Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
Attention!
For 10¢ a day you can enjoy StudyLight.org ads
free while helping to build churches and support pastors in Uganda.
Click here to learn more!

Bible Commentaries
3 Juan 1

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

Buscar…
Enter query below:

Versículos 1-15

EXPOSICI�N

Desde tiempos muy antiguos, algunos han sostenido la opini�n de que la Segunda Ep�stola est� dirigida a una comunidad, de la que se habla aleg�ricamente como "la dama elegida", siendo su "hermana elegida" una comunidad hermana; pero en ning�n momento parece haber dudas de que la Tercera Ep�stola est� dirigida a un individuo. Ciertamente ser�a una hip�tesis extravagante que Gains simboliza una Iglesia.

3 Juan 1:1

INTRODUCCI�N. Domicilio y ocasi�n. Respetando la direcci�n y el t�tulo de "el anciano", vea la nota en 2 Juan 1:1.

3 Juan 1:1

A Cayo el amado (????? ?? ???????). Esta es una raz�n adicional para pensar que ????? en la Segunda Ep�stola no es un nombre propio; si lo fuera, probablemente deber�amos tener la misma f�rmula que tenemos aqu�, ????? ?? ???????. El nombre Cayo aparece en otras partes del Nuevo Testamento cuatro veces ( Hechos 19:29; Hechos 20:4; Romanos 16:23; 1 Corintios 1:14); Como era tan com�n en el Imperio Romano como lo es John Smith entre nosotros, ser�a imprudente inferir que el Cayo abordado aqu� es el mismo que cualquiera de los mencionados en otra parte. Con toda probabilidad hay al menos cuatro personas de este nombre en el Nuevo Testamento. En la apertura de esta Ep�stola tambi�n tenemos que remarcar la repetici�n caracter�stica de la palabra "verdad", que ocurre cuatro veces en los primeros cuatro vers�culos. Los hechos, en los que Cayo y Demetrio eran ricos, no las palabras, de las cuales Diotrefes fue tan pr�digo, son las que ganan la aprobaci�n y el amor del ap�stol. Lo que odia es la irrealidad; el objeto de su adoraci�n especial es "la verdad"; "caminar en la verdad" es nada menos que seguir los pasos del Se�or.

3 Juan 1:2

Amado, oro para que en todos los aspectos (no "por encima de todas las cosas", seguramente San Juan nunca hubiera dicho eso) puedas prosperar y estar saludable, as� como tu alma prospere. El ap�stol desea que su carrera terrenal sea tan brillante como su carrera espiritual; que tenga un cuerpo sano para su mente sana, y que su fortuna tambi�n lo sea. El griego para "prosperar" ????? .???? significa exactamente "tener una buena carrera".

3 Juan 1:3, 3 Juan 1:4

Porque me regocij� mucho. No debemos perder de vista el "para", que est� lleno de significado. El anciano acaba de expresar un deseo de que el bienestar externo de Gains sea igual al bienestar de su alma; y �l est� bastante seguro de esto �ltimo, porque los hermanos siguen viniendo y dando testimonio del hecho. El buen informe de Ganancias es a�n mayor alegr�a para el ap�stol que el malvado informe de Diotrephes es una pena para �l. El lenguaje para condenar a Diotrephes, tan severo como es, no es tan fuerte como este en agradecido deleite con respecto a Gayo: No tengo mayor alegr�a que (escuchar) de estas cosas. "Mayor" se hace doblemente enf�tico, primero por la posici�n al comienzo de la oraci�n, y en segundo lugar por el doble comparativo ??????????.

3 Juan 1:5

2. DIVISI�N PRINCIPAL. Exhortaci�n. Habiendo declarado as� las circunstancias que lo llevaron a escribir, el anciano comienza la parte principal de la carta, que consta de tres secciones; la hospitalidad de Cayo y su valor ( 3 Juan 1:5); la arrogancia de Diotrephes y sus resultados ( 3 Juan 1:9, 3 Juan 1:10); la moral ( 3 Juan 1:11, 3 Juan 1:12). La transici�n a esta parte central de la Ep�stola est� marcada por una repetici�n de la direcci�n amorosa. En los tres casos ( 3 Juan 1:2, 3 Juan 1:5, 3 Juan 1:11), el "amado" introductorio indica el comienzo de una secci�n.

3 Juan 1:5

No es f�cil traducir este verso satisfactoriamente, ?????? ?????? ? ??? ?????? ??? ???? ???????? ??? ????? ??????. Aqu� tenemos tres dificultades:

(1) para determinar el significado de ?????? ??????;

(2) resaltar el significado de ??????;

(3) traducir ????? sin incomodidad.

La lectura ??? ???? (K, L) para ????? (?, A, B, C y versiones) probablemente surgi� de un deseo de evitar esta �ltima dificultad. Haces un acto fiel en todo lo que trabajas hacia los hermanos, y eso hacia los extra�os, es una interpretaci�n bastante literal e inteligible. Pero "hacer un acto fiel" es algo oscuro. Probablemente significa "actuar como lo har�a un hombre fiel". Toda su conducta hacia los hermanos, incluso cuando no los conoc�a anteriormente, fue tal que se convirti� en un cristiano fiel. Este era su m�rito especial; trat� a los hermanos que eran completamente extra�os para �l, no como extra�os, sino como hermanos. No escogi� y eligi�, mostrando hospitalidad a aquellos que le gustaban y descuidando al resto. Todos los misioneros estaban seguros de la bienvenida de Gains.

3 Juan 1:6

Quien da testimonio de tu amor ante la Iglesia. La palabra completamente griega ???????? es utilizada por San Juan en ning�n otro lugar sino en esta Ep�stola. Este testimonio de los hermanos ante la Iglesia que respeta las buenas obras que se les hacen es un tipo y fervor del testimonio de Cristo en el d�a del juicio: "Yo era un extra�o, y me acogieron ... en la medida en que lo hicieron a uno de estos mis hermanos, aun estos menos, me lo hiciste a m� ". A quien har�s bien en avanzar en su viaje de una manera digna de Dios. No se podr�a establecer un est�ndar m�s alto. Nos recuerda a "perfecto, como tu Padre celestial es perfecto". Ganancias es tratarlos como recordando la declaraci�n Divina, "El que recibe a quien yo env�e, a m� recibe; y el que me recibe a m�, recibe al que me envi�" ( Juan 13:20). Esta coincidencia, hecha consciente o inconscientemente, entre el Evangelio y la Tercera Ep�stola, se pierde en la interpretaci�n m�s bien incolora en la Versi�n Autorizada, "despu�s de un tipo piadoso".

3 Juan 1:7

Por el bien del nombre. Tal es la representaci�n exacta del texto verdadero; la inserci�n de "su" antes de "Nombre" debilita el efecto. No hab�a necesidad de decir m�s. As� como para un jud�o "el Nombre" debe significar "Jehov�", as� para un cristiano "el Nombre" debe significar "Jesucristo" (comp. Hechos 5:41; Santiago 2:7) . San Ignacio escribe a los efesios: "Estoy en lazos por amor del Nombre" (3); y "Algunos no suelen enga�ar maliciosamente sobre el Nombre" (7); y nuevamente a los filadelfinos: "Para ustedes, como Iglesia de Dios, se est� convirtiendo en un di�cono que vaya all� como embajador de Dios, para que los felicite cuando se re�nan y glorifiquen el Nombre" (10. ) Al no tomar nada de los gentiles, para que los paganos no sospechen de sus motivos y piensen: "Como todos los sacerdotes y fil�sofos charlatanes, hacen un mero intercambio de su doctrina y predican para llenar sus vientres". Nada gana m�s a los hombres que pruebas claras de desinter�s. El misionero sospechoso de ego�smo predicar� en vano. Que ?? ??????? aqu� debe significar "pagano" parece claro en Mateo 5:47; Mateo 6:7; Mateo 18:17, los �nicos otros lugares en el Nuevo Testamento donde se encuentra la palabra; adem�s, el contexto lo requiere. No hay necesidad de preguntar si la palabra puede no significar "cristianos gentiles". Los hermanos misioneros, por lo tanto, habr�an estado en grandes dificultades si no hubiera sido por el coraje y la generosidad de Gains; Diotrephes los expuls� y prohibi� a otros socorrerlos; y ellos mismos hicieron una regla para no pedir ayuda a los gentiles.

3 Juan 1:8

Nosotros, por lo tanto, debemos apoyar tal. El pronombre es muy enf�tico. Si no llega ayuda de los paganos, debemos darla; para que podamos convertirnos en sus compa�eros de trabajo por la verdad. As� como el ap�stol advirti� a la dama elegida que dar la bienvenida y apoyar a los predicadores de la falsa doctrina es participar en sus obras malignas ( 2 Juan 1:11), as� alienta a Gains y a sus amigos con el pensamiento de dar la bienvenida y apoyar predicadores de la verdad es participar en sus buenas obras. Es la ense�anza del Maestro en otra forma, "El que recibe un profeta en nombre de un profeta recibir� la recompensa de un profeta" ( Mateo 10:41).

3 Juan 1:9

Escrib� algo a la Iglesia

. As� como los hermanos misioneros dieron testimonio ante la Iglesia del amor cristiano de las ganancias, as� el anciano dar� testimonio ante la Iglesia de la arrogante hostilidad de Diotrephes. Una vez m�s vemos que las palabras pueden ser obras. El que sanciona a los maestros de falsas doctrinas comparte sus "malas obras" ( 2 Juan 1:11); y las "obras" de Diotrephes consisten en parte en "hablar en contra de nosotros con malas palabras". La misma palabra para "mal" se usa en ambos casos ???????, la palabra usada para expresar "el malvado"; La coincidencia es significativa. La oposici�n insolente al ap�stol por parte de Diotrephes, y el lenguaje severo usado por San Juan para condenarlo, est�n casi solos en el Nuevo Testamento. Para un paralelo a este �ltimo, debemos mirar la denuncia de nuestro Se�or de los fariseos arrogantes e hip�critas que se opusieron a �l. Los fariseos, como Diotrephes, no solo se negaron a caminar ellos mismos en el camino correcto, sino que obstaculizaron a los que estaban entrando en �l ( Lucas 11:52). Tambi�n "expulsaron" a aquellos que presum�an tener una visi�n menos estrecha que ellos mismos ( Juan 9:34, Juan 9:35).

