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Daniel 1

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

Versículos 1-21

EXPOSICI�N

Daniel 1:1

OCASI�N DE DANIEL EN BABILONIA.

Daniel 1:1

En el tercer a�o del reinado de Joacim, rey de Jud�. Despu�s de la derrota y muerte de Jos�as, la gente de la tierra puso en el trono a Joacaz, o Shallum (Jeremias 22:11), uno de los hijos de su difunto monarca ( 2 Reyes 23:30) . Vemos, al comparar 2 Reyes 23:31 con 2 Reyes 23:36, que al tomar a Joacaz como su rey, hab�an pasado por alto la ley de la primogenitura. La raz�n de esto no ser�a improbable porque representara la pol�tica de su padre Jos�as, lo que puede haber significado la preferencia de una alianza babil�nica a una egipcia. Dean Farrar piensa que su destreza b�lica podr�a ser la raz�n de la preferencia popular ( Ezequiel 19:3). Cualquiera que sea la raz�n de preferencia popular, Fara�n-Necho, a su regreso de su victoriosa campa�a contra los hititas y los babilonios, lo depuso y lo llev� a Egipto. Necho coloc� en el trono en su lugar, Eliakim, a quien llam� Joacim. El cambio de nombre no es muy significativo: en el primer caso, es "Dios se levanta"; en el segundo, el nombre adoptado, es "Jehov� levanta". La suposici�n era que �l afirmaba especialmente que el Dios del pacto de Israel lo hab�a levantado especialmente. Podr�a haberse esperado que �l ser�a muy celoso por el Se�or de los ej�rcitos, en lugar de lo cual encontramos que "hizo lo que era malo ante los ojos del Se�or, de acuerdo con todo lo que sus padres hab�an hecho". presentado a nosotros en las profec�as de Jerem�as, parece un hombre cruel, independientemente de �l. Necho no quiso decir que la sujeci�n de Jerusal�n era meramente nominal, por lo que le rindi� un gran tributo al nuevo rey. Con todos sus defectos, Joacim parece haber sido fiel a Egipto, a cuyo poder le deb�a su corona. Debe notarse, como una de las diferencias entre la Versi�n de la Septuaginta y el texto de los Massoretes, que se sigue en nuestra Versi�n autorizada, que no hay una palabra que represente reinado en la Septuaginta. Vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Jerusal�n, y lo asedi�. Nabucodonosor es uno de los grandes nombres de toda la historia. Solo aqu� en Daniel se deletrea Nabucodonosor en hebreo con una pen�ltima s�laba. En Jerem�as y Ezequiel, el nombre generalmente se transcribe de manera diferente y m�s precisa, Nabucodonosor. Esto representa con mayor precisi�n el Nabu-kudurri-utzur de los monumentos, pero por igual en Reyes y Cr�nicas el ? se transforma en a. ? Cuando pas� al griego se convirti� en ?????????????, incluso en Jerem�as. Esta es la forma que asumi� en Berosus. Abydenus es m�s precisa. El nombre, que significa "Nebe protege la corona", hab�a sido llevado por un predecesor, que rein� unos cinco siglos antes. Las dos formas del nombre representan dos procesos que tienen lugar con respecto a los nombres extranjeros. Nabucodonosor (Jeremias 21:2) es una transcripci�n del nombre babil�nico Nebu-kudduri-utzur. Nabucodonosor, como aqu�, es el nombre modificado en elementos, cada uno de los cuales es inteligible. Nebu era el dios Nebo, chad significaba "un recipiente" y nezzar, "uno que vigila". Sucedi� a su padre Nabopolassar, el fundador del m�s reciente reino de Babilonia, en el a�o b. C. 606. Pocas inscripciones hist�ricas de cualquier extensi�n han llegado a la mano desde el reinado de padre o hijo. Tenemos los fragmentos de Berosus y ep�tomes de porciones de sus mundos; y adem�s, fragmentos de Megasthenes y Abydenus conservados principalmente en los Padres. Se puede observar que Her�doto no menciona tanto a Nabucodonosor. Nabopolasar ascendi� al trono de Babilonia en el a�o b. C. 625, por lo que se puede ver en la actualidad, en el derrocamiento de los asirios de N�nive. Aprovechando este evento, Egipto, que hab�a sido conquistado por Esarhaddon y Asshurbanipal, se reafirm�. Los asirios hab�an dividido Egipto en varios principados, sobre cada uno de los cuales hab�an establecido reyes vasallos. Psammetik, uno de estos reyes vasallos, se rebel� y uni� a todo Egipto bajo su gobierno. Unos diecis�is a�os despu�s de la ca�da de N�nive, su fara�n-Necho, decidido a rivalizar con sus predecesores, Thothmes y Rameses, invadi� el territorio de Babilonia. Mantuvo su conquista solo un poco, porque Nabucodonosor, el joven hijo heroico del pac�fico Nabopolasar, march� contra los egipcios. Se libr� una gran batalla en Carchemish, y los egipcios fueron totalmente derrotados. Despu�s de esta victoria, Nabucodonosor persigui� a su enemigo volador hacia Egipto, y probablemente visit� Jerusal�n y la asedi�. Todav�a no era rey, pero no debe considerarse un anacronismo que el escritor aqu� lo llama rey. Hablamos de que el duque de Wellington obtuvo su primera victoria en Assaye, aunque su t�tulo ducal no se logr� hasta mucho despu�s. Si seguimos a Berosus, seg�n lo citado por Josephus, mientras Nabucodonosor estaba involucrado en la campa�a de Palestina y Siria, fue convocado de regreso a Babilonia por la muerte de su padre Nabopolassar. "Dejando las tropas y el equipaje fuertemente armados, se apresur�, acompa�ado por unas pocas tropas, a trav�s del desierto a Babilonia". Josefo afirma estar citando las mismas palabras de Berosus, y no se han arrojado dudas sobre su precisi�n o buena fe en tales casos. Berosus estaba en condiciones de estar bien informado y no ten�a ning�n motivo para hablar m�s que la verdad. La evidencia de Berosus establece que antes de su ascenso al trono, [Nabucodonosor hab�a hecho una expedici�n a Siria. Si tomamos la declaraci�n en el vers�culo que tenemos ante nosotros junto con la de Jeremias 26:1 (donde el texto es, sin embargo, dudoso, ya que la cl�usula se omite en la LXX.), Que el cuarto a�o de Joacim fue El primero de Nabucodonosor, y mir�ndolos a la luz del relato de Berosus sobre la adhesi�n de Nabucodonosor, llegamos a la conclusi�n de que ascendi� al trono un a�o despu�s de haber visitado Jerusal�n. Adem�s, debemos recordar que el primer a�o de Nabucodonosor no fue el a�o de su adhesi�n, sino que fue el a�o siguiente al pr�ximo a�o despu�s de ese evento. Si un monarca ascendiera al trono en el mes Iyyar de un a�o, ese a�o se considerar�a como "el comienzo de su reinado"; No fue hasta la primera boca de Nisau en el a�o siguiente que comenz� su primer a�o. En Jerusal�n, el c�lculo de los a�os de un monarca comenz� a partir de su adhesi�n, y v / as independiente del calendario. Por lo tanto, si el m�todo de c�lculo de Babilonia se aplicara al reinado de Joacim, lo que se calcul� en su cuarto a�o en Jerusal�n ser�a solo el tercero. Contra ambos textos y 2 Reyes 25:8, y, adem�s, contra Berosus, est� la declaraci�n en Jeremias 46:2, que afirma que la batalla de Carchemish se libr� en el cuarto a�o de Joacim . Esto contradice la otra declaraci�n, a menos que la batalla se libr� en el comienzo del cuarto a�o de Joacim, del cual no tenemos evidencia. El Dr. Sayce ha se�alado, como un ejemplo caracter�stico del cuidado con el que los materiales han sido tratados en Kings, que si bien se dice que Shalmaneser asedi� a Samaria, no se dice que �l (Shalmaneser) lo tom�. Cabe se�alar que hay un cuidado igual en el vers�culo que tenemos ante nosotros. Nabucodonosor, seg�n se nos dice, vino a Jerusal�n y "lo asedi�". La conclusi�n habitual y natural de tal afirmaci�n ser�a "y la tom�"; El hecho de que esta frase no se agregue prueba que el escritor no desea afirmar que Nabucodonosor requiri� llevar el asedio a las extremidades.

Exursus sobre el supuesto anacronismo de Jeremias 46:1 y Jeremias 46:2.

Se han hecho muchas declaraciones fuertes con respecto al supuesto conflicto entre la cronolog�a del vers�culo que tenemos ante nosotros y el de Jerem�as y, se dice, otras partes de la Escritura. Incluso Lenormant declara que el Libro de Daniel comienza con un grave error, "L'erreur grossiere du premier verset du chapitre 1. mettant en l'an 3 de Joiakim la premier premier de Jerusalem par Nebuchodorossor". Muchos asaltantes de la autenticidad de Daniel hacen mucho de esto. As�, Hitzig dice: "La apertura del libro est� gravada por una fecha absurda y una declaraci�n de hecho que es prima facie dudosa".

�Cu�l es el alcance de este error, o m�s bien de estos errores? Son:

(1) La declaraci�n de que Nabucodonosor visit� Jerusal�n en el tercer a�o de Joacim, rey de Jud�.

(2) La declaraci�n adicional de que Nabucodonosor era rey en esa fecha.

(3) La declaraci�n de que asedi� la ciudad y saque� el templo. Todo lo cual, se alega, contradice otras partes de la Escritura, principalmente varios pasajes en Jerem�as.

Contra la segunda de estas declaraciones se coloca Jeremias 25:1, "En el cuarto a�o de Joacim, hijo de Jos�as, rey de Jud�, ese fue el primer a�o de Nabucodonosor, rey de Babilonia". Adem�s, se proclama que en esta profec�a as� fechada, la llegada del rey de Babilonia est� amenazada, y por lo tanto se concluye que a�n no hab�a invadido Palestina. Esto nuevamente se compara con la tercera declaraci�n, y se supone que demuestra que no es cierto. Se alega que estos dos pasajes juntos prueban que la primera declaraci�n es falsa. Tomar la segunda declaraci�n primero, como realmente la menos importante, si hay algo de verdad en la declaraci�n de Berosus de que Nabucodonosor hizo su expedici�n a Siria mientras su padre a�n viv�a, probablemente todav�a no era rey; pero como se volvi� tan inmediatamente despu�s, solo un pedante en precisi�n encontrar�a fallas en las palabras tal como est�n. Si descubri�ramos que el duque de Wellington estaba en Eton en 1782, ser�a absurdo declarar un error a esta prolepsis. Se ha puesto poco �nfasis en esto en el asalto a Daniel; como poco se le debe poner en defensa.

Se supone que las otras dos declaraciones son err�neas de una manera m�s seria. Incluso si superamos la dificultad anterior, el profesor Beven dice: "La dificultad persiste: un asedio de Jerusal�n en el tercer a�o de Joacim, del cual Jerem�as, un contempor�neo, no dice nada". Se supone que esto debe confirmarse Jeremias 46:2, "Contra Egipto, contra el ej�rcito del fara�n Necho Rey de Egipto, que estaba junto al r�o Eufrates ... que Nabucodonosor, rey de Babilonia, hiri� en el cuarto a�o de Joacim hijo de Jos�as, rey de Jud� ". Si luch� y gan� la batalla de Carchendsh en el cuarto a�o de Joacim, no podr�a estar en Palestina en el tercer a�o de ese monarca. Hitzig se refiere m�s bien a Jeremias 36:1 Jeremias 36:1, "Sucedi� en el cuarto a�o de Joacim ... esta palabra vino a Jerem�as del Se�or, diciendo: Ll�vate un rollo de a libro, y escribe en �l todas las palabras que te he hablado contra Israel, y contra Jud�, y contra todas las naciones, desde el d�a que te habl�, desde los d�as de Jos�as, hasta el d�a de hoy. la casa de la colina de Jud� escucha todo el mal que tengo la intenci�n de hacerles "; comparado con el vers�culo 29, "El Rey de Babilonia ciertamente vendr� y destruir� esta tierra, y har� cesar de all� al hombre y la bestia". Tambi�n se refiere al vers�culo 9: "Y sucedi� en el quinto a�o de Joacim, hijo de Jos�as, rey de Jud�, en el quinto mes, que proclamaron un ayuno ante el Se�or", como consecuencia de la lectura del contenido. del rollo.

Como est� claro que todo el caso en contra de la cronolog�a del verso se basa en estas declaraciones en Jerem�as, ser� ventajoso examinarlas. Como es el m�s d�bil, consideraremos primero el motivo de objeci�n del profesor Hitzig. Cualquiera que lea el trig�simo sexto cap�tulo de Jerem�as sin dejarse llevar por un prejuicio, ver� que no hay nada en el cap�tulo que impida que tenga lugar una expedici�n como la mencionada en este vers�culo. Las circunstancias son, como nos parece, las siguientes: Joacim se hab�a sometido al conquistador babil�nico, pero hab�a comenzado a conspirar contra su nuevo soberano y a anhelar despu�s de Egipto. Esperaba que la alianza egipcia lo librara de la opresi�n de Nabucodonosor, de ah� su rabia por las profec�as de desastre de Jerem�as y, por lo tanto, de quemar el rollo. No hay nada en el verso vig�simo noveno que implique que Nabucodonosor no hubiera estado antes en Palestina. La profec�a ahora es "que vendr� y har� cesar" de Jud� "hombre y bestia", algo que ni siquiera se cumpli� aproximadamente hasta el loll de Jerusal�n en el reinado de Sedequ�as. Sin embargo, Nabucodonosor hab�a sido m Palestina y se hab�a llevado a Joaqu�n. Este cap�tulo de Jerem�as, por lo tanto, no proporciona evidencia sobre la cuesti�n en cuesti�n. Se ha aconsejado al profesor Bevan que no lo arrastre como parte de su prueba.

Los pasajes que el profesor Bevan ha presentado son relativamente m�s fuertes. Si tenemos en ellos las verdaderas palabras de Jerem�as, y si su evidencia es confirmada por otras partes de la Escritura, tienen cierta fuerza Si ahora pasamos a Jeremias 25:1 y comparamos el texto masor�tico con la Septuaginta, encontramos omisiones muy considerables y omisiones de gran importancia. Para que el profesor Bevan no impugne cort�smente nuestra honestidad, como lo hace con Hengstenberg, traduciremos los trece versos de ballena tal como est�n en el texto griego:

"(1) La palabra que fue a Jerem�as acerca de todo el pueblo de Jud� [en el cuarto a�o de Joacim hijo de Jos�as Rey de Jud�,

(2) que habl� a todo el pueblo de Jud� �] ya todos los habitantes de Jerusal�n, diciendo:

(3) En el decimotercer a�o de Jos�as, hijo de Am�n (????) Rey de Jud�, incluso hasta este d�a, veintitr�s a�os, incluso he hablado con usted, levant�ndome temprano y diciendo:

(4) Incluso te estaba enviando a mis siervos los profetas, enviando temprano, y no o�ste ni inclinaste tus o�dos,

(5) diciendo: Apartaos de su mal camino, y de vuestras malas obras, y morad en la tierra que os di a ti y a tus padres por los siglos de los siglos:

(6) No persigas a otros dioses para servirlos y adorarlos, a fin de que no me enojes con el trabajo de tus manos para tu propio dolor.

(7) Y no me hab�is escuchado.

(8) Por lo tanto, as� dice el Se�or, porque no hab�is cre�do mis palabras,

(9) he aqu�, estoy enviando, y tomar� una raza (???????) desde el norte, y los traer� contra esta tierra, y contra sus habitantes, y contra todas las naciones a su alrededor, y yo los har� desolados, y los dar� por asombro (un desvanecimiento, ?????????), y un silbido, y por reproche perpetuo.

(10) Y destruir� de ellos la voz de la alegr�a y la voz de la alegr�a, la voz del novio y la voz de la novia, el aroma de la mirra y la luz de la l�mpara.

(11) Y toda la tierra ser� para asombro (?????????); y ser�n esclavos entre las naciones setenta a�os.

(12) Y cuando se cumplan los setenta a�os, juzgar� a esa naci�n, y los preparar� para un asombro eterno (?????????).

(13) Y traer� sobre esa tierra todas las palabras que dije sobre ella, todas las cosas escritas en este libro ".

El lector observar� que no se da la cl�usula que declara el sincronismo entre el primer a�o de Nabucodonosor y el cuarto de Joacim. Si la cl�usula en cuesti�n hubiera sido de alguna manera que apoyara la autenticidad de Daniel, estamos seguros de que un estudiante tan diligente como el profesor Bevan no habr�a fallado en observar el hecho de que no estaba en la Septuaginta, y declarar que lo hizo Dudosa autenticidad. �l, sin duda, recuerda que este es el argumento por el cual la �ltima cl�usula de 1 Samuel 2:22 se descarta fuera de los tribunales, cuando cualquiera la presentar�a para demostrar la existencia del tabern�culo durante la juventud de Samuel y el pontificado de Eli. No denunciaremos su honestidad, ni diremos que no notifica a sus lectores sobre el hecho de que la cl�usula de la Septuaginta no ocurra "para ocultar su falta de confianza". Si no hubiera sospechas de que la omisi�n de las palabras entre corchetes se debe a homoioteleuton, que invalida de alguna manera el testimonio del C�dice Frederico-Augustan, podr�amos estar inclinados a mantener que ni siquiera fue el a�o de Joacim dado en esta profec�a . El lector observar� adem�s que en toda la secci�n no hay una palabra de babilonios, ni caldeos, ni nabucodonosor. Adem�s, el pasaje pretende dar un resumen de los mensajes de todos los profetas que durante veintitr�s a�os hab�an estado advirtiendo a Jud� y Jerusal�n. Siendo ese el caso, no es maravilloso que no haya referencia a la aparici�n de los babilonios y Nabucodonosor el a�o anterior. Lejos de la publicaci�n de este resumen que implica que los babilonios a�n no hab�an aparecido en Siria y Palestina, el �ltimo verso que hemos citado implica que s� lo hicieron. El argumento es el siguiente: los profetas predijeron esta desolaci�n de Jud� que acababa de ocurrir, y ahora Jerem�as predice que setenta a�os despu�s de esto

. La captura de Jerusal�n tom� solla, seg�n M. Oppert, en el a�o a.C. 587. La misma autoridad coloca la captura de Babilonia antes de Cristo 539, es decir, cuarenta y ocho a�os despu�s. Esta diferencia entre setenta a�os y cuarenta y ocho a�os es demasiado grande para atribuirla simplemente al uso de n�meros redondos, y ciertamente podr�a haber sido modificada si no hubiera habido una fecha anterior a partir de la cual comenzar. El profesor Bevan toma el cautiverio de Joaqu�n, colocado por Oppert en b.c. 598, y solo en b.c. 599, como punto de partida, sin asignar ning�n motivo. Seg�n una fecha, solo sesenta a�os, seg�n la otra, solo cincuenta y nueve, no setenta a�os despu�s, que Babilonia fue tomada. La diferencia sigue siendo demasiado grande. Si tomamos el que conquist� Siria, en a.C. 605 o 606, recibir�a la sumisi�n de Joacim. Tenemos as� un intervalo de sesenta y seis o sesenta y siete a�os entre esta fecha y la entrada de Ciro en Babilonia, y sesenta y siete u sesenta y ocho a�os para la emisi�n del decreto de Ciro en Be. 538, que es una aproximaci�n mucho m�s cercana a los setenta a�os que cualquier otro punto de partida.

Tenemos otro sincronismo de los reyes de Jud� y el reinado de Nabucodonosor. Se nos dice ( 2 Reyes 25:2) que Jerusal�n "fue asediada hasta el und�cimo a�o del rey Sedequ�as" En el vers�culo 8 se nos dice que "en el quinto mes, el s�ptimo d�a del mes, que es el decimonoveno a�o del rey Nabucodonosor ... entr� en Jerusal�n ". En Jeremias 39:2 se nos dice: "En el und�cimo a�o de Sedequ�as, en el cuarto mes, y el noveno d�a de la boca, la ciudad fue destruida". Vemos, entonces, que el s�ptimo del quinto mes del a�o diecinueve de Nabucodonosor coincidi� con el noveno d�a del cuarto mes del und�cimo a�o de Sedequ�as. Adem�s, vemos que, a pesar de que se dice que Sedequ�as rein� once a�os ( 2 Reyes 24:18), solo rein� diez a�os y poco m�s de tres bocas. Su sobrino rein� tres meses ( 2 Reyes 24:8), durante tres meses y diez d�as ( 2 Cr�nicas 36:9). No podemos suponer que Joacim rein� once a�os completos; la probabilidad es que solo fueron diez a�os y algunos meses. Si tomamos �pase a los cr�ticos� 2 Cr�nicas 36:10 como un hecho relacionado, entonces podemos considerar el reinado de Joaqu�n como el und�cimo a�o, contando desde la adhesi�n de su padre. En ese caso, el tiempo transcurrido desde la adhesi�n de Joacim hasta la captura de Jerusal�n fue de veinti�n a�os y tres meses; de eso resta los dieciocho a�os y cuatro meses de Nabucodonosor, y tenemos dos a�os y once meses.

Si este era el c�lculo babil�nico de su reinado, entonces Nabucodonosor realmente hab�a ascendido al trono durante el a�o anterior. El profesor Bevan afirma que el pasaje de Berosus, citado dos veces en extenso por Josephus, una vez declarado literalmente, es "totalmente indigno de confianza" al Dr. Hugo Winekler, a quien el v�nculo se refiere con respeto (Critical Review 4: 126), sigue este pasaje incriminado haciendo que Nabucodonosor comandara en Carquemis mientras su padre a�n viv�a. De hecho, cuando no tiene que atacar a Daniel, el profesor Bevan sigue a Berosus seg�n lo citado por Josephus. Si Nabucodonosor derrot� a Necho antes de su acceso al trono, entonces Jeremias 46:2 est� m�s en desacuerdo con los Reyes y las Cr�nicas de lo que hemos imaginado.

Kranichfeld se�ala otro sincronismo. En 2 Reyes 25:27 (Jeremias 3:1) se dice: "En el a�o siete y treinta del cautiverio de Joaqu�n Rey de Jud�, en el mes doce, los d�as siete y veinte del mes, Evil-Merodach ... en el a�o en que comenz� a reinar levant� a la cabeza del rey Joaqu�n de Jud� de la c�rcel ". Berosus nos informa que Nabucodonosor rein� cuarenta y tres a�os. Si podemos contar los a�os del reinado de Nabucodonosor de acuerdo con el modo de c�lculo de Babilonia, podemos descuidar los fragmentos a cada lado y considerar su reinado cuarenta y tres a�os completos. Podemos restar los treinta y siete a�os de los cuarenta y tres, y descubrir que fue en el sexto a�o de Nabucodonosor que Joaqu�n fue llevado cautivo, contradiciendo 2 Reyes 24:12, y dejando en claro que, si esto Es el caso, no fue el cuarto sino el quinto a�o de Joacim que se sincroniz� con el primero de Nabucodonosor. Esta no es una dificultad insuperable para un estudiante de Daniel, ya que Nabucodonosor simplemente ser�a llamado rey por prolepsis en el vers�culo que tenemos ante nosotros. Es significativo que el profesor Bevan no se refiera a ninguna otra base posible de cronolog�a. Cuando cualquier otro es culpable de tal omisi�n, es severo en sus cr�ticas. Ciertamente ser�a interesante ver al Profesor Bevan intentando armonizar Jeremias 3:1 con Jeremias 25:1.

