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Bible Commentaries
2 Samuel 9

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

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Versículos 1-13

EXPOSICI�N

2 Samuel 9:1

�Queda algo de la casa de Sa�l? Como Mephibosheth ten�a cinco a�os a la muerte de su padre ( 2 Samuel 4:4), pero ahora ten�a un hijo ( 2 Samuel 9:12), debe haber transcurrido un tiempo suficiente para que creciera y se casara. ; as� que probablemente los eventos de este cap�tulo ocurrieron diecisiete o dieciocho a�os despu�s de la batalla de Gilboa. Como David fue rey en Hebr�n durante siete a�os y medio, hab�a sido rey de todo Israel durante unos nueve a�os. Pero durante este largo per�odo hab�a estado involucrado en una lucha agotadora, que le hab�a dejado poco descanso, y durante el cual podr�a haber sido peligroso sacar a la casa de Sa�l de la oscuridad. Pero por fin estaba firmemente establecido en el trono y ten�a paz por todas partes; y lleg� el momento de actuar seg�n la promesa hecha a Jonathan ( 1 Samuel 20:14, 1 Samuel 20:15), y que podemos estar seguros de que David nunca hab�a olvidado.

2 Samuel 9:2

Un sirviente que se llamaba Ziba. Es evidente a partir de esto que David no estaba seguro de que Jonathan hab�a dejado atr�s un hijo; pero no por el cambio de nombre de Meribbaal ( 1 Cr�nicas 8:34); porque Baal retuvo su significado inocente de "se�or" hasta la �poca de Jezabel. Luego se convirti� en el t�tulo del dios del sol fenicio; y la desvergonzada adoraci�n de Jezabel a esta deidad, y su crueldad hacia los profetas de Jehov�, hicieron que la gente cambiara el nombre de Baal a Bosheth, "la cosa vergonzosa" (ver nota en 2 Samuel 2:8). Mephibosheth no hab�a cambiado su nombre, pero hab�a vivido en la oscuridad en la regi�n salvaje m�s all� de Mahanaim. Mientras tanto, Ziba probablemente se hab�a ocupado de la propiedad de Sa�l en la tribu de Benjam�n. No hay raz�n para dudar de que �l hab�a sido mayordomo all� para Sa�l, y despu�s de la muerte de su amo hab�a continuado en posesi�n de la propiedad. David, podemos estar seguros, no interferir�a con eso, y Ziba lo mantendr�a para los herederos de Sa�l, quienes no podr�an tomar posesi�n. A �l ahora env�a David, no porque esperara o�r hablar de un hijo de su querido amigo Jonathan, sino porque estaba listo para mostrar amabilidad a cualquier representante del monarca ca�do.

2 Samuel 9:3

La bondad de Dios. Es decir, amabilidad extraordinaria. La mente devota de los orientales vio en todo lo que era m�s que una manifestaci�n com�n de Dios, y as� el ep�teto "de Dios" se aplic� a todo lo que era muy grande. David mostrar�a la bondad simiente de Sa�l tan maravillosa como lo son los tratos de Dios con el hombre.

2 Samuel 9:4

Machir, el hijo de Ammiel, en Lo-debar. De Lo-debar no se sabe nada, pero debe haber sido al este del Jord�n, cerca de Mahanaim. De Ammiel leemos nuevamente en 2 Samuel 17:27, donde encontramos que era un hombre rico, que ayud� a suplir las necesidades de David y sus hombres durante la rebeli�n de Absal�n. Posiblemente esta amabilidad de David hacia alguien por quien sent�a sentimientos de lealtad, como la representaci�n de una casa real a la que hab�a permanecido fiel, le gan� el coraz�n. Hab�a una magnanimidad al respecto que lo recomendar�a a un hombre que era generoso y verdadero.

2 Samuel 9:6

Se cay� de cara. Mephibosheth probablemente esperaba el destino que en el Este generalmente le sucede a los miembros de una dinast�a destronada. Posteriormente, en Israel, cada nueva l�nea de usurpadores mat� a cada pariente masculino de su predecesor, y fue con dificultad en Jud� que un beb� fue rescatado de las manos de su propia abuela, Atal�a, cuando usurp� el trono. Visto, entonces, a la luz de la pol�tica oriental, la conducta de David fue muy generosa.

2 Samuel 9:7

Toda la tierra de Sa�l tu padre. David probablemente restaur� a Mefiboset no solo las tierras de Gabaa, que Ziba hab�a logrado conservar, sino las propiedades de Sa�l en general. Sin embargo, parece haber sido de parte de Ziba un rencor contra Mephibosheth por haberle devuelto al rey lo que esperaba conservar como propio. El privilegio de ser amigo del rey y comer en su mesa era un honor que ser�a m�s preciado que incluso la posesi�n de las propiedades.

2 Samuel 9:8

Un perro muerto A primera vista, esta extrema humillaci�n de s� mismo nos hace ver a Mephibosheth como una criatura pobre, a quien la desgracia y la deformidad personal tempranas se hab�an combinado para deprimir. Pero en realidad esto es imponer a una hip�rbole oriental una exactitud occidental de significado. Cuando en el Este, su artista le asegura que todo lo que tiene para su �ltimo dirhem es suyo, sin embargo, espera que pague el doble del valor por todo lo que consume; pero hace su exacci�n agradable por su extrema cortes�a. As� que Ephron le ofreci� su cueva en Machpelah a Abraham como obsequio, pero se encarg� de obtener un precio exorbitante ( G�nesis 23:11, G�nesis 23:15). Mephibosheth se describi� a s� mismo en t�rminos similares a los utilizados por David de s� mismo para Sa�l ( 1 Samuel 24:14); pero no quer�a decir nada m�s que expresar una gran gratitud y tambi�n reconocer la disparidad de rango entre �l y el rey.

2 Samuel 9:9

El hijo de tu se�or. Estrictamente, Mefiboset fue el nieto de Sa�l, pero las palabras de relaci�n se usan de manera muy general en hebreo.

2 Samuel 9:10

Para que el hijo de tu se�or tenga comida para comer. En lugar de "hijo", hebreo ben, algunos comentaristas prefieren la lectura de algunas versiones griegas, a saber, "casa", hebreo, beth. Pero la dificultad que buscan evitar surge solo de la extrema literalidad de la interpretaci�n. Aunque Mefiboset com�a en la mesa del rey, tendr�a una casa que mantener, porque ten�a esposa e hijo, y otros gastos; y que �l tenga "comida para comer" incluye todo lo necesario, al igual que nuestra oraci�n por el "pan de cada d�a". Vivir�a en Jerusal�n como un noble y Ziba cultivar�a sus propiedades, pagando, como es habitual en Oriente, una proporci�n fija del valor del producto a su maestro. Ziba tuvo quince hijos y veinte sirvientes (esclavos). Evidentemente hab�a prosperado; porque, comenzando como esclavo en la casa de Sa�l, ahora ten�a varias esposas y muchos esclavos propios, y se hab�a convertido en una persona de considerable importancia. Seguir�a si�ndolo, aunque algo desprovisto de riqueza y dignidad al convertirse en el granjero de Mephibosheth.

2 Samuel 9:11

En cuanto a Mefiboset, dijo el rey, �l, etc. Estas palabras son dif�ciles, porque hacen que David diga lo mismo tres veces. El texto es probablemente corrupto, ya que requiere la inserci�n de alguna frase como el "dijo el rey" de la versi�n autorizada para que sea inteligible. De las muchas enmiendas propuestas, la m�s probable es la de la LXX. y sir�aco, que hacen de esta cl�usula una observaci�n del historiador se�alando el gran honor que se le hizo a Mefiboset al colocarlo en igualdad con los propios hijos de David. Luego funcionar�a de la siguiente manera: Entonces Mefiboset comi� en la mesa del rey como uno de los hijos del rey.

