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Bible Commentaries
Isaías 39

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

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Versículos 1-8

EXPOSICI�N

Este cap�tulo es paralelo a 2 Reyes 20:12, y apenas se diferencia de �l. El verso I tiene las palabras adicionales, "y fue recuperado"; 2 Reyes 20:2, la frase "se alegr� de ellos" por "escucharlos"; 2 Reyes 20:5, "Se�or de los ej�rcitos", simplemente para "Se�or"; y 2 Reyes 20:8 hace del �ltimo enunciado de Ezequ�as una observaci�n en lugar de una pregunta. De lo contrario, las dos cuentas son casi palabra por palabra lo mismo. Ambos relatan la novedad y el hecho importante de que los embajadores fueron enviados a Ezequ�as por el Rey de Babilonia, poco despu�s de su enfermedad, y cuentan la recepci�n que les dio, el mensaje que Isa�as le encarg� que le enviara a Dios en consecuencia, y de la aceptaci�n de Ezequ�as en los t�rminos del mensaje cuando se lo transmiti�. La autor�a isaiana del cap�tulo es muy discutida, pero �nicamente por la renuencia a admitir que un profeta podr�a predecir la subyugaci�n de Judea por parte de Babilonia m�s de un siglo antes del evento.

Isa�as 39:1

En ese tiempo. La embajada probablemente sigui� la enfermedad de Ezequ�as dentro de un a�o. Merodach-Baladan. Esta es una forma m�s correcta que el "Berodach-Baladan" de 2 Reyes 20:12. El nombre es uno com�n a varios reyes de Babilonia, como a uno que rein� sobre a.c. 1325, a un segundo que se coloca alrededor de b.c. 900, y a un tercero que era contempor�neo de los reyes asirios Sarg�n y Senaquerib. Es este �ltimo de quien tenemos un aviso en el presente pasaje. �l aparece primero en las inscripciones asirias como un peque�o pr�ncipe, gobernando un peque�o tramo sobre la costa, cerca de las bocas del Tigris y el �ufrates. Tiglath-Pileser se rinde homenaje frente a �l sobre b.c. 744. En b.c. 721 lo encontramos avanzado a una posici�n m�s prominente. Aprovechando los problemas de la �poca, se sacude el yugo asirio y se convierte en rey de Babilonia, donde tiene un reinado de doce a�os, desde el a�o a.C. 721 a b.c. 709. Este reinado es reconocido por Sarg�n en sus inscripciones, y por el cron�logo griego, Ptolomeo, en su 'Canon'. En b.c. 709 Sargon lidera una expedici�n contra �l y lo expulsa de Babilonia hacia la costa, Chaldea, donde lo asedia en su pueblo ancestral Bit-Yakin, toma la ciudad y lo hace prisionero. Sobre la muerte de Sarg�n, en a.C. 705, Merodach-Baladan escapa del encierro, y se apresura una vez m�s a Babilonia, donde es reconocido como rey, y tiene un segundo reinado, que dura seis meses (Alex. Polyhist. Ap. Euseb; 'Chronicles Can.', 1. 5. � 1). Luego es expulsado del pa�s por Senaquerib y, despu�s de varias vicisitudes, se ve obligado a convertirse en refugiado en Elam. El nombre de Merodach-Baladau se compone de los tres elementos, Merodach (equivalente a "Marduk"), el dios, bal o amigo, "hijo" e iddina, "ha dado", y por lo tanto significa "Merodach ha dado (yo ) un hijo." El hijo de Baladan. "Baladan" es apenas un posible nombre babil�nico. Sin embargo, "Beladan" ser�a bastante posible, siendo un nombre formado en el modelo de Ishtardddin, Ninip-iddin, Ilu-iddin, etc. Y la corrupci�n de Beladan en Baladan ser�a f�cil. Merodach-Baladan III. Sargon lo llama "el hijo de Yakin"; pero este es quiz�s un nombre tribal o local m�s que personal. Compare la denominaci�n de Jeh� de "hijo de Omri". Cartas enviadas y un regalo a Ezequ�as. El decimocuarto a�o de Ezequ�as fue a.C. 714. Merodach-Baladan hab�a sido rey de Babilonia durante ocho a�os y, sabiendo que Sargon podr�a atacarlo en cualquier momento, naturalmente buscaba alianzas con otros poderes, que Asiria tambi�n amenaz�. Hab�a concluido recientemente un tratado con Khumbanigas, rey de Elam, y hab�a obtenido el apoyo de varias de las tribus arameas en el �ufrates. Al parecer, ahora pensaba que Judea, que Sarg�n tambi�n estaba amenazando (cap. 38: 6), podr�a ser inducido a unirse a �l. La enfermedad de Ezequ�as y "la maravilla hecha en la tierra" ( 2 Cr�nicas 32:31) le proporcionaron pretextos para una embajada, que probablemente ten�a objetos m�s serios que la felicitaci�n o la investigaci�n cient�fica.

Isa�as 39:2

Ezequ�as se alegr� de ellos. Una frase m�s pre�ada que la que la reemplaza en 2 Reyes, "los escuch�". Ezequ�as, como Merodach-Baladan, estaba buscando aliados, y "se alegr�", pensando que en Babilonia hab�a encontrado uno que podr�a prestarle un servicio importante. La rapidez de Sarg�n, sin embargo, frustr� sus esperanzas. En b.c. 709 ese pr�ncipe, considerando que los procedimientos de Merodach-Baladan constitu�an un peligro real para su reino, hizo una gran expedici�n a Babilonia, derrot� a Merodach-Baladan y lo tom� prisionero, luego de lo cual fue coronado Rey de Babilonia, y durante el resto de Su vida gobern� ambos pa�ses. Les mostr� la casa de sus cosas preciosas; es decir, su tesorer�a o almac�n. Los tesoros de los antiguos monarcas eran c�maras reales, en las que se depositaban grandes cantidades de metales preciosos y objetos valiosos de diversos tipos (v�ase Herodes; 2: 121; Arrian, 'Exp. Alex.', 2 Rey 3:16, 2 Reyes 3:18, etc.). El floreciente estado de la tesorer�a es una indicaci�n de que los eventos aqu� narrados son anteriores a la gran entrega del tesoro a Senaquerib. Toda la casa de su armadura (comp. Isa�as 22:8). Si se contemplaba una alianza b�lica, era tan importante mostrar la posesi�n de armas como de los tesoros. No hab�a nada en su casa, ni en todo su dominio, que Ezequ�as no les mostrara. Debemos permitir la hip�rbole oriental. El significado es que, sin ninguna reserva, Ezequ�as mostr� todo lo que pod�a mostrar.

