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Job 34

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

Versículos 1-37

EXPOSICI�N

Job 34:1

En este cap�tulo, Eli� pasa de Job a aquellos a quienes se dirige como "hombres sabios" (vers�culo 2) u "hombres de entendimiento" (vers�culo 10). No se sabe con certeza si se trata de los tres amigos especiales de Job u otros de la compa��a que quiz�s se hab�an reunido para escuchar el debate. Hace que el tema de su discurso sea para ellos la conducta de Job, apenas algo educado que hacer en presencia de Job. Job, dice, ha despreciado a Dios y lo acus� de injusticia (vers�culos 5-9). Lo reivindicar�. Esto procede a hacerlo en los vers�culos 10-30. Luego se�ala cu�l deber�a ser el curso de Job (vers�culos 31-33), y termina apelando a los "hombres de entendimiento" para que respalden su condena a Job como pecador y rebelde (vers�culos 34-37).

Job 34:1, Job 34:2

Adem�s, Eli� respondi� y dijo: Escuchad mis palabras, oh sabios. Habiendo, como pudo haber pensado, redujo a Job al silencio por la fama de sus razonamientos, Elihu, deseando llevar consigo el consentimiento general de su audiencia, hace un llamamiento a ellos, o, en cualquier caso, a los sabios entre ellos. , para juzgar la conducta de Job y pronunciarse sobre ella. Es probable, como se�ala Schultens, que un n�mero considerable de personas influyentes se hubieran reunido para escuchar la discusi�n que estaba ocurriendo. A estos Eli� se dirige especialmente a s� mismo: Escuchadme, vosotros que ten�is conocimiento.

Job 34:3

Para el o�do prueba palabras, como la boca prueba carne. Una expresi�n proverbial, ya utilizada por Job en el di�logo ( Job 12:11). "El negocio del o�do es tanto discriminar entre palabras sabias y necias, como del paladar distinguir entre alimentos sanos y no saludables".

Job 34:4

Eleg�monos juicio; es decir, "busquemos llegar a una conclusi�n correcta (mishphat) sobre cada tema que se presente ante nosotros para su consideraci�n". H�ganos saber entre nosotros lo que es bueno. "H�ganos saber, discernir y reconocer lo que es correcto y bueno". Excelentes sentimientos, pero un poco pomposos presentados por un joven que se dirige a los mayores.

Job 34:5

Porque Job ha dicho: Soy justo. Job hab�a mantenido su "justicia" en cierto sentido, es decir, su integridad, su honestidad, su convicci�n de que Dios finalmente lo absolver�a; pero no hab�a mantenido su impecabilidad (vea el comentario en Job 33:9). Ni siquiera hab�a dicho, en tantas palabras, "Soy justo". Lo m�s cercano a lo que hab�a llegado a decir era cuando (en Job 13:18) hab�a exclamado: "S� que se me considerar� justo" o "justificado". Y Dios ha quitado mi juicio. Job hab�a dicho esto ( Job 27:2), pero en el sentido de que Dios le hab�a retenido el juicio sobre su causa que deseaba, no que hab�a pervertido el juicio y lo hab�a condenado injustamente.

Job 34:6

�Debo mentir contra mi derecho? Esta fue una parte esencial del argumento de Job (ver Job 27:4). Contra la teor�a de su maldad secreta atroz presentada por sus "consoladores", mantuvo constantemente su libertad de la oposici�n consciente deliberada a la voluntad de Dios, y se neg� a hacer las confesiones que sugirieron o exigieron, sobre la base de que tendr�an no ha sido cierto, al hacerlos habr�a "mentido contra su derecho". En esto ciertamente Job "no pec�". Pero era esencial para la teor�a de Elihu, no menos que para la de Elifaz y sus amigos, que Job sufriera debido a la iniquidad pasada, ya sea que lo castigaran con ira o lo castigaran por amor (ver Job 33:17, Job 33:27). Mi herida (literalmente, mi flecha; comp. Job 6:4) es incurable sin transgresi�n; es decir, sin que yo haya cometido ninguna transgresi�n para justificarlo.

Job 34:7

�Qu� hombre es como Job, que bebe burl�ndose como el agua? Este comentario no solo es innecesario, sino injusto. No era para Elihu, que profesaba un deseo de "justificar" (o exonerar por completo) a Job, agravar su culpa por medio de comentarios ret�ricos; y el comentario en s� mismo fue injusto, ya que Job no se hab�a entregado al desprecio en ninguna medida, mucho menos "lo bebi� como agua" (comp. Job 15:16). En ning�n sentido despreciaba a Dios; y si ocasionalmente hab�a despreciado a sus "consoladores" ( Job 6:21; Job 12:2; Job 13:4; Job 16:2; Job 21:2; Job 26:2), �no debe admitirse que se lo merec�an? Era el deber de Elihu actuar como moderador entre Job y los "consoladores", mientras que aqu� busca exasperarlos y azotarlos para enfurecerse contra su amigo afligido. Quiz�s la actitud impasible de Job lo ha amargado.

Job 34:8

Lo cual va en compa��a de los trabajadores de la iniquidad. Es imposible proporcionar cualquier otro antecedente a "cu�l" que Job mismo. Por lo tanto, Eli� acusa a Job de haberse apartado de la justicia y se ha dirigido al "consejo de los imp�os, el camino de los pecadores y el asiento de los despreciativos" (Salmo 1:1). Esto es excesivamente exagerar las fallas de temperamento de Job, y pone a Elihu casi al nivel de Elifaz, Bildad y Zofar con respecto a la concepci�n err�nea y la groser�a. Y camina con hombres malvados. Si no se entiende m�s que Job adopt� principios y argumentos com�nmente utilizados por hombres malvados (Canon Cook), el lenguaje empleado es desafortunado.

Job 34:9

Porque ha dicho: Al hombre no le sirve de nada que se deleite con Dios. Nuevamente, debe observarse que Job no hab�a dicho esto. El enfoque m�s cercano se encuentra en Job 9:22, donde ocurre este pasaje: "Es todo uno; por lo tanto, digo: �l destruye a los perfectos y a los imp�os" (Versi�n Revisada). En otro lugar, Job habla, no en general, sino de su propio caso individual, y se�ala que su justicia no lo ha salvado de la calamidad ( Job 9:17, Job 9:18; Job 10:15; Job 17: 9-17, etc.). Y el hecho es el que le causa la m�s profunda perplejidad.

Job 34:10

Por lo tanto, esc�chenme, hombres de entendimiento (comp. Job 34:2). Elihu se repite, deseando llamar especial atenci�n a su justificaci�n de Dios ( Job 34:10). Lejos est� de Dios que haga maldad. Eli� probablemente significa que hacer maldad es contrario a la naturaleza misma y la idea de Dios; pero no se expresa muy claramente. Y del Todopoderoso, para que �l cometa iniquidad. Un Dios malvado, un Dios que puede hacer lo malo, es una contradicci�n en los t�rminos, una idea imposible e inconcebible. Los adoradores del diablo, si existen o han existido tales personas, no conciben el objeto de su adoraci�n como realmente Dios, sino como un poderoso esp�ritu maligno. Una vez que se eleva a la altura de la concepci�n de un Poder absolutamente supremo, omnisciente, omnipresente, el Autor de todas las cosas, y es imposible imaginarlo como algo menos que perfectamente bueno.

Job 34:11

Porque la obra de un hombre le rendir�. Dios "recompensa a cada hombre seg�n su obra" (Sal 62:13), hace a cada uno bueno o malo, seg�n sus propios actos han sido uno u otro. Pero esto debe entenderse de toda la conducta del hombre y del trato que Dios le da a �l. Tal rectitud absoluta del gobierno moral de Dios, considerada como un todo, est� impl�cita e involucrada en su justicia absoluta y perfecta. Y hacer que cada hombre encuentre de acuerdo a sus caminos. "Encontramos seg�n nuestros caminos" cuando, despu�s de haber "arado la iniquidad y sembrado la maldad, cosechamos lo mismo" ( Job 4:8), o cuando, por otro lado, "sembrado en justicia, nosotros cosechar en piedad "( Oseas 10:12). La retribuci�n exacta es la ley del gobierno de Dios; pero la exactitud no puede ser vista, probada o demostrada en esta vida. Aparecer�, sin embargo, y ser� reconocido por todos, en la consumaci�n de todas las cosas.

Job 34:12

S�, seguramente Dios no har� malvadamente, ni el Todopoderoso pervertir� el juicio. Elihu es aficionado a la amplificaci�n ret�rica, como la mayor�a de los hablantes j�venes. Job 34:11, Job 34:12 no contiene nada que sea realmente adicional a la declaraci�n en Job 34:10.

Job 34:13

�Qui�n le ha dado una carga sobre la tierra? El argumento parece ser que si Dios hubiera "recibido un cargo" y estuviera en posesi�n de una mera autoridad delegada, como los dioses subordinados de las naciones paganas, podr�a tener un inter�s aparte del de aquellos a quienes gobierna, y as� ser tentado a ser injusto; pero como es el Autor de todos y el �nico Gobernante de todos, su inter�s debe estar ligado a los verdaderos intereses de sus criaturas y no puede entrar en conflicto con ellos. Por lo tanto, nunca puede ser injusto, ya que no puede tener la tentaci�n de ser injusto. �O qui�n ha dispuesto el mundo entero? m�s bien, �Qui�n ha puesto sobre �l el mundo entero? Elihu repite la idea de la cl�usula anterior en otras palabras.