2 Samuel 9:12

Micha Este hijo de Mefiboset se convirti� en el representante de la casa de Sa�l, y tuvo numerosos descendientes, que lideraron a los hombres en la tribu de Benjam�n hasta el cautiverio (ver 1 Cr�nicas 8:35-13; 1 Cr�nicas 9:40-13 )

HOMIL�TICA

2 Samuel 9:1

Los hechos son:

1. David, recordando su amor por Jonat�n, pregunta si hubo sobrevivientes de la casa de Sa�l; y al ser informado de la proximidad de Ziba, un viejo sirviente, env�a a buscarlo.

2. Le dicen que un hijo de Jonat�n, cojo de pie, es un extranjero en la casa de Machir.

3. Al ser enviado a buscar, Mefiboset, al aparecer ante el rey, cae de bruces y hace reverencia, pero se le habla amablemente.

4. Al estar asegurado por David de que no hab�a necesidad de temor, que la bondad por el bien de su padre estaba reservada y que todas las propiedades de su abuelo deb�an ser restauradas, expresa con hechos y palabras su sentido de indignidad.

5. David informa a Ziba de su decisi�n con respecto a la propiedad, y le ordena que act�e como mayordomo en beneficio de Mephibosheth, que en adelante ser�a un invitado en la mesa real.

6. Los arreglos se llevan a cabo, y as� se explica el hecho de la residencia de Mefiboset en Jerusal�n.

El poder de las asociaciones sagradas.

Las Escrituras, en com�n con toda la historia, generalmente nos dan los hechos externos de la vida, dejando que se infieran los procesos mentales y morales privados que deben haber quedado atr�s. Hay una brusquedad en la transici�n del historiador de un relato de las victorias de David y la administraci�n general a este registro de un acto de bondad personal. Pero si las leyes de la mente humana fueran las mismas que ahora, podemos estar seguros de que no hubo tal desconexi�n en el curso interno de la experiencia de David. Durante los pocos a�os de actividad p�blica en la b�squeda de la consolidaci�n de su poder, cubierto por los cap�tulos anteriores, a menudo hab�a surgido en su mente recuerdos de antiguos d�as de juicio y nombres de amigos y enemigos que ya no est�n entre los vivos; y si el pensamiento engendra emoci�n, en estas ocasiones experimentar�a sentimientos correspondientes al tema de sus pensamientos. Entre estos pensamientos, con su sentimiento correspondiente, estaban indudablemente los relacionados con su amado Jonathan; y lo que el historiador aqu� presenta ante nosotros en la narrativa sobre Mefiboset es simplemente el �ltimo manantial, desde lo m�s profundo de la memoria, de las viejas asociaciones que se agrupan alrededor del nombre de Jonathan con tanta fuerza como para emitir en los hechos aqu� registrados.

I. LAS ASOCIACIONES HUECAS SON UN GRAN PODER EN LA VIDA. La vida humana no est� determinada en su condici�n o conducta en una hora en particular por lo que es puramente nuevo en pensamiento, sentimiento o circunstancia. El pasado proporciona la semilla sobre la cual el presente act�a como un nuevo entorno, y la naturaleza de ese pasado es un elemento m�s potente para determinar la conducta que el nuevo entorno. La pista principal para el car�cter posterior de David debe buscarse en sus experiencias anteriores. Las fuerzas internas m�s poderosas que influyen as� en la vida son aquellas que se centran en asociaciones fuertes y sagradas. El recuerdo del amor de Jonathan funcion� inconscientemente como un hechizo a lo largo de la carrera de David. Todo hombre est� sujeto a esta ley de la vida. Como regla general, las primeras asociaciones mentales de nuestra vida dan tono y color a todo lo que viene despu�s. El poder que yace en el recuerdo del amor de una madre incluso sobre los caprichos de a�os posteriores es proverbial. La menci�n de un nombre puede ser suficiente para inundar los ojos con l�grimas y romper el coraz�n m�s fuerte. David nunca supo cu�nto de la moderaci�n, de la ternura, de la noble aspiraci�n, y de la fidelidad a la verdad y al honor que deb�a a las asociaciones llevadas en su memoria con el nombre de su amigo Jonathan. Entonces, para nosotros, el "Nombre que est� por encima de cada nombre" es el centro de asociaciones tan poderosas como bendecidas; y cuanto m�s podamos enriquecer nuestra naturaleza con asociaciones afines, m�s ricas y m�s cristianas ser�n nuestras vidas.

II HAY OCASIONES CUANDO LAS ASOCIACIONES HUECAS PUEDEN EXPERTAR SU INFLUENCIA CORRECTA. Durante los primeros a�os de su reinado, David parece haber estado completamente absorto en el trabajo de restaurar el orden civil y religioso de su reino, y de asegurarlo contra la presi�n de los enemigos circundantes. Una consideraci�n del estado actual de las cosas como consecuencia del mal gobierno de Sa�l, y de las enormes labores involucradas en una monarqu�a absoluta cuando sus obligaciones se llevan a cabo fielmente, explicar� el aparente descuido de la casa de Jonathan hasta la fecha actual. Es razonable suponer que David a veces hab�a pensado en este asunto, y la forma en que se presenta en 2 Samuel 9:1 sugiere que ahora era el momento de hacer realidad sus propios deseos previamente apreciados. Podr�a haber sido pol�ticamente imprudente, y para los descendientes de Sa�l personalmente perjudicial al colocarlos en el camino de la tentaci�n de las conspiraciones, si hubiera tratado de restablecer a alguno de ellos durante la rebeli�n de Ishbosheth e inmediatamente despu�s de su fallecimiento. El establecimiento seguro y pleno de su autoridad era evidentemente la ocasi�n para que las viejas y apreciadas asociaciones con el no, yo de Jonathan, presentaran su fuerza. Todos tenemos dentro de nosotros un poder de reserva en las asociaciones sagradas que apreciamos. Nunca est�n sin una influencia inconsciente; pero puede haber temporadas en las que hagamos bien en abrir las puertas y dejar que salgan con toda su fuerza para influir en nuestra conducta. As�, en Pascua y Navidad, los cristianos dan libre alcance a los recuerdos bendecidos. Por lo tanto, nuestros cumplea�os familiares y los d�as sagrados para la memoria de aquellos ahora m�s bendecidos que nosotros mismos, son momentos en que nuestra naturaleza se enriquece con sentimientos sagrados y nuestros votos se vuelven m�s influyentes. A veces, aparte de nuestra voluntad y estaciones especiales, por la fuerza espont�nea de las leyes mentales, los recuerdos sagrados se vierten en nuestras corrientes de bendici�n de experiencias est�riles; y si por la presi�n de los negocios seculares se obstruyen los canales de pensamiento y emoci�n, es bueno detenerse de vez en cuando y, mediante un esfuerzo en soledad tranquila, abrir un manantial sagrado dentro de nuestra naturaleza, para que env�e su corrientes bendecidas para acelerar y embellecer nuestra vida espiritual.

III. UN CORAZ�N VERDADERO SEINE OCASI�N PARA REVIVIR EL PODER DE LAS ASOCIACIONES HALLOWED. La ocasi�n surgi� en el curso de la vida p�blica de David, y debido a que su coraz�n a�n era fiel a Dios y al hombre, la aprovech�. Las preocupaciones de la vida oficial y las atracciones de la posici�n exaltada a�n no le hab�an hecho da�o espiritual. El David que jur� amor y fidelidad a su amigo ( 1 Samuel 20:13-9, 1 Samuel 20:42) todav�a estaba vivo. El hombre no estaba perdido en el rey. Hay casos tristes de lo contrario. Los viejos amigos, los antiguos votos, se olvidan en la saciedad de la riqueza o el poder, o, si no se olvida por completo, no se busca ninguna ocasi�n para dejar que el amor de los d�as anteriores se afirme. Gran parte de nuestro poder sobre nuestro futuro radica en el uso que estamos dispuestos a hacer de las fuentes de pensamiento y sentimiento sagrado que se han formado dentro de las experiencias de los d�as anteriores. La presi�n de los negocios puede hacer que pasen desapercibidos durante meses y a�os; pero de vez en cuando se presentar�n oportunidades que un coraz�n incorrupto utilizar� con gusto para llevarlos a la corriente de la vida diaria. Puede haber un abuso de "d�as y estaciones"; pero una vida bien regulada, por ese motivo, no se ver� obstaculizada por esforzarse para endulzar y someter el presente, y prepararse para un futuro mejor, mediante un avivamiento distinto y deliberado de las experiencias m�s sagradas y tiernas del pasado.

