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Bible Commentaries
Deuteronomio 8

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

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Versículos 1-20

EXPOSICI�N

M�S EXHORTACI�N A LA OBEDIENCIA, FORZADA POR UNA REVISI�N DE LOS TRATAMIENTOS DE DIOS CON ISRAEL EN EL DESIERTO.

Deuteronomio 8:1

Para que puedan ser inducidos con mayor fidelidad a observar todos los mandamientos que se les hab�a ordenado para continuar y prosperar, est�n llamados a recordar las experiencias de los cuarenta a�os en el desierto, cuando Dios los gui� y los disciplin� por Su bien. Los humill� para que pudiera probar el estado de su coraz�n y afecto hacia �l, utilizando la angustia y las privaciones a las que fueron sometidos como medio para sacar lo que hab�a en ellos y para llevarlos a sentir toda su dependencia de �l para recibir ayuda. , sustento y orientaci�n. No solo por �rdenes dif�ciles de obedecer impuestas a los hombres, y por poderosas obras realizadas a su juicio, Dios prueba a los hombres (cf. G�nesis 22:1, etc .; �xodo 15:25; �xodo 20:20); pero tambi�n por aflicciones y calamidades ( Jueces 2:22; Jueces 3:4; Salmo 17:3; Salmo 81:7, etc.), as� como por beneficios ( �xodo 16:4). Humillado para ver su propia debilidad, castigado de todo engreimiento por la aflicci�n, el hombre es llevado a someterse a Dios, a escucharlo y obedecerlo; y junto con esto, la experiencia de la bondad de Dios tiende a atraer a los hombres, en agradecido reconocimiento de su misericordia y generosidad, a entregarse a �l y sinceramente y con amor para servirle (cf. Romanos 2:4).

Deuteronomio 8:1, Deuteronomio 8:2

Los tratos de Dios con los israelitas fueron disciplinarios. Tanto por las aflicciones y privaciones a las que fueron sometidos, como por la provisi�n que recibieron contra la protecci�n que se les brindaba, Dios busc� traerlos y mantenerlos en un estado mental correcto hacia �l: un estado de humilde dependencia, sumisi�n obediencia y confianza esperanzada. Pero para que se produjera este efecto, era necesario que marcaran y recordaran todos sus caminos hacia ellos.

Deuteronomio 8:3

Dios humill� a los israelitas dej�ndolos sufrir hambre por falta de comida, y luego suministr�ndoles comida de manera milagrosa. As� se les ense�� que su vida depend�a totalmente de Dios, quien pod�a, por su propio poder creativo, sin ninguno de los medios ordinarios, proveer el sustento de su vida. Y te aliment� con man� (cf. �xodo 16:15). Es en vano tratar de identificar esto con cualquier producto natural. Era algo completamente nuevo para los israelitas, algo que ni ellos ni sus padres sab�an; verdaderamente pan del cielo, y que obtuvieron de ellos el nombre de man� u hombre, porque, en su ignorancia asombrosa, no sab�an c�mo llamarlo, y entonces se dijeron unos a otros, �Hombre? (? ????), �Qu� es? y de all� en adelante lo llam� hombre. Para que �l pueda hacerte saber, etc. "Pan", que los jud�os consideraban como "el bast�n de la vida", est� aqu�, como en otros lugares, para comida en general; y la lecci�n que les ense�aron a los israelitas fue que no de una manera o por la otra. solo un tipo de medios podr�a sostener la vida, pero en ausencia de estos, Dios podr�a, por su propio mandato, proveer el sustento de sus hijos. Cada palabra, literalmente, todo, todo lo que sea, que sale de la boca del Se�or, es decir, todos los medios que Dios ha provisto por su palabra, o por su palabra puede proporcionar, para el sustento de la vida. Entonces, nuestro Se�or cita este pasaje en respuesta al tentador, quien hab�a sugerido que si �l era el Hijo de Dios, �l podr�a aliviarse de los dolores del hambre al ordenar que las piedras que estaban alrededor se convirtieran en pan. La respuesta de nuestro Se�or a esto es virtualmente: "Tengo este poder, y podr�a usarlo, pero no lo har�; porque esto implicar�a impaciencia y desconfianza de Dios, quien se ha comprometido a sostener la vida de sus siervos, y qui�n puede, por la mera palabra de su boca, por su voluntad creativa, proporciona de una manera extraordinaria para el sustento de la vida cuando los medios de vida ordinarios son insuficientes ". "Jes�s quiere decir: 'Lo dejo en manos de Dios para el mantenimiento de mi vida, y no voy a ayudarme por un milagro arbitrariamente y con fines ego�stas'" (De Wette, nota sobre Mateo 4:4; ver tambi�n Meyer en el lugar).

Deuteronomio 8:4

Como el man� provisto por el poder creativo de Dios los salv� del hambre, por la providencia y el cuidado de Dios, sus vestiduras se mantuvieron maravillosamente alejadas de la descomposici�n, y no tuvieron que ir descalzos por el desgaste de sus sandalias. Encerado no viejo sobre ti; literalmente, no se cay�, se desperdici� de ti. Esto no puede significar que tal era el abundante suministro de ropa para los israelitas en el desierto de Arabia, que no era necesario que usaran prendas alquiladas y hechas jirones por el uso prolongado, ya que ten�an grandes reba�os y reba�os de donde hab�a un suministro suficiente de lana y se pod�a obtener cuero, y hab�a entre ellos h�biles art�fices, por quienes pod�an convertirse en prendas de vestir (Rosenm�ller, JD Michaelis, etc.). Porque, como observa Knobel, "Esto era algo demasiado insignificante adem�s del man� milagroso; y adem�s, esto no radica en la expresi�n, que m�s bien insin�a que la ropa que llevaba puesta no se hab�a desgastado ni ca�do de ellos en harapos, porque Dios dio ellos una durabilidad maravillosa ". Al mismo tiempo, no hay ninguna raz�n para suponer que los israelitas no hicieron uso de los suministros que estaban a su alcance para fines de vestimenta, m�s all� de que vivieron solo de man� durante los cuarenta a�os de su deambulaci�n. A�n menos necesitamos recurrir a suposiciones tan fantasiosas como que las vestimentas de los ni�os israelitas se expandieron a medida que crec�an, como las conchas de los caracoles, que es la noci�n de algunos conejos jud�os, y adoptada por algunos de los Padres Cristianos. Tampoco tu pie se hinch�. El verbo aqu� solo se encuentra en otro pasaje ( Nehem�as 9:21), donde este pasaje se repite; y el significado es dudoso. La LXX renderizado aqu� por ??????????, se volvi� insensible; pero en Nehem�as, la interpretaci�n que dan es ???????????, se rasgaron, el objeto se rasg�, seg�n el Bacalao. IVA; ????? abad�a, sus pies, seg�n el bacalao. Alex ?? ????????? affray, sus sandalias. En Deuteronomio 29:5, el zapato o sandalia se menciona especialmente en la misma conexi�n que aqu�. El verbo, sin embargo, no puede significar desgarro o rasgado, ni tampoco significa hinchaz�n; la idea involucrada es m�s bien la de ablandarse, o derretirse o fluir; y el significado aqu� parece ser, "Tu pie no entr� en un estado lastimado y herido", lo que habr�a sido el caso si sus sandalias no hubieran sido preservadas de romperse o desgastarse.

Deuteronomio 8:5

As�, Dios educ�, disciplin� y entren� a su pueblo como lo hace un padre con su hijo. Chasteneth La idea no es tanto el castigo o el castigo, propiamente llamado, como la disciplina y el entrenamiento severos. Dios los hizo sentir su mano sobre ellos, pero siempre por su bien; El final de la disciplina a la que estaban sujetos era que pudieran guardar sus mandamientos y caminar en sus caminos, para disfrutar de su favor (cf. Hebreos 12:5, etc.).

Deuteronomio 8:7-5

La tierra en la que estaban a punto de entrar se describe como un buen lugar, f�rtil y bien regado, y que produce abundantes productos para sus cultivadores; y se les advierte contra el olvido, en su disfrute del regalo, la generosidad del Dador, o felicit�ndose por haber logrado la conquista de tal tierra, en lugar de reconocer con gratitud la gracia que los hab�a sostenido durante su vagabundeo prolongado en el desierto , y por el cual solo se les hab�a permitido tomar posesi�n de esa tierra favorecida.

Deuteronomio 8:7, Deuteronomio 8:8

Arroyos de agua, arroyos, torrentes de monta�a y cursos de agua en los estrechos valles o wadys; fuentes, manantiales perennes; profundidades, "las piscinas insondables de las cuales arroyos como el Abana (ahora Barada), cerca de Damasco, surgen r�os maduros, casi tan amplios en sus fuentes como en sus desembocaduras", o esto puede incluir tambi�n los mares o lagos interiores , como el mar de Galileo y el lago Haleh. Palestina est� en la actualidad, en general, bien abastecida con agua, aunque la distribuci�n es muy desigual, muchas partes est�n casi totalmente desprovistas de suministro, excepto de lo que se puede recoger de la lluvia en tanques o cisternas; y no hay raz�n para suponer que fuera diferente en la antig�edad. En comparaci�n, sin embargo, con el desierto al que los israelitas hab�an estado acostumbrados durante tanto tiempo, e incluso con Egipto del que hab�an escapado, el pa�s en el que estaban a punto de entrar estaba bien regado.