Cuando pasamos a 2 Reyes 24:1, no encontramos nada en desacuerdo con lo que encontramos en Daniel, o en lo que hemos deducido del progreso de los eventos. El profesor Bevan dice: "Que Joacim fue el vasallo de Babilonia durante la �ltima parte de su reinado es cierto". Nos gustar�a mucho saber el fundamento de su certeza de que la �ltima parte del reinado de Joacim fue pasada en un estado de vasallaje a Babilonia. El Libro de los Reyes en el pasaje ante nosotros dice claramente que despu�s de tres a�os se rebel�. No sabemos cu�ndo comenzaron los tres a�os ni cu�ndo terminaron. Nos gustar�a mucho saber qu� certeza tiene el profesor Bevan. Si tomamos sus palabras tal como est�n, deber�an significar que estos tres a�os terminaron con la vida de Joacim y que nunca se rebel� contra el Rey de Babilonia. El Dr. Hugo Winckler, 'Geschichte Bob, und Assyr.', 310, hablando de la lucha entre Necho y Nabucodonosor, dice: "El conflicto tuvo lugar en Carchemish, donde Necho aparentemente ten�a la intenci�n de cruzar el �ufrates. Nabucodonosor sali� victorioso y se vio obligado. los egipcios para evacuar Siria y Palestina. �l mismo los persigui� y tom� posesi�n de las provincias que anteriormente eran asias, e hizo que los pr�ncipes vasallos, uno de los cuales era Joacim de Jud�, se rindieran homenaje a s� mismo ". El Dr. H. Winckler no est� bajo una interpretaci�n err�nea como la que llev� al Profesor Bevan a afirmar que fue en la �ltima parte del reinado de Joacim que se someti� a Nabucodonosor. Fue el mismo a�o de la batalla de Carehemish, o como m�ximo el a�o siguiente, que Nabucodonosor lleg� a Siria y Palestina. Incluso en la fecha en Jerem�as, eso no podr�a ser posterior al quinto a�o de Joacim. Hemos visto que probablemente no hay una fecha dada en Jerem�as para la batalla de Carehemish; Es probable que haya sido el segundo o tercer a�o de Joacim como el cuarto.

Si podemos tomar el pasaje de Berosus como autoritario, y compararlo con los pasajes de Reyes, llegaremos a la probabilidad de que fuera en el segundo a�o de Joacim la batalla de Carquemis. Sabemos que el profesor Bevan ha declarado este pasaje de Berosus "totalmente indigno de confianza". Si no hubiera habido alg�n apoyo para la autenticidad de Daniel en este pasaje, nunca podr�a haber sido desconfiado. Cuando un autor, que escribe seriamente, se refiere a una autoridad, da referencias y escribe un pasaje largo que alega que se cita textualmente, generalmente le damos cr�dito con bastante precisi�n. Si el pasaje en cuesti�n es transcrito dos veces por �l, estamos a�n m�s confirmados en nuestra opini�n. Si otros autores, familiarizados con la cita del autor y el autor citado, se refieren a esta cita sin ninguna se�al de que haya habido mala fe, tenemos una cadena de evidencia de la cual solo uno imprudentemente imprudente podr�a aventurarse a negar la fuerza. Tal es el caso con el pasaje que tenemos ante nosotros. Josefo cita el pasaje dos veces ('Antig�edades', 10.11. 2, y 'Contra Apionem,' 1.19); da la referencia al segundo libro de la "Historia caldea" de Berosus; en el segundo de estos casos, �l dice que est� citando cuidadosamente a cerbatim, en el primero pr�cticamente lo hace, las diferencias son tales que podr�an deberse f�cilmente a los copistas. Eusebio tambi�n cita a Berosus y conoce a Josefo. y se refiere a esta cita, y no hace notar que lo encontr� incorrecto. Las palabras del profesor Bevan pueden indicar que sospecha de Berosus. Parece peligroso que alguien lo haga frente a las numerosas confirmaciones que Berosus est� recibiendo sobre la sucesi�n de los monarcas dentro del per�odo hist�rico. Citaremos al profesor Bevan el comienzo del pasaje: "Cuando el padre de Nabucodonosor escuch� que el s�trapa que se hab�a establecido sobre Egipto y las regiones de Coele-Siria y Phoencia se hab�a rebelado contra �l, envi� a su hijo Nebnchadnezzar", etc. El profesor Bevan comenta sobre el pasaje as�: "Berosus aqu� asume que Egipto y Coele-Siria ya hab�an sido conquistados por los caldeos antes de la muerte de Nabopolassar y la batalla de Carchemish, una noci�n contraria a toda evidencia". �Se justifica esta conclusi�n? �Es correcta la interpretaci�n que el profesor Bevan da al pasaje? La interpretaci�n que le damos es diferente. Berosus consideraba a Necho como un s�trapa del monarca babil�nico. Keil lo adelanta y, all�, el profesor Bevan debe haber sabido esta respuesta como sea posible; �Por qu� no se esforz� por demostrar que era insuficiente? Parece probable que Necho mismo o sus predecesores inmediatos fueran vasallos de Asshurbanipal. Nabopolassar, que sucedi� a Asshurbanipal como Rey de Babilonia, bien pudo haber reclamado la sumisi�n del fara�n Necho como vasallo de su predecesor, como Sarg�n hizo la sumisi�n de los vasallos de Salmanasar. Es bastante a la manera de los monarcas babilonios y asirios llamar a la resistencia contra su rebeli�n de autoridad siempre que haya una excusa hist�rica plausible para hacerlo. Tenemos realmente, entonces, en este pasaje de Berosus, una descripci�n compendiosa de la campa�a que comenz� con la victoria de Carchemish. Es f�cil imponer una interpretaci�n falsa en un pasaje y luego, sobre la base de esa interpretaci�n, rechazarla. En la interpretaci�n que hemos dado anteriormente, la cuenta dada por Berosus encaja exactamente con las declaraciones de la Escritura.

Berosus, sin embargo, contin�a contando c�mo Nabucodonosor fue detenido en su carrera de conquista por la noticia de la muerte de su padre, y c�mo procedi� solo con sus tropas armadas ligeras a trav�s del desierto 'y lleg� a Babilonia para asumir las riendas de gobierno. Todo esto encaja muy bien con las declaraciones de las Escrituras, incluido Daniel. El profesor Bevan no termina aqu�; Adem�s, niega la posibilidad de un asedio de Jerusal�n, pisoteado por el saqueo del templo en el reinado de Joacim, sobre la base del silencio de Jerem�as y los reyes. Pero en 2 Reyes 24:11 se nos dice que Nabucodonosor asedi� la ciudad en el reinado de Joaqu�n; pero en 2 Cr�nicas 36:1, no hay referencia a un asedio. Como la decisi�n cr�tica es que Chronicles se deriva de Kings, este silencio es algo a tener en cuenta; y as� podr�amos deducir que el aviso de tal asedio no era parte del texto genuino de los Reyes. Podr�amos, de hecho, proceder a decir: "En tal caso, el argumento del silencio es muy fuerte, si no absolutamente concluyente", como lo hace el profesor Bevan en otra conexi�n. En Jeremias 36:30 tenemos la muerte de Joacim profetizada. Si el resultado hubiera falsificado la profec�a, la tentaci�n habr�a sido inmensa para omitir o modificar la profec�a; Sin embargo, no hay cuenta de su muerte, ya sea en Reyes o Cr�nicas, que se ajuste a la profec�a. El relato que da Jos� del evento se ajusta a la profec�a, y no es incre�ble en s� mismo. El argumento del silencio siempre es peligroso, y doblemente en el presente caso.

El profesor Bevan afirma que, seg�n Daniel, Nabucodonosor "saque� el templo". Esta es la tercera de las supuestas contradicciones de hecho y escritura que los cr�ticos han encontrado en Daniel 1:1. No hay nada sobre "saqueo" en el pasaje; Ni siquiera se dice que tom� la ciudad. Se dice que se llevaron a Joacim, que podr�a ser sin la captura de la ciudad, como fue el caso de Hoshea y Samaria. El hecho de que Nabucodonosor tom� "una porci�n de los vasos de la casa de Dios" es decisivo para que no haya ning�n saqueo. Si el templo hubiera sido saqueado despu�s de un asedio exitoso, la porci�n de los vasos que escap� de las manos de los babilonios habr�a sido insignificante. Si la ciudad hubiera sido tomada, se habr�a mencionado un hecho de tanta importancia. En este caso ciertamente "el argumento del silencio es muy fuerte". La captura de la ciudad fue la terminaci�n natural del proceso iniciado, y cuando esa terminaci�n no se menciona, la conclusi�n es inevitable de que nunca se lleg� a ella.

Veamos las probabilidades del caso. Nabucodonosor persigue al ej�rcito egipcio quebrado, exigiendo el homenaje de todos los vasallos recientes de Egipto, antes, por supuesto, vasallos de Asiria. Joacim hab�a sido colocado en el trono por el poder egipcio, reemplazando a su hermano menor, que hab�a sido coronado por el partido babil�nico, anti, probablemente, pasando por alto tambi�n a su hermano mayor Johanan. Todos sus intereses estaban ligados a Egipto; no creer�a que la derrota de Egipto fuera tan absoluta e irrecuperable; siempre esperaba que el Rey de Egipto se aventurara nuevamente m�s all� del r�o de Egipto y, por lo tanto, incluso despu�s de su sumisi�n a Nabucodonosor, se rebel� contra �l. Ciertamente cerrar�a sus puertas contra los conquistadores. Que se lo haga prisionero sin que la ciudad sea capturada o saqueada, podr�amos, hemos dicho, suceder f�cilmente. Que su rendici�n siguiera tambi�n era natural; que el conquistador deber�a exigir numerosos rehenes y un gran rescate, y que este rescate deber�a haber sido suministrado por los buques de la casa de los Lind, simplemente con lo que hab�a sucedido una y otra vez antes. Bastante interpretada, las palabras que tenemos ante nosotros ya no significan nada.

Vemos, entonces, que a m�s tardar el quinto a�o de Joacim, incluso suponiendo que la fecha en Jeremias 46:2 se aplique a la batalla de Carquemis, Nabucodonosor debe haber recibido la sumisi�n de Joacim. En los vers�culos que tenemos ante nosotros, se dice que esto tuvo lugar en el tercer a�o de Joacim; la diferencia, entonces, es simplemente el murmullo de un a�o, o como m�ximo dos. Ning�n alumno de las Escrituras puede ignorar la desesperada confusi�n de la cronolog�a de los Libros de los Reyes y cu�n completamente est�n en desacuerdo con el Canon asirio. Se puede hacer mucho para superar estas dificultades mostrando que hab�a diferentes modos de calcular. A veces, un rey asociaba a su hijo con �l, y el reinado del hijo podr�a contarse a partir de la muerte de su padre o su asociaci�n con su padre. Incluso en asuntos mucho m�s recientes puede haber declaraciones en cuanto a fechas que difieren tanto como la fecha dada en Daniel difiere de la deducida de Jerem�as. El profesor Rawson Gardiner, en su 'Historia de la Gran Guerra Civil', con fecha del 30 de enero de 1649, nos cuenta sobre la ejecuci�n de Charles I. En el ap�ndice da el texto de la orden, y est� fechado el 29 de enero de 1648. y ordena que la ejecuci�n tenga lugar "al d�a siguiente". Cuando pasamos a la 'Historia de la Gran Rebeli�n' de Clarendon, bk. 11; lo encontramos diciendo: "Este asesinato y parricidio sin paralelo se cometi� el treinta de enero del a�o, seg�n el relato utilizado en Inglaterra, 16t87 Los cr�ticos del tipo de profesor Bevan necesariamente deben declarar que la historia del profesor Gardener es totalmente indigna de cr�dito, porque de esta diferencia. Lo �nico que podr�a obstaculizarlos ser�a el hecho de que ellos, como todas las personas inteligentes, saben que, seg�n "la cuenta utilizada en Inglaterra", en ese momento el a�o comenz�, no con el 1 de enero, sino con el 25 de marzo. Si no sintieran que manten�an un escrito contra la autenticidad de Daniel, se dar�an cuenta de lo d�bil que era el argumento que depend�a simplemente de la diferencia de un a�o. Seg�n algunos, hubo una diferencia de casi seis meses entre el calendario jud�o y el babil�nico Sabemos, adem�s, que hab�a dos formas de calcular los a�os del reinado de un rey: el babil�nico y el asirio, que no comenzaron a contarse hasta el a�o nuevo despu�s del ki adhesi�n de ng; y el jud�o, que databa de los a�os del rey desde su adhesi�n. F�cilmente podr�a ser que Daniel us� un modo de c�lculo y Jerem�as el otro. No insistiremos en el hecho de que todo el argumento cr�tico asume que las declaraciones en Jerem�as son precisas, aunque es notorio que el texto de ese libro est� en una condici�n lamentable. Las afirmaciones de los cr�ticos que se basan tanto en tan poco deben recibirse con la misma reserva que recibimos las declaraciones del abogado de un lado u otro en un caso ante un tribunal de justicia. Sin embargo, los cr�ticos desean ser considerado como jueces que resumen la evidencia.

Sin embargo, debemos notar el m�todo por el cual Hengstenberg supera esta supuesta dificultad cronol�gica, en la que Kranichfeld y Keil lo siguen. �l dice que ???? significa "partir para", as� como "venir", y trae una instancia, Jon�s 1:3, "un barco que va (?????) a Tarsis". Keil alega muchas otras instancias que, sin embargo, deben considerarse de dudosa validez. Aunque no estamos de acuerdo con esta interpretaci�n, la instancia de Jon�s nos impide respaldar la declaraci�n imprudente del profesor Bevan, de que la interpretaci�n de Hengstenberg es "no menos contraria al uso del hebreo que del ingl�s". Una persona que estaba parada en el embarcadero de Liverpool y ve�a a un Cunarder a punto de partir, no dec�a: "Ese es un barco que viene a Nueva York". pero un jud�o podr�a usar ??? en tal caso. El profesor Bevan, como ya dijimos, mantiene un escrito en contra de la autenticidad de Daniel, y no ahorrar� ning�n dispositivo para ganar su caso. Admitimos que el significado que Hengstenberg y aquellos que lo siguen atribuyen a la palabra no es el com�n o natural en la conexi�n. Si una persona le pide permiso a un terrateniente para visitar su tierra, y le responden: "Si desea entrar en mis terrenos, se lo permitir�", se sorprender�a si su entrada se opusiera, y pensar�a que se burl� de �l si fuera le se�al� que "dejar 'significaba a veces" obstaculizar ".

Otro intento de superar la dificultad aqu� es el de Michaelis, Rashi y otros comentaristas mayores, jud�os y cristianos. Es que el tercer a�o de Joacim es, en el vers�culo anterior, contado desde el momento en que se convirti� en vasallo del Rey de Babilonia. Esta es la opini�n que, en cierta forma, adopta el profesor Bevan, no con la intenci�n de superar la dificultad, sino, como Bertholdt, de explicar c�mo se cometi� el supuesto error. Aunque tal modo de calcular el reinado de un rey vasallo puede haber sido usado en Babilonia, no sabemos nada de �l; ciertamente no hay instancia en la Escritura de algo paralelo. Adem�s, implica que durante tres o cuatro a�os, Nabucodonosor permiti� que el Fara�n-Necho preservara, en manos de su vasallo Joacim, una fortaleza fronteriza en Jerusal�n. Una vez m�s, el estado de las cosas, como est� impl�cito en la narraci�n de 2Re 29; es ese tiempo transcurrido durante el cual bandas de caldeos y moabitas asolaron Judea. Creemos que esta explicaci�n debe ser abandonada, ya que da un sentido no natural a las palabras.

Nos gustar�a hablar con el profesor Bevan y otros cr�ticos de su escuela. El profesor Bevan reconoce que no solo es necesario se�alar un error, sino tambi�n mostrar c�mo surgi�. Como ya dijimos, el profesor Bevan explicar�a este supuesto error por una confusi�n de los tres a�os de sumisi�n a Nabucodonosor con los a�os del reinado de Joacim. "El autor de Daniel sigue el relato en Cr�nicas, al mismo tiempo asumiendo que 'los tres a�os' en Reyes datan del comienzo del reinado de Joacim y que las bandas de los caldeos eran un ej�rcito regular al mando de Nabucodonosor". Seg�n la hip�tesis anterior, el autor de Daniel conoc�a bien a Kings and Chronicles; En otros lugares, el profesor Bevan supone que conoc�a �ntimamente las profec�as de Jerem�as. Miremos este supuesto error a la luz de este conocimiento.

La conclusi�n natural de 2 Cr�nicas 36:7, 2 Cr�nicas 36:8, en comparaci�n con Jeremias 36:30, es que Joacim fue atado para ser llevado a Babilonia, pero fue puesto a muerte de Nabucodonosor en su lugar. Esta es en gran medida la idea de lo que sucedi� de acuerdo con Josefo. �C�mo fue que el autor de Daniel comenz� con el comienzo del reinado de Joacim? A la luz de Cr�nicas, esto hizo que su reinado realmente solo diera tres a�os, pero Cr�nicas y Reyes hacen su reinado once a�os. Conoc�a �ntimamente el Libro de Jerem�as: �c�mo no sab�a que el cuarto a�o de Joacim coincidi� con el primero de Nabucodonosor? Conoc�a el Libro de los Reyes, conoc�a las diversas notas cronol�gicas en �l; �c�mo podr�a concebiblemente ser ignorante, en la medida en que el profesor Bevan se lo imagina, de lo que se deduce naturalmente de estas notas? Solo hay dos suposiciones: que �l conoc�a una soluci�n de la aparente contradicci�n y daba por sentado que todos los dem�s tambi�n la conoc�an: un estado de �nimo m�s natural para un contempor�neo de los eventos que est� narrando que para un fan�tico escribiendo siglos despu�s; o estas notas cronol�gicas no estaban en el texto de estos libros cuando escribi�, en cuyo caso son interpolaciones tard�as y, por lo tanto, no tienen valor. Al profesor Bevan no se le puede permitir invalidar pruebas de la autenticidad de Daniel extra�das de la exactitud de las declaraciones sobre los h�bitos babil�nicos, al afirmar que estas declaraciones podr�an haberse deducido de Jerem�as y Reyes, y luego atacar la autenticidad de Daniel, porque algunos de sus declaraciones difieren de Jerem�as. Si le hubiera mostrado a Daniel ignorante de uno u otro de estos documentos y, a partir de esto, lo hubiera declarado culpable de incorrecci�n, el argumento habr�a tenido peso, pero, tal como es, sus argumentos son mutuamente destructivos.

Por lo tanto, nos hemos esforzado por mostrar que no hay un error cronol�gico en los versos que tenemos ante nosotros, que la base sobre la cual se hace la afirmaci�n es dudosa en el m�s alto grado, y que los argumentos dependen de esos puntos minuciosos, que ponerles �nfasis. demuestra un �nimo tal que priva a la decisi�n de todo el peso que de otro modo se deber�a al aprendizaje del escritor.

Daniel 1:2

Y el Se�or le dio a Joacim, rey de Jud�, en su mano, con parte de los vasos de la casa de Dios, que llev� a la tierra de Sinar a la casa de su dios; y trajo las vasijas al tesoro de su dios. Las versiones griegas de este vers�culo coinciden entre s� y con el texto Msssoretic, salvo que la Septuaginta tiene ?????? en lugar de ???? al final de la primera cl�usula, y omite ?????. La versi�n sir�aca omite la afirmaci�n de que fue "parte" de los vasos de la casa de Dios que fue tomada. Debe observarse que nuestros traductores no han impreso la palabra "Se�or" en may�sculas, sino en tipo ordinario, para indicar que la palabra en el original no es el nombre del pacto sagrado generalmente escrito en ingl�s "Jehov�", sino Adonai. Que el Se�or entreg� a Joacim en manos de Nabucodonosor no prueba que Jerusal�n fue capturada por �l. Lejos de eso, la deducci�n natural es m�s bien que �l no captur� la ciudad, aunque captur� al rey. As�, en 2 Reyes 17:4 se nos dice que Salmanasar encerr� a Hoshea "y lo encerr� en la c�rcel"; en el siguiente verso se nos informa que el Rey de Asiria "asedi� a Samaria tres a�os". Es decir, despu�s de que Salmanasar hab�a capturado al rey Oseas, a�n ten�a que asediar la ciudad. Un evento similar ocurri� antes en la historia de Jud� e Israel. Cuando Jo�s de Israel derrot� a Amas�as y lo tom� prisionero, se dirigi� a Jerusal�n. La ciudad abri� sus puertas al conquistador, y �l se llev� todos los tesoros de la casa del Se�or, y de la casa del rey, y todos los vasos de la casa del Se�or, y una gran cantidad de rehenes, y luego regres�. norte. Algo as� parece haber ocurrido ahora. El rey fue tomado por los babilonios, y la ciudad se someti� y rescat� al rey entregando una porci�n de los vasos de la casa del Se�or. La ciudad, sin embargo, no fue tomada por asalto. Miqtzath, "parte de", aparece tambi�n en Nehem�as 7:70 en este sentido: lo tenemos tres veces m�s adelante en este cap�tulo: Nehem�as 7:5, Nehem�as 7:15, y Nehem�as 7:18; pero en estos casos significa "fin". Una palabra en consonancia con lo mismo ocurre en el sentido que tenemos ante nosotros en Jueces 18:2, traducido "costas". Gesenius escribir�a la palabra miqq tzath, y considerar�a mi como representativo la preposici�n partitiva min. Por lo tanto, traducir�a: "Tom� un poco del n�mero de vasos". Kranichfeld se opone a la afirmaci�n de Hitzig de que ??? significa "una parte", y Keil y Z�ckler lo siguen al respecto, como una forma corta de la frase " de principio a fin, "equivalente al todo, lo que hace que miqtzath signifique" una porci�n del todo ". La omisi�n del sir�aco de las palabras que indican que los vasos tomados eran solo una porci�n de aquellos en la casa del Se�or, muestra cu�n natural era imaginar que la deportaci�n fue total y, por lo tanto, podemos poner m�s �nfasis en su presencia como prueba de que el templo no fue saqueado, pero estos buques fueron el rescate pagado por la libertad del rey. Varias veces se hab�an llevado los tesoros de la casa de Dios. En los d�as de Roboam ( 1 Reyes 14:26) Shishak, actuando probablemente como el aliado de Jeroboam, se llev� todos los tesoros de la casa del Se�or y de la casa del rey ", incluso se llev� todo. "Se puede dudar si Jerusal�n fue capturada ( 2 Cr�nicas 12:7); ciertamente, el nombre de Jerusal�n no ha sido identificado en la lista de pueblos capturados en la pared del templo en Karnak. Nos hemos referido al caso de Jo�s y Amas�as. Ewald se�ala que la sucesi�n de las frases, "Joacim Rey de Jud�" y "parte de los vasos de la casa de Dios", es abrupta, y �l inserta "junto con los m�s nobles de la tierra". Sin embargo, no hay rastro de ninguna omisi�n en las versiones. Es posible que este cap�tulo sea obra del primer coleccionista y editor, y que condens� esta parte y, como es poco probable, la tradujo del arameo al hebreo. Los cautivos ciertamente fueron tomados, as� como el bot�n, como lo implica el resto de la narraci�n. El cual llev� a la tierra de Sinar a la casa de su dios. No hay una palabra en hebreo que corresponda a "cu�l". La interpretaci�n literal es: "Y los llev�", etc. Ha sido objeto de discusi�n si debemos mantener que aqu� se afirma que Jeboiakim, junto con el buques y cautivos no mencionados, fueron llevados a Babilonia. El profesor Bevan admite que es dudoso. Si dependi�ramos meramente de la gram�tica, ciertamente la probabilidad, aunque no la certeza, ser�a que el sufijo plural pretendiera cubrir a Joi-skim, pero la conclusi�n que nos impone la l�gica es diferente. �l "los llev� (????????) a la casa de su dios". Esto parece implicar que solo se habla de los vasos. Hitzig ('Das Buch Daniel,' 5) siente esto con tanta fuerza que considerar�a la frase "la casa de su dios" como una aposici�n a "la tierra de Sinar" y se refiere a dos pasajes en Oseas ( Oseas 8:1; Oseas 9:15) en el que "casa" es, alega, utilizada para "tierra". "Independientemente del hecho de que estas dos instancias ocurren en pasajes po�ticos muy forjados, y que argumentar desde el sentido de una palabra en poes�a hasta su sentido en prosa simple no es seguro, no hay gran plausibilidad en su interpretaci�n de estos pasajes. �l considera que la �ltima cl�usula contrasta con la anterior: mientras que los cautivos fueron tra�dos "a la tierra de Sinar", los vasos fueron tra�dos a "la casa del tesoro de su dios", un argumento en el que hay plausibilidad si no hubiera extremo torpeza de usar ???, "casa", primero en el sentido extendido de "pa�s", y luego en el sentido restringido de "templo". "La �ltima cl�usula debe considerarse como el cl�max ret�rico. La tierra de Sinar se usa para Babilonia cuatro veces en el Libro del G�nesis, dos veces en la porci�n separada como Jovista por Canon Driver; las instancias restantes est�n en G�nesis 14:1; tanto como el reino de Amraphel, que Canon Driver relega a una fuente especial. En primera instancia ( G�nesis 10:10) es la alabanza en la que Babel, Erech, Accad y Calneh En la siguiente instancia ( G�nesis 11:1.) es el lugar donde se construye la Torre de Babel. El nombre se aplica a Babilonia en Isa�as 11:1. y Zacar�as 5:11. Uno de los t�tulos que los reyes de Babilonia asum�an regularmente era "Rey de Sumir y Accad. "De la conexi�n de Shinar y Accad en G�nesis 10:20 podemos deducir que" Shinar "es el equivalente hebreo de" Sumir ". "No est� m�s alejado de su original que" Florencia "de" Firenze "," Leghorn "de" Livorno "o, para tomar una instancia francesa," Londres "de" Londres ". "La ingeniosa derivaci�n de" Shiner "de ???," dos "y ??," un r�o ", que, sin embargo, implica la identificaci�n y, ? puede haber ocasionado la modificaci�n, m�s a�n porque era descriptivo de Babilonia; de ah� que el nombre "Aram-Naharaim" y su traducci�n "Mesopotamia" se aplicaran al tramo entre el Eufrates y el Tigris, al norte de Babilonia. En las versiones griegas se convierte en ??????. Es omitido por Paulus Tellensis. La casa del tesoro de su dios. La palabra traducida "dios" aqu� es la forma plural, que generalmente est� restringida al Dios verdadero, de lo contrario se traduce generalmente como "dioses" Para citar algunos de muchos casos, Jephtha usa la palabra en forma plural de Chemosh ( Jueces 11:24), Elijah lo aplica a Baal ( 1 Reyes 18:27), se usa de Nisroch ( 2 Reyes 19:37) en Esdras 1:7 tenemos esta misma palabra traducida en plural con respecto al lugar en el que Nabucodonosor hab�a depositado los vasos de la casa de Dios. Al traducir el vers�culo antes de ti s, la Peshitta traduce path-coroh, "su �dolo" Esto se adapta a la traducci�n de la LXX. ????????. Paulus Tellensis lo traduce en plural, "�dolos". El dios en cuya casa del tesoro se colocaron los vasos de la casa de Dios en Jerusal�n ser�a necesariamente Merodach, a quien Nabucodonosor adoraba, casi con exclusi�n de cualquier otro. La casa del tesoro de su dios. Los templos no ten�an muchos regalos preciosos otorgados por sus adoradores que no fueron tomados por monarcas necesitados; Sin embargo, los tesoros de los reinos a menudo se depositaban en un templo, para estar bajo la protecci�n de su dios. El templo de Bel-Merodach en Babilonia era una estructura de gran magnificencia. Her�doto (1: 181) da una descripci�n, que es confirmada por Strabe (16: 5): "En medio del �rea sagrada hay una torre fuerte construida en un estadio de longitud y amplitud; sobre esta torre hay otra elevada , y otra sobre �l, hasta que hay ocho torres. Hay un ascenso sinuoso alrededor de todas las torres. En el medio del ascenso hay un lugar de descanso, donde hay asientos en los que los ascendentes pueden sentarse y descansar. En la �ltima torre hay un santuario espacioso, y en �l un enorme sof� bellamente extendido, y a su lado se coloca una mesa de oro. No se ha erigido ninguna estatua aqu�, ni ning�n mortal pasa la noche aqu�. "Todav�a quedan restos de una estructura que se ajusta en cierta medida a la descripci�n aqu� dada, pero los investigadores est�n divididos sobre si considerar a Birs Nimroud o Babil como los m�s representativos de este famoso templo de Bel-Merodach. En la" Inscripci�n est�ndar ", Nabucodonosor parece refi�rase a este templo, que �l llama E-temen-ana-ki, "la casa del cielo y la tierra. "�l dice, entre otros asuntos relacionados con eso, que" almacen� en su interior plata, oro y piedras preciosas, y coloc� all� la casa del tesoro de su reino. "Esto explica ampliamente por qu� los vasos de la casa de Dios fueron llevados al templo de Bel-Merodach. Se menciona el hecho de que los vasos de la casa de Dios fueron llevados a Babilonia y, como colof�n", y los coloc� en la casa del tesoro de su dios. "Sabemos lo que sucedi� a la estatua de Dag�n cuando el arca de Dios se coloc� en su presencia, y el jud�o, al recordar esto, relata asombrado el hecho de que estos vasos sagrados se colocaron en el templo de Bel. Si tal desastre no le sucedi� a Bel- Merodach como le sucedi� a Dag�n, sin embargo, la escritura a mano en la pared que apareci� cuando estos vasos se utilizaron para agregar al esplendor del banquete real, y que dijeron la fatalidad de la monarqu�a caldea, puede considerarse como la secuela de este acto de lo que necesariamente le parecer�a a un jud�o sacrilegio supremo.