3 Juan 1:11

Esta es la moraleja a la que San Juan ha estado conduciendo. Los diotrefos al menos servir�n como advertencia. Un caballero cristiano notar� tal comportamiento para evitarlo. Fortalecido por su propia caminata previa en la verdad (vers�culo 3), y alentado por el ap�stol (vers�culos 5-8), con Diotrephes como advertencia por un lado, y Demetrio como ejemplo por el otro, no debe fallar. para probar su nacimiento celestial haciendo el bien y evitando el mal (ver en 1 Juan 3:6).

3 Juan 1:12

Respetando a Demetrius, no sabemos m�s de lo que se nos dice aqu�. Todo lo que podemos inferir con seguridad de lo que se afirma es que �l es una persona de la que Cayo no ha sabido mucho hasta ahora; de lo contrario, esta recomendaci�n no ser�a necesaria. Las conjeturas sobre �l son

(1) que �l era el portador de esta Ep�stola a Cayo, lo cual no es improbable;

(2) que era miembro de la misma Iglesia que Diotrephes y que hab�a hecho un buen servicio al oponerse a �l, lo cual es posible;

(3) que �l es el platero de Artemisa ( Hechos 19:24), ahora "predicando la fe de la que una vez caus� estragos", lo cual no es probable. El nombre era com�n. No es f�cil determinar el significado de la afirmaci�n de que Demetrio tiene el testimonio de todos los hombres, y de la verdad misma. Quiz�s signifique que aquellos que dieron testimonio de Demetrio fueron algo m�s que un gran cuerpo de testigos humanos un�nimes, tan fuertes como lo ser�a ese testimonio; al dar su testimonio fueron guiados por "el Esp�ritu de verdad". O puede significar que los hechos hablan de s� mismos: tan pronto como Cayo conozca a Demetrio, ver� que la recomendaci�n universal de �l est� ampliamente justificada. La lectura verdadera en lo que sigue es, "y sabes que nuestro testimonio es verdadero" (comp. Juan 19:35; Juan 21:24). La tranquila confianza con la que el escritor afirma su autoridad, tanto sobre Diotrephes como tambi�n como testigo, nos confirma en la creencia de que "el anciano" no es menos que el ap�stol.

3 Juan 1:13, 3 Juan 1:14

3. CONCLUSI�N (ver notas en 2 Juan 1:12, 2 Juan 1:13). Aqu� se menciona la pluma o la ca�a ??????? en lugar del papel, como medio de escritura. La palabra no se encuentra en ning�n otro lugar del Nuevo Testamento en este sentido. Observe el the??? y el ??, cada uno con su fuerza correcta, el primero expresando una oposici�n m�s fuerte que el segundo: "Ten�a muchas cosas que escribirle; sin embargo, s� no me importa ??? ?? ???? con tinta y bol�grafo para escribirte: pero espero ?????? ?? enseguida para verte, y hablaremos boca a boca ". "Los amigos" se llaman as� en contraste con la hostilidad de Diotrephes y su grupo. En lugar de la guerra, "la paz sea contigo"; en lugar de los malos tratos de enemigos, los saludos de amigos. El anciano concluye con su propio saludo personal a todos los miembros de su reba�o que residen cerca de Cayo (comp. Juan 10:3).

HOMIL�TICA

3 Juan 1:1

Una pastoral apost�lica a un hombre cristiano.

Tenemos aqu� otro precio, menos fragmento, que nos permite vislumbrar la vida real de la Iglesia del primer siglo, y las obras y dificultades cristianas de uno de sus miembros honrados. No tenemos otra carta inspirada para un miembro privado de la Iglesia. Esto tiene un doble prop�sito. Nos permite imaginar, en resumen, las ganancias, con su obra cristiana, su car�cter y sus juicios. Nos permite tambi�n imaginar una Iglesia en cuanto a su comuni�n, su constituci�n y su trabajo. Gains era miembro de una Iglesia cristiana ( 3 Juan 1:9, ?? ????????), aunque no sabemos cu�l. Aparentemente, fue uno de los propios hijos espirituales de San Juan (vers�culo 4, ?? ??? ?????), quien le dio al ap�stol un gozo sincero (vers�culo 3), ya que, al contemplar su firme comprensi�n de la verdad (vers�culo 3) y su andar erguido , �l consider� esto como el mayor regalo de la gracia de Dios (vers�culo 4) que podr�a desear recibir. Su reputaci�n estaba tan bien mantenida (vers�culo 6) que el ap�stol se sinti� lo suficientemente seguro de su verdadera prosperidad espiritual como para justificarle el deseo de que pudiera progresar tanto y tener la misma salud en un mundo que en un mundo religioso. punto de vista (vers�culo 2). Cayo no solo era un ayudante de su propia Iglesia, sino un amante de los hermanos, aunque pudieran ser extra�os para �l (vers�culo 5, griego); porque cuando los hombres hab�an salido entre los gentiles, sin quitarles nada, y hab�an extendido el Nombre (vers�culo 7), fue un deleite de Gayo ayudarlos en su viaje (vers�culo 6). A�n as�, su trabajo no fue f�cil. Diotrephes, que amaba el oficio, probablemente estaba celoso de la influencia que Gains hab�a adquirido por su poco ambicioso servicio (vers�culos 5-9); para que Juan aproveche para asegurarle a Gayo que lo que hizo lo hizo bien (vers�culo 5) y que cuando �l (el ap�stol) visite la Iglesia la pr�xima vez, avergonzar� a Diotrephes (vers�culo 10). Es interesante notar que aqu�, como en su Segunda Ep�stola, habla de s� mismo como "el anciano" (vers�culo 1). Las diversas expresiones en la carta que tocan la vida de la Iglesia de aquellos d�as, cuando se juntan y se ponen en orden, nos presentan una imagen de la Iglesia �nica en los escritos del Nuevo Testamento.

I. HAY UNA IGLESIA DISTINTA AQU� ESPECIFICADA SOBRE LA CUAL EL AP�STOL JUAN TEN�A ALGUNA VIGILANCIA. Antes hemos comentado (homil�a sobre 2 Juan) que el rango de superintendencia de los ap�stoles era mucho m�s amplio que el de aquellos que solo eran presb�teros, obispos o supervisores (ver Obispo Lightfoot, 'Ep. Filipenses'). Sin embargo, en referencia a Iglesias espec�ficas, o individuos en ellas, escribe como presb�tero (vers�culo 1). Que hay una Iglesia distinta, a la que pertenec�a Cayo, se desprende de los vers�culos 9 y 10. La concepci�n de una gran Iglesia territorial no pertenece a los libros del Nuevo Testamento: "las Iglesias de Galacia" ( G�latas 1:1); "la Iglesia en �feso" ( Apocalipsis 2:1), etc.

II LOS MIEMBROS DE ESTA IGLESIA FUERON UNIDOS EN UNA SANTA COMUNIDAD, Y SE RECIB�AN EN EL NOMBRE DE CRISTO. (Vers�culo 8; Romanos 14:1.) Se reunieron y recibieron informes de servicio cristiano fiel (vers�culo 6), y el ap�stol se dirigi� como comunidad (vers�culo 9).

III. ESTA IGLESIA TEN�A UNA CONSTITUCI�N AUTOM�TICA. (Vers�culos 9, 10.) Este Diotrephes, a quien le encantaba tener la preeminencia y ejercer el poder de expulsar a los hombres de la Iglesia, es uno cuya se�orial ambici�n evidentemente lo anula todo, e incluso desaf�a al ap�stol mismo. Evidentemente esto es anormal. Ser� llevado a su fin. �Por qu�? Porque la autoridad de una Iglesia solo puede ser ejercida por la Iglesia misma, y ??no puede ser delegada o usurpada por otra sin una grave invasi�n de los derechos del sacerdocio cristiano. De esto, m�s adelante. Justo ahora, observemos que los preceptos establecidos para las Iglesias son tales que no pueden llevarse a cabo si la Iglesia permite que su autoridad se escape de s� misma ( 1 Corintios 5:1), o si fuera de cualquier consideraci�n temporal, sea lo que sea. permite que sus movimientos sean regulados por un poder externo y ajeno.

IV. LOS OBJETOS ESTABLECIDOS ANTES DE ESTA IGLESIA SON CLAROS Y DEFINIDOS. (Verso 8.) "Para que podamos ser compa�eros de trabajo con la verdad". Aqu� se supone que la Iglesia est� compuesta de personas que creen y conocen y ejemplifican la verdad tal como es en Jes�s. [Aunque no hay alusi�n en esta carta ni a Jesucristo ni al evangelio, la frase "la verdad" no tiene un significado incierto cuando se trata de la pluma de Juan.] Estos, y solo estos, pueden ser compa�eros de trabajo con eso. El objetivo de una Iglesia en su comuni�n no es solo la simpat�a mutua, el culto com�n o la construcci�n de s� misma de las familias de sus miembros. Todo esto es necesario, pero estas cosas necesarias no lo son todo. La Iglesia es para la difusi�n de la verdad por todas partes. Est� obligado a enviar hombres que saldr�n entre los gentiles por el bien del Nombre, como aquellos para quienes Cayo era un amigo tan conspicuo; s�, y para iniciar tal en su viaje "dignamente de Dios". De la carta deducimos que Gains asumi� tal tarea sobre s� mismo, porque Diotrephes no permitir�a que se hiciera, pero que la Iglesia deber�a haberlo hecho correctamente, y no haber sufrido todo el peso para descansar sobre los hombros de un hombre. (cf. vers�culos 5-10). Deber�an haber sido sostenidos por la Iglesia de la que salieron ???????.

