Bible Commentaries
Daniel 3

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

Versículos 1-30

EXPOSICI�N

Daniel 3:1

LA IMAGEN DE ORO Y EL HORNO DE FUEGO.

Daniel 3:1

Nabucodonosor el rey hizo una imagen de oro, cuya altura era de tres codos de puntaje, y su anchura era de codos de aire: la instal� en la llanura de Dura, en la provincia de Babilonia. La versi�n de la Septuaginta est� llena de redundancia e interpolaci�n. "En el a�o dieciocho, el rey Nabucodonosor, que gobernaba ciudades y pa�ses, y todos los que habitaban (en ellos) sobre la tierra desde la India hasta Etiop�a, hicieron una imagen dorada; la altura de la misma ten�a sesenta codos, y la anchura de seis codos, y lo instal� en una llanura dentro del l�mite de la provincia de Babilonia. "La raz�n para traducir el l�mite de Dura", es bastante natural, porque la palabra significa algo aproximado a esto. Theodotion comienza de la misma manera, dando la fecha "el decimoctavo a�o"; el lugar es ?? ????? ??????, en cuanto al resto, est� de acuerdo con el texto de la Massoretes. La Peshitta sigue un texto que debe haber sido id�ntico con el Massoretic, como tambi�n lo hace la Vulgata. La fecha insertada en la versi�n griega es improbable. En ese momento, si tomamos la cronolog�a de 2 Reyes 25:8, Nabucodonosor estaba involucrado en el asedio de Jerusal�n. Jerusal�n estaba tomada en los diecinueve a�o de Nabucodonosor, despu�s de un asedio de dos a�os. Sin embargo, en Jeremias 52:29 se nos dice que Nabucodonosor tom� ochocientos treinta y dos cautivos en su decimoctavo a�o, y la diferencia entre la cronolog�a babil�nica y jud�a sugiere que el decimoctavo a�o de Jeremias 52:1. puede ser el decimonoveno de 2 Reyes 25:1 � Contra esto est� el hecho de que se da el mes del a�o del reinado de Nabucodonosor ( 2 Reyes 25:8), y esto implica la adopci�n del Cronolog�a babil�nica. Ciertamente no es de esperar que Nabucodonosor atraviese la larga distancia que lo separ� de su capital simplemente para erigir una estatua u obelisco. Al mismo tiempo, se nos dice (Jeremias 52:29), como hemos mencionado anteriormente, que en el a�o dieciocho de su reinado, Nabucodonosor tom� cautivas a ochocientas treinta y dos personas. Esto puede ser que envi� a estos prisioneros en un convoy, porque est� claro que un mayor n�mero de cautivos fueron capturados cuando Jerusal�n fue capturada que ochocientos treinta y dos. Pueden haber sido tomadas durante el avance del asedio, en reuniones, etc. El n�mero de prisioneros tomados en el s�ptimo a�o de Nabucodonosor no sugiere que los grandes n�meros que est�n implicados en Ezequiel habitan en el Chebar, de lo contrario podr�amos estar inclin� a considerar estas diferencias de la cronolog�a recibida como debido a un modo diferente de c�lculo. Aunque la fecha dada en Jeremias 52:29 fue la fecha de la captura de Jerusal�n, no es probable que la captura de una ciudad oscura en la regi�n monta�osa de Judea fuera un evento por el cual se dar�a una acci�n de gracias especial. La descripci�n del imperio de Nabucodonosor en la Septuaginta est� tomada de Ester 1:1. Con respecto a esta imagen, la afirmaci�n de que es "dorada" no significa que fuera de oro s�lido, al igual que el altar de oro ( N�meros 4:11) era completamente de oro ( �xodo 30:1; �xodo 37:25, �xodo 37:26); que se tratara de una "imagen" (tzelem) no implica necesariamente que fuera una estatua en forma de ser humano. En Ezequiel 16:17 hay referencias a tzalmee zakar, que naturalmente parecen ser im�genes de falo. La opini�n de Hegel ('AEsthetik') era que el obelisco era realmente una imagen de falo modificada. Si es as�, entonces las proporciones de este tzele no son extravagantes para un obelisco. Adem�s, estos n�meros, "sesenta" y "seis", son evidentemente n�meros redondos, su car�cter mnemot�cnico mantiene su lugar. Los n�meros reales pueden estar cerca del n�mero dado; en lugar de "sesenta", el n�mero real podr�a no ser mucho mayor que "cincuenta" codos, y los "seis" codos el n�mero dado como la amplitud, podr�a ser, sin enga�o intencional, siete u ocho codos. La proporci�n, en todo caso, en el caso extremo de cincuenta y ocho codos, no ser�a extraordinaria, incluso para una estatua. Puede ser una estatua dorada en una columna elevada. Se puede agregar otra nota: 6 y 60, multiplicados juntos, dan 360, el n�mero de d�as en el a�o babil�nico. La divisi�n del c�rculo en 360 grados probablemente se deba a esta divisi�n babil�nica del a�o. En la llanura de Dura. Hay varios lugares en Babilonia que pueden identificarse con esto. Si bien puede estar fuera del muro de la ciudad, este Dura tambi�n puede haber estado dentro de �l; la representaci�n de la Septuaginta favorece esto: ?? ????? ?????????, El profesor Fuller comenta que los distritos de la ciudad de Babilonia a veces tienen "Dun" como parte del nombre. Por lo tanto, "en las inscripciones de Esarhaddon, Duru-suanna-ki es la parte de Babilonia que se llama Imgur-Bel, o muro de Babilonia". Esto confirmar�a la opini�n, la de Quatremere, de que Duru estaba dentro del muro de la ciudad. Archdeacon Rose ('Comentario del orador', ad loc.) Se refiere a Oppert como haber encontrado cerca de un lugar llamado Duair el pedestal de una estatua colosal, pero no da ninguna referencia. En las llanuras fiat de Mesopotamia, este obelisco de cien pies de altura se ver�a durante casi trece millas en todas las direcciones, y el brillo de su parte superior dorada ser�a a�n m�s visible. �Cu�l fue la ocasi�n de la creaci�n de esta imagen? No tenemos medios para conjeturar siquiera. Ciertamente no fue simplemente para seducir a los jud�os nuevamente a la idolatr�a. Por la forma en que Marduk (Merodach) es glorificado en las inscripciones de Nabucodonosor, la probabilidad es que fue erigido en su honor. El obispo Wordsworth ('Com. Daniel') piensa que la estatua era del propio Nabucodonosor, y cita a Lenormant ('Manuel d'Histoire Ancienne', 1: 237, trans, 1: 486). Lenormaut, en el pasaje mencionado, cita una inscripci�n en la que Nabucodonosor se llama a s� mismo "el engendrado de Marduk". De esto Lenormant llega a la conclusi�n de que, como Cal�gula en tiempos posteriores, Nabucodonosor exigi� que se le diera adoraci�n como un Dios. Pero cuando volvemos a este mismo libro, encontramos una serie de declaraciones de un tipo similar que invalidan el �nfasis que Lenormant le dar�a a esto. �l llama a Bilit Larpanit, "la madre que me pari�"; Pecado, "quien me inspira con juicio"; Shamash, "que inspira mi cuerpo con el sentimiento de la justicia", y as� sucesivamente. Al decir que fue engendrado por Marduk, Nabucodonosor no hizo esta afirmaci�n de reclamar la posesi�n personal de las caracter�sticas de la divinidad, sino de considerarse a s� mismo como el instrumento especial y el favorito de los dioses, una postura mental muy compatible con el La humildad m�s profunda y real. Hip�lito y Jer�nimo mantienen la misma opini�n que Lenormant sobre la evidencia a priori. No hay contradicci�n entre la atribuci�n de alabanza de Nabucodonosor a Jehov� como Dios de dioses y Revelador de secretos, en Daniel 2:47, y su erecci�n de esta imagen a Merodaeh de que Jehov� era un Dios de dioses no impidi� Siendo Merodach eso tambi�n, y a�n mayor.

Daniel 3:2, Daniel 3:3

Entonces el rey Nabucodonosor envi� a reunir a los pr�ncipes, los gobernadores y los capitanes, los jueces, los tesoreros, los consejeros, los alguaciles y todos los gobernantes de las provincias, para dedicar la imagen que el rey Nabucodonosor hizo. hab�a establecido. Entonces los pr�ncipes, los gobernadores y capitanes, los jueces, los tesoreros, los consejeros, los sheriffs y todos los gobernantes de las provincias, se reunieron para dedicar la imagen que el rey Nabucodonosor hab�a establecido; y se pararon ante la imagen que Nabucodonosor hab�a creado. La Septuaginta est� muy interpolada, "Y Nabucodonosor, rey de reyes y gobernante (????????) de toda la tierra habitada (??? ?????????? ????), enviado para reunir a todas las naciones, pueblos y lenguas, gobernadores y generales, gobernantes y supervisores, ejecutores y aquellos en autoridad, de acuerdo con sus provincias, y todos en toda la tierra habitada, para llegar a la dedicaci�n de la imagen dorada que Nabucodonosor el rey hab�a establecido "La palabra que denota el" mundo habitado "se usa primero del griego mundo (Oraci�n f�nebre de Dem�stenes, ??? ????????? ?? ???????? ?????, entonces del mundo romano a diferencia del b�rbaro (Polibio, 1. 4. 6, ?? ??? ???? ?????????? ?????); en este �ltimo sentido se usa en este �ltimo sentido; = "R1">. La frase "naciones, pueblos y lenguas" es una que ocurre con gran frecuencia en Apocalipsis, y tambi�n la frase anterior, ??? ? ?? ??????????. Esto es una indicaci�n del uso que hizo el ap�stol Juan de esta versi�n de Daniel como distinta del texto masor�tico. Tambi�n se puede observar que la frase, "todo en toda la tierra habitada", se coloca como igual a " todos los gobernantes de las provincias ", lo que hace posible al menos que una lectura err�nea del texto original haya ocasionado la exageraci�n de esta cl�usula en particular. En el tercer verso el orden es diferente, y hasta cierto punto los nombres de los funcionarios tambi�n son diferentes; ???????? queda fuera, y ???????? aparece en su lugar, aunque no en el mismo lugar. Adem�s, hay personas mencionadas "de gran autoridad". Esta variaci�n puede deberse a una incertidumbre en la mente del traductor en cuanto al equivalente exacto en griego para los t�rminos arameos. Cabe se�alar que "los habitantes de toda la tierra" desaparecen de esta repetici�n. El �ltimo editor del texto griego pudo haber tenido dos versiones antes que �l, y extrajo del primero el segundo verso y del otro el tercero. La interpretaci�n de Theodotion, aunque est� m�s de acuerdo con el texto masor�tico, aunque difiere en cierta medida, parece hacer que la segunda mitad del vers�culo 2 sea explicativa de la primera, que contiene las designaciones m�s t�cnicas. En el vers�culo 3 hay un cambio en el orden de los t�rminos, como hasta cierto punto un cambio en los t�rminos. En la Peshitta hay huellas evidentes de que el traductor no hab�a entendido el significado t�cnico de los t�rminos aqu� utilizados. La lista dada es "grandes hombres poderosos: se�ores, gobernantes, Agardaei, Garabdaei, Tarabdaei, Tabathaei y todos los gobernantes de la provincia". Estos nombres misteriosos, que parecen los de las tribus, no existen en ning�n otro lado. Es singular que estas palabras, si est�n en su forma original, que ciertamente parecen ser, y en apariencia de origen persa, eran ininteligibles para una escritura en la frontera persa como m�ximo tres siglos despu�s de la fecha cr�tica de Daniel. El Imperio Partio conserv� gran parte del car�cter persa. �C�mo fue que las palabras de significado persa hab�an desaparecido all�, y todav�a se usaban, o al menos segu�an siendo inteligibles, en Palastine? La probabilidad es que los nombres hayan sufrido un cambio tan grande en el curso de la transcripci�n que su forma original ya no se pueda reconocer. La Vulgata no requiere comentarios. Los nombres de estos diferentes grados de funcionarios son (como los tenemos ahora) algunos indudablemente persas, como ahashdarpan; otros inequ�vocamente asirio, sagan pehah; y hay algunos que no tienen una etimolog�a reconocida, como tiphtaye: pero no hay ninguno que se derive del griego. Sin embargo, esta clase de palabras es precisamente la clase donde se manifestar�a la influencia del lenguaje de la naci�n gobernante militar. El hecho de que mientras el texto masor�tico tiene ocho clases de gobernantes convocados, la Septuaginta solo tiene seis, arroja una sospecha en toda la lista. La LXX; sin embargo, agrega, "todos aquellos en toda la tierra (?????? ???? ???? ??? ??????????)", que puede ser el resultado de una lectura err�nea de kol shiltoni medeenatha, o puede ser una representaci�n de la misma, refiri�ndose a las clases ya enumeradas (???????? entendido, omitiendo el rayo). En Theodotion y Jerome hay siete clases. Solo en Peshitta hay el mismo n�mero de clases que en Massoretic. La Peshitta tiene como esta primera clase rabai laeela ', utilizada en el Nuevo Testamento, e. sol. Lucas 22:4, de "capitanes principales". Es posible que rabuti, o alg�n derivado de �l, estuviera en el texto original aqu�, y esto se convirti� en el s�trapa m�s conocido. Sagan no pide comentarios; como se dijo anteriormente ( Daniel 2:48), se deriva de shakun (asirio); el equivalente hebreo aparece en Jeremias 51:23 y Ezequiel 23:6, y en otros lugares. Pe?ah tambi�n es de origen asirio, tambi�n utilizado en otras partes de la Escritura. Adargazrayya parece un compuesto de adar y gazar, "dividir". Furst har�a que esta palabra significara "astr�logos del dios Adar". El profesor Bevan la derivar�a de endarzgar, una palabra persa que significa "consejero" - "una palabra que todav�a era en uso bajo los sas�nidas. "Que la palabra ten�a alguna conexi�n con esto es refutada por el hecho de que en la Peshitta se convierte en Agardaei. Si la palabra en cuesti�n hubiera sobrevivido desde los aquem�nidas hasta los sas�nidas, su significado necesariamente ser�a conocido por el traductor peshita, cuya fecha se mantuvo entre los per�odos de estas dos dinast�as persas. Una palabra persa de la fecha en que los aquem�nidas sobrevivieron hasta la edad de los sas�nidas, debe haberse conocido en el per�odo de Partia. Una dificultad similar ocurre con respecto a la siguiente palabra, gedabrayya: el traductor sirio simplemente la ha transferido. La interpretaci�n m�s simple es que es una variaci�n de gizbarayya ( Esdras 7:21), y significa "tesoreros", que todav�a est� en uso en el sir�aco de la Peshitta, e. sol. 2 Reyes 10:22. La pregunta es complicada por el hecho de que la palabra que ocupa el mismo lugar en la lista similar en 2 Reyes 10:27 es haddabr? Cuando recurrimos a la Peshitta para ese verso, hay otra palabra, raurbona. La Septuaginta, al representar ??????, muestra que su lectura fue beabereen. Todo esto prueba cu�n completamente in�til es construir algo sobre la presencia de palabras tard�as en Daniel. La presencia de palabras tempranas de la naturaleza del caso, es m�s significativa. Las palabras antiguas e ininteligibles nunca se insertar�an en lugar de nuevas e inteligibles, aunque el proceso inverso podr�a tener lugar f�cilmente: ????????????? (dethaberayy?) generalmente se traduce como "jueces", y generalmente se deriva del Pehlevi; pero si ??? (dath) significa un "firman", un "comando" o "decreto" en arameo, entonces la barra de adici�n en persa se vuelve menos segura. Aqu�, de nuevo, el traductor de Peshitta no era consciente del significado de la palabra, y lo traduce por la misteriosa palabra tarabdaei. La �ltima clase mencionada es el Tiphta?. Este t�rmino parece omitirse en las tres versiones occidentales, al menos solo hay seis nombres de filas de gobernantes en estas versiones, y este es un s�ptimo. Por supuesto, puede ser que alg�n nombre anterior en la lista sea explicativo y se agregue m�s tarde que cuando se hicieron estas versiones. La Peshitta tiene la palabra Tabathaei, que tiene toda la apariencia de un nombre nacional. La palabra Tiphta? asume en el K'thib una forma sir�aca, que, como comentamos antes, es una indicaci�n del dialecto original del libro. A pesar de lo que el profesor Bevan ha afirmado, se puede decir algo sobre la conjetura de que est� conectado con aft?, "aconsejar". Pero en la extrema duda en la que estamos en relaci�n con el texto exacto, es algo as� como un desperdicio de hora de hacer m�s que opiniones cr�nicas. Este sentimiento de incertidumbre se incrementa por el hecho de que, como se mencion� anteriormente, las dos listas en los dos vers�culos que tenemos ante nosotros no est�n de acuerdo en las tres versiones occidentales. La lista en el vers�culo 27 pretende ser la misma que se da aqu�, y difiere mucho de ella. Todo lo que podemos suponer es que se reunieron diferentes clases de funcionarios del Imperio de Babilonia. La lectura no debe ser medeenatha, "de las provincias"; pero medeenta "de la provincia"; Los funcionarios que se reunieron eran los de la provincia de Babilonia. Mantendr�amos esto, aunque las versiones est�n en contra, porque no habr�a diferencia en el texto original sin puntos.

Daniel 3:4, Daniel 3:5

Entonces un heraldo grit� en voz alta: A ti se te orden�, oh pueblo, naciones e idiomas, que a qu� hora escuches el sonido de la corneta, flauta, arpa, saco, salterio, dulcimer y todo tipo de m�sica, caes hacia abajo y adorar la imagen dorada que Nabucodonosor el rey ha establecido. La interpretaci�n de la Septuaginta es: "Y el heraldo proclam� a las multitudes: A ustedes se les anuncia, pueblos y pa�ses, naciones y lenguas, cuando escuchen el sonido de la trompeta, la pipa, el arpa, el saco y el salterio, de coro, y de todo tipo de m�sica, que caigan y adoren la imagen dorada que cre� el rey Nabucodonosor ". Est� claro que el traductor de Septuaginta tradujo ??? como "host" y tradujo ?? como si fuera ??. La cadencia equilibrada de la siguiente cl�usula parece m�s natural, si se debe a la fuente aramea que al traductor griego. Los instrumentos musicales tambi�n est�n organizados de la misma manera cadenciada, quebrada en cierta medida por ????????. Theodotion est�, como de costumbre, m�s de acuerdo con el texto masor�tico, pero omite ????????. La Peshitta en el cuarto verso est� de acuerdo no solo palabra por palabra, sino que casi podr�amos decir s�laba por s�laba, con el texto masor�tico. En el quinto verso omite la pesanterina; en lugar de sabka, tiene kinora, que generalmente se considera el equivalente hebreo de ??????; en lugar de ????????, tiene tziphonia, lo que sugiere una etimolog�a diferente. Es cierto que Strack ('Neu Hebraische Sprache') se�ala que ? tiene tendencia a convertirse en ? antes de las s�labas con el sonido ? o al final de las palabras, pero esto no es ninguno de estos; la s�laba con ? es la primera, no la �ltima, y ??no hay sonido d o t en la palabra. Jer�nimo est� en estricto acuerdo verbal con el texto masor�tico. Tendremos que dedicar un breve recorrido a los nombres de los instrumentos musicales que ocurren aqu�. En su af�n por encontrar pruebas del origen tard�o del Libro de Daniel, de su origen en los tiempos de la dominaci�n hel�nica, karoza se deriva de ?????, que la etimolog�a est� universalmente abandonada ahora. Oh gente, naciones e idiomas. Deber�a ser m�s bien gente. El obispo Wordsworth comenta sobre la semejanza que esta frase tiene con el zar que utiliz� de la m�stica Babilonia en Apocalipsis ( Apocalipsis 13:7; Apocalipsis 17:15), y agrega que ella tambi�n "les ordena que se caigan y adorar la imagen que ella ha creado ". Con respecto al siguiente verso, las esculturas de N�nive demuestran la importancia dada a la m�sica en todas las ocasiones importantes, como la celebraci�n de un triunfo o la dedicaci�n de un templo. Los nombres de los instrumentos musicales generalmente no se conservan. Cuando los rayos del sol de la ma�ana golpearon la punta dorada del obelisco, lo m�s probable es que llegara el estallido de m�sica que servir�a como se�al para que todas las multitudes cayeran y adoraran. La imagen fue considerada como el signo del dios que representaba; recibi� la adoraci�n que significaba para �l.

Daniel 3:6

Y el que no se hunda y adore ser� arrojado la misma hora en medio de un horno de fuego ardiendo. La �nica diferencia entre la Septuaginta y el texto masor�tico es que, en lugar de representar, "se lanzar�", se pondr� en plural activo, "lo echar�n". Puede haber habido una diferencia de lectura: ????????? en lugar de ?????????. Es, quiz�s, m�s probable que sea simplemente que el traductor prefiri� esta construcci�n a la que habr�a resultado de una traducci�n m�s literal. Theodotion, la Peshitta y la Vulgata est�n de acuerdo con el Massoretic. En esa misma hora. El profesor Fuller ha sugerido que la forma en que cay� la sombra les permitir�a fijar la hora. Esto, sin embargo, est� dando un significado astron�mico exacto a lo que solo ten�a un significado ret�rico. La palabra sha?a es muy vaga; significa "tiempo" en general, significa "cualquier intervalo corto de tiempo", de unos d�as a un momento. Ser� lanzado en medio de un horno de fuego ardiendo. La palabra ??????? es de derivaci�n incierta; se encuentra en ambos dialectos del arameo. Ocurre en el Targum de pseudo-Jonathan, en la historia de la muerte de Har�n y la preservaci�n de Abraham, que parece claramente imitada de los eventos relacionados aqu�. En 'Life of Asshurbanipal' de Smith, encontramos este castigo al que recurrimos m�s de una vez, p. pp. 163, 164. El profesor Bevan sostiene, en respuesta al llamado de Lenormant a esto como prueba del conocimiento exacto del autor de los m�todos de castigo babil�nicos, que esto se deriva de Jeremias 29:22, Sedequ�as y Acab, " a quien el rey de Babilonia as� en el fuego ". Solo la acci�n implicada por el verbo ????? (qalah) no es quemar por completo, como lo implica el castigo que tenemos ante nosotros, sino la tortura m�s cruel de quemar lentamente. La palabra se usa "ma�z seco" (Le Jeremias 2:14; Jueces 5:11); se usa tambi�n para el calor de la fiebre (Salmo 38:8). No hay indicaci�n verbal de que el autor de Daniel haya sido influenciado por este pasaje.