Deuteronomio 8:8

"Palestina se ha celebrado en todas las edades por tres productos: ma�z, vino y aceite, que siguen siendo sus cultivos m�s valiosos". Los principales cultivos de ma�z fueron trigo y cebada. La vid fue cultivada en gran parte y cuidadosamente; la aceituna requiri� poco cultivo, siendo un crecimiento casi espont�neo y formando una de las producciones m�s valiosas del pa�s; el higo tambi�n era ind�gena en Palestina, y todav�a crece all�, tanto silvestre como cultivado, en abundancia; que la granada (bomberos) tambi�n era muy abundante puede deducirse de la cantidad de lugares nombrados a partir de esto (cf. Josu� 15:32; Josu� 19:7, Josu� 19:13 ; Jueces 20:45, Jueces 20:47; Jueces 21:13; 1 Cr�nicas 4:32, etc.). Miel. La palabra as� traducida (d'bash) se usa tanto para la miel de las abejas (Le Deuteronomio 2:11; Deu 32:11; 1 Samuel 14:26, etc .; Sal 81:17; Proverbios 16:24, etc.), y de la miel de uva, un jarabe obtenido al hervir el jugo reci�n exprimido de la uva a la mitad o tercera parte de su volumen, y a�n conocido entre los �rabes por El nombre de dibs. En el desierto, la gente hab�a murmurado que hab�an sido llevados a un lugar maligno, a ning�n lugar de higos, vides o granadas; y donde no hab�a agua para beber ( N�meros 20:5). Mois�s aqu� les dice que la tierra que estaban a punto de ocupar no era tal lugar, sino que abundaba en todas aquellas cosas de las que hab�an encontrado tan despojado el desierto.

Deuteronomio 8:9

Una tierra cuyas piedras son de hierro. Los minerales no abundan en Palestina; las colinas son en su mayor parte calc�reas; pero al lado de la piedra caliza en el norte de Cana�n, el basalto ferruginoso aparece en grandes masas, y en el L�bano abunda la piedra de hierro. Cerca de Tiberius hay manantiales en gran parte impregnados de hierro, como tambi�n los de Has-beija, en el rango de Hermon, as� como el suelo alrededor de ese lugar. Tambi�n se encuentran rastros de obras de cobre extintas en el L�bano (cf. art. 'Metales', en Kitto y Smith; Ritter, 'Geograf�a de Palestina', 1.248). Sin embargo, los israelitas no parecen haber llevado a cabo operaciones mineras, sino haberse contentado con obtener suministros de los metales �tiles de sus vecinos ( 2 Samuel 8:8; 1Ch 18: 8; 1 Cr�nicas 22:3, 1 Cr�nicas 22:14).

Deuteronomio 8:10

Cuando hayas comido y est�s lleno, bendecir�s al Se�or tu Dios. "Desde este lugar, los jud�os lo han convertido en una regla general, o, como lo llaman, un precepto afirmativo, que todos bendigan a Dios en sus comidas, es decir, denle gracias por sus beneficios; porque �l nos bendice cuando otorga cosas buenas para nosotros, y lo bendecimos cuando agradecemos su bondad "(Patrick).

Deuteronomio 8:11-5

La riqueza puede engendrar en el poseedor de un esp�ritu de autogratulaci�n y orgullo, y abundancia de cosas buenas para inducir a los hombres a ser lujosos, "confiar en riquezas inciertas" y olvidar la mano generosa de la que todos que disfrutan ha llegado. Contra esto, el pueblo es un h�roe advertido y advertido.

Deuteronomio 8:15

�Qui�n te condujo a trav�s de ese gran y terrible desierto, en el que hab�a serpientes ardientes, etc.? Serpientes ardientes � ????? ???? ??????????? LXX. � o serpientes ardientes, llamadas as� por el dolor ardiente causado por su mordedura; probablemente el cerastes, o una de las especies de naja (cf. N�meros 21:6).

Deuteronomio 8:16

El gran final de todos los tratos de Dios con los israelitas en el desierto, tanto las pruebas a las que fueron sometidos como los beneficios que recibieron, fue que finalmente podr�a hacerles bien. Tu �ltimo fin; no el final de la vida, como en N�meros 23:10, sino el estado resultante de la finalizaci�n de su per�odo de disciplina y libertad condicional en el desierto (cf. Job 8:7; Job 42:12; 2 Pedro 2:20). As� Dios trat� con los israelitas como �l todav�a trata con su pueblo; los aflige no por su placer sino por su beneficio ( Hebreos 11:12); los somete a prueba y una disciplina variada para que les sirva para el descanso y la alegr�a que al final ser�n suyos.

Deuteronomio 8:17, Deuteronomio 8:18

La bendici�n que les esperaba era el regalo gratuito de Dios para ellos; y cuando llegaron a disfrutarlo, no deb�an permitirse decir en su coraz�n, es decir, pensar o imaginar, que la condici�n pr�spera en la que fueron colocados era el resultado de sus propios esfuerzos; iban a atribuir todo a la generosa generosidad de Dios, porque de �l hab�a venido el poder por el cual se hab�a ganado la prosperidad, y esto lo hab�a dado, no por ning�n m�rito en ellos, sino para que pudiera cumplir sus compromisos de pacto con sus padres . Obtenga riqueza ?????? ?????, para hacer fuerza, para reunir sustancia ( G�nesis 12:5), para obtener riqueza. Como es este d�a. "Como era bastante evidente entonces, cuando el establecimiento del pacto ya hab�a comenzado, e Israel hab�a atravesado el desierto hasta la frontera de Cana�n (ver Deuteronomio 4:20)" (Keil).

Deuteronomio 8:19, Deuteronomio 8:20

Mois�s hace cumplir su consejo al recordarles nuevamente que solo la destrucci�n los aguarda si se olvidan del Se�or su Dios y apostatan de �l (cf. Deuteronomio 4:25, etc .; Deuteronomio 6:14).

HOMIL�TICA

Deuteronomio 8:1

El sentido de la vida discernido por la retrospectiva de la misma.

No se ha hecho con poca frecuencia la observaci�n de que los incidentes estrechamente relacionados no pueden entenderse correctamente hasta que haya llegado el momento de que sean revisados ??en su totalidad como asuntos de la historia. Lo que es cierto de los eventos en general, se aplica con toda su fuerza a las maravillas incluidas en el rescate y las andanzas del pueblo de Israel. Y lo que se puede decir de ellos, es v�lido, a este respecto, de la historia de vida de los hijos de Dios ahora. Dos palabras resumir�an la esencia de su experiencia: "redenci�n", "entrenamiento". Redimido primero, entrenado despu�s. Redimidos, para que puedan ser entrenados; entrenados, para que puedan ser dignos de la redenci�n. Tanto la redenci�n como el entrenamiento tuvieron en el caso de Israel un significado profundo del cual la gente sab�a poco en ese momento, pero que el Dios de Israel pretend�a desde el principio. Posteriormente, sus variadas experiencias, cuando se revisaron como parte de la historia, se convirtieron en materia de agradecimiento y alabanzas. El p�rrafo que tenemos ante nosotros ahora es "el legislador anciano que revisa las experiencias de Israel en sus andanzas". Se abren cuatro l�neas de meditaci�n:

I. HAY MUCHAS LECCIONES QUE LOS NI�OS DE DIOS DEBEN APRENDER.

1. "Humillarte" ( Deuteronomio 8:2), es decir, hacer que sientan su dependencia de Dios. Esto, de hecho, parece una verdad tan obvia, que los hombres no deber�an necesitar que se les ense�e. Pero debemos recordar que, antes de ser redimidos, nuestro entrenamiento por la eternidad nunca ha comenzado en absoluto, y que cuando la redenci�n es un hecho realizado, nos presentamos ante Dios solo en bruto, confiando en su amor para hacernos lo que deber�amos ser Y una de las lecciones que tenemos que aprender a fondo es que "sin Cristo no podemos hacer nada".

2. "Para probarte" ( Deuteronomio 8:2). Se indica una doble prueba.

(1) Lo que eran: "Para saber lo que hab�a en tu coraz�n".

(2) Lo que har�an: "Ya sea que guardes sus mandamientos, o no".

No hay ning�n tema en el que el joven convertido sea tan ignorante como �l mismo; y �l nunca puede convertirse en lo que un cristiano deber�a ser hasta que vea su propia vanidad. Debe convertirse en un hombre m�s triste antes de ser m�s sabio.

3. "Para hacerte saber que el hombre no vive solo de pan". Se ha observado que, como Mois�s en esta cl�usula se refiere al man�, el significado es:

(1) Que no es de la naturaleza sino del Dios de la naturaleza que provienen los suministros.

(2) Que Dios es libre de adoptar cualquier curso que desee al proporcionar alimentos.