V. ESTA IGLESIA TEN�A QUE LLEVAR UN JUICIO DURANTE A TRAV�S DE LA AMBICI�N HUMANA NO ASEGURADA. En la Ep�stola anterior, el hombre "avanzado" ??????? es la ruina de la Iglesia. Aqu� el hombre ambicioso ???????????? es tal. Este esp�ritu se mostr� muy temprano entre los disc�pulos, y fue severamente reprendido por el Se�or Jes�s ( Mateo 18:1). Tal vez, por ninguna otra causa externa, la Iglesia ha tenido que sufrir tanto como por esto. Que se desarrolle la triste y lamentable historia de la historia de la Iglesia, y nos dir� mil veces que esa imp�a ambici�n es la ruina de la Iglesia. La �ltima forma es "infalibilidad papal". Los supuestos sacerdotales son iglesias paralizantes y almas en ruinas. Los di�conos y los pastores se�oriales son la ruina de la Iglesia. Una vida eclesi�stica verdadera y saludable es el an�logo de una vida corporal verdadera y saludable, donde cada miembro cumple sus propias funciones, y nadie interfiere con el de otro.

VI. A pesar de que algunos miembros pueden obstaculizar y desprestigiar a una iglesia, hay otros que realmente ayudan y honran. Hombres como Cayo y Demetrio abundan. Son el honor y la alegr�a de una Iglesia. Es muy probable que, debido a su valor poco ambicioso y sin pretensiones, rara vez se presenten al frente, a menos que las circunstancias lo obliguen a hacerlo; pero su lealtad a la verdad, su vida santa, su amabilidad y firmeza, son el honor de las Iglesias y la gloria de Cristo. Sin duda, el "mundo" hablar� m�s sobre un Diotrephes que sobre doce hombres como Caius, y estar� encantado de hacerlo. Pero "el Se�or conoce a los que son suyos".

VII. CUALQUIERA Y DONDE SEA UNA IGLESIA, ES CADA INDIVIDUO TENER EN CUENTA SUS PROPIAS RELACIONES PERSONALES CON DIOS, Y ACTUAR DE ACUERDO. (Vers�culos 11, 12.) La conexi�n con la Iglesia m�s santa del mundo no puede salvarnos.

La asociaci�n con la Iglesia m�s imperfecta de la cristiandad no puede obstaculizar nuestra salvaci�n, a menos que lo permitamos; en cuyo caso, la culpa ser� nuestra. La religi�n es un asunto entre el alma y Dios. Estrictamente as�. La pregunta es: �hemos nacido de Dios? �Estamos en Cristo? �Est� Cristo en nosotros, la esperanza de gloria? Y la prueba de esto radica, no en la membres�a de la Iglesia, sino en la vida y solo en la vida. La membres�a de la iglesia puede ser de gran servicio. El hecho de que pueda hacerse demasiado es un argumento en contra. Pero siempre, recordemos que podemos estar en una Iglesia pero no en la Iglesia. Si no estamos en Cristo, no estamos en la Iglesia. Si estamos en Cristo por una fe viva, estamos en su verdadera Iglesia, por un derecho que nadie puede refutar y que nadie deber�a disputar.

HOMILIAS DE W. JONES

3 Juan 1:2

La prosperidad ideal.

"Amado, deseo sobre todas las cosas que puedas prosperar", etc. La versi�n autorizada de este vers�culo parece tener el significado de que San Juan valoraba la salud f�sica y la prosperidad secular por encima de todo lo dem�s. El original no transmite tal significado. Versi�n revisada: "Amados, oro para que en todas las cosas puedas prosperar y tener salud, as� como tu alma prospere".

I. EL AP�STOL ORA QUE SU AMIGO GAIUS PUEDA TENER PROSPERIDAD TEMPORAL Y SALUD F�SICA. A partir de la expresi�n de este deseo en una carta tan breve, podemos inferir que San Juan consider� estas cosas como de gran importancia.

1. La prosperidad secular es deseable. La falta de �xito en los negocios debe quedar en desuso. Por nuestro propio bien, por el bien de nuestras familias, y por el bien de nuestra utilidad, la prosperidad en las cosas temporales es deseable. La riqueza es un poder maravilloso; y en manos de un hombre sabio es una gran bendici�n tanto para �l como para los dem�s.

2. La salud f�sica es deseable. La salud del cuerpo, por muchas razones obvias, es uno de los mejores regalos de Dios para el hombre. Es importante tambi�n por otras razones que no son obvias para todos. El estado del cuerpo ejerce una gran influencia sobre la mente y el alma. Es el �rgano y agente de ambos; y, si no es saludable, nuestras impresiones de lo externo ser�n falsas y nuestra influencia en lo externo ser� limitada y d�bil. Nuestros sentimientos y expresiones espirituales est�n considerablemente tonificados y coloreados por nuestra condici�n f�sica.

II EL AP�STOL INDICA LA PROSPERIDAD ESPIRITUAL DESTACABLE DE SU AMIGO CAIUS. Esto queda claro al hacer de su prosperidad espiritual la medida de la salud corporal deseada y la prosperidad temporal. El siguiente verso tambi�n aporta evidencia de esta prosperidad del alma. Se vio en su creciente conocimiento de la verdad y su creciente conformidad con la verdad. "Hermanos ... da testimonio de tu verdad, as� como caminas en la verdad". Quiz�s Cayo mismo necesitaba esta seguridad de su prosperidad espiritual. "Las palabras del ap�stol parecen implicar", dice el Dr. Binney, "que la salud de Gains estaba algo debilitada. Esto podr�a afectar sus sentimientos y hacer que la prosperidad real de su alma, mientras sea visible para otros, no sea percibida por �l mismo; Su excelencia era obvia para todos los que lo conoc�an, aunque la enfermedad corporal o la depresi�n mental ocultaban la verdad de su propia conciencia. Por este motivo, John se dirigi� a �l con palabras de aliento, palabras que transmit�an delicadamente pero con fuerza la confianza del ap�stol en su estado espiritual. y asegur�ndole, al mismo tiempo, que comparte constantemente sus s�plicas y oraciones ". Esta prosperidad espiritual es m�s importante que el progreso material y el �xito.

III. EL AP�STOL HACE LA PROSPERIDAD DE SU ALMA LA MEDIDA DE LA SALUD F�SICA Y LA PROSPERIDAD SECULAR DESEADA PARA GAIUS. Esto es profundamente significativo. A menos que nuestra prosperidad espiritual sea al menos proporcional a nuestra prosperidad temporal, esta �ltima deja de ser una bendici�n. Toda la riqueza mundana que posee un hombre, que es m�s que proporcional a la riqueza de su alma, har� bien en deshacerse de ella de inmediato, o por gracia divina har� que la riqueza de su alma sea proporcional a ella. Sin esta correspondencia no podemos usar la riqueza correctamente, las riquezas nos da�ar�n, lo material aplastar� lo espiritual en nosotros. Cuando las riquezas externas son m�s que proporcionales a su piedad y gracia, son una maldici�n para su poseedor. Pero cuando hay una proporci�n entre los dos, la riqueza es una bendici�n digna de la oraci�n de un ap�stol. �Qu� revoluciones asombrosas tendr�an lugar si esta oraci�n se realizara universalmente! �Qu� transformaciones en la salud! Muchos ahora sanos y fuertes se volver�an d�biles y enfermizos. Muchos ahora enfermos y d�biles se volver�an sanos y vigorosos. �Qu� transformaciones en las circunstancias! Muchos hijos e hijas mimados de riquezas y lujos llegar�an a la pobreza y la pobreza. Muchos de los indigentes pasar�an de la morada de la penuria al palacio de la tranquilidad y la abundancia. "Un deseo terrible de esto", dice Binney, "si se ofreciera y tuviera efecto sobre muchos profesores: los destrozar�a en el cuerpo y los arruinar�a en circunstancias; los har�a, como la Iglesia que se cre�a rica. y aumentado en bienes, 'pobre y miserable, y ciego y desnudo' ". �Shah ofrezco esta oraci�n por ti? Si esta oraci�n se realizara, lo f�sico tendr�a la verdadera proporci�n de lo espiritual, y lo temporal de lo eterno. Aprenda hasta d�nde es deseable la riqueza secular. � W.J.

3 Juan 1:3, 3 Juan 1:4

Prosperidad espiritual.

"Porque me regocij� mucho cuando vinieron los hermanos y testificaron de la verdad que hay en ti", etc. En estos y en algunos vers�culos posteriores tenemos algunos aspectos y evidencias de la prosperidad espiritual de Gayo.

I. ASPECTOS DE LA PROSPERIDAD ESPIRITUAL. "Los hermanos vinieron y dieron testimonio de tu verdad, as� como t� andas en la verdad".

1. La verdad apropiada en mente y coraz�n. Nuestra interpretaci�n de las palabras "tu verdad" ser�a superficial e inadecuada si simplemente dij�ramos que expresan la sinceridad de Gayo. La expresi�n implica esto, que �l era verdadero en la religi�n y en la vida; pero significa que sus creencias religiosas eran correctas: que manten�a la verdad sobre la Persona y la obra de Jesucristo. Sobre estos temas hab�an surgido errores perniciosos en la Iglesia. Algunos negaron la Divinidad de nuestro Salvador; otros negaron la realidad de su virilidad. "El primero tropez� con su preexistencia y encarnaci�n, porque sufri� indignidad y angustia; el otro, al admitir su naturaleza divina, pens� que realmente sufr�a debajo de �l y, por lo tanto, neg� que su cuerpo o sus sufrimientos fueran otra cosa que apariencias ilusorias "(Binney). Contra cada uno de estos errores, San Juan escribi�. Y por la expresi�n "la verdad", generalmente se refiere a la doctrina apost�lica sobre la Persona y la obra de Jesucristo. "Esta verdad la sostuvo Cayo; la mantuvo como su vida; estaba 'en �l', como llenando su intelecto y afecto; en su comprensi�n como fuente de luz, en su coraz�n como objeto de amor". El ap�stol, como hemos aprendido de sus antiguas ep�stolas, atribu�a la mayor importancia a corregir las creencias religiosas.

