Bible Commentaries
Job 21

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

Versículos 1-34

EXPOSICI�N

Job 21:1

Job responde a Zophar, como hab�a respondido a Bildad, en un solo cap�tulo no muy largo. Despu�s de algunos comentarios introductorios c�usticos (vers�culos 2-4), acepta el desaf�o que Zophar hab�a lanzado, respetando el castigo seguro, en esta vida, de los malvados ( Job 20:4), y mantiene, "en un lenguaje de audacia incomparable" (Cook), lo contrario de la proposici�n. Los malvados, dice, viven, envejecen, alcanzan un gran poder, tienen una descendencia numerosa y floreciente, prosperan, se enriquecen, pasan su tiempo en festejar y alegrarse, es decir, renunciar abiertamente a Dios y negarse a rezarle, pero no sufrir� ning�n da�o, y cuando mueran, desciendan a la tumba sin sufrir, "en un momento" (vers�culos 5-15). de vez en cuando se interrumpen repentinamente de manera se�al, �l responde: "�Con qu� frecuencia es esto?" o, mejor dicho, "�Cu�n raramente!" (vers�culos 17, 18). A la sugerencia adicional de que son castigados en sus hijos �l responde: "�Cu�nto mejor si fueran castigados en sus propias personas!" (vers�culos 19-21). Tal como es, argumenta, un evento le sucede a todos (vers�culos 23-26). Ilusi�n, observa que la opini�n com�n respalda su punto de vista (vers�culos 29-33), y denuncia como in�tiles los intentos de sus consoladores de convencerlo, ya que sus puntos de vista y los de ellos respecto a los hechos del gobierno de Dios son diametralmente opuestos entre s� (vers�culo 34 )

Job 21:1, Job 21:2

Pero Job respondi� y dijo: Escucha diligentemente mi discurso, y deja que este sea tu consuelo. Como no tienes otro consuelo que ofrecerme, al menos atiende diligentemente a lo que digo. Eso ser� un consuelo para m�, y lo aceptar� en lugar de los consuelos que podr�a haber buscado en tus manos.

Job 21:3

D�jame que hable; o, sufre, y yo tambi�n hablar�. Hay un �nfasis en el "yo" (????). Job implica que sus oponentes no le permiten su parte justa del argumento, lo cual es una acusaci�n que apenas puede justificarse. Desde que se abri� el di�logo, los discursos de Job han ocupado once cap�tulos, los de sus "consoladores" solo siete. Pero un pol�mico que tiene mucho que decir es capaz de pensar que no se le permite tiempo suficiente. Y despu�s de eso he hablado, se burlan. Job no espera convencer, silenciar o avergonzar a los otros interlocutores. Cuando ha dicho lo que dice, todo lo que espera es burla y burla.

Job 21:4

En cuanto a m�, �es mi queja al hombre? �Me dirijo al hombre, le doy mi queja y espero que repare mis errores? No; De lo contrario. Me dirijo a Dios, de quien solo puedo buscar asistencia efectiva. Y si fuera as�; m�s bien, y si es as�, si este es el caso, si mi llamado es a Dios, y �l no me responde, entonces �por qu� no deber�a preocuparse mi esp�ritu? o, �por qu� no deber�a ser impaciente? (Versi�n Revisada). Job cree que tiene derecho a ser impaciente, si Dios no le garantiza una respuesta.

Job 21:5, Job 21:6

Aqu� tenemos una transici�n abrupta. Job est� a punto de controvertir la teor�a de Zofar sobre la cierta retribuci�n que sobrepasa al hombre malvado en esta vida, y mantener que, por el contrario, generalmente prospera (vers�culos 7-18). Sabiendo que, contrariamente a la ense�anza religiosa general, despertar� mucho horror e indignaci�n por parte de quienes lo escuchan, presenta sus comentarios con un aviso de que causar�n asombro y un reconocimiento de que �l mismo no puede reflejar sobre el tema sin un sentimiento de alarma y consternaci�n. Por lo tanto, espera parcialmente desarmar a sus oponentes.

Job 21:5

Marcame; literalmente, m�rame; es decir, "ati�ndeme", porque estoy a punto de decir algo que bien merece atenci�n. Y se sorprender�. Prep�rense, es decir; por algo que te sorprender�. Y pon tu mano sobre tu boca. Harp�crates, el dios egipcio del silencio, a menudo se representaba con el dedo en los labios. El simbolismo es casi universal. Job le ruega a sus auditores que "se abstengan de hablar" y, por mucho que se sorprendan, que guarden silencio hasta que haya concluido.

Job 21:6

Incluso cuando lo recuerdo; es decir, "cuando pienso en el tema". Tengo miedo, y temblorosa se apodera de mi carne. Un escalofr�o recorre todo su cuerpo. �l sabe que sus palabras parecen estar al borde de la impiedad.

Job 21:7

�Por qu� viven los imp�os, envejecen, s�, son poderosos en poder? Job pide una explicaci�n de los hechos que su propia experiencia le ha impresionado. �l ha visto que "los malvados viven" tanto como los justos, que en muchos casos alcanzan una edad avanzada y se convierten en los poderosos de la tierra. Los grandes "reyes piramidales" de Egipto, cuyas crueles opresiones fueron recordadas hasta la �poca de Herodoto (Herodes; 2.124-128), reinaron respectivamente, seg�n la tradici�n egipcia, sesenta y tres y sesenta y seis a�os (Manetho ap. Euseb; 'Chronicles Can.', Pars 2.). Rams�s II; El cruel opresor de los jud�os, y el fara�n de quien Mois�s huy�, tuvo un reinado de sesenta y siete a�os.

Job 21:8

Su semilla se establece a la vista con ellos (comp. Salmo 17:14; y ver m�s abajo, Job 27:14). Apenas se puede dudar de que los malvados tuvieran tantos hijos como los justos, y a menudo los establecieran en puestos de honor y emolumento. Y su descendencia ante sus ojos. Una repetici�n pleon�stica.

Job 21:9

Sus casas est�n a salvo del miedo; literalmente, sus casas est�n en paz, sin miedo. Tampoco est� la vara de Dios sobre ellos. Entonces Asaf, "No est�n en problemas como otros hombres, ni est�n plagados como otros hombres" (Salmo 73:5). La vara de castigo de Dios no parece herirlos.

Job 21:10

Su toro engendra, y no deja de ser; m�s bien, su vaca concibe a Shor (?????), que es de ambos sexos, aqu� debe tomarse como femenino. Su vaca (m�s bien, su novilla) da a luz, y no casta su becerro. Tanto la concepci�n como el nacimiento son pr�speros; no hay esterilidad ni aborto.

Job 21:11

Env�an a sus peque�os como un reba�o. Gratis, es decir, alegre y divertido, para que se den el gusto que quieran. La imagen es encantadoramente id�lica. Y sus hijos bailan. Frisk, es decir, "y saltar y saltar", como la cr�a de ganado lleno de salud y en el disfrute de la abundancia "(Lee).

Job 21:12

Toman el timbre y el arpa, y se alegran con el sonido del �rgano. El "timbrel" (??) es probablemente la pandereta, un instrumento utilizado desde una antig�edad remota por los orientales. Consist�a en un aro redondo de madera, en el que a veces se insertaban anillos met�licos de jingling, y sobre el cual se estiraba en un extremo una hoja de pergamino. Est� representado en los monumentos de Egipto y Fenicia. El arpa (???????) fue, en los primeros tiempos, un instrumento muy simple, que consist�a en un marco de madera, a trav�s del cual se estiraban de cuatro a siete cuerdas, que eran de catgut y de diferentes longitudes, y sonaban con la mano o con una p�a. El "�rgano" (??????) no era, por supuesto, un �rgano en el sentido moderno de la palabra. Era una pipa de sart�n, que es un instrumento muy primitivo, o m�s probablemente una doble ca�a soplada desde el extremo, como un flageolet, ejemplos de los cuales se encuentran en los restos de Egipto y Fenicia.

Job 21:13

Pasan sus d�as en la riqueza, y en un momento bajan a la tumba. Mueren, es decir ' sin sufrir ninguna enfermedad prolongada o grave, como esa grave aflicci�n de la que Job mismo estaba sufriendo. Probablemente Job no signifique mantener todo esto de manera absoluta o universal, pero desea obligar a sus amigos a reconocer que hay muchas excepciones a su ley universal, que la maldad siempre se visita en este mundo con un castigo condicional, y �l quiere que les den cuenta de sus excepciones (ver vers�culo 7).

Job 21:14

Por eso dicen a Dios: Ap�rtate de nosotros. Es esta impunidad la que lleva a los malvados a renunciar a Dios por completo. Piensan que se llevan muy bien sin Dios y, en consecuencia, no tienen necesidad de servirle. Job pone sus pensamientos en palabras (vers�culos 14, 15) y, por lo tanto, representa muy gr�ficamente su tono de sentimiento. Porque no deseamos el conocimiento de tus caminos. Los malvados no sienten inter�s en Dios; no se preocupan por �l; sus caminos est�n "muy por encima de su vista", y no les importa conocerlos.

Job 21:15

�Qu� es el Todopoderoso para que le sirvamos? "�Qui�n es Jehov�", dijo el fara�n a Mois�s, "para que yo obedezca su voz? No conozco a Jehov�" ( �xodo 5:2). As� que los imp�os en el tiempo de Job. Fingen no tener conocimiento de Dios, no tener sentido de sus reclamos sobre ellos, no tener conciencia interna de que est�n obligados a adorarlo y obedecerlo. Son agn�sticos de un tipo pronunciado, o al menos profesan serlo. �Qu� beneficio, preguntan, deber�amos tener, si le rezamos? La experiencia lo es todo con ellos. �Servir a Dios les har� alg�n bien? �Avanzar� en sus intereses mundanos? Conv�ncelos de eso, y estar�n dispuestos a pagarle, en cualquier caso, un servicio de labios. Pero, habiendo prosperado tanto tiempo y sin hacer ninguna profesi�n religiosa, no ven ninguna raz�n para creer que prosperar�an m�s si hicieran una.