Sin duda esto es cierto. Pero no es toda la verdad, ni la consideramos la verdad que aqu� se pretende. Sabemos que con estas palabras nuestro Salvador repeli� un asalto al tentador. Siendo esto as�, estamos un tanto en una pista diferente para su interpretaci�n (cf. Mateo 4:3, Mateo 4:4). La respuesta de nuestro Salvador es, en efecto, "el hombre tiene una doble vida, no solo la del cuerpo, sino tambi�n la del esp�ritu; usted me pide que alimente lo inferior a expensas de lo superior, para obtener alimentos para el cuerpo una negaci�n del sacrificio personal por el que vine. No es solo el pan lo que sostiene al hombre. �l tiene un ser superior, que vive de alimentos superiores, y no puedo mimar lo inferior a costa de la postraci�n de lo superior. " Ahora, con tanta luz arrojada sobre el pasaje de nuestro Se�or, nos vemos obligados a considerar las palabras de Mois�s que se refieren no solo al suministro de alimentos, sino m�s bien a toda la disciplina en el desierto, seg�n lo previsto por Dios para la gente la realidad y el valor de la parte m�s noble del hombre. Nuestro Dios se preocupa m�s por el crecimiento del alma que por la comodidad del cuerpo. Su objetivo no es solo encontrarnos comida, sino entrenarnos para s� mismo. Tampoco era que solo pudieran aprender estas lecciones, sino que otros en el futuro podr�an ver qu� materia prima y materia prima el Gran Educador condescender� al trabajo, y con qu� cuidado trabajar� en ello.

II DIOS ADOPTA M�TODOS VARIADOS DE ENSE�AR ESTAS LECCIONES NECESARIAS. Las cl�usulas en el p�rrafo indican esto.

1. Hab�a "el camino" por el cual fueron guiados. No se le dio a Israel para elegirlo. No fue el camino m�s corto. Era "la forma correcta" ungida por Dios.

2 El m�todo de env�o de suministros: "D�a a d�a cay� el man�". As� se les ense�� a vivir d�a a d�a.

3. Las decepciones que encontraron: "Estos cuarenta a�os". Si se les hubiera dicho, cuando partieron de Egipto, que hab�a transcurrido tanto tiempo entre ellos y Cana�n, apenas se habr�an puesto en marcha. Y si Dios nos revelara los incidentes de los a�os venideros, no podr�amos soportar la vista.

4. Los deseos que sent�an: "Te sufri� de hambre". Dios a veces deja que su gente sienta cu�n completamente est�n encerrados con �l.

5. Sin embargo, hubo constantes pruebas de cuidado atento ( Deuteronomio 8:4). No entendemos ning�n milagro involucrado aqu�, a�n menos extra�o como sugirieron los rabinos, que la ropa de los ni�os creciera sobre sus espaldas; El significado de Mois�s seguramente es: "Dios provey� tanto para sus deseos que no necesitaban usar ropa hecha jirones, ni lesionarse los pies al caminar sin zapatos o sandalias".

6. Tambi�n hubo castigo ( Deuteronomio 8:5). Esta palabra incluye no solo correcci�n sino todo lo que pertenece al entrenamiento de un ni�o (cf. Hebreos 12:7; 2 Samuel 7:14; Salmo 89:32; Job 7:17, Job 7:18; Proverbios 3:11, Proverbios 3:12; Apocalipsis 3:19).

III. HAY UNA RAZ�N INDICADA AQU� POR QU� DIOS TOMA TANTO DOLOR PARA ENSE�AR ESTAS LECCIONES. Deuteronomio 8:5, "Como un hombre castiga a su hijo". Bien podr�amos preguntarnos: �por qu� el Gran Supremo deber�a hacer tanto para educar en la forma de naturalezas tan rudimentarias como la nuestra? Que �l deber�a hacerlo es, en s� mismo, mucho m�s dif�cil de creer que cualquier variaci�n aparente del curso ordinario de la naturaleza f�sica. La raz�n se encuentra en las palabras, "Vosotros sois hijos". Israel era el hijo de Dios, incluso su primog�nito. Los creyentes son los hijos adoptivos de Dios; de ah� la grandeza de su destino y la seriedad de su L�der al entrenarlos para ello. De hecho, un incr�dulo puede decir: "Tengo todos estos cambios en la vida, pero no me est�n entrenando", etc. No, porque la �nica condici�n es querer que todo esto se convierta en un entrenamiento: la filiaci�n. Este orden nunca se invierte, se rescata y luego se educa. Si los hombres no han sabido lo primero, no pueden entender lo segundo.

IV. SI A DIOS LE IMPORTA TANTO ENTRENAR, DEBEMOS CONSIDERAR CUIDADOSAMENTE LO QUE SU FORMACI�N SIGNIFICA. ( Deuteronomio 8:2, Deuteronomio 8:5.) �Comprendamos qu� alto objetivo moral y espiritual tiene Dios en la cultura de nuestra vida! La vida de un hombre no es algo meramente material, f�sicamente; Es la expresi�n de un plan de Dios. Entonces, seamos tan ansiosos de ser educados correctamente por la eternidad, como lo es Dios para educarnos. Nunca permitamos que los extremos inferiores de la vida dominen los superiores ( Deuteronomio 8:6). Tengamos siempre a la vista el final de la vida. Por la eternidad estamos destinados, y por la eternidad debemos vivir. Algunos tienen la vida en gran medida en retrospectiva, incluso ahora. �No ven que el pasado se explica por el presente? Aun as�, el presente se explicar� por el futuro ( Juan 13:7). Alegr�monos de que tienen un Padre que gu�a por el camino que �l ve que es correcto, y no "de acuerdo con su mente". Algunos tienen vida por delante.

1. Que sea el deseo supremo de dejar que la vida se convierta en lo que Dios quiere que sea: un avance continuo en la preparaci�n para el cielo. Esto es m�s importante que toda la facilidad y comodidad del mundo.

2. Reconocer y alabar la bondad de Dios al dar a los hombres estas experiencias de la vida a cuadros, si lo hacen, pero educar para un servicio superior. No nos preguntemos si no podemos entender los caminos de Dios en ese momento. Lo haremos al final.

3. Si queremos que Dios nos entrene para la gloria, primero debemos salir de Egipto. La educaci�n no puede comenzar en la tierra de la esclavitud, primero debemos ser los hombres libres de la manteca; entonces, dejemos el camino y el m�todo de la cultura enteramente a Dios. Si nos dejara elegir el camino, �qu� errores deber�amos cometer! Nuestra fe en Dios, incluso en la juventud, debe ser tal que nos lleve a decir: "Padre, mi deseo supremo es crecer como t� y vivir contigo. No s� por qu� caminos necesito ser guiado, ni a trav�s de qu� Necesito disciplina para lograr este fin. Dejo todo en tus manos bondadosas, deseando que tu infinita sabidur�a y amor me ordenen todas las cosas. Aqu� estoy. T�mame como soy, todo culpable y contaminado. Hazme lo que deber�a ser; y si por tu gracia he madurado y conducido a Cana�n, entonces cantar�: 'Bendici�n, y honor, y gloria, y poder, al que se sienta en el trono, y al Cordero , �por los siglos de los siglos!'"

Deuteronomio 8:7-5

El deber de agradecimiento por la generosidad de Dios en la naturaleza.

El pueblo de Israel estaba siendo guiado por el Se�or su Dios a una tierra hermosa, exuberante y fruct�fera. (Para un recuento de las producciones de Palestina, de la fertilidad de su suelo y de los tesoros escondidos en sus colinas, ver obras de Kitto, Stanley, Wilson, Thomson y otros; as� como diccionarios b�blicos y ciclopedias, bajo el varios t�tulos.) Evidentemente, en el momento en que Mois�s pronunci� las palabras ante nosotros, la gente no hab�a llegado a esa tierra; aunque esperaban hacerlo pronto. En vista de ello, Mois�s les pide ( Deuteronomio 8:10) que bendigan al Se�or su Dios por la buena tierra que les hab�a dado. De ah� nuestro tema: "el deber de reconocer la mano de Dios en las generosidades de la naturaleza y de agradecer su uso".

I. HAY UNA ADAPTACI�N MARAVILLOSA EN LA NATURALEZA EXTERNA A LA CONSTITUCI�N Y LAS GUERRAS DEL HOMBRE. (Cada uno de los variados t�rminos utilizados en Deuteronomio 8:7-5 brindar� un amplio alcance para la expansi�n de este pensamiento. Y cuanto mayor sea el rango de conocimiento, mayor deleite le brindar� esa expansi�n a quien anhela hacer que otros vean la variedad de la bondad divina.) �Qu� preparaci�n tan vasta y prolongada debe haber sido para adaptar este mundo para el uso de aquellos que en lo sucesivo deber�an detenerse en �l! Y luego, cuando todo est� listo, el hombre, la corona de la creaci�n terrenal de Dios, llega al final de la escena, con "todas las cosas puestas bajo sus pies".

II TODA LA RIQUEZA DE LA TIERRA ES UN REGALO PARA EL HOMBRE. "La buena tierra que te ha dado" ( Deuteronomio 8:10). Es razonable que consideremos la profusi�n de riquezas sobre y dentro de la tierra como un "regalo". "�Qu� tenemos que no hayamos recibido?" �D�nde est�bamos cuando "se pusieron los cimientos de la tierra"? Sin embargo, algunos querr�an que adoptemos una "religi�n de la humanidad", �como si la humanidad fuera alabado por la base f�sica de su propia existencia! Un poder que no est� en el hombre ni en el hombre nos ha dado a todos.

III. EL REGALO VIENE DE UN SER PERSONAL. "El Se�or tu Dios por la buena tierra que te ha dado". El Poder del que proviene la riqueza de la naturaleza no es una fuerza ciega no inteligente. Porque la propia inteligencia del hombre tiene que ser explicada; e incluso si las fuerzas impersonales pudieran haber forjado la materia, es axiom�ticamente cierto que la impersonalidad no podr�a producir personalidad. Hasta ahora la religi�n natural puede llegar. Pero nuestro texto nos lleva m�s lejos.