2. La verdad manifestada en la vida y la conducta. "T� caminas en la verdad". Su vida pr�ctica estaba en armon�a con su credo profeso. La verdad que sosten�a no era simplemente una forma de palabras sonoras, sino una fuerza viviente en su car�cter y conducta. Su fe no era una mera especulaci�n u opini�n, sino una cosa de profundo sentimiento y firme convicci�n. La fe que no influye en la vida hacia la armon�a consigo misma no es fe en el sentido de las Escrituras; es asentimiento u opini�n; pero no es fe cristiana, ni fe salvadora. Nuestra verdadera fe moldea la vida en conformidad con la verdad cre�da. San Juan insisti� tan fervientemente en practicar la verdad como en sostenerla. "El que hace el bien es de Dios; el que hace el mal no ha visto a Dios" (vers�culo 11; y 1 Juan 3:7, 1 Juan 3:10). Mantengamos, como Cayo, la verdad, hag�mosla nuestra; y tambi�n vive la verdad, camina en ella d�a a d�a. Cultiva una fe verdadera y una vida santa.

II TESTIMONIO A LA PROSPERIDAD ESPIRITUAL. "Los hermanos vinieron y dieron testimonio de tu verdad", etc. Estos hermanos fueron probablemente aquellos que hab�an sido recomendados por el ap�stol a la Iglesia, rechazados por la influencia de Diotrephes (vers�culo 9) y luego entretenidos por Gains. Probablemente presentaron este informe sobre su regreso a la Iglesia, de la cual San Juan era pastor, y del cual hab�an sido enviados (vers�culos 5, 6).

1. Es un placer para los hombres buenos dar testimonio de la excelencia de los dem�s.

2. Es gratificante para un buen hombre recibir la recomendaci�n de buenos hombres. "Un buen nombre es mejor que una pomada preciosa". "Es mejor elegir un buen nombre que grandes riquezas".

III. LA INFLUENCIA DE LA PROSPERIDAD ESPIRITUAL SOBRE LOS BUENOS. "No tengo mayor alegr�a que esta, o�r hablar de mis hijos", etc.

1. La tierna relaci�n aqu� mencionada. "Mis hijos." Parece que las ganancias se hab�an convertido a trav�s del ministerio de San Juan. Era el hijo espiritual del ap�stol; su "verdadero hijo en la fe"; su "hijo amado", como dice San Pablo de Timoteo. Esta relaci�n es muy cercana, tierna y sagrada (cf. 1 Corintios 4:14, 1 Corintios 4:15).

2. La gran alegr�a de la que aqu� se habla. "No tengo mayor gozo que este", etc. Todo cristiano genuino se regocija al encontrar hombres caminando en la verdad; pero el ap�stol tuvo la alegr�a adicional que surgi� del v�nculo querido y santo por el cual �l y Gains se unieron. El �xito de un joven en las cosas temporales es una gran alegr�a para sus padres. Para los padres cristianos es una alegr�a mucho mayor cuando sus hijos entregan sus corazones a Dios y caminan en la verdad. Y para el ministro cristiano y el maestro de escuela dominical, la prosperidad espiritual de aquellos a quienes han llevado al Salvador es una fuente de regocijo profundo y puro. Tal prosperidad es una prueba de que no hemos trabajado en vano; Es un honor distinguido que Dios nos ha conferido. y da un anticipo de la gran recompensa final, "Bien hecho, siervo bueno y fiel", etc. Escuchar o contemplar tales frutos de nuestro trabajo cristiano nos humilla y nos alegra.

Hermanos cristianos, apuntemos tanto a apropiarse como a ejemplificar la verdad cristiana. � W.J.

3 Juan 1:5, 3 Juan 1:6

Hospitalidad.

"Amado, haces fielmente todo lo que haces a los hermanos", etc. Tenemos aqu�:

I. HOSPITALIDAD EJERCITADA. "Amados, hac�is una obra fiel en todo lo que hac�is hacia los hermanos y extra�os".

1. Las personas hacia quienes se hab�a ejercido.

(1) "Extra�os". Mencionamos esto primero porque est� involucrado en la palabra griega para "hospitalidad", ?????????, es decir, amabilidad hacia los extra�os. Entretener a nuestros amigos no es propiamente la hospitalidad. Esta virtud, dice Barnes, "surge naturalmente en pa�ses poco asentados, donde la vista de un extra�o ser�a, por lo tanto, particularmente agradable; ... y donde la poblaci�n era demasiado escasa, y los viajeros demasiado infrecuentes, para justificar la posada como negocio. Por estas causas, ha sucedido que, propiamente hablando, no hay posadas o tabernas en la regi�n alrededor de Palestina. De hecho, era costumbre erigir lugares para alojamiento y refugio a distancias adecuadas, o al lado de manantiales o riego. lugares, para que los viajeros se alojen. Pero est�n construidos a expensas del p�blico, y est�n sin amueblar. Cada viajero lleva su propia cama, ropa y utensilios de cocina, y dichos lugares est�n dise�ados simplemente como un refugio para caravanas. Todav�a es as�; y, por lo tanto, se convierte, en su opini�n, en una virtud de alto orden para entretener, en sus propias mesas y en sus familias, a los extra�os que puedan estar viajando ". Pero estos extra�os tambi�n fueron:

(2) "Hermanos". Eran hermanos cristianos. La hospitalidad no debe limitarse a ellos, sino que se les debe mostrar primero y principalmente. El Nuevo Testamento ense�a que la amabilidad debe comenzar en casa ( 1 Timoteo 5:8; G�latas 6:10). Los ap�stoles deb�an "comenzar en Jerusal�n". Los cristianos a veces han suplido las necesidades de los borrachos, los indolentes y los despilfarradores, y han descuidado a sus propios pobres sobrios, trabajadores y ahorradores en sus necesidades. Nos parece que en tales ministerios la regla deber�a ser: primero nuestra propia casa, luego nuestra propia Iglesia y congregaci�n, luego otros hermanos cristianos y luego los no religiosos.

2. La persona por quien se hab�a ejercido. Ganancias. Pero San Juan en el texto establece el ejercicio de la hospitalidad como especialmente convertirse en cristianos. �l habla de ello como "una obra fiel", es decir, una obra digna de un hombre fiel o un cristiano. La hospitalidad se encuentra con frecuencia en las Sagradas Escrituras ordenadas a los cristianos como un deber ( Romanos 12:13; Hebreos 13:2; 1 Pedro 4:9). San Pablo lo menciona como uno de los deberes de un obispo cristiano ( 1 Timoteo 3:2; Tito 1:8). En el juicio final, una raz�n para la recompensa del bien es que ejercitaron la hospitalidad, y uno de los cargos por los cuales los malvados ser�n condenados es el descuido de la hospitalidad ( Mateo 25:34). En consecuencia, encontramos que los "cristianos primitivos consideraban que una parte principal de su deber consist�a en mostrar hospitalidad a los extra�os. De hecho, estaban tan dispuestos a cumplir este deber que los muy paganos los admiraban por ello. todos extra�os, pero especialmente a aquellos que pertenec�an a la familia de la fe. Los creyentes casi nunca viajaban sin cartas de comuni�n, lo que atestiguaba la pureza de su fe, y les procuraba una recepci�n favorable donde se conoc�a el nombre de Jesucristo "(m�s tranquilo ) Tambi�n encontramos que la hospitalidad de Gains fue abundante; porque los hermanos que hab�a entretenido testificaron de su amor (vers�culo 6). "Existe", dice Washington Irving, "una emanaci�n del coraz�n en una hospitalidad genuina que no puede describirse, pero que se siente de inmediato y pone al extra�o a la vez en paz". Como la ocasi�n lo requiere, la hospitalidad sigue siendo un deber cristiano.

II HOSPITALIDAD RECONOCIDA. "Quien da testimonio de tu amor ante la Iglesia". Los evangelistas, cuando regresaron a la Iglesia de donde hab�an sido enviados para su trabajo, dieron cuenta de su misi�n, y al hacerlo testificaron de la cordial hospitalidad de Gains. Este informe de Ganancias difiere del de un ministro del que he le�do. Este ministro "hab�a viajado mucho para predicar una congregaci�n en ... Despu�s del serm�n, esper�, esperando que alguien le invitara a cenar. Finalmente, el lugar estaba casi vac�o, reuni� coraje y se acerc� a un anciano. y dijo: "�Ir�s a casa a cenar conmigo hoy, hermano?" '�D�nde vives?' �A unos treinta kil�metros de aqu�, se�or. 'No;' dijo el hombre, coloreando, "pero debes ir conmigo". Gracias, lo har� alegremente. Despu�s de esto, el ministro nunca estuvo preocupado por su cena ". Agradecer dar testimonio de amabilidad como la de Cayo debe ser una delicia para quienes son dignos de recibirlo.

III. HOSPITALIDAD ALENTADA "A quien har�s bien en iniciar su viaje dignamente de Dios". Esto se refiere a una segunda visita a Gains, en la que probablemente trajeron esta carta con ellos. Hacerlos avanzar era permitirles seguir adelante proporcion�ndoles los art�culos necesarios para el viaje. Aqu� hay una regla admirable para regular el ejercicio de nuestra hospitalidad: "dignamente de Dios"; Alford, "de una manera digna de aquel de quien son mensajeros y de quien eres siervo". Deber�amos mostrar amabilidad a medida que se conviertan los seguidores de �l "que da a todos de manera liberal y repugnante no". "Ser�a especialmente esperado", dice Barnes, "de los cristianos que demuestren hospitalidad a los ministros de religi�n. Eran com�nmente pobres; no recib�an un salario fijo; viajaban de un lugar a otro; y depender�an del apoyo". sobre la bondad de los que amaron al Se�or Jesucristo "(cf. Mateo 10:9). El ejercicio de este deber es a menudo ricamente recompensado en el presente. Cierta y espl�ndida es su recompensa en el futuro ( Mateo 10:40; Mateo 25:34) .� W.J.

3 Juan 1:7, 3 Juan 1:8

Trabajadores misioneros y ayudantes.

