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Job 41

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

Versículos 1-34

EXPOSICI�N

Job 41:1

La descripci�n de la corona de una maravilla natural, el "leviat�n" o cocodrilo, ahora se da, y con una elaboraci�n para la cual no hay paralelo en el resto de la Escritura. Sin embargo, forma un cl�max adecuado para las descripciones gradualmente m�s y m�s elaboradas de Job 38:39-18; Job 39:1; y Job 40:15.

Job 41:1

�Puedes sacar el leviat�n con un gancho? La palabra leviat�n, o m�s propiamente livyathan, que ha aparecido previamente en Job 3:8, y se encuentra tambi�n en Salmo 74:14; Salmo 104:26; y Isa�as 27:1, parece derivarse de ???, "retorciendo", y ??, "un monstruo", de donde el ?????? o ?????? del Pentateuco y tambi�n de Job ( Job 7:12 ), Jerem�as (Jeremias 9:11) y Ezequiel ( Ezequiel 29:3). Por lo tanto, es un ep�teto descriptivo en lugar de un nombre, y no se ha utilizado de forma antinatural para designar a m�s de un tipo de animal. Los mejores cr�ticos modernos consideran que se aplica a veces a una pit�n o serpiente grande, a veces a un cet�ceo, una ballena o un grampus, y a veces, como h�roe, al cocodrilo. Esta �ltima aplicaci�n ahora es casi universalmente aceptada. El cocodrilo fue pescado por los egipcios con un anzuelo, y en la �poca de Herodoto fue capturado y asesinado con frecuencia (Herodes; 2:70); pero probablemente en los d�as de Job nadie hab�a sido tan atrevido como para atacarlo. �O su lengua con un cord�n que dejaste caer? m�s bien, o presionar su lengua con una cuerda? (ver la versi�n revisada); es decir, "ate una cuerda alrededor de su mand�bula inferior, y as� presione hacia abajo su lengua". Muchos animales salvajes est�n representados en las esculturas asirias, guiados por una cuerda atada a sus bocas.

Job 41:2

�Puedes ponerle un gancho en la nariz? m�s bien, una ca�a o una cuerda de ca�as. El significado exacto es dudoso. �O agujere� la mand�bula con una espina? Se entiende un gancho o anillo, en lugar de una "espina", como un "gancho" o "anillo" como se usaba com�nmente para mantener a los peces cautivos en el agua, o para llevar a los prisioneros de rango a la presencia de los monarcas que hab�an capturado ellos.

Job 41:3

�Te har� muchas s�plicas? �te hablar� palabras suaves? Ir�nico. �Se comportar� como los cautivos humanos cuando deseen ganarse el favor de sus captores?

Job 41:4

�Har� un pacto contigo? Como lo hacen los monarcas cautivos. �Lo tomar�s como siervo para siempre? (comp. �xodo 21:6; Deuteronomio 15:17).

Job 41:5

�Desear�ais jugar con �l como con un p�jaro? Los egipcios eran especialmente aficionados a los animales de compa��a, y se puede suponer que los compatriotas de Job eran los mismos. Adem�s de los perros, encontramos a los egipcios con ant�lopes, leopardos y monos domesticados. Un cocodrilo domesticado ciertamente parece ser una mascota extraordinaria, pero Her�doto dice que los egipcios los domesticaron (2:39), y Sir Gardner Wilkinson me inform� que hab�a conocido a algunos domesticados en El Cairo. Los �rabes mesopot�micos domestican a los halcones para ayudarlos en la persecuci�n de la avutarda y la gacela. Y es probable que este uso, aunque no est� representado en los monumentos asirios, haya sido antiguo. �O lo atar�s por tus doncellas? es decir, �lo asegurar�s de tal manera que pueda ser entregado a tus doncellas, para que se convierta en su mascota y compa�ero de juegos?

Job 41:6

�Debieran los compa�eros hacerle un banquete? m�s bien. �Los compa�eros har�n un tr�fico de �l? Por "los compa�eros" podemos entender ya sea los gremios o las compa��as de pescadores, que podr�an considerarse involucrados en la captura, o las bandas itinerantes de mercaderes, que podr�an estar dispuestos a comprarlo y llev�rselo. Como ninguno de estos �ltimos podr�a imaginarse lo suficientemente rico como para hacer la compra solo, se hace otra pregunta: �Lo separar�n entre los comerciantes? es decir, permitir que un n�mero se agrupe, cada uno tomando una parte.

Job 41:7

�Puedes llenar su piel con planchas de p�as? El hipop�tamo fue capturado de esta manera por los egipcios en una fecha temprana, y de ah� surgi� la idea de intentar el mismo modo de captura con el cocodrilo; pero en el tiempo de Job parecer�a que nadie hab�a sido lo suficientemente valiente como para intentarlo. La piel del cocodrilo es penetrable en muy pocos lugares, y su captura por un solo hombre con un arp�n, aunque ahora se practica a veces, sigue siendo un trabajo de peligro y dificultad. �O su cabeza con lanzas de pescado? Las lanzas de pescado tendr�an un peque�o efecto en la cabeza de un cocodrilo, que es huesudo y est� cubierto por una piel muy dura. Sin embargo, hay un lugar vulnerable, en el punto donde la cabeza se une a la columna vertebral, donde los antiguos egipcios, cuando se aventuraron a atacar al cocodrilo, sol�an atacar.