Job 21:16

He aqu�, su bien no est� en sus manos; es decir, su prosperidad no est� en su propio poder, no es el resultado de sus propios esfuerzos. La providencia de Dios es, al menos, un elemento en ella, ya que �l exalta a los hombres y los humilla, arroja hacia abajo y levanta. Por lo tanto, parece seguir que son sus favoritos. �Job, por lo tanto, echar� su suerte con ellos? No, dice, mil veces, �No! El consejo de los imp�os est� lejos de m�; o mejor, �s� el consejo de los malvados lejos de m�! No tendr� nada que ver con eso. Me aferrar� a Dios. Mantendr� mi integridad. Satan�s hab�a acusado a Job de servir a Dios por el bien de la recompensa temporal. Job hab�a refutado el cargo al aferrarse a Dios, a pesar de todas sus aflicciones. Ahora va m�s all� y se niega a echar su suerte con los malvados, aunque parezca que el equilibrio de la prosperidad est� con ellos.

Job 21:17

�Con qu� frecuencia se apaga la vela de los imp�os? Esto no es una exclamaci�n, sino una pregunta, y est� bien expresado en la Versi�n Revisada, "�Con qu� frecuencia se apaga la l�mpara de los imp�os?" �No es la ca�da de la se�al del malvado hombre pr�spero una cerca relativamente rara? �Cu�n a menudo viene su destrucci�n sobre ellos! Cuando el problema aqu� planteado lleg� antes que Asaph, parece haberlo resuelto con la suposici�n de que en todos los casos la retribuci�n visit� a los malvados en esta vida, y que fueron expulsados ??de su prosperidad. "Fui", dice, "al santuario de Dios; luego entend� el fin de estos hombres. Seguramente los pusiste en lugares resbaladizos; los arrojaste a la destrucci�n. �C�mo son llevados a la desolaci�n, como en un momento! Est�n completamente consumidos por los terrores. Como un sue�o cuando uno se despierta; as�, Se�or, cuando despiertes, despreciar�s su imagen "(Salmo 73:17). Job sostiene que tal cat�strofe ocurre pero rara vez, y que en su mayor parte los malvados van a la tumba en paz. Dios distribuye tristezas en su ira. Esta es una cl�usula independiente. El sentido contin�a: �C�mo es posible que se apague la vela de los imp�os y que la destrucci�n venga sobre ellos y que Dios derrame tristezas sobre ellos en su ira? (compare el comentario en el siguiente verso).

Job 21:18

Son como rastrojo ante el viento, y como paja que la tormenta lleva; m�s bien, �con qu� frecuencia son tan rastrojos ante el viento, y como paja, etc.? La construcci�n iniciada en la primera cl�usula de Job 21:17 contin�a hasta el final de Job 21:18. "Stubble" y "chaff" son figuras comunes para hombres necios e imp�os, a quienes la explosi�n de la ira de Dios se precipita hacia la destrucci�n (comp. �xodo 15:7; Salmo 1:4; Salmo 35:5; Salmo 83:13; Isa�as 27:13; Isa�as 29:5; Isa�as 41:2, etc.).

Job 21:19

Dios levanta su iniquidad por sus hijos. Job supone que sus oponentes responden a sus argumentos. "Dios", pueden decir, "castiga al hombre malvado en sus hijos" (comp. �xodo 20:5). Job no niega que pueda hacerlo, pero sugiere un mejor curso en la siguiente oraci�n. Lo recompensa; m�s bien, que se lo pague a s� mismo, que haga sufrir al malvado y luego lo sabr�. Percibir� y sabr� que est� recibiendo la debida recompensa de su maldad.

Job 21:20

Sus ojos ver�n su destrucci�n (o, dejar�n que sus propios ojos vean su destrucci�n), y �l beber� (o, dejar� que beba) de la ira del Todopoderoso. Le impresionar� mucho m�s la sensaci�n de su maldad y su culpa ante Dios, si recibe el castigo en su propia persona, que si simplemente sufre indirectamente a trav�s de sus hijos.

Job 21:21

�Para qu� placer tiene �l en su casa despu�s de �l? �Qu� le importa, normalmente, la felicidad de sus hijos y descendientes? "Apres moi le deluge" es el pensamiento ego�sta de los hombres malos en general, cuando echan un vistazo a los tiempos que seguir�n a su fallecimiento. El destino de aquellos que dejan atr�s les preocupa poco. Apenas les causar�a una punzada saber que su posteridad pronto ser�a "limpia". Cuando el n�mero de sus meses se corta en medio; es decir, cuando llega su hora se�alada, y �l sabe que "el n�mero de sus meses est� cumplido".

Job 21:22

�Alguien ense�ar� el conocimiento de Dios? Job ha estado buscando las "cosas profundas de Dios", especulando sobre el m�todo del gobierno Divino del mundo, tal vez se ha aventurado precipitadamente a "apresurarse donde los �ngeles temen pisar". Ahora, sin embargo, se anima a s� mismo con la confesi�n de que los caminos de Dios son inescrutables, su conocimiento m�s all� de cualquier conocimiento pose�do por el hombre. Los hombres no deben presumir de juzgarlo; corresponde a �l juzgarlos. Al ver juzga a los que son altos. Ninguno tan exaltado, ninguno tan avanzado en sabidur�a y conocimiento, ninguno tan aventurero en profundidades que no puedan comprender, pero Dios est� por encima de ellos, los juzga, conoce sus corazones y, seg�n su sabidur�a infalible, los condena o aprueba. Este es un pensamiento castigador, y su efecto en Job es hacer que contraiga sus velas y, dejando el emp�reo, se contente con un vuelo m�s bajo. Anteriormente hab�a sostenido, como si fuera admitido en los consejos Divinos, que la prosperidad de los imp�os era una regla del gobierno de Dios. Ahora no va m�s all� de decir que no hay una regla que se pueda descubrir. La felicidad y la miseria se dispensan, por lo que el hombre puede ver, sin ning�n principio definido, y, al final, a todos les sucede una cosa: todos bajan a la tumba, se acuestan en el polvo y los gusanos los devoran (versos 23-26).

Job 21:23

Uno muere con toda su fuerza, estando completamente a gusto y tranquilo. Algunos contin�an saludables y vigorosos en su cuerpo, pac�ficos y satisfechos en su mente, hasta el momento de su partida (comp. Job 21:13, "Pasan sus d�as en la riqueza, y en un momento descienden al tumba").

Job 21:24

Sus senos est�n llenos de leche; m�s bien, sus cubetas de leche, como en el margen. La principal riqueza del tiempo es el ganado, el hombre cuyos cubos de leche siempre est�n llenos es el hombre pr�spero. Y sus huesos est�n humedecidos con m�dula. Siendo as� rico y pr�spero, su cuerpo es gordo y bien alimentado.

Job 21:24

Y otro muere en la amargura de su alma. Otros tienen que sufrir terriblemente antes de que la muerte llegue a ellos. Toda su vida es miserable, y su esp�ritu est� amargado por sus desgracias. Y nunca come de placer; m�s bien, y nunca sabe bien (ver la versi�n revisada).

Job 21:26

Se acostar�n por igual en el polvo, y los gusanos los cubrir�n. Por diferentes que sean las circunstancias de su vida, los hombres son iguales en su muerte. Un evento les sucede a todos. Todos mueren, son depositados en el polvo y se convierten en presas de gusanos.

Job 21:27

He aqu�, conozco tus pensamientos y los dispositivos (o suposiciones) que err�neamente imaginas contra m�. Lo s�, es decir Que piensas de mi. Soy bastante consciente de que me consideras como si hubiera tra�do mis aflicciones sobre m� por actos perversos, que he logrado mantener en secreto. No ha declarado abiertamente sus conjeturas. pero me ha sido f�cil "leer entre l�neas" y comprender el verdadero significado de sus insinuaciones, que son todas injustas e injustas.

Job 21:28

Porque dec�s: �D�nde est� la casa del pr�ncipe? es decir, "�Qu� ha sido de la casa del hombre poderoso (Job mismo)? �C�mo ha ca�do y se ha ido a la ruina!" �Y d�nde est�n las moradas (literalmente, la tienda de las habitaciones) de los malvados! Nuevamente, Job est� destinado, aunque el insulto est� velado por la forma plural utilizada. Job supone que sus oponentes cumplir�n con su declaraci�n, que los justos est�n afligidos y los malvados prosperan, se�alando su propio caso como uno en el que la maldad ha sido castigada.

Job 21:29

�No les hab�is preguntado a los que van por el camino? Job refiere a sus oponentes a la primera esquina (??? ???????), el m�s simple transe�nte. Perm�tales pedirle su opini�n y ver si �l no considera que, como regla general, los malvados prosperen. �Y no sab�is sus fichas? o sus observaciones; es decir, las conclusiones a las que han llegado sobre el tema a partir de su propia observaci�n y experiencia.

Job 21:30

Estas conclusiones se exponen ahora. Son, que los malvados est�n reservados (o mejor dicho, ahorrados) el d�a de la destrucci�n, y que ser�n llevados (m�s bien, eliminados del camino) al d�a de la ira. Esto, seg�n Job, era el sentimiento popular de su tiempo; y, sin duda, hay en todas las edades una gran masa de opiniones fugaces en el mismo sentido. Llamativos ejemplos de maldad en lugares altos llaman la atenci�n, provocan indignaci�n y se habla mucho de ellos; De ah� surge la idea de que tales facilidades son comunes y, en �ltima instancia, por una generalizaci�n no cient�fica en la mente vulgar, que forman la regla, y no la excepci�n a la regla. Se requiere cierto poder de intelecto para tener una visi�n amplia e integral de toda la vida humana, y para lograr el equilibrio. Tal punto de vista parece haber sido adoptado por el obispo Butler (entre otros); y la conclusi�n, alcanzada por la investigaci�n tranquila y el pensamiento filos�fico, es que, en general, siempre en esta vida, el equilibrio de la ventaja recae en los virtuosos, que realmente prosperan m�s que los malvados, tienen mayores y mayores satisfacciones, escapan a numerosas formas de sufrimiento, y acercarse m�s a la felicidad. Una distribuci�n exacta de felicidad y miseria al desierto es algo que ciertamente en esta vida no tiene lugar; pero la tendencia de la virtud a acumular otros bienes es clara; y la visi�n pesimista de Job es ciertamente falsa, lo que podemos sospechar que mantuvo, m�s bien por amor a la paradoja y por el deseo de desconcertar y confundir a sus amigos, que por cualquier convicci�n de su verdad absoluta.

Job 21:31

�Qui�n declarar� su camino a su cara? m�s bien, �qui�n denunciar�? es decir, �qui�n ser� lo suficientemente valiente como para decirle al hombre rico y poderoso que es malvado? que su "camino" o curso de la vida est� completamente equivocado? �Y qui�n le devolver� lo que ha hecho? A�n menos se encontrar� a alguien que se enfrente a �l para atacarlo, procesarlo en los tribunales o llevarlo a castigarlo. Por lo tanto, no siendo castigado por Dios ni por el hombre, disfruta de la impunidad completa.