Job 34:14

Si pon�a su coraz�n sobre el hombre, si reun�a para s� su esp�ritu y su aliento. Se proponen dos representaciones, ambas apoyadas por aproximadamente la misma autoridad:

(1) "Si �l (es decir, Dios) pusiera su coraz�n sobre s� mismo, si reuniera para s� su propio esp�ritu y su aliento", entonces toda carne perecer�a, etc.

(2) "Si �l [es decir, Dios] pone su coraz�n sobre [o 'en contra'] del hombre, si fuera a reunir para s� el esp�ritu y el aliento del hombre", entonces, etc.

La diferencia no es grande. Dios podr�a, ya sea retirando del hombre el aliento y el esp�ritu que le ha dado, o simplemente reteniendo del hombre las influencias vivificantes y sostenidas que est� produciendo constantemente, reducir a toda la humanidad a la nada. Siendo tan completamente due�o del hombre, seguramente no condescender�a para tratarlo con injusticia. La injusticia implica algo de oposici�n, lucha, rivalidad.

Job 34:15

Toda carne perecer� junta (comp. Salmo 104:29). Sin la mano sostenedora de Dios, todas las criaturas volver�an a caer en la nada. Y el hombre volver� a convertirse en polvo. O Elihu se refiere aqu� a G�nesis 3:19, o bien tiene un conocimiento tradicional del origen del hombre, transmitido desde una antig�edad remota, que est� en total conformidad con la creencia hebrea.

Job 34:16

Si ahora tienes comprensi�n, escucha esto. La apelaci�n no es para Job, sino para cualquier hombre sabio e inteligente entre los muchos oyentes que estuvieron presentes (vea el comentario en los vers�culos 1, 2). Escuche la voz de mis palabras (comp. Vers�culos 2, 10).

Job 34:17

�Gobernar� incluso el que aborrece el derecho? �Es concebible que pueda haber en la cabeza del universo, su Gobernante y Gu�a, alguien que odie la justicia? La apelaci�n es al sentimiento instintivo de que en el �nico Dios, la bondad perfecta y la omnipotencia est�n unidas. Su esp�ritu es exactamente el de la pregunta de Abraham: "�No har� bien el juez de toda la tierra?" (ver G�nesis 18:5). �Y condenar�s al que es m�s justo? m�s bien, el que es justo y fuerte (ver la versi�n revisada).

Job 34:18

�Es apropiado decirle a un rey, eres malo? y para los pr�ncipes, �sois imp�os? �Alg�n sujeto de un rey terrenal considerar�a apropiado acusar a su soberano de conducta malvada e injusta? �Gravar�a incluso a los que estaban junto al rey �los pr�ncipes y los grandes oficiales de la corte� con impiedad? Si un sentido de lo que se est� convirtiendo y aparentemente restringir�a a un hombre del uso de un lenguaje de este tipo hacia su gobernante terrenal, �puede ser correcto que se permita tal libertad o discurso hacia su Rey celestial, su Se�or y Maestro absoluto? ? Job realmente no hab�a usado ese lenguaje de Dios, aunque las quejas que hab�a hecho con respecto al trato que Dios le hab�a dado no pod�a considerarse irrazonablemente como una acusaci�n de ese tipo.

Job 34:19

�Cu�nto menos para el que no acepta a las personas de los pr�ncipes! �Cu�nto menos se usa cada vez m�s ese lenguaje de Uno tan por encima de los pr�ncipes que los considera a la altura de todos los dem�s hombres, y no les otorga ning�n respeto especial! El rango mundano es, por supuesto, nada con Dios. Toda la humanidad son sus s�bditos y sirvientes, a quienes diferencia entre s� �nicamente por sus cualidades morales y espirituales. Tampoco tiene m�s en cuenta a los ricos que a los pobres. Si el rango terrenal no tiene relaci�n con Dios, mucho menos es la abundancia de posesiones. La par�bola del hombre rico y L�zaro coloca su completa indiferencia bajo una luz fuerte. Porque todos son obra de sus manos. Todas las clases de hombres, ricos y pobres, poderosos y d�biles, son igualmente criaturas de Dios, tra�das al mundo por �l, dadas por �l en sus diversas estaciones y consideradas por �l con favor o desaprobaci�n, seg�n se comporten en sus diversas ocupaciones. y empleos.

Job 34:20

En un momento morir�n. Todos se encuentran bajo la misma ley de la muerte.

"Pallida Mors aequo pulsat pede pauperum tabernas

Regumque turres ".

(Horace, 'Od.', 1.4, 11. 13, 14.)

"En un momento", cada vez que Dios quiere, pasan de la vida y desaparecen, tanto los ricos como los necesitados, el pr�ncipe poderoso tanto como el marginado y el mendigo. Y el pueblo se turbar� a la medianoche y pasar�. (comp. �xodo 12:29; 2 Reyes 19:35). Tales cat�strofes repentinas son poco frecuentes; pero est� dentro del poder de Dios producirlos en cualquier momento. Cuando ocurren, ejemplifican notablemente la igualdad de sus tratos con todas las clases de hombres, ya que ninguno escapa ( �xodo 11:5; �xodo 12:29). Y el poderoso ser� quitado sin mano; es decir, sin agencia humana (comp. Daniel 2:34).

Job 34:21

Porque sus ojos est�n en los caminos del hombre, y �l ve todos sus pasos. Elihu procede a una nueva discusi�n. La omnisciencia de Dios es una seguridad contra su actuaci�n injusta. �l conoce exactamente los poderes, las capacidades, el temperamento, las tentaciones y las circunstancias de cada hombre. �l puede ser exactamente yo, seguro de lo que cada uno debe, y seguramente lo medir� a cada uno sin parcialidad ni prejuicio.

Job 34:22

No hay oscuridad, ni sombra de muerte, donde los trabajadores de la iniquidad puedan esconderse. "Todas las cosas est�n desnudas y abiertas a los ojos de aquel con quien tenemos que ver" ( Hebreos 4:13). Por muy cuidadosos que sean los hombres malvados para ocultar sus fechor�as "esperando el crep�sculo" ( Job 24:15), o haci�ndolos "en la oscuridad" ( Job 24:16), encontrar�n es completamente imposible escapar del ojo que todo lo ve del Todopoderoso, que es tan claro en la oscuridad m�s profunda como en la luz m�s brillante ("S�, la oscuridad no es oscuridad para ti, pero la noche es tan clara como el d�a ; la oscuridad y la luz para ti son iguales ", Salmo 139:11, Versi�n del libro de oraci�n).

Job 34:23

Porque no pondr� sobre el hombre m�s que lo correcto; m�s bien, porque no necesita considerar m�s a un hombre (ver la Versi�n Revisada). No tiene necesidad de considerar el caso de ning�n hombre dos veces; lo ve a primera vista y lo juzga infaliblemente. Que �l debe entrar en juicio con Dios. Si no fuera as�, un hombre tal vez podr�a afirmar que tiene un segundo juicio y, suplicando en su propia defensa, podr�a "entrar en juicio con Dios" o (seg�n otros) "ir ante Dios en juicio"; pero la omnisciencia absoluta de Dios lo impide.

Job 34:24

Romper� en pedazos hombres valientes sin n�mero; m�s bien, en formas que no se pueden buscar, o en formas pasadas de descubrir (ver la Versi�n Revisada). Y poner a otros en su lugar.

Job 34:25

Por lo tanto (es decir, con ese fin 'o con ese objeto en vista) �l conoce (m�s bien, toma conocimiento de) sus obras. Como Dios gobierna el mundo, y lo gobierna, en gran medida, al exaltar a algunos hombres y deprimir a otros, est� obligado a tener en cuenta estrictamente su conducta, para que pueda exaltar a los dignos y deprimir a los indignos. Y los volca en la noche (comp. Job 34:20). Para que sean destruidos; literalmente, aplastado. Los juicios de Dios caen sobre los hombres de repente, ya sea "en la noche" o como "en la noche, es decir, de repente, inesperadamente, cuando no est�n preparados, y caen sobre ellos con una fuerza" aplastante ", con un poder que es totalmente irresistible,

Job 34:26

Los golpea como hombres malvados; es decir, como malhechores abiertos y reconocidos. A la vista de los dem�s; literalmente, en lugar de los espectadores; es decir, p�blicamente, abiertamente, donde su destino es un ejemplo para los dem�s.

Job 34:27

Debido a que se apartaron de �l (sobre el pecado de "retroceder", vea 2 Reyes 17:15, 2 Reyes 17:16; Proverbios 26:11; 2 Pedro 2:22.) Y no considerar�a ninguna de sus formas (comp. Salmo 28:5; Isa�as 5:12). Salom�n reprende la necedad y la maldad de tal conducta en los t�rminos m�s en�rgicos: "Porque llam�, y ustedes se negaron: extend� mi mano, y nadie lo mir�; ??pero ustedes han despreciado todo mi consejo, y lo har�an nada de mi reproche: tambi�n me reir� de tu calamidad; me burlar� cuando llegue tu miedo; cuando tu miedo venga como desolaci�n, y tu destrucci�n venga como un torbellino; cuando la angustia y la angustia vengan sobre ti. Me invocar�n pero no responder�; me buscar�n temprano, pero no me encontrar�n: por eso odiaban el conocimiento y no eligieron el temor del Se�or: no quisieron mi consejo: despreciaron toda mi reprensi�n. comer�n el fruto de su propio camino, y se llenar�n de sus propios dispositivos. Porque el alejamiento de los simples los matar�, y la prosperidad de los necios los destruir� "( Proverbios 1:24-20).

