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Bible Commentaries
Deuteronomio 11

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

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Versículos 1-32

EXPOSICI�N

Mois�s aqu� renueva su exhortaci�n a la obediencia, impuesta por su experiencia de los tratos de Dios con ellos en Egipto y en el desierto, y por la consideraci�n de las promesas y amenazas de Dios. La bendici�n y la maldici�n se presentan ante ellos como consecuencia del cumplimiento o la transgresi�n de la Ley.

Deuteronomio 11:1

Israel deb�a amar al Se�or y manifestar esto por la constante observancia de todo lo que les hab�a ordenado.

Deuteronomio 11:1

Su cargo; lo que ha designado para ser observado y hecho (cf. Lev�tico 8:35; N�meros 1:53); explicado m�s completamente por sus estatutos, sus juicios y sus mandamientos.

Deuteronomio 11:2

Te conoc�; tomar nota de, reflexionar, poner al coraz�n. Las palabras que siguen, para ... visto, son un par�ntesis lanzado por el hablante para atraer la atenci�n especialmente de la generaci�n anterior, que hab�a sido testigo de los actos del Se�or. Las palabras, el castigo, etc. deben estar conectados con los que conocen, como el objeto del conocimiento, y conocen hoy el castigo, etc. que no han conocido y que no han visto; supp. "lo que hab�is sabido y visto". Tus ni�os; los nacidos durante el vagar por el desierto. Castigo; no castigo, sino disciplina, educaci�n, entrenamiento (LXX; ???????), incluida la correcci�n y la instrucci�n (del uso de la palabra hebrea ?????? en Proverbios 1:2; Proverbios 5:12; Proverbios 6:23, etc.). Su grandeza ... extendi� el brazo (cf. Deuteronomio 3:24; Deuteronomio 4:34).

Deuteronomio 11:3, Deuteronomio 11:4

(Cf. Deuteronomio 4:34; Deuteronomio 6:22; �xodo 14:1.)

Deuteronomio 11:5

Lo que hizo contigo en el desierto. Las acciones de Dios a las personas en el desierto comprenden las manifestaciones de su omnipotencia, tanto en su gu�a y protecci�n, como en el castigo de aquellos que transgredieron. Se hace referencia expresa a una instancia de esto �ltimo: la destrucci�n de aquellos que se unieron a la insurrecci�n de Cor� (cf. N�meros 16:31-4). Mois�s no menciona al propio Cor� aqu�, sino solo a sus c�mplices Dat�n y Abiram, probablemente, como sugiere Keil, "con respecto a sus hijos, que no fueron tragados por la tierra junto con su padre, sino que hab�an vivido para perpetuar a la familia de Cor�; quiz�s tambi�n porque, aunque Cor� estuvo a la cabeza de la insurrecci�n, Dathan y Abiram fueron los m�s decididos, audaces y obstinados en su rebeli�n (cf. N�meros 16:12-4, N�meros 16:25, N�meros 16:26), por lo que se denomin� de ellos.

Deuteronomio 11:6

Toda la sustancia que estaba en su posesi�n; literalmente, todos los seres vivos ( G�nesis 7:4, G�nesis 7:23) que estaban a sus pies, es decir, todos sus seguidores (cf. "todas las personas que te siguen," �xodo 11:8; "todos los hombres que se unieron a Cor�", N�meros 16:32).

Deuteronomio 11:7-5

Entonces, de lo que ellos mismos hab�an presenciado, Mois�s amonesta a los miembros mayores de la congregaci�n, convoc�ndolos a reconocer que el prop�sito de Dios es disciplinarlos y entrenarlos, para que puedan guardar sus mandamientos y fortalecerse en alma y prop�sito para entrar. y poseer la tierra, y vivir mucho tiempo en ella ( Deuteronomio 1:38; Deuteronomio 4:26; Deuteronomio 6:3).

Deuteronomio 11:7

Pero, lee, s�: s�, tus ojos han visto, etc.

Deuteronomio 11:10, Deuteronomio 11:11

Aqu� se aduce un motivo adicional para la fidelidad y la obediencia, extra�do de la excelencia y las ventajas peculiares de la tierra. Cana�n no era como Egipto, un pa�s que depend�a por su fertilidad de ser regado por el trabajo del hombre o por procesos artificiales, sino que era una tierra donde el suministro y la distribuci�n de agua se proporcionaban en dep�sitos y canales naturales, por medio de los cuales la lluvia que Dios, que cuidaba la tierra, envi� abundantemente sobre ella, se puso a disposici�n para fines �tiles. En Egipto llueve poco o nada, y la gente depende del desbordamiento anual del Nilo para el riego adecuado de sus campos; y como esto dura solo un corto per�odo, el agua debe almacenarse y redistribuirse por medios artificiales, a menudo de un tipo muy laborioso. Riega con tu pie. "La referencia, tal vez, es la forma de conducir el agua de una planta a otra y de surco a surco. A menudo he visto al jardinero en este trabajo fatigante y poco saludable. Cuando un lugar est� suficientemente saturado, empuja a un lado la arena tierra entre �l y el siguiente surco con su pie, y as� contin�a hasta que todo est� regado. Por lo tanto, est� hasta las rodillas en el barro, y muchas son las enfermedades generadas por este trabajo servil. O la referencia puede ser a ciertos tipos de m�quinas hidr�ulicas que fueron giradas por los pies. He visto peque�as ruedas de agua, en la llanura de Acre y en otros lugares, que fueron trabajadas, y me pareci� muy tedioso y dif�cil, y, si todo el pa�s tuviera que ser irrigado por tal proceso, requerir�a una naci�n de esclavos como los hebreos y maestros de tareas como los egipcios, para tener �xito. Cualquiera que haya sido el significado de Mois�s, los hebreos sin duda hab�an aprendido por amarga experiencia lo que era regar con el pie; y esto agregar�a una gran fuerza a la alusi�n, y har�a doblemente preciosa la buena tierra que bebi� de la lluvia del cielo, y no requiri� tal trabajo para hacerla fruct�fera ". Philo describe una m�quina cf. este tipo de uso en Egipto; y en ese pa�s, "un jard�n de hierbas" todav�a se riega generalmente por medio de una m�quina de construcci�n simple, que consiste en una rueda, redonda que gira una cuerda sin fin a la que se unen los cubos; Esto es trabajado por los pies de un hombre sentado en un trozo de madera sujeto al costado de la m�quina, trabajo a la vez mon�tono y severo.

Deuteronomio 11:12

Cuidado para; literalmente, busca o pregunta despu�s, es decir, piensa y se preocupa por (LXX; ????????????, supervisa; cf. Job 3:4; Salmo 142:4; Jeremias 30:17; Ezequiel 34:8; Isa�as 62:12). Los ojos del Se�or tu Dios; es decir, su providencia vigilante especial (cf. Salmo 33:18; Salmo 34:15; Ezequiel 4:5). Era una tierra en la que el respeto de Jehov� estaba constantemente fijado, sobre el cual miraba con cuidado incesante, y que era sostenido por su generosidad; una tierra, por lo tanto, totalmente dependiente de �l, y por lo tanto un lugar apropiado para un pueblo que tambi�n depende totalmente de �l, quien le deb�a a su gracia todo lo que eran y ten�an.

Deuteronomio 11:13

Al ser as� totalmente dependientes de Dios, les correspond�a tener cuidado de atender sus mandamientos y obedecerlos, para que su bendici�n pudiera continuar para ellos y para los elogiosos. Si amaran y sirvieran al Se�or como deb�an hacerlo, �l les dar�a la lluvia de su tierra, es decir, lluvia para su tierra, tal como lo requer�a (cf. "lluvia de tu simiente", Salmo 30:2, Salmo 30:3), en la estaci�n apropiada, la lluvia temprana y tard�a, para que puedan disfrutar plenamente de los beneficios de la tierra.

Deuteronomio 11:14

La primera lluvia; la lluvia que cae desde mediados de octubre hasta finales de diciembre, que prepara el suelo para la semilla y la mantiene h�meda despu�s de sembrarla. La lluvia tard�a; lo que cae en marzo y abril, aproximadamente cuando el grano est� madurando para la cosecha; Durante el tiempo de la cosecha no llueve en Palestina. Pero si permit�an ser enga�ados y enga�ados, para apostatar del Se�or y servir a otros dioses y adorarlos, el disgusto divino se mostrar�a al negarles la bendici�n, para que perezcan miserablemente.

Deuteronomio 11:16

Que tu coraz�n no sea enga�ado; literalmente, para que su coraz�n no sea seducido o seducido (???????). El verbo significa principalmente estar abierto, y como una mente abierta a las impresiones de fuera es f�cilmente persuadida, movida al bien o al mal, la palabra lleg� a significar inducir en un buen sentido o seducir en un mal sentido. Aqu� se advierte a las personas que no se dejen seducir para que las representaciones seductoras las extrav�en (cf. Job 31:27; Proverbios 20:19 ["halagar" "; Job 5:2 ["tonto"]; Oseas 7:11).

Deuteronomio 11:17

�l cerr� el cielo. "El cielo concebido como un �tero" (Schulz); cf. G�nesis 16:2. La falta de lluvia fue considerada como un signo del desagrado Divino y como una maldici�n ( 1 Reyes 8:35; Zacar�as 14:17; Apocalipsis 11:6).

Deuteronomio 11:18-5

(Cf. Deuteronomio 6:7-5.)

Deuteronomio 11:21

(Cf. Deuteronomio 4:40; Deuteronomio 6:2.) Como los d�as del cielo sobre la tierra; mientras los cielos contin�en extendi�ndose sobre la tierra, es decir, hasta el fin de los tiempos, para siempre (de. Job 14:12; Salmo 89:29; G�nesis 8:22).

Deuteronomio 11:22-5

Si estuvieran sedientos de guardar los mandamientos de Dios, y se adhirieran fielmente a �l, am�ndolo y caminando en todos sus caminos, expulsar�a ante ellos a las naciones de los cananeos y les har�a poseer el territorio de naciones m�s grandes y poderosas que ellos. . Cada lugar en el que deben pisar las plantas de los pies debe ser suyo, es decir, solo ten�an que ingresar a la tierra para convertirse en poseedores de ella. Esto se define m�s exactamente como restringido a la tierra cuyos l�mites se dan: desde el desierto de Arabia en el sur hasta el L�bano en el norte, y desde el r�o Eufrates en el este hasta el Mediterr�neo en el oeste ( Deuteronomio 1:7). Del desierto y del L�bano; lee, incluso al L�bano; ???? ?????? es para ????????? ?????? (cf. ???????? al final del verso). El mar m�s profundo; m�s bien, el mar obstaculizado ( N�meros 34:6), el mar que est� detr�s de uno mirando hacia el este ( Deuteronomio 11:26; cf. Deuteronomio 7:24; Deuteronomio 2:25; �xodo 23:27).

Deuteronomio 11:26-5

Mois�s, en conclusi�n, se refiere a la bendici�n y la maldici�n consecuente con la observancia o la transgresi�n de la Ley, y prescribe que cuando hayan entrado en posesi�n de la tierra, la bendici�n debe ser proclamada desde el Monte Gerizim, y la maldici�n desde el Monte Ebal .

Deuteronomio 11:26

He aqu�, pongo delante de ti; lugar para su consideraci�n ( Deuteronomio 4:8; Deuteronomio 30:15), para que pueda ver hacia d�nde tiende la obediencia, por un lado, y la desobediencia, por el otro.

Deuteronomio 11:28

Otros dioses que no conociste; en contraposici�n a Jehov�, el Dios revelado, que se les dio a conocer de palabra y obra.

Deuteronomio 11:29, Deuteronomio 11:30

(Cf. Deuteronomio 27:11.) Pondr�s la bendici�n; dar�s (????????), es decir, dar, pronunciar, anunciar, proclamar (cf. G�nesis 49:21; Job 1:22 [dado, es decir, impiedad pronunciada a Dios]; Sal 1: 1 -6: 20, gavest, pronunci�, calumni�. Las dos monta�as nombradas est�n una frente a la otra, con un valle en medio, de unos doscientos metros de ancho en la parte m�s ancha, en la que se encontraba la ciudad de Siquem, ahora Naplusa. seleccionados para el prop�sito mencionado, sin duda, debido a su posici�n relativa, y probablemente tambi�n porque se encuentran en el centro de la tierra tanto de norte a sur como de este a oeste. Se ha sugerido que Ebal fue designado para pronunciar la maldici�n, y Gerizim por pronunciar la bendici�n, porque la primera era est�ril y resistente, la segunda f�rtil y suave; pero esto no se ve confirmado por la apariencia real de los dos billetes, ambos siendo igualmente est�riles, aunque ninguno es totalmente indigente de cultura y vegetaci�n. Que Gerizim fue seleccionado para la bendici�n debido a su p La posici�n en el lado sur del valle "hacia la regi�n de la luz", mientras que Ebal fue designado para la maldici�n porque estaba en el lado norte, solo puede considerarse como una fantas�a ingeniosa. En el vers�culo 30, la posici�n de las dos monta�as se define como en el otro lado del Jord�n, es decir, en el lado opuesto a donde estaban los israelitas, el lado occidental; y, por cierto, m�s bien, detr�s del camino, donde se pone el sol; es decir, el camino del oeste, el gran camino que pas� por el pa�s oeste-Jordania, y que sigue siendo la ruta principal de sur a norte en Palestina (Ritter, 4.293, etc .; Robinson, 3: 127), pasando por Naplusa y las dos lluvias de men� en el este, de modo que est�n detr�s de �l. Que habitan en el cham�n; en el 'Arabah (ver Deuteronomio 1:1) "mencionado aqu� como la porci�n de la tierra en el oeste del Jord�n que se extend�a ante los ojos de los israelitas, que estaban acampados en las estepas de Moab "(Keil). Contra Gilgal; es decir, no el Gilgal mencionado en Josu� 4:19, que estaba al este de Jeric� (hod. Jiljulia), ni el Gilgal de Josu� 12:23 (probablemente el Jiljulieh moderno, en la llanura de Sharon) , pero el Gilgal de Josu� 9:6; Josu� 10:6; y 2 Reyes 2:1 (hod. Jiljilia), al norte de Betel, desde donde hay "una perspectiva muy extensa sobre la gran llanura inferior y tambi�n sobre el mar" (Robinson, 'Bib. Res, '3: 138); para que las monta�as de Nablus puedan describirse muy bien como "frente a ella". Al lado de las llanuras de Moreh; para "llanuras", lea los robles (cf. G�nesis 12:6; G�nesis 35:4).