Isa�as 39:3

Luego vino el profeta Isa�as. Isa�as viene, a no ser que, para reprender al rey. Esta actitud audaz era la que los profetas ten�an derecho a asumir en virtud de su oficio, que los llamaba a dar testimonio, incluso ante los reyes, y a no tener respeto por las personas. Una valent�a similar es evidente en Isa�as 7:1, donde el rey con quien Isa�as tiene que lidiar fue el malvado Acaz. �Qu� dijeron estos hombres? "Estos hombres" es despectivo. La demanda de saber lo que dijeron es casi sin paralelo. La diplomacia, para ser exitosa, debe ser secreta; e Isaiah apenas puede haberse sorprendido de que su pregunta de b�squeda no recibiera respuesta. Pero estaba celoso del honor de Dios y ansioso de que Ezequ�as no confiara en ning�n "brazo de carne", ya fuera Egipto o Babilonia. Tal dependencia estirar�a el brazo de Dios y le impedir�a dar la ayuda que de otro modo estaba dispuesto a dar. El deseo del profeta es advertir al rey del peligro que corre coqueteando con ayudantes humanos. �De d�nde vinieron ellos? Isa�as no hace esta pregunta por el bien de la informaci�n, sin duda toda Jerusal�n estaba ansiosa por ver a los enviados extra�os "de un pa�s lejano", que ahora hab�an penetrado por primera vez en la ciudad de David. Todos sab�an de d�nde hab�an venido, y sospechaban por qu�. Isa�as pide, obligar al rey a una confesi�n, en la cual puede basar una profec�a y una advertencia. Y Ezequ�as dijo: Vienen de un pa�s lejano. Las embajadas de tierras lejanas a sus tribunales son objeto de jactancia por parte de los monarcas asirios. Ezequ�as, tal vez, es "elevado" ( 2 Cr�nicas 32:25) por el honor que le ha pagado, y tiene la intenci�n de impresionar a Isa�as con un sentido de su grandeza: "Los hombres han venido desde Babilonia para verme". ! "

Isa�as 39:4

�Qu� han visto ellos? Isa�as, sin duda, hab�a escuchado lo que Ezequ�as hab�a hecho (vers�culo 2); pero deseaba confesarse de su propia boca antes de pronunciar su sentencia. Ezequ�as le dice la verdad, ya que no se averg�enza de su acto, sino que se glor�a en �l. Les ha mostrado todo a los embajadores y, por lo tanto, los ha ansioso por asegurar su alianza.

Isa�as 39:5

Escucha la palabra del Se�or de los ej�rcitos. O bien el profeta hab�a sido especialmente acusado de un mensaje Divino al rey antes de que buscara su presencia, o la aflicci�n prof�tica ahora se apoder� de �l repentinamente. El primero es, en general, m�s probable.

Isa�as 39:6

He aqu�, vienen los d�as; literalmente, los d�as [est�n] llegando o [se est�n acercando]. De los exactos "tiempos y estaciones, que el Padre ha puesto en su propio poder" ( Hechos 1:7), los profetas generalmente no sab�an nada. Eran boquillas, para declarar la voluntad divina, no pol�ticos entusiastas, pronosticando resultados mediante el ejercicio de la perspicacia y la sagacidad. Suponer que Isa�as previ� por simple sabidur�a humana la conquista babil�nica de Judea, como Carlos el Grande hizo los estragos de los hombres del norte, es darle cr�dito por una sagacidad bastante inigualable y psicol�gicamente imposible. El reino de Babilonia fue uno de los muchos que luchaban por mantener la independencia contra Asiria. Desde la �poca de Tiglat-Pileser IX. ella hab�a estado perdiendo terreno continuamente. Tanto Sarg�n como Senaquerib la pisotearon, invadieron su territorio, capturaron sus pueblos y la redujeron bajo el gobierno asirio directo. Hasta que Asiria fuera barrida, una conquista babil�nica de Palestina era imposible. Suponer que era como suponer una conquista rusa de Holanda, mientras que Alemania impide el paso. Nada menos que la verdadera afirmaci�n prof�tica, que es Dios el Esp�ritu Santo hablando por boca de sus siervos, podr�a haber hecho tal anticipaci�n. Y con Isa�as, como dice el Sr. Cheyne, "no es un mero presentimiento; es una convicci�n tranquila y decidida, basada en una revelaci�n directa y confirmada por una visi�n profunda de las leyes del gobierno Divino". Todo lo que hay en tu casa. No, por supuesto, exactamente todo lo que estaba all� cuando Isa�as habl�, sino toda la riqueza que deber�a haber en el palacio real cuando llegara el tiempo del cautiverio babil�nico. (Para el cumplimiento, vea 2 Cr�nicas 36:18.) Lo que sus padres han guardado en la tienda. Sennacherib se llev� una parte de esto en su primera expedici�n ( 2 Reyes 18:14-12); pero la mayor parte de los tesoros del templo, los dones de muchos reyes, permanecieron intactos hasta que Nabucodonosor los llev� a Babilonia ( Daniel 1:2; Daniel 5:2; 2 Reyes 24:13; 2 Reyes 25:13-12).

Isa�as 39:7

De tus hijos que saldr�n de ti. Ezequ�as en ese momento, probablemente, no ten�a hijo, ya que Manas�s, quien lo sucedi� en el trono, no naci� hasta dos a�os despu�s. Adem�s de Manas�s, parece haber tenido un hijo, Amariah, que fue un antepasado del profeta Sofon�as ( Sofon�as 1:1). Puede, por supuesto, tambi�n haber tenido otros. Sus descendientes, en lugar de sus hijos reales, parecen estar aqu� destinados; y el cumplimiento de la profec�a se encuentra en Daniel 1:3, donde se menciona "cierta descendencia del rey" entre los israelitas que sirvieron como eunucos en el palacio de Nabucodonosor.

