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Deuteronomio 4

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

Versículos 1-24

EXPOSICI�N

Deuteronomio 4:1

ADMONICIONES Y EXHORTACIONES. Mois�s, habiendo presentado al pueblo ciertos hechos en su historia reciente que ten�an en ellos una tendencia especialmente animante y alentadora, procede a dirigir su discurso a la inculcaci�n de deberes y exhortaciones a la obediencia a las promulgaciones divinas. Esta parte tambi�n de su direcci�n es de car�cter introductorio, as� como lo que precede.

Deuteronomio 4:1

Exhortaci�n a la observancia de la Ley en general. La Ley deb�a ser mantenida como un todo completo; no se le quitar�a nada ni se le agregar�a; comprend�a los mandamientos de Jehov� y, por lo tanto, no solo deb�an hacerlo como lo que Mois�s, su l�der y legislador, hab�a ordenado, bat para mantenerlo como un dep�sito sagrado, no para ser alterado o manipulado, y para observarlo como lo que Dios su soberano hab�a promulgado para ellos. Aqu� se afirma la dignidad y el valor de la Ley, y tambi�n su integridad como lo da Mois�s. Cualquier adici�n a ella, no menos que cualquier resta de ella, da�ar�a su integridad y afectar�a su perfecci�n. Circunstancias alteradas en el proceso del tiempo podr�an, de hecho, conducir al desinter�s de algunas partes de las representaciones de mosaico, y se podr�an requerir nuevas instituciones o leyes para cumplir con una nueva condici�n de las cosas, o incluso en esa nueva condici�n para cercar y sostener lo primitivo c�digo; pero ese cedimiento deb�a permanecer intacto en el Libro de Estatutos, y no se deb�an hacer modificaciones que pudieran afectar su sustancia o anular ninguno de sus principios. Las nuevas leyes e instituciones designadas por Dios tendr�an, por supuesto, la misma autoridad que las originalmente ordenadas por Mois�s; y tal, dif�cilmente se puede dudar, de hecho estaban bajo la monarqu�a hebrea introducida por los profetas que hablaban en nombre de Dios. La Ley, sin embargo, se mantuvo sustancialmente completa. Incluso bajo la nueva dispensaci�n, la Ley no ha sido abolida. Cristo, como �l mismo declar�, no vino para destruir la Ley y los profetas, sino para cumplirlos ( Mateo 5:17). El pecado de los fariseos, por los cuales fueron censurados por nuestro Se�or, radica en esto, que ense�aron para doctrinas los mandamientos de los hombres ( Mateo 15:9), y que "hicieron que los mandamientos de Dios no tuvieran ning�n efecto". por sus tradiciones "( Mateo 15:6).

Deuteronomio 4:1, Deuteronomio 4:2

Ahora por lo tanto; m�s bien Y ahora. Con esto Mois�s pasa de referirse a lo que Dios hab�a hecho por Israel para amonestar a Israel en cuanto a lo que ten�an que hacer como s�bditos de Dios y receptores de su favor. Deb�an prestar atenci�n a todos los estatutos y juicios que Mois�s, como siervo de Dios, les hab�a ense�ado, para que pudieran cumplirlos. Estatutos (???????), las cosas prescritas o promulgadas por la ley, ya sean morales, rituales o civiles; juicios (???????????), derechos, ya sean p�blicos o privados, todo lo que cada uno podr�a reclamar como debido, y todo lo que estaba obligado a entregar a Dios o a sus semejantes como debido. Estos dos comprenden toda la Ley como vinculante para Israel. De hacer esto por la gente depend�a la vida; se les hab�an dado a conocer, no solo por su informaci�n, sino espec�ficamente para que pudieran hacerlos, y as� tener vida; no solo una larga vida en la Tierra Prometida, aunque esto tambi�n est� incluido ( Deuteronomio 4:40; Deuteronomio 5:33; Deuteronomio 6:2, etc.), pero esa vida superior , esa vida que vive el hombre "por cada palabra que sale de la boca del Se�or" ( Deuteronomio 8:3; cf. Le Deuteronomio 18:5; Ezequiel 20:11 ; Mateo 4:4), esa vida espiritual que est� a favor de Dios (Salmo 30:5). Disfrutando de esta vida como fruto de la obediencia, tambi�n deben poseer como herencia el elogio prometido a sus padres.

Deuteronomio 4:3, Deuteronomio 4:4

La gente hab�a tenido una experiencia personal del peligro, por un lado, de transgredir, y el beneficio, por el otro, de guardar la Ley de Dios; hab�an visto c�mo aquellos que pecaron al adorar a Baal-peer fueron destruidos ( N�meros 25:3, N�meros 25:9), mientras que aquellos que permanecieron fieles al Se�or se mantuvieron vivos. Esta experiencia que la gente hab�a tenido solo recientemente, por lo que una referencia a ella ser�a a�n m�s impresionante. Baal-peor, el �dolo cuyo culto se observ� en Peor. Baal (Bal, Beel, Bel, Se�or) era el nombre com�n de la deidad suprema entre el norte del pueblo de habla sem�tica, los cananeos, los fenicios, los arameos y los asirios. Hab�a, pues, muchos baales. Seguido: caminado despu�s; una expresi�n b�blica com�n para la adhesi�n y el servicio religioso (cf. Jeremias 8:2; Jeremias 9:14; y con una f�rmula diferente, N�meros 32:12; Deuteronomio 1:36; Josu� 14:8; Jueces 2:12, etc.). Vosotros que te uniste a Jehov� tu Dios. "Unirse a uno" es expresivo del apego y la comuni�n m�s �ntimos y cercanos (cf. G�nesis 2:24; Isa�as 14:1). La frase se usa con frecuencia para la devoci�n al servicio y adoraci�n del Dios verdadero (cf. Deuteronomio 10:20; Josu� 22:5; Josu� 23:8; Hechos 2:23, etc.); aqu� expresa el contraste entre la conducta de aquellos que permanecieron fieles a Jehov� y los que lo abandonaron para adorar a Baal. Est�n vivos cada uno de ustedes este d�a. "As�, los que se mantienen puros en las deserciones generales, se salvan de la destrucci�n com�n ( Ezequiel 9:4; 2 Timoteo 2:19; Apocalipsis 20:4)" (Ainsworth).

Deuteronomio 4:5, Deuteronomio 4:6

Los institutos de Mois�s eran los mandamientos de Jehov�, y por lo tanto la obediencia a ellos era imperativa. Por esto estaba condicionado el disfrute por parte de Israel de la Tierra Prometida; y esta ser�a su sabidur�a y entendimiento a la vista de las naciones; para ellos mismos ser�a la vida, y para las naciones transmitir�a una impresi�n de que son los depositarios de la verdadera sabidur�a y conocimiento, de modo que deber�an verse obligados a decir: Sin duda, una gran naci�n sabia y comprensiva es esta gran naci�n. "El fruto del justo es un �rbol de vida; y el sabio gana almas" ( Proverbios 11:30). Los estatutos de Dios hacen sabio lo simple (Salmo 19:8; Salmo 119:98, Salmo 119:99); y los que se hacen sabios atraen la atenci�n de los dem�s por la fama de su sabidur�a. As�, la Reina de Sab� escuch� en su lejano pa�s la sabidur�a de Salom�n, y vino a �l para comunicarse con �l de todo lo que hab�a en su coraz�n ( 1 Reyes 10:1, etc.); y muchos de los siglos que buscaban la verdad entre los paganos, se sintieron atra�dos por Israel al ver c�mo con ellos estaba el verdadero conocimiento de Dios. Israel fue as� exaltado porque Dios estaba cerca de ellos, listo para escuchar su clamor y darles lo que necesitaban; que ninguno de los dioses de las naciones fueron o pudieron ser para sus devotos; y porque, en la Ley que Dios les hab�a dado, ten�an tal instrucci�n y direcci�n que ninguna naci�n pagana pose�a.

Deuteronomio 4:7, Deuteronomio 4:8

Traducir, �para qu� gran naci�n hay dioses que se acercan a ella, como Jehov� nuestro Dios cada vez que lo invocamos? �Y qu� gran naci�n hay que tenga estatutos y ordenanzas justas como toda esta Ley que les estoy dando hoy? (comp. Deuteronomio 33:29; Salmo 34:17; Sal 145: 18; 1 Samuel 14:36; I Reyes 1 Samuel 18:26-9, 37; Santiago 4:8). "El verdadero derecho tiene sus ra�ces en Dios; y con el oscurecimiento del conocimiento de Dios, la ley y el derecho, con sus fundamentos divinamente establecidos, tambi�n son sacudidos y oscurecidos (cf. Romanos 1:26)" (Keil) .

Deuteronomio 4:9-5

La posesi�n de los or�culos de Dios por parte de Israel fue un beneficio para ellos solo ya que estos fueron tenidos en cuenta y reverenciados. Por lo tanto, deb�an prestar atenci�n y diligentemente cuidarse de olvidar las circunstancias bajo las cuales se hab�a recibido la Ley en Horeb. Luego, Dios hab�a ordenado que las personas se reunieran, de modo que se pusieran de pie ante el Se�or, estuvieran en su presencia manifestada, y se les hiciera escuchar su voz que les hablaba en medio del fuego y las nubes que cubr�an el monte. Ten�an as� evidencia real y garantizaban que la Ley que hab�an recibido era Divina; y esto deb�an tenerlo en cuenta mientras vivieran, y comunicarse con sus hijos en todo momento, para que pudieran temer al Se�or; porque sobre esto descansaba el pacto que Dios hab�a hecho con Israel, y que deb�an guardar como condici�n para continuar disfrutando de privilegios y vida.

Deuteronomio 4:9

Guarda tu alma diligentemente; es decir, tenga mucho cuidado para preservar su vida (cf. Job 2:6; Proverbios 13:3; Proverbios 16:17; Proverbios 19:16; en todo lo cual pasajes se usa la misma f�rmula que aqu�). El hebreo (??????) significa principalmente respiraci�n, luego principio vital, vida natural (anima), luego vida del alma, el alma o la mente (animus). El olvido de las maravillas que hab�an visto les llevar�a a olvidarse de Dios y, por lo tanto, a apartarse de �l, y esto estropear�a y finalmente destruir�a su vida (cf. Josu� 23:11-6). Las cosas que han visto tus ojos (ver �xodo 19:10, etc.).

Deuteronomio 4:10

Especialmente el d�a. La palabra "especialmente", introducida por los traductores en la versi�n autorizada, es una interpolaci�n innecesaria. Con este vers�culo comienza una nueva oraci�n, que contin�a en Deuteronomio 4:11 hasta el final de Deuteronomio 4:13. Renderizar, en el d�a [es decir en ese momento, el ???, es un acusativo adverbial] cuando te pusiste delante de Jehov� tu Dios en Horeb ... cuando te acercaste y te pusiste de pie ... entonces Jehov� te habl�, etc.

Deuteronomio 4:11

La monta�a ardi� con fuego hasta en medio [hasta el coraz�n] del cielo; es decir, hasta los mismos cielos; Una descripci�n ret�rica de la poderosa columna de fuego que ard�a en el Sina�, y engendr� la presencia de aquel cuyo s�mbolo es el fuego. Con oscuridad, nubes [nube] y espesa oscuridad; Debajo del fuego hab�a una nube de oscuridad profunda, de la cual ard�a, la "nube espesa" de �xodo 19:9, �xodo 19:16, y el "humo" del que sal�an los rel�mpagos brill�, y sobre el cual la gloria del Se�or, como fuego devorador, descansaba en la cima de la monta�a ( �xodo 19:18; �xodo 20:18; �xodo 24:16, �xodo 24:17).

Deuteronomio 4:12

En esta ocasi�n la gente escuch� la voz de las palabras, pero no vio similitud; no hab�a forma o forma aparente a la vista. Ning�n hombre puede ver la cara de Dios ( �xodo 33:20, �xodo 33:23); "Ning�n hombre ha visto a Dios en ning�n momento" ( Juan 1:18); y aunque se dice que los nobles o ancianos de Israel que subieron con Mois�s al monte vieron a Dios, es evidente que lo que vieron fue solo una manifestaci�n luminosa de su gloria, y no una forma o forma de la cual una similitud podr�a hacerse ( �xodo 24:9-2). Incluso a Mois�s, con quien Dios dijo que hablar�a boca a mes, y que deber�a contemplar la similitud de Dios ( N�meros 12:8), le dijeron que no pod�a ver su rostro, su personalidad esencial, sino solo su espalda, el reflejo de su gloria ( �xodo 33:18-2).

Deuteronomio 4:13

Su pacto; El amable compromiso de Dios con Israel para su bien, y por el cual estaban obligados a observar todos sus mandamientos. Dios declar� esto en el Sina� cuando pronunci� los diez mandamientos (palabras, ????????), "las palabras del pacto, las diez palabras" ( �xodo 34:28), que luego le dio a Mois�s en dos tablas de piedra , escrito con el dedo de Dios ( �xodo 24:12; �xodo 31:18). Adem�s de estos, hab�a otros estatutos y ordenanzas que Mois�s recibi� la orden de ense�ar al pueblo y que, con ellos, comprend�an la Ley dada en el Sina� (ver �xodo 21:1 y los siguientes cap�tulos).

Deuteronomio 4:15-5

Como la gente no hab�a visto ninguna forma o figura cuando Dios les habl�, deb�an tener cuidado con sus propias vidas (cf. Deuteronomio 4:9) de actuar corruptamente al hacer cualquier tipo de imagen, ya sea del hombre o de bestia, con el prop�sito de adorar a Dios como lo representa; tambi�n deb�an cuidarse de sentirse tan atra�dos por el esplendor de los cuerpos celestes como para ser seducidos por la fuerza para adorarlos y ofrecerles servicio religioso. A este respecto, no deb�an imitar a los paganos; porque Dios, que los hab�a librado del horno de la esclavitud egipcia, los hab�a tomado como su posesi�n especial; y, por lo tanto, deb�an prestar atenci�n para no olvidar el pacto de Jehov� su Dios, ni para ofenderlo al hacer cualquier imagen o representaci�n de �l como objeto de adoraci�n. Entre los paganos, y especialmente en Egipto, las im�genes eran el pilar y el apoyo de la religi�n; pero en Israel, como Dios se les hab�a revelado sin forma, era como un esp�ritu que deb�a ser adorado, y no bajo ninguna representaci�n externa.

Deuteronomio 4:16

Imagen grabada (?????), trabajo tallado o escultura, ya sea de madera, metal o piedra, la similitud de cualquier figura, la forma de cualquier �dolo (?????, forma, estatua, �dolo), la figura de figura (????????, a edificio, un modelo, una forma o figura) �de hombre o mujer� en aposici�n a una imagen grabada, e ilustrativa de ella.

Deuteronomio 4:17, Deuteronomio 4:18

La semejanza �la figura� de cualquier bestia, etc. Una advertencia contra el culto a los animales de Egipto.

Deuteronomio 4:19

Para que no alces tus ojos al cielo, etc. La adoraci�n de los cuerpos celestiales, especialmente la adoraci�n de las estrellas, prevaleci� entre los cananeos y muchas de las tribus sem�ticas, pero no se limit� a ellos; los egipcios tambi�n veneraban al sol como Re, la luna como Isis y las estrellas como s�mbolos de las deidades. Los israelitas, por lo tanto, tanto de asociaciones pasadas como de lo que podr�an encontrar en Cana�n, estaban expuestos al peligro de ser seducidos a la idolatr�a. Debe ser impulsado: debe ser impulsado, dibujado o restringido (cf. Deuteronomio 13:13). Que el Se�or tu Dios ha dividido a todas las naciones bajo todo el cielo, Dios hab�a asignado (?????) a toda la humanidad los cuerpos celestes para su ventaja (G�nesis 1:14-1; Salmo 104:19; Jeremias 31:35); por lo tanto, no era competente para ninguna naci�n buscar apropiarse de ellos como especialmente suyos, y era absurdo que cualquiera ofreciera servicio religioso a objetos destinados al servicio del hombre. Targum: que el Se�or tu Dios prepar� para todos los pueblos debajo del cielo; Vulgata: Quae creavit Dominus Deus tuus en ministerium cunctis gentibus. Esto parece mejor que la interpretaci�n de que Dios "los hab�a asignado para la adoraci�n, es decir, les hab�a permitido [a las naciones] elegirlos como los objetos de su adoraci�n" (Keil, etc.); para:

1. No hay distinci�n aqu� entre los hebreos y las otras naciones de la tierra; "todas las naciones" los incluye a ellos y tambi�n a los paganos.

2. Aunque Dios permiti� que los paganos adoraran los cuerpos celestes, nunca los asign� a los hombres para que pudieran adorarlos. "Se nota la generosidad de Dios al dar a todas las personas el uso de esas criaturas, y la mente b�sica del hombre para adorar las cosas que se dan a los sirvientes de los hombres" (Ainsworth).

Deuteronomio 4:20

Horno de hierro: horno para fundir hierro: "figura de tormento ardiente en Egipto" (Herxheimer). Esta referencia a la fundici�n de hierro muestra que, aunque los implementos de los antiguos egipcios eran en su mayor�a de cobre, el hierro tambi�n debe haber sido ampliamente utilizado entre ellos. Otras referencias al uso del hierro se encuentran en el Pentateuco; ver G�nesis 4:22; Le G�nesis 26:19; N�meros 35:16; Deuteronomio 3:11; Deuteronomio 8:9; Deuteronomio 19:5; Deuteronomio 27:5 (Goguet, 'Origine des Lois,' 1.172; Wilkinson, 'Ancient Egypt,' 1.169; 2.155). Ser para �l un pueblo, etc. (cf. �xodo 19:4-2; Deuteronomio 7:6).

Deuteronomio 4:21-5

Mois�s, despu�s de referirse nuevamente a que no se le permite entrar a Cana�n, toma ocasi�n de nuevo para advertir a la gente que no olvide el pacto de Jehov� y haga una imagen de Dios, ya que es un Dios celoso y un fuego consumidor.

Deuteronomio 4:21

El Se�or estaba enojado conmigo ... y jur�, etc. Ni en N�meros 20:12 ni en N�meros 27:12-4, hay alguna menci�n de que Dios haya jurado que Mois�s no debe entrar a Cana�n con el personas; pero es absurdo suponer, como algunos lo han hecho, que el escritor aqu� ha confundido esto con lo que est� registrado en N�meros 14:21, N�meros 14:28, - eso es inconcebible; y ciertamente no se sigue, porque no se hace menci�n en N�meros de Dios que hab�a jurado, que �l no jur� en esta ocasi�n; Si confirm� con un juramento su decreto de que la generaci�n que se rebel� en Cades no deber�a entrar en Cana�n, la probabilidad seguramente es que har�a lo mismo cuando anunciara a Mois�s el decreto de que no deber�a conducir a Israel a la alabanza prometida. "Es perfectamente obvio, de Deuteronomio 3:23, sqq; que todos los detalles no se dan en la cuenta hist�rica del evento referido" (Keil).

Deuteronomio 4:23

Una imagen grabada, o la semejanza de cualquier cosa, etc., literalmente, una imagen grabada (esculpida) de una forma de todo lo que Jehov� tu Dios te ha mandado; Carolina del Sur. no hacer (cf. Deuteronomio 16-18 y Deuteronomio 2:37).

Deuteronomio 4:24

Un fuego consumidor. Cuando Dios le habl� a Israel en el Sina�, su gloria apareci� "como devorando (consumiendo) fuego en la cima del monte" ( �xodo 24:17); y en alusi�n a esto Mois�s aqu� llama a Dios "un fuego consumidor". Lo es para todos sus enemigos y para todos los que lo desobedecen; castigando con severos golpes, y si persisten en su hostilidad y rebeli�n, los destruir� (comp. Deuteronomio 9:3; Isa�as 10:16; Am�s 5:6; Sofon�as 1:18; Hebreos 12:29). Un dios celoso; LXX ???? ??????? Dios tiene un celo ardiente por su propia gloria; lo guarda con celoso cuidado; y no perdonar� a los que lo deshonran, especialmente a los que son culpables de idolatr�a, por lo cual "transforman la verdad de Dios en mentira" ( Romanos 1:25; cf. �xodo 20:5; Deuteronomio 6:14, Deuteronomio 6:15; Deuteronomio 32:16, etc .; Salmo 78:58, etc .; Nah�m 1:2). Tambi�n est� celoso de su gente, porque los ama y no resistir� a ning�n rival en su afecto y devoci�n.

HOMIL�TICA

Deuteronomio 4:1

La vida y la prosperidad dependen de la obediencia a Dios.