IV. LA RIQUEZA DE LA NATURALEZA VIENE DEL SE�OR NUESTRO DIOS. "Nuestro Dios." �l no es un "Desconocido". No podemos establecer un altar, ??????? ???. Lo conocemos como un Dios redentor, como aquel que se deleita en ejercer la bondad amorosa, la justicia y el juicio en la tierra. Y dado que Dios se nos revela en Cristo, aprendemos de ese modo que los largos preparativos de la tierra han tenido lugar con el fin de establecer en ella las nuevas creaciones de la gracia redentora. Esta es "la sabidur�a oculta, que Dios orden� ante el mundo, para nuestra gloria". �Oh, el significado ilimitado de la expresi�n, "El Cordero asesinado desde la fundaci�n del mundo!"

V. TODO ESTO DEBE LLAMAR AL AGRADECIMIENTO ESPECIAL DE NUESTROS CORAZONES Y LABIOS. "Bendecir�s", etc. Podemos ir mucho m�s all� de la consideraci�n meramente personal que Mois�s sugiere aqu�. Sabemos m�s claramente, por lo tanto, debemos alabar de manera m�s inteligente, devota y c�lida. Israel podr�a incluir algunos, debemos tener en cuenta todas las siguientes consideraciones, para estimular un agradecimiento intenso.

1. No �ramos nada, no ten�amos nada y, sin embargo, todos nos hemos dado "ricamente para disfrutar".

2. Somos pecaminosos, y por lo tanto hemos perdido incluso nuestro reclamo natural. Sin embargo, todo se nos contin�a, con una bondad incansable y una fidelidad constante.

3. No solo tenemos las posesiones reales de la riqueza de la tierra, sino que estamos en posesi�n de la mente y el prop�sito del Gran Enmarcador de todos, para que la nuestra sea la alabanza de comprender los corazones.

4. Leemos que Dios quiere tener en este globo un pueblo rescatado, el nuestro, por lo tanto, bien puede ser la alabanza jubilosa de los hombres redimidos.

5. No estamos aqu� simplemente para disfrutar de este mundo y no conocer a ning�n otro, sino para disfrutar de este mundo como un trampol�n para otro. Por lo tanto, el nuestro deber�a ser el grito triunfante de los hombres con un destino glorioso por delante, y de aquellos que usan este mundo para ayudarlos a mejorar. Finalmente:

6. La forma actual de la tierra est� destinada a desaparecer. Dios "har� nuevas todas las cosas" (Salmo 102:26; Hebreos 1:12; 2 Pedro 3:13). Nosotros, para quienes este mundo fue hecho, entonces nos regocijaremos en Dios, y quedaremos encantados de ver qu� formas de belleza en constante avance "�l ha preparado para los que lo aman". demasiado a menudo repite canto, "falleciendo", no deja rastro de tristeza o pesar. Si somos los redimidos del Se�or, nuestra vida puede ser una canci�n de acci�n de gracias, y nuestra muerte un grito de victoria.

Deuteronomio 8:11-5

(Ver Homil�tica: Deuteronomio 6:10-5.)

Deuteronomio 8:16

(Ver Homil�tica: Deuteronomio 8:1.)

Deuteronomio 8:17, Deuteronomio 8:18

Peligro de auto-glorificaci�n.

El disfrute de las misericordias de Dios, que deber�an ser tan provocativas de agradecimiento, puede convertirse en una trampa, si no tenemos cuidado de evitar su mal uso. Varios de los peligros a los que la prosperidad nos hace responsables se abordan en la Homil�a mencionada anteriormente. Aqu�, hay uno especialmente nombrado, que es quiz�s el m�s com�n de todos, a saber. el de atribuir el �xito en la vida a la propia habilidad, sabidur�a o poder: "Y t� dices en tu coraz�n: Mi poder y el poder de mi mano me han tra�do esta riqueza" (ver Ezequiel 28:4, Ezequiel 28:5; Ezequiel 29:3; Salmo 12:3; Jueces 7:2). Tan fuerte es la tendencia a acreditarnos con cualquier ganancia que pueda ser nuestra, en un esp�ritu vanidoso y auto glorificante, que no podemos estar demasiado ansiosos por protegernos, exponiendo el pecado y el mal del mismo.

I. NO ES VERDAD. Por mucho cuidado que hayamos tomado para asegurar el �xito, tanto si ganamos nuestro fin como si no, ha dependido en todo momento de una conjunci�n de circunstancias, que no pudimos provocar o evitar, como crear las mareas o arrestarnos. la luna. E incluso la capacidad de cuidar y hacer un esfuerzo ha sido un regalo. Estamos violando los primeros rudimentos de la verdad m�s cierta, cuando nos damos el cr�dito del �xito en la vida.

II Es desleal. Porque es Dios quien nos da el poder de obtener riqueza. Le debemos todo lo que tenemos a su generosidad, e incluso el aliento que extraemos, a su incesante cuidado. Las leyes en las que nos hemos basado para traer prosperidad han sido creadas por Dios. Y para que una criatura se arroje sobre los dones del Creador, �qui�n puede exponer adecuadamente tal injusticia al Cielo alto?

III. Es desagradecido. Porque, como si no fuera suficiente que el Alt�simo tenga que soportar todas nuestras faltas sin cesar, �no es maravillosamente ingrato que las criaturas que hubieran sido cortadas hace mucho tiempo, excepto por el sufrimiento de Dios, se enorgullecieran de s� mismas? �Las habilidades que han estado en tal tolerancia continuaron con ellos?

IV. ES M�S PELIGROSO EN SUS EFECTOS. Para ella se enorgullece el orgullo, en lugar de fomentar el agradecimiento. Genera ego�smo, congela la benevolencia y seguramente generar� una disposici�n codiciosa, tir�nica y arrogante, si no se lucha y se vence.

V. ES OFENSIVO A LA VISTA DE DIOS, ( Proverbios 6:16, Proverbios 6:17; Santiago 4:6; 1 Pedro 5:5. Dios se pone a s� mismo en conjunto contra el orgullo del coraz�n. �C�mo puede ser de otra manera? "�Qu� comuni�n tiene la luz con la oscuridad?" Dios morar� con el esp�ritu contrito y humilde, pero "el orgulloso que �l conoce de lejos".

VI. ES EL REVERSO DE LO QUE DIOS DISE�A. ( Deuteronomio 8:16.) Las variadas experiencias de la vida son un llamado de Dios a los hombres como seres morales, "para humillarlos y probarlos"; y si, a pesar de todo, alguien se atribuye el m�rito de su propia prosperidad, la intenci�n de Dios en su historia de vida se revierte.

VII. M�s pronto o m�s tarde traer� humillaci�n y sufrimiento, ( Proverbios 29:23.) Una y otra vez nuestro Salvador tambi�n establece este principio, que el orgullo expone a mucha verg�enza ( Mateo 23:12; Lucas 14:11; Lucas 18:14). No nos corresponde a nosotros decir, en ning�n caso individual, de qu� forma vendr� la degradaci�n o la decepci�n. Pero ven, lo har�. Puede ser de una o m�s de las siguientes formas:

1. Por la eliminaci�n de la riqueza que se gan�, y una repentina ca�da de la prosperidad a la adversidad. �Es triste cuando los hombres tienen que separarse de todo antes de que aprendan que Dios lo dio todo!

2. Al privar a los hombres de cualquier poder adicional para atender las preocupaciones mundanas, es posible que tengan que ver su total impotencia sin Dios.

3. Al tratar con el esp�ritu en el horno de la tribulaci�n, Dios puede quemar gentilmente el orgullo y eliminar la corrupci�n. Pero el proceso es excelente, incluso aqu�. Se est� salvando, "a�n as� como por fuego". A�n as�, es mejor ser guardado, incluso as�, cuesta lo que puede ( 1 Corintios 3:18). Solamente cuando Dios logra "humillarnos", puede hacernos bien "en el �ltimo extremo".

4. Si, despu�s de todas las advertencias, ense�anzas y esfuerzos, la voz de Dios a�n no se escucha, y el orgullo se alza contra �l, considerar� al orgulloso como "la paja que el viento aleja". Y, �oh, c�mo se marchitar� entonces esta autoelaci�n (ver Isa�as 2:10)! Dios no dar� su gloria a otro ( 1 Samuel 2:30; Malaqu�as 4:1). �Qu� inversi�n de posici�n presenciar� ese d�a! Lo que el mundo calific� como "gran riqueza" quedar� en nada, y el "rico" estar� en bancarrota por la eternidad; mientras que aquellos en humildad de esp�ritu han recibido afortunadamente el menor de los dones de Dios, lo tendr�n como su "gran recompensa". A tal �l dir�: "�Amigo, sube m�s alto!"

Deuteronomio 8:19, Deuteronomio 8:20

(Ver Homil�tica: Deuteronomio 28:1.)

HOMILIAS DE D. DAVIES

Deuteronomio 8:1

Los usos morales de la memoria.

La memoria del hombre ejerce una poderosa influencia sobre su historia y su destino. Sin memoria, el hombre ser�a en conjunto otro ser. El recuerdo del pasado es una gu�a, o un faro, para el futuro. La palabra clave de este pasaje es "todo:" "todo el camino"; "cada palabra;" "todos los mandamientos".