Job 34:28

Para que hagan que el clamor de los pobres venga a �l. Elihu considera al hombre malvado como casi con certeza un opresor, cuyas fechor�as "hacen que el grito del pobre venga ante Dios" y provocan que Dios, el vengador del pobre y el necesitado, lo visite con castigo. Y escucha el grito de los afligidos (comp. �xodo 2:23, �xodo 2:24; �xodo 22:23, �xodo 22:24; Salmo 12:5, etc.) Los o�dos de Dios est�n siempre abiertos al clamor de los oprimidos, y su mano siempre est� pesada sobre aquellos que "afligen" a los d�biles e indefensos ( Isa�as 1:24; Isa�as 3:12; Am�s 5:11, Am�s 5:12; Miqueas 3:1; Habacuc 1:13).

Job 34:29

Cuando da tranquilidad, �qui�n puede causar problemas? literalmente, �qui�n puede condenar? El sentimiento es el mismo que el de San Pablo en la Ep�stola a los Romanos: "Si Dios es para nosotros, �qui�n puede estar en contra de nosotros? ... �Qui�n acusar� a los elegidos de Dios? Es Dios quien justifica. �Qui�n? �Es el que condenar�? ( Romanos 8:31). Y cuando esconde su rostro, �qui�n puede contemplarlo? Cuando Dios esconde su rostro, entonces toda la carne est� turbada (Salmo 104:29); el hombre se encoge en s� mismo y desespera de felicidad; la naturaleza misma parece fallar y desvanecerse. Nadie puede contemplarlo cuando se esconde; nadie puede hacer m�s que despreciar su ira y rezar: "Se�or, levanta la luz de tu semblante sobre nosotros" (Salmo 4:6). Ya sea que se haga contra una naci�n o solo contra un hombre. Los resultados son similares, ya sea que Dios retire la luz de su semblante de una naci�n o de un individuo. En cualquier caso, no hay ayuda desde afuera; La ruina y la destrucci�n siguen.

Job 34:30

Que el hip�crita no reine, no sea que la gente quede atrapada; m�s bien, que un hombre imp�o no reine, que un pueblo no sea una trampa. (As� Schultens, el profesor Lee y otros.) El pasaje es oscuro por su brevedad; pero este parece ser el mejor sentido. Dios retira su favor de un rey imp�o o de una naci�n malvada, para que el rey deje de da�ar a los hombres por su gobierno, y la naci�n deje de ser una trampa para sus vecinos.

Job 34:31

Seguramente se debe decir a Dios que he llevado el castigo. (Entonces, Rosenmuller y otros.) Si el pasaje se presenta as�, Elihu debe considerarse como, como Elifaz ( Job 5:8), Bildad ( Job 8:5) y Zophar ( Job 11:13), aconsejando a Job que se someta a Dios, reconociendo su pecado, aceptando su castigo y prometiendo enmiendas para el futuro (vers�culo 22). Pero tal vez sea mejor considerar el pasaje como interrogativo, y Elihu preguntando: �qu� hombre, entre aquellos a quienes Dios ha rechazado y castigado, alguna vez ha intentado despreciar su ira por contrici�n, confesi�n y promesa de enmienda, lo que implica que, si lo hubieran hecho, Dios los habr�a cedido y perdonado? (ver la versi�n revisada). En este caso, no se ofrece ning�n consejo directo a Job; pero a�n se le da una indirecta indirecta. No voy a ofender m�s. Esto es preferible a la interpretaci�n marginal de la versi�n revisada, "aunque no me ha ofendido".

Job 34:32

Lo que no veo, ens��ame; es decir, "si en algo dejo de ver tu voluntad, ens��amela. Aclara tu camino ante mi cara". Si he hecho iniquidad, no har� m�s. La forma hipot�tica parece preferirse, como m�s aceptable para Job, quien mantuvo su justicia, que una confesi�n positiva de pecado.

Job 34:33

�Deber�a estar de acuerdo con tu mente? �l lo recompensar�. Las dos cl�usulas deben tomarse juntas, y la traducci�n debe decir: "�Deber�a Dios recompensar" (es decir, hacer sus premios) "seg�n tu placer" o "como quieras?" Elihu se vuelve hacia Job y se dirige directamente a �l: "�Puede esperar que Dios haga sus decretos, condene y absuelva a los hombres, tal como Job piensa bien?" Si te niegas; m�s bien, ya que los rechazas. Job se hab�a negado a reconocer la justicia de los premios y decisiones de Dios. O si eliges; y no yo m�s bien, pero debes elegir, y no yo. Es Job quien debe determinar c�mo actuar�. Elihu, un amigo, solo puede se�alar y recomendar un curso, como lo hab�a hecho en los vers�culos 31 y 32. Corresponde al propio Job determinar qu� curso tomar�. Por eso habla lo que sabes; es decir, "Di lo que has determinado".

Job 34:34

Que los hombres de entendimiento me lo digan, y que un hombre sabio me escuche. Como Job no le responde, Elihu se vuelve hacia sus "hombres de entendimiento" (supra, vers�culos 2, 10). Est� seguro de que al menos los habr� llevado consigo, y de que se unir�n a la condena de las palabras de Job como carentes de verdadera sabidur�a. "Los hombres de entendimiento", dice, "me dir�n, s�, todo hombre sabio que me oye dir�: Job habla sin conocimiento", etc. (ver la Versi�n Revisada).

Job 34:35

Job ha hablado sin conocimiento, y sus palabras fueron sin sabidur�a; literalmente, no en sabidur�a. Las palabras que se intentan son, por supuesto, aquellas en las que Job parece haber impuesto a Dios con injusticia (vea el comentario en el vers�culo 9).

Job 34:36

Mi deseo es que Job sea juzgado hasta el final; literalmente, �se probar�a ese trabajo al m�ximo? - "probado" "es decir; a medida que el oro se prueba, por la piedra de toque, y "al m�ximo", para que no haya dudas sobre el resultado. Elihu tuvo su deseo. Job fue juzgado tan severamente como fue posible, y el problema fue pronunciado por Dios mismo. "No hab�is hablado de m� lo correcto, como mi siervo Job ha hecho" ( Job 42:8, Versi�n revisada). Por sus respuestas para los hombres malvados; m�s bien, a la manera de los hombres malvados (comp. arriba, vers�culos 5, 6, 9.). Esta fue la opini�n que Elihu tom� de las palabras imprudentes de Job.

Job 34:37

Porque �l a�ade rebeli�n a su pecado. Elihu sostiene que es el "pecado" de Job lo que le ha tra�do su castigo, y considera sus declaraciones y quejas como una "rebeli�n" flagrante contra el Alt�simo. �l aplaude sus manos entre nosotros; es decir, se aplaude a s� mismo, aprueba su propia conducta y, en lugar de arrepentirse, se jacta de ello. Y multiplica sus palabras contra Dios. Job hab�a seguido hasta el final ( Job 31:1.) Para justificarse y protestar por su integridad; lo cual, en opini�n de Elihu, era gravar a Dios con la injusticia.

HOMIL�TICA

Job 34:1

Elihu a los espectadores: el caso de Job juzgado.

I. LA CORTE CONSTITUIDA.

1. El panel. Job, un buen hombre, un gran sufriente, muy calumniado profundamente perplejo, involucrado en la duda y la oscuridad, y culpable de mucha presunci�n.

2. Los jueces. O los tres amigos, ir�nicamente llamados "hombres sabios", o los espectadores, entre los cuales, sin duda, muchos pose�an una sensata sabidur�a y discreciones "sabios" y "sabios" (vers�culo 2), "hombres entendidos", literalmente, "hombres". de coraz�n ", es decir, personas de inteligencia y experiencia madura, capaces de formar un juicio sobre un asunto tan alto como el que se les va a presentar.

3. El fiscal. Elihu Se han dado detalles de su personalidad en Job 32:2. Un joven profeta �rabe que afirma hablar bajo un impulso Divino, finalizado con el prop�sito de emitir un veredicto preliminar sobre el caso de Job, con el fin de preparar a Job para la posterior teofan�a de Jehov� ( Job 38:1).

4. La direcci�n. Elihu invita al tribunal de jurados a que se ocupe de los detalles del caso, tal como debe presentarlo para su consideraci�n, a utilizar la discriminaci�n para tamizar lo que escuch� el o�do, a fin de separar lo esencial de lo accidental, lo importante de lo no importante. lo pertinente de lo irrelevante, el o�do est� dotado de una facultad de probar palabras, ya que el paladar tiene la capacidad de probar carnes (vers�culo 3) y, en el ejercicio de un buen juicio, resolver al llegar a la verdad (vers�culo 4) Lo que aqu� se recomienda a los oyentes y espectadores junto al "mont�n de cenizas" como requisitos indispensables para juzgar el caso de Job correctamente, a saber. la atenci�n, la discriminaci�n y la libertad condicional son necesarias para todos los que buscan la verdad, y se les recomienda especialmente a los estudiantes creyentes de la Palabra de Dios, a quienes se les ordena no solo, como los Beroeans, "recibir la Palabra con toda disposici�n mental". y "buscar las Escrituras diariamente" ( Hechos 17:11), pero, como los tesalonicenses, "probar todas las cosas y retener lo que es bueno" ( 1 Tesalonicenses 5:21).

II LA INDICACI�N PREFERIDA.