IV. ESTE USO DELIBERADO DE ASOCIACIONES HUECAS ASEGURA UNA CONTINUIDAD DE BIEN. Hubo una fuerza nativa en los generosos sentimientos de David hacia Jonathan en los primeros d�as que tender�an a su afirmaci�n continua. Los elementos principales de la vida moral de un hombre permanecer�n a pesar de contrarrestar los males. Sin embargo, a medida que las extremidades mantienen su fuerza muscular mediante el esfuerzo, las cualidades especiales del car�cter de David, como se vio en su temprana amistad con Jonathan, formar�an una caracter�stica continua de su vida solo en la medida en que aprovechara las oportunidades para revivir los sentimientos. asociado con el nombre de su amigo difunto. A este h�bito de permitir que los sentimientos peculiares de tales asociaciones act�en una y otra vez, seg�n lo permita la ocasi�n, sobre su vida, en combinaci�n, por supuesto, con otras formas y m�todos de cultura espiritual, podemos atribuir la frescura y la fuerza de la amabilidad. , sentimientos generosos que fueron una caracter�stica distintiva de su personaje hasta el final. Los personajes de algunos hombres est�n desarticulados. Las principales cualidades de una parte de su vida no son visibles m�s adelante. Lo bueno ha sido superpuesto, aplastado, por una enorme presi�n de pensamiento y sentimiento de un tipo adverso, y no se ha tenido cuidado de dar nueva fuerza a los recuerdos latentes. Sus buenas cualidades posteriores no son del mismo orden que las anteriores. Este no es el verdadero crecimiento. La verdadera continuidad de la bondad es la que se ve en el caso de David, y es promovida por el mismo uso cuidadoso del poder que reside en las mejores asociaciones de nuestra vida anterior.

LECCIONES GENERALES

1. Veamos el almacenamiento de la mente en los primeros a�os con hechos y experiencias que ser�n como fuentes de bendici�n para refrescar la vida en medio de los cuidados de una vida ocupada.

2. Debemos tener cuidado de no pensar en pensamientos bajos, para que no ocupen, en el �rea mental y moral, el terreno sobre el cual los sentimientos santos y generosos pueden arraigarse y florecer.

3. Es deseable hacer temporadas en las que los mejores recuerdos del pasado puedan ejercer todo su poder sobre nosotros. Esta parece ser una de las razones, al menos, para la instituci�n de la Cena del Se�or.

4. Cultivando los recuerdos de los amigos fallecidos y apreciando los sentimientos asociados con su nombre, se promueve la comuni�n de los santos en la tierra y en el cielo.

5. Es mediante el cultivo deliberado de recuerdos sagrados que podremos conservar las virtudes m�s suaves de la vida, y as� dar tono y pureza a la vida del mundo, que de otro modo ser�a dura e indiferente.

6. Nos corresponde considerar bien qu� votos sagrados de nuestros primeros a�os a�n esperan ser redimidos.

7. En el recuerdo de antiguas amistades, podemos hacer bien en preguntar si hay alguna en problemas y necesidad sobre qui�n puede ejercer el esp�ritu de la vieja amistad.

Un paralelo espiritual.

Pueden surgir grandes travesuras del esfuerzo por rastrear analog�as espirituales en las narraciones hist�ricas ordinarias de las Escrituras, como consecuencia de la licencia de una imaginaci�n hiperactiva. No es un canon seguro de interpretaci�n decir que la historia sagrada es una alegor�a. Que un ap�stol haya visto una alegor�a en uno o dos casos no es prueba de una regla general ( G�latas 4:24). Pero, bajo limitaciones, tenemos la garant�a de trazar paralelos entre lo temporal y lo espiritual, lo terrenal y lo celestial: uno puede exhibir caracter�sticas que sirven para ilustrar al otro. Gran parte de las ense�anzas de nuestro Salvador participaron de este personaje. En esto radica la esencia de la par�bola. Desde este punto de vista, podemos considerar la historia de la conducta de David hacia Mefiboset: sirve para ilustrar el comportamiento y la acci�n del verdadero Rey de Si�n hacia los d�biles y humildes, la limpieza de Naam�n y la elevaci�n de Mefibeset son hechos hist�ricos que arrojan luz sobre las realidades espirituales. Nota-

I. UN COMPROMISO DE SER GUARDADO. Los eventos aqu� registrados tienen su ra�z en la promesa gratuita dada por David muchos a�os antes de que �l cuidar�a la semilla de Jonathan ( 1 Samuel 20:15). Se hab�a comprometido a bendecir cuando surgiera la necesidad. En un sentido m�s profundo, todas las transacciones misericordiosas registradas en la historia del Nuevo Testamento son el resultado de un "pacto ordenado en todas las cosas". La interposici�n de Cristo en nombre de los ca�dos no fue un acto casual provocado por un incidente pasajero en la historia humana. Antes de que las monta�as se establecieran r�pidamente, sus "delicias eran con los hijos de los hombres". El prop�sito y, hablando en palabras humanas, el. el plan de redenci�n estaba en el orden original; y, por lo tanto, la venida de Cristo fue, por as� decirlo, redimir su propio compromiso, cumplir su propio voto, cumplir el pacto. "He aqu�, vengo: en el volumen del libro est� escrito de m�". Pr�cticamente fue "asesinado antes de la fundaci�n del mundo"; porque todo lo que sucedi� fue consecuente con "el prop�sito eterno" ( Efesios 3:11), aunque no en violaci�n de la libertad humana ( Hechos 2:23).

II Un cumplimiento diferido. Hemos visto que pasaron algunos a�os, no solo despu�s del voto, antes de que se tomaran medidas aparentes para cumplirlo, sino tambi�n despu�s de que David vino al reino. En esto no hay motivo para reflexionar sobre su sinceridad. La providencia tiene muchas cosas que aportar en la sabia pol�tica de un monarca, y puede que tenga que esperar hasta que los eventos est�n maduros para ciertas l�neas de acci�n. Aqu�, a peque�a escala, tenemos una ilustraci�n del cumplimiento aparentemente diferido de la empresa misericordiosa de nuestro Salvador. Las generaciones pasaron antes de que llegara el momento establecido en el que �l pod�a, consistentemente con el trabajo de otros asuntos, subordinarse o coordinarse, "realizar la misericordia prometida" en el pasado (Lucas 2: 1-52: 72). Ahora que tenemos la historia completa de David, podemos ver la propiedad de que �l no tom� medidas para la elevaci�n de la semilla de Jonathan mientras su trabajo de consolidaci�n estaba incompleto; y ahora que tenemos el registro completo del Antiguo y Nuevo Testamento, podemos ver que la sabidur�a de la manifestaci�n de la gracia pactada se difiere hasta el "cumplimiento del tiempo" ( G�latas 4:4). Muchos hilos estaban siendo tejidos por la mano de la Providencia para encontrarse en la revelaci�n de Cristo.

III. UNA B�SQUEDA DE LOS CA�DOS. David pregunt� por la simiente de Jonat�n y Sa�l. Los hijos de los distinguidos estaban en la oscuridad y, en un punto de vista social y pol�tico, perdidos. En comparaci�n con el puesto que alguna vez tuvieron su padre y su abuelo, en realidad estaban degradados y marginados. Su espl�ndida herencia hab�a desaparecido. Ten�an que ser buscados. Cu�n verdaderamente representa su condici�n social relativa nuestra condici�n espiritual es obvio. Hemos ca�do muy por debajo del estado original de nuestro gran antepasado. El efecto del pecado en el hombre, en la medida en que toca su posici�n social relativa en el mundo espiritual duradero, es rebajarlo, hacerlo inferior a los seres santos que constituyen los miembros del reino eterno de Dios. "Has ca�do por tu iniquidad" ( Oseas 14:1). Se dice que la misi�n de Cristo, en un aspecto, es la b�squeda de lo que es menos, un esfuerzo por encontrar y rescatar de la degradaci�n y avergonzar a quienes viven por debajo de su posici�n adecuada en la vida espiritual ( Lucas 15:3, Lucas 15:32; Lucas 19:10). Esto es cierto de la raza; y su trabajo considerado como "terminado" en el Calvario es un esfuerzo por descubrir y salvar a la humanidad. Tambi�n es cierto de nosotros como individuos que Cristo, al igual que el buen pastor ( Juan 10:16; cf. Lucas 15:4), nos busca. Nos sigue en nuestras andanzas, se acerca a nuestra soledad y nos llama por su Palabra, su providencia y su Esp�ritu.