"Porque por amor de su Nombre salieron", etc. La Biblia es notable por su universalidad. Ya sea directa o inferencialmente, tiene algo de importancia y valor que decir sobre casi todo lo que afecta la vida y los intereses humanos. Arroja luz sobre muchas preguntas modernas; y al estudiarlo, a menudo nos sorprende gratamente encontrar direcciones y sugerencias que tocan muchas cosas que consideramos bastante modernas, y respecto de las cuales no esper�bamos encontrar mucha sugerencia o luz en sus p�ginas. Por lo tanto, en esta breve carta tenemos algunas notas apost�licas sobre las misiones cristianas, que son tan aplicables a la empresa misionera ahora como lo fueron para el trabajo misionero de la Iglesia hace mil ochocientos a�os. Aqu� hay notas sobre:

I. TRABAJADORES MISIONEROS. "Por amor del Nombre salieron sin tomar nada de los gentiles". Darse cuenta:

1. El motivo de estos misioneros cristianos. "Por el bien del Nombre salieron". En todo lo que hacemos, somos motivados por alg�n motivo o motivos. El trabajo cristiano no es una excepci�n a esta regla. En el propagandismo cristiano puede haber varios motivos; por ejemplo, celo por una causa o sociedad, o por la difusi�n de ciertas doctrinas o formas de gobierno de la Iglesia, etc. Cada una de estas es permisible en su lugar; pero ninguno de ellos es el mejor y m�s alto motivo del servicio cristiano. Los trabajadores m�s devotos del cristianismo tienen un motivo m�s noble que cualquiera o todos estos. "Entra en un gran establecimiento de fabricaci�n. Si lo notas con atenci�n, percibir�s un gran eje que recorre todo el edificio. A esto se unen las ruedas, y las bandas van de estas ruedas a otras ruedas, y en estas se inserta en corto Ejes, y a �l se unen sinfines, sierras, cuchillos y cinceles, y por estos se realiza una inmensa cantidad de trabajo mec�nico. Pero, �cu�l es la causa de todo este movimiento? �D�nde est� el poder secreto que hace que toda esta maquinaria haga el trabajo? �trabajo de quinientos hombres? La respuesta se da f�cilmente. Es vapor. Deje que el vapor baje, y toda esta maquinaria quedar�a tan quieta y silenciosa como la tumba "(CM Temple). Y el gran motivo para trabajar la maquinaria del cristianismo es el amor al Se�or Jesucristo; no celo por las doctrinas, por s�lidas que sean, sino amor por una persona; no el deseo de edificar la Iglesia, y mucho menos extender una denominaci�n o secta; sino un apego apasionado al Se�or vivo de la Iglesia. Cristo mismo es la vida del cristianismo. El gran motivo de la obra cristiana m�s noble es el amor supremo hacia �l. "El amor de Cristo nos constri�e" es la explicaci�n del mejor y m�s valiente trabajo que se realiza para los hombres. No hay motivo como el amor; y el amor a una persona siempre ser� un motivo m�s fuerte que el amor a una causa o un credo. Cuando Cristo es recibido en el coraz�n, despierta su amor m�s elevado, m�s santo e intenso. Este amor es la inspiraci�n m�s poderosa en el servicio cristiano. Puede atreverse m�s, hacer m�s, soportar m�s. Los trabajadores m�s valientes salen "por el nombre" de Jesucristo.

2. La pol�tica de estos misioneros cristianos. "No tomar nada de los gentiles". Los ap�stoles sostuvieron y reiteradamente afirmaron el principio "que los que proclaman el evangelio deben vivir del evangelio" ( 1 Corintios 9:14). Nuestro Se�or ense�� la misma verdad: "El trabajador es digno de su comida" ( Mateo 10:10). Pero hubo casos en los que no fue conveniente hacer cumplir este principio. El evangelio debe ser proclamado sin cargo a quienes no lo conocen; porque no se puede esperar que lo valoren antes de conocerlo. Por lo tanto, estos primeros misioneros, por "su propio prop�sito deliberado", no tomaron nada de los gentiles a quienes fueron. Si hubieran hecho lo contrario, podr�an haber sido sospechosos de motivos mercenarios. Siempre deber�amos poder decirle a los paganos, tanto en casa como en el extranjero: "No busco el tuyo, sino t�". "No codiciaba la plata, el oro o la ropa de nadie". Pero cuando los paganos ya no son paganos, sino que han aprendido a apreciar el evangelio, podemos decirles: "Si les sembramos cosas espirituales", etc. ( 1 Corintios 9:11, 1 Corintios 9:13, 1 Corintios 9:14). En estos aspectos, los ap�stoles y los primeros misioneros son un ejemplo para las edades sucesivas.

II AYUDANTES MISIONEROS. "Por lo tanto, debemos dar la bienvenida a tal, que podamos ser compa�eros de trabajo con la verdad". Esto pone de manifiesto el deber de la Iglesia con los trabajadores misioneros.

1. Para apoyar a los misioneros. "Deber�amos recibir tal"; Versi�n revisada, "para dar la bienvenida"; Alford, "para apoyar". La palabra significa no solo "dar la bienvenida", sino "ayudar y fortalecer". Y esto debe hacerse de manera digna: "dignamente de Dios". Los trabajadores de Jesucristo deben ser tratados con amabilidad, generosamente entretenidos y alentados en su trabajo. Necesitan esto de la Iglesia. Sin ella, pueden "ponerse cansados, desmayarse en sus almas"; y en ese caso el trabajo sufrir�.

2. Cooperar con los misioneros. "Para que podamos ser compa�eros ayudantes de la verdad"; Versi�n revisada, "para que podamos ser compa�eros de trabajo con la verdad"; Alford, "para que podamos convertirnos en compa�eros de trabajo para la verdad". La idea es que, al apoyar a los misioneros, Gains se convertir�a en un compa�ero de trabajo con ellos para promover la causa de la verdad. Esto se afirma como una raz�n por la cual debe mostrarles amabilidad y ayudarlos. Tambi�n est� claramente impl�cito que es deber del cristiano ser un compa�ero de trabajo en la causa de la verdad. Conociendo la verdad nosotros mismos, estamos moralmente obligados a darla a conocer a los dem�s. Pero hay muchos que no pueden hacerlo por s� mismos predicando o ense�ando. Luego, seg�n San Juan en nuestro texto, deber�an hacerlo alentando y apoyando a quienes pueden predicar o ense�ar. "De esta manera", dice Binney, "Gains fue capaz de hacer mucho; de hecho, mucho m�s, en el camino de la predicaci�n, que si �l mismo hubiera sido el predicador m�s elocuente; por ayudar a muchos y ayudarlos en a su manera y en su trabajo, �l estaba pr�cticamente hablando, en el mismo momento, por muchas bocas, y a los ojos de Dios podr�a considerarse que convert�a muchas almas en varios lugares y al mismo tiempo, y cuando de otra manera se ocupaba, cuando estaba ocupado en sus asuntos mundanos, en el hogar de su familia, dormido en su cama, en reposo o en un viaje, en la enfermedad o en la salud, vivo o muerto ". Cristianos, observen su deber y privilegio de ser misioneros o ayudantes misioneros, �W.J.

3 Juan 1:9, 3 Juan 1:10

Diotrefas: un faro.

"Escrib� a la Iglesia: pero Diotrephes", etc.

I. EL CAR�CTER DE LOS DIOTREFOS BREVEMENTE ESTABLECIDO. "Diotrephes, a quien le encanta tener la preeminencia entre ellos". No sabemos qui�n o qu� era este hombre m�s all� de lo que se dice en nuestro texto. Si fue pastor, anciano, di�cono u otro funcionario de la Iglesia, no podemos decirlo. Fuera lo que fuese en otros aspectos, sabemos que era ambicioso en el lugar m�s alto y en el mayor poder de la Iglesia: ser�a el primero y el principal de todos, o no ser�a nada. Un personaje malvado y peligroso en cualquiera. "Antes del honor est� la humildad". "El orgullo de un hombre lo humillar�; pero el honor sostendr� al humilde de esp�ritu". "Todo aquel que est� orgulloso de coraz�n es una abominaci�n para el Se�or". "El orgullo va antes de la destrucci�n", etc. "El que se haga grande entre ustedes ser� su ministro [o 'siervo'], y el que sea el primero entre ustedes ser� su siervo [o 'siervo'], incluso como el Hijo del hombre no vino para ser ministrado, "etc. La jefatura debe ser dada, no al que ama ser el primero, sino al que m�s humilde y fielmente sirve a los dem�s. "Porque todo el que se enaltece ser� humillado; y el que se humilla ser� enaltecido". "La humildad es el camino m�s seguro hacia la exaltaci�n". "El m�s alto honor lo gana la m�s profunda humildad". El que ser� el primero de todos, o nada, al final ser� el �ltimo y el m�s bajo de todos.

II EL CAR�CTER DE LOS DIOTREFOS ILUSTRADOS EN SU CONDUCTA,

1. Rechaz� la m�s alta recomendaci�n. "Escrib� algo a la Iglesia: pero Diotrephes ... no nos recibe". No reconoci� la autoridad de San Juan, y rechaz� la carta de recomendaci�n que el ap�stol hab�a enviado a la Iglesia. Tampoco recibir�a a los misioneros, y eso probablemente porque San Juan los elogi�, y reconocer�a que nadie es m�s grande que �l en la Iglesia a la que pertenec�a. Estaba determinado "que no el ap�stol, sino �l mismo, debe gobernar la Iglesia".

2. Difamaba la reputaci�n m�s justa. "Hablando en contra de nosotros con palabras malvadas". Aqu� hay dos males, y uno peor que el otro.

(1) Locuacidad. "Prating" - corriendo con el habla. "Los reproches eran simples miserables, nada valiosos, irrelevantes". "En la multitud de palabras no hay pecado". "S� lento para hablar". "Si alg�n hombre no refrena su lengua, la religi�n de este hombre es vana". Cuidado con la esclavitud de la lengua, y el pecado de gab.

(2) calumnia. "Con palabras malvadas". El hombre m�s santo est� expuesto al veneno de la lengua del calumniador. La arrogancia conduce a extremos terribles; se atreve a calumniar al ap�stol de esp�ritu m�s bello. Cuando un hombre ha hecho mal a otro, considera necesario confesarlo o decir cosas falsas y malvadas en su contra, con la esperanza de justificarse. Entonces Diotrephes se enfrent� a San Juan con palabras malvadas. Por lo tanto, tenga cuidado con el primer paso equivocado. El calumniador ataca con frecuencia al mejor de los hombres. Nuestro Se�or fue as� atacado. "Un hombre glot�n y un bebedor de vino". "�l tiene Belceb�, y por el pr�ncipe de los demonios expulsa a los demonios".