Deuteronomio 11:31, Deuteronomio 11:32

La seguridad de que deben pasar por el Jord�n y poseer la tierra de Cana�n se asigna como una raz�n y motivo por los cuales deben observar hacer todo lo que Dios les ha mandado.

HOMIL�TICA

Deuteronomio 11:2

La voz de Dios en los eventos pasados ??debe ser escuchada, interpretada y obedecida.

Como en los p�rrafos anteriores, tenemos aqu� muchas repeticiones de las mismas ense�anzas que ya se hab�an dado. Por lo tanto, seleccionamos para el tratamiento homil�tico la �nica caracter�stica distintiva que lo caracteriza. El pueblo de Dios est� ahora al borde de Cana�n. Multitudes de ellos hab�an nacido desde que la marcha por el desierto hab�a comenzado cuarenta a�os antes. No pod�an haber visto las maravillas en Egipto, ni pod�an saber, excepto por el informe, de las manifestaciones del descontento divino ante el esp�ritu rebelde manifestado por la gente durante los primeros a�os de su curso. Pero todav�a quedan algunas personas mayores que lo vieron todo. A estos Mois�s hace su llamamiento, antes de que se termine el discurso en el que exhorta a la obediencia. Y les insta nuevamente, a partir de una consideraci�n del profundo significado de los eventos que han visto sus propios ojos, a aprender a ser fieles y obedientes. De ninguna manera entendemos a Mois�s como la intenci�n de decir que los ni�os no est�n delante de �l para escuchar sus palabras, sino que el argumento que est� usando ahora es especialmente para los padres en lugar de los hijos. Es en efecto esto: "Ustedes, los ancianos entre la gente ahora, han visto todas estas cosas. Dios les ha hablado directamente a ustedes: por lo tanto, les corresponde asignar a estos eventos su verdadero significado, y darles ellos su leg�timo poder sobre ustedes ". De donde obtenemos el tema mencionado anteriormente para nuestra Homil�a: "La voz de Dios al pasar eventos para ser escuchada, entendida y obedecida".

I. AQU� HAY SORPRENDENTES EVENTOS QUE OCURRIERON BAJO LOS PROPIOS OJOS DE ISRAEL. Tres de ellos est�n especialmente nombrados.

1. Las plagas trajeron a Fara�n y la tierra de Egipto.

2. El derrocamiento de los egipcios en el Mar Rojo.

3. El derrocamiento de Cor�, Dat�n y Abiram.

(Para comentarios sobre estos, ver Exposici�n, y Homil�as en loc. Para m�s informaci�n sobre el segundo, ver 'Egipto' de Brugsch).

II AQU� HAY UN SIGNIFICADO ESPEC�FICO DADO A ESTOS EVENTOS. Todos se llaman "castigo" ( Deuteronomio 11:2). No solo se les conoce como obras de grandeza, obras de poder y de terror, sino que su significado moral se da en la palabra "castigo". Es de mucha m�s importancia entender el significado de un evento, que simplemente tener el evento almacenado en la memoria como un pedazo de historia. De hecho, se puede cuestionar si este �ltimo tiene alg�n valor. �Qu� valor tiene para un estudiante saber que el Rey Juan firm� las Cartas Magus, a menos que sepa el significado de las mismas, en relaci�n con el aumento contra el crecimiento de la Constituci�n brit�nica? Aun as�, no es del m�s m�nimo servicio conocer las maravillas del Mar Rojo, ni las plagas en Egipto, a menos que se conozca su lugar y significado en la historia. Este es el caso igualmente con eventos de mucho mayor momento. Ni siquiera las maravillas de Getseman� y el Calvario est�n exentas. Si se consideran solo incidentes en la historia, aparte de su significado espiritual y redentor, no nos servir�n de nada. "Como el cuerpo sin esp�ritu est� muerto", tambi�n los hechos sin su significado est�n muertos. Por eso es que la atenci�n de Israel se recuerda a estas antiguas maravillas como "castigos" del Se�or su Dios.

III. ESTOS EVENTOS SE DIVIDEN EN DOS CLASES; en cada clase se ilustra un principio similar, aunque de forma diferente.

1. Los dos primeros fueron el castigo de Egipto en nombre del pueblo oprimido de Dios, mostr�ndoles la fuerza de su brazo y el valor de su pacto de amor.

2. El tercero fue el castigo de las personas elegidas, cuando se rebelaron contra el orden divinamente designado con referencia al sacerdocio. En los primeros casos, se demostr� el amor celoso de Dios en nombre de su pueblo; en el �ltimo caso, los celos de Dios por su propio honor, en mantener su orden y ordenanzas ordenadas intactas. En el primero, esos celos castigaron a Egipto por el bien de Israel; en el segundo, Israel por amor de Jehov�. As�, Israel tendr�a ante ellos la lecci�n de que, como Dios en su amor romper�a los grillos que los ataban, as� en su pureza eliminar�a las manchas que los desfiguraban; que cuando se regocijaban en el amor de Dios que los rodeaba como una poderosa guardia, tambi�n pod�an atesorar un temor sagrado de esa pureza que marcar�a su desagrado por su capricho y sus pecados.

IV. DICHOS EVENTOS, TAN COMPLETOS DE SIGNIFICADO, DEBEN TENER UN EFECTO CONSTANTE AL IMPULSAR A LA OBEDIENCIA, Y AL ACUMULAR Y SOSTENER UN TEMOR Y AMOR REVERENTES. Dios signific� mucho para hacerlos pasar, y deber�an significar mucho en el uso que hicieron de ellos (vers�culos 8, 9). Si los pusieran en el coraz�n y actuaran las lecciones que fueron dise�ados para ense�ar, continuar�an en la tierra que Dios les hab�a asignado. La referencia en la frase, "para que puedan prolongar sus d�as en la tierra", es m�s bien a la continuaci�n de Israel como naci�n, que a la larga vida del individuo. La continuidad nacional que depende de la obediencia nacional, es la �nica verdad nombrada con mayor frecuencia en las exhortaciones del universo de leyes de Israel.

V. TODO ESTO TIENE UNA APLICACI�N DE LOS D�AS ACTUALES A LA GENTE DE DIOS AHORA. Cambio de formas; pero los principios nunca se ven Hay pocos pasajes, incluso en el gran libro antiguo, que abren un alcance m�s amplio o un campo sublime para los esfuerzos del predicador que el anterior. La siguiente enumeraci�n de los enlaces sucesivos del pensamiento puede ser �til. Nuestras p�ginas no dan espacio para m�s.

1. En el trasfondo de la dispensaci�n cristiana hay hechos hist�ricos s�lidos y sustanciales sobre los cuales podemos recurrir.

2. Aunque los hechos, comprendidos en el nacimiento, la cruz, la resurrecci�n y la ascensi�n de nuestro Se�or Jesucristo, no ocurrieron en nuestros tiempos, sin embargo, la evidencia de esto nos ha llegado en una l�nea ininterrumpida y con una fuerza intacta.

3. El significado de estos hechos es a�n m�s conocido ahora que en el momento en que ocurrieron; su importancia ha sido registrada para nosotros en libros que han sobrevivido a incendios e inundaciones, y nos han alcanzado en toda su integridad.

4. Hay otros conjuntos de hechos relacionados con los cuales somos testigos, a saber. que el evangelio de Cristo ha sido el poder de Dios para salvaci�n para aquellos que lo creen, y que los creyentes en �l son los guardianes de �l, manteni�ndolo en confianza para los dem�s.

5. Los que custodian as� la fe de Cristo son la actual "comunidad de Israel"; tomando el lugar en esta econom�a del antiguo Israel. De hecho, no son visiblemente uno ahora como en la antig�edad. Pero forman una hueste cien veces m�s numerosa, con diferentes nombres, pero que guardan la antigua fe.

6. Las iglesias que son fieles a su misi�n reconocida, prolongan sus d�as en la tierra; mientras que aquellos que, ya sea en la fe o en la vida, son menos leales y fieles a su Dios, se extinguen, y "el candelero se retira de su lugar".

7. Esta ley de la vida de la Iglesia es una declaraci�n perpetua de los celos de Dios por su honor. "En proporci�n a su fidelidad o infidelidad", dice un escritor moderno, "las Iglesias particulares vencen al mundo o son vencidas por el mundo". As�, Dios muestra su cuidado por estos hechos supremos de nuestra fe, al decirle a las Iglesias: "Si los guardas, vives; si no los guardas, morir�s". En la gran redenci�n que es en Cristo Jes�s, Dios ha roto las cadenas que ataron al hombre. En sus celos vigilantes, traer� honor a la Iglesia que se mantiene firme y representa su redenci�n, y traer� verg�enza a quien la reprima, la debilite o convierta la gracia de Dios en lujuria. Del mismo modo que a nuestro Dios no le importaba que Israel siguiera siendo una naci�n a menos que conservaran su honor intacto, tampoco se preocupa por la existencia continua de ninguna Iglesia, a menos que est� "luchando sinceramente por la fe que una vez fue entregada a los santos".

8. Si bien, sin embargo, el reclamo y la demanda de Dios sobre la fidelidad de su Israel ahora es m�s fuerte que nunca, s� m�s fuerte, el modo en que se presenta ese reclamo es mucho m�s tierno que en la antig�edad. En las Ep�stolas de las siete Iglesias tenemos una especie de apelaci�n al Israel cristiano, an�loga a la de Mois�s al Israel hebreo. Pero, en lugar del trueno, el temblor y la llama del Sina�, tenemos el patetismo y el amor de Getseman� y el Calvario. �Podemos resistir tales llamamientos como los que presenta Cristo? �Podemos consentir en alejar del hombre la cruz, con toda su plenitud de significado; �O no respondes con el amor m�s intenso y la obediencia m�s cercana? �Que nuestro Se�or, que una vez sufri� y ahora glorificado, nos haga fieles y nos mantenga as� hasta la muerte!

Deuteronomio 11:10-5

El orden de la naturaleza subordinado a los prop�sitos morales.

(Para obtener informaci�n sobre los m�todos de riego en Egipto, vea la Exposici�n y trabaja sobre el tema). Mois�s aqu� recuerda a la gente:

1. Que la tierra de Cana�n no requerir�a riego artificial, como lo hab�a hecho Egipto; que era una tierra especialmente cuidada por Dios, quien le dio la lluvia temprana despu�s de la siembra, y la lluvia tard�a antes de la cosecha; para que no haya ocasi�n para que realicen el mismo tipo de trabajo que se hab�a realizado en la tierra de su esclavitud.

2. Que si fueran obedientes y fieles a sus votos, la fecundidad de Cana�n se garantizar�a mediante la continuaci�n de la lluvia temprana y tard�a.

3. Pero si se permitieran ser seducidos al servicio de otros dioses, la ira del Se�or se encender�a, el cielo se callar�a, la lluvia ser�a retenida y, por falta de sustento, la gente perecer�a. Ahora, es evidente que este es uno de esos pasajes con los que el llamado "pensamiento moderno" se aventura especialmente para entrar en conflicto. Ahora no nos ocupamos de ninguna teor�a f�sica del funcionamiento de la naturaleza que los hebreos hayan tenido. Mois�s no les dio ninguno. No era su provincia, que era simplemente ense�arles las leyes morales y espirituales bajo las cuales fueron colocados; para mostrarles que esto serv�a para sustentar su formaci�n en justicia, y que la naturaleza misma estaba tan regulada por Jehov�, como el factor m�s importante en las fuerzas educativas que trabajaban en su nombre. La serie de pensamientos aqu� presentados abre un tema muy importante para la ense�anza del p�lpito; verbigracia. El orden de la naturaleza subordinado a los prop�sitos morales.

I. DEJEMOS INDICAR LOS PENSAMIENTOS PRINCIPALES QUE EST�N CONTENIDOS EN ESTE PASAJE.

1. El env�o de lluvia del cielo es un acto de Dios (Jeremias 14:22). Esta es una verdad ense�ada por la religi�n natural y reconocida en toda la Escritura.