IV. UNA COMPASI�N ANUAL. "�Todav�a no hay ninguno de la casa de Sa�l, para que yo pueda mostrarle la bondad de Dios?" (vers�culo 3). �C�mo revela esto los profundos anhelos del coraz�n! David no est� satisfecho con el deseo de mostrar atenciones ordinarias a la casa ca�da; �l debe mostrar la bondad que Dios mostrar�a. El pensamiento de Jonathan evidentemente trajo nuevamente el viejo amor; y debe, si es posible, derramarse en alguna forma no deseada. No hay duda de que, en las cualidades reales y mejores de su vida, David ilustra al Rey m�s perfecto que viene a reinar en justicia y salvar a los pobres y necesitados. Esta fuerte compasi�n anhelante era visible en nuestro Se�or en los d�as de su carne, cuando buscaba una raza perdida. En esto �l es inaccesible. Aparece en su tono profundamente pat�tico siempre que se refiere al pecado y al dolor, en su paciente trabajo incansable, en sus s�plicas con los cansados ??y pesados ??cargados, en su mirada compasiva sobre las personas como ovejas sin pastor, en sus l�grimas sobre Jerusal�n, y en la dulce y gentil sumisi�n con la que bebi� la copa en Getseman�, y derram� su vida en la cruz. �Amor desbordante! Y �l es el mismo ahora ( Hebreos 13:8). Su vida, sufrimiento y muerte fueron la revelaci�n de un car�cter permanente y, por lo tanto, de una compasi�n eterna por los ca�dos.

V. UN RODAMIENTO GRACIOSO. Mephibosheth tembl� en presencia de David, y fue vencido por el sentido de su propia indignidad ( 2 Samuel 9:6). Sin duda, estaba sorprendido por una conducta tan maravillosa por parte del rey como para llamarlo. Pero el rey, en un tono que ninguna palabra escrita puede indicar, dijo: "�Mefiboset!" Todos sabemos qu� vol�menes de significado se pueden transmitir al dirigirse a un individuo por su nombre en un tono determinado. Y, para que esto no sea suficiente, llegaron las palabras: "�No temas!" Como hermano y amigo, en el mismo nivel, habla al coraz�n del d�bil y con problemas. El presagio es este del que era "manso y humilde de coraz�n"; quien no "romper�a la ca�a magullada o apagar�a el lino humeante"; quien toc� al leproso marginado e inspir� al ca�do con esperanza. �Sin reproches, sin frialdad de coraz�n, sin imposici�n de cargas imposibles, sino la gentileza y la gracia que desterran el miedo y hacen que el pobre marginado sienta que en �l hay un amigo tierno y amoroso!

VI. UNA ELEVACI�N AL HONOR. David se contentar�a con nada menos que Mephibosheth deber�a ser un invitado libre y constante en su mesa. Deb�a ser elevado de la degradaci�n social y la oscuridad a una posici�n de m�xima distinci�n. Ninguna mera pensi�n, ninguna expresi�n formal de inter�s personal, ninguna delegaci�n a otros que le presten atenci�n se adaptar�a a la amplitud del coraz�n del rey. Su idea de la "bondad de Dios" ( 2 Samuel 9:3) trascendi� con mucho las mejores concepciones humanas de generosidad, y esta elevaci�n no honrada al honor no era m�s que el �ndice. �Qu� cambio tan maravilloso en la condici�n de este pobre y d�bil paria! �Cu�n contrario a todos los usos de los monarcas, a la descendencia de los ca�dos, fue este desbordamiento de "la bondad de Dios"! M�s all� de esto, no hay en la Biblia una ilustraci�n m�s adecuada de la gracia suprema del Se�or Jesucristo, que condesciende a nuestro bajo estado, nos busca, nos inclina ante la sumisi�n asombrosa por su incomparable gentileza, y luego nos eleva a la honor de ser miembros de su hogar, de libre acceso a su Persona y de la comuni�n m�s cercana consigo mismo y con sus seres m�s queridos. "Tampoco te condeno" ( Juan 8:11; cf. Romanos 8:1). �l da "poder para convertirse en hijos de Dios" ( Juan 1:12, Juan 1:16; 1 Juan 3:1, 1 Juan 3:2). Los "lejanos" se hacen "cerca" ( Efesios 2:13), y se llaman "amigos" ( Juan 15:15), bendecidos con un compa�erismo constante ( 1 Juan 1:3), e incluso se hicieron herederos de "la gloria" que se dio a s� mismo ( Juan 17:22). Solo en el Antitipo encontramos la expresi�n plena y verdadera de "la bondad de Dios" ( 2 Samuel 9:3). "El ojo no ha visto, ni el o�do ha o�do, ni ha entrado en el coraz�n del hombre, las cosas que Dios ha preparado para los que lo aman" ( 1 Corintios 2:9).

VII. UNA GARANT�A PERSONAL Se le otorg� una garant�a personal, que involucraba el honor del rey y respaldada por todos los recursos a su disposici�n, de que a partir de ahora Mephibesheth deber�a considerarse "como uno de los hijos del rey" ( 2 Samuel 9:11), y esa amplia provisi�n debe hacerse para todos sus deseos ( 2 Samuel 9:10). Cualesquiera que fueran las demandas sobre el sustento de sus dependientes, el acuerdo los cumpli�, bajo orden real, con Ziba. As�, todos sus intereses, presentes y futuros, personales y relativos, sociales y materiales, fueron provistos. El rey lo garantiz� todo. Ahora, esto es bellamente ilustrativo de lo que Cristo hace por aquellos a quienes levanta de la degradaci�n para ser sus amigos. Se preocupa por todos sus intereses. �l ordena as� la providencia que "no querr�n nada bueno". Se dice de ellos, "Todas las cosas son tuyas" ( 1 Corintios 3:22); y, para esparcir todo temor y permitir un abundante consuelo, el Rey ha dicho: "Porque yo vivo, ustedes tambi�n vivir�n" ( Juan 14:19). Mefiboset descans� bajo el cuidado de un fiel David. Todo el poder y todas las altas cualidades morales de David se comprometieron a asegurarle durante toda su vida las bendiciones que ahora disfrutaba; as� que todo el poder y todas las cualidades inefables de Cristo se comprometen a asegurarnos la posesi�n y el disfrute de la herencia gloriosa como cristianos mientras vivamos, es decir, para siempre.

LECCIONES GENERALES

1. Nos toca a nosotros seguir el ejemplo de David y de Cristo, y buscar a aquellos que puedan necesitar bendici�n, y que puedan tener un reclamo especial sobre nuestra simpat�a.

2. Debemos hacer el car�cter Divino y conducir el modelo de nuestro rumbo hacia aquellos en problemas. "La bondad de Dios" es el ideal para convertirse en las realidades de nuestra vida.

3. Los humildes y los despreciados pueden alentarse de todo lo que se registra de la gracia y los actos de bondad de Cristo.

4. Podemos rastrear, en cada caso de la misericordia de Cristo hacia los ca�dos, la tendencia del cristianismo que se eleva permanentemente. Es el �nico elemento que por s� solo eleva a la humanidad en el bien material y social.

5. Los recursos de Cristo para asegurar el cumplimiento de sus promesas son tan grandes que eliminan todo temor. �l es m�s para el universo en general de lo que David fue para su reino.

6. Vemos la dignidad de porte que se convierte en aquellos que son honrados con la amistad real de Cristo.

HOMILIAS DE B. DALE

2 Samuel 9:1

(JERUSAL�N.)