En este p�rrafo, Mois�s indica, por la palabra "por lo tanto", el prop�sito que ha tenido en la revisi�n en la que se hab�a entregado. No fue solo por el simple ensayo que los variados incidentes en la carrera de Israel fueron recordados en memoria, sino para estimular a la gente nuevamente a la obediencia, record�ndoles cu�n fuerte fue la raz�n y cu�n grande ser�a la bendici�n de la misma. . Fue entonces, como lo es ahora, "la piedad es provechosa para todas las cosas"; y aunque eso ser�a un bajo est�ndar de virtud alcanzado por un hombre que sirvi� a Dios simplemente por lo que pod�a obtener de �l, sin embargo, por otro lado, si no resultaba bueno, la raz�n ciertamente se ver�a seriamente afectada en la influencia que tuvo en un hombre. Hay una forma mezquina y ego�sta de utilitarismo. Pero si, cuando un hombre compite por la utilidad como el fundamento de la virtud, quiere decir con utilidad "una tendencia a promover el bien m�s alto, en la escala m�s grande, por el per�odo m�s largo", entonces no hay nada ego�sta o malo en la teor�a ya sea que lo aceptemos como buena filosof�a o no. Y es cierto que nuestro Se�or Jesucristo quiso considerar consideraciones de lucro para pesar con los hombres (ver Mateo 16:25, Mateo 16:26). Observar-

I. LOS ESTATUTOS Y JUICIOS DE DIOS SON LOS MEJORES MUEBLES MORALES Y ESPIRITUALES CON LOS QUE PUEDEN ENRIQUECER LAS PERSONAS. La palabra "estatutos" incluye "los mandamientos morales y las leyes de pacto estatutario". Los "juicios" son preceptos que ordenan lo que se debe de los hombres al hombre o a Dios. A veces obtenemos la palabra "mandamientos", incluidos los dos primeros; en otras ocasiones tenemos la palabra "testimonios; en el cual el deber se considera como aquello sobre lo que Dios da testimonio al hombre. Ahora, los hombres se levantar�n o caer�n seg�n la naturaleza moral sea cultivada o descuidada. Y es porque los preceptos divinos constituyen un directorio para nuestros seres superiores, que son tan invaluables para nosotros. Sin duda, hasta cierto punto, la Ley de Dios todav�a est� grabada en los corazones y las conciencias de los hombres; y si los hombres fueran perfectos, la Ley escrita en el coraz�n ser�a bastante claro. Pero a medida que los hombres descuidan la Ley de Dios, llegan a fallar en discernirla. Los caracteres escritos internamente son cada vez m�s d�biles, y, para que no cese entre los hombres, nuestro Dios ha tenido su voluntad graciosamente registrada en un Libro, �Nuestro constante est�ndar de apelaci�n, nuestro directorio invariable de derecho!

II ESTOS ESTATUTOS Y JUICIOS DEBEN SER CONSERVADOS INTACTOS. "No a�adir�s a la palabra que te mando, ni disminuir�s de ella". La manifestaci�n de la tendencia de los hombres a hacer uno u otro, s�, es uno de los cap�tulos m�s tristes de la historia humana (ver Homil�a en Deuteronomio 12:32). (Cf. Jeremias 26:2; Proverbios 30:6; Apocalipsis 22:18, Apocalipsis 22:19; Mateo 5:19; Mateo 15:1.) El escepticismo viola la Ley de Dios al restarla; superstici�n, a�adi�ndole. Nuestra apelaci�n siempre debe ser "a la Ley y al testimonio", y la apelaci�n solo ser� v�lida, es m�s, solo ser� posible, ya que ambas se conservan intactas y se mantienen libres de la manipulaci�n de los hombres.

III. DEBEN SER CONSERVADOS EN SU TOTALIDAD, PARA QUE SE PUEDAN OBEDECER ES SU TOTALIDAD. Escucha, para hacerlo (ver Juan 13:17; Santiago 1:22). Una mera reverencia por la carta, sin obediencia al esp�ritu, desagrada a Dios. Jesucristo se quej� de esto entre los jud�os ( Juan 5:38). Una ley escrita, honrada en cuanto a su preservaci�n, pero descuidada en la vida, es un testigo silencioso contra nosotros ( Juan 5:45). Los hombres pueden descansar en tener los or�culos de Dios, y pueden abrigar hasta las �ltimas y vanas esperanzas de aceptaci�n por motivos de privilegio, pero ser�n enga�ados ( Mateo 7:21). La obediencia a la Ley de Dios incluye los dos grandes deberes de confianza en una gran salvaci�n y lealtad a los preceptos morales. A ning�n hombre se le permit�a jugar con el c�digo de sacrificio m�s que con el c�digo �tico: ambos formaban parte de la Ley; ambos deb�an observarse con igual exactitud.

IV. LA OBEDIENCIA A LA LEY SER�A PARA LA RIQUEZA DE ISRAEL, Y ERA LA CONDICI�N DE SU CONTINUACI�N EN LA TIERRA.

Deuteronomio 4:1

"Para que puedan vivir", etc. La palabra "vida" est� muy lejos de ser un mero sin�nimo de "existencia". Es equivalente a la "existencia saludable", un estado de ser en el que todos sus poderes y funciones est�n en ejercicio armonioso y se dirigen a sus objetos y fines apropiados. Tampoco puede nadie dudar de que la obediencia a las leyes de Dios tiene una tendencia a promover el verdadero consuelo y el �xito en esta vida, mientras que sin duda es la verdadera, s�, la �nica preparaci�n para la pr�xima. Adem�s, la bendici�n de Dios se promete a los obedientes. Si la vida de un hombre concuerda con las leyes de Dios, descubrir� cu�n conductora es la obediencia al bien. Pero si �l "lucha con su Hacedor", su curso de vida se erizar� con espinas en todas partes.

V. A medida que miramos, podemos ver algunos tristes ejemplos del reverso, de los cuales podemos tomar el calentamiento. (Vea la triste historia de Baal-peor, a la que se hace referencia en Deuteronomio 4:3.) Seguramente deber�amos advertirnos de eso, y de demasiados casos similares. La prevalencia de la lujuria destruir� la belleza, la paz, el poder y la esperanza de la vida.

VI. LA EXPERIENCIA DE PAZ Y ALEGR�A, ASISTENTE A UNA VIDA DE LEALTAD A DIOS, ES UN ARGUMENTO FUERTE PARA CONTINUAR EN EL MISMO.

Deuteronomio 4:4, "Ustedes que se unieron al Se�or su Dios est�n vivos cada uno de ustedes este d�a". �Qu� dar�an las v�ctimas de la lujuria, la codicia y la pasi�n si pudieran tener la tranquila calma de alguien que sigue al Se�or completamente? Pero eso no puede ser �l. La prueba de una vida para Dios es el propio sello de Dios a su valor en su ojo (cf. Salmo 91:1); mientras que (coet. par.) la larga vida est� asegurada por el estado saludable del cuerpo que induce una vida justa. Y la esperanza, la buena esperanza a trav�s de la gracia, que da la perspectiva, �oh, la alegr�a indecible de eso!

EN CONCLUSI�N.

1. Es tan imperativo, desde el punto de vista cristiano, que combinemos la obediencia a la ley de sacrificio y �tica del evangelio, como lo fue para los hebreos obedecer ambas partes de su Ley. Ninguna virtud externa realizada en un esp�ritu legal y justiciero nos salvar�. Tampoco nadie confiar� en el sacrificio de Cristo, aparte; de la santidad, sea aceptado. Tanto la fe en Cristo como la vida santa, forman partes inseparables de una verdadera obediencia a Dios.

2. La rica plenitud de paz que disfrutan aquellos que conf�an, aman y obedecen, es mucho mayor bajo el evangelio de lo que podr�a haber sido bajo la Ley de Mois�s, porque, en Cristo, la revelaci�n del amor divino es mucho m�s clara, y la "bendita esperanza" es mucho m�s brillante. Cristo nos da un descanso en s� mismo, y la vida que �l aviva y sostiene en los creyentes es una vida tranquila (ver Romanos 5:1; Filipenses 4:4). "Aunque ahora no lo vemos, a�n creyendo, nos regocijamos con una alegr�a indescriptible y llena de gloria". Esta es la vida de hecho!

Deuteronomio 4:5

La grandeza nacional depende de la obediencia a Dios.

En estos vers�culos tenemos una continuaci�n de la direcci�n de Mois�s al pueblo. Anteriormente les hab�a recordado los incidentes ocurridos. Aqu� les se�ala la posici�n ventajosa que tienen el privilegio de ocupar y les muestra c�mo mantenerla y perpetuarla. Les recuerda los siguientes puntos:

1. Que el suyo era el privilegio muy especial de tener a Dios cerca de ellos como el Se�or su Dios (ver tambi�n Deuteronomio 4:32-5).

2. Que ocupar�an un lugar destacado entre las naciones de alrededor (cf. �xodo 9:16; �xodo 15:14; N�meros 14:13-4; Deuteronomio 28:10).

3. Que la piedra angular de su vida y honor nacional era la adoraci�n a Dios y la pr�ctica de la justicia. Sus "estatutos y juicios" se caracterizaron por esta marca especial: eran justos por encima de los de cualquier otra naci�n � ( Deuteronomio 4:8).

4. Que la implementaci�n de estos preceptos fue su �nico curso sabio ( Deuteronomio 4:6).

5. Que tal sabidur�a ser�a su verdadera grandeza, y tal grandeza les ganar�a el respeto y el honor de los pueblos vecinos ( Deuteronomio 4:6). [Este fue realmente el caso en gran medida. Nuestro espacio no nos permitir� siquiera tocar el asunto aqu�; pero una investigaci�n cuidadosa le mostrar� al estudiante c�mo la grandeza de Israel se ha manifestado en la influencia ejercida por ellos al modificar la religi�n, la filosof�a, la literatura, la pol�tica, las instituciones y los juicios morales del mundo. Primero, entre los egipcios, cananeos y fenicios; y luego, entre los asirios, persas, griegos y romanos, v�ase Wines, Gale, Stillingfleet y otros.]

6. Que les corresponde "mantener y hacer" estos preceptos, retenerlos en su coraz�n, transmitirlos a sus hijos y cuidarse constantemente. Al convertir todo esto al uso del p�lpito para los tiempos modernos, observe:

I. HAY CIERTOS PRINCIPIOS, LA APLICACI�N DE LOS QUE ASEGURAR� LA VERDADERA GRANDEZA DE UNA GENTE. Para un verdadero patriota se est� convirtiendo en pensar que su pa�s es reconocido entre las naciones de la tierra, evidentemente Jehov� se refer�a a que la gente se conmover�a con tal ambici�n. Es mucho m�s saludable dirigir los deseos naturales a un canal correcto que tratar de suprimirlos. Que un hombre valore el deseo m�s ferviente de ver a su pa�s sin igual entre la gente. Dios promete esto como resultado de su bendici�n. Ser�s "la cabeza y no la cola". Pero observe: no se debe desear tanto la notoriedad como la que surge de la sabidur�a y la comprensi�n. La prominencia que surge de la influencia moral es la �nica por la que vale la pena luchar. Cualquier influencia por la cual ayudemos a elevar a otras naciones en virtud y poder, vale infinitamente m�s que lo que viene del valor marcial, o las t�cticas diplom�ticas, o la supremac�a sobre un pueblo que simplemente har� que se sorprendan por la longitud de nuestro bolso, o la precisi�n y el fuego mortal de las armas. Para ser conocido como la gente m�s sabia, para que otros busquen en emulaci�n amistosa aprender de nosotros, esta es una eminencia que cualquier patriota puede desear por la tierra que ama. Pero observe: esto depender� de la cantidad de cultura moral en un pueblo, es decir, del grado de claridad con que un pueblo vea lo que es correcto, de la medida de la fuerza que ejerce en su b�squeda y de la firmeza con que insisten en que el derecho es primordial para cualquier consideraci�n de poder, conveniencia o ganancia. "El trono se establecer� en justicia". "La justicia exalta a una naci�n; pero el pecado es un reproche para cualquier pueblo". No solo en el individuo, la familia y la vida social la justicia debe ser la piedra angular de un bien com�n, sino en aquellos actos en los que un hombre tiene que desempe�ar el papel de ciudadano, y en los que una naci�n tiene que hacer con otras naciones. La justicia no puede ser eliminada de la pol�tica, ni puede jugar un papel subordinado. Universales, eternas, inmutables, son las leyes de la justicia, y por quienquiera que sean violadas �por individuos, familias, iglesias o naciones�, tal violaci�n seguramente ser� seguida por remordimiento y verg�enza. La forma m�s verdadera de cultura moral es la lealtad al Ser Divino y sus mandamientos. Ninguna naci�n tiene o puede prosperar sin el reconocimiento de un Gran Supremo. Es solo el tonto, el "nabal", el marchito, quien dice que no hay Dios. Y ninguna naci�n que ignore el deber de lealtad a Dios ser� grandiosa. Pero luego, en el Libro, como el libro de texto moral m�s grande del mundo, hay estatutos, preceptos, testimonios, juicios, para la regulaci�n de la vida, tanto individual como colectiva. La apelaci�n del vers�culo 8 sigue siendo v�lida: "�Qu� naci�n hay ... que tenga estatutos y juicios tan justos como toda esta Ley, que os presento hoy?" Sabemos c�mo se puede resumir la Ley: "Toda la Ley se cumple en una palabra, incluso en esto: Amar�s a tu pr�jimo como a ti mismo. El amor no hace mal al pr�jimo; por lo tanto, el amor es el cumplimiento de la Ley". Y este principio de amor a todos, llevado a cabo en lealtad a Dios, asegurar� esa grandeza que m�s vale la pena tener. Los egipcios fueron a la vez famosos por aprender, los fenicios por su comercio; los hombres de Bashan por su fuerza gigante; Grecia por su filosof�a; Roma por su "imperium et libertas". Su influencia se ha ido. Pero la raza hebrea, por quien primero y solo esta ley del amor fue proclamada como el �nico principio rector de la vida de una naci�n, est� viviendo en su literatura la m�s grandiosa de todas las vidas, y balance�ndose, con el cetro de su �nico Hombre Perfecto, los hombres de diferentes naciones, tribus y lenguas en cada cuarto del globo. S�, esta ley del amor le ha dado a la raza hebrea una grandeza que nunca perder�. Los rayos m�s brillantes de luz en el mundo ahora deben ser discernidos solo donde la ley del amor es conocida y obedecida; esa ley dada por Mois�s, tra�da por Jesucristo. Y en la medida en que las naciones sigan y act�en esta ley, alcanzar�n la �nica grandeza en la que el cielo sonr�e. "El mundo pasa y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre". Esta justicia es en s� misma una armadura de luz, la mejor defensa de una naci�n. Porque en "la naci�n justa que guarda la verdad" descansar� la bendici�n de Dios y, junto a la bendici�n Divina, la buena voluntad de las naciones es nuestra guardia m�s segura y m�s feliz.

II AQU� HAY UN LLAMAMIENTO A LAS PERSONAS COMO PERSONAS PARA TENER EN CUENTA ESTOS PRINCIPIOS. La apelaci�n es cu�druple en este p�rrafo.

1. "Gu�rdalos y hazlos". Hay tanta obediencia a Dios en la naci�n como le es dada por las almas individuales, y nada m�s. Por lo tanto, es la parte del verdadero patriota que desea la grandeza de su naci�n para ver que est� viviendo la vida que ayudar� a hacer que la naci�n sea grande.

2. Esto no debe ser un trabajo superficial, sino que la Ley debe estar en el coraz�n. No es una vida superficial accidental, sino una direcci�n inteligente y dise�ada de la vida interna y externa de acuerdo con los caminos y la Palabra de Dios.

3. Esta ley de justicia, verdad y amor debe transmitirse de padre a hijo, y as� sucesivamente generaci�n tras generaci�n. El padre debe ser el verdadero depositante, conservador, maestro y transmisor de la Ley de Dios. Debe vivir despu�s de haber ido en la verdad que ha ense�ado y, cuando est� muerto, su discurso ser� moldear los corazones j�venes de una naci�n.

4. Cada uno debe protegerse cuidadosamente, para que ninguna de las influencias perniciosas que lo rodean destruyan o debiliten su lealtad a Dios y a la derecha. "Cu�date;" - tal es el significado de la frase en el vers�culo 9 (cf. Proverbios 4:23, "Guarda tu coraz�n con toda diligencia; porque fuera de eso est�n los asuntos de la vida"). Es f�cil deducir del Libro de Deuteronomio contra las influencias que los antiguos hebreos tendr�an que proteger. Estas influencias, hostiles a la lealtad inquebrantable, var�an con cada tierra, raza y edad. Una cuidadosa observaci�n y conocimiento de los tiempos nos mostrar� en contra de qu� enemigos tenemos en todos los puntos para estar armados. Tomemos toda la armadura de Dios. Salv�monos de esta generaci�n adversa. �Juguemos al hombre y al ciudadano, con corazones leales a nuestro Salvador, celosos de lo correcto y lo verdadero, temiendo a Dios, pero sin tener miedo al lado!

Deuteronomio 4:11-5

La peculiar relaci�n de Israel con Dios.

Este p�rrafo establece en sincera apelaci�n la relaci�n peculiar y distintiva con Dios en la que Israel fue colocado. (Para los detalles precisos del punto de su historia aqu� mencionado, vea �xodo 19:1 .; y para la aplicaci�n de varias de las expresiones usadas aqu� y all� a los creyentes en Cristo bajo la dispensaci�n cristiana, vea 1 Pedro 2:9.) Aqu� hay un tema noble para el predicador: la relaci�n especial de Israel con Dios, t�pica y cumplida en la relaci�n actual del pueblo cristiano con �l.

I. DEJEMOS ESTUDIAR LA RELACI�N PECULIAR DE ISRAEL CON DIOS. "El Se�or te tom�, y te sac� del horno de hierro ... para ser para �l un pueblo de herencia", es decir, un pueblo comprado o adquirido. Entonces, en �xodo 19:5, �xodo 19:6. El Se�or hab�a llamado a Abraham, le hab�a hecho promesas a �l y a su simiente. Estas promesas corrieron por Isaac y Jacob y los doce patriarcas. Ahora sus descendientes se hab�an vuelto lo suficientemente numerosos como para formar una naci�n; como tales, hab�an sido debidamente constituidos, con esta caracter�stica peculiar: deb�an ser la naci�n de Dios. Hab�an sido liberados por �l, estaban consagrados a �l y estaban siendo entrenados por y para �l. Por lo tanto, como se�ala Kalisch, cada sujeto es como si fuera un sacerdote, y cada acci�n civil asume la santidad de una funci�n religiosa: la idolatr�a era un delito contra su soberan�a y, por lo tanto, se castigaba con la muerte; as� que la blasfemia, la falsa profec�a, la ruptura del s�bado, fueron visitadas con el mismo castigo. La falta de respeto a los ancianos, la desobediencia a los padres (siendo ellos los representantes de Dios), fueron visitados con penas dolorosas. Por lo tanto, toda la tierra pertenec�a a Dios. La gente no era m�s que inquilinos, y en el a�o del jubileo la tierra volvi� a su antiguo due�o o sus herederos. Los israelitas eran s�bditos y siervos de Dios solos. La esclavitud, por lo tanto, aunque no fue sofocada perentoriamente, estaba tan regulada que el esclavo sali� libre en el s�ptimo a�o; y si no deseaba la libertad, fue marcado con una marca ignominiosa porque rechaz� la soberan�a inmediata de Dios. � Ahora, esta expresi�n, "la naci�n de Dios", es la clave para interpretar muchas de las promulgaciones que nos parecen ininteligibles, y muchos de los castigos que parecen inusualmente severos. Esta verdad, que Israel es el pueblo del Se�or, recorre las Escrituras del Antiguo Testamento, como se ver� si observamos los nombres variados por los cuales se distinguen.

1. El hijo de Dios, su primog�nito ( �xodo 4:22, �xodo 4:23; Jeremias 3:4, Jeremias 3:9; Oseas 11:1).

2. Primicias (Jeremias 2:3).

3. El pueblo de Dios (Sal 81: 8-11; 2 Samuel 7:23, 2 Samuel 7:24).

4. La herencia de Dios ( Deuteronomio 32:9).

5. Las personas ( Deuteronomio 33:29).

6. Los elegidos (Salmo 33:12; Deuteronomio 7:6).

7. Su reba�o (Jeremias 13:17; Salmo 100:3).

8. El pueblo santo ( Deuteronomio 7:6; Jer 7: 1-34: 44).

9. Las personas justas ( N�meros 23:10; �xodo 19:6).

10. La casa o la familia de Dios ( Isa�as 1:2).

11. Un reino (Salmo 89:18).

As�, todos los israelitas eran sujetos del mismo Rey eterno y perfecto, todos iguales en dignidad, derechos y deberes. No hab�a entre ellos ninguna instituci�n que se asemejara a la casta. Todos eran iguales a los ojos del cielo; Todos disfrutaron de las posibilidades para el desarrollo de su naturaleza espiritual. El pastor m�s pobre podr�a convertirse en profeta, si est� lleno del Esp�ritu de Dios. Y la caracter�stica diferencial prevista de toda la naci�n le fue dada por el car�cter revelado de su Rey, "Sed santos, porque yo soy santo". No es de extra�ar que un pueblo, seleccionado as� por una relaci�n tan cercana con Dios, sea llamado en el texto "un pueblo de herencia". No, de hecho, solo en Israel, hubo una forma teocr�tica de gobierno. Los reyes de Egipto, los monarcas de Persia y Thibet, pretendieron gobernar como representantes de los dioses. Minos entre los cretenses, Lycurgus el Lacedaemonian, Numa de Roma y Mohammed, todos pretendieron tener alg�n tipo de autoridad divina; pero estos eran solo el mimetismo de lo verdadero, y todos carec�an del punto supremo para el cual Jehov� estaba educando a Israel, incluso para "justicia y verdadera santidad". Es bastante f�cil ganar conversos por un cierto mimetismo de lo Divino. La historia temprana de muchas naciones est� cargada de mitolog�a, pero la historia temprana de Israel se destaca en una distinci�n clara y sorprendente de la de otros pueblos, en la claridad con la que dan testimonio del �nico Dios vivo y verdadero, la conformidad de su primeros registros con vida y modales conocidos, y la clara y sorprendente demanda en sus preceptos de amor y bondad, santidad y verdad. Esto fue en ese momento, y siempre estar� en la historia de esa �poca, el �nico punto brillante en medio de la penumbra circundante. La gente era "un tesoro peculiar para Dios sobre todas las personas".