Daniel 1:3, Daniel 1:4

Y el rey habl� a Ash-penaz, el amo de sus eunucos, para que trajera a algunos de los hijos de Israel, y de la simiente del rey, y de los pr�ncipes; ni�os en quienes no era una mancha, sino que era bien favorecido, y h�bil en toda sabidur�a, y astuto en conocimiento y comprensi�n de la ciencia, y que ten�an la habilidad de estar en el palacio del rey, y a quienes pod�an ense�ar el aprendizaje y la lengua de los caldeos. La versi�n de la LXX. aqu� se vuelve importante: "Y el rey le habl� a Abiesdri, su propio eunuco jefe (?? ?????? ???????????), para que lo guiara desde los hijos de los nobles de Israel, y desde la simiente real, y desde los elegidos, cuatro j�venes , sin mancha, de buena apariencia y comprensi�n con toda sabidur�a, y educado, prudente, sabio y fuerte, para que puedan estar en la casa del rey, y se les pueda ense�ar las letras y la lengua de los caldeos. "La versi�n de Theodotion est� m�s de acuerdo con el texto masor�tico, solo que inserta" cautiverio "donde est� la LXX. ten�a "nobles" y se lee "de los hijos del cautiverio de Israel". En esta versi�n, el nombre del jefe de los eunucos es el mismo que el de Massoretic; la palabra traducida "pr�ncipes" en la versi�n autorizada se transcribe ?????????. La interpretaci�n, "la semilla del reino", es m�s literal que la del Autorizado, "la semilla del rey". La Peshita est� muy de acuerdo con el texto masor�tico, salvo que, en lugar de "Ashpenaz", el nombre del jefe de los eunucos se escribe "Aspaz", y la palabra traducida "pr�ncipes" (parte-mira) se transcribe Parthouia, que significa literalmente "Partos". Symmachus lee ??????. El rey habl� a Aspenaz. Aqu� se supone que hab�a una gran cantidad de rehenes israelitas que ser�an considerados cautivos cada vez que el estado conquistado sospechara del poder reinante en cuyas manos estaban los rehenes, y posiblemente fueron eunucos. Es posible que Nabucodonosor quisiera usar a estos rehenes en la corte, para que, despu�s de haber probado el placer y la dignidad de la magn�fica corte de Babilonia, se ejerciera su influencia sobre sus familiares para mantenerlos en fidelidad. La frase, "habl� a", tiene. en hebreo posterior, la fuerza del "comando", especialmente cuando va seguida de un infinitivo, como Ester 1:17. Seg�n lo traducido en la versi�n autorizada. La impresi�n transmitida es la de consulta. El nombre "Ash-penaz" ha causado mucha discusi�n. Tal como est�, no es asirio ni babil�nico. La forma que tiene sugiere una etimolog�a persa, y en este hecho, junto con otros supuestos hechos similares, se ha basado un argumento contra la autenticidad de Daniel. Una derivaci�n lo convertir�a en ashpa, "un caballo"; nasa, "nariz", "nariz de caballo", de ninguna manera es un nombre personal imposible para un persa o una mediana. En una o dos inscripciones cuneiformes del per�odo persa aparece el nombre. No se puede construir nada sobre esto, ya que en la Septuaginta el nombre se da como ????????: en la Peshitta se convierte en "Ash-paz", como hemos mencionado anteriormente. Ser�a f�cilmente posible derivar "Ashpaz" de "Ashpenaz", o viceversa; pero parece que no hay relaci�n entre Abiesdri y ninguno de los dos. Algunos, como Hitzig, el nombre ha sido identificado con "Ashkenaz" ( G�nesis 10:3), y que de nuevo deriva de ??????, "el cord�n del test�culo" y tiene una ra�z s�nscrita, " destruir ", y por lo tanto el nombre ser�a simplemente" eunuco ". Adem�s de la improbabilidad general que siempre est� presente con respecto a las etimolog�as que implican que la palabra en cuesti�n es una palabra h�brida, existe la improbabilidad de que un eunuco reciba un nombre aplicable a toda la clase de la que era miembro. El nombre, como aparece en la Septuaginta, es, como hemos dicho, totalmente desconectado de eso en el texto masor�tico, pero ambos pueden haber surgido de alguna fuente com�n. Por lo tanto, la palabra francesa eveque no tiene una sola letra en com�n con "obispo", pero ambas palabras se derivan de ?????????. Los cambios que puede sufrir un nombre al pasar de cualquier idioma, incluso uno af�n, al vino hebreo muy grande; as� Assur-bani-pal se convirti� en "Asnapper". Lenormant se ha esforzado por recuperar el nombre en el presente caso. El proceso que ha seguido es el algo mec�nico de combinar los dos nombres, como si nos esforz�ramos por alcanzar el elemento Asshur-bani-pal una combinaci�n de "Asnapper" y "Sar-danapalus". "Llega al nombre Ash-ben-azur, que es un posible nombre babil�nico. El profesor Fuller ha sugerido Aba- (i) -istar", el astr�nomo de la diosa Ishtar. "La principal objeci�n a esto es que se extrae �nicamente de la versi�n de la Septuaginta. Si observamos la tendencia exhibida por los equivalentes hebreos de los nombres babil�nicos, encontramos que la abreviatura era casi siempre presente, como Asshur-akhi-iddin na se convirti� en Esarhaddon, y Sin-akhi-irba se convirti� en Sanherib. La �nica excepci�n a este proceso de acortamiento que se nos ocurre es Brodach para Marduk, e incluso apenas es una excepci�n. Luego hay una tendencia, que el hebreo comparte con otros idiomas, de adaptar una palabra extranjera al genio de la lengua. Por lo tanto, encontramos que "Ashpenaz" se parece mucho a "Ashkenaz" de G�nesis 10:3, y que "Abiesdri" es id�ntico a la forma "Abiezer" �El nombre del padre de Gede�n � asume en la Septuaginta. A juzgar por "Asnapper", el nombre podr�a incluso comenzar con Asshur, solo eso, ya que Asshur era el dios nacional de los ninivitas, los nombres que conten�an el nombre de esa divinidad son raro en Babilonia. El primer elemento en la palabra mig No es imposible ser ablu, "hijo. "El elemento final parece ciertamente haber sido ezer o utzur. En cuanto a la oficina que dirigi� en la corte de Nabucodonosor," el maestro de los eunucos ", el nombre de la oficina en el texto es Rab-Sarisim, que ocurre en forma diferente en 2 Reyes 18:17, junto con Rab-Shakeh, como si fuera un nombre propio. Por el hecho de que las personas as� mutiladas estaban empleadas en los tribunales orientales, la palabra se convirti� en equivalente a "oficial"; por lo tanto, encontrar a Petiphar se llama saris, o "eunuco", sin embargo, �l ten�a una esposa. Por lo tanto, se puede dudar si Daniel y sus compa�eros deben ser entendidos en esa condici�n. El t�tulo aqu� dado, Rab-Sarisim, se convierte en Sar-Sarisim en los vers�culos 7 y 10, Sat es el equivalente hebreo del Rab m�s babil�nico. Tambi�n es arameo. Que traiga a algunos de los hijos de Israel, y de la simiente del rey, y de los pr�ncipes. Puede ser dudado al principio ver si estas pueden no ser clases separadas, una visi�n que parece haber sido tomada por la mayor�a de los antiguos los traductores, o si la primera clase, "los hijos de Israel", no incluye las dos clases que siguen. La representaci�n partemim, como "Partos", adoptada por Symmachus y la Peshitta, har�a un contraste entre "los hijos de Israel" y "los Partos". Eso, sin embargo, es completamente improbable. Si esa traducci�n fuera la verdadera, se podr�a presentar un fuerte argumento sobre el origen tard�o de Daniel. El hecho de que el texto antes de que Symmachus y el traductor de Peshitta admitieran esa traducci�n muestra hasta d�nde hab�a llegado la tendencia a modificar el texto a la idoneidad con el conocimiento del escriba y, por lo tanto, cu�n poco peso deber�a darse a la tardanza de las palabras individuales. De acuerdo con la LXX. y Theodotion, hay una palabra pendiente en la primera cl�usula; el traductor de la Septuaginta proporcionar�a "nobles" (??????????) "de los nobles de Israel". Teodotion representa "de los hijos del cautiverio de Israel". ??? ?????; la frase natural para esto es ??? ????? ?????, pero eso no explicar�a la LXX. representaci�n. El nombre "Israel" es el nombre del pacto de toda la naci�n, igualmente aplicable a los reinos del sur y del norte. M�s a�n para que el cautiverio de Jud� contuviera miembros de otras tres tribus adem�s de la de Jud�, a saber, los de Benjam�n y Sime�n y Lev�. Adem�s, Jos�as parece haber extendido los l�mites del reino dav�dico para abrazar al remanente de las diez tribus ( 2 Cr�nicas 34:6, 2 Cr�nicas 34:9), por lo tanto, sus hijos reclamar�an los mismos l�mites, y por eso Nabucodonosor podr�a tomar rehenes de ellos a Babilonia. Y de la simiente del rey y de los pr�ncipes. Los dos "ands" podr�an traducirse como "ambos ... y" o "por igual ... y". La simiente del rey significa, literalmente, "la simiente del reino", como lo traduce Theodotion. La frase, "hijos del reino", es aplicada por nuestro Se�or ( Mateo 8:12) a todos los jud�os, y en Mateo 13:38 a los miembros del verdadero Israel, tal vez con una referencia latente a los hijos del verdadero Rey, as� en cautiverio a los elementos mendigos de este mundo, obligados a permanecer como sirvientes en la corte de Mammon, de los cuales Nabucodonosor bien podr�a ser el tipo. La palabra partemim es una que ha causado dificultad; solo ocurre aqu�, y dos veces en Esther ( Ester 1:3; Ester 6:9). En estos pasajes lo traduce la Peshitta como aqu�, Parthouia, "Parthians". Parece que el traductor de la Septuaginta tuvo ante �l, no partemin, sino bahureem, conect�ndolo con yeladeem, "ni�os" (j�venes), la palabra de apertura del verso siguiente. En Esther, la palabra partemim se aplica a una clase especial de nobles entre los persas, y ciertamente no se aplica a los pr�ncipes de Jud�. Theodotion no entiende lo que significa, por lo que lo transcribe l????????. S�maco y la Peshita lo hacen "partos"; el Targum de Esther comete el mismo error. La LXX La versi�n de Esther lo convierte en ???????, como si estuviera conectado con ????? y ????. Ciertamente tiene cong�neres Zend (frathema) y Pehlevi (pardun), por lo que puede haber pasado de fuentes arias al babil�nico. Igualmente ciertamente ha desaparecido del arameo oriental y occidental. Si partemim se va a celebrar como parte del texto original, debe pertenecer a un per�odo anterior a la dominaci�n griega, ya que el significado de la palabra hab�a desaparecido en ese momento. Podr�a, por otro lado, haber sido una palabra en la corte de Babilonia, o, de nuevo, un copista podr�a haberla insertado como una palabra m�s conocida que la originalmente en el texto. Este �ltimo, creemos, es la soluci�n probable. Si la divisi�n de los versos se hubiera trastornado en el Massoretic, entonces el bahureem ser�a ininteligible, de pie, como lo har�a, al final del verso. En Egipto, este trastorno no tuvo lugar y, por lo tanto, se retuvo el bahureem. Ni�os en quienes no hab�a mancha. No hay l�mite para la edad impl�cita en yeled, la palabra cuyo plural se traduce "ni�os"; as�, a los j�venes consejeros que hab�an sido educados con Roboam se les llama yeladeem. Como hab�an sido criados con Roboam, ten�an la misma edad que �l, pero ten�a cuarenta y un a�os cuando ascendi� al trono. Joseph se llama yeled cuando ten�a al menos diecisiete a�os e Ismael cuando probablemente ten�a diecis�is a�os. Benjamin se llama yeled cuando ten�a casi, si no del todo, treinta a�os; se dice de �l inmediatamente antes de descender a Egipto, y luego fue padre de diez hijos. Tambi�n se usa en reci�n nacidos ( �xodo 1:17). Cuando miramos las diversas calificaciones que deb�an poseer, h�biles en toda sabidur�a, astutos en conocimiento, entendiendo la ciencia, diecis�is a dieciocho parece el l�mite m�s bajo que podemos establecer. Aben Ezra llega a la conclusi�n de que ten�an catorce a�os cuando llegaron a Babilonia; eso, sin embargo, incluso cuando se tiene en cuenta la precocidad de los climas c�lidos, parece demasiado bajo. En general, podemos decir que Daniel, cuando fue llevado a Babilonia, ten�a la misma edad que Jos� cuando descendi� a Egipto. La representaci�n de Septuaginta (??????????) respalda nuestra opini�n. Podemos notar que esta orden a Ashpenaz fue dada con toda probabilidad en Jerusal�n. En quien no hab�a mancha, sino bien asegurado. Si podemos juzgar el gusto de los babilonios y los asirios por las esculturas que nos han llegado, ten�an un alto nivel de apariencia personal, especialmente elegantes son los eunucos que se encuentran ante el rey. La palabra moom, "mancha", se usa del sacerdocio; presencia de una "mancha" excluida del sacerdocio ( Lev�tico 21:17). Se utiliza de Absalom ( 2 Samuel 14:25); es equivalente en significado a ?????, que no se derivaba imposiblemente de la forma temprana de piedra de esta palabra; tovay mar'eh, "bien parecido", casi id�ntico a nuestro coloquial "apuesto". H�bil en toda sabidur�a. La palabra "sabidur�a" tiene, en general, un significado algo t�cnico en hebreo, "habilidad para interpretar acertijos y enmarcar proverbios". En ciertos casos, su significado se ampli�, como vemos en la descripci�n de la sabidur�a al comienzo de Proverbios y Job 28:1. A�n m�s amplia es la esfera que se le da en Ecclesiasticus y el Libro de la Sabidur�a. La palabra traducida "h�bil", maskileem, significa, en primera instancia, "atender"; entonces, el resultado de esta atenci�n, especialmente cuando es seguido por la preposici�n ??, "en", La LXX. se adapta a esto, "experto en toda sabidur�a". Theodotion traduce, "comprensi�n (?????????) en toda sabidur�a". El profesor Bevan har�a m�scara, "inteligente"; Hitzig adopta el einsichtig de Luther en allerlei Wissenschaft, "inteligente en todo tipo de ciencia", y agrega, "es decir, lo ser�an si estuvieran en circunstancias adecuadas". Astucia en el conocimiento; literalmente, conociendo el conocimiento. La distinci�n est� aqu� entre la facultad de inteligencia y las adquisiciones reales. Podr�a ser traducido como "inteligente y bien educado", una visi�n que es compatible con la representaci�n Septuaginta (????????????). Comprensi�n de la ciencia; "conocimiento discriminatorio", tal como se expresa en Theodotion. El traductor de la Septuaginta ten�a otro texto delante de �l; en lugar de leer mebine madda ?, tuvo ante s� mebinim yod?eem, es decir, dividi� las letras de manera diferente, de modo que lo ley� junto con la mebine, e insert� un yod despu�s, no tan conectado, sino como separar. La palabra madda ?es tard�a, se encuentra en Cr�nicas y Eclesiast�s, y como bien se conoce en arameo; El cambio en la Septuaginta debe haberse debido a una lectura diferente. El hecho de que madda ?llegue tarde, y no estaba en el texto de la Septuaginta, arroja una sospecha sobre todas las palabras tard�as en Daniel, ya que todas pueden deberse a la misma tendencia a la modernizaci�n. La frase, de acuerdo con la lectura de la Septuaginta, puede ser traducida como "tener buenos poderes de discriminaci�n y adquisici�n". Y tal como ten�an la capacidad de permanecer en el palacio del rey. La palabra utilizada para "habilidad" (koh) generalmente significa "fuerza f�sica", a partir de Sans�n ( Jueces 16:6), aplicada a animales a partir del unicornio (buey salvaje) ( Job 39:11). Aqu�, sin embargo, se refiere m�s bien a la capacidad mental. La idea es que deber�an elegirse aquellos que mostraron signos de capacidad futura y, por lo tanto, ten�an una probabilidad de que ser�an de utilidad en la c�mara del consejo real. El traductor de la versi�n Septuaginta pone un punto despu�s de ?????????, y une las dos cl�usulas siguientes debajo de �l. Y a qui�n podr�an ense�ar el aprendizaje y la lengua de los caldeos. La LXX rinde, "para ense�arles letras y el dialecto caldeo". Se usaron tres lenguas en Babilonia. Estaba el arameo de los negocios ordinarios y la diplomacia, llamado en 2 Reyes 18:26 "el idioma sirio", y en este libro ( Daniel 2:4) "Syriack". Esto se entend�a com�nmente como se muestra por el hecho de que las tabletas se han encontrado inscritas en asirio, pero con un docquet detr�s en arameo, contando el contenido. Luego estaba el asirio, una lengua shemita, af�n al hebreo, aunque m�s alejada de ella que el arameo. Este es el idioma de los documentos hist�ricos y legales, al igual que el franc�s normando fue durante mucho tiempo el idioma de nuestras leyes del Parlamento, mientras que la gente hablaba una lengua no muy alejada de nuestro ingl�s moderno. El sistema de escritura utilizado era engorroso en el m�s alto grado, el mismo signo representaba varias palabras diferentes, y la misma palabra representada por varios signos diferentes. Como lengua hablada, si alguna vez fue una lengua hablada, tambi�n era engorrosa. Era eminentemente una lengua monumental. Por �ltimo, estaba el accadiano, la lengua sagrada, un idioma perteneciente a una clase diferente del arameo y el asirio. En �l se escribieron la gran mayor�a de las f�rmulas m�gicas y las direcciones rituales de Babilonia y N�nive. En la enorme biblioteca de Asshur-bani-pal, ahora en el Museo Brit�nico, una gran parte est� compuesta de traducciones de esos textos accadianos. Tambi�n se han encontrado varios silabarios, que permiten a los acad�micos investigar esta lengua antigua. No parece imposible que Accadian se entendiera por el aprendizaje y la lengua de los caldeos. Su aprendizaje involucr� algo de astronom�a, una gran cantidad de astrolog�a y no un poco de magia, encantamientos, interpretaciones de sue�os y presagios. Nosotros mismos, aunque hasta ahora separados tanto geogr�fica como cronol�gicamente de ellos, sentimos los efectos de sus ideas y disfrutamos de algunos de los resultados de su conocimiento. No podemos decir si los babilonios fueron los primeros en fijar el curso del sol, la luna y los planetas. En todo caso, hicieron observaciones sobre la base de estos descubrimientos; y nuestra semana, con su domingo y lunes, nos transmite a�n el hecho de que los babilonios cre�an que los planetas eran siete; Los planetas estrictamente llamados estaban asociados con deidades similares en atributos a los asociados con ellos por los pueblos latino y teut�nico, y los mismos d�as eran sagrados para ellos en Babilonia y Alemania. Los caldeos, ?????????, Kasdeem, de la Biblia, no parecen haber sido originalmente habitantes de Babilonia. Formaron un grupo de clanes al sudoeste de Babilonia, que invadieron Babilonia, y ocasionalmente aseguraron la supremac�a en la ciudad. Los asirios tuvieron frecuentes encuentros con ellos y continuaron contra ellos muchas guerras prolongadas. El nombre en los monumentos asirios es m�s frecuentemente Kaldu, de donde proviene el griego ????????. Es dudoso si hay una forma de Kassatu para explicar el t�rmino hebreo. En los d�as de Nabo-polassar, siendo los caldeos supremos en Babilonia, todos los habitantes de esa provincia podr�an haber sido llamados caldeos. �ltimamente hubo un uso restringido del t�rmino, debido a la gran atenci�n prestada en Babilonia a la astrolog�a. Es dudoso que este uso restringido de la palabra ocurriera en el Daniel genuino, del cual surgi� nuestro can�nico Daniel. Ciertamente, Daniel, y aquellos rehenes seleccionados con �l, deb�an ser educados para convertirse en miembros de este sagrado colegio de augures y astr�logos.