I. EL ALCANCE DE LA MEMORIA. "Todo el camino que el Se�or tu Dios te ha guiado".

1. Recuerda tus necesidades: cu�ntas, qu� diversas, qu� urgente. Nuestra dependencia horaria de la sustancia material para la alimentaci�n, y de un Poder m�s all� de nosotros mismos, debe hacernos profundamente humildes. �Hay un ocupante de este globo tan lleno de necesidad de muchos tipos como el hombre?

2. Recuerda tus peligros especiales. Cada hombre tiene sus peligros particulares, como lo tuvieron los hebreos en el desierto: peligros derivados de circunstancias externas, tentaciones morales, poderes malvados, defectos y enfermedades personales, vocaci�n distintiva.

3. Recuerda los suministros adecuados de Dios. Sus necesidades en el desierto eran �nicas y sin precedentes; Sin embargo, Dios estaba preparado para cada emergencia. Estaba abierto a �l, ya sea para disminuir la necesidad, o para instituir nuevos m�todos de suministro. �Qu� pasa si el suelo arenoso se niega a producir una cosecha? Puede destilar una cosecha del aire h�medo. �Qu� pasar�a si el lino quisiera como un material para fabricar ropa! Puede mantener, por voluntad, el progreso de la descomposici�n y el desgaste. �Qu� pasa si los viajes tienden a da�ar y ampollar los pies? Puede hacer que la piel sea duradera como el hierro y el lat�n. Habr� bendiciones especiales para necesidades especiales. La historia de cada hombre es m�s o menos especial. Cada punto de nuestra historia pasada est� lleno de huellas de Dios. Colocado bajo el microscopio de la memoria piadosa, cada �tomo produce lecciones sorprendentes, verdades brillantes.

II LOS USOS MORALES DE LA MEMORIA. Pueden resumirse bajo una sola cabeza, a saber. percibir que Dios estaba en cada evento, que cada palabra de Dios es una fuerza para dar vida.

1. Una tranquila revisi�n del pasado descubre el prop�sito moral que Dios ha tenido a la vista. Como cuando un hombre se encuentra en medio de una maquinaria complicada, se siente ensordecido por el rugido y desconcertado por los m�ltiples movimientos, por lo que no puede detectar el fin definitivo al que sirve esa m�quina. Para encubrir ese conocimiento, debe alejarse y observar con un vistazo el efecto del todo. Entonces, en medio del torbellino y la emoci�n de los eventos que pasan, no discernimos el prop�sito definido que Dios tiene en mente. Debemos obtener una vista panor�mica desde una nueva elevaci�n. Reducir el orgullo del coraz�n del hombre, persuadirlo de que Dios gobierna, son prop�sitos loables de las direcciones divinas.

2. El recuerdo del pasado exhibe las disciplinas paternas de Dios. La ternura y la severidad mezcladas son visibles en los tratos de Dios. Ahora podemos ver que ten�amos el sol de su favor cuando mantuvimos el camino de la obediencia, y que tan a menudo como nos desviamos, la vara de su indignaci�n ca�a. Ahora podemos ver la semejanza entre el trato que Dios nos hace y el trato paternal de nuestros hijos. La disciplina fiel es mejor en todos los sentidos que la tonta afici�n.

3. La memoria les revel� el hecho de que Dios estaba haciendo en sus vidas un gran experimento. Las vicisitudes y las dificultades y las sorprendentes liberaciones en el desierto ahora se ve�an como pruebas, por las cuales Dios descubrir�a si la gente era digna de Cana�n, competente para ser el depositario de su verdad. El objetivo era probarlos, si se les pod�a confiar esta misi�n divina. Entonces, la vida de cada hombre es el experimento de Dios. La pregunta a resolver en cada una de nuestras vidas es esta: "�Somos dignos de un lugar en el reino eterno de Dios?" Dios hace todo lo posible para que este experimento sea exitoso.

4. Una revisi�n del pasado sirve para mostrar que el hombre tiene una vida m�s noble que la del cuerpo. El prop�sito principal por el cual los hebreos hab�an sido alimentados durante cuarenta a�os con man� fue este, a saber. para demostrar que nuestro bienestar no depende de cosas materiales. El hombre vive no de pan, sino de la palabra Divina. Incluso el pan mismo es un producto de la palabra de Dios. Todos los procesos de masticaci�n, digesti�n, asimilaci�n, son los efectos del comando Divino. Toda nuestra vida se nutre de la palabra de Dios. La obediencia pr�ctica es para la vida del alma lo que la digesti�n es para la vida del cuerpo. "Mi carne y bebida es hacer la voluntad de mi Padre en el cielo".

III. LOS EFECTOS BENEFICIOSOS DE UNA MEMORIA DEBUTAMENTE EJERCITADA. Si recordamos "todo el camino", sus sutiles y complejos vueltas, y el fiel liderazgo de nuestra Gu�a; si apreciamos el valor vital de "cada palabra" de Jehov�; De ahora en adelante resolveremos guardar "todos sus mandamientos".

1. El recuerdo excitar� la gratitud. Nuestra gratitud es en gran medida deficiente, porque no consideramos ni reflexionamos. Si la memoria cumplir� bien su oficio al suministrar combustible para el altar del coraz�n, la llama del amor arder� con un resplandor m�s constante.

2. El recuerdo de los favores divinos nos convencer� de que los intereses de Dios y los nuestros son id�nticos. El efecto natural del pecado es persuadirnos de que Dios es nuestro enemigo. Decimos: "Ap�rtate de nosotros". Pero, cuando con mente imparcial meditamos sobre las pruebas de la bondad de Dios, cedemos ante la evidencia de que �l es un verdadero amigo. La experiencia nos ense�a que es nuestro inter�s obedecer.

3. El recuerdo de favores pasados ??ayuda a las operaciones de conciencia. La conciencia se endurece antes de quedar ciega. Todo lo que mantiene vivo el sentimiento en la conciencia beneficia al hombre completo. Si hay luz y vida en la conciencia de un hombre, �l dir� resueltamente: "No debo pecar. Temer� a Dios y guardar� sus mandamientos".

4. El recuerdo v�vido de la bondad pasada de Dios es un incentivo vigoroso para la obediencia. Un sentido de obligaci�n por el pasado no puede expresarse completamente, excepto en actos de obediencia cordial. Cuando nos damos cuenta plenamente de que cada uno de nuestros pasos ha estado bajo la gu�a de Dios, que todo lo bueno ha salido de la mano de nuestro Padre y que cada palabra suya est� facultada para darnos una vida alegre, entonces nos vemos obligados a decir: "Todo eso el Se�or nos manda que hagamos ". - D.

Deuteronomio 8:7-5

Riqueza peligrosa para la piedad.

La pol�tica de Dios en el gobierno de los hombres es ganar con la bondad pr�diga. Nunca se ha encontrado una parsimonia grosera con �l; todo lo contrario. Un ojo abierto descubre la munificencia generalizada: un banquete real. El presente es solo una muestra del futuro. La herencia completa es siempre el objeto de la esperanza. Los hijos de un rey tienen grandes expectativas. Este pasaje contiene:

I. UNA INSTANCIA NOTABLE DE MUNIFICACI�N DIVINA.

1. La herencia de Israel era una "buena tierra". Tanto el clima como el suelo eran adecuados para cada variedad de producci�n natural. Las frutas del norte, y las frutas de los tr�picos, podr�an encontrar un hogar all�. Hab�an pasado �pocas in�ditas, durante las cuales Dios hab�a estado preparando lentamente esa tierra para Israel y almacen�ndola con elementos de fertilidad y riqueza de minerales.

2. Otros hab�an sido empleados para traer la tierra virgen a la cultura. El trabajo duro m�s duro y menos rentable se ha logrado. La casa de Israel ya estaba bien amueblada, como cuando un novio trae a casa a su novia.

3. Hab�a toda variedad de disposiciones. Esto engendr� una previsi�n reflexiva y un afecto tierno. Ning�n bien necesario hab�a sido pasado por alto. El Creador ben�fico hab�a provisto, no solo lo necesario para la vida, sino todo lujo. Todo lo que pudiera complacer al paladar, gratificar un sabor o vigorizar la salud, estaba all�. Estas eran im�genes del bien celestial; porque hasta ahora la gente no pod�a apreciar los tesoros imperecederos de la tierra espiritual.

4. Esta herencia no fue comprada ni reservada. Los hizo, en cuerpo y alma, deudores de Dios. Si hubieran preferido comprarlo con dinero, no tendr�an nada propio; no pudieron crear el medio de trueque. No lo hab�an obtenido por el m�rito de la obediencia. Eran los destinatarios de distinguidos favores: pensionistas de la generosidad divina. Si se dice que obtuvieron la tierra por derecho de conquista, debe decirse que el Se�or les hab�a dado la victoria. La batalla fue del Se�or. Aqu� Dios dise�� para conquistar sus esp�ritus orgullosos por la generosidad de su amor.

5. Esta herencia no fue el final. Dios ten�a prop�sitos ulteriores del bien a�n m�s all�, hacia la comprensi�n de que esto era un trampol�n. Su siguiente dise�o fue "establecer su pacto con ellos". En la actualidad, estaban cosechando el fruto de la fe de sus padres. Esta fue una recompensa por la piedad de Abraham. Si debieran demostrar ser fieles, tambi�n deber�an ser promovidos a cosas superiores. Cana�n no era un hogar, sino una escuela.