Job 41:8

Pon tu mano sobre �l, recuerda la batalla, no hagas m�s. Esto es nuevamente ir�nico, como Job 41:3. "Solo pon tu mano contra �l, piensa en la guerra, hazlo una vez y no m�s". La idea es que una vez sea suficiente. Un hombre no vivir� para hacerlo por segunda vez.

Job 41:9

He aqu�, la esperanza de �l es en vano; es decir, la esperanza de capturarlo o matarlo. �No se derribar� a nadie ni siquiera al verlo? La sola visi�n del animal salvaje e invulnerable es suficiente para hacer que un hombre caiga al suelo con miedo.

Job 41:10

Ninguno es tan feroz que se atreva a despertarlo. El cocodrilo a menudo se ve dormido, o casi dormido, en bancos de arena ba�ados por el Nilo. Ser�a un hombre audaz que deber�a acercarse sigilosamente y agitarlo. �Qui�n entonces puede pararse delante de m�? Aqu� llegamos al punto en que todo el argumento ha estado funcionando. Si el hombre no puede hacer frente a las criaturas, que son obra de las manos de Dios, �cu�nto puede presumir para hacer frente al que es su Hacedor!

Job 41:11

�Qui�n me ha impedido que le pague? es decir, "�Qui�n me ha puesto bajo ninguna obligaci�n, de modo que pueda estar obligado a aceptar sus puntos de vista y tomar el curso que �l pueda prescribir?" La alusi�n es a la demanda persistente de Job de una audiencia: una controversia ( Job 9:34, Job 9:35; Job 10:3; Job 13:3, Job 13:22; Job 23:3, etc.) - una prueba, en la cual �l le suplicar� a Dios y a Dios con �l, incluso en t�rminos uniformes, y as� la verdad concerniente �l, sus pecados, su integridad, sus sufrimientos y su causa o causas, se manifestar�n. Dios se resiste a cualquier reclamo que se le haga para justificarse a s� mismo y sus acciones ante una criatura. No es deudor de ninguno. Si se explica a s� mismo en alguna medida, si condesciende a dar cuenta de cualquiera de sus acciones, es de pura gracia y favor. Se ha observado que podr�amos haber esperado que esto fuera la conclusi�n de todo el discurso iniciado en Job 38:1; y que sin duda habr�a sido, de acuerdo con las leyes ordinarias de la composici�n humana, su lugar m�s apropiado. Pero la poes�a hebrea es err�tica y presta poca atenci�n al c�sped l�gico. Si se ha omitido algo importante en su lugar m�s apropiado, se inserta en uno que, humanamente hablando, es menos apropiado. Los detalles relacionados con el cocodrilo, que se calculan para profundizar la impresi�n general, habiendo pasado por alto donde podr�amos haberlos esperado, se adjuntan aqu�, al completar la descripci�n de Job 38:1.

Job 41:12

No ocultar� sus partes, ni su poder, ni su hermosa proporci�n. La descripci�n adicional se introduce en este anuncio formal, que tal vez se presta mejor, no guardar� silencio sobre sus miembros "ni sobre el asunto de su poder" o la belleza de su proporci�n (ver la Versi�n Revisada); es decir, entrar� en estos puntos en serie, y los expondr� por separado.

Job 41:13

�Qui�n puede descubrir la cara de su prenda? Algunos cr�ticos entienden esto en un sentido general: "�Qui�n puede dejarlo abierto al asalto?" Otros sugieren un significado m�s definido: "�Qui�n puede quitarle su cubierta exterior?" el pelaje escamoso, es decir, que forma su defensa especial, y expone la piel comparativamente sensible debajo. Si esto se hiciera, estar�a a merced del cazador; �Pero qui�n se comprometer� a hacerlo? �Qui�n, de nuevo, puede venir a �l con su doble brida? Ven, es decir; con una doble brida en su mano y col�quela en las mand�bulas del monstruo. (Entonces Schultens y el profesor Lee.) Otros traducen: "�Qui�n entrar� dentro [del rango de] su doble brida? Y entienden por" su doble brida "sus dos hileras de dientes: Homer ????? ??????? (Rosenmuller, Canon Cook, Profesor Stanley Leathes, etc.).

Job 41:14

�Qui�n puede abrir las puertas de su rostro? �Qui�n puede hacer que abra sus enormes mand�bulas, si elige mantenerlas cerradas? �Qui�n se atrever�a a hacerlo? Sus dientes son terribles alrededor. El cocodrilo tiene "dos hileras de dientes puntiagudos, treinta o m�s en cada lado". Est�n "tan formados y dispuestos para desgarrar a su presa en lugar de masticarla". La voracidad del cocodrilo adulto es grande; y no tendr� escr�pulos para atacar y devorar hombres, si se interponen en su camino. Los nativos del Alto Egipto tienen un terror total hacia �l.

Job 41:15

Sus escamas son su orgullo; o, su orgullo est� en la canalizaci�n de sus escamas (literalmente, de sus escudos). Las escamas del cocodrilo est�n dispuestas en cinco filas a lo largo de toda su espalda, con una depresi�n entre las filas que es como un "canal". Cada escala individual se asemeja a un escudo. Est�n encerrados juntos como con un sello cerrado; cada uno, es decir estrechamente unidos a sus compa�eros, para que no haya espacio entre ellos. "Una bola de rifle", seg�n Canon Tristram, "los mira desde una roca".

Job 41:16

Uno est� tan cerca del otro que no puede haber aire entre ellos (vea el comentario en el vers�culo anterior).

