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Bible Commentaries
Ageo 2

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

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Versículos 1-23

EXPOSICI�N

Hageo 2:1

Parte II. LA SEGUNDA DIRECCI�N: LA GLORIA DEL NUEVO TEMPLO.

Hageo 2:1 - � 1. El profeta consuela a quienes se afligen por la pobreza comparativa del nuevo edificio con la seguridad de la protecci�n y el favor divinos.

Hageo 2:1

En el s�ptimo mes, en el vig�simo d�a del mes. El s�ptimo mes es Ethanim o Tisri, respondiendo a partes de septiembre y Ootober. El vig�simo primero fue el �ltimo y gran d�a de la Fiesta de los Tabern�culos ( Lev�tico 23:34, etc.), cuando era costumbre celebrar la recolecci�n de la cosecha. La naturaleza alegre de este festival fue tristemente estropeada en esta ocasi�n. Sus cultivos eran escasos, y lo hab�an hecho. ning�n templo en cuyas cortes puedan reunirse para pagar sus votos y ofrecer sus ofrendas de agradecimiento El edificio que hab�a comenzado a progresar un poco solo mostraba su pobreza. Todo tend�a a hacerlos contrastar el presente con el pasado. Pero Dios alivia misericordiosamente su desaliento con un nuevo mensaje. Por el profeta Hageo (ver nota en Hageo 1:1).

Hageo 2:2

Habla ahora con Zorobabel. El mensaje est� dirigido a los jefes de la naci�n, temporales y espirituales, y a todas las personas que han regresado (ver notas en Hageo 1:1 y Hageo 1:12).

Hageo 2:3

�Qui�n queda entre ustedes! etc. Es muy posible que haya algunas personas mayores presentes que hayan visto el templo de Salom�n. Muchos han pensado que Hageo mismo era del n�mero. Hace sesenta y ocho a�os que el templo fue destruido, y podemos creer que sus rasgos notables quedaron profundamente impresionados en las mentes de aquellos que, como ni�os o j�venes, lo hab�an amado y admirado. Ezra nos dice ( Esdras 3:12) que "muchos de los sacerdotes y levitas" [cuando se pusieron los cimientos por primera vez] y el jefe de los padres, que eran hombres antiguos, que hab�an visto la primera casa, ... lloraron con voz alta. "Esta casa. El profeta identifica el presente con el templo de Salom�n, como adaptado para los mismos prop�sitos, para llenar el mismo lugar en la vida nacional, construido en el mismo lugar sagrado, y en parte con los mismos materiales. A los ojos de los jud�os hab�a un solo templo, cualquiera que sea la fecha de su erecci�n o el valor comparativo de sus decoraciones y materiales. Primero, primero, como el vers�culo 9. �C�mo lo ves ahora? ( N�meros 13:18). �En qu� condici�n ves esta casa ahora? �No est� en tus ojos en comparaci�n con ella como nada? Las palabras," en comparaci�n con ella ", deben omitirse, como no lo requiere el idioma hebreo �No le parece a sus ojos como si no existiera? Si la orden de Ciro ( Esdras 1:3, etc.) se hubiera llevado a cabo, las dimensiones de la nueva t emple habr�a excedido los de los viejos; pero Zorobabel parece no haber podido, con los peque�os recursos a su disposici�n, ejecutar el dise�o original, aunque aun as� las proporciones no fueron muy inferiores a las del templo anterior. Pero la inferioridad principal radicaba en la ausencia del esplendor y el enriquecimiento con que Salom�n adornaba su edificio. El oro que hab�a prodigado en la casa ya no estaba disponible; las piedras preciosas no se pod�an tener. Adem�s. Estos defectos, los talmudistas cuentan cinco cosas que quieren en este segundo templo, a saber. el arca del pacto, con los querubines y el propiciatorio; el fuego sagrado la Shejin� el esp�ritu de profec�a; Urim y Thnmmim. Seg�n Josephus, era solo la mitad de la altura de los sesenta codos de Salom�n ('Ant.', 15:11, 1), y parece haber sido en muchos aspectos inferior al primer edificio ('Ant.', Esdras 4:2). Hecabaeus de Abdera da las dimensiones de los patios como quinientos pies de largo y cien codos de ancho (el doble del ancho del atrio del tabern�culo), y el tama�o del altar como veinte codos cuadrados y diez codos de alto.

Hageo 2:4

S� fuerte. Esto se repite tres veces por �nfasis. David dio la misma exhortaci�n a Salom�n antes de la construcci�n del primer templo ( 1 Cr�nicas 28:10; comp. Josu� 1:6, Josu� 1:7, Josu� 1:9). Hageo parece sugerir consuelo al pensar que tal advertencia era necesaria en ese momento y ahora cuando est�n tan deprimidos (comp. Zacar�as 8:9). Y trabajo; literalmente, y hacer; ???????: facite, la palabra se usa absolutamente, tan a menudo (camp. Isa�as 44:23; Am�s 3:6, y anote all�). Aqu� significa: "Trabaja con valent�a, termina lo que has comenzado". Estoy contigo (ver Hageo 1:13, y ten en cuenta all�). La conciencia de la presencia de Dios da confianza y fuerza.

Hageo 2:5

Seg�n la palabra que pact�. El hebreo es simplemente, "la palabra que yo", etc. Por lo tanto, algunos lo han conectado con el verbo "hacer" en el verso anterior, las palabras intermedias son par�ntesis. Pero no se pretende una orden judicial con respecto a la observaci�n del antiguo pacto, sino un mensaje consolador bajo el abatimiento actual. Otros lo toman con el verbo que dice: "la palabra y mi Esp�ritu permanecen entre ustedes". pero es mejor dejar la cl�usula de la manera abrupta en la que se introduce: "(Aqu� est�, aqu� est�) la palabra que pact� contigo". Si se proporciona algo, podr�amos insertar "Confirmar�". La promesa de la ayuda actual se confirma al recordar el antiguo pacto de Dios con Israel, que deber�an ser su pueblo peculiar y poseer el derecho de acceso a �l y un reclamo de su ayuda ( �xodo 19:5, �xodo 19:6; �xodo 29:45, �xodo 29:46; Deuteronomio 7:6; Jeremias 7:23). Esta cl�usula es completamente omitida por el mosaico Septuaginta. Entonces mi Esp�ritu permanece entre ustedes; Versi�n revisada, y mi Esp�ritu mora entre ustedes. Pero la cl�usula se refiere a la presencia de Dios entre ellos ahora, lo cual fue demostrado por las revelaciones hechas a los profetas, como Hageo y Zacar�as, y que se exhibe en su ordenaci�n providencial de eventos, la eliminaci�n de obst�culos, el avance de la buena obra. Wordsworth se�ala que "Cristo estaba con la Iglesia antigua en el desierto (ver 1 Corintios 10:9; Hebreos 11:26); y ahora, cuando la Palabra eterna se encarn�, y cuando el Esp�ritu Santo fue enviado para estar en medio del pueblo fiel de Dios, entonces esta profec�a se cumpli�. No tem�is. Si Dios est� por nosotros, �qui�n puede estar en contra de nosotros? ( Romanos 8:31; y comp. Zacar�as 4:6).

Hageo 2:6

� 2. El profeta, para reconciliar a la gente con el nuevo templo y tocarlos para valorarlo altamente, predice un tiempo futuro, cuando la gloria de esta casa exceder� por mucho la de Salom�n, adumbrando la era mesi�nica.

Hageo 2:6

Sin embargo, una vez es poco tiempo; ??? ????; Adhuc unum modicum est (Vulgate), El escritor de la Ep�stola a los Hebreos (12:26, ??27) cita y funda un argumento sobre esta interpretaci�n de la LXX. La expresi�n es equivalente a "una vez m�s dentro de poco tiempo". Voy a temblar, etc. Existe alguna diferencia de opini�n en cuanto a los eventos aqu� descritos. Todos, sin embargo, est�n de acuerdo en ver una alusi�n a la promulgaci�n de la Ley en el Monte Sina�, que estuvo acompa�ada de ciertas grandes conmociones f�sicas (ver �xodo 19:16; Salmo 68:7, Salmo 68:8), cuando, tambi�n, los egipcios fueron "sacudidos" por las plagas enviadas sobre ellos, y las naciones vecinas, Philistia, Edom, Moab, fueron golpeadas con terror ( �xodo 15:14: 16 ) Esta fue una gran perturbaci�n moral en el mundo pagano; El pr�ximo y �ltimo "temblor" ser� bajo la dispensaci�n mesi�nica para la cual la destrucci�n de los reinos paganos prepara el camino. Los israelitas pronto ver�an el comienzo de esta visita, p. en la ca�da de Babilonia, y de all� podr�a concluir que todo se lograr�a a su debido tiempo. El profeta llama a este intervalo "un momento" (que es a los ojos de Dios y en vista del vasto futuro), para consolar a las personas y ense�arles paciencia y confianza. La consumaci�n final y los pasos que conducen a ella en la visi�n del profeta se mezclan, al igual que nuestro Se�or combina su predicci�n sobre la destrucci�n de Jerusal�n con detalles relacionados con el fin del mundo. Las convulsiones f�sicas en el cielo y la tierra, etc. se habla de representaciones simb�licas de revoluciones pol�ticas, como se explica en el siguiente verso, "sacudir� a todas las naciones", y nuevamente en Hageo 2:21, Hageo 2:22. Otros profetas anuncian que el reinado del Mes�as ser� introducido por el derrocamiento o la conversi�n de las naciones paganas; por ejemplo, Isa�as 2:11, etc .; Isa�as 19:21, Isa�as 19:22; Daniel 2:44; Miqueas 5:9, etc.

Hageo 2:7

Todas las naciones ( Lucas 21:25, donde nuestro Se�or se refiere al fin de este mundo). Pero antes del primer advenimiento de Cristo hubo una sacudida general de los imperios. Persia cay�; El dominio de Alejandro se dividi� y gradualmente se hizo a�icos ante el poder de Roma; La misma Roma estaba desgarrada por las guerras civiles. La fe en el poder de los dioses nacionales se debilit� en todas partes, y los hombres estaban preparados para recibir la nueva revelaci�n de una Deidad Suprema, que vino a la tierra para ense�ar y salvar. Ahora se menciona el objeto o consecuencia de este temblor de las naciones. El deseo de todas las naciones vendr�. Esta es la representaci�n de los antiguos expositores jud�os, el Targum Chaldee y la Vulgata, que da, Veniet desideratus cunctis gentibus. Las palabras en mosaico en este caso apuntan a una persona, y esta persona no puede ser otra persona que el Messiaih a quien "todas las naciones anhelan consciente o inconscientemente, en quien solo todos los anhelos del coraz�n humano encuentran satisfacci�n" (Perowne). Pero hay dificultades para aceptar este punto de vista. La palabra traducida "el deseo" (chemdath) es singular, el verbo "vendr�" (bau) es plural, como si se dijera en lat�n, Venient desiderium omnium gentium. La LXX traduce, ???? ?? ??????? ?????? ??? ?????, "Las cosas elegidas [o 'porciones'] de todas las naciones vendr�n". El verbo plural parece fatal para la idea de una persona de la que se habla; ni esta objeci�n es respondida por la afirmaci�n del Dr. Pusey de que el objeto del deseo contiene muchos objetos de deseo, o el refinamiento del obispo Wordsworth, de que el Mes�as es considerado como un Ser colectivo, que contiene en su propia Persona las naturalezas de Dios y el hombre, y combinando los tres oficios de Profeta, Sacerdote y Rey. Todos deben ver que ambas explicaciones son forzadas y antinaturales, y se ajustan m�s a consideraciones teol�gicas que a una precisi�n gramatical. Chemdah se usa para "el objeto del deseo", como 2 Cr�nicas 32:27, donde se refiere a los tesoros de Ezequ�as, y 2 Cr�nicas 36:10, "los buenos vasos" del templo (comp. Jeremias 25:34; Nah�m 2:9). En ninguna parte se insin�a dado que es un nombre aplicado al Mes�as; en ninguna parte se ofrece tal explicaci�n del t�rmino as� aplicado. La palabra es com�n; su significado est� bien comprobado; y dif�cilmente podr�a haber sido entendido de otra manera que su aceptaci�n habitual sin alguna preparaci�n o definici�n adicional. Esta aceptaci�n se confirma con la menci�n de "el oro y la plata" en 2 Cr�nicas 36:8. La versi�n revisada corta el nudo al representar "lo deseable"; Perowne afirma que el verbo plural denota la multiplicidad y variedad de los dones. Esto parece apenas satisfactorio. �Puede no ser, como sugiere Knabenbauer, que "el deseo de todas las naciones" forma una noci�n, en la cual las palabras "todas las naciones" tienen una influencia predominante, y entonces el plural se produce por constructio ad sensum? El significado, entonces, es que todas las naciones con sus riquezas vienen, que los gentiles dedicar�n sus tesoros, sus poderes, lo que m�s valoren, al servicio de Dios. Esto es lo que se predice en otra parte (por ejemplo, Isa�as 55:5, Isa�as 55:11, Isa�as 55:13, 17), y se llama, metaf�ricamente, venir con tesoros al templo. Escuchar un futuro tan glorioso bien podr�a ser un tema de consuelo para los deprimidos israelitas. (Para un mayor desarrollo de la misma idea, vea Apocalipsis 21:24, Apocalipsis 21:26.) Llenare esta casa de gloria. Hay una alusi�n verbal a la gloria que llen� el templo de Salom�n en la dedicaci�n ( 2 Cr�nicas 7:1), pero el modo especial en el que se manifestar� en este caso no se menciona aqu�. La cl�usula anterior har�a referencia m�s bien a las ofrendas materiales de los gentiles, pero una significaci�n m�s profunda se relaciona con el advenimiento del Mes�as (como Malaqu�as 3:1), con el cual comenz� el cumplimiento completo.

Hageo 2:8

La plata es m�a. Todas las riquezas del mundo son del Se�or, y �l las dispone como quiere; Si ha prometido que los gentiles ofrecer�n sus tesoros para su servicio, aseg�rese de cumplir su palabra. Tambi�n puede pretender una palabra de consuelo para el desaliento; no necesitan afligirse porque no ten�an m�s que ofrendas para llevar a la casa; no quer�a oro ni plata, porque todo era suyo.

Hageo 2:9

La gloria de esta �ltima casa ser� mayor que la de la primera. Versi�n revisada, siguiendo la Septuaginta, "La �ltima gloria de esta casa ser� mayor que la primera". "Esta casa" significa el templo en Jerusal�n, considerando que no se le paga al edificio especial ( Hageo 2:3), ya sea de Salom�n, Zorobabel o Herodes. Seg�n lo entendido por los oyentes, esta promesa se refer�a a las fichas materiales, las cosas preciosas ofrecidas por los gentiles. Para nosotros habla de la promesa de Cristo, Dios encarnado, en la ciudad santa y en el templo mismo, y de su presencia en la Iglesia, donde permanece para siempre. Aqu� est� la respuesta completa a la queja de Hageo 2:3. En este lugar dar� paz. Principalmente, esto significa que en Jerusal�n, el lugar donde se encontraba el templo, Dios conceder�a la paz a los enemigos, la libertad del peligro y el disfrute tranquilo de las bendiciones prometidas (comp. Isa 55: 1-13: 18; Joel 3:17 ; Miqueas 5:4, Miqueas 5:5). Pero la promesa no se cumple con esto; la paz prometida al templo espiritual es esa paz de coraz�n y conciencia que le da el Pr�ncipe de la Paz ( Isa�as 9:6), y que incluye todas las gracias del pacto cristiano ( Ezequiel 34:25). El primer templo fue construido por el rey cuyo nombre es "pac�fico"; el segundo es glorificado por la presencia del "portador de la paz" ( G�nesis 49:10). Al final de este verso, la LXX. tiene una adici�n que no se encuentra en el hebreo, "incluso la paz del alma para una posesi�n para todos los que construyen, para levantar este santuario".

Hageo 2:10

Parte III LA TERCERA DIRECCI�N; LA CAUSA DE LAS CALAMIDADES QUE HAB�AN DEJADO A LAS PERSONAS, Y UNA PROMESA DE BENDICION.

Hageo 2:10

� 1. Por analog�a extra�da de la Ley, Hageo muestra que la residencia en Tierra Santa y la ofrenda de sacrificio no son suficientes para que la gente sea aceptable, siempre y cuando ellos mismos sean inmundos por negligencia en la casa del Se�or. De ah� viene el castigo de la esterilidad.

Hageo 2:10

En el cuarto y vig�simo d�a del noveno mes. El noveno mes es Chisleu, respondiendo a partes de noviembre y diciembre. Hab�an pasado tres meses desde el momento en que la gente hab�a comenzado a construir, y dos desde el d�a en que se entreg� la segunda direcci�n. El clima en este momento depend�a de la esperanza de las cosechas anuales. Entre la segunda y la tercera direcci�n se pronunci� el primer vag�n de profec�a de Zacar�as ( Zacar�as 1:2).

