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Proverbios 28

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

Versículos 1-28

EXPOSICI�N

Este cap�tulo sigue siendo parte de la colecci�n de Ezequ�as, y no una nueva serie de otro autor. Puede considerarse que describe los diversos destinos de los poderosos y los d�biles, los pecadores y los justos.

Proverbios 28:1

Los imp�os huyen cuando nadie los persigue. El terror irracional del pecador surge en parte de su conciencia inquieta, que no le permitir� transgredir sin previo aviso de consecuencias, y en parte del juicio de Dios, de acuerdo con las amenazas denunciadas en Lev�tico 26:36, Lev�tico 26:37. Una imagen terrible de este miedo instintivo se dibuja en Job 15:20, etc. y Sab. 17: 9, etc. Existen numerosos proverbios sobre la timidez irrazonable, como el temor a la propia sombra (ver Erasmus, 'Adag.,' s.v. "Timiditas"). Como dice el Este: "La hoja se rompi� y tu sirviente huy�"; y "Entre diez hombres, nueve son mujeres" (Lane). Sobre la cobard�a de los pecadores, San Cris�stomo dice bien: "Tal es la naturaleza del pecado, que traiciona mientras nadie encuentra la culpa; condena mientras nadie acusa; hace del pecador un ser t�mido, uno que tiembla ante un sonido; as� como la justicia tiene el efecto contrario �C�mo huye el imp�o cuando ning�n hombre lo persigue? �l tiene lo que lo impulsa, un acusador en su propia conciencia, y esto lo lleva a todas partes; y as� como ser�a imposible huir de �l. �l mismo, por lo que tampoco puede escapar del perseguidor dentro, pero donde quiera que vaya es azotado y tiene una herida incurable "('Hom. in Stat.,' 8.3, Oxford transl.). Pero los justos son retenidos como un le�n. No se desaniman ante la presencia del peligro, porque su conciencia est� en reposo, saben que Dios est� de su lado y, pase lo que pase, est�n seguros en los brazos eternos (ver Salmo 91:1). As�, David, el pastorcillo, no se desvaneci� ante el gigante ( 1 Samuel 17:32, etc.), recordando la promesa en Lev�tico 26:7, Lev�tico 26:8. El poeta pagano Horacio podr�a decir del hombre recto ('Carm.', 3.3, 7):

"Si fractus illabatur orbis,

Impavidum ferient ruinae ".

"El que teme al Se�or no temer� ni tendr� miedo, porque �l es su esperanza" (Eclesi�stico 31:14 (34), etc.). San Gregorio ('Moral', 31.55, "El le�n no tiene miedo en el comienzo de las bestias, porque sabe bien que es m�s fuerte que todos ellos. De ah� que la intrepidez de un hombre justo se compara con justicia con un le�n, porque , cuando contempla cualquier alzamiento contra �l, vuelve a la confianza de su mente, y sabe que vence a todos sus adversarios porque lo ama solo, a quien no puede perder de ninguna manera contra su voluntad. Para quien busque cosas externas, que son tomados de �l incluso en contra de su voluntad, se somete por su propia voluntad al miedo externo, pero la virtud inquebrantable es el desprecio del deseo terrenal, porque la mente se coloca en lo alto cuando se eleva por encima de los objetos m�s malos por el juicio de su esperanzas, y cuanto menos se ve afectado por todas las adversidades, m�s seguro se fortalece al ser colocado en las cosas de arriba "(Oxford, traducci�n).

Proverbios 28:2

Por la transgresi�n de una tierra, muchos son sus pr�ncipes. Esto implica que la maldad de una naci�n es castigada con frecuentes cambios de gobernantes, que imponen nuevas leyes, impuestos y otras cargas, que oprimen mucho al pueblo; pero con respecto a la ant�tesis en el segundo hemistich, entendemos que cuando abundan la iniquidad, la injusticia, la apostas�a y otros males, un pa�s se convierte en presa de pretendientes y partidarios que luchan por la supremac�a. La historia del reino del norte de Israel, especialmente en el per�odo desastroso que sucedi� a la muerte de Jeroboam II, proporciona una prueba de la verdad de la declaraci�n (comp. Oseas 8:4). Septuaginta, "Debido a los pecados de los hombres imp�os, surgen disputas (???????, pleitos)". Pero por un hombre de comprensi�n y conocimiento el estado de la misma se prolongar�. "El estado" es la estabilidad, la condici�n establecida del pa�s. La palabra es ??? (ken), aqu� un sustantivo, equivalente a "estaci�n", "base". Umbreit, Nowack y otros lo traducen como "justicia", "autoridad", "orden". Cuando un hombre sabio y religioso est� al mando del estado, la justicia contin�a, vive y trabaja; un hombre as� introduce un elemento de bien duradero en una tierra (comp. Proverbios 21:22; Eclesiast�s 9:15). Los buenos reyes Ass, Josafat, Uz�as y Ezequ�as tuvieron reinados largos y pr�speros. Septuaginta, "Pero un hombre inteligente (?????????) los apagar� (disputas)".

Proverbios 28:3

Un hombre pobre que oprime a los pobres. Las palabras traducidas "pobres" son diferentes. El primero es imprudente, "necesitado", el �ltimo dal, "d�bil" (ver Proverbios 10:15). Delitzsch se�ala que, de acuerdo con los acentos en el texto