Job 41:17

Se unen entre s�, se unen, para que no puedan separarse; literalmente, se sueldan entre s� (comp. Isa�as 41:7).

Job 41:18

Por sus necesidades brilla una luz. "Neesings" es ingl�s antiguo para "estornudos". Seg�n Arist�teles, el cocodrilo tiene la costumbre de estornudar, pero no encuentro este hecho se�alado por los escritores modernos Boehart lo afirma de manera muy positiva, pero no profesa hablar desde su propio conocimiento. Y sus ojos son como los p�rpados de la ma�ana. Probablemente esto no signifique m�s que sus ojos destellan con luz en ocasiones, lo cual es sin duda cierto, aunque los ojos, siendo peque�os, generalmente no han atra�do mucha atenci�n.

Job 41:19

De su boca salen l�mparas encendidas y brotan chispas de fuego. La descripci�n ahora se vuelve altamente po�tica, y ser�a un error tratar de corroborarla. La intenci�n es representar la impresi�n que el animal causar�a en un observador impresionable pero no cient�fico que lo ve por primera vez en sus guaridas nativas. Salpicando, resoplando y arrojando spray por todas partes, parecer�a estar exhalando vapor y humo, de los cuales la idea del fuego es inseparable (ver el siguiente verso).

Job 41:20

De su nariz sale humo, como de una olla o caldero hirviendo; m�s bien, como de una olla hirviendo y se precipita; es decir, como de una olla calentada por juncos ardientes.

Job 41:21

Su aliento enciende carbones, y una llama sale de su boca. Todas las representaciones de dragones que respiran humo y llamas, que se encuentran en los mitos y sagas de tantos pa�ses, probablemente descansen en el hecho observado de que el equipo o el aerosol salen de la boca y las fosas nasales del cocodrilo. El vapor parece ser humo, y el humo naturalmente ha sugerido llamas y fuego.

Job 41:22

En su cuello queda la fuerza. Se ha observado bien que la ballena no tiene cuello, o en cualquier caso, ninguno que sea visible, mientras que el cocodrilo tiene uno que es de gran fuerza y ??que naturalmente atrae la observaci�n. "Le cou assez marque", dice el 'Dictionnaire des Sciences' (l.s.c.). Es casi del mismo di�metro con la cabeza en el punto de uni�n, y donde est� contigua al cuerpo es a�n m�s grande. Y la tristeza se convierte en alegr�a delante de �l; m�s bien, y el terror baila ante �l (ver la Versi�n Revisada). Dondequiera que proceda, causa terror; la gente tiembla, vuela y desaparece.

Job 41:23

Los copos de su carne est�n unidos. Incluso los m�sculos m�s blandos y las partes que en la mayor�a de los animales ceden y fl�cidos, en el cocodrilo est�n atados y, por as� decirlo, soldados entre s� (comp. Job 41:17). Son firmes en s� mismos; m�s bien, son firmes sobre �l; literalmente, fundido sobre �l, como piezas sueltas de metal, que se funden unas con otras. No se pueden mover. Todo su cuerpo est� tan firmemente compactado que es una sola pieza; las partes separadas no se pueden mover por separado. Un resultado es que el cocodrilo tiene grandes dificultades para girar.

Job 41:24

Su coraz�n es firme como una piedra. Algunos consideran que esto es lo que se pretende f�sicamente, y observan que los grandes saurios, con su circulaci�n fr�a y lenta, tienen corazones comparativamente t�rpidos, que no se contraen ni se expanden f�cilmente. Otros consideran que el "coraz�n de piedra" significa una disposici�n feroz y obstinada. En cualquier caso, la descripci�n se adaptar� bien al cocodrilo. S�, tan duro como un trozo de piedra de molino inferior. Una repetici�n y una ligera exageraci�n de la idea anterior.

Job 41:25

Cuando �l se levanta, los poderosos tienen miedo. Los historiadores egipcios dijeron que uno de sus primeros reyes hab�a sido asesinado por un cocodrilo. La adoraci�n que se pagaba a los cocodrilos en algunas partes de Egipto, y el odio que se sent�a hacia ellos en otras, probablemente se inspiraba en el miedo. AElian dice que, en los distritos donde se adoraba a los cocodrilos, no era seguro para nadie lavarse los pies o sacar agua del r�o, y que en las cercan�as de algunas ciudades la gente no se atrev�a a caminar por la orilla del r�o. la corriente ('Nat. An.,' 10.24). En los tiempos modernos, se sabe que precipitan a los hombres de la orilla al agua con un movimiento r�pido de la cola, y luego los devoran a su antojo. A causa de las rupturas, se purifican a s� mismos; m�s bien, est�n confundidos. Las "rupturas" pueden ser por la ruptura del animal de su guarida entre los juncos del Nilo, o su "ruptura" de las armas de sus asaltantes.

Job 41:26

La espada del que lo acuesta no puede sostener. O no da ninguna impresi�n o se rompe en su mano. Igualmente vanas son la lanza, el dardo y la jabalina. Habergeon es una traducci�n err�nea.

Job 41:27

�l estima el hierro como paja, y el lat�n (m�s bien, bronce) como madera podrida. Incluso los metales m�s duros son in�tiles contra el cocodrilo. Los modernos observan que incluso las armas de fuego son de poca utilidad contra �l. La espalda y la cola, en cualquier caso, resisten las bolas de mosquete (Bochart); y una bala de rifle mirar� a un lado si golpea una de las escamas (Tristram); ver Job 41:15.