Hageo 2:11

Sobre la ley. Otros traducen "para instrucci�n". Haga a los sacerdotes estas dos preguntas legales, tal como fueron nombrados para exponer ( Deuteronomio 17:8, etc .; Deuteronomio 33:10; Malaqu�as 2:7). Con esta apelaci�n, el profeta hace que su lecci�n se hunda m�s profundamente en la mente de la gente.

Hageo 2:12

Si uno tiene; literalmente, he aqu�, uno lleva, lo que es equivalente a "supongamos que un hombre lleva". Perowne compara Jeremias 3:1, "Lo, un hombre guarda a su esposa"; y 2 Cr�nicas 7:13. Santa carne. La carne de los animales sacrificados a Dios, que se separaba de los usos profanos, y solo pod�a ser comida por los sacerdotes o personas ritualmente puras (Le 2 Cr�nicas 6:26; 2 Cr�nicas 7:15-14; 2 Cr�nicas 10:13; comp. Jeremias 11:15). La falda de su prenda; literalmente, ala de su prenda, como Deuteronomio 22:12; 1 Samuel 15:27. Cualquier carne; ?????? ????????: cualquier cosa comestible. Y dijo: No. Los sacerdotes respondieron correctamente de acuerdo con Lev�tico 6:27. Cualquier cosa que tocara la carne sagrada se volvi� santa, pero no pod�a comunicar esta santidad a nada m�s.

Hageo 2:13

Inmundo por un cad�ver; Septuaginta, ????????? ??? ????: Vulgata. pollutus en anima. Estas versiones est�n m�s cerca del hebreo, "impuro por un alma", que la versi�n autorizada, pero no tan inteligible. "Alma" (nephesh) se usa para referirse a una persona y, con el atributo "muerto" entendido, un cad�ver, como Lev�tico 21:1. La frase completa se encuentra en N�meros 6:6, N�meros 6:11. El contacto con un cad�ver produjo la impureza ceremonial m�s grave, que dur� siete d�as, y solo pudo purgarse mediante una doble lustraci�n y otros ritos ( N�meros 19:11, etc.). Esta inmundicia estaba indudablemente relacionada con la idea de que la muerte era el resultado del pecado. Cualquiera de estos. Las cosas mencionadas en el verso anterior. Ser� inmundo. De acuerdo con N�meros 19:22 Un ser humano contaminado comunic� su contaminaci�n a todo lo que toc�. Debido a la contaminaci�n que acompa�aba el contacto con los muertos que los jud�os posteriores usaban para blanquear los sepulcros cada a�o, pod�an ser vistos y evitados ( Mateo 23:27, y Lightfoot, 'Her. Hebr'. en loc.).

Hageo 2:14

Entonces respondi� Hageo, y dijo; entonces Hageo continu� y dijo. Aplica los principios reci�n enunciados para la facilidad de los jud�os, tomando primero la comunicaci�n de la impureza. As� es esta gente. No, mi gente, porque por sus actos hab�an repudiado a Dios ( Hageo 1:2). Esta gente est� contaminada a mi vista como alguien que ha tocado un cad�ver, y no solo ellos mismos, sino tambi�n cada trabajo de sus manos; todo su trabajo, todo lo que ponen en sus manos, es impuro y no puede ganar ninguna bendici�n. Su contaminaci�n fue su desobediencia al no construir la casa de Dios. Hab�an contemplado con calma el s�mbolo sin vida de la teocracia, el templo en ruinas, y no hicieron ning�n esfuerzo decidido para resucitarlo, por lo que una plaga hab�a descansado en todo su trabajo. Lo que ofrecen all� (se�alando el altar que hab�an construido la primera vez que regresaron, Esdras 3:2) es inmundo. Hab�an imaginado que la influencia santificadora del altar y sus sacrificios se extender�a a todas sus obras y cubrir�a todas sus deficiencias; pero lejos de esto, sus ofrendas eran impuras porque los concursantes estaban contaminados. Los que vienen ante el Santo deber�an ser santos. Ni el altar ni la Tierra Santa impart�an santidad por ninguna virtud intr�nseca propia, sino que implicaban una obligaci�n de santidad personal (Wordsworth). La LXX tiene una adici�n al final del verso. ?????? ??? ???????? ????? ??? ???????? ????????????? ??? ???????? ????? ????? ??? ???????? ?? ?????? ?????????? "A causa de sus ganancias de la ma�ana [o 'cargas'] que se dol�a en presencia de sus trabajos, porque os odiaba los que reprob� en las puertas ". Theodoret lo explica as�: Tan pronto como amaneci�, no se emplearon en ning�n buen trabajo, sino que solo buscaron c�mo obtener una ganancia s�rdida. Y ustedes lo miraron con. Odio a los que reprendieron, a ti que, sentado en la puerta, dijiste palabras de sabidur�a a todos los que pasaban. El pasaje no se encuentra en ninguna otra versi�n.

Hageo 2:15

El profeta le ordena a la gente que mire hacia atr�s y considere c�mo su abandono hab�a sido visitado por cosechas escasas; su propia experiencia les ense�ar�a esta lecci�n. Desde este d�a; verbigracia. el vig�simo cuarto d�a del noveno mes, cuando se entreg� esta direcci�n ( Hageo 2:10; comp. Hageo 2:18). Y hacia arriba; es decir, hacia atr�s. Les pide que vuelvan a pensar catorce a�os cuando interrumpen por primera vez la construcci�n. Antes de una piedra, etc. Esto no significa antes de que se comenzara la construcci�n, sino antes de que comenzaran a construir sobre los cimientos ya colocados.

Hageo 2:16

Desde aquellos d�as fueron. Se suministra la palabra "d�as". Versi�n revisada, "durante todo ese tiempo", a saber. los catorce a�os mencionados en Hageo 2:15. Septuaginta, ????? ???, "lo que eras;" la Vulgata omite las palabras. Cuando uno lleg� a un mont�n de veinte medidas. La palabra "medidas" no est� en hebreo: es suministrada por la LXX; ???? (equivalente a costras), y por Jerome, modiorum. Pero la medida particular no tiene importancia; es la proporci�n solo en la que se pone el estr�s. El profeta participa en las declaraciones generales de Hageo 1:6, Hageo 1:9. El "mont�n" es la colecci�n de gavillas ( Rut 3:7). Esto cuando se trill� produjo solo la mitad de lo que esperaban. Hab�a (de hecho) pero diez; ??? ??????? ?????? ???? ????, "y hab�a diez medidas de cebada". La prensa gorda; la grasa del vino, la tina en la que flu�a el jugo forzado de las uvas al ser pisoteado por los pies en la prensa. Una cuenta completa de esto se encontrar� en el 'Dict. de la Biblia, 'arts. "Prensa de vino" y "Vino". Cincuenta buques fuera de la prensa. El hebreo es "cincuenta purah". La palabra purah se usa en Isa�as 63:3 para significar la propia prensa, por lo tanto, la versi�n autorizada lo traduce aqu�, insertando "fuera" y suministrando "recipientes" como "medidas" arriba; pero probablemente aqu� denota una medida l�quida en la que el vino se ahog�. LXX ???????? (equivalente a ba�os hebreos). Jerome, lagenas; y en su comentario, �nforas. Vinieron y examinaron las uvas y esperaban cincuenta purahs, "medidas de prensa", pero no obtuvieron ni la mitad de lo que esperaban. Hab�a solo veinte. Knabenbauer sugiere que el significado puede ser: mirando la cosecha de uvas, esperaban sacar, es decir, vac�a (chasaph), la prensa cincuenta veces, pero fueron enga�ados atrozmente.

Hageo 2:17

Te golpe� con explosiones y con moho. Fue Dios quien les infligi� estas calamidades judicialmente, de acuerdo con las amenazas en Deuteronomio 28:22 (comp. Am�s 4:9, y tenga en cuenta all�). Estas dos plagas afectaron al ma�z; las vi�as fueron golpeadas con granizo (Salmo 78:47). En todas las labores (trabajo) de tus manos. Todo lo que hab�a cultivado con trabajo duro, ma�z, vides, fruta de todo tipo. Sin embargo, no te volviste hacia m�. La cl�usula es el�ptica, "sin embargo, no para m�". La LXX y Syriac traducen como la Versi�n Autorizada, suministrando el verbo del pasaje paralelo en Am�s 4:9. La Vulgata (no seg�n el precedente), No fuit in vobis qui revertetur ad me. A pesar de estas visitas, no hab�a nadie entre ellos que se sacudiera su inactividad y trabajara para el Se�or.

Hageo 2:18, Hageo 2:19

� 2. Por su obediencia, las bendiciones de la naturaleza volver�n a ser suyas.

Hageo 2:18

Considere ahora a partir de este d�a y hacia arriba (vea la nota en Hageo 2:15.) Porque "hacia arriba" Jerome tiene aqu� en el futuro, aunque tradujo la misma palabra supra en Hageo 2:15. Tal interpretaci�n es permisible, y proporciona un buen sentido, el profeta dirige la atenci�n de la gente hacia la feliz perspectiva anunciada en el futuro en Hageo 2:19. Pero parece, lo mejor es mantener la misma interpretaci�n en dos pasajes tan estrechamente aliados. El profeta le dice a la gente que considere el per�odo desde el presente, el cuarto y vig�simo d�a del noveno mes, cuando se pronunci� esta profec�a ( Hageo 2:10), hasta el otro l�mite explicativo del t�rmino "hacia arriba" o "hacia atr�s." Incluso desde el d�a que la fundaci�n, etc .; m�s bien, desde el d�a que, etc. Este es obviamente el mismo per�odo que el mencionado en Hageo 2:15, despu�s de que se complet� la fundaci�n, pero antes de que "la piedra se pusiera sobre la piedra" de la superestructura (comp. Zacar�as 8:9).

Hageo 2:19

�Ya est� la semilla en el granero? �Queda algo de tu pobre cosecha en tus graneros? �Ya no se ha gastado? "La semilla" es aqu� el producto de la semilla, el grano ( 1 Samuel 8:15; Job 39:12). Primero se menciona la cosecha de ma�z, luego la cosecha de fruta. La Vulgata tiene, Numquid mermelada de semen en germine est? �Ha comenzado a crecer la semilla? �Hay alguna se�al de abundancia? Sin embargo, la cosecha ser� prol�fica. Pero no hay duda de que megurah significa "granero", no "brotar". LXX ?? ?????????????? ??? ??? ???, "Si se conocer� en la era". Jerome debe haber le�do ??? para ???, ya que dice: "Si ultra cognoscetur super terram area". Lo expone as�: Tan abundante ser� el producto que la era no reconocer� su propio ma�z. o que los trilladores se ver�n obligados a unirse piso a piso para dejar espacio para todo el grano, "et arearnm separatio nesciatur in terra" S�, todav�a; ??? ?? ???; et adhuc (Vulgata); como Jueces 3:26; Job 1:18. Otros traducen "en lo que respecta". Aunque no hab�a signos de hojas o frutos en los �rboles, nada por lo que uno pudiera juzgar el futuro producto, sin embargo, el profeta predice una cosecha abundante, que data de la obediencia de la gente (Le Job 26:3, etc .; Deuteronomio 28:2, etc.). Desde este d�a te bendecir�. "Este d�a" es el vig�simo cuarto d�a del noveno mes ( Job 1:10). A partir de ahora, la mejora en la temporada deber�a comenzar y hacerse evidente. "Bendici�n" es un t�rmino que se usa a menudo para enviar estaciones fruct�feras ( Deuteronomio 28:8; Malaqu�as 3:10 )

Hageo 2:20

Parte V. LA CUARTA DIRECCI�N: PROMESA DE LA RESTAURACI�N Y ESTABLECIMIENTO DE LA CASA DE DAVID, CUANDO LA TORMENTA EST� EN LOS REINOS DEL MUNDO.

Hageo 2:20

Las bendiciones temporales se hab�an prometido a la gente en general; ahora se anuncian bendiciones espirituales a Zorobabel como el jefe de la naci�n y el representante de la casa de David. Y otra vez; y una segunda vez; ?? ????????. Esta revelaci�n tuvo lugar el mismo d�a que la anterior.

Hageo 2:21

Zorobabel (ver nota en Hageo 1:1). Sacudir� los cielos y la tierra. Repite la predicci�n de Hageo 2:6 en este cap�tulo (donde vea la nota). Esta es la declaraci�n general, ampliada y explicada en el siguiente verso.

Hageo 2:22

Derrocar� el trono de los reinos. Ning�n evento en el tiempo de Zorobabel satisfizo esta predicci�n, que espera su cumplimiento en la era mesi�nica ( Lucas 1:52). "El trono" se usa distributivamente para "cada trono de reinos"; Septuaginta, "tronos de reyes". De los paganos; de las naciones Carros, etc. Emblemas del poder militar por el cual las naciones se hab�an elevado a la eminencia (Salmo 20:7; Zacar�as 10:5). Bajar� Ser llevado al suelo, perecer ( Isa�as 34:7). Por la espada de su hermano. Los poderes paganos se aniquilar�n entre s� ( Ezequiel 38:21; Zacar�as 14:13).

Hageo 2:23

En ese dia. Cuando las naciones paganas de la tierra sean derrocadas, Israel estar� a salvo y ser� m�s exaltado por el favor y la protecci�n divinos. Voy a tomar El verbo simplemente sirve para introducir el siguiente acto como importante, y no significa "tomar bajo mi protecci�n" (comp. Deuteronomio 4:20 Deuteronomio 4:20; 2 Reyes 14:21; Keil). Mi criado Un t�tulo honorable usado especialmente de David ( 1 Reyes 11:13, etc .; Jeremias 33:21, etc.), y sus futuros sucesores ( Ezequiel 34:23, etc .; Ezequiel 37:24). Hazte como un sello. Te har� m�s preciado a mi vista (comp. Cantares de los Cantares 8:6). Entre los orientales, el anillo de sello era un art�culo de gran importancia y valor (ver Apocalipsis 5:1; Apocalipsis 9:4; y 'Dict. De la Biblia,' art. "Seal"). La alusi�n es particularmente apropiada aqu�, porque Zorobabel est� a la cabeza de la naci�n en el lugar de su abuelo (?) Jeconiah, cuyo rechazo de la monarqu�a hab�a sido expresado en estos t�rminos: "Mientras vivo, dice el Se�or, aunque Con�as, hijo de Joacim, rey de Jud�, fue el sello en mi mano derecha, pero te arrancar�a de all� "(Jeremias 22:24). El Hijo de Sirach, en su alabanza a los grandes hombres, se refiere a esta premisa: "�C�mo magnificaremos a Zorobabel? Incluso �l era como un sello en la mano derecha" (Ecl. 49:11). El sello tambi�n es el signo de autoridad ( G�nesis 41:42; Ester 3:10); entonces Zorobabel tiene autoridad delegada a �l de Dios, el tipo de aquel que dijo: "Todas las cosas me son entregadas por mi Padre" ( Mateo 11:27). "El verdadero Zorobabel, es decir, Cristo, el Hijo y el Antitipo de Zorobabel, es el sello en la mano del Padre, tanto pasiva como activamente, mediante el cual Dios imprime su propia majestad, pensamiento y palabras, y su propia imagen, en los hombres, �ngeles y todas las criaturas "(Corn. a Lapide ap. Pusey). Te he elegido a ti Esto no es una garant�a personal solo para Zorobabel, ya que ni �l ni su simiente natural reinaron en Jerusal�n, ni se alzaron a ninguna eminencia especial en los reinos de este mundo. El cumplimiento debe buscarse en su progenie espiritual y en Cristo. A menudo se hacen promesas en las Escrituras a las personas que se cumplen solo en sus descendientes; atestig�e los hechos a Abraham y a los otros patriarcas, las profec�as de Jacob a sus hijos, y muchos otros de naturaleza similar en el Antiguo Testamento, esas grandes promesas hechas a David en los viejos tiempos, que su descendencia deber�a durar para siempre, ese trono deber�a ser como el sol delante de Dios (Salmo 89:36, Salmo 89:37; 2 Samuel 7:16), ahora se pas� a Zorobabel y a su l�nea, a causa de �l iba a surgir el Mes�as, en quien solo estas amplias predicciones encuentran su cumplimiento: "�l ser� grande, y ser� llamado el Hijo del Alt�simo: y el Se�or Dios le dar� el trono de su padre David: y �l reinar� sobre la casa de Jacob para siempre; y de su reino no habr� fin "( Lucas 1:32, Lucas 1:33).

HOMIL�TICA

Hageo 2:3

Pasado y presente.