Job 21:32

Sin embargo, ser� llevado a la tumba; m�s bien, �l es llevado (en pompa) a la tumba. Incluso en la muerte, la ventaja sigue siendo para el hombre malvado. Es llevado en procesi�n a la tumba �un mausoleo o una b�veda familiar� por un largo tren de dolientes, que lloran y lamentan por �l, y le pagan honores funerarios. El pobre hombre virtuoso, por otro lado, es arrojado apresuradamente bajo la tierra. Y permanecer� en la tumba; o vigilar�n su tumba. La alusi�n es probablemente a la costumbre, com�n en Egipto y Fenicia, de tallar una figura del difunto en la tapa de su sarc�fago, para mantener como si vigilara los restos depositados en su interior. La figura a veces iba acompa�ada de una inscripci�n, denunciando maldiciones sobre aquellos que deber�an atreverse a violar la tumba o perturbar los restos.

Job 21:33

Los terrones del valle ser�n dulces para �l. En su mausoleo, al lado de la corriente que corre, los mismos terrones del valle, donde se encuentra su tumba, ser�n dulces y agradables para �l, y la muerte perder� la mitad de sus terrores. Y todos los hombres correr�n tras �l. Algunos explican esto de la larga procesi�n f�nebre que sigue a su cad�ver a la tumba, y toman la siguiente cl�usula de la multitud, que no forma parte de la procesi�n, que se re�nen de antemano en la tumba, esperando ver las obsequias; pero, como comenta Rosenmuller, esta explicaci�n parece impedida por la menci�n previa de la procesi�n f�nebre ( Job 21:32), adem�s de ser insatisfactoria. La verdadera referencia es probablemente el tema com�n de consuelo impl�cito en el "Omnes eodem cogimur" de Horace. Es feliz en su muerte, o en cualquier caso no es infeliz, ya que solo sufre el destino com�n. Atraer� a todos los hombres futuros, que igualmente perecer�n inevitablemente, as� como hay innumerables antes que �l, que han viajado la misma lectura y han llegado al mismo lugar de descanso.

Job 21:34

�C�mo, pues, consolarme en vano, al ver en tus respuestas queda la falsedad? Su posici�n, que los piadosos siempre prosperan, mientras que los malvados son afligidos y humillados, siendo absolutamente falsa, sus intentos de consolarme y consolarme son completamente vanos y vanos. �Por qu� continuarlos?

La mayor�a de los comentaristas consideran que el segundo coloquio aqu� termina y que se produce una pausa antes de que Elifaz reanude la discusi�n.

HOMIL�TICA

Job 21:1

Trabajo para Zophar: Audi alteram partem.

I. EL ESP�RITU DE LA RESPUESTA DEL TRABAJO.

1. Intensa seriedad. Indicado por la respetuosa invitaci�n dirigida a sus amigos para que atendieran su discurso, la nerviosa reducci�n del verbo "escuchar" y la seguridad de que tal comportamiento por su parte lo consolar�a m�s eficazmente que todas sus arengas elocuentes y laboriosas. El car�cter de santidad eminente de Job, la condici�n de extrema miseria de Job y la condena de Job por parte de los tres amigos, todos le daban derecho a recibir de ellos una audiencia generosa y paciente. Los hombres buenos y los que sufren mucho suelen ser sinceros cuando hablan, especialmente cuando justifican los caminos de Dios al hombre, y son dignos de ser escuchados tanto por su propio bien como por el de su sujeto. Es uno de los consuelos m�s dulces de un santo que se le permita reivindicar la causa de Dios y la verdad.

2. Absoluta confianza. Job sinti� tan satisfecho que lo que estaba a punto de avanzar estaba en perfecto acuerdo con la verdad y lo correcto, que era completamente indiferente a todas las consideraciones personales en la declaraci�n de la misma. Podr�a exponerlo a m�s burlas y calumniosas animadversiones, podr�a intensificar las sospechas que ya existen contra �l e incluso conducir a acusaciones m�s enfadadas y directas. Estaba preparado para enfrentarlos por el bien de la libertad de publicar lo que en su conciencia m�s profunda cre�a que era verdad. El ejemplo de Job es digno de imitaci�n. Primero, deje que cada hombre est� completamente persuadido en su propia mente de que lo que se propone hablar es verdad, y luego deje que manifieste el coraje de sus convicciones sufriendo por ellas si es necesario.

3. La autojustificaci�n. Job se reivindica contra el cargo repetido de impaciencia.

(1) Admitir a sus amigos que su acusaci�n era sustancialmente correcta. Su esp�ritu hab�a sido "acortado" (vers�culo 4) por el desconcertante enigma de la divina providencia sobre la que hab�a estado meditando, como lo fue despu�s el de David (Salmo 37:1), de Asaph (Salmo 73:3). de Jerem�as (Jeremias 12:1); como los esp�ritus de los hombres a veces se acortan, irritan y se vuelven impacientes, por dificultades ( N�meros 21:4), tentaciones ( Jueces 16:16), aflicciones ( �xodo 6:9); y como Dios, m�s humano, representa su esp�ritu como acortado, lleno de la impaciencia de la compasi�n, al contemplar la miseria del hombre ( Jueces 10:16).

(2) Negar su derecho a imputarle la culpa de esa cuenta, ya que su queja estaba dirigida contra ellos, no contra ellos, sino contra Dios (vers�culo 4). No fue su falta de simpat�a con sus sufrimientos lo que lo molest�, o incluso sus virulentas aspersiones de su car�cter, sino la aparente desigualdad de los tratos de Dios consigo mismo. Las mayores pruebas de un santo siempre provienen de Dios. Un buen hombre puede vivir sin la pena o la aprobaci�n de sus semejantes, pero no sin la comuni�n o el favor de su Dios (Salmo 30:5). El problema m�s dif�cil que una inteligencia santificada tiene que resolver no es dar cuenta de las opresiones e injusticias del hombre, sino resolver las inconsistencias aparentes en las dispensaciones de Dios.

(3) Mantener la razonabilidad perfecta de su comportamiento al manifestar la falta de esp�ritu bajo el terrible misterio de la divina providencia. Si ellos, sus amigos, eran en alg�n aspecto diferentes de �l, era porque eran incapaces de discernir el misterio. Simplemente hab�an cerrado los ojos ante el dif�cil problema ante el cual �l (Job) se tambaleaba, y luego afirmaron que el problema no exist�a. Entonces, a menudo, las buenas personas hoy en d�a, por falta de capacidad intelectual o sinceridad espiritual, no ven o no miran constantemente las dificultades por las cuales los buscadores sinceros despu�s de la verdad est�n perplejos, y en consecuencia se niegan a expresar toda simpat�a por ellos. sus dudas y los condenan sin sentimiento por su incredulidad; mientras que las buenas personas solo pueden ver las dificultades que se interponen en el camino de aquellos a quienes llaman esc�pticos, infieles, herejes, al menos se compadecer�an, si no participaran, la vacilaci�n y la incertidumbre que condenan.

4. Profunda reverencia. Job no pod�a contemplar el terrible problema al que alud�a sin temblar y desconcertarse. La prosperidad de los malvados era un tema que lo llenaba de asombro silencioso, que aturd�a su intelecto cuanto m�s reflexionaba sobre �l, que se apoder� de su esp�ritu con una especie de estupefacci�n, que parece, por un lado (es decir, en la teor�a de los amigos) sugerir pensamientos blasfemos de Dios, y por otro lado (es decir, en la hip�tesis presentada por �l) para presagiar terribles males para los malvados. Job, que no estaba aterrorizado por el espectro de Elifaz, que no se conmovi� ante la perspectiva de Hades, se sinti� abrumado por la consternaci�n ante lo que parec�a empa�ar la gloria divina o perjudicar la felicidad del hombre. Entonces Abraham estaba celoso del honor Divino ( G�nesis 18:25), y David tem�a los juicios Divinos sobre los malvados (Salmo 119:20). Entonces, por todos los hombres, y en particular por todos los santos, la Persona de Dios debe ser reverenciada (Salmo 89:7), y la Palabra de Dios debe escucharse con asombro ( Isa�as 66:2), y Las obras y formas de Dios tanto en la Iglesia como en el mundo deben estudiarse con asombro silencioso (Salmo 46:10; Habacuc 2:20; Sofon�as 1:7; Zacar�as 2:13).

II EL ARGUMENTO DE LA RESPUESTA DEL TRABAJO. El dogma de Zofar y sus compa�eros fue contradicho por:

1. Los hechos de la experiencia. (Vers�culos 7-21.) Al ampliarlos, Job llama la atenci�n sobre tres puntos.

(1) La prosperidad de los imp�os (vers�culos 7-13). Esto lo representa como:

(a) De larga duraci�n, "a los malvados" se les permite "vivir y envejecer" (vers�culo 7). Elifaz hab�a afirmado que el transgresor imp�o deb�a morir antes de tiempo ( Job 15:20, Job 15:32), y Zophar hab�a declarado que la alegr�a del hip�crita no era sino por un momento ( Job 20:5). Estas afirmaciones, afirma Job, eran notoriamente incorrectas.

(b) Muy aumentada, "los malvados 'no simplemente viven mucho y felices, sino que, como una vez m�s, para confrontar a Elifaz ( Job 15:29) y Zofar ( Job 20:15), convirti�ndose "poderoso en el poder", alcanzando una vasta riqueza y, por lo tanto, lo que la riqueza representa: influencia, honor, placer, los tres ingredientes principales en la copa de la felicidad del mundo,

(c) Establecida firmemente, la buena fortuna de los malvados desciende a sus familias, quienes, en contradicci�n expresa con la ense�anza de Elifaz ( Job 15:34), Bildad ( Job 18:19), y Zophar ( Job 20:10), crecer hasta la masculinidad y la feminidad, y establecerse permanentemente junto a las tiendas patriarcales, una de las mejores y m�s valoradas bendiciones que un padre puede disfrutar, como Job conoc�a anteriormente por experiencia personal ( Job 1:4, Job 1:5).

(d) Perfectamente aseguradas, sus casas a salvo del miedo, o "en paz, sin alarma", y sin tener la vara de Dios sobre ellos (vers�culo 9), como lo hab�a hecho cuando los atacaron los ladrones caldeos, y desolado por los juicios divinos. nuevamente en ant�tesis flagrante a Elifaz ( Job 15:34), Bildad ( Job 18:15) y Zophar ( Job 20:26).