Isa�as 39:8

Bien es la palabra Si bien hay resignaci�n, no hay duda de algo tambi�n de ego�smo, en la aceptaci�n de Ezequ�as de la situaci�n. "Apres mot le deluge" es un dicho atribuido a un franc�s moderno. El ego�smo de Ezequ�as es menos pronunciado y menos c�nico. Piensa con gratitud en la "paz y firmeza" que deben ser "en su d�a"; no se detiene en el pensamiento sobre el pr�ximo "diluvio". La "palabra del Se�or" es "buena" para �l en m�s de un sentido. Le ha asegurado que vendr� descendencia masculina, hijos para sentarse en su trono y salvarlo de la maldici�n de la falta de hijos. Y le ha asegurado un descanso para su naci�n, un respiro, para que la lucha babil�nica no siga inmediatamente a la asiria; pero habr� un "espacio de respiraci�n" ( Esdras 9:8), un tiempo tranquilo, durante el cual Israel puede "habitar en una habitaci�n pac�fica, y en viviendas seguras, y en lugares tranquilos de descanso" ( Isa�as 32:18).

HOMIL�TICA

Isa�as 39:2

Alegr�a carnal el preludio de la tristeza espiritual.

La embajada de Babilonia, sin duda un gran asunto, que inclu�a enviados con sus ricas vestimentas y sus armas adornadas con joyas, camellos con valiosos regalos, corceles y un vasto tren de esclavos y asistentes, fue para Ezequ�as un hecho inspirador, una circunstancia que alegraba y lo excito Con su imperfecto conocimiento de la geograf�a, la embajada le parec�a provenir de los l�mites m�s remotos del circuito terrestre, de una regi�n remota, casi de una regi�n desconocida ( Isa�as 39:3). Hasta ahora no hab�a pensado en intentar negociaciones con ninguna potencia m�s distante que Egipto. Si la lejana Babilonia cortej� a su alianza, �d�nde podr�a no esperar encontrar amigos? �desde qu� lugar remoto no podr�a buscar oberturas? �Qu� maravilla que "su coraz�n se haya elevado" ( 2 Cr�nicas 32:25)? que se regocij�, aunque con una alegr�a carnal, que no ten�a una base espiritual sustancial? Isa�as lo hab�a advertido contra todos los "brazos de carne". Isa�as le hab�a ordenado "confiar en el Se�or Jehov�", y solo en Jehov�. Sin duda hab�a sido especialmente advertido contra Egipto; pero todas las razones que eran v�lidas contra Egipto tambi�n eran v�lidas contra Babilonia. Babilonia era tan id�latra como Egipto; Babilonia era tan licenciosa como Egipto; Babilonia era tan ego�sta en sus objetivos como Egipto. La alegr�a de Ezequ�as era, por lo tanto, una alegr�a puramente carnal, un regocijo en su propio honor y en la perspectiva de la ayuda material de una fuente contaminada. En medio de su alegr�a, el profeta se anuncia a s� mismo. "�Qu� dijeron esos hombres?" pregunta severamente. "�De d�nde vinieron? �Qu� han visto? �Ah! Han visto tus tesoros, �verdad? �Todos ellos? Crees que esos tesoros los har�n tus amigos. No, los convertir�n en tus enemigos m�s amargos. No ser� olvidado en Babilonia que vale la pena saquear tu templo y tu tesoro. Llegar�n los d�as en que toda la riqueza de tu casa, y del templo, y de la ciudad santa ser�n llevados para enriquecer esa ciudad. Llegar�n los d�as en que tendr�s deshonra de Babilonia en lugar de honor. Tus descendientes, los que han salido de tus lomos, servir�n al Rey de Babilonia, ser�n eunucos, que har�n los oficios serviles en su palacio ". En un momento, la alegr�a del rey se fue y fue reemplazada por la tristeza. Es con un esp�ritu triste que se somete y acepta su castigo. "Buena es la palabra del Se�or", perdona, incluso cuando castiga; me castiga con un castigo m�s suave de lo que merec�a en sus manos: "en su ira recuerda la misericordia" ( Habacuc 3:2).

HOMILIAS DE E. JOHNSON

Isa�as 39:1

Los peligros de la prosperidad.

I. LA OSTENTACI�N DE HEZEKIAH. El Cronista le pasa una censura. Despu�s de su recuperaci�n, "no volvi� a rendir de acuerdo con el beneficio que se le hab�a hecho; porque su coraz�n se enalteci�; por lo tanto, hubo ira sobre �l, y sobre Jud� y Jerusal�n" ( 2 Cr�nicas 32:25). Da una imagen de sus tesoros y almacenes, sus ciudades, sus reba�os y manadas. Una embajada viene de Babilonia, en parte para felicitarlo por su recuperaci�n, en parte para preguntar sobre el portento del reloj de sol o el reloj de pulsera. Bajo estos pretextos, las opiniones pol�ticas fueron indudablemente ocultas. Y Ezequ�as se deleit� en recibir la embajada, y les mostr� la totalidad de sus tesoros y los recursos de su arsenal, sus palacios y su reino.

II EL RECUERDO DEL PROFETA. El profeta, en virtud de su llamado Divino y su visi�n del coraz�n de las cosas, asume una autoridad sobre el monarca y, acerc�ndose a �l, pregunta: "�Qu� han dicho estos hombres? �Y de d�nde vinieron a ti?" "Desaf�a al rey para que explique su conducta. La voluntad de Jehov� se opone a todo coquetear con potencias extranjeras". Es "tejer una red sin su Esp�ritu" ( Isa�as 30:1). La respuesta del rey es indirecta, quiz�s evasiva: "Han venido de un pa�s lejano, de Babilonia", como si insinuar que la hospitalidad para ellos fuera un deber. Sigue una segunda pregunta: "�Qu� han visto en la casa del rey?" Y el rey responde que les ha mostrado todos sus tesoros. Hay eso en la manera misma y en las preguntas del profeta que implica censura. Lo que ve en el acto del rey es una elevaci�n del coraz�n; no solo orgullo en sus recursos y riqueza como tal, sino confianza en los recursos mundanos, un deseo de emparejarse con el gran poder oriental en su propio terreno. Y esto es una afrenta al Rey Divino en Sion, que lo hab�a fundado para que los afligidos de su pueblo pudieran encontrar refugio all� ( Isa�as 14:32). "No por la fuerza ni por el poder, sino por el Esp�ritu del Se�or de los ej�rcitos" es siempre la palabra, el principio, sobre el cual debe estar el reino. Si Ezequ�as ha violado esto, debe haber una retribuci�n, ya sea en su persona o en las personas de aquellos a quienes representa.