I. UNA SUGERENCIA: de la continuidad de la historia humana. La pregunta de Hageo supone que la estructura que luego se erigi� no era un edificio nuevo (que realmente era), sino que el antiguo edificio se instal� nuevamente, aunque en un deslucido esplendor, que tambi�n lo era, ya que estaba basado en los cimientos de la pila anterior. . "Esta casa en su antigua gloria" significaba que el profeta consideraba las dos casas como una, y las dos eras representadas por estas casas, no como dos per�odos distintos y separados, sino como un per�odo continuo. Como lo fue la vida nacional, durante setenta a�os interrumpidos por el exilio, fluy� nuevamente, restaurando el templo, restableciendo la religi�n de Jehov� y penetrando todo el tejido de la sociedad. El presente no fue tanto un comienzo nuevo como una prolongaci�n del pasado. Y esto es cierto para la historia humana y la vida en general. Ninguna edad o individuo est� completamente desconectado e independiente de las edades e individuos que se han ido antes. Un comienzo completamente nuevo en la historia humana o en la vida individual nunca ha tenido lugar. Incluso en la Encarnaci�n, el segundo Ad�n estaba conectado con el primero a trav�s de su naturaleza humana. La civilizaci�n del siglo XIX se basa en los cimientos establecidos por los siglos anteriores. La madurez de la masculinidad en sabidur�a o virtud se desarrolla a partir de las ganancias en conocimiento y bondad logradas en la juventud.

II UNA ILUSTRACI�N: de la tendencia a glorificar el pasado a expensas del presente. "�Qui�n queda entre ustedes que vio esta casa en su antigua gloria? �Y c�mo la ven ahora? Pregunta el profeta; �no est� en sus ojos como nada?" En ciertos aspectos, esta depreciaci�n del templo post-ex�lico, en comparaci�n con el Salom�nico, era justificable: el esplendor material del segundo edificio era muy inferior al del primero; pero en otros aspectos, la gloria de la �ltima casa eclipsar�a en gran medida la de la primera (vers�culo 9): ser�a el centro y la escena, el instrumento y el apoyo de un culto m�s puro que el que se hab�a mantenido en la primera, y ser�a honrado por la visita de un potentado mayor que el propio Salom�n, incluso por el Mensajero del pacto y el Se�or del templo, despu�s de quien sal�an los deseos, no solo de Israel, sino de todas las naciones (vers�culo 7). Y sobre la base de la vieja estructura de madera de cedro y oro, y para glorificar lo viejo que setenta a�os antes hab�a perecido en la ca�da de su naci�n ante el poder de Babilonia, parece ser una tendencia en la naturaleza humana a exaltar el pasado y deprimir el presente, ensalzar a los hombres y las instituciones, las caracter�sticas y los acontecimientos de otros d�as a expensas del presente, incluso cuando hay tan poco terreno para hacerlo como los comentarios depreciadores de los constructores . No es dif�cil dar cuenta de esta alabanza del pasado o de este menosprecio del presente. Por un lado, el lapso de a�os permite que el recuerdo de las incomodidades, irritaciones, deficiencias, imperfecciones, imperfecciones del pasado se desvanezca, mientras que los males presentes se entrometen en el aviso y presionan los corazones de la generaci�n que pasa; Por otro lado, el presente est� demasiado cerca para que sus extraordinarias excelencias se puedan medir correctamente, mientras que las glorias del pasado, como monta�as distantes, brillan con un esplendor aumentado. Sin embargo, el veredicto que prefiere el pasado al presente es incorrecto ( Eclesiast�s 7:10). A menos que el mundo sea un mundo irremediablemente malo, que no lo es ( Romanos 8:20), y la gracia de Dios que trae salvaci�n es ef�mera, que no es la mente de la Escritura ( Tito 2:11); a menos que las predicciones de la Palabra de Dios sean falsificadas ( Isa�as 11:9; Habacuc 2:14; Apocalipsis 11:15), lo cual no puede ser ( Isa�as 4:1; Mateo 24:35), y las aspiraciones de los corazones de los hombres buenos deben ser decepcionadas, lo que ser�a totalmente contrario a lo que Dios les ha llevado a esperar (Salmo 145:19); �Puede haber pocas dudas de que el mundo es y debe ser seguro, pero lentamente, cada vez mejor.

"Porque dudo que no a trav�s de las edades se desarrolle un prop�sito cada vez mayor; Y los pensamientos de los hombres se ampl�an por el proceso de los soles".

(Tennyson)

A la ampliaci�n de los pensamientos se agrega la purificaci�n de los corazones y la elevaci�n de la vida de los hombres.

III. UNA EXHORTACI�N � a la diligencia sincera en el desempe�o del deber presente. "Sin embargo, ahora s� fuerte, oh Zorobabel, dice el Se�or", etc. El deber de los constructores era enjuiciar el trabajo en el que estaban comprometidos, la construcci�n del templo, a pesar de que el templo deber�a ser inferior a su predecesor, y Las circunstancias para su construcci�n fueron menos favorables que las de la construcci�n de la primera, tal vez m�s debidas por esa raz�n. Por lo tanto, si la edad actual fuera inferior a las anteriores, el mismo deber corresponder�a a todos los rangos y clases: el deber, a saber. de trabajar con diligencia diligente en el llamado diario de uno, "la ronda trivial, la tarea com�n", si Dios lo asigna, y m�s especialmente en la edificaci�n del templo espiritual de Dios en el alma individual y en el mundo en general. Sin esto, la era actual no puede crecer mejor que el pasado, y seguramente empeorar�.

IV. UNA CONSOLACI�N: en la comuni�n garantizada de Dios. Jehov� estar�a con ellos, siempre, por supuesto, condicionalmente si continuaban con �l ( 2 Cr�nicas 15:2).

1. No solo externamente, ya que a trav�s de su presencia inmanente �l est� con todos, sino internamente, con su Esp�ritu que permanece entre ellos como comunidad, y en sus corazones como individuos, como lo hace en medio de su Iglesia y en las almas. de los creyentes, cuando estos se mantienen fieles a �l, no importa cu�n degenerada sea la edad en que se eche su suerte.

2. No ahora por primera vez, sino como lo hab�a estado desde el d�a en que salieron de Egipto; sin el cual, de hecho, nunca se hab�an convertido en una naci�n que tuviera acceso a Jehov� a trav�s de sus sacerdotes y sacrificios, y que recibiera de �l revelaciones y agilizaciones espirituales por medio de sus profetas ( Hebreos 1:1); y sin el cual no podr�an prosperar ahora en su empresa. El Esp�ritu de Dios es la fuente secreta y la causa �ltima de todo bien en la Iglesia o en la naci�n.

3. No es una limitaci�n, sino de buena gana, de acuerdo con su propio compromiso de pacto, que nunca se le impone por ninguna de sus criaturas, sino que siempre lo propone y ejecuta libremente �l mismo, de ah� que sean pactos de gracia correctamente designados. Es la existencia de tal pacto lo que garantiza la indestructibilidad y la perpetuidad de la Iglesia cristiana.

4. No solo como una presencia invisible, sino como un poder de cooperaci�n activa, imparti�ndoles fuerza para su trabajo, as� como valent�a en �l (ver homil�a en Hageo 1:13, Hageo 1:14 ), los cuales ser�an suyos en proporci�n u se dieron cuenta de la verdad alentadora de que eran compa�eros de trabajo con Dios. De la misma manera, y para fines y prop�sitos similares, es Cristo, por su Esp�ritu, presente con su Iglesia ( Mateo 28:20; Juan 14:6).

LECCIONES 1. La herencia del pasado es causa de agradecimiento.

2. Las imperfecciones del presente son un est�mulo para el deber.

3. Los tiempos gloriosos del futuro son motivo de alegr�a y esperanza.

Hageo 2:6, Hageo 2:7

El temblor de los cielos y la tierra.

I. ILUSTRACIONES HIST�RICAS.

1. En el Sina�, cuando Jehov� se manifest� a Israel ( �xodo 19:16-2; Salmo 68:7, Salmo 68:8). Preparatorio y prof�tico.

2. En el nacimiento de Cristo, cuando Jehov� apareci� en la tierra en la Persona de su Hijo ( Joel 2:30, Joel 2:31: Lucas 2:8; Hechos 2:19, Hechos 2:20). Fomentar y cumplir.

3. Al final de los tiempos, cuando Jehov� aparecer� por tercera vez, en la Persona del Cristo glorificado, para salvar a su pueblo y juzgar a sus enemigos ( Isa�as 24:19, Isa�as 24:20 ; 2 Pedro 3:10). Culminando y completando.

II INTERPRETACIONES ESCRITURAS. Seg�n el escritor de los Hebreos, "Esta palabra, una vez m�s, significa la eliminaci�n de las cosas que se agitan, para que aquellas que no se pueden sacudir puedan permanecer" ( Hebreos 12:27). En otras palabras, el objeto de cada interposici�n divina sucesiva ha sido y ser� la abrogaci�n de las instituciones que han cumplido su d�a, la correcci�n de errores que han obstaculizado la verdad, la alteraci�n de las circunstancias y condiciones que ya no son adecuadas para la nueva era a punto de ser presentado.

1. En el Sina� fueron sacudidos y retirados

(1) el polite�smo que Israel trajo en gran medida con ella desde Egipto;

(2) el individualismo que hasta ahora hab�a impedido a Israel formarse en una naci�n; y

(3) la servidumbre que hab�a hecho imposible la realizaci�n del llamado de Israel;

mientras que las cosas que no pod�an ser sacudidas y permanec�an eran

(1) la unidad de Dios, o el elemento monote�sta que a�n sobrevivi� en la religi�n de Israel;

(2) la relaci�n de pacto en la que Jehov� estaba con Israel; y

(3) la capacidad para la religi�n que ninguna cantidad de opresi�n hab�a podido destruir por completo.

2. En el nacimiento de Cristo fueron sacudidos y removidos

(1) el instituto Mosaico que hab�a cumplido su d�a e incluso estaba listo para desaparecer ( Hebreos 8:13);

(2) la pared divisoria entre jud�os y gentiles ( Efesios 2:14), que hab�a repelido a cada uno, en lugar de atraer a cada uno al otro; y

(3) el externalismo y el literalismo en la adoraci�n, que lo hab�a convertido en un simple mecanismo;

mientras que las cosas inquebrantables que quedaban eran

(1) el pacto de gracia que subyace al instituto Mosaico, y brillaba m�s cuando se elimin�, que durante siglos se le hab�a superpuesto;

(2) la hermandad del hombre, que en adelante se colocar�a al frente del mensaje del evangelio ( Hechos 17:26; Romanos 2:11; Romanos 3:29; Colosenses 3:11; G�latas 3:26); y

(3) la espiritualidad de la religi�n, que ya no deb�a limitarse a lugares o estaciones, personas o formas, sino encontrar su asiento en el coraz�n y su sacerdote en el alma renovada (Jon 4: 1-11: 21- 24)

3. Al final del tiempo ser� sacudido y eliminado

(1) el estado actual y la condici�n de las cosas ( 1 Corintios 7:31; 1 Corintios 15:50-46; 2 Pedro 3:10, 2 Pedro 3:12; 1 Juan 2:17);

(2) la presencia y el poder del pecado ( Apocalipsis 22:3); y

(3) la soberan�a mediadora de Cristo ( 1 Corintios 15:23);

mientras que las cosas que no pueden ser sacudidas, permanecer�n

(1) los nuevos cielos y la nueva tierra donde habita la justicia ( 2 Pedro 3:13);

(2) la familia redimida de creyentes ( 1 Juan 2:17); y

(3) la supremac�a eterna de Dios, que entonces ser� todo en todos ( 1 Corintios 15:23).

Aprender:

1. Que las naciones y los individuos avanzan principalmente mediante la lucha y la conmoci�n.

2. Que la paz y la tranquilidad a menudo pueden significar estancamiento y muerte en lugar de progreso y vida.

3. Que la verdad y el bien eventualmente prevalecer�n sobre la falsedad y el mal.

Hageo 2:7

El deseo de todas las naciones.

I. TODAS LAS NACIONES HAN DESEADO UNA DIVINIDAD VISIBLE; Y DICHA DIVINIDAD MANIFESTADA O REVELADA HA SIDO DADA AL HOMBRE EN CRISTO. Que todas las naciones desde el principio hacia abajo han cre�do en la existencia de un Ser Supremo ha sido suficientemente demostrado por la universalidad en el hombre del instinto de adoraci�n. Tampoco todas las naciones simplemente han deseado poseer un dios, pero la Deidad que anhelaron ha sido, no un dios que queda siempre poco m�s que una concepci�n de la mente, un ser infinitamente exaltado con el que no pod�an entrar en comuni�n, sino un Dios. a quienes pod�an mirar, o al menos pensar, como no muy lejos de ninguno de ellos, un Dios que no solo pod�a acercarse a ellos, sino a quien a su vez pod�an acercarse. Las formas m�s bajas de religi�n que han existido en la tierra, las religiones de los hombres en las condiciones m�s degradadas, han hecho esto perfectamente evidente, no menos que los ritos elaborados de las naciones cultivadas y civilizadas de la antig�edad. Lo que significa el salvaje al poner un esp�ritu en las diversas formas de la naturaleza por las que est� rodeado, o al hacer un �dolo de madera o piedra, y colocarlo ante �l como un objeto de adoraci�n; lo que significa el hijo no instruido de la naturaleza, a saber. para expresar su creencia en un poder sobre s� mismo y sobre la naturaleza, y su deseo de traer ese poder invisible o divinidad a la visibilidad o cercan�a; que las antiguas religiones de Caldea, Egipto y Fenicia hicieron cuando deificaron las huestes del cielo y las fuerzas de la naturaleza, o las consideraron como instrumentos y encarnaciones de poderes sobrenaturales. En su caso, fue un esfuerzo m�s de la mente humana sacar a Dios de la distancia y convertirlo en un objeto distinto de contemplaci�n y adoraci�n. Luego, las religiones posteriores que prevalecieron en Persia, India, Grecia y Roma, con sus "encarnaciones" o creencias en dioses que asumieron la semejanza de los hombres, evidenciaron el mismo anhelo del coraz�n humano por un Dios cercano en lugar de lejos. , un Dios visible en lugar de un dios que permaneci� siempre invisible, un Dios a quien se le acercar� en pensamiento, al menos, si no en el espacio, en lugar de un dios que trascendi� tanto a sus adoradores como para ser pr�cticamente inaccesible. Y este anhelo cristianismo, ya sea verdadero o no, puede quedar indeterminado, se encuentra, como ninguna otra religi�n ha hecho o es probable que lo haga, anteponiendo al hombre como un objeto de contemplaci�n y adoraci�n religiosa. del Dios invisible, diciendo: "Yo y mi Padre somos uno", y "El que me ha visto a m�, ha visto al Padre".

II TODAS LAS NACIONES HAN DESEADO UNA EXPIACI�N POR EL PECADO; Y TAL EXPIACI�N SE HA PROPORCIONADO COMO EN OTRO LUGAR POR CRISTO Y EL CRISTIANISMO. No significa que en todas partes y siempre los hombres hayan pose�do las mismas ideas claras, definidas, exaltadas y correctas sobre el tema del pecado, sacrificio, propiciaci�n, expiaci�n, como se presentan en las Escrituras hebreas o cristianas. Lo m�s afirmado es que, aunque en todas partes los hombres han pose�do un profundo anhelo instintivo hacia Dios, junto con esto siempre han sido m�s o menos conscientes de la indignidad y la incapacidad para entrar en comuni�n con �l, han tenido una convicci�n secreta de que la Deidad a la que deseaban servir estaba disgustado con ellos, y que no pod�an disfrutar de su favor sin la intervenci�n de alguna expiaci�n o propiciaci�n. Por lo tanto, donde se descubri� que el hombre tiene un dios, all� tambi�n ha tenido un altar. La pr�ctica comenzada en la puerta del Ed�n, de adorar a la Deidad por medio de sacrificios, y llevada a cabo en el edificio del altar de Abraham y los patriarcas, y finalmente desarrollada en el ritual mosaico de sacerdote y v�ctima, ha sido descubierta, en investigaci�n, no haber sido confinado a estos, sino haber sido seguido, con m�s o menos cercan�a de adhesi�n al patr�n primitivo, por cada naci�n bajo el cielo que se ha forjado una religi�n. En las religiones del tipo m�s rudimentario, as� como en las de la m�s alta cultura, se ha reservado un lugar para la pr�ctica del sacrificio y para la noci�n de expiaci�n. "El sentido de impureza y de necesidad de expiaci�n", escribe Pressense, "se manifiesta en los modos de adoraci�n m�s b�rbaros. Admitimos que la expiaci�n a la que recurren es a menudo tan cruel como la ira de la deidad a la que los adoradores buscan apaciguar. Hay una fase en la cual el sacrificio no es m�s que comida ofrecida a los dioses. Pero pronto se manifiesta una idea m�s elevada. Llega el remordimiento, la conciencia de culpa provoca el sacrificio, y el sacerdote que al principio fue considerado en la luz de un encantador se convierte en mediador entre el hombre y la deidad ". Adem�s, se podr�a demostrar f�cilmente que las mismas ideas de pecado, penitencia, perd�n, propiciaci�n, sacrificio, expiaci�n, estaban presentes en las religiones de la antigua Caldea y de Egipto. Y la conclusi�n de todo es que, independientemente de la edad o el pa�s, y por superpuesta con la superstici�n, la profunda convicci�n del coraz�n humano es que el hombre ha pecado contra Dios y requiere la ayuda de un Mediador que de alguna manera har� las paces con el Deidad ofendida, y seguro para el ofensor perd�n de sus transgresiones. Bueno, aqu� nuevamente el cristianismo interviene para suplir esta demanda del coraz�n humano, para responder a este pat�tico lamento de un Libertador, de Aquel que puede hacer las paces y traer el perd�n, interviene como ninguna otra religi�n conocida por el hombre, exhibiendo a Jesucristo. como Hijo de Dios e Hijo del hombre ( Juan 1:49, Juan 1:51) y, por lo tanto, posee la autoridad para actuar como Daysman o Mediador entre Dios y el hombre, poniendo su mano sobre ambos (Job 10: 1-22: 33; 1 Timoteo 2:5), descubri�ndolo como parado en la habitaci�n del hombre pecador ( Romanos 5:6), y haciendo las paces por el derramamiento de su sangre ( Efesios 2:14), al presentarlo para verlo como Aquel cuya sangre es capaz de borrar la culpa del pecado y romper su poder esclavizante. Y esto, nuevamente, es un alto certificado a favor del cristianismo como la �nica religi�n verdadera. �Para qu� vale una religi�n si no puede o no se atreve a satisfacer las demandas del coraz�n y la conciencia humanos?