Por el bien de Jonathan.

David le hab�a jurado a su amigo Jonathan que "no cortar�a su amabilidad de su casa para siempre" ( 1 Samuel 20:15). Probablemente no se hab�a dado cuenta de que hab�a dejado un hijo detr�s de �l (porque Mephibosheth naci� mientras estaba en el exilio, cinco a�os antes de la batalla de Gilboa); o, si conoc�a el hecho, supon�a que perec�a en la destrucci�n de la casa de Sa�l. Pero suponiendo, tal vez, por algo que escuch�, que un hijo de su amigo sobrevivi�, hizo la pregunta: "�Queda a�n algo", etc.? Era una pr�ctica demasiado com�n en el Este, en un cambio de dinast�a, que el monarca reinante matara a los miembros sobrevivientes de la familia de su predecesor, para hacer su propia posici�n m�s segura. Y la conducta de David, en contraste con ello, demostr� su gratitud, fidelidad, piedad y noble generosidad. "Ni el esplendor de las victorias, ni los placeres de la prosperidad, ni el brillo de su corona, podr�an hacerle olvidar su pacto y juramento a su antiguo amigo. Un tirano sospechoso e infiel al menos habr�a mantenido a la familia que imaginaba que ten�an un derecho a su reino lo suficientemente bajo como para haber evitado la posibilidad de que alguna vez lo disputaran con �l; o al menos haber encerrado al heredero en un encarcelamiento cercano, o deshacerse de sus temores por su cuenta al destruirlo por completo; pensando que �l podr�a prescindir razonablemente de su juramento a su amigo fallecido a trav�s de la necesidad de preservarse y asegurar a su propia familia la sucesi�n pac�fica de su corona "(Chandler). Las palabras "por el bien de Jonathan" -

I. EXPRESAR UN PRINCIPIO DE CONDUCTA HUMANA. No es inusual que una persona muestre amabilidad a otra por el bien de otra persona, para quien, vivo o muerto, tiene una gran consideraci�n, debido a su excelente car�cter o servicios eminentes; con quien el objeto de su bondad est� estrechamente relacionado, y sin el cual no lo habr�a demostrado. �Cu�ntas veces ha ejercido un rey su prerrogativa de misericordia hacia un delincuente, o ha otorgado riquezas y honor sobre un tema, por el servicio fiel de su padre! "El fruto de hacer bien vive m�s tiempo que �l, quien es el hacedor, y por lo tanto deja una bendici�n y un buen tesoro detr�s de �l para su posteridad" (Gremio). "Hay miles de hombres y mujeres j�venes que reciben diariamente amabilidad por el bien de sus padres y madres. Y esta es, de hecho, una de las bendiciones incidentales relacionadas con tener padres que, aunque ahora muertos, estaban, cuando viv�an, personas de vida digna y estimable. Sus hijos heredan las ventajas que el amor de los dem�s por su memoria puede otorgar, y muchos solicitantes de alg�n cargo de confianza y emolumento ser�an rechazados de la puerta si no fuera que su rostro lleva los lineamientos. de un amigo fallecido y apreciado, o sus tonos recuerdan la voz que no hablar� m�s "(E. Mellor).

II ILUSTRAR UN M�TODO DE TRATAMIENTOS DIVINOS. Dios trata con los hombres, no solo en su individualidad separada, sino tambi�n en su relaci�n el uno con el otro; los perdona y los bendice, no solo de manera directa e inmediata, sino tambi�n de manera indirecta y mediata, uno a trav�s del otro; y muestra amabilidad a muchos por el bien de uno. Esta:

1. Ocurre de varias maneras. Por medio de la influencia hereditaria de un buen hombre sobre sus descendientes, y la influencia moral sobre otros de su ejemplo, expresiones, trabajos y sufrimientos; y (con una referencia m�s especial al caso en consideraci�n) al conceder sus solicitudes de intercesi�n, cumplir con las promesas que se le hicieron en su nombre y hacerlas bien por su consideraci�n, o por algo que �l ha hecho que fue necesario para eso final.

2. Aparece en numerosos casos. Con respecto a los individuos, "El Se�or me ha bendecido por tu bien" ( G�nesis 30:27; G�nesis 19:29; 1 Reyes 11:12); familias ( G�nesis 39:5; Salmo 69:26; Proverbios 13:22); Iglesias, ciudades y naciones ( G�nesis 18:26; �xodo 32:14; 1 Reyes 8:19); "amado por el bien de los padres" ( Romanos 11:28); "Como el vino nuevo se encuentra en el grupo", etc. ( Isa�as 65:8; Isa�as 1:9). Entonces, Dios testifica su amor por la justicia, ense�a el valor de un buen hombre en relaci�n con los indignos, y hace que su misericordia soberana abunde hacia ellos.

3. Tiene su m�s alta aplicaci�n en Cristo, "el �nico Mediador entre Dios y el hombre"

(1) quien es muy querido por Dios ( Mateo 3:17; Efesios 1:6);

(2) qui�n est� estrechamente relacionado con los hombres ( Hebreos 2:16);

(3) qui�n ha trabajado, intercedido y sufrido por nosotros ( 1 Pedro 3:18); y

(4) a quienes se les han hecho muchas promesas en nombre de aquellos que est�n en �l (Ga: 20; 2 Corintios 1:20). La naturaleza, los motivos y el alcance de su mediaci�n no pueden explicarse completamente; pero el hecho es cierto, que es "por amor de Cristo" ( Efesios 4:32), "en Cristo" (versi�n revisada) y "por amor de su nombre" ( 1 Juan 2:12 ), somos perdonados, tenemos acceso al Padre y somos "bendecidos con toda bendici�n espiritual" ( Efesios 1:3). "�l comprende en su propia Persona todo y todo lo que es m�s deseable" (Gregory Nazianzen).

III. SUGIERE UN TERRENO DE CONFIANZA DEVOUT. Cuando Mephibosheth apareci� ante el rey, "sin duda tem�a por su vida ( 2 Samuel 9:6, 2 Samuel 9:7). Tal generosidad hacia un rival ca�do como mostr� David al restaurarlo a su propiedad paterna, le parec�a poco cre�ble "('Comentario del orador'). Pero la seguridad de que fue "por el bien de Jonathan" debe haberlo inspirado con confianza. Y de manera similar, "por el amor de Jes�s" ofrece un

(1) necesario,

(2) efectivo, y

(3) terreno de esperanza permanente, y

Provee para aquellos que vienen a Dios.

Una s�plica predominante ".

"Todo lo que le pidas al Padre en mi Nombre, �l te lo dar�" ( Juan 16:23; Juan 14:13).

IV. INDICA UN MOTIVO A LA BENEVOLENCIA PR�CTICA, despu�s del ejemplo de David y del amor a nuestro Divino Amigo ( 2 Samuel 1:26); en:

1. Perdon�ndose mutuamente ( Efesios 4:32).

2. Habla amable y reconfortante. "No temas" ( 2 Samuel 9:7).

3. Regalos generosos.

4. Auto-negaci�n.

5. Sufrimiento ( Mateo 5:11; Filipenses 1:29).

6. Oraciones ( Romanos 15:30).

7. Personal, servicio diligente y constante en nombre de "la Iglesia que es su cuerpo" y de todos "por quienes Cristo muri�" ( 2 Corintios 4:5; 3 Juan 1:7).

"Por el bien de su nombre;" "Por mi bien." Este es el motivo peculiar, m�s elevado y m�s poderoso del cristiano; implicando no solo el afecto supremo hacia aquel que "solo es digno", sino tambi�n una sincera simpat�a con su esp�ritu y prop�sitos; y produce los efectos m�s beneficiosos. D.

2 Samuel 9:3

(JERUSAL�N.)

Mostrando la bondad de Dios.