III. EL CASTIGO. Deb�a corresponder a su pecado. "Pens� suscribir su cuota a una coalici�n profana, y sus lobos deber�an ser violentamente agarrados por lobos con piel de oveja". Babilonia hab�a solicitado amistad; ella terminar�a haciendo cumplir la esclavitud. Tranquilo y desapasionado es el tono en que habla el profeta. Carlos el Grande no pudo evitar llorar al ver las naves de los hombres del norte, pensando en las calamidades que esos piratas ca�dos provocar�an en las florecientes costas de los francos. Jerem�as llora al pensar en la crueldad de los babilonios. En Isa�as, la satisfacci�n con la patente voluntad de Dios supera su susceptibilidad emocional. Todos los tesoros jactanciosos del rey ser�n llevados a Babilonia, y sus descendientes se convertir�n en sirvientes en el palacio all�. El rey se inclina ante la autoridad del profeta, reconociendo su palabra como la palabra de Jehov�, y como buena. Y adem�s, est� agradecido por el respiro otorgado, por la promesa de que la paz y la constancia permanecer�n en sus d�as. El cronista dice que se humill� por el orgullo de su coraz�n, tanto �l como los habitantes de Jerusal�n, de modo que la ira de Jehov� no cay� sobre ellos en los d�as de Ezequ�as. La imagen de Ezequ�as es la de un rey que prosper� en todas sus obras. Pero el incidente ense�a claramente el peligro que la prosperidad trae al car�cter y al principio. No es m�s que una "mala enfermera para la virtud; una enfermera a la que le gusta morirse de hambre en su infancia y estropearla en su crecimiento". "El afecto corrupto que yace muerto y congelado en medio de negocios que lo distraen o bajo la adversidad, cuando el sol de la prosperidad ha brillado sobre �l, entonces, como una serpiente, actualmente recupera su antigua fuerza y ??veneno. Cuando los canales de la abundancia corre alto, y cada apetito est� lleno de abundancia y variedad, de modo que satisfacci�n es una palabra mala para expresar su disfrute, luego la corrupci�n endog�mica del coraz�n se muestra mimada e insolente, demasiado rebelde para la disciplina y demasiado grande para la correcci�n. Al fomentar el orgullo de un hombre, establece un cierto tren para su ruina; las Escrituras y la experiencia ense�an el rencor que la Providencia le debe constantemente a la persona orgullosa. �l es la miseria del Cielo; y Dios incluso considera su supremac�a como preocupado por abatirlo. La prosperidad atrae la malicia y la envidia del mundo, y es imposible para un hombre en una situaci�n rica y floreciente no sentir el golpe de la lengua de los hombres y de sus manos tambi�n, si la ocasi�n lo permite. solo se arrojan al �rbol cargado de frutas. �Qu� hizo que el rey de Babilonia invadiera Judea, pero las tiendas y tesoros reales que Ezequ�as exhibi� y se jact� ante los embajadores, para suplantar su corona y el miserable cautiverio de su prosperidad? "(Sur). Dejar

"Consideraci�n como la de un �ngel, y azota a Adam para ofendernos".

J.

HOMILIAS DE W.M. ESTATAM

Isa�as 39:6

Perecer cosas.

"No quedar� nada". �Cu�n cierto es esto de todas las cosas de la tierra, en contraste con el ser esencial, con la vida de nuestras propias almas! No podemos mirar nada material sin poder decir, mientras miramos al mundo interno de la conciencia personal, "perecer�n, pero t� permanecer�s".

I. P�RDIDA INTEGRAL. "No quedar� nada". "Todo lo que hay en tu casa, y lo que tus padres hayan guardado hasta el d�a de hoy, ser� cardado a Babilonia". Exactamente. Siempre hay una Babilonia que se convierte en una ruina. El arte griego es llevado a Roma, para ser demolido en el saqueo de la ciudad. Los tesoros se llevan despu�s de a�os a Par�s, para perderse en llamas. �Qu� pocas reliquias de cualquier �poca o naci�n quedan! y a su debido tiempo se pierden para los poseedores. Si esto es cierto en la gran escala de las naciones, �cu�n manifiestamente cierto es de nosotros mismos! Echemos un vistazo a todas las posesiones actuales de la tierra y recordemos que, en lo que a nosotros respecta, "no quedar� nada". "Necio, esta noche se te pedir� tu alma; entonces, �de qui�n ser�n esas cosas?"

II GANANCIA INMORTAL. El profeta es verdadero en esta revelaci�n de p�rdida. As� es verdadero el ap�stol cuando dice: "Todas las cosas son tuyas". Todo lo que un hombre es permanece, y todo lo que un hombre hace en servicio leal permanece. Entonces hay permanencia en medio de la impermanencia. El tabern�culo se tambalea, pero el inquilino vive. "El hombre exterior perece, pero el hombre interior se renueva d�a a d�a". Todo lo que est� en tu casa est� perdido, pero todo lo que est� en tu coraz�n es inmortal. Nos corresponde, por lo tanto, recordar que las verdaderas joyas son las joyas del alma; el verdadero adorno est� en el hombre oculto del coraz�n; La riqueza imperecedera est� en las santidades del cielo y en la sonrisa de Dios. "Acumulan tesoros en el cielo" - W.M.S.

Isa�as 39:8

Las mejores bendiciones.

"Habr� paz y verdad en mis d�as". Estas son las bendiciones gemelas de Dios. No puede haber paz sin verdad. Hay veracidad en el universo de Dios en todas partes. Es solo una aparente bendici�n que existe aparte de estas cosas, porque las flores no tienen ra�z. La sonrisa danzante es solo como fosforescencia en la cara de los muertos, si no estamos en paz con Dios.