III. TODAS LAS NACIONES HAN DESEADO UNA REVELACI�N DIVINA, O UNA COMUNICACI�N AUT�NTICA DE LA VOLUNTAD DIVINA; Y ESTE CRISTIANISMO SE RE�NE DE UNA FORMA QUE NINGUNA OTRA RELIGI�N HA HECHO O PUEDE HACER. No solo los hombres de todas las �pocas y pa�ses han cre�do que Dios es, y que por medio de sacrificios podr�a ser posible aplacar su ira y asegurar su favor; Tambi�n han supuesto que est� a su alcance recibir informaci�n confiable de Dios sobre su voluntad y su deber. En las formas m�s groseras de religi�n, los medios a trav�s de los cuales se ha conjeturado que tales comunicaciones divinas han llegado han sido signos en el cielo de arriba o en la tierra de abajo. En fen�menos inusuales de la naturaleza, en im�genes y sonidos no acostumbrados, en sue�os y visiones, los hombres han visto indicios de una voluntad superior a la suya conocida para guiar sus vidas terrenales. A medida que la religi�n ha avanzado en inteligencia y refinamiento, se ha llegado a considerar a personas especiales como or�culos a trav�s de los cuales se pueden obtener respuestas del mundo celestial y recibir mensajes de lo invisible. Los sacerdotes y las sacerdotisas, videntes y sabios, han sido vistos como personas que se encuentran en una conexi�n inmediata con la Deidad, y que sirven para transmitir a los hombres las declaraciones que tal vez desee dar a conocer. Entonces, tambi�n, en muchas de las religiones del mundo, como en las de Egipto y Persia, India y Arabia, es decir, en las religiones m�s desarrolladas de las que tenemos conocimiento, pero especialmente en el parseeismo, el brahminismo, el mahometanismo, all� han sido libros sagrados en los que se han conservado las revelaciones dadas a la humanidad a trav�s de los fundadores de estas religiones. Ahora, en todo esto, independientemente de la verdad o falsedad de estas religiones, surge un testimonio claro de la fuerza y ??la profundidad del deseo por parte del hombre de poseer alg�n exponente autorizado de la voluntad Divina en forma de hombre, o libro. o tal vez ambos; y no hay necesidad de decir que Dios nunca ha satisfecho este deseo fuera de la Iglesia hebrea o cristiana; pero de esto puede estar seguro, que el anhelo de un maestro enviado por el Cielo no se limit� a los hebreos, con su Mois�s que habl� con Dios cara a cara como un hombre habla con su amigo, sino que tambi�n existi� entre los griegos, Plat�n, en uno de sus di�logos, poniendo en la boca de uno de sus disputantes las siempre memorables palabras: "Por lo tanto, es necesario esperar hasta que uno nos ense�e c�mo comportarse con los dioses y los hombres", y en el de otro, "�Y cu�ndo llegar� ese momento? �Y qui�n ser� ese maestro? Me alegrar�a mucho ver a un hombre as�". Tal hombre se sinti� como uno de los m�s grandes deseos del mundo antes de que Cristo viniera; y cuando vino, apareci� tal hombre. El veredicto pronunciado por los oficiales sobre Jes�s, "Nunca un hombre habl� como este Hombre", nunca ha sido revocado; ni hay la menor probabilidad de que alguna vez lo haga.

IV. TODAS LAS NACIONES HAN DESEADO UNA GARANT�A DE INMORTALIDAD; Y ESA GARANT�A HA SIDO DADA POR CRISTO DE UNA FORMA QUE NING�N OTRO HA SIDO HECHO. Si, aparte de la revelaci�n divina, la realidad de una vida futura m�s all� de la tumba puede o puede demostrarse, puede ser dudosa; pero esto es indudable, que en todas las edades los hombres han cre�do en la existencia de tal vida, y han expresado esa creencia en sus religiones. Las razas m�s bajas por su culto a los antepasados, los egipcios por su elaborado ritual del Libro de los Muertos, y los antiguos caldeos por su narraci�n mitol�gica del descenso de Ishtar al Hades, cada uno a su vez mostr� que se aferraban a la idea del persistencia del alma humana despu�s de la muerte. Pero, de hecho, la noci�n de que la muerte termina con todo, aunque la afirmaci�n de algunos fil�sofos, y aunque se supone que es la ense�anza de la ciencia, en ning�n momento ha sido la fe de la generalidad de la humanidad, y nunca ha ganado el asentimiento del coraz�n humano en sus convicciones m�s �ntimas y verdaderas. Tampoco debe pasarse por alto que esta creencia universal en un estado futuro es un claro testimonio del anhelo del coraz�n de una existencia continua m�s all� de la tumba, y del deseo del coraz�n de algunas noticias aut�nticas sobre esa tierra desconocida; y seguramente nada puede necesitar menos demostraci�n, que Jesucristo responde a las preguntas del hombre sobre la vida futura con una claridad y plenitud de informaci�n en comparaci�n con la cual la ense�anza de todas las otras religiones, las Escrituras hebreas no exceptuadas, es como oscuridad,

LECCIONES 1. La preeminencia de Jesucristo y de la religi�n cristiana.

2. Agradecimiento por el don indescriptible de Dios.

3. El deber de buscar en Cristo la satisfacci�n de los verdaderos deseos del alma.

Hageo 2:8

La plata y el oro: un serm�n sobre el dinero.

I. UNA VERDAD OLVIDADA REINICIADA. Que Dios es el �nico propietario del dinero: "La plata es m�a y el oro es m�o, dice el Se�or de los ej�rcitos" (cf. Joel 3:5). La prueba est� en tres cosas; que la plata y el oro son:

1. De la creaci�n de Dios. Le pertenecen como parte de esa tierra y su plenitud que �l ha creado (Salmo 24:1; Salmo 50:12), como David reconoci� en su oraci�n: "Todo lo que est� en el cielo y en la tierra est� tuyo ". y nuevamente, "De ti mismo te hemos dado" ( 1 Cr�nicas 29:12, 1 Cr�nicas 29:14).

2. De la ofrenda de Dios. Dios afirm� que hab�a multiplicado la plata y el oro de Jud� ( Oseas 2:6); y David pose�a que "todas las cosas", incluidas "riquezas y honor", eran de �l ( 1 Cr�nicas 29:12). El mismo sentimiento est� involucrado en las palabras del Bautista ( Juan 3:27), en las de Pablo ( 1 Timoteo 6:17) y en las de James ( Santiago 1:17).

3. De la custodia de Dios. Como ning�n hombre puede obtener riqueza de otro que no sea Dios, as� que sin ayuda, pero su hombre puede retener la riqueza que tiene. "Excepto que el Se�or guarde la ciudad, el vigilante mira en vano" (Salmo 127:1). Tampoco nadie puede conservarlo m�s de lo que Dios elige. En cualquier momento puede recordar lo que ha dado.

II UNA INFERENCIA IMPORTANTE DEDUCIDA. Que ning�n hombre es el due�o de su dinero, sino simplemente su mayordomo seleccionado, su destinatario casual y su titular temporal. Lo que Benhadad de Siria le dijo a Acab de Israel: "Tu plata y tu oro son m�os" ( 1 Reyes 20:3), expresa el pensamiento de Dios acerca de los millonarios y los pobres; mientras que la respuesta de Acab, "Mi se�or, oh rey, seg�n tu dicho, soy tuyo, y todo lo que tengo", pronuncia exactamente la respuesta que todo el que pose�a de plata y oro, ya sea mucho o poco, deber�a dar a La declaraci�n divina. Pocas cosas son m�s dif�ciles de comprender para los hombres que eso que no es suyo por lo que han trabajado, a veces como esclavos de galera, y no sin frecuencia pecaron. La actitud habitual de los hombres hacia su plata y su oro es la del granjero rico en el mundo. Evangelios, "mis frutos", "mis graneros", "mis bienes" ( Lucas 12:17, Lucas 12:18). Un reconocimiento de la administraci�n del hombre con respecto a la plata y el oro asegurar�a tres cosas de inmensa consecuencia, tanto para la vida religiosa del individuo como para el bienestar moral del mundo.

1. Una estimaci�n justa de dinero. Como uno de los regalos de Dios, ser�a muy valorado, pero solo como un regalo, nunca ser�a considerado como un don permanente, o preferido por encima del Dador.

2. Un uso adecuado del dinero. Como fideicomiso, se mantendr�a cuidadosamente, se usar�a sabiamente ( Mateo 25:16), se administrar�a fielmente ( 1 Corintios 4:2) y se contabilizar�a correctamente ( Lucas 16:2). No se desperdiciar� prodigiosamente ( Lucas 15:13), ni se acumular� de manera taca�a ( Mateo 25:25), ni se gastar� ego�stamente ( Oseas 10:1), sino h�bilmente, amorosa e incansablemente empleada para la gloria del Maestro.

3. Un sentimiento correcto con respecto al dinero. Ni el deseo desmedido despu�s de �l ( 1 Timoteo 6:10), ni la sobreestima de uno mismo a causa de ello ( Oseas 12:8), surgir�a en su propio ser; pero sentimientos de satisfacci�n con lo que uno ha recibido ( Filipenses 4:11; 1 Timoteo 6:6), y de gratitud por haber recibido alguno ( G�nesis 32:10).

Hageo 2:9

La gloria �ltima de esta casa; o, la gloria que sobresale.

I. LA CASA.

1. El templo de Zorobabel, entonces edificio, que, sin embargo, fue considerado como una continuaci�n y como uno con el templo de Salom�n (cf. Hageo 2:3).

2. La Iglesia Cristiana, que en un principio similar de interpretaci�n fue vista como un resultado y desarrollo del templo hebreo (cf. Juan 2:20, Juan 2:21).

II LA GLORIA. Llamado por Hageo "la gloria �ltima" de esta casa, en contraste con la gloria anterior o anterior que le pertenec�a antes del cautiverio, esto solo puede significar la gloria que, en tiempos mesi�nicos, deber�a pertenecer al templo cuando deber�a haber alcanzado su forma ideal en la Iglesia cristiana, cuya "gloria", en comparaci�n con la de la estructura salom�nica, debe ser una gloria que sobresalga.

1. La gloria de la magnificencia espiritual, en oposici�n a la del esplendor meramente material. Esta�o. el templo de Salom�n era, despu�s de todo, pero una "hora terrenal" de piedra pulida, cedro tallado y oro bru�ido; pero el templo de Jesucristo es una casa espiritual, construida con piedras vivas o almas creyentes ( 1 Pedro 2:5), "un templo sagrado" erigido de corazones revividos y renovados "para una habitaci�n de Dios a trav�s del Esp�ritu "( Efesios 2:21).

2. La gloria de una Divinidad interior, en contraste con la de una residencia meramente simb�lica en ella. El arca con su propiciatorio eclipsado por los querubines, entre cuyas alas extendidas brillaba la gloria visible o la Shejin�, este arca que ocupaba el lugar sant�simo en el templo salom�nico, no era Jehov�, sino solo la muestra material de su presencia. Aunque en la Iglesia Cristiana existe, como en el templo de Zorobabel no hab�a arca, pero la presencia Divina lo llena. Pablo no solo lo describe como un templo en el que Dios habita (ver arriba), sino que lo representa como el cuerpo del Cristo glorificado, la plenitud del que todo lo llena ( Efesios 1:23), y incluso habla de creyentes individuales como templos del Esp�ritu Santo ( 1 Corintios 6:9) y del Dios viviente ( 2 Corintios 6:16); mientras que Cristo promete expresamente a su Iglesia una residencia perpetua en medio de ellos, no colectivamente solo, sino tambi�n individualmente ( Mateo 18:20; Mateo 28:20; Juan 14:17, Juan 14:23; Juan 15:4; Juan 16:7, Juan 16:22).

3. La gloria de difundir la paz espiritual y eterna, a diferencia de una paz que deber�a ser meramente temporal y temporal. El templo salom�nico fue construido por alguien cuyo nombre era Paz, cuyo reinado no fue perturbado por guerras extranjeras o dom�sticas, y cuyo esp�ritu no era militar ni agresivo; pero es dudoso si todo el per�odo durante el cual estuvo en pie el templo salom�nico podr�a caracterizarse con veracidad como uno de paz (ver los libros de 2 Reyes y 2 Cr�nicas). Tampoco se puede afirmar que la era del templo de Zorobabel fue pac�fica. "La paz temporal que ten�an ahora, ni hab�a ninguna posibilidad de que fuera perturbada; ... (pero) en tiempos posteriores no la ten�an. El templo mismo fue profanado por Antiochus Epiphanes ... De nuevo por Pompeyo, por Craso, por los Partos, antes de que fuera destruido por Tito y los romanos "(Pusey). Pero el templo de Jesucristo fue el edificio de Aquel que fue por preeminencia el Pr�ncipe de Paz ( Isa�as 9:6), quien vino a ense�ar a los hombres el camino de la paz ( Lucas 1:79 ), quien leg� a sus disc�pulos como su legado de despedida su propia paz ( Juan 14:27), quien muri� para hacer las paces entre Dios y el hombre a trav�s de su cruz ( Efesios 2:14), y qui�n desde entonces ha venido a los hombres en y a trav�s de su evangelio, predicando paz ( Hechos 10:36), y por su Esp�ritu derramando paz en el extranjero en los corazones de los que creen ( Romanos 5:1; Romanos 8:6; Romanos 14:17; G�latas 5:22; Filipenses 4:7; Colosenses 3:15).

III. LA LECCION.

1. La certeza de la Palabra de Dios. Lo que Haggai predijo ha sido cumplido. Entonces, todas las promesas de Dios alcanzar�n su cumplimiento.

2. La superioridad de la dispensaci�n del evangelio. Una dispensaci�n no de letra y forma, sino de esp�ritu y vida; no de condenaci�n y muerte, sino de justificaci�n y gloria; no de duraci�n temporal, sino de continuidad eterna.

3. La perfectibilidad de la carrera. La historia humana ha progresado hasta ahora seg�n la ley: "primero lo que es natural, y luego lo que es espiritual"; no hay raz�n para creer que lo har� de otra manera en el futuro.

Hageo 2:10

La par�bola de lo santo y lo impuro.

I. LA CARTA DE LA PAR�BOLA. Dirigido por Jehov�, Hageo propone dos preguntas a los sacerdotes.

1. Sobre la ley de la santidad comunicada. Suponiendo el caso de un hombre que lleva en la falda de su vestido carne santa, es decir, carne de animales muertos en sacrificio, y con su falda tocando pan, potaje, vino, aceite o cualquier carne, el profeta desea que se le informe si la santidad que de acuerdo con la Ley ( Lev�tico 6:27) se imparti� a la falda extendida m�s para alcanzar tambi�n cualquier cosa con la que la falda pudiera entrar en contacto. A esto los sacerdotes responden correctamente: "No".

2. Sobre la ley de la corrupci�n legal. Afirmando un caso contrario, el de una persona contaminada al haber tocado un cad�ver ( Lev�tico 21:11; N�meros 19:16), Haggai pregunta si el contacto con esa persona podr�a causar los art�culos anteriores no est�n limpios, y se responde r�pidamente que de acuerdo con la Ley lo har�a ( N�meros 19:22).

II LA INTERPRETACI�N DE LA PAR�BOLA. "As� es este pueblo, y tambi�n esta naci�n delante de m�, dice el Se�or".

1. Cualquier santidad que posea la naci�n no puede pasar m�s all� de s� misma. La santidad que pose�an surgi� del hecho de que ten�an un altar en Jerusal�n, que hab�a sido construido inmediatamente a su regreso de Babilonia, y de su mantenimiento en relaci�n con el culto festivo y de sacrificio designado por la Ley de Mois�s ( Esdras 3:1). Sin embargo, esto no podr�a transmitirse al suelo para santificarlo y hacer que fructifique en ma�z, vino y aceite, a pesar de su desobediencia al descuidar la construcci�n del templo. Por otra parte:

2. Cualquier contaminaci�n que estuviera en la naci�n afectar�a a todos los que pertenec�an a la naci�n. Pero la naci�n, por su desobediencia al descuidar la construcci�n del templo, se contamin�, ya que seg�n Jehov� "obedecer es mejor que sacrificar, y escuchar que la gordura de carneros" ( 1 Samuel 15:22). Por lo tanto, su impureza hizo que todo lo que los rodeaba fuera de �l. En particular, puso la tierra bajo una maldici�n que hizo que sus cosechas fueran escasas.