2. El env�o de la lluvia del cielo es un acto de, y para nosotros una prueba de, la Divina benevolencia ( Mateo 5:45).

3. Hubo amabilidad manifiesta hacia Israel, al llevarlos a una tierra tan espont�nea y ricamente fruct�fera como Palestina. En Egipto, donde la lluvia cae tan raramente, Dios le hab�a ense�ado al hombre a regarla por medios artificiales, en contra de la falta de lluvia por el aumento peri�dico del Nilo. Pero mientras que en Palestina no exist�a tal fen�meno, y como la gente hubiera perecido all� por la necesidad, si se hubieran requerido medios artificiales de riego antes de que estas medidas de irrigaci�n pudieran haberse llevado a cabo, no fue una misericordia significante que se les llev� a un tierra que no los necesitaba. Pierden mucho a quienes no ven pruebas del cuidado Divino en estos contrapesos y compensaciones naturales. Adem�s, si la fecundidad de Cana�n hubiera dependido de que Israel la "riega con el pie", en su ignorancia podr�an haber atribuido su fertilidad a su propio ingenio o sabidur�a; pero tal auto-elogio no podr�a surgir donde todo hubiera sido asegurado para ellos por un Poder que no fuera el suyo.

4. Sin embargo, por muy rico que Cana�n pudiera ser bendecido con la lluvia del cielo, ese don de Dios no era absoluto ni irrevocable, sino que se otorgar�a para servir al prop�sito de un entrenamiento moral. En 'Footnotes from the Page of Nature', el Dr. Macmillan muestra claramente que existe una ley de la naturaleza, en virtud de la cual cada orden de vida existe por el bien que est� por encima de �l. Tenemos que ampliar y generalizar este principio, y obtenemos exactamente la misma verdad en la Palabra que se revela en el mundo, a saber. que lo f�sico existe para lo moral, y est� tan regulado como para estar subordinado a ello. Todas las cosas son para el hombre. "Nos da lluvia del cielo y estaciones fruct�feras, llenando nuestros corazones de comida y alegr�a". Y si as� Dios se preocupa por los deseos corporales, �c�mo deber�a preocuparse m�s por el crecimiento moral de la criatura, el hombre?

5. De este principio general, dos detalles siguen naturalmente.

(1) Esa lluvia continuar� si la gente es obediente.

(2) Que si desobedecen y sirven a otros dioses, la falta de lluvia y la escasez ser�n los tristes recordatorios de su pecado (ver Deuteronomio 28:23, Deuteronomio 28:24; 1Re 8:35; 1 Reyes 17:1; 2 Cr�nicas 6:26, 2Ch 6:27; 2 Cr�nicas 7:12; Jeremias 14:1, Jeremias 14:17; Am�s 4:6; Hageo 1:7; Oseas 1:8, Oseas 1:9). No es una objeci�n v�lida decir que no hay nexo entre la obediencia o la desobediencia de un hombre y la ca�da de la lluvia. Porque, antes que nada, en tal declaraci�n hay una petitio principii grave. Se supone todo el asunto en cuesti�n; y en segundo lugar, seg�n el cuarto principio mencionado anteriormente, la teor�a de las Escrituras es, no solo que hay un nexo, sino que es conocido e inteligible y razonable: a saber. Dios da o retiene la lluvia. Valora la comodidad de su gente, pero su virtud m�s. �l var�a el curso de la naturaleza para mantener el �ltimo fin. Por lo tanto, hay una conexi�n entre la obediencia humana a Dios y una lluvia de lluvia. La obediencia es a Dios, la lluvia es de �l. Pero pasemos ahora ...

II MOSTRAR C�MO ESTOS PENSAMIENTOS DEBER�AN GU�ARNOS EN REFERENCIA A ALGUNAS DE LAS PERPLEXIDADES ACTUALES DEL PENSAMIENTO HUMANO. Y tal vez podamos encontrarnos con estos, y aclarar el pasaje que tenemos ante nosotros, de manera m�s efectiva, al hacer de inmediato la pregunta: "�Es correcto rezar por la lluvia?" Nuevamente debemos dividir esta pregunta en dos; y primero debe preguntar: "�Qu� queremos decir con orar por lluvia?" o "�Qu� es esa oraci�n por lluvia por la cual solo cualquier creyente devoto e inteligente argumentar�a?"

1. No significa que aquellos que nunca rezan deben rezar, sino por lluvia, y suplicar ego�stamente un regalo de un Ser a quien, excepto cuando est�n en problemas, no les importa hablar.

2. No significa que los hombres deben preguntar con desconfianza, como si pensaran que sus palabras llevar�an al Alt�simo a la l�stima.

3. No significa que cualquier solicitud de lluvia deba ser absoluta, o enviada con un esp�ritu de quejumbroso o dictado.

4. No se cree que ninguna ley de la naturaleza deba ser interferida, alterada o modificada para poder responder a dicha solicitud. Pero:

(1) Se sabe y se cree que toda la naturaleza es perfectamente pl�stica en las manos del Creador.

(2) Se afirma que Dios puede modificar el curso de la naturaleza sin variar una ley. Por qu�, incluso el hombre puede hacer esto: puede drenar un pantano o llevarse un lago, y cambiar el clima y la vegetaci�n de un distrito para siempre; y si el hombre puede hacer esto en parte, seguramente Dios puede hacerlo infinitamente.

(3) Se insta a aquellos que en todo por medio de la oraci�n y la s�plica hacen conocer sus peticiones a Dios, no necesitan alterar su curso porque el problema actual es la falta de lluvia; pero que puedan poner esto, en com�n con todas las otras cosas, ante Dios en oraci�n: reconociendo reverentemente su grandeza, reconociendo humildemente que sus pecados merecen su reprensi�n, y someti�ndose a ello con humildad y contrici�n de coraz�n.

(4) Se afirma que cualquiera de esas almas devotas, en cualquier angustia que sea, puede, puede, debe suplicar al Se�or su Dios que tenga misericordia de ellos, eliminar su golpe y concederles su solicitud. Esto es por lo que solo luchamos.

Ahora, hay razones para tomar esa posici�n, que no se pueden dejar de lado, y cuando se juntan en una fuerza acumulativa, nos parecen no dejar ninguna dificultad especial en este punto restante.

(1) Hay un Dios y Padre de todos.

(2) Le encanta que lo aborden en oraci�n (Salmo 50:15).

(3) Lo que sea un cuidado en el coraz�n de sus hijos es un cuidado en su ( Isa�as 63:9; 1 Pedro 5:7).

(4) La gran preocupaci�n de Dios por la gente es su entrenamiento moral ( Deuteronomio 8:2). Distribuye tanto el bien f�sico que el extremo superior puede ser servido.

(5) Nuestro propio Se�or nos ense�a a orar: "Danos d�a a d�a nuestro pan de cada d�a"; y si es as�, se deduce que podemos orar por la continuidad de los medios de los que depende el suministro de pan diario. Como la lluvia es uno de los principales medios, se deduce que los hijos de Dios pueden orar por lluvia.

Pero se puede objetar, 1: las leyes de la naturaleza son fijas. Que as� sea. El curso de la naturaleza no lo es (v�anse las observaciones anteriores). Dios puede modificar una orden sin alterar una ley. Lo que el hombre puede hacer en medida limitada, Dios puede hacerlo en grado ilimitado.

Objeci�n 2: La oraci�n no puede cambiar la mente de Dios. Cierto. No buscamos ni deseamos hacer esto. No sabemos cu�l es la mente de Dios hasta que �l nos lo diga. �l ha dicho: "Pide, y recibir�s". Si entonces es la mente de Dios que sus criaturas deber�an preguntar antes de recibir, no sirve de nada pensar que la mente de Dios cambiar�, y que recibir�n sin preguntar.

Objeci�n 3: Si, como se afirma, el pecado es la raz�n de la sequ�a, �entonces lo �nico que se enfrenta a tal caso es eliminar el pecado y no la oraci�n! Respondemos, la ense�anza de las Escrituras es que debe haber confesi�n, arrepentimiento y oraci�n (ver 1 Reyes 8:35). No uno solo, sino todos combinados. Por lo tanto, todas las objeciones fallan Finalmente, concluir�amos con una investigaci�n seria, cuya elaboraci�n exigir�a un largo discurso. Solo podemos ponerlo y dejarlo caer como semilla en algunos corazones. Dado, el hombre como ser moral, con posibilidades indefinidas de desarrollo para la santidad o el pecado, �qu� teor�a de la constituci�n de la naturaleza est� m�s de acuerdo con la constituci�n del hombre? �Lo que representa la fuerza f�sica como controlada para los prop�sitos de su cultura moral, o lo que representa las aspiraciones m�s nobles como irremediablemente desconcertadas por una fuerza f�sica no moral y desnuda? Lector: "Considera lo que decimos; y el Se�or te d� entendimiento en todas las cosas".

Deuteronomio 11:18-5

(Ver Homil�a en Deuteronomio 6:4.)

Deuteronomio 11:22-5

El poder moral de la justicia nacional.

Hubo un territorio definido asignado por Dios a Israel. Se les prometi�, pero la prohibici�n de ir m�s all� de lo que Dios les hab�a asignado era tan notable y fuerte como la seguridad de que pose�an tal asignaci�n. Los l�mites aqu� especificados se indican de nuevo en Josu� 1:3, Josu� 1:4. En los d�as de Salom�n, estos l�mites eran en realidad los suyos. Pero, como es bien sabido, eran un pueblo no entrenado para la guerra; Con respecto a la habilidad militar y los aparatos b�licos, otras naciones fueron mucho m�s que un rival para ellos, dejando fuera de la cuesti�n la escasez de Israel en n�meros. Pero (y no es la caracter�stica menos llamativa en la legislaci�n mosaica) deb�an tener un poder de otro tipo, incluso el que era moral, un poder que surg�a de su justicia, y que tambi�n depend�a de �l. Y en este pasaje:

1. Mois�s le recuerda nuevamente a la gente su deber: guardar los mandamientos del Se�or su Dios.

2. Se�ala que su lealtad a Dios y la seguridad de su protecci�n les dar�a una fuerza irresistible.

3. El conocimiento de este orden superior de vida moral, y de la guardia prometida de su pacto con Dios, influir�a tanto en las otras naciones que se inspirar�an con temor (ver Josu� 2:9, Josu� 2:10, Josu� 2:11).

4. Este temor a Israel que sentir�an las naciones alrededor les abrir�a el camino, garantizar�a su conquista y ser�a una seguridad para ellos al retener sus posesiones. De todo esto, obtenemos una de las lecciones m�s importantes que se pueden ense�ar sobre asuntos nacionales, a saber. Que el tipo de poder sobre otras naciones, que un pueblo bien puede desear, es el que proviene de la influencia de su propia justicia.

I. EL PODER NACIONAL EST� UNIVERSALMENTE COVETADO. Tampoco, siempre que se cumplan varias condiciones que se nombrar�n actualmente, es incorrecto. Ninguna naci�n deber�a consentir en ser una cifra entre las naciones. Del mismo modo que un hombre puede desear ser algo entre sus semejantes, un pueblo deber�a desear ser algo en lo que respecta a los estados vecinos.

II ES M�S IMPORTANTE QUE EL PODER DE UNA NACI�N SOBRE OTROS DEBE SER EL DE LA CLASE M�S ALTA. Una naci�n puede ser principalmente grande en su empresa comercial, otra en su cultura art�stica, un tercero en el renombre de sus oradores o poetas, un cuarto en su sabidur�a filos�fica, un quinto en su fama militar o naval; pero hay un poder, a diferencia de todos estos, despu�s del cual Israel estaba oculto para aspirar.

III. ESE ES EL PODER M�S DESEADO QUE HABR�A VALIDO MIENTRAS PERPETUAR A LA NACI�N QUE LO POSEE, POR EL BIEN DEL BIEN DEL MUNDO. Mois�s, bajo la direcci�n Divina, est� continuamente reconociendo esto, al poner la continuaci�n de Israel en la tierra como condicionada por su lealtad a Jehov� y sus leyes.

IV. EL �NICO PODER QUE ES ABSOLUTAMENTE NECESARIO PARA EL BIEN DEL MUNDO ES EL DE LA JUSTICIA. Esto une a un pueblo. Esto da cabezas claras, marcos fuertes, corazones valientes. Una naci�n cuyo coraz�n es completamente justo no pelear� a menos que deba hacerlo; pero si es necesario, luchar� grandiosamente y por un objetivo justo.

V. ESTE PODER DE JUSTICIA TENDR� UN EFECTO M�LTIPLE CON RESPECTO A OTRAS NACIONES.

1. Como regla, garantizar� su buena voluntad.

2. Apelando como lo hace al sentido de justicia del hombre, ayudar� a evitar ataques desde afuera.

3. Donde no puede hacer esto, y donde se debe resistir un ataque, si en la hora de su necesidad claman a Dios, descubrir�n que los protege en el d�a de la batalla (ver 2 Cr�nicas 20:1).