Daniel 3:7

Por lo tanto, en ese momento, cuando toda la gente escuch� el sonido de la corneta, flauta, arpa, saco, salterio y todo tipo de m�sica, toda la gente, las naciones y los idiomas, cayeron y adoraron la imagen dorada que Nabucodonosor El rey se hab�a instalado. La Septuaginta dice: "Y en ese momento, cuando todas las naciones (gentiles) escucharon el sonido de la trompeta, la flauta y el arpa, el saco y el salterio, y cada sonido de m�sica, entonces todas las naciones (gentiles), tribus y lenguas, cayeron y adoraron la imagen dorada que Nabucodonosor el rey hab�a creado ". Las �ltimas palabras, ????????? ??????, evidentemente pertenecen al comienzo del siguiente verso. Es posible que se deba a otra lectura, pero tambi�n puede haber sido el resultado de un deseo de variaci�n. Theodotion no difiere del texto Massoretic Las dos versiones griegas est�n de acuerdo con el Massoretic al omitir ????????. La interpretaci�n de la Peshitta es: "En la hora en que las naciones escucharon la voz del cuerno, y la flauta, y la lira, (qithra), y el arpa (kinnor), y la pipa (tziphonia), y todo tipo de m�sica, todo estos pueblos, naciones y lenguas, cayeron y adoraron la imagen dorada que Nabucodonosor el rey hab�a establecido "Debe notarse que kinnor, su equivalente sem�tico, aqu� sigue de nuevo a qithra, y esa pesanterina se omite nuevamente. Jer�nimo, en oposici�n a las versiones masor�tica y griega, inserta la sinfon�a. Con respecto al texto masor�tico aqu�, como en el quinto verso, tenemos qathros en lugar del qithros del K'thib; en esto, el K'thib est� de acuerdo, como generalmente, con la forma oriental en lugar de la occidental que asume la palabra. El profesor Bevan compara el uso de ?????? aqu� con el de las inscripciones en Palmira (Vogue 15). Keil dice que Zemara se refiere solo a la canci�n; pero Furst, Gesenius y Wirier aplican la palabra a la m�sica instrumental. De hecho, puede ser cualquiera; si es un coro de voces, entonces es equivalente a ????????. Este vers�culo simplemente narra la obediencia que se hizo de inmediato y sin lugar a dudas al mando de Nabucodonosor. La obediencia de estos gentiles sirvi� para poner de manifiesto la firmeza de estos jud�os o, lo que le parece al rey y sus cortesanos, su obstinaci�n. No es imposible, su resistencia al rey fue enfatizada por su posici�n restante en medio de la multitud de esos funcionarios postrados.

Daniel 3:8

Por lo tanto, en ese momento ciertos caldeos se acercaron y acusaron a los jud�os. La Septuaginta est� en este verso m�s cerca del Massoretic que Theodotion. Este �ltimo no tiene nada que represente el ????????? ????? (kol-qobayl d'nah) del original, que aparece en nuestras versiones como "por qu�". La Septuaginta representa ????????? ??????. La Peshita tambi�n ha omitido "por qu�"; en la siguiente cl�usula es servilmente precisa, dando el giro peculiar de la frase en el original, 'achalu qartzch?n, "para devorar piezas de ellos". Ocurre en el sir�aco de Lucas 16:1; est� en el Targum de Salmo 15:3. La Vulgata no presenta puntos dignos de menci�n. Es evidente que "caldeo" se usa aqu� en su sentido �tnico de la naci�n, no en su sentido profesional como de la supuesta clase. Debemos recordar que "Caldeo" no es equivalente a "Babil�nico". Como hemos visto, los caldeos eran intrusos en Babilonia, y a ellos les pertenec�a Nabucodonosor. Era natural que los caldeos nativos, que se consideraban del mismo tipo que el rey, se opusieran a que sus derechos fueran pospuestos a un conjunto de jud�os. El hecho de que los tres amigos no sean nombrados, ni designados de ninguna manera, sino que se menciona a toda la raza jud�a, muestra que el prop�sito de estos caldeos involucraba a todo el pueblo jud�o, y que se�alaban a Sadrac, Mesac y Abednego simplemente. como casos de prueba. Su elevaci�n a posiciones de tanta confianza bien podr�a haberles causado celos.

Daniel 3:9

Hablaron y le dijeron al rey Nabucodonosor: �Oh rey, vive para siempre! T�, oh rey, has decretado que todo hombre que escuche el sonido de la corneta, flauta, arpa, saco, salterio y dulcimer, y todo tipo de m�sica, se postrar� y adorar� la imagen dorada. no se cae y adora, para que lo arrojen en medio de un horno de fuego ardiendo. Hay ciertos jud�os a quienes has puesto sobre los asuntos de la provincia de Babilonia, Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos hombres, oh rey, no te han mirado; no sirven a tus dioses, ni adoran la imagen dorada que has establecido. Las diferencias aqu� entre la Septuaginta y la Masor�tica son leves. Solo, se puede observar, que en la repetici�n del decreto al rey, ???????? no ocurre. En lugar de decir, "no sirven a tus dioses", dice "tu �dolo al que no sirven". Adem�s, la palabra is????? (?abeedath), traducida" negocio ", se omite, lo que probablemente implica la omisi�n en el texto original de ???????. La versi�n de Theodotion es considerablemente m�s breve en relaci�n con el noveno verso, ya que omite "respondi� y dijo" y "Nabucodonosor"; de lo contrario, est� m�s de acuerdo con el texto masor�tico, solo que tambi�n omite ????????. En la Peshita encontramos una variaci�n en el noveno verso; su interpretaci�n comienza: "Y dijeron a Nabucodonosor el rey". Como se mencion� anteriormente, en la lista de instrumentos se omite la pesanterina y aparece kinnor; de lo contrario, el acuerdo est� cerca con el texto masor�tico. La Vulgata est� de acuerdo con la Peshitta en su interpretaci�n del noveno verso, pero, a diferencia de la versi�n griega, inserta sinfon�a y, a diferencia de la Peshitta, inserta el salterio. En cuanto al texto arameo, lo m�s notable es el hecho de que en el K'thib, en lugar de ????????????? (sumphonia) aparece ?????????? (siphonia). El duod�cimo verso tiene esta peculiaridad, que es el �nico caso donde ????, el signo del acusativo, tan frecuente en los Targums, ocurre en arameo b�blico. En la inscripci�n en la estatua de Hadad en Sindschirli, l�nea 28, tenemos ??? (v-th-h) como signo del acensativo; Como en el caso anterior, sirve para el caso oblicuo de un pronombre. La direcci�n adulatoria con la que comienzan estos caldeos est� bastante de acuerdo con el uso oriental. El punto de la acusaci�n contra estos tres funcionarios fue que, siendo funcionarios, no confirmaron por obediencia el solemne decreto del monarca. Adem�s, si esta estatua u obelisco se erigieran a Marduk (Merodach), a quien Nabucodonosor adoraba especialmente, y a quien consideraba como su protector especial, el elemento de traici�n contra el estado podr�a estar implicado en esta negativa a rendirle el debido respeto al dios tutelar. del imperio babil�nico y su soberano. La pol�tica y la guerra de ese per�odo procedieron bajo la suposici�n de que los dioses interfirieron directamente en los asuntos de las naciones. Cualquier desaire hecho al dios nacional, como se cre�a, se vengar�a de la naci�n que hab�a sufrido que quedara impune. Convocaron a las deidades para que abandonaran las ciudades que estaban asediando, e intentaron persuadir a los habitantes de que incluso su dios estaba del lado del sitiador. As�, Senaquerib ( 2 Reyes 19:22) afirma que Jehov� debe ofenderse con Ezequ�as. y Fara�n-Necho reclam� a Jos�as que fue a la orden de Dios para luchar contra Asiria ( 2 Cr�nicas 35:21). Seg�n las nociones paganas en general, incluidos los caldeos y babilonios, alguna inadvertencia muy leve podr�a viciar un sacrificio y cambiarlo de propiciaci�n a los dioses a ofenderlos. Si una inadvertencia pudiera ser as� mal�fica, una falta de respeto mucho m�s directa como la mostrada por estos funcionarios jud�os. Pero los acusadores ponen �nfasis en otro lado del asunto. Nabucodonosor los hab�a puesto sobre los asuntos de la provincia de Babilonia; pero �l hab�a creado la imagen dorada. Por lo tanto, se insinu� un elemento de falta de respeto personal, hecho a�n m�s atroz que el elemento de ingratitud tambi�n estaba presente. Pero, �c�mo es que Daniel no se introduce en esta narrativa? �Por qu� no fue atacado en lugar de sus amigos? Se puede argumentar que esta es otra tradici�n, y que la uni�n de Daniel con los tres amigos se debe a la combinaci�n de tantos rastros que se encuentran, o se dice que se encuentran, en el Pentateuco. Pero el editor que hizo la cola de milano en el presente caso, hizo m�s que cola de milano: se presentan en varios puntos de la narrativa del cap�tulo anterior. �Por qu� no complet� su trabajo y explic� por qu� Daniel estaba ausente? Si es una obra de imaginaci�n, es necesario dar cuenta de la ausencia de Daniel; incluso si es el resultado del trabajo editorial, la ausencia de Daniel debe explicarse o explicarse. Esto presionar�a mucho en una escritura en los d�as de los Macabeos. En uno de los eventos cronol�gicos que ocurrieron, esto podr�a pasarse por alto f�cilmente, porque en ese momento todos en Babilonia sabr�an perfectamente por qu� Daniel no estaba all�. La ausencia de toda referencia a Daniel en este cap�tulo es una prueba indirecta de la antig�edad y autenticidad del libro del que forma parte. Las razones de la ausencia de Daniel se pueden imaginar f�cilmente. Podr�a haber sido enviado de servicio oficial a una provincia distante del imperio, o, aunque esto no es tan probable, su presencia en este festival podr�a no ser necesaria. Una soluci�n prosaica pero posible de la ausencia de Daniel podr�a ser una enfermedad. Si se supiera que est� incapacitado por la enfermedad para participar en cualquier funci�n p�blica, los caldeos no da�ar�an su caso al referirse a �l.

Daniel 3:13

Entonces Nabucodonosor, en su ira y furia, orden� traer a Sadrac, Mesac y Ahed-nego. Luego llevaron a estos hombres ante el rey. La Septuaginta difiere de la Massoretic en la traducci�n de ????? (?ama ') como un verbo y, por lo tanto, traduce, ???????? ????, "enfurecido de rabia". Theodotion est� de acuerdo con el Massoretic, como tambi�n el Pe-shitta, con esta diferencia, que el sir�aco repite la preposici�n, en la que Jerome lo sigue. La palabra traducida. "tra�do" presenta alguna dificultad gramatical: la palabra es ???????? (haythayoo). La forma parece activa, pero el significado es pasivo. El profesor Bevan sugiere una diferencia de vocalizaci�n. La acusaci�n de aquellos que deseaban devorar a estos consejeros jud�os fue exitosa en su objetivo inmediato. Nabucodonosor est� lleno de ira y furia contra aquellos que, habiendo sido las criaturas de su favor, a�n se hab�an atrevido a hacerlo a pesar de su autoridad. Incluso podr�a ser que su inaudita falta de cortes�a con el monarca tambi�n se considerara una descortes�a a�n m�s flagrante para el dios a cuyo honor se hab�a erigido la estatua o el pilar, y se instituy� esta fiesta dedicada. �l ordena a los criminales que lo traigan a �l. Feroz y furioso como es Nabucodonosor, fan�tico como es por la religi�n de sus padres, a�n es justo. Estos funcionarios, por irrespetuosos que hayan actuado, a�n tienen derecho a ser escuchados en su propia defensa. Son enviados por el monarca, y a su debido tiempo vienen. No es imposible que Nabucodonosor, con toda su rabia y furia, fuera lo suficientemente astuto como para ver la envidia detr�s de la acusaci�n; Es porque estos hombres son jud�os, y han sido muy avanzados, que los caldeos est�n listos para presentar acusaciones de impiedad contra ellos.

Daniel 3:14

Nabucodonosor habl�, y les dijo: �Es verdad, Sadrac, Mesac y Abednego, no serv�s a mis dioses, ni adoras la imagen dorada que he establecido? La representaci�n de la Septuaginta aqu� es: "A quien cuando �l vio, Nabucodonosor el rey les dijo: Por lo tanto, Sadrac, Mesac y Abednego, no adoren a mis dioses, asientan ante la imagen dorada que he creado, no se postran. ? " Parece haber habido una diferencia de lectura aqu�. Las primeras palabras deben haber sido le�das como ???? ?????? (behon ?aleehon), y la misteriosa palabra ???????? (hatzeda) hab�a ocupado una posici�n antes, no despu�s de ???. La palabra ????? en el aphel en sir�aco significa "mirar constantemente". Esta interpretaci�n de la palabra muestra que el traductor ten�a ante s� un documento en el que podr�an esperarse significados sirios. Theodotion presenta la �ltima cl�usula, "Si verdaderamente (?? ??????) Shadrach, Meshach y Abednego, mis dioses, ustedes no adoran, y ante la imagen dorada que he establecido, �no se postran ustedes mismos?", �Una construcci�n que muestra una seguimiento servil del arameo. El sentido aqu� es realmente el mismo que el de la versi�n autorizada. La Peshitta traduce la palabra inicial de esta �ltima porci�n del verso, "en verdad", una interpretaci�n con la que Jer�nimo est� de acuerdo. El profesor Bevan sugiere otra lectura, ??????????, seguida de Behrmann. Desafortunadamente, el significado de ???????? es muy dudoso. La representaci�n com�n es "de prop�sito establecido". As� Furst, Gesenius, Winer, entre lexic�grafos, y Bertholdt, Ewald, Aben Ezra, Wordsworth, entre comentaristas; Keil, Kliefoth, Kra-nichfeld, sostienen que significa "con malas intenciones". Tambi�n se sugiere que puede significar "en burla". No se debe pensar en la lectura sugerida por el profesor Bevan y apoyada por Behrmann; apelan a Theodotion, pero cuando esta palabra aparece en el cap�tulo anterior (vers�culo 5), Theodotion traduce ??????, lo que hace evidente que ???? (azda) no significaba "verdad" para �l. Se puede decir m�s sobre la Peshita, solo que, aunque azda parece significar "verdad", la traducci�n no es la misma en Daniel 2:5 y el verso presente. Si va a haber un cambio de lectura, es preferible lo indicado por la traducci�n de la Septuaginta. El traductor de la Septuaginta ha tenido ??? antes que �l, y no hay evidencia de que Theodotion no. El cambio en la disposici�n de las palabras es una variaci�n m�s simple que cualquier otra, y conserva la palabra en su significado sir�aco; de lo contrario, deber�amos inclinarnos por seguir a los lexic�grafos y traducir "de prop�sito determinado". Si consideramos esta palabra indicada anteriormente, entonces podemos imaginar a Nabucodonosor mirando fijamente a aquellos j�venes que se hab�an atrevido a oponerse a �l, esperando, tal vez, verlos retroceder ante su mirada, como hab�a visto a muchos de los reyes que hab�a conquistado hacer. Si esto es correcto, da un punto con el que los j�venes comienzan su respuesta en Daniel 2:16. Si tomamos la representaci�n m�s com�n, vemos la generosidad del rey. Lleno de ira y furia como est�, les dar� la oportunidad de decir que fue inadvertido que no obedecieron su decreto. Esto est� completamente confirmado por el siguiente verso. Si Nabucodonosor estaba lleno de furia por el crimen contra los dioses, tuvo cuidado de que la envidia de los caldeos no le impidiera darle a los jud�os acusados ??la oportunidad de defenderse. Esta justicia mental fue la que, a pesar de sus arrebatos de ira caprichosa, atrajo el afecto de los que le rodeaban a Nabucodonosor.

Daniel 3:15

Ahora bien, si est�n listos para que a qu� hora escuchen el sonido de la corneta, flauta, arpa, saco, salterio y dulcimer, y todo tipo de m�sica, caer�n y adorar�n la imagen que he hecho; bien: pero si no adoras, estar�s al este la misma hora en medio de un horno de fuego ardiendo; �Y qui�n es ese Dios que te librar� de mis manos? Las diferencias entre la Septuaginta y el texto masor�tico no son grandes. La �ltima cl�usula se representa, "pero si no, saber". Inserta el ep�teto "dorado" despu�s de "imagen". La inserci�n de "conocerte" hace que la oraci�n se ejecute m�s f�cilmente, pero no debe aceptarse. Aqu�, como antes, se omite "medio". Theodotion est� muy cerca del Massoretic, pero est� de acuerdo con la Septuaginta en su omisi�n de "midst" y su inserci�n de "golden". La Peshitta est� a�n m�s de acuerdo con el texto masor�tico, salvo en lo que respecta a los instrumentos musicales: la pesanterina, como en los otros casos, se omite. Parece claro a partir de esto que el festival de la dedicaci�n de este nuevo �dolo del rey de Babilonia ocup� varios d�as. Nabucodonosor, dispuesto a salvar a esos jud�os, est� dispuesto a tolerar su primer incumplimiento de su orden si, probablemente al amanecer del d�a siguiente, estaban dispuestos cuando escucharon el sonido de los instrumentos musicales para caer y adorar esta imagen dorada. que hab�a establecido para el honor de su dios. La �ltima cl�usula no parece estar en perfecta armon�a con el tono de la parte anterior del verso. No ha habido ninguna referencia en la conversaci�n que se haya informado a ning�n otro dios para explicar la demanda de Nabucodonosor: "�Qui�n es ese Dios que te librar� de mis manos?" Adem�s, al principio existe un deseo aparente de dar a estos funcionarios jud�os una forma de escape, pero en la �ltima cl�usula se expresa desprecio y enojo. El hecho es que, si bien la estructura simple de Shemitic se presta a la narraci�n directa, el lector no debe suponer que, aunque los discursos se informan en la oratio recta, ya no registran ni afirman registrar la ipsissima verba como si los discursos hubieran sido grabado en el oratio obliqua de m�s lenguas occidentales. La presunci�n es que simplemente se registran los principales responsables de la conversaci�n. Estas mismas sacudidas y saltos son en s� mismas evidencias indirectas de la verdad del documento con el que tenemos que ver. Hubiera sido f�cil insertar una pregunta y una respuesta para superar el hiato. Solo un hecho de grabaci�n ser�a independientemente de esto. La actitud mental expresada por estas �ltimas palabras de Nabucodonosor es natural para los paganos, y especialmente para los monarcas del tipo asirio. Las palabras de desaf�o de Senaquerib ( 2 Reyes 18:33) est�n en la misma l�nea, "�Alguno de los dioses de las naciones ha entregado su tierra de la mano del Rey de Asiria?" Nabucodonosor consider� la captura de Jerusal�n por sus brazos como una demostraci�n de que el Dios de Israel era inferior a los dioses de Babilonia. Para Nabucodonosor, esta creencia no contradir�a en lo m�s m�nimo su declaraci�n previa ( Daniel 2:47) de que este mismo Dios era "un Dios de dioses y un Se�or de reyes". �l podr�a ser grandioso como Revelador de secretos, pero no en el poder de entregar, ya que era claramente inferior a los dioses de Babilonia, como lo hab�an demostrado abundantemente los eventos de campa�as recientes. Es esta declaraci�n, con la idea detr�s de la imitaci�n de Jehov�, lo que le da importancia al evento narrado en este cap�tulo.

Excursus sobre los instrumentos musicales en este cap�tulo.

Se supone que los nombres de los instrumentos musicales que aparecen en los versos quinto, s�ptimo, d�cimo y decimoquinto de este cap�tulo ofrecen una prueba demostrativa de la fecha tard�a de Daniel. As�, Canon Driver, de ninguna manera un cr�tico extremo, declara que, mientras "el hebreo y el arameo permiten" una fecha tard�a, estas palabras griegas "exigen" que la fecha de Daniel se coloque tan tarde como el per�odo del poder sirio. Las palabras en cuesti�n son: qathros, pesanterina, sumphonya. El primero de ellos, ???????? (qath'ros), parece ser transferido del griego ??????? (??????), por su parecido con la forma anterior, ???????, que ocurre en Homero: podemos deducir que la palabra, si se toma prestada del Griego, fue prestado en un per�odo temprano. Canon Driver, en vista de la relaci�n entre Grecia y Babilonia, no presionar�a esta palabra como prueba de la reciente fecha de Daniel. La relaci�n entre Babilonia y Grecia fue lo suficientemente grande como para que la transmisi�n de este nombre al menos no fuera imposible. Adem�s, el profesor Whitehouse ha demostrado que la palabra probablemente se deriva del este; de hecho, se fija en Fenicia como su fuente. Debe observarse que �l sostiene que, aunque originalmente era fenicio, la forma que asume en Daniel demuestra que lleg� al autor de Daniel del griego �

La palabra puede haber sido modificada de su forma m�s antigua a su forma m�s reciente, por el bien de los lectores. Una de las sugerencias de quienes se oponen a la antig�edad del Libro de Daniel es que ??????? (kinnor) es la palabra que habr�a sido utilizada por un escritor arameo genuino de la �poca de Daniel, ya que kinnor y qitharos (o qathros) representan uno y el mismo instrumento pero, desafortunadamente para esto, en la Peshitta tenemos ambos t�rminos, uno tras otro.

Las otras palabras, ????????????, ????????, y ????????????? (pesanterin), que se supone que son equivalentes a ?????????, est�n en un pie diferente.

En primer lugar, cualquiera que haya estudiado los escritos apocal�pticos, debe ver cu�n particularmente responsables son de la interpolaci�n. Apenas hay uno que no est� en gran medida y obviamente interpolado. Nadie puede negar que esto haya sucedido. Daniel Las adiciones ap�crifas son demasiado conocidas para que cualquiera pueda mantener la opini�n opuesta. Cuando, adem�s, uno comienza a comparar el texto masor�tico con las versiones m�s antiguas, la Septuaginta, la Peshitta y la de Theodotion, vemos de inmediato que los cambios que ha sufrido el texto no se han limitado a grandes interpolaciones, sino a todas a trav�s hay palabras y frases donde las versiones difieren del texto masor�tico y entre s�. El texto, especialmente del que se ha hecho la traducci�n de la Septuaginta, debe haber presentado muchas e importantes diferencias verbales con respecto a la adoptada por los Massoretes. Incluso Theodotion, aunque su versi�n concuerda m�s estrechamente con el texto masor�tico que con la Septuaginta, difiere de �l en formas y en un grado que a veces puede explicarse solo en el supuesto de que el texto que ten�a delante no era id�ntico al adoptado por el Massoretes La suposici�n de que Theodotion ha sido alterada de la Septuaginta ha sido puesta en tela de juicio, y en algunos casos puede tener cierta apariencia de probabilidad, pero en otros casos carece de toda sombra de probabilidad. La Peshitta es otra fuente de varias lecturas. Sus variaciones son independientes de cualquiera de las otras dos versiones. En algunos cap�tulos, estas variaciones son m�s marcadas que en otros, pero en todos los casos son lo suficientemente numerosas como para hacer que cualquier palabra en particular sea altamente peligrosa. Si bien estas variaciones son conocidas y est�n documentadas, no hay seguridad de que no haya variaciones incluso antes de que los tipos de texto se separen entre s�. En un caso como este, aunque no ser�a cient�fico, debido a esta incertidumbre, proceder a cambiar el texto a lo que parece tener m�s sentido, es igualmente poco cient�fico poner un peso probatorio en las palabras individuales. , no hay palabras, en un aspecto, menos evidentes que los t�rminos musicales. Se cambian y modifican con una libertad aplicada a algunas otras cosas. As�, tenemos "cornet-a-piston" que figura tambi�n como "cornopean", dos palabras similares en sonido, del mismo significado, pero de derivaci�n muy diferente. Pasan de un pa�s a otro con mayor libertad que la mayor�a de los dem�s t�rminos. Para inferir, entonces, que el escritor de Daniel escribi� bajo la dominaci�n griega, porque ciertos t�rminos musicales griegos aparecen en el presente texto masor�tico, es temerario en extremo y, nos parece, ser�a universalmente considerado as�, si no hubiera objetar si se asume que la evidencia extra�da de ellos era indudablemente responsable. Los cr�ticos del Nuevo Testamento nos han ense�ado a sospechar lo que se llama documentos de tendencia, es decir, documentos que tienen un sesgo desmesurado hacia un lado de una controversia: existe tal cosa como un juicio de tendencia. El juicio de los cr�ticos con respecto al valor probatorio de estos t�rminos musicales es un juicio de tendencia, que deber�amos decir es a�n m�s sospechoso que el contenido de un documento de tendencia.

