenatural para luchar por �l? Y si Dios fuera Protector, �qu� aprovechar�a incluso este gran anfitri�n? Otra prueba de la incertidumbre interna con la que se inici� esta empresa se ve en el hecho de que el anfitri�n rodeaba la ciudad "de noche". Combinado con la creencia del hombre mundano de que la fuerza f�sica es irresistible, existe el temor al acecho de que, despu�s de todo, puede no resultar irresistible.

2. El siervo tembloroso. Al despertarse temprano a la ma�ana siguiente, y al salir, el sirviente de Eliseo vio, para su consternaci�n, la ciudad rodeada de carro y caballo. Su grito, cuando se apresur� a regresar para informar el hecho a su maestro, fue: "�Ay, mi maestro! �C�mo lo haremos?" Por lo tanto, son aptos los hombres para juzgar una situaci�n puramente por el est�ndar del sentido. Los factores materiales son casi los �nicos observados. Se estima que las cosas nos ir�n bien o mal seg�n la situaci�n natural parezca favorable o al rev�s. El objetivo constante de la ense�anza de la Biblia es elevarnos por encima de este punto de vista, darnos uno m�s elevado.

3. Los protectores invisibles. Eliseo rez� para que se abrieran los ojos del joven, y luego vio el error que estaba cometiendo. "La monta�a estaba llena de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo". No es de extra�ar que, en este momento de aparente peligro, Eliseo estuviera lleno de calma y confianza. Conociendo los designios de Benhadad, podr�a haber escapado si lo hubiera deseado, pero con las fuerzas del Rey invisible interpuestas entre �l y sus enemigos, ni siquiera sinti� que esto fuera necesario. No menos confiadamente, en �pocas de peligro de hombres imp�os, que el creyente entregue su camino al Se�or. Puede que no se le otorgue ver los s�mbolos de protecci�n invisible, pero no menos seguro puede confiar en que "el �ngel del Se�or acampa alrededor de los que le temen y los libera" (Salmo 34:7 ) �l puede decir con David: "No temer� a diez mil personas que se han puesto en mi contra" (Salmo 3:6). No pueden hacerle m�s da�o de lo que Dios ve reunirse para permitir. Los que est�n para �l son m�s que los que est�n en contra de �l.

III. Bueno para el mal.

1. La ceguera sobrenatural. Al descender de las alturas agrias cercanas, en las que hab�an acampado durante la noche, los sirios se acercaron para tomar a Eliseo. �l, por su parte, or� al Se�or, hiere a este pueblo, te ruego, con ceguera "La oraci�n fue concedida, aunque la palabra significa m�s bien confusi�n y aturdimiento mental, que privaci�n absoluta de la vista (). Sus movimientos se volvieron sin rumbo, y Eliseo, acerc�ndose a ellos, dijo: "Este no es el camino, ni esta es la ciudad: s�gueme, y te llevar� al hombre a quien golpeas". La aparici�n de la falsedad en este discurso solo si olvidamos que los hombres estaban en un laberinto mental, y probablemente en realidad estaban apart�ndose del camino y de la ciudad en su intento de b�squeda. Eliseo, al prometer llevarlos al hombre que quer�an, no emprendieron m�s de lo que �l realiz�. Solo cuando el Se�or abri� los ojos, descubrieron que estaban, no en Dothan, sino en Samaria. Esta es una de las formas en que Dios frecuentemente incomoda a los hombres malvados, derramando confusi�n en sus consejos. "tientas por la pared, como los ciegos, y tientas como si (ellos) no tuvieran ojos: (tropiezan al mediod�a) ay como en la noche; (ellos) est�n en lugares desolados como hombres muertos ( Isa�as 59:10). Se les conceden los deseos de sus corazones, pero a la manera de Dios; y de tal manera que conduzca a su desconcierto final "( 2 Samuel 15:31).

2. La propuesta del rey de Israel. Al principio parec�a que esta gran multitud de sirios hab�a sido conducida como ovejas al matadero. Ahora estaban en el poder del Rey de Israel, y �con qu� fin Eliseo los habr�a tra�do all� para que el rey los golpeara? El rey mismo no era nada detestable. En tono ansioso, inst� a Eliseo a que se le permitiera destruirlos. La pol�tica de matanza es siempre f�cil. Puede parecer sancionado por los precedentes del Antiguo Testamento. Probablemente, sin embargo, incluso en el Antiguo Testamento, no hay ning�n ejemplo del exterminio divinamente sancionado de una multitud que no fueron cautivos en una guerra legal. Este es el punto que Eliseo pide en respuesta. Si el rey hiriera a esta multitud, �estar�a golpeando a los que hab�a tomado con su espada y arco? El no lo har�a. Dios hab�a entregado a estos cautivos en sus manos, y con otros fines adem�s de eso deber�a destruirlos.