1. Que Job se hab�a declarado justo. Elihu sin duda alude a esos pasajes en los que Job hab�a afirmado su inocencia frente a las infundadas aspersiones de sus amigos ( Job 9:17, Job 9:21; Job 10:7; Job 13:18; Job 16:17). Aunque es cierto en el sentido de que Job no ten�a culpa de la maldad flagrante, sin embargo, a juicio de Elihu, tales protestas vehementes de integridad inoxidable que hab�an ca�do de sus labios apenas se convert�an en una criatura pecaminosa (vide Job 32:2, homil�tica )

2. Que Job acus� a Dios de injusticia. Una vez m�s, Elihu informa fielmente de lo que considera la sustancia de la afirmaci�n de Job, de que ser�a culpable de falsedad e hipocres�a si admitiera la exactitud de las alegaciones de sus amigos ( Job 27:4); que la enfermedad aparentemente incurable que lo hab�a sobrepasado (la flecha de Dios, como en Job 6:4; Job 16:9; Job 19:11) hab�a ca�do sobre �l aunque estaba " sin transgresi�n "( Job 10:17), y que, en consecuencia, Dios le hab�a quitado su derecho ( Job 27:2), lo que supone que significaba, le hab�a negado la justicia y lo hab�a tratado como un criminal , mientras que en realidad era inocente.

3. Que Job se hab�a entregado a la blasfemia. Al acusar a Job de "beber desde�os como el agua", es decir, pronunciar censuras blasfemas contra Dios, Elihu, se ha dicho (Canon Cook), "va ahora por primera vez mucho m�s all� de la verdad", ya que "las palabras de Job" son feroces. y la amarga protesta "le fue arrebatada por la agon�a y por las burlas de sus hostiles consejeros", mientras que "su desprecio se dirigi� completamente contra ellos, no, como parece asumir Elihu, contra Dios". Pero se puede cuestionar si esto no es una ilustraci�n de olvidar actuar sobre el canon de Elihu: "Eleg�monos un juicio: h�ganos saber entre nosotros qu� es la lucha". Disculpable como fue el desprecio despectivo que Job lanz� contra los amigos, es imposible recordar los llamamientos y las manifestaciones salvajes, apasionados, a menudo imprudentes e irrazonables que dirigi� a Dios sin estar de acuerdo con Elihu en que en esos momentos sobrepas� los l�mites de un justo y justo. santa moderaci�n, y se acerc� peligrosamente, si no tocaba realmente, los l�mites de una irreverencia imp�a y blasfema. "No podemos dejar de sentir que a menudo empuj� sus inferencias contra la justicia y la providencia divinas demasiado lejos, como �l mismo confes� haberlo hecho cuando por fin vio a Jehov� cara a cara" (Cox).

4. Que Job hab�a adoptado los sentimientos y las m�ximas de los imp�os. Sin afirmar expl�citamente que Job mismo hab�a sido un buf�n vulgar y profano de las cosas santas, Elihu afirma que al mantener que "no le beneficia a un hombre nada de que deba deleitarse con Dios" (vers�culo 9), Job pr�cticamente se hizo a un lado de los irreligiosos. Aunque en ninguna parte se menciona la declaraci�n anterior en tantas palabras, de ninguna manera es una inferencia no natural de las palabras de Job ( Job 9:22; Job 21:7; Job 24:1 ; Job 30:26). Un razonador no se responsabiliza injustamente de lo que puede deducirse de las consecuencias justas y necesarias de sus premisas, aunque �l mismo debe seguir para percibir, o, percibir, no debe significar, lo que implican estas premisas. Ahora, Job hab�a insistido en la distribuci�n aparentemente an�mala del bien y el mal entre la humanidad; y mientras, como respuesta a los amigos, eso era perfectamente leg�timo, era posible exhibir esa circunstancia desconcertante como para llevar a la conclusi�n de que el Gobernador Supremo del universo era indiferente a los personajes de las inteligencias de sus sujetos, y que un buen hombre no obtuvo ninguna ventaja de su piedad, mientras que un hombre malvado no sufri� ninguna desventaja como consecuencia de su irreligi�n. Esto, a juicio de Elihu, Job lo hab�a hecho, y contra esto Elihu procedi� a protestar.

III. La contrapropuesta declarada. La posici�n adoptada por Elihu fue negativa de Job, a saber. que la perpetraci�n de un mal contra cualquiera de sus criaturas era simplemente imposible por parte de Dios, que para �l tal cosa como la perversi�n del juicio era inconcebible, y que, cuando se comprend�a correctamente, el principio de la administraci�n divina era de equidad absoluta . Los tres amigos sostuvieron, no solo que tal era el principio de la administraci�n Divina, sino que su funcionamiento siempre era visible. Job sostuvo que la operaci�n de tal principio no siempre era visible en los tratos de Dios con la humanidad, y por lo tanto, a veces dudaba si ese era el principio sobre el cual se gobernaba el universo, aunque en su alma m�s �ntima sent�a que deber�a serlo. Elihu afirma que, ya sea visible o no para la inteligencia humana y en casos particulares, tal y ninguna otra era la ley o regla del procedimiento Divino.

IV. LA DEMOSTRACI�N NECESARIA OFRECIDA.

1. La supremac�a absoluta de Dios. (Vers�culos 13-15.) El argumento tiene tres puntos.

(1) Dios gobierna el mundo sin autoridad delegada. Nadie le ha dado una carga sobre toda la tierra, ni se ha comprometido con �l, como s�trapa o subordinado, al virreinato del globo (vers�culo 13). Por el contrario, gobierna con un derecho que es esencial y subestimado, indiscutible e irresponsable.

(2) Dios gobierna el mundo sin un poder insuficiente. Si Dios ego�stamente fijara su atenci�n solo en s� mismo (Grotius, Eichhorn, Delitzsch, Umbreit, Carey, Cook, Cox), en lugar de en el hombre, consider�ndolo un enemigo (Vulgate, Targums, De Wette, Rosenmuller), y en consecuencia para reunir para s� su Esp�ritu y su aliento, por lo cual todas las criaturas vivientes son sostenidas ( Job 12:9, Job 12:10), el resultado ser�a la extinci�n completa de todos los seres animados en el faz de la tierra (vers�culo 15). El significado es que Dios tiene todas las criaturas tan enteramente en su mano que no son nada, y no pueden hacer nada excepto en la medida en que sean sostenidas por �l. Por lo tanto

(3) Dios gobierna el mundo sin un fin ego�sta. Si lo hiciera, podr�a deshacerse f�cilmente de un universo rebelde reduci�ndolo a polvo o consign�ndolo a la aniquilaci�n. Que no lo haga es prueba de que no se considera solo a s� mismo o, en otras palabras, que est� impulsado por consideraciones de amor desinteresado por el hombre. Y siendo esto as�, es manifiestamente imposible que Dios pueda infligir injusticia a una criatura a la que ama.

2. La inmaculada pureza de Dios. (Verso 17.) El argumento de Elihu equivale a esto: que la base necesaria de todo gobierno es la correcta: integridad en la Persona y equidad en la Ley del Gobernante; que sin esto toda administraci�n, humana o divina, caer�a en la anarqu�a y la confusi�n; y que, en consecuencia, a menos que estas condiciones fueran proporcionadas por el gobernador supremo de la humanidad, la administraci�n que dirig�a tarde o temprano se ver�a abrumada. Si es cierto que la estabilidad de cualquier gobierno depende en �ltima instancia del car�cter justo de sus gobernantes y la naturaleza equitativa de sus leyes, la administraci�n moral del universo debe basarse mucho m�s en la inmaculada santidad de Dios y la justicia inmutable de su gobierno. leyes

3. La estricta imparcialidad de Dios. Seg�n Elihu, es poco menos que majestad de lesa, o alta traici�n, que un sujeto acuse a reyes o pr�ncipes de corrupci�n ( �xodo 22:28), neg�ndoles as� la primera y m�s indispensable calificaci�n de un gobernante. .

"Las gracias para convertirse en rey son justicia, verdad, templanza, estabilidad".

(Shakespeare)

Y "el que gobierna sobre los hombres debe ser justo, gobernando en el temor de Dios" ( 2 Samuel 23:3). Entonces, �qu� debe ser para acusar al que "no acepta a las personas de los pr�ncipes, ni respeta �los ricos m�s que los pobres? "(vers�culo 19). Respeto a las personas, un fracaso bastante com�n incluso con personas buenas ( Deuteronomio 1:17; Deuteronomio 16:19; Santiago 2:1, Santiago 2:9), es imposible con Dios ( 2 Samuel 14:14; Hechos 10:34; 1 Pedro 1:17), cuya imparcialidad hacia los hombres se basa en la consideraci�n de que todos son "obra de sus manos" (vers�culo 19), por lo tanto, todos poseen la misma dignidad esencial, son susceptibles a la misma alta autoridad y tienen derecho a ser atendidos por el mismo gobierno paterno Y como se basa en la igualdad fundamental de los hombres a la vista del Cielo, as� lo demuestra el hecho palpable de que todos por igual est�n sujetos a la misma condena imparcial (vers�culo 20); grandes y poderosos potentados muriendo en un momento, como Belsasar ( Daniel 5:30) o como Fara�n ( �xodo 14:28), o, ser quitado sin mano (cf. Daniel 2:34; Daniel 8:25), es decir, por alguna visita sobrenatural, como los pr�ncipes rebeldes de la congregaci�n ( N�meros 16:29) o como Herodes ( Hechos 12:23), y sus pueblos estar preocupado a la medianoche, como los egipcios ( �xodo 12:29), o derrocado de forma repentina e inesperada, como los antediluvianos ( G�nesis 7:22) y los habitantes de las ciudades de la llanura ( G�nesis 19:24, G�nesis 19:25).