La historia del argumento de la supuesta presencia de t�rminos griegos en Daniel tambi�n es instructiva. El n�mero de t�rminos griegos que Hitzig y algunos cr�ticos anteriores vieron fue grande. Poco a poco tuvieron que abandonar todo menos los que figuran en la lista de instrumentos musicales aqu�. De estos, solo cuatro podr�an afirmarse como realmente griegos. Sin embargo, uno de estos ten�a que irse pronto, ????????; se mantuvo derivado de ???????. Se descubri� que esta palabra griega se derivaba realmente de una fuente oriental, probablemente asiria. A continuaci�n, Canon Driver ha reconocido que, como se indic� anteriormente, no se puede hacer mucho hincapi� en ??????? (??????), ya que es un instrumento de una fecha tan antigua en Grecia, que f�cilmente podr�a haber derivado hacia el este, el nombre y las cosas, a Babilonia El asunto se complica a�n m�s por el hecho de que la palabra, con toda probabilidad, no es griega, para empezar, sino oriental, probablemente fenicia. Con respecto a las palabras restantes (sumphonya y pesanterin), se argumenta que son de origen griego y que, aunque no se niega la relaci�n babil�nica con Grecia, el origen de estas palabras se mantiene tarde, en todo caso, en el sentido en el que aparecen en este pasaje. Por lo tanto, se declara que la pesanterina es el griego ?????????, y se dice adem�s que ????????? no es un t�rmino aplicado a los instrumentos musicales hasta tarde, Arist�teles y Teofrasto son los primeros autores que usan la palabra. Se supone que esta palabra pesanterina se deriva de ????????? por un argumento que demuestra que la letra griega ? se resuelve, pasando al arameo, a ? y; ? segundo, que ? puede cambiarse a ? y que -??? no se convierte con poca frecuencia ??? Aunque se admitan todos estos puntos, no se deduce que la pesanterina se deriva del salterio; para justificar el caso podr�a derivar "misterio" de "niebla" Mientras que ??? a veces representa -???, con mucha m�s frecuencia es simplemente el signo del plural; y aunque ?? puede ser a veces la primera mitad de ? resuelto, tambi�n representa a veces el art�culo copto ??. Si bien no es imposible que santer pueda representar las letras restantes del nombre del instrumento griego, ??????? tambi�n tiene un significado en copto; puede significar un coro: "los que cantan a un instrumento". Esto, entonces, demostrar�a que pesanterina podr�a significar aquellos cantando en acompa�amiento de los instrumentos nombrados anteriormente. Esto confirma el hecho de que en el Bajo Egipto, en la actualidad, existe un instrumento musical llamado santeer. Cuando uno recuerda la gran relaci�n que existi� entre Asiria y Egipto cuando Esarhaddon y Asshur-bani-pal se apoderaron de Egipto, el primero de los cuales frecuentemente celebr� su corte en Babilonia, que las palabras egipcias deber�an entrar en Babilonia no ser�a extraordinario. Admitimos f�cilmente que la posibilidad no es una prueba de actualidad, pero debilita la fuerza del otro argumento, que tambi�n es simplemente por la posibilidad.

Una pregunta previa tiene que resolverse antes de deducir algo del origen de esta palabra pesanteria. �Es realmente parte del texto original? En este tercer cap�tulo de Daniel hay cuatro listas distintas de lo que pretenden ser instrumentos musicales. Y estos est�n dispuestos de tal manera que el lector espera que sean id�nticos. Por lo tanto, cada uno de estos puede considerarse como manuscritos separados. Tenemos otras tres versiones antiguas, como ya se mencion�, as� como el texto masor�tico: la Septuaginta fechada alrededor de a.C. 200; Theodotion y la Peshitta, datada alrededor de a.d. 150; el texto masor�tico, que se est� arreglando en alg�n lugar sobre a.d. 600, y representado por manuscritos, el primero de los cuales es del siglo X: el Qri y el K'thib representan dos formas de lectura. De estas autoridades, la �ltima es el texto masor�tico.

Para comenzar con el texto masor�tico, lo primero que nos encuentra es que, mientras que en los versos quinto, d�cimo y decimoquinto, la palabra es ???????, en el s�ptimo verso es ???????. Esto no es tan insignificante como parece a primera vista, ya que ? y ? no parecen haberse pronunciado de la misma manera originalmente, al igual que el griego ? y ?. Pero, adem�s, es un canon de cr�tica reconocido que cuando un pasaje tiene muchas variaciones de lectura en diferentes manuscritos, eso genera una sospecha de que ha llegado del margen al texto. Esta variaci�n de ? y ? en una palabra es una instancia similar a la de varias palabras en el caso de un pasaje; una letra variable es, en el caso de una palabra, una nota que transmite sospecha.

Cuando volvemos a las versiones, encontramos que mientras que los griegos �la Septuaginta y Theodotion� lo tienen, la palabra se omite bastante de la Peshita sir�aca. Si hubiera ca�do en el texto desde el margen, lo m�s probable es que primero lo haga en las versiones griegas, y luego encuentre su camino en el texto masor�tico despu�s. Por lo tanto, el valor positivo de la evidencia de las versiones griegas es comparativamente peque�o, aunque su valor negativo es considerable. Por otro lado, la palabra no est� presente en absoluto en la Peshitta, que se origin� m�s all� de la esfera de la dominaci�n griega. Siendo ese el estado del asunto, nos aventuramos a mantener que la palabra pesanterina no pertenece al texto genuino de Daniel.

El caso contra ??????? es a�n m�s fuerte. Con respecto a esta palabra, hay una divergencia entre Q'ri y K'thib. Por lo tanto, podemos considerar esto como un caso en el que tenemos veinte manuscritos. Si ahora examinamos la evidencia provista por estos, encontraremos que la evidencia de la presencia de ??????? en el texto original es muy d�bil. En el K'thib, que representa en general el mejor texto, tenemos sumphonya solo en dos casos, en un caso tenemos siphonya, en el cuarto caso nada en absoluto. En el Q'ri tenemos tres casos de sumphonya. Cuando pasamos a los textos griegos, encontramos que la sinfon�a ocurre en la Septuaginta en dos casos, en Theodotion solo en un caso. Cuando recurrimos a la Peshitta, no tenemos ning�n caso de sumphonia, pero tenemos en todos los casos tziphonia, una forma similar a la que encontramos en el d�cimo verso en el texto masor�tico. Si, entonces, tomamos estos diversos casos juntos, y los resumimos, encontramos ocho casos de sinfon�a, cinco casos de sifon�a y siete casos de nada. Como la palabra tal como la tenemos ahora es claramente griega, la evidencia de las versiones griegas, aunque fuerte negativamente, es d�bilmente positiva. Queremos decir con esto que una palabra griega puesta en el margen podr�a deslizarse f�cilmente en el texto de la Septuaginta, y de all� en la recensi�n palestina: la Masor�tica. Adem�s, el caso contra la sumphonya se fortalece cuando comparamos los casos en que ocurre con aquellos en los que no ocurre. Si miramos el asunto a priori, los casos en los que una palabra probablemente se descartar�a es una repetici�n conversacional de dicha lista de instrumentos. Pero el caso mejor respaldado de la aparici�n de esta palabra est� en la oferta hecha por Nabucodonosor, de que si aun as� ceder�an, ser�an perdonados. La palabra en cuesti�n aparece aqu� en los dos textos representados por el Massoretic en la Septuaginta y Theodotion. No aparece en la Peshitta, su lugar est� representado por tziphonia, como dijimos anteriormente. Por otro lado, el lugar donde podr�amos encontrar m�s f�cilmente una nota marginal como la sufon�a es precisamente la �ltima aparici�n de una lista frecuente. Pero, de nuevo, el lugar donde sin duda deber�amos esperar encontrar cada palabra de una lista dada con escrupulosa exactitud, es lo que pretende ser el registro de una proclamaci�n. Pero en Theodotion la palabra en cuesti�n no est� presente en su registro de la proclamaci�n. En el s�ptimo verso, donde la proclamaci�n se repite para mostrar la obediencia que recibi�, la palabra sumphonya est� ausente en el texto masor�tico y las versiones. Adem�s, junto al registro de una proclamaci�n en la probabilidad de una repetici�n precisa de todas las palabras de dicha lista, es donde se funda un caso en esta proclamaci�n. De nuevo, este es un caso en el que no se produce sumphonya salvo en el Q'ri. Cuando los que est�n a punto de acusar a Nabucodonosor de los tres hebreos, le repitan su proclamaci�n, de acuerdo con las versiones griegas, omiten la palabra ante nosotros, de acuerdo con el K'thib y Peshitta, insertan otra palabra por completo. Para nosotros, el argumento parece concluyente de que la palabra en cuesti�n no era parte del texto original de Daniel.

No podemos dejar esta pregunta sin anunciar otros aspectos de la misma. La relaci�n entre los pueblos hel�nicos y Asiria parece haber sido considerable. Sabemos por Strabo, 13.2. 3, bajo el t�tulo de Lesbos, que Antimenidas, el hermano del poeta Alcaeus, estaba en el ej�rcito de Babilonia en el momento en que Nabucodonosor era rey. Strabo cita a Alcaeus, ??????????? ?? ????? ???????? ??????????? ???????????� "lucharon junto con los babilonios como su aliado". Los asirios pose�an Chipre, otra fuente de influencia hel�nica. Los Sarg�nides posteriores, Esarhaddon y Asshur-bani-pal, aquellos que ten�an la relaci�n m�s cercana con Babilonia, tambi�n ten�an la supremac�a en Egipto, y ahora sabemos por Flinders Petrie y otros, en las cuentas que nos han dado de sus exploraciones en Dapine. , que hab�a, antes del tiempo del poder de Babilonia, una colonia griega de anta�o. Para cumplir con esta afirmaci�n, se recomienda que las palabras en cuesti�n sean mucho m�s tard�as que la �poca de Nabucodonosor. Ciertamente, admitiremos que la primera instancia de ????????? est� en Arist�teles, pero la fecha de la palabra no debe estar limitada por su aparici�n en Arist�teles (Arist; 'Problema', 19.23. 2). Ocurre en la definici�n de un trig�n como un salterio triangular, un modo de hablar que implica que el "salterio" ya era una designaci�n relativamente com�n. No podr�amos definir un "tricordio" como un piano en el que cada nota fue producida por tres alambres de la misma longitud estirados al mismo grado de tensi�n, a menos que los pianos fueran comparativamente comunes. El hecho de que no ocurra antes se debe probablemente a que la palabra comienza posiblemente como localismo y luego se vuelve com�n en la literatura. Por lo tanto, una investigaci�n m�s cuidadosa demuestra que muchas de las frases denunciadas como americanismos recientes son antiguos provincialismos que han alcanzado un rango literario, o en todo caso un rango semi-literario, en un nuevo pa�s. Por lo tanto, a pesar de que se demostr� que psanterin es de origen griego, y que pertenece al texto original de Daniel, que es m�s que dudoso, todav�a no ser�a una gran tensi�n imaginar que el nombre y el instrumento hab�an pasado a Babilonia. antes de la fecha tradicional de Daniel.

El caso de sumphonya es a�n m�s d�bil. Incluso si se concede estar en el texto de Daniel, y adem�s es una palabra griega, no es un instrumento hasta que, en todo caso, sea una fecha mucho m�s tard�a de lo que cualquiera pretende que Daniel haya sido escrito. Sin embargo, Canon Driver pone el �nfasis principal de su argumento en el hecho de que en el pasaje que tenemos ante nosotros significa un instrumento, y desde este punto de vista es apoyado por el Sr. Bevan. Todo el �nfasis de esta declaraci�n realmente depende de un pasaje en Polibio (Polib; 26:10), en el que se alega que la palabra en cuesti�n significa un instrumento musical de alg�n tipo. La opini�n de que la palabra que tenemos ante nosotros en el pasaje significa un instrumento musical solo puede mantenerse al leer la palabra que precede a ???????? como ????????, no ????????, y en el supuesto adicional de que ???????? significa un instrumento musical, del cual no hay prueba. Es cierto que ????? significa no solo el cuerno de un animal, sino tambi�n un cuerno musical; tambi�n es cierto que ???????? es el diminutivo de ?????; pero no debe suponerse que todos los sentidos de la palabra original son retenidos por el diminutivo. Una "lanza" es el nombre dado tanto a un instrumento m�dico como a un arma utilizada por la caballer�a: de esto no se deduce que dado que "una lanceta" es un instrumento m�dico, tambi�n es un arma militar. Ciertamente, no hay ninguna instancia que respalde la afirmaci�n t, ya que alguna vez hubo tal uso. Como es natural, podr�a usarse como un cuerno para beber. Si se adopta la lectura ????????, el significado asignado a ???????? pierde incluso la plausibilidad limitada que ten�a. Esta opini�n fue presentada hace a�os por el Dr. Pusey, pero Canon Driver y el Profesor Bevan han repetido sus declaraciones explotadas sin el menor intento de responder a los contraargumentos. Si cualquier defensor de Daniel fuera culpable de algo similar, su ignorancia se burlar�a de �l y sus argumentos ser�an sacados de la corte.

Pero hay otra pregunta: �es siphonia la misma palabra que ????????? Que el m (?) pueda desaparecer y que el upsilon del griego pueda estar representado por yod en arameo, no es imposible, pero el hecho de que, por un lado, est� la palabra griega ?????, por el otro est� el Este La palabra aramea tziphonia arroja serias dudas sobre esto. Con respecto a, ck Strack declara que se intercambia ? con ? antes de que t suene, y al final de las palabras; de esto deducimos que tziphonia no se puede derivar etimol�gicamente de sumphonya. Por otro lado, siphonya puede ser f�cilmente el producto de tziphonia, a trav�s de la intervenci�n del griego ?????, y quiz�s el hebreo ???? (suph), "una ca�a". Los cambios que de otro modo ser�an imposibles se hacen posibles cuando conducen a una palabra con un sonido inteligible. Hay un verbo ????, tanto caldeo como hebreo, que, sin embargo, no parece tener una estrecha relaci�n con ????, "una ca�a", o tener ning�n significado musical. Se usa en Caldeo B�blico para el cumplimiento de una profec�a ( Daniel 4:30), en Caldeo Targumico "para tener un fin", "cesar" (Onkelos, Lev�tico 26:20). El mismo verbo con el mismo significado ocurre en sir�aco ( Lucas 9:54). Esta es una evidencia adicional de que tziphonia es la forma original de la palabra. Al transferir la palabra a Chaldee, le dieron una forma inteligible para aquellos que usaban esa lengua. Si el sir�aco fuera el idioma en el que se escribi� Daniel, entonces el significado de la palabra en ese idioma es importante. Castelli, sobre qu� autoridad no conocemos, da el significado de tzephonya, una palabra casi id�ntica a la que tenemos ante nosotros, como tibia, tuba.

En conjunto, no solo la autenticidad de la palabra es extremadamente dudosa, sino que incluso si se le garantizara que hab�a una palabra all�, no es seguro que fuera una palabra relacionada con el griego ????????. Como los asaltantes de la autenticidad de Daniel han puesto el gran �nfasis de su argumento en estas palabras y, como hemos visto, estas palabras ofrecen pruebas dudosas, podemos considerar que tenemos derecho a exigirles que abandonen su oposici�n. , o mostrar la raz�n por la que no lo hacen.

Daniel 3:16

Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron y le dijeron al rey: Nabucodonosor, no tenemos cuidado de responderte en este asunto. Si es as�, nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiente, y �l nos librar� de tu mano, oh rey. Pero si no, s�, rey, que no serviremos a tus dioses ni adoraremos la imagen dorada que has establecido. La versi�n Septuaginta difiere en varios puntos leves de la Masor�tica. "Y Sadrac, Mesac, y Abednego respondieron y le dijeron al rey Nabucodonosor, oh rey, no tenemos necesidad de responderte con respecto a este mandamiento, porque nuestro Dios en los cielos es un Se�or, a quien tememos, que puede l�branos del horno de fuego ardiente, y nos librar� de tus manos, y entonces se te manifestar� que no servimos a tus dioses, ni a la imagen dorada que has creado adoramos. "En esta versi�n nosotros Ver el decimosexto vers�culo concuerda con el masor�tico: en los siguientes vers�culos hay diferencias considerables. El traductor de Septuaginta parece haber le�do alguna parte de ??? (de?al) en lugar de ????? (pale?een). No podemos estar seguros de que ?????? representa ????, aqu�, por el hecho de que el manierismo del traductor se expresa en una preferencia por representar ????? por ??????. La Septuaginta tiene ??? ?????? en lugar de ??? ??????. No es improbable que el original fuera dual, pero el dual pr�cticamente hab�a desaparecido del griego helen�stico. Parece haber una referencia al credo del jud�o ( Deuteronomio 6:4) y a Salmo 115:3; hablar de Dios como "Dios del cielo" ocurre en el cap�tulo anterior, Salmo 115:18, y en el vers�culo 28 Daniel habla de su Dios como "en el cielo". Sin embargo, la primera parte a�n no se ha hecho poner a un lado como una adici�n. La segunda parte de esta cl�usula diferente ocurre en Theodotion, y de ella hablaremos en breve. Hay varias otras diferencias menos importantes sobre las cuales no necesitamos retrasarnos. Theodotion tiene, como la Septuaginta, ?? ????????, y al igual que la Septuaginta tiene la conexi�n encl�tica ???, en lugar de la conexi�n algo abrupta del Massoretic, aunque la frase "en los cielos" tiene el apoyo de los dos. La versi�n de Peshitta ha resultado en cierta medida del comienzo abrupto al vers�culo diecisiete como aparece en el Massoretic. La Peshitta presenta la cl�usula inicial, "nuestro Se�or es misericordioso". Como en la Septuaginta, as� en la Peshitta, la palabra ??????? (pith'gam) se toma como "decreto"; pero miltha lo precede, que debe ser traducido como "asunto del decreto". De lo contrario, no hay nada digno de atenci�n en la versi�n de Peshitta de estos vers�culos. Jerome comienza el decimos�ptimo verso con "ecce entre", que no es tanto una diferencia de lectura del Massoretic como una diferencia de interpretaci�n del Autorizado. Est� claro que la puntuaci�n masor�tica implica algo pendiente. ??? en arameo b�blico significa "si" y ???? "es", es decir, "si es as�". Uno se siente inclinado a pensar que, suprimido, hubo alguna afirmaci�n equivalente a "si es su placer". manifestando una disposici�n a someterse a la voluntad de Dios. Seg�n el Massoretic, lo que sigue afirma simplemente la capacidad de Jehov�, "nuestro Dios a quien adoramos", de liberar a sus siervos del horno de fuego ardiente, e incluso de la mano del gran rey mismo; pero no hay afirmaci�n de que los entregar�. La versi�n Septuaginta presenta un aspecto diferente, como tambi�n Theodotion y la Peshitta. La actitud mental del masor�tico es muy diferente del estado de �nimo de los �ltimos tiempos. Las versiones, salvo Jer�nimo, declaran que Dios los librar� de la mano de Nabucodonosor. Si hubieran recibido esta garant�a de Dios, en cierto sentido hab�a menos testimonio de Dios que si no lo hubieran recibido. El texto del Massoretic est� aqu� para ser preferido. Est� impl�cito tambi�n en el significado del siguiente verso. Incluso si Dios no los entreg�, su determinaci�n a�n est� fija: no adorar�n a los dioses del rey, ni adorar�n la imagen dorada que �l ha establecido. A veces parece que, incluso en nuestros d�as, deber�amos ser mejores para el advenimiento de Sadrac, Mesac y Abednego. Todav�a hay una demanda de que el pueblo de Dios adore la imagen dorada en forma de riqueza. Se nos dice que los ministros de Dios no deben denunciar los errores del mundo, para que los ricos no se ofendan. La riqueza no es la �nica forma de la imagen dorada que los hombres pueden ser llamados a adorar; El soplo de aplausos populares puede obligarlos a denunciar injustamente a los empleadores del trabajo bajo pena de ser despedidos o retenidos para ser reprobados. Lo importante no es el lado, sino el motivo; La causa de los pobres se puede defender tan injustamente como la de los ricos.

Daniel 3:19

Entonces Nabucodonosor estaba lleno de furia, y la forma de su rostro se cambi� contra Sadrac, Mesac y Abed-nego: por lo tanto, habl� y orden� que calentaran el horno una siete veces m�s de lo que se sol�a calentar. El texto de la LXX. es pr�cticamente lo mismo que el Massoretic, con solo esta excepci�n, que "uno" se omite como inadecuado para el idioma griego. Theodotion difiere m�s del Massoretic: "el horno" deb�a calentarse "siete veces, hasta que se calentara perfectamente (??? ?? ??? ????? ?????)". La Peshitta, que retiene el "uno", traduce "uno de cada siete veces", una interpretaci�n que parece tener poco sentido, ya que el idioma sir�aco es el mismo que antes. El cambio de semblante, desde el de gratificaci�n al ver a un favorito, hasta el de la ira, es un fen�meno perfectamente natural, pero posiblemente uno m�s marcado entre estas razas entonces dominante sobre el Este que entre nosotros. Ciertamente, no era antinatural que, por pagano que fuera, lleno de la creencia en el misterioso poder para bien o para mal que podr�a ejercerse sobre el imperio si alguno de los dioses se ofende, Nabucodonosor deber�a enfurecerse. El resultado es que la calma con la que hab�a hablado previamente con los tres lo abandona, y la forma de su rostro cambia, su rostro se distorsiona de rabia. Cabe se�alar, de paso, que la palabra aqu� utilizada, ish'tanni (????????????), es el �nico caso en el que ocurre el ethpael en Daniel; en todos los dem�s casos, la forma es hithpael, con ? en lugar de .? Como esto es as�, uno est� inclinado a reconocer la peculiaridad del cambio de escritura. Aqu� hay una diferencia entre Q'ri y K'thib, la �ltima lectura ishtannu, que coincide por atracci�n con anapolu, "cara", que, como en hebreo, es plural. Para expresar su ira, ordena que el horno se caliente siete veces m�s que nunca. La palabra aqu� traducida "no ser�" es realmente parte del verbo ????? (?ezuh), "ver". Behrmann lo expresa: "Siebenmal, tan duro como el hombre y el hombre, hese gesehen hatte" - "orden� que se calentara siete veces m�s que nunca". No podemos suponer que los babilonios detengan ning�n medio de medir el calor de esa cantidad; es simplemente un n�mero redondo, Hitzig comenta sobre la repetici�n de "siete", como si ayudara a suponer una presunci�n contra la autenticidad del libro. El hecho de que los babilonios reconocieran siete planetas y siete dioses de los planetas, uno para cada uno, podr�a tomarse tan f�cilmente como prueba de su autenticidad. La probabilidad es que se haya colocado vagamente muchas veces m�s combustible en el horno que nunca antes.