3. El magn�nimo consejo de Eliseo. Eliseo le mostr� al Rey de Israel "una manera m�s excelente" ( 1 Corintios 12:31). Que les ponga pan y agua delante de ellos, para que coman y beban, y vayan a su amo. Aqu�, seguramente, en el Antiguo Testamento, respira el esp�ritu del Nuevo. Es el precepto de Cristo de hacer el bien a los enemigos, de devolver el bien por el mal, de tratar de vencer el mal con el bien. El Rey de Israel se comport� de manera m�s noble de esta manera que si hubiera derramado la sangre de estos cautivos. Dios no tiene placer en los derrames innecesarios de sangre. Una instancia de clemencia similar a los cautivos tuvo lugar en el reinado de Pekah, a instancias del Profeta Oded ( 2 Cr�nicas 28:9). El Rey de Israel hizo lo que Eliseo deseaba, y los cautivos fueron entretenidos primero y luego enviados de regreso. Una acci�n tan generosa deber�a haber evocado un esp�ritu amistoso en Benhadad, pero a lo sumo solo lo hizo por un tiempo. Sin embargo, no debemos desanimarnos a actuar correctamente, porque aquellos a quienes les mostramos amabilidad no aprecian nuestra acci�n: J.O.

2 Reyes 6:24-12

El asedio de Samaria.

Sin previo aviso por el fracaso de los intentos anteriores, Benhadad pronto se vio envuelto en una nueva guerra contra Israel. La nueva invasi�n se hizo con la ocasi�n de una nueva liberaci�n, m�s maravillosa que cualquiera de las anteriores, pero no antes de que Samaria hubiera sido reducida al estrecho m�s desesperado.

I. LOS HORRORES DE UN ASEDIO.

1. La ciudad invirti�. El rey de Siria avanz� con su ej�rcito y dio un golpe directo a la capital del pa�s. Samaria fue la clave de la situaci�n. En ella estaba el rey, la corte, el profeta Eliseo, todo el estado de la realeza. Si pudiera verse obligado a capitular, toda la tierra estar�a a merced del invasor. Benhadad, en consecuencia, rode� la ciudad y, despu�s de cortar todos los suministros, esper� hasta que el hambre la oblig� a rendirse. El m�todo de asedio es com�n en la guerra. Nada podr�a ilustrar m�s terriblemente la impotencia de los seres humanos cuando se les priva del uso de las producciones ordinarias de la naturaleza. Dependemos de Dios para la existencia diaria, y no nos damos cuenta.

2. La hambruna temerosa. Sin suministros, el stock de alimentos en Samaria pronto se agot� por completo. Se nos recuerda la terrible angustia de los asedios tan famosos como los de Londonderry en 1689 y Par�s en 1870. Lo que en circunstancias ordinarias se considerar�a no apto para la alimentaci�n humana, m�s a�n, se aborrec�a, y los precios de la hambruna se alegraban pagado por ello. "La cabeza de un asno se vendi� por cuatro piezas de plata", etc. El hambre es uno de los apetitos m�s dominantes. "En todos los pa�ses y en todas las �pocas, la primera y m�s interesante pregunta que la mayor�a de los hombres tiene que resolver pr�cticamente es: '�C�mo vamos a obtener pan?' El bienestar social, moral y espiritual del hombre se vuelve incalculable en esa cuesti�n. A lo largo de toda la historia, sagrada y profana, esta gran necesidad ha estado influyendo y moldeando como primer poder las naciones de los hombres. De ah� la importancia de la petici�n en el centro de la oraci�n del Se�or: "Danos hoy nuestro pan de cada d�a". A primera vista, puede parecer una petici�n relativamente peque�a, eclipsada y eclipsada por las grandes peticiones espirituales, tanto antes como despu�s; pero el que sab�a lo que hab�a en el hombre, sab�a qu� influencia poderosa tuvo la cuesti�n del pan diario en toda su vida. y bienestar; y cuando nosotros mismos consideramos el poder que tiene en el mundo, vemos algo de la raz�n para colocar tal petici�n en el centro de un modelo de oraci�n "(F. Ferguson).

3. Afecto natural destruido. El impactante episodio narrado en 2 Reyes 6:26-12 ilustra los comentarios anteriores (cf. Deuteronomio 28:53-5). El rey fue detenido cuando pasaba por la pared por una mujer que le ped�a ayuda. Sin amargura no natural, respondi�: "Si el Se�or no te ayuda, �de d�nde te ayudar�?" �Estaba fuera del piso de granero vac�o o del lagar seco? Luego investig� su queja, y escuch� de ella, su historia repugnante. Una mujer le hab�a propuesto que le diera a su hijo comida a los dos ese d�a, y que le dar�a a su hijo al d�a siguiente. La demandante hab�a cumplido su parte del trato, y ahora la segunda mujer hab�a escondido a su hijo. Uno pregunta: �Podr�a la naturaleza humana, en su extremo extremo, descender alguna vez a hechos tan repugnantes? �Pobre de m�! Las instancias en la historia no son pocas. Tenemos razones para agradecer a Dios por su bondad al preservarnos de tal extremo y tanta tentaci�n.

II Culpable puesto en la puerta equivocada.