"No hay poder ni grandeza en la mortalidad. �Puede la censura escapar? Calumnia dolorosa. La virtud m�s blanca golpea: �qu� rey tan fuerte puede amarrar la hiel en la calumniosa lengua?"

(Shakespeare)

"S� tan casto como el hielo, puro como la nieve, no escapar�s de la calumnia".

(Ib�dem.)

No se desanime si es asaltado. Odia este pecado.

3. Prohibi� el ejercicio de un sagrado privilegio y deber. "Ni �l mismo recibe a los hermanos, ni a los que �l proh�be", etc. �l no recibir� a los misioneros ni permitir� que otros lo hagan. "El perro en el pesebre" es el mejor exponente de su esp�ritu y conducta. Evit� que algunos hicieran dos cosas que son a la vez deberes y privilegios:

(1) ejercer hospitalidad con los "hermanos y extra�os";

(2) ayud�ndoles en su trabajo de evangelizaci�n.

�Cu�n terriblemente malvado era el rumbo que segu�a! Hiri� al ap�stol, a los misioneros, a quienes los habr�an recibido, a quienes fueron enviados, a toda la Iglesia y al Se�or de la Iglesia; �Y sin embargo, �l era miembro de la Iglesia, y el hombre principal en ella! Lleg� al extremo de expulsar de la Iglesia a aquellos que habr�an entretenido a los evangelistas. "Y los echa de la Iglesia".

III. EL CAR�CTER Y LA CONDUCTA DE LOS DIOTREFOS CONDENADOS. En esta carta est�n justamente censurados. Y se hace referencia a una nueva reprimenda: "Si vengo, recordar� sus obras que �l hace", etc. No hay nada vengativo en esto. El ap�stol reivindicar�a su propia autoridad y la comisi�n de los misioneros, iluminar�a a la Iglesia y reprender�a a Diotrephes. "Hay hombres inc�modos en la Iglesia; hombres que, si tienen alguna gracia, tienen tanto del demonio en ellos que su gracia tiene poco control sobre ellos. Los hombres buenos deber�an resistirse a esas personas. Puede ser muy es agradable hablar de tratar con ellos en un esp�ritu de caridad, ser amable con ellos, y tolerante y amable. Hasta cierto punto, esto es perfectamente correcto. Hay un trabajo que la compasi�n tiene que hacer; hay una esfera en la que la compasi�n puede ser llamada al ejercicio activo; al mismo tiempo, debemos marcar a quienes causan divisiones y ofensas, y evitarlos; y hay una cierta clase de hombres en quienes la compasi�n no tiene efecto, y se pierde la compasi�n; y lo �nico que se puede hacer es 'entreg�rselos a Satan�s, para que aprendan a no blasfemar' "(Dr. Joseph Parker).

Un hombre magistral y amante del poder en una Iglesia puede hacer travesuras y lesiones incalculables; por lo tanto

(1) evitemos la presencia o el crecimiento de tal esp�ritu en nosotros mismos;

(2) prestemos atenci�n a que no ofrecemos �nimo ni semblante a tal esp�ritu en los dem�s. � W.J.

3 Juan 1:11, 3 Juan 1:12

Imitando lo bueno.

"Amados, no sigas lo que es malo", etc. Esta exhortaci�n ocurre aqu� muy naturalmente despu�s de la menci�n de Diotrephes. "Amados, no imites lo que es malo". no copie Diotrephes; Considerarlo no como un ejemplo, sino como un faro. Pero imita lo bueno; toma a Demetrio como patr�n; Copiar su conducta.

I. EL HOMBRE IMITA. Aqu� se implica que Cayo imitar�a al bien o al mal, ya sea Demetrio o Diotrephes. La propensi�n a la imitaci�n es una de las m�s fuertes en la naturaleza humana. Es esto lo que hace que el ejemplo sea mucho m�s poderoso que el precepto. Esta propensi�n es una de las primeras en ser puestas en pr�ctica en la vida humana. El tierno beb� se agita casi antes de que sepa algo. Muy frecuentemente imitamos a otros inconscientemente. El alcance de nuestra imitaci�n consciente e intencional es muy peque�o en comparaci�n con nuestra imitaci�n inconsciente e involuntaria. Esta tendencia juega un papel muy importante en la educaci�n humana. Sin la imitaci�n intencional, la instrucci�n ser�a imposible, como en la lectura, la escritura, etc. Y la imitaci�n no intencional tiene una gran influencia en el crecimiento del h�bito y la formaci�n del car�cter. Una cosa muy importante es esta tendencia a la imitaci�n.

II EL HOMBRE DEBE IMITAR SOLO A LOS BUENOS. "Amados, no imites lo que es malo, sino lo que es bueno", etc. Se pueden asignar muchas razones para ello; por ejemplo, que el curso opuesto debe conducir inevitablemente a la ruina; que este curso ennoblece y bendice al que lo sigue. Pero limit�monos a las razones asignadas en el texto.

1. Porque el que hace bien es de Dios. "El que hace el bien es de Dios". es decir, el que hace el bien de manera verdadera y natural, en quien el bien no es la excepci�n, sino la regla de la vida, es de Dios. �l es "engendrado de Dios" ( 1 Juan 3:9). �l prueba que es un hijo de Dios por su semejanza con su Padre en car�cter y conducta. Est� inspirado por Dios tanto en su vida interior como en su pr�ctica externa. Observe cu�n pr�ctica es la idea del ap�stol de la verdadera religi�n personal. El hombre piadoso es el hombre que hace el bien; Sus buenas obras son la evidencia de su piedad. Debemos imitar lo bueno por su relaci�n �ntima y bendecida con Dios.

2. Porque el malhechor no tiene verdadero conocimiento de Dios. "El que hace el mal no ha visto a Dios". Al hacer el mal, debemos comprender no una acci�n ocasional y excepcional, sino el tenor general de la vida y la conducta. El que hace el mal es una de las caracter�sticas generales de cuyas obras es el mal. Tal persona no ha visto a Dios. La contemplaci�n de Dios es espiritual. Y la visi�n de Dios y la acci�n del mal son incompatibles; porque:

(1) La pureza de coraz�n es esencial para ver a Dios y, donde est� la pureza de coraz�n, el pecado no puede ser la caracter�stica general de la conducta. "Santidad, sin la cual nadie ver� al Se�or". "Bienaventurados los puros de coraz�n, porque ellos ver�n a Dios".

(2) Cuando un hombre ha visto al Se�or, no puede vivir en la pr�ctica del pecado. Quien ha visto y apreciado la belleza m�s elevada no puede vivir en comuni�n constante y voluntaria con extrema deformidad. Y aquel cuya alma ha visto algo de lo supremamente Perfecto e infinitamente Hermoso, no puede mirar el pecado con aprobaci�n; debe parecerle repugnante. Esta consideraci�n tiende a fortalecer la fe en la salvaci�n total y final de cada hombre regenerado. El que ha probado las grandes alegr�as de la visi�n divina y la comuni�n nunca puede contentarse con los placeres del pecado o satisfecho con las cosas de este mundo. No imites el mal; porque su pr�ctica oscurece y destruye la visi�n del alma; excluye del conocimiento m�s elevado y divino, incluso el conocimiento que es la vida del alma. "Esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el �nico Dios verdadero", etc.

III. BUENOS EJEMPLOS EST�N DISPONIBLES EN GENERAL. Es muy raro que no podamos se�alar alg�n ejemplo conocido que merezca ser imitado. A tal San Juan llama la atenci�n. "Demetrio tiene el testimonio de todos y de la verdad misma; s�, nosotros tambi�n damos testimonio; y t� sabes que nuestro testimonio es verdadero". Diotrephes era un faro para ser rechazado; Demetrio, un ejemplo a imitar. Probablemente era miembro de la misma Iglesia que Gains, y bien conocido por �l; y, por lo tanto, el ap�stol no declara cu�les fueron sus principales excelencias, pero al ser nombrado aqu� inferimos que eran las que Diotrephes no ten�a. Donde este �ltimo quer�a, Demetrius se destac�. El buen car�cter no siempre va acompa�ado de una buena reputaci�n, pero en el caso de Demetrius lo fue. Ten�a una buena reputaci�n de:

(1) San Juan: "Tambi�n damos testimonio".

(2) Ganancias: "Sabes que nuestro testimonio es verdadero".

(3) Todos los que lo conocieron; o, tal vez, de todos los hermanos mencionados en los vers�culos 3, 5, 10: "Demetrio tiene el testimonio de todos".

(4) "Y de la verdad misma". Alford dice: "La verdad objetiva de Dios, que es la regla divina del andar de todos los creyentes, le da un buen testimonio al que realmente camina en la verdad. Este testimonio radica en la conformidad de su andar con el requisito de la verdad de Dios. ". Esa verdad, como un "espejo", parec�a poner bajo una luz clara su virtud cristiana y su rectitud, y as� dar testimonio de �l ". El testimonio m�s preciado es el de la verdad misma. Cuando eso est� a nuestro favor, afortunadamente podemos alegrarnos. Tan m�ltiple y excelente fue el testimonio de Demetrio. En la mayor�a de los lugares y sociedades hay algunos que vale la pena imitar. Vamos a imitarlos en la medida en que encarnan la verdad. Hay temporadas en nuestra experiencia cuando los buenos ejemplos humanos son especialmente valiosos. A veces, el ejemplo perfecto parece elevarse muy por encima de nuestra imitaci�n, y nos desesperamos de copiarlo con �xito. En tales estados de �nimo, el excelente ejemplo humano es particularmente precioso. No es mucho m�s alto que nuestro propio nivel de logro; nos anima; y, cuando nuestro des�nimo ha desaparecido, podemos aspirar una vez m�s a la conformidad con el Supremo Ejemplar. J.

3 Juan 1:13, 3 Juan 1:14

Despedida.

� �

"Ten�a muchas cosas que escribir", etc. �Qu� gran bendici�n es la comunicaci�n por escrito cuando la comunicaci�n por discurso es inalcanzable! �Qu� valioso es escribir tambi�n cuando se desea precisi�n y permanencia! Sin embargo, la escritura tiene sus desventajas en comparaci�n con el habla, como lo encontr� San Juan en este momento.