I. EL LEGADO DE CRISTO ERA PAZ. "La paz te dejo, mi paz te doy". Esto no es paz de condici�n, sino paz de conciencia. El oc�ano, como la vida de Cristo, puede estar perturbado externamente, pero hay descanso en el fondo. No podemos juzgar por las caracter�sticas superficiales de la vida. Debemos entrar para saber si realmente hay paz. Debemos ver al hombre en problemas, juicio, soledad y muerte. Entonces veremos cu�n verdadera es la aclamaci�n: "No hay paz, dice mi Dios, para los imp�os". Bunyan ten�a paz en Bedford Gaol; tambi�n los confesores y m�rtires de anta�o.

II LA EXPIACI�N DE CRISTO DA LA PAZ. "Habiendo hecho las paces con la sangre de su cruz". Es posible que no podamos dar una teor�a de la expiaci�n que pueda abarcar todo su significado, desde los d�as de Anselmo hasta ahora, los hombres han debatido sobre eso; pero en una profunda agon�a por el pecado sentimos la necesidad de un Salvador y nos alegramos de cantar:

"No llevo nada en mis manos. Simplemente a tu cruz me aferro".

III. CRISTO DA LA PAZ A TRAV�S DE LA VERDAD. �l dice la verdad sobre nuestro estado y condici�n moral. �l revela la verdad sobre la naturaleza y los prop�sitos de Dios. Revela la vida inmortal, no solo como una doctrina, sino en s� mismo, en la belleza celestial de la vida terrenal. "Yo soy el camino, la verdad, y la Vida." �Qu� c�modo es descansar en esta amable promesa y saber que el Verdadero no puede mentir!

HOMILIAS DE W. CLARKSON

Isa�as 39:1

La complacencia, la reprimenda y la aquiescencia.

Podemos reunir la verdad preliminar de que debemos mirar bien antes de decidir sobre el car�cter de las decisiones Divinas y de las acciones humanas. De lo contrario, sin duda caeremos en serios errores.

1. Ser�a un error suponer que las calamidades aqu� predichas fueron consecuencia de la culpa de Ezequ�as. Entonces, a primera vista, pueden parecer ser; pero podemos estar bastante seguros de que no lo fueron. Porque en otros lugares estos desastres nacionales se refieren, no a una delincuencia individual, sino a la apostas�a y desobediencia nacionales. Era simplemente que el orgullo del rey proporcionaba una ocasi�n adecuada para intimidar las tristes humillaciones que estaban guardadas para sus descendientes; as� como el comentario complaciente de los disc�pulos provoc� la predicci�n de que esas grandes piedras del templo, en las que tanto se regocijaban, pronto ser�an arrojadas al suelo. No necesitamos, como de hecho. no podemos, supongamos que Dios visitar�a en una generaci�n remota una terrible calamidad en el castigo de una transgresi�n relativamente peque�a.

2. Ser�a un error suponer que Ezequ�as era indiferente al destino de su posteridad siempre que �l y sus contempor�neos estuvieran seguros ( Isa�as 39:8). Un esp�ritu tan ego�sta es inconcebible en un hombre tan bueno. Tenemos, por supuesto, solo una peque�a parte de su respuesta al profeta; pero podemos asegurarnos de que �l no quer�a decir nada m�s que expresar su agradecimiento de que los juicios de Dios fueran mitigados por la misericordia hacia s� mismo y su pueblo. El incidente puede hablarnos de ...

I. EL PELIGRO DE COMPLACENCIA. Parece que, despu�s de su recuperaci�n de la enfermedad, la gratitud se perdi� en la autogratulaci�n. Luego vino la ostentaci�n que se encontr� con la reprensi�n divina. La complacencia es un lugar muy "resbaladizo" para que nuestro pie pise. Solo los m�s firmes pueden caminar hasta all� sin tropezar. Cualquier cosa que parezca justificarlo, incluso si se trata de una filantrop�a exitosa, un servicio religioso o una devoci�n deliciosa, es un lugar peligroso, en el que es f�cil equivocarse y casi imposible mantenerse en l�nea con Dios. Nuestra ocupaci�n debe ser moment�nea; la gratitud es mucho m�s segura y mucho m�s aceptable para Dios.

II EL DIVINO REBUKE. Dios reprendi� a Ezequ�as por su tonta ostentaci�n. Este es un pecado que no es menos ofensivo para �l que desagradable para nosotros. Todos podemos ver y hacer sentir cu�n impropio es el orgullo del hombre. Por:

1. No tenemos nada que no hayamos recibido de Dios.

2. Lo que poseamos, ya sea de fuerza, belleza, facultad, honor, riquezas, etc. Es mucho m�s de lo que merecemos.

3. En cualquier momento se nos puede pedir que lo dejemos. De la casa de nuestro poder y nuestra posesi�n no somos m�s que "inquilinos a voluntad". �Qui�n puede decir que Dios puede no estar a punto de decirnos: "Esta noche saldr�s?

III. La adquisici�n humana. "Buena es la palabra del Se�or". La reprensi�n de Dios puede ser recibida con

(1) un resentimiento hosco y rebelde ( G�nesis 4:9);

(2) o con una indiferencia pedregosa y pecaminosa; cuando humilla a los hombres en su providencia, y no toman nota de la humillaci�n que les env�a, sino que contin�an en la impiedad;

(3) o con un asombro ignorante; cuando los hombres no conocen su propia pobreza espiritual y ceguera ( Apocalipsis 3:17);

(4) o con un consentimiento sabio y reverente (texto); - entonces Dios est� complacido con nosotros, y nos elevamos a un terreno m�s alto en nuestra peregrinaci�n cristiana. � C.

Isa�as 39:4

La casa, vista aunque no se muestra.

Sin duda los embajadores del Rey de Babilonia vieron muchas cosas en el palacio de Ezequ�as que no les mostr�; Se ven m�s cosas que las que se muestran. As� es en todas las casas; y puede ser que el visitante se vaya m�s impresionado con algunas cosas que nadie le se�al� que con cualquier cosa a la que llamara su atenci�n. Si alguien le preguntara qu� ha visto en la casa, mencionar�a lo que su maestro no pens� en mostrarle. �Qu� ver�a cualquier visitante de nuestra casa, aunque no se lo mostramos?