Daniel 3:20

Y orden� a los hombres m�s poderosos que estaban en su ej�rcito que ataran a Sadrac, Mesac y Abed-nego, y los arrojaran al horno de fuego ardiendo. La primera cl�usula podr�a expresarse m�s correctamente: "�l orden� guerreros, guerreros de poder, en su ej�rcito". Las versiones griegas suponen que la repetici�n de gubereen es equivalente a la superlativa; de ah� la LXX. lo hace ?????? ????????????; y Theodotion, ?????? ???????? ?????. La Peshitta omite los primeros gubereen. Por otro lado, Theodotiun omite la cl�usula, "que estaban en su ej�rcito". La acci�n de Nabucodonosor en esto revela una de las contradicciones tan a menudo manifestadas por el polite�smo. �l podr�a estar listo para admitir que ninguna acumulaci�n de poder humano podr�a igualar el poder Divino, sin embargo, es obvio que estos hombres de poder fueron elegidos para este prop�sito, a fin de que, a pesar del poder Divino, la sentencia real pudiera llevarse a cabo. Tal contradicci�n no es peculiar de Nabucodonosor ni de Babilonia. Muchos hombres, que profesan ser cristianos y reconocen que Dios ve y sabe todas las cosas, y que la ira de Dios es un asunto infinitamente m�s grave que el desprecio o la "mala voluntad" de los hombres, sin embargo, cometen pecado en secreto para esconderlo de Dios. . Hitzig indica que cree que no fueron el guardaespaldas ordinario del rey, sino realmente las mejores tropas de la provincia donde se realizaba el festival. Es evidente que las tropas mencionadas no son esos bbabb??een de los cuales Arioch era el comandante, de lo contrario podr�amos haber esperado que fueran mencionados. Sabemos que hab�a diferentes clases de soldados en el ej�rcito asirio, con diferentes tipos de armas y armaduras. Con toda probabilidad, algo similar prevaleci� en el ej�rcito babil�nico. No es imposible que un cuerpo pueda especializarse como los hombres de mayor fuerza f�sica. Estos hombres se emplean para atar a estos tres jud�os para arrojarlos al horno de fuego ardiendo.

Daniel 3:21

Entonces estos hombres fueron atados con sus abrigos, sus mangas y sus sombreros, y sus otras prendas, y fueron arrojados al medio del horno de fuego ardiendo. La LXX omite la complejidad de las prendas y traduce: "As�, estos hombres fueron atados, con sus sandalias y sus sombreros sobre sus cabezas, con sus otras prendas, y fueron arrojados al horno de fuego ardiendo". Parecer�a que karbelathe?n no estaba en el texto antes del traductor o fue omitido por �l. La �ltima hip�tesis parece peligrosa para adoptar sin una buena base. No tenemos ninguna raz�n para acusar al traductor de Septuaginta de esta pr�ctica. Theodotion tambi�n presenta signos de omisi�n. ?????????? no est� traducido, sino simplemente transcrito, ??????????. Bajo esta palabra, Schleusner dice: "Vestis Medica sou Babylonica ad genus pertingens". Se puede notar que Aquila tambi�n translitera, ?????????. La interpretaci�n de Theodotion es: "Entonces esos hombres fueron atados con sus abrigos (?), Sombreros y mangas, y fueron arrojados en medio del horno de fuego ardiendo". La Peshitta hace lo mismo que Theodotion, anti translitera con el cambio de una espinilla por una misma, con respecto a la primera palabra, y en lugar de leboosheen, "prendas de vestir" tiene qoobe?een, que representa Castelli pileus, o galea, un "gorra militar" o un "casco". Dice err�neamente que qoob?o se usa para traducir karbelathel?n; la palabra usada para eso es ni?tho. No necesitamos entrar en una discusi�n sobre las diferentes prendas nombradas aqu�. Debe observarse que, en el momento de la Septuaginta y el original de la versi�n editada y revisada por Theodotion, se perdi� el gemido de los t�rminos, algo dif�cilmente posible en el supuesto cr�tico de que la fecha de Daniel es b.c. 168, si, como parece necesario suponer del pr�logo griego a Ecclesiasticus, ya fue traducido al griego por, a m�s tardar, a.c. 130. El punto que se menciona al mencionar estas prendas es para mostrar el poder de Dios manifestado en ellas. Todos eran de un material inflamable, por lo tanto, se dio �nfasis al milagro. Pero, adem�s, muestra que fueron tomados como estaban, sin oportunidad de ponerse una t�nica especialmente medicada, si se pudiera imaginar.

Daniel 3:22, Daniel 3:23

Por lo tanto, debido a que el mandamiento del rey era urgente, y el horno estaba extremadamente caliente, la llama del fuego mat� a los hombres que tomaron Sadrac, Mesac y Abednego. Y estos tres hombres, Sadrac, Mesac y Abednego, cayeron atados en medio del ardiente horno de fuego. La interpretaci�n de las versiones griegas parece haber sufrido la interpolaci�n de la Canci�n de los Tres Santos Ni�os; los versos que tenemos ante nosotros se han modificado para prepararnos para la introducci�n de la canci�n. La LXX se traduce de la siguiente manera: "Dado que la orden del rey era urgente, y el horno se calent� siete veces m�s de lo que hab�a estado antes, los hombres que hab�an sido designados, cuando los ataron y los llevaron al horno, los arrojaron. Entonces el La llama que ard�a en el horno sali� y mat� a los hombres que hab�an atado a los que estaban alrededor de Azarias, pero ellos mismos fueron preservados ". Theodotion dice: "Como la palabra del rey era urgente, y el horno se calent� en exceso, y estos tres hombres cayeron atados al horno de fuego ardiendo, y cayeron en medio del horno. Y caminaron alrededor, cantando alabanzas a Dios bendiga al Se�or ". Cabe se�alar que aqu� no hay nada sobre los que obligaron a matar a los tres amigos; tambi�n hay que se�alar la adici�n, "caminando y cantando alabanzas a Dios y bendiciendo al Se�or". La Peshitta tambi�n sufre, aunque en menor grado. La interpretaci�n con �l es: "Por lo tanto, el mandamiento del rey fue urgente, y el horno ardi� en exceso, y mat� a los hombres que acusaron a Sadrac, Mesac y Abednego. Y estos tres hombres, Sadrac, Mesac y Abednego, cayeron atados en medio de ellos. del horno de gran fuego ". Aqu� se agrega una maravilla, no aquellos que arrojaron a los hebreos al fuego fueron quemados, sino sus acusadores. Debemos discutir por separado la Canci�n de los Tres Santos Ni�os. El horno impl�cito es uno lleno desde arriba, pero que tiene una puerta a un lado. Los testigos de la verdad del monote�smo y de la divinidad suprema de Jehov� fueron llevados a la cima de este horno y arrojados entre el combustible. No tenemos nada que ver con la forma en que se logr� el milagro de su preservaci�n, solo tenemos que ver con la narraci�n tal como se presenta. El hecho de que los que los llevaron y los arrojaron fueran asesinados es una prueba positiva de la ferocidad del calor. El hecho declarado en el verso 23, que cayeron en medio del horno, excluye cualquier suposici�n de que escaparon al estar protegidos del calor del fuego. Separando las dos partes de la adici�n ap�crifa a este cap�tulo, la canci�n de Azarias de la canci�n unida de los tres, tenemos una declaraci�n de que "el �ngel del Se�or baj� al horno junto con Azarias y sus compa�eros, e hiri� al La llama del fuego sali� del horno, e hizo el medio como hab�a sido un viento h�medo y silbante; de ??modo que el fuego no los toc� en absoluto, ni los lastim� ni los molest�. "Esta abundancia de detalles en cuanto al m�todo por que el milagro fue realizado es evidencia de un tiempo posterior. Sin embargo, dejaremos la discusi�n de la fecha de esta adici�n hasta m�s tarde.

Daniel 3:24

Entonces Nabucodonosor el rey se asombr�, se levant� apresuradamente y habl�, y dijo a sus consejeros: �No echamos a tres hombres atados en medio del fuego? Respondieron y dijeron al rey: Verdadero, oh rey. Las versiones griegas sufren en este verso tambi�n por la interpolaci�n de la canci�n. La LXX dice as�: "Y fue cuando el rey los escuch� cantar alabanzas, y se puso de pie y los vio vivir, entonces Nabucodonosor el rey se sorprendi� y se levant� apresuradamente y dijo a sus amigos: �No arrojamos a tres hombres al fuego? y Entonces dijeron al rey: En verdad, oh rey ". Theodotion no difiere seriamente de esto ". Y Nabucodonosor los escuch� cantar alabanzas, se maravill� y se levant� apresuradamente, y dijo a sus se�ores: �No arrojamos a tres hombres en medio del fuego atado? Y ellos respondieron: En verdad , Oh rey ". La interpretaci�n de Peshitta es: "Entonces Nabucodonosor el rey se sorprendi�, se levant� temblando, y respondi� y dijo a sus pr�ncipes: �No hab�a tres hombres que arroj�ramos en medio del horno de fuego feroz y ataran? Y ellos respondieron al rey, es verdad, oh rey ". Como se ver�, la Peshita var�a menos de la Masor�tica que las versiones griegas. El vulgar no merece comentario. La acci�n del rey se introduce abruptamente en el texto masor�tico. Esta brusquedad fue probablemente la ocasi�n de las interpolaciones hechas en este punto. Se puede observar que las interpolaciones, a pesar de los esfuerzos de los redactores para suavizar la transici�n, se suman a la dificultad. Theodotion los tiene caminando de inmediato y alabando a Dios. El traductor de la Septuaginta, aunque omite caminar, implica elogios. Debemos entender las circunstancias de la naturaleza de un auto-da-fe que Nabucodonosor estaba adornando con su presencia, al igual que Felipe II. Asisti� a la quema de los herejes en Madrid. La negativa de adorar al dios a quien hab�a erigido la imagen dorada era un acto no solo de herej�a, sino tambi�n de traici�n del tipo m�s negro. La palabra haddabereen, traducida como "concejales", es derivada por algunos del hadaver persa (Behrmann y V. Bohlen). Gesenius lo derivar�a de ???, "hacer", de ah� "l�deres"; explica la primera s�laba del art�culo hebreo. La primera interpretaci�n es imposible, como lo demuestra Bevan (in loco). La suposici�n de Gesenius es dif�cil de mantener, ya que implica un pasaje de un idioma a otro. Moses Stuart considera que el sustantivo deriva del aphel, ? aparece en lugar de .? Esto no est� exento de ejemplos paralelos, p. ????. El paralelismo de Fuller de apalu usado junto con pal para "hijo" en asirio, muestra el h�bito de introducir s�labas iniciales para ayudar a la pronunciaci�n. El traductor de la Septuaginta probablemente ley� habereen; de ah� la representaci�n ?????. En la incertidumbre sobre el significado de la palabra. La lectura de la LXX. puede considerarse como al menos una posible salida de la dificultad. Algunos descubrimientos adicionales, ya sea en Babilonia o en otros lugares, pueden permitirnos decidir. La presencia junto con el rey, en esta ejecuci�n, de los altos funcionarios del imperio, fue adecuada para darle toda la solemnidad de un "acto de fe", pero al mismo tiempo, su presencia dio un significado significativo al milagro. .

Daniel 3:25

Respondi� y dijo: He aqu�, veo a cuatro hombres sueltos, caminando en medio del fuego, y no han sufrido ning�n da�o. y la forma del cuarto es como el Hijo de Dios. Las versiones griegas no presentan mucha atenci�n, solo ambas insertan malka, "rey", en lugar del pronombre, y omiten "contestado". Por el hecho de que Daniel 3:24 termina con malka, puede haber sido eliminado del texto masor�tico. La inserci�n de ??? (?ana)," respondida ", puede deberse a la frecuente recurrencia de esta frase. La Peshitta omite "cuatro", de lo contrario est� de acuerdo con el Massoretic. La frase, "el Hijo de Dios", est� claramente equivocada; la traducci�n correcta es: "La aparici�n del cuarto es como un hijo de los dioses". Junto con las tres v�ctimas de su superstici�n se vio una cuarta figura, como una de las figuras retratadas en las paredes de su palacio como pertenecientes a los semidioses. Esta es la culminaci�n del asombro del rey. Fue sorprendente ver a esos hombres sueltos que hab�an estado al este en el horno atado; a�n m�s para verlos caminar, y ninguno muestra signos de haber recibido ning�n da�o; pero lo m�s impresionante de todo es la visi�n de la cuarta figura, como un hijo de los dioses. No debemos interpretar esto en l�neas hebreas, como lo hace el Sr. Bevan, y comp. G�nesis 6:2. �l sabe que el uso en Tar-gums es retener el plural hebreo en ??? cuando se quiere decir "Dios", como en la versi�n de Peshitta del pasaje al que se refiere. Como en la mayor�a de las mitolog�as paganas, no solo hab�a dioses, sino semidioses, de varias clases diferentes. El dios que Nabucodonosor adoraba especialmente, Silik-Moulou-ki (Marduk), era considerado como el hijo de Hea. Tambi�n hab�a un dios del fuego, que estaba asociado con estos. La sugerencia del Dr. Fuller, que aqu� en el bar no tenemos la palabra para "hijo", sino m�s bien una forma truncada de este dios del fuego, Iz-bar, es digna de consideraci�n. Es imposible decir si la visi�n de Ibis de un ser divino fue concedida tanto a los que estaban cerca de Nabucodonosor como a s� mismo. Si bien debemos evitar la atribuci�n al monarca de Babilonia de la idea de que esta aparici�n fue la de la Segunda Persona de la Trinidad Cristiana, estamos en libertad de mantener esto, o de sostener que fue un �ngel quien fortaleci� a estos siervos de Dios en el horno La Septuaginta representa bar-eloheen por ???????. Theodotion tiene ??? ????.

Daniel 3:26

Entonces Nabucodonosor se acerc� a la boca del ardiente horno de fuego, y habl� y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Alt�simo, vengan y vengan ac�. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego, salieron del medio del fuego. Las variaciones de la versi�n Septuaginta aqu� son insignificantes. En lugar de "habl� y dijo", se traduce ", los llam� por su nombre" y omite la segunda repetici�n de los nombres, y el pleon�stico "viene aqu�"; en lugar de "Dios Alt�simo", tiene "Dios de los dioses Alt�simo". Theodotion est� m�s de acuerdo con el texto masor�tico; la �nica diferencia es que se omite "habla". La Peshitta y la Vulgata est�n en concordancia exacta con la Masor�tica. La distinci�n entre ????? y ????? es "salir" y "venir". Est� bien presentado en nuestra versi�n autorizada. solo que no era necesario poner "aqu�" en cursiva. Como se mencion� anteriormente, esto muestra que la forma del horno no es diferente a la nuestra: abierta en la parte superior, pero con una puerta a un lado. A esta puerta lateral se acerc� el rey. El hecho de que Nabucodonosor reconozca a Jehov� como el "Dios Alt�simo" no implica ning�n reconocimiento de su Divinidad suprema, como tampoco lo reconoci� un rey de Francia la supremac�a de la cabeza del Sacro Imperio Romano. cuando en las credenciales de su embajador el emperador se llamaba Dominus urbis et orbis. Era simplemente una cuesti�n de lo que podr�amos llamar etiqueta religiosa para dirigirnos a los dioses de la clase alta como "dios de los dioses". y "dios m�s alto". En Daniel 2:47 Nabucodonosor ya hab�a declarado que el Dios de Daniel era "Dios de dioses". No es imposible que a los babilonios ?illa?a les parezca un nombre propio.

Daniel 3:27

Y los pr�ncipes, gobernadores y capitanes, y los consejeros del rey, reunidos, vieron a estos hombres, sobre cuyos cuerpos el fuego no ten�a poder, ni se les chamusc� el pelo, ni se cambiaron sus abrigos, ni el olor de el fuego les hab�a pasado. Las versiones no presentan variaci�n de importancia. Sin embargo, en este punto podemos comparar la lista de funcionarios con la que encontramos al comienzo de este cap�tulo, en Daniel 3:2 y Daniel 3:3. Encontramos que la palabra haddabereen ocupa el mismo lugar en la lista que gedabreen, traducido "tesorero", de lo cual uno podr�a inclinarse a pensar que ? hab�a tomado el lugar de, ? no es un cambio imposible. La probabilidad m�s bien es que la palabra sea considerada como colectiva, equivalente a "funcionarios de la corte", para evitar la repetici�n de las clases restantes Ya sea que estos funcionarios hayan visto o no al compa�ero que los tres testigos de la verdad ten�an con ellos en el horno, ellos, en todo caso, ahora pod�an dar testimonio del hecho de que los tres amigos hab�an escapado y "hab�an apagado la violencia del fuego" ( Hebreos 11:34). Este evento fue tanto m�s importante para los babilonios que para ellos el fuego era un dios en lo alto del pante�n. El Dios de Israel se manifest� as� como mucho m�s grande que Izbar, que pod�a entregar a sus sirvientes incluso cuando estaba en el mismo elemento en el que Izbar ten�a su poder. El hecho de que incluso sus "abrigos", sin importar cu�les fueran estas prendas, no se quemaron, ni siquiera se chamusc� un cabello, mientras que los cordones que se hab�an usado para atarlos se consumieron, enfatiza su liberaci�n y demuestra que es el trabajo de un poder superior, que podr�a discriminar y limitar la liberaci�n. Las cuerdas se consumieron, pero las prendas de sus sirvientes se conservaron incluso del olor a fuego. Los babilonios hab�an conquistado la ciudad de Jehov�, hab�an quemado su templo y hab�an hecho esto a trav�s del poder de Marduk, por lo que pensaron; pero aqu� Bel-Marduk hab�a sido desafiado abiertamente por tres adoradores de Jehov�. Hab�an sido arrojados al elemento mismo de Iz-bar, el sirviente y aliado de Marduk, pero el fuego no hab�a podido da�arlos ni reivindicar el honor de Bel-Marduk. Lo que enfatiz� esto fue que el fuego que libr� a los siervos de Jehov� mat� a los devotos de Bel-Marduk, que estaban ansiosos por mostrar su reverencia por Marduk al llevar a estos adoradores de Jehov� al horno. Tal milagro, tan realizado ante todos los altos dignatarios del Imperio de Babilonia, llegar�a lejos para quitar cualquier referencia burlona a la debilidad de la Deidad de Jehov� como lo demuestran las ruinas de Jerusal�n. Jehov� se hab�a mostrado como el revelador supremo de secretos cuando le permiti� a Daniel contarle a Nabucodonosor su sue�o. Ahora se manifest� como Maestro de los elementos m�s poderosos: el fuego. Los jud�os pod�an as� mantener su fe sin oposici�n.

Daniel 3:28

Entonces Nabucodonosor habl�, y dijo: Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envi� a su �ngel, y entreg� a sus siervos que confiaron en �l, y que cambiaron la palabra del rey, y entregaron sus cuerpos, para que ellos no puede servir ni adorar a ning�n dios, excepto a su propio Dios. La Septuaginta y la Peshita, en lugar de "cambiar la palabra del rey", han "despreciado la palabra del rey," leer, ?????, "despreciar", en lugar de ??????, "cambiar". Theodotion est� de acuerdo con el Massoretic, al igual que las otras dos versiones. Podemos considerar esto como el comienzo del decreto real que revoca pr�cticamente lo que se promulg� anteriormente, omitiendo solo la declaraci�n de los t�tulos del monarca. La redacci�n es algo peculiar: "Bendito sea su Dios: de Sadrac, Mesac y Abednego". Puede indicar que se han omitido algunas palabras en el contexto inmediato; en otras palabras, que el editor, al citar el decreto, se ha esforzado, en la medida de lo posible, por condensar sin cambiar las palabras del documento. Bertholdt se equivoca al afirmar que esta declaraci�n es que el Dios de los tres hebreos es digno de ser bendecido. Todo lo que Nabucodonosor reconoce en este vers�culo es que Jehov� realmente existe, que �l es poderoso, y los hebreos hicieron bien en continuar en la adoraci�n de su Dios nacional. Encontramos que el bar-eloheen del vers�culo 25 ahora es considerado por Nabucodonosor como un �ngel o, como deber�amos traducirlo, "mensajero". No tenemos necesidad de importar ideas hebreas en la declaraci�n del monarca babil�nico. Estaba bastante de acuerdo con sus nociones mitol�gicas que un gran Dios como el Dios de los hebreos podr�a tener un mensajero, que era su instrumento en la liberaci�n de sus siervos. La lectura de los Massoretes, "cambiado", es preferible a "despreciada". Para alguien como Nabucodonosor, r�gido a la obstinaci�n en sus opiniones, cualquier cosa que lo obligara a cambiar no solo sus opiniones, sino m�s a�n, alterar un decreto, era algo extra�o y algo que �l considerar�a digno de relatar. Al mismo tiempo, podr�a sentir que necesitaba una justificaci�n. Por otro lado, alguien como Nabucodonosor no anunciar�a el hecho de que alguien hab�a "despreciado" su "palabra". Debe observarse que Nabucodonosor reconoce no solo la liberaci�n como evidencia de la verdad de la Divinidad de Jehov�, sino tambi�n la disposici�n con la que sus siervos estaban listos para ofrecer sus cuerpos para ser quemados. La evidencia que oblig� a Nabucodonosor a reconocer el poder de Jehov� fue en esencia la misma que convirti� al Imperio Romano. A�n as�, debemos repetir nuevamente que Nabucodonosor reconoci� en Jehov� solo al Dios de los jud�os, y en la gordura de los tres hebreos solo una especie de patriotismo religioso, que �l pod�a entender y respetar sin tener la m�s m�nima creencia en el monote�smo, o incluso comprensi�n de tal noci�n.