III. LA APLICACI�N DE LA PAR�BOLA.

1. A los d�as anteriores a la reanudaci�n de la construcci�n del templo.

(1) En car�cter, esos fueron d�as de cosechas escasas y mal comercio ( Hageo 1:6), de trabajos infructuosos y expectativas decepcionadas. Mientras que el granjero podr�a haber anticipado de un mont�n de gavillas veinte medidas de trigo, al trillarlo encontr� solo diez; y el viticultor que esperaba sacar cincuenta vasos de vino del abrevadero, tuvo que contentarse con veinte (vers�culo 16).

(2) La raz�n de todo esto fue, aunque nunca pareci� golpear al pueblo, que Jehov�, en castigo por su desobediencia, hab�a herido la tierra con explosiones, moho y granizo (vers�culo 17).

2. A los d�as desde que se pusieron los cimientos del templo. No en la primera ( Esdras 3:10), sino luego, bajo Hageo, en el cuarto y vig�simo d�a del noveno mes del segundo a�o de Dar�o ( Esdras 5:2; Zacar�as 8:9). Hasta el momento, comparativamente hablando, no hab�a semillas en el granero, y solo un peque�o suministro de enredaderas, higos, granadas y aceitunas, ya que la cosecha anterior hab�a sido mala, por lo que a�n no hab�a evidencia de que, en cuanto a su condici�n , cualquier cambio para mejor hab�a comenzado, sin embargo, deb�an anticipar con confianza que a partir de ese d�a Jehov� los bendecir�a.

Aprender:

1. Las limitaciones de la religi�n personal.

2. El mayor contagio que pertenece al pecado.

3. La ceguera del coraz�n humano a los juicios divinos.

4. La certeza de que la piedad ser� recompensada.

5. La capacidad de Dios de hacer m�s all� de lo que la raz�n justifica o el sentido espera.

Hageo 2:23

Zorobabel hijo de Shealtiel.

I. EL TEMA DE UN DIVINO ESPECIAL. VOCACI�N. Esto aludi� en las palabras: "Te he elegido, dice el Se�or de los ej�rcitos". Con esto se quiso decir, no solo que su nacimiento en Babilonia, la preservaci�n y el crecimiento hacia la virilidad, la alta estima y el favor entre sus compatriotas y con Ciro, as� como las habilidades naturales obvias, se hab�an producido de acuerdo con esa providencia general por la cual Dios designa a todos los hombres los momentos de su vida y de su salida al morir ( Eclesiast�s 3:1, Eclesiast�s 3:2), los l�mites de su habitaci�n ( Hechos 17:26), y las circunstancias particulares de su lote (Salmo 16:6); pero, adem�s de esto, ese Dios especialmente malo lo seleccion�, lo dot� y lo entren� para el oficio en el que hab�a sido empujado, el de sacar al pueblo de Babilonia y el trabajo que ten�a que hacer ahora, el de sentar los cimientos, no de un segundo templo simplemente, sino de un segundo imperio. Lo que Hageo deseaba impresionar a Zorobabel era que el puesto que ocupaba al frente de la nueva comunidad era uno que hab�a acudido a �l, no por accidente, sino, como en los casos anteriores de Abraham ( Isa�as 41:2 ), Mois�s ( �xodo 3:10) y Cyrus ( Isa�as 44:28), por cita divina. Uno puede imaginar la inspiraci�n que un pensamiento como ese debe haber impartido a Zorobabel, el est�mulo que debe haber dado a cada buen impulso de su coraz�n, la elevaci�n y la dignidad que debe haber prestado incluso a la acci�n menos significativa que realiz�. Una inspiraci�n, un est�mulo y una dignidad similares podr�an ser disfrutados por todos, al darse cuenta de que "los pasos de un buen hombre son ordenados por el Se�or" (Salmo 37:23), y que para la vida de cada hombre hay un plan existente en la mente de Dios, en el que seguramente se guiar� a cada uno, si tan solo se pone mansamente en la mano de Dios (Salmo 25:9).

II EL POSESOR DE UNA FE FEA. Esta distinci�n se puede reclamar para Zorobabel, aunque no se le asign� un lugar en la magn�fica galer�a de im�genes de Hebreos 11:1 .; porque es dif�cil ver c�mo Zorobabel, siendo el hombre que era, descendiente de la l�nea real de David, y ubicado donde estaba en la pr�spera ciudad de Babilonia, y situado como estaba en el disfrute manifiesto del favor del monarca persa , habr�a actuado como lo hizo, si no hubiera sido pose�do por la fe. En comparaci�n con los que se quedaron en Babilonia, pero un pu�ado se dispuso a buscar la tierra de sus padres; y es poco probable que Zorobabel hubiera echado su suerte con los peregrinos, si no hubiera sido persuadido de que el movimiento era de Dios, que el viaje en el que estaban a punto de entrar les hab�a sido marcado por el Cielo, y que La insignificante y d�bil compa��a misma era un verdadero representante de la Iglesia de Jehov� en la tierra. Puede agregarse ese esp�ritu, que fue precalentado en Zorobabel, el esp�ritu de fe, que puede reconocer la superioridad de las cosas espirituales y religiosas sobre las cosas terrenales y seculares, que no se averg�enza de abrazar la causa de la verdad y la justicia en la tierra, aunque sea humilde y oscuro, porque es la verdad de Dios, y eso siempre est� listo, cuando la voz de Dios grita dentro del alma, "�Qui�n ir� por nosotros?" para responder: "Aqu� estoy, Se�or; �env�ame!" yace en la base de toda verdadera grandeza en el alma.

III. Un ejemplo de coraje indomable. Pocas cosas m�s raras, incluso entre cristianos, que una fortaleza que pueda enfrentar todas las dificultades y desafiar todas las oposiciones, especialmente en asuntos de religi�n. Sin embargo, no hay nada m�s indispensable. Miles de esquemas brillantes, tanto privados como p�blicos, en la Iglesia como en el estado, han quedado en nada por falta de una resoluci�n varonil para continuar con ellos y llevarlos a cabo. Si Zorobabel hubiera sido un cobarde, nunca habr�a hecho una cosa tan tonta como unirse a un pu�ado de peregrinos que propusieron abandonar sus c�modas casas durante un largo y peligroso viaje a fincas pr�speras en Babilonia, y emprender una tierra prometida en el otro lado del desierto sirio. Tampoco, si hubiera sido un debilucho, habr�a logrado llevar a estos peregrinos a salvo a su destino. Trazado en un mapa moderno, parece que no es un viaje lejano entre Babilonia y Jerusal�n. Lo m�s probable es que Zorobabel tomara el camino que Abraham hab�a recorrido mal cuando parti� de Ur de los Caldeos, se dirigi� hacia el norte a Har�n, rode� la cabeza del desierto sirio y baj� a Palestina por Damasco. Sin embargo, para Abraham, con su compa��a relativamente peque�a, la haza�a debe haber sido inmensamente m�s f�cil de lo que podr�a haber sido para Zorobabel, con cincuenta mil cabezas de familia y casi un cuarto de mill�n de almas para hacerse cargo. Pero con la ayuda de Dios y su propio coraz�n fuerte lo hizo. Fue una haza�a solo segunda despu�s de la de Mois�s, que sac� a sus padres de Egipto, los condujo a trav�s del desierto abrasador y ardiente, y los dej� a las puertas de Cana�n. Tampoco otra vez, a menos que Zorobabel hubiera sido un h�roe que no se desanimara f�cilmente, podr�a haber completado el templo, trabajando, como lo hizo, con una compa��a de constructores que se alarmaron ante cada amenaza que la gente de la tierra pronunci� contra ellos. , y que arrojaron sus herramientas al encontrar la resistencia m�s peque�a. Tan dif�cil fue la tarea de mantenerlos en su trabajo, y tan formidables fueron los obst�culos que tuvo que enfrentar, que Zacar�as, un profeta m�s joven que Hageo, compar� el trabajo que ten�a que hacer con la nivelaci�n de una gran monta�a, alent�ndolo a Al mismo tiempo, con la seguridad de que ser�a nivelado, "�Qui�n eres, oh gran monta�a? Antes de Zorobabel te convertir�s en una llanura". Y convertirse en una llanura lo hizo. Reforzados por una nueva compa��a de constructores que surgieron de Babilonia bajo el liderazgo de Ezra, Zorobabel y su banda continuaron el trabajo hasta que se termin�, y el templo recibi� su piedra angular con gritos de "Gracia, gracia a �l" ( Esdras 7:6; Zacar�as 4:7).

IV. UNA ILUSTRACI�N DE PROMOCI�N CONSPICUOSA. Se otorg� un gran honor a Zorobabel cuando fue elegido por Jehov� para ser su siervo, y como tal nombr� al l�der de su pueblo. Un mayor cuando se le asegur� que Dios lo ayudar�a gentilmente hasta que la tarea que le fue asignada se llevara a cabo con �xito. El m�s grande cuando, en recompensa por su fiel servicio, se le prometi� que �l y los suyos ser�an participantes en la futura gloria mesi�nica reservada para Israel; porque esto es lo que significa la cl�usula: "Te har� como un anillo de sello, oh Zorobabel, mi sirviente". Le presta un inter�s notable a este verso de Hageo que le digan que en excavaciones recientes en Temple Hill, se ha descubierto un anillo con el nombre de Hageo inscrito en �l. A los ojos de los orientales, el anillo de dedo, o sello, se consideraba una posesi�n valiosa, a perder, lo que se consideraba una terrible calamidad. Hablar de uno como un anillo de sello era asegurarle un tierno respeto y una cuidadosa preservaci�n. Al revertir la amenaza pronunciada contra Jecon�as, el �ltimo rey de Jud� y el abuelo de Zorobabel (Jeremias 22:24), Jehov� promete que Zorobabel ser� como un anillo de sello en su propio dedo, es decir, estar� indisolublemente asociado con a s� mismo y lo mir� con sincero afecto; y puede decirse que esta promesa se cumpli�, en lo que a Zorobabel se refer�a, en el sentido de que estaba vinculado de manera inseparable con la historia del pueblo de Dios, y de hecho constitu�a un antepasado del Mes�as, que luego surgi� de su l�nea. Pero como el d�a en que la distinci�n prometida deber�a conferirse a Zorobabel se especific� expresamente como el d�a en que el proceso iniciado por Jehov� de sacudir los cielos y la tierra deber�a haberse completado, momento en el que Zorobabel deber�a haber muerto hace mucho tiempo, resulta obvio que la promesa debe entenderse como haber alcanzado su m�s alto cumplimiento en el distinguido descendiente de Zorobabel, a quien luego se le debe hacer el anillo de sello de Jehov�, en recompensa por una mayor obra de emancipaci�n y construcci�n del templo que la que Zorobabel hab�a realizado. Y en esta recompensa todos comparten qui�n, ya sea antes de su venida o desde entonces, han sido compa�eros de trabajo con �l al servir la voluntad de Dios en su d�a y generaci�n.

LECCIONES 1. El valor de los grandes hombres para su propia edad y para el mundo en general.

2. La certeza de una ordenaci�n divina en la vida ordinaria.

3. La imposibilidad de que el trabajo fiel en la tierra pierda su recompensa.

HOMILIAS DE T. WHITELAW

Hageo 2:1

Desaliento regresivo y est�mulo renovado.

En estos vers�culos tenemos el tercero de los discursos sinceros entregados por el vidente devoto a estos constructores de templos. En el primero ( Hageo 1:3) los reprendi� por su negligencia y los estimul� a cumplir con su deber. En el segundo ( Hageo 1:13), en pocas palabras, una sola oraci�n pre�ada, de hecho, les asegur� la presencia de Dios con ellos ahora que se hab�an arrepentido de su negligencia y estaban preparados para consagrarse a lo importante. empresa. En esta tercera direcci�n ( Hageo 2:1) se expandi� sobre la gloria del segundo templo. La gente nuevamente se hab�a desanimado y deprimido, abatido y abatido, y trat� de impulsarlos a un nuevo esfuerzo al indicar el brillo y la bendici�n de los tiempos venideros. Considerar-

I. LAS CAUSAS DE SU DESPONDENCIA. Este desaliento muy pronto volvi� a tomar posesi�n de ellos. Hab�an estado menos de un mes comprometidos en un esfuerzo serio para llevar a cabo el gran trabajo cuando cedieron una vez m�s. Fue "en el vig�simo cuarto d�a del sexto mes" que, incitados por la palabra de Dios a trav�s del profeta, se dedicaron nuevamente al servicio de criar el santuario para el Se�or, y ahora el vig�simo primer d�a. del s�ptimo mes sus manos se cansaron y sus corazones se desmayaron. �Por qu�?

1. El fracaso de sus cosechas. Esto se les present� claramente ante ellos por el hecho de que "la Fiesta de los Tabern�culos" estaba ocurriendo ahora. Este festival se destac� entre los jud�os como "la fiesta", y es descrito por los escritores jud�os como "la fiesta m�s sagrada y m�s grande" de la naci�n. Sirvi� para un doble prop�sito, ya que si bien conmemoraba la bondad de Dios tal como se manifest� a los padres durante sus andanzas por el desierto, tambi�n conmemoraba su bondad en la cosecha reci�n reunida y, por lo tanto, no solo se llamaba "la Fiesta de los Tabern�culos", sino asimismo "la fiesta de la cosecha". En tiempos pr�speros, durante su celebraci�n, la ciudad santa luc�a un aspecto bastante festivo. Se convirti� en un vasto campamento para todas las personas y, con el fin de hacerles m�s v�vida la vida de la tienda de sus antepasados ??en el desierto, vivieron por el momento en casetas, que construyeron con ramas de olivo y olivos. palma, pino y mirto; todos los cursos de los sacerdotes se emplearon en los ejercicios religiosos, se ofrecieron becerros en sacrificio, se ley� la Ley, las trompetas sonaron a diario, y cada uno de los que participaron en la conmemoraci�n llevaba en la mano izquierda una rama de cidra, y en a la derecha una rama de palmera entrelazada con sauces y mirto. Cuando recordamos c�mo, en esta ocasi�n, al celebrar esta fiesta, tendr�an que prescindir de muchos de los acompa�amientos habituales, y tambi�n que la plaga hab�a estado en sus cosechas y, por lo tanto, la recolecci�n hab�a sido escasa ( Hageo 1:6), no debemos sorprendernos de la depresi�n que padec�an.

2. Hubo, sin embargo, otra causa de su abatimiento, a saber. El contraste desfavorable presentado al comparar la estructura que estaban criando con el primer templo. ( Hageo 2:3.) Hab�a viejos entre estos exiliados que hab�an visto el templo de Salom�n y que, cuando se pusieron los cimientos de este segundo templo, conscientes de que la nueva estructura ser�a muy inferior en personaje del antiguo edificio, dio paso a manifestaciones de dolor ( Esdras 3:11). Y parecer�a que, a medida que avanzaba el trabajo de reconstrucci�n, estos hombres con cabeza canosa continuaron volviendo a las glorias del pasado e instituyeron tantas comparaciones desfavorables entre esa �poca y los tiempos que eran ahora, que los constructores se cansaron. y d�bil coraz�n en su trabajo.

II LA CONSIDERACI�N URGIDA POR EL PROFETA PARA FORTALECER SUS CORAZONES Y ANIMARLOS A UNA CONSAGRACI�N RENOVADA. Hageo estaba envejecido, sin embargo, a diferencia de sus contempor�neos, en lugar de detenerse abatidamente en el pasado, mir� con esperanza hacia el futuro. Con una visi�n prof�tica, vio la edad de oro como mentira, no en los d�as de anta�o, sino en el tiempo venidero. Sus pensamientos se centraron en las bendiciones divinas que se otorgar�an de manera abundante y generosa a los verdaderos y fieles, y busc� animar la fe y la esperanza de los trabajadores al dirigir sus mentes a ellos. Les record� a:

1. La presencia permanente del Se�or de los ej�rcitos con ellos, en cumplimiento del pacto hecho con sus padres (vers�culo 5).

2. Los disturbios nacionales que deber�an tener lugar y que deber�an ser anulados a su favor (vers�culos 6, 7).

3. El halo de gloria que eventualmente deber�a descansar sobre el santuario que estaban criando (vers�culos 7, 9).

4. La propiedad divina de todos los recursos materiales (vers�culo 8).

5. La tranquilidad profunda y duradera que se debe experimentar como resultado del desarrollo de los prop�sitos Divinos (vers�culo 9). Los que se dedican al servicio sagrado a�n experimentan la sensaci�n de abatimiento, y la forma de salir de esto es anticipando los d�as m�s brillantes que est�n en la tienda, cuando la rectitud marcar� cada car�cter y la verdad estar� en cada lengua; cuando la santa virtud adornar� toda vida; cuando los frutos celestiales de "amor, gozo, paz, paciencia, bondad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza" abunden en todas partes, y el Se�or de los ej�rcitos tendr� un hogar y una morada en cada coraz�n.