Daniel 1:5

Y el rey les asign� una provisi�n diaria de la carne del rey y del vino que bebi�: nutri�ndolos tres a�os, para que al final de ellos pudieran presentarse ante el rey. Lo �nico que debe notarse en la LXX. La versi�n de este vers�culo es el hecho de que ????? significa "dar una porci�n", un significado que parece estar implicado en ?????? ( Nehem�as 8:10), de ah� la traducci�n ???????? ... ???????. Adem�s, el traductor debe haber tenido ???? ?? ??? como en 2 Reyes 25:29. El misterioso ???????? (bolsa de ruta), traducido "carne", ha causado diferencias de representaci�n. La Peshita sir�aca lo transfiere. El profesor Bevan habla como si fuera com�n en sir�aco, pero Castell no hace referencia m�s all� de Daniel. (Brockei-mann agrega, Ephrem Syrus, Isaac Antiochenus, Bar Hebraeus). Debe observarse que la forma sir�aca de la palabra tiene teth, no tan, para el segundo radical. Este es un cambio que probablemente no tendr�a lugar si la forma hebrea fuera la original, mientras que por el hecho de que camino significa en hebreo "una porci�n", si el hebreo se derivara del sir�aco, el cambio ser�a inteligible. Se confunde en Daniel 11:26 con ???????? (pathura), "una tabla". No parece improbable que tanto la LXX. y Theodotion ley� pathura. La palabra bolsa de ruta no parece haber sido conocida en Palestina; No ocurre en Chaldee, pero s� en sir�aco. Esto es inteligible si el cap�tulo que tenemos ante nosotros es la condensaci�n de un original sir�aco traducido al hebreo: la palabra path-bag, al ser ininteligible, se transfiere. Se dice que la etimolog�a de la palabra es persa, pero bajo esta suposici�n es cuestionable cu�l es esa etimolog�a. Una derivaci�n es de pad o capricho, "padre" o "pr�ncipe", o palmadita o grasa, �dolo 'y bolsa (????), comida; otro es de pati-bhagu, "una porci�n". La pregunta se complica por el hecho de que en Ezequiel 25:7 tenemos en K'tbib ??? (bolsa), que significa "comida". En ese caso, el camino -bag significar�a "una porci�n de comida". Las versiones no admiten la lectura del K'thib. En Daniel, la palabra simplemente significa "comida", tal como se suministr� a la mesa del rey. Vemos en las losas del palacio de Kou-youn-jik la naturaleza de una fiesta real. Predomin� la alimentaci�n animal. No podemos evitar referirnos a un axioma argumentativo singular impl�cito en todas las discusiones sobre Daniel. Los cr�ticos parecen pensar que cuando prueban que ciertas palabras en Daniel son persas, prueban que Daniel fue escrito casi un par de siglos despu�s de que la dominaci�n persa hab�a desaparecido. Del vino que bebi�. Cabe se�alar que hay una restricci�n. El vino suministrado era el vino que beb�a el rey, vino del cual se hab�a ofrecido una oblaci�n a los �dolos. Al criar as� rehenes en su propia mesa, Nabucodonosor segu�a una pr�ctica que ha continuado hasta nuestros d�as. El hijo de Teodoro de Magdala fue criado en la corte de nuestra reina. Era la pr�ctica habitual, como sabemos, en la Roma imperial. Senaquerib habla de Belibus, a quien hizo diputado rey en Babilonia, como criado "como un perrito en su mesa". As� nutri�ndolos tres a�os. Este fue el per�odo durante el cual se continu� la educaci�n de una juventud persa. Es probable, como hemos visto, que estos j�venes tuvieran unos diecis�is o diecisiete a�os. Al cabo de tres a�os seguir�an siendo muy j�venes. La conexi�n gramatical de la palabra legaddelam es algo singular. La lectura de la Septuaginta probablemente tambi�n ten�a la primera palabra en este vers�culo en el infinitivo. Esto es m�s gramatical, ya que pone al todo bajo el r�gimen de la cl�usula de apertura del vers�culo 3. La fuerza de la palabra que tenemos ante nosotros se representa en "mencionar". El verbo en su forma simple significa "ser fuerte". ser grandiosos, "por lo tanto, en la forma intensiva que tenemos ante nosotros", hacer grandiosos "," criar ". Para que al final de ellos puedan estar delante del rey. "Estar ante el rey" significa generalmente convertirse en miembros del consejo del monarca, pero en el presente caso este no parece ser el significado. Deb�an presentarse ante el rey, y en su presencia deb�an ser examinados. Posiblemente, deb�an ser admitidos en la universidad de astr�logos y adivinos, pero solo en grado bajo. Independientemente del hecho de que a m�s tardar cumplir�an veintiuno o veintiuno cuando terminara esta temporada de educaci�n, e, incluso teniendo en cuenta la precocidad oriental, esta es una edad demasiado joven para ser miembro de un consejo privado real. Pero el siguiente cap�tulo relata un evento que parece ser la ocasi�n en que se presentaron ante el rey, ya que no fueron convocados con los sabios a la presencia del rey para interpretar su sue�o.

Daniel 1:6

Ahora entre estos estaban los hijos de Jud�, Daniel, Hanan�as, Misael y Azar�as. Las versiones no presentan dificultades aqu�, solo la Septuaginta agrega una cl�usula para da�ar este verso. El nombre significa "El Se�or Jehov� es misericordioso". Este nombre es uno de los m�s comunes en la Biblia. A veces se invierte, y se convierte en Johan�n o Johan�n y, por lo tanto, en "Juan". El primero es el jefe del decimosexto de los veinticuatro cursos en los que David dividi� a los hemanitas ( 2 Cr�nicas 25:4). En el reinado de Uz�as aparece uno como capit�n en jefe ( 2 Cr�nicas 26:11). En Jerem�as hay tres; Sin embargo, el m�s destacado es el falso profeta que declar� que Jecon�as y todos sus compa�eros cautivos ser�an tra�dos de vuelta en el espacio de dos a�os (Jeremias 28:15). Uno de los antepasados ??de nuestro Se�or, llamado en Lucas ( Lucas 3:27) Joanna, el hijo de Rhess, nieto de Zorobabel, es llamado en 1 Cr�nicas 3:19 Hananiah, y calcul� a un hijo de Zorobabel. En el Libro de Nehem�as hay varias personas de las que se habla que llevan este nombre, no imposiblemente hasta seis. En los tiempos del Nuevo Testamento todav�a era com�n: Anan�as, el esposo de Safira ( Hechos 5:1); el devoto jud�o de Damasco, enviado a Pablo ( Hechos 9:10); el sumo sacerdote en la �poca de Pablo ( Hechos 23:2). A diferencia de Hananiah, Mishael es uno de los nombres m�s raros. Ocurre como el nombre de uno de los hijos de Uziel, el t�o de Mois�s y Aar�n ( �xodo 6:22; Le �xodo 10:4), y nuevamente como uno que estaba a la mano izquierda de Ezra cuando ley� la Ley ( Nehem�as 8:4). Hay algunas dudas sobre el significado del nombre. Se han sugerido dos interpretaciones; la m�s simple y directa es: "�Qui�n es lo que es Dios?" el otro es, "�Qui�n es como Dios?" La objeci�n a la primera es que el pariente contratado est� empleado, lo que no aparece en ninguna otra parte de este libro. Esto, sin embargo, no es insuperable, ya que la forma contra�da del pariente era de uso com�n en el reino del norte y, por lo tanto, podr�a aparecer en un nombre; la objeci�n a la segunda es que se omite una carta, pero tales omisiones ocurren continuamente. Hitzig se refiere a ????, de ???, como un ejemplo. Azar�as, "Jehov� es ayudante", es, como Hanan�as, un nombre muy com�n a lo largo de la historia jud�a. Es el nombre con el que se llama a Uz�as en 2 Reyes 14:21: 2 Reyes 15:1, 2 Rey 15 : 7, 2 Reyes 15:8, 2 Reyes 15:17 (llamado Uz�as en 2 Reyes 15:13, 2 Reyes 15:30, como tambi�n en 2 Cr�nicas 27:1.) Es el nombre de cuatro sumos sacerdotes:

(1) uno ( 1 Cr�nicas 6:10) durante el reinado de Salom�n, el nieto de Zadok;

(2) el sumo sacerdote durante el reinado de Josafat ( 1 Cr�nicas 6:11);

(3) sumo sacerdote durante el reinado de su hom�nimo Azar�as o Uz�as Rey de Jud� ( 2 Cr�nicas 26:17-14);

(4) sumo sacerdote en el reinado de Ezequ�as ( 2 Cr�nicas 31:10).

Tambi�n hay un profeta de este nombre ( 2 Cr�nicas 15:1) en los d�as de Asa Rey de Jud�. Si bien este nombre es tan com�n antes del cautiverio, no es tan com�n despu�s de �l, aunque hay un capit�n del ej�rcito de Judas Maccabteus llamado "Azarias". Si bien todos los nombres contienen el nombre de Dios, ya sea en forma de pacto "Jehov�" o en la forma com�n "el", sin embargo, no hay nada en los nombres que sugiera la historia que tenemos ante nosotros. La tradici�n jud�a los hizo ser de la familia real; de esto no hay certeza. En el tiempo de Jer�nimo se sostuvo que eran eunucos, y as� se cumpli� la profec�a en Isa�as ( Isa�as 39:7). Otros han sostenido que Isa�as 56:3, "Que el eunuco no diga que soy un �rbol seco", ten�a una referencia a esos cautivos. Hasta ahora, sin embargo, como sabemos, los eunucos podr�an ser asistentes de los monarcas asirios y babilonios podr�an llevar el paraguas del estado sobre sus cabezas, podr�an darles la copa, podr�an acomodar su sof� para ellos o anunciar su acercamiento al har�n, pero No eran sus consejeros o guerreros. Eso qued� para los d�as del Imperio Bizantino, cuando el eunuco Narses retuvo a Italia para el imperio.

Daniel 1:7

A quien el pr�ncipe de los eunucos dio nombres; porque le dio a Daniel el nombre de Belteshazzar; y a Hanan�as, de Sadrac; y a Mishael, de Meshach; y a Azar�as, de Abed-nego. Lo �nico que se debe tener en cuenta con respecto a las versiones es que, con la excepci�n de la Peshitta, todos identifican el nombre de Daniel con el del �ltimo Rey de Babilonia. Ambos se llaman Baltasar o Baltassar en la Vulgata, la LXX; y Theodotion. La diferencia hecha en la Peshita no es la misma que en el hebreo; el profeta se llama Beletshazzar y el rey Belit-shazzar. � Esto indicar�a que algo anda mal. Las versiones griegas traducen Abed-nego ????????, que tambi�n tiene la Vulgata. Este h�bito de cambiar los nombres de quienes ingresaron a su servicio prevaleci� entre los potentados orientales. Joseph se convirti� en Zaph-nath-paaneah ( G�nesis 41:45). No solo los de la corte recibieron nuevos nombres, sino que, con poca frecuencia, los monarcas sujetos, como muestra de sujeci�n, fueron nombrados recientemente, como Joacim, que anteriormente hab�a sido Eliaquim. El profesor Fuller menciona el caso del monarca egipcio Psammetik II; cuyo nombre como sujeto de Asshur-bani-pal era Nabo-sezib-ani. No solo eso, sino que los propios monarcas cambiaron sus nombres con las circunstancias cambiantes; as�, Pal en Babilonia es Tiglat-pileser en N�nive. A�n en los tiempos modernos, esto contin�a en la cabeza de la cristiandad cat�lica romana, que durante los �ltimos doce siglos siempre asumi� otro nombre diferente al original al ascender al trono papal. Con los miembros de la corte de un monarca, esto es f�cilmente inteligible. El deseo era tener nombres de buen augurio; un nombre extranjero puede no tener sentido o sugerir algo m�s que pensamientos llenos de buen augurio. Al considerar estos nombres, hay ciertos hechos preliminares que debemos tener en cuenta. En primer lugar, existe una gran probabilidad de que todos los nombres tengan un elemento Divino en ellos, es decir, que contenga como elemento el nombre de un dios babil�nico. La gran masa de los nombres de los funcionarios Baby-Ionian y Assyrian ten�an esto. Luego, de ninguna manera es improbable que, a manos de los escribas jud�os, los nombres hayan sufrido un cambio considerable, m�s especialmente en lo que respecta al elemento Divino. El escriba jud�o ten�a pocos escr�pulos en cuanto a alterar un nombre cuando hab�a algo en �l que lastimaba su sensibilidad. Es horrible para �l que Jonathan, el hijo de Gershom, el hijo de Mois�s, el gran legislador, sea el creador del falso templo de Dan, por lo que inserta una monja y transforma a Mosh�, "Mois�s", en "Manas�s". ". El escriba que copi� a 2 Samuel, llegando al nombre de Jerubbaal, no puede soportar hacer una cr�nica del hecho de que un juez en Israel alguna vez llev� el nombre de la abominaci�n de los zidonios como parte de su nombre, y lo alter� a Jerubesheth. As� que tenemos en el mismo libro Ishbosheth para Ethbaal y Mephibosheth para Meribbaal. Con un potentado extra�o es diferente; pero en el caso de un jud�o siempre hubo una tendencia a parpadear un hecho tan inc�modo como llevar un nombre con elementos paganos, por un ligero cambio. El nombre dado a Daniel es, en el texto masor�tico, Belteshazzar. Por el hecho de que en la Septuaginta, Theodotion y la Vulgata, tenemos al rey Belsasar y Daniel, como mago babil�nico, llamado por el mismo nombre, "Baltasar", y cuando en la Peshita, la diferencia es muy leve, y no siempre mantenido, nosotros, por nuestra parte, estamos fuertemente inclinados a creer que ambos nombres son iguales. El profesor Bevan ('El libro de Daniel', 40) est� bastante seguro de que el autor no entendi� el significado del nombre dado a Daniel. �l (Profesor Bevan) deriva el nombre de Balat-zu-utzur, "Protege tu vida". El profesor Fuller, con la mayor plausibilidad, lo hace Bilat-sarra-utzur, "Beltis protege la corona". Si esa es la verdadera derivaci�n, entonces Nabucodonosor podr�a decir correctamente que fue llamado por el nombre de su dios. A�n m�s precisa ser�a esta declaraci�n si el nombre fuera Belsasar. Pero una sospecha inc�moda cruza nuestra mente.

�El autor de Daniel atribuye alguna vez a Nabucodonosor las palabras en las que el profesor Bevan funda su cargo? Las palabras no est�n en la Septuaginta. Por lo tanto, el profesor Bevan, que nunca admite la posibilidad de que el nombre de Belteshazzar haya sido modificado de otra cosa, aunque la evidencia de las versiones apunta m�s claramente a eso, y aunque admite con franqueza que tuvo lugar con respecto a Abed-nego, supone que etimolog�a para ello, como si fuera el �nico posible, que no lo es; y sobre la base de esta etimolog�a, y suponiendo que ciertas palabras estaban en el texto original de Daniel, que a�n no est�n en la Septuaginta, concluye que el autor de Daniel no sab�a el significado del nombre que le hab�a dado a Su h�roe. Seguramente este es un alegato especial. Si ha habido alguna alteraci�n del nombre o modificaci�n del mismo, entonces la suposici�n del profesor Bevan cae al suelo, y su discusi�n con �l; pero parece muy probable que haya habido tal modificaci�n, y el efecto de tal modificaci�n ser�a desfigurar el nombre de la divinidad pagana en el nombre si existiera. Adem�s, si se puede mantener la etimolog�a del profesor Fuller, nuevamente la suposici�n del profesor Bevan cae al suelo. Estos dos argumentos no entran en conflicto. Un escriba jud�o, ignorante del antiguo asirio, podr�a introducir f�cilmente una modificaci�n que, a pesar de su intenci�n, no elimin� toda la divinidad pagana del nombre, solo cambi� la divinidad. Si el texto original de Daniel no conten�a la frase en el cuarto cap�tulo, "seg�n el nombre de mi dios", entonces, nuevamente, la suposici�n del profesor Bevan no tiene fundamento y su argumento carece de valor. La frase en cuesti�n no est� en la Septuaginta y, por lo tanto, es, como m�nimo, sospechosa. No tiene una conexi�n tan �ntima con el contexto como para mostrarle parte del texto; es solo una frase que se pondr�a en el margen como un glosa, y entrar�a en el texto por error de un copista. Se puede observar que el profesor Bevan simplemente sigue a Schrader, por igual en su derivaci�n y deducci�n; pero �l, no Schrader, tuvo ante s� continuamente la versi�n Septuaginta de Daniel, y �l, no Schrader, es comentarista de Daniel. Y a Hanan�as de Sadrac. El Dr. Delitzsch explica este nombre como una transcripci�n modificada de Shudur-aku, "el comando de Aku" (la deidad lunar). Con esto, Schrader est� de acuerdo. Siempre existe la posibilidad de que el nombre haya sufrido un cambio. Por otro lado, como el nombre de la deidad, Aku, no aparece en las Escrituras, el escriba puritano podr�a desconocer su presencia aqu�. Y a Mishael de Meshach. Este nombre ha causado gran dificultad; es conson�nticamente id�ntico a ???????, "Hesheeh", el nombre de uno de los hijos de Japhet. El Dr. Delitzsch dir�a Me-sa-aku, "Qui�n es como Aku". Las objeciones de Schrader a esto son que, en primer lugar, la forma babil�nica ser�a Mamm-ki-Aku. Y a continuaci�n, que probablemente no habr�a una traducci�n simple del nombre hebreo al asirio, sino m�s bien dar un nombre completamente nuevo. Esta segunda objeci�n no tiene valor, ya que Fara�n-Necho no cambi� por completo el nombre de Eliakim cuando lo coloc� en el trono; Ya que Jehov� puede ser considerado como el equivalente de El. El hecho de que "Meshach" se parezca tanto a "Mcshech" apunta a una modificaci�n intencional y, por lo tanto, a la presencia en nombre de la designaci�n de un dios babil�nico que probablemente sea conocido por los jud�os, como Merodach, cuyo nombre era conocido a los jud�os por su aparici�n en los nombres Evil-Merodach y Merodach-Baladan, y en realidad como una divinidad en Jeremias 50:2. Tal es la hip�tesis de Lenormant. lo que lo convertir�a en Misa-Mero-dash, "Qui�n es como Merodach", una sugerencia ciertamente abierta a la primera objeci�n de Schrader. Y a Azar�as de Abed-nego. Desde hace tiempo se reconoce que este nombre es una modificaci�n de Abed-Nebo. Esta identificaci�n se vuelve a�n m�s probable, que en nuevo hebreo y arameo Naga significaba el planeta "Venus", es decir, "Nebo". Las consonantes son correctas para esto, pero la vocalizaci�n es deliberadamente incorrecta, para evitar el nombre pagano . Si el autor de Daniel era un jud�o oscuro, que viv�a en Palestina durante los d�as de Ep�fanes, pero la influencia de Babilonia hab�a desaparecido, y su idioma hab�a dejado de estudiarse, no es extra�o que invente nombres que representen con tanta precisi�n esos que estaban en Babilonia? Uno solo tiene que leer el Libro de Judith, con toda probabilidad el producto del per�odo de Epiphanes, para ver el trabajo salvaje que los jud�os palestinos de esa �poca hicieron de los nombres babil�nicos.

Daniel 1:8

Pero Daniel se propuso en su coraz�n que no se contaminar�a con la porci�n de carne del rey, ni con las victorias que bebi�, por lo tanto, solicit� al pr�ncipe de los eunucos que no se contaminase a s� mismo. La Septuaginta presenta la primera cl�usula parafr�sticamente, "Daniel deseaba en su coraz�n", posiblemente llevado a esto por el significado m�s limitado asignado a "coraz�n" en la psicolog�a del habla griega ordinaria. Theodotion est�, como de costumbre, en estrecha armon�a con el texto masor�tico. La Peshitta, en lugar de "coraz�n", tiene r?ina, "mente". Como se not� anteriormente, las versiones de G reek aqu� representan ?????? por ???????. Jerome lo hace mensa. En el sir�aco, la palabra est� presente, como dijimos antes. Hemos indicado anteriormente que es posible que la palabra original no fuera path-bag, sino pathura. Con respecto al texto masor�tico en comparaci�n con las versiones griega y latina, parece seguro que la bolsa de ruta, si pertenec�a al texto, solo se entend�a en Oriente, un fen�meno que ser�a inteligible si este cap�tulo fuera una condensaci�n y traducci�n de un texto arameo original, especialmente si el arameo fuera oriental, no occidental. Una fiesta antigua siempre tuvo la naturaleza de un sacrificio. Fue el caso de los jud�os: as�, en Deuteronomio 12:11, Deuteronomio 12:12, se dan instrucciones para sacrificar en el lugar que el Se�or deber�a elegir, y ellos y toda su familia se regocijan. Pero si el lugar elegido estaba demasiado lejos, entonces se les daba permiso para comer carne, solo que deb�an tener cuidado de no comer con la sangre. Era la caracter�stica de las naciones cl�sicas a lo largo de toda su historia, que la fiesta deb�a ser consagrada por la ofrenda de algo a la Deidad. La inmensa probabilidad era que este fuera el caso tambi�n entre los babilonios. Puede ser que esta consagraci�n de la fiesta surgiera del mismo sentimiento religioso justificable que nos lleva a pedir una bendici�n en nuestras comidas. El h�bito de la Iglesia africana de celebrar la Cena del Se�or en cada cena probablemente estaba relacionado con esta ofrenda a Dios de lo que los invitados estaban a punto de participar. Este hecho, que cada fiesta ten�a el car�cter de un sacrificio, f�cilmente podr�a hacer que estos j�venes hebreos rechazaran las delicadezas reales. En lo que respecta a la comida animal, las cuidadosas instrucciones para no comer con sangre hicieron que las fiestas del monarca babil�nico fueran especialmente susceptibles de contaminarlas. El hecho de que Evil-Merodach proporcion� a Jeconiah una porci�n de su mesa, y que Jeconiah no lo rechaz�, no necesariamente milita en contra de la fecha temprana de Daniel. Jeconiah probablemente no era tan concienzudo como esos j�venes, y, por otro lado, la influencia de Daniel en este momento puede haber organizado alguna consideraci�n para los escr�pulos jud�os. Es cierto que en 2 Macabeos 5:27 Judas y sus hermanos est�n representados como viviendo en las monta�as a base de hierbas, a la manera de las bestias, para que no se contaminen; pero como no hay nada paralelo a esto en 1 Macabeos, podemos descartar la afirmaci�n como probablemente falsa. Entonces, toda la idea de esta acci�n por parte de Judas y sus nueve compa�eros puede haber surgido del caso registrado ante nosotros. Tiene todo el aspecto de una adici�n ret�rica a la narrativa, y las diferencias de las circunstancias no fueron tales como para golpear a un escriba ret�rico; pero como esta abstinencia parec�a aumentar la santidad de estos cuatro j�venes hebreos, �no aumentar�a tambi�n la santidad de Judas? En las fiestas asirias, los invitados no parecen haberse sentado en una mesa larga o en varias mesas largas, como es habitual con nosotros. Los invitados se dividieron en grupos de cuatro, y se les sirvi� provisiones, y debe observarse que los j�venes antes que nosotros habr�an ocupado exactamente una de esas mesas. La palabra usada para "profanar" (ga'al) aparece en Isa�as, Lamentaciones, Sofon�as, Malaqu�as, Esdras y Nehem�as. Es una palabra Exilic y post-Exilic principalmente; la antigua palabra sacerdotal lama no hab�a desaparecido, se usa en Hageo. Debe observarse que no hay nada sobre la contaminaci�n en la Peshitta; No es imposible que la palabra sea una adici�n posterior, solo su presencia tanto en Theodotion como en la Septuaginta hace que la omisi�n sea improbable. No hay nada en el pasaje aqu� que nos obligue a mantener que el principio de acci�n seguido por esos j�venes era uno que generalmente se reconoc�a que incumb�a a todos los jud�os. Puede haber sido simplemente que, sintiendo la condici�n cr�tica en la que fueron colocados, era bueno para ellos erigir una cobertura sobre la Ley. Incluso puede haber habido un exceso de escrupulosidad que est� en perfecta adecuaci�n dram�tica a la edad de los j�venes. Tal abstinencia bien pudo haber ocasionado la abstinencia regular de los esenios, pero este m�rito de estado con respecto a Daniel y sus amigos apenas puede haberse originado en la dieta de los esenios. Se ha observado, como prueba de la cortes�a y docilidad de Daniel, que le pidi� al pr�ncipe de los eunucos que no se contaminase. Pero haber rechazado la comida provista por el rey podr�a haber sido interpretada como un insulto al rey, y cualquier cosa de ese tipo hab�a recibido un castigo r�pido y severo. La solicitud de Daniel se debi� simplemente a las necesidades de la situaci�n.