Daniel 3:29

Por lo tanto, decreto que todas las personas, naciones e idiomas que hablen mal del Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, ser�n cortados en pedazos, y sus casas se convertir�n en un esti�rcol: porque hay ning�n otro Dios que pueda liberar despu�s de este tipo. Las versiones est�n de acuerdo con el texto masor�tico aqu�, solo que todos ponen el crimen, "hablando algo mal", m�s fuertemente de lo que lo encontramos en la recensi�n masor�tica, Mas?? es enmendado por los masoretas a ?????, "err�neo", mientras que la Septuaginta representa , ?? ?? ??????????. Theodotion, ? (de acuerdo con ??????) ??? ???? ??????????. La Peshitta hace (ver la palabra Peshitta) "blasfemar". Hitzig ha sugerido que el K'thib aqu� es preferible al Q'ri, manteniendo que ???? significa "palabra", mientras que ????? realmente significa "inadvertencia". Ciertamente, si estuvi�ramos seguros de que el significado que le da a ???? es correcto, y todas las versiones lo respaldan, le dar�amos preferencia. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que, en las nociones de paganismo, no se tuvo en cuenta la falta de respeto intencional con respecto a los dioses. La intenci�n del adorador era de muy poco momento en tal asunto; incluso podr�a desear ser especialmente respetuoso con la deidad que adoraba; pero si, por descuido, omiti� algo, o hizo algo que no estaba de acuerdo con las reglas, toda la buena voluntad y el respeto en su mente no fueron nada: la ira de la deidad insultada se derram� en su totalidad, a menos que alguna otra deidad considerara la acci�n en cuesti�n como un homenaje especial para �l. Era la acci�n externa, la mera forma de las palabras, lo que importaba con el polite�sta. La idolatr�a es, por su propia naturaleza, una enfermedad mental y moral; es tan absurdo esperar acciones l�gicamente concatenadas de un adorador de �dolos con respecto a sus deidades, como esperar lo mismo de un loco con respecto a su locura. Debemos evitar imaginar que el decreto fue contra la blasfemia como un crimen contra Jehov�. Principalmente fue en contra de las palabras que, al excitar la ira de Jehov�, podr�a causar da�os en el imperio. Nabucodonosor no estaba celoso por el honor de Jehov�, sino por la seguridad de la supremac�a babil�nica. Puede observarse que el castigo amenazado es el mismo que el decretado contra los sabios por su incapacidad para contar el sue�o y su interpretaci�n. Con respecto a esto, en Daniel 2:5 la Septuaginta traduce la frase: "Ser�is un ejemplo de, y vuestros bienes ser�n resguardados del tesoro del rey". Este cambio, como mantuvimos, se debi� a una diferencia de lectura, no a ninguna objeci�n a la dureza de la frase. El objetivo del castigo aqu� era eliminar por completo de la tierra al malhechor y todo recuerdo de �l, para que la deidad ofendida no tuviera excusa para visitar el reino de Babilonia con juicios. La raz�n, "porque no hay otro dios que pueda entregar despu�s de este tipo", no debe extenderse demasiado. Todo lo que se afirma es que ning�n otro dios ha sido capaz de liberar a sus adoradores del reino del dios del fuego, y por lo tanto se debe argumentar que su poder ofensivo es tan grande; por lo tanto, todos deben evitar enfurecerlo; pero no hay adoraci�n ordenada. Los pr�ncipes lagidos, cuando Jerusal�n estaba en sus manos, ordenaron que se ofrecieran sacrificios en su nombre, daffy. Nabucodonosor no hace nada de este tipo; su decreto es simplemente negativo

Daniel 3:30

Entonces el rey promovi� a Sadrac, Mesac y Abed-nego, en la provincia de Babilonia. La Septuaginta dice aqu�: "As�, entonces, el rey dio autoridad a Sadrac, Mesac y Abed-nego, y los nombr� gobernantes de toda la provincia". Parece haber habido una ligera diferencia de lectura, probablemente hashlay? en lugar de hatzla?, y le'nol medeemah en lugar de la'mdeenath Babel. Parece dif�cil decidir cu�l de estas dos lecturas es la preferible; quiz�s, en general, el Massoretic es el m�s simple. La versi�n de Theodotion se interpola considerablemente: "Entonces el rey promovi� a Sadrac, Mesac y Abednego en la provincia de Babilonia, y los hizo grandes, y los consider� dignos de tener autoridad sobre todos los jud�os en su reino". La primera parte est� de acuerdo con el texto masor�tico y con la LXX. en sentido; pero la �ltima cl�usula es una adici�n mucho m�s tard�a. La Peshita est� de acuerdo con la Masor�tica. El significado exacto de halzla? es "alegrarse", "dar recompensas" y, por lo tanto, no est� en conflicto con la recensi�n masor�tica del verso final del cap�tulo anterior, "Y Daniel pidi� al rey, y puso a Sadrac. , Meshach y Abednego, sobre los asuntos de la provincia de Babilonia ". Debe observarse que en el deutero-Isa�as ( Isa�as 43:2) parece haber una referencia a este evento: "Cuando camines por el fuego, no te quemar�s, ni se encender� la llama sobre ti ". La liberaci�n de Egipto, y el paso del Mar Rojo, y la entrada a Cana�n, y el paso del Jord�n, se mencionan en la primera parte de este vers�culo: "Cuando pases por las aguas, estar� contigo. ya trav�s de los r�os no te desbordar�n ". Ciertamente es natural suponer que la liberaci�n de los tres hebreos del horno de Nabucodonosor es la referencia hist�rica de este �ltimo.

Excursus en la Canci�n de los Tres Santos Ni�os.

Cuando el alumno de la adici�n ap�crifa al Libro de Daniel pasa de la consideraci�n de Susanna y los Ancianos, y Bel y el Drag�n, con sus m�ltiples absurdos y signos manifiestos de 'origen griego, al de la Canci�n de los Tres Santos Ni�os, �l siente que ha entrado en una atm�sfera diferente. No ha hecho m�s que leer la totalidad de la composici�n llamada "La canci�n de los tres santos ni�os", cuando descubre que est� en dos partes distintas. Toda la estructura de las dos canciones indica un origen hebreo. El car�cter de las dos divisiones es bastante diferente. El primero es intercesorio, y procede de una persona; el segundo es lit�rgico y pretende ser la expresi�n conjunta de los sentimientos de los tres. En ambos hay m�ltiples ecos de salmos anteriores. En algunos casos se imitan las frases, en otros casos se adoptan con algunas ligeras modificaciones. Al mismo tiempo, no hay en ninguna parte ninguna muestra obvia de origen griego, como se puede encontrar en la Historia de Susanna, con su juego de palabras que solo se sostienen en griego, o en sus puntos de vista griegos de la historia como se ve en el Historia de Bel y el Drag�n. Cuando los ejemplos de traducci�n del hebreo eran tan numerosos como cuando Ben Sira baj� a Egipto, y cuando los traductores hab�an adoptado de com�n acuerdo un estilo especial, no se puede negar que no solo un cento de frases de Se ha formado la versi�n griega del Salterio hebreo, pero tambi�n se puede imitar el estilo, incluso cuando las palabras y los sentimientos eran originales. A�n as�, como el objetivo y la ambici�n de los jud�os en Egipto eran m�s bien mostrar el parecido cercano que exist�a entre las obras de los padres de su raza y los sabios de Grecia, la actividad imitativa de los falsarios literarios jud�os se dirigi� m�s a eso que para sugerir simplemente un original hebreo de lo que hab�an compuesto. No tenemos una instancia indudable de salmos compuestos en griego en imitaci�n de la traducci�n de los Salmos del Salterio original. Ciertamente tenemos los salmos que forman el Salterio de Salom�n; pero generalmente se admite que fueron compuestos en hebreo y traducidos de eso al griego. Sin embargo, a�n habr�a dudas. La �nica forma es examinar esta canci�n, o m�s bien estas canciones, para ver si contienen rastros de ser traducciones de originales hebreos.

Como base de investigaci�n, tenemos las dos versiones griega y la versi�n Peshitta. En una posici�n subordinada tenemos la Vulgata y la versi�n de Paulus Tellensis. Lo primero que se observa, en una comparaci�n casual de las dos versiones griegas, es que est�n mucho m�s estrechamente relacionadas y se parecen mucho m�s entre s� con respecto a estas canciones que con respecto al resto del libro. . La semejanza de Peshitta con Bet tambi�n est� cerca, pero hay puntos de diferencia. Si tomamos la oraci�n introductoria, vemos una variaci�n considerable, mayor que la que ocurre en otros lugares. La Septuaginta comienza as�: "Entonces Azar�as se puso de pie y or� as�, y despu�s de abrir la boca, confes� al Se�or con sus compa�eros en medio del fuego, que los caldeos hicieron arder en exceso, y dijo". Theodotion es m�s simple: damos la interpretaci�n ordinaria, "Entonces Azarias se puso de pie y or� de esta manera, y abriendo su boca en medio del fuego, dijo". La Peshita es: "Y Azar�as se levant� y abri� la boca para bendecir en medio del fuego, y abri� la boca y or�, y dijo lo mismo". Todas estas versiones tienen la apariencia de ser una uni�n de dos versiones del mismo cansancio. En el sir�aco, esto es m�s obvio. En las versiones griegas, la evidencia de reduplicaci�n es proporcionada por ????? que ocurre en el medio de la oraci�n, en lugar de naturalmente al final, para introducir el discurso al que se hace referencia en el sir�aco, que evita esto, es evidenciado a�n m�s por la repetici�n del verbo pethah, "abrir". Pero esta reducci�n de versiones implica un original del que ya hab�a dos lecturas.

Un fen�meno similar se presenta en el verso inicial de la canci�n de Azar�as. Seg�n lo prestado por la LXX. es: "Bendito eres, oh Se�or Dios de nuestros padres, y tu Nombre es digno de ser alabado y glorificado por siempre". Theodotion, en la lectura preferida por Tischendorf, tiene ??????? de acuerdo con ????. La Peshitta ha cambiado el orden, "ser exaltado y alabado es tu nombre para siempre" El "y" presente en las dos versiones griegas est� a la espera. En el siguiente verso, la Septuaginta dice: "Eres justo en todo lo que nos has hecho, y todas tus obras son verdaderas, y tus caminos correctos, y todos tus juicios son verdaderos". Theodotion omite "para nosotros" en la primera cl�usula, y tiene en la �ltima "verdad" en lugar de "verdadero". Cuando recurrimos a la Peshitta, encontramos una raz�n para la semejanza del segundo miembro de las cl�usulas segunda y cuarta. "Justo eres en todo lo que nos has hecho, y todas tus obras son verdaderas (beqooshtha), y tus caminos correctos, y todos tus juicios son fieles (meheemnin)". En hebreo, como en sir�aco, este contraste pod�a mantenerse, pero era m�s dif�cil para el helenista, que ten�a, quiz�s, pocas palabras a sus �rdenes. El siguiente verso en la LXX. dice lo siguiente: "Hiciste juicios de verdad con respecto a todo lo que trajiste sobre nosotros, y sobre tu ciudad santa, la ciudad de nuestros padres, porque en verdad y juicio hiciste todas estas cosas a causa de nuestros pecados". La �nica diferencia entre Theodotion y esto es la omisi�n de ???, "thy". La interpretaci�n de Peshitta no evidencia mucha diferencia de la de las versiones griegas, "Porque en el juicio de la verdad fue lo que nos hiciste, y en todo lo que has tra�do sobre nosotros y sobre la ciudad santa de nuestros padres, sobre Jerusal�n, porque en justicia (b'c'anootha) trajiste sobre nosotros todas estas cosas ". Solo tomaremos el siguiente verso y concluiremos el examen verso por verso del Cantar de Azar�as. La interpretaci�n de los Setenta lleva rastros de haber sido traducida de un dialecto shemitico por alguien que no ten�a un vocabulario extenso en griego. "Porque pecamos en todas las cosas y transgredimos para apartarnos de ti, y pecamos en todas las cosas, y los mandamientos de tu Ley no obedecimos, ni observamos, ni cumplimos como nos mandaste, para que as� fuera. estar bien con nosotros ". Theodotion es exactamente lo mismo. La Peshita es diferente, "Porque somos deudores del pecado (hoobin de?i?in), y malvados delante de ti, y nos hemos alejado lejos de ti, y hemos hecho contra tus palabras, y hemos pecado contra ti en todas las cosas, y seg�n tus preceptos tenemos no escuch�, y no los guard�, y no he hecho nada de lo que mandaste, para que nos fuera bien ". El sentido aqu� es evidentemente el mismo, pero ha habido una diferencia, si no de texto, al menos de la aprehensi�n de uno y el mismo texto. El sir�aco no pudo haber sido hecho del griego, ni el griego del sir�aco; deben haber tenido una fuente com�n. Ser�a imposible decir con absoluta certeza que esta fuente debe haber sido hebrea; pero la probabilidad est� en esa direcci�n. El arameo no se presta tan naturalmente a la poes�a como el hebreo. Cualquier poes�a que tengamos de autores jud�os en tiempos precristianos que no est� en griego, ha estado en hebreo.

Dicho esto, en todos los eventos condicionalmente, el siguiente punto es examinar las canciones y ver si dan alguna evidencia en su contenido de fondo. En primer lugar, con respecto al Cantar de Azar�as, si damos por sentado que fue escrito en hebreo, de esto se deduce casi necesariamente que fue compuesto en Palestina. La siguiente pregunta que requiere ser considerada es el objeto de la composici�n. �Estaba destinado a ser colocado aqu�? �fue escrito para esto, situaci�n? �o fue escrito para alg�n otro prop�sito y se coloc� aqu� simplemente porque alguien pens� que era adecuado? Lo primero relacionado con esta pregunta que observamos son los nombres que llevan estos tres hebreos. En la parte aramea que pertenece al masor�tico Daniel, son llamados por sus nombres babil�nicos; en esta porci�n sus antiguos nombres hebreos se reviven desde el primer cap�tulo. Eso en s� mismo es una indicaci�n de que esta parte no se ha escrito para el lugar en el que se ha colocado. Adem�s, si este primer fragmento salm�tico se hubiera escrito para este lugar, se habr�a puesto en la boca de Hananiah. La disposici�n de los nombres en hebreo puede haber sido meramente de acuerdo con el alfabeto hebreo, pero instintivamente uno le da cierta preferencia al primero. Por lo tanto, en la Peshitta esto se llama, "] 'la oraci�n de Hanan�as y sus compa�eros". Para la elecci�n de Azar�as, debe haber una raz�n. La raz�n m�s simple parecer�a ser que ya exist�a un himno sagrado escrito por un cierto Azariah, y alg�n editor posterior, al ver esto, y sabiendo que hab�a un Azariah aqu�, le dio el cr�dito, y como este evento Fue la crisis de su historia, declar� que fue compuesta en referencia a este evento. Azar�as era m�s bien un nombre com�n entre los jud�os; hay dieciocho casos de esto narrados en el 'Diccionario de la Biblia' de Smith. Ciertamente, no es tan com�n despu�s del cautiverio, sin embargo, hubo un capit�n en el ej�rcito macabeo llamado por este nombre, como se mencion� anteriormente.

Cuando dirigimos nuestra atenci�n a la canci�n en s�, encontramos lo que nos confirma en nuestras conclusiones: que no fue escrita para este lugar, sino que fue escrita como la expresi�n natural de sentimientos producidos por circunstancias muy diferentes de las narradas en el cap�tulo anterior. . Si comparamos esto con la oraci�n de Daniel, que encontramos en Daniel 9:1; vemos la diferencia enfatizada entre las circunstancias de los cautivos en Babilonia y los presupuestos por el Cantar de los Azar�as. Si pasamos a los versos trece y catorce de la canci�n (versos 37, 38), "Porque nosotros, oh Se�or, hemos llegado a ser menos que cualquier naci�n, y estamos bajo este d�a en todo el mundo a causa de nuestros pecados. all� en este momento pr�ncipe, o profeta, o l�der, o holocausto, o sacrificio, u oblaci�n, o incienso, o lugar para sacrificar ante ti, y para encontrar misericordia, "Se notar� que la disminuci�n de los n�meros de los naci�n, o la restricci�n de su territorio, y la posici�n humillante en la que se coloc�, es el punto de la queja de Azariah. La tristeza de Daniel es que son conducidos a otros pa�ses: ?????? ?????????? ???? ????????????????, "en todos los pa�ses donde los has conducido". En el primer caso, tenemos una naci�n humillada en su propia tierra; en el segundo, una naci�n enviada a ciertos pa�ses definidos, y all� volvi� a predicar sin tener pa�s ni capital. De nuevo, se dice en el himno que tenemos ante nosotros: "No hay pr�ncipe, ni profeta, ni l�der". Cabe se�alar que la palabra aqu� es "pr�ncipe", no "rey" (nasi ', no melek). En el hebreo original probablemente hab�a un juego de palabras, lo-nasi 'velo-nabi', "ni pr�ncipe ni profeta". De hecho, en el per�odo de Daniel, la profec�a no hab�a cesado, y a lo largo de los tiempos de la historia jud�a se supo que hubo profetas durante el tiempo del exilio. Hubo, en todo caso, Ezequiel junto al r�o Chebar, e incluso si tomamos la fecha de la Septuaginta para la inauguraci�n de esta imagen dorada, anti decir que era el a�o dieciocho de Nabucodonosor, Jerem�as todav�a viv�a y profetizaba. En cuanto a los "pr�ncipes", todav�a estaban en Jerusal�n, si consideramos estrictamente el decimoctavo a�o, pero si lo consideramos contado seg�n el c�lculo de Babilonia, y por lo tanto que Jerusal�n ya hab�a ca�do, todav�a hab�a "pr�ncipes", aunque cautivos. . Adem�s, Con�as todav�a viv�a, el antiguo rey, como tambi�n Sedequ�as. Si nos volvemos a Daniel, �l declara la raz�n de la ca�da de Jerusal�n y del cautiverio del pueblo, porque los reyes, los pr�ncipes y el pueblo se hab�an negado a escuchar la palabra del Se�or tal como la hablaban los profetas. Daniel implica la existencia de profetas, pr�ncipes y reyes. si no es necesariamente necesariamente en el presente real, pero en el pasado inmediato, que, hist�ricamente genuino o no, se ajusta al entorno. En el Cantar de Azar�as no hay referencia a un rey; hay una referencia a "un pr�ncipe" (nasi ', no sar, que generalmente es "uno de muchos"). En confirmaci�n de esto, no solo existe el juego de palabras, si es nasi ', sino tambi�n el hecho de que la palabra utilizada en ambas versiones griegas es ?????, que es la representaci�n m�s com�n de nasi' en la Septuaginta � This era el t�tulo de la cabeza del Sanedr�n, y generalmente a cargo del sumo sacerdote, tambi�n se puede notar que, aunque se menciona que los "sacrificios" y las "ofrendas" han cesado, no se menciona a los "sacerdotes". Si esta canci�n fue escrita en un momento en que el "pr�ncipe" era la cabeza de los sacerdotes, esta omisi�n ser�a explicable. Tomando esto como nuestra gu�a, deber�amos fijar la fecha de la composici�n de la Canci�n de Azar�as en un momento en que el sumo sacerdocio estaba en suspenso, es decir, durante la lucha de los macabeos, desde el momento en que Ep�fanes definitivamente profan� el templo hasta su reconsagraci�n por Judas Maccabaeus. Cuando miramos el estado del templo como est� impl�cito en este Cantar de Azar�as en comparaci�n con la oraci�n de Daniel, Daniel habla de que el santuario es una desolaci�n, y por conexi�n se da a entender que Jerusal�n tambi�n fue una desolaci�n; pero en la canci�n que tenemos ante nosotros no hay lugar para sacrificios u ofrendas. Los jud�os est�n excluidos del templo, no hay lugar permitido all�, pero el lugar en s� no es una desolaci�n.

Si, nuevamente, volvemos al octavo verso del Cantar de Azar�as, encontramos a�n m�s evidencias de las circunstancias externas en las que se compuso. "Y nos entregaste en manos de enemigos sin ley, los m�s odiosos desamparados de Dios, y a un rey injusto, y el m�s malvado del mundo". Las dos versiones griegas est�n aqu� en absoluto acuerdo; el sir�aco aqu�, como en otros lugares, presenta signos de su origen independiente: "Y nos has entregado en manos de se�ores de la enemistad, hombres malvados que est�n lejos de ti y la habitaci�n de un reino malvado, el m�s miserable de todos tierra." La estructura de la segunda mitad de esto indica, como nos parece, que algo se ha entendido mal en el documento original. Alguna palabra que significa "para el poder de" se ha interpretado como "lugar de residencia", que requer�a el cambio de "rey" a "reino". Si asumimos que las versiones griegas son correctas, encontramos exactamente un estado de cosas ajustando el per�odo que hemos sugerido anteriormente. El modo de hablar de su opresor, "un rey injusto, el m�s malvado de toda la tierra", es muy diferente a cualquier cosa en el Antiguo Testamento. Cuando Ezequ�as le ruega a Dios que lo libere del poder de Senaquerib, aunque le hab�a reprochado al Dios viviente, no declara que es malo. Senaquerib es denunciado como orgulloso y cruel, pero no tan malvado. Eso implicar�a una cierta cantidad de impiedad, de la cual ninguno de los monarcas asirios podr�a ser acusado, y menos a�n Nabucodonosor. Tal afirmaci�n est� en completo antagonismo con el car�cter dado a Nabucodonosor en Daniel. De ninguna manera fue una descripci�n antinatural de Efiphanes. Parece no haber cre�do en deidades de ning�n tipo. Su persecuci�n a los jud�os tuvo con toda probabilidad un motivo de pol�tica o de venganza. Nabucodonosor nunca hab�a intentado perseguir a la religi�n en el sentido ordinario de la palabra. A los funcionarios de su corte �l podr�a y esperaba seguirlo en adoraci�n.

Otra cosa a observar son aquellos que se han alejado de Dios � ?????????? � re �eeqeen en la Peshitta. Ciertamente hab�a muchos "ap�statas" en el momento de la conquista de Jerusal�n por Nabucodonosor, pero no eran ap�statas de las deidades de Babilonia. Los "otros dioses" que los israelitas eran propensos a adorar eran los de las naciones que los rodeaban. Esta apostas�a no estaba relacionada con ninguna sumisi�n traicionera a los pr�ncipes de Babilonia. Hasta donde podemos deducir la pol�tica de la �poca a partir de las profec�as de Jerem�as, el partido id�latra era patri�tico en lo que respecta a su resistencia a Babilonia, aunque siempre eran propensos a coquetear con Egipto. En el caso que tenemos ante nosotros, los enemigos en cuyas manos llegaron los santos eran "ap�statas". Sin embargo, si nos volvemos al Primer Libro de Macabeos 1:43, encontramos que "muchos de los israelitas tambi�n consintieron en su religi�n (la de Ep�fanes) y se sacrificaron a los �dolos y profanaron el s�bado". Cuando recurrimos a 2 Macabeos, si podemos confiar en �l, descubrimos que Jason, despu�s de haber comprado el sumo sacerdocio, alent� las costumbres hel�nicas e incluso envi� dinero a Tiro para un sacrificio a Melkarth. Estos dieron entrada a Ep�fanes, y lo apoyaron en sus crueldades. Podemos entender f�cilmente c�mo un celoso jud�o de la �poca macabea considerar�a a estos "ap�statas" como enemigos mayores que los paganos seguidores de Ep�fanes.

Hasta donde sabemos, desde poco despu�s del regreso del exilio hasta el per�odo de dominaci�n de los sel�ucidas, el sumo sacerdote era nasi y jefe de la gente. Despu�s del per�odo macabeo hasta el per�odo herodiano, la cabeza del pueblo era el sumo sacerdote. A la muerte de Herodes el Grande, se reanud� la relaci�n anterior. Incluso durante el reinado de Herodes hubo un pr�ncipe, en la forma del rey. La menci�n de un pr�ncipe, sin ninguna menci�n de un rey, excluye todo despu�s de John Hyrcanus. La afirmaci�n de que ya no hab�a un pr�ncipe, cierra todo el per�odo posterior a que Judas Maccabaeus asumiera el sumo sacerdocio. Por lo tanto, estamos guiados por otra l�nea para fijar la fecha de este Cantar de Azar�as como el coraz�n del per�odo macabeo.

El siguiente verso tiene su propio testimonio de la fecha en que hemos visto razones para fijar m�s arriba. Las versiones griegas est�n aqu�, y dan el verso: "Y ahora no podemos abrir la boca, nos hemos convertido en una verg�enza y un reproche para tus siervos y para los que te adoran". El sir�aco tiene una ligera diferencia en la primera cl�usula: "No nos corresponde abrir la boca ante ti". Esto, sin embargo, no afecta la referencia principal del verso. El significado del vers�culo es que la apostas�a generalizada de la gente los convirti� en un reproche y una verg�enza para aquellos que sirvieron al Se�or y lo temieron en otros lugares. La �nica vez que coincidi� con una gran persecuci�n y la consiguiente apostas�a, cuando hubo grandes comunidades que tem�an al Se�or que podr�a ser escandalizado por la apostas�a de los jud�os palcstinianos, fue el per�odo macabeo, cuando existi� la gran comunidad jud�a de Babilonia, y la igualmente enorme comunidad de Egipto y Cirene, por no hablar de comunidades menores y solo menores en Asia Menor. Nos aventuramos, entonces, por todos estos motivos, a asumir que esta composici�n debe ser fechada como perteneciente a la lucha de los macabeos.