II LO QUE ISRAEL FUE DISE�ADO ENTRE LAS NACIONES, LAS PERSONAS CRISTIANAS DEBEN ESTAR DONDE EST�N: un pueblo santo para el Se�or su Dios. El ap�stol Pedro insin�a esto en el vers�culo al que nos referimos al principio (ver tambi�n Tito 2:14; Efesios 2:10; 1 Pedro 1:15, 1 Pedro 1:16). Hay muchos m�s pasajes en los que se habla de los creyentes no solo individualmente sino colectivamente, como formando una familia, un hogar, una ciudad, una comunidad ( Efesios 2:12, Efesios 2:19; Filipenses 3:20, griego). Y hay cuatro caracter�sticas que marcan esta nueva comunidad, que corresponden a las que marcaron la de los hebreos.

1. Los miembros de esta comunidad cristiana son redimidos (cf. 1 Pedro 1:18, 1 Pedro 1:19). De la maldici�n de la Ley, de la esclavitud del pecado, los creyentes han sido redimidos por una ofrenda de valor indescriptible, incluso la preciosa sangre de Cristo.

2. As� redimidos, llegan a tener tal conocimiento de Dios como su Dios que el mundo no tiene ni puede tener ( Romanos 8:15; G�latas 4:5). Son redimidos de un estado de servidumbre a un estado de filiaci�n (cf. Juan 8:34).

3. Son redimidos a una vida de comuni�n cercana con Dios (cf. Deuteronomio 4:7; 1 Juan 1:1). Est�n en casa en Dios.

4. Son redimidos para esta comuni�n cercana con Dios, para que as� puedan volverse puros; y que en esta vida de pureza puedan "mostrar las alabanzas del que los ha llamado de la oscuridad a su luz maravillosa". Ninguna de estas cuatro etapas debe perderse de vista; redimidos del pecado y la servidumbre, a la filiaci�n, a la comuni�n, a la santidad. Ninguna de estas caracter�sticas debe quedar fuera; ni se puede invertir o incluso transponer el orden en que los hemos puesto. La �nica marca por la cual el mundo puede conocer al pueblo de Dios es su santidad ( Hebreos 12:14). No es en vano que las Escrituras hablan de una gran redenci�n. Y ning�n predicador predica el evangelio completamente, quien no insiste en su lado de la �tica ni en su lado de la gracia. Y ning�n cristiano profesante es digno del nombre que lleva, que pierde de vista la santidad como el fin a alcanzar, m�s de lo que lo ser�a si perdiera de vista la gracia de Dios como aquello por lo cual solo puede alcanzar el final. �Cu�ntas controversias en la Iglesia de Dios han surgido de una percepci�n desigual de las diversas verdades del santo evangelio de Dios! �Desde una visi�n inadecuada del mal del pecado y de su afrenta al honor y al gobierno de Dios, muchos han sentido d�bilmente la necesidad del Gran sacrificio expiatorio, por el cual el honor herido de la Ley fue vindicado y una redenci�n para el hombre hecha posible! Y luego, por otro lado, al detenerse casi exclusivamente en el mal del que se rescata al hombre, otros no han insistido lo suficiente en la santidad por el bien de permitirle lograr que su rescate se haya efectuado a tal costo. Quiz�s pocos predicadores presenten a la perfecci�n un evangelio exactamente equilibrado. Es una doctrina seg�n la piedad. Algunos critican la doctrina porque ven a su alrededor una falta de piedad. Pero si tuvi�ramos la piedad que es para ilustrar la doctrina, nunca aseguraremos el fin al debilitar la exhibici�n de la doctrina que, si se usa correctamente, ciertamente la conducir� a ella. Y no solo los predicadores deben prestar atenci�n tanto a la doctrina como a la pr�ctica, sino tambi�n a los profesores privados. Si queremos que el mundo entienda el valor de la religi�n cristiana como un objeto de revelaci�n, debemos mostrar su poder en una vida santa y personal. Si queremos que otros crean que sus doctrinas son superiores a cualquier otra doctrina, debemos demostrar que la vida que asegura es superior a cualquier otra vida. As� debemos ser, como Israel, un pueblo peculiar; mostrando a otros que no hemos sido redimidos en vano. Sea nuestro dejar que nuestra luz brille ante los hombres, para que puedan ver nuestras buenas obras y glorifiquen a nuestro Padre que est� en el cielo. As� demostraremos que somos su pueblo en verdad.

Deuteronomio 4:21-5

Dios un fuego consumidor.

"El Se�or tu Dios es un fuego consumidor, incluso un Dios celoso". Esta no es una oraci�n obsoleta. El escritor de la Ep�stola a los Hebreos lo cita e insta a la verdad que expresa como una raz�n para servir a Dios "con reverencia y temor piadoso; porque", agrega, incluso "nuestro Dios es un fuego consumidor". Quiz�s la primera impresi�n que estas palabras transmitir�an a la mente seria y reflexiva ser�a la del terror. Quiz�s, tambi�n, algunos pueden incluso estremecerse ante tal representaci�n de Dios, y de inmediato pueden declarar que pertenece a una �poca pasada, y a un orden de ideas en descomposici�n. Pero es probable que otros que sean m�s cautelosos digan: "Debemos estar bastante seguros de que entendemos la frase antes de decir eso". Indudablemente decimos con placer: "Dios es luz", "Dios es amor", pero �qui�n puede deleitarse en decir: "Dios es fuego?" �Es posible que alguien pueda ir a�n m�s lejos y deleitarse en decir: "Nuestro Dios, el Dios que tiene una relaci�n de pacto con nosotros, es un fuego consumidor"? �La frase no act�a como una fuerza repelente e inspira a uno con temor? Sin duda, puede tener ese efecto en muchos casos, especialmente si los hombres se han aferrado descuidadamente a un aspecto de las cosas, o cuando han sido enga�ados por una cita err�nea popular, "Dios fuera de Cristo es un fuego consumidor". Sea lo que sea que signifique la frase, es tan cierto que Dios en Cristo es un fuego consumidor, como que Dios fuera de Cristo lo es. La frase es una que debe estudiarse con detenimiento y devoci�n a la luz general de la ense�anza de las Escrituras, para que a la luz de Dios podamos ver la luz. Puede ser, si tratamos de sentir nuestro camino hacia su significado, que abra visiones de Dios de las que no nos separamos voluntariamente.

I. �CU�L ES EL SIGNIFICADO DE LA FRASE EN EL TEXTO? A menudo debe haber sorprendido a un lector atento de la Biblia la frecuencia con la que se encuentra la figura del "fuego", tanto en relaci�n con las ofrendas del hombre a Dios como con las manifestaciones de Dios de s� mismo al hombre (cf. G�nesis 3:24; G�nesis 8:20; G�nesis 15:17; �xodo 3:1 .; �xodo 19 .; Isa�as 4:1 .; Isa�as 31:9). Ahora, cualquiera que sea el atributo de Dios aqu� expuesto bajo la figura del fuego, como todos los atributos de Dios, debe duplicarse en su acci�n en un mundo pecaminoso. La acci�n del fuego es de acuerdo con el objeto sobre el que act�a.

1. Hay una acci�n terror�fica de fuego. Intenta lo que es malo ( 1 Corintios 3:13). Consume (Le Deuteronomio 10:2). Aparece ( N�meros 11:1; Isa�as 33:14). Destruye ( 2 Reyes 1:12; Lucas 3:17; Juan 15:6; Salmo 98:3; Hebreos 6:8).

2. Hay una acci�n amable de llama. Se enciende (Le Deuteronomio 9:24). Lo intenta ( 1 Pedro 1:7; Isa�as 48:10). Purifica (Salmo 12:6). Protege (Zec 2: 5; 2 Reyes 6:17; Deuteronomio 9:3). Escolta ( 2 Reyes 2:11). Gu�a ( �xodo 40:38). Se ilumina (Salmo 78:14). Es como un pabell�n de gloria ( �xodo 3:2; Isa�as 33:14). Ahora, muy diferente como es la acci�n o el significado del fuego ardiente del cielo en todos estos casos, la diferencia no est� en la llama, sino en el material sobre el que act�a. El mismo fuego que derrite la cera hornear� la arcilla. Entonces, el mismo atributo de Dios en el cual los justos pueden gloriarse ser� un terror para sus enemigos.

3. Cuando se habla de fuego en referencia a Dios, es un emblema de:

(1) Pureza. En �xodo 3:2, Dios significar�a que en su amor redentor �l, el Dios santo, morar�a con los hombres, y que los hombres podr�an morar en medio de su santidad ardiente, y a�n as� estar perfectamente en casa.

(2) Potencia ( Deuteronomio 9:3; Deuteronomio 7:8). Poder ejercido en nombre de quienes lo aman.

(3) Celos ( Deuteronomio 4:23, Deuteronomio 4:24).

(4) Ira ( Deuteronomio 6:15). Por lo tanto, estas cuatro concepciones se deben adjuntar al uso de la frase "fuego consumidor", a saber. un pabell�n de pureza en el que Israel podr�a vivir ileso; celos que no pod�an soportar rival; una ira que saldr�a contra el pecado; un poder que se proteger�a como con lenguas, s�, con muros de llamas.

4. Pero podemos dar otro paso y reducir esta concepci�n cu�druple a una doble. Hay ira contra el pecado debido a la pureza inmaculada. Hay celos que no admitir�n rival, y un poder que lo proteger� debido al amor m�s intenso. As�, el fuego consumidor es la pureza, en la cual puede morar la justicia, y en la que se consume el pecado; y el amor, que es poderoso en su cuidado activo, y celoso de cualquier rival en el coraz�n humano.

5. Podemos simplificar una vez m�s, y reducir la doble concepci�n a una unidad, y decir que Dios es un fuego consumidor, en la medida en que es amor perfecto: amor puro, amor activo, amor celoso; de modo que el texto del remo no es m�s que otra forma de decir: "Dios es luz, Dios es amor". D�janos ahora-

II MIRE ESTAS TRES FORMAS DE LA EXPRESI�N "AMOR PERFECTO" Y VEA LO QUE INVOLUCRAN.

1. Puro amor. Dios es un fuego llameante de pureza infinita y, sin embargo, una llama ardiente de amor m�s tierno. Recibe al pecador sobre la base de la justicia. �l hace a los hombres que est�n en relaci�n de pacto con �l perfectamente puros. Deben ser probados, purificados y blanqueados, hasta que est�n sin culpa ante el trono de Dios. �Lo tendr�amos de otra manera? �El amor de Dios sin su pureza ser�a in�til para nosotros!

2. Amor activo. Dios castiga a sus santos en un muro de fuego ( Isa�as 4:6), mientras que tambi�n destruye a sus enemigos como con una lengua de fuego.

3. Amor celoso. Hay celos de odio. Hay uno leg�timo. El primero ser�a indigno de un hombre para poseer; el segundo, un hombre ser�a indigno de s� mismo si no lo hiciera. Un padre valdr�a poco si no estuviera celoso por la pureza de su hijo; tambi�n lo har�a un esposo si no estuviera celoso por el honor de su esposa; o un ingl�s, si no celoso por el honor de su reina! Aun as�, ser�a indigno de Dios si no estuviera celoso, en el sentido de las Escrituras. Nota:

(1) El amor de Dios es celoso por el primer lugar en nuestros corazones.

(2) Dios est� celoso de su propia pureza, santidad y verdad.

(3) Est� celoso por el honor de su Hijo.

No dejar� que se pierda el que lo recibe, ni dejar� que se salve quien juegue con �l. �Ir contra Cristo es precipitarse a la llama consumidora!

III. �CU�LES SON LOS USOS PR�CTICOS PARA HACER DE ESTE SUBLIMO ATRIBUTO DE DIOS? (Vea el uso que se le dio en la Ep�stola a los Hebreos, Deuteronomio 12:1; los �ltimos tres o cuatro vers�culos).

1. �Es Dios as� un fuego consumidor? Entonces, nunca intentemos acercarnos a �l sin un reconocimiento tanto de su pureza como de nuestra pecaminosidad. No se acepta ning�n servicio ante Dios que no tenga en cuenta el pecado, y en relaci�n con el cual no hay "reverencia y temor piadoso".

2. No pensemos en ning�n modo de reconocimiento del pecado que ignore el propio camino de Dios, a saber. el de un sacrificio expiatorio. Dios guardar� celosamente el honor de su querido Hijo. "Si no escaparon, quien rechaz� al que habl� en la tierra, no escaparemos mucho m�s si nos alejamos del que habla del cielo".

3. Si as� estamos usando penituamente el sacrificio expiatorio de Cristo como nuestro �nico medio de acercamiento y fundamento de esperanza en Dios, entonces glor�monos en este amor santo y celoso, que nos protege como con un muro de fuego, y es nuestra garant�a eterna de que no seremos avergonzados.

4. Recordemos que depende de nosotros mismos si el "fuego consumidor" es una llama a la que temblamos, o un pabell�n en el que podemos escondernos. Dios no puede negarse a s� mismo. No tratar� con el pecador con ning�n principio que ignore la gran expiaci�n que su Hijo ha efectuado, o que admita que acepta el servicio de un coraz�n dividido. Nos corresponde a nosotros decir si la gran obra redentora de Jes�s ser� el medio por el cual nos elevaremos a la comuni�n en santidad infinita, o si ser� para nosotros el sabor de la muerte a la muerte. Debe ser uno u otro. Si lo recibimos, nos traer� al descanso eterno en Dios; �Si lo rechazamos, profundizar� nuestra condena m�s terriblemente que si no se hubiera proporcionado un Salvador! Nuestro Dios es un fuego consumidor. Si, en Jes�s, nos acercamos a �l, esa santidad ardiente y ardiente ser� el lugar secreto de su tabern�culo en el que estamos escondidos de manera segura. Si descuidamos esta gran salvaci�n, como hombres sin perd�n y sin salvaci�n, permaneceremos, y ante la llama de la pureza de Jehov� temblaremos para siempre. Pecador, por ejemplo, �te rodear� este fuego del amor perfecto de Dios como un muro de protecci�n, o te aterrorizar� y te consumir� como una llama devoradora?

HOMILIAS DE D. DAVIES

Deuteronomio 4:1

Lo sagrado de la Ley Divina.

La ley, siendo la expresi�n de la justicia, es inalterable como la justicia misma, permanente en medio de todas las mutaciones de los asuntos humanos. Sus requisitos son estatutos, estables como las colinas eternas.

I. LA LEY ES LA VERDADERA VOZ DE DIOS; la manifestaci�n de su pensamiento; El espejo de su mente. "El Se�or te habl�". "Fuera del fuego", la llama de la santidad y el celo emite cada orden. Si la naturaleza moral del hombre tiene un o�do abierto, a menudo puede detectar la voz imperial del cielo. No es para ver a Dios que se revela, sino al o�do. Sus mensajeros son enf�ticamente "una voz". "La fe viene por escuchar".

II LA LEY, EN SU ESFERA, ES PERFECTA. Sobre cada obra de sus manos, Dios pronuncia el veredicto "Muy bueno"; y Law, siendo el instrumento con el que trabaja, es "santo, justo y bueno". Para el hombre injusto puede haber algo m�s precioso que la Ley; pero cuando se restaura a Dios, la ley es su deleite. En el dominio de la creencia, no podemos aumentar o disminuir la Ley de Dios sin autolesiones. La perfecci�n no se puede mejorar. En la esfera de la pr�ctica, detenerse por debajo de la l�nea del deber, o ir m�s all� de la l�nea, es igualmente un delito. La automutilaci�n, o mancha, es el efecto.

III. LA VERACIDAD DE LA LEY ATESTADA POR LA EXPERIENCIA REAL. Todo hombre de mente honesta puede descubrir si la Palabra escrita incorpora o no una Ley Divina. Si es una ley genuina, su autoridad es ratificada por una conciencia honesta; Como las sanciones, ya sea de elogio o maldici�n, son presenciadas por todos los ojos claros. Todo hombre veraz es testigo de que las leyes de Dios (ya sean escritas en la naturaleza externa, en la constituci�n del hombre o en las Escrituras) traen vida al obediente, y muerte al transgresor. �No se revela una ley en las Escrituras, sino que tiende a la justicia, la felicidad y la vida!

IV. LA LEY DIVINA REPRESENTA SU AUTORIDAD SOBRE TODO EL HOMBRE.

1. Sobre el intelecto, porque exige atenci�n, investigaci�n, comparaci�n y discriminaci�n.

2. Autoridad sobre los afectos, ya que exige reverencia, estima, elecci�n y amor.

3. Autoridad sobre la facultad moral; porque exige asentimiento, respuesta y lealtad.

4. Sobre los poderes activos, ya que requiere vigilancia, autocontrol, deferencia ininterrumpida y un servicio intransigente.

V. LA LEY ES EL CAMINO A LA VERDADERA EMINENCIA. Cada aplicaci�n exitosa de la ciencia a la vida pr�ctica es simplemente una pisada del camino de la ley. Mientras el hombre encuentre las huellas de la Ley de Dios, seguir� adelante. No hay progreso real en ning�n departamento de la vida humana, excepto en la l�nea de la Ley de Dios. Encontrar eso y seguirlo es �xito. Esto es igualmente cierto en la provincia espiritual. Esta es la quintaesencia de la sabidur�a: el trampol�n hacia la eminencia. �Qu� hombres, qu� naci�n, han alcanzado la grandeza permanente, salvo aquellos que han recorrido el camino de la Ley Divina?

VI. La lealtad a la ley de Dios nos acerca a Dios. Como cuando seguimos las huellas de un hombre lo suficientemente r�pido, finalmente llegamos al hombre mismo; entonces, mientras seguimos el camino de la Ley, llegamos pronto sin los recintos sagrados de la presencia de Dios. Vemos el funcionamiento de la maquinaria celestial, los movimientos del pensamiento y el prop�sito de Dios. Nos movemos con �l y cada vez nos acercamos m�s a la luz central y al amor. Es un camino estrecho, y pocos son los que lo encuentran.

VII. UN ESP�RITU DE OBEDIENCIA SE PROPAGA POR SI MISMO. Al igual que las plantas en el jard�n, cada hombre justo produce semillas seg�n su propia especie. Sin una ense�anza formal, la belleza de su vida ser� una lecci�n viva: la fragancia de sus actos ser� contagiosa. Los que aman la Ley de Dios ser�n celosos de ense�ar la Ley de Dios y de recomendarla a otros. Un buen rasgo en el car�cter de Abraham aparece cuando Dios dijo: "Conozco a Abraham, que mandar� a sus hijos y a su familia despu�s de �l". Todo hombre lega a la posteridad un gran legado de bendici�n o de ruina.

VIII LA LEY DE DIOS B DESTINO A TENER PERMANENCIA EN LA VIDA HUMANA. Hab�a un gran significado en el hecho de que el Dec�logo estaba escrito, no en rayos de luz sobre el firmamento de zafiro, ni en caracteres legibles sobre pergamino, sino sobre piedra. Se dice que la piedra del Sina� pertenece a una de las formaciones m�s antiguas: el per�odo de granito. Las formas y modos de ley pueden sufrir cambios para satisfacer las necesidades crecientes de los hombres; pero el sentido interno �el n�cleo� de cada ley a�n permanece. "El cielo y la tierra pueden pasar", toda restricci�n material puede sufrir cambios radicales, pero las palabras de Dios no pueden sufrir cambios. �Lo que es verdad una vez es verdad siempre! Lo que fue correcto desde hace miles de a�os, conserva toda su autoridad hoy, y ser� un mundo obligatorio sin fin. �La suma y sustancia de la ley moral est� escrita por el dedo de Dios y grabada en la roca s�lida!

Deuteronomio 4:1

La maldici�n de la idolatr�a.