Job 41:28

La flecha no puede hacerlo huir; literalmente, el hijo del arco (comp. Lamentaciones 3:13, donde las flechas se llaman "hijos del carcaj"). Las hondas se convierten con �l en rastrojo. (En "rastrojo" como una met�fora de la debilidad, vea arriba, Job 21:18, y compare el siguiente verso).

Job 41:29

Los dardos se cuentan como rastrojos; m�s bien, el club se cuenta como rastrojo. Los asirios utilizaron mazas, de madera dura o de metal. Ten�an cabezas pesadas y eran armas tan efectivas como espadas o lanzas. Si un hombre fuerte hubiera podido asestar un golpe en la cabeza de un cocodrilo, probablemente habr�a resultado fatal; pero los asaltantes potenciales fueron acusados ??indudablemente y dispersados ??"como rastrojos", antes de que pudieran encontrar la oportunidad de atacar. Se r�e de la sacudida de una lanza; m�s bien, al correr de la jabalina (ver la versi�n revisada).

Job 41:30

Piedras afiladas est�n debajo de �l; m�s bien, tiestos dentados est�n debajo de �l; es decir, "su vientre est� cubierto de escamas irregulares", algo que es cierto para el cocodrilo, pero apenas para cualquier otra bestia. Extiende cosas puntiagudas (m�s bien, una trilla, o un arrastre de ma�z) sobre el lodo. Se va sobre el barro en el que se ha acostado, es decir ' una impresi�n de una trilla oriental o arrastre de ma�z, que es "una gruesa tabla de madera, pegada por completo en la parte inferior, de s�lex o piedras duras cortadas dispuestas en forma de paladar o lengua �spera de vaca ". Se dice que los bancos de lodo sobre los que han estado acostados los cocodrilos est�n marcados por todas partes con tales impresiones.

Job 41:31

Hace hervir las profundidades como una olla. La corriente del cocodrilo a trav�s del agua del arroyo o estanque en el que habita provoca un revuelo y una conmoci�n que se compara a la fuerza con el agua hirviendo en un caldero. Hace el mar como una olla de pomada. Generalmente se permite que por "el mar" se entienda el Nilo, como en Isa�as 18:2; Isa�as 19:5; y Nah�m 3:8. El remolino del Nilo, mientras el cocodrilo se apresura, es como agitar una olla de aceite o ung�ento hirviendo.

Job 41:32

�l hace un camino para brillar tras �l; uno pensar�a que las profundidades est�n canosas. Deja un rastro blanco detr�s de �l mientras pasa de banco de arena a banco de arena a trav�s de las aguas poco profundas. Es como si el Nilo hubiera envejecido y se hubiera puesto pelos de punta.

Job 41:33

En la tierra no existe el suyo, hecho sin temor (comp. Job 41:24-18).

Job 41:34

Contempla todas las cosas altas. Mira sin temor todo lo que es alto y grandioso. Nada lo alarma; nada perturba su ecuanimidad. �l es un rey sobre todos los hijos (literalmente, hijos) de orgullo (comp. Job 28:8). Se siente superior a todos los dem�s animales que entran en su conocimiento. Pueden ser "hijos de orgullo", pero �l tiene m�s de qu� enorgullecerse que el m�s orgulloso de ellos. Por lo general, el le�n se hace pasar por "el rey de las bestias"; pero aqu� est�, por as� decirlo, depuesto y relegado a la segunda posici�n ( Job 38:39), exaltando al cocodrilo en su lugar. Desde diferentes puntos de vista, hay varias grandes bestias que podr�an considerarse los se�ores de la creaci�n animal.

HOMIL�TICA

Job 41:1

Jehov� a Job: la segunda respuesta: 3. Sobre el leviat�n.

I. El animal previsto.

1. Una criatura serpentina. Esto implicaba en el nombre leviat�n, que significa "un animal retorcido o retorcido", a diferencia del tanino, o "monstruos alargados" ( G�nesis 1:21).

2. Un monstruo acu�tico. Aunque anfibio en cuanto a sus h�bitos, el gigante era esencialmente un animal terrestre; la descripci�n completa del leviat�n apunta a un inquilino de las profundidades (vers�culos 1, 2, 31, 32).

3. Un cocodrilo gigante. Considerado por los int�rpretes anteriores como la ballena, ahora es com�nmente aceptado como el cocodrilo, que, igualmente con el gigante, frecuentaba el Nilo.

II EL MONSTRUO DESCRITO.

1. Su ferocidad indomable. (Vers�culos 1-9.) La idea se presenta de varias maneras.

(1) La imposibilidad de atrapar al animal es su lengua con un cord�n exhibido. �Puedes sacar el leviat�n con un gancho? �o cu�l decepcionaste? literalmente, "o con una cuerda presionas su lengua", el significado es que el cocodrilo no puede ser atrapado como un pez; por lo tanto, los hombres no pueden hacerlo como los pescadores lo hacen con los peces, "col�quese un gancho [literalmente, 'una cuerda de acometidas'] en su nariz, o agujeree la mand�bula con una espina," m�s bien "con un anzuelo o anillo". Alusi�n al modo egipcio de tratar con los peces que han sido capturados. "Pasaron el tallo de una carrera a trav�s de las branquias, y as� los unieron, para llevarlos a casa m�s convenientemente".