Hageo 2:6

La profec�a mesi�nica del profeta.

Al estudiar el Antiguo Testamento, es profundamente interesante rastrear el desarrollo gradual de la esperanza mesi�nica. Tres etapas distintas son observables.

1. Desde la promesa hecha en la ca�da ( G�nesis 3:15) hasta la muerte de Mois�s. La promesa indefinida con respecto a "la Semilla de la mujer" se hizo m�s precisa en la promesa a Abraham ( G�nesis 12:3), y se revel� a�n m�s expl�citamente en "el Profeta" que Mois�s declar� como extenso surgir, y qui�n debe ser Legislador, Gobernante y Libertador ( Deuteronomio 18:15).

2. Durante los reinados de David y Salom�n, se desarroll� la idea del reinado del Mes�as, y esta realeza divina fue el tema de los salmos mesi�nicos.

3. De Isa�as a Malaqu�as tenemos un desarrollo a�n m�s, la Encarnaci�n y la Pasi�n del Redentor del mundo que se declara (ver Lidden's Bampton Lectures sobre 'Our Lord's Divinity,' lect. 2.). La misi�n de Hageo ten�a una referencia especial para alentar a los constructores del templo en su arduo trabajo; pero los vers�culos que tenemos ante nosotros (vers�culos 6-9) lo conectan con este desarrollo de la anticipaci�n mesi�nica, ya que solo a la luz de la era cristiana se puede realizar todo el significado de su ense�anza como h�roe contenido.

I. CONSIDERE LO QUE ESTA PROFEC�A PROBABLEMENTE SUGERI� A LOS JUD�OS DEL TIEMPO PROPIO DE ESTE VIDOR.

1. Libertad del yugo de la servidumbre. Estos exiliados que regresaron estaban bajo el poder del monarca persa; y entender�an que su vidente (vers�culos 6, 7) significa que pronto ocurrir�n agitaciones pol�ticas entre las naciones, y que su Dios anular� el efecto de su voto.

2. El templo que estaban criando para enriquecerse con riqueza material. "Y vendr� el deseo de todas las naciones", etc. (vers�culos 7, 8). "Chemdah significa deseo, entonces el objeto del deseo, aquello en lo que el hombre encuentra placer y alegr�a, objetos de valor. Chemdath haggoyim es, por lo tanto, las posesiones valiosas de los paganos o, seg�n el vers�culo 8, su oro y plata o sus tesoros y riquezas El pensamiento es el siguiente: ese temblor ser� seguido por este resultado, o producir� este efecto, que todas las posesiones valiosas de los paganos vendr�n a llenar el templo de gloria ".

3. Un tiempo de paz establecida y prosperidad (vers�culo 9). Esta aprensi�n restringida del significado que subyace a las palabras del profeta alegrar�a los corazones de los constructores y los impulsar�a a un esfuerzo renovado.

II CONSIDERE EL CUMPLIMIENTO PARCIAL DE ESTA PROFEC�A DURANTE LA MAYOR EDAD JUD�A. Sabemos que surgieron las convulsiones nacionales insinuadas en la profec�a: que Persia fue sometida por Grecia; que Grecia fue sacudida en fragmentos a la muerte de Alejandro; y que el mundo oriental se convirti� en la presa de Roma; y sabemos tambi�n que mientras estos conflictos continuaban, los jud�os prosperaron, y la riqueza material fluy� hacia su templo, los paganos, con la decadencia de sus sistemas, viniendo y consagrando sus posesiones al Se�or de los ej�rcitos. Tampoco las fichas quer�an el cumplimiento parcial de la profec�a en su significado espiritual. "Los ritos y las ceremonias se retiraron m�s a un segundo plano; y la oraci�n comenz� a asumir su verdadero lugar en la adoraci�n p�blica. El conocimiento religioso de la gente se mantuvo a trav�s de la lectura p�blica regular y la distribuci�n de las Escrituras, que se recogieron temprano en su can�nico actual. Las sinagogas se establecieron, la gente aprendi� en Babilonia que la presencia de Dios se pod�a disfrutar en sus asambleas en cualquier lugar o circunstancia. As� se mantuvo viva en toda la naci�n un tipo de religi�n m�s alta y m�s pura de lo que hab�a conocido en los d�as en que El primer templo con su esplendor exterior y su hermoso ritual excitaba la admiraci�n de la gente, pero rara vez dirig�a sus pensamientos a la contemplaci�n de las verdades que expresaba y prefiguraba ".

III. CONSIDERE EL CUMPLIMIENTO COMPLETO DE LA PROFEC�A EN LA DISPENSACI�N CRISTIANA. La profec�a es mesi�nica. Debajo de su carta yace un profundo significado espiritual. El profeta vio, de lejos, el d�a de Cristo, y testific� de antemano de la gloria de los �ltimos d�as del Se�or y su Cristo. Vemos su pleno logro:

1. En la sacudida de las naciones por el poder del Esp�ritu Divino.

2. La consagraci�n por el bien de todos sus dones y dotaciones al servicio del Se�or.

3. La presencia espiritual realizada de Dios en Cristo con su Iglesia, y que constituye su verdadera gloria.

4. El descanso interior y la tranquilidad que todo su pueblo experimentar� como su otorgamiento. � S.D.H.

Hageo 2:4, Hageo 2:5

La verdadera presencia.

Al contrastar la casa que los constructores estaban levantando para Dios con el primer templo, los "hombres antiguos" sin duda hicieron una referencia al "arca del pacto" y "la Shejin�", que hab�an sido los s�mbolos visibles de Divina presencia. Despu�s de todo, insistir�an, �podr�a esta nueva estructura estar sin estas preciosas se�ales del Se�or, como estar con ellas en toda su majestad y poder? Hageo, por lo tanto, hizo un gran �nfasis en el hecho glorioso de que ten�an con ellos la presencia espiritual del Se�or Alt�simo, quien permanecer�a con ellos y cumplir�a fielmente con ellos todo compromiso de pacto hecho con sus padres (vers�culos 4, 5) .

I. EL HECHO GLORIOSO DE LA PRESENCIA REAL DEL SE�OR CON SU IGLESIA.

1. Esta verdad se declara constantemente en los or�culos de Dios.

2. Fue tra�do a casa a los israelitas en los tiempos antiguos por medio de representaciones simb�licas.

3. Se impresion� a estos cautivos que regresaron al levantar hombres fieles para declarar la marchitez Divina y estimularlos a una devoci�n renovada.

4. Se nos manifiesta en la Encarnaci�n de Dios en Cristo. Dios, de hecho, no morar� con el hombre sobre la tierra, sino que incluso ha llevado la naturaleza del hombre a la uni�n con la suya. �l ha venido a nosotros, afect�ndonos no solo con la gloria de su majestad, sino que nos revela a su coraz�n y nos revela la intensidad de su amor infinito.

II La influencia que la conciencia de esta gran verdad debe ejercer sobre sus servidores.

1. Deber�a ser para ellos en tiempos de depresi�n la fuente de un fuerte consuelo. "S� fuerte" (vers�culo 4); es decir, "consu�late".

2. Deber�a quitarles a todos el miedo, inspir�ndolos con valor santo: "No tem�is" (vers�culo 5).

3. Debe impulsarlos a renovar el esfuerzo consagrado: "y trabajar" (vers�culo 4) .� S.D.H.

Hageo 2:7

El templo de Dios lleno de gloria.

"Y llenar� esta casa de gloria, dice el Se�or de los ej�rcitos".

I. VEA ESTA DIVINA PROMESA COMO CUMPLIDA EN EL ADVIENTO DE CRISTO A ESTE SANTUARIO PARTICULAR PARA DIOS.

1. All�, el Ni�o Jes�s fue llevado en su infancia por Jos� y Mar�a, para que pudieran presentarlo ante el Se�or. En lo que respecta al esplendor material, no se ve�a rastro de �l en esta introducci�n del Ni�o Jes�s a esa casa. A los ricos se les pidi� que trajeran un cordero como ofrenda cuando vinieron a presentar as� a sus hijos, pero Jos� y Mar�a eran demasiado pobres para llevar una ofrenda tan costosa y, por lo tanto, trajeron el regalo m�s humilde que la Ley requer�a. Pero mientras faltaba la gloria terrenal en esta ocasi�n, se expres� una mayor gloria. �Mira a esos distinguidos siervos de Dios! Y al contemplar la vejez contemplando con alegr�a santa a ese indefenso Babe, consider�ndolo como el Libertador de Israel, como en la imaginaci�n eres testigo del �nico, Sime�n, que toma esa forma infantil en sus brazos, exclamando "Se�or, ahora deja que sea", etc. . ( Lucas 2:29), y al contemplar a la otra, Anna, "dando gracias a Dios y hablando del Redentor a todos los que buscaban la redenci�n en Jerusal�n" ( Lucas 2:38 ), �no ve la promesa realizada, "voy a cumplir", etc. ( Hageo 2:7)?

2. Cuando cumpli� los doce a�os, lo encontramos nuevamente en ese templo, sentado como aprendiz, escuchando a los que daban instrucciones all� y haci�ndoles preguntas. No podemos formarnos una idea de la naturaleza de las preguntas que propuso a los maestros en Israel; pero cuando pensamos en esos maestros como confundidos por las preguntas y respuestas de esa Juventud Galilea, cuando recordamos c�mo todos los que lo escucharon se asombraron de su comprensi�n, y cuando reflexionamos sobre la luz Divina y el conocimiento que luego se comunic�, vemos c�mo el d�a en que los padres entristecidos buscaban diligentemente a su Hijo perdido, Dios estaba cumpliendo la promesa hecha hace mucho tiempo a su pueblo, "voy a llenar", etc. ( Hageo 2:7; Lucas 2:42).

3. Cada vez que entraba en ese templo se llenaba de la gloria del Se�or. Esto fue as�, sin importar si se acerc� a �l con el prop�sito de realizar algunas de sus poderosas obras, o para expresar sus maravillosas palabras, o para expulsar del santuario a quienes lo estaban profanando y haciendo que se convirtiera en una cueva de ladrones. . Nunca entr� en �l sin impartirle una gloria como era desconocida para el templo de Salom�n. Ese templo en todo su esplendor no pod�a escuchar comparaci�n con esta segunda, cuando esta �ltima casa fue favorecida con las visitas y la santa influencia del Cristo de Dios; y no fue sino hasta aquellos que deber�an haberse regocijado en la luz que �l imparti� y en el halo que su presencia hab�a rechazado y crucificado que la gloria parti� de este templo como del anterior, y que la ruina irreparable fue tra�da sobre la casa que hab�a sido repetidamente lleno de la gloria del Se�or.

II VEA ESTA DIVINA PROMESA COMO QUE TIENE SU APLICACI�N A CADA SANTUARIO EN EL QUE DIOS SE ADORARA EN ESP�RITU Y EN VERDAD. Cada estructura de este tipo es tanto el templo de Dios como el templo jud�o. El adorador cristiano puede adoptar, en referencia al santuario al que es su felicidad reparar, expresiones tales como Salmo 84:1; Salmo 65:1, Salmo 65:2; Salmo 122:1, Salmo 122:2; y �l puede aplicar a estos santuarios modernos la gran y antigua promesa de su Dios, "Y yo cumplir�", etc. (Salmo 122:7). Solo hay uno esencial para que cualquier santuario pueda estar lleno de gloria, incluso la presencia de Cristo, no la presencia visible, sino espiritual, del Divino Redentor. Deje que esto sea deficiente, y no importa cu�n magn�fica sea la estructura criada o cu�n imponente sea la forma externa. Se pueden usar vestimentas, toda la asamblea puede asumir un aspecto reverencial, la m�sica puede ser del personaje m�s atractivo, el p�lpito puede estar ocupado por alguien que pueda encantar y cautivar por su elocuencia; sin embargo, si la presencia de Cristo no se realiza, la casa no se iluminar� con la verdadera gloria; mientras que gran parte de esto puede faltar, pero si la presencia de Cristo se realiza, la gloria llenar� el lugar. �Qu� contraste hab�a entre este templo y la c�mara superior en la que se reun�an los disc�pulos elegidos, esperando el cumplimiento de la promesa de su Se�or resucitado! Y, sin embargo, en el segundo d�a de reposo despu�s de la Ascensi�n, una gloria llen� esa c�mara superior, tal como era desconocida para el templo jud�o, simplemente porque el que hab�a sido expulsado del templo y quien, durante sus apariciones all�, hab�a sido invariablemente rechazado por sus fieles, fueron invitados bienvenidos en esa habitaci�n superior. Su presencia se realiz� plenamente all�, y por lo tanto el lugar se llen� de la gloria Divina, y se convirti� en "la puerta del cielo". La presencia espiritual del Divino Redentor constituye, por lo tanto, la verdadera consagraci�n de cualquier edificio creado para la adoraci�n y la ense�anza cristiana; Esto es lo que se necesita para que cualquier santuario en nuestros d�as pueda estar lleno de la propia gloria de Dios. Luego, vestido con verdadera sinceridad de esp�ritu, participando de su amor, su pureza, su espiritualidad, su consagraci�n, caminando mientras caminaba, honestamente, con rectitud, consistentemente y cumpliendo las condiciones de las que depende su manifestaci�n, podemos sentirlo cerca , como en el santuario, querido por asociaciones sagradas, participamos en actos de adoraci�n; cerca de nosotros, el imitador de una vida divina, el inspirador de todas nuestras canciones, nuestras oraciones, nuestras palabras, nuestros trabajos; El Otorgador de grandes bendiciones sobre nosotros y sobre todos los que est�n dentro del alcance de nuestra influencia. "Ahora, pues, lev�ntate, oh Se�or Dios", etc. ( 2 Cr�nicas 6:41). - S.D.H.

Hageo 2:8

La consagraci�n de la riqueza.

"La plata es m�a, y el oro es m�o, dice el Se�or de los ej�rcitos".

I. El derecho divino a todo lo que poseemos. Dios es nuestro soberano y, como tal, ejerce dominio sobre nosotros y nos dispone como le parezca bueno. �l ejerce esta soberan�a en estricta conformidad con los principios de sabidur�a, rectitud y bondad. Este derecho divino tiene referencia, no solo a nosotros mismos, sino que se extiende tambi�n a todo lo que poseemos. "Todas las cosas vienen de �l". No somos m�s que administradores de su generosidad. El reconocimiento de este hecho contribuye al bienestar real de un hombre. Si un hombre ve sus posesiones como propias, est� en peligro de ese amor al dinero que es la ra�z de todo mal. Por lo tanto, es con miras a la preservaci�n espiritual del hombre, as� como con el debido respeto al beneficio de la raza y al progreso de su causa, que Dios insiste en su derecho, diciendo: "La plata es m�a", etc. Hageo 2:8).

II LA IMPORTANCIA DEL RECONOCIMIENTO DE ESTE DIVINO DERECHO POR PARTE DEL HOMBRE Y LA CONSAGRACI�N DE SU SUSTANCIA AL SERVICIO DE DIOS.

1. El descuido de esto implica p�rdida. La regla joven es un ejemplo ( Mateo 19:16). "Se fue triste, porque ten�a grandes posesiones". Mantuvo su riqueza, pero con un sacrificio terrible, porque perdi� la relaci�n con Cristo, las alegr�as de la vida cristiana y los tesoros sin fin con los que el Salvador estaba preparado para enriquecerlo.

"Porque marca el cambio! As� dice el Se�or:

'Ven, parte con la tierra para el cielo hoy'.

El joven, asombrado por la palabra,

En silenciosa tristeza se fue por su camino ".

2. Respecto a esto asegura ganancia. Cornelius un ejemplo ( Hechos 10:1, Hechos 10:2). �l ve�a la propiedad como un fideicomiso. Le dio a Dios lo que le correspond�a. Sus oraciones y sus limosnas "surgieron para un memorial ante Dios". Y el resultado fue que Dios lo bendijo, otorg�ndole el ministerio de los �ngeles, gui�ndolo a la verdad por su siervo, imparti�ndole la conciencia de su amor y llen�ndolo con las gracias de su Esp�ritu. Prestemos f�cilmente a Dios su justo reclamo en referencia a las posesiones de la tierra.

(1) cuando se necesita ayuda para mantener su adoraci�n;

(2) cuando el grito de angustia, ocasionado no por imprevistos, sino por influencias adversas inevitables, se eleva a nuestros o�dos;

(3) cuando se encuentren nuevas oportunidades para hacer la obra de Dios tanto en casa como en el extranjero, y exijan una mayor liberalidad para que puedan ser abrazados, que se escuche la voz de Dios en ellos, insinuando que necesita los recursos que han llegado a nosotros como sus dones, y d�mosle alegremente los suyos. �Porque qui�n tiene tanto derecho a lo que poseemos de los bienes de este mundo como aquel cuyos obsequios son estos, y qui�n en el otorgamiento de ellos ha bendecido el trabajo de nuestras manos?

Hageo 2:9

La paz de dios.