II EL PASAJE CONTIENE CONSEJO VALIOSO. Los consejos de la sabidur�a venerable y de ojos claros son m�s preciosos que las perlas.

1. El abogado prescribe un recuerdo agradecido. Habiendo recibido una amabilidad tan desmedida, ser�a la peor villan�a olvidar al Dador. Sobre la roca hundida de la ingratitud se alza un faro triple: "�Cuidado!" Dele a este arrecife asesino un amplio espacio marino. Aqu� muchas naves galantes se han hecho pedazos.

2. El abogado dirige el recuento adecuado. "�Bendecir�s al Se�or tu Dios!" �Pero puede el hombre conferir alguna bendici�n a su Hacedor? �Podemos aumentar la riqueza o el disfrute de Dios? En cierto sentido podemos. Las disposiciones son aceptadas como hechos. Si no estamos dispuestos a dar a Dios todo lo que tenemos, nuestros corazones son b�sicos. Podemos traerle la riqueza de nuestro amor. Podemos traerle la m�sica de nuestra alabanza. Podemos traerle la devoci�n de nuestras vidas. �Su voz nos susurra desde el cielo: "Est� bien que est� en tu coraz�n?" �Huele el dulce sabor de nuestro sacrificio?

3. El consejo incluye obediencia pr�ctica. La obediencia, si es genuina, ser� completa. Abrazar� cada comando conocido. Si observamos algunos mandamientos, y descuidamos conscientemente otros, esto no es obediencia; simplemente estamos haciendo nuestra propia voluntad. Ya sea que percibamos el motivo del mandato o no, lo honraremos como la voluntad del Se�or, como nuestro Se�or mismo. No importa los costos de cumplimiento, lo daremos. No debemos razonar por qu�. La verdadera obediencia es sincera, completa, perpetua.

III. ESTE PASAJE INDICA PELIGROS INMINENTES.

1. La riqueza a menudo conduce a la indulgencia carnal. Con la abundancia en nuestra posesi�n, es m�s f�cil satisfacer los apetitos que negarlos. Sin embargo, la vida superior solo puede desarrollarse a expensas de la inferior. "La carne y la sangre no pueden heredar el reino".

2. La riqueza genera orgullo autosuficiente. Sirve para debilitar nuestro sentido de dependencia de Dios. Cuando desde nuestras tiendas visibles se puede satisfacer cada necesidad sentida, somos propensos a olvidar al Donante invisible. La mayor�a de los hombres bien pueden agradecer a Dios que las tentaciones de la riqueza no habitan bajo sus techos. "�Cu�n dif�cilmente entrar�n en el reino de Dios los que tienen riquezas!" En la cama caliente de la riqueza, la flor de la dulce humildad no prospera.

3. La riqueza pierde de vista su propio origen. Tiene poca memoria para las obligaciones. El millonario pronto olvida los d�as de pobreza y lucha, olvida el amigo que lo socorri� en su extremidad, patea la escalera por la cual se levant�. Las riquezas naturalmente gravan y sofocan la llama del sentimiento religioso.

4. Las riquezas engendran en nosotros una falsa confianza. Como Nabucodonosor, decimos: "�No es esta la gran Babilonia que he construido?" Encontramos un delicioso placer al escuchar nuestra propia habilidad y sagacidad alabados. La marea de los sentimientos naturales se inclina fuertemente hacia la autoconfianza.

5. Las riquezas tienden hacia la idolatr�a. En los d�as de pobreza no objetamos ser contados en singular; pero en tiempos de riqueza aspiramos a hacer lo que otros hacen. Es arduo tener que pensar por uno mismo, confiar en los propios juicios, seguir un curso que los hombres ridiculicen. Si otros inclinan al payaso ante su propia red o cr�an a un �dolo popular, nosotros tambi�n debemos postrarnos y adorarlo. La riqueza nos ha dado prominencia, nos ha colocado en lo alto y no debemos arriesgar nuestra nueva reputaci�n. Es m�s f�cil derivar con la corriente que detenerla.

6. La justicia, con sus equilibrios y espada, siempre est� cerca. Ning�n hombre puede defraudar a Dios. Si los amorreos fueron expulsados ??de la tierra porque se hab�an convertido en id�latras flagrantes, tambi�n lo har�n los israelitas si se convierten en devotos de los �dolos. Cuando los hebreos conquistaron a los cananeos, los asirios tambi�n vencieron a los hebreos. Una ley prevalecer� para todos. Si no hemos sido abrumados en un desastre, otro ministro de justicia nos puede adelantar repentinamente. El pecado dar� sus propios frutos. Cada naci�n y cada individuo "ir�n a su propio lugar". Desde la cima de la magnificencia terrenal hasta el pozo m�s bajo de miseria, a menudo hay un solo paso. "Vi", dice Bunyan, "que hab�a un camino al infierno, incluso desde la puerta de la ciudad celestial". "No seas de mente alta, sino miedo". Las riquezas hacen un descenso resbaladizo a la ruina.

HOMILIAS POR J. ORR

Deuteronomio 8:2

Los usos de la adversidad.

Es una gran cuesti�n cuando en cualquier experiencia de la vida podemos leer el prop�sito Divino al llevarnos a trav�s de �l. El orador en estos vers�culos despliega el dise�o y las lecciones de la disciplina salvaje. Nuestro Se�or, en la tentaci�n, encontr� una aplicaci�n para s� mismo ( Mateo 4:4). Todo creyente encontrar� lo mismo en temporadas de adversidad.

I. ADVERSIDAD UNA ORDENANZA DIVINA. ( Deuteronomio 8:2.)

1. Divinamente enviado. "El Se�or tu Dios te gui�" (cf. Mateo 4:1). Jes�s condujo del Esp�ritu al desierto. La adversidad puede venir a trav�s de leyes naturales, como resultado necesario del pecado o la locura; aun as� es de la ordenanza de Dios, la expresi�n punitiva de su voluntad. Pero la adversidad no es necesariamente punitiva. El mejor hombre que vive puede ser llevado a una situaci�n de aflicci�n, de la cual sus propias acciones no son las causas m�s importantes ( Job 1:1; Job 2:1). Es Dios quien lo ha "guiado" hacia all� con alg�n prop�sito propio.

2. La duraci�n de la cual est� divinamente determinada: "estos cuarenta a�os". Dios marca para nosotros el t�rmino de nuestras pruebas. Jes�s estuvo "cuarenta d�as" sin pan ( Mateo 4:2).

II LOS GRACIOSOS USOS DE LA ADVERSIDAD. La de los israelitas fue dise�ada:

1. Para humillarlos. Su objetivo era destruir el esp�ritu de autodependencia, del cual proviene el orgullo y la arrogancia ( Deuteronomio 8:17, Deuteronomio 8:18). Les hizo sentir cu�n absolutamente depend�an para todo de Dios; les ense�� c�mo a cada paso depend�an de su voluntad.

2. Ense�arles confianza. La fe es confiar en un Poder Divino que trabaja para nosotros y en nosotros. "�Qu� comeremos? �Qu� beberemos? �Con qu� nos vestiremos?" La fe no puede decirlo, pero espera el tiempo de Dios y la forma de proveer de Dios, confiando en que a su manera �l proveer�. Esta fue la actitud de Cristo en el desierto ( Mateo 4:4).

3. Para probar la obediencia. La adversidad act�a como una prueba de la disposici�n. El fin de la disciplina de Dios es sacar a la luz l�neas ocultas de car�cter y avanzar la vida a una crisis. Nos ata a la determinaci�n moral. �Obedeceremos a Dios o no? La generaci�n m�s joven de Israel, cualesquiera que fuesen sus defectos, demostr� por su conducta en ese momento y despu�s ( Josu� 24:31) que la disciplina del desierto no hab�a tenido buenos resultados.

III. DIOS EST� CON NOSOTROS EN ADVERSIDAD. Aunque el pan fall�, Dios los aliment� con man� ( Deuteronomio 8:3). Se suplieron todos sus deseos. Jes�s nos ense�a a confiar en el Padre para el suministro de todas nuestras necesidades ( Mateo 3:1, 34). Su propia confianza, reivindicada en la negativa a convertir las piedras en pan, fue recompensada por los �ngeles que le serv�an ( Mateo 4:11). �l "comi� comida de �ngeles" (Salmo 78:25). Nuestras necesidades no son suplidas por milagro, sino por providencia, que es lo suficientemente suficiente como para proveernos en todos los casos ordinarios.J.O.

Deuteronomio 8:3

No pan, sino la Palabra de Dios.

La lecci�n del man� se reuni� en una oraci�n concisa. Nos ense�a

I. VER A DIOS EN CAUSAS SECUNDARIAS. La Palabra de Dios es tan verdaderamente el principio creativo y nutritivo en el pan ordinario como lo fue en el suministro extraordinario de man�. No es pan, como algo que subsiste independientemente, sino pan como producto del poder Divino, y como poseedor de las propiedades que la Palabra de Dios le imparte y sostiene, que es el bast�n de la vida y el objeto de nuestras oraciones ( Mateo 6:11).