(2) La imposibilidad de utilizar el animal se representa a continuaci�n. "�Te har� muchas s�plicas? �Te hablar� palabras suaves?" para que te salven cuando te atrapen, persuadi�ndote, tal vez, de que puedes convertirlo en una buena y rentable cuenta. Bueno, �qu� puedes hacer con �l? �Un sirviente como uno de los animales domesticados? "�Har� un pacto contigo para tomarlo como esclavo perpetuo?", �Un juguete o un juguete para ti o para tus hijos? "�Jugar�s con �l como un pajarito? �O lo atar�s para tus doncellas?" �Un art�culo comercial para los comerciantes? �Lo matar�s y lo cortar�s para la pescader�a? "�Los compa�eros [literalmente, 'los socios', es decir, del gremio de peces] banquete de �l [o m�s bien, como muestra el paralelo, 'comerciar con �l o con �l']? �Lo separar�n entre los comerciantes?" literalmente, "los cananeos" o comerciantes fenicios.

(3) La imposibilidad de destruirlo se retrata a�n m�s. "�Puedes llenar su piel con hierros de p�as? �O su cabeza con lanzas de pescado?" No, si solo pusieras tu mano sobre �l, deber�as tener una causa r�pida para arrepentirte de tu imprudencia; "Debes recordar la batalla" tan decididamente que no te importar�a repetirla. No, la esperanza de que cualquier asaltante sea capaz de prevalecer contra la formidable criatura es absolutamente vana, ya que verla puede llenarlo de consternaci�n. Probablemente, nadie en el tiempo de Job hab�a pensado en atacar al monstruo, aunque los cocodrilos fueron capturados en Egipto antes de los d�as de Her�doto.

2. Su aspecto aterrador. (Vers�culos 12-24.) Jehov� llama la atenci�n sobre tres puntos: las partes del animal, es decir, las extremidades o miembros separados; el poder del bruto, es decir, la gran fuerza que posee; y la hermosa proporci�n de la criatura, es decir, la belleza de su armadura u ocultaci�n.

(1) Las extremidades del animal. Sus enormes mand�bulas se redondearon con una doble hilera de dientes: "�Qui�n puede acercarse a �l con [o" dentro "de su doble brida?" es decir, �qui�n puede entrar dentro de sus dientes dobles, que "son terriblemente redondos"? Su boca emite violentas bocanadas de aliento caliente: "De su boca salen l�mparas encendidas y brotan chispas de fuego. Su aliento enciende carbones, y una llama sale de su boca". Sus fosas nasales estornudan mientras descansa tomando el sol: "Por sus necesidades brilla una luz". Sus ojos centellean a la luz de la ma�ana cuando se elevan sobre el agua. "Sus p�rpados son como los p�rpados de la ma�ana". es decir, aparecen primero sobre el agua, insinuando que el cuerpo de la criatura est� a punto de levantarse cuando las primeras rayas del amanecer anuncian la llegada del d�a. Por lo tanto, para describir el amanecer, los egipcios representan dos ojos del cocodrilo.

(2) La fuerza del bruto. "En su cuello permanece la fuerza", de modo que "la tristeza se alegra delante de �l" (margen), que cae por debajo del original: "En su cuello la fuerza habita y el horror baila delante de �l", lo que significa que donde quiera que aparezca el monstruo, �l extiende consternaci�n antes �l, que est� representado por una viva fantas�a po�tica como si los que corr�an antes que el animal bailaran antes que �l. El efecto de su apariencia tambi�n se muestra v�vidamente. "Cuando �l se levanta, los poderosos tienen miedo: a causa de las rupturas se purifican a s� mismos", literalmente, "de (o por) las rupturas", es decir, la ruptura de la criatura desde su guarida, pierden el camino y se confunden por completo. en presencia del enorme bruto.

(3) La hermosa proporci�n de la criatura. La piel impenetrable del cocodrilo es uno de sus rasgos m�s caracter�sticos. Jehov� describe sus escamas ajustadas, que, al igual que los fuertes escudos soldados entre s� (vers�culo 15), est�n tan cerca que no puede entrar aire (vers�culo 15), y tan r�pido que no pueden separarse (vers�culo 17), y as� impermeable a que "los dardos se cuentan como rastrojo, y �l se r�e de la sacudida de una lanza" (vers�culos 26-29). Incluso las partes inferiores del cuerpo de esta criatura, a diferencia de las de otros animales, son compactas y firmes (vers�culo 23), y est�n provistas tambi�n de astillas de tiestos, es decir, escamas afiladas, de modo que en el banco de barro donde descansa deja la impresi�n. de un trineo de trilla (vers�culo 30); mientras que su "coraz�n es firme como una piedra; s�, como un pedazo de piedra de molino inferior" (vers�culo 24).

3. Su movimiento impetuoso. Quien vio a dos caimanes peleando dice "que su paso r�pido fue marcado por la superficie del agua como si estuviera hirviendo" (vers�culo 23). El animal tambi�n se mueve con tal velocidad que deja un rastro de espuma blanca y brillante, como si las profundidades estuvieran canosas (vers�culo 32).

4. Su supremac�a incontestable. "En la tierra no hay nada parecido a �l, hecho sin miedo". Por lo tanto, todas las dem�s criaturas se encogen ante �l. "�l admira todas las cosas altas: es un rey sobre todos los hijos del orgullo", es decir, sobre todas las dem�s bestias de presa.

III. LA LECCI�N INDICADA.

1. La imposibilidad de contender con Dios. Si ning�n hombre puede esperar encontrar con �xito un cocodrilo, �qu� tonto debe ser pensar en luchar contra Dios (vers�culo 10)!