I. ORDEN O TRASTORNO? La presencia manifiesta de una mano fuerte que mantiene a todos en orden y todo en su lugar; o la dolorosa ausencia de ella?

II OBEDIENCIA O DESOBEDIENCIA? Disponibilidad filial e incluso ganas de cumplir de inmediato con el deseo de los padres; o el paso persistente o incluso el desprecio total de ese deseo?

III. CORTES�A O DISCOURTESIA? Habitualmente convirti�ndose en comportamiento en la mesa y en el hogar; �O la negligencia imprudente de esas peque�as celebraciones que ministran la belleza y la dulzura de la vida cotidiana?

IV. �AMOR O INDIFERENCIA, O DISGUSTE POSITIVO? La presencia de ese afecto c�lido que debe unir a marido y mujer, padre e hijo, hermano y hermana, en los lazos de una comuni�n feliz y duradera; o una fr�a y triste indiferencia al bienestar de los dem�s; o una animosidad y persecuci�n a�n m�s triste?

V. �AUTOESTIMO O SIMPAT�A? El confinamiento de pensamiento y cuidado a las cuatro paredes del establecimiento hogare�o; o un respeto considerado y generoso por los deseos y deseos de los vecinos y conciudadanos?

VI. PIEDAD O MUNDIALIDAD? La adoraci�n familiar y, lo que es mejor a�n, un tono religioso predominante, como si todos los padres y los ni�os sintieran que el �xito temporal era algo muy peque�o en comparaci�n con el valor espiritual; �O el lenguaje y los h�bitos de una mundanalidad ignorante y degradante?

HOMILIAS POR R. TUCK

Isa�as 39:1

Amistad que sirve a sus propios fines.

Una especie de amistad demasiado com�n. Ilustrado en el lema de un exitoso comerciante de Birmingham, "�Amigable con todos, grosero con ninguno? Lo que en su totalidad significa," �Amistoso con todos, para que pueda obtener todo! puede salir de todos; lleno de ninguno, para que nadie pueda sacar nada de m� ". Este es sin duda el lema m�s mezquino jam�s establecido para tonificar una vida. Pero la amistad ofrecida por Merodach-Baladan con Ezequ�as era muy parecida. La �nica pregunta con �l fue, �qu� ventaja podr�a obtener para �l? Y no hay posibilidad de amistad noble hasta que podamos olvidarnos de nosotros mismos y decir: "�Qu� puede ser esta amistad para mi amigo?". Los hechos hist�ricos de especial importancia para nosotros son estos : La familia de Merodach-Baladan gobern� en el sur de Babilonia, a orillas del Golfo P�rsico.El distrito de la marisma del delta form�, durante un per�odo de muchos siglos, el lugar de refugio para los rebeldes fugitivos de Asiria. los ej�rcitos asirios estaban ocupados en el asedio de Samaria, Merodach-Baladan se apoder� del trono de Babilonia y, naturalmente, trat� de apoyar su posici�n asegurando alianzas con naciones lejanas, especialmente las que eran tributarias de Asiria. Se encontr� una buena excusa en el caso f Ezequ�as, en el informe de su grave enfermedad. En nuestros d�as, la enfermedad de un soberano es la ocasi�n para enviar todo tipo de telegramas y embajadas.

I. LA AMISTAD OFRECIDA PUEDE ENCONTRAR BUENAS EXCUSAS, Verdaderas en la vida com�n del individuo; especialmente cierto en la relaci�n de las naciones. La diplomacia es el arte de elaborar una pol�tica al amparo del enga�o de las excusas h�biles. Parece que significa algo muy simple; Realmente funciona un trabajo muy sutil. Baladan ten�a dos excusas.

1. Sus mensajeros honraron a Ezequ�as con felicitaciones por su recuperaci�n. Una cosa cort�s, muy probable que desarme todas las sospechas y gane confianza.

2. De 2 Cr�nicas 32:31 aprendemos que Baladan tambi�n formul� una excusa cient�fica, y dese� que sus embajadores preguntaran sobre el fen�meno astron�mico singular que se hab�a informado. Todo esto mantuvo fuera de la vista los esquemas pol�ticos de Baladan.

II LA AMISTAD OFRECIDA DEBE SER JUZGADA POR EL PERSONAJE DE LOS QUE HACEN LA OFERTA. Era al menos sospechoso que Baladan actuara como rebelde contra su se�or soberano. Ezequ�as podr�a haber buscado algunos planes propios en esta embajada. La amistad es siempre la expresi�n del car�cter y la prueba del car�cter. La amistad de alguien sin principios est� llena de peligros. "No os un�is en yugo desigual con los incr�dulos".

III. LA AMISTAD OFRECIDA PUEDE PROPONER M�S DE LO QUE PUEDE CUMPLIR. Entonces, debemos distinguir entre la amistad que es ego�sta y la amistad que brota d�bilmente, pero sincera. Nuestros amigos, en su amor, a menudo prometen m�s de lo que pueden realizar; y debemos aprender a tomar la voluntad del hecho, dando cr�dito a las buenas intenciones. Dios nunca decepciona.

IV. LA AMISTAD OFRECIDA PUEDE OCULTAR DISE�OS POSITIVAMENTE MALICIOSOS. Esto conducir� a referencias a la amistad ofrecida por el Se�or Jesucristo, y la absoluta bajeza e iniquidad de Judas al venir a Jes�s como amigo en la noche de la traici�n.

Isa�as 39:2

El pecado de presumir.