VI. ESTE PODER PUEDE DESARROLLARSE Y FORTALECERSE POR CONFLICTOS REPETIDOS Y ARDUOSOS. (Ver 2 Cr�nicas 20:29.) Cuando un pueblo tiene un coraz�n leal a Dios, y lo hace con una sola voz, le descubrir� que Jehov� escucha, y que Dios acelera lo correcto. Y no podemos apelar sin temor a todos nuestros lectores y decir: �No es este poder de justicia preeminentemente el que el mundo quiere? Siendo esto as�, podemos cerrar esta serie de comentarios observando:

VII. QUE EL GRAN DIOS DE LAS NACIONES PONER� SU SELLO DE APROBACI�N A LAS PERSONAS QUE TAN CLARAS A LA DERECHA, DANDO OTRA VEZ Y DE NUEVO LA VICTORIA A LA QUE, HABLAMENTE HABLANDO, ES EL LADO M�S DEBIL. Abundan los casos b�blicos de esto: Israel y Fara�n; Gede�n y los madianitas; Ezequ�as y Senaquerib; Josafat y los amonitas; y (en otro sentido) Elijah y los sacerdotes y profetas de Baal. La Palabra de Dios nos muestra continuamente que el poder no siempre est� donde parece estar, sino muy a menudo donde parece que no est�: Joseph, Daniel, Peter, etc. De todas estas consideraciones, puede surgir un sincero llamamiento para los hombres, incluso si aspiran a nada m�s alto que ser los verdaderos amantes y guardianes de su pa�s y naci�n, buscar el bien de su propia tierra, amar y practicar la justicia. Tampoco se suponga que esta declaraci�n se ve afectada en absoluto por el hecho de que "no estamos bajo la Ley sino bajo la gracia". La gracia reina a trav�s de la justicia, y solo a trav�s de la justicia. La gracia infinita ha ofrecido un sacrificio que ha eliminado la necesidad de continuar los sacrificios de la ley ceremonial. Pero la gracia nunca ha disminuido y nunca disminuir� ni una pizca de las demandas de justicia que marcan la ley moral. �Nunca! Y si somos rescatados de la condenaci�n, si somos hechos hijos de Dios, no es que podamos ser absueltos de la obligaci�n de justicia; pero que "la justicia de la Ley puede cumplirse en nosotros" desde la espontaneidad de la elecci�n personal, sin la necesidad de ning�n mandato para imponer o presionar para restringir. Y dado que solo en un pueblo perfectamente justo puede haber una garant�a absoluta de permanencia, se deduce que solo el pueblo en la comunidad de Israel constituir� "la ciudad eterna". Porque all� "el pueblo ser� todo justo", y luego "heredar�n la tierra para siempre". La rectitud y la permanencia est�n as� unidas en la perspectiva prof�tica de Isa�as, tan realmente como en la legislaci�n de Mois�s (ver Isa 61: 1-11: 21). En este mundo nuevo y m�s noble, la justicia surgir�, no como una respuesta a un mandato Divino, sino como el producto de una creaci�n Divina. Y luego a su alrededor habr� una guardia eterna. Ning�n enemigo externo se atrever� a atacar; Ning�n enemigo interno se debilitar�. "La salvaci�n ser� nombrada por Dios para muros y baluartes".

Deuteronomio 11:26-5

La temible alternativa ante todo hombre.

Tal vez, estrictamente hablando, el p�rrafo final de este cap�tulo incluye Deuteronomio 11:26-5. El lector del mismo, sin embargo, observar� que, si bien en su totalidad trata con la bendici�n y la maldici�n, sin embargo, los primeros tres vers�culos tratan de ellos como si descansaran sobre la gente, los versos restantes los consideran como pronunciados por la gente. El tema indicado por la segunda mitad se trata en Deuteronomio 27:1. Por lo tanto, limitamos nuestras observaciones a la secci�n anterior de estas palabras. Nos presentan la temible alternativa que est� ante cada hombre, como nuestro tema a considerar. Para que nadie intente embotar el borde de nuestras palabras diciendo: "No nos gusta la palabra 'maldici�n'; pertenece a una dispensaci�n m�s antigua ", observar�amos desde el principio que la misma alternativa se nos presenta, aunque puede ser en otras palabras, por el Se�or Jesucristo, en Juan 3:18. No decimos que no hay diferencia en el significado m�s all� de la variada fraseolog�a, sino que simplemente se�alamos en este momento que, bajo Cristo, como bajo Mois�s, se establece un fuerte contraste, en un caso de bendici�n y maldici�n, en el otro caso de aceptaci�n y condena. Uno u otro de estos pertenece a cada hombre. Aqu� hay un tema poderoso, en el cual el predicador tiene "por manifestaci�n de la verdad para encomendarse a la conciencia de cada hombre a la vista de Dios".

I. EL HOMBRE TIENE UNA NATURALEZA MORAL. La negaci�n de esto por parte de algunos, y la bajeza de las vidas de otros, no interfieren m�s con la verdad general de esto, que los casos que son anormales en el mundo f�sico lo hacen con la verdad bien comprobada en los departamentos f�sicos. El hombre tiene un ??????????, un poder de discernir distinciones morales. Si no da prueba de eso, es un hombre que perece.

II LA POSESI�N DE UNA NATURALEZA MORAL INDICA LA EXISTENCIA DEL DERECHO MORAL. Esta es, de hecho, la objetividad que est� ante el sentido moral, y que el mismo percibe.

III. LA EXISTENCIA DE UNA LEY IMPLICA LA DE UN ABOGADO; la existencia de una ley moral, la de un Legislador moral, quien es el Se�or del derecho, el Dios, "con quien est� nuestra cuenta". El sentido moral del hombre postula esto; la convicci�n casi universal de la humanidad lo afirma; El sentido del pecado es su constante demostraci�n. La experiencia de hombres como Enoc, que en la antig�edad "camin� con Dios", es una prueba de que, en cualquier caso, algunos esp�ritus humanos se apoyan en el Eterno, ya que el cuerpo depende del aire y la comida.

IV. EL ABOGADO MORAL SE REVELA A S� MISMO. No solo los hechos mencionados anteriormente muestran que �l es, sino que tambi�n sabemos lo que es. La Ley dada por Mois�s, y la proclamaci�n del Nombre de Jehov� a �l, revelan la grandeza del ser Divino; la palabra m�s completa de profeta y salmista igualmente. El Hijo Encarnado lo revel�. El Esp�ritu Santo lo revela a los ojos atentos y al coraz�n anhelante. "El Se�or tu Dios".

V. EL GRAN ABOGADO HA DADO MANDOS DEFINIDOS. Principalmente, como Legislador, en la Ley. Principalmente, como tambi�n un gran Benefactor, en el evangelio. En un aspecto, su Ley es "hacer"; en el otro su Ley es "recibir". En el primero se marca en detalle un curso de la vida; en el �ltimo, una redenci�n por gracia infinita se da a conocer por "la obediencia a la fe" De modo que, como nos habla, la Ley dice (porque estamos bajo la Ley de Cristo), "Recibe en la fe amorosa la redenci�n, incluso el perd�n de pecados, y luego, por las energ�as renovadas de una vida inspirada en Dios, camina no seg�n la carne sino seg�n el esp�ritu '.

VI. EL DIVINO ABOGADO RESPECTA A LOS HOMBRES SEG�N SU MEDIDA DE LEALTAD A LO CORRECTO Y VERDADERO, es decir, en la medida en que tengan la oportunidad de saber lo que es correcto y verdadero; porque algunas naciones pueden a�n no tener ninguna ley escrita. En tal caso, se aplican las palabras de Peter ( Hechos 10:34, Hechos 10:35). Podemos suponer otros que solo tienen la Ley. Tenemos la revelaci�n de Dios tanto en la ley como en el evangelio; para nosotros es la palabra de salvaci�n enviada (cf. Juan 6:29). Seg�n lo recibamos o no, Dios aprueba o desaprueba, acepta o rechaza. �Es posible suponer lo contrario? �Alguien puede pensar que un Legislador sagrado debe emitir una Ley perfecta, y luego no preocuparse por si los hombres la obedecen? �Se puede imaginar que debe enviar a su Hijo unig�nito al mundo, y luego dejarlo en manos de los hombres en cuanto a c�mo deben tratarlo a quien se le da todo el poder en el cielo y en la tierra? De hecho, (ver Homil�a en Deuteronomio 10:17-5) no se respeta a las personas en cuanto a rango, casta, color o clima. El mundo entero, el derecho y la equidad son el deleite divino; pero como lo correcto es lo correcto, y Dios es Dios, debe permanecer eternamente el gran abismo fijado entre la lealtad del coraz�n que �l aprueba y la deslealtad del alma que el Alt�simo no puede sino condenar. El trono del Eterno est� establecido en la justicia.

VII. ESTA APROBACI�N O DESAPROBACI�N DE DIOS ES LA BENDICI�N O LA MALDICI�N. (cf. Salmo 1:6.) Y estar�a bien si se imprimiera en toda conciencia que, incluso si no hubiera certeza de ninguna visita o castigo de Dios en se�al de su disgusto, sin embargo, ese disgusto en s� mismo es una maldici�n tan horrible que ser consciente de ello es el germen del infierno; mientras que, aparte de cualquier cosa que pueda enviarnos, �la conciencia de tener su aprobaci�n es una recompensa suficiente, celestial, "extremadamente grande"! La luz en la que Dios nos ve es de infinitamente m�s momento que los dones que env�a o los castigos que inflige. Tome una ilustraci�n de una esfera inferior. Supongamos que un hombre cuya vida y escritos est�n corrompiendo la moral y ayudando a arruinar la fe de sus compatriotas, es admitido, en el curso de los acontecimientos, a la asamblea de senadores brit�nicos. �l est� all� como uno de sus miembros. Pero �l sabe que el m�s grande, m�s puro, m�s filantr�pico y sacrificado de la humanidad lo considera a �l y a sus puntos de vista con un odio indescriptible, no por ning�n sentimiento vengativo contra �l, sino por los intereses solemnes que en sus manos est�n en peligro y avergonzado No se le hace nada; pero �l sabe que as� es como �l y sus puntos de vista son considerados por aquellos cuya estima es m�s digna de tener. �No ser�a ese estado de cosas una tortura intolerable para �l? �O suponiendo que "un sentimiento pasado" ser�a su caso menos lamentable? O suponiendo que est� tan lleno de orgullo y vanidad como para considerar al resto de sus compa�eros como virtuosos por una superstici�n cuyo poder elevador que no desea conocer, no ser�a la desaprobaci�n de la masa de la gente, demasiado profunda para cualquier palabra. expresar: ser como una maldici�n maldita sobre �l, a pesar de que no se impuso ninguna otra pena; �Y no ser�a ese rechazo una pena m�s fuerte que cualquier castigo externo? Pero oh! �Qu�, qu� es la desaprobaci�n del hombre, o de los hombres, en comparaci�n con el ce�o de Dios?

VIII ESTA APROBACI�N O DESAPROBACI�N SER� M�S PRONTO O M�S TARDE. Es cierto, en m�s de un sentido, "Eres un Dios que se esconde" (cf. Salmo 50:21). Pero "aunque mano a mano, los imp�os no quedar�n impunes". La maldici�n se mostrar� en las naciones, por su humillaci�n y destrucci�n. Entonces, Egipto, Tiro, Caldea, Jerusal�n, etc. Se revelar� en las familias por una "espada en la casa" durante muchos a�os ( 1 Samuel 3:13, 1 Samuel 3:14; 2 Samuel 7:14). Se manifestar� en el individuo. Este ????? � s�, ????????? � de Dios tiene tres etapas.

1. Un regalo, aunque puede ser comparativamente silencioso, ya sea con una conciencia punzante, o "chamuscado como con un hierro caliente".

2. Una m�s, sobre el intercambio de mundos, cuando la tierra y el sentido se desechan, y el Gran Invisible est� cerca. "Ahora, Sr. T", dijo un pecador que se iba al misionero que estaba junto a su cama, "�mi juicio acaba de comenzar!"

3. Una futura, en el d�a del juicio, cuando Dios juzgar� los secretos de los hombres (cf. Mateo 25:31). Los corazones desobedientes no son m�s que atesorar su ira contra el d�a de la ira y la revelaci�n del justo juicio de Dios, para ser desaprobados, finalmente, por aquel de cuya sentencia no puede haber apelaci�n. �No es una maldici�n pesada, de hecho, involucrada en todo eso?

IX. AQU� EST� SUFICIENTEMENTE SUFICIENTE PARA UN SOLAMENTE LLAMAMIENTO A LOS HOMBRES. "Puse ante ti este d�a una bendici�n y una maldici�n". Oh! si los hombres se esforzaran por dejar de pensar un momento en esta escena ocupada en la que viven y se mueven casi en un torbellino perpetuo; si tan solo anticiparan con una reflexi�n seria esa introducci�n a la presencia de Dios que su partida debe traer; si solo establecieran la escena del juicio, tal como fue bosquejada por Cristo, antes de su vista, creo que ver�an la raz�n profunda y solemne por la cual el predicador ahora, incluso ahora, dice: "Huyan de la ira venidera". Porque vendr� la ira, es decir, se manifestar�. Existe ahora. El eterno antagonismo de un Dios santo a los males de todo tipo lo necesita. Y tan seguro como Dios est� siempre del lado de la derecha, seguramente lo demostrar�, dentro de poco, que ese es el caso. Entonces deje que el pecador, condenado incluso ahora por su propia conciencia, �cu�nto m�s por Dios! Huya para refugiarse de la tormenta que se avecina. Hay un refugio; es nuestro en el momento en que huimos a �l. Pero si cuando llega la tormenta no se nos encuentra all�, debemos perecer, perecer con la doble desaprobaci�n del Cielo en nuestras cabezas: desaprobados como violadores de la ley; desaprobado como descuidado de la gracia.

HOMILIAS POR J. ORR

Deuteronomio 11:2, Deuteronomio 11:18-5

Obligaciones derivadas de la experiencia personal.