2. La soberan�a del procedimiento de Dios en el mundo. Si Dios al dise�ar una bestia tan maravillosa hubiera actuado �nicamente por su propia voluntad irresponsable, �no era probable que pudiera actuar de la misma manera en relaci�n con el hombre (vers�culo 11)?

3. La probabilidad de que las obras de Dios en la providencia est�n marcadas por la sabidur�a. Si en la estructura de un cocodrilo hab�a tanta apariencia (y realidad) de dise�o, no era descabellado esperar que la misma caracter�stica del dise�o no estuviera ausente de las acciones del Creador en el �mbito superior de la inteligencia.

4. La probabilidad de encontrar misterios en los tratos de Dios con los hombres. Si a Job se le hubiera pedido que dijera por qu� Dios hab�a hecho una bestia tan feroz, no podr�a haberlo hecho. Es dudoso que alguien pueda explicar satisfactoriamente la introducci�n de animales carn�voros entre otras criaturas pac�ficas. �Por qu�, entonces, no deber�an encontrarse enigmas en el mundo superior de la vida humana?

Aprender:

1. El gran poder de Dios, que puede controlar a las criaturas m�s feroces.

2. La debilidad del hombre, a quien un animal irracional puede asustar.

3. La sabidur�a de la fe, que siempre conf�a donde no puede entender.

HOMILIAS DE E. JOHNSON

Job 41:1

Descripci�n del leviat�n o cocodrilo.

La descripci�n est� en dos partes.

I. La primera parte muestra LA DIFICULTAD O IMPOSIBILIDAD BIEN A LA NOCHE DE CIRCUNVENTAR Y CAPTURAR ESTA ENORME Y RESBALADERA CRIATURA. ( Job 41:1.) En lenguaje de iron�a y casi de burla se expone este hecho. Aqu�, entonces, hay una mera criatura de Dios ante la cual el hombre debe sentir su impotencia. Si el hombre no puede vencer a la criatura, �cu�nto menos fingir� competir con el Creador, hacer que su imperfecta voluntad sea la regla del mundo y doblegar el orgullo de los malvados debajo de �l?

II La segunda parte ( Job 41:8) es una DESCRIPCI�N EN DETALLE DE LAS PARTES, LOS �RGANOS, EL ASPECTO TERRIBLE, LA FURIA, EL PODER OBSTINADO DE LA DEFENSA Y EL ORGULLOSO DOMINIO DE ESTA TERRIBLE CREACI�N SOBRE TODOS LOS DEM�S Sus riberas. Sin forzar en absoluto el lenguaje o el sentido, el cocodrilo puede considerarse como el tipo o la alegor�a de los malvados, en su ferocidad y pasi�n destructivas, su insensibilidad, su lugar de orgullo y sus defensas mundanas, la alarma y la confusi�n que �l extiende �l. Tan terrible y tan real parece la maldad en los lugares altos de la tierra. Interiormente, el buen hombre puede escapar de su poder e influencia; exteriormente, parece expuesto a su influencia perniciosa, y busca en vano el dominio sobre �l. El leviat�n es el s�mbolo de esos "reyes de los hijos del orgullo". La conquista de los reinos de la fuerza y ??el fraude est� reservada solo para el poder divino de la justicia.

La gran lecci�n de este cap�tulo es, entonces, que el poder todopoderoso y la justicia son inseparables. Separe por un momento estos principios, e imagine sin el otro estar asociado con la naturaleza de Dios, y tenemos un mundo que es horrible de contemplar: un mundo donde la fuerza sin derecho es la �nica ley, o un mundo donde la derecha siempre lucha en vano contra la fuerza. Ponga estos casos en la mente, y de inmediato vemos que no solo son alternativas terribles sino imposibles, tampoco lo es ese mundo humano, en el que, con todos sus misterios e incoherencias aparentes, las almas piadosas y obedientes est�n agradecidas y contentas de vivir, El mundo que se basa firme y ampliamente en la voluntad eterna del poder absoluto y la justicia. As�, tambi�n, se nos ense�a la verdad acerca de nosotros mismos. Hasta que sepamos tanto nuestra debilidad como nuestra fragilidad moral, no sabemos nada de nosotros mismos. Ser consciente de la impotencia en presencia del mal es confesar que somos injustos. Y esto lleva a esa humilde convicci�n de dependencia en la que se encuentra la gran ra�z de la piedad. La dependencia, en la vida natural y moral, es la ley de nuestro ser. En el reconocimiento de ello, en la aceptaci�n de esas relaciones y el cumplimiento de los deberes que el evangelio construye sobre este fundamento, consiste la salud y la paz del hombre. El pensamiento de un Dios que es un mero poder arbitrario, como dioses y destinos de los paganos, nunca puede inspirar confianza amorosa o santidad. El pensamiento de un Dios que es justo, pero no todopoderoso, para que no pueda llevar a cabo sus prop�sitos justos (como en el antiguo manique�smo y en la extra�a teor�a, por ejemplo, de JS Mill), nunca puede soportar el alma d�bil en el En medio de las tentaciones del mundo, en su lucha contra el mal. La base colocada en Sion no est� construida con tal material desmoronado; se plantea sobre una verdad sobre la cual descansar es estar seguro de las perturbaciones, porque sobre ella se construye toda la historia del tiempo y la vida de la humanidad.

"Alabanza, alabanza eterna, que se le paguen a �l los fundamentos de la tierra; alabanza al Se�or, cuyos fuertes decretos sacuden la creaci�n como �l quiera".