David record� la solicitud de Jonathan de mostrarle "la bondad de Jehov�" ( 1 Samuel 20:14, 1 Samuel 20:15); sinti� la obligaci�n de sus promesas y convenios anteriores ( 1 Samuel 24:21, 1 Samuel 24:22; 1 Samuel 23:18); y ahora se propuso, de acuerdo con esto, "mostrar la bondad de Dios", es decir, "amor por motivos religiosos, o como Dios lo muestra" (Thenius); "en Dios y por su bien" (Keil); "a los ojos del Se�or, y seg�n el ejemplo del Se�or, el amor puro y perpetuo, y no el amor que surge de los meros respetos humanos y se muestra a los ojos del hombre" (Wordsworth); y no simplemente "gran y eminente amabilidad" (Poole, Patrick). Hay afectos benevolentes en nuestra naturaleza; pero deben estar imbuidos de motivos y principios religiosos para que su ejercicio sea del m�s alto tipo. "La bondad de Dios" es tal como se muestra:

1. Por reverencia a su nombre. Santo, justo y verdadero; misericordioso y amable; deleit�ndose en la bondad amorosa. "Dios es amor;" y la eterna Fuente del amor en sus criaturas.

2. En obediencia a su voluntad, como se expresa en numerosos mandatos al fiel cumplimiento de lo prometido; en la ley real ( Santiago 2:8); y en m�ltiples exhortaciones al amor compasivo.

3. De la gratitud por sus beneficios. Estos fueron otorgados a David en abundante medida ( 2 Samuel 7:18; 2 Samuel 8:6). Los actos de bondad que Dios realiza hacia los hombres les permiten e incitan a realizar actos de bondad hacia sus semejantes. "Qu� bondad nos har� el Se�or, eso mismo te haremos a ti" ( N�meros 10:32). Libremente hab�is recibido, da libremente ".

4. En imitaci�n de su ejemplo; de fidelidad, bondad, amor no buscado, abundante, inagotable y eterno. David fue especialmente llamado, como rey, a exhibir en su car�cter y conducir una imagen de las excelencias morales del Divino Rey de Israel; y para esto los cristianos tambi�n est�n celulados. "Sed, pues, perfectos", etc. ( Mateo 5:43-40), "misericordioso" ( Lucas 6:36), "imitadores de Dios como hijos amados", etc. ( Efesios 5:1).

5. Bajo la inspiraci�n de su gracia, su amor, su Esp�ritu; y, de hecho, "es el amor misericordioso de Dios mismo el que mora en el coraz�n de los verdaderamente piadosos, y trabaja desde all�; porque el que vive en comuni�n con Dios recibe en su coraz�n, a trav�s del Esp�ritu Santo, el amor que est� en Dios, y vive y se mueve en ese amor "(Erdmann). "El que mora en el amor, mora en Dios, y Dios en �l" ( 1 Juan 4:16). No solo refleja el amor divino en los dem�s, sino que tambi�n es el medio de su comunicaci�n con ellos.

6. Con el deseo de su aprobaci�n, de complacerlo a �l m�s que a los hombres, y de participar m�s plenamente de su bondad amorosa, que "es mejor que la vida".

7. Por la promoci�n de su gloria; "para que vean tus buenas obras y glorifiquen a tu Padre que est� en el cielo". - D.

2 Samuel 9:4

(GILEAD)

La amabilidad de Machir Ben-Ammiel.

Uno de los personajes oscuros de las Escrituras. Moraba en Lo-debar, entre las monta�as de Galaad, "un asilo favorito para refugiados"; era, probablemente, un descendiente de Maquir, hijo de Manas�s; y "el hombre principal de Galaad" (Josefo). De su generosidad se registran dos casos notables (cap. 4: 4; 17:27). De estos se puede inferir que era rico en posesiones terrenales y (lo que es de mucha mayor importancia) en:

1. Recuerdos agradecidos. Al igual que los hombres de Jabesh-Gilead, record� la heroica empresa de Sa�l en nombre de su pueblo ( 1 Samuel 11:9; 1 Samuel 31:11; 1 Samuel 2:4).

"Pero, oh Sa�l, no nos falles.

Saulo �Fallaste?

Deja que la ma�ana no se rompa; No romper� mi palabra. Prisa, o estoy all� antes que t�.

�Fallar?

Que la ma�ana falle en el este; No te fallar�; pero veloz y silencioso como el viento que corre, Invisible se acerca, luego reuniendo mi fuerza Al amanecer, barre en Amn�n, mientras la explosi�n de la noche baja del Carmelo en el mar oscuro ".

(C. Heavysege, 'Sa�l: un drama')

Por lo tanto, proporcion� refugio y hospitalidad a su nieto, y pudo haber ayudado a revivir su casa en Mahanaim ( 2 Samuel 2:8); y cuando, posteriormente, David estuvo en el exilio en el mismo lugar, recordando su amabilidad con Mefiboset, le brind� una generosa ayuda.

2. Tierna compasi�n hacia el hu�rfano, desafortunado agregar sin amigos. La vista de la angustia humana atrajo su simpat�a; y (como el buen samaritano) no sufri� otras consideraciones para obstaculizar su expresi�n pr�ctica.

3. Constante amistad. Durante muchos a�os (vers�culo 12), con todos sus cambios, proporcion�, aparentemente "sin costo ni recompensa", un hogar pac�fico para el pr�ncipe paral�tico, y continu� con su firme protector.

4. Benevolencia activa. �l era "rico en buenas obras" ( 2 Timoteo 6:18). La sensibilidad, como se usa generalmente la palabra, es un mero instinto animal, in�til cuando no conduce inmediatamente a una benevolencia activa; y en tales casos no solo es in�til, sino pernicioso, porque tiende a producir un descanso satisfecho con la emoci�n y un descuido de la acci�n "(W. Cooke Taylor).

5. Influencia ben�fica. Su conducta no pod�a dejar de producir un buen efecto sobre la tribu grosera y guerrera de la que era jefe; y posiblemente incit� a otros (Shobi y Barzillai) a lo mismo.

"Las grandes obras no pueden morir: ellos con el sol y la luna renuevan su luz para siempre, bendiciendo a los que los miran".

(Tennyson)

6. Recompensa noble. "La bendici�n de aquel que estaba listo para perecer" ( Job 29:13), la aprobaci�n de su propia conciencia, el perdurable recuerdo de un buen nombre. Aunque (como el de Abou Ben-Adhem) su nombre no ha sido escrito en el registro sagrado entre "los nombres de los que aman al Se�or", sino solo "como el que ama a sus semejantes", no pod�a dejar de ser divinamente honrado

"El �ngel escribi� y desapareci�. A la noche siguiente, volvi� otra vez, con una gran luz que despertaba, y mostr� los nombres que el amor de Dios hab�a bendecido, �y he aqu�! El nombre de Ben-Adhem llev� a todo el resto".

(Leigh Hunt)

RE.

2 Samuel 9:5

(EL PALACIO DEL REY)

Mefiboset ante el rey.

Tenemos aqu� una foto de:

I. LAS VACIDADES EXTRAORDINARIAS ES VIDA. Un pr�ncipe de nacimiento, privado de su padre, paralizado por un paso descuidado, llevado al exilio y la pobreza, recientemente un dependiente indefenso en un distrito remoto, es conducido a la presencia de alguien que alguna vez fue un pastor, luego un forajido errante, y ahora el mejor monarca de la tierra! Tales cambios:

1. Puede rastrearse en gran medida, aunque no del todo, a causas morales, car�cter personal, relaciones hereditarias.

2. Son forjados por la divina providencia ( 1 Samuel 2:7, 1 Samuel 2:8; Salmo 113:7, Salmo 113:8).

3. Est�n dise�ados para el bienestar humano; siendo no solo correctivo, sino tambi�n tentativo y disciplinario (Salmo 55:19; Job 23:10; Hebreos 12:6).