La idolatr�a es el prejuicio general de la humanidad ca�da, la perversi�n de un principio innato, el desconcierto del instinto religioso. Los hombres en todas partes "sienten a Dios, si es que pueden encontrarlo". El ate�smo absoluto no puede durar mucho en ning�n lado. Si los hombres rechazan una Deidad personal, inventan un Dios inferior, y pr�cticamente adoran eso. El ateo m�s salvaje que haya visto el mundo, debe admitir que hay alg�n poder o fuerza en el mundo superior a �l. No hay lugar de descanso para la raz�n, salvo un Dios espiritual.

I. LA IDOLATR�A FUE EL PELIGRO PREVALENTE DE LA EDAD PATRIARCAL. Durante la infancia de los hombres, est�n bajo el dominio de los sentidos corporales. Exigen un dios a quien puedan ver, manejar y escuchar. La familia de Abraham era adicta a la idolatr�a. La esposa de Jacob extrajo furtivamente los terafines de su padre y los sostuvo en una reverencia. Incluso Mois�s anhelaba una Deidad visible. "Te lo ruego, mu�strame tu gloria!" La ausencia de Mois�s del campamento durante cuarenta d�as fue suficiente para que la gente recayera en la idolatr�a. A lo largo de su historia, cada disminuci�n en la reliquia, el sentimiento de iones se mostr� en un nuevo lapso hacia la idolatr�a.

II LA IDOLATR�A BRUTAMENTE CORRUPTA SUS VOTARIOS. El objeto que al principio se selecciona como s�mbolo de la Deidad, pronto retiene el homenaje del adorador y se convierte en su Deidad. La materia est� en las ant�podas del esp�ritu. Las leyes y fuerzas que trabajan en la naturaleza material pueden ayudarnos a comprender al Ser Divino, pero la materia en s� misma nunca. Aparte de una revelaci�n escrita, mejor nos elevamos al conocimiento de Dios a trav�s de la contemplaci�n de nuestras propias mentes y conciencias. El objeto de nuestra adoraci�n nos moldea a s� mismo. El adorador de las bestias se vuelve bestial. "Los que los hacen volverse como ellos". Esta es la ley de Dios.

III. LAS IM�GENES MATERIALES DEGRADAN A LA DIOSA. Dios es un esp�ritu y no puede ser representado por im�genes materiales. �Porque la materia no puede transmitir impresiones de omnipresencia, ni de eternidad, ni de cualidades morales, ni de emociones, afectos o alegr�as! La representaci�n por im�genes materiales despoja a nuestro Dios de todo lo m�s noble en su naturaleza, cf. todo lo que es distintivo en la Trinidad. Oculta sus perfecciones y eclipsa su gloria.

IV. La idolatr�a anul� el pacto entre Dios e Israel. Ese pacto amable requiri� por parte de los israelitas el honesto reconocimiento y adoraci�n del �nico Jehov�. La infidelidad en este punto vital invalida todo el pacto; Dios se hab�a comprometido especialmente a ser su Dios, con la condici�n de que fueran su pueblo leal. Todos los recursos del reino de Dios se comprometieron a Israel en ese pacto. Fue un acto de misericordia que Dios se uniera de cualquier forma a sus criaturas, y esta gracia superabundante deber�a haber tenido su homenaje por los lazos m�s cercanos y tiernos. Su parte del pacto, Dios lo hab�a observado notablemente en la liberaci�n de su pueblo del "horno de hierro". �No fue cada signo y maravilla forjado en Egipto un nuevo sello sobre el v�nculo celestial? Este pacto, entre un Dios misericordioso y hombres indignos, destruy� la idolatr�a.

V. NUESTRO CONOCIMIENTO DE DIOS EST� DISE�ADO COMO UNA FUERZA REGULADORA. Hay limitaciones a nuestro conocimiento de Dios impuestas por nuestra constituci�n, y otras limitaciones impuestas por nuestro pecado. Estos �ltimos pueden ser eliminados de inmediato por el poder redentor de Cristo; y el primero nombrado se relajar� gradualmente en el estado de resurrecci�n. El fuego no representa a Dios, excepto en la medida en que consume, y esta ilustraci�n est� destinada a verificar nuestra presunci�n; No es para la satisfacci�n de un intelecto curioso, sino para contener una vida descarriada. El conocimiento de Dios, que se reduce honestamente a la pr�ctica, se convierte en un conocimiento m�s amplio y m�s claro. "Entonces sabremos si seguimos para conocer al Se�or".

VI. LA INIQUIDAD SE CONVIERTE EN SU PROPIO CASTIGO. A lo largo de las Escrituras se ense�a esta doctrina, que el pecado madura y culmina en castigo. El castigo amenazado sobre la idolatr�a de los jud�os era este, que deb�an ser conducidos a una tierra pagana y obligados a servir a los bloques sin sentido de madera y piedra. El castigo de la avaricia es este, que las sensibilidades se vuelven tan duras como el oro. �La pena de la embriaguez es esta, que el apetito m�rbido se convierte en una pasi�n incontrolable! La voz de la fatalidad dice: "El que es inmundo, que sea inmundo a�n".

VII. CASTIGOS ACTUALES SON EL TIPO DE CASTIGOS FUTUROS. La pena que se impondr�a a los jud�os por deslealtad era el destierro de Cana�n: derrota, dispersi�n, muerte. Entonces, las penas finales reveladas para los hombres reprobados son la exclusi�n del Cana�n celestial; destierro a la oscuridad que han preferido; Destrucci�n total. Cada hombre "va a su propio lugar".

VIII SUFRIMIENTO PARA OTROS, UN CAMINO A LOS CORAZONES HUMANOS. En relaci�n con estos consejos paternos, Mois�s nuevamente le recuerda a la gente su privaci�n a causa de sus pecados. La culpa de su exclusi�n de Cana�n se los atribuye. El que antes hab�a rezado para que, por el bien de Israel, su propio nombre pudiera ser borrado del libro de Dios, ahora se somete a este castigo por el bien del pueblo. Pero Mois�s no descartar�a la ventaja que este hecho podr�a traer. En su deseo por el bien del pueblo, lo convierte en un argumento persuasivo, para confirmar su lealtad a Dios. Como si cualquier otra apelaci�n fallara, esta apelaci�n a su sensibilidad podr�a tener �xito. Es como si hubiera dicho: "�Recuerda lo que estoy llamado a soportar por ti! Que tu recital sea una obediencia inquebrantable a mi Dios". Aqu� �l sirve como un tipo d�bil de Jes�s. � D.

HOMILIAS POR J. ORR

Deuteronomio 4:1, Deuteronomio 4:2

Obediencia aceptable.

I. SU BASE: el comando Divino. "Estatutos y juicios". La acci�n que se origina en la voluntad propia, aunque sea correcta en forma moral, no es obediencia. El mandamiento de Dios es la regla y el punto de partida. El reconocimiento de su autoridad es esencial. Kant distingue la religi�n de la moralidad, por lo tanto "La religi�n es hacer todos los deberes como si fueran mandamientos divinos". La regla objetiva se encuentra en las Escrituras inspiradas.

II Su personaje. Debe ser:

1. Entero, no parcial. Tener respeto a todo lo que Dios revela.

2. Honesto, sin alterar, mutilar, sumar ni restar de (cf. Mateo 5:19; Mateo 15:6, Mateo 15:9).

3. Perseverante.

III. Su recompensa. "Vida", posesi�n de bendiciones. Esta recompensa no es legal, sino de gracia a trav�s de Cristo, ya que sobre la base legal nadie puede alcanzarla ( Romanos 3:20). Pero aunque, como pecaminoso, no podemos tener vida a trav�s de la obediencia, todav�a la tenemos en obediencia. "No todo el que me dice: Se�or, Se�or, entrar� en el reino de los cielos; sino el que hace la voluntad de mi Padre que est� en los cielos" ( Mateo 7:21; Romanos 2:7) .� JO

Deuteronomio 4:6-5

La gloria de una naci�n.

I. UNA NACI�N QUE POSEE LA PALABRA DE DIOS ES SUPREMADAMENTE FAVORECTA. ( Deuteronomio 4:8.) Incluso tener una Ley como la que pose�a Israel la exaltaba a una posici�n de grandeza �nica. El conocimiento del Dios verdadero: luz sobre los grandes principios de los estatutos de equidad de conducta, instituciones adaptadas para promover el bienestar material, moral y espiritual. Nuestra propia naci�n es excepcionalmente favorecida en el disfrute abundante de los privilegios religiosos: Biblias, iglesias, escuelas sab�ticas, agencias de evangelizaci�n, literatura cristiana, etc. poniendo el conocimiento m�s alto al alcance de los m�s humildes; mientras que las leyes, instituciones, etc. bajo el cual vivimos, como el fruto de una civilizaci�n cristiana, no hay nadie superado en la tierra. De hecho, Dios nos ha favorecido a un grado sin precedentes en todos los aspectos religiosos.

II UNA NACI�N ILUMINADA POR LA PALABRA DE DIOS ES EXTREMADAMENTE SABIA. Tener es mucho, pero para ser verdaderamente "una persona sabia y comprensiva", debemos "mantener y hacer" ( Deuteronomio 4:6). No es en saber, sino en adoptar, el curso sabio que nos mostramos verdaderamente sabios. La sabidur�a es el curso que conduce a la formaci�n de un pueblo valiente, noble, resuelto, feliz y contento; y la naci�n que ama la Palabra de Dios, teme a Dios mismo y aplica la ense�anza que le ha dado en las diversas esferas de la existencia dom�stica, social, comercial y pol�tica, posee indudablemente esa sabidur�a. Es de lamentar que las naciones m�s privilegiadas no siempre ponen esa reserva en sus privilegios que deber�an hacer, o hacer un buen uso de ellos. La cantidad de irreligi�n, infidelidad e indiferencia general a la Palabra de Dios en nuestra propia tierra es un presagio sorprendente para el futuro. La grandeza de Gran Breta�a pronto disminuir� si abandona su respeto por la Biblia, el s�bado y los principios rectores de la revelaci�n,

III. UNA NACI�N QUE SE ORDENA POR LA PALABRA DE DIOS ES EXTREMADAMENTE EMINENTE. ( Deuteronomio 4:7.) Su prosperidad:

1. Descansa sobre una base s�lida.

2. Se construye bajo condiciones que aseguran su permanencia.

3. Est� asegurado por una bendici�n especial de Dios. Y este es un asunto que admite una amplia verificaci�n hist�rica.

Comparar:

1. Naciones paganas con cristianos.

2. Naciones incr�dulas con creyentes (Francia: Gran Breta�a).

3. Naciones cat�licas romanas con protestantes (ver Laveleye sobre 'Protestantismo y catolicismo en su relaci�n con la libertad y la prosperidad de las naciones').

4. Naciones que profanan el s�bado con guardar el s�bado. Se encontrar� que las naciones que aman la Biblia, obedecen la Biblia y guardan el s�bado exhiben:

(1) una superioridad intelectual;

(2) una superioridad �tica;

(3) una superioridad en las instituciones pol�ticas;

(4) una superioridad en aspectos materiales (comercio, comercio, riqueza, etc.).

IV. UNA NACI�N QUE OBEDECE LA PALABRA DE DIOS TENDR� LA FUENTE DE SU GRANDEZA RECONOCIDA POR OTROS. ( Deuteronomio 4:6.) No solo ser�n due�os de su eminencia, sino que discernir�n su verdadera causa y reconocer�n que surge de su fidelidad religiosa. Existen numerosos testimonios de este tipo sobre la fuente de la grandeza nacional de nuestro propio pa�s.

Lecciones

1. Valorar nuestros privilegios religiosos.

2. Busque la promoci�n de la religi�n en la comunidad.

3. Sea diligente en el entrenamiento de nuestros hijos ( Deuteronomio 4:9).

4. Extienda nuestras bendiciones a los dem�s. � J.O.

Deuteronomio 4:9

La educaci�n religiosa de los ni�os.

1. La forma en que Dios entrega los frutos del privilegio presente.

2. La manera de Dios de mantener su testimonio en el mundo.

3. La manera de Dios de extender su Iglesia.

La ley natural del aumento de la poblaci�n conduce, donde los padres son fieles, a un aumento constante en el n�mero de los santos. J.O.

Deuteronomio 4:10-5

La revelaci�n en Horeb.

Una revelaci�n

I. DE LA ESPIRITUALIDAD DE LA NATURALEZA DE DIOS. "No viste similitud" ( Deuteronomio 4:12). Una verdad maravillosa que quedar� impresionada en las mentes de un pueblo reci�n salido del contacto con las idolatr�as degradantes de Egipto. Una verdad:

1. Dif�cil de entender.

2. Elevando en su influencia.

3. La aprehensi�n de la cual es necesaria para la adoraci�n espiritual ( Juan 4:24).

II DE LA SANTIDAD DEL CAR�CTER DE DIOS. Los rel�mpagos que jugaban sobre la monta�a, el fuego ardiendo en medio de ella ( Deuteronomio 4:11), la ardiente ley que se le dio, todos expresaron la horrible y terrible santidad de aquel cuya voz estaba pronunciando palabras de terrible importaci�n a los transgresores.

III. DE LAS VERIDADES DE LA LEY DE DIOS. Luego se pronunciaron los diez mandamientos ( Deuteronomio 4:10, Deuteronomio 4:12): la suma y sustancia del deber moral, la regla de vida para los creyentes, la Ley que condena y mata a los transgresores. Cristo es "el fin de la Ley de justicia para todo aquel que cree", y solo en �l podemos escapar de su poder de condena ( Romanos 8:1; Romanos 10:4).

IV. DE LOS TERRORES DE LA MAJESTAD DE DIOS, Dios se rode� de estos signos de su grandeza, poder, ira y santidad:

1. Que podamos reverenciarlo y temerlo.

2. Que se nos pueda evitar la presunci�n en nuestros acercamientos a �l.

3. Que podamos sentir lo horrible de su Palabra. Recordando esta escena, los israelitas deber�an haber sido preservados de jugar con ella. La Palabra de Dios debe ser manejada y le�da con un profundo sentimiento de reverencia.

4. Estos terrores sugirieron que la Ley, en s� misma considerada, no es un poder salvador, sino destructor. Toda la manifestaci�n estaba cubierta de amenazas. J.O.

Deuteronomio 4:15-5

Advertencia contra la idolatr�a pagana.

I. EL ORIGEN DE LA IDOLATR�A HEATHEN. El resultado de una "corrupci�n" (Per. 16). No es una etapa en el avance hacia arriba del fetichismo, etc .; pero, como las consultas tienden a mostrar cada vez m�s, la consecuencia:

1. De una depravaci�n de la idea de Dios.

2. De una corrupci�n de la adoraci�n a Dios.

3. Surgiendo a su vez de la sustituci�n de la criatura por Dios en los afectos (cf. Romanos 1:20).

II LAS FORMAS DE LA IDOLATR�A HEATHEN.

1. Adoraci�n al h�roe ( Deuteronomio 4:16).

2. Adoraci�n de animales ( Deuteronomio 4:17, Deuteronomio 4:18).

3. Adoraci�n a la naturaleza ( Deuteronomio 4:19).

La idolatr�a griega proporciona ejemplos conspicuos del primero; Egipto era conocido por el segundo, por lo que el hinduismo; mientras que el parseeismo y el culto v�dico temprano ilustran el tercero (cf. Job 31:21).

III. LAS FRUTAS DE LA IDOLATR�A HEATHEN.

1. Un intelecto degradado.

2. Afectos degradados.

3. Moraleja degradada ( Romanos 1:1.).

Por lo tanto, Israel no debe "corromperse" a s� mismo.

Deuteronomio 4:20

El horno de hierro.

Dios hab�a pasado a su pueblo a trav�s de un horno caliente en los terribles sufrimientos que sufrieron en Egipto, pero con el gracioso prop�sito de liberarlos y darles una herencia en Cana�n. Aprendemos-

I. QUE LAS PERSONAS DE DIOS SON A VECES SUJETAS A SUFRIMIENTOS DE INCRE�BLE GRAVEDAD. La expresi�n "horno de hierro", es decir, un horno para fundir hierro, no transmite una idea m�s d�bil. Sabemos que, de hecho, a veces es as�. Angustia corporal (angustia mental) golpe tras golpe de la prueba m�s dura. Una instancia en la historia de Job. Sacude la fe en sus fundamentos, parece argumentar que Dios los ha abandonado por completo.

II QUE ESTOS SUFRIMIENTOS SE NOMBRAN Y SE ENCUENTRAN EN FINES DISCIPLINARIOS. El uso de la figura de un horno implica un prop�sito en los sufrimientos. El hierro se coloca en el horno deliberadamente y con un dise�o. Las pruebas, lo suficientemente dif�ciles de soportar en la fe que Dios les env�a, a menudo ser�an absolutamente intolerables sin esa fe. El horno act�a sobre el hierro duro, duro e impuro para separarlo de la escoria y hacerlo suave y viable. Los sufrimientos severos a trav�s de los cuales Dios pasa a los creyentes:

1. Purificar el car�cter.

2. Haga que la naturaleza sea pl�stica a la voluntad de Dios y sometala a la mansedumbre.

3. Adaptar al hombre as� santificado para usos nuevos y superiores.

III. DIOS TIENE UNA HERENCIA EN LA TIENDA PARA AQUELLOS QUE SUFREN EL HORNO CON �XITO.

1. Sus sufrimientos los capacitan para ser la herencia de Dios. "Ser para �l un pueblo de herencia". Tiene que derretirse, moldearse y prepararse espiritualmente para su propia morada en aquellos a quienes elige.

2. Sus sufrimientos los capacitan para la herencia que Dios les da ( 1 Pedro 1:3). Al crear una disposici�n pura, castigada y celestial. Al fortalecer la fe, alegrar la esperanza y aumentar el amor. Al someter el orgullo, la rebeli�n y la impaciencia; y hacer que la voluntad sea absolutamente flexible en manos de lo Divino. J.O.

HOMILIAS POR R.M. EDGAR

Deuteronomio 4:1

La obediencia al secreto del �xito.

Mois�s aqu� le recuerda a Israel el privilegio que posee como naci�n al tener los or�culos de Dios comprometidos con �l ( Romanos 3:2). �l insta a la obediencia sobre ellos como el �nico prop�sito por el cual deben ser introducidos en la Tierra Prometida. La prosperidad nacional depende de esto. Y aqu� tenemos que notar

I. LA DESOBEDIENCIA YA HA PROPORCIONADO FATAL. �l recuerda la terrible experiencia en relaci�n con los pares dobles: c�mo la gente en gran n�mero se convirti� en id�latras lascivos con los israelitas ( N�meros 25:1), y cu�n feroz ira del Se�or visit� a la gente. En Cana�n estar�n expuestos a tentaciones similares, pero el castigo en Baal-peor no debe perderse sobre ellos. Los juicios pasados ??son para asegurar una obediencia m�s completa.

II LA CERCA DE DIOS CON ELLOS DEBE PROBAR UN PRIVILEGIO HALLOWING. �Qu� bondadoso es Dios para habitar entre ellos, siempre al alcance de la mano para ser interrogado, el Rey m�s servicial! �l viv�a en medio de ellos como un peregrino con su pueblo. Sobre su accesibilidad y sabidur�a siempre pod�an calcular. Esto distingui� a Israel de las otras naciones. Tal privilegio deber�a santificarlos por s� mismo y hacer que permanezcan bajo su sombra. Igualmente cerca est� Dios todav�a para todos los que lo buscamos.

III. SU LEY ES M�S SABIA QUE LA LEGISLACI�N DESARROLLADA POR TODO EL HOMBRE. Las naciones vecinas ten�an sus leyes y costumbres, pero la superioridad del c�digo mosaico fue admitida por todos los que la conoc�an. Fue un avance moral inmenso para Israel, un avance tan grande como en esa �poca grosera que podr�an aceptar. Del mismo modo, la moralidad del evangelio est� por delante de toda jurisprudencia. De hecho, la legislaci�n y la reforma ilustradas tienden hacia el ideal b�blico. Dios es m�s sabio que el hombre, y la Biblia mejor que todos los actos del parlamento.

IV. LA LEY FUE DADA COMO UNA REGLA DE VIDA PARA LAS PERSONAS CONVENIDAS. Fueron redimidos de la esclavitud, y luego recibieron la Ley en el Sina� para guiar sus vidas redimidas. La obediencia deber�a ser una cuesti�n de gratitud por la liberaci�n, y probar�a el secreto del �xito. Est� muy quieto. "Cristo nos redime de la maldici�n de la Ley, siendo hecho maldici�n por nosotros". Pero como personas agradecidas y salvadas, sentimos que estamos "bajo la Ley de Cristo" ( 1 Corintios 9:21). Y esta obediencia agradecida demuestra el secreto de la comodidad y el �xito. Es la carne de la vida hacer lo que quiere del que nos envi�, y terminar su trabajo ( Juan 4:34). Palestina se convierte en el "para�so recuperado" para las almas agradecidas y obedientes. Encontramos una Tierra Prometida donde los preceptos de Dios son respetados por las almas redimidas. Es la actitud interior, m�s que las circunstancias externas, lo que constituye la vida como un pa�s bendecido y un antepasado del cielo.-R.M.E.