Daniel 1:9

Ahora Dios hab�a tra�do a Daniel a favor y tierno amor con el pr�ncipe de los eunucos. La palabra aqu� traducida "amor tierno" realmente significa "intestinos" y luego "misericordia" o "compasi�n". Por lo tanto, el ap�stol Pablo ( Filipenses 2:1) combina los dos significados, "Si hay intestinos y misericordias". La versi�n revisada se prefiere aqu�, "favor y compasi�n", ya que el Autorizado exagera el afecto que el pr�ncipe de los eunucos sent�a por Daniel. � Las versiones en este vers�culo no ofrecen variaciones marcadas. La Septuaginta tiene has????, "Se�or , "generalmente empleado para traducir ????, Jehov�, en lugar de ???? (?????). No es imposible que la lectura original haya sido ????, aunque debe admitirse que no es probable. Rahameem se traduce ?????," favor ", en el Septuaginta, que es una representaci�n d�bil; Theodotion presenta ?????????, que puede considerarse pr�cticamente equivalente a nuestra versi�n revisada. Mientras que el tercer verso habla del "jefe" (???) de los eunucos, un t�tulo babil�nico y asirio, el m�s habitual El hebreo ???? lo reemplaza en este verso y en el que lo precede. De esta ra�z se deriva la palabra asiria y babil�nica para "rey", sat o sarru, mientras que la tabulaci�n cay� en los d�as malos. lleg� a ser equivalente a los doctores de la divinidad Antes de la palabra "Dios" (Elohim) est� el art�culo. En lo que respecta a la forma, puede ser plural y, por lo tanto, ser capaz de traducirse "los dioses", pero el verbo ser singular hace que esa traducci�n sea imposible. El afecto con el que el jefe de los eunucos miraba a Daniel nos es notificado como resultado de la bondad de Dios, que as� le hab�a dado el favor a los ojos de �l puesto sobre �l. El hebreo nunca dej� de reconocer, en sus momentos devoradores, que los corazones de todos los hombres est�n en manos de Dios; que por �l reinan los reyes y los pr�ncipes decretan la sabidur�a.

Daniel 1:10

Y el pr�ncipe de los eunucos dijo a Daniel: Temo a mi se�or el rey, que ha designado tu carne y tu bebida: porque �por qu� deber�a �l ver tus rostros con peor agrado que los ni�os de tu especie? entonces me har�s poner en peligro mi cabeza al rey. En el hebreo de este verso hay rastros de que ha sido traducido de un original arameo. Consideraremos las diferencias de las versiones de Massoretic a continuaci�n. Me temo que la palabra (sar) para "pr�ncipe" contin�a del verso anterior. En el texto masor�tico, la palabra no es un verbo, sino un adjetivo. Si la frase se tradujera "me temo", esto representar�a la construcci�n, es una que es especialmente frecuente con este adjetivo; se parece a la construcci�n tan com�n en arameo de participio con pronombre donde un pret�rito ordinario o imperfecto se usar�a en hebreo. Tu carne y tu bebida. En esta frase, la enigm�tica palabra path-bag ha desaparecido; ?????? (ma?achal), la palabra com�n para "comida", lo ha reemplazado. �Por qu� deber�a ver tu cara? La construcci�n aqu� es decididamente aramea, y se asemeja a una representaci�n palabra por palabra de un original arameo. La frase Targumic aqu� es ???????? (deelma) (Onkelos, G�nesis 3:3). La representaci�n de Peshitta aqu� es dalma. La construcci�n ocurre en So Daniel 1:7, shallama, solo con el pariente acortado del norte. De peor agrado. La palabra zo?apheem significa "triste", "problem�tico" ( G�nesis 40:6); el verbo del que proviene significa "estar enojado" ( 2 Cr�nicas 26:19). Cabe se�alar que la Septuaginta aqu� tiene dos representaciones, probablemente un caso de "doblete". La primera ????????????? puede referirse a la confusi�n mental o la tristeza en la que podr�an estar si, debido a su pobre alimentaci�n, no pudieron responder a la pregunta. preguntas del rey; el segundo, ??????, "d�bil", puede referirse al cuerpo: ???????? es la representaci�n de Theodotion, que puede expresarse como "ce�o fruncido" (se usa junto con ??????????, Plat�n, 'Jarabe'). La Peshitta tiene m'karan, "avergonzado"; sentir�an verg�enza si fueran muy inferiores en miradas o adquisiciones a sus vecinos ser�a natural. La conexi�n �ntima entre la comida y el buen aspecto y las buenas cualidades mentales es bien conocida como una muy arraigada, especialmente en la antig�edad. Que los ni�os de tu especie. Kegilkem; Esta palabra, ??? o ??????, es mantenida por el profesor Bevan para que no se use en hebreo temprano en el sentido de "generaci�n" o "edad". Furst considerar�a que el nombre Abigail exhibe la palabra como existente en los primeros tiempos. La �nica dificultad en esto es que el nombre puede tener otra derivaci�n. El verdadero significado de la palabra a este respecto es "un c�rculo"; de ah� entonces una revoluci�n de los cielos. Buxtorf explica que significa "constelaci�n, planeta"; ???? ?????, "hijo de su estrella", nacido bajo la misma constelaci�n, contempor�neo. El sir�aco parafrasea la palabra y traduce "de su a�o". Theodotion traduce ????????, "de la misma edad". Cuando recurrimos a la Septuaginta, encontramos evidencia de que la palabra no estaba all� o que no se entendi� bien; la representaci�n de Septuaginta es "que los j�venes extra�os (?????????) criados con usted (??????????????)". Este es un caso evidente de doblete. El primero que se encuentra en el griego es ??????????????: esto representa una lectura diferente, ???????? ????????? (gad'lu itkem), de ninguna manera una lectura imposible. El otro, ?????????, representa ????? (geereem): esto se parece a�n m�s a la lectura masor�tica ????? (geelkem). El massoretic es posiblemente la lectura de la que han surgido los otros dos; si es as�, est� claro que ninguno de los dos traductores egipcios conoce la palabra ??? en este sentido. No es Targumic, porque Levy no lo tiene en su Lexicon. El profesor Bevan dice que es arameo y �rabe. Este, entonces, es un caso en el que brilla el original arameo; El jefe de los eunucos naturalmente hablar�a en arameo. Entonces me har�s poner en peligro mi cabeza al rey. Aqu� nuevamente hay una palabra que el profesor Bevan declara que lleg� tarde, la palabra aqu� traducida "hazme poner en peligro ???????????? (ye?igyabetem). "No hay dificultad en cuanto a la lectura en las versiones, salvo que la Septuaginta lee la primera persona del singular en lugar de la segunda persona del plural, en otras palabras, ve?iyyabti", y pondr� en peligro ", y" mi cuello ", la lectura, en lugar de "mi cabeza", posiblemente ????????? (tzavvari) o ???????????? (maphraqti), la �ltima lectura se debe a que el signo de la segunda persona del plural se transfiri� a la siguiente palabra. Ciertamente puede haber sido una par�frasis, pero el la frase tal como est� en el Massoretic parece inc�moda. El profesor Bevan presenta esta palabra como arameo, y una prueba de la tardanza de Daniel. Si estamos en lo cierto, es un caso donde el arameo del original brilla. La palabra aparece indudablemente en Ezequiel 18:7. Como abogado de la acusaci�n, el profesor Bevan debe deshacerse de este hecho inc�modo. Cornill, uno de sus colegas en el caso contra Daniel, sugiere que se lea otra palabra en Ezequiel, y el profesor Bevan est� de acuerdo, pero d si se refiere a la palabra. No hay indicaci�n en ninguna de las versiones de que haya alguna incertidumbre en cuanto a la lectura en Ezequiel. Es el m�todo m�s conveniente para deshacerse de un hecho inc�modo; una peque�a extensi�n de ella podr�a hacer que cualquier palabra sea agradable para una legi�n de hapax. Los cr�ticos podr�an haber probado el m�todo m�s razonablemente en Daniel que en Ezequiel; pero como su escrito fue contra Daniel, eso no se les ocurri�. La imagen que se nos presenta en este vers�culo es una que en las circunstancias est� llena de naturalidad. Tenemos, por un lado, la ansiosa s�plica de la juventud hebrea; la mirada amable del pr�ncipe, dispuesto a conceder todo lo que pueda a su favorito, pero obstaculizado por el miedo a s� mismo, y al mismo tiempo un deseo de que Daniel, su favorito, se mantenga bien con el rey. El jefe de los eunucos sab�a que la buena apariencia personal era un asunto importante con Nabucodonosor. Si estuvieran mal alimentados, estos j�venes hebreos quedar�an en desventaja en su examen ante el rey. Pero m�s a�n, la verg�enza de su propia apariencia los perturbar�a mentalmente, incluso si pudieran estudiar tambi�n sobre este alimento sencillo que deseaban. Si el fracaso fuera atroz, entonces se podr�a exigir una investigaci�n, y luego el hecho de que hab�a transgredido las �rdenes del rey ser�a un delito grave: el rey no ten�a piedad cuando se enfurec�a. Debe observarse que el jefe de los eunucos primero apela al inter�s propio de los j�venes antes que �l, que pondr�an en peligro sus propias perspectivas; pero como eso no los mueve, luego les dice que su propia vida estar�a en peligro. En este caso, debemos recordar que tenemos simplemente un resumen, y un resumen muy condensado, de lo que probablemente fue un argumento prolongado. Solo tenemos las cabezas, y probablemente la sucesi�n de los argumentos. Tal vez, puede considerarse como una prueba de la autenticidad de este discurso que dos palabras arameas se conservan en �l. Los Rabsaris seguramente hablar�an en arameo, y las palabras t�cnicas como geel y heyyabtem podr�an conservarse incluso en una traducci�n, si no hubiera una palabra que fuera un equivalente exacto. As�, en las traducciones del franc�s o alem�n al ingl�s, con qu� frecuencia se transfieren las palabras de la lengua original ["Unilateral" es un buen ejemplo.

Daniel 1:11

Luego dijo Daniel a Melzar, a quien el pr�ncipe de los eunucos hab�a puesto sobre Daniel, Hanan�as, Misael y Azar�as. La lectura de la Septuaginta difiere de la Masor�tica en dos detalles: en lugar de "Melzar", el nombre dado es "Abiesdri", como en el tercer verso; y el verbo minnah (??????) se lee ?????? (munnah), "establecido" La Peshita lee en lugar de "Melzar", en este verso, "Mashitzar" (pero vea el vers�culo 16). Esto confirma la idea de que esto es un apropiado nombre, no un t�tulo oficial. Si la suposici�n de la Septuaginta es correcta, entonces el nombre en el texto masor�tico deber�a ser Hammelzar. Esto podr�a indicar que el nombre es Amil-Assur, correspondiente a Amil-Merodach. Theodotion representa el nombre ??????? Si bien se puede decir mucho por hacer de "Melzar" o "Ham-melzar" un nombre propio, tambi�n se puede decir algo sobre la idea que ha ganado terreno que "Melzar", ya que tiene el art�culo antes, es el nombre de un oficial. Lenormant hace el nombre de Amil-Ussur. Tal, en cualquier caso, es el nombre de un funcionario en la corte de un rey Ninevita; se supone que significa "mayordomo", pero se puede dudar si esto es el equivalente exacto de un funcionario como el mencionado aqu�. Hitzig sugiere ??????????, y para esta representaci�n hay mucho que decir. Es una prueba indirecta de la antig�edad del libro, que se hace referencia a un funcionario por un t�tulo cuya fuerza exacta hab�a sido olvidada cuando se produjo la traducci�n de la Septuaginta, a m�s tardar ciertamente en el siglo I a. C. Theodotion y Jerome est�n tan lejos en el mar como tambi�n la Peshitta. La hip�tesis cr�tica es que este nombre asirio de "mayordomo" se mantuvo conocido entre los jud�os palestinos desde la ca�da del Imperio Babiloniau en el a�o a. C. 532 a b.c. 168, y luego en menos de un par de siglos desapareci� por completo. La lectura de la Septuaginta, "Abiesdri", puede dejarse de lado; es una lectura que se sugerir�a a cualquiera que aprecie la dificultad del pasaje. En el verso anterior, fuimos auditores de una conversaci�n entre Daniel y Ashpenaz, en la cual �l no acepta la solicitud de Daniel. En el vers�culo que tenemos ante nosotros, Daniel dirige otra solicitud a un funcionario nuevo pero subordinado. Como la solicitud es una que podr�a seguir naturalmente al rechazo, suave pero en apariencia firme, del pr�ncipe de los eunucos, �qu� podr�a ser m�s natural que imaginar que Amelzar era una mala lectura para Abiesdri? La historia ha sido condensada. Si hubi�ramos tenido la narraci�n completa, lo m�s probable es que hubi�ramos visto que Daniel tuvo que repasar la discusi�n con el subordinado que ya ten�a con el superior. No es improbable que el pr�ncipe de los eunucos no haya sido expresamente informado del experimento que se est� probando, del cual nos informa el siguiente verso. Esto ayudar�a a salvarlo de la responsabilidad de la cosa; No es inconcebible que intencionalmente se haya mantenido desinformado. Daniel no solo se ha asegurado una influencia personal sobre el pr�ncipe de los eunucos, sino tambi�n sobre este Melzar o mayordomo. Hay personas en el mundo que tienen este poder magn�tico sobre sus compa�eros que obliga a su gusto. Cuando con esto se unen las habilidades de un hombre para hacer proezas y dejar su huella en el mundo, tenemos un h�roe nacional. Napole�n el Grande era eminentemente un hombre de este tipo.

Daniel 1:12

Prueba tus siervos, te lo suplico, diez d�as; y que nos den pulso para comer y agua para beber. La Septuaginta parece haber le�do yutan, "que se d�", en lugar de yitnu, "que se den". Zero?im, "semillas" (?????????, Theodotion), "pulso". Esta palabra solo aparece aqu�; sin embargo, difiere solo por la segunda vocal de z?r?im en Isa�as 61:11, y all� se representa como por Theodotion aqu�, ????????. Como las vocales no se escribieron durante siglos despu�s de la �ltima fecha cr�tica de Daniel, es absurdo en su mayor grado fundamentar cualquier argumento sobre la pronunciaci�n de estos escribas tard�os en la palabra, probablemente con el gran capricho que les hizo mantener a todos. tiempo "letras suspendidas" aqu� y all� en el texto, o algunas veces comienzan una palabra con una memoria final. El profesor Bevan considera que esta palabra es posiblemente un error de un escriba para z?r?nim, una palabra con el mismo significado, que aparece en el vers�culo 16 y se encuentra en el Talmud. Podr�a considerar m�s naturalmente zero?nim como el error de un escriba para zero?im. Sin embargo, como la palabra es aramea, que ocurre tanto en los dialectos orientales como occidentales, puede ser un caso en el que la palabra original brille. Demuestra tus siervos diez d�as. La palabra usada para "probar" es la que se usa con frecuencia de Dios en relaci�n con los hombres, como en G�nesis 22:1, "Dios prob� a Abraham". Calvin piensa que Daniel hizo esta solicitud porque hab�a sido dirigido por el Esp�ritu divino: No negar�amos por un momento que toda la sabidur�a desciende de lo alto, y que es el Esp�ritu del Todopoderoso el que da entendimiento, aunque la sugerencia fue razonable, el per�odo fue lo suficientemente largo como para haber dado se�ales de que los afect� de manera nociva, pero no por tanto tiempo, pero los efectos del mal podr�an eliminarse f�cilmente. Diez d�as. Puede ser que esto sea simplemente un n�mero redondo, un per�odo f�cil de marcar, pero un experimento tendr�a un per�odo definido. Es aproximadamente el tercero de una revoluci�n de la luna, y como los babilonios eran observadores atentos de los movimientos de los cuerpos celestes, especialmente de la luna, "diez d�as" probablemente sea un per�odo con ellos, como ciertamente fue una semana. entre todas las naciones de la antig�edad, los n�meros fueron acreditados wi Los poderes especiales, como todos los que han estudiado filosof�a griega saben. Pit�goras descans� el universo entero en n�mero. Esta teor�a, en la que hasta cierto punto fue seguido por Plat�n, parece haberse derivado de fuentes asirias, si no babil�nicas. As�, Lenormant, en 'La Magic', da un di�logo entre Hea y su hijo Hilgq-mulu-qi. Todo depende de saber "el n�mero". � Se puede notar, al referirse a esto, que en los bajorrelieves que representan una fiesta del palacio de Asshurbanipal, los invitados est�n sentados en un desorden de cuatro peque�as mesas redondas. Si, como es probable, todos estos j�venes cadetes en la corte de Babilonia se sentaban en presencia real, tendr�an una mesa para ellos, y as� la peculiaridad de su comida no ser�a patente para toda la compa��a. Si el n�mero de amigos hubiera sido mayor, habr�an sido conspicuos: si hubieran sido menos, habr�an sido observados por los agregados para completar el n�mero. Su solicitud de que se les asignara comer solo pulso y beber solo agua, no ten�a, como ya hemos dicho, nada necesariamente del ascetismo de los esenios. Ellos, los esenios, comenzaron con Daniel y sus amigos. Maim�nides nos dice que hab�a tres tipos de z?r?nim: tbu'ah, "cultivos", trigo, cebada, mijo, etc .; gatonith, "peque�os cultivos", guisantes, frijoles, lentejas; geenah, "semillas de jard�n", como menta, an�s y comino. Las versiones en ingl�s y la Septuaginta est�n de acuerdo con respecto a la segunda de estas clases como se pretende aqu�. Hay que decir que las semillas son la forma m�s nutritiva de la dieta vegetal. Aben Ezra sugiere "arroz" como las semillas utilizadas para este prop�sito; pero como, como en todos los climas c�lidos, las verduras y frutas de todo tipo se consumieron en gran medida en Babilonia, la definici�n es innecesaria. Hasta el d�a de hoy, entre los habitantes del distrito alrededor de la antigua Babilonia, de hecho, sobre el Levante en general, las fechas y las pasas, con granos, y en la temporada de fruta fresca, forman el alimento b�sico. Daniel realmente rez� para vivir como la gente com�n.

Daniel 1:13

Entonces miren nuestros rostros ante ustedes, y el semblante de los ni�os que comen de la porci�n de la carne del rey; y como ven, traten con sus siervos. La versi�n de Septuaginta aqu� difiere considerablemente del texto masor�tico; es como sigue: "Y si nuestro semblante parece m�s abatido que (????????????? ????) esos otros j�venes que comen de la fiesta real, seg�n lo que ves bien (?????), trata con tus siervos". En el texto anterior al traductor de Septuaginta ????????? (l'phaneka), se omite "delante de ti", y en lugar de ??????? (mareh), "apariencia" se lee hsilgnE: egaugnaL ????????} (zo?aphim), y despu�s se inserta ??? (min), "desde", el signo de la comparativa, equivalente a "que". Theodotion, Jerome y la Peshitta representan con precisi�n el texto masor�tico. Contra la lectura de la Septuaginta est� el hecho de que en el Massoretic, marayeeaen se interpreta en singular, pero en Eze 15: 1-8: 10 es plural. La vocalizaci�n de tirayh, "ver�s", es arameo, y por lo tanto confirma la idea de que este cap�tulo es una traducci�n en la que el original brilla. La lectura de la Septuaginta implica que se debe poner un significado diferente en la �ltima cl�usula de la versi�n en ingl�s. Significa que, si el experimento resultara un fracaso, estaban dispuestos a sufrir cualquier castigo que el funcionario en cuesti�n considerara bueno. Tal interferencia con los arreglos del rey ser�a un crimen castigado con franjas. Aunque puede extraerse un sentido perfectamente coherente del texto detr�s de la Septuaginta, sin embargo, del hecho de que la frase, ???????? ?????????????? (zo?apheem min-hay'ladeem), aparece en el d�cimo verso y, por lo tanto, puede repetirse aqu� por accidente, definitivamente no lo preferir�amos. Adem�s, el texto masor�tico se sigue m�s naturalmente del contexto. Deje que el administrador vea el resultado del experimento despu�s de diez d�as, y, como �l lo ve, d�jelo juzgar y actuar. Daniel y sus compa�eros dejan el asunto realmente en manos de la Providencia.

Daniel 1:14

As� que les dio su consentimiento en este asunto y les prob� diez d�as. La interpretaci�n literal es: Y �l los escuch� en cuanto a este asunto, les demostr� diez d�as. La lectura de la Septuaginta es nuevamente peculiar: "Y �l los trat� de esta manera, y los prob� diez d�as". ???? no es muy diferente a ????, ni ???? muy diferente a ????, y este es todo el cambio implicado. La lectura masor�tica parece la m�s natural, pero se podr�a argumentar que esta misma naturalidad es el resultado de un esfuerzo por hacer que el hebreo fluya m�s. Pero adem�s, del hecho de que ??????. (?Asayh), imperativo del mismo verbo, precede casi de inmediato, la palabra podr�a aparecer por accidente, u otra palabra algo as� como podr�a ser mal interpretada. El consentimiento del funcionario subordinado implica, si no el consentimiento, al menos la connivencia, del superior. Como ya hemos explicado de los arreglos de una fiesta babil�nica, el plan de los j�venes hebreos podr�a llevarse a cabo m�s f�cilmente.

Daniel 1:15

Al final de diez d�as, sus rostros parec�an m�s justos y gordos en carne que todos los ni�os que comieron la porci�n de carne del rey. La Septuaginta es un poco parafr�stica y dice: "Despu�s de diez d�as, su semblante parec�a hermoso y su h�bito corporal mejor que el de los otros j�venes que comieron la carne del rey". Theodotion es dolorosamente fiel al texto masor�tico. La Peshitta traduce ??? (??b), "bueno", "justo", por sha-peera, "hermoso". Aqu� tenemos el resultado del experimento. Al final de los diez d�as, estos j�venes que hab�an vivido claramente son m�s justos y gordos que los que participaron de las delicadezas reales, un resultado que no implica nada milagroso; fue simplemente el resultado natural de vivir de alimentos adecuados al clima. La gram�tica del pasaje es peculiar; mareehem, que en lo que respecta a la forma podr�a ser plural, se interpreta con un verbo y un adjetivo en singular, pero bere?eem, "fatter", es plural. La explicaci�n es que si bien "semblante", el sustantivo, est� en singular, no es el sustantivo del adjetivo "gordo", sino "ellos" entendieron. La oraci�n no pretende afirmar que sus caras simplemente eran m�s gordas que las de los otros j�venes de su rango y circunstancias, sino que todo su cuerpo era as�. Este contraste de referencia aparece en la par�frasis de la Septuaginta. Cualquiera que mire las esculturas asirias y babil�nicas y las compare con las esculturas y pinturas de Egipto, observar� la robustez relativamente mayor de los asirios. Especialmente en los eunucos, uno no puede dejar de notar las caras redondas y las papadas de aquellos que asisten inmediatamente al rey. Entre las naciones salvajes y las semi-civilizadas, la corpulencia se considera un signo de nobleza. Los frecuentes ayunos largos, debido al fracaso de sus cultivos escasos o la dificultad de atrapar el juego, mantendr�an al salvaje salvaje libre; solo alguien que pudiera emplear los tendones y las posesiones de los dem�s estar�a seguro de estar siempre bien alimentado, en consecuencia, el hombre corpulento era indiscutiblemente el noble rico. En pa�ses semi-civilizados, como Babilonia, esto probablemente fue una supervivencia. En las esculturas, los reyes no son dif�ciles de manejar con corpulencia, pero los eunucos tienen una tendencia evidente a esto. Un rey, abstemio en s� mismo, podr�a sentir que su consecuencia aumentaba al tener como asistentes a quienes llevaban en sus personas la evidencia de cu�n bien se alimentaban los que se alimentaban en su mesa. No hay raz�n para imaginar que Nabucodonosor fuera superior a sus contempor�neos con respecto a esto. El melzar, habiendo visto as� el resultado del experimento, debe ver que, en lo que respecta a los externos, los hebreos que se alimentaban de pulso eran mejores que sus compa�eros. El per�odo de diez d�as fue corto, pero no demasiado corto para que se manifiesten efectos como los mencionados. Jephet-ibn-Ali cree que la inclinaci�n especial se infligi� a aquellos que fueron infieles o hab�an fallado en el coraje. Eso, sin embargo, es una suposici�n innecesaria.