4. La omnisciencia de Dios que lo abarca todo. (Vers�culo 21.) Los ojos del Supremo est�n constantemente en los caminos del hombre. No hay oscuridad ni sombra de muerte donde los trabajadores de la iniquidad puedan esconderse de su mirada penetrante. Con tal precisi�n puede leer el coraz�n humano, que no necesita mirar a un hombre dos veces para comprender su car�cter y conversaci�n. No tiene necesidad de detenerse antes de juzgar al individuo. La exigencia de Job de que Dios celebrara una corte de asaltos y llevara su caso a juicio fue completamente superflua. Tan completamente Dios comprende al hombre por la mirada de su ojo omnisciente que puede proceder a romper al poderoso sin investigaci�n, haciendo un trabajo breve de su juicio y colocando a otros en su lugar (vers�culo 24). Claramente, razona Elihu, un Dios que comprende de manera exacta y completa cada caso que se le presenta, no es probable que sea culpable de cometer maldad pervirtiendo el juicio.

5. La justicia indiscutible de Dios. (Vers�culos 24-30.) Eli� significa que la integridad absoluta de Dios puede establecerse considerando el car�cter de sus juicios, que son:

(1) De repente. "Derroca al imp�o en la noche" (vers�culo 25); es decir, de forma instant�nea e inesperada, lo que, por supuesto, no har�a ni podr�a hacer a menos que estuviera completamente satisfecho con el car�cter justo de sus juicios. Pero "�l conoce sus obras" sin investigaci�n, en virtud de su omnisciencia; y, por lo tanto, no duda, como si temiera el error judicial, para proceder a una ejecuci�n r�pida.

(2) P�blico. "Los golpea como hombres malvados", es decir. como malhechores condenados, de cuya criminalidad no hay duda: "a la vista de los dem�s," literalmente, "en el lugar de los espectadores". "El que hace lo malo odia la luz, ni viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas". Pero Dios, cuyas obras son todas ellas verdad y juicio, y realizadas con verdad y rectitud (Salmo 111:7, Salmo 111:8), no necesita evitar la observaci�n o temer las cr�ticas. . Por lo tanto, nunca recurre a c�maras estelares o inquisiciones secretas, sino que atrae la mayor publicidad posible por todo lo que hace.

(3) Retributivo. Cuando Dios sale de su lugar para infligir sufrimientos a los hombres, nunca es para la satisfacci�n de ning�n sentimiento privado de venganza, nunca en el ejercicio temerario del poder simplemente arbitrario, sino siempre para la reivindicaci�n de la justicia insultada, siempre para el castigo de alguna muestra escandalosa de maldad. Cuando los poderosos tiranos son abatidos a la vista de otros, generalmente se descubrir�, dice Elihu, que ha sido "porque se alejaron de �l y no considerar�an ninguno de sus caminos", sino que llegaron a tal altura. de impiedad atrevida, oprimiendo y pisoteando a los pobres, que "hicieron que el grito de los pobres viniera a �l", y de alguna manera lo obligaron a escuchar el grito de los afligidos (vers�culo 28). Examinado en, cada caso se encontrar� en sus caracter�sticas m�s esenciales para estar en completo acuerdo con la aptitud eterna de las cosas.

(4) Impecable. Evidentemente, tienen tanta raz�n, se justifican a s� mismos, de hecho, que nadie puede aventurarse a atacarlos por motivos de inequidad. "Cuando da tranquilidad", es decir. hace las paces derribando al opresor de los pobres (Delitzsch, Gesenius, Carey), en lugar de "cuando golpea la tierra" (Umbreit) - "�qui�n lo condenar�?" o "�qui�n har� un ruido entonces?" como si hubiera cometido una injusticia. Y viceversa, "cuando esconde su rostro", en el sentido de estar enojado y castigar a un individuo o una naci�n (Salmo 30:8; Salmo 104:29), "qui�n puede entonces Contemplarlo, es decir, hacerlo visible, y hacer que le devuelva el favor, como si, al retirar su respeto, hubiera sido culpable de hacer algo malo.

(5) Beneficioso. Y no solo eso, sino que los juicios de Dios evidencian el dise�o m�s ben�volo y filantr�pico, dictado por un alto respeto por el bienestar general de la humanidad, hasta el final de que "el hip�crita" [literalmente, "el imp�o", como llevar a otros a impiedad] no reine, para que no sean trampas para la gente "(vers�culo 30), como lo son com�nmente los gobernantes malvados; p.ej. Jeroboam ( 1 Reyes 12:28), Omri ( 1 Reyes 16:25, 1 Reyes 16:26), Ahab ( 1 Reyes 16:31), Joacaz ( 2 Reyes 13:2), y otros monarcas tanto de Israel como de Jud�. Es una misericordia especial para un pueblo cuando Dios acorta la vida de los reyes malvados.

V. EL CONSEJO DADO. Para adoptar el modelo de confesi�n que se recita a continuaci�n (vers�culos 31, 32), en el que hay tres cosas dignas de consideraci�n.

1. Una humilde sumisi�n a los castigos de Dios. "Seguramente se cumple para ser dicho a Dios; �he soportado!" (sc. castigo). La renuncia en la aflicci�n es el deber de todos ( Proverbios 3:11); le corresponde especialmente al pueblo de Dios ( Lucas 21:19), indispensable como condici�n para devolver el favor ( Lev�tico 26:40 Lev�tico 26:42), y uno de los signos m�s seguros de un coraz�n verdaderamente penitente (Jeremias 31:18). Nada le permite a uno manifestar resignaci�n genuina como el claro reconocimiento de la mano de Dios en la aflicci�n (Mic 6: 9; 1 Samuel 3:18; Santiago 4:7), y del verdadero dise�o de la aflicci�n para castigar en lugar de castigar ( Hebreos 12:5; Salmo 119:75). La renuncia en la aflicci�n y la sumisi�n al castigo divino fueron ejemplificadas por Aaron (Le Job 10:3), los hijos de Israel ( Jueces 10:15), Eli ( 1 Samuel 3:18) , David ( 2 Samuel 15:26), Job ( Job 1:21; Job 2:10), Miqueas 7:9. San Pablo ( Hechos 21:14).

2. Una gran promesa de enmienda. "No ofender� m�s" (vers�culo 31); "Si he hecho iniquidad, no har� m�s" (vers�culo 32). Tal promesa implicaba claramente la confesi�n que uno hab�a ofendido; y sin confesi�n no puede haber perd�n ( Proverbios 28:13; 1 Juan 1:9), ya que, por otro lado, sin enmiendas no hay evidencia de que la confesi�n sea sincera ( Job 22:23; Isa�as 1:16; Ezequiel 14:6; Oseas 14:8).

3. Un deseo sincero despu�s de la instrucci�n divina. "Lo que veo no me ense�as" (vers�culo 32). Las almas convertidas son siempre m�s o menos profundamente conscientes de su ignorancia, especialmente en lo que respecta a las cosas espirituales, como p. Ej. la maldad de sus propios corazones (Jeremias 17:9), la sutileza del pecado (Salmo 19:12), los prop�sitos espec�ficos de las dispensaciones providenciales ( Juan 13:7), la camino correcto de vida santa (Jeremias 10:23); y con referencia a todos estos y muchos otros puntos, siempre est�n listos para recibir la iluminaci�n celestial, diciendo: "Ens��ame a conocer tu camino" (Salmo 27:11) y "hacer tu voluntad" (Salmo 143:10).

VI. LA APLICACI�N HECHA.

1. Una apelaci�n a Job.

(1) Una pregunta. "�Deber�a �l?" Dios: "recompensarlo" (as�, la maldad del hombre y las acciones en general) "seg�n tu mente", es decir, �adoptar� Dios un modo de gobierno o principio de administraci�n para complacerte?

(2) Una raz�n. "Porque has encontrado falta" (Delitzsch); "Porque has despreciado" (sc. Sus juicios) (Cook). Es decir, Job hab�a expresado su insatisfacci�n con las dispensaciones de Dios. De ah� surgi� la inferencia obvia de que Job consideraba que estas dispensaciones deber�an haberse enmarcado de acuerdo con sus ideas.

(3) Un deber. "Para que tengas que elegir, y no yo", lo que significa que, en las circunstancias, Job deber�a decidirse por ese mejor plan de gobierno para el mundo que el de Dios, y publicarlo lo antes posible: "Y lo que sabes hablar claro."

2. Una direcci�n a los transe�ntes. Al encontrar a Job en silencio, Elihu se dirige a los oyentes y espectadores, a quienes saluda con destreza como "hombres de entendimiento" y "sabios", y les pide que digan si no es el caso que est�n de acuerdo con �l en el veredicto, "Job habla sin conocimiento, y sus palabras son sin sabidur�a "(vers�culos 34, 35). �Un veredicto severo, ya sea que la audiencia apel� a respaldarlo o no! Sin embargo, Jehov� luego afirm� su verdad ( Job 38:2). Y seguramente Es un �ndice de locura para el hombre endeble, como lo hizo Job, sentarse a juzgar a Dios.

3. Una declaraci�n de Elihu.

(1) El deseo de Elihu. Que el juicio de Job podr�a continuar a�n m�s, lo que puede significar que los sentimientos de Job podr�an examinarse m�s a fondo, o que las aflicciones de Job podr�an prolongarse a�n m�s: el primero, un deseo de convertirse en un verdadero buscador y un predicador sincero de la verdad; y el segundo, aunque aparentemente duro, pero no necesariamente cruel o inconsistente con las obligaciones y reclamos de amistad.