"Castigo" ( Deuteronomio 11:2) en su amplio sentido de disciplina. El proceso educativo por el cual Dios convirti�, o tuvo como objetivo convertir, a las hordas que dejaron Egipto en una naci�n de hombres y mujeres valientes, libres, temerosos de Dios, respetuosos y obedientes. Esta educaci�n mezcl� la liberaci�n con el juicio sobre sus enemigos; bondad amorosa en el otorgamiento de misericordias, con castigos severos en casos de rebeli�n; atenci�n a sus necesidades, con exposici�n frecuente a la adversidad, y consecuente prueba de su fe y paciencia. Hab�an sido llevados a la escuela con el Todopoderoso como su Maestro; su libro de lecciones era toda una serie extraordinaria de acontecimientos en Egipto y el desierto; El final del entrenamiento era formarlos para la obediencia.

I. TRES FASES DE LA INSTRUCCI�N DE DIOS DE SU IGLESIA.

1. La destrucci�n del poder mundano hostil a la Iglesia ( Deuteronomio 11:3, Deuteronomio 11:4). Fara�n, en su orgullo y obstinaci�n, es un tipo de poder mundial universalmente, en su oposici�n al reino de Dios ( Romanos 9:17). Pero aunque una y otra vez las olas han rugido y las inundaciones han alzado su voz (Salmo 93:3, Salmo 93:4), el Se�or en lo alto se ha mostrado m�s poderoso que el ruido. de muchas aguas, s�, que las poderosas olas del mar (cf. Salmo 83:1 .; Isa�as 37:1 .; Isa�as 1 Macc. 4 .; Hechos 4:23; Revelaciones Hechos 19:19; Hechos 20:8, Hechos 20:9).

2. La preservaci�n y gu�a de la Iglesia misma ( Deuteronomio 11:5). Al asegurar la perpetuaci�n de un remanente piadoso en tiempos de mayor apostas�a ( 1 Reyes 19:18; Romanos 11:5; Revelaciones Romanos 3:5; Romanos 11:3 ; Romanos 12:17); al proporcionarle una sucesi�n de maestros piadosos ( Mateo 28:20; Efesios 4:11); para suplir sus necesidades espirituales ( Juan 6:32, Joh 6:33; 1 Corintios 10:4; 1 Corintios 12:13; Efesios 3:16; Filipenses 4:19) y temporal ( Mateo 10:9, Mateo 10:10; Hechos 4:34; 1 Corintios 9:14; Filipenses 4:15, Filipenses 4:16); al abrir el camino del deber ( Hechos 16:10; Romanos 15:30, Romanos 15:31; 2 Corintios 10:13), al conducirla desde uno etapa de logro a otra ( Efesios 4:12, Efesios 4:13).

3. El derrocamiento de la rebeli�n anticristiana dentro de la Iglesia ( Deuteronomio 11:6). La insurrecci�n de Cor� y su compa��a puede tomarse como representante de los movimientos anticristianos en general. Es probable que surjan, pero ser�n infaliblemente aplastados ( 2 Tesalonicenses 2:3; 1 Juan 2:18; Apocalipsis 17:1.).

II OBLIGACIONES DERIVADAS DE LA EXPERIENCIA DE LAS MARAVILLOSAS OBRAS DE DIOS. La parte m�s antigua de esa generaci�n hab�a presenciado personalmente las maravillosas obras mencionadas. Esto les dio una cierta ventaja e hizo que la desobediencia fuera doblemente culpable. Estas obras de Dios hab�an sido:

(1) en origen, sobrenatural;

(2) en especie, de magn�fica magnitud; y

(3) se hab�a extendido durante un largo per�odo de tiempo.

Aquellos que han vivido cualquier per�odo se�alado por obras notables de Dios en nombre de su Iglesia, o cuyas experiencias individuales han sido notables, pueden aprender una lecci�n. Aplicar a los tiempos de reforma, tiempos de reavivamiento religioso, de liberaci�n de persecuciones, de poner el poder de Dios en misiones, etc. (2Cr 31: 1-21: 25, 26; Esdras 3:10; Esdras 6:22; Ester 9:27; Salmo 40:10; Salmo 116:6; Hechos 15:12). Tales experiencias:

1. Proporcione evidencias peculiares de la gracia y el poder de Dios, de la realidad de su trabajo en salvaci�n y juicio. Estas evidencias, aunque no pierden su valor para las generaciones posteriores, son necesariamente de mayor fuerza para aquellos que presencian los eventos.

2. Cree impresiones del car�cter y los atributos de Dios que el informe no crea tan f�cilmente. Hay mucho que escuchar de las maravillosas obras de Dios de testigos cre�bles, pero escuchar con el o�do no puede igualar, con asombro y fuerza, ver con el ojo ( Job 42:5).

3. Implica una disciplina personal de la que otros no han tenido el beneficio. Las lecciones de nuestras experiencias pueden transmitirse a la posteridad, pero los resultados de ellas en car�cter personal permanecen con nosotros mismos. Todo esto recae sobre quienes han tenido tales experiencias con responsabilidades muy especiales. Estos se relacionan

(1) a la obediencia personal ( Deuteronomio 11:8); y

(2) a la educaci�n de los ni�os ( Deuteronomio 11:18-5).

�C�mo van a saber nuestros hijos las poderosas obras de Dios en los d�as pasados, u obtener el beneficio de nuestras propias experiencias? �C�mo van a ser convencidos, conmovidos o instruidos por estas cosas, salvo como resultado de la diligente ense�anza de los padres?

Deuteronomio 11:10-5

Cana�n y Egipto.

I. SU CONTRASTE CON EGIPTO. ( Deuteronomio 11:10, Deuteronomio 11:11.) No, como Egipto, una tierra sin lluvia y regada artificialmente. No ten�a el Nilo. Bebi� agua de las lluvias del cielo. Por lo tanto, era de una manera peculiar una tierra dependiente de Dios. La fertilidad de Egipto tambi�n depend�a de Dios, pero menos directamente. Sus artima�as para el riego le dieron, o puede parecer que le dan, una semi independencia. Palestina era una tierra, por el contrario, cuyas condiciones peculiares la hac�an depender para la fecundidad del don directo de las lluvias del cielo. Era una tierra que requer�a un ajuste providencial de las condiciones, un cuidado diario, para que produjera lo m�ximo de lo que era capaz ( Deuteronomio 11:12). La verdad aqu� deducida es que Dios quiere que el creyente ponga su vida d�a a d�a bajo su cuidado inmediato. El hombre mundano puede desear, y en cierta medida se le puede permitir alcanzar, una posici�n de relativa independencia de Dios: puede obtener (dentro de los l�mites) el orden de sus propios planes y formas, y mediante ingeniosos artificios y manipulaciones de las leyes de la naturaleza. , �l puede pensar ponerse m�s all� del poder de la interferencia de Dios con �l. Pero el hombre piadoso no desear� esto ni se contentar� con eso. �l desea que los ojos de Dios est�n sobre su suerte d�a a d�a, "desde el comienzo del a�o hasta el final del a�o". Hay, dentro de la providencia ordinaria de Dios, una providencia especial que debe reconocerse sobre el pueblo de Dios, sobre la Iglesia de Cristo y sobre las naciones que se adhieren a los caminos de Dios.

II LOS RESULTADOS DE ESTE CONTRASTE A LOS HABITANTES. ( Deuteronomio 11:13-5.) La franqueza de la dependencia de Cana�n del cuidado de Dios lo hizo, en mayor grado de lo que Egipto podr�a haber sido, adecuado para la operaci�n de un sistema tan �ntimamente ligado a las recompensas y castigos temporales. . Si la gente demuestra ser obediente, Dios se compromete a bendecirlos con lluvias y hacer que la tierra sea fruct�fera ( Deuteronomio 11:13-5). [Pero si desobedecen, las condiciones peculiares de la tierra ponen en su poder azotarlos, como lo hac�a a menudo, con sequ�a y hambruna ( 1 Reyes 17:1; Joel 1:1. ; Hageo 1:10, Hageo 1:11). Entonces amenaza ( Deuteronomio 11:16, Deuteronomio 11:17). Es una posici�n bendecida pero peligrosa que el pueblo de Dios est� llamado a ocupar. Les asegura favores no deseados, pero tambi�n los expone, si son desobedientes, a castigos y castigos de un tipo particularmente directo y severo. Cuanto m�s alta sea la posici�n de cercan�a a Dios, mayor ser� la responsabilidad que esa posici�n conlleva para quienes la disfrutan.J.O.

Deuteronomio 11:26-5

La gran alternativa

I. DIOS NOS CONVOCA A LA DECISI�N.

1. Sus revelaciones sientan las bases para ello. "La luz ha venido al mundo" ( Juan 3:19).

2. Lo exigen. Los hombres jugar�an un poco, pero Dios dice: "Ahora" ( 2 Corintios 6:2). Los hombres pospondr�an, pero Dios urge a la decisi�n ( Josu� 24:15).

3. Cierran a los hombres para hacerlo. Cuando llega la luz, la decisi�n es inevitable. Debemos establecer cu�l ser� nuestra actitud hacia ella. Al decretar no elegir, en realidad nosotros elegimos.

II LA DECISI�N A LA QUE DIOS ME CONVOCA GIRA EN UN SOLO PUNTO. El punto es la obediencia. �Obedeceremos o no ( Deuteronomio 11:27)? Estaba tan bajo la Ley, y est� tan bajo el evangelio. Lo que el evangelio nos pide es "la obediencia a la fe" ( Romanos 16:26). Esto pone a prueba nuestra disposici�n a fondo. La verdadera fe conlleva la rendici�n de la voluntad a Dios y a Cristo. Es la ra�z y el principio de toda santa obediencia. Los hombres no vendr�n a Cristo; �por qu�? La raz�n es que no pueden obligarse a cederle la voluntad como �l lo requiere. "Aman la oscuridad en lugar de la luz" ( Juan 3:19). Negarse a decidir por Cristo es equivalente, por el momento, a decidir en contra de �l ( Mateo 12:30).

III. La decisi�n a la que Dios nos convoca implica la alternativa de una bendici�n y una maldici�n. A eso fue a lo que lleg� entonces, y sigue siendo lo mismo. Bendici�n o maldici�n; Vida o muerte. Ya sea que Dios sea nuestro Dios, bendici�ndonos, renovando nuestra vida interior, enriqueci�ndonos con su Esp�ritu, otorg�ndonos gracia aqu� y gloria en el m�s all�; o si debemos vivir debajo de su ce�o, marchit�ndose debajo de �l en cuerpo y alma, y ??desapareciendo por fin en la oscuridad exterior. Es una vieja pregunta si un hombre puede elegir voluntariamente lo que es para su dolor. Posiblemente no puede, sin escuchar primero al tentador que le ordena creer que el curso que sigue no ser� para su dolor. Pero, sin embargo, cada pecador toma el camino que termina en destrucci�n ( Mateo 7:13). Su inter�s, si �l lo ve�a, o lo creer�a, est� completamente en la l�nea que Dios desea que siga. El t�rmino de un camino es la muerte ( Romanos 6:21), de la otra vida eterna ( Romanos 11:22) .� J.O.

Deuteronomio 11:22-5

La inmensidad de la promesa.

Una declaraci�n inspiradora de lo que Dios har�a por la naci�n obediente. Brillando a trav�s de �l vemos la promesa a la Iglesia. Dios promete

I. VICTORIA SOBRE TODOS LOS ENEMIGOS. ( Deuteronomio 11:23.) Los enemigos espirituales m�s fuertes caer�n si nos unimos a Dios. Aunque m�s grandes y poderosos que nosotros, ser�n derrocados.

II AMPLIACI�N DE L�MITES. ( Deuteronomio 11:23.) Se har�an numerosos, llenar�an la tierra y se extender�an m�s all�. Se ofrece una perspectiva m�s amplia a la Iglesia. Su posesi�n es la tierra. Si es fiel, tiene los medios dentro de s� misma para extender sus conquistas en el extranjero y ocupar de mar a mar.

III. SUPREMACIA MORAL ( Deuteronomio 11:25.) Se reconocer�a el poder de Israel, se sentir�a su influencia. Los hombres temer�an su hostilidad. La presencia sentida de Dios en un hombre, o en una Iglesia, tiene el poder de inspirar miedo. Su efecto de arrastre se siente a menudo donde no se reconoce. � J.O.

Deuteronomio 11:29, Deuteronomio 11:30

Gerizim y Ebal

(cf. Deuteronomio 27:1.). Esta puesta de la bendici�n y la maldici�n sobre Gerizim y Ebal tuvo importancia:

I. COMO UNA TRANSFERENCIA SOLEMNA DE LA BENDICI�N Y LA MALDICI�N A LA TIERRA DE LA POSESI�N. La bendici�n y la maldici�n, que representan la concesi�n de la justicia eterna, deben seguirnos siempre que sea posible la desobediencia. "Si vives seg�n la carne, morir�s" ( Romanos 8:13). "Lo que lleva espinas y abrojos es rechazado, y est� cerca de maldecir; cuyo fin ha de ser quemado" ( Hebreos 6:8). En el cielo "no hay m�s maldici�n" ( Apocalipsis 22:3), sino solo porque, confirmado en santidad, los siervos de Dios ya no pueden caerse.

II COMO UN SOLMEN RECORDATORIO DE LA TENENCIA DE LA CAMISETA EN LA QUE SE TEN�A LA TIERRA. No podemos rendir obediencia perfecta, pero nuestro deber es apuntar a ella. La condici�n de herencia es que somos hacedores de la voluntad del Padre ( Mateo 7:21).