Daniel 1:16

As� Melzar les quit� la porci�n de su foso y el vino que deb�an beber; y les dio pulso. El Massoretic tiene el art�culo aqu� antes de "Melzar", un hecho que el Autorizado no indica; el Revisado representa m�s correctamente, "el mayordomo". La versi�n de la Septuaginta no difiere mucho de la Masor�tica, solo se omite la palabra traducida "que deber�an beber"; por otro lado, tenemos el verbo ?????? (??????) en composici�n con ???? (?????????), "en su lugar," como si, en el texto antes del traductor, la memoria, que comienza mishtayhem, se haya puesto al fin de yayin, "vino", convirti�ndolo en "su vino", una construcci�n que ser�a m�s sim�trica que el presente. Solo que es dif�cil ver c�mo Ta?ath Asher podr�a convertirse en shtayhem, o viceversa. La traducci�n de la Septuaginta sugiere un texto m�s simple y m�s natural, no simplificado, por lo tanto, en general, es preferible. La cuidadosa traducci�n palabra por palabra del comienzo del verso hace que sea poco probable que el traductor parafrasee al final; c g. La palabra traducida en nuestra versi�n "as�" es realmente veeay'he, "era", y en la LXX. esto se traduce ??, "era". Theodotion est� totalmente de acuerdo con el texto masor�tico. La Peshitta llama al mayordomo ma-nitzor, y presenta la �ltima cl�usula, "y les dio semillas para comer, y agua para beber", evidentemente tomado del duod�cimo verso. El resultado del �xito del experimento es que los j�venes ya no son importunados para participar de las delicadezas del rey. El mayordomo, o el asistente que cuidaba su desorden, les suministraba pulso. Se le ocurri� a dos comentaristas, ampliamente separados el uno del otro en un momento dado, que el consentimiento del "Melzar" se obtuvo con mayor facilidad, que pod�a utilizar la abstemia de estos j�venes hebreos para su propio beneficio privado. Tanto Jephet-ibn-Ali a principios del siglo XI, como Ewald a mediados del siglo XIX, sostienen que el "Melzar" utiliz� para sus propios fines, posiblemente vendido, la porci�n de comida y vino que abjuraron los j�venes hebreos. Ciertamente, el verbo nasa significa levantar y transportar, y sugiere que todos los d�as las porciones de comida y vino se llevaban primero a la mesa de estos hebreos, y luego, despu�s de haber sido colocadas delante de ellos, se retiraban y se les llevaba el pulso. Cuando lo pensamos, alg�n proceso de este tipo deber�a tener lugar. Si se hubiera observado que una mesa nunca recibi� una porci�n de la mesa del rey, podr�a haber habido comentarios, y el "Melzar" habr�a ca�do en desgracia con su soberano, y los j�venes hebreos posiblemente habr�an compartido su desgracia. . En cuanto a c�mo se desecharon las porciones as� retenidas, no necesitamos ser curiosos; Sin duda, habr�a muchos demandantes para las victorias rotas de la mesa del Rey de Babilonia, sin acusar al "Melzar" de motivos deshonestos. El hecho de que los verbos est�n en participio implica que, en adelante, el h�bito habitual del "Melzar" era eliminar antes de la gira a los amigos de las delicias reales y suministrarles pulso. Ya nos hemos referido a la palabra utilizada para "pulso"; aqu� est� zayroneem, mientras que en el duod�cimo verso es zayroeem. No es imposible en el verso ante nosotros tenemos otro caso del arameo original que brilla a trav�s de la traducci�n; en la Peshitta la palabra es zer'oona, ver palabra aramea. Cualquiera que sea la palabra, parece cierto que originalmente era la misma en ambos lugares, ya que en ninguna de las versiones hay alguna variaci�n. No es tan imposible que originalmente la vocalizaci�n fuera diferente, y que la palabra era la palabra ordinaria zer??im, "semillas". Esta ciertamente es la traducci�n de Theodotion.

Daniel 1:17

En cuanto a estos cuatro ni�os, Dios les dio conocimiento y habilidad en todo aprendizaje y sabidur�a: y Daniel ten�a entendimiento en todas las visiones y sue�os. O, como las palabras se pueden representar con mayor precisi�n, "estos muchachos, los cuatro" ( Ezequiel 1:8). Esto indica que de alguna manera se separaron en un cuaterni�n. En Ezequiel, donde ocurre una frase similar, los cuatro querubines forman un cuaterni�n de una manera muy especial. Como ya hemos visto, los asirios en una fiesta organizaron a los invitados en l�os de cuatro. Aquellos as� sentados juntos probablemente se asociar�an de alguna otra manera. En el caso de estos j�venes, que fueron invitados permanentes a la mesa del Rey de Babilonia, lo m�s probable es que est�n asociados en sus estudios desde el principio. La versi�n Septuaginta omite el n�mero, pero es pleon�stica de una manera que sugiere una fusi�n de diferentes lecturas. La interpretaci�n es: "Y a los j�venes, el Se�or les dio comprensi�n, conocimiento y sabidur�a en el arte de aprender (el arte gramatical, la gram�tica), y a Daniel les dio comprensi�n de todo tipo (en cada palabra) y en visiones, y en sue�os y en todo tipo de sabidur�a ". La omisi�n de la palabra" cuatro "y la inserci�n de dos palabras," comprensi�n "y" conocimiento ", sugieren que una de alguna manera ha tomado el lugar de la otra; puede ser que la palabra ??????? se haya le�do en lugar de ?????. El original masor�tico de la frase "habilidad en todo aprendizaje" se puede traducir literalmente como "habilidad en todo tipo de libros". Esto tiene un significado especial con respecto a los libros babilonios y asirios, que eran tabletas de arcilla incisadas cuando estaban mojadas, y quemado en permanencia. Los rollos de pergamino fueron, como vemos en Jerem�as, el material com�n para los libros entre los jud�os. Entre los egipcios, el papiro ocup� en gran medida el lugar del pergamino, por lo que el conocimiento "de todo tipo de libros" significaba "cada idioma". Es cierto que tres idiomas se utilizaron en cierta medida en Babilonia: el arameo, el idioma ordinario de negocios y diplomacia; Asirio, el idioma de la corte, el idioma en que se escribieron las historias y dedicatorias; Accadian, la vieja lengua sagrada, en la que todas las f�rmulas de adoraci�n y las formas de encantamiento hab�an sido escritas originalmente. Por el hecho de que el Rabsaces pod�a hablar hebreo cuando conversaba con Eliakim y Shebna, parecer�a que el m�rito requerido por parte de un diplom�tico implicaba el conocimiento de los idiomas de las diversas naciones sujetas al Imperio de Babilonia o que eran end�micas. "Conocimiento y destreza en todo aprendizaje y sabidur�a" parecer�a significar el curr�culum completo adecuado para que estos j�venes diplom�ticos y consejeros sabios sean capaces. Y Daniel ten�a comprensi�n en todas las visiones y sue�os. Todas las naciones de la antig�edad hicieron hincapi� en los sue�os como medios para revelar el futuro a los hombres; pero en ninguna naci�n hab�a un sistema de interpretaci�n tan elaborado como el de los babyhmianos. Lenormant ('La adivinaci�n') da una larga explicaci�n, con muchos pasajes traducidos de sus libros, de su modo de interpretar los sue�os. Las "visiones" pueden considerarse como apariencias de la naturaleza de la supuesta segunda vista entre los monta�eses escoceses. Sin embargo, puede referirse a apariencias que se consideran augurios de buena o mala fortuna. Vemos en todas las elaboradas distinciones de presagios que se nos han conservado en Lenormant solo la locura de la superstici�n; pero no podemos suponer que Daniel y sus amigos no cre�an en ellos. Se ha objetado que si Daniel y sus amigos fueran tan escrupulosos con respecto a las golosinas y. los vinos del monarca babil�nico, debido a que estaban relacionados con el culto a los �dolos, l�gicamente deber�an haberse negado a aprender estas f�rmulas supersticiosas. Pero los hombres nunca son completamente l�gicos; la vida es m�s amplia que la l�gica y, por lo tanto, siempre hay elementos que quedan fuera de nuestros c�lculos. La posesi�n incluso de la inspiraci�n divina no permitir�a que los hombres anularan los dos milenios y medio que nos separan de los d�as de Daniel. Ellos, Daniel y sus amigos, no vieron en esta supuesta ciencia de la oniromancia una mera superstici�n. A�n menos lo reconocieron como teniendo una conexi�n necesaria con las idolatr�as de Babilonia. En el siguiente cap�tulo vemos la teor�a que el mismo Daniel ten�a sobre el asunto, a saber, que Dios us� los sue�os como un medio para dar a conocer el futuro a los hombres. Nadie puede decir que se equivoc� en esto. Cuando Lutero describi� el cielo a su hijo, lo llen� con lo que ser�a m�s feliz para el ni�o; lleva al ni�o a la etapa en la que se encuentra y le dice la verdad, pero con limitaciones adecuadas a su conocimiento. �No podemos argumentar razonablemente que el gran Padre trata as� con sus hijos? Cuando est�n en el estado de conocimiento que les hace esperar que se les revele su voluntad en sue�os y presagios, entonces �l har� conocer su voluntad por sue�os. Daniel sab�a todo lo que la ciencia caldea pod�a decirle, pero vio que era limitado, que detr�s de todos los c�nones de interpretaci�n estaba la Mente Eterna, el Gran Pensador, cuyos pensamientos son cosas. En otras palabras, no reconoci� la llamada ciencia de Babilonia, su astrolog�a, sus encantamientos, sus presagios, sus interpretaciones de los sue�os tanto falsas como limitadas. Jer�nimo lo ha colocado como un paralelo, que Mois�s fue aprendido en todo el aprendizaje de los egipcios. Jerome asume "no aprendieron que podr�an seguir, sino que podr�an juzgar y condenar (convencer)". No vemos la necesidad de tal suposici�n. En su propia tierra, con toda probabilidad cre�an en la interpretaci�n de los sue�os, lo que no es improbable en presagios tambi�n en alg�n grado. Cuando llegaron a Babilonia, se encontraron con un pueblo que detuvo todo esto a una forma que ten�a una apariencia enga�osa de precisi�n cient�fica. No pod�an dejar de creer en todas estas cosas. Mucho despu�s de la �ltima fecha cr�tica de Daniel, los jud�os cre�an en presagios y sue�os. Josefo nos cuenta su propia habilidad en estos asuntos, y es a�n m�s expl�cito con respecto a la sabidur�a de los esenios con respecto al futuro. Los estudiantes del Talmud no requerir�n que se les informe sobre el ba�o-qol y otros medios por los cuales se obtuvo un conocimiento del futuro. Debemos temer suponer que Daniel no estaba tan por delante de sus contempor�neos como para no creer en la ciencia de Babilonia y, por lo tanto, esperar que �l protestara contra �l y se refugiara en adquirirlo es absurdo en �ltimo grado. Este hecho de que estos cuatro j�venes hebreos no se opongan al aprendizaje pagano es una prueba indirecta de la fecha temprana de Daniel. Si este libro hubiera sido escrito en los d�as de los Macabeos, entonces el aprendizaje de los caldeos ser�a un sin�nimo del aprendizaje de los griegos. Sabemos que, lejos del Hasideem, la parte de la cual, por hip�tesis, "Daniel" eman�, mirando favorablemente el aprendizaje del griego, lo odiaron y lo aborrecieron. Vemos en el Segundo Libro de Macabeos (2 Mac. 4:14) los sentimientos con los que consideraban a los que favorec�an los modales griegos; c�mo incluso el inocente juego de disco estaba lleno de horror para ellos, porque era griego (2 Macc 1:14); y en el primer libro con qu� horror miraban los piadosos la construcci�n de un gimnasio en Jerusal�n. Este odio a todo lo griego fue muy natural, y ciertamente fue muy evidente en su historia. Para fines comerciales ten�an que saber el idioma griego; pero el aprendizaje, la filosof�a y la literatura de Grecia habr�an sido para aquellos involucrados en la abominaci�n de la lucha macabea. �Es, entonces, imaginarse que un escritor de la �poca macabea, describiendo a un antiguo h�roe de cuyo ejemplo sus contempor�neos deb�an recibir aliento y orientaci�n, lo representar�a como celosamente adicto a la b�squeda del aprendizaje gentil, y haciendo tal progreso en el que destac� a todos los competidores? La actitud que se le atribuy� habr�a sido m�s parecida a la del rabino Akiba, quien declar� que "el aprendizaje del griego podr�a estudiarse en una hora que no fuera ni de d�a ni de noche". o como ese otro rabino, que declar� que "la traducci�n de la Escritura al griego fue un desastre para el juda�smo igual de horror que la ca�da de Jerusal�n". Escuchamos una gran cantidad de imaginaci�n hist�rica y la necesidad de aplicarla a cuestiones de Cr�tica b�blica. Seguramente las mentes deben ser extra�amente deficientes en el poder de la reconstrucci�n imaginativa que no pueden sentir la emoci�n de aborrecer todo lo extra�o que debe haber llenado a los jud�os durante la lucha de los macabeos. Si los cr�ticos solo se hubieran dado cuenta de esto, habr�an visto cu�n imposible es concebir que una novela religiosa, escrita en ese momento, destinada a provocar a los jud�os por una resistencia m�s feroz a sus opresores, deber�a representar al h�roe adquiriendo complacientemente el aprendizaje gentil, y actuando como el cortesano sumiso en el palacio del tirano.

Daniel 1:18

Ahora, al final de las arcillas que el rey hab�a dicho que deb�a traerlos, entonces el pr�ncipe de los eunucos los trajo ante Nabucodonosor. La versi�n de la Septuaginta aqu� es m�s corta y simple: "Despu�s de estos d�as, el rey orden� traerlos, y fueron tra�dos por el pr�ncipe de los eunucos". La �nica diferencia es que se lee ??????? (haayleh) en lugar de ?????? ('asher), y el maqqeph se cae. Theodotion est� muy de acuerdo con el texto masor�tico. La Peshitta tambi�n es m�s simple que el texto massoretico, aunque se basa en �l: "Y despu�s de completar los d�as que el rey hab�a arreglado, el jefe de los eunucos los llev� ante el rey Nabucodonosor". Tanto los textos masor�ticos como los peshitas representan al pr�ncipe de los eunucos que llevaron a los j�venes ante el rey Nabucodonosor cuando transcurri� el tiempo, sin ninguna orden del propio rey. Seg�n la Septuaginta, fue el propio rey el que exigi� que se presentaran ante �l. Parece m�s como el rey de mente activa, que debe recordar su prop�sito de examinar a estos j�venes, y ordenarles que sean tra�dos, que que el pr�ncipe de los eunucos los traiga a la tropa sin avisar a la presencia real. Tal examen, ya sea realizado por el rey personalmente, o en su presencia, o bajo su supervisi�n, necesitar�a ser preparado de pieles; algo equivalente a los ex�menes, preguntas de examen, tendr�a que ser arreglado, o la presentaci�n ante el rey ser�a una farsa. Todo esto implica que Nabucodonosor mismo arregl� el tiempo de la aparici�n de esos j�venes ante �l. Apenas podemos imaginar el asombro con el que esos j�venes cautivos debieron esperar estar ante el terrible conquistador que hab�a barrido al ej�rcito de Egipto antes que �l, y hab�a derrocado a todos los que se aventuraron a oponerse a �l, quienes hab�an enviado a sus casas a los cautivos a la multitud. Los mercados de esclavos de Babilonia. No se nos dice si cada uno se present� por separado ante Nabucodonosor, o si se present� el n�mero completo de los cadetes a la vez. Es la primera instancia de promoci�n por examen competitivo. El ojo claro y agudo del joven conquistador probablemente val�a m�s que todas las preguntas preparadas. Aunque ciertamente las palabras utilizadas parecen implicar que los rehenes fueron llamados simplemente para ser examinados, la ocasi�n puede haber sido el "sue�o" narrado en el pr�ximo cap�tulo.

Daniel 1:19

Y el rey comulg� con ellos; y entre todos ellos no se hall� ninguno como Daniel, Hanan�as, Misael y Azarish; por lo tanto, se pusieron delante del rey. La palabra traducida "comulgado" realmente significa "habl�", y es la palabra com�n para esto. La Septuaginta se traduce aqu� ????????, que significa "comuna". Theodotion representa ???????. Jerome tiene locutus; la Peshitta tiene malel; todo esto puede hacerse "hablado". Por la gran reverencia de Nabucodonosor por la religi�n nacional y por la magia nacional, podemos estar seguros de que gran parte de la conversaci�n se centrar�a en esas f�rmulas m�gicas que nos han sido preservadas en gran medida. Incluso si, como pensamos, la ocasi�n inmediata de que Daniel y sus compa�eros aparecieran ante el rey fuera su "sue�o", a�n as� no los examinar�a m�s antinaturalmente. No es improbable que este examen conversacional implique naturalmente los idiomas en los que tendr�an que dominar si pertenecieran al consejo real. Tendr�an que conocer Accadian, la lengua original de todas las f�rmulas m�gicas m�s sagradas; con asirio, el idioma en que se registraron los anales reales; y con arameo, que era, como ya hemos dicho, el lenguaje del comercio y la diplomacia. El hebreo, el idioma de los cuatro en los que estamos especialmente interesados, fue hablado, no solo por el pueblo santo, sino tambi�n por los edomitas, amonitas, moabitas y fenicios. Adem�s, Egipto era un factor que deb�a tenerse en cuenta, por lo que, como era de esperar, algunos de los funcionarios de la corte en Babilonia conocer�an la lengua de Egipto. El imperio de los hititas ciertamente hab�a fallecido, pero, probablemente, su idioma a�n era conocido y hablado por una gran cantidad de habitantes del extenso imperio de Nabucodonosor. No solo deb�an considerarse los idiomas de los pueblos al oeste de Babilonia, sino tambi�n los del este; Tambi�n estaban las lenguas arias. Si la tradici�n es correcta de que Nabucodonosor se cas� con una esposa mediana, la lengua mediana, que parece ser la misma que la de Persia, ser�a, sobre todo, importante, no se enviar�an preguntas poco probables de pol�tica y pol�tica a estos candidatos, para ver qu� dir�an. Sobre todo, en las relaciones personales, el Rey de Babilonia podr�a hacer una estimaci�n del valor real de estos j�venes. Probablemente entrar�a en gran medida de capricho, o incluso de superstici�n, en su elecci�n, pero no es improbable su fuerte pr�ctica. el sentido limitar�a su superstici�n. El resultado de este examen es eminentemente satisfactorio para los j�venes hebreos. Fueron encontrados superiores a todos sus competidores. Por eso se pusieron delante del rey. El profesor Bevan har�a que esto "se convirtiera en su asistente personal", una traducci�n muy natural. Sabemos, por las canicas de Ninevite, que el rey siempre est�, por igual en el campo de batalla, el campo de caza y la c�mara del consejo, al que asisten los eunucos. Sin embargo, puede considerarse que se refiere a los temas especiales de su estudio. Como hab�an sido admitidos en la clase de magos y astr�logos, significar�a que fueron admitidos en el n�mero de aquellos que eran magos y astr�logos reales, aquellos a quienes el rey consult�. No debe entenderse que, a pesar de que fueron admitidos en este n�mero, necesariamente fueron admitidos ante el rey en esta capacidad en ocasiones ordinarias. Ocupar�an una posici�n subordinada en la enorme jerarqu�a babil�nica. Debemos notar aqu� una variaci�n en la Septuaginta, ????, "ellos eran". Nosotros, por nuestra parte, estamos de acuerdo con el profesor Bevan, al considerar esto como un error de escritura en griego, y que el texto original probablemente era ???????. La �nica dificultad es que el error tambi�n est� en Paulus Tellensis.

Daniel 1:20

Y en todos los asuntos de sabidur�a y comprensi�n, que el rey les pregunt�, los encontr� diez veces mejores que todos los magos y astr�logos que estaban en todo su reino. La representaci�n de Septuaginta aqu� tiene una adici�n considerable, lo que realmente significa, como nos parece, la fusi�n de dos lecturas. Se lee as�: "Y en todo aprendizaje (????, una interpretaci�n literal de ?????, dabhar, 'una palabra' o 'cosa'), y conocimiento y educaci�n (???????), todo lo que el rey les pidi�, los encontr� diez veces m�s sabios que todos los sabios y eruditos en todo su reino ". Hasta ahora, el verso es una representaci�n, casi servilmente cercana, del texto masor�tico; mientras que el traductor ha reconocido que la oraci�n est� incompleta tal como est�, e insert� ?????????? y tradujo ??? (al) por ????. Pero la traducci�n contin�a: "Y el rey los honr� y los nombr� gobernantes". Esto parece haberse debido a varias lecturas. La oraci�n aqu� traducida probablemente era, en una vieja recensi�n del texto, todo lo que estaba aqu�, y alg�n escriba, al encontrarlo, lo insert� aqu� para completar la oraci�n. Sin embargo, la traducci�n contin�a a�n m�s: "Y los constituy� (?????????) m�s sabios que todos los suyos en toda su tierra y en su reino". Esta oraci�n tiene toda la apariencia de un intento de traducir al griego una parte del hebreo que el traductor entendi� de manera imperfecta. Como descubrimos que ???????????, representa ocasionalmente ????, y como la vava sir�aca y el hebreo antiguo ? ten�an una forma casi id�ntica, ???? (yod?a) podr�a leerse como ????? evidentemente el traductor ha le�do ????? (?acmeem) en lugar de ?????????? (?artummeem ), y ha transferido col al col de antes de ?artummeem a antes de la siguiente palabra, que parece haber le�do, no ?ashshapheem, sino hartzo, el pariente parece haber sido omitido, y la segunda columna," todos ". Esta gran variedad de lecturas sugiere sospechas del verso por completo, lo que el contenido del verso fortalece. Theodotion est� en estricto acuerdo con el texto masor�tico. La Peshitta tambi�n est� de acuerdo con esto en esto, pero estos llegan tarde en comparaci�n con la Septuaginta. Ha sido t�, demandado que el Libro de Daniel es una historia inspirada en la historia de Jos�, y la presencia de ?artummeem aqu� se considera como una prueba de este origen casi egipcio (ver G�nesis 41:8; �xodo 7:11, etc.). Una cosa est� clara, que la palabra, sea lo que sea, era desconocida en Alejandr�a, donde se hizo esta traducci�n; ?artummeern, como ocurri� en el Pentateuco, la primera parte del Antiguo Testamento traducido, seguramente se conocer�a: �c�mo se supo que la palabra aqu� no se conoce? Podemos entender el fen�meno si alguna palabra, probablemente de origen babil�nico, y desconocida en Egipto y Palestina, ocup� el lugar y se modific� a una forma m�s inteligible al convertirse en ?artummeem. Tal como est� el verso, ?artummeem se coloca gramaticalmente en aposici�n a la siguiente palabra, ?ashshapheem, ya que no hay conjunci�n para unir las dos palabras. El profesor Bevan reconoce que la �ltima palabra tiene un origen asirio; No es inconcebible que h [artummeem sea realmente la palabra explicativa, aunque la disposici�n de las palabras est� decididamente en contra de este punto de vista. Debe observarse aqu� que ?ashshapheem se ha naturalizado en arameo oriental, pero no ha encontrado alojamiento en occidente, salvo en Daniel. No podemos evitar sentir una peque�a sospecha de la autenticidad de este verso. Esta frase, "diez veces mejor", tiene toda la apariencia de esa exageraci�n que se convirti� en el vicio predominante del juda�smo posterior. Como hemos indicado, las variaciones con respecto a la lectura precisa profundizan esta sospecha. Sin embargo, si la referencia aqu� es realmente la revelaci�n de Daniel al rey de su sue�o, entonces la declaraci�n en el texto es menos objetable. Esta fue una haza�a tan maravillosa, y una que puso a Daniel, muchachos todos los hombres sabios de Babilonia, que el lenguaje del vers�culo que tenemos ante nosotros es m�s ret�rico que exagerado.