J.

HOMILIAS DE W.F. ADENEY

Job 41:1

Leviat�n el terrible.

Este terrible monstruo tiene un cap�tulo entero para s� mismo. Su retrato est� pintado en un amplio lienzo, y est� tan lleno de vida y movimiento como de forma y color. Representando al cocodrilo, aunque ampliado e idealizado, el leviat�n es una imagen de las obras m�s terribles de la naturaleza.

I. HAY COSAS TERRIBLES EN LA NATURALEZA. Cuando miramos las crueles fauces del cocodrilo, con la preparaci�n abierta para su presa, y los peque�os ojos como serpientes que miran atentamente, a pesar de una actitud inerte del cuerpo que nos tienta a despreciar a la criatura como nada m�s que un tronco. madera, tenemos ante nosotros el misterio del terror natural. �Podr�a Dios haber hecho este horrible monstruo? �Hay algo en el mundo animal como la ciza�a en el campo que un enemigo sembr� en la noche? La unidad y la armon�a de la naturaleza proh�ben tal pensamiento. Adem�s, el cocodrilo tiene tanto derecho a vivir como el pez o el ternero del que se alimenta. Incluso cuando se lanza contra una criatura joven inocente y hermosa, solo est� cumpliendo ese gran instinto natural de hambre, sin el cual el mundo perecer�a. Mucho m�s terrible que el cocodrilo es la vieja serpiente, que trajo al mundo no la muerte natural, sino el pecado y la muerte del alma.

II LA NATURALEZA EST� AVANZANDO EN BELLEZA Y ALEGR�A. Tanto el gigante como el leviat�n, el hipop�tamo idealizado y el cocodrilo idealizado, son supervivientes de un orden de criaturas m�s antiguo que los que ahora habitan nuestro globo. La geolog�a nos ense�a que una vez tales criaturas, y las m�s grandes, fueron los principales, si no los �nicos habitantes de la tierra. Son realmente parecidos al enorme mastodonte, un monstruo que enana a un elefante; y el dinosaurio y el ictiosaurio, en comparaci�n con el cual el reptil m�s tremendo de nuestros d�as es un animal insignificante. Si bien estos monstruos se estrellaron a trav�s de los bosques o se hundieron en los r�os, el mundo no era el lugar adecuado para el hombre. Pero desde su �poca, Dios ha poblado la tierra con una fauna m�s justa y d�cil. En cualquier caso, con animales como ahora lo habitan, ha hecho posible que un ser tan d�bil como el hombre gobierne el mundo. Las criaturas m�s viejas, feas y temerosas permanecen para dar testimonio del pasado. Pero por su contraste con la vida general del presente, muestran c�mo Dios est� mejorando la tierra.

III. Las criaturas m�s temibles tienen sus vidas ajustadas por Dios. Hay poes�a en la magn�fica descripci�n del leviat�n, especialmente porque todo se mantiene en armon�a. No hay verdaderos "monstruos de la naturaleza". Las criaturas m�s exc�ntricas tienen sus esferas. El terror y la furia de la vida inferior de la naturaleza es todo calmadamente provisto por Dios. Quiz�s, pensemos que algo debe haber estado mal,

"Cuando los dragones en su mejor momento se enfrentan en su limo".

Para nosotros, esta furia, esta agon�a de la naturaleza, es temerosa y misteriosa. Pero a los ojos de Dios es la inocencia misma comparada con la furia del pecado y la agon�a del remordimiento. Las cosas terribles de la naturaleza posiblemente puedan provenir de alguna perversi�n del plan original de Dios por la influencia de los seres malvados; esto, sin embargo, no es m�s que una conjetura de voluntad. Pero el terrible pecado del hombre es un hecho cierto, y el mal del coraz�n del que brota es peor que la cruel rabia del leviat�n, solo porque el mal humano no est� en armon�a con la voluntad de Dios y est� en antagonismo directo con su ley. � WFA

Job 41:11

El gobierno universal de Dios.

Esto es testigo incluso de leviat�n. El espl�ndido terror del maestro del agua se representa para que podamos hacernos sentir de alguna manera cu�n grande debe ser Dios, qui�n lo hizo y qui�n gobierna sobre �l.

I. INCLUYE EL UNIVERSO F�SICO. Toda la naturaleza est� tanto bajo la mano y el poder de Dios hoy como cuando apareci� por primera vez en los albores de la creaci�n. Incluso el desorden y la confusi�n que han entrado en la naturaleza no han sido capaces de separarlo del gobierno de Dios. Dios gobierna a trav�s del terror, la confusi�n y la muerte tan verdaderamente como a trav�s de la belleza y la vida. Dios no se limita a lo que llamamos lo espiritual. No solo le preocupa lo que, en el sentido estricto de la palabra, entendemos como "lo religioso". Es el gran arquitecto, mec�nico, ingeniero del universo.

II NO SIEMPRE ES VISIBLE PARA EL HOMBRE. La mano que gu�a no se ve. El reino de la ley parece hacer retroceder el reino de Dios. As� Matthew Arnold escribe:

"El mar de la fe Tambi�n estuvo una vez, a la orilla de la tierra, alrededor de la tierra, como los pliegues de una faja brillante enrollada; pero ahora solo escucho su melancol�a, un rugido largo y retra�do, en retirada, al aliento del viento nocturno, hacia abajo los grandes bordes temen y las tejas desnudas del mundo ".