"Y en este lugar dar� paz, dice el Se�or de los ej�rcitos". Se han propuesto varias teor�as sobre c�mo se puede asegurar la paz y la prosperidad temporal a un pueblo. Uno le dir� que todo depende de qu� partido pol�tico est� en el poder; un segundo llorar�, "Libre Comercio"; un tercero responder�, "Protecci�n"; un cuarto se dilatar� sobre "la reforma de las leyes de tierras"; un quinto aumentar� sobre la importancia del mantenimiento de nuestro prestigio militar, afirmando que la paz est� mejor garantizada al estar preparados para la guerra; pero podemos estar seguros de que los fundamentos de la paz y la prosperidad nacionales se encuentran mucho m�s lejos, y se colocan en rectitud y rectitud. La verdadera paz y, como consecuencia, la prosperidad duradera, llegan a un pueblo solo en un sentido secundario a trav�s de sus gobernantes y legisladores, y hombres de marca en los diversos departamentos: vienen principalmente a trav�s del pueblo mismo. En la medida en que se vuelvan temerosos de Dios y parecidos a Cristo, sumisos a la autoridad Divina y guiados por los principios de la Palabra de Dios, los bendecir� y los har� pr�speros y felices. Pero hay una forma de paz m�s alta que la que se denomina temporal, y a esa bendici�n m�s exaltada se refiere la promesa Divina contenida en este texto. Los retornados del exilio ahora disfrutaban de la paz temporal. Habitaban en quietud, aunque los sujetos de una potencia extranjera. Pero el Se�or de los ej�rcitos les prometi� paz espiritual, y les asegur� que, en asociaci�n con el santuario que estaban levantando para su honor, deber�an experimentar tranquilidad interior y descanso. "En este lugar dar� paz", etc. ( Hageo 2:9).

I. DIOS CUMPLE SU GRACIA PROMESA A SUS SIERVOS COMO SE RE�NEN EN SU SANTUARIO CARGADO CON UN SENTIDO DEL PECADO. En nuestra vida diaria estamos continuamente contrayendo pecados nuevos. Nos desviamos de los caminos de Dios, nos desviamos de sus preceptos y, como resultado, estamos inquietos e inquietos. Y viniendo as� a su casa, cuando nos inclinamos, en adoraci�n, y mientras escuchamos la historia del amor redentor, nos sentimos humildes en esp�ritu y llenos de penitencia, y encontramos paz en Cristo. El que controlaba los vientos y las olas controla tambi�n las pasiones y los tumultos del esp�ritu humano m�s salvaje mientras dice en tonos graciosos: "Ven a m� y te dar� descanso".

II DIOS CUMPLE SU GRACIOSA PROMESA A SUS SIERVOS AL REUNIRSE EN SU SANTUARIO OPRIMIDO CON SENTIDO DE SORROW. En cada congregaci�n reunida para el culto se encuentran corazones tristes. "Cada coraz�n conoce su propia amargura", y poco sabemos cu�ntas y variadas son las pruebas que experimentan aquellos que forman a nuestros compa�eros adoradores; y como tal en su profunda necesidad, y oprimidos por las penas que no pod�an revelar a los dem�s, recurrir a aquel que se siente conmovido por nuestras enfermedades, se sienten divinamente aliviados y socorridos, y se dan cuenta del cumplimiento de la antigua promesa ". Y en este lugar, "etc. ( Hageo 2:9).

III. DIOS CUMPLE ESTA GRACIOSA PROMESA A SUS SERVIDORES MIENTRAS SE RE�NEN EN SU SANTUARIO ACOSADO A TRAV�S DE UN SENTIDO DE MALA CONFIANZA. Surgen dudas dentro de la mente, se presentan problemas con respecto a la verdad de Dios y su providencia que desconciertan y dejan perplejo, y como sucedi� con Asaph en la antig�edad, as� ha sido con muchos desde entonces: han encontrado luz arrojada sobre el camino oculto mientras haber venido al santuario de Dios (Salmo 73:16, Salmo 73:17). Y as�, en todo momento y bajo todas nuestras experiencias, puede respirar sobre nosotros la paz que calma el alma turbada y hace que el coraz�n cansado descanse.

Hageo 2:10

El pasado y el futuro.

Hab�an transcurrido dos meses desde entonces, estimulados por las brillantes palabras del profeta, los constructores del templo hab�an retomado sus labores (comp. Hageo 2:1 con Hageo 2:10). Estos meses fueron de gran importancia con referencia a los intereses agr�colas, siendo la temporada habitual para sembrar la semilla y plantar las vides. Que en ese momento pudieran manifestar tanto entusiasmo en la obra de reconstrucci�n del templo demostr� cu�n fervientemente sinceros eran; Lamentablemente, esta seriedad es m�s evidente cuando recordamos que las cosechas anteriores habiendo fracasado, la gente debe haber estado en circunstancias muy dif�ciles en este momento. No es sorprendente que, mientras se dedicaban a estas operaciones combinadas, la depresi�n renovada tomara posesi�n de sus corazones, y si con tristeza se preguntaban qu� har�an si la pr�xima cosecha tambi�n fallara. La direcci�n de Hageo registrada en estos vers�culos (10-19) fue dise�ada ya sea para anticipar o para enfrentar aprensiones tan sombr�as; y solo tenemos que escuchar este dise�o en mente, y el significado de sus palabras, de lo contrario algo ambiguo, se vuelve muy claro.

I. LA CAUSA DE LA GRAN ADVERSIDAD.

1. �l traz� esto a su propia deserci�n moral. El m�todo que adopt� fue peculiar: fue a trav�s de las par�bolas que trat� de hacerles v�vidos su �ltimo pecado, y que hab�an causado su dolor.

(1) La primera par�bola y su aplicaci�n. Los refiri� a los sacerdotes, pidi�ndoles que preguntaran si, si un hombre lleva carne santa en la alfombra de su ropa (es decir, carne de animales sacrificados como sacrificios), y si tocaba alg�n alimento con la alfombra, la comida as� tocada consagrarse. Los sacerdotes, de acuerdo con la Ley ceremonial ( Lev�tico 6:27), respondieron: "No" (vers�culos 11, 12), afirmando que la moqueta del vestido se hizo santa, pero que no se dijo en La Ley de que podr�a comunicar esta santidad. Entonces, el profeta implicado (vers�culo 14), fue con su naci�n. Dios hab�a elegido su tierra para establecer su nombre all�. Su adoraci�n se hab�a establecido en medio de ellos, se hab�a constituido un pueblo favorecido y su tierra se hab�a consagrado a trav�s de esta asociaci�n con el Se�or. Esto, sin embargo, no afect� lo que se hab�a plantado en el suelo; la tierra no estaba obligada a producir un aumento abundante en virtud de estas asociaciones sagradas. Fue solo por ser fieles a su alto llamamiento, cultivando diligentemente el suelo y mirando hacia el cielo por la bendici�n, que se pudo disfrutar de la prosperidad temporal, y la falta de este esp�ritu hab�a sido la causa de toda su tristeza.

(2) La segunda par�bola y su aplicaci�n. Se hizo nuevamente un llamamiento a los sacerdotes, para saber si, si alguien que hubiera sido contaminado por el contacto con un cad�ver tocara algo, la cosa as� tocada ser�a inmunda. Los sacerdotes respondieron sin vacilar que as� ser�a, las declaraciones de la Ley ceremonial sobre este punto eran muy expl�citas ( N�meros 19:1). As� que el profeta afirm� que su pueblo, descuidando las pretensiones de Jehov�, se hab�a vuelto moralmente impuro, y la plaga hab�a descansado sobre las obras de sus manos (vers�culo 14). Su adversidad se pod�a rastrear hasta su triste deserci�n del deber sagrado y la dedicaci�n al Se�or su Dios.

2. Insinu� que debido a esta deserci�n, Dios los hab�a visitado en juicio. En el castigo los hab�a golpeado con explosiones, moho y granizo, haciendo que su trabajo fuera tan abortivo que sus gavillas no hab�an tenido m�s que un retorno (vers�culos 15-17).

3. Record� el hecho de que, a pesar de estos juicios, hab�an persistido en su incumplimiento del deber. "Sin embargo, no se volvi� hacia m�, dice el Se�or" (vers�culo 17). El fuerte discurso fiel del profeta indica que hab�a habido entre estos cautivos retornados mucha indiferencia, frialdad y muerte en referencia a la obra de Dios, y era justo que se les recordara esto, y eso por el doloroso recuerdo de el fracaso pasado deber�an ser estimulados a una consagraci�n m�s completa y completa en el futuro, y hacia lo cual podemos estar seguros de que el vidente devoto gustosamente se volvi�. El pasado es irrevocable e irrecuperable. Sin l�grimas, sin arrepentimientos, puede recuperarlo para nosotros.

"�T� pasado implacable!

Fuertes son las barreras de tu oscuro dominio; todas las cosas, s�, incluso la vida del hombre en la tierra, desl�zate hacia tus d�biles dominios y est�n atados ".

Sin embargo, el futuro est� disponible y, por lo tanto, dejando el pasado, con todas nuestras deficiencias en relaci�n con �l, y regocij�ndonos en la misericordia de Dios y en la fuerza que �l est� tan dispuesto a impartir, "vamos y no pequemos m�s".

II LA GARANT�A DE LA PROSPERIDAD FUTURA. (Verso 19.) Su acci�n ahora hab�a cambiado completamente. Reconocieron completamente las afirmaciones de Dios; en lugar de buscar sus propios fines personales y ego�stas, ahora se consagraron de coraz�n y alma a la obra de Dios, esforz�ndose en todos los sentidos por avanzar su gloria. El templo se levant� y "lo terminaron seg�n el mandamiento", etc. ( Esdras 6:14). Y su actitud hacia Dios y su trabajo siendo as� cambiados, su actitud hacia ellos tambi�n cambi�. Todav�a deben experimentar por un tiempo los efectos de su negligencia pasada, en ese tiempo debe transcurrir antes de que aparezca la fruct�fera riqueza donde antes hab�a habido escasez y esterilidad, pero podr�an estar seguros del regreso del favor del Se�or; s�, desde ese momento esta alegr�a deber�a ser de ellos. "Desde este d�a te bendecir�" (vers�culo 19). As� es en nuestra vida, que mientras los querubines con la espada llameante guardan severamente la puerta del pasado, de modo que no hay posibilidad de nuestro regreso ( G�nesis 3:24), tambi�n est� el �ngel del Se�or abriendo el camino delante de nosotros a trav�s del desierto, y preparado para guiarnos, si queremos, al Ed�n m�s brillante que se encuentra m�s all� ( �xodo 23:21, �xodo 23:22).

Hageo 2:20

El mensaje final.

Nos reunimos de este �ltimo mensaje grabado de este profeta, y nos dirigimos a Zorobabel:

I. LA IMPOSIBILIDAD DE JUZGAR RESPETANDO EL FUTURO DE LAS APARICIONES PRESENTES. El vidente se refiri� a las futuras conmociones y agitaciones en la vida nacional ( Hageo 2:21, Hageo 2:22); pero en el momento en que pronunci� estas indicaciones, todo era paz y tranquilidad. Rawlinson se refiere al imperio persa como una extensi�n de m�s de dos millones de millas cuadradas, o m�s de la mitad de la Europa moderna, y este vasto poder estaba en este momento intacto. En la visi�n inicial de Zacar�as, haciendo referencia a este tiempo, la representaci�n hecha fue: "He aqu�, toda la tierra est� quieta y est� en reposo" ( Zacar�as 1:11). No podemos pronosticar el futuro; No sabemos lo que puede traer un d�a.

II El reconocimiento de Dios en el derrocamiento de las naciones. Repetidamente en los vers�culos 21 y 22, el Alt�simo se refiere a su propia acci�n en las convulsiones y revoluciones que tienen lugar. "Voy a temblar", etc. Mientras que las disputas civiles y las disputas y los conflictos militares contribuyen al efecto de tal desolaci�n, estos no son m�s que agentes que cumplen inconscientemente los deseos Divinos. "El Se�or Dios Omnipotente reina"; "Cambia los tiempos y las estaciones: quita reyes y establece reyes" ( Daniel 2:21); "Este es el dedo de Dios".

III. LA SEGURIDAD ENTRE TODOS ESTOS CAMBIOS DE TALES COMO EST�N REALMENTE CONSAGRADOS AL SERVICIO DEL SE�OR. (Verso 23.) El anillo de sello era una ficha preciosa. Fue usado por el pr�ncipe oriental en uno de los dedos de su mano derecha, y fue apreciado por �l por encima de todas las cosas. El s�mbolo, como se usa aqu�, sugiere que Zorobabel el pr�ncipe, que tan fielmente hab�a cumplido su confianza, deber�a ser amado y cuidado por Dios; que el Se�or lo apreciar�a incluso cuando el anillo del sello fuera apreciado por su due�o. Zerubbabel es considerado por algunos como un personaje simb�lico, t�pico de Cristo, el Pr�ncipe de la Paz, que estaba por venir; y tal consideraci�n esta seguridad dirigida a �l como que tiene su aplicaci�n para el Mes�as, y que establece el deleite del Divino Padre en �l. El emblema puede extenderse a�n m�s en su aplicaci�n. Todos los corazones verdaderos y leales son atendidos por �l como sus elegidos, y los preservar� para su reino eterno. � S.D.H.

HOMILIAS DE D. THOMAS

Hageo 2:1

El mensaje de Dios a su pueblo por Hageo.

"En el s�ptimo mes, en el vig�simo d�a del mes, vino la palabra del Se�or por el profeta Hageo, diciendo: Habla ahora a Zorobabel, hijo de Shealtiel, gobernador de Jud�, y a Josu�, hijo de Josedech, el sumo sacerdote y el resto del pueblo ", etc. Aqu� est� el segundo mensaje Divino dirigido por Hageo a Zorobabel, Josu� y el resto del pueblo. Observar:

1. El mensaje Divino a menudo viene de un hombre a muchos. Ahora vino por Hageo.

2. Todos los templos excepto el templo de la naturaleza deben ser construidos por el hombre mismo. Dios podr�a haber tachonado el mundo con templos; pero ha honrado la naturaleza humana al dejar que los hombres la hagan.

3. Cualquier aplazamiento del deber se opone a la voluntad de Dios. Todo deber requiere la m�xima prontitud. Los jud�os ahora estaban jugando con el deber. El tema de estos vers�culos es: Dios requiere trabajo humano �nicamente para objetos religiosos. Tenemos que trabajar por muchas cosas: por la subsistencia material, por la cultura intelectual y la informaci�n cient�fica, pero en general por una religi�n. El verdadero trabajo en todas sus formas debe ser religioso. Cualquier cosa que hagamos de palabra o de hecho, debemos hacer todo para la gloria de Dios. Aqu� se sugieren tres pensamientos en relaci�n con este tema:

I. QUE ESTE TRABAJO DEBE SER ESTIMULADO POR LA VISI�N DE LA DECADENCIA RELIGIOSA. El templo, una vez la gloria del pa�s, ahora estaba en ruinas, etc. "�Qui�n queda entre ustedes que vio esta casa en su primera gloria? �Y c�mo la ven ahora?" �En qu� estado bajo se ha hundido la religi�n genuina en nuestro pa�s! Es fr�o, formal, mundano, convencional.

II QUE ESTE TRABAJO DEBE REALIZARSE POR LA EJERCICIO M�S VIGOROSA. "S� fuerte, oh Zorobabel, ... s� fuerte, oh Josu�, s� fuerte, todos los pueblos de la tierra". Todos los poderes de nuestra naturaleza deben concentrarse en este trabajo, el trabajo de reanimaci�n. �Por qu�?

1. Porque es correcto, y por lo tanto, puede arrojar su conciencia en ello.

2. Porque es digno de todas tus facultades. Llama y honra todas las facultades de tu naturaleza.

3. Porque es urgente. Los mayores intereses de sus compatriotas y su raza dependen de ello.

III. ESTE TRABAJO DEBE INCLUIR LA COOPERACI�N DE TODOS. Todos est�n llamados a trabajar aqu�. Los hombres en el cargo y la gente. Todos deber�an unirse en este trabajo. Se trata de todos: j�venes y viejos, ricos y pobres. Las energ�as de todos deber�an ser incluidas en esta gran obra de avivamiento religioso.

IV. ESTE TRABAJO TIENE UNA GARANT�A DE ASISTENCIA DIVINA. "Porque yo estoy con ustedes, dice el Se�or de los ej�rcitos", etc. Aquellos que se dedican a este trabajo son trabajadores junto con Dios. �l est� con ellos, inspirando, dirigiendo, alentando, energizando. Cristo les dice a sus disc�pulos: "He aqu�, yo estoy contigo siempre, hasta el fin del mundo".

Hageo 2:6

El progreso moral del mundo.

"As� dice el Se�or de los ej�rcitos; Sin embargo, una vez, es un momento, y sacudir� los cielos, la tierra, el mar y la tierra seca", etc. Indudablemente, la humanidad est� progresando en ciertas direcciones, en lo secular informaci�n, en descubrimientos cient�ficos, en artes �tiles y ornamentales, en la extensi�n del comercio, en los principios de la legislaci�n. Pero si est� progresando en excelencia moral es indudablemente cuestionable, y sin embargo no hay progreso real sin esto. El verdadero progreso del hombre es el progreso de la bondad moral. El pasaje sugiere tres pensamientos en relaci�n con este progreso moral.