II CREER EN DIOS QUE ACT�A SOBRE LA NATURALEZA TAMBI�N COMO EN ELLA. Si Dios quiere que la vida sea sostenida, puede sostenerla de otras maneras que no sean pan. No est� atado a un conjunto de medios. �l puede actuar, si le agrada, independientemente de los medios, la palabra creativa es suficiente para sostener. Este es el significado directo del texto, y una parte del significado de la respuesta de Cristo al tentador ( Mateo 4:4).

III. PARA RECONOCER EN EL HOMBRE LA EXISTENCIA DE UNA VIDA SUPERIOR A LA F�SICA. Lo f�sico no es lo m�s alto en nosotros. No vivimos solo de pan. Una vida superior se encuentra en depender de la Palabra de Dios, en obedecerla y en acatarla, cualesquiera que sean las consecuencias inmediatas. Es posible que deba renunciar a la vida inferior para que se pueda salvar la superior ( Mateo 16:25). J.O.

Deuteronomio 8:5

Dios el castigador.

I. EL CHASTISMO ES UNA NECESIDAD DE NUESTRA NATURALEZA MORAL. No es un padre sabio que ahorra la vara cuando el bien del ni�o requiere que se administre el castigo. Si fracasan los m�todos m�s suaves, el hijo ingrato debe ser castigado, se lo merece. El necesita la disciplina. Act�a sanamente sobre �l, despertando la conciencia, engendrando respeto por la autoridad paterna, disuadiendo del mal, conduciendo probablemente a la penitencia y la sumisi�n.

II EL CASTIGO ES UNA PARTE ESENCIAL DEL TRATAMIENTO DE DIOS DE SUS HIJOS. Sus castigos proceden del amor ( Hebreos 12:6). Est�n sabiamente distribuidos y siempre son para nuestro beneficio ( Hebreos 12:10). Dios puede soportar castigar. No permitir� que nuestras fallas pasen. Nos har� sentir cuando hacemos algo malo, cerr�ndonos el camino y coloc�ndonos franjas sobre nosotros. Los hijos de Dios tienen el consuelo de saber que est�n as� en la mano de un Padre, y que en todo lo que sufren est�n siendo castigados por el amor y la sabidur�a infalibles.

III. EL CASTIGO ES UNA PARTE DE LA DISCIPLINA DE DIOS DE NOSOTROS POR LA CUAL DEBEMOS SER AGRADECIDOS. No murmurando, sino someti�ndose a ello. Sin este castigo:

1. �Cu�n olvidadizo de Dios nos volver�amos pronto!

2. �Qu� arrogante y obstinado!

3. �Qu� dilatorio en el deber! �J.O.

Deuteronomio 8:7-5

La buena tierra

I. UNA TIERRA DE GRANDES VENTAJAS NATURALES: una posesi�n rica. Madera, agua, metales, un suelo f�rtil, buen pastoreo, miel en las hendiduras de las rocas, etc. ( Deuteronomio 11:11, Deuteronomio 11:12; Deuteronomio 33:13-5 , Deuteronomio 33:19, Deuteronomio 33:25). El Dr. Dykes comenta que une, como ning�n otro, las dos condiciones indispensables de posici�n central y sin embargo de aislamiento, y se�ala que pocas regiones ofrecen tan pocas tentaciones para corromper la simplicidad de sus habitantes, o mejores instalaciones para la defensa de sus libertades ('Abraham,' Deuteronomio 3:1.). Una herencia a�n m�s rica espera al cristiano, quien es llevado a trav�s del fuego y el agua de la tribulaci�n a "un lugar rico" (Sal 66:12; 2 Corintios 4:17, 2 Corintios 4:18; Hebreos 11:16; 1 Pedro 1:4).

II UNA TIERRA DE GRAN PLACER EXTERIOR: una hermosa posesi�n. El orador se detiene en detalles cautivadores sobre las caracter�sticas de su belleza: sus colinas y valles, rebosantes de manantiales y hendiduras con innumerables cursos de agua; pintoresco en su paisaje, ricamente cultivado, diversificado en sus producciones naturales; combinando con sus bellezas agr�colas y pastorales las gracias de la pendiente cubierta de vi�as, del jard�n de olivos, de huertos de frutas deliciosas. Un tipo de la tierra m�s justa m�s all�: el Cana�n de los cielos.

III. UNA TIERRA DE MUCHO AGOTAMIENTO: una posesi�n satisfactoria. "Come pan sin escasez", etc. ( Deuteronomio 8:9). Dios no se avergonz� de ser llamado su Dios, habi�ndoles provisto una posesi�n tan rica. Sin embargo, �cu�n pobres fueron sus satisfacciones en comparaci�n con las que esperan a los creyentes ( Apocalipsis 21:4)!

La tierra les fue dada en cumplimiento de la promesa; por su posesi�n Dios los hab�a estado preparando en el desierto; y la agudeza de la experiencia del desierto hizo que el descanso y las delicias fueran m�s dulces cuando llegaron. "Los ensayos hacen que la promesa sea dulce". etc.�J.O.

Deuteronomio 8:10-5

Los peligros de la riqueza.

I. LA RIQUEZA ES PELIGROSA SIN LA FORMACI�N ANTERIOR DE LA ADVERSIDAD. Aquellos que, acunados en el regazo del lujo, nunca han conocido la lucha y la dificultad, rara vez son personas de disposici�n mansa, humilde y castigada. Como rara vez son aquellos cuyos esquemas han sido tan pr�speros como para dar color al pensamiento: "Mi poder y el poder de mi mano me han tra�do esta riqueza". La primera clase carece de fibra moral, rara vez es competente para lidiar con los problemas de la vida seria, evitar la acci�n y, en consecuencia, caer presa f�cil de las tentaciones de su riqueza. Los otros son audaces, atrevidos, autosuficientes y superiores a las consideraciones religiosas. Renuncian a Dios aparte de sus planes y esquemas ("No necesito esa hip�tesis") y se niegan a adorarlo, honrarlo, rezarle o servirlo. La adversidad, en cierta medida, tiende a corregir estas fallas. Ense�a humildad y dependencia, prueba el coraz�n y lo transforma en h�bitos que le permiten usar la riqueza correctamente.

II LA RIQUEZA ES PELIGROSA, INCLUSO CON LA FORMACI�N DE LA ADVERSIDAD, A MENOS QUE SE HAN MEJORADO LAS LECCIONES DE ADVERSIDAD. La adversidad, desafortunadamente, no siempre produce en los corazones de los hombres los efectos saludables que la filosof�a le asigna. Puede endurecerse en lugar de suavizarse y someterse. Multitudes lo atraviesan y ninguno es mejor. Son inflexibles, poco sumisos, impenitentes. Se vuelven amargos de esp�ritu y acusan al Dios del cielo. En tal caso, el retorno de la prosperidad, o el regalo de la misma, no es una bendici�n. El coraz�n se vuelve m�s arrogante que nunca, y Dios es desafiado ( Abd�as 1:3, Abd�as 1:4). Es una pregunta seria para una naci�n plantearse, despu�s de pasar por un per�odo de adversidad, �es moralmente mejor para sus sufrimientos? Porque, si no, el avivamiento de la prosperidad significar� solo el avivamiento de las viejas locuras, extravagancias e inflaciones, las mismas cosas que anteriormente llevaron a Dios a poner su ce�o fruncido.

III. HAY UN PELIGRO, CUANDO VIENE LA RIQUEZA, DE LAS LECCIONES APRENDIDAS EN LA ADVERSIDAD QUE SE OLVIDAN DE NUEVO. Este es el peligro peculiar aprehendido en el texto. La riqueza tiene una influencia tan sutil y cautivadora que aleja los afectos tan sigilosamente de Dios, que no hay que comparar la tentaci�n con la insidiosa. Un triple peligro:

1. La euforia indebida del coraz�n.

2. El olvido de Dios.

3. Un esp�ritu de autosuficiencia y auto glorificaci�n.

La prevenci�n radica en el cultivo de un esp�ritu agradecido ( Deuteronomio 8:10), y en el recuerdo de que el poder de obtener riqueza no es de nosotros mismos, sino de Dios ( Deuteronomio 8:18). Esta es la ra�z del error en el asunto: detenerse en causas secundarias, poner la naturaleza y las leyes de la naturaleza, o nuestra propia sabidur�a, energ�a y previsi�n, en lugar de aquel sin el cual no podr�amos pensar, mover un m�sculo o transportar hasta completar uno de nuestros prop�sitos. El mejor preventivo de todos es la acumulaci�n de tesoros en el cielo; porque, "donde est� tu tesoro, all� estar� tambi�n tu coraz�n" ( Mateo 6:19) .� J.O.

Deuteronomio 8:10

La bendici�n de un esp�ritu agradecido.

I. UN ESP�RITU GRACIAS CONSERVA LAS BENDICIONES DEL R�PIDO. Se remonta a los tratos de Dios con �l. Mantiene vivo el recuerdo de su bondad. Se deleita en contar las bendiciones que ha recibido (Salmo 40:5). En ella, la fuente de la gratitud nunca puede congelarse, porque las fuentes fluyen diariamente de un coraz�n c�lido (Salmo 103:1).