III. Seg�n lo conectado con una solemne renovaci�n de votos. Adecuado en tales ocasiones que tanto la bendici�n como la maldici�n deben recordarse. � J.O.

HOMILIAS DE D. DAVIES

Deuteronomio 11:1

Las demostraciones oculares de la cercan�a de Dios aumentan la responsabilidad humana.

Los hombres dispuestos al escepticismo a menudo piden pruebas m�s claras de la existencia de Dios. Pero se enga�an a s� mismos. Si usaran bien la evidencia que tienen, la encontrar�an amplia. No debemos pasar por alto el hecho de que los hebreos, bajo Mois�s, y que los jud�os en los d�as de Cristo, ten�an demostraciones m�s claras de la presencia de Dios. Sin embargo, no creyeron; Eran ejemplos conspicuos de incredulidad.

I. LAS EVIDENCIAS EXTERNAS DE RELIGI�N SE HAN SUMINISTRADO A ALGUNAS PERSONAS ABUNDANTEMENTE.

1. Los hebreos ten�an todas las demostraciones posibles de la existencia de Dios. El Alt�simo se dign� a revelarse a s� mismo a la vista y al o�do, en formas adaptadas para producir una convicci�n completa y para derrocar toda duda. La gente estaba m�s que contenta. Pidieron que tales exhibiciones abrumadoras de la Deidad pudieran ser retiradas.

2. Estaban convencidos del poder real de Jehov�. Resistirlo claramente lo que vieron era una imposibilidad. Fara�n era la personificaci�n del poder mundano; Sin embargo, Fara�n y sus capitanes, astr�logos y anfitriones hab�an sido completamente arrastrados por el aliento del poder de Jehov�. El poder irresistible de Jehov� era tan evidente como su propia existencia.

3. Vieron que el Dios omnipotente era el amigo de los hombres. Que todos los recursos de Jehov� fueron empleados en nombre de sus amigos, nadie en el campo hebreo podr�a cuestionar. Dios hab�a usado todos los planes para persuadir a Fara�n para que cumpliera, y solo despu�s de largas esperas y advertencias reiteradas se decret� la venganza.

4. Ten�an la prueba m�s clara de la fidelidad judicial de Dios. Porque ellos mismos hab�an sufrido sus castigos. La resistencia de la autoridad divina hab�a sido seguida por el juicio entre los hebreos, como entre los egipcios. Favoritismo, trato excepcional, escape de la detecci�n magistral, estas cosas estaban fuera de discusi�n. La rectitud inviolable de la administraci�n de Dios era clara como el mediod�a.

II LAS PRUEBAS EXTERNAS SON UNA MEDIDA DE RESPONSABILIDAD.

1. Cumplen todos los requisitos del intelecto. La responsabilidad depende de dos cosas, a saber.

(1) informaci�n suficiente;

(2) capacidad de obedecer.

Si entre las probabilidades opuestas existe la menor preponderancia a favor de creer en Dios, ese equilibrio de probabilidad debe determinar nuestra conducta. En adelante, la vacilaci�n es criminal. Cada pieza de evidencia adicional es una responsabilidad adicional. Nos alivia de la debilidad de la duda recurrente. Dios tiene debidamente en cuenta el conocimiento deficiente. "Los tiempos de la ignorancia humana a los que Dios hizo un gui�o", es decir, pasados ??por alto.

2. La demostraci�n externa no asegura la impresi�n espiritual. El investigador diligente encontrar� miles de evidencias del deber donde un hombre indolente no ver� ninguna. Entonces, donde dentro de un hombre el sentimiento es susceptible, un diezmo del conocimiento existente ser� suficiente para producir una obediencia alegre. Corresponde a los hombres sopesar bien todas las evidencias de religi�n que poseen y responder, con sentimiento, afecto y esfuerzo activo, a cada reclamo que la conciencia reconoce.

3. Es un deber determinar nuestra responsabilidad personal. Podemos encontrar beneficios al comparar nuestra posici�n privilegiada con la posici�n de los dem�s. Si, con la medida del conocimiento que poseemos, seguimos siendo rebeldes, �cu�l es la conducta de los menos privilegiados? Si nosotros, a quienes se ha hecho una revelaci�n especial, desperdiciamos la posesi�n, �no pronunciaremos nuestros propios hijos nuestra condena, porque les hemos negado la ayuda de nuestro testimonio?

III. LAS EVIDENCIAS EXTERNAS SOLO PUEDEN DA�AR NUESTRAS ALMAS.

1. El mal uso del conocimiento superior es un delito. Si Dios ha condescendido para darnos instrucciones respecto a s� mismo y sus prop�sitos de misericordia, es una gran ingratitud de nuestra parte descuidarlo. La ceguera nos ha privado del mayor bien.

2. La resistencia de la conciencia hace da�o permanente al alma. El abuso de cualquier instrumento material es una lesi�n. La conciencia es un instrumento de la vida del alma. Descuidar su voz magisterial es hacernos sordos. Resistir sus instintos es estrangularlos. No actuar de acuerdo con nuestra raz�n iluminada, es da�ar la raz�n como un instrumento. Si cortamos imprudentemente los primeros brotes de afecto, necesariamente destruimos su fruto apropiado. En una resistencia irreflexiva de la verdad, los hombres est�n preparando los elementos de una fatalidad terrible. Mientras que la obediencia a Dios fortalece al hombre, la rebeli�n afecta todos los poderes m�s nobles del alma. Enerva, corrompe, destruye.

3. La infidelidad a las condenas requerir� retribuciones m�s severas. Es un hecho comprobado que el castigo ser� proporcional al desierto. El sirviente ignorante de los requisitos especiales de su Se�or es considerado digno de algunas franjas; pero el que conoc�a la voluntad de su Se�or, y la descuid� flagrantemente, recibe "muchas franjas". La mera posibilidad de la infidelidad de Israel encendi� la ansiedad sincera de Mois�s.

Deuteronomio 11:8, Deuteronomio 11:9

La obediencia conduce a la posesi�n prolongada.

Podemos aprender aqu�

I. QUE LOS MANDOS PUEDEN LLEVAR UNA OBLIGACI�N SUPREMA, AUNQUE HABLADO POR EL HOMBRE.

II Esa obediencia es en vano, a menos que cubra toda el �rea del deber.

III. QUE LA OBEDIENCIA COMPLETA IMPARTE FUERZA AL HOMBRE ENTERO.

IV. ESA FORTALEZA PRESENTA EN LA POSESI�N DE NUEVOS REINOS.

V. QUE EL JURAMENTO DE DIOS Y LA ACTIVIDAD DEVOTA DEL HOMBRE, COOPERAN PARA LAS ADQUISICIONES M�S ALTAS. D.

Deuteronomio 11:10-5

Valiosas posesiones reservadas para los justos.

La tierra de Palestina siempre ha sido un premio codiciado por las naciones vecinas. Comparado con el territorio sur y este, posee cualidades de excelencia y belleza. Pero su fertilidad depende del suministro de lluvia, y el suministro de lluvia se suspendi� por lealtad justa.

I. UN PROP�SITO MORAL SUBRAYA LA CONFIGURACI�N GEOL�GICA DE NUESTRO GLOBO. Dios nunca puede experimentar sorpresa en las beneficiosas coincidencias de los eventos. "Conocidas por Dios son todas sus obras desde el principio del mundo". Si el cielo ha estado experimentando un proceso de preparaci�n desde un per�odo anterior a la formaci�n de nuestro globo, no debemos sorprendernos de que, al organizar los estratos de la tierra, Dios deber�a haber sido animado con motivos de justa benevolencia hacia los hombres. Y si la estructura de la colina y el valle es la proyecci�n visible de un generoso prop�sito moral, una parte del plan para la educaci�n religiosa de los hombres, podemos concluir que todas las fuerzas y fen�menos de la naturaleza tienen una conexi�n vital con el desarrollo religioso de nuestro carrera. Israel fue enviado a Cana�n porque, entre sus colinas y valles, su historia y fortuna se podr�an desplegar mejor.

II EL CUIDADO PATERNO DE DIOS PARA LOS HOMBRES SE EXTIENDE A TODO SU ENTORNO. El amor sagaz de Dios condesciende a todas las minucias de la vida humana. Nuestro Dios tiene un ocio infinito para todo. Sus ojos est�n diariamente en nuestras granjas y tiendas. �l es nuestro Baluarte y defiende nuestras costas. �l sabe lo que necesitamos.

III. LA POSESI�N M�S RICA DE LA TIERRA DEJA A LOS HOMBRES TOTALMENTE DEPENDIENTES DE DIOS. En lugar de que nuestras posesiones nos liberen de la dependencia de Dios, aumentan nuestra dependencia; por ahora necesitamos su protecci�n para nuestra propiedad y para nosotros mismos. Las posesiones (llamadas as�) son solo canales a trav�s de los cuales fluye la verdadera bendici�n, y nuestro gran negocio es mantener el canal despejado. Las colinas de Cana�n obtuvieron su riego de los manantiales del cielo, y solo la fe obediente puede desbloquear estos manantiales.

IV. LA OBEDIENCIA FILIAL ASEGURA LA PROSPERIDAD MATERIAL. Tal prosperidad es la imagen y el s�mbolo del bien espiritual. Pero los beneficios materiales fueron las �nicas recompensas que estos hebreos pudieron apreciar. "La piedad es" todav�a "rentable para todas las cosas". La fuente de toda prosperidad real est� en el cielo.

V. INCLUSO EL PECADO SECRETO ESTABLECE EN MOVIMIENTO UNA SERIE DE MAL GIGANTICOS. El coraz�n es tomado f�cilmente por semblances y promesas de bien. Las falsedades de Satan�s son muy plausibles. Un centinela necesita ser colocado en cada portal del alma. El autoenga�o termina en una destrucci�n total. No pecamos solos ni sufrimos solos. � D.

Deuteronomio 11:18-5

La Palabra de Dios es potente para dominar toda la vida.

La Palabra de Dios, como la luz, es difusa. Se propaga a s� mismo. Mientras su campo de actividad apropiado est� desocupado, debe extenderse. Se irradia su influencia magn�tica en todos los lados.

I. LA VERDAD, POSEIENDO EL CORAZ�N, SE CONVIERTE EN LA FUENTE DE TODOS LOS PRINCIPIOS JUSTOS. Como el suelo pulverizado es el hogar apropiado de la semilla; como la masa de la ama de casa es el hogar apropiado de la levadura; entonces el coraz�n del hombre es la morada propia de la verdad. En tabletas pedregosas, en libros o en el habla, solo est� en tr�nsito hacia su destino adecuado. Recibido y recibido en el alma, comienza un proceso de actividad bendecida; vitaliza, ennoblece, embellece cada parte de la naturaleza humana. Es la semilla de toda virtud y bondad, la ra�z de la bendici�n inmortal.

II EL PRINCIPIO JUSTO DOMINA TODOS NUESTROS PODERES ACTIVOS. La mano es la sirvienta del coraz�n. Lo que la mente planea, la mano ejecuta. Atar los preceptos de Dios sobre nuestras manos es recordarnos que la mano, como representante de la facultad activa, le pertenece a Dios. Se le aplica un embargo que no viole a las personas de otros ni a la propiedad de otros. No debe golpear ni robar, porque se ha convertido en un instrumento sagrado para Dios. Tampoco debe contaminarse con la ociosidad, ya que es propiedad del que trabaja incesantemente, ni el ojo puede deambular sin motivo por objetos prohibidos. El ojo llev� a Eva a la transgresi�n. "Deja que tu ojo mire directamente delante de ti". "No mires el vino cuando brille en la copa". El ojo es un instrumento potente para el mal o para el bien.

III. EL PRINCIPIO JUSTO, SALIENDO POR AMOR DE LA VERDAD, NOS HACE TESTIGOS DE DIOS POR NOSOTROS. Como en la frente del sumo sacerdote hab�a inscrito el lema: "Santidad al Se�or"; entonces, en esencia, la misma verdad est� escrita en cada siervo de Dios. Es un hombre consagrado. Su ceja finamente arqueada es su gloria, y su gloria est� dedicada a Dios. En todas las circunstancias, desea magnificar a su Dios. Su casa es la casa de Dios; Por lo tanto, en la puerta y el dintel, los preceptos de Dios son conspicuos. La hospitalidad y la satisfacci�n, la paz y la amabilidad, habitan all�, porque es el hogar de Dios.

IV. PRINCIPIO JUSTO MOLDE LA POSTERIDAD. Lo que somos, en gran medida, ser�n nuestros hijos. Las cualidades morales est�n implicadas. En sus a�os tiernos, su naturaleza joven es pl�stica e impresionable. Si nuestros corazones est�n llenos de la verdad de Dios, se elevar� y desbordar� nuestros labios como agua de un pozo. Lejos de ser una tarea molesta decir la verdad de Dios, ser� un instinto placentero. Todo el tiempo, desde la madrugada hasta el descanso nocturno, ser� demasiado corto para pronunciar toda la verdad de Dios. Las "ep�stolas vivas" describen el oficio de los piadosos.