Daniel 1:21

Y Daniel continu� hasta el primer a�o del rey Ciro. La Septuaginta suministra ??????. Theodotion y la Peshitta est�n de acuerdo con el Massoretic. Canon Driver ha objetado que el orden cl�sico natural de las dos �ltimas palabras deber�a haber sido hammelek Koresh, no, como lo es en el massoretic, Koresh hammelek. El texto de la Septuaginta parece haber tenido parseem, lo que har�a el orden perfectamente cl�sico. Una mayor dificultad es explicar c�mo se dice que Daniel "continu�" o, si tomamos el hebreo literalmente "fue", hasta el primer a�o de "Ciro el rey", cuando en el d�cimo cap�tulo es el tercer a�o de Ciro. referido a. Hay varias formas de superar esta dificultad. La primera forma es suponer que algunas palabras han salido del texto. Sin embargo, hay diferentes ideas sobre las palabras tan perdidas. As�, Bleak suministrar�a "en gran respeto en Babilonia". Los comentaristas anteriores suministrar�an "en Babilonia", pensando que no era imposible que regresara a Palestina. Sin embargo, Jerome, uno de estos, no interfiere su sugerencia en el texto, como lo hace Ewald. Su sugerencia es que las palabras omitidas est�n "en la corte del rey", que es muy similar a la de Delitzsch "en la corte". Kranichfeld reconoce que Hitzig afirma que el autor no tuvo la intenci�n de hacer que su h�roe viviera m�s all� del a�o en que �l se refiere al primer a�o de Ciro. Sin embargo, en su comentario, Hitzig sugiere que be'sha?ar hammelek, "en la puerta del rey", se haya retirado. Ciertamente insin�a que la oraci�n, para ser completa, necesitar�a ?ayah (?????), no hayah (?????). Z�ckler proporcionar�a la misma palabra. Ciertamente, esto se puede decir de la teor�a anterior: que la oraci�n tal como est� es incompleta. El verbo hayah nunca se usa en lugar de ?ayah. Al mismo tiempo, no hay rastro en ninguna de las versiones de ninguna dificultad con respecto al texto. Otro m�todo para enfrentar la dificultad es el adoptado por Hengstenberg, seguido por Havernick, pero sugerido en el siglo XI por Jephet-ibn-Ali. Es esto: que como el primer a�o de Ciro fue el a�o en que permiti� que los jud�os regresaran a su propia alabanza, que el logro de este annus mirabilis fue un elemento en su maravillosa prosperidad, que el que hab�a llorado por los pecados de su pueblo, que hab�a sido uno de los primeros en sentir los problemas del cautiverio, deber�a vivir para ver la maldici�n eliminada, y Jud� permiti� regresar a su ciudad y templo. La objeci�n a este punto de vista, alentada por el profesor Bevan, es que el autor en otra parte "nunca alude al evento salvo indirectamente ( Daniel 9:25)". A esto se puede responder que todo el noveno cap�tulo va sobre el se supone que los setenta a�os ya han terminado y, por lo tanto, que el retorno no puede demorarse mucho. Consideramos este silencio de Daniel con respecto al regreso de Babilonia como una de las evidencias m�s fuertes de la autenticidad del libro. Todo el mundo sabe en gran medida lo que se acumula en la profec�a anterior, y lo importante que es en los d�as posteriores. Nadie que escribiera un romance religioso podr�a haber fallado en haber dado gran importancia a este evento, y presentar a Daniel como inductor de Cyrus a emitir el decreto. Por el contrario, ni siquiera lo menciona. La marea es precisamente la conducta que seguir�a un contempor�neo en la actualidad. En las biograf�as religiosas de la generaci�n pasada que involucran el a�o 1832, cuando se aprob� la Ley de Reforma, el mayor cambio pol�tico de este siglo, encontramos que la mayor�a de ellas nunca se refieren a ella. Si alguien tomara las 'Cartas' de Cowper, escritas durante la Guerra de los Estados Unidos, encontrar� relativamente pocas referencias a todo el asunto, aunque, en todo caso, de 1780 a 1783, tenemos cartas para casi todas las semanas, y ocupan casi Trescientas p�ginas. Ahora, si una persona los estuviera condensando y seleccionando pasajes de ellos, podr�a hacer f�cilmente una selecci�n que no contendr�a una sola referencia a esa guerra ni a ning�n evento pol�tico. Sin embargo, Cowper estaba interesado en la lucha que estaba ocurriendo. La principal objeci�n a la opini�n de Hengstenberg es la gramatical que implica que debemos leer ??? en lugar de ???, y no hay rastro en las versiones de esta lectura variada The LXX. tiene ??; Theodotion tiene ???????; la Peshitta tiene (ver palabra) (hu); Jerome tiene fuit. Es algo dif�cil llegar a alguna conclusi�n, pero hay ciertas cosas que debemos tener en cuenta. En primer lugar, un autor no suele contradecir sus declaraciones en otra parte directamente. Puede hacerlo impl�citamente, pero no cuando se dan fechas directas. Si no logra resolver el problema, otros se asegurar�n de hacerlo, si su trabajo alcanza la popularidad suficiente para ser comentado. Por lo tanto, podemos estar seguros de que hay una soluci�n a la aparente contradicci�n entre el vers�culo que tenemos ante nosotros y Daniel 10:1. En el siguiente lugar, debemos notar que este verso es obra del editor, probablemente tambi�n del traductor y condensador, de esta parte anterior de Daniel. Por lo tanto, la diferencia puede ser bastante explicable si pudi�ramos volver al original arameo. Si ?ad representaba? ad di ( Daniel 6:24) en arameo, y las dos �ltimas cl�usulas fueron transpuestas, deber�amos traducir, "Y Daniel era para Ciro el rey incluso antes de su primer a�o". La conexi�n es algo violento; pero si consideramos que el redactor est� pensando en el �xito de Daniel, este podr�a ser un pensamiento que se le sugiri�: estaba con Nabucodonosor y con Cyrus. La dificultad de la fecha no es importante. Eso podr�a superarse de varias maneras. Ya sea adoptando en Daniel 10:1 la lectura de la Septuaginta, que es ?????, en lugar de ?????, la �nica objeci�n a esto es que es una correcci�n que f�cilmente podr�a hacer un posible armonista; pero, por otro lado, el "tercer" a�o de la menci�n de Belsasar en el octavo cap�tulo puede haber ocasionado la inserci�n del "tercer" en el d�cimo. O, como sabemos que, aunque en su proclamaci�n Cyrus se llama a s� mismo "Rey de Babil", sin embargo, en algunas de las tablas de contrato del pedernal dos a�os de su reinado no se le llama "Rey de Babil", sino solo "rey de naciones ", y hay tablas de contratos de aquellos a�os que incluso datan de los a�os de Nabunahid, entonces, �no es posible que el tercer a�o de Ciro como" rey de las naciones "coincida con el primer a�o de su reinado como �"Rey de Babil"? A�n m�s, debemos recordar que el reinado de Cyrus podr�a contarse desde varios puntos de partida diferentes. Primero aparece como Rey de Ansan, luego se convierte en Rey de los Persas y, como tal, conquista Babilonia. Su primer a�o como Rey de Babilonia pudo haber sido su tercer a�o como Rey de Persia. Por lo tanto, ser�a igualmente cierto decir que el emperador Guillermo I. de Alemania muri� en el decimos�ptimo y en el vig�simo octavo a�o de su reinado: una declaraci�n que cuenta su reinado como emperador, la otra como rey. Ninguna soluci�n parece absolutamente satisfactoria. La dificultad presiona por igual a los cr�ticos y a quienes mantienen la opini�n tradicional.

HOMIL�TICA.

Daniel 1:1, Daniel 1:2

Retribuci�n nacional.

I. EL QUE NO SABE NADA DE DIOS PUEDE SER EL INSTRUMENTO INCONSCIENTE DE LA VOLUNTAD DIVINA. Nabucodonosor, que nunca ha o�do hablar de las profec�as hebreas, cumple sus predicciones solemnes. Esto arroja algo de luz sobre las relaciones providenciales de Dios con el mal.

1. Los motivos que incitan a un hombre malo a una acci�n pueden ser diferentes de los motivos que incitan a Dios a permitirlo. Dios puede permitir la acci�n de crueldad ego�sta porque ve que se emitir� en un justo castigo.

2. Un hombre que ignora la gu�a divina todav�a no puede ir m�s all� de lo que Dios le permite. Jerusal�n fue entregada en manos de Nabucodonosor, y solo porque este fue el caso fue el Rey de Babilonia capaz de tomarla.

3. Hay un doble permiso divino: el permiso moral, que sanciona la conducta; el permiso material, que no lo restringe visiblemente. Vemos aqu� que cuando se acuerda lo �ltimo, aunque no justifica la moralidad del agente, indica el funcionamiento final de todas las cosas juntas para la voluntad de Dios (Salmo 76:10).

II EL PECADO NACIONAL INCURRE LA RETRIBUCI�N NACIONAL. Aunque la culpa es personal y las acciones nacionales solo pueden ser el resultado de acciones individuales, a menudo sucede que los hombres hacen en su capacidad p�blica lo que evitar�an hacer en la vida privada. La resultante, tambi�n, de las acciones individuales de todos los miembros de la comunidad puede no ser una mera multiplicaci�n de esas acciones, pero, debido a su interacci�n mutua, puede ser algo muy diferente y, por lo tanto, caracter�stico de la naci�n m�s que de el individuo. Ahora, estas acciones nacionales, cuando son incorrectas, se convierten en pecados claramente nacionales e incurren en represalias nacionales, una gran caracter�stica de las cuales es que sucede en este mundo. por conducta para madurar todos sus frutos. Pero no tenemos ninguna raz�n para creer que la entidad nacional se perpet�e en la pr�xima vida. Por otro lado, la naci�n sobrevive a sus miembros individuales en la tierra, y vive de edad en edad, y por lo tanto da tiempo para que llegue la cosecha de su conducta. Es un dise�o especial de las historias en la Biblia para rastrear este proceso fuera El destino de los jud�os es solo una instancia de ello. Los mismos principios se aplican a todas las naciones.

III. LA TIERRA DE CONFIANZA QUE TIENE EL LUGAR DE DIOS EN NUESTRA FE PUEDE SER LA VERDADERA FUENTE DE NUESTRA RUINA. Contra el consejo de sus profetas, los jud�os hab�an entrado d�bilmente en una alianza con Babilonia. As� fueron arrastrados a la disputa de Babilonia con Egipto. Fara�n-Necho hab�a depuesto a Jehcahaz, el hijo de Jos�as, por su alianza babil�nica, y estableci� a Joacim en su lugar. Era natural que Nabucodonosor lanzara un golpe a Fara�n a trav�s de su d�bil vasallo, y al mismo tiempo redujera a un estado de impotencia inofensiva a las personas que hab�an sido transferidas de la protecci�n de Babilonia a la de Egipto. Si los jud�os hubieran sido fieles a su destino de aislamiento y simple confianza en Dios, la causa pol�tica de su derrocamiento nunca hubiera existido. Ning�n enemigo es m�s peligroso que el amigo que ha tomado el lugar de Dios en nuestra confianza.

IV. CUANDO SE PIERDE EL TESORO ESPIRITUAL DE LA VERDADERA RELIGI�N, LA P�RDIDA DE SUS TESOROS MATERIALES PUEDE SEGUIR COMO UN CASTIGO ENTERO. Nabucodonosor se llev� parte de los vasos sagrados del templo y se los ofreci� como bot�n a su dios. Ning�n milagro lo reprendi� como cuando, en una �poca anterior, la imagen de Dag�n fue encontrada ca�da y rota ante el arca ( 1 Samuel 5:4). [Ahora quedaba poca espiritualidad entre los jud�os para que sus vasijas sagradas tuvieran un uso real. Ya hab�an sido profanados por la maldad de la naci�n. El verdadero sacrilegio no es un saqueo pagano, sino la asociaci�n de un car�cter inmoral con la observancia de los ritos religiosos. Cuando el alma ha salido de nuestra religi�n, puede estar bien si se perturban las ordenanzas externas,

(1) para salvarnos del pecado adicional de hipocres�a; y

(2) para abrir nuestros ojos a nuestra p�rdida de los mayores tesoros espirituales, y as� preparar el camino para el arrepentimiento genuino.

HOMILIAS DE H.T. ROBJOHNS

Daniel 1:1

Administraci�n sirviendo y servida.

"Y el rey habl� a Aspenaz, el amo de sus eunucos", etc. La introducci�n tal vez deber�a aclarar la cronolog�a de Daniel 1:1; dar sucintamente la historia de la deportaci�n a Babilonia; y describa el templo de Bel, en el que se depositaron los tesoros (ver Rawlinson's 'Anc. Mon.,' 3: 343). Despu�s de esto, dos temas requieren atenci�n.

I. EL OBJETIVO DEL GOBIERNO. Nabucodonosor ten�a buen ojo para la riqueza intelectual y material. Puede haber reservas de capacidad, en su tren de cautivos. Estos deb�an ser presentados, desarrollados para el servicio p�blico. Aqu� una lecci�n sobre el objetivo del gobierno, no solo pol�tico, sino de la administraci�n en general, ya sea en la familia, la Iglesia o la naci�n.

1. Para utilizar todos los talentos; p.ej. los de los cuatro.

2. Desarrollar dones espirituales. "Lo que sea que ayude a abrir el futuro o a revelar los secretos de lo invisible se habr�a vuelto precioso en la estima babil�nica. Se supo a lo largo y ancho que las comunicaciones divinas, en forma de profec�a, hab�an sido otorgadas a la naci�n hebrea. Habitantes en Babilonia podr�a imaginar que la inspiraci�n y la profec�a eran dotaciones permanentes de este pueblo favorecido. Utilizar estas dotaciones podr�a haber sido un objeto con el rey ".

3. Conciliar sujetos. El gobierno de cualquier tipo tiene poco valor sin el elemento moral, que consiste principalmente en el amor. Una administraci�n que solo se teme tiene poco poder y menos uso. La elevaci�n de unos pocos conciliar�a a los hebreos.

4. Para mantener el coito; p.ej. a trav�s de unos pocos con muchos.

II LAS CONDICIONES DE SERVICIO. Nabucodonosor se�al� lo que ser�a necesario en estos candidatos para el servicio judicial. Son en su mayor parte las condiciones de toda ministraci�n a la riqueza p�blica, de un ministerio efectivo (no usar la palabra en un sentido oficial) en la Iglesia de Dios. Aqu� puede ser deseable distinguir entre el hecho de que un hombre sea simplemente cristiano �un creyente en el Se�or Jes�s� y ser consagrado como uno de los siervos del Se�or.

1. Condiciones intelectuales.

(1) Habilidad. "Tal como ten�a habilidad", etc.

(2) Conocimiento.

(a) Algunos conocimientos para empezar. "Astuto en el conocimiento".

(b) Capacidad en general. "Comprender la ciencia".

(c) aptitud especial, es decir; para la ciencia de Chaldee; es decir, la ciencia de los magos. "H�bil en toda sabidur�a" (ver el original de la primera parte de Daniel 1:4).

(3) Docilidad.

2. Condiciones f�sicas. "Sin mancha, pero bien favorecido". El rey, sin duda, deseaba la bondad de la persona. Tenemos que ver aqu� solo desde el punto de vista �tico, como expresi�n de car�cter y, por lo tanto, como pasaporte a la confianza de los hombres.

3. Moral y espiritual. No nombrado por el rey; pero debe ser mencionado; ilustrado y aplicado aqu�. Para estos, vea la carrera de los cuatro, pero especialmente la de Daniel. � R.

Daniel 1:5

Hero�smo moral.

"Pero Daniel se propuso en su coraz�n que no se contaminar�a" (vers�culo 8).

I. LAS VARIAS CONDICIONES DE INMORTALIDAD. La referencia es a la inmortalidad subjetiva, es decir, en los recuerdos de los hombres. La principal condici�n estable parece ser la posesi�n del poder del alma (ver Lucas 1:80; Lucas 2:40). Pero esto puede desarrollarse por s� mismo:

1. Malvadamente. La inmortalidad, entonces, es de infamia.

2. Continuamente; p.ej. Daniel, a trav�s de una larga vida.

3. Especialmente en una crisis. Estos pensamientos son sugeridos por lo poco que sabemos de los tres ni�os hebreos. Una resoluci�n heroica los hizo inmortales. Pero, �cu�nto en sus antecedentes implicaba ese hero�smo? Imagina la cultura parental del hogar de Jerusal�n, etc. La lecci�n, no vivas por la fama; pero para hacer lo que Dios puede pensar digno de ser retenido en recuerdo eterno.

II LOS ELEMENTOS DEL HEROISMO MORAL Describa la ofensa en la porci�n del rey.

(1) Alimentos prohibidos por la Ley Mosaica.

(2) Comida consagrada por presentaci�n a los �dolos. En el hero�smo moral habr� uno, o algunos, o todos estos elementos constitutivos.

1. resistencia; �l. a la tentaci�n fuerte y abrumadora. En este caso:

(1) Los tentados estaban fuera de casa.

(2) Las primeras asociaciones religiosas se hab�an desglosado. Tenga en cuenta el cambio de nombres (vers�culo 7), y la importancia de la misma.

(3) Exist�a la tentaci�n de considerar el asunto como algo insignificante, sin importancia; pero los grandes principios a menudo est�n involucrados en las trivialidades de la vida.

(4) Considerar las circunstancias como peculiares.

(5) Tener miedo de una autoafirmaci�n indebida. A Daniel le podr�a haber parecido que estaba a punto de ser justo en exceso.

(6) El acto heroico fue en contra de sus propios intereses.

(7) Y puso en peligro la vida de los dem�s.

2. Una cierta oscuridad del origen. "Propuesto en su coraz�n". La resoluci�n surgi� en las profundidades del alma, como un r�o en las colinas lejanas.

3. Fortaleza. Daniel se decidi� completa e irrevocablemente.

4. Gentileza. Sin burlas heroicas con �l; pero, habiendo decidido, combin� el suavizador en modo con el fortificador en re. "�l pidi�", etc. (vers�culo 8).

5. Perseverancia. Derrotado temporalmente con Ashpenaz, Daniel intent� con Melzar.

6. Sabidur�a. Propuso solo un experimento durante diez d�as.

7. La inspiraci�n La resoluci�n de Daniel parece haber despertado a los dem�s.

III. LAS PREVENCIONES DE DIOS. (Verso 9.) Cuando los hombres se resuelven a la derecha, pronto descubren que Dios ha ido antes que ellos para preparar el camino (Salmo 21:3).

IV. LAS SECUENCIAS DE DIOS. Es muy alentador saber que Dios se parece a nuestra vanguardia y nuestra retaguardia en nuestro camino moral. En este caso (y siempre es m�s o menos as�) las secuencias fueron:

1. Salud f�sica y vigor. No es milagroso

2. Logro intelectual y fortaleza.

3. Poder moral y espiritual. Para la prueba, ver despu�s de la historia.

4. Prosperidad e influencia continuas. (Vers�culo 21; Job 17:9.) - R.

HOMILIAS DE J.D. DAVIES

Daniel 1:1, Daniel 1:2

La decadencia de Israel.

I. LA RESPONSABILIDAD TREMENDA ALOJADA EN REYES. A veces hablamos de los monarcas orientales como portadores de un cetro irresponsable, con lo cual simplemente queremos decir que no hay un tribunal terrenal ante el cual puedan ser citados; sin embargo, en realidad, son los guardianes designados del bienestar de una naci�n y son responsables ante el Soberano supremo del cielo. La moral, la religi�n, el temperamento, los h�bitos de un monarca siempre han sido eminentemente contagiosos. Los malos resultados del vicio en un individuo privado est�n restringidos dentro de un c�rculo comparativamente estrecho. Pero la influencia de un rey se irradia en mil direcciones, como desde el v�rtice de una pir�mide. La paz o la guerra, el orden o la anarqu�a, la libertad o la esclavitud, la piedad o la impiedad, la abundancia o el hambre, en el imperio dependen en gran medida del car�cter personal del soberano. Sin un abundante suministro de sabidur�a Divina, esta posici�n elevada no debe ser envidiada. Un verdadero rey deber�a aspirar a ser eminentemente santo.

II AMPLIA OPORTUNIDAD DE ENMIENDA. Joacim hab�a heredado por naturaleza cualidades tanto malas como buenas. Para �l se hab�a incluido el malvado ejemplo de su antepasado Manas�s, y el noble patr�n de su padre Jos�as. Hab�a una gran oportunidad para tomar una decisi�n sabia, una oportunidad para detener la marea menguante de la prosperidad y evitar la ira de Jehov�. Los excelentes consejeros de su padre hab�an aconsejado, amonestado y advertido. Los profetas especiales hab�an tra�do consejo y protesta de la fuente de la sabidur�a celestial. Se asign� tiempo suficiente para la reflexi�n, la decisi�n, la enmienda. Durante tres a�os seguidos, el gran Marido visit� su vi�a y prob� la fecundidad de este �rbol real. La paciencia de Dios se mostr� ricamente. Pero a medida que el sol, la lluvia y el roc�o caen en vano sobre los desiertos arenosos de Arabia, tambi�n lo hicieron las alternancias de bondad y severidad de Dios que dejaron a Joacim impasible. Prefer�a el patrocinio de Fara�n al favor del Dios omnipotente.

III. LA IMPOTENCIA DE LAS DEFENSAS MATERIALES. Las fortificaciones materiales y las armas materiales tienen su uso. Incluso David, a pesar de su fe firme en Dios, no se enfrent� al filisteo sin su honda. Las barras y las murallas, el escudo y la espada �rida, pueden considerarse instrumentos por medio de los cuales la fe ejerce una obediencia activa; no deben convertirse en objetos para detener nuestra fe o suplantar nuestra dependencia de Dios, de lo contrario se convierten en fetiches e �dolos. Mientras los pescadores de la antig�edad se inclinaban sobre su red y quemaban incienso hasta la saciedad, muchos guerreros hoy en d�a adoran su artiller�a y sus acorazados. "Algunos conf�an en carros, y otros en caballos;" pero "Dios es nuestro refugio y fortaleza"; "En el Nombre de nuestro Dios colocaremos nuestros estandartes". La ferviente oraci�n de Ezequ�as hab�a demostrado, en a�os anteriores, una mejor protecci�n para la ciudad real que todos sus lamentos y torres. Si Dios est� de nuestro lado, la debilidad misma se convierte para nosotros en una "munici�n de rocas". Pero todas las monta�as y bastiones naturales alrededor de Jerusal�n no son m�s poderosas que una telara�a si Dios est� dispuesto contra ella. Los copos de nieve de cristal hicieron m�s trabajo mortal para Napole�n que todos los truenos de la artiller�a rusa. "El Se�or le dio a Joacim, rey de Jud�, en su mano".