La canci�n lit�rgica puesta en boca de los tres se ha dado cuenta de que debe fijar su fecha. Un examen minucioso parece mostrar que puede haber sido escrito para la ocasi�n. Un jud�o de �pocas posteriores podr�a f�cilmente ocupar su mente imaginando cu�l ser�a una forma probable que una canci�n de alabanza tomar�a en la boca de los hombres tan situados. Visto desde este punto de vista, en general merece un elogio. Si estos m�rtires cantaran, de los cuales no hay una sola palabra en el texto genuino de Daniel, naturalmente ser�a un salmo. Si no tomaran el trig�simo trig�simo sexto, con su estribillo lit�rgico, entonces algo inspirado en �l ciertamente ser�a su canci�n. Difusa como es esta canci�n, hay una sensaci�n de �xtasis que se adapta al estado de �nimo de los m�rtires criados por la residencia divina por encima del dolor o el miedo a la muerte. Esta parece haber sido la adici�n original, porque el vers�culo 22 de esta porci�n se ajusta al estado de los asuntos mencionados en el vers�culo 21 del cap�tulo. De hecho, parece una versi�n amplificada y exagerada del vers�culo 22. La canci�n de Azariah, por lo tanto, es probablemente una inserci�n de una fecha posterior a la interpolaci�n de la canci�n conjunta. Aunque su inserci�n es posterior, no se hab�a compuesto de manera improbable durante alg�n tiempo antes de su inserci�n.

Esos versos que conectan, del cuadrag�simo sexto al quincuag�simo, seg�n la Vulgata, nos han llegado en tres versiones diferentes. La versi�n de la LXX. es el m�s largo, "Los guardias del rey que los arroj� al horno de fuego, dejaron de quemar el horno (???????? ??? ???????), y cuando arrojaron los tres de una vez por todas al horno, y el horno estaba muy ardiente a causa del calor de siete veces: y cuando los arrojaron, los que los arrojaron estaban por encima de ellos; pero los que estaban debajo de ellos alimentaron el horno con nafta, remolque, brea y le�a. Y las llamas del horno subieron cuarenta y nueve codos, y pas� y quem� a los de los caldeos que encontr� alrededor del horno. Y un �ngel del Se�or baj� al horno junto con Azar�as y sus compa�eros, y apag� la llama del fuego del horno. , y causado en medio del horno como si fuera un viento silbante h�medo; y el fuego no los toc�, ni los afligi� ni los molest� ". La versi�n de Theodotion es m�s corta con esto: que no da la situaci�n relativa de los que arrojaron a los tres hebreos al horno, y los que lo alimentaron con combustible. La versi�n sir�aca est� en general en

.

2. Los jud�os, que adoraban a un Dios santo, fueron invitados a inclinarse ante la imagen de un dios imp�o. El car�cter de las divinidades babil�nicas era inmoral. Adorar a uno de ellos era honrar la inmoralidad. Donde hay rasgos moralmente degradantes de cualquier religi�n, como el uso de indulgencias y el confesionario en la Iglesia de Roma, la asociaci�n con esa religi�n debe poner en peligro nuestro car�cter moral.

3. Los hombres que no ten�an fe en un dios falso deb�an adorarlo. Esto implicar�a enga�o. La culpa de un id�latra ignorante y creyente no ser�a nada m�s que la de alguien que se inclin� ante el �dolo sabiendo que era un dios falso. Ninguna mentira es peor que la mentira en la religi�n. El primer deber religioso es: "ser sincero".

4. Los jud�os, creyendo en los celos de su Dios, deb�an honrar a una deidad rival. Un pagano pod�a adorar a un dios extra�o, porque pod�a encontrar espacio en su pante�n para cualquier cantidad de divinidades. Para el jud�o, el Eterno es el �nico Dios. Dios exige la adoraci�n exclusiva de nuestros corazones. No podemos darle lealtad dividida ( Josu� 24:15; 1 Reyes 18:21; Mateo 6:24).

II EL INTENTO DE APLICAR LA UNIFORMIDAD RELIGIOSA POR VIOLENCIA ES TANTO TONTO COMO CRUEL.

1. Es tonto. La persecuci�n no puede convencer al intelecto ni asegurar la lealtad de los afectos. A lo sumo, solo puede asegurar la obediencia externa y la devoci�n hip�crita. Adem�s, el intento de determinar el culto religioso de los hombres por la autoridad, incluso si pudiera tener �xito, solo estar�a justificado bajo el supuesto de infalibilidad por parte del gobernante. Pero las autoridades pol�ticas no tienen el monopolio de la verdad; por lo tanto, dado que es probable que el perseguidor est� tan equivocado como el perseguido, y como la persecuci�n nunca tiende a asegurar una verdadera convicci�n, recurrir a ella es una prueba de doble locura.

2. Tambi�n es cruel. La furia de Nabucodonosor fue excitada por la oposici�n de los tres jud�os, y emiti� una orden muy feroz para su destrucci�n. Su conducta se consideraba doblemente ofensiva: una rebeli�n contra el rey y un insulto a su dios. As�, los motivos religiosos se utilizan para justificar la crueldad m�s grosera.

III. SE REQUIERE FIDELIDAD A DIOS DE LOS ESTADOS UNIDOS IRRESPECTIVA DE LAS CONSECUENCIAS. Los tres jud�os no necesitaban aprovecharse de la oferta de Nabucodonosor de un tiempo para reflexionar. Es peligroso conversar con la tentaci�n. Sin tener en cuenta las circunstancias, sin excusas de casu�stica, debe confundir nuestra convicci�n del deber de fidelidad a Dios. Esto es simple y cierto. La fe en la Providencia, sin embargo, nos fortalecer� en el cumplimiento del deber. Los tres jud�os cre�an que Dios pod�a librarlos ( Daniel 3:17) y, por lo tanto, confiaron en su cuidado. Dios puede requerir el sacrificio absoluto de todo lo que tenemos; sin embargo, al rendirle una devoci�n incondicional, podemos estar seguros de que no nos olvidar� ni nos permitir� sufrir m�s de lo necesario para cumplir su voluntad de amor.

IV. DIOS A VECES TRAE ENTREGA EN LA �LTIMA EXTREMIDAD.

1. Cuando no nos salva de caer en problemas, puede evitar que los problemas realmente nos lastimen. Dios no intervino para atar la ejecuci�n del decreto real, pero liber� a los tres jud�os de todas las consecuencias da�inas, si es que lo hizo. Dios no nos salva del trabajo, el dolor y la muerte, pero su gracia puede quitarles el aguij�n y la maldici�n. Mientras nos deja en el mundo, �l puede protegernos del mal, y aunque, a diferencia de los tres jud�os, podemos sufrir dolor en el horno de la aflicci�n, esto puede no hacernos da�o, sino m�s bien trabajar nuestro mayor bien.

2. Al liberarnos en problemas en lugar de salvarnos de problemas, Dios es muy honrado y honrado. Somos muy bendecidos. El tema de este incidente fue la declaraci�n de la gloria de Dios ( Daniel 3:28, Daniel 3:29) y la promoci�n de sus fieles servidores ( Daniel 3:30) . Es mejor ser probado primero y luego salvado que nunca estar en peligro o problemas.

Daniel 3:16

Valiente descuido.

Los tres jud�os dieron el ejemplo de la decisi�n sin vacilar y la rapidez sin miedo, lo que puede brindarnos una lecci�n saludable para quienes vivimos en medio de la cautela y la conveniencia t�mida de una edad menos simple.

I. A UNA CONCIENCIA SALUDABLE EL DERECHO DE FIDELIDAD A DIOS ES CLARO E INADECUADO. Los tres jud�os no ten�an dudas sobre su deber, ni ning�n deseo de reconsiderar su decisi�n. Fue claro y definitivo.

1. La duda y el misterio est�n m�s preocupados por los problemas de inter�s meramente intelectual. Cuando llegamos a la regi�n de la moralidad, encontramos una luz m�s clara y un terreno m�s firme. Dios nos ha dado una revelaci�n que es clara con respecto a nuestro deber, aunque puede ser oscura en puntos especulativos (Salmo 119:105).

2. Los deberes m�s importantes son los m�s claros. El sofisterio puede encontrar alguna excusa para su perplejidad entre las complejidades de la moralidad menor; pero cuanto m�s nos acercamos a los deberes fundamentales, menos espacio hay para la incertidumbre. El deber de fidelidad a Dios es el mayor de todos los deberes, y es el deber sobre el cual puede haber menos preguntas.

3. Cuando la duda invade los centros vitales de la moral, esto generalmente puede tomarse como una se�al de que la conciencia no est� en un estado saludable. Tal duda es como el daltonismo o la incapacidad de discriminar entre los sonidos musicales m�s elementales. Argumenta un �rgano defectuoso, porque es contrario al testimonio general de una experiencia saludable. Por lo tanto, aunque la duda intelectual puede ser irreprochable, la duda moral sobre cuestiones de deber fundamental es un signo de depravaci�n mural.

II CUANDO EL TRABAJO ES CLARO, LA ACCI�N DEBE SER INMEDIATA. Conociendo su deber, los tres jud�os no deseaban retrasar la ejecuci�n del mismo.

1. No hay nada que tienda a oscurecer la simple convicci�n del deber tanto como la vacilaci�n al ponerlo en pr�ctica. Tal vacilaci�n brinda la oportunidad de una falsa casu�stica; deja tiempo para que surjan preguntas que nunca deber�an pensarse; reacciona en la conciencia, y a trav�s del sentimiento de incertidumbre en la acci�n tienta a la mente a la incertidumbre en el pensamiento.

2. Cada momento de retraso en la ejecuci�n de la decisi�n de conciencia debilita la fuerza de esa decisi�n. El impulso de la conciencia nunca es tan fuerte como cuando se reconoce claramente por primera vez. Un deber descuidado parece admitir un aplazamiento indefinido y, por lo tanto, el vigor de la conciencia se desmoraliza y se disipa.

3. Cuando una vez que conocemos nuestro deber, es incorrecto retrasar la ejecuci�n del mismo, incluso si estamos seguros de que finalmente lo cumpliremos. La obediencia tard�a es un signo de indiferencia. La fidelidad sincera implica una acci�n r�pida.

III. NO HAY NECESIDAD DE TEMAR LAS CONSECUENCIAS CUANDO ESTAMOS EN EL CAMINO DEL SERVICIO. Los tres jud�os no estaban seguros del tema de su trascendental decisi�n. Pero el peligro y el misterio del futuro no los intimidaban. Ten�an buenos motivos de seguridad.

1. Dios liberar� a sus fieles siervos del mayor peligro si es consistente con lo correcto y con los m�s altos fines de bondad para hacerlo.

2. Aunque sus fieles servidores pueden sufrir por un tiempo, Dios seguramente ver� que al final no sufrir�n ning�n da�o real (Salmo 34:19; Mateo 19:29; Romanos 8:28).

3. En el peor de los casos, es mejor hacer lo correcto y sufrir que hacer lo malo y estar tranquilo. La justicia es mejor que la felicidad.

IV. HAY TIEMPOS EN QUE ES MEJOR HACER NUESTRO DEBER SIN INTENTAR EXPLICARLO O DEFENDERLO. Los tres jud�os pensaron que era in�til o innecesario entrar en cualquier defensa de su conducta. Confesaron su deber sin dudarlo, pero no sintieron la necesidad de preparar una respuesta a la acusaci�n de sus enemigos. Hay momentos en que una defensa de nuestra conducta es in�til:

1. Porque no se entender�a; porque nuestros motivos de conducta pueden ser ininteligibles para aquellos en cuyo poder estamos.

2. Porque una decisi�n adversa se decide claramente y no se ver� afectada por ning�n motivo contrario. Estas dos consideraciones, sin duda, llevaron a nuestro Se�or a guardar silencio en su juicio ( Mateo 27:14).

3. A veces perjudica nuestra causa para defenderlo. Una disculpa a menudo sugiere preguntas que no se hab�an pensado previamente. A menudo es m�s sabio simplemente calmar la calumnia persistiendo tranquilamente en lo que creemos que es correcto. Nuestro primer deber es complacer a Dios, no a los hombres.

Daniel 3:25

La presencia divina.

I. DIOS EST� CON SU GENTE EN SUS PRUEBAS.

1. No evita que caigan en apuros, pero los ayuda cuando est�n dentro, lo cual es mejor para los fines disciplinarios de los problemas.

2. Dios no simplemente env�a ayuda en problemas. �l viene a s� mismo. Mois�s no estaba satisfecho con la promesa de la gu�a de un �ngel ( �xodo 33:2). Busc� y obtuvo la seguridad de que la presencia de Dios ir�a con Israel ( �xodo 33:14). Jesucristo promete su presencia permanente ( Mateo 28:20). Esto es m�s que la presencia universal natural de Dios. Es una cercan�a de simpat�a, una relaci�n activa, una manifestaci�n especial de su Esp�ritu ( Juan 14:23).

3. La presencia de Dios en problemas implica su resistencia con nosotros por simpat�a. �l est� afligido en nuestras aflicciones ( Isa�as 63:9). Jes�s llev� nuestras penas ( Isa�as 53:4; Mateo 8:17). Cuando tomamos el yugo de Cristo, estamos unidos a �l, y �l nos apoya ( Mateo 11:29).

II LA PRESENCIA DE DIOS EN PROBLEMAS ES UNA GARANT�A DE SEGURIDAD ACTUAL Y ENTREGA �LTIMA. El secreto de la seguridad de los tres jud�os en el horno se ve en la cuarta presencia, como "un Hijo de Dios".

1. La presencia de Dios asegura la seguridad presente. Por su simpat�a nos ayuda a soportar problemas. Por su fuerza espiritual en nosotros, �l aumenta nuestra fuerza. Aplicar esto

(1) a la resistencia del sufrimiento y

(2) a la resistencia a la tentaci�n ( Isa�as 43:2).

2. La presencia de Dios asegura la liberaci�n final. Dios no solo nos ayuda a soportar el problema. Encuentra una v�a de escape para que, aunque la atravesamos, no permanezcamos en ella.

III. LA PRESENCIA DE DIOS EN PROBLEMAS ES UNA COMPENSACI�N AMPLIA PARA SU RESISTENCIA. Las tormentas despejan el aire y revelan la perspectiva distante. Los problemas acercan lo eterno y revelan lo invisible. Esta cercan�a de Dios es la fuente de nuestra vida m�s sagrada y nuestra alegr�a m�s profunda. Vale la pena entrar en un horno de fuego para encontrarse con Cristo all�. El cielo es la presencia de Dios. El horno de la aflicci�n se convierte en un para�so cuando manifiesta su presencia en �l.

DOS LECCIONES PR�CTICAS 1. Ser fiel. Los tres jud�os fueron fieles a Dios. Por lo tanto, Dios se manifest� a ellos. Dios no est� presente en todos los hornos de prueba. �l viene cuando somos verdaderos y confiables. Si vivimos sin Dios en la prosperidad, no podemos esperar que nos visite en la adversidad (Jeremias 11:14).

2. S� valiente. Si estamos siguiendo a Cristo, no debemos temer problemas. La seguridad de la presencia Divina deber�a incitarnos a enfrentar la prueba m�s dura (Salmo 23:4). El coraje cristiano es un deber que depende de la fe en la presencia y ayuda de Dios ( Juan 14:1, Juan 14:18). Esta fe es el secreto de la gran diferencia entre la fortaleza de los estoicos, que a menudo terminaba en desesperaci�n y suicidio, y. el coraje del cristiano) que emite una paciente y esperanzada sumisi�n.

HOMILIAS DE H.T. ROBJOHNS

Daniel 3:1

La creaci�n incesante de dioses.

"Nabucodonosor el rey hizo una imagen". "Lo configur� en la llanura de Dura" ( Daniel 3:1). Las preguntas sobre la imagen se discutir�n en la secci�n Expositiva. Para fines homil�ticos, distinguimos aqu� entre tres entidades separadas, todas suficientemente reales en su propio reino.

1. La imagen, construida y apareciendo a su debido tiempo en medio de los fen�menos de este mundo material.

2. La idea que representa, existiendo realmente en la mente del rey y de aquellos que pensaron con �l. La imagen probablemente representaba "Bel", el "poder mundial" que le hab�a (como imagin� el rey) toda su grandeza. La idea puede haber sido, fue, falsa, pero tuvo sin embargo una existencia subjetiva real e influyente.

3. El autor de primero la idea, y luego de la imagen, a saber. el pr�ncipe mencionado en Juan 12:31; Juan 14:30; Juan 16:11; Efesios 2:2, y en otros lugares. Todo esto lo encontraremos muy sugerente; porque hasta esta hora los hombres nunca han dejado de crear im�genes para el homenaje de sus semejantes.

I. El �dolo siempre nuevo. Siguiendo la sugerencia de las l�neas ya establecidas, tenga en cuenta:

1. El creador. El pr�ncipe de las tinieblas. Ahora es la moda teol�gica negar, al menos dudar, su existencia. Pero tal escepticismo nos parece estrecho. Seguramente todo lo bueno y lo malo no est�n confinados a la tierra; y como ciertamente estos pueden tener su influencia en el mundo de los hombres. La Biblia implica a trav�s de lo que han tenido y siguen teniendo.

2. La creaci�n intelectual. Pensamiento err�neo. Una falsa idea. Una opini�n p�blica malvada. Piense en el enorme poder ejercido sobre la vida, el habla y los hechos del hombre; p.ej. �Qu� mujer en China se atreve a no vendar y paralizar los pies de su hija? �A qu� terrible costo se rompe la casta en la India? Se requiri� una guarnici�n de William Loyd en los primeros d�as contra la esclavitud para protestar contra la perversa opini�n p�blica del sur, con la que hubo complicidad en el norte, y luego, literalmente, en peligro de su vida. La influencia de la opini�n antite�sta, anticristiana y antifilantr�pica es nada menos que desp�tica; p.ej. tratamiento reciente de Virchow por los evolucionistas de Alemania.

3. La forma sensible. Formas de discurso, de acci�n, h�bito de vida, modos de trabajo, forzados por la falsa opini�n p�blica sobre los hombres, contra los cuales solo unos pocos fieles a veces se rebelan. Estos �dolos est�n configurados para gobernar en todas partes; p.ej. en el �mbito de la administraci�n dom�stica, de la vida social, en las diversas Iglesias, en la vida de la naci�n, e incluso en dominar las relaciones internacionales de los hombres.

II EL NIMBUS DEL IDOLO. En las antiguas mitolog�as, a menudo se ve�a, o se supon�a que se ve�a, una nube de luz alrededor de las personas de las deidades. As� fue con esta imagen que Nabucodonosor cre�. Uno no puede leer estos versos iniciales sin ser golpeado con el halo de esplendor arrojado alrededor del �dolo. La majestad del tama�o, la brillantez del material, la notoriedad dominante, marc� la imagen misma. Con una iteraci�n interminable, como el estribillo de una canci�n, se nos dice que fue "la imagen dorada que Nabucodonosor el rey hab�a creado". La realeza lo sancion�. La aristocracia estaba en su camino. La educaci�n y la literatura se inclinaron ante ella ( Efesios 2:8). La gente aprob� la adoraci�n. Todo lo que el mundo pod�a hacer, reuniendo poderosos concursos de personas, pompa de ceremonias, elaboradas interpretaciones musicales, se hizo para dar un gran eco a la idolatr�a. Lo mismo ocurre con todas las formas de idolatr�a del siglo XIX. Los reyes, los pr�ncipes, los pueblos, las clases literarias y educadas, como por un consentimiento, de muchas maneras, despu�s de muchas modas, se unen para glorificar la imagen que la opini�n p�blica, alejada de Dios, no inspirada por su Esp�ritu, con demasiada frecuencia establece. Los pueblos pueden hacer im�genes tan f�cilmente como los reyes.

III. La pena inminente. Enumere los hornos ardientes que los devotos modernos de la imagen encienden para ellos que no se inclinar�n; p.ej. p�rdidas en los negocios, exclusi�n social, negaci�n de derechos pol�ticos, persecuciones menores y malignas en muchos foros.

IV. LA PROSTRACI�N GENERAL.

V. LOS POCOS FIELES.

CONCLUSIONES

1. No seas parte de la configuraci�n.

2. S� uno para no doblar la rodilla.

Daniel 3:14

Principio iluminado por el fuego.

"Oh Nabucodonosor, no tenemos cuidado", etc. ( Daniel 3:16). Dibuja las caracter�sticas principales de esta historia de m�rtires intensamente interesante; y entonces-

I. PRINCIPIO RELIGIOSO. Y aqu�, para que no podamos movernos en la niebla, abramos, paso a paso, lo que hay que decir.

1. Principio. Qu� es .9 Un principio es literalmente una primera cosa; un comienzo; una causa La primavera en la ladera de la monta�a, de donde sale el poderoso r�o. La ra�z del �rbol. Los Principia de Newton. El principio del universo, el Primero, es Dios.

2. Principio religioso. La idea esencial en la palabra. "religi�n" es la de obligar. (Vea la etimolog�a.) La religi�n distingue lo que une al hombre con Dios: nombra el v�nculo que une la tierra al cielo. El principio en la religi�n es aquel en la ra�z del ser del hombre; ese comienzo de las cosas en el alma que determina la vida exterior: palabra, obra, comportamiento, h�bito, conducta.

3. Los dos tipos. Hablando estrictamente, los comienzos de la religi�n pueden estar en dos esferas completamente diferentes. Pueden ser objetivos o subjetivos. Hay comienzos con Dios y comienzos en el hombre.

(1) Los principios objetivos de la religi�n constituyen la revelaci�n externa de Dios. Esa revelaci�n es la expresi�n de su amor. Estrictamente considerado, esta es la primavera y la ra�z de todos los dem�s. Desde este punto de vista, el primer principio de la religi�n no es otro que Dios mismo.

(2) Los principios subjetivos de la religi�n. Estos son el efecto del objetivo. Son comienzos en el hombre; de donde procede todo lo que es claramente moral y espiritual.

(a) La verdad en la mente. Moda para denunciar la importancia de la verdad; pero no se puede negar leg�timamente, es vital.

(b) Sentirse respondiendo a la verdad.

(c) Direcci�n desde la conciencia seg�n la verdad y respondiendo a la emoci�n.

(d) Volici�n obediente a la autoridad real de la conciencia.

4. La forma actual. El principio religioso con nosotros tomar� formas evang�licas. Nuestra posici�n es diferente de la de los tres. Ellos en el crep�sculo; Estamos en llamas del mediod�a. La verdad vino de Dios, para ellos a trav�s de Mois�s y los profetas; para nosotros, por Jesucristo. Partieron del Sina�, nosotros del Calvario. Comenzamos con la confianza en un Cristo personal, ese es nuestro primer principio subjetivo, luego seguimos la verdad, la emoci�n, el imperativo moral, la obediencia.

5. Momento de principio. Imposible exagerar su importancia. Lo que un hombre es en principio, que el hombre es todo.

II ADHESI�N A LA TI. Un ejemplo sublime. Ilustraci�n e iluminaci�n del principio religioso.

1. La tentaci�n de abandonar el principio. Tenga en cuenta lo que ten�an que hacer. Doblar la rodilla ante una imagen del poder mundial, tal vez de Bel, posiblemente del propio rey. Todo el Sina� protest� contra eso. Pero mira las tentaciones. Lea su fuerza a la luz de nuestra propia naturaleza.

(1) Doblar la rodilla era algo tittle. El significado moral de las peque�as cosas; p.ej. firmar el nombre de otro es falsificaci�n. �Para permitir que los persas pasen las Term�pilas!

(2) Todo el mundo lo har�a.

(3) La gratitud se traslad� al cumplimiento. ( Daniel 2:48, Daniel 2:49.)

(4) Esperanza. M�s favor en el futuro.

(5) Miedo. El horno caliente; El destino seguro.

(6) La vista probablemente sea m�s dominante que la fe. La fe ve como a trav�s de la niebla.