(e) Ricamente variada, que consiste en un aumento material (vers�culo 10), en oposici�n a Elifaz ( Job 15:29) y Zofar ( Job 20:28); ampliaci�n familiar (vers�culo 11), contra Bildad ( Job 18:19); y felicidad social (vers�culo 12), en lugar de la miseria de toda la vida que les otorg� Elifaz ( Job 15:20), Bildad ( Job 18:11) y Zophar ( Job 20:18).

(f) Absolutamente ininterrumpido, su riqueza y facilidad nunca cesan durante toda la vida, sino que los atienden a la boca de la tumba, en la que caen silenciosa y r�pidamente sin experimentar enfermedad f�sica o miseria mental (vers�culo 13), llegando as� a la culminaci�n misma de Felicidad mundana: una imagen muy diferente de la esbozada por Elifaz ( Job 15:24), Bildad ( Job 18:18) y Zophar ( Job 20:11).

(g) Otorgado divinamente, Job agreg� (vers�culo 16) que la verdadera fuente de toda la felicidad y prosperidad de la que gozan los malvados, aunque no es reconocida como tal por ellos, fue la mano de Dios, quien es la Fuente primordial de cada beneficio conferido sobre el hombre, ya sea temporal o eterno, material o espiritual ( Santiago 1:17), que hace que su sol brille sobre el mal y el bien ( Mateo 5:45), y con quien trata los imp�os para llevarlos al arrepentimiento ( Romanos 2:4).

(2) La impiedad de los pr�speros (vers�culos 14-16). Este trabajo se describe en cuatro detalles:

(a) La extra�eza de la misma. Seg�n la teor�a de los amigos, estos favoritos de la fortuna deber�an haber sido buenos; "y sin embargo" (vers�culo 14) fueron todo lo contrario. Aunque dise�ado para engendrar piedad en el coraz�n, la prosperidad material, de hecho, rara vez lo hace. Sin embargo, la bondad de Dios para el pecador es una agravaci�n de la criminalidad del pecador contra Dios.

(b) La maldad de la misma. Los pr�speros le dicen a Dios: "Ap�rtate de nosotros", no como Pedro le dijo a Cristo ( Lucas 5:8), sino como los Gadarenos le suplicaron ( Lucas 8:37), deseando que Dios los dejar�a para el disfrute de sus lujurias, ya que estos �ltimos deseaban tener sus cerdos, sin molestarlos ni con las reprensiones de conciencia, las verificaciones de la Providencia, los preceptos de su Ley o las punzadas de su Esp�ritu. Lo que m�s teme el pecador es lo que m�s desea el santo: la presencia y la comuni�n de Dios. Lo que hace que el malvado sea un infierno constituye el cielo del hombre bueno.

(c) La necedad de esto. Los argumentos aducidos en su apoyo son tres: que los caminos de Dios son indeseables, lo cual no fue la opini�n de Enoc (G�nesis 5:21-1), o de No� ( G�nesis 6:9), de David (Salmo 138:5), de Salom�n ( Proverbios 3:17), de Isa�as, ( Isa�as 55:2), de Jerem�as (Jeremias 31:12 ), de San Pablo ( Filipenses 4:4), de San Pedro ( 1 Pedro 1:8), o de San Juan ( 1 Juan 5:3), y ciertamente no de Cristo ( Mateo 11:28); que el servicio de Dios no es razonable, lo que no puede ser, teniendo en cuenta qui�n es Dios, Elohim, Jehov�, Shaddai, el Supremo Todopoderoso, Suficiente, Existente, que hace maravillas y las relaciones que mantiene con el hombre como Creador, Conservador, Redentor, Juez; que la adoraci�n a Dios no es rentable, lo cual no es as�, ya que, adem�s de tener la promesa que pertenece a la piedad en general ( 1 Timoteo 4:8), la oraci�n tiene la garant�a especial de que se cumplir�n sus deseos ( Mateo 7:7; Juan 15:7), mientras que es inconcebible que una criatura pueda comunicarse con su Creador, o que un santo tenga comuni�n con su Salvador, sin experimentar de ello, en una medida continuamente creciente, paz, alegr�a , iluminaci�n, santidad, todo lo comprendido en lo que se denomina "crecimiento en gracia".

(d) La repulsi�n de la misma. El consejo del malvado Job lo considera aborrecible (vers�culo 16); y tambi�n lo hacen todas las almas verdaderamente piadosas.

2. El plan de providencia. (Vers�culos 22-26.) Este trabajo se caracteriza como

(1) organizado por la sabidur�a divina, para mantener una teor�a fuera de armon�a con la cual, por lo tanto, era un juicio pol�tico pr�ctico de la sabidur�a divina, un intento de ense�ar a Dios (vers�culo 22), que no puede recibir acceso a su conocimiento o comprensi�n. de cualquiera de sus criaturas, una suposici�n de habilidad para prescribirle el esquema de acuerdo con el cual su universo debe ser gobernado;

(2) abarcando todo en su barrido, comprendiendo en sus disposiciones y representaciones a todas las criaturas de lo m�s bajo a lo m�s alto, "aquellos en el cielo", es decir, �ngeles, autoridades y poderes, y "lo m�s alto" en la tierra, se�oriales potentados, poderosos magnates, sabios pretenciosos, as� como siervos comunes y campesinos humildes, que est�n sujetos a su influencia y, por lo tanto, nuevamente, debido a su car�cter todo-inclusivo, apenas admiten cr�ticas por parte del hombre insignificante;

(3) no retributivo en su car�cter, asignando frecuentemente al hombre malvado una vida de tranquilidad y prosperidad (vers�culos 23, 24), y al hombre piadoso una peregrinaci�n de pobreza que termina en una muerte amarga (vers�culo 25), todo el igual que si fuera la diferencia entre virtud y vicio, piedad y maldad, santidad y pecado; y

(4) indiscriminada en su ejecuci�n, reduciendo tanto lo bueno como lo malo al mismo nivel muerto de calidad en la tumba (vers�culo 26) y, por lo tanto, lo m�s diferente posible al plan de providencia que deber�a haber prevalecido si la teor�a de los amigos hubiera sido correcto.

3. El testimonio de los hombres comunes. (Vers�culos 27-33.) Las "se�ales" de "los que van por el camino", es decir, las observaciones hechas por ellos, declararon abundantemente seis cosas sobre los imp�os, a saber.

(1) que por lo general no estaban abrumados con represalias en la tierra y en el tiempo, como afirmaron los amigos (vers�culo 28), con especial referencia a Job (vers�culo 27), cuya granja y familia hab�an quedado en ruinas por la r�pida calamidad;

(2) que generalmente estaban exentos de los males de la vida, incluso en una temporada de adversidades generalizadas (vers�culo 30), escapando del golpe de la mala fortuna por la cual otros y mejores hombres se postraron;

(3) que com�nmente se les permit�a pasar por el mundo sin castigo ni reproche (vers�culo 31), sin ninguna ley humana, sin sufrir ning�n tipo de control en su maldad, porque nadie era lo suficientemente valiente como para ser testigo de ellos. sus fechor�as, como lo hizo Nat�n con David ( 2 Samuel 12:7), El�as con Acab ( 1 Reyes 18:17) y Juan el Bautista con Herodes ( Mateo 14:4), o lo suficientemente poderoso como para exigir retribuci�n por sus delitos;

(4) que el honor y la prosperidad los acompa�aron incluso a sus tumbas, mientras se conduc�a el cuerpo sin vida del tirano malvado, al igual que los cad�veres de hombres ricos en los d�as del Predicador ( Eclesiast�s 8:10), y como probablemente fue la de Dives ( Lucas 16:22), con inmensa pompa y magn�fica ceremonia, a "las b�vedas o c�maras de las cavernas sepulcrales o tumbas en las que se depositaron los muertos" (Carey), donde los amigos y parientes cari�osos observar�n sobre su tumba (Good, Fry), o �l mismo mantendr� la guardia sobre su mont�n, es decir, sobre el mont�culo o pila en el que yace enterrado, mir�ndolo con monumental efigie;

(5) que incluso en la tumba no sufren desventajas en comparaci�n con otros hombres, "los terrones del valle" son tan "dulces" para ellos (vers�culo 33) como para los piadosos, lo que puede ser cierto en cuanto a los insensatos el polvo est� preocupado, aunque por supuesto es solo una imaginaci�n que los inquilinos de la tumba pueden sentir dolor o placer ( Eclesiast�s 9:5, Eclesiast�s 9:6), pero no implica nada en cuanto a condici�n de sus almas, que sabemos que es despu�s de la muerte en una situaci�n muy diferente de la de los justos ( Lucas 16:23); y

(6) que, en la medida en que la muerte misma pueda considerarse un mal, es una que comparten en com�n con el resto de la raza, cada uno a su vez despu�s, ya que innumerables multitudes ya los han precedido ( vers�culo 33).

III. LA APLICACI�N DE LA RESPUESTA DE TRABAJO.

1. El consuelo de sus amigos fue en vano.

(1) Fue ineficaz. No lo calm� en su dolor ni lo ayud� a soportar su carga, sino todo lo contrario

(2) Fue poco sincero. Realmente no estaba dirigido a la comodidad del patriarca, sino a su condena. Lo exhort� a la penitencia en lugar de ayudarlo con simpat�a amistosa.

(3) Fue falaz. Se bas� en principios totalmente err�neos. Este trabajo afirma expl�citamente.

2. Las respuestas de sus amigos fueron malvadas.

(1) No eran ciertas. Ellos tergiversaron a Dios al atribuirle principios de gobierno que �l repudi� palpablemente; y lo calumniaron, Job, al imputarle pecados de los cuales era inocente. Por lo tanto, hasta ese punto

(2) tambi�n eran pecaminosos. Eran intentos p�rfidos de ennegrecer el car�cter de su amigo sufriente y de ganarse el favor del Rey del cielo.

Aprender:

1. Que un buen hombre nunca se canse de luchar por la causa de Dios y la verdad.

2. Que un hombre que tiene a Dios y la verdad de su lado tiene los mejores aliados posibles en el debate.

3. Que los que no tienen dificultades en sus credos no son los m�s propensos a poseer la verdad.

4. Que las mejores almas de la tierra no son necesariamente aquellas que no tienen problemas dif�ciles de resolver.

5. Que, en general, la prosperidad continua es menos deseable como porci�n terrenal que la adversidad perpetua.

6. Que Dios confiere muchos de sus mejores dones al peor de los hombres: familias y reba�os a los tiranos, Cristo y salvaci�n a los pecadores.