I. LA ESPERANZA DEL AP�STOL. "Espero verte pronto y hablaremos cara a cara". Esperaba la comunicaci�n por discurso, que, en comparaci�n con la escritura, es:

1. M�s f�cil y r�pido.

2. M�s expresivo.

3. M�s placentero.

El ap�stol santo menciona esto al cerrar su antigua Ep�stola privada. "Para que tu alegr�a se cumpla".

II LA BENEDICCI�N DEL AP�STOL. "La paz sea contigo". Una bendici�n muy completa. Comprende:

1. Paz en nuestra relaci�n con Dios. Esta paz es una consecuencia del perd�n de nuestros pecados y nuestra reconciliaci�n con Dios. "Tus pecados te son perdonados ... ve en paz". "Siendo justificados por la fe, tengamos paz con Dios", etc. Tambi�n la paz que fluye de la confianza en Dios con respecto a las posibilidades del futuro (ver Mateo 6:25). "Lo mantendr�s en perfecta paz, cuya mente est� en ti, porque �l conf�a en ti".

2. Paz en nuestra relaci�n con los hombres. La ausencia de celos, venganza, amargura de esp�ritu, etc. El reconocimiento pr�ctico de los reclamos de otros sobre nosotros. Y el ejercicio de la buena voluntad, la bondad, etc.

3. Paz en nuestro propio ser. Las acusaciones de conciencia silenciadas por la eliminaci�n de nuestra culpa a trav�s de la misericordia de Dios.

"Siento dentro de m� una paz por encima de todas las dignidades terrenales, una conciencia tranquila y silenciosa".

(Shakespeare)

El conflicto entre la carne y el esp�ritu termin� en la victoria del esp�ritu. La rebeli�n de la pasi�n contra el principio y de los apetitos contra las aspiraciones, sofocada por el poder de la vida Divina en el alma. Por su gracia, Dios establece el orden en el propio ser de un hombre, armoniza las facultades y propensiones de su naturaleza, y as� le da paz interior. De esta manera la paz del alma cristiana se completa. Nuestro Se�or leg� esta paz a sus disc�pulos. "Paz te dejo, mi paz te doy", etc. ( Juan 14:27; Juan 20:19, Juan 20:26).

4. Perfecta paz en el cielo. Aqu� nuestra realizaci�n de esta paz es variable. Las dudas nos asaltan; los miedos nos deprimen; la enfermedad y la tristeza se oscurecen y perturban, si no nos angustian. La serenidad del esp�ritu no siempre es nuestra. Pero en adelante "Dios enjugar� cada l�grima de nuestros ojos", etc. ( Apocalipsis 21:4).

III. EL SALUDO DEL AP�STOL. "Los amigos te saludan. Saludan a los amigos por su nombre". - W.J.

HOMILIAS POR R. FINLAYSON

3 Juan 1:1

La carta del presb�tero anciano a un miembro privado de la Iglesia.

"El eider a Cayo el amado, a quien amo en verdad". Como en la Segunda Ep�stola, John toma la designaci�n oficial familiar de "el anciano". El receptor de la Ep�stola fue considerado por John con un afecto m�s que ordinario; porque �l de inmediato designa a Cayo "el amado", y tres veces en el curso de la breve Ep�stola se dirige a �l con esta designaci�n. Era muy querido; por la adici�n aqu�, mientras enfatiza el afecto del ap�stol por las Ganancias, ampl�a la gama de afecto por �l. "A quien yo (por mi parte) amo", dice; es decir, �l junto con muchos otros, no �l en oposici�n a algunos que retuvieron el amor o entretuvieron el odio. Amaba a Cayo como amaba a "la dama elegida y sus hijos", en verdad. Esta ep�stola no contiene ninguna declaraci�n de la Encarnaci�n; pero sabemos que por el ap�stol la Encarnaci�n fue considerada como la parte vital de la verdad ( 1 Juan 4:1, 1 Juan 4:2). Fue la m�s alta revelaci�n de Dios, que uni� corazones a Dios y corazones a corazones en el c�rculo cristiano. Unido a la verdad, no pod�a amar a todos por igual; pero amaba a Gains como amigo de la verdad.

I. GAIUS.

1. Su bienestar deseado. "Amados, oro para que en todas las cosas puedas prosperar y tener salud, as� como tu alma prospere". Este es el saludo lanzado en una forma inusual. Como fundamento del buen deseo, se felicita a Cayo por la prosperidad de su alma. Esta prosperidad del alma se pone de manifiesto, en lo que sigue, en relaci�n con una relaci�n satisfactoria con la verdad, y especialmente con la pr�ctica de la hospitalidad. En la forma dada al buen deseo, se da a entender que existe una relaci�n entre la prosperidad del alma y otra prosperidad. Desearle a un hombre �xito en los negocios y buena salud corporal es desearle lo mejor hasta ahora; solo el deseo no llega lo suficientemente lejos. Para cada hombre tiene un inter�s eterno, as� como un inter�s temporal, tiene un alma y un cuerpo; y, si somos sus verdaderos simpatizantes, le desearemos el bien en su totalidad, y no solo en parte, de su bienestar. Solo desearle �xito en los negocios y una buena salud corporal es como si un amigo estuviera viajando de Edimburgo a Londres, y le deseamos lo mejor hasta York, sin decir nada sobre el resto del viaje. La prosperidad inferior no debe buscarse para un hombre aparte de la prosperidad del alma. Puede parecer de la vieja traducci�n que debe buscarse por encima de todas las cosas; pero hay una traducci�n err�nea, que se ha corregido correctamente en la traducci�n revisada. John expresa para Gains el deseo de que en todo lo relacionado con los negocios y la salud le vaya bien; no obstante, sin tener en cuenta su condici�n espiritual. Su alma estaba prosperando; �l era, por lo tanto, un hombre para quien esto podr�a buscarse con seguridad. Estaba haciendo un buen uso de sus medios en inter�s de la verdad, por lo que su salud era preciosa. Lo que, entonces, John desea para Ganancias es, en efecto, esto: m�s medios y mejor salud, para que pueda tener m�s para servir a Dios. Cuanto m�s ten�a un hombre como Gains, m�s bien har�a. Pero no podemos desear con seguridad para cada hombre m�s medios y mejor salud. Eso solo podr�a significar m�s para servir al diablo. Lo que algunos necesitan es olvidar un cheque severo en los negocios, para ser acostado en una cama de enfermedad; y nuestro deseo para ellos puede ser justamente que esto les suceda a ellos, en lugar de que pierdan sus almas. De esto se ver� que un cristiano puede estar justificado en la b�squeda del mayor �xito en los negocios y la mayor medida de salud, siempre que su motivo sea tener m�s medios y una mejor salud para servir a Dios. Esto puede ser un mayor est�mulo para la diligencia que incluso el deseo de acumular riqueza, al ser atendido con la ventaja de que deja la mente libre y optimista. Aprendamos el beneficio de los buenos deseos. No fue poca cosa tener a John como un gran conocedor, tanto del cargo que ocup� como de su gran experiencia espiritual; y la probabilidad era que Cayo obtendr�a m�s medios y una mejor salud debido al deseo del ap�stol anciano. Perm�tanos, en nuestras cartas o de otra manera, desear a nuestros amigos lo mejor en sus asuntos mundanos y en su salud, no sin importar el grado en que prosperen sus almas, y Dios ver� que nuestros deseos surtan efecto.

2. Su relaci�n con la verdad se regocij� en.

(1) Verdad apropiada. "Porque me regocij� mucho cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad". La alegr�a de John fue grande debido a que los hermanos llegaron y dieron testimonio de la recepci�n de la verdad por parte de Gains. Se menciona aqu� como aquello de lo que depend�a su prosperidad del alma. Una de las lecciones ense�adas por la flor abierta en la ornamentaci�n del templo fue la receptividad. "Est� abierto para tomar el sol, y para beber la lluvia y el roc�o, se calla cuando sale el sol, pero se expande nuevamente cuando los rayos del sol lo tocan. Al recibir la planta y la flor viven; y al recibir el alma del hombre vive y crece ". Debemos tener cuidado de darle al alma el alimento adecuado, que es la verdad: pensamientos del amor de Dios, pensamientos de sus fines en nuestra vida. Si tenemos ideas falsas de Dios y de la vida, realmente estamos tomando veneno en nuestras almas. Cayo sinti� la necesidad de la verdad de nutrirlo y embellecerlo. "He aqu�, t� deseas la verdad en las partes internas". Este Cayo ten�a; por asimilaci�n, se hab�a convertido en parte de su ser.

(2) La verdad llevada a cabo en la conducta. "As� como andas en la verdad". Esto fue m�s que recibir la verdad, siendo su consecuente consecuente. La recepci�n de la verdad apareci� (para que los hermanos pudieran dar testimonio de ello) en un estilo de conducta superior. Es bajo un cielo soleado donde se encuentra el mejor color de la naturaleza. Es en la buena sociedad donde se encuentra el mejor acento. Por lo tanto, son aquellos que se mueven dentro del c�rculo de los pensamientos Divinos, est�n abiertos a las influencias Divinas, los que alcanzan el estilo de vida m�s atractivo. Los hermanos se llevan un buen informe de ellos, que anima a las almas de los veteranos. Comentario adjunto que enfatiza la alegr�a del ap�stol. "No tengo mayor alegr�a que esta, escuchar a mis hijos caminando en la verdad". La recepci�n de la verdad estaba implicada en caminar en la verdad; por lo tanto, fue suficiente para notar esto �ltimo. Hubo muchos para quienes John estaba en la relaci�n de padre espiritual (m�s que aquellos que le debieron su nacimiento espiritual); No era ajeno a la alegr�a paternal. �Y qu� le dio alegr�a? Al enterarse de sus hijos, que estaban prosperando en sus asuntos mundanos, que gozaban de buena salud, que estaban exentos de persecuci�n. Le alegraba saber de su baja prosperidad; pero lo que lo anim�, con una influencia m�s refrescante, fue escuchar de su prosperidad del alma, como evidencia de su andar en la verdad.