(2) La raz�n de Elihu. En general, la aflicci�n de Job a�n no hab�a producido ese efecto beneficioso sobre �l para el que estaba destinado. En particular, que

(a) sus sentimientos eran irreligiosos: "sus respuestas fueron" a la manera de los hombres malvados ";

(b) su maldad era grande: "a�ade rebeli�n", o la forma m�s grave de transgresi�n, "la de los discursos blasfemos" (Delitzsch), "al pecado", es decir, sus errores inconscientes e involuntarios;

(c) su desprecio era evidente: "entre nosotros aplaudi�" (se. sus manos), expresivo de desprecio triunfante, mostrando que "aunque victorioso en el argumento", "todav�a no estaba humillado de esp�ritu" (Robinson); y

(d) su irreverencia fue extrema: "multiplica sus palabras en contra de Dios", "llev�ndose a s� mismo como vencedor, no solo sobre los hombres, sino tambi�n sobre Dios" (Robinson).

Aprender:

1. Que los hombres buenos, al pronunciar el juicio sobre sus semejantes, deben proceder con sumo cuidado y precauci�n.

2. Que el pueblo de Dios debe ser estudioso al pronunciar palabras calculadas para dejar impresiones equivocadas en la mente de los oyentes.

3. Que los santos a veces pueden confundirse con pecadores debido a la falta de discreci�n de su discurso.

4. Que la justicia de Dios es una m�xima fundamental en toda teolog�a s�lida.

5. Que igualmente la generosidad (o gracia) de Dios debe en cada concepci�n adecuada de su car�cter correlacionar con su justicia.

6. Que el Dios de la Biblia es la �nica Deidad que posee calificaciones adecuadas para el gobierno del mundo, por no decir el universo.

7. Que los juicios de Dios, como se muestra en su gobierno providencial de la tierra, son admirablemente adecuados para ense�ar la justicia al hombre.

8. Que Dios est� profundamente interesado en el bienestar de las naciones y comunidades, as� como de las personas privadas.

9. Que la administraci�n divina se lleva a cabo siempre en inter�s de la santidad.

10. Que la verdadera actitud del hombre en presencia del gobierno Divino es la sumisi�n mansa y alegre.

HOMILIAS DE E. JOHNSON

Job 34:1

Segundo discurso de Eli�: el hombre no tiene derecho a dudar del peleador de Dios.

I. CENSURA DE DUDAS DE TRABAJO. ( Job 34:1.) En silencio, Job escuch� la reprensi�n de su amigo, y aparentemente tom� en serio la lecci�n de que en leg�tima defensa leg�tima podemos llevar nuestras protestas m�s all� del verdadero l�mite, y exagerar nuestra inocencia mientras se rechazan las imputaciones falsas. Por lo tanto, Eli� se levanta de nuevo y procede con su segunda reprensi�n. Job ha representado a Dios como un cruel e injusto perseguidor de su inocencia. Duda entonces de la justicia del dominio mundial de Dios. A la refutaci�n de esta posici�n se dirige el discurso actual. Elihu apela al sentido com�n de los hombres, a la sabidur�a no sesgada de la experiencia. El o�do tiene el poder de probar palabras, la mente tiene una facultad de juicio y gusto, an�loga a la del cuerpo, por el cual discriminamos lo falso de lo verdadero y lo bueno del mal. Esto, de hecho, debe ser lo �ltimo apelar en toda controversia ya sea sobre cosas divinas o humanas. Una palabra escrita, una revelaci�n positiva, siempre est� abierta a diversas interpretaciones; y esto hace que sea m�s necesario determinar los amplios dictados de la conciencia y del juicio com�n, con los cuales cada revelaci�n verdadera est� de acuerdo. La pregunta ahora es: �este sentido religioso com�n condena las declaraciones y la actitud de Job o no? �l ha afirmado: "Soy inocente, y sin embargo Dios me ha negado la justicia, me ha quitado el derecho. A pesar de que el derecho est� de mi lado, ser� un mentiroso si lo mantengo. La herida causada por el eje de la ira de Dios es incurable ". Esto, seg�n el orador, fue el efecto del lenguaje de Job. �l lo repele indignado. Tomando prestada una expresi�n de Elifaz ( Job 15:16), denuncia a Job como aquel que bebe burl�ndose como el agua; y por estas blasfemias se asocia con los imp�os. Job niega, seg�n el orador, que haya alg�n beneficio o uso en la piedad, en vivir en amistad con Dios. Nunca hab�a dicho esto en tantas palabras; pero la sensaci�n de mucho de lo que hab�a dicho se parec�a a esto ( Job 9:22, Job 9:23; Job 21:7, Job 21:8; Job 24:1, sqq.). Tales expresiones parec�an negar el fundamento mismo de la religi�n. Job se estaba volviendo contra la luz interior. Y aunque hab�a censurado varias veces y medio recordaba sus propias palabras, la ofensa hab�a sido repetida.

II PRUEBAS DE LA JUSTICIA DIVINA. (Vers�culos 10-30.)

1. De la bondad creativa de Dios. (Vers�culos 10-15.) El punto es mostrar que Dios es incapaz de hacer lo malo, de pervertir la justicia y lo correcto en sus tratos con los hombres; para mostrar que �l recompensa a los hombres de acuerdo con sus obras, les da el fruto adecuado de su siembra, provoca el camino de vida que eligen llevar a la cuesti�n feliz o infeliz, de acuerdo con lo correcto de su elecci�n o de otra manera. �l pone delante de ellos bendici�n y maldici�n; y la responsabilidad del resultado es solo de ellos. Pero, �c�mo podemos tener la convicci�n de que todo esto es as�? La respuesta es mostrando que las obras de Dios excluyen el pensamiento del ego�smo; y el ego�smo solo puede explicar la perversi�n de lo correcto. No podemos concebir la b�squeda de uno mismo en Dios. Nadie le confi� el cargo de la tierra; ninguno sino que ha fundado el c�rculo de la tierra. Como primera y absoluta causa, todas las cosas son suyas; no hay divisi�n de poder, ganancia o gloria. La ambici�n, la codicia, los celos, toda pasi�n que tienta a los hombres a equivocarse con sus semejantes, queda excluida de la idea misma de Dios. �l siempre est� derramando de la plenitud de su vida y la bendici�n sobre sus criaturas, la acci�n muy opuesta a la del ego�smo, que atrae lo m�s posible al bien y se divide con la menor cantidad posible. Supongamos por un momento que Dios se convirtiera en un Ser absorto en s� mismo, "dirigiendo su coraz�n solo hacia s� mismo, absorbiendo su esp�ritu y sus respiraciones" en lugar de emitirlo, la muerte universal debe producirse de inmediato; los hombres deben perecer, volviendo al polvo. La imposibilidad misma de tal suposici�n muestra la imposibilidad de atribuir la b�squeda de s� mismo y el amor propio a Dios. El es el padre eterno; y como el amor de los padres puros tiene la menor aleaci�n de s� mismo que cualquier amor terrenal, debemos tomar esto como el tipo de la naturaleza de Dios. Estos son pensamientos sublimes e inspiradores. Dios no puede da�ar al hombre, o hacer mal, porque as� se da�ar�a a s� mismo y manchar�a su propia gloria. Nadie puede traicionarse o equivocarse conscientemente. Todo lo que llamamos maldad implica que el hombre tiene a su lado a sus iguales como seres libres y dispone de la propiedad de los dem�s. Esto es imposible con Dios, porque todas las cosas le pertenecen a �l, siendo el producto de su actividad amorosa, su plenitud de vida que se entrega a s� mismo.

2. De la idea de Dios como el gobernante supremo. (Vers�culos 16-30.) Como Gobernador del mundo, no puede ser injusto, porque el gobierno solo puede mantenerse con una justicia constante e igualitaria, y debe ser destruido por la falta de ella. Dios es a la vez el Justo y el Poderoso, porque no pod�a ejercer una cualidad sin la otra. La experiencia, el gran maestro, lo demuestra por el curso constante de los eventos.

III. CONCLUSI�N. LA NATURALEZA TOTAL Y CONTRADICTORIA DE LAS ACUSACIONES DE TRABAJO CONTRA DIOS. (Vers�culos 31-37.) Se introduce una confesi�n renuente, como si Job la hubiera dicho: "Estoy castigado, sin hacer el mal; �lo que no veo, eso me muestras! Si hago algo malo, no lo har� m�s. ! " (vers�culos 31, 32.) Parece decir que se arrepentir� siempre y cuando solo se se�ale mal (comp. Job 7:20; Job 19:4). Pero, pregunta Eli�, �pasar� Dios sin castigo tu queja descontenta contra su modo de retribuci�n, y adoptar� un modo que sea agradable para tu mente? �Las leyes del gobierno divino deben ser dictadas por deseos individuales o nociones de lo que es correcto? �El hombre debe elegir, y no Dios, la forma en que debe ser recompensado o castigado? Y diga, entonces, �cu�l es la verdadera retribuci�n? �Hablar! Pero esta apelaci�n directa debe convencer al murmurador de su incapacidad para sugerir un mejor m�todo para administrar el mundo. Los caminos de Dios pueden no ser claros para nosotros en muchos detalles; pero debemos recordar, como ense�a el obispo Butler, que solo vemos "partes de un esquema imperfectamente entendido". Si todos fueran conocidos, la duda y la angustia cesar�an. En conclusi�n, el hablante resume su significado en las palabras de los hombres entendidos a cuyo juicio apela, condenando la falta de una verdadera comprensi�n de las palabras de Job y expresando la esperanza de que pueda ser juzgado a�n m�s, debido a sus respuestas. "a la manera de los reprobados", porque agrega insulto al pecado, adopta el tono del burl�n y multiplica las palabras contra Dios. Ya sea que este punto de vista del estado mental de Job sea correcto o incorrecto, "Bienaventurado el hombre que soporta la tentaci�n". Bendito el que puede exclamar, en medio de sufrimientos que no puede dejar de sentir, se disoci� de la culpa, "B�scame, oh Dios, y pru�bame; pru�bame y conoce mis pensamientos; y mira si hay alg�n camino perverso en m�, y gu�ame por el camino eterno. "- J.