7. Esa gran riqueza es propensa a separar el alma de Dios.

8. Que el pueblo de Dios debe evitar el consejo, evitar la compa��a y aborrecer la conducta de los hombres malvados.

9. Los hombres malvados "Ap�rtate de nosotros" a�n ser�n respondidos por el "Ap�rtate de m�" de Cristo.

10. Que es mejor ser el trigo de Dios que la paja del diablo, ya que aunque el primero pueda estar magullado, el segundo quedar� impresionado.

11. Que el Dios que puede juzgar a los �ngeles no es probable que sea incapaz de juzgar a los hombres.

12. Que la gloria del imp�o sobre la tierra es poco mejor que la parafernalia de una procesi�n f�nebre.

13. Que el ojo siempre vigilante de Dios es un mejor guardi�n del polvo de un santo que los mausoleos dorados y las columnas monumentales.

HOMILIAS DE E. JOHNSON

Job 21:1

Diversas interpretaciones de la vida.

Los amigos de Job permanecen atrincherados en la �nica posici�n firme, como lo piensan, que tienen desde el primer momento. Ninguna apelaci�n de su parte ha servido para ablandar sus corazones, o inducir una reconsideraci�n de la r�gida teor�a del sufrimiento que han adoptado. Pero ahora, ya no se limita a la afirmaci�n de su inocencia personal, ataca su posici�n. �l se detiene en el gran enigma de la vida: la prosperidad de los imp�os durante toda la vida, en contraste con la miseria y la persecuci�n que a menudo recaen en la suerte de los justos. Ante estas contradicciones, es incorrecto y malicioso por parte de sus amigos desear echarle la culpa porque sufre.

I. DIRECCI�N INTRODUCTORIA A LOS AMIGOS. (Vers�culos 1-6.) Pide una audiencia paciente, porque no est� a punto de quejarse del hombre, sino de un terrible enigma que bien puede despertar el asombro, la maravilla temible de los hombres, por estar m�s all� de su poder para desentra�ar. �l habla como uno de los fundamentos de cuya fe se ve sacudida, al pensar en este doloroso y desconcertante "enigma de la tierra". "Debido a que la raz�n no puede comprender el misterio de los credos, y por qu� el asentimiento a menudo trata tan poco con sus hijos, de vez en cuando surgir�n pensamientos amargos en los corazones devotos, y los har� temblar de gran consternaci�n" (Zeyss). (Ver Salmo 37:1; Salmo 73:12; Jeremias 12:1.) Las columnas s�lidas de nuestra raz�n, por as� decirlo, se ven sacudidas por las dudas de la justicia de Dios gobierno del mundo.

II LLAMAMIENTO A LA EXPERIENCIA: LA PROSPERIDAD DE LOS MALVADOS, CONTRASTE CON LAS AFLICIONES DE LOS JUSTOS, EN ESTA VIDA. (Vers�culos 7-26.)

1. Rasgos de la prosperidad imp�a. (Vers�culos 7-16.)

(1) Los malvados son afortunados en sus personas (vers�culo 7). En lugar de ser interrumpidos por la muerte prematura, como hab�a sostenido Zophar, permanecen vigorosos hasta una buena vejez.

(2) En sus familias. Ven a su posteridad florecer ante ellos como j�venes v�stagos de la antigua ra�z (vers�culo 8).

(3) En sus casas. La paz habita all�, libre de alarma, y ??ninguna vara castigadora de la Providencia cae sobre ellos (vers�culo 9).

(4) En sus reba�os y reba�os, los grandes elementos de la riqueza oriental (vers�culos 10, 11).

(5) En su alegre vida. Multitudes deportivas de ni�os juegan a su alrededor, llenas de bromas alegres y bromas, mientras el sonido de la m�sica cautiva el o�do (vers�culos 11, 12).

(6) Su muerte f�cil. Sus d�as se pasan c�modamente hasta el final, en oposici�n a las im�genes sombr�as que los amigos han dibujado de sus fines temerosos y violentos ( Job 11:20; Job 18:14; Job 20:11). Desaparecen repentinamente, sin dolor, en el mundo invisible: �la suya es una eutanasia (vers�culo 13)! Tal vida puede ser vivida, tal muerte puede ser encontrada, sin una chispa de religi�n para justificarla o explicarla (vers�culos 14, 15). Son hombres, estos malvados, cuyo lenguaje a Dios ha sido: "�Ap�rtate de nosotros!" Su felicidad no despierta gratitud hacia su Fuente; ellos consideran que la adoraci�n y la oraci�n son in�tiles. Job contin�a con su descripci�n, y declara adem�s, para apoyar su posici�n, "He aqu�, no en su mano est� su bien". Es decir, no lo son, pero Dios es �l mismo, el autor de su prosperidad; y esto es lo que hace que el problema sea tan oscuro y dif�cil de resolver. "El consejo de los malvados est� lejos de ser carrete" (vers�culo 16). Aqu� destella una vez m�s la verdadera y profunda fe del patriarca. A pesar de todo el misterio y toda la tentaci�n, perseverar� hasta el final; nunca renunciar� su Dios ( Job 1:11; Job 2:5).

2. Estas lecciones de experiencia confirmadas, con referencia a las posiciones de los amigos. (Vers�culos 17-21.) Bildad hab�a hablado ( Job 18:5, Job 18:12) del apagado de la luz del malvado y de su repentino derrocamiento. Job cuestiona la aplicaci�n universal de esto. "�Con qu� frecuencia", etc.? es aqu� equivalente a "�Cu�n raramente", etc.! �Con qu� frecuencia Dios distribuye tristezas en su ira? con alusi�n a Job 20:23 ( Job 20:17). Este cuestionamiento dudoso a�n contin�a en Job 20:18, "�Con qu� frecuencia se convierten en paja ante el viento, y como paja que la tempestad se lleva?" (ver Job 20:8, Job 20:9). "Dios pone a sus hijos su calamidad?" refiri�ndose a las palabras de Elifaz ( Job 20:4) y las de Zofar ( Job 20:10). Job procede (vers�culo 20) para refutar esta teor�a de la satisfacci�n mediante sustituci�n. "�Que sus ojos vean su destrucci�n; y de la ira ardiente del Todopoderoso, d�jelo beber!" La alusi�n es a Zofar ( Job 20:23). Y adem�s, contra esta teor�a (vers�culo 21); En su aburrida insensibilidad, el malvado no se preocupa por el destino de su posteridad. "�Para qu� placer es su casa despu�s de �l?", �Qu� inter�s o preocupaci�n tiene el ego�sta ego�sta en los sufrimientos de sus descendientes despu�s de que �l est� muerto y desaparecido? Y si esto es as�, �c�mo se puede alegar que el hombre malvado es castigado en su posteridad? "Si se le asigna el n�mero de sus lunas". La idea es que el hombre malo ego�sta y que busca placer est� contento, si solo vive la totalidad de sus d�as. �Qu� en medio de estas perplejidades puede mantener el alma fiel a Dios y firme en la b�squeda de la bondad? La experiencia sugiere estas dudas; y una experiencia m�s amplia debe resolverlos. El cristiano sabe que en el orden de vida de Dios, la prosperidad externa a menudo no est� relacionada con el valor moral. Las cosas buenas de este mundo no pueden satisfacer; sin una buena conciencia la felicidad terrenal es imposible. A menudo, la prosperidad mundana que disfruta el hombre malo es el medio de su destrucci�n. Esta no es la escena de la recompensa final y la retribuci�n. Sin duda, Dios, cuyos consejos son inescrutables, indemnizar� a los piadosos por estas privaciones terrenales.

3. Reexpresi�n del enigma. (Vers�culos 22-26.) El contraste en los destinos de los hombres con nuestras expectativas involucra un consejo Divino que no podemos presumir que entendemos. "�Se debe ense�ar el conocimiento de Dios, qui�n juzga a los que son altos?" (vers�culo 22). Los amigos hab�an presentado este pensamiento ( Job 4:18; Job 15:15) con el fin de apoyar su estrecha teor�a de la retribuci�n. Por el contrario, Job refutar�a por el mismo medio esta visi�n miope, se�alando la profundidad insondable y el misterio de los consejos y las leyes de Dios para el gobierno del mundo. Dos ejemplos ilustran esto. Un hombre muere con facilidad y comodidad corporal: sus comederos llenos de leche, fuertes y vigorosos hasta la m�dula de sus huesos (vers�culos 23, 24). Otro muere con amargura en su alma, y ??no ha disfrutado del bien (vers�culo 25). Sin embargo, est�n unidos en un destino com�n, aunque su valor moral es muy diferente y tan contrastado. "El uno con el otro yacen sobre el polvo de la tumba, y los gusanos los cubren". "Ambos, herederos de unos seis pies de terr�n, son iguales en la tierra por fin" (vers�culo 26).

III. CORRECCI�N DE SUS AMIGOS POR SU JUICIO PARCIAL DE LA CONDICI�N EXTERIOR DE LOS HOMBRES. (Vers�culos 27-34.) Conoce sus pensamientos y la malicia con la que lo maltratan, con el objeto de demostrarlo por cualquier medio, justo o injusto, un hip�crita. "�D�nde", dicen, "est� la casa del tirano? �Y d�nde est� la tienda habitada por hombres malvados?" Job alude a�n a las descripciones repetidas de Elifaz y Bildad ( Job 15:34; Job 18:15, Job 18:21) del derrocamiento de la tienda del malvado ( vers�culo 28). Por cierto, �no les han preguntado a los vagabundos ( Lamentaciones 1:12; Salmo 80:12), y van a confundir sus fichas? Los casos de hombres malos pr�speros y hombres buenos infelices que estas personas pueden producir, no deben malinterpretarlos ni rechazarlos. Las "fichas" son los eventos memorables y maravillosos de este tipo (vers�culo 29). Luego siga el contenido resumido de las experiencias de estas personas (vers�culo 30): "Que en el d�a de la destrucci�n se salva a los malvados, en el d�a de la ira se los aleja" de su furia devastadora, para que no sufran nada. "�Qui�n le mostrar� su camino a la cara? Y si ha actuado, �qui�n se lo devolver�?" (vers�culo 31). Esta es la pregunta de Job. Se trata de Dios, el insondablemente sabio y poderoso autor de los destinos de los hombres. "Y �l" (aludiendo al vers�culo 30) "es llevado al entierro" en honor y pompa ", y en un mont�culo vigila" como inmortalizado en una estatua o tumba. Su tumulus permanece para registrar su nombre y memoria, mientras que Bildad describi� el recuerdo de los malvados como perecederos de la tierra, olvidando su nombre. El vers�culo 33, "Los terrones del valle yacen suavemente sobre �l" �los valles son los lugares de enterramiento favoritos en el Este� "y todo el mundo se arrastra detr�s de �l", siguiendo el mismo camino que las multitudes han hecho antes.