Deuteronomio 4:15-5

Los celos divinos de las im�genes grabadas.

La gran tentaci�n de Israel fue la idolatr�a. Las im�genes fueron adoradas por todas aquellas naciones entre las cuales vinieron, y estaban en constante peligro de conformarse a la pr�ctica pecaminosa. De ah� esta advertencia y declaraci�n sobre los celos divinos. Observemos

I. QUE LA CELOSIDAD PRESENTA AMOR. El amor debe ser fuerte como la muerte, de lo contrario los celos no ser�n crueles como la tumba; ni sus carbones probar�n carbones de fuego, teniendo una llama m�s vehemente (So Deuteronomio 8:6). El Dios que demuestra tan celoso es aquel cuya esencia es el amor. Si Dios no amara tanto a los hombres, no estar�a tan celoso cuando se alejaran de �l. �l sabe que, como una esposa no puede ser feliz separada de su amado esposo, el esp�ritu humano ya no puede estar lejos de �l. Israel entonces y ahora tenemos que tratar con un Dios de amor.

II Dios es celoso cuando los hombres le dan visibilidad. La idolatr�a est� tratando de ayudar a la adoraci�n a trav�s de los sentidos. La imagen no es considerada como el dios, sino su semejanza. El hombre encarna sus ideas de Dios en formas externas. Pero la imaginaci�n no es creativa; combina en nuevas relaciones lo que ya se le ha dado. Por lo tanto, la idolatr�a nunca ha hecho m�s que colocar a las criaturas, ya sean bestias, p�jaros, peces, reptiles o cuerpos celestiales, en nuevas relaciones con la Divinidad invisible. Dios resiente esta visibilidad como degradaci�n. �l sabe que el hombre se degrada por tales asociaciones. De ah� su merecida ira contra la idolatr�a.

III. SI DIOS NO ES NUESTRA LLAMA ENCENDENTE, SER� EN CELOSA NUESTRO FUEGO CONSUMIDOR. Es en la antorcha de lo Divino que el alma humana se enciende. Los fuegos ardientes de Pentecost�s subliman el alma y la preparan para los poderes primitivos. Es esta advertencia, que eleva la influencia, la acci�n natural del amor. Pero cuando el hombre rebelde convierte la gracia de Dios en lujuria; cuando el amor es ignorado en lugar de retornado, y el alma busca en el sentido de lo que Dios solo puede dar, entonces el amor comienza a arder como celos con una llama vehemente y consumidora.

IV. SE CONVIERTE EN CONSECUENTES NOSOTROS PARA ADORAR A DIOS EN EL ESP�RITU. Debemos mantenernos en las alturas serenas de la fe, y no caer en la degradaci�n de la superstici�n. Estamos hechos para cosas mejores que d�biles para asociar en nuestras mentes al Dios invisible y eterno con las criaturas de los sentidos. D�mosle a la fe el alcance apropiado, y la adoraci�n a Dios ser� tanto posible como deliciosa. Pero la adoraci�n a Dios a trav�s de las im�genes hace que las poblaciones y las piedras de los hombres. "Los que los hacen son semejantes a ellos; as� es todo el que conf�a en ellos" (Salmo 115:8). �Que nuestra adoraci�n nos cr�e y no nos degrade! La superstici�n se degrada, pero la adoraci�n del Dios invisible en el Esp�ritu eleva y ennoblece nuestras almas.-R.M.E.

Versículos 25-49

EXPOSICI�N

Deuteronomio 4:25-5

Mois�s hace cumplir la advertencia contra la idolatr�a, al predecir el mal que vendr� sobre la naci�n a trav�s de la apostas�a de aquellos que en el futuro se volver�n de Jehov� a dioses extra�os. Cu�ndo deber�an haber engendrado hijos y ni�os de ni�os, y haber estado mucho tiempo en la tierra, es decir, cuando en a�os posteriores surgir�a una generaci�n que no sab�a las cosas que hab�an visto o las hab�a olvidado ( Deuteronomio 4:9 ), y la naci�n deber�a volverse desenfrenada y corrupta, y caer en la idolatr�a (cf. Deuteronomio 6:10, etc .; Deuteronomio 8:7, etc .; Deuteronomio 31:20, Deuteronomio 31:21; Deuteronomio 32:15, etc .; Oseas 13:6); entonces deber�an perecer completamente de la tierra de la que ahora estaban a punto de tomar posesi�n.

Deuteronomio 4:25

Han permanecido mucho tiempo en la tierra; literalmente, se han vuelto viejos, una naci�n antigua, etc. Para provocarlo a la ira; es decir, para que �l est� disgustado y afligido, y despertado para castigar.

Deuteronomio 4:26

Llamo al cielo y a la tierra para testificar. Mois�s habla en nombre del Se�or de todos, y por eso llama a presenciar todo el universo creado para atestiguar sus palabras; los cielos y la tierra son testigos de Dios, y cuando el mal viene sobre aquellos que transgreden su Ley, declaran su justicia (Salmo 50:4, Salmo 50:6), en lo que ha sucedido. pecador es solo lo que se anunci� de antemano como pena de transgresi�n. Pronto; apresuradamente (?????), sin demora (cf. Deuteronomio 7:4, Deuteronomio 7:22 ["a la vez," Versos autorizados]; Deuteronomio 9:3 ["r�pidamente"] , Deuteronomio 9:12, Deuteronomio 9:16). D�as prolongados; generalmente es igual a tener una larga vida (cf. Deuteronomio 5:16; Deuteronomio 6:2; Deuteronomio 11:9; Deuteronomio 17:20, etc.); aqu� significa "continuar ocupando mucho". Solo mientras continuaran fieles a Jehov� podr�an continuar como pueblo para poseer la tierra; separados de �l, perdieron su t�tulo para ocupar Cana�n y dejaron de ser su pueblo especial; como naci�n ser�an destruidos al dispersarse entre otras naciones. De Lev�tico 26:33, etc. y Deuteronomio 28:64, es evidente que el autor ten�a en cuenta "todas las dispersiones que vendr�an sobre la naci�n rebelde en los tiempos futuros, incluso hasta la dispersi�n bajo los romanos, que contin�a todav�a; de modo que Mois�s contempl� el castigo en toda su extensi�n "(Keil).

Deuteronomio 4:27

Pocos en n�mero; literalmente, hombres de n�mero, es decir, que pueden contarse; pocos en comparaci�n con los paganos entre los cuales deber�an estar dispersos ( G�nesis 34:30). Te guiar�. El verbo aqu� (?????, Piel of ?????) se usa con frecuencia en el sentido de conducir suavemente y con amabilidad ( Isa�as 49:10; Isa�as 63:14; Salmo 48:14; Salmo 78:52); pero tambi�n significa conducir, llevar, transportar a la fuerza ( �xodo 14:25; G�nesis 31:26; �xodo 10:13; Salmo 78:26 ); la conexi�n muestra que, en este �ltimo sentido, debe tomarse aqu�. Dispersados ??entre los paganos, ellos, que hab�an deshonrado a Dios al hacer una imagen para representarlo, deber�an ser obligados a prestar servicio a simples �dolos muertos, el trabajo de las manos de los hombres, que no solo no pod�an o�r ni ver, como Dios puede, sino tampoco pod�a realizar funciones animales como comer y oler (Salmo 115:4; Jeremias 10:3). Estos �dolos son llamados "dioses" por Mois�s, porque fueron contados por aquellos que los adoraron; en otros lugares los estigmatiza como "abominaciones", cosas que se aborrecen y aborrecen (???????????, Deuteronomio 27:15; Deuteronomio 29:17). Como hab�a sido su pecado, tambi�n deber�a ser su castigo; como hab�an deshonrado a Dios, as� deber�an ser ellos mismos deshonrados; como hab�an adorado por una imagen de �l, que es esp�ritu y sin forma, se les debe obligar a hundirse en una adoraci�n completamente materializada, la de simples �dolos, el trabajo de las manos de los hombres; como hab�an renegado del �nico Dios santo y verdadero, deber�an ser degradados para convertirse en servidores de abominaciones, objetos de odio y aborrecimiento (Jeremias 16:13; Hechos 7:42). Sin embargo, Dios no los rechazar�a por completo: si, en su miseria y degradaci�n, se arrepintieran y volvieran a buscarlo y lo buscaran sinceramente y con seriedad, lo encontrar�an; porque �l es un Dios misericordioso y consciente del pacto que nad� con sus padres (cf. Lev�tico 26:39, etc.).

Deuteronomio 4:29

Con todo tu coraz�n y con toda tu alma. Como la verdadera religi�n consiste en amar al Se�or con todo el coraz�n y el alma, toda la naturaleza interna ( Deuteronomio 6:5; Deuteronomio 10:12), el verdadero arrepentimiento consiste en alejarse del pecado y todo impiedad a Dios, en un estado de enemistad hacia �l, o de indiferencia a sus reclamos, de honrar, reverenciar y servirle de manera inteligente y sincera, pensando en �l correctamente, adorando sus perfecciones, deleit�ndose en �l como el bien solo , d�ndole el honor que le corresponde y haciendo su voluntad desde el coraz�n (de. 2 Cr�nicas 15:15). Cuando los hombres se han renegado de Dios, a menudo es por medio de la "tribulaci�n" que son llevados a un estado mental correcto hacia �l, y a un verdadero arrepentimiento "para no arrepentirse"; y para lograr esto es el dise�o de todos los castigos que Dios env�a a su propio pueblo ( Hebreos 12:5; cf. Jeremias 24:7; Jeremias 29:10; Jeremias 50:4, etc .; Ezequiel 6:11, etc.).

Deuteronomio 4:30

En los �ltimos d�as; en los d�as posteriores (??????????? ?????????; "fin", Deuteronomio 11:12) - una fase que a veces se usa para designar los tiempos del Mes�as ( Isa�as 2:2; Oseas 3:5; comp. Hechos 2:17; 1 Pedro 1:20; Hebreos 1:1; 1 Juan 2:18); pero aqu�, como generalmente, simplemente indica el futuro, el momento por venir (cf. G�nesis 49:1; N�meros 24:14; Deuteronomio 31:29, etc.). Esto, sin embargo, puede incluir el futuro lejano, y por lo tanto, se�ala el momento en que Israel finalmente regresar� al Se�or y ser� salvo, a trav�s del reconocimiento de aquel a quien despreciaron y rechazaron cuando vino como el Mes�as prometi� a los padres. Como San Pablo funda la seguridad de la redenci�n final de Israel, en su conjunto, en su llamado a Dios ( Romanos 11:26), Mois�s aqu� ve en el pacto de Dios el fundamento del cuidado y la vigilancia siempre vigilantes. gracia de Dios a Israel, y la seguridad de su restauraci�n final como naci�n.

Deuteronomio 4:31

No te abandonar�; literalmente, no te soltar�, no te perder�, no te echar� (cf. Romanos 11:1, etc.). "Israel volver� y encontrar� a Dios, porque �l no pierde el control" (Herxheimer). "El pecador se inclinar� a buscar a Dios solo cuando lo aprecie como amable y listo para escuchar" (Calvino).

Deuteronomio 4:32-5

A�n m�s para hacer cumplir su advertencia contra la apostas�a, e instar a la obediencia y la adhesi�n fiel al servicio de Jehov�, Mois�s apela a lo que ya hab�an experimentado de la gracia de Dios al elegirlos como su pueblo, al hablarles para instruirlos. ellos, y en los milagros que �l hab�a hecho para su liberaci�n y gu�a; gracia como nunca antes se hab�a mostrado a ninguna naci�n, ni se hab�a o�do hablar desde la creaci�n del mundo, y por la cual aquellos que lo hab�an experimentado estaban sometidos a las m�s profundas obligaciones de gratitud y deber de amar y servir a quien hab�a tenido ha sido mostrado Con esta apelaci�n cierra su primera direcci�n.

Deuteronomio 4:32

Por. Esto conecta la afirmaci�n que confunde con lo que precede como su causa; es porque Jehov� es un Dios misericordioso, que la gracia incomparable mostrada a Israel hab�a sido mostrada. Los d�as que han pasado, etc. es decir, indagar desde los primeros tiempos de la morada del hombre en la tierra. De un lado del cielo al otro; busque en los registros de todos los tiempos y lugares, ya sea que algo tan grandioso haya sucedido o se haya o�do hablar de �l.

Deuteronomio 4:33

(Cf. Deuteronomio 4:12; Deuteronomio 5:22-5; G�nesis 16:13.)

Deuteronomio 4:34

�Ha probado Dios, etc .; �Alguna vez ha intentado venir a la tierra y tomar una naci�n de en medio de una naci�n, como tom� al pueblo hebreo de entre los egipcios? Por tentaciones (???????, plu. De ??????, una prueba, una prueba), es decir. por las plagas infligidas a Fara�n y su pueblo, por lo cual fueron probados y probados, por signos y maravillas. "La maravilla (?????) difiere del signo (????) en esto, que la primera denota lo propiamente maravilloso, lo extraordinario, lo poco com�n, en consecuencia la aprehensi�n subjetiva del evento milagroso; la segunda el elemento significativo en el milagro, la referencia al dise�o Divino m�s alto, el prop�sito de Dios en �l, en consecuencia al lado objetivo del milagro (comp. Deuteronomio 13:2) ". Por guerra (cf. �xodo 14:14; �xodo 15:3-2); con una mano poderosa y con un brazo extendido ( �xodo 6:6; �xodo 14:8; Deuteronomio 5:15); y por grandes terrores ( �xodo 12:30-2), el efecto sobre los egipcios de las infracciones divinas (cf. Salmo 105:27-19; Salmo 106:21, Salmo 106:22).

Deuteronomio 4:35

Todo esto se hizo ver a Israel, para que supieran que Jehov� est� solo Dios, y que a su lado no hay otro. Dios (??????????, el Dios), el �nico Dios vivo y verdadero.

Deuteronomio 4:36

(Cf. �xodo 20:18-2.) Para indicar a�n m�s la preeminencia de Israel, Mois�s enfatiza el car�cter sobrenatural de la revelaci�n que Dios les hab�a dado, y la forma horrible de su entrega; Dios les habl� con voz audible, desde el cielo, en medio del fuego, y ellos escucharon sus palabras desde el fuego. Para instruirte. El verbo aqu� usado (?????) significa principalmente unir y de all� corregir, castigar, lo que significa que algunos int�rpretes dar�an aqu�. Pero la palabra tambi�n significa corregir por instrucci�n, instruir o persuadir (cf. Isa�as 8:11; Isa�as 28:26; Salmo 16:7); y la conexi�n, tanto con lo que precede como con lo que sigue, requiere este significado aqu�.

Deuteronomio 4:37

Y porque amaba a tus padres (cf. G�nesis 15:5-1; �xodo 13:15-2, etc.). En la medida en que Dios hab�a amado a sus padres, los patriarcas, y los hab�a elegido a sus descendientes para ser su pueblo, y los hab�a sacado de Egipto, para poder establecerlos en la Tierra Prometida, habiendo expulsado de all� a las naciones m�s poderosas que ellas, por lo tanto, si consideraran en su coraz�n y reconocieran que solo Jehov� es Dios, y que en el amplio universo no hay otro. La apodosis en esta oraci�n comienza en Deuteronomio 4:39, y no, como en la versi�n autorizada, en "�l eligi�", en Deuteronomio 4:37, ni en "te trajo", como algunos sugerir. Porque amaba a tus padres y eleg�a a su [i.e. La simiente de Abraham despu�s de �l, y te trajo, etc., por todo esto guardar�s sus estatutos, etc. A su vista; literalmente, en su rostro, es decir, en su presencia, presente solo con ellos; con referencia especial a �xodo 33:14, donde se usa la misma palabra que aqu�. Onkelos tiene h�roe "por su Palabra", y los conejos lo explican como "el �ngel de su presencia, como se dice, Isa�as 63:9".

Deuteronomio 4:38

Como es este d�a; como ha demostrado este d�a, o como ha sucedido este d�a, en el derrocamiento, a saber, de Sihon y Og.

Deuteronomio 4:39

Por lo tanto, sepa este d�a y consid�relo en su coraz�n, etc .; literalmente, tr�elo de vuelta a tu coraz�n. "Debido a que no podemos aferrarnos a las cosas espirituales en el pensamiento instant�neamente en un momento, Dios ordena hacer que se reviertan, es decir, una y otra vez para recordarlas en la mente".

Deuteronomio 4:40

Sobre la tierra, m�s bien sobre la tierra (?????????), que el Se�or tu Dios te da para siempre. La coma despu�s de "thee" en la versi�n autorizada debe eliminarse. "La suma de toda esta exhortaci�n es

(1) reconocer y poner de coraz�n que Dios es el Dios solo del universo, en el cielo y en la tierra; por lo tanto

(2) ser obediente a sus leyes; y entonces

(3) tener, como recompensa, una feliz continuaci�n en la tierra amada "(Herxheimer). La conclusi�n de la exhortaci�n vuelve a su comienzo (comp. Deu 5: 1-33: 40; ).

Deuteronomio 4:41-5

NOMBRAMIENTO DE TRES CIUDADES DE REFUGIO M�S ALL� DE JORDANIA.

Aqu� se inserta un breve aviso hist�rico, probablemente porque fue durante el intervalo entre la primera y la segunda direcci�n de Mois�s que llev� a cabo la orden Divina de designar ciudades de refugio para el homicida ( N�meros 35:9, etc. .; cf. �xodo 21:13). Este aviso, por lo tanto, est� aqu� en su lugar apropiado en el orden de la narrativa. Que Mois�s deber�a, justo en esta etapa, haber hecho que esta cita fuera adecuada y adecuada, ya que hab�a estado instando a la gente a obedecer los estatutos y mandamientos Divinos, y hab�a representado su conquista del territorio de Sihon y Og como una seriedad de su posesi�n final de toda la tierra de los amorreos. Al nombrar estas ciudades, Mois�s dio un ejemplo de obediencia al mandato de Dios, y, al mismo tiempo, no solo afirm� por parte de Israel un derecho de propiedad en este territorio transjordano, sino que asumi� como cierto que, en el �ter Tambi�n en el lado de Jordania, Israel debe poseer y ejercer el mismo derecho de propiedad en el cumplimiento de toda la ley relativa a las ciudades de refugio (cf. Deuteronomio 19:1, etc.). Que esta secci�n pertenece correctamente a N�meros 35:1; N�meros 36:1; y ha sido interpolado aqu� por alguna mano posterior, es una suposici�n pura, para la cual no hay fundamento.

Deuteronomio 4:41

De este lado Jordan; m�s all� de Jordania, m�s expresamente definido como hacia el amanecer, a saber. al este de ese r�o.

Deuteronomio 4:42

Inopinadamente; literalmente, en falta o falta de conocimiento (??????????????), es decir, inconscientemente, sin querer; en N�meros 35:31, N�meros 35:15, se usa otra palabra (???????????, por error), traducida en la versi�n autorizada por "sin darse cuenta"; en Josu� 20:3, se usan ambas palabras. En tiempos pasados; literalmente, ayer, tres d�as despu�s, es decir, anteriormente, hasta ahora (cf. G�nesis 31:2; �xodo 5:8).

Deuteronomio 4:43

Nombres de las ciudades apartadas. Bezer LXX ?????; una de las ciudades de la llanura o meseta de los amorreos, al este de Jordania ( Deuteronomio 3:10; Josu� 20:8), luego una ciudad lev�tica en la tribu de Rub�n ( Josu� 21:36). Es probablemente el Bosor de 1 Macc. 5:36; no se ha identificado con ninguna localidad existente, pero los montones en ruinas de Burazin al este de Hesban, o los de Berza en el mismo distrito, pueden marcar su sitio. Ramoth en Galaad; probablemente lo mismo que Ramoth-mizpeh ( Josu� 13:26); se encontraba al noroeste de Filadelfia (Rabba o Rabbath-Ammon, hod. Amman), en el Jabbok ('Onom.' s.v. "Rammoth" y "Remmoth"); una ciudad lev�tica en la tribu de Gad ( Josu� 21:38), hod. Es Salt, a seis horas de Amman (Von Raumer, Porter). Gol�n en Bashan. Eusebio identifica esto con Gaulon, un pueblo muy grande en Batanaea, del cual la regi�n circundante ten�a su nombre, a saber. Gaulonitis, hod. Jolan ('Onom.,' S.v. "Gaulon"); era una ciudad lev�tica en la tribu de Manas�s ( Josu� 21:27; 1 Cr�nicas 6:71); No ha sido identificado.

Deuteronomio 4:44

PARTE II: SEGUNDA DIRECCI�N DE MOISES.

CAP�TULO 4: 44 � CAP�TULO 26:19.