3. Pr�ctica de la hospitalidad.

(1) Recomendado. "Amados, hac�is una obra fiel en todo lo que hac�is hacia los hermanos y extra�os". La verdad une todo el camino; Especialmente vincula las ganancias en la pr�ctica de la hospitalidad. Si bien solo, hizo un uso gratuito de sus medios. Los objetos de su hospitalidad eran hermanos, como parece, hermanos misioneros y hermanos misioneros que eran extra�os para �l, y por lo tanto no ten�an derecho a reclamarlo m�s all� de su posici�n y vocaci�n cristiana. Tuvo la oportunidad de prestarles servicio m�s all� de simplemente entretenerlos; y, cualquiera que sea el servicio que prest�, lo hizo como la verdad lo requer�a, es decir, generosamente.

(2) Testigo de. "Quien da testimonio de tu amor ante la Iglesia". Fue el amor lo que movi� a Cayo a servir a los hermanos misioneros; y eran conscientes de los servicios prestados. A su regreso a la Iglesia que presidi� Juan, al dar cuenta de sus labores misioneras, contaron, en presencia de la Iglesia, qu� tan bien hab�an sido tratados por Gains. As�, las cosas que eran encantadoras se convirtieron tambi�n en cosas de buen informe.

(3) Animado. "A quien har�s bien en iniciar su viaje digno de Dios". Los hermanos misioneros regresaban a sus labores a su manera; el ap�stol, por lo tanto, les ofrece una buena recepci�n. Perm�tele seguir sus bondades anteriores, y ponerlas en marcha en su viaje, brind�ndoles el descanso necesario, y tambi�n, como se sugiere en lo que sigue, haciendo alguna provisi�n contra sus necesidades futuras, mentir era hacer esto dignamente de Dios, es decir, como representarles la solicitud divina. Ellos se lo merec�an. "Porque, por el nombre, salieron sin tomar nada de los gentiles". Los jud�os "suplicaron sinceramente a Jes�s por el centuri�n, diciendo que es digno de que hagas esto por �l: porque �l ama a nuestra naci�n y �l mismo nos construy� nuestra sinagoga". Los hermanos misioneros eran dignos de que Cayo los ayudara al adelantarlos en su viaje. Fue por el nombre que salieron, es decir, "no para sus propias ocasiones e intereses terrenales", sino que el nombre de Cristo podr�a ser magnificado. Salieron de la Iglesia de origen (que ten�a recursos limitados) para convertir a los gentiles. Para que no pudieran obstaculizar su objetivo por la apariencia de ser mercenarios, eligieron (en la medida en que fuera necesario) trabajar con sus propias manos, en lugar de tomar de los gentiles. El logro de su objetivo, en la formaci�n de una Iglesia Cristiana Gentil (para ser atendidos por otros mientras avanzaban), era un trabajo para el cual la construcci�n de una casa sagrada era secundaria. Fue un trabajo adecuado para exaltar el Nombre, mostrando el poder del amor divino sobre la dureza de los corazones de los hombres y los males del gentilismo. Ellos, entonces, cuyo celo misionero fue encendido por el Nombre, no deben pasarse por alto. Eran representantes de la verdad. "Por lo tanto, debemos dar la bienvenida a tal, que podamos ser compa�eros de ayuda con la verdad". Debemos pensar en Ganancias, de acuerdo con su car�cter conocido, tomando la carga de estos hombres, haci�ndolos felices mientras est�n en su casa y contribuyendo no solo para el viaje, sino tambi�n para el final del viaje, de modo que con las manos desconectadas podr�an comenzar su misi�n; y as�, sin proclamar la verdad, ganando elogios de ser un "compa�ero de ayuda con la verdad". Tenemos la obligaci�n de cargar con la carga de los misioneros. Si bien, en inter�s de la verdad, salen como portadores de la verdad a los paganos, nosotros, por nuestras contribuciones, debemos dejar sus manos y mentes libres para su trabajo adecuado; por lo tanto, aunque no somos portadores de la verdad (por falta de oportunidades y calificaciones), tenemos inter�s en la verdad y tenemos la satisfacci�n y el honor de ser "compa�eros de ayuda con la verdad".

II DIOTREFOS

1. Su resistencia a la autoridad de Juan. "Escrib� algo a la Iglesia: pero Diotrephes, que ama tener la preeminencia entre ellos, no nos recibe". La Iglesia particular no se nombra; pero debemos entender que es aquello a lo que perteneci� Cayo, para que tengamos un nuevo elemento introducido. Cayo entretuvo a los misioneros extranjeros frente a la oposici�n. La oposici�n vino de Diotrephes. La ocasi�n fue una carta de John. Esta carta no ha sido preservada; debemos pensar que contiene una solicitud a la Iglesia para dar una recepci�n favorable a los misioneros. La solicitud fue solo razonable; pero Diotrephes se opuso, no porque no le gustara la ense�anza de John, o la ense�anza de los misioneros, sino simplemente porque deseaba afirmar su autoridad personal. Pertenec�a a la clase de estos que aman tener la preeminencia; quienes est�n empe�ados, no en la paz y la prosperidad de la Iglesia, sino en que sean los primeros en la Iglesia, incluso a expensas de su paz y prosperidad. Y este miembro ambicioso o funcionario de la Iglesia tuvo �xito por un tiempo; prob� los dulces del poder eclesi�stico, al lograr que una mayor�a estuviera de acuerdo con �l contra el ap�stol. Venimos aqu� sobre el dise�o de esta carta a Cayo.

2. Su venida derrota, "Por lo tanto, si vengo, recordar� sus obras que �l hace, haci�ndose prisa contra nosotros con palabras malvadas: y no contento con ello, ni �l mismo recibir� a los hermanos, y a los que �l prohibir�a. y los echa de la Iglesia ". Diotrephes no obtuvo su victoria sin trabajar por ella. Sus obras, sin embargo, no fueron tales como para ser recordado. Su castigo ser�a, en la venida de Juan, que sus obras fueran recordadas. Su verdadera valoraci�n ser�a su destronamiento del poder. Lo que hizo fue hablar contra John y sus amigos. Si bien sus palabras eran nulas, eran traviesas. No contento con hablar, recurri� a la acci�n. Dio el ejemplo de cerrar su puerta contra los misioneros; y cuando algunos (uno de ellos Cayo) eligi� ser guiado por la carta del ap�stol, los vet� de inmediato y, al no someterse a su autoridad, los excomulg�. Pero este trabajo, mientras tanto triunfante, pronto, y muy simplemente, se detendr�a. "�No sabes esto desde la antig�edad, ya que el hombre fue puesto en la tierra, que el triunfo de los imp�os es corto?"

III. DEMETRIO

1. Su aversi�n a Diotrephes. "Amados, no imites lo que es malo, sino lo que es bueno. El que hace el bien es de Dios: el que hace el mal no ha visto a Dios". Si bien hay maldad trabajando en las Iglesias, tambi�n hay un buen trabajo. El mal est� ah� para que lo evitemos; lo bueno est� ah� para que lo imitemos. Necesitamos aprender a "discernir entre los justos y los malvados, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve". El principio de discriminaci�n de Johannine es simple. El que est� asociado con la obra del bien tiene su vida derivada de Dios; el que est� asociado con el trabajo del mal (cualquiera que sea su profesi�n) no est� en el camino de recibir las primeras impresiones de Dios en su verdadera naturaleza, o no est� colocado para comenzar en la vida Divina.

2. Triple testimonio de su excelencia. "Demetrio tiene el testimonio de todos los hombres, y de la verdad misma: s�, nosotros tambi�n damos testimonio; y t� sabes que nuestro testimonio es verdadero". Demetrio ten�a el testimonio de todos los hombres. Debemos considerar el lenguaje como hiperb�lico, sin limitar el "todo" al c�rculo cristiano, ni a los pocos que en el sentido m�s estricto podr�an ser testigos, pero los muchos que hablaron bien de Demetrio se hacen "todos", m�s a impresionarnos con su n�mero. Demetrio ten�a un testigo mayor que el de los n�meros: ten�a el testigo de la verdad misma. Aunque no hab�a habido un hombre para ser testigo de �l, la verdad (para personificarlo) podr�a haberse producido como testigo. Aunque ning�n hombre lo hab�a pose�do, la verdad lo habr�a pose�do. Adem�s de la personificaci�n, la idea es que hab�a una estrecha correspondencia entre lo que era Demetrio y lo que exig�a la verdad. Pero juzgar esta correspondencia requiere un testigo competente, con oportunidad y tambi�n con intuiciones correctas de la verdad; y as�, en tercer lugar, John se adelanta para responder por Demetrio, un testigo que nadie podr�a ser m�s satisfactorio para Cayo. No se nos dice qui�n era este Demetrio; pero no es una conjetura improbable de que �l fuera el portador de la Ep�stola. Si es as�, debe notarse c�mo, por un feliz giro, le proporciona las recomendaciones necesarias.

Conclusi�n.

1. Motivo para no escribir m�s. "Ten�a muchas cosas que escribirte, pero no estoy dispuesto a escrib�rtelas con tinta y l�piz: pero espero verte pronto y hablaremos cara a cara". Es interesante observar c�mo los materiales de escritura est�n aqu�, no "papel y tinta" ( 2 Juan 1:12), sino "tinta y pluma". Podr�a haber puesto su pluma en la escritura de muchas cosas; Cayo y �l ten�an mucho en com�n en sus simpat�as. Mientras tanto, hab�a escrito para contrarrestar, en la medida de lo posible escribiendo, la peligrosa influencia de Diotrephes. Esperaba ver pronto a Cayo. Cuando lo viera y hablaran cara a cara, tendr�a m�s oportunidades y libertad para descargarse.

2. Saludos. "La paz sea contigo. Los amigos te saludan. Saludan a los amigos por su nombre". John estaba en paz con Cayo; deseaba que todo el mundo estuviera en paz con �l. Ten�an amigos en com�n. Los amigos de John (a quien el portador llamar�a) saludaron a Cayo. Amigo de Gaius, �l (el receptor de la carta) fue el primero en nombrar por separado, y luego en saludar de esta forma, "John te env�a su saludo". - R.F.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre 3 John 1". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/3-john-1.html. 1897.
 
adsfree-icon
Ads FreeProfile