HOMILIAS POR R. GREEN

Job 34:10

La justicia de los tratos divinos.

Las palabras de Elihu contin�an. Su acusaci�n contra Job es que dice: "Soy justo". �l "agrega rebeli�n a su pecado" (vers�culo 37). Y en su propia justificaci�n, arroja una sombra sobre el procedimiento Divino. "Multiplica sus palabras contra Dios" (vers�culo 37). Tal es la afirmaci�n de Elihu. Dice que Job declara: "Dios ha quitado mi juicio". Defender la obra divina y hacer que Job reconozca su pecado es el prop�sito de Elihu. �l aqu� declara la justicia de los tratos divinos: "Lejos est� de Dios hacer la maldad". La justicia de los caminos de Dios se ve:

I. EN SU IMPARCIALIDAD ABSOLUTA HACIA EL HOMBRE. "No acepta a la persona de los pr�ncipes, ni considera a los ricos m�s que a los pobres". Verdaderamente no hay respeto de las personas con Dios. "La obra de un hombre se la har� a �l n (vers�culo 11), ya sea buena o mala.

II EN LA JUSTICIA PERFECTA DEL NOMBRE DIVINO se encuentra la m�xima promesa de justicia. "Ciertamente Dios no har� maldad, ni el Todopoderoso pervertir� el juicio" (vers�culo 12). "Porque no pondr� sobre el hombre m�s que lo correcto" (vers�culo 23). Esto se ilustra m�s detalladamente:

III. EN EL GOBIERNO AUTOIMPUESTO DEL MUNDO. "�Qui�n le ha dado una carga sobre la tierra?" Si quiere, puede "reunir para s� su esp�ritu y su aliento". Entonces "toda carne perecer�a junta, y el hombre volver�a a convertirse en polvo". No tiene la tentaci�n de apartarse de la derecha en sus tratos con los hombres, ya que todos est�n completamente en su mano. Pero se ve una evidencia adicional y sorprendente de la justicia de los caminos Divinos:

IV. EN EL JUICIO SOBRE LOS IMPIOS, Los malvados "golpea como hombres malvados a la vista de los dem�s" (vers�culo 26). Elihu encuentra una nueva confirmaci�n de esto:

V. EN LOS FINES EFECTIVOS DE LA DIVINA BENIGNIDAD. "Cuando da tranquilidad, �qui�n puede causar problemas?" etc. (vers�culo 29). Todo esto se hace "para que el hip�crita no reine". De todo esto llevar�a a Job a la confesi�n. "Si he hecho iniquidad, no har� m�s". Entonces, el prop�sito de los caminos justos de Dios debe ser guiar:

1. A la conciencia del mal.

2. A la confesi�n del mal conocido.

3. A la enmienda de la vida.

4. Tener paciencia bajo las aflicciones divinas.

Esto ense�a Elihu, aunque todav�a no conoce el prop�sito del sufrimiento de Job. � R.G.

HOMILIAS DE W.F. ADENEY

Job 34:3

La prueba de la verdad.

I. SE DEJA QUE EL HOMBRE PRUEBE LA VERDAD. No hay un or�culo inconfundible. En la multitud de voces tenemos que descubrir cu�l es el grito de la verdad, cu�l es el del error. Conocemos la voz de Dios, no porque tengamos la seguridad de antemano de que es �l y �l solo quien nos hablar�, sino porque detectamos el enunciado celestial en contraste con las muchas canciones sin�rgicas que nos atraer�n a la destrucci�n. por sus propios tonos, y no simplemente por cualquier autoridad que nos lo asegure. La Iglesia puede pretender guiarnos en esta importante b�squeda; pero la Iglesia est� compuesta por miembros humanos, que tienen que usar esas facultades que Dios les ha dado, aunque sin duda la Iglesia recibe ayuda de la presencia del Esp�ritu Santo en medio de ella. Entonces, cuando los hombres individuales buscan la verdad, el Esp�ritu de Dios es para ellos una Luz y Gu�a. A�n as�, la b�squeda debe hacerse; las palabras deben ser probadas y cernidas.

1. Esta es una advertencia contra la credulidad. Muchas voces reclaman nuestra atenci�n. Tengamos cuidado de no ser enga�ados.

2. Este es un est�mulo para el pensamiento. No debemos ser como la tierra opaca que da crecimiento a las semillas que caen en ella: malas hierbas tanto como flores hermosas, plantas venenosas y cultivos fruct�feros. Tenemos una capacidad independiente para tamizar y aventar, elegir y rechazar. Por lo tanto, usemos nuestras mentes.

3. Esto es para el cultivo de nuestras almas. El esfuerzo mismo de probar la verdad contribuye al crecimiento mental y espiritual. Cuando lo sostenemos despu�s de probarlo, la verdad es m�s real para nosotros que si la hubi�ramos recibido sin esfuerzo.

4. Esto deber�a llevarnos a la oraci�n. �C�mo distinguiremos entre las muchas voces enga�osas? Es probable que nuestras facultades sin ayuda se equivoquen. Por lo tanto, busquemos la luz desde arriba, no para reemplazar nuestros propios poderes, sino para fortalecerlos e iluminarlos.

II LA PRUEBA DE LA VERDAD ES COMO EL SABOR DE LA COMIDA.

1. Es natural. Dios nos ha dado un sentido natural del gusto para discriminar entre lo que es saludable y lo que es nocivo en nuestra comida, y nos ha implantado una facultad similar de discernimiento mental y espiritual.

2. Debe ser entrenado. En algunos aspectos, el apetito natural no es una gu�a segura. El ni�o puede deleitarse con delicias dulces pero no saludables. Algunos venenos no son desagradables. Por lo tanto, la mera percepci�n de agradable no es suficiente. Algunas muy agradables porque las ideas halagadoras son muy falsas e hirientes. Lo que es "justo a nuestro gusto" puede no ser cierto ni bueno para nosotros. Seleccionar ideas favoritas no es obtener ciertas verdades. Tenemos que entrenar a la facultad de prueba de la verdad para reconocer el valor de la libra esterlina en lo que no es atractivo, y rechazar los encantos meramente enga�osos.

3. Puede estar da�ado. El apetito puede estar viciado. La pr�ctica puede engendrar un gusto poco saludable por la comida malsana; buena comida sana puede parecer desagradable para alguien que est� en mal estado de salud. Los pensamientos y sentimientos corruptos conducen a una degeneraci�n de la facultad de prueba de la verdad. Incluso el sentido natural de la verdad est� embotado. La aguja deja de apuntar hacia el norte. El reactivo qu�mico es impuro y, por lo tanto, no act�a como prueba. El alma falsa e impura elige mentiras y rechaza la verdad.

4. Necesita correcci�n. Despu�s de todo, la prueba de la verdad no es como un sentido corporal. No es inmediato Implica reflexi�n. Pero, para que el reflejo sea verdadero y s�lido, toda la naturaleza espiritual debe ser pura, simple y saludable. Es peligroso confiar demasiado en nuestra facultad privada de probar la verdad. Nuestra �nica seguridad es mantenernos cerca de Cristo, quien es la Verdad, y de la Iglesia de Cristo. que nos orden� "escuchar" ( Mateo 18:17) .� W.F.A.

Job 34:10

La cierta justicia de Dios.

Job parec�a haber procesado la justicia divina. Elihu afirma enf�ticamente su perfecci�n absoluta. Cualquier otra cosa que no podamos ver, no se debe perder de vista un hito. Dios est� perfectamente libre de todo mal. Puede que no comprendamos sus formas de acci�n, pero lo m�s seguro es que est� actuando con justicia.

I. LOS FUNDAMENTOS DE LA FE EN LA CIERTA JUSTICIA DE DIOS. �Por qu� podemos afirmar dogm�ticamente que Dios es perfectamente justo? Observe tres motivos de seguridad.

1. El car�cter esencial de Dios. Entendemos la idea misma de que Dios involucra justicia. No ser�a Dios si dejara de ser justo. Ahora, su justicia absoluta es como su poder infinito. No hay raz�n para limitarlo. Si alguno de los atributos existe, es m�s natural suponer que existe en la perfecci�n. No hay nada que limite a Dios. Dios es demasiado grande para ser tentado a ser injusto.

2. El car�cter revelado de Dios. En toda la Biblia se afirma y reafirma la justicia de Dios. Aquellos hombres que conocieron a Dios mejor afirmaron m�s claramente que �l era justo.

3. El car�cter probado de Dios. Conocemos a Dios en la vida. Es posible que no siempre podamos asegurarnos de la justicia de lo que Dios hace mientras lo hace. Entonces puede parecer oscuro y terrible. �Pero con qu� frecuencia hemos encontrado, al mirar hacia atr�s en los tramos m�s sombr�os de la vida, que las nubes han pasado, y la justicia de Dios ha quedado clara como el mediod�a!