2. La decisi�n.

(1) Construido lentamente. Quiz�s la decisi�n fue tomada al instante; pero se fue construyendo gradualmente en solidez y fuerza. La imagen no se cri� en un d�a. Oro para recoger. Planes Estimados. Los trabajadores tienen. El trabajo real. Todo esto llevar�a tiempo. Ver poderosas ruinas de s�tanos todav�a en Dora. Alg�n aviso del festival. Tiempo para consultar con amigos, sobre todo, con el Amigo celestial.

(2) La victoria moral fue anterior al evento. Mucho antes de la primera nota de la m�sica, se hab�a llegado a la decisi�n y se hab�a ganado la victoria. La pompa del d�a se hab�a familiarizado con la meditaci�n. Toda victoria moral es secreta y anticipativa. As� ser� con el cristiano y la muerte.

(3) La decisi�n fue irreversible, una vez tomada.

3. El acto. La majestad moral de los tres entre millones. Solo. Pero no solo. Daniel Simpatizantes �ngeles Dios. Todos all� con ellos yo

4. Su dependencia. Estos santos militantes se atrincheraron detr�s de dos l�neas.

(1) Dios. �l era:

(a) Existente.

(b) Su propio Dios: "Nuestro Dios".

(c) El objeto de su servicio. Eterno

(d) Capaz de justicia para entregar.

(e) Ciertamente, lo har�a. Pero si todo esto no fuera as�, entonces:

(2) Inefable grandeza de esta posici�n moral. Que Dios no entregue, no pueda, sea solo un objeto de servicio imaginado, no sea su Dios, porque de hecho �l no existe. Entonces hay algo detr�s y m�s profundo que su trono. Lo correcto es lo correcto por los siglos de los siglos. Nuestra visi�n de Dios puede estar oscurecida; nuestro sentido del derecho casi nunca. Esto est� claro:

(a) Si hay un Dios, no puede ser correcto inclinarse ante una cosa.

(b) Si no lo hay, el hombre es hombre, y todav�a no puede inclinarse ante algo como esto. En medio de todas las tentaciones de la vida, tenga en cuenta que hay un Dios; e incluso si (en aras de la discusi�n) no hay, todav�a hay un alma; y en el alma un concepto de justicia absoluta, incondicionada y eterna.

5. El resultado de la decisi�n.

(1) En cuanto a ellos mismos.

(a) Libertad de la ansiedad. "No tenemos cuidado".

(b) Silencio. Ningun ruido. Sin disculpas Ninguna defensa elaborada.

(c) Salvaci�n. En el fuego, pero fuera del fuego; para el Salvador all�.

(2) En cuanto a los dem�s. �Qui�n puede estimar?

(a) Sobre los jud�os. Obediente al Sina�, pero en posiciones m�s oscuras que la de los tres.

(b) Sobre los paganos.

(c) En la Iglesia universal, cuando y donde sea que se cuente la historia de este hero�smo.

Daniel 3:19

El Salvador en el fuego.

"La forma del cuarto" ( Daniel 3:3). Un bosquejo de los desarrollos posteriores de la historia presentar� bien los siguientes temas.

I. EL SALVADOR DE LA IMAGINACI�N DEL REY. "Como a un hijo de los dioses". El rey ciertamente no estaba familiarizado con la doctrina hebrea del Mes�as, e incluso si lo fuera, la denominaci�n, "Hijo de Dios", no le ser�a familiar. El libertador para �l fue quiz�s un �ngel, pero seguramente un visitante de lo invisible.

II EL ENTREGADOR REAL "El �ngel de Jehov�", el �ngel-Dios del Antiguo Testamento, el Se�or Jes�s, en esas epifan�as temporales y especiales que precedieron a la gran Epifan�a de la Encarnaci�n. Este "bajar a entregar" no est� solo. Por lo tanto, las otras emergencias de la eternidad al tiempo del Se�or deber�an arrojar luz sobre esto; p.ej. dos apariciones a Agar ( G�nesis 16:1 .; G�nesis 21:19-1). Dos en la vida de Abraham ( G�nesis 17:1; G�nesis 19:1; G�nesis 22:1.). Varios casos en la historia de Jacob (G�nesis 28:10-1; G�nesis 31:11-1; G�nesis 32:24-1; G�nesis 48:15, G�nesis 48:16). En la zarza ardiente ( �xodo 3:1.; Set. Tambi�n �xodo 23:20-2; �xodo 13:20-2; �xodo 14:19, �xodo 14:20; �xodo 40:33-2; 1 Reyes 8:10, 1 Reyes 8:11; 2 Cr�nicas 7:1). El mismo personaje de agosto estaba en el Sina� (comp. �xodo 24:1. Y �xodo 33:11-2 con G�latas 3:19). Varias manifestaciones, tambi�n, en la vida del desierto de Israel ( �xodo 16:10; N�meros 12:5; N�meros 14:1; N�meros 16:19, N�meros 16:42; N�meros 20:6; �xodo 33:3). As� en la vida de Joshua ( Josu� 5:13; Josu� 6:5). Ver epifan�as adicionales en Jueces 2:1; Jueces 6:11-7; Jueces 13: 1-25 .; 1 Reyes 8:9, Isa�as 63:8, Isa�as 63:9. "El �ngel de Jehov�" no es otro que Jehov� mismo manifestado en la Persona del Se�or Jes�s. La doctrina de la Trinidad es la �nica explicaci�n adecuada. Lo que dijo Robert Hall sobre el Ser Divino es verdaderamente cierto de la doctrina de la Trinidad: "Inexplicable en s� misma, explica todo adem�s; arroja una claridad sobre cada pregunta, explica cada fen�meno, resuelve cada problema, ilumina cada profundidad y rinde todo el misterio de la evidencia tan perfectamente simple como es de otra manera perfectamente ininteligible, mientras que en s� mismo sigue siendo una oscuridad impenetrable ". Las siguientes son razones para creer que el Se�or Jes�s estuvo presente en este fuego:

1. Era antecedente probable que lo fuera. Teniendo en cuenta las apariencias antecedentes, observe que el tiempo del cautiverio fue una �poca cr�tica en la historia del reino de Dios; el lugar: el gran teatro de Babilonia para la manifestaci�n de lo Divino. El mal chocaba con la conciencia. Los fieles all� estaban indefensos. Fue para que Cristo lo libere.

2. Cumplir�a una promesa de mil a�os (Le Isa 26:14 -44).

3. El efecto moral de la epifan�a ser�a grande: en jud�os, paganos; todo hasta el final de los tiempos.

III. EL MISMO SALVADOR AHORA.

1. El Se�or Jes�s puede estar presente con nosotros en el fuego de nuestros problemas. Esto depende de si le damos la bienvenida o no. �l espera venir a nosotros en nuestras penas. Diferente es la intensidad del fuego con diferentes santos, con lo mismo en varios momentos.

2. Su presencia es alivio.

3. Ser� la liberaci�n final y la salvaci�n perfecta.

Daniel 3:28-27

Las salvaciones demuestran al Salvador.

"No hay otro Dios que pueda liberar despu�s de este tipo" ( Daniel 3:29). Explica el estado mental real del rey. No era due�o de Jehov� como el �nico Dios, ni le orden� que fuera adorado. Solo declar� que pod�a salvar a sus sirvientes como ning�n otro pod�a, y orden� que no se maldecieran su Nombre. Curiosa mezcla de tolerancia e intolerancia. Muy lentamente, los hombres aprenden los principios de las religiones y la libertad eclesi�stica. (Matthew Henry es completo y bueno en esta secci�n.) Pero el texto puede usarse como punto de partida para un buen serm�n misionero. Las ilustraciones ser�n abundantes en proporci�n a nuestro conocimiento de la mejor literatura misionera, no solo la que aparece en forma tan fragmentaria en revistas, sino con tratados completos y exhaustivos, de los cuales ahora hay muchos. El siguiente esquema es meramente sugerente. y tendr�a que ser tomado selectivamente; para el conjunto ser�a demasiado para un discurso.

I. MALOS DE LOS QUE EL HOMBRE LLAMA POR LA ENTREGA.

1. Interno

(1) Oscuridad del intelecto en cuestiones morales.

(2) Emociones enanas, extraviadas, pervertidas.

(3) Torpidez de conciencia (por ejemplo, el extraordinario farisa�smo de los chinos aparte del evangelio, en contraste con su miedo y dolor cuando el convincente Esp�ritu lo conduce a una sensaci�n de pecado).

(4) Terror de la conciencia despierta, que nada m�s que el evangelio puede mitigar.

(5) Par�lisis de la voluntad; es decir, pura incapacidad (es decir, moral) para hacer lo que har�amos. "Apruebo el bien, pero el mal lo persigo" ( Romanos 7:1.).

2. Externo.

(1) Individual. Quiz�s la mayor�a de las penas y desalientos de la vida caigan bajo esta clasificaci�n.

(a) Limitaci�n. Casi todas las formas de dolor caen bajo esta cabeza; p.ej. la debilidad de la juventud, debilidad, enfermedad, privaciones, aflicciones, desalientos, debilidad de la edad, etc.

(b) Colar. La batalla de la vida. Obra de la vida.

(c) Muerte inminente.

(d) Imperfecci�n del car�cter; es decir, de la manifestaci�n externa del bien interno.

(2) Social. Hay males que nos caen en nuestras relaciones con nuestros semejantes. Estos surgen de la extrema dificultad de llevarnos moralmente, correctamente, en relaci�n con nuestros asociados. De ah� muchas penas. De ah�, tambi�n, muchos pecados; males en la familia; sujeci�n injusta de la mujer; esclavitud; crueldad; negligencia de ministraci�n al sufrimiento; infracciones de los mandamientos quinto, sexto, s�ptimo, octavo, noveno y d�cimo; guerra, etc. Por lo tanto, tambi�n, todas las tiran�as pol�ticas y la persecuci�n religiosa. No hay libertad, igualdad, humanidad, unidad o verdadera independencia.

II ENTREGADORES PROPORCIONADOS INCOMPETENTES. Todas las religiones que han declinado de la pureza de la revelaci�n primigenia, y en proporci�n al grado de su partida. Puede ser necesario aqu� contrastar la suposici�n f�cil y fr�vola de que cada religi�n es una evoluci�n del genio de cada raza, y que es compatible con ella, y propicia su elevaci�n moral. P.ej. el contraste entre la idea comparativamente pura, que tiene el pueblo de Nueva Guinea, de un Gran Esp�ritu y los horrores de su vida can�bal. Seguramente estos no pueden dejarse a la religi�n tal como han evolucionado. Al mostrar la incompetencia para librarse del mal, los religiosos del mundo deben clasificarse, y luego la incompetencia de cada uno de ellos debe demostrarse en relaci�n con los males enumerados anteriormente. Se sugiere la siguiente clasificaci�n:

1. indiferentismo; es decir, cualquier sistema negativo que ignore la naturaleza religiosa del hombre.

2. Polite�smo.

3. Pante�smo.

4. El mero te�smo; p.ej. El movimiento Brahmo-Samaj en la India. Su fracaso para cumplir con el pecado y las penas de los hombres est� ampliamente probado (ver sus propios �rganos literarios en la India).

5. El ate�smo en todas sus formas modernas; p.ej. agnosticismo, positivismo.

6. Formas impuras del cristianismo. Tenga en cuenta que incluso en Rusia es tan profundo el vac�o dejado por la Iglesia griega, que hay quince millones de disidentes, a quienes el imperialismo intenta aplastar. No ser�a dif�cil demostrar que la perversi�n romana del cristianismo ha demostrado ser incompetente, y solo en proporci�n a su declive de la verdad primitiva.

III. EL SALVADOR TODOPODEROSO. Toda la historia del reino de Cristo, los hechos de las misiones modernas, nuestra propia experiencia, demuestran la competencia de Cristo para llenar el vac�o de la necesidad del hombre y levantar la carga de su coraz�n sobrecargado; p.ej. para iluminar la mente; para dirigir, purificar y elevar las emociones; despertar y luego calmar la conciencia; para justificar la voluntad Y as� con las otras formas de maldad reunidas arriba. Exhiba todo esto en detalle y demuestre que "no hay otro Dios que pueda entregar despu�s de este tipo".

HOMILIAS DE J.D. DAVIES

Daniel 3:1

El hombre tiene una naturaleza religiosa.

Es un argumento v�lido para la existencia de Dios, que toda raza de hombres exige alg�n objeto de adoraci�n. En todas partes hay una dependencia sentida, una necesidad consciente de protecci�n y apoyo. Tan pronto como los hombres se liberan del cuidado apremiante y agotador de la comida diaria, sus mentes "sienten a Dios, si es que pueden encontrarlo". Una sensaci�n de orfanato aflige a la humanidad hasta que encuentra a Dios.

I. EL HOMBRE NATURAL TIENE UN INSTINTO PARA LA ADORACI�N. Es cierto que mientras el hombre permanece en una ignorancia b�rbara, es propenso a adorar a los agentes malvados imaginados, cuya ira �l desprecia. Pero incluso este acto es una confesi�n de que hay en alg�n lugar, fuera de �l, un poder superior a s� mismo, que es capaz de hacerle da�o real. Esta confesi�n es suficiente para establecer la doctrina de la supremac�a divina. Y a medida que los hombres ejercitan sus mentes sobre la variedad de eventos que ocurren sobre ellos, descubren que sus fortunas y destinos est�n controlados por alg�n Ser m�s poderoso que ellos. A pesar de su poder y su dominio imperial, Nabucodonosor se sinti� convencido de que hab�a una Deidad, o m�s, que le hab�a permitido este �xito en la guerra: esta magnificencia del estado real. El instinto natural de su alma anhelaba algo para adorar. �Alg�n hombre vivo se siente satisfecho con su estatura de excelencia moral? �No es una confesi�n com�n que no somos tan buenos como podr�amos ser? �No extendemos nuestra aspiraci�n hacia alg�n ideal m�s all� de esto? Y si hay una perfecci�n ideal en alguna parte, a la que nuestras almas someten sus energ�as para alcanzar, �puede esa perfecci�n ser impersonal, autoexistente? �No reside m�s bien en un Ser perfecto invisible, en cuya imagen el hombre degenerado una vez fue hecho? Este ser desconocido los hombres instintivamente anhelan conocer y adorar.

II EL HOMBRE NATURAL SE ARREGLA DESPU�S DE UNA MANIFESTACI�N VISIBLE DE DIOS, aunque Mois�s hab�a escuchado la voz de Dios y hab�a recibido de �l las tablas de piedra grabadas con su propia mano, sin embargo ans�a ardientemente una visi�n del Alt�simo: "Te ruego, mu�strame yo tu gloria ". Movido por un deseo similar de tener una relaci�n m�s cercana con Dios, un deseo de deshacerse de toda duda y perplejidad, Felipe pregunt�: "Mu�stranos al Padre, y nos basta". Si se deja solo, el hombre inventa ayudas para su devoci�n, que se convierten en obst�culos positivos. Por lo tanto, entre todas las naciones ha aparecido la demanda de alg�n objeto visible, que podr�a servir como una representaci�n de Dios; y, debido a su efecto perjudicial sobre los hombres, la prohibici�n fue dada a los jud�os: "No te har�s ninguna imagen tallada, ni la semejanza de nada en la tierra". Si la mente del hombre es tan superior a la materia; si posee atributos que no encuentran analog�a en las formas materiales; si nada en la naturaleza visible puede representar pensamiento, sentimiento, aspiraci�n, voluntad; entonces nada en el universo f�sico puede representar al Creador de todas las cosas. Somos conducidos al otro polo de la existencia cuando leemos: "Dios es un Esp�ritu".

III. Nabucodonosor hab�a aprendido (tal vez de las Escrituras jud�as) que la forma humana era el acercamiento m�s cercano a lo Divino; sin embargo, sinti� que Dios pose�a una grandeza sobrehumana y una bondad sobrehumana. La primera idea que intent� expresar dando a su estatua una magnitud colosal; la �ltima idea que trat� de encarnar en el oro que se prodigaba en la estructura. Ya sea que est� literalmente hecho de oro, o solo recubierto de oro, se pretend�a proyectar la misma sensaci�n, a saber. que se requer�a el m�s precioso de los metales para expresar la excelencia superlativa de la Deidad. "�Qui�n como el Se�or? �Dios nuestro, que mora en los cielos?"

IV. EL HOMBRE NATURAL PERMITIR� DEITAR EL ALCANCE M�S AMPLIO PARA LA ACTIVIDAD. Nabucodonosor no erigi� ning�n templo para esta figura gigantesca. Hab�a erigido templos en Babilonia para otras deidades �dolos; pero ahora le da mayor importancia a sus pensamientos y establece esta imagen colosal en la llanura abierta. Ning�n edificio criado por manos humanas puede contener al Dios verdadero. La b�veda de zafiro del cielo es el techo de su templo. El verde esmeralda, esmaltado con flores fragantes, es el piso m�s adecuado en su morada. Las colinas eternas, con sus picos nevados, forman los pilares de su casa. "El cielo es su trono: la tierra es un estrado para sus pies". Las innumerables estrellas son las l�mparas de su majestuoso santuario. Todas las cosas que viven y respiran se unen para celebrar su alabanza. "Su reino gobierna sobre todos". - D.

Daniel 3:2

Intento de coerci�n en la religi�n un fracaso.

Si, con su esbelto conocimiento de Dios, Nabucodonosor supon�a que la erecci�n de esta estatua colosal ser�a agradable a Dios, como una expresi�n visible de la lealtad del monarca, o servir�a para recordar a los hombres su obligaci�n religiosa, hasta ahora el hecho. ser�a en s� mismo digno de elogio. Pero cuando sigui� adelante para obligar a una r�gida conformidad a su modo de ofrecer adoraci�n, se atrincher� en los derechos de la Deidad: invadi� el territorio sagrado de la conciencia.

I. La coerci�n en la religi�n procede de la lujuria de poder. En algunos casos, puede surgir de una idea err�nea del deber personal; pero si se busca el motivo en su origen, se descubrir� que surge de esta fuente corrupta: la lujuria del poder. Nabucodonosor, como un d�spota oriental, ten�a control total sobre las personas, la propiedad y la vida de sus s�bditos; pero esta ansia de poder creci� por lo que se alimentaba. Al igual que el horseleech, siempre lloraba: "�Da, da!" Ansiaba tener control sobre los pensamientos, creencias y actos religiosos de su pueblo. Llevar�a su cetro, si pod�a, al reino interno de la conciencia, e influir�a en las naciones como quisiera. Por lo tanto, orden� la asistencia y el homenaje religioso de todos los que ten�an autoridad bajo �l, hasta el final para que estos, a su vez, pudieran exigir una obediencia similar de la gente. La soberan�a del amor es siempre una bendici�n; La soberan�a de la voluntad personal es m�s o menos una pesadilla.

"... hombre, hombre orgulloso!

Drest en una peque�a autoridad breve ... Hace trucos fant�sticos ante el cielo, como hacer llorar a los �ngeles ".

II LA COERCION EN RELIGION ES UNA USURPACION DE DERECHOS DIVINOS. "Los poderes que existen est�n ordenados por Dios", pero solo para fines limitados y bien definidos. Los monarcas y los jueces est�n en lugar de Dios para preservar a la sociedad de la anarqu�a y las heridas; pero sobre la vida interior, sobre el pensamiento, el afecto y la adoraci�n, no pueden tener dominio alguno. Atar y desatar las creencias de los hombres por la autoridad es imposible. Hay otro cetro ante el cual el coraz�n y la conciencia est�n obligados a inclinarse. Hay otro tribunal ante el cual deben aparecer reyes y s�bditos por igual. �Ning�n veredicto de absoluci�n que pueda dar un monarca humano servir� como pasaporte a favor del Alt�simo! Cada uno de la raza humana debe dar cuenta "de s� mismo a Dios". "Para nuestro propio Maestro nos paramos o caemos".

III. LA COERCION EN LA RELIGION DEGRADA LA VERDADERA DIGNIDAD DE LA RELIGION. La verdadera religi�n es nada menos que el amor m�s puro del coraz�n humano que se derrama, al servicio o al habla, al Dios viviente; y si el amor debe ser alguna vez espont�neo y libre, para ser amor, debe ser la piedad del alma humana. La espontaneidad es una necesidad en la religi�n. Si se emplea la compulsi�n, su esencia se evapora, su esp�ritu desaparece. Degenera en formalidad. En manos de un ambicioso monarca, la religi�n se convierte en una pieza de maquinaria estatal; se arrastra en el lodo de kingcraft. La pompa del ceremonial estatal �esplendor esc�nico, muestras de m�sica� solo degrada la religi�n, bajo el pretexto de rendirle homenaje. La atm�sfera en la que m�s florece no es la atm�sfera acalorada de los palacios reales, sino la atm�sfera de libertad tranquila. Puedes lanzar

solo puede propagarse con el l�tigo y la espada, no vale la pena propagarlo en absoluto. Si Dios no puede mantener su propia autoridad y gobernar sin la ayuda de la violencia humana, �seguramente es mejor creer que Dios no existe! Tal es el argumento de muchos a quienes la coerci�n ha endurecido y amargado. Y en una tercera clase de la sociedad, el efecto de la coerci�n es el martirio. Hombres y mujeres que valoran la verdad m�s que la conveniencia actual, que honran a Dios m�s de lo que honran a los hombres, estos rechazan firmemente los mandatos de la autoridad humana en el �mbito de la religi�n. Pase lo que pase, deben ser obedientes a la convicci�n y a la conciencia. Est�n obligados por una obligaci�n previa de seguir al Esp�ritu de verdad por dondequiera que gu�e. Una voz les habla directamente desde el cielo; y, que los reyes deliraran y asalten lo que quieran, rinden su primera deferencia al mandato celestial. Despu�s de todo, un rey humano no es m�s que un compa�ero gusano, y es una cosa ignorable dirigir nuestro curso de vida de acuerdo con los caprichos cambiantes de los pr�ncipes pomposos. Y el resultado de la resistencia honesta a la tiran�a religiosa siempre ha estado sufriendo: el estante, la llama, la prisi�n, la horca. D.

Daniel 3:8

El funcionamiento de la base y la amarga envidia.

Los hombres de Caldea, que se enchufaban con grandes t�tulos, pero pose�an peque�as almas, no se contentaban con rendir homenaje servil a la imagen dorada del rey; Deben volverse informadores contra aquellos que ten�an el coraje de la convicci�n religiosa. Mientras que la verdadera religi�n ennoblece a un hombre en todos los sentidos, la superstici�n enana el intelecto y el alma, emascula a un hombre. Un mosquito puede picar hasta la locura un caballo de guerra, y algunos hombres que son impotentes para hacer el bien est�n ocupados en desahogar el rencor malicioso en naturalezas m�s nobles que las suyas.

I. ENVY ES EL NI�O NATURAL DE LA AUTOESTIMA: la progenie base de un parentesco base. Bajo la pretensi�n de solicitud por el rey, estaban ansiosos principalmente por liberarse de formidables rivales. Estas personas acusadas eran extranjeros, cautivos, y hab�an sido llevados a oficinas eminentes en virtud de sus m�ritos personales. Pero los arist�cratas nativos de poca mentalidad no pod�an soportar esta competencia por los honores reales, y estaban lo suficientemente dispuestos a degradar y da�ar a los hombres buenos, si tan solo pudieran promover sus propios intereses mundanos. Ese es un vicio despreciable que tiene el ego�smo como su ra�z. El hombre envidioso se averg�enza de poseer su objeto real.