4. Y debe considerarse con un esp�ritu apropiado ( Santiago 1:9, Santiago 1:10).

II LA INFLUENCIA DEPRESIONANTE DE MISFORTUNE. "Cay� de bruces e hizo reverencia" ( 2 Samuel 9:6); "Y �l se inclin� y dijo: �Cu�l es tu sirviente para que mires a un perro tan muerto como yo?" ( 2 Samuel 9:8). Su debilidad f�sica, combinada con una dependencia larga y continua, lo hizo no solo humilde, sino t�mido, ansioso, abyecto y autodespreciativo. Por lo tanto, su lenguaje (debido en parte a la exageraci�n oriental) es excusable, aunque apenas se recomienda (Kitto, 'Daily Bible Illus'). La tendencia natural de la fuerte aflicci�n a debilitar y aplastar el esp�ritu se vence efectivamente solo con la ayuda de la gracia divina.

III. UNA EXPOSICI�N ADMIRABLE DE AMABILIDAD; espont�neo, fiel, considerado, magn�nimo, pr�ctico, duradero, Divino.

1. En palabras graciosas y alentadoras. "�Mephibosheth!" ( 2 Samuel 9:6). "�No tem�is!" etc. ( 2 Samuel 9:7). Para el propio David, en un momento de abatimiento, Jonathan hab�a dicho: "�No temas!" ( 1 Samuel 23:17); �y con qu� frecuencia el Se�or ha dicho la misma palabra de consuelo a sus siervos ( G�nesis 15:1; Lucas 12:32; Apocalipsis 1:17)!

2. En actos de devenir y ben�ficos; cumpliendo lo prometido ( 2 Samuel 9:9), restaurando una herencia enajenada y haciendo una provisi�n segura, permanente y abundante ( 2 Samuel 9:12).

3. En una amistad honrada, �ntima y permanente. '"Mephibosheth, el hijo de tu se�or, siempre comer� pan en mi mesa" ( 2 Samuel 9:10, 2 Samuel 9:11, 2 Samuel 9:13). Tal bondad, como el sol despu�s de la lluvia, y como una visita del "�ngel de Dios" ( 2 Samuel 19:27, 2 Samuel 19:28), dispers� su miedo, alivi� su desgracia y lo llen�. con agradecida devoci�n; mientras que su presencia en la mesa real le recordar�a diariamente al rey a su amigo fallecido, y lo incitar�a a una renovada generosidad.

IV. LOS DEFECTOS IRREMEDIABLES DE LA CONDICI�N DE TIERRA M�S FAVORADA. "Y estaba cojo en ambos pies" ( 2 Samuel 9:13). Su deformidad era incurable; su enfermedad se convirti� en una ocasi�n de queja y calumnia ( 2 Samuel 16:2); y su des�nimo y angustia regresaron "como las nubes despu�s de la lluvia" ( 2 Samuel 19:24-10). El propio rey a menudo anhelaba huir y estar en reposo (Salmo 55:6). Y es vano esperar la perfecci�n en car�cter o condici�n, excepto en las mansiones celestiales.

"Hay una mancha en cada flor,

Un suspiro en cada vendaval

Una sombra en la hora m�s brillante

Espinas en el valle m�s liso.

"Sonre�r y llorar, y llorar y sonre�r,

Al hombre alternativo dado;

Aferrarse a la tierra permitida mientras

Aprendemos a anhelar el cielo ".

2 Samuel 9:13

Perdido y encontrado: un serm�n para los j�venes.

La historia de Mefiboset se puede usar como una peque�a par�bola de la historia espiritual de todos los que son restaurados a Dios. �l era:

1. Un pr�ncipe. A ti pertenece una dignidad m�s que principesca; porque todos ustedes son "la descendencia de Dios" y llevan en ustedes las huellas de "la imagen y la gloria" del "Padre de los esp�ritus".

2. Perdido. Perteneces a una raza pecadora y ca�da; y su condici�n es de privaci�n, impotencia, oscuridad y miseria. "Una verdadera religi�n debe instruir al hombre tanto en su grandeza como en su miseria" (Pascal).

3. Buscado. La piedad infinita ha buscado y sigue buscando a cada uno de ustedes, y emplea muchos medios para encontrarlos y salvarlos ( Mateo 18:10; Lucas 15:1.).

4. Encontrado; inesperadamente para s� mismo y para la alegr�a del buscador. As� es cuando el gracioso mensaje del evangelio llega a ti, "no solo en palabras, sino en poder".

5. Auto-humillado; en presencia del rey. Cuando ves el colmo de la grandeza y la bondad divinas, tambi�n ves la profundidad de tu propia indignidad y verg�enza.

6. Consolado. "No temas; solo cree".

7. Exacto; dotado de m�s de lo que se hab�a perdido; y adoptado como "uno de los hijos del rey" ( 2 Samuel 9:11). Los dones de Dios son dignos de s� mismo. Cuando uno, a quien Alexander le dio una ciudad, se neg� a aceptarla, alegando que no era adecuada para su condici�n, dijo: "No pregunto qu� se est� haciendo en ti para recibir, sino qu� se est� convirtiendo en m� para dar "(Seneca, 'De Beneficiis') .� D.

HOMILIAS DE G. WOOD

2 Samuel 9:3

La bondad de Dios.

David, sentado en el trono y en su nueva metr�poli, recuerda recordar la casa ca�da de Sa�l, no para destruirlos, como era habitual con los monarcas orientales, sino para mostrarles amabilidad por el bien de Jonathan. En su investigaci�n sobre ellos, usa sustancialmente la misma frase que Jonathan hab�a usado ( 1 Samuel 20:14) cuando hizo un juramento de que ser�a amable consigo mismo y con su familia. "La bondad del Se�or" o "la bondad de Dios" es una expresi�n que describe la mayor y mejor bondad posible para el hombre o el �ngel. Es la amabilidad la que:

I. FLUJOS DE DIOS. Esto es cierto de toda la bondad que existe entre los hombres. "El amor es de Dios". Todo el amor de los hombres el uno hacia el otro fluye de la fuente del amor Divino, y debe ser considerado por aquellos que son el objeto de �l, siendo elogiado por todos. Pero esto es enf�ticamente cierto en cuanto a la bondad cristiana. Se origina y es una manifestaci�n del amor de Dios en Cristo. Es producido por el Esp�ritu Santo dado a los disc�pulos de Cristo, y por medio de la verdad que lo respeta ( 1 Pedro 1:22, 1 Pedro 1:23). Es un producto de regeneraci�n. Es el amor de Dios que habita en los corazones humanos y se revela en la vida humana. Es un elemento de "la naturaleza divina" del cual los cristianos son "participantes" ( 2 Pedro 1:4).

II SE EJERCITA CON RESPECTO A DIOS.

1. Tiene su ra�z, como todas las gracias cristianas, en la fe hacia Dios ( G�latas 5:6).

2. Brota de gratitud y amor hacia �l por toda su bondad, especialmente por su amor redentor ( 1 Juan 4:11).

3. It. se practica en obediencia a sus mandamientos ( Juan 4:21).

4. Apunta a su aprobaci�n.

5. Lo imita ( Lucas 6:36; Efesios 4:32). Por lo tanto

III. ES COMO DIOS Como est�n las cosas:

1. Desinteresado. "No busca lo suyo" ( 1 Corintios 13:5). La amabilidad que se ejerce con miras a la ventaja personal no es amabilidad sino pol�tica y sutileza comercial.

2. Expansivo. Listo para ayudar a todos los que lo necesiten, siempre que el poder lo permita. No se limita a lo bueno y digno, sino "amable con lo ingrato y lo malo" ( Lucas 6:35); ni a�n a amigos, sino que se extiende a los enemigos ( Mateo 5:44, Mateo 5:45, Mateo 5:48); ni a la propia secta religiosa, sino con respecto al amor a todos los hermanos cristianos ( 1 Juan 5:1; Efesios 6:24). Sin embargo, es:

3. Discriminante. El amor divino est� unido a la justicia y busca fines justos. Por lo tanto, no puede ser la misma cosa, y mostrarse de la misma manera, hacia los justos e injustos, los obedientes y los desobedientes; y principalmente busca promover la justicia y la salvaci�n en todos, y var�a sus m�todos en consecuencia. El amor y la bondad cristiana se ejercer�n con una discriminaci�n similar en la medida de lo posible para los hombres; y buscar� supremamente el beneficio moral y espiritual de sus objetos. La benevolencia indiscriminada hace m�s da�o que bien.