CONCLUSI�N. (Verso 34.) "�C�mo me vas a consolar ahora tan vanamente?" La falsedad solo queda de sus respuestas. Hay algo de verdad tanto en los discursos de Zofar como en los de Job. Pero ambos representan un lado solo de la verdad. El fin del hombre malvado es lo que representa Zofar. Sin embargo, a menudo se ve la prosperidad temporal de los malvados, que dura hasta la �ltima hora de la vida. Job no puede negar los hechos de Zofar; pero tampoco Zophar puede negar las excepciones se�aladas por Job. Los amigos son ciegos a estos, porque la admisi�n de ellos derrocar�a toda la bater�a de su ataque. Job permanece m�s cerca de la verdad que Zophar (Delitzsch). Los imp�os a menudo son muy exaltados, para caer m�s profundamente despu�s. "Levantado en alto para ser arrojado abajo" (Shakespeare). "Las altas torres tienen la ca�da m�s pesada". Pero es la creencia en un juicio futuro y una vida futura lo que solo puede dar paciencia bajo las anomal�as y contradicciones del presente. El Dios que es "recto, verdadero y todo dispuesto" ha designado un d�a en el que juzgar� al mundo con justicia y "recompensar� a cada hombre seg�n sus obras". "Esto es cierto, que Dios es infinitamente justo; ya sea que lo aprehendamos o no, �l es as�. Cuando pensamos que sus caminos son imperfectos, debemos recordar que la imperfecci�n es solo en nuestro entendimiento. No es el suelo o los �rboles eso se da vuelta, pero la verdad es que estamos mareados, y creo que si no puedo ver la luz, �debo decir que el sol no brilla? Puede haber muchas razones que pueden obstaculizarme. Algo puede cubrir el ojo, o las nubes pueden cubrir el sol, o puede estar en otro horizonte, como en la noche; pero es imposible que el sol, mientras sea un sol, no brille No fue por el pecado de Job que Dios lo afligi�, pero porque estaba libremente complacido de hacerlo; sin embargo, hab�a una raz�n para este placer que era descubrir esa gracia de la paciencia que Dios le hab�a dado, para el asombro del mundo y la confrontaci�n del demonio "(Sur) .� J .

HOMILIAS POR R. GREEN

Job 21:7

La aplicaci�n perversa de la bondad divina.

Job est� listo con su respuesta. Aunque Zofar ha representado correctamente los juicios que vienen sobre los malvados, y los males a los que la maldad no conduce con frecuencia, se deben observar muchos casos de desviaci�n de esta regla. Job, por lo tanto, propone una contrapregunta: "�Por qu� los malvados viven, envejecen, s�, son poderosos en poder?" Luego describe la prosperidad que marca una y otra vez la carrera de los malvados, a quienes se les muestra la generosidad divina.

(1) en vida prolongada;

(2) en el poder y la influencia que se les permite ganar;

(3) en su prosperidad familiar;

(4) en su libertad de la calamidad;

(5) en su seguridad dom�stica;

(6) en su abundancia y alegr�a.

Este misterio Job no se deshace instant�neamente. Pero, �cu�l es el efecto de toda esta prosperidad en los malvados? No lo humilla ni lo agradece. Como un cristal desigual distorsiona la imagen m�s bella, sus mentes impuras y mal reguladas convierten la bondad de Dios en una ocasi�n de rechazo imp�o. "Por eso le dicen a Dios: Ap�rtate de nosotros". Las distorsiones de la mente malvada pervierten la bondad de Dios en:

I. UNA OCASI�N DE IMPIO DESPIAL DEL NOMBRE DIVINO. Se niegan a conocer a Dios. Cierran el conocimiento de Dios de sus corazones. Con un malvado "�Partir!" ellos resisten al Santo. No tienen aspiraci�n despu�s de una reuni�n sagrada del ma�z, o la visi�n de lo puro. El Se�or los aborrece. Sus gustos son corruptos; Sus preferencias son por el mal. Verdaderamente pervierten y revierten todas las cosas buenas. Ponen la oscuridad por luz, y la luz por oscuridad. Ponen amargo por dulce y dulce por el bateador. El mismo llamado a la adoraci�n y alabanza se convierten en una ocasi�n de desprecio y rechazo.

II En sus perversiones hacen de la bondad divina UNA OCASI�N PARA UNA DESPISI�N DE LOS DIVINOS CAMINOS. Este es siempre el peligro de aquellos que tienen abundancia y, sin embargo, carecen del temor de Dios. Esta es la base de una ense�anza que luego se ense�� con mucho cari�o acerca de los ricos, para quienes es tan "dif�cil" "entrar en el reino de los cielos". El hombre satisfecho se vuelve satisfecho de s� mismo, aunque est� en deuda con otro por sus posesiones. Entonces el esp�ritu de independencia se convierte en un esp�ritu de repulsi�n contra toda autoridad que pueda surgir sobre ella. Entonces aquellos que "pasan sus d�as en la riqueza" dicen: "No deseamos el conocimiento de tus caminos".

III. Este mismo esp�ritu madura en UNA NEGACI�N ABSOLUTA PARA PRESENTARSE A LA DIVINA AUTORIDAD. "�Qu� es el Todopoderoso, para que le sirvamos?" Hasta ahora, la bondad de Dios es llevarlo al arrepentimiento que es malo en esp�ritu. La maldad es el fruto de un juicio mal dirigido, y tiende a perjudicar el juicio cada vez m�s. Distorsiona todas las sensibilidades morales y, por lo tanto, todos los procesos morales. Si el juicio decidiera con precisi�n a favor de la Ley Divina y su car�cter obligatorio, las preferencias perversas de la mente rechazar�an el testimonio y, por una rebeli�n grosera en el interior, evitar�an una decisi�n correcta. Incluso el control y la moderaci�n del juicio ilustrado se convierte en una se�al de resistencia. Su aguij�n es pateado contra; sus represiones se negaron; su advertencia desatendida; su camino llano, estrecho y dif�cil de seguir, es rechazado, y una forma amplia y f�cil, en la que el coraz�n insensato encuentra su placer, elegido con preferencia. Entonces la autoridad divina es rechazada y despreciada.

Se ven los efectos nocivos de rechazar la autoridad divina:

1. En la p�rdida de la gu�a de la sabidur�a suprema.

2. En las inevitables lesiones resultantes de seguir un juicio falso y err�neo.

3. En la desmoralizaci�n de la vida.

4. En la vindicaci�n final de la autoridad Divina. � R.G.

Job 21:30

La reserva del juicio divino.

Las exposiciones de estos vers�culos son diversas, y toda homil�tica verdadera debe basarse en una exposici�n verdadera. Pero no hay diversidad de opiniones entre los expositores sobre el juicio final de los imp�os. Cualquiera que sea, por lo tanto, el aspecto en el que se ve en el argumento de este cap�tulo, no se puede declarar con demasiada fuerza que el juicio sobre los imp�os est� reservado. Que vendr� un �ltimo d�a de adjudicaci�n tiene su aspecto de advertir al malhechor que escapa temporalmente del castigo, y su aspecto de aliento al paciente que hace lo bueno, que sin embargo est� llamado a sufrir aflicci�n. La reserva del juicio divino:

I. UNA ADVERTENCIA PARA LOS MALVADOS DE NO PRESUMIR EN UNA EXENCI�N ACTUAL DE LA CALAMIDAD. "Debido a que la sentencia contra una obra malvada no se ejecuta r�pidamente, por lo tanto, el coraz�n de los hijos de los hombres est� totalmente dispuesto a hacer el mal". As� es el hombre perverso, ciego, tonto. La declaraci�n de un juicio final e inevitable es el control efectivo de la presunci�n tonta. El malvado es un hombre d�bil, cuya conciencia lo hace cobarde. La apelaci�n a su miedo y temor es el control efectivo de su descuido.

II En la reserva del juicio Divino, LOS JUSTOS OPRIMIDOS PUEDEN ENCONTRAR UN VERDADERO FONDO DE CONSOLACI�N. La venganza no es un sentimiento piadoso. Desear el castigo sobre los imp�os de los sentimientos vengativos est� lejos de la mente pura; pero el que se traduce injustamente puede permanecer con la esperanza de que un d�a un juicio Divino sacar� a la luz las cosas ocultas y har� brillar como la luz la justicia del acusado falsamente. Los juicios divinos son siempre sabios, buenos y justos �los juicios del Dios amoroso� encontrar�n su eco de aprobaci�n en el coraz�n de cada hombre sabio y justo. Los juicios divinos finales se encomendar�n a la m�xima ternura del coraz�n humano; porque su absoluta rectitud ser� evidente.

III. La reserva del juicio Divino contra la maldad OFRECER� OPORTUNIDADES PARA LA VINDICACI�N FINAL DE LOS DIVINOS CAMINOS. En su gran condescendencia, puede agradarle a Dios vindicar sus tratos con los hijos de los hombres, cuando cada uno tenga evidencia de la justicia de sus acciones. Las nubes y la oscuridad ahora pueden ocultar el prop�sito Divino y los m�todos Divinos de procedimiento; pero todo ser� claramente revelado, y la iniquidad oculta ser� expuesta y la bondad oprimida ser� vindicada y los caminos Divinos justificados. La certeza, la rigidez, la equidad, la rectitud sin prejuicios del juicio divino, son causas para temerlo. Un esp�ritu humilde, reverente y obediente es la verdadera preparaci�n para el premio final. El juicio, aunque retrasado, no ser� olvidado. "Dios juzgar� al justo y al imp�o" - R.G.

HOMILIAS DE W.F. ADENEY

Job 21:3

El derecho de respuesta.

I. EL DERECHO DE RESPUESTA SE RECLAMA SOLO. Job ha escuchado suficiente de sus amigos. Est� impaciente por responderlas. Seguramente deber�an permitirle que lo haga.