"Y Ezequ�as se alegr� de ellos, y les mostr� la casa de sus cosas preciosas". La presunci�n es tomar el orden de nuestras vidas en nuestras propias manos, sin consultar a Dios o recordar nuestra dependencia de �l. Es el pecado al que los reyes, gobernantes y hombres de disposiciones magistrales est�n especialmente expuestos. Por lo tanto, David or� tan fervientemente: "Guarda tambi�n a tu siervo de los pecados presuntuosos; que no tengan dominio sobre m�". Lo singular, y lo sugerente, en el caso de Ezequ�as es que tom� la insultante carta asiria y de inmediato la extendi� ante el Se�or. Los problemas lo llevaron de inmediato a Dios, pero la adulaci�n lo desarm� y actu� sin consultar a Dios. No sin una buena raz�n se insta a que la prosperidad sea una prueba de car�cter m�s severa que la adversidad; que "ay de nosotros cuando todos los hombres hablan bien de nosotros"; y que a�os adicionales despu�s de una enfermedad grave son a menudo una bendici�n muy dudosa. El escritor de las Cr�nicas ( 2 Cr�nicas 32:25) nos ayuda a leer el coraz�n de Ezequ�as. �l dice que Isa�as estaba disgustado con �l porque "su coraz�n se enalteci�". La vanidad se indica en esta exposici�n de todos sus tesoros. Cheyne encuentra toda la excusa que se puede encontrar para Ezequ�as. �l dice: '�Fue simplemente la vanidad lo que impuls� al rey a abrir sus tesoros? Seguramente no. Para satisfacer a los emisarios de Baladan, Ezequ�as ten�a recursos considerables y era digno de convertirse en su aliado en igualdad de condiciones. Para Isa�as, como profeta de Jehov�, la culpa del rey consist�a principalmente en dejarse cortejar por un potentado extranjero, como si no fuera cierto que 'Jehov� hab�a fundado a Si�n' y que 'el afligido de su pueblo pod�a encontrar refugio all� ". Matthew Henry dice de Ezequ�as:" Era un hombre sabio y bueno, pero cuando un milagro tras otro se forjaba a su favor, le resultaba dif�cil evitar que su coraz�n se enalteciera. lo atrajo a la trampa del orgullo. El beato Pablo mismo necesitaba una espina en la carne para evitar que lo elevaran con la abundancia de revelaciones. "El pecado de presunci�n es un umbral m�s com�n y m�s serio de lo que solemos considerar. Es uno que encuentra una ilustraci�n frecuente en la Sagrada Escritura. El pecado que perdi� el Ed�n fue la presunci�n. El aferramiento de Jacob al derecho de nacimiento fue la presunci�n. Mois�s golpe� la roca dos veces fue la presunci�n. Sa�l se oblig� a sacrificarse cuando Samuel se demor�. La numeraci�n de David fue la presunci�n. Peter golpear la oreja de Malco era presunci�n. Estos son solo casos de muestra, que se recuerdan f�cilmente. Una estimaci�n cuidadosa de muchos pecados revelar� la presunci�n en la ra�z de ellos. Sin embargo, si leemos nuestras vidas correctamente, descubriremos que estamos constantemente presumiendo sobre lo que Dios quiere que hagamos, y actuando sin hacer las debidas investigaciones sobre �l.

I. TENTACIONES A LA PRESUNCI�N.

1. Estos vienen en parte de la disposici�n natural. Hay un mal de mansedumbre excesiva; a veces encontramos una falta de energ�a y autoafirmaci�n que impide que los hombres se impresionen en cualquier esfera de la vida que puedan ser llamados a ocupar. Pero con mucha m�s frecuencia existe el mal de la sobreafirmaci�n, que pertenece a las naturalezas en�rgicas y emprendedoras, que toman la vida con un fuerte control. Muchos hombres no pueden esperar. Forman sus juicios r�pidamente y quieren que act�en de inmediato. Y esas personas est�n constantemente tentadas a presumir. Si son buenos hombres, act�an primero y le piden a Dios la aprobaci�n de sus acciones. A menudo, esta fuerte voluntad propia es una disposici�n hereditaria, con la cual el esp�ritu cristiano tiene que luchar y vencer. A menudo se fomenta tristemente por las caricias de la infancia y la falsa educaci�n de la juventud; y luego es el mal confirmado grave que apenas se supera incluso en una lucha de por vida.

2. Las tentaciones surgen en parte de las circunstancias. En la desesperaci�n de la presi�n empresarial, el hombre casi en bancarrota asume a sus amigos, act�a voluntariamente e incluso derriba a otros en su ruina. Pero las circunstancias de �xito prueban tentaciones a�n mayores. Nabucodonosor es el tipo de presuntos, ya que se encuentra en medio de su ciudad, diciendo: "�No es esta la gran Babilonia que he construido?"

II Pecado de presunci�n.

1. Es pecado contra la criatura del hombre. El hombre no es un ser independiente. No puede estar solo. "Ning�n hombre puede mantener viva su propia alma". No tiene nada propio. Entonces no tiene derecho a presumir.

2. Es un pecado contra la infancia de un hombre. Los padres tienen que reprimir este esp�ritu en sus hijos, porque es subversivo de la verdadera vida hogare�a. Y tambi�n el gran Padre.

3. Es especialmente pecado en el hombre como redimido. Porque, como redimido, el hombre es el pecador humilde, a quien se le hace un monumento de gracia, y debe caminar humildemente con Dios, siempre yendo tras �l, y nunca presionando antes. El mal de este pecado se ve en el deterioro del car�cter cristiano que sigue cada vez que se comete.

III. Castigo de presunci�n. Por lo general, esto viene por el fracaso de los planes voluntarios; o los tristes resultados que siguen el curso voluntario que se toma. En el caso de Ezequ�as, Dios env�a una visi�n de lo que seguir� a esa embajada de la que el rey estaba tan orgulloso. Era el extremo delgado de una cu�a. Llevado a casa, poco a poco, signific� la destrucci�n de Jerusal�n y el cautiverio de Jud�, por aquellos mismos babilonios. Ezequ�as se jact� para obtener una alianza mundana. Sus jactancias excitaron la codicia, lo que actualmente condujo a la extracci�n de los tesoros exhibidos. "El que piensa que est� atento, tenga cuidado de no caer" en el pecado de presunci�n. � R.T.

Isa�as 39:6, Isa�as 39:7

Sombras proyectadas de problemas venideros.

Casi nuestros peores problemas son las cosas que tememos. Se ven tan grandes y parecen tan terribles, como figuras distantes en la niebla. La mente est� tanto tiempo ocupada con ellos antes de que pueda hacer algo en relaci�n con ellos. La vida de nuestro Salvador se oscureci� con las sombras de su pr�ximo infortunio. Mientras hablaba con los visitantes celestiales, "hablaba de su fallecimiento que deb�a lograr en Jerusal�n". �l grit�: "Ahora est� turbada mi alma ... Padre, s�lvame de esta hora". La sombra parec�a m�s f�cil de soportar cuando se oscureci� en un conflicto actual real y �ay! La mayor�a de los hombres est�n "toda su vida en la esclavitud por miedo a la muerte", y miles de hombres est�n casi hipocondr�acos en sus ansiedades por problemas que siempre parecen venir, pero que rara vez llegan.