1. La se�al de humillaci�n. La terrible historia de la mujer, que revelaba tales profundidades de horror en la ciudad, hiri� al rey hasta el coraz�n. Su primer acto fue rasgar su ropa, y, mientras la gente miraba, vieron que en secreto hab�a estado usando cilicio sobre su carne. Los comentaristas, tal vez, apenas le hacen justicia a Joram en este acto. El siguiente verso muestra que su religi�n no fue muy profunda; pero varias circunstancias sugieren que hubo una medida de sinceridad en su penitencia. Evidentemente, hasta ahora hab�a escuchado los consejos de Eliseo, y trat� de "esperar en el Se�or" la liberaci�n, la mentira no se muestra mal en su simpat�a con la gente. El mismo secreto de su uso de tela de saco lo distingue del acto de un ostentoso formalista. Probablemente, al igual que su padre Ahab, realmente se "humill�" por un tiempo "y se fue suavemente" ( 1 Reyes 21:27, 1 Reyes 21:29). Si, en su arrebato de pasi�n, pronunci� una amenaza de muerte contra Eliseo, parece que se habl� tan pronto como se arrepinti�, y se apresur� despu�s de su mensajero para contrarrestarlo. Es bueno cuando los castigos de Dios conducen a la humillaci�n del alma. Al menos podemos hacer de Jehoram un ejemplo en la falta de ostentaci�n de sus ejercicios de penitencia ( Mateo 6:16).

2. La amenaza y su recepci�n. Llevado por su ira y su sensaci�n de intolerable situaci�n, el rey jur� que ese mismo d�a se le quitar�a la cabeza de Eliseo. Fue una expresi�n perversa e inexcusable. Las razones de esto pueden asignarse as�:

(1) Eliseo aparentemente lo hab�a instado a tener paciencia y arrepentimiento, asegur�ndole que vendr�a ayuda. Esa esperanza hab�a sido decepcionada.

(2) �l fij� la responsabilidad de la demora de la ayuda en Eliseo, como alguien que ten�a poder con Dios y no lo hab�a ejercido.

(3) Estaba enojado con Dios mismo, y se conmovi� para vengarse de los ministros de Dios. Si hubiera considerado adecuadamente el asunto, habr�a reflejado que Eliseo, como �l mismo, solo pod�a presentar sus deseos a Dios y esperar el tiempo de Dios; que el profeta hab�a estado haciendo esto sin descanso, y que era la �nica esperanza y salvador del pueblo; y que, si la culpa yac�a en la puerta de cualquiera, era su propia maldad y la de sus asociados, lo que tra�a estas calamidades sobre la naci�n. Sin embargo, los hombres malvados rara vez est�n dispuestos, excepto en un grado muy limitado, a llevarse la culpa a sus hogares. Culpar�n a Dios, a sus compa�eros, a sus consejeros espirituales, a todos menos a ellos mismos, por sus miserias. Es una imagen muy diferente que tenemos de Eliseo. Se sienta compuesto en su casa, con los ancianos de Samaria a su alrededor, sin duda exhort�ndolos y fortaleci�ndolos a esperar en Dios. Por esa clarividencia prof�tica de la que tenemos tantos casos, �l supo de la amenaza del rey tan pronto como se pronunci�, y orden� a los ancianos que cerraran la puerta contra este mensajero del "hijo de un asesino", y lo detuvieron hasta que el rey El mismo vino.

3. �Por qu� esperar m�s en el Se�or? Pronto lleg� Joram, y sus primeras palabras a Eliseo fueron: He aqu�, este mal es del Se�or; �qu� debo esperar m�s para el Se�or? ". Se presume que Elise se apart� de su amenaza cuando Eliseo le respondi� como lo hizo. Pero sus palabras muestran su concepci�n err�nea radical de la religi�n. Esperar en el Se�or no era un deber. hecho con respecto a su propia correcci�n y propiedad. Era, pens�, un medio para un fin. Si se obten�an beneficios de �l, se deb�a hacer; si no, se deb�a dejar de lado. Servicio de Dios lo que surge de este principio no es el verdadero servicio. Es un inter�s propio disfrazado. No tiene una verdadera fuente de amor, devoci�n o adoraci�n. El esp�ritu se une con el del adorador del fetiche, que reza a sus dioses por lluvia, y los golpea si no lo entiende. Pero �por qu� culpar a Joram, como si fuera especialmente imp�o? �No se muestra el mismo esp�ritu en multitudes entre nosotros? Mientras el sol brilla sobre ellos, est�n dispuestos a ser religiosos. Si la adversidad viene, hay incredulidad, murmullos, impaciencia, rebeli�n ante el orden divino ". �Recibiremos el bien de la mano de Dios y no recibiremos el mal? "( Job 2:10). No es suficiente reconocer que el mal proviene del Se�or, debemos humillarnos bajo su mano, someternos a �l, ser due�os de la justicia de sus tratos y tratar de sacar provecho de sus castigos. No debemos desmayarnos, ni volvernos incr�dulos, sino estar seguros de que, al prolongar la hora de la liberaci�n, Dios solo est� esperando hacer que la liberaci�n sea m�s se�al y gloriosa ( Hebreos 12:5). J.O.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre 2 Kings 6". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/2-kings-6.html. 1897.