II UN ESP�RITU GRACIAS NOS PERMITE USAR CORRECTAMENTE LAS BENDICIONES DEL PRESENTE. Protege contra la euforia pecaminosa, contra la autosuficiencia orgullosa. Nos impide olvidar de d�nde fluyen nuestras bendiciones. Por un sentido de la bondad de Dios que se renueva diariamente, hace que el coraz�n sea amable y comprensivo, sensible a las necesidades y los problemas de los dem�s. El esp�ritu se suaviza y endulza. Bajo adversidad, conduce a la resignaci�n y la alegr�a.

III. UN ESP�RITU GRACIAS NOS AYUDA A ORAR POR BENDICIONES EN EL FUTURO. De ah� la regla de que la oraci�n debe ir acompa�ada de acciones de gracias ( Efesios 5:20; Colosenses 3:15; Filipenses 4:6). El D�a de Acci�n de Gracias fortalece la fe, nos alienta, nos permite orar con la debida sumisi�n a la voluntad de Dios, nos prepara para la recepci�n de las bendiciones que buscamos. Sin agradecimiento por misericordias pasadas, es imposible orar correctamente por las futuras.

Deuteronomio 8:16

Bueno en este �ltimo extremo.

I. LA DISCIPLINA DE DIOS DE NOSOTROS NO ES SIN SU FIN. Ning�n hombre, incluso, cuya acci�n tiene alg�n significado, pero tiene un fin en lo que hace. Se puede alegar que la acci�n de Dios tiene en cuenta a los hombres solo en la misa; que desde ese punto de vista su acci�n tiene un fin; pero que un prop�sito especial no es rastreable en sus tratos con individuos. La filosof�a m�s verdadera ve el prop�sito en todas partes. El alma individual es de inter�s para Dios. �l lo considera digno de ser un fin en s� mismo. Aunque subordinado al bien general, da forma a su providencia con miras a su bienestar individual ( Mateo 10:29). Por-

II LA DISCIPLINA DE DIOS DE NOSOTROS DEBE VOLVER A NUESTRA VENTAJA DEFINITIVA. "Para hacerte bien en tu �ltimo fin". El objeto inmediato de la disciplina de Dios es formar el car�cter; para crear y desarrollar amor, confianza y obediencia; desarraigar las malas disposiciones; para romper la voluntad propia y la autodependencia. El fin �ltimo es el servicio y la bendici�n del cielo. Puede haber alg�n servicio para el cual Dios nos est� preparando en la tierra, alguna posesi�n que desea darnos, cierta confianza que est� a punto de depositar en nosotros. Pero el cielo es el objetivo de todos ( 2 Corintios 4:17; 1 Pedro 1:7; Apocalipsis 3:10; Apocalipsis 7:13).

III. EL FIN DE LA DISCIPLINA DE DIOS DE NOSOTROS NO SE VER� TOTALMENTE HASTA EL ALCANCE. Hasta entonces, nuestro deber es hacer el trabajo actual y mejorar mediante la capacitaci�n actual. � J.O.

HOMILIAS POR R.M. EDGAR

Deuteronomio 8:1

Las lecciones del desierto.

Mois�s aqu� recuerda las direcciones de Dios en el desierto, para la advertencia e instrucci�n de los israelitas. Y nos ense�an, seguramente, lecciones como estas:

I. EL CAMINO DE LA SALVACI�N ES TAMBI�N UNO DE HUMILLACI�N �. Este es, de hecho, el plan de Dios, "ocultar el orgullo de nosotros". El camino de salvaci�n a trav�s de Cristo es humillante. Somos probados por �l y hechos para ver lo que hay en nuestro coraz�n.

II AL MISMO TIEMPO, ES UNA MANERA DE MARAVILLOSA MISERICORDIA. Porque Dios suple nuestros deseos y nos sostiene de una manera verdaderamente maravillosa, como los israelitas en el desierto. As�-

1. El man� era ense�arles a depender de su palabra. Fue dado cuando estaban hambrientos y desesperados; fue dado diariamente; su �nica garant�a de continuidad era la promesa de Dios; por lo tanto, todo era cumplirlas dependiendo de su palabra segura. Y la disciplina de la vida nos lleva a la misma persuasi�n de que el hombre debe vivir de la promesa que sale de la boca de Dios (cf. Mateo 4:4). Nuestro Salvador venci� la insinuaci�n de Satan�s de que debe usar su poder milagroso o perecer, resolviendo continuar confiando en Dios.

2. La vestimenta no se hizo vieja, para fortalecer a�n m�s su confianza. Fue un arreglo maravilloso que les permiti� llevar cuarenta a�os en el desierto sin las mismas prendas. Debe haber sido buena ropa de telares egipcios. Pero despu�s de comenzar all� permaneci�, resistiendo el paso del tiempo. Cada israelita ten�a evidencia en su persona de una providencia particular.

3. Tampoco los peregrinos se volvieron dolor de pies. Sus pies no se hincharon. Se hicieron iguales a su viaje. El desierto no era demasiado duro para ellos. Su libertad de las molestias corporales debe haber sido una gran fuente de satisfacci�n y comodidad para ellos. De manera similar, Dios suple todas nuestras necesidades y nos capacita para nuestra peregrinaci�n.

III. LOS CASOS DE DIOS SON PATERNALES. As� fue con Israel en el desierto. Sufrieron a manos de Dios, pero era lo que los ni�os rebeldes pod�an esperar de un padre fiel. As� es con nosotros mismos (cf. Salmo 103:13; Hebreos 12:1). El dolor se vuelve bendecido cuando sabemos que el amor lo envi� con un prop�sito amable. Todos estamos en manos de un Padre en el cielo. �l trata con nosotros de acuerdo con su infinita sabidur�a y amor. Aprovechemos m�s que nunca las lecciones de este viaje por el desierto, y avancemos con la fuerza de Dios hacia el hogar eterno, aprovechando sus castigos en el camino.R.M.E.

Deuteronomio 8:7-5

Dios olvidado en medio de las segundas causas.

El apoyo del desierto fue manifiestamente milagroso. No pod�an dudar de su dependencia de Dios. Podr�an murmurar incluso en medio del milagro diario, pero no pod�an dudarlo. Ser�a diferente en Cana�n, y es en vista de esto que Mois�s les advierte. All� obtendr�an sustento de maneras ordinarias; y podr�an decir que su propio poder, y no la bendici�n de Dios, los hizo ricos.

I. HAY UNA TENDENCIA MUY GRANDE PARA OLVIDAR A DIOS EN MEDIO DEL ORDEN DE LA NATURALEZA. Se supone que Dios no tiene nada que hacer, porque obtenemos nuestros suministros a trav�s de "segundas causas" constantes. Pero Dios reclama reconocimiento cuando nos bendice a trav�s de canales ordinarios, as� como cuando nos bendice a trav�s de extraordinarios. El orden natural se debe a Dios o se arregl�. No tenemos credulidad suficiente para la �ltima hip�tesis, y debemos aceptar la primera.

II CUANDO DIOS NOS PIDE QUE SOMOS TRABAJADORES AMIGOS CON �L, NO SE DEBE ENGRASAR CON NUESTRO TRABAJO E IGNORARLO. En el desierto, Dios los aliment� de su propia mano, por as� decirlo. Pero en Cana�n los dirigi� a trabajar por su pan de cada d�a. Fueron criados de ser "alimentados con cuchara" para ser "compa�eros de trabajo". La tentaci�n en Canaan gas de pensar que su propia mano y poder hab�an producido la riqueza. Es lo mismo todav�a. De ser compa�eros de trabajo con Dios, los hombres, por el simple olvido de la plenitud, pasan a la ilusi�n de ser trabajadores �nicos. La vida es viable, piensan, sin Dios. El ate�smo es el principio subyacente a tal vida.

III. ESTA SANTA INDEPENDENCIA DEL ESP�RITU ES EL PRELUDO SEGURO DE LA DISMINUCI�N NACIONAL. No es la "autosuficiencia" nacional lo que sirve a un estado, sino la confianza nacional en Dios en el uso de los medios que �l ha designado. Las naciones que piensan que pueden seguir solas se quedan largas para hacerlo, y desiertas por Dios perecen. Los cananeos estaban ilustrando esto en su propio caso. Deber�an ser una advertencia para Israel. Viviendo sin Dios en el mundo, dependiendo de s� mismos, estaban a punto de ser retirados violentamente de sus ancestrales excrementos. Fue as� despu�s con Israel. Estaban como una naci�n borrada de la tierra donde hab�an sido puestos en libertad condicional. El cautiverio de las tribus de la tonelada fue terrible, como tambi�n lo fue el de Jud� y Benjam�n. Es contra esto que las naciones a�n deben protegerse. Dios no ser� ignorado. Si las naciones lo intentan, solo se borran a s� mismas. Las dinast�as moribundas y las naciones dispersas proclaman la existencia y la retribuci�n de Dios.

IV. �CU�N NECESITO, ENTONCES, RECONOCER LA MANO DE DIOS EN TODAS LAS COSAS! La procesi�n de la naturaleza, todo lo que es bello en las segundas causas, proviene de �l. Seguramente se le permitir� a la "Primera Causa" trabajar a trav�s de las "segundas causas" sin perder su derecho al reconocimiento y acci�n de gracias. Nuestros tiempos son en gran medida ateos, porque nuestro poco conocimiento de las causas secundarias nos brinda una ocupaci�n tan exigente que no tenemos gusto ni tiempo para ver la Primera Causa detr�s de todo y usar todo para su gloria. � R.M.E.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Deuteronomy 8". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/deuteronomy-8.html. 1897.
 
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