I. FUTURAS COSAS QUE HABLAN SOMBRAS SOBRE EL PRESENTE.

1. El miedo del joven cristiano de que no aguantar� hasta el final, a menudo un miedo m�rbido; siempre es un miedo indigno, porque realmente significa que dudamos de si Dios puede mantenernos a salvo hasta el final.

2. Temores nacidos de las dificultades de los tiempos de depresi�n empresarial. Los padres a menudo hablan, en sus hogares, sobre la casa de trabajo, en una forma de broma, lo que sin embargo significa que la sombra se encuentra en sus vidas. El temor al fracaso y la quiebra se cierne sobre muchos hombres de negocios. Temor indigno, en vista de la promesa: "En verdad ser�s alimentado".

3. Miedos que surgen de las condiciones de salud. La exageraci�n de esto se observa en casos de man�a religiosa o depresi�n nerviosa. Entonces, todo el futuro es negro y sin esperanza, y el alma acepta inamoviblemente la idea de que est� perdida para siempre. Estos miedos, �ay! a menudo inspiran el suicidio a su acto asesino.

4. Temores que se acumulan sobre la certeza del juicio cuando la conciencia da testimonio de culpa. Toda una vida puede estar ensombrecida por un crimen. No es el recuerdo del crimen lo que arroja las sombras; Es la convicci�n de que el crimen debe aparecer de nuevo para ver alg�n d�a, y hacer un llamado a la venganza. De una forma u otra las sombras se encuentran en todas nuestras vidas.

II COSAS ACTUALES QUE RELIEVAN LAS SOMBRAS FLUIDAS POR EL FUTURO.

1. La esperanza humana. Lo m�s indestructible en los senos humanos.

2. Estimaci�n correcta de la vida; como la esfera en la que se est� forjando un gran prop�sito moral: el car�cter est� siendo moldeado por la influencia mezclada de las cosas malas y las buenas.

3. Las consoladoras promesas de Dios; que nos aseguran los vencimientos divinos y los excesos.

4. Y la seguridad de la presencia Divina permanente, que es una luz dulce constante que, cayendo sobre las sombras, los toca con un resplandor dorado, incluso cuando las nubes oscuras de la tarde se encienden en la gloria despu�s de la puesta del sol.

Isa�as 39:8

Nuestras presentaciones pueden ser ego�stas.

"Dijo adem�s, porque habr� paz y verdad en mis d�as". "Ezequ�as no solo acepta la voluntad de Jehov�. Como El� ( 1 Samuel 3:18), sino que se felicita por su propia seguridad personal. Sin duda, habr�a sido el curso m�s noble para rogar que solo �l pudiera soportar el castigo, ya que solo �l hab�a pecado. Pero el principio de la solidaridad del antepasado y su posteridad, y del rey y su pueblo, prevalece casi en todo el Antiguo Testamento ". El autoenga�o es muy com�n en materia de sumisi�n.

I. ALGUNOS PIENSAN QUE ENV�AN CUANDO SOLAMENTE DEJARON DE CUIDARSE. Las dos cosas son bastante distintas. Un hombre solo se somete verdaderamente mientras mantiene su cuidado y tiene su deseo personal y su deseo a�n vigoroso. La verdadera sumisi�n es la renuncia voluntaria al propio deseo porque aceptamos el deseo de otro. La gloria de esto es que es dif�cil. Es bastante f�cil cuando hemos dejado de preocuparnos.

II ALGUNOS PIENSAN QUE ENV�AN ENCUENTRAN QUE S�LO SE ACUERDAN BAJO DIOS. Como personas moribundas, si se les pregunta si se someten, a menudo dir�n: "Oh, s�; no hay nada m�s que pueda hacer". Dios es demasiado grande para ellos, eso es todo. Si no lo fuera, a�n luchar�an contra �l. Esta es la forma de sumisi�n mahometana. "Allah Akbar" - "�Dios es genial!" "Islam" - "Debemos someternos a �l". La exageraci�n de este tipo de sumisi�n se encuentra en la dosis oriental. Los hombres se acuestan en el suelo uno al lado del otro y dejan que el rey cabalgue sobre sus hombros. Nuestro Dios no pide tal sumisi�n como esa.

III. ALGUNOS PIENSAN QUE ENVIAN CUANDO LA CARGA SE LEVANTA DE ELLOS PARA DESCANSAR SOBRE OTROS. Una presentaci�n muy c�moda, pero muy mala. Una sumisi�n ego�sta que acepta una voluntad de Dios que nos protege, lo que sea que otros tengan que sufrir. Esta fue la sumisi�n de Ezequ�as. "Bien es la voluntad del Se�or en el juicio, porque �l la ha cambiado para hacer las cosas m�s c�modas para m�". Es imposible darle a Ezequ�as mucho cr�dito por una sumisi�n tan pobre como esa.

IV. LOS CORAZONES VERDADEROS PIENSAN QUE SOMETEN SOLO CUANDO ACEPTAN CON AMOR LA SANTA VOLUNTAD, LO QUE PUEDA INVOLUCRAR. La sumisi�n es la expresi�n de confianza, el aliento de confianza, el signo del amor perfecto. Es el coraz�n infantil pronunciado. No puede hacer ninguna calificaci�n. Su estribillo incesante es: "Mi padre lo sabe". El �nico ejemplo sublime de sumisi�n es el Se�or Jesucristo, quien, aunque la santa voluntad implicaba un sufrimiento personal m�s amargo, pod�a decir sinceramente: "No como lo har�, sino como quieras". Despu�s de Cristo, la gran figura de sumisi�n del mundo es el venerable Mois�s, que asciende a Nebo para recibir el beso de Dios y morir, "con la buena tierra de Cana�n a la vista".

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Isaiah 39". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/isaiah-39.html. 1897.
 
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