IV. EL DESASTRE PARCIAL DEBE SER UNA ADVERTENCIA PR�CTICA. Una vieja leyenda romana afirma que "los dioses tienen pies de lana". Conjeturaron que, cuando sus deidades se prepararon para vengar la injusticia, se encontraron silenciosa y repentinamente con sus v�ctimas. Entonces, nuestro Dios no trata con sus s�bditos. Cuando los intereses de la justicia exigen que se inflija el flagelo del juicio, el Dios del cielo da una advertencia oportuna y repetida. "El hacha se coloca en la ra�z del �rbol", una premonici�n visible que la fatalidad espera infructuosa. Una derrota en la batalla no fue el derrocamiento final. El honor, la virtud, la dignidad, el poder, a�n podr�an salvarse. El favor de Jehov� a�n podr�a repararse. El arrepentimiento y la reforma podr�an incluso haber permanecido la puesta de sol. �Qu� pasa si algunas de las vasijas del templo de Jehov� se han convertido en el bot�n del enemigo? Su p�rdida puede repararse f�cilmente, si solo el Se�or del templo estuviera all� en Persona. Pero si la presencia real del Dios viviente ha sido retirada, los s�mbolos de las cosas celestiales tambi�n pueden seguir su partida. Las verdades simbolizadas en los muebles de este templo ahora proclamar�n, en silenciosa elocuencia, su mensaje pre�ado en tierras paganas. El Dios de Israel, que antes entreg� el arca del pacto en manos de los filisteos, ahora entreg� los vasos del santuario en manos de Nabucodonosor.

Daniel 1:3

Entrenamiento para el cargo imperial y el trabajo.

El nombre y la naturaleza de un rey no siempre est�n unidos. Joacim hab�a sido profeso un rey, pero era, en verdad, un esclavo. Daniel y sus compa�eros, aunque fueron llevados al exilio como cautivos, ten�an dentro de ellos cualidades reales, que no pod�an ser degradadas por extra�os. A medida que el agua viva de la roca de piedra se elevar� a trav�s de todo tipo de estratos, y encontrar� su camino a la superficie, as�, a trav�s de todas las adversidades, la nobleza innata har� valer su poder imperial. Si un rey falsificado se ha convertido en un cautivo, uno de los cautivos jud�os se convertir� en un verdadero rey, un verdadero hombre, a quien todas las edades admirar�n y seguir�n. Hay ante nosotros en este pasaje:

I. UNA POL�TICA REALMENTE REAL. Este Rey de Babilonia, a diferencia de la mayor�a de los monarcas orientales, no se abandon� a s� mismo con una voluptuosa facilidad. Debe haber requerido cierta fuerza de car�cter para resistir las costumbres, los precedentes y las tentaciones del lujoso palacio. Sin embargo, por asombrosa que fuera la dificultad, Nabucodonosor se elev� por encima de ella. Podemos imaginar f�cilmente la formidable variedad de prejuicios que los nobles caldeos presentar�an a esta nueva pol�tica del rey. �Acaso ese plan no era desconocido en toda la historia del imperio? �No fue una desviaci�n del camino de la prudencia cautelosa introducir extranjeros y cautivos extranjeros en los consejos de la corte?

1. Fue una pol�tica caracterizada por la sabidur�a de largo alcance. Los caldeos ya hab�an salido de un estado de barbarie y hab�an comenzado a apreciar el conocimiento y la habilidad intelectual. Hab�an aprendido a observar con precisi�n los movimientos de las estrellas. Hab�an alcanzado una habilidad considerable en arquitectura y escultura. Sab�an algo de la ciencia del gobierno. El rey era un hombre destacado en la marcha del intelecto. Sab�a que, en muchos aspectos, los hebreos sobresal�an de sus propios compatriotas. En la agricultura, en la m�sica instrumental, en la composici�n hist�rica, especialmente en la posesi�n del don de profec�a, los hebreos sosten�an la palma. Consciente de que los triunfos de la ciencia pac�fica fueron m�s nobles y m�s duraderos que las victorias marciales, Nabucodonosor busc� fortalecer y embellecer su reinado con todo el aprendizaje y el talento que pudo obtener, fue el per�odo isabelino en la historia caldea. Aunque la idea a�n no se hab�a plasmado en palabras afor�sticas, el monarca ten�a la vaga sensaci�n de que el conocimiento era poder.

2. Fue una pol�tica inspirada en el esp�ritu p�blico. En una �poca en que los soberanos orientales buscaban utilizar la maquinaria del gobierno para su propio beneficio personal, Nabucodonosor parece haberse preocupado principalmente por el bienestar de su pueblo. Cuando est�n celosos principalmente por sus altas prerrogativas, los reyes han considerado m�s seguro mantener a sus s�bditos en una condici�n de ignorancia, hasta el final podr�an rendir obediencia mec�nica y servil. Este rey caldeo era un hombre de mente m�s amplia. Se identific� con la naci�n. Su inter�s y su inter�s eran uno. Encontr� su alegr�a, no en la indulgencia personal y la obsequiosa adulaci�n, sino en el avance de la riqueza com�n. Mientras se olvidaba de s� mismo, en su deseo de elevar a la naci�n, estaba sembrando inconscientemente la semilla de la fama futura.

3. Era una pol�tica marcada por la generosidad cat�lica. Era parte de su plan eliminar las distinciones de nacionalidad entre sus s�bditos, fusionarlos todos en uno. Esta insignia de servidumbre era su deseo de borrar. �Eran netos estos hebreos tan ricos en capacidad intelectual como los caldeos? �No ten�an aptitud especial para algunas de las ciencias? �Sus beneficios y servicios no beneficiar�an a la pol�tica estatal? �Y no estar�a todo el cuerpo de exiliados m�s contento si sus nobles fueran honrados con un lugar en la corte? Esta pol�tica generosa de Nabucodonosor a�n puede servir como patr�n para nuestros gobernantes modernos. Es la mezquindad mezquina y el orgullo despreciable lo que busca reprimir las energ�as intelectuales de los hombres que nacieron bajo otros cielos.

II Un m�todo imperfecto. El m�todo que adopt� el rey fue en parte sabio y en parte imprudente. Hab�a sabidur�a en el acuerdo de que se deb�a proporcionar un mantenimiento para estos j�venes nobles. El sustento de la vida debe ser siempre el primer cuidado de los hombres; y, hasta que se satisfagan las necesidades del hambre, no se puede ahorrar tiempo ni energ�a para las investigaciones de la ciencia o la adquisici�n del aprendizaje. Pero era muy imprudente que los apetitos de estos j�venes fueran mimados con delicadezas reales. Era peligroso para la moral de estos j�venes que sus pasiones se excitaran con vino real. Muy probablemente este rey era un materialista en filosof�a, e imaginaba que las excitaciones artificiales del cerebro provocaban que la mente realizara esfuerzos m�s elevados. Este fue un error peligroso. La comida frugal, los h�bitos simples de la vida, la abstemia en la mesa, son m�s propicios para el vigor del intelecto y la tranquilidad de los sentimientos. Mucho antes de que se alcance la etapa de intoxicaci�n, los estimulantes del cerebro y los nervios provocan lesiones imperceptibles. Se produce m�s travesura por falta de pensamiento que por falta de voluntad. Adem�s, estos j�venes fueron designados por nuevos nombres. Podr�amos haber supuesto que esto se hizo para borrar las distinciones nacionales, o para mitigar los prejuicios de los nobles caldeos. Pero, en la medida en que los nombres anteriores (al menos de los mencionados) hab�an incorporado en ellos el nombre del Dios de Israel, y en la medida en que los nuevos nombres aluden a los �dolos de Caldea, es m�s probable que el orgullo religioso haya prescrito estas denominaciones. Al conferir a estos j�venes nombres que honraban a sus propias deidades, los caldeos supusieron que sus deidades corresponder�an al honor al conferir a los portadores de sus nombres una parte de su esp�ritu. Sin embargo, ser etiquetado como "santo" nunca ha servido para asegurar un naturaleza santa

III. EL M�TODO DEL REY MODIFICADO SECRETAMENTE. La suma total de la sabidur�a terrenal nunca reside en un hombre, ni siquiera en un rey. Ning�n mortal tiene el monopolio de la bondad. Daniel y sus compa�eros, aunque j�venes, ya hab�an aprendido que el autocontrol es el camino m�s seguro hacia la salud, la utilidad y la alegr�a. Una parte de nuestra naturaleza es ser cultivada; Una parte de nuestra naturaleza es ser crucificado. Toda inclinaci�n y tendencia que tenga su t�rmino en s� mismo �en autocomplacimiento o elevaci�n personal� debe ser reprimida y frenada. Se debe fomentar toda disposici�n y energ�a que tenga su t�rmino en los dem�s, especialmente en Dios. Adem�s, es muy probable que la comida provista por el rey, de alguna manera, se haya asociado con la adoraci�n de �dolos. Por esta raz�n, puede ser que se supon�a que las viandas reales pose�an alguna virtud especial. Estos siervos leales de Jehov� no consentir�an en sancionar esta creencia id�latra. Se negaron a participar en los pecados de otros hombres. Adem�s. Dios se hab�a tomado la molestia de darle a Israel instrucciones minuciosas sobre qu� animales podr�an comer y qu� carne no podr�an comer. El uso de sangre en los alimentos estaba prohibido. No deb�an comer los animales que hab�an sido estrangulados. Por lo tanto, Daniel y los dem�s estaban obligados por una lealtad anterior y superior, que hab�an resuelto no violar. No les quedaba el poder de elecci�n. En el deber de las religiones estaban obligados al Rey del cielo. "Estaban dispuestos a entregar al C�sar las cosas que eran del C�sar, pero tambi�n estaban decididos a entregar a Dios las cosas que eran de Dios". A menudo podemos obtener, mediante una solicitud conciliatoria, lo que no podemos obtener por una demanda imperiosa. La modestia de deportaci�n es una gracia peculiarmente apropiada para los j�venes. Es una estimaci�n falsa de la dignidad cuando los hombres suponen que deben ser asertivos, arrogantes e inflexibles. La bondad persuasiva empu�a el cetro m�s poderoso. "Los mansos heredar�n la tierra." La dulce amabilidad en Daniel se mezcl� con un principio firme, ya que las exquisitas fechas adornan la majestuosa palma. Muy probablemente Daniel hab�a resuelto t�citamente no violar su conciencia, sin importar lo que el pr�ncipe de los eunucos pudiera instar. Pero al principio intentar�a tomar medidas m�s suaves. No derrotar�a sus propios fines con un discurso precipitado. Las palabras, una vez pronunciadas, no se recuerdan f�cilmente. Las excelencias de Daniel ya le hab�an ganado un lugar en el coraz�n de este chambel�n, y la influencia sobre este oficial que Daniel hab�a ganado virtualmente se us� tanto para sus compa�eros como para �l mismo. Los frutos de nuestra bondad, otros lo comparten. No podemos vivir completamente por nosotros mismos. La raza humana es un cuerpo org�nico, cuyas diversas partes est�n unidas por ligamentos de servicio mutuo e inter�s rec�proco.

IV. LA OPERACI�N DEL TEMOR DE LOS PESCADOS. Este funcionario del palacio nos parece un hombre apacible y apacible, pero esclavo de la rutina formal. La m�xima de su vida fue esta: lo que ha sido desde tiempos inmemoriales debe continuar en el mundo sin fin. Presumir de ofrecer una sugerencia a su maestro real era un delito que rayaba en la traici�n. Nunca se le hab�a ocurrido cuestionar la sabidur�a de reyes y chambelanes anteriores. Por supuesto, las viandas procedentes de la despensa real, y consagradas a los dioses, deben alimentar y vitalizar los cerebros humanos. Ser�a una gran impiedad dudarlo. De modo que los hombres transmiten creencias y costumbres de edad en edad, sin ponerlas a prueba de utilidad pr�ctica. Sus negocios se ejecutan a diario en un ritmo estrecho, y se convierten tan completamente en las criaturas del h�bito que todas las energ�as de la mente quedan adormecidas en un sue�o sin gloria. "Y mucho menos" es uno de sus refranes f�ciles; olvidando que hay un "mejor" y un "mejor". Este pr�ncipe subordinado no intenta razonar sobre los m�ritos del caso. No est� dispuesto a tolerar en estos j�venes hebreos el ejercicio de la inteligencia, el juicio o la conciencia. De inmediato, piensa exclusivamente en el efecto nocivo sobre s� mismo: "Temo a mi se�or el rey". Si hubiera argumentado que ten�a un deber para con el rey, obligaci�n que deb�a cumplir, habr�a habido un elemento de nobleza en su actitud. O si hubiera mostrado ansiedad por el riesgo de p�rdida que corr�an estos j�venes, habr�a sido encomiable. Pero este miedo por s� mismo es malo y despreciable. De hecho, el servicio que se hab�a comprometido a realizar era m�s all� de su poder para llevarlo a cabo sin el consentimiento de estos mismos j�venes. Este chambel�n podr�a haber extendido la mesa de los estudiantes con la comida y el vino prescritos, pero ning�n poder humano podr�a haber obligado a estos j�venes a participar. Con la difusi�n de la comida peri�dica, el deber del chambel�n habr�a terminado adecuadamente; pero se enfrent� a una dificultad que no se esperaba, y mostr� la debilidad de su personaje al ceder al miedo ego�sta. Si descubri� que su maestro real requer�a de �l un servicio irrazonable o imposible, seguramente podr�a haber pedido a su soberano que lo relevara de ese cargo y lo pusiera en otra posici�n. La p�rdida de la estaci�n oficial no es necesariamente una desgracia: a menudo es un honor. Un buen hombre necesita temer a nadie m�s que a Dios.

"Temedlo, santos, y entonces lo har�s

No tengo nada m�s que temer ".

V. EL EXPERIMENTO PROPUESTO. Daniel propuso f�cilmente un plan que podr�a calmar los temores del chambel�n. Sugiere que se haga un experimento solo durante diez d�as, durante los cuales �l y sus camaradas deben hacer dieta con alimentos vegetales y agua.

1. Fue una sugerencia razonable. La cuesti�n en cuesti�n era una que podr�a someterse a prueba de demostraci�n pr�ctica, y la controversia se salvar�a con tal apelaci�n. Una hora de experimento es m�s fruct�fera que a�os de razonamiento especulativo. El ojo no siempre es un �rbitro seguro. Ning�n �rgano se enga�a tan f�cilmente. Pero en este caso el ojo era un juez competente. Se instituy� una competencia entre autocomplacencia y autocontrol. La virtud de lo abstemio fue puesta a prueba, y hacemos bien en notar el resultado.

2. Tampoco podemos cerrar los ojos al hecho de que Daniel consideraba esta abstinencia como una rama del deber religioso. Ning�n departamento de nuestra vida diaria est� m�s all� del alcance de la conciencia. A medida que cada rayo de sol y cada copo de nieve, contribuye con su cuota a la cosecha oto�al; as�, cada acto en la vida de un hombre, incluso el m�s trivial, produce su efecto sobre su naturaleza interior: contribuye a su nobleza o a su degradaci�n. Hay ocasiones en que los hombres usan esta s�plica de conciencia deshonestamente. Convierten la conciencia en una m�scara para ocultar la inclinaci�n y la voluntad propia. Pero Daniel era un hombre verdadero. La transparencia del motivo era una joya que brillaba en su frente.

3. Daniel propuso esta prueba en el ejercicio de la plena confianza en Dios. Sin duda, ya hab�a demostrado en s� mismo el beneficio, f�sico y mental, de una dieta simple. Nunca, hasta ahora, hab�a sido llevado de memoria al c�rculo de una tentaci�n tan fascinante; y ahora deb�a verse si su fe en Dios soportar�a la prueba. �Si! su fe no solo era a prueba de alimentos, sino incluso a prueba de fuego. Estaba completamente seguro de que "el hombre no viv�a solo de pan, sino de toda palabra de Dios". M�s sabio que �l y m�s amable que cualquier amigo humano, con autoridad y amor combinados, decret� qu� se pod�a comer y qu� no, y Daniel sab�a que la obediencia devota asegurar�a una cierta bendici�n. "El que duda es condenado si come".

VI. OBSERVE EL RESULTADO EXITOSO. El experimento termin� favorablemente en su salud. Ambos eran "m�s justos y gordos en carne" que sus competidores. La belleza f�sica, as� como la fuerza f�sica, deben ser valoradas adecuadamente. Ambos son dones de Dios; su posesi�n deber�a despertar agradecimiento. Ambos pueden conducir al pecado. Debemos distinguir entre los apetitos naturales y los gustos depravados adquiridos. Satisfacer el apetito natural es hacer la voluntad de Dios; complacer a los antojos innecesarios es violar la autoridad divina. Existe una gran cantidad de placer derivado de una salud robusta, aunque la calidad de este placer no es la m�s alta. Hacer que el desarrollo del cuerpo �el logro de la perfecci�n f�sica� sea un estudio, durante los a�os crecientes de la juventud, es un deber religioso. La posesi�n de una salud perfecta y el disfrute que se deriva de ella est�n al alcance de los m�s pobres. Las delicadezas y afecciones que prevalecen en los palacios de m�rmol obstaculizan, en lugar de ayudar, la perfecci�n de la belleza f�sica. El simple pulso de Daniel ten�a m�s valor que las delicias del rey. El hambre real proporciona los mejores condimentos.

1. Los premios de la virtud son m�ltiples y acumulativos. La dieta frugal de Daniel trajo su propia satisfacci�n interna. Diez d�as de prueba mostraron una ventaja perceptible sobre el autocomplaciente. Esa ventaja aument� durante cada d�a siguiente, hasta que, al final de tres a�os, los resultados en salud, fuerza y ??comodidad eran incalculables. Mientras tanto, el poder de autocontrol sobre otras inclinaciones y pasiones hab�a aumentado en gran medida, y esto trajo un nuevo deleite. La conciencia de que su Dios era correcto y amable al requerir esta disciplina de los apetitos, aument� su reverencia y amor, los hizo m�s resueltos en su lealtad celestial. Sent�an que estaban en ascenso a la verdadera nobleza y honor final, cualquier oscuridad temporal que pudiera surgir. Su conocimiento creci�. Su sabidur�a madur�. Incluso los extranjeros y los rivales les rend�an verdadero respeto. Las conquistas sobre las dificultades del aprendizaje caldeo se adquirieron diariamente, y elogiaron, con alegre anticipaci�n, el enfoque de una prueba real. Mantuvieron la cabeza en alto, con una sensaci�n de grandeza viril, cuando fueron convocados a la presencia de su rey. "Mejor es el que gobierna su propio esp�ritu que el que toma una ciudad".

2. Luego, m�s all� de este �xito natural y alegr�a, hubo una recompensa especial conferida por la mano de Dios mismo. El que construy� la mente humana conoce bien las v�as por las cuales puede acceder a todas sus c�maras, y es capaz de enriquecer, iluminar y embellecer cualquier parte. Dudar de esto ser�a infidelidad. A estos cuatro j�venes Dios les dio "habilidad en todo aprendizaje y sabidur�a"; a Daniel en particular le dio inspiraci�n especial, una imaginaci�n real, poder para desentra�ar sue�os. Somos propensos a pensar que en el territorio oscuro y extra�o de la tierra de los sue�os no se conoce el reinado de la ley. Sin embargo, nos equivocamos. Cada fantasma salvaje de la mente humana es un eslab�n en la cadena de causa y efecto. Solo un poeta puede apreciar plenamente la verdadera poes�a. S�lo un hombre o! El genio imaginativo puede resolver los problemas de los sue�os. Este es un poder dado por Dios, una especie de inspiraci�n.

3. Lleg� el d�a de la manifestaci�n p�blica. Como hay muchos puntos de partida en los asuntos humanos, tambi�n hay muchos objetivos. El primero presupone y determina el segundo. "El rey entr� a ver a sus invitados hebreos". Era apropiado que lo hiciera. Cada pert de la vida humana es un per�odo de prueba: un juicio que respeta el honor o la desgracia. Aunque el final puede parecer muy lejano, esto solo parece. El final est� muy cerca. El juicio justo siempre procede. Este monarca caldeo era, en este asunto, un pr�ncipe modelo. En muchos aspectos de este evento tenemos un pron�stico sorprendente del juicio final. Con marcada condescendencia, el rey "comulg�" con estos hebreos cautivos, y fue tan imparcial en su estimaci�n que confes� p�blicamente su diligente industria y sus logros superiores. "Los encontr� diez veces mejores que todos los magos en su reino". Tal conocimiento como profesaban era real. No hicieron pretensiones a lo que estaba m�s all� de su poder. No se jactaban del acceso a los arcanos de la naturaleza o de la divina providencia realmente cerrados contra ellos. Admitieron los l�mites del conocimiento real; Confesaron las limitaciones de la mente humana. La habilidad pretendida es solo despreciable. El hombre verdaderamente grande est� tan listo para reconocer su ignorancia como su conocimiento. Solo un tonto no est� dispuesto a dar esta respuesta a muchas preguntas: "No s�".

4. La eminencia que Daniel alcanz� justamente fue permanente. La verdadera grandeza, como la roca de granito, es duradera. Los soles se pusieron Fin, los a�os iban y ven�an; reyes florecieron y cayeron; los cambios barrieron todos los imperios de Asia; pero Daniel, durante el per�odo asignado de su vida, mantuvo su poder y preeminencia. Tampoco su influencia real desapareci� con su �ltimo aliento; No fue enterrado en su tumba. Vivi�: vive todav�a. Las nobles cualidades de Daniel han reaparecido en otros, edad tras edad. La tiran�a de los monarcas, en el este y en el oeste, ha sido controlada por �l. "Estando muerto, �l todav�a habla", �pero gobierna! Su nombre se encuentra en la perla del cielo entre los m�s santos de su raza, con Samuel y con Job. En su propia persona id�ntica, ha vivido una vida continua y progresiva en una esfera superior a esta. All� �l ocupa un trono; su mano sostiene un cetro; Su cabeza est� coronada con una diadema. La voz del Alt�simo le dijo: "S� gobernante en diez ciudades". En su propia conciencia alegre, sus palabras prof�ticas se han cumplido: "Los sabios resplandecer�n como el resplandor del firmamento; y los que convierten a muchos en justicia como las estrellas por los siglos de los siglos". La evanescencia es una cualidad de lo que no vale nada, la fe es la semilla de la cual el desarrollo completo es "vida eterna". - D.

Daniel 1:8

Un noble prop�sito la ra�z del verdadero renombre.

Toda verdadera dignidad tiene su comienzo, no en la fortuna ancestral, sino en un prop�sito justo. El coraz�n es la trama de semillas de todas las obras nobles. "Mant�n tu coraz�n con toda diligencia, porque fuera de eso est�n los problemas de la vida".

I. LA COMIDA COM�N OFRECE UNA OCASI�N EN LA QUE DEFINIR O DIGNAR AL HOMBRE. Entonces se descubre el personaje. Entonces vemos, como en un espejo, si la naturaleza superior o la inferior es dominante. Algunos hombres viven solo para comer; algunos comen solo para poder vivir. Daniel deseaba evitar este extremo repentino de la buena fortuna. "Es mejor ir a la casa del luto que a la casa del banquete". Adem�s, esta participaci�n en las delicadezas reales ser�a una connivencia con la idolatr�a. "Ya sea que com�is o beb�is ... hacedlo todo para la gloria de Dios".

II LA AUTOPURIFICACI�N ES EL PROP�SITO ESTABLECIDO DE UN CORAZ�N RENOVADO. Qu� suciedad sucia es para el semblante bello, qu� �xido est� en el oro virgen, qu� holl�n hay en la nieve cristalina, tal es el pecado en el alma humana. La maldad es contaminaci�n, enfermedad, maldici�n, podredumbre. Si la autoconservaci�n es un instinto primario del hombre como miembro de la raza animal, el mantenimiento de la pureza fue originalmente un instinto del alma. Si no podemos eliminar las manchas viejas, podemos, con ayuda divina, evitar una mayor contaminaci�n. Ser puro es ser varonil, como Dios.

III. LA OPOSICI�N HUMANA PUEDE SER DESARMADA POR SOLICITUD AMABLE. El amor empu�a un cetro m�gico, y la bondad es amor pr�ctico. Si el extremo m�s alto que buscamos no se puede obtener con un solo paso, podemos ganar un paso a la vez. El peregrino cristiano no camina con botas de cinco ligas. Daniel "le pidi� al pr�ncipe de los eunucos que no se contaminase". Una petici�n tan razonable, tan inocente, se recomendaba al juicio del hombre.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Daniel 1". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/daniel-1.html. 1897.