4. implacable. "No escatim� en su propio Hijo" ( Romanos 8:32), y en �l el amor de Dios aparece como sacrificado ( 1 Juan 3:16) y generoso ( Efesios 1:3). El amor cristiano posee las mismas cualidades de generosidad ( 2 Corintios 8:2, 2 Corintios 8:3, 2 Corintios 8:9), abnegaci�n y sacrificio personal. "Soporta todas las cosas" ( 1 Corintios 13:7).

5. Constante El amor de Dios es sufriente, persistente y eterno (Salmo 103:17; Salmo 136:1; passim), sus hijos tambi�n son como �l a este respecto (1 Cor 13: 4, 1 Corintios 13:8, 1 Corintios 13:13).

IV. SE ALIMENTA POR CONVERSAR CON DIOS. Los actos y h�bitos de devoci�n (lectura, meditaci�n, oraci�n, alabanza) nos acercan a la comuni�n con Dios, nos aseguran m�s de su Esp�ritu, abren nuestros corazones para recibir la impresi�n de su car�cter, promueven en nosotros todos esos sentimientos y principios hacia Aquello que emite con sincero amor y amabilidad hacia nuestros hermanos. Acerqu�monos continuamente a aquel cuyo nombre es Amor, y encontraremos cada vez m�s f�cil ser amoroso.

2 Samuel 9:13

Comiendo en la mesa del rey.

David, por la memoria de su querido amigo Jonathan, y consciente de su juramento a �l, no solo restaura a su hijo Mephibosheth la propiedad perdida de Saul, sino que se encarga de su cultivo por Ziba y sus hijos, sino que exalta a Mephibosheth a la posici�n de un invitado constante en su propia mesa, "como uno de los hijos del rey". Entonces Mefiboset "com�a continuamente en la mesa del rey". La circunstancia puede servir para recordarnos el mayor honor que los buenos hombres disfrutan es el de comer continuamente en la mesa del Rey de reyes.

I. ESTO ES VERDAD RESPECTO A SU PARTICIPACI�N DE LOS DONES DE LA PROVIDENCIA DE DIOS. Todas las criaturas dependen de �l, y �l satisface sus necesidades (Salmo 104:27, Salmo 104:28; Salmo 145:15, Salmo 145:16). Pero las criaturas inferiores participan de su generosidad inconsciente de la mano que las alimenta. Son, en relaci�n con Dios, m�s bien como los caballos en el establo, o el ganado y las ovejas en los campos, que los ni�os en la mesa. Y lo que estos son por incapacidad, las personas imp�as son por incredulidad y olvido. Viven de la generosidad de Dios, ajenos a �l e ingratos. Sus hijos, sin embargo, incluso en el disfrute de su comida diaria, "se sientan en su mesa". Como �l proporciona, ellos reconocen su cuidado y generosidad, y le dan las gracias. Como �l est� presente, tambi�n son conscientes de su presencia. Lo consideran presidiendo sus comidas, y se alegran de distinguirlo tan cerca. Piden su bendici�n y la reciben. Ellos "comen al Se�or y le dan gracias a Dios" ( Romanos 14:6). Satisfacen sus apetitos y satisfacen sus gustos como a su vista. Su objetivo es "comer y beber ... para la gloria de Dios" ( 1 Corintios 10:31). No solo disfrutan de sus dones, sino que se comunican consigo mismo. Hablan con �l y �l con ellos. Las comidas comunes as� disfrutadas se convierten en sacramentos y medios de gracia. Que sea nuestro esfuerzo disfrutarlos as� m�s de lo que lo hemos hecho.

II LAS PALABRAS SON M�S EMP�TICAMENTE APLICABLES AL DISFRUTO CRISTIANO DE LAS BENDICIONES ESPIRITUALES. En este sentido, "come continuamente en la mesa del rey". La imagen nos recuerda a:

1. Su exaltaci�n. Una vez, como Mefiboset, que viv�a lejos del rey, ahora se acercaba, y se asociaba con, s�, hizo realmente uno de sus hijos. Todav�a "cojo" y de otra manera defectuoso, y tal vez no apto para mucho servicio, pero admitido a favor y honor.

2. La abundancia de las mejores provisiones que disfruta. En la mesa del Rey hay mucho, y de lo mejor. En la mesa del Rey celestial, difundidos bajo el evangelio, hay provisiones las m�s selectas y raras, que no se encuentran en ning�n otro lugar; y que nutren, no para esta corta vida terrenal, sino para la vida eterna. La mejor comida intelectual est� aqu�; pero especialmente esa comida que aviva y nutre el alma, en fe, amor, esperanza y santidad. La verdad divina y todo lo que revela y presenta: la misericordia perdonadora y el amor paternal de Dios, el amor y el sacrificio de Cristo, su cuerpo y su sangre, que son la verdadera comida y bebida de los hombres. De estos, el alma creyente y amorosa puede participar a voluntad, en cualquier lugar y en todas partes. La mesa del Rey no se limita al lugar; pero especialmente en la casa de Dios y en la Cena del Se�or, la mesa se extiende y los cristianos se re�nen para comer y festejar.

3. En la mesa del Rey est� la mejor sociedad. En la mesa del Rey Divino nos asociamos con el Padre y el Hijo, por el Esp�ritu; y por �l tambi�n con santos y �ngeles, "el excelente de la tierra" y el excelente del cielo. El Se�or cumple su promesa: "Cenar� con �l y �l conmigo" ( Apocalipsis 3:20).

4. En la mesa del Rey hay alegr�a. El honor, la provisi�n, la compa��a, todos tienden a dar placer.

5. Tambi�n hay seguridad. El palacio de un rey es com�nmente el lugar m�s seguro de la tierra. Mucho m�s seguro es la seguridad de aquellos que se sientan a la mesa del Rey celestial. Los �ngeles los guardan; Dios mismo es su lugar de residencia y defensa.

6. El privilegio de comer en la mesa de nuestro Rey es perpetuo. Como en el caso de Mefiboset. Si no se disfruta continuamente, es nuestra culpa. El privilegio que disfruta Mephibosheth ser�a un consuelo constante para �l en su impotencia; y la contraparte espiritual es para los cristianos una fuente constante de consuelo y apoyo bajo sus problemas.

III. LAS PALABRAS SE CUMPLEN PERFECTAMENTE EN EL MUNDO CIELO. La futura bendici�n del pueblo de Dios a menudo se compara con una fiesta (ver Mateo 8:11; Apocalipsis 2:7; Apocalipsis 19:9). Es, de hecho, la continuaci�n y el perfeccionamiento de la bendici�n ahora disfrutada. El Rey mismo est� perfectamente "manifestado". "Ver�n su rostro" ( Apocalipsis 22:4); "Lo veremos tal como es" ( 1 Juan 3:2). Su amor y su favor se muestran de tal manera que no admiten dudas. Las provisiones en su mesa son las mismas que en la tierra; pero los invitados pueden disfrutarlos mejor, ya que su apetito espiritual y sus gustos se liberan de todo lo que disminuye su aptitud para hacerlo. La sociedad es la misma, pero los imperfectos en la tierra se perfeccionan en esp�ritu y en cuerpo ( Hebreos 12:23; Filipenses 3:21). La seguridad es absoluta; la alegr�a mezclada con la tristeza; la fiesta es perpetua y sin fin. "Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios" ( Lucas 14:15). �Qui�n participar� de esa dicha? Todos est�n invitados por el evangelio; y ninguno ser� excluido, excepto aquellos que se excluyan al negarse a aceptar la invitaci�n y obtener la preparaci�n necesaria para la fiesta, que consiste en la reconciliaci�n con el Rey a trav�s de Jesucristo, la lealtad y la obediencia constantes a �l, y la participaci�n gozosa de su dones espirituales "Comer continuamente en la mesa del Rey" aqu� es la condici�n necesaria para que lo hagamos de aqu� en adelante, ya que tambi�n es la preparaci�n para esa felicidad y la evidencia de que la disfrutaremos.G.W.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre 2 Samuel 9". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/2-samuel-9.html. 1897.
 
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