III. NO ES MENOS REAL PORQUE NO ES VISTO. No podemos ver la mano gu�a, pero a menudo podemos detectar su presencia gracias al resultado providencial. Es posible que no podamos discernir el timonel para el chorro de conducci�n, pero si hemos llegado a puerto con seguridad, podemos estar seguros de que est� al tim�n. El reino de la ley no puede prescindir del gobierno de Dios, si Dios es el gran Legislador. La verdad cient�fica m�s maravillosa que se ha revelado a las generaciones recientes es el sistema legal fijo y uniforme en la naturaleza. �C�mo lleg� a ser as�? �Y c�mo es que las leyes rigurosas contribuyen al bienestar de las criaturas de Dios, como obviamente lo hacen? Seguramente la ley misma apunta a una mente dominante. El mundo no se deja solo, o ser�a un caos. El orden del mundo, que se extiende hasta la galaxia m�s lejana de las estrellas, proclama el gobierno universal de su �nico Se�or.

IV. SE HAR� SENTIRSE POR AQUELLOS QUE NO LO RECONOCEN ACTUALMENTE. Nuestra negaci�n del gobierno universal de Dios no lo destruye. No abrogamos las leyes de Dios al ignorarlas. La existencia de un ateo no significa la no existencia de Dios. Para el presente Dios espera, d�ndonos nuestra prueba y oportunidades para conocerlo pac�ficamente y felizmente. Pero alg�n d�a debemos contemplar su trono de gloria, si ese trono existe. Entonces ser� bueno para nosotros haberlo reconocido primero, y abordarlo como sus sirvientes obedientes que regresan a casa de su trabajo.WWF.A.

Job 41:34

Un rey sobre todos los hijos del orgullo.

Este t�tulo magnilocuente corona la elaborada descripci�n del leviat�n, que ocupa todo el cap�tulo. Nos da una idea v�vida de la supremac�a y el parentesco que se encuentran en la naturaleza.

I. HAY GRADACIONES DE RANGO EN LA NATURALEZA. La naturaleza no es democr�tica ni comunista. Entre sus diversas �rdenes observamos filas ascendentes de criaturas vivientes. Hay una aristocracia natural; Hay una realeza natural. Todas las criaturas no son iguales. Algunos est�n dotados de poderes que los elevan por encima de sus compa�eros. Vemos los mismos hechos en el mundo humano. Todos los hombres no est�n dotados por igual. Algunos tienen cinco talentos, algunos dos talentos, algunos menos un talento. Hay hombres que parecen nacidos para gobernar; el poder es nativo de ellos. Ahora, estos hechos pueden parecer justificar una adherencia r�gida a las diferencias de rango y una represi�n de los esfuerzos para lograr un estado de igualdad. Pero debemos modificar su aplicaci�n a los hombres en dos o tres aspectos.

1. �Los hombres son todos uno en gran medida y, por lo tanto, lo soy! hermanos, mientras que en el mundo animal hemos estado considerando diferencias de especies.

2. Los hombres tienen una naturaleza moral y pueden discernir un derecho superior al de la fuerza.

3. Los hombres tienen una religi�n que les ense�a que sus propios instintos y voluntades deben estar subordinados a la voluntad de Dios.

II EL REYADO M�S ALTO ES MENTAL Y MORAL. Es solo en una descripci�n altamente ret�rica que el cocodrilo, incluso cuando est� idealizado, puede ser descrito como "un rey sobre todos los hijos del orgullo", porque realmente no gobierna sobre las bestias, p�jaros y peces del Nilo. Es su tama�o, forma y poder como de drag�n lo que nos sugiere una idea de la realeza. �Y qu� realeza! Aqu� tenemos la reductio ad absurdum del reinado de la fuerza. Es natural y justo en el cocodrilo, que hace honor a su naturaleza. Sin embargo, con toda su dureza y terror, este animal es una de las criaturas m�s insensatas. No es mucho poder jactarse de la supremac�a f�sica. Los reyes nacidos de los hombres son los grandes l�deres en la vida superior: l�deres del pensamiento, como Plat�n, Agust�n, Aquino, Bacon, Newton, Kant; l�deres de la vida y conducta religiosa, como San Pablo, Atanasio, Lutero, Wesley.

III. DIOS ES REY DE REYES. Ser�a algo temible si el poder y la supremac�a que se conf�an a los animales m�s grandes se les ha dado sin l�mites ni restricciones. Pero los animales reales, el le�n y el �guila, as� como el propio leviat�n, son todos sujetos obedientes del Se�or que gobierna sobre todas las obras de la naturaleza. No podr�an rebelarse contra Suzerain si lo hicieran. Sus reinos no son m�s que sarap�as del gran imperio de la naturaleza que Dios gobierna absolutamente. De ah� el orden del gusano a pesar del poder de estas monstruosas criaturas. El hombre solo es capaz de rebelarse. Sin embargo, Dios anula la rebeli�n incluso del mundo humano, y trae reyes para hacer su voluntad, aunque pueden reconocerlo tan poco como el leviat�n reconoce a su Se�or y Creador. As� Dios da poder dentro de los l�mites. Los hombres de la mayor libertad y los m�s altos privilegios ser�n llamados a rendir cuentas ante su Supremo Maestro. Por lo tanto, es para nosotros mirar por encima de toda la grandeza terrenal y gobernar esa realeza perfecta y esa autoridad suprema que nos ha sido revelada en Cristo para guiar nuestras vidas hacia el camino de la obediencia leal. � W.F.A.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Job 41". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/job-41.html. 1897.