V. EL PRINCIPIO JUSTO ASEGURA EL DISFRUTE PERMANENTE. La verdad en el coraz�n se traduce en justicia en la vida, y la justicia hace el cielo. Ning�n disfrute puede ser perfecto en el que nuestros hijos no compartan; y al compartir nuestras alegr�as con nuestros hijos, multiplicamos nuestras alegr�as m�s all� de toda medida aritm�tica. Dichos d�as de servicio consagrado ser�n "d�as del cielo sobre la tierra". - D.

Deuteronomio 11:22-5

El que mejor sirve es el m�s apto para gobernar.

Los eslabones dorados de la vida unen nuestro amor piadoso con la conquista universal. "Todas las cosas se vuelven nuestras, si somos de Cristo".

I. LA OBEDIENCIA LEAL GENERA AMOR. Es bastante cierto que el amor es la madre de la obediencia; Tambi�n es cierto que la obediencia fomenta e intensifica el amor. La tierra recibe calor del sol, pero tambi�n emite calor. El sentimiento de amor en el seno disminuir� y morir� a menos que tenga ejercicio pr�ctico. Un servicio diligente y reflexivo nos acercar� a Dios, har� que Dios sea m�s valioso para nosotros y nos unir� a �l en lazos de licitaci�n. Hay un entrelazamiento de afecto. Nuestros deseos env�an sus ra�ces profundas en Dios, y el resultado es una alianza indisoluble.

II LA UNI�N CON DIOS ASEGURA SU AYUDA PR�CTICA. Estamos obligados a "unirnos a �l". El efecto es que se unir� a nosotros y demostrar� ser un verdadero aliado, un ayudante todopoderoso. Expulsar� a todos nuestros enemigos por nosotros, por grandes y poderosos que sean. Nuestros enemigos se convierten en sus enemigos. Se identifica con nuestra causa; o, lo que es lo mismo, nos identificamos con los suyos.

III. LA ASISTENCIA DIVINA NOS CONVIERTE EN TODOS. "Ning�n hombre podr� pararse delante de nosotros". Los hombres buenos se sentir�n atra�dos hacia nosotros en amistad sagrada; los hombres malos ser�n retenidos en el misterioso hechizo de asombro. Seremos conocidos como los amigos y aliados de Dios; y, en proporci�n a lo que somos como �l, los hombres sentir�n por nosotros el temor que sienten por Dios.

IV. TAL FORTALEZA VALIOSA NOS INTRODUCIR� A LA HERENCIA UNIVERSAL. "Todo lugar donde pisen las plantas de nuestros pies ser� nuestro". En tal alianza de pacto con Dios, caminaremos por su universo como "sus herederos". Cada elemento de la sustancia material, cada evento en el tiempo, cada circunstancia y experiencia, conducir�n a nuestro beneficio. El mundo ser� puesto en homenaje a nuestra mejor vida. Extraeremos ventaja y alegr�a de la adversidad misma. D.

Deuteronomio 11:26-5

Alternativas sorprendentes.

Nuestra vida es cada hora una elecci�n de alternativas. Podemos ir a la derecha o a la izquierda. La elecci�n se exige sin cesar, y los problemas de nuestra elecci�n son trascendentales.

I. LA REVELACI�N DE LA VOLUNTAD DE DIOS PUEDE SER UNA FUENTE DE BENDICI�N ABSOLUTA. Tal revelaci�n es la revelaci�n del verdadero para�so del hombre. Es la apertura de la puerta del propio palacio de Dios; y, aunque somos indignos, podemos entrar y encontrar descanso. Hacer la voluntad de Dios es ser como Cristo, es ser un hijo verdadero y poseer la alegr�a de un hijo. Cada paso que damos por ese camino de obediencia es un paso m�s cerca de Dios, de cuya sonrisa obtenemos un placer exquisito, y en cuya sociedad encontramos nuestro cielo.

II NO PODEMOS PERMANECER LO MISMO, DESPU�S DE OBTENER EL CONOCIMIENTO DE LA VOLUNTAD DE DIOS, COMO ESTAMOS ANTES. La necesidad requiere que seamos mejores o peores. No puedes morar por una hora en la sociedad de un buen hombre, y continuar en el antiguo estado de los sentimientos. El fuego que no se derrite, se endurece. Conocer la voluntad de Dios, y no hacerlo, inflige da�os indecibles en el alma. La resistencia de las convicciones internas engendra la callosidad del coraz�n y destruye la incipiente vida de la conciencia. La traici�n sin sentido contra Dios es un infierno incipiente. Es el oscurecimiento de la comprensi�n y la esclavitud de la voluntad. Ninguna maldici�n m�s negra puede envolver a un hombre que esto.

III. LA NATURALEZA MATERIAL PRONOSTA LAS ALTERNATIVAS DE BENDICION O DESAFIO. El universo visible es una proyecci�n del pensamiento de Dios, y todas las fuerzas de la naturaleza son los agentes de Dios. Encontramos en este globo elementos que ministran nuestro desarrollo, fortaleza y alegr�a. Tambi�n encontramos elementos que son repulsivos, amenazantes y destructivos. Los picos cubiertos de nubes pueden atraer a nuestro alrededor los rayos de la venganza, o pueden derretir la nube cargada y destilar lluvias de bendici�n. Las monta�as gemelas de Ebal y Gerizim fueron bautizadas como predicadores perpetuos de la vida y la muerte. Podemos encontrar "sermones en piedras", lecciones en hojas, consejos en arroyos.

IV. LAS POSESIONES DE MATERIAL NO SON BENDICIONES ABSOLUTAS. Dios aqu� claramente les asegura a los hebreos que entrar�n a Cana�n; pero si deb�an habitar bajo los picos ce�udos de Ebal, o en las soleadas laderas de Gerizim, quedaba suspendido por su leal obediencia. Incluso para los poseedores de la Tierra Prometida, exist�a la oscura posibilidad de la maldici�n. Ni el dinero ni el aprendizaje hacen a un hombre; es el poder de usarlo.

HOMILIAS POR R.M. EDGAR

Deuteronomio 11:1

Juicios divinos sobre los dem�s, para garantizar la obediencia en nosotros.

Mois�s desea aportar todos los motivos posibles para influir en el pueblo para asegurar su obediencia en Cana�n. �l acaba de hablar de su desarrollo nacional de una familia de setenta a una multitud tan numerosa como las estrellas. Tal bendici�n deber�a alentarlos a amar al Se�or su Dios y a "guardar su cargo, sus estatutos y sus juicios, y sus mandamientos, siempre". La obediencia se basa as� en la gratitud, que es el plan invariable de Dios. Pero en estos vers�culos que tenemos ante nosotros, Mois�s toma lo que podemos llamar el m�todo inverso. Invoca sucesivamente los juicios con los que Dios visit� tanto a los egipcios como a sus propios antepasados ??debido a la desobediencia. Los llama a reconocer (???????????) el "castigo" (??????) con el que Dios hab�a se�alado la desobediencia de los egipcios y de los israelitas. Las siguientes lecciones se sugieren en estos vers�culos.

I. LA GRATITUD ES LA FUNDACI�N DE NUEVA OBEDIENCIA. Este es el plan de Dios. �l no dice: "Obedece, y te salvar� por tu obediencia", sino "Toma la salvaci�n como un regalo gratis, y luego obed�ceme como una cuesti�n de gratitud". "Si me amas, guarda mis mandamientos". Asegura el amor por la misericordia soberana y recibe la obediencia como su retorno sobre su inversi�n. La obediencia es el dividendo de Dios sobre su inversi�n de amor. Aquellos que har�an de las "buenas obras" la ra�z de la salvaci�n en lugar del fruto de la salvaci�n, est�n invirtiendo todo el procedimiento de Dios.

II LA GRATITUD PUEDE SER REFORZADA POR UN ESTUDIO DE LAS CONSECUENCIAS DE LA INGRATITUD EN OTROS. Porque lo que Dios ataca es la ingratitud. Los egipcios fueron ingratos. Deber�an haber reconocido la misericordia de Dios en su tierra f�rtil, en su civilizaci�n y avance, en la misi�n de Mois�s y en el car�cter de las plagas anteriores. Dios hab�a visitado Egipto con su amor: amor que no merec�a, amor que no correspond�a. Cuando revel� "su grandeza, su mano poderosa y su brazo extendido", fue contra la ingratitud de Egipto y la consecuente desobediencia. El desenlace en el Mar Rojo fue un juicio sobre la ingratitud y la impiedad perseverante.

Ahora, el estudio de todo esto, recomendado aqu� por Mois�s, fue adecuado para fomentar la gratitud en los corazones de los israelitas. Aqu� hab�a amor no correspondido recibiendo su reivindicaci�n en la serie de desastres que culminaron en el Mar Rojo. "Debemos estar agradecidos", podr�an decir, "que nuestra ingratitud en los �ltimos a�os no ha sido tratada de manera similar, y para el pr�ximo tiempo debemos cultivar la gratitud y la obediencia que nos asegura".

III. LA GRATITUD TAMBI�N PUEDE SER REFORZADA POR UN ESTUDIO DE LAS CONSECUENCIAS DE LA CONFIANZA PERSONAL. Pues esta parece ser la idea de Mois�s al presentar el caso de Dathan y Abiram. Como descendientes de Rub�n, el primog�nito de Jacob, se imaginaron que ten�an derecho a la primac�a en Israel. Por lo tanto, disputaron los derechos de Mois�s y de la l�nea sacerdotal de Aar�n. Insistieron en su derecho de primogenitura como v�lido en el gobierno de Dios.

Pero Dios no reconoce tales afirmaciones personales, y visit� la presunci�n con r�pida destrucci�n. El estudio de este "castigo" liberar�a a Israel de toda confianza en s� mismos. Reconocer�an que las reclamaciones personales no son aceptadas por un Dios soberano; que, en consecuencia, deben acercarse humildemente a �l, agradecidos por las vidas perdonadas y la misericordia continua, y ansiosos por testificar obedeciendo su genuino agradecimiento.

IV. LA OBEDIENCIA SER� ENCONTRADA PARA SER EL SECRETO DE LA FUERZA Y EL �XITO EN LA INVASI�N. Mientras que la obediencia descansa en la gratitud, provoca la gratitud de Dios. Si Dios espera que estemos agradecidos por su amor, nos muestra el ejemplo de estar agradecidos por el nuestro. "Amo a los que me aman", dice ( Proverbios 8:17); y de nuevo: "El que tiene mis mandamientos y los guarda, �l es quien me ama; y el que me ama, ser� amado por mi Padre, y yo lo amar�, y me manifestar� a �l" ( Juan 14:21; ver tambi�n Juan 14:23). Ahora, esto es lo que no dudamos en llamar gratitud divina.

Por lo tanto, Israel descubri� que la obediencia dada a Dios con gratitud recibi� una gratificante recompensa de su parte por invadir y conquistar la tierra de Cana�n y, en segundo lugar, por prolongar sus d�as en ella. Una experiencia similar es realizada por los siervos de Dios todav�a. La obediencia es recompensada con gracia y agradecimiento. La fuerza se encuentra igual a nuestros d�as, mientras hacemos nuestra peregrinaci�n a Dios. �Cu�n importante, entonces, obedecer por un motivo apropiado, y al mismo tiempo recibir con el deleite apropiado el amable retorno que otorga un Dios agradecido! �R.M.E.

Deuteronomio 11:10-5

La tierra de la promesa.

Mois�s ahora procede a indicar las caracter�sticas de Cana�n y a contrastarlo con Egipto, que hab�an dejado. Egipto no depende de las lluvias del cielo como lo es Cana�n. El Nilo desbordado solo tiene que ser guiado a lo largo de los cursos de agua en la temporada adecuada, y la fertilidad del valle del Nilo est� asegurada. El trabajo de riego, el riego con el pie ( Deuteronomio 11:10), es lo �nico necesario en Egipto. Pero Cana�n depende del cuidado continuo de Dios, con sus ojos puestos en �l desde el principio hasta el final del a�o, distribuyendo "la primera lluvia y la lluvia tard�a", para la cosecha. En Egipto, la bendici�n se da "al por mayor": el Nilo baja del interior el agua que necesita el valle. En Cana�n, la cresta de la monta�a entre el valle del Nilo y el valle del �ufrates, se experimenta una dependencia constante de las bondades del cielo. Esta sugerencia-

I. QUE CANAAN FUE UNA ESPLENDIDA TIERRA EN LA QUE ENTRENAR A UNA GENTE ESPIRITUAL. Naturalmente, no era tan f�rtil como el valle del Nilo o el valle del �ufrates. Por lo tanto, la hambruna lo toc� m�s r�pidamente que Egipto o Asiria. Pero fue adecuado para fomentar la dependencia de Dios y la esperanza en �l. Si los habitantes fueran obedientes, entonces la tierra podr�a fluir con leche y miel; si es desobediente, puede volverse marr�n y desnudo a trav�s de la retenci�n de la lluvia.

Por lo tanto, encontramos, en Egipto y en Asiria, un giro del pueblo hacia la adoraci�n de las fuerzas inorg�nicas y org�nicas de la naturaleza, respectivamente. Los valles, siendo en cierta medida m�s independientes de las estaciones cambiantes, parecen haber nutrido la independencia de Dios; mientras que las colinas de Siria, como las Tierras Altas de Escocia y de Suiza, fomentaron m�s fe en el Supremo. "Esas colinas sirias", dice un escritor vivo, "son el trono del Esp�ritu, donde, levantado sobre los desiertos de la tierra, se sienta m�s cerca del cielo, mientras se extiende debajo de �l en cada mano, descansando en el nivel del desierto como su hogar. las provincias gemelas de la naturaleza de la materia y la vida, ricas y verdes con la belleza y el verdor del tiempo, siempre imponentes y a menudo victoriosas en la regi�n de los sentidos; pero condenadas, como todas las cosas visibles y temporales, a caer ante el poder que a�n se vestir� con su gloria, y que es invisible y eterna ".