ESTA direcci�n se introduce mediante un aviso general de lo que debe ser el tema, a saber. la Ley, con una descripci�n m�s especial de eso en sus diferentes partes, que consiste en ordenanzas, estatutos y derechos; junto con una referencia al lugar y la hora en que se entreg� esta direcci�n.

Esta es la Ley, la Tor�, que Mois�s present� ante los hijos de Israel. "�l significa lo que sigue en lo sucesivo; por lo tanto, esto pertenece al siguiente cap�tulo, donde comienza la repetici�n de las leyes" (Ainsworth); cf. Deuteronomio vers�culo 1; Deuteronomio 6:1; Le Deuteronomio 6:9; Deuteronomio 7:1, etc.

Deuteronomio 4:45

Testimonios ordenanzas certificadas y confirmadas por Dios; la palabra usada aqu� (??????, plu. de ?????) aparece solo en Deuteronomio (aqu� y Deuteronomio 6:17, Deuteronomio 6:20) y en los Salmos. Estatutos y juicios (cf. Deuteronomio 4:1). Despu�s de que salieron de Egipto; "es decir, no inmediatamente despu�s de su salida, pero, como muestra el vers�culo 46, cuando ya estaban m�s all� de Jordania" (Herxheimer); literalmente, en su salida: es decir, durante el proceso de su paso de Egipto a Cana�n; m�s exactamente definido por lo que sigue.

Deuteronomio 4:46

En el valle (cf. Deuteronomio 3:29). En la tierra de Sihon; en terreno ya capturado y pose�do por Israel (cf. Deuteronomio 2:32-5; Deuteronomio 3:1; vers�culo 48; cf. Deuteronomio 3:9, Deuteronomio 3:12-5).

HOMILIAS POR R.M. EDGAR

Deuteronomio 4:1

La obediencia al secreto del �xito.

Mois�s aqu� le recuerda a Israel el privilegio que posee como naci�n al tener los or�culos de Dios comprometidos con �l ( Romanos 3:2). �l insta a la obediencia sobre ellos como el �nico prop�sito por el cual deben ser introducidos en la Tierra Prometida. La prosperidad nacional depende de esto. Y aqu� tenemos que notar

I. LA DESOBEDIENCIA YA HA PROPORCIONADO FATAL. �l recuerda la terrible experiencia en relaci�n con los pares dobles: c�mo la gente en gran n�mero se convirti� en id�latras lascivos con los israelitas ( N�meros 25:1), y cu�n feroz ira del Se�or visit� a la gente. En Cana�n estar�n expuestos a tentaciones similares, pero el castigo en Baal-peor no debe perderse sobre ellos. Los juicios pasados ??son para asegurar una obediencia m�s completa.

II LA CERCA DE DIOS CON ELLOS DEBE PROBAR UN PRIVILEGIO HALLOWING. �Qu� bondadoso es Dios para habitar entre ellos, siempre al alcance de la mano para ser interrogado, el Rey m�s servicial! �l viv�a en medio de ellos como un peregrino con su pueblo. Sobre su accesibilidad y sabidur�a siempre pod�an calcular. Esto distingui� a Israel de las otras naciones. Tal privilegio deber�a santificarlos por s� mismo y hacer que permanezcan bajo su sombra. Igualmente cerca est� Dios todav�a para todos los que lo buscamos.

III. SU LEY ES M�S SABIA QUE LA LEGISLACI�N DESARROLLADA POR TODO EL HOMBRE. Las naciones vecinas ten�an sus leyes y costumbres, pero la superioridad del c�digo mosaico fue admitida por todos los que la conoc�an. Fue un avance moral inmenso para Israel, un avance tan grande como en esa �poca grosera que podr�an aceptar. Del mismo modo, la moralidad del evangelio est� por delante de toda jurisprudencia. De hecho, la legislaci�n y la reforma ilustradas tienden hacia el ideal b�blico. Dios es m�s sabio que el hombre, y la Biblia mejor que todos los actos del parlamento.

IV. LA LEY FUE DADA COMO UNA REGLA DE VIDA PARA LAS PERSONAS CONVENIDAS. Fueron redimidos de la esclavitud, y luego recibieron la Ley en el Sina� para guiar sus vidas redimidas. La obediencia deber�a ser una cuesti�n de gratitud por la liberaci�n, y probar�a el secreto del �xito. Est� muy quieto. "Cristo nos redime de la maldici�n de la Ley, siendo hecho maldici�n por nosotros". Pero como personas agradecidas y salvadas, sentimos que estamos "bajo la Ley de Cristo" ( 1 Corintios 9:21). Y esta obediencia agradecida demuestra el secreto de la comodidad y el �xito. Es la carne de la vida hacer lo que quiere del que nos envi�, y terminar su trabajo ( Juan 4:34). Palestina se convierte en el "para�so recuperado" para las almas agradecidas y obedientes. Encontramos una Tierra Prometida donde los preceptos de Dios son respetados por las almas redimidas. Es la actitud interior, m�s que las circunstancias externas, lo que constituye la vida como un pa�s bendecido y un antepasado del cielo.-R.M.E.

Deuteronomio 4:15-5

Los celos divinos de las im�genes grabadas.

La gran tentaci�n de Israel fue la idolatr�a. Las im�genes fueron adoradas por todas aquellas naciones entre las cuales vinieron, y estaban en constante peligro de conformarse a la pr�ctica pecaminosa. De ah� esta advertencia y declaraci�n sobre los celos divinos. Observemos

I. QUE LA CELOSIDAD PRESENTA AMOR. El amor debe ser fuerte como la muerte, de lo contrario los celos no ser�n crueles como la tumba; ni sus carbones probar�n carbones de fuego, teniendo una llama m�s vehemente (So Deuteronomio 8:6). El Dios que demuestra tan celoso es aquel cuya esencia es el amor. Si Dios no amara tanto a los hombres, no estar�a tan celoso cuando se alejaran de �l. �l sabe que, como una esposa no puede ser feliz separada de su amado esposo, el esp�ritu humano ya no puede estar lejos de �l. Israel entonces y ahora tenemos que tratar con un Dios de amor.

II Dios es celoso cuando los hombres le dan visibilidad. La idolatr�a est� tratando de ayudar a la adoraci�n a trav�s de los sentidos. La imagen no es considerada como el dios, sino su semejanza. El hombre encarna sus ideas de Dios en formas externas. Pero la imaginaci�n no es creativa; combina en nuevas relaciones lo que ya se le ha dado. Por lo tanto, la idolatr�a nunca ha hecho m�s que colocar a las criaturas, ya sean bestias, p�jaros, peces, reptiles o cuerpos celestiales, en nuevas relaciones con la Divinidad invisible. Dios resiente esta visibilidad como degradaci�n. �l sabe que el hombre se degrada por tales asociaciones. De ah� su merecida ira contra la idolatr�a.

III. SI DIOS NO ES NUESTRA LLAMA ENCENDENTE, SER� EN CELOSA NUESTRO FUEGO CONSUMIDOR. Es en la antorcha de lo Divino que el alma humana se enciende. Los fuegos ardientes de Pentecost�s subliman el alma y la preparan para los poderes primitivos. Es esta advertencia, que eleva la influencia, la acci�n natural del amor. Pero cuando el hombre rebelde convierte la gracia de Dios en lujuria; cuando el amor es ignorado en lugar de retornado, y el alma busca en el sentido de lo que Dios solo puede dar, entonces el amor comienza a arder como celos con una llama vehemente y consumidora.

IV. SE CONVIERTE EN CONSECUENTES NOSOTROS PARA ADORAR A DIOS EN EL ESP�RITU. Debemos mantenernos en las alturas serenas de la fe, y no caer en la degradaci�n de la superstici�n. Estamos hechos para cosas mejores que d�biles para asociar en nuestras mentes al Dios invisible y eterno con las criaturas de los sentidos. D�mosle a la fe el alcance apropiado, y la adoraci�n a Dios ser� tanto posible como deliciosa. Pero la adoraci�n a Dios a trav�s de las im�genes hace que las poblaciones y las piedras de los hombres. "Los que los hacen son semejantes a ellos; as� es todo el que conf�a en ellos" (Salmo 115:8). �Que nuestra adoraci�n nos cr�e y no nos degrade! La superstici�n se degrada, pero la adoraci�n del Dios invisible en el Esp�ritu eleva y ennoblece nuestras almas.-R.M.E.

Deuteronomio 4:25-5

EXPOSICI�N

Deuteronomio 4:25-5

Mois�s hace cumplir la advertencia contra la idolatr�a, al predecir el mal que vendr� sobre la naci�n a trav�s de la apostas�a de aquellos que en el futuro se volver�n de Jehov� a dioses extra�os. Cu�ndo deber�an haber engendrado hijos y ni�os de ni�os, y haber estado mucho tiempo en la tierra, es decir, cuando en a�os posteriores surgir�a una generaci�n que no sab�a las cosas que hab�an visto o las hab�a olvidado ( Deuteronomio 4:9 ), y la naci�n deber�a volverse desenfrenada y corrupta, y caer en la idolatr�a (cf. Deuteronomio 6:10, etc .; Deuteronomio 8:7, etc .; Deuteronomio 31:20, Deuteronomio 31:21; Deuteronomio 32:15, etc .; Oseas 13:6); entonces deber�an perecer completamente de la tierra de la que ahora estaban a punto de tomar posesi�n.

Deuteronomio 4:25

Han permanecido mucho tiempo en la tierra; literalmente, se han vuelto viejos, una naci�n antigua, etc. Para provocarlo a la ira; es decir, para que �l est� disgustado y afligido, y despertado para castigar.

Deuteronomio 4:26

Llamo al cielo y a la tierra para testificar. Mois�s habla en nombre del Se�or de todos, y por eso llama a presenciar todo el universo creado para atestiguar sus palabras; los cielos y la tierra son testigos de Dios, y cuando el mal viene sobre aquellos que transgreden su Ley, declaran su justicia (Salmo 50:4, Salmo 50:6), en lo que ha sucedido. pecador es solo lo que se anunci� de antemano como pena de transgresi�n. Pronto; apresuradamente (?????), sin demora (cf. Deuteronomio 7:4, Deuteronomio 7:22 ["a la vez," Versos autorizados]; Deuteronomio 9:3 ["r�pidamente"] , Deuteronomio 9:12, Deuteronomio 9:16). D�as prolongados; generalmente es igual a tener una larga vida (cf. Deuteronomio 5:16; Deuteronomio 6:2; Deuteronomio 11:9; Deuteronomio 17:20, etc.); aqu� significa "continuar ocupando mucho". Solo mientras continuaran fieles a Jehov� podr�an continuar como pueblo para poseer la tierra; separados de �l, perdieron su t�tulo para ocupar Cana�n y dejaron de ser su pueblo especial; como naci�n ser�an destruidos al dispersarse entre otras naciones. De Lev�tico 26:33, etc. y Deuteronomio 28:64, es evidente que el autor ten�a en cuenta "todas las dispersiones que vendr�an sobre la naci�n rebelde en los tiempos futuros, incluso hasta la dispersi�n bajo los romanos, que contin�a todav�a; de modo que Mois�s contempl� el castigo en toda su extensi�n "(Keil).

Deuteronomio 4:27

Pocos en n�mero; literalmente, hombres de n�mero, es decir, que pueden contarse; pocos en comparaci�n con los paganos entre los cuales deber�an estar dispersos ( G�nesis 34:30). Te guiar�. El verbo aqu� (?????, Piel of ?????) se usa con frecuencia en el sentido de conducir suavemente y con amabilidad ( Isa�as 49:10; Isa�as 63:14; Salmo 48:14; Salmo 78:52); pero tambi�n significa conducir, llevar, transportar a la fuerza ( �xodo 14:25; G�nesis 31:26; �xodo 10:13; Salmo 78:26 ); la conexi�n muestra que, en este �ltimo sentido, debe tomarse aqu�. Dispersados ??entre los paganos, ellos, que hab�an deshonrado a Dios al hacer una imagen para representarlo, deber�an ser obligados a prestar servicio a simples �dolos muertos, el trabajo de las manos de los hombres, que no solo no pod�an o�r ni ver, como Dios puede, sino tampoco pod�a realizar funciones animales como comer y oler (Salmo 115:4; Jeremias 10:3). Estos �dolos son llamados "dioses" por Mois�s, porque fueron contados por aquellos que los adoraron; en otros lugares los estigmatiza como "abominaciones", cosas que se aborrecen y aborrecen (???????????, Deuteronomio 27:15; Deuteronomio 29:17). Como hab�a sido su pecado, tambi�n deber�a ser su castigo; como hab�an deshonrado a Dios, as� deber�an ser ellos mismos deshonrados; como hab�an adorado por una imagen de �l, que es esp�ritu y sin forma, se les debe obligar a hundirse en una adoraci�n completamente materializada, la de simples �dolos, el trabajo de las manos de los hombres; como hab�an renegado del �nico Dios santo y verdadero, deber�an ser degradados para convertirse en servidores de abominaciones, objetos de odio y aborrecimiento (Jeremias 16:13; Hechos 7:42). Sin embargo, Dios no los rechazar�a por completo: si, en su miseria y degradaci�n, se arrepintieran y volvieran a buscarlo y lo buscaran sinceramente y con seriedad, lo encontrar�an; porque �l es un Dios misericordioso y consciente del pacto que nad� con sus padres (cf. Lev�tico 26:39, etc.).

Deuteronomio 4:29

Con todo tu coraz�n y con toda tu alma. Como la verdadera religi�n consiste en amar al Se�or con todo el coraz�n y el alma, toda la naturaleza interna ( Deuteronomio 6:5; Deuteronomio 10:12), el verdadero arrepentimiento consiste en alejarse del pecado y todo impiedad a Dios, en un estado de enemistad hacia �l, o de indiferencia a sus reclamos, de honrar, reverenciar y servirle de manera inteligente y sincera, pensando en �l correctamente, adorando sus perfecciones, deleit�ndose en �l como el bien solo , d�ndole el honor que le corresponde y haciendo su voluntad desde el coraz�n (de. 2 Cr�nicas 15:15). Cuando los hombres se han renegado de Dios, a menudo es por medio de la "tribulaci�n" que son llevados a un estado mental correcto hacia �l, y a un verdadero arrepentimiento "para no arrepentirse"; y para lograr esto es el dise�o de todos los castigos que Dios env�a a su propio pueblo ( Hebreos 12:5; cf. Jeremias 24:7; Jeremias 29:10; Jeremias 50:4, etc .; Ezequiel 6:11, etc.).

Deuteronomio 4:30

En los �ltimos d�as; en los d�as posteriores (??????????? ?????????; "fin", Deuteronomio 11:12) - una fase que a veces se usa para designar los tiempos del Mes�as ( Isa�as 2:2; Oseas 3:5; comp. Hechos 2:17; 1 Pedro 1:20; Hebreos 1:1; 1 Juan 2:18); pero aqu�, como generalmente, simplemente indica el futuro, el momento por venir (cf. G�nesis 49:1; N�meros 24:14; Deuteronomio 31:29, etc.). Esto, sin embargo, puede incluir el futuro lejano, y por lo tanto, se�ala el momento en que Israel finalmente regresar� al Se�or y ser� salvo, a trav�s del reconocimiento de aquel a quien despreciaron y rechazaron cuando vino como el Mes�as prometi� a los padres. Como San Pablo funda la seguridad de la redenci�n final de Israel, en su conjunto, en su llamado a Dios ( Romanos 11:26), Mois�s aqu� ve en el pacto de Dios el fundamento del cuidado y la vigilancia siempre vigilantes. gracia de Dios a Israel, y la seguridad de su restauraci�n final como naci�n.

Deuteronomio 4:31

No te abandonar�; literalmente, no te soltar�, no te perder�, no te echar� (cf. Romanos 11:1, etc.). "Israel volver� y encontrar� a Dios, porque �l no pierde el control" (Herxheimer). "El pecador se inclinar� a buscar a Dios solo cuando lo aprecie como amable y listo para escuchar" (Calvino).

Deuteronomio 4:32-5

A�n m�s para hacer cumplir su advertencia contra la apostas�a, e instar a la obediencia y la adhesi�n fiel al servicio de Jehov�, Mois�s apela a lo que ya hab�an experimentado de la gracia de Dios al elegirlos como su pueblo, al hablarles para instruirlos. ellos, y en los milagros que �l hab�a hecho para su liberaci�n y gu�a; gracia como nunca antes se hab�a mostrado a ninguna naci�n, ni se hab�a o�do hablar desde la creaci�n del mundo, y por la cual aquellos que lo hab�an experimentado estaban sometidos a las m�s profundas obligaciones de gratitud y deber de amar y servir a quien hab�a tenido ha sido mostrado Con esta apelaci�n cierra su primera direcci�n.

Deuteronomio 4:32

Por. Esto conecta la afirmaci�n que confunde con lo que precede como su causa; es porque Jehov� es un Dios misericordioso, que la gracia incomparable mostrada a Israel hab�a sido mostrada. Los d�as que han pasado, etc. es decir, indagar desde los primeros tiempos de la morada del hombre en la tierra. De un lado del cielo al otro; busque en los registros de todos los tiempos y lugares, ya sea que algo tan grandioso haya sucedido o se haya o�do hablar de �l.

Deuteronomio 4:33

(Cf. Deuteronomio 4:12; Deuteronomio 5:22-5; G�nesis 16:13.)

Deuteronomio 4:34

�Ha probado Dios, etc .; �Alguna vez ha intentado venir a la tierra y tomar una naci�n de en medio de una naci�n, como tom� al pueblo hebreo de entre los egipcios? Por tentaciones (???????, plu. De ??????, una prueba, una prueba), es decir. por las plagas infligidas a Fara�n y su pueblo, por lo cual fueron probados y probados, por signos y maravillas. "La maravilla (?????) difiere del signo (????) en esto, que la primera denota lo propiamente maravilloso, lo extraordinario, lo poco com�n, en consecuencia la aprehensi�n subjetiva del evento milagroso; la segunda el elemento significativo en el milagro, la referencia al dise�o Divino m�s alto, el prop�sito de Dios en �l, en consecuencia al lado objetivo del milagro (comp. Deuteronomio 13:2) ". Por guerra (cf. �xodo 14:14; �xodo 15:3-2); con una mano poderosa y con un brazo extendido ( �xodo 6:6; �xodo 14:8; Deuteronomio 5:15); y por grandes terrores ( �xodo 12:30-2), el efecto sobre los egipcios de las infracciones divinas (cf. Salmo 105:27-19; Salmo 106:21, Salmo 106:22).

Deuteronomio 4:35

Todo esto se hizo ver a Israel, para que supieran que Jehov� est� solo Dios, y que a su lado no hay otro. Dios (??????????, el Dios), el �nico Dios vivo y verdadero.

Deuteronomio 4:36

(Cf. �xodo 20:18-2.) Para indicar a�n m�s la preeminencia de Israel, Mois�s enfatiza el car�cter sobrenatural de la revelaci�n que Dios les hab�a dado, y la forma horrible de su entrega; Dios les habl� con voz audible, desde el cielo, en medio del fuego, y ellos escucharon sus palabras desde el fuego. Para instruirte. El verbo aqu� usado (?????) significa principalmente unir y de all� corregir, castigar, lo que significa que algunos int�rpretes dar�an aqu�. Pero la palabra tambi�n significa corregir por instrucci�n, instruir o persuadir (cf. Isa�as 8:11; Isa�as 28:26; Salmo 16:7); y la conexi�n, tanto con lo que precede como con lo que sigue, requiere este significado aqu�.

Deuteronomio 4:37

Y porque amaba a tus padres (cf. G�nesis 15:5-1; �xodo 13:15-2, etc.). En la medida en que Dios hab�a amado a sus padres, los patriarcas, y los hab�a elegido a sus descendientes para ser su pueblo, y los hab�a sacado de Egipto, para poder establecerlos en la Tierra Prometida, habiendo expulsado de all� a las naciones m�s poderosas que ellas, por lo tanto, si consideraran en su coraz�n y reconocieran que solo Jehov� es Dios, y que en el amplio universo no hay otro. La apodosis en esta oraci�n comienza en Deuteronomio 4:39, y no, como en la versi�n autorizada, en "�l eligi�", en Deuteronomio 4:37, ni en "te trajo", como algunos sugerir. Porque amaba a tus padres y eleg�a a su [i.e. La simiente de Abraham despu�s de �l, y te trajo, etc., por todo esto guardar�s sus estatutos, etc. A su vista; literalmente, en su rostro, es decir, en su presencia, presente solo con ellos; con referencia especial a �xodo 33:14, donde se usa la misma palabra que aqu�. Onkelos tiene h�roe "por su Palabra", y los conejos lo explican como "el �ngel de su presencia, como se dice, Isa�as 63:9".

Deuteronomio 4:38

Como es este d�a; como ha demostrado este d�a, o como ha sucedido este d�a, en el derrocamiento, a saber, de Sihon y Og.