1. Este derecho es derecho concedido. El peor criminal puede ser defendido por un abogado, puede llamar a testigos a su favor, puede hacer su propia declaraci�n. En facilidades civiles, ambas partes son escuchadas antes de pronunciarse el juicio.

2. Este derecho debe ser permitido en la vida social. No se trata solo de condenar a nadie inaudito. Puede venir a nosotros una historia perjudicial sobre una persona; Es nuestro deber suspender nuestro juicio hasta que haya dado su explicaci�n.

3. Este derecho debe ser permitido en teolog�a. Era una discusi�n teol�gica y personal que Job manten�a con sus amigos. Pero en teolog�a las personas son m�s impacientes de escuchar algo contrario a sus propios puntos de vista. Sin embargo, no se trata solo de condenar a quienes difieren de nosotros hasta que hayamos escuchado lo que tienen que decir sobre su lado de una pregunta.

II EL DERECHO DE RESPUESTA ES �TIL EN LOS INTERESES DE LA VERDAD. Todos estamos tentados a tomar opiniones parciales y unilaterales de las cosas. Es solo al traer luz de todas partes que podemos ver la totalidad redondeada de la verdad. Por lo tanto, la discusi�n ayuda a la verdad. Al principio, de hecho, puede parecer que no lo hace, y, de hecho, parece haber una cierta iron�a en ello, ya que los combatientes m�s ansiosos generalmente est�n m�s lejos de una descripci�n justa de lo que est�n luchando. Pero despu�s de que termina la discusi�n, los que observan est�n en mejores condiciones para comprender todo el tema. As�, la discusi�n de Job y sus amigos arroja luz sobre el misterio de la Providencia. Los credos de la cristiandad se forjaron en los fuegos de la controversia. La teolog�a es el resultado de una discusi�n. El derecho de respuesta le ha dado amplitud, profundidad y definici�n. La verdad no es ayudada por la persecuci�n del error.

III. EL DERECHO DE RESPUESTA ES UNA CONSOLACI�N PARA LOS ERRORES. Job solo pide esto. Cuando ha hablado, sus amigos pueden burlarse. Hay algo de humor en su tono, o tal vez un desprecio amargo. La verdad es fuerte Solo d�jelo brillar en su fuerza nativa, y la calumnia debe marchitarse antes. Las acusaciones injustas solo se romper�n como olas que se rompen en pedazos en los riscos. Podemos permitirnos ser indiferentes a la falsedad y al error si podemos hablar y dejar que la verdad se vea con justicia.

IV. EL DERECHO DE RESPUESTA SE OTORGAR� ULTIMAMENTE A TODOS, ser� de poca utilidad para aquellos que est�n equivocados. Ser capaz de pararse a la luz de la b�squeda de la eternidad y responder por un mal caso no es un privilegio deseable. En lugar de intentar responder, el pecador auto convicto llamar� a las monta�as y colinas para cubrirlo. Pero aquellos que honestamente se esfuerzan por hacer que la verdad se manifieste frente a una gran oposici�n y gran malentendido pueden aprender a poseer sus almas con paciencia si llegan a comprender que la opresi�n y la injusticia son temporales. Aunque silenciada durante una temporada, en �ltima instancia, la verdad se expresar� con voz de trompeta.

En conclusi�n, recordemos que Dios tiene el derecho rojo a toda la tonter�a sofisticada del hombre, a todas sus excusas. Todos los errores y las pretensiones ser�n pulverizados y aniquilados cuando Dios pronuncie su gran respuesta a los cavillers, incr�dulos y opositores de todo tipo.WWF.A.

Job 21:4

La queja que va m�s all� del hombre.

I. LA QUEJA QUE ES M�S QUE LAS HECHAS DEL HOMBRE. Job no solo se queja de la injusticia del hombre. Eso ser�a dif�cil de soportar; y, sin embargo, un alma fuerte deber�a ser capaz de resistirlo, confiando en una justicia superior que finalmente arreglar� todo. Pero el misterio, el horror, la agon�a, de la queja de Job, surgen de la persuasi�n de que sus problemas deben atribuirse a un origen m�s que terrenal. Son tan grandes y terribles que no puede sino atribuirlos a una fuente sobrehumana. Este hecho intensifica la queja en muchos aspectos.

1. El misterio de lo sobrenatural. El hombre codorniza ante ella. El h�roe m�s valiente que no teme a ninguna fuerza humana tiembla al pensar en lo invisible.

2. El poder de lo Divino. Job puede resistir al hombre, pero �l no puede destacarse contra Dios. No es la fragilidad mortal, sino la omnipotencia inmortal, lo que lo asalta. El concurso es desigual.

3. La aparente injusticia del Justo. Esto es lo m�s dif�cil de todo. Ser�a posible soportar la injusticia inferior si se garantizara la imparcialidad y el triunfo de la justicia superior. Pero cuando Job busca justicia en su gran trono central, incluso all� parece ver mal, malentendido y trato injusto. No es que Job acuse directamente a Dios de injusticia; pero hay en su coraz�n un pensamiento desconcertante y desconcertante que desalienta la confianza. Aunque no dudamos de Dios, es dif�cil tomar su mano cuando parece ir en contra de la justicia y el amor. Aqu� est� la gran prueba de la fe.

II La queja que va m�s all� de las orejas del hombre. Cuando Job se queja de lo que hace m�s que el hombre, tambi�n clama por un poder superior al humano. La sublimidad del drama se ve en sus relaciones con el mundo invisible. Asume m�s que proporciones heroicas. Se trata tanto de Dios como del hombre.

1. El grito quejumbroso. Job continuamente eleva su voz a Dios. Tenemos que aprender a mirar por encima de la tierra. Es tonto quejarse de Dios, pero es natural quejarse de Dios. Si incluso pensamos en Dios, no es necesario que los enterremos en el secreto de nuestros propios senos. All� solo arder�n como fuegos ocultos y consumir�n toda la fe y la esperanza. Es mucho mejor ser valiente y confesarlos francamente a Dios mismo. Puede comprenderlos, juzgarlos con justicia y ver la tristeza y la perplejidad de la que han surgido. Y es �l quien puede disiparlos.

2. El cielo misericordioso. Dios escucha cada grito de sus hijos, y cuando la fe se mezcla con el miedo, acepta la fe y disipa el miedo. Los hombres juzgan duramente a sus compa�eros por sus quejas. Dios es como la madre paciente que calma a su hijo inquieto. Aunque el grito se escurre del coraz�n en una agon�a de consternaci�n, de modo que no se ve ninguna esperanza de alivio a trav�s del velo cegador de las l�grimas, Dios no lo arroja con dignidad enojada; lo trata con piedad compasiva. Si solo el alma se entregara por completo a �l, incluso en su oscuridad y desesperaci�n, �l escuchar� y salvar�.

Job 21:7

La prosperidad de los imp�os.

Job aqu� da su versi�n del viejo tema familiar. No es como supusieron los tres amigos. Estas m�ximas claras no encajan con los hechos de la vida tal como Job los ha visto. La prosperidad de los malvados es un hecho real aunque misterioso, uno que no se puede decir.

I. LOS HECHOS TESTIGOS EN LA VIDA.

1. Una familia establecida. La casa de Job est� desolada. La simiente de los imp�os se establece a sus ojos. Tienen a sus hijos sobre ellos.

2. Seguridad. (Verso 8.) "Sus casas est�n a salvo del miedo". No son perseguidos por las alarmas de la culpa. Por el contrario, se sienten muy c�modos y satisfechos de s� mismos (vers�culo 9).

3. Libertad del castigo. La vara de Dios no est� sobre ellos. El justo es castigado; el hombre imp�o se salva (vers�culo 9).

4. Buena fortuna. Su ganado se reproduce con �xito (vers�culo 10). Los percances que caen en la suerte de los dem�s los evitan. Cierta buena fortuna los sigue, incluso en esas oportunidades de vida que est�n m�s all� del control humano.

5. Placer. Estas personas malvadas no est�n preocupadas por sus pecados. No tienen escr�pulos puritanos para agriarlos. Pasan sus d�as en alegr�a (vers�culos 11, 12).

6. Prosperidad duradera hasta la muerte. (Vers�culo 13.) No tienen el reverso de la fortuna que los tres moralizadores asumieron como su suerte. A una larga vida de riqueza y tranquilidad le sigue una muerte r�pida y casi indolora. Aqu� hay una prosperidad ilimitada desde la cuna hasta la tumba.

II Las desastrosas consecuencias de estos hechos. Debido a que son tan pr�speros, los malvados se endurecen contra Dios.

1. Dispensar con Dios. (Vers�culo 14.) Piensan que pueden hacerlo muy bien sin Dios. Los bienes de este mundo los satisfacen, y de los bienes de este mundo tienen suficiencia. No tienen necesidad de pedirle ayuda a Dios porque no est�n en problemas. No ven raz�n para orar, porque tienen todo lo que quieren sin ella.

2. Rechazar a Dios. (Vers�culo 15.) Estas personas malvadas y pr�speras van m�s all� de vivir sin Dios. En realidad se rebelan contra �l. Al ser autosuficientes, se niegan a admitir que tienen la obligaci�n de servir a Dios. As�, su propia prosperidad aumenta su pecado.

III. EL GRAN MISTERIO DE ESTOS HECHOS. Esto es inexplicable desde el punto de vista de los amigos de Job. Si el sufrimiento es solo el castigo del pecado, los malvados deben sufrir, o no hay un juez justo sobre todos. Al se�alar los hechos simples de la vida, Job puede refutar los dogmas pedantes de sus cr�ticos. La teolog�a que no resistir� la prueba de la vida no tiene valor. Pero hay cuestiones m�s graves que las que simplemente se refieren a la exactitud de las nociones ortodoxas. �D�nde est� la justicia de los hechos cuando Job los expone? Para �l todo es un profundo misterio. Ahora, es algo para ser llevado a este punto. Hay un misterio en el curso de la vida que no podemos entender. Entonces no intentemos juzgar, sino confesar nuestra ignorancia. A�n as�, si debe haber una perspectiva hacia la luz, debemos buscarla en dos direcciones.

1. En la perspectiva de una vida futura. All� Dios rectificar� las desigualdades de esta vida.

2. Al atribuir menos peso a las circunstancias externas. La prosperidad no es el mayor bien. En ambos lados, entre los buenos decepcionados y los malvados afortunados, se hace demasiado de cosas externas. La verdadera prosperidad es la prosperidad del alma. "La vida es m�s que carne" etc.�W.F.A.