II LAS BENDICIONES FUERON GARANTIZADAS CON LA CONDICI�N DEL HOMBRE QUE COOPERA LEALMENTE CON DIOS. Cana�n no era tierra para indolentes comedores de loto; no era-

"�Una tierra donde todas las cosas siempre parecen iguales!"

Era una tierra donde el hombre deb�a cooperar con Dios para la tierra de la bendici�n donde el hombre se daba cuenta de la dignidad de ser un "compa�ero de trabajo con Dios". Ser�a una tierra de promesa y de bendici�n real en ninguna otra condici�n. Si al hombre no se le pidiera ning�n esfuerzo, si todo creciera para complacer su gusto y paladar espont�neamente, si el pan diario llegara sin siquiera la molestia de pedirlo, ser�a un tierra de peligro y de muerte moral. Mejor era que Israel se viera obligado por un destino sano a depender de Dios y cooperar con �l, que si la tierra cubriera espont�neamente todas las necesidades del hombre.

III. NECESITAMOS BUSCAR NINGUNA OTRA TIERRA DE PROMESA EN ESTE MUNDO O EN EL SIGUIENTE. La idea de "independencia" es el gran peligro del coraz�n humano. No podr�amos estar en deuda con nadie, ni siquiera con Dios, si pudi�ramos. �Ay, por nuestro orgullo! Ahora, sucede que no podemos ser independientes de la generosidad de Dios, no importa cu�nto lo intentemos. Y es mejor as�. La tierra prometida es la tierra donde dependemos humildemente de Dios y, por lo tanto, somos m�s independientes de las personas y las cosas que nos rodean). La tierra prometida es donde hacemos nuestra parte honesta del trabajo p�blico y obtenemos nuestra parte de los frutos de la industria. .

Y en la vida m�s all� de la muerte no necesitamos desear una ociosidad sin gloria, que es la noci�n popular de "descanso eterno", pero tendremos all� el privilegio de servir a Dios "d�a y noche en su templo". Una vida de consagraci�n es la verdadera "tierra de la promesa". Es el �nico disfrute profundo, es la �nica herencia digna. Entonces resolvamos

(1) confiar en Dios con tanto amor como para nunca albergar, incluso en el pensamiento, la esperanza de independencia de �l; y

(2) cooperar con �l como el mayor privilegio y honor de la vida. Hemos entrado en "la tierra prometida" cuando hemos aprendido a confiar en Dios; y lo estamos disfrutando cuando hemos aprendido a ser "compa�eros de trabajo con �l" - R.M.E.

Deuteronomio 11:18-5

Entrenamiento familiar un demento de �xito.

Al igual que en Deuteronomio 6:6-5, Mois�s nuevamente insiste en que las palabras de Dios sean preservadas entre las personas por la fiel instrucci�n familiar. La "escuela de origen" es, de hecho, el gran factor del �xito nacional. La educaci�n debe dar la debida importancia a la instituci�n familiar, como la unidad providencial de la humanidad. Y aqu� not�moslo:

I. LAS PALABRAS DE DIOS DEBEN SER RECIBIDAS PRIMERO EN EL CORAZ�N. Es cuando las personas, y especialmente los padres, reciben el testimonio de Dios en el coraz�n, como lo hizo Lydia. 'Notas de la vida' de Sir Henry Taylor, Ensayo 2; 'Humildad e independencia'. ( Hechos 16:14), que es probable que florezca en una profesi�n p�blica adecuada. Es "con el coraz�n el hombre cree para justicia", y luego "con la boca se hace confesi�n para salvaci�n" ( Romanos 10:10). As� como el arca recibi� las tablas de la Ley, el coraz�n del hombre ser� el depositario de los mandamientos divinos.

II LAS PALABRAS DE DIOS DEBEN GUARDARSE ANTES DE NUESTROS PROPIOS OJOS Y LOS OJOS DE OTROS. Esta parece ser la idea acerca de las fronteras entre los ojos, de esta manera otros mostraron las palabras para su beneficio; mientras que colocarlos sobre la mano fue para el propio memorial del individuo (cf. Isa�as 49:16). Entonces, la persona interesada en la Palabra de Dios har� arreglos para recordarla continuamente y tambi�n para mantenerla ante las mentes de los dem�s. La religi�n se convierte as� no solo en una experiencia personal constante, sino en una profesi�n p�blica constante.

III. LAS PALABRAS DE DIOS SER�N EL PRINCIPIO DEL ENTRENAMIENTO EN CASA. Se les debe ense�ar a los ni�os en casa, cuando se re�ne la "escuela de origen". Las palabras de Dios tambi�n ser�n el elemento principal de la conversaci�n cuando los padres y los ni�os disfruten de sus paseos juntos. Y el primer pensamiento de la ma�ana y el �ltimo de la noche deber�an ser los mandamientos de Dios. De esta manera se debe asegurar el adoctrinamiento de la generaci�n en ascenso. Bueno, a�n ser�a para nosotros si se practicaran estas viejas reglas jud�as.

IV. EL HOGAR DEBE HACER LA PROFESI�N P�BLICA DE RELIGI�N, AS� COMO EL INDIVIDUAL. Algunas personas se contentan con una preocupaci�n personal en la religi�n y est�n dispuestas a ser miembros de un hogar que no se identifica colectivamente con Dios. Pero el jud�o deb�a escribir los mandamientos de Dios en los postes de las puertas y en las puertas de su casa. La casa deb�a ser as� de Dios. El hecho es que los hogares necesitan conversi�n al igual que los individuos. Hay tanta diferencia entre un hogar religioso y uno mundano como entre un individuo convertido y otro no convertido. La direcci�n dada en consecuencia a los jud�os cubr�a tanto al hogar como a la persona, y por lo tanto era perfecta.

V. EL RESULTADO DE TAL FIDELIDAD SER� EL �XITO COMPLETO. El Se�or se compromete a expulsar a las naciones de delante de ellos, aunque sean m�s grandes y poderosos que Israel. Har� que los obedientes se resistan. Har� que el miedo a ellos caiga como una pesadilla sobre sus enemigos, y ninguno de ellos podr� pararse ante ellos.

Y seguramente todo esto no es m�s que un tipo de �xito que a�n espera en el pueblo obediente de Dios. No, por supuesto, que el �xito temporal es la forma de �xito deseado o concedido ahora. Muchos del pueblo de Dios siguen siendo pobres, pero tienen �xito en la vida de todos modos. Cuando tienen la gracia de mostrar un esp�ritu contento en medio de sus recursos limitados, logran demostrar que Dios es todo suficiente y son el mejor testimonio de la realidad de la religi�n ante los hombres. Cuando los santos pueden cantar con Habacuc, "Aunque la higuera no florezca", etc. "Sin embargo, me regocijar� en el Se�or, me gozar� en el Dios de mi salvaci�n" ( Hebreos 3:17, Hebreos 3:18), realmente han prosperado en todos los elementos esenciales de la vida. Es as� de varias maneras que el Se�or cumple sus compromisos de pacto, y. hace todo lo que su gente hace para prosperar (Salmo 1:3).

La obediencia es, en consecuencia, la carta del �xito. Pero dejamos que nuestro amoroso Padre determine cu�l ser� nuestro �xito. No insistimos en que asuma la forma de oro y plata, carne de venado y champ�n. El �xito de la autoconquista, el �xito de ser benefactores p�blicos, el �xito de servir a nuestra generaci�n por la voluntad de Dios antes de que nos quedemos dormidos, es mucho mejor que el �xito de invadir anfitriones con los laureles ba�ados en sangre.

"No infructuoso es tu trabajo

Si soportaras mi cruz;

No hago sino pedirle a tu coraz�n dispuesto

Para sepultar mi imagen all�.

"Por cada red lanzada en vano,

M�s fuerte ser� tu brazo;

La prueba de tu paciente esperanza

Es testigo de tu amor.

"El tiempo, el lugar, el camino,

Est�n abiertos a mi ojo;

Los envi�, no para recoger bot�n.

Trabajar pacientemente ". �

R.M.E.

Deuteronomio 11:26-5

La solemne alternativa de la vida.

Mois�s aqu� resume su exhortaci�n con la alternativa de una bendici�n o una maldici�n. La obediencia asegura la bendici�n; desobediencia a la maldici�n. Tambi�n les ordena que pasen por un servicio solemne cuando lleguen a los Montes Gerizim y Ebal, pronunciando las bendiciones y las maldiciones de estas monta�as respectivamente. Por la ley de asociaci�n, el paisaje mismo era dar testimonio de la verdad de Dios. Aqu� recordamos lecciones como estas:

I. LOS MINISTROS DE DIOS, COMO MOISOS, CONSTANTEMENTE ESTABLECEN ANTE LA GENTE LA SOLTERA ALTERNATIVA DE UNA BENDICION O UNA MALDICI�N. El evangelio es la oferta de una bendici�n para aquellos que est�n dispuestos a confiar en Dios como �l les pide que lo hagan; mientras, por otro lado, es necesariamente respaldado por una maldici�n amenazada, si los hombres se niegan a confiar en �l y no se humillan ante �l. Cada uno elige por s� mismo la bendici�n o la maldici�n, y no sirve de nada echarle la culpa a los dem�s.

II EL RECHAZO DEL EVANGELIO ES DESPU�S DE TODA LA PREFERENCIA DE OTROS DIOSES AL �NICO DIOS VIVO Y VERDADERO. La idolatr�a que era el peligro y la tentaci�n de Israel se reproduce en todos los que rechazan la misericordia manifestada en Cristo. Alg�n otro objeto de adoraci�n realmente ha sido seleccionado; Se espera que el mundo, la riqueza, el yo o el poder hagan por el alma incr�dula lo que solo Dios puede hacer. Sus atributos est�n hechos para estas criaturas, y una falsa confianza toma el lugar que el verdadero deber�a ocupar. La incredulidad es realmente idolatr�a en el fondo.

III. EL ESTUDIO SOCIAL DE LAS PROMESAS Y AMENAZAS DE DIOS ES M�S IMPORTANTE. Mois�s, para impresionar m�s a la gente, les ordena que se re�nan en Gerizim y Ebal, y all�, dividi�ndose en dos congregaciones, atraviesen las bendiciones y las maldiciones p�blicamente. Las solemnidades de esa ocasi�n sin duda ser�an santificadas en gran medida. De la misma manera, el estudio privado de la Palabra de Dios no es suficiente. "El Se�or ama las puertas de Si�n m�s que todas las viviendas de Jacob" (Salmo 87:2). El estudio solemne y pausado de la Palabra de Dios en p�blico es m�s de lo que cualquier estudio privado de la Palabra puede ser. Ambos son necesarios, pero nuestra expectativa debe ser mayor en relaci�n con la predicaci�n p�blica de la Palabra de Dios. Cuando un ministro lleva a las personas de una manera interesante a trav�s de la verdad contenida en un p�rrafo, o incluso en un verso, hay mucho m�s conciencia que en la lectura privada m�s apresurada. Las sanciones de la adoraci�n social son las m�s importantes, y no es seguro que las desprecia.

IV. LAS ASOCIACIONES NATURALES A MENUDO PUEDEN SER �TILES A LA CAUSA DE LA VERDAD. Las escenas de grandes hechos hist�ricos se santifican en cierta medida. Son "lugares sagrados" para la raza humana. Los campos de batalla, los lugares de nacimiento, los senates, los foros, as� como las iglesias, se convierten en sagrados para la mente hist�rica. Las leyes de asociaci�n aseguran una influencia perenne. El alma debe estar muerta. Visite tales escenas sin moverse.

Fue esta ley de asociaci�n la que Moss puso en juego en relaci�n con Gerizim y Ebal. Nunca despu�s ser�an visitados por los descendientes de estos israelitas sin un sentimiento solemne, y un recuerdo de al menos algunas de las bendiciones y maldiciones pronunciadas all�. Sin ninguna simpat�a, por lo tanto, con la "consagraci�n" de los lugares como se entiende generalmente, que puede saborear en gran medida de la superstici�n, no podemos dejar de admitir que las asociaciones naturales no deben ser ignoradas. De hecho, es as� como el mundo se est� volviendo m�s rico con los a�os. Todos los a�os, los lugares se asocian con hechos nobles: los gerizims se multiplican como escenas de bendici�n; por otro lado, los Ebals tambi�n est�n aumentando, como las balizas, en los lugares peligrosos de la experiencia humana; pero ambos, sin duda, significan que la Providencia influye para bien y, a trav�s de la ley de asociaci�n, nuestra raza. Y algunas almas tienen "el lugar de la misericordia" claramente marcado en su experiencia, y pueden cantar:

"Oh, hora sagrada, oh, lugar sagrado,

�Donde el amor Divino me encontr� por primera vez!

Dondequiera que caiga mi lote lejano,

Mi coraz�n permanecer� a tu alrededor.

Y cuando de la tierra me levanto para volar

Hasta mi hogar en el cielo

Bajar� mis ojos una vez por la ma�ana

Donde me perdonaron por primera vez ". �

R.M.E.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Deuteronomy 11". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/deuteronomy-11.html. 1897.
 
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