Deuteronomio 4:39

Por lo tanto, sepa este d�a y consid�relo en su coraz�n, etc .; literalmente, tr�elo de vuelta a tu coraz�n. "Debido a que no podemos aferrarnos a las cosas espirituales en el pensamiento instant�neamente en un momento, Dios ordena hacer que se reviertan, es decir, una y otra vez para recordarlas en la mente".

Deuteronomio 4:40

Sobre la tierra, m�s bien sobre la tierra (?????????), que el Se�or tu Dios te da para siempre. La coma despu�s de "thee" en la versi�n autorizada debe eliminarse. "La suma de toda esta exhortaci�n es

(1) reconocer y poner de coraz�n que Dios es el Dios solo del universo, en el cielo y en la tierra; por lo tanto

(2) ser obediente a sus leyes; y entonces

(3) tener, como recompensa, una feliz continuaci�n en la tierra amada "(Herxheimer). La conclusi�n de la exhortaci�n vuelve a su comienzo (comp. Deu 5: 1-33: 40; ).

Deuteronomio 4:41-5

NOMBRAMIENTO DE TRES CIUDADES DE REFUGIO M�S ALL� DE JORDANIA.

Aqu� se inserta un breve aviso hist�rico, probablemente porque fue durante el intervalo entre la primera y la segunda direcci�n de Mois�s que llev� a cabo la orden Divina de designar ciudades de refugio para el homicida ( N�meros 35:9, etc. .; cf. �xodo 21:13). Este aviso, por lo tanto, est� aqu� en su lugar apropiado en el orden de la narrativa. Que Mois�s deber�a, justo en esta etapa, haber hecho que esta cita fuera adecuada y adecuada, ya que hab�a estado instando a la gente a obedecer los estatutos y mandamientos Divinos, y hab�a representado su conquista del territorio de Sihon y Og como una seriedad de su posesi�n final de toda la tierra de los amorreos. Al nombrar estas ciudades, Mois�s dio un ejemplo de obediencia al mandato de Dios, y, al mismo tiempo, no solo afirm� por parte de Israel un derecho de propiedad en este territorio transjordano, sino que asumi� como cierto que, en el �ter Tambi�n en el lado de Jordania, Israel debe poseer y ejercer el mismo derecho de propiedad en el cumplimiento de toda la ley relativa a las ciudades de refugio (cf. Deuteronomio 19:1, etc.). Que esta secci�n pertenece correctamente a N�meros 35:1; N�meros 36:1; y ha sido interpolado aqu� por alguna mano posterior, es una suposici�n pura, para la cual no hay fundamento.

Deuteronomio 4:41

De este lado Jordan; m�s all� de Jordania, m�s expresamente definido como hacia el amanecer, a saber. al este de ese r�o.

Deuteronomio 4:42

Inopinadamente; literalmente, en falta o falta de conocimiento (??????????????), es decir, inconscientemente, sin querer; en N�meros 35:31, N�meros 35:15, se usa otra palabra (???????????, por error), traducida en la versi�n autorizada por "sin darse cuenta"; en Josu� 20:3, se usan ambas palabras. En tiempos pasados; literalmente, ayer, tres d�as despu�s, es decir, anteriormente, hasta ahora (cf. G�nesis 31:2; �xodo 5:8).

Deuteronomio 4:43

Nombres de las ciudades apartadas. Bezer LXX ?????; una de las ciudades de la llanura o meseta de los amorreos, al este de Jordania ( Deuteronomio 3:10; Josu� 20:8), luego una ciudad lev�tica en la tribu de Rub�n ( Josu� 21:36). Es probablemente el Bosor de 1 Macc. 5:36; no se ha identificado con ninguna localidad existente, pero los montones en ruinas de Burazin al este de Hesban, o los de Berza en el mismo distrito, pueden marcar su sitio. Ramoth en Galaad; probablemente lo mismo que Ramoth-mizpeh ( Josu� 13:26); se encontraba al noroeste de Filadelfia (Rabba o Rabbath-Ammon, hod. Amman), en el Jabbok ('Onom.' s.v. "Rammoth" y "Remmoth"); una ciudad lev�tica en la tribu de Gad ( Josu� 21:38), hod. Es Salt, a seis horas de Amman (Von Raumer, Porter). Gol�n en Bashan. Eusebio identifica esto con Gaulon, un pueblo muy grande en Batanaea, del cual la regi�n circundante ten�a su nombre, a saber. Gaulonitis, hod. Jolan ('Onom.,' S.v. "Gaulon"); era una ciudad lev�tica en la tribu de Manas�s ( Josu� 21:27; 1 Cr�nicas 6:71); No ha sido identificado.

Deuteronomio 4:44

PARTE II: SEGUNDA DIRECCI�N DE MOISES.

CAP�TULO 4: 44 � CAP�TULO 26:19.

ESTA direcci�n se introduce mediante un aviso general de lo que debe ser el tema, a saber. la Ley, con una descripci�n m�s especial de eso en sus diferentes partes, que consiste en ordenanzas, estatutos y derechos; junto con una referencia al lugar y la hora en que se entreg� esta direcci�n.

Esta es la Ley, la Tor�, que Mois�s present� ante los hijos de Israel. "�l significa lo que sigue en lo sucesivo; por lo tanto, esto pertenece al siguiente cap�tulo, donde comienza la repetici�n de las leyes" (Ainsworth); cf. Deuteronomio vers�culo 1; Deuteronomio 6:1; Le Deuteronomio 6:9; Deuteronomio 7:1, etc.

Deuteronomio 4:45

Testimonios ordenanzas certificadas y confirmadas por Dios; la palabra usada aqu� (??????, plu. de ?????) aparece solo en Deuteronomio (aqu� y Deuteronomio 6:17, Deuteronomio 6:20) y en los Salmos. Estatutos y juicios (cf. Deuteronomio 4:1). Despu�s de que salieron de Egipto; "es decir, no inmediatamente despu�s de su salida, pero, como muestra el vers�culo 46, cuando ya estaban m�s all� de Jordania" (Herxheimer); literalmente, en su salida: es decir, durante el proceso de su paso de Egipto a Cana�n; m�s exactamente definido por lo que sigue.

Deuteronomio 4:46

En el valle (cf. Deuteronomio 3:29). En la tierra de Sihon; en terreno ya capturado y pose�do por Israel (cf. Deuteronomio 2:32-5; Deuteronomio 3:1; vers�culo 48; cf. Deuteronomio 3:9, Deuteronomio 3:12-5).

HOMIL�TICA

Deuteronomio 4:25-5

Penas de desobediencia y apostas�a.

(Ver Homil�tica, Deuteronomio 28:1.)

Deuteronomio 4:29-5

Castigo no rechazo

(Ver Homil�tica, Deuteronomio 30:1.)

Deuteronomio 4:32-5

La peculiar grandeza de Israel.

(Ver Homil�tica, Deuteronomio 4:11-5; Deuteronomio 5:6; Deuteronomio 33:29.)

Deuteronomio 4:37, Deuteronomio 4:38

El despojo de los cananeos.

(Ver Homil�tica, Deuteronomio 1:1.)

Deuteronomio 4:39, Deuteronomio 4:40

La lealtad a Dios es la base de la prosperidad nacional y de la felicidad familiar.

(Ver Homiletics, Deuteronomio 4:1 y Deuteronomio 4:5.)

Deuteronomio 4:41-5

Las ciudades de refugio.

(Ver Homil�tica, Deuteronomio 19:1.)

Deuteronomio 4:44, Deuteronomio 4:45

La ley: su valor.

(Ver Homil�tica, Deuteronomio 5:22-5.)

Deuteronomio 4:44-5

El territorio de Sihon y Og ocupado por otros.

(Ver Homil�tica, Deuteronomio 2:24-5 - 11.)

HOMILIAS POR J. ORR

Deuteronomio 4:23-5

Deslizamiento nacional.

La historia de los jud�os es un argumento incontestable a favor de la verdad de la profec�a y la realidad de la revelaci�n divina. La singularidad de esa historia es tal que solo puede explicarse por completo en la idea de una Providencia sobrenatural que se interese en sus fortunas; Pero el hecho m�s extra�o es que, en sus propios libros sagrados, esta maravillosa historia se predice con una precisi�n minuciosa. El Libro de Deuteronomio proporciona una serie de estas predicciones, cuyo car�cter extraordinario no se elimina en ninguna fecha a la que se pueda asignar el libro. Podemos leer este pasaje primero como una profec�a, luego como una advertencia.

I. UNA PROFEC�A. No lo hace, como lo hacen varios pasajes posteriores, hipot�ticamente la reincidencia de los jud�os, sino que declara claramente el hecho de que reincidir�n, lo da por sentado (vers�culo 25). Hay una predicci�n:

1. De la apostas�a nacional. Toda la historia de Israel, comenzando con el tiempo de los jueces ( Jueces 2:19), es un comentario sobre esta declaraci�n.

2. De rechazo nacional (vers�culos 26-29). Cu�n notablemente se ha cumplido este testimonio al desarraigar tanto a Jud� como a Israel de su propia tierra; en su dispersi�n por las naciones, en cada regi�n y pa�s bajo el cielo; en su preservaci�n en medio de todas las vicisitudes como un pueblo distinto; en conformidad con los cultos, costumbres y creencias ajenos a los que a menudo se han visto obligados; �En las miserias e indignidades que han soportado! Seguramente tenemos derecho a pedirle al incr�dulo que nos d�, al rechazar la revelaci�n, alguna explicaci�n satisfactoria de estas coincidencias.

3. Del arrepentimiento nacional (vers�culos 29-32; cf. Deuteronomio 30:1.). Aunque a�n no se ha cumplido, puede haber pocas dudas en la mente de cualquiera que estudie las realizaciones pasadas, de que esta profec�a del arrepentimiento de Israel en el buen tiempo de Dios recibir� su cumplimiento tambi�n ( Zacar�as 12:10; Romanos 11:26).

II UNA ADVERTENCIA. Aprendemos las verdades:

1. Ese retroceso es posible desde un estado de alto logro.

2. Ese retroceso es com�nmente de desarrollo gradual (vers�culo 25).

3. Ese retroceso puede asumir formas muy agravadas.

4. Ese retroceso se expone a un severo castigo de Dios. Pero, finalmente, y para nuestro aliento:

5. Ese retroceso, si se arrepiente, ser� perdonado gentilmente. J.O.

Deuteronomio 4:32-5

La maravilla de la historia de Israel.

I. La maravilla de la revelaci�n en absoluto. ( Deuteronomio 4:33.) Se puede argumentar con gran propiedad que el hombre necesita una revelaci�n; que si hay un Dios, es probable que le d� uno; que la ausencia de toda revelaci�n especial ser�a una maravilla mayor que el hecho de que se d� una revelaci�n. Sin embargo, cuando la mente se detiene en eso, la sensaci�n de asombro crece al pensar en lo Eterno, por lo que se inclina para mantener una conversaci�n con hombres finitos, pecaminosos y moribundos en la tierra. Cualquier cosa que mejore nuestras concepciones de la grandeza de Dios, intensifica en la misma medida nuestro asombro ante la condescendencia, la gracia y el amor implicados en la revelaci�n especial (Salmo 8:1).

II La maravilla de la revelaci�n de Dios de s� mismo en la historia de Israel. ( Deuteronomio 4:34-5.) Dios se revel� a Israel; pero, en la medida en que el llamado, la liberaci�n y toda la historia de la naci�n estuvieron llenos de lo sobrenatural, fue revelado tambi�n en Israel, en su historia. Se insta al elemento milagroso en la historia de Israel como una raz�n para rechazarlo. Pero comenta:

1. Afirma destacarse como algo absolutamente �nico en el tiempo. Este no es el caso de lo vulgar sobrenatural, engendrado de una edad infantil y amante de los milagros. Mois�s es tan consciente de la maravilla, del car�cter excepcional de los sucesos que narra, como cualquiera de sus cr�ticos; Probablemente m�s. Se eleva a la grandeza del tema del que habla, y lo pone en la base expresa de que nunca se supo, ni se rumoreaba, en la historia.

2. Exist�a una raz�n adecuada para estas maravillas. La interposici�n de Dios, como se narra en estos vers�culos, toda la revelaci�n, con sus terrores, sus signos y maravillas, su fuego, su ley, es muy digna del Ser que se dice que se revel� a s� mismo, y de los fines de que se hizo ese descubrimiento de s� mismo. Por otro lado, se eleva muy por encima de lo que el hombre naturalmente hubiera imaginado que Dios har�a si se hubiera inventado una historia de ese tipo.

3. Las maravillas est�n bien atestiguadas. Mois�s hizo un llamamiento a una generaci�n, cuya parte m�s antigua los hab�a presenciado. Los cr�ticos disputan la autor�a mosaica de la direcci�n; pero aparte de esto, se debe decir que toda la historia posterior de la naci�n se basa en su realidad. Sin embargo, hay una sublimidad inherente, idoneidad, viveza, sentido de la realidad en las narraciones y en este atractivo para los testigos oculares, que habla de s� mismo por la veracidad de la historia. Cuando se puedan producir narraciones del mismo tipo, que presenten las mismas caracter�sticas maravillosas, a partir de otras escrituras, y puestas junto a estas, podremos creer en su car�cter legendario o inventado.

4. Estas maravillas establecieron un reclamo �nico sobre Israel de obediencia y fidelidad ( Deuteronomio 4:39, Deuteronomio 4:40).

III. LA MARAVILLOSA DE LA REVELACI�N DE DIOS DE S� MISMO EN ISRAEL ES SUPERADA POR SU REVELACI�N DE S� MISMO EN CRISTO. Estas maravillas en Israel fueron los primeros actos en un gran drama, de los cuales los �ltimos pertenecen a la dispensaci�n del evangelio. Si bien Mois�s apela al car�cter limitado de la revelaci�n anterior como una mejora de su asombro ( Deuteronomio 4:34), es la mayor maravilla de la revelaci�n en Cristo, que es universal en su alcance y trae una redenci�n que todos pueden compartir. Pensamos aqu� en la encarnaci�n, los milagros de Cristo, la resurrecci�n, el derramamiento del Esp�ritu, la difusi�n milagrosa del evangelio, las posteriores reformas y avivamientos, las conversiones, el poder sobrenatural exhibido en la renovaci�n y santificaci�n de las almas, los �xitos de misiones, etc. (cf. Hebreos 2:1). Los llamamientos de Mois�s, y sus exhortaciones a preguntarse y obedecer, se reducen a nosotros mismos, en consecuencia, con una fuerza enormemente mejorada.-J.O.

Deuteronomio 4:37

Amado por el bien de los padres.

Aprendemos, tomando este verso con el contexto:

I. QUE LA PIEDAD DE LOS ANCESTORES ES RECORDADA POR DIOS EN SUS TRATAMIENTOS CON LOS DESCENDIENTES. �l recuerda:

1. Su piedad.

2. El amor que les dio.

3. Sus promesas.

4. Sus oraciones.

II QUE LA PIEDAD DE LOS ANCESTORES ES UN TERRENO FRECUENTE DE LARGO SUFRIMIENTO Y RESISTENCIA. Fue SO con Israel ( Deuteronomio 9:5); Salom�n ( 1 Reyes 12:12), etc.

III. A�N QUE LA PIEDAD DE LOS ANCESTORES NO SER� DE MISMA SALVACI�N SEGURA. Los jud�os no deb�an estar exentos del castigo por transgresiones personales. Si "permanecen a�n incr�dulos" ( Romanos 11:23), no se pueden guardar. No puede haber salvaci�n sin fe personal y obediencia. � J.O.

HOMILIAS DE D. DAVIES

Deuteronomio 4:29-5

La misericordia de Dios.

El conocimiento de su propio coraz�n enga�oso, y su observaci�n de la extravagancia de los dem�s, convenci� a Mois�s de que, a pesar de todas las advertencias y apelaciones, la gente a�n podr�a deambular por caminos malvados. Pero Mois�s tambi�n tuvo una visi�n tan completa de la misericordia de Dios, que previ� que habr�a lugar para el arrepentimiento incluso en la tierra del exilio, y que la misericordia divina estar�a disponible en cada extremo de angustia. Como Dios hab�a dise�ado mostrar misericordia a Israel, Mois�s se sinti� seguro de que no permitir�a que sus designios de gracia se frustraran.

I. LA AFLICACI�N A MENUDO REVELA A NUESTRAS MENTES NUESTRA NECESIDAD DE MISERICORDIA. En medio de las alegres emociones inducidas por la prosperidad terrenal, los hombres olvidan las necesidades m�s profundas del alma. Pasan la vida como si no tuvieran alma, como si esta tierra fuera todo. Pero los profundos cortes, que produce el sufrimiento, se convierten en bocas a trav�s de las cuales el alma encarcelada se hace o�r. Cuando los eventos vencen nuestros planes ego�stas, o cuando se interrumpe la salud, se nos hace sentir que hay un Poder m�s alto que nosotros, que reina en el trono y, a menudo, en la desesperaci�n de otra ayuda, le pedimos clemencia; como Manas�s, quien por mucho tiempo hab�a endurecido su coraz�n contra Dios, sin embargo, cuando estaba afligido, busc� el rostro de Jehov�. Cuando lleg� al punto m�s bajo, el hijo pr�digo dobl� sus pasos hacia casa. La aflicci�n a menudo sirve como el ladr�n del pastor.

II La apelaci�n m�s sincera por la misericordia de Dios nunca es infructuosa en la tierra. Desde el l�mite m�s alejado de la apostas�a se escucha el grito de ayuda. 'No hay lugar en el frente de la tierra donde no se encuentren l�neas de conexi�n con el cielo. Nuestro Dios no suele esconderse en lugares secretos, donde el ojo de la fe no puede encontrarlo. Si solo el arco est� bien doblado por el brazo de la seriedad espiritual, y la flecha est� emplumada con fe, y dirigida por la sabidur�a celestial, debe penetrar en los cielos. Sin las influencias graciosas de arriba, los hombres no rezar�n; pero cuando oren, ser�n escuchados. La oraci�n del hombre rico en sus tormentos era inaudita, porque era una oraci�n imp�a y ego�sta, y porque no tenemos fundamento para esperar misericordia cuando la vida se ha cerrado; en su caso no hubo apelaci�n por piedad.

III. LA MISERICORDIA DE DIOS ES LA REVELACI�N M�S ATRACTIVA DE S� MISMO PARA LOS PECADORES. Hasta donde sabemos, esta revelaci�n de su car�cter misericordioso estaba reservada para hombres culpables. En la construcci�n de este universo material, vemos principalmente un poder sorprendente. En la creaci�n de seres sintientes, capaces de derivar placer de los procesos de la ley natural, vemos en el ejercicio activo las cualidades de la sabidur�a y la benevolencia. En el tratamiento Divino de los �ngeles ap�statas, descubrimos brillantes coruscaciones de las llamas de la justicia. En la provisi�n del perd�n y la esperanza para los transgresores humanos, vemos en la naturaleza de Dios la fascinante cualidad de la misericordia. Esta misericordia se manifiesta de mil maneras, y es un prol�fico padre de bendici�n. Restringe el pecado flagrante. Envuelve al pecador en una red de influencia celestial. Retiene la mano de la justicia de la destrucci�n sumaria del culpable. Aunque los hombres abandonan a Dios, �l no los abandona inmediatamente. La represalia no encuentra lugar en la mente eterna. Es negativo y positivo bueno.

IV. ESTA MISERICORDIA EST� ASEGURADA A LOS HOMBRES POR PACTO. Un pacto es un pacto o tratado entre dos personas, y est� destinado a la ventaja de todas las partes interesadas. Pero es un acto de condescendencia pura, cuando Dios se compromete a comprometerse solemnemente con sus d�biles y ca�das criaturas. Este gracioso procedimiento se toma para alentar nuestra confianza y para atravesar la incredulidad de un lado a otro con una espada de dos filos. Ahora que Dios ha hecho un pacto con los hombres y lo ha repetido una y otra vez, su verdad, fidelidad e integridad se han comprometido a nuestra salvaci�n. Hizo un pacto con Cristo, mediante el cual le asegur� una amplia recompensa de los hombres redimidos, y nuestro Se�or suplica en oraci�n por el cumplimiento del pacto de su Padre. Tan gracioso es el pacto que Dios hace con nosotros, el nuevo pacto, que lo escribe en la tabla de nuestras mentes, s�, lo graba profundamente en los suaves afectos de nuestros corazones.

V. ESTA MISERICORDIA SE HACE CONSCIENTE POR LOS PODEROSOS HECHOS DE DIOS. Mois�s les recuerda a los hebreos las espl�ndidas se�ales de la bondad de Dios que hab�an visto; porque cada uno de estos era una promesa de amor inmutable. La se�al de Dios de la emancipaci�n del pueblo de la esclavitud de hierro de Egipto; su cuidado sobre ellos durante la peregrinaci�n del desierto; su revelaci�n sin precedentes de s� mismo en Horeb, en fuego, nubes y voz; todas estas cosas equival�an a nuevos pactos, ganas de una bendici�n a�n mayor. En hechos, m�s elocuentes que las palabras, les asegur� que todos sus recursos estaban disponibles para ellos. Y nosotros, en los tiempos del Nuevo Testamento, podemos fortalecer a�n m�s este argumento. El Calvario sirve como plataforma, sobre la cual podemos erigir una magn�fica estructura de expectativa. Si Dios hubiera querido abandonarnos, �nos habr�a mostrado bondades como estas?