Job 21:22

Ense�ando a Dios.

Job ya advirti� a sus amigos que su defensa de un credo cruel estaba hablando malvadamente por Dios ( Job 13:7). La presunci�n de los necios defensores de una ortodoxia ef�mera ahora alcanza una altura mayor, y pr�cticamente asumen ense�ar a Dios. Su dogma est� por encima de la revelaci�n divina. Si los dos difieren, tanto peor para la revelaci�n. Veamos c�mo se puede encontrar este mismo error en otras ramas de la vida y el pensamiento.

I. EN ORTODOXIA AUTORITATIVA. No se puede decir que el mero acto de pedir ayuda a la autoridad para establecer y apoyar lo que creemos que es verdad implica una disposici�n a asumir que son los maestros de Dios. Pero existe una tendencia a la dependencia absoluta de la autoridad para avanzar hacia ese absurdo que alcanza su punto culminante en la locura que Job atribuye a sus amigos. La tendencia es pensar que la opini�n establecida de nuestro partido o secci�n de la Iglesia es una verdad cierta e infalible. Por lo tanto, se insta a las personas a someterse a una opini�n tan decidida sin preguntar. Aunque Dios puede haber dado ense�anzas disponibles para todos en la naturaleza y en las Escrituras, aunque puede estar hablando en los corazones de sus hijos por la voz de su Esp�ritu, todas estas comunicaciones divinas se dejan de lado a favor de la expresi�n humana autorizada. En lugar de estar sujeto a la prueba de la naturaleza, las Escrituras y la conciencia, la voz de Dios en esos tres canales se traduce y a menudo se distorsiona de acuerdo con el dogma de la autoridad.

II EN JUICIO PRIVADO. El mismo error puede verse en la direcci�n opuesta, en una especie de empleo ultraprotestante del derecho a la libertad de pensamiento. El hombre individual afirma su opini�n como infalible, independientemente de las ideas de todas las dem�s personas. Se hace pasar por "Athanasius contra mundum", sin poseer el t�tulo de independencia que obtuvo el h�roe de Nicea. La travesura no es que sea independiente, seguramente todos deber�an pensar por s� mismos; es que rechaza todas las ayudas externas al conocimiento y establece su propia raz�n, o con frecuencia su propio prejuicio, como el est�ndar de la verdad. Rechaza al Papa de Roma para que sea su propio papa. Incluso la revelaci�n divina en la Biblia debe ser interpretada para estar de acuerdo con sus opiniones. En lugar de ir a las Escrituras como un aprendiz humilde que busca la luz, se acerca a ellos como alguien que se ha decidido y que ahora el m�stil consigue que la Biblia haga eco de sus nociones. Quienes presumen de juzgar la naturaleza o la providencia cometen el mismo error, pensando que lo habr�an hecho mejor si hubieran estado en el lugar de Dios.

III. EN ORACI�N. �No es muy com�n que la gente ore como si estuviera instruyendo a Dios? Le informan de lo que �l ya sabe mucho mejor de lo que ellos mismos lo saben. Dios invita nuestra confianza y confesi�n; pero esto es para que podamos ponernos en buenas relaciones con �l, no para que podamos decirle nada de lo que �l ignorar�a sino nuestra oraci�n. O la gente va m�s all� y ofrece instrucciones a Dios sobre la forma en que debe actuar. La oraci�n, en lugar de ser una s�plica, se convierte en un dictado a Dios. La s�plica se convierte virtualmente en una demanda. Tenemos que aprender a someternos al conocimiento superior, as� como a la autoridad superior de Dios. La oraci�n debe ser m�s simplemente confiar en nosotros mismos a Dios para que �l haga con nosotros lo que �l sabe que es lo mejor.

Job 21:23-18

El destino com�n.

Job ha se�alado que los malvados no siempre son castigados en esta vida con problemas externos; por el contrario, a menudo florecen hasta el final en una prosperidad ininterrumpida (vers�culo 7, etc.). Luego procede a demostrar que el final de lo feliz y lo triste es el mismo. El hombre pr�spero no se encuentra con un reverso de la fortuna, ni el hombre justo afligido encuentra una recompensa terrenal en sus �ltimos d�as. Ambos mueren sin una se�al de la reversi�n de su condici�n que la justicia parecer�a exigir.

I. LA MUERTE SUCEDE A TODOS. Como dice Shakespeare, esto se puede decir de todos nosotros:

"Nada podemos llamarlo nuestro, sino muerte: y ese peque�o modelo de la tierra est�ril, que sirve como pasta y cobertura para nuestros huesos".

El "gran nivelador" no solo debe humillar el orgullo, sino tambi�n ense�arnos m�s fraternidad de la oficina. Si somos hermanos en la muerte, �no deber�amos ser hermanos tambi�n en la vida? Los hechos m�s profundos de la vida son comunes a todos los hombres. Nuestras diferencias de estado y rango solo afectan lo que es superficial.

II LA MUERTE NO ES SENTIDO SER EL MISMO POR TODOS. Nuestros sentimientos se ven afectados por los contrastes y los cambios, no por nuestra condici�n absoluta en ning�n momento. La luz de las velas que se ve brillante para el prisionero en una mazmorra, es m�s sombr�a para un hombre que acaba de salir del sol. La muerte es toda p�rdida y oscuridad para alguien que de repente es arrebatado del disfrute terrenal, pero es un refugio para el alma sacudida por la tormenta. La misma muerte tiene significados muy diferentes seg�n nuestra condici�n espiritual. En el pecado, la mundanalidad y la ignorancia pagana, la muerte es salir a la oscuridad. Para el cristiano se est� quedando dormido en Cristo.

III. ESTOS NO SON AJUSTES A TIERRA DE LOTES. Job tiene toda la raz�n. Es vano esperarlo. Si a�n no ha llegado, no tenemos raz�n para creer que vendr� m�s tarde, incluso al final. No hay nada en la experiencia que nos garantice con la esperanza de que llegue. En muchos aspectos, sin duda las causas morales resuelven efectos visibles en la tierra. Pero esto no es de ninguna manera universal, ni los efectos son siempre adecuados a los requisitos de la justicia.

IV. DEBE HABER UNA VIDA FUTURA. La historia no est� completa en la tierra. Se rompe repentinamente sin ning�n tipo de acabado. Esta brusquedad del final visible de la vida apunta a una continuaci�n m�s all� de la tumba. La justicia requiere que la vida inacabada tenga su conclusi�n apropiada. No por necesidad de la naturaleza, sino por consideraciones morales, concluimos que los hilos rotos deben ser recogidos y unidos nuevamente para hacer el patr�n perfecto.

V. LA VIDA ESPIRITUAL ES INFINITAMENTE SUPERIOR AL MATERIAL. Parece que las diferencias de la fortuna externa podr�an tratarse con desprecio. Los buenos tienen desgracia, los malos tienen prosperidad. Estos son asuntos leves a los ojos de la Providencia, porque la prosperidad real, es la prosperidad espiritual, y eso solo es posible para aquellos que viven una vida correcta.W.F.A.

Job 21:34

En vano confort.

Los tres edredones est�n desperdiciando sus esfuerzos, porque no est�n diciendo la verdad. Su malentendido y tergiversaci�n vicia todas sus buenas intenciones.

I. DEBEMOS ENTENDER A A QUIENES AYUDAREMOS.

1. Al mezclarse con ellos. Los amigos de Job dieron el primer paso. Viajaron desde sus hogares remotos a trav�s del desierto y fueron a verlo. Solo podemos ayudar a los miserables si primero vamos entre ellos y los vemos con nuestros propios ojos. Mucha filantrop�a falla por razones de distancia y separaci�n. No podemos conocer personas hasta que estemos con ellos. Cristo baj� del cielo y vivi� entre los hombres.

2. Por estar libre de prejuicios. Los amigos de Job llegaron con nociones fijas. Solo miraban a Job a trav�s de sus lentes de colores. Nunca podremos entender a las personas hasta que descartemos todas nuestras nociones preconcebidas sobre ellas y las veamos tal como son.

3. Por simpat�a. Esto debe insistirse una y otra vez. La falta de ella fue la causa principal del fracaso de los amigos de Job. La presencia de este es el primer elemento esencial para comprender a las personas.

II LA VERDAD ES UNA CONDICI�N PRIMARIA DE CONSOLACI�N.

1. En lo que respecta a la v�ctima. Es in�til ignorar sus sufrimientos, o tratar de razonarlo con la creencia de que no existen. El intento de ayudar se echar� a perder si argumentamos que lo que �l sabe que no se merece es realmente debido. Cualquier visi�n que no lo considere como �l arruina todos los esfuerzos por consolar.

2. En cuanto al remedio. Es peor que in�til ofrecer remedios incorrectos. Los triviales lugares comunes de consuelo son solo irritantes. Se sabe que algunos de ellos son falsos de hecho. Otros no tienen el tono de sinceridad sobre ellos cuando el amigo reconfortante los repite. Por cierto que han sido alguna vez, han dejado de tener cualquier significado en el que la gente crea.

III. LA CONSOLACI�N ESPIRITUAL EST� CONDICIONADA POR LA VERDAD ESPIRITUAL.

1. En el pensamiento. No podemos consolar a otros con dogmas que no creemos en nosotros mismos. Si no tenemos fe en Cristo, no podemos usar el Nombre de Cristo para sanar las heridas de los dem�s. A menos que esperemos una vida futura, es vano para nosotros hablar de las "muchas mansiones" cuando estamos tratando de consolar a otros. Hay una noci�n tonta de que deber�amos hablar al m�ximo de la ortodoxia, aunque no vivamos y pensemos en ello. Pero esta noci�n es solo una excusa para no poder, y nada es m�s irritante para el paciente que ser tratado con no puede. Digamos solo lo que creemos.

2. De hecho. Los delirios no pueden permitirse consuelos permanentes, pueden calmar el dolor y la alarma por el momento; pero no pueden soportar, y cuando se descubre el error de ellos, el resultado ser� una desesperaci�n m�s profunda que nunca. Sin embargo, si pudi�ramos lograr calmar toda angustia en la tierra por medio de una falsa esperanza, el consuelo en s� ser�a una calamidad terrible. El alma necesita m�s verdad que comodidad. Es mejor escuchar la dolorosa verdad ahora que en el gran juicio. Pero hay otra verdad, una que brinda un verdadero consuelo: la verdad del evangelio de Cristo. W.F.A.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Job 21". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/job-21.html. 1897.