II ENV�E STOOPS PARA UTILIZAR LAS ARTES M�S MEDIAS. Estos caldeos inventaron un nuevo nombre, un nombre de oprobio, para designar a estos odiados rivales. Como los enemigos de Cristo inventaron el nombre de "cristiano" como sin�nimo y un reproche, estos informadores caldeos usaron la palabra "jud�o" como un estigma de desgracia. Adem�s, trataron de halagar al rey con todas las artes de la simpat�a. Halagaron su grandeza, su amor al poder, su fanatismo, su celo religioso, su voluntad autocr�tica. Los mejores amigos de un monarca son aquellos que le hablan al o�do en el momento adecuado la mayor�a de las verdades desagradables, y buscan sabiamente para reducir el crecimiento de la tiran�a imperiosa. Pero estos hombres, con ingeniosa habilidad, solo buscaban inflamar las pasiones m�s bajas del rey. Le recordaron que su autoridad real estaba indignada; que sus dioses fueron deshonrados; que su honor, como un verdadero monarca, era un; estaca. No se dej� piedra sin mover para obtener su nefasto fin. El suyo era un celo ocupado, digno de un objeto m�s noble.

III. ENVY MAGNIFICA LAS FALTAS SUPUESTAS DE OTROS. Por lo que aparece en la narraci�n, no hubo ocasi�n para que estos magnates caldeos hicieran ninguna acusaci�n contra los hebreos. No era parte de su oficina convertirse en fiscales. La idolatr�a de esa �poca era extremadamente tolerante. A cada naci�n y pueblo se les permit�a adorar a sus propios dioses. Si estos s�trapas caldeos hubieran albergado una chispa de generosidad en sus senos, habr�an argumentado as�: "Estos hebreos tienen una fe religiosa propia. Dejen que adoren lo que quieran". Pero es muy probable que estos gobernantes oficiosos hayan instigado al rey a hacer este cruel decreto y hayan observado estrechamente su efecto sobre la conducta de los j�venes hebreos. Ahora piensan que los han atrapado en una trampa mortal. Ahora exagerar�n su ofensa ante el rey. Ahora los acusar�n, no solo de retener el homenaje al nuevo �dolo, sino tambi�n con deshonra a todos los dioses de Caldea, con total desprecio del rey mismo.

IV. EL ENVIO ES CIEGO EN LA PREVISI�N DE RESULTADOS. Estos hombres envidiosos procedieron seg�n el principio de que previeron y anticiparon el curso de los acontecimientos. Claramente les parec�a que la serie de eventos era tan cierta como los eslabones de una cadena. El rey se enfurecer�a. Estos j�venes hebreos ser�an destruidos. Ellos mismos ser�an promovidos al honor. Pero aunque el primer paso fue exitoso, y todo su plan parec�a dar los frutos esperados, �he aqu�! aborto espont�neo y desilusi�n I Si hubieran logrado eludir y matar a estos hombres inocentes, habr�an procedido a acusar a Daniel tambi�n. Pero los ejecutores del mandato real fueron las �nicas personas asesinadas. Los j�venes hebreos disfrutaron en el horno de la presencia de un Compa�ero e Invitado celestial. El Dios de los hebreos recibi� homenaje real y respeto p�blico. Los s�trapas envidiosos fueron silenciados y avergonzados.

V. EL ENVIO ES INESCRUPULOSO PARA EL SUFRIMIENTO DE OTROS. Si solo puede obtener su miserable final, no le importa cu�nto sufrimiento del cuerpo y de la mente inflige a los dem�s. Sab�an que la pena decretada por incumplimiento de la pr�ctica id�latra era arbitraria y cruel; pero �qu� les importaba? Podr�an haber previsto que si estos tres notables hebreos sufrieran la muerte, ser�a el comienzo de una ardiente persecuci�n contra toda la naci�n de Israel; pero �qu� les importaba? Su orgullo y ambici�n fueron heridos por la elevaci�n al cargo de estos j�venes hebreos, y si solo pudieran provocar la ca�da de sus rivales, no ten�an escr�pulos qu� cantidad de sufrimiento les sobrevendr�a a los hebreos. La envidia siempre ha sido un enemigo mortal del amor fraternal.

Daniel 3:13

Una alternativa cr�tica

La alternativa a la que fueron llamados estos j�venes fue la idolatr�a o la muerte. Los demandantes por su lealtad fueron Nabucodonosor por un lado, Dios por el otro. Los primeros apelaron a todos los principios ego�stas de su naturaleza; el �ltimo, solo al sentido moral. Aqu� yace la prueba crucial de la vida humana. �Deber� la voz de Dios ser suprema? �Su autoridad ser� dominante sobre cada parte de mi naturaleza, sobre cada acto de mi vida? O, por otro lado, �prevalecer� alg�n otro maestro? En nuestra respuesta a esta pregunta cuelga nuestro cielo y nuestro infierno.

I. UNA ALTERNATIVA DE CONDUCTA. Mucho podr�a haber dicho un astuto defensor para inducir el cumplimiento de la demanda del rey. No hab�a exigido que sus s�bditos abjuraran de su lealtad a otro dios; podr�an, por lo tanto, llegar a un compromiso al rendir este acto externo de idolatr�a, mientras reservaban el verdadero amor y homenaje de sus corazones a Dios. �No eran los sujetos, s�, los cautivos, de este pr�ncipe terrenal? y no gobern� por derecho divino? �No hab�a sido su benefactor al alzarlos al honor? �Y no parecer�a una ingratitud b�sica resistir? �No era deseable mantener una uniformidad general y no parecer tolerar la rebeli�n y la irreligi�n? �No preservar�a la paz p�blica, promover�a sus propios intereses y proteger�a la fortuna de sus coexiliados, si cumplieran? No fue m�s que un acto solitario; Dios lo condonar�a f�cilmente; no necesita ser repetido! �Vali� la pena molestar al imperio en un asunto tan trivial? As� mil voces susurrar�an. Pero-

II Fue una alternativa de principio. A menos que estos hebreos act�en como una falsedad, este acto de idolatr�a ser�a la expresi�n visible de su creencia. Los actos externos son los frutos apropiados de la convicci�n interna. Un hombre temeroso de Dios no puede producir los frutos de la idolatr�a; tampoco puede un hombre id�latra llevar los frutos de la piedad. Al parecer, el cumplimiento aqu� ser�a pura hipocres�a; �Y estos j�venes hebreos se van a estampar hip�critas? Este fue un d�a de juicio: estos j�venes estaban siendo juzgados ante Dios. Digan lo que los hombres quieran acerca de concesiones mutuas, paciencia, paz, esta fue una ocasi�n notable para la prueba de principios. Si estos j�venes jugaran al cobarde ahora, ser�an cobardes para siempre, el deporte de cada viento caprichoso de las circunstancias. Si el cable del barco no se mantendr� en una tormenta, �de qu� sirve? El verdadero principio del car�cter es de la naturaleza del acero: no puedes doblarlo permanentemente. D�jelo a su propia acci�n, y vuela de regreso a su l�nea correcta.

III. FUE COMO ALTERNATIVA DEL DESTINO. El cumplimiento trajo la vida presente; la resistencia era emitir en muerte violenta. Por lo tanto, es evidente que este acto de idolatr�a no fue un acto trivial o incluso ordinario. El rey mismo lo plante� en una prueba p�blica. Sin embargo, este pomposo rey super� la marca. �Habl� sobre el resultado y el tema de esta supuesta contumacia? Era como un hombre que reconoce sin su anfitri�n. Los problemas de los acontecimientos est�n en otra mano que la suya. Las amenazas reales son a menudo como la paja que el viento ahuyenta. Mientras este rey babil�nico hablaba, un Rey m�s poderoso que revoc� el mandato humano e invirti� el destino previsto. Nabucodonosor dijo en sustancia a estos piadosos j�venes: "�Muere!" Dios pronunci� con el mismo aliento su fiat, "�Vive!" "El Se�or no da ning�n consejo a los paganos". En lugar de desgracia, vino el honor. �En lugar de muerte, inmortalidad!

Daniel 3:16

El triunvirato de la iglesia

Nada estaba m�s lejos de los pensamientos de estos j�venes que la notoriedad p�blica, y mucho menos el reconocimiento mundial. Lo hicieron pero cumplieron lo que parec�a un deber simple; y solo pidieron que se les permitiera servir a su Dios en una silenciosa oscuridad. Cuando la tentaci�n habl� a trav�s de los labios reales, dijeron con calma "No"; porque la lealtad al Rey de reyes ten�a un reclamo previo y primordial.

I. LA LEALTAD A DIOS RESISTE LOS ENTORNOS DE LA AUTORIDAD HUMANA. "En este asunto", afirmaron, no les preocupaba responder al rey. No ten�an una respuesta que fuera aceptable para la arrogancia imperiosa. En todos los dem�s asuntos, estaban preparados para rendir obediencia honesta y servicio obediente. Pero "en este asunto", tocando el amor y la adoraci�n debido a Dios, no hab�a otro curso abierto que obedecer a Dios m�s que al hombre. Jehov� hab�a dicho claramente: "No har�s ninguna imagen grabada, ni te inclinar�s ante ella". y ellos respondieron: "Todo lo que el Se�or nos ha mandado haremos". Fue un abuso de la autoridad humana, una invasi�n de las prerrogativas de la Deidad, establecer formas de creencias u objetos de culto. Esto es tiran�a, ofensiva tanto para Dios como para los hombres. Solo un esp�ritu de servilismo medio se someter� silenciosamente a tal arrogancia. El coraje varonil seguir� la simple regla de Jesucristo: "Da al C�sar lo que es del C�sar, y a Dios lo que es de Dios".

II LA LEALTAD A DIOS ES CONFIDENTE DEL �XITO DIVINO. En el verdadero servicio a Dios, aprendemos a conocerlo, y un mayor conocimiento conduce a una fe m�s fuerte. La obediencia es el portal principal al templo de la verdad divina. Cuanto m�s nos acercamos a Dios, obtenemos una visi�n m�s clara de su poder y grandeza, y m�s fuerte crece nuestra seguridad de que tenemos inter�s en su amistad. No sabemos qui�n es Dios si no confiamos en que �l pueda protegernos en cada emergencia. Pero la fe de estos hombres era a�n m�s fuerte. Cre�an que Dios los sosten�a en esta resoluci�n decisiva y, de alguna manera, aparecer�an para reivindicar su sincera fidelidad. C�mo deb�an ser entregados, no lo sab�an; pero estaban seguros de que diez mil modos de alivio estaban abiertos a Dios, y pod�an dejar el plan de campa�a con su Comandante en jefe.

III. LA LEALTAD A DIOS ES TOTALMENTE UN PRINCIPIO INCONS�TIL. Asegurado, aunque estos hebreos lo fueran, que la liberaci�n vendr�a; sin embargo, incluso si hubiera sido de otra manera, no habr�an alterado su l�nea de conducta. Ya sea que el cielo sea el resultado de la lealtad piadosa a la verdad, o si no lo es, los hombres renovados no pueden actuar de otra manera que ellos. Que los fil�sofos discutan tan plausiblemente como quieran, no pueden persuadir a la conciencia de que la obligaci�n moral es una fase de inter�s propio. Un buen hombre no persigue la virtud por el bien que puede obtener, por remota que sea la expectativa. Sin embargo, la bondad de Dios ha decretado que la virtud, la fe y la santidad, tarde o temprano, dar�n frutos de abundante gozo. Y as�, estos campeones de la verdad divina declararon valientemente al rey que, pase lo que pase, fuego o libertad, dolor o alegr�a, no tendr�an complicidad con los �dolos. Comprar�an la verdad a cualquier precio; lo vender�an a ninguno. Podr�an morir, pero no se atreven a pecar.

Daniel 3:19

El breve reinado de la violencia.

Solo es consistente con los bocetos del personaje de Nabucodonosor que nos proporcion�, creer que �l no era naturalmente un hombre cruel; tampoco era un id�latra tan r�gido como para oponerse a la adoraci�n de Jehov�. Era obstinado, excitable, f�cilmente inflamable; y fue demasiado f�cilmente llevado por los dise�os b�sicos de otros. Por el momento cedi� a la emoci�n de la pasi�n. Su orgullo autocr�tico hab�a sido herido, y no tolerar�a ninguna resistencia.

I. VEMOS VIOLENCIA CONVOCANDO EN EL CAMPO TODAS SUS FUERZAS, el rey est� "lleno de furia". Su compostura interior est� perturbada. Su misma piel cambia su tono. La sangre sube y retrocede con extra�a rapidez. Todos los m�sculos y nervios se estiran a la tensi�n m�s alta. Una locura se ha apoderado del hombre. La raz�n es superada por una tempestad repentina. La sabidur�a, la sagacidad, el juicio, la dignidad, se ahogan en una avalancha de sentimientos incontrolables. �Hombre pobre! �Qu� objeto de piedad! Est� verdaderamente pose�do por un demonio: "prendido fuego del infierno".

II VEMOS LA VIOLENCIA QUE ALCANZA SU PROPIO FIN. El rey orden� que el horno se calentara siete veces, debido a la audacia independiente de los calumniados hebreos. Esta fue una sugerencia de crueldad sin sentido. Pero realmente beneficiar�a a las v�ctimas inocentes, ya que acortar�a sus sufrimientos. Sin embargo, la raz�n hab�a abandonado al rey y hab�a huido a humildes senos. Su violencia desenfrenada era la debilidad misma. La fuerza f�sica est� destinada al fracaso.

III. VEMOS VIOLENCIA LESIONANDO A SUS PROPIOS AMIGOS. Como los madianitas, cuando fueron perseguidos por Gede�n en la noche, mataron inconscientemente a sus propios camaradas, as� que las armas que la violencia de Nabucodonosor estaba afilando hirieron a quienes las manejaban. La orden de ejecutar a los h�roes hebreos fue asignada a los veteranos m�s poderosos de Caldea. Muy probablemente hab�an incitado al rey en este curso desvergonzado, y estaban muy contentos de hacer a fondo el acto cruel. Siempre hay debilidad en la prisa. La justicia siempre est� tranquila, porque el tiempo est� de su lado. Ella espera sus conquistas con dulce compostura. Pero ahora este cruel deseo de destruir, para que el rey no ceda, este deseo es fatal para los orgullosos capitanes. Al tratar de matar a otros, su espada se convierte en su propio pecho. La llama material est� viva con discernimiento judicial: ha aprendido de su Creador a qui�n matar y a qui�n salvar. "�En verdad hay un Dios que juzga en la tierra!"

IV. VEMOS LA VIOLENCIA APARENTEMENTE TRIUNFANTE. Dios a�n no ha aparecido en nombre de sus defensores heridos. Lo! est�n atados, y no hay manos angelicales presentes! Lo! son arrojados al horno de fuego; caen en medio de las brasas! �No ha abandonado la justicia nuestra tierra? �Ahora que Violencia mueva la cabeza y sacuda la lengua! �C�mo es que ella es ruidosa y jubilosa! �Qu� tan elocuentes son sus burlas ["�D�nde est� ahora su Dios jactancioso? �Qu� provecho ahora en todas sus oraciones? Estos modelos de piedad, �d�nde est�n ahora? �No predecimos su desconcierto? �Ah, yo tambi�n lo tendr�amos!" - D .

Daniel 3:24

Los inesperados frutos de la persecuci�n.

Tan pronto como la feroz tempestad en la mente de Nabucodonosor hab�a gastado su poca fuerza, sucedi� la calma del agotamiento. El tirano se transforma en un sirviente, y aparece como un ni�o d�cil. Algo le ha producido una impresi�n extra�a: tal vez la quema repentina de sus propios oficiales, tal vez la inquebrantable fortaleza de los tres hebreos, tal vez la reacci�n natural de la excitaci�n forzada. Abandonando la pompa real, se visita a s� mismo como el horno de fuego, para poder discernir los restos de la vida humana provocada por la tonta violencia. Una vista inesperada lo espera.

I. La persecuci�n es inofensiva para los santos. Su experiencia no siempre es uniforme. Dios rara vez sigue exactamente el mismo curso dos veces. La vida corporal de los oprimidos no siempre se conserva. Sin embargo, en todos los casos, es cierto que no se les hace ning�n da�o real. A menudo-

"La persecuci�n los arrastr� a la fama y los persigui� al cielo".

En esta ocasi�n, la llama material, aunque se calent� siete veces, no fue tan vengativa y mortal como la furia furiosa del rey. Hab�a convocado a su servicio uno de los elementos m�s destructivos de la naturaleza, pero no lo obedecer�a. La llama no les hizo da�o: les hizo bien. Consumi� sus curvas; no chamusc� sus ropas. Les dio libertad. Les trajo una nueva experiencia. Puso un nuevo cetro en sus manos y los convirti� en reyes de la naturaleza. Eran hombres m�s poderosos que nunca. Los admiti� en una nueva sociedad y trajo a un �ngel a su c�rculo. Dios mismo les dio nuevas pruebas de su presencia, su tierna preocupaci�n por ellos y su poder suficiente. Ahora es evidente que el fuego no tiene propiedades consumidoras propias. Es una propiedad dada y mantenida por Dios. Todas las fuerzas de la naturaleza son como los manuales de un �rgano tocado por una mano divina. Por fe en Dios, estos hombres "apagaron la violencia del fuego".

II LA PERSECUCI�N DE LOS SANTOS OCASIONA LA INTERPOSICI�N MILAGROSA DE DIOS. Toda oposici�n levantada contra Dios solo saca a relucir los mayores recursos de su omnipotencia. La opresi�n de Satan�s de nuestra raza dio lugar al milagro redentor. La creaci�n es un milagro, porque lo que antes no era as�. La providencia, que no es m�s que un acto continuo de creaci�n, es un milagro. Concediendo que hay un Dios, no hay nada irrazonable en el milagro. Siempre que Dios se complace en trabajar, si los m�todos ordinarios fallan, se introducen m�todos extraordinarios de inmediato. Ninguna ocasi�n es m�s apropiada para la introducci�n del milagro que la persecuci�n. Dios se ha identificado con su pueblo, y el da�o causado a ellos se resiente como el da�o causado a �l. Tampoco debemos pensar solo en el milagro realizado en la llama material o en los cuerpos vivos de estos hombres. Esa es una visi�n estrecha del milagro. Hubo una agencia milagrosa que tambi�n se mostr� en la mente, el temperamento y la conducta de estos hebreos oprimidos. No era natural que se sometieran a la injusticia humana sin decir una palabra. No era natural, sino sobrenatural, que no mostraran ning�n esp�ritu vengativo ni se permitieran ning�n lenguaje de triunfo personal. Su modestia y olvido de s� mismos fueron tan milagrosos como su fe. Con el final de la persecuci�n lleg� el final de la visita del �ngel.

III. PERSECUCI�N PACIENTEMENTE PERMANECE PRODUCE CONVICCI�N EN LOS IMPIOS. El rey mismo fue vencido por el asombro. No pod�a creer la evidencia de sus ojos. Apenas pod�a confiar en su memoria. Por lo tanto, convoc� a sus pr�ncipes y consejeros para su ayuda. Apela a sus recuerdos. Les exige que vean, investiguen y comprendan estos extra�os hechos por s� mismos. En su presencia, el rey mismo (no un diputado) suplica a estos hebreos heridos que salgan de la llama m�stica. Les reza a quienes acaba de condenar cruelmente. El rey los califica, no a los fan�ticos, a los malvados, a los traidores; los califica como "siervos del Dios m�s elevado". S�, de ese Dios a quien hab�a despreciado por un tiempo. La prueba del socorro divino y de la protecci�n sobrenatural es completa, innegable, abrumadora. Y, con franqueza mental, Nabucodonosor se entrega a la evidencia.

Daniel 3:28-27

Inversi�n total de la rueda de la fortuna.

Durante esta crisis trascendental, ning�n cambio hab�a pasado por alto las convicciones, resoluciones o personajes de estos hombres piadosos, excepto el avance en fuerza y ??coraje que siempre estaba en progreso. Pero debido a su condici�n externa, un gran cambio era inminente. Una revoluci�n silenciosa avanzaba fuera de ellos.

I. UN CAMBIO EN EL LUGAR SEG�N DIOS. Este era el objetivo central de la resistencia de los j�venes hebreos, que Jehov� pudiera ser reconocido como supremo. Esta resistencia tranquila para Dios hab�a anulado por completo el efecto del �dolo gigantesco, su ritual imponente y su m�sica pomposa. La verdad se avanza de maneras m�s silenciosas. Esta investidura real de idolatr�a hab�a sido contumacia p�blica de Jehov�; pero tres j�venes modestos, sostenidos por la gracia divina, eran m�s que un rival para todos los majestuosos ceremoniales designados por el rey. A la cabeza de la naci�n, Nabucodonosor se retracta p�blicamente de su creencia religiosa. Mientras tanto su lenguaje era: "�Qui�n es ese Dios que te librar� de mis manos?" Ahora su lenguaje es: "�Bendito sea el Dios de los hebreos, que ha entregado a sus siervos que confiaron en �l!"

II UN CAMBIO EN LA REPUTACI�N DE LOS MARTIGOS. Nabucodonosor hab�a tratado como d�biles y sin valor a los hombres acusados ??de contumacia. Hab�a considerado sus convicciones como escr�pulos despreciables. Ahora sus opiniones han sufrido un cambio completo de repente. �l aprecia su nobleza; �l aplaude su lealtad constante a Dios. �l percibe una belleza gloriosa en su car�cter, al que antes era ciego. Confiesa que su firmeza tranquila era m�s poderosa y majestuosa que su furia tir�nica. Su paciente fortaleza lo ha cautivado. Los coloca sobre el pedestal de la consideraci�n real, y rinde homenaje a su virtud superior. Bien, dice el proverbio: "A los que me honran, los honrar�". Los m�rtires son canonizados y adorados como santos.

III. UN CAMBIO ES EL EDICTO REAL. Pero justo ahora el decreto real hab�a sido: "�Que los adoradores de Jehov� sean degradados, expulsados ??como perros!" Ahora se publica un nuevo edicto: "Que cada pueblo, naci�n e idioma que hable mal del Dios de los jud�os ser� cortado en pedazos y sus casas ser�n destruidas". El tono y el lenguaje del rey hab�an sufrido un cambio completo. Esto fue casi un milagro. Revocar el decreto del rey se consider� imposible. Los reyes de Oriente se enorgullec�an de la observancia de su palabra, que el costo sea lo que sea. Pero hay una reducci�n notable del orgullo en Nabucodonosor, y esta nueva ley ser� una protecci�n para todos los jud�os contra las blasfemias de sus amos extranjeros.

IV. UN CAMBIO EN LA CONDICI�N EXTERIOR DE LOS SUFRIMIENTOS. Su atacante es eliminado. No solo son restaurados a su antiguo lugar, sino que tambi�n son promovidos a cargos superiores. Justo cuando una ola creciente, rodando en la playa del mar, retrocede por un momento, pero solo para reunir fuerza fresca, y luego se eleva m�s alto en la orilla que en cualquier punto que haya alcanzado; as� que esta degradaci�n transitoria no fue m�s que el paso m�stico hacia un honor superior. De las ardientes fauces de la muerte, de repente se elevaron a la dignidad de la vida principesca. El camino hacia el renombre inmortal es a trav�s del valle del sufrimiento. "Es a trav�s de mucha tribulaci�n que debemos entrar al reino". La cruz era el camino del Salvador hacia su trono mediador; y si sufrimos con �l, "tambi�n seremos glorificados juntos". El fuego del sufrimiento no destruye al cristiano; Refina y purifica. Sale del horno cuando el oro est� bien bru�ido. El m�rito real, tarde o temprano, encuentra su verdadero nivel. D.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Daniel 3". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/daniel-3.html. 1897.