VI. DIOS DISTRIBUYE SU MISERICORDIA EN VARIAS MEDIDAS, hizo por los hebreos lo que no hizo por otras naciones de ese per�odo. En el camino de la providencia y en el camino de la revelaci�n, �l trata de manera diferente con naciones separadas y con individuos. No podemos entender todas las reglas y m�todos por los cuales le complace trabajar, pero podemos dejarlo a �l solo para justificar sus caminos. Debido a que la misericordia arrebat� al ladr�n crucificado de las fauces de la perdici�n en el �ltimo momento de la vida, es presunci�n criminal que cualquier otro hombre espere misericordia en su �ltima hora.

VII. LA MISERICORDIA FLUYE A LOS HOMBRES A TRAV�S DE UN CANAL VICARIO. Dios asegur� a esa generaci�n de jud�os que fueron bendecidos por el bien de sus padres. No por motivos de m�rito personal, ni por motivos de reclamo personal, Dios les mostr� su favor distintivo, sino porque hab�a amado a Abraham, su padre, y por su bien amaba a su simiente. �Aprende aqu� cu�nto Dios ama a un buen hombre! Abraham no fue destituido de culpa; Sin embargo, su fe pr�ctica era tan evidente que Dios no pudo hacer lo suficiente por �l durante una vida terrenal. La bendici�n de Dios se desbord� (como el aceite en la cabeza de Aar�n) y descendi� a las faldas de su posteridad. Entonces, y mucho m�s, el amor que Dios lleva a su �nico Hijo fluye hacia nosotros por el bien de su Hijo. La misma cualidad de amor que Dios aprecia para su Hijo, la aprecia para nosotros. El don de la salvaci�n no puede fluir hacia nosotros de otra manera que a trav�s de este canal de m�rito vicario. "Dios, en Cristo, reconcilia el mundo consigo mismo".

VIII LA MISERICORDIA DE DIOS UNA POTENTE INDUCCI�N DE OBEDIENCIA LEAL. Cuando todos los dem�s m�todos no han logrado obtener la lealtad de un hombre, la demostraci�n inesperada de misericordia a menudo ha tenido �xito. La justicia, el honor y todo sentido de obligaci�n en el hombre han sido recurridos una y otra vez, y siempre en vano. Ning�n atractivo mueve su naturaleza insensible, excepto la voz lastimera del amor. Podemos hablarle del poder inconmensurable de Jehov�, de su justicia inflexible, de su verdad inviolable, de su determinaci�n fija de erradicar el pecado de su reino; lo oye todo inm�vil. Pero cu�ntele de la misericordia desbordante de Jehov�, de su tierno amor por el jefe de los pecadores, de la provisi�n costosa de salvaci�n; y por la graciosa aplicaci�n de esto por el Esp�ritu Divino, la naturaleza del hombre cede, se vuelve d�cil y consagra la Ley de Dios en su centro m�s �ntimo. "�Hombre!" dice la voz plateada de la misericordia, "tus pecados te son perdonados". Y la respuesta r�pida es: "Se�or, �qu� quieres que haga?" - D.

Deuteronomio 4:41-5

Las ciudades de refugio.

La consideraci�n por la vida humana es m�s importante que la consideraci�n por la propiedad privada. Con presciencia legislativa, Mois�s asegur� tres ciudades en el este de Jordania como santuarios para fugitivos, antes de que la tierra fuera asignada a sus varias familias. El decreto de que estas ciudades deber�an ser ocupadas por familias de los levitas consigui� a�n m�s seguridad para el homicida desprevenido.

I. EL ALTO RESPETO DE DIOS PARA LA VIDA HUMANA. Esta consideraci�n divina para los hombres es impresionante. No se iba a desperdiciar una vida sin sentido. Es evidente que la vida humana se consider� inferior en valor a los intereses de la justicia p�blica; pero deb�a protegerse sagradamente contra la venganza privada. Esta disposici�n humana era a�n m�s necesaria en ese momento cuando se le hab�a ordenado a Israel que matara a un gran n�mero de cananeos. Inevitablemente, la sensibilidad humana se atenuar�a y surgi� un grave peligro de que la vida humana se valorara de forma barata. Toda la tierra, comprada a tan alto costo, era un templo, un recinto sagrado, que Dios hab�a elegido para su morada, y el derramamiento de sangre inocente degradar�a y profanar�a el suelo sagrado. Dios valora la vida humana, sostenida por Dios con exquisitos dolores, capaz de eminente utilidad, como de gran valor.

II EL AJUSTE JUDICIOSO DE JUSTICIA Y PIEZA. Ambos son sentimientos implantados en el seno por una mano Divina; ambos sirven los intereses de la humanidad; y ambos tienen una esfera adecuada para moverse. Por el bien de la naci�n, la conciencia de cada hombre debe mantenerse en una actividad saludable. Necesita iluminaci�n, disciplina, vigor. El sentido moral es tan susceptible a lesiones, enfermedades y descomposici�n, como cualquier otra facultad mental. Puede ser deficiente en sabidur�a; puede estar sobrecargado de sensibilidad; puede magnificar los topes de las monta�as; Puede actuar con precipitaci�n precipitada. Al lado de la hostilidad implacable por el pecado, debe vivir una piedad honesta por el pecador. Esta provisi�n de "santuarios" en Israel no era en modo alguno una interferencia con el procedimiento adecuado de justicia. Por decisi�n de los magistrados competentes, el fugitivo podr�a ser entregado al verdugo. Dio plena oportunidad para la investigaci�n. Salvaguardaba a un hombre sospechoso, si era inocente del crimen mayor. Ense�� a los hombres a trazar una l�nea profunda entre lesiones no intencionales y asesinatos premeditados. Protegi� de la muerte innecesaria muchas vidas �tiles.

III. LA EJERCICI�N INMEDIATA Y GRAVE FUE LA CONDICI�N DE ESCAPE. Cuando un hombre fue asesinado, se esperaba que sus familiares vengaran su sangre. Este duro ministerio de justicia era necesario en aquellos primeros d�as. Fortaleci� los lazos familiares. Foment� un esp�ritu de hermandad. Era un escudo para los d�biles e indefensos. Si un hombre hab�a matado a otro, la presunci�n era que se hab�a hecho con malicia, y la venganza inmediata se estaba preparando para �l. Se hab�a puesto en una grave situaci�n. Fue expuesto a una represalia repentina. Antes de una hora su propia vida podr�a perderse. Si su conciencia le dec�a que era inocente, exist�a la posibilidad de escapar. Pero debe huir r�pidamente. Debe decir un adi�s apresurado, o ninguno en absoluto, a la esposa y los hijos, y correr a la mayor velocidad hacia la ciudad de refugio, porque la venganza es tan r�pida como un ant�lope. Cada m�sculo debe estar tenso al m�ximo; su ojo debe estar en cada arbusto y roca, para que el enemigo no est� al acecho en una emboscada; su �ltimo recurso de fuerza debe gastarse en su vuelo; debe ir directamente como una flecha hacia el santuario provisto. Entonces, por cada hijo culpable de Ad�n hay un refugio provisto en la colina llamado "Calvario"; y debido a que la Muerte cabalga r�pidamente sobre nuestros talones, estamos obligados a huir, a huir por la vida misma, a este espacioso Refugio. �As� que corre, para que puedas estar a salvo!

HOMILIAS POR R.M. EDGAR

Deuteronomio 4:25-5

Juicio que conduce a la misericordia.

Despu�s de declarar el hecho de los celos de Dios en materia de im�genes grabadas, Mois�s contin�a como profeta para declarar que, si se corrompen de esta manera en Cana�n, el resultado ser� su destrucci�n y dispersi�n. Pero en dispersi�n, si se vuelven con todo su coraz�n a Dios ( Deuteronomio 4:29), lo encontrar�n y ser�n restaurados. Dios es misericordioso y celoso ( Deuteronomio 4:31). Se sugieren los siguientes pensamientos:

I. EL JUICIO ES CON VISTA A LA ENMIENDA. Por supuesto, la etapa incorregible puede eventualmente ser alcanzada. Pero hasta que este esp�ritu se manifieste, el juicio es correctivo. Los tratos de Dios con Israel, como sabemos por la historia, ten�an la esperanza de una enmienda nacional. Derrota a manos de sus enemigos, se exilia en Babilonia, y todas las dispensaciones severas deb�an traerlos a sus sentidos y llevarlos a regresar a Dios. El juicio, de hecho, es primero el servidor de la misericordia.

II LA TRIBULACI�N DEBE INICIARNOS UNA VEZ NOSOTROS A LA B�SQUEDA DE CORAZONES. No es un signo infalible de pecado especial, como lo prueba el caso de Job. Pero las probabilidades est�n a favor de suponer que alg�n pecado especial ha requerido un dolor especial. Que el autoexamen, entonces, sea la regla en medio de todas nuestras tribulaciones. Dios nos est� llamando en tono de trompeta para volver a su abrazo.

III. LA MISERICORDIA ENCUENTRA EN PROBLEMAS UNA ESFERA ESPLENDIDA. Las riquezas de la gracia y la misericordia de Dios solo se pueden mostrar en los extremos permitidos de la experiencia humana. La tribulaci�n, el exilio, la amargura que ning�n intermediario terrenal puede aliviar, son tantos mundos en los que entra la misericordia para afirmar su poder y reinar. El permiso del mal tiene aqu� la �nica explicaci�n que permite la vida actual. Aprenderemos m�s despu�s, pero mientras tanto, esto es todo lo que podemos aprender aqu�.

IV. EL FELIZ CONSEJA ALMAS PARA VOLVER UNA VEZ A LAS RELACIONES DEL PACTO. Un Dios amoroso est� celoso de las deserciones de su pueblo, de ah� el juicio y la tribulaci�n. Pero en misericordia aconseja que regresen y promete recibirlos nuevamente en una relaci�n de pacto. Aqu� solo podemos tener paz y satisfacci�n de car�cter permanente. Fuera del pacto no puede haber un verdadero consuelo o alegr�a. En las relaciones de pacto con Dios, hay un c�rculo encantado y la paz supera toda comprensi�n. Cuando Israel regres� despu�s del exilio, �que podamos regresar de nuestros retrocesos a los consuelos del pacto nuevamente!

Deuteronomio 4:32-5

La liberaci�n del pueblo del Se�or no tiene paralelo.

Mois�s har�a que los israelitas consideraran la liberaci�n de Dios de ellos de Egipto como un asunto para la admiraci�n m�s agradecida. No hab�a habido nada igual desde el comienzo del mundo. Hubo comuni�n directa e inmediata con Dios; hubo liberaci�n de la gente de Egipto por juicios sin precedentes; y todo deb�a mostrar su car�cter como un Dios soberano y amoroso. El efecto de tal disciplina deber�a ser la obediencia filial. Sugiere las siguientes lecciones: -

I. LAS PERSONAS DEL SE�OR DEBEN ESTUDIAR GRATUITAMENTE SU ENTREGA. El maravilloso �xodo de Egipto y la comuni�n en el Sina� merec�an el estudio m�s fiel. Ninguna gente hab�a sido tan favorecida antes. Pero nuestra liberaci�n personal de la esclavitud del pecado, nuestra marcha a trav�s del desierto de la vida, nuestra comuni�n con Dios desde la cima de la monta�a de las ordenanzas, toda la experiencia de un alma espiritual, se combinan para eclipsar incluso la disciplina de Israel. Cada uno est� preparado, quien comprende su estado, para decir: "Vengan y escuchen, todos los que temen a Dios, y declarar� lo que ha hecho por mi alma" (Salmo 66:16).

II UNA EXPERIENCIA SIN PARALIDAD DE DIOS ARGUA A UN DIOS SIN PARALELO. Porque es una revelaci�n de sus poderes y car�cter que hace en estos asuntos, y se espera que razonemos desde nuestra experiencia hasta �l mismo. "A ti se te mostr�", dijo Mois�s, "que debes saber que el Se�or es Dios; no hay nadie m�s aparte de �l". Se mueve de una manera incomparable, para que podamos reconocer en �l al incomparable.

El uso de la experiencia personal es, por lo tanto, para alcanzar el lado Divino y ver qu� reflejo de la Deidad presenta.

III. Fue el amor de Dios lo que ilustr� al traer a Israel de Egipto a Canad�. La expulsi�n de los cananeos, el exterminio de los id�latras, fue un juicio justo ejercido sobre ellos; pero fue amor hacia Israel. Por lo tanto, uno de los salmistas hace de estas conquistas una prueba de que "su misericordia perdura para siempre" (Salmo 136:17). Y los tratos de Dios con su pueblo siempre son para ilustrar su amor. Encuentran c�mo todas las cosas funcionan juntas para bien de ellos ( Romanos 8:28).

IV. ES OBEDIENCIA FILIAL QUE SU GENTE DEBE PRESENTAR. La similitud entre el vers�culo 40 y el quinto mandamiento del Dec�logo es ciertamente notable. La idea de la paternidad de Dios est� tan ciertamente en la mente de Mois�s como de la obediencia filial de Israel. La larga vida est� unida a su obediencia filial a Dios, como est� unido en ese mandamiento a la obediencia filial que le prestamos al hombre. Y, de hecho, esta "paternidad de Dios", con su "filiaci�n del hombre" correlativa, constituye la relaci�n de coronaci�n en la que Dios y el hombre entran. Qu� glorioso es que la Tierra se convierta en la escuela de los hijos de Dios; La promesa de la vida que ahora los anima, y ??el cielo contrae la luz amable del hogar. Nunca debemos descansar contentos hasta que nuestro estudio de los tratos de Dios nos lleve a garant�as y esperanzas como estas. Los israelitas deb�an ser obedientes y, en consecuencia, ni�os exitosos; �y las mismas condiciones bendecidas se vuelven nuestras por la fe!

Deuteronomio 4:41-5

Las ciudades de refugio m�s all� del Jord�n.

Despu�s del discurso contenido en la parte anterior de este libro, Mois�s parece haber tomado un tiempo para respirar, durante el cual design� a Bezer en el desierto, Ramoth en Galaad y Gol�n en Bas�n, como ciudades de refugio. A estos se les orden� a los homicidas huir, cuando hab�an sido culpables, no de asesinato, sino de homicidio involuntario. De esta manera, se introdujo una distinci�n en el c�digo mosaico entre homicidio involuntario y asesinato, que no se obtuvo en el c�digo de venganza entre las otras naciones. Y aqu� observemos:

I. LA REPRESALIA CONSTITUYE LA RUDA JUSTICIA DE ESTA EDAD TEMPRANA. La venganza parece terrible para muchos porque vivimos bajo un sistema organizado de justicia p�blica. Pero si fu�ramos trasladados a un pa�s incivilizado, donde cada uno se ve obligado a luchar por su propia mano, deber�amos considerarlo menos doloroso. Deber�amos reconocerlo, de hecho, como una afirmaci�n necesaria de la justicia. "La venganza es m�a; pagar�, dice el Se�or", parece terrible solo para aquellos que no han apreciado la necesidad de una justicia p�blica perfecta. La venganza divina ser� p�blica y perfecta, de la que habr� y no podr� haber apelaci�n.

II RETALIACI�N, TAL COMO EL C�DIGO MOSAICO PRESCRITO, EL VALOR EXIGIDO Y LA AUTODENEGACI�N. Al pariente se le orden� perseguir al homicida y buscar el pago de vida por vida. No fue una de esas haza�as que se emprender�an a la ligera. De hecho, era una de esas tareas peligrosas, que una persona eludir�a si pudiera. El comando reforz� el coraje y sostuvo la abnegaci�n de la gente.

Y en la venganza Divina, con reverencia lo dir�amos, se necesita coraje y abnegaci�n. La imposici�n de la misma se ve obligada a �l.

III. LAS CIUDADES DE REFUGIO OFRECERON PROTECCI�N AL ASESINATO QUE NO SE QUIT� DELIBERADAMENTE LA VIDA. Aqu� el homicida vivi� en un exilio solitario hasta la muerte del sumo sacerdote. Sin embargo, esta frase m�s leve era preferible a una muerte violenta. Se brind� la oportunidad de examinarse a s� mismo y ser penitente por sus pecados. La estad�a en la ciudad de refugio corresponde a la experiencia espiritual de aquellos que se han acercado a Jes�s bajo el sentido de su pecado y culpa de sangre, para encontrar bajo sus alas libertad de condenaci�n ( Romanos 8:1), y La necesidad de una gran vigilancia y circunspecci�n. Si el asesino hubiera salido de la ciudad de refugio, todav�a habr�a sido responsable ante el vengador.

IV. PERO CUANDO EL ALTO SACERDOTE MURI�, EL ASESINATO RECUPER� LA LIBERTAD, AS� COMO LA VIDA. "La vida en Cristo" est� indicada por la estancia en la ciudad de refugio. Pero la libertad a trav�s de la muerte de Cristo est� indicada por la liberaci�n a la muerte del sumo sacerdote. Se necesitan muchas relaciones para mostrar la verdad tal como es en Jes�s. �l es nuestro Dios, o vengador, como hemos visto donde dice: "La venganza es m�a". �l es nuestra ciudad de refugio; �l es nuestro Sumo Sacerdote, cuya muerte asegura el regreso del exilio. �Que Jes�s sea todo en todos para nosotros!

Deuteronomio 4:44-5

Las circunstancias bajo las cuales se reiter� la Ley.

Estos vers�culos son manifiestamente introductorios al discurso de los cap�tulos siguientes. Mois�s est� a punto de declarar los "testimonios" (???????), lo que sale de Dios para indicar su voluntad; y los "estatutos" (?????????), los deberes definidos de la obligaci�n moral; y los "juicios" (???????????????), o derechos mutuos de los hombres. Las condiciones de su discurso se detallan aqu�.

I. LOS ISRAELITAS HAB�AN RECIBIDO UN PREMIO DE LA HERENCIA PROMETIDA. Hab�an conseguido, como hemos visto, la tierra de los amorreos. Los reinos de Og y de Sihon ya estaban en manos de las dos tribus y media. Mois�s ten�a una posici�n ventajosa, por lo tanto, para defender las pretensiones de Dios. Y as�, cuando obtenemos fervor de la herencia prometida en el don del Esp�ritu, es m�s probable que cedamos a las demandas divinas ( Efesios 1:14). Tenemos una herencia de este lado del Jord�n de la muerte, m�s importante que los pastos de Bas�n, y Dios, habi�ndonos dado esto, bien puede exigirnos.

II LA EXPERIENCIA A TRAV�S DE LA QUE HAB�AN PASADO FUE TAMBI�N M�S IMPORTANTE. Porque la herencia temporal en Moab y Bashan era una parte menor de sus dones de Dios. Su comuni�n en el Sina�, sus andanzas por el desierto, la experiencia a cuadros del juicio y la misericordia, todo combinado para hacer de los israelitas en Moab un pueblo favorecido. Ninguna otra naci�n hab�a tenido tal experiencia e historia.

III. LA REITERACI�N DE LA LEY FUE EN MEDIO DE CONDICIONES M�S FELICES. En el Sina�, sus padres y ellos mismos hab�an presenciado maravillas impresionantes. El monte era el centro del temblor y el miedo. Incluso Mois�s tuvo que ceder ante el panorama del terror y decir: "Temo y tiemblo". Pero ahora en Moab todo alrededor de ellos es brillante y esperanzador. La misericordia los abarcaba y, por lo tanto, ten�an m�s probabilidades de entrar en el esp�ritu de la Ley, que Mois�s se hace amar ( Deuteronomio 6:1).

IV. APRENDEMOS DE ESTO QUE DIOS PRIMERO DA BENDICIONES Y LUEGO PIDE OBEDIENCIA. Es aqu� donde vemos claramente la esencia del evangelio. Las buenas nuevas consisten en la oferta de una salvaci�n completa y gratuita para el pecador, sobre la base de que �l es un pecador y no puede salvarse a s� mismo. La salvaci�n est� cargada sin condiciones. Este es el problema: es una noticia demasiado buena para ser verdad, a la vista del pecador. Dif�cilmente puede dar cr�dito a tal obsequio, preferir�a pagar algo por ello. Pero Dios es firme y no har� tratos a medias. Pero cuando el pecador ha sido redimido de Egipto y llevado a Dios, se espera que en agradecimiento obedezca la Ley de Dios. Es su regla de vida, y le rinde obediencia voluntariamente. �La gente "pone el carro delante del caballo", y cree que Dios tomar� algo en parte como pago, y no podr�a pensar en rechazarlos! Nada es tan importante en este momento como puntos de vista claros sobre el plan de salvaci�n. � R.M.E.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Deuteronomy 4". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/deuteronomy-4.html. 1897.