I. REQUIERE GRANDES REVOLUCIONES SOCIALES ENTRE LA HUMANIDAD. "As� dice el Se�or de los ej�rcitos; pero una vez, es un rato, y sacudir� los cielos, la tierra, el mar y la tierra seca". Quiz�s la referencia principal aqu� es a los cargos que deb�an efectuarse en el sistema jud�o y en la comunidad, como preparaci�n para la dispensaci�n cristiana. El juda�smo fue, como sabemos, sacudido en su centro por la aparici�n de Cristo. Las revoluciones en la sociedad me parecen esenciales para el progreso moral de la raza. Debe haber revoluciones en las teor�as y pr�cticas en relaci�n con gobiernos, mercados, templos, iglesias. �Cu�nto deben ser sacudidos en el cielo y la tierra de la cristiandad antes de que la causa del verdadero progreso moral pueda avanzar! �No podemos esperar que todas las revoluciones que ocurren constantemente en gobiernos y naciones sean solo la eliminaci�n de obstrucciones en la marcha moral de la humanidad? En el choque de armas, en la ca�da de los reinos, uno debe escuchar las palabras, "Prep�rense el camino", etc.

II IMPLICA LA SATISFACCI�N DE LOS CRAVINGS MORALES DE LA HUMANIDAD. "El deseo de todas las naciones vendr�". Si esto se refiere a Cristo o no ha sido cuestionado. A�n as�, la filosof�a y la historia muestran que cumple con todo el anhelo moral de la humanidad. El anhelo moral de la humanidad se satisface en Cristo, y solo en Cristo.

1. El deseo profundo del hombre es la reconciliaci�n con su Creador.

2. El deseo profundo del hombre es tener armon�a interior del alma. Cristo efect�a esto.

3. Tener unidad fraternal con la raza. El socialismo moral es lo que todas las naciones anhelan. Cristo da esto. Rompe la pared intermedia de la partici�n. �l une a todos los hombres al unir a todos los hombres con Dios.

III. ASEGURA LAS MANIFESTACIONES M�S ALTAS DE DIOS PARA HOMBRES. "Voy a llenar esta casa de gloria, dice el Se�or".

1. Dios ser� reconocido como el Propietario universal. "La plata es m�a y el oro es m�o", etc. Cuando llegue el momento, los hombres sentir�n que todo es de Dios, no de ellos. Actuar�n como fideicomisarios, no como propietarios. Dios ser� todo en todos.

2. Dios ser� reconocido como el dador universal de la paz. "Dar� paz, dice el Se�or de los ej�rcitos" - D.T.

Hageo 2:10

Deber humano.

"En el vig�simo vig�simo d�a del noveno mes, en el segundo a�o de Dar�o, lleg� la palabra del Se�or por el profeta Hageo, diciendo: As� dijo el Se�or de los ej�rcitos; pregunta ahora a los sacerdotes acerca de la Ley", etc. "En el vig�simo cuarto d�a del noveno mes del mismo a�o, es decir, exactamente tres meses despu�s de que la congregaci�n hab�a reanudado la construcci�n del templo ( Hageo 1:15), y aproximadamente dos meses despu�s la segunda profec�a ( Hageo 2:1), una nueva palabra del Se�or se pronunci� a trav�s de Hageo al pueblo. [Esta es la tercera direcci�n del profeta, que se extiende sobre los vers�culos 10-19.] Era tiempo, ya que El des�nimo que hab�a atrapado a la gente unas semanas despu�s de la reanudaci�n del edificio hab�a sido disipado por las promesas consoladoras en los vers�culos 6-9, y el trabajo fue perseguido vigorosamente, para confirmar a la gente en la fidelidad que hab�an manifestado. otorg�ndoles la bendici�n que se hab�a retirado. Con este fin, Hageo recibi� la comisi�n de hacerlo. claramente claro para la gente que la maldici�n, que hab�a reca�do sobre ellos desde que se descuid� la construcci�n del templo, no hab�a sido m�s que un castigo por su indolencia al no impulsar la obra del Se�or; y que a partir de ese momento el Se�or les otorgar� nuevamente su bendici�n "(Delitzsch). El pasaje sugiere dos hechos.

I. QUE LA PREGUNTA DEL DERECHO HUMANO 1 DEBE DECIDIRSE POR UNA APELACI�N A LA AUTORIDAD DIVINA. "As� ha dicho el Se�or de los ej�rcitos; pregunta ahora a los sacerdotes acerca de la ley". La pregunta, por supuesto, implica dos cosas.

1. Que existe una ley divina escrita para la regulaci�n de la conducta humana. Aunque la Ley aqu� se refiere a los institutos ceremoniales que estaban contenidos en el c�digo lev�tico, tambi�n hay una ley divinamente escrita de un significado mucho m�s alto: esa ley moral que surge de las relaciones del hombre y es vinculante para el hombre como hombre, aqu� y en todas partes. , ahora y siempre.

2. Que hay int�rpretes divinamente designados de esta ley. "Pregunta ahora a los sacerdotes". Bajo la vieja econom�a hab�a hombres designados y calificados por Dios para exponer la Ley al pueblo; y en cada �poca hay hombres dotados de ese genio de alta moral que les da una idea de los principios eternos de la obligaci�n moral. Ellos descifran esos principios, no solo en las palabras de Dios, sino en sus obras; tienen esa "unci�n �tica y espiritual del Santo", por la cual saben todas las cosas relacionadas con el deber. Por lo tanto, la cuesti�n del deber debe decidirse. No puede decidirse por las costumbres de la �poca, las promulgaciones de los gobiernos o los decretos de las Iglesias. "A la Ley y al testimonio". La voluntad de Dios es el est�ndar de la obligaci�n moral.

II QUE LA DESCARGA DEL SERVICIO REQUIERE EL ESP�RITU DE OBEDIENCIA. Era deber de los jud�os ahora reconstruir el templo; pero cumplieron ese deber no simplemente juntando las piedras y las vigas y coloc�ndolas en orden arquitect�nico. Requer�a a�n m�s el esp�ritu de consagraci�n. El profeta trat� de imprimir esto en la mente de sus compatriotas involucrados en este trabajo al proponer dos preguntas que se refieren a puntos en la ley ceremonial. El primero hac�a referencia a la comunicaci�n de la santidad de los objetos sagrados a otros objetos que se ponen en contacto con ellos. "Si uno lleva carne santa en la falda de su vestido, y con su falda toca pan, o potaje, o vino, o aceite, o alguna carne, �ser� santo?" En otras palabras, si, si una persona lleva carne sagrada en una solapa de su prenda de vestir, y toca alg�n alimento con la solapa, �deber�a volverse santa en consecuencia? Los sacerdotes dijeron: "No"; y con raz�n La mera santidad ceremonial no puede impartir virtud a nuestras acciones en la vida diaria; No podemos hacer que nuestros esfuerzos en el servicio de Dios sean aceptables para �l. El ritualismo sin justicia no tiene valor moral. La segunda pregunta era esta: "Si alguien que est� inmundo por un cad�ver toca alguno de estos, �ser� inmundo?" Los sacerdotes respondieron y dijeron: "Ser� inmundo". "La suma", dice un viejo escritor, "de estas dos reglas es que la contaminaci�n se comunica m�s f�cilmente que la santificaci�n; es decir, hay muchas formas de vicio, pero solo una de virtud, y una dif�cil. Bonum oritur ex integris ; malum ex quolibet defectu, 'El bien implica perfecci�n; el mal comienza con el m�s m�nimo defecto'. Que los hombres no piensen que vivir entre buenas personas los recomendar� a Dios, si ellos mismos no son buenos; pero que aprendan que tocar lo inmundo los contaminar� y, por lo tanto, que se mantengan alejados de �l ".

CONCLUSI�N. Marca:

1. La importancia trascendente del esp�ritu de obediencia. �Qu� son las celebraciones ceremoniales, y cu�les son todos los esfuerzos intelectuales o corporales, en relaci�n con la religi�n, aparte del esp�ritu de obediencia? Nada y peor. "He aqu�, obedecer es mejor que el sacrificio". "�Qu� tengo que ver con la multitud de tus oblaciones", etc.?

2. Ese hombre puede comunicar m�s f�cilmente el mal a otro que el bien. Como una persona legalmente impura podr�a impartir su impureza a cualquier cosa, y una persona legalmente santa no podr�a impartir su santidad a nada, por lo que se sugiere que el mal se comunica m�s f�cilmente al hombre que el bien. Esta es una triste verdad, y probada por la observaci�n y experiencia universales. Las zarzas crecer�n sin cultivo, pero no las rosas. Un hombre puede transmitirle la fiebre a otro m�s f�cilmente de lo que puede darle su salud. � D.T.

Hageo 2:15

Las temporalidades del hombre.

"Y ahora, te ruego, considera desde este d�a en adelante, desde antes de que una piedra fuera puesta sobre una piedra en el templo del Se�or", etc. El tema de estos vers�culos es la temporalidad del hombre; o, en otras palabras, sus circunstancias terrenales, su condici�n secular. Y el pasaje sugiere tres ideas en relaci�n con este tema.

I. LAS TEMPORALIDADES DEL HOMBRE EST�N A LA DISPOSICI�N ABSOLUTA DE DIOS. Aqu� el Todopoderoso se representa como una vez, es decir, el per�odo que se atreve a descuidar su reconstrucci�n del templo, reteniendo al pueblo jud�o la prosperidad temporal. Pero despu�s de haber comenzado el trabajo en serio, la corriente de prosperidad comenzar�a a fluir. Aqu� est�n las palabras: "Antes de que una piedra fuera puesta sobre una piedra en el templo del Se�or: como aquellos d�as eran, cuando uno llegaba a un mont�n de veinte medidas, hab�a solo diez: cuando uno llegaba a la prensa gordo para sacar cincuenta vasos de la prensa, solo hab�a veinte ". "Fui yo quien te dio solo diez en lugar de veinte medidas, solo veinte en lugar de cincuenta vasijas en la tina. Fui yo quien te hiri� con explosiones, moho y granizo". As� es siempre. Las circunstancias temporales del hombre est�n a disposici�n de Dios. De la tierra sale todo bien temporal del hombre; pero puede hacer que la tierra sea est�ril o fruct�fera, seg�n le plazca. Puede atarlo con heladas, inundarlo con inundaciones o quemarlo con calor. �Hombre, deja de enorgullecerte de tu prosperidad temporal!

II QUE DIOS REGULA A VECES LAS TEMPORALIDADES DEL HOMBRE SEG�N EL CAR�CTER MORAL DEL HOMBRE. El Todopoderoso aqu� le dice al pueblo jud�o que, como consecuencia de su negligencia en su orden de reconstruir el templo, les sobrevendr�a una angustia temporal. Los golpe� con "explosiones" y con "moho" y con "granizo en todas las" labores de sus manos ". Pero tan pronto como comenzaron en serio, dijo:" Desde este d�a te bendecir�? El hecho de que Dios a veces y no siempre regula las temporalidades del hombre de acuerdo con su obediencia moral o desobediencia sugiere:

1. Que el cultivo de un alto car�cter moral es importante para los hombres como ciudadanos de esta tierra. "La piedad es rentable para todas las cosas".

2. Que incluso esta expresi�n ocasional del respeto de Dios por la conducta moral es suficiente para justificar la creencia en la doctrina de una retribuci�n futura y universal. Antecedentemente, debemos inferir que, bajo el gobierno de un Dios todo sabio, todopoderoso y justo, las circunstancias seculares del hombre estar�an de acuerdo con su valor moral. Hubiera sido as�, si el hombre no hubiera ca�do, sin duda. A veces es as� ahora, como en el caso que tenemos ante nosotros. Ser� universalmente as� alg�n d�a, el gran d�a que le espera a la humanidad.

III. QUE ESTOS HECHOS NUESTRO PODEROSO FABRICANTE NOS REQUIERE PROFUNDAMENTE ESTUDIAR. "Ahora, te ruego, considera desde este d�a en adelante". Este llamado a considerar los hechos se repite tres veces. Considere por qu� la adversidad vino sobre usted en el primer caso y por qu� se promete la bendici�n en el segundo caso. Fue, en una facilidad, porque descuidaste tu deber moral, y en la segunda porque comenzaste a cumplirlo. �Por qu� deber�an estudiarse estos hechos?

1. Que podamos tener una conciencia pr�ctica de que Dios est� en el mundo. En todos los elementos de la naturaleza, en todas las estaciones del a�o, en todas las diferentes temperaturas y estados de �nimo de la naturaleza, vemos a Dios en todas las cosas. "El lugar donde est�s es tierra santa".

2. Que podamos tener una conciencia pr�ctica de que Dios reconoce las distinciones morales en la sociedad humana. Dios y el mal no son iguales para �l. Lo bueno que ve, lo aprueba; El mal que contempla, lo aborrece.

3. Que podamos tener una conciencia pr�ctica de que la retribuci�n est� en acci�n en el gobierno Divino. � D.T.

Hageo 2:20

Terribles revoluciones.

"Y nuevamente la palabra del Se�or vino a Hageo en el vig�simo vig�simo d�a del mes, diciendo: Habla a Zorobabel, gobernador de Jud�, diciendo: sacudir� los cielos y la tierra; y derrocar� el trono de los reinos. , "etc. Esta es la cuarta direcci�n. Estos vers�culos nos recuerdan:

I. QUE LAS REVOLUCIONES ENTRE EL HOMBRE SON A VECES MUY TERRIBLES. Aqu� leemos sobre el "temblor de los cielos y la tierra", el "choque de tronos", la "destrucci�n de reinos", el "derrocamiento de carros", etc. No se puede determinar qu� revoluciones particulares se mencionan aqu�. �Pobre de m�! sabemos lo suficiente que esas terribles cat�strofes han sido demasiado comunes en todas las �pocas y tierras. �Durante los �ltimos cuarenta a�os, qu� revoluciones tremendas han ocurrido en Europa y en Am�rica! Los cielos pol�ticos y la tierra han sido sacudidos hasta su centro, e incluso ahora el mundo pol�tico en toda la cristiandad se agita con terremotos y truenos con volcanes. Tales revoluciones implican la existencia y el predominio de dos principios morales antag�nicos en el mundo: el bien y el mal. Estos son los jefes tit�nicos en todas las batallas, las fuerzas elementales en todas las convulsiones del mundo. Es verdad contra error, bien contra mal, libertad contra esclavitud, virtud contra vicio.

II QUE DIOS TIENE QUE HACER INCLUSO CON LA M�S TERRIBLE DE ESTAS REVOLUCIONES. "Sacudir� los cielos ... Derrocar� el trono", etc. "Destruir� la fuerza", etc. Por lo tanto:

1. Como Dios est� eternamente en contra de lo falso, lo incorrecto y lo tir�nico, se puede decir que es el autor de estas revoluciones.

2. Como puede evitarlos, se puede decir que es el autor de estas revoluciones. �l no los origina, pero los permite. Pod�a aniquilar a todos los malvados por voluntad; �l les permite luchar a menudo hasta la muerte luchando contra lo correcto y lo verdadero. Por lo tanto, Dios permite y controla todas las revoluciones humanas. Esto deber�a inspirarnos con confianza en las escenas m�s terribles. "El Se�or se sienta sobre el diluvio". Se sienta en serena majestad, controlando toda la furia de las fuerzas de combate. �l "sostiene los vientos en su pu�o".

III. QUE EL BUEN HOMBRE EST� SEGURO EN LAS REVOLUCIONES M�S TREMENDAS DEL TIEMPO. "En aquel d�a, dice el Se�or de los ej�rcitos, te tomar�, oh Zorobabel, mi siervo, el hijo de Shealtiel, dice el Se�or, y te har� como un sello: porque te he elegido, dice el Se�or de los ej�rcitos. "(vers�culo 23). Lo que se dice aqu� de Zorobabel sugiere tres pensamientos.

1. Que los hombres buenos sostienen el m�s alto cargo. Zorobabel no solo era un sirviente, sino un "sirviente elegido", fue seleccionado para la obra de reconstrucci�n del templo. El mayor honor para la inteligencia moral es ser el siervo designado de Jehov�.

2. Que los hombres buenos recibir�n la m�s alta distinci�n. "Te har� como un sello", indica un sello:

(1) Vale la pena. Era un anillo con un sello, usado en el dedo, como adorno de gran valor. Los hombres buenos est�n representados en otras partes como las joyas de Dios.

(2) Autoridad. El sello de un monarca oriental era un signo de autoridad delegada. Un buen hombre est� investido con la m�xima autoridad: la autoridad para luchar contra el mal y promover el bien, en todo momento y en todo lugar.

3. Que los hombres buenos siempre se mantendr�n seguros. Jehov� le dice esto a Zeubbabel en medio de todo mal: "Dios es mi refugio y fortaleza, una ayuda muy presente en problemas � D.T.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Haggai 2". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/haggai-2.html. 1897.
 
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