II LA PRUEBA DE FE EN LA CIERTA JUSTICIA DE DIOS. Para cada hombre individual, el hecho de la justicia de Dios debe ser un asunto que debe tomarse por fe. Es decir, aunque hay buena evidencia de ello, no podemos ver c�mo se obtiene en nuestras circunstancias personales. Sin embargo, esto es de esperar y puede explicarse por varias causas.

1. Vistas parciales. No podemos ver el patr�n completo en el que Dios est� trabajando y, por lo tanto, los hilos cruzados a menudo nos parecen confusos y est�n mal ubicados.

2. Ideas pervertidas. Juzgamos a Dios por nuestro propio est�ndar. Pero ese est�ndar puede haber sido deformado. Entonces, lo que es recto en Dios nos parece torcido, simplemente porque nuestra regla est� torcida.

3. Juicio de fe. Hay una raz�n en el gobierno providencial de Dios por la cual deber�a permitirnos estar en la oscuridad en cuanto al significado y el prop�sito de algunas de sus acciones. �l desea llevarnos a confiar en �l. Si pudi�ramos ver todo, la fe no tendr�a alcance, ejercicio ni, por lo tanto, desarrollo. Perecer�a por falta de uso.

III. EL EJERCICIO DE FE EN LA CIERTA JUSTICIA DE DIOS.

1. En nuestras propias vidas. Aqu� estamos llamados a caminar por fe. Cuando el camino es duro y doloroso, recordemos la verdad de que Dios est� bien con nosotros, aunque no podemos ver c�mo.

2. En la historia. Las naciones son lideradas por el Rey de reyes. A trav�s de extra�as revoluciones, est� logrando su voluntad justa. Si pudi�ramos creer esto, deber�amos ver el aspecto oscuro y amenazante del mundo sin consternaci�n.

3. En la naturaleza. Aqu�, tambi�n, Dios est� actuando por el bien de todos y en justicia para cada uno. La feroz lucha de la naturaleza parece cruel. Pero paz! Dios es justo

4. En la redenci�n. Aqu� Dios se muestra a s� mismo como un Dios justo y un Salvador, defendiendo la justicia mientras tiene piedad de los pecadores. � W.F.A.

Job 34:29

La paz de Dios

I. LA PAZ ES UNA BENDICION DEL MAYOR VALOR. Hay una quietud de la muerte; los vencidos se calman; el letargo y la inercia son tranquilos. Y no hay bendici�n en estas cosas. La verdadera paz est� viva, vigilante, llena de poder y facultad, pero tranquila. La paz que anhelan nuestras almas es el descanso interior. Esto se puede encontrar con mucha actividad externa, con mucha vida y pensamiento dentro tambi�n, pero sin confusi�n ni tumulto. La actividad es armoniosa. Es posible que la paz coexista con muchas penas. La paz es m�s profunda que el dolor. Cuando mora en su interior, da una fuerza y ??una sensaci�n de satisfacci�n, de modo que el sufrimiento que de otro modo parecer�a intolerable se vuelve bastante soportable, aunque nunca puede dejar de ser angustiante. El deseo m�s profundo no es de alegr�a; est�

. Ahora parece dar la vuelta a este principio y repudiarlo. Sin embargo, no es inconsistente, ya que debe haber l�mites para el juicio privado. No podemos sentarnos a juzgar a la Providencia. Consideremos, entonces, en qu� sentido la decisi�n sobre la verdad debe ser eliminada de la corte por nuestra propia raz�n y juicio. �Cu�les son los l�mites del juicio privado? Podemos considerar esto desde dos puntos de vista: desde el de nuestra propia imperfecci�n y desde el de la grandeza de Dios.

I. LOS L�MITES QUE RESULTAN DE NUESTRA PROPIA IMPERFECCI�N.

1. La ignorancia. El mejor juez no puede decidir correctamente hasta que se le presenten todos los hechos. Conocemos algunas de las circunstancias que determinan la acci�n de la Providencia; y no conocemos las leyes y principios que deben aplicarse.

2. Prejuicio. No somos jueces imparciales; nuestra justicia no tiene los ojos vendados; Nuestras escalas no son iguales. El orgullo, el inter�s propio y la pasi�n ciegan nuestros ojos y deforman nuestro juicio.

3. Pecado. Esto es peor que el prejuicio; Es una influencia directamente enga�osa. Nos lleva a ignorar las distinciones morales, e incluso a llamar al mal bueno. Somos jueces injustos acerca de la verdad cuando somos enemigos de la m�s alta verdad y justicia.

4. Debilidad natural. Adem�s de todas estas condiciones defectuosas, existen condiciones naturales que limitan nuestros poderes de juicio. Con toda la iluminaci�n posible y la rectificaci�n moral, deber�amos seguir siendo humanos, es decir, seguir siendo criaturas de muy peque�a capacidad con respecto a los grandes problemas del universo. Estos problemas son demasiado altos para nosotros; No podemos alcanzarlos. Confunden el pensamiento.

II LOS L�MITES QUE RESULTAN DE LA GRANDEZA DE DIOS. Nuestra imperfecci�n nos limita a juzgar todas las preguntas; pero m�s especialmente nos limita al estimar la acci�n de Dios. La idea especial de Elihu es que no podemos juzgar los tratos providenciales de Dios con nosotros. Los tres amigos se equivocaron al defenderlo, como dijo Job, "hablando malvadamente por Dios", y Job se equivoc� al pensar apenas en eso. Porque ninguna de las partes estaba en posici�n de decidir al respecto. No podemos elegir nuestro propio curso. En el mundo sabiamente, mucho menos podemos decidir c�mo actuar� Dios. La grandeza de Dios y de sus obras excede por mucho el alcance de nuestra visi�n.

1. Sabidur�a suprema. Las ideas muy por encima de nuestra comprensi�n gobiernan en los prop�sitos de Dios.

2. Grandes dise�os. Dios no se limita a la consideraci�n de un solo individuo o un peque�o c�rculo; �l administra un universo. Por lo tanto, sus esquemas y prop�sitos deben superar con creces nuestra opini�n en cuanto a su alcance, as� como en el car�cter de su objetivo.

3. Bondad perfecta. Dios debe decidir bien, porque en �l no hay maldad. Su santidad y amor deber�an hacernos sentir que no nos atrevemos a juzgar sus acciones. Si son oscuros para nosotros, lo son por exceso de luz. � W.F.A.

Job 34:36

La finalizaci�n del juicio.

Elihu desea que Job sea "probado hasta el fin". Su deseo nos parece cruel. Sin embargo, quiz�s desconocido para s� mismo, puede obtenerse un gran bien al cumplirlo.

I. HAY UN FIN DE LA PRUEBA. Al mirar hacia abajo, a la larga vista de los problemas, no podemos ver ning�n t�rmino; parece correr por siempre en la oscuridad. Pero cualquiera que sea la apariencia, la realidad no es eterna. "El llanto puede durar una noche, pero la alegr�a llega por la ma�ana". Nunca fue la noche m�s larga. Sus horas lentas se prolongan cansinamente; sin embargo, deben pasar, y debe llegar el d�a en el buen momento de Dios. La larga vida de problemas terminar� por fin en la paz de la tumba. Pero muchos problemas terrenales pasan como mediod�a tormentoso, y hay "luz al final del d�a".

II UN BUEN USO DE LA PRUEBA PUEDE ACABAR EL FINAL DE LA PRUEBA. Mientras nos preocupemos por �l, Dios puede encontrar necesario mantenerlo con nosotros. Si tardamos en aprender nuestra lecci�n, debemos mantenernos mucho tiempo en la escuela. Pero cuando se aprende la lecci�n, la escuela puede romperse.

III. LA TERMINACI�N DE LA PRUEBA SE VE EN SUS FRUTAS El fuego no ha hecho su trabajo si la escoria no se ha separado del metal. Solo cuando el crisol muestra el cambio qu�mico requerido se completa la prueba. Por lo tanto, deber�amos estar atentos a los resultados. Se desperdician grandes problemas en los hombres que no se someten a ellos, para que puedan soportar su de. Frutos firmados en paciencia, humildad, contrici�n, enmienda, etc.

IV. NO PODEMOS JUZGAR LA PRUEBA HASTA QUE HEMOS VISTO SU FINAL. Tenemos que leer hasta el final de la historia de Job antes de poder descubrir por qu� lo llevan a trav�s de las aguas profundas. La vida redondeada muestra el lugar y el prop�sito de sus varios episodios, pero esos episodios en s� mismos parecen fragmentarios y sin sentido. Por lo tanto, tenemos que "esperar el final". Cuando esto llegue, se resolver� un enigma, se explicar� una experiencia dif�cil, se glorificar� una nube negra en esplendor dorado.

V. DIOS PUEDE DISPENSARSE CON LA TERMINACI�N NATURAL DE LA PRUEBA. El problema no es como un t�nel, del cual no hay salida excepto en sus extremos. Es una carga que se puede levantar cuando Dios lo crea conveniente. El objeto de la prueba puede obtenerse por otros medios, y es posible que los m�todos m�s suaves produzcan los mismos resultados. As�, Dios conduce al arrepentimiento por su bondad, as� como por las aflicciones purgantes. Por lo tanto, no deber�amos vivir como si alg�n destino de hierro nos hubiera sometido a una cierta cantidad de pruebas. Dios es un Esp�ritu viviente y un Padre amoroso; y �l permitir� que sus hijos sufran, cuando m�todos pac�ficos de disciplina har�n el trabajo deseado por ellos. Nuestra parte es tomar con paciencia lo que Dios env�a y usarlo de manera rentable, confiando en que Dios reducir� el problema o lo alargar� como mejor le parezca.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Job 34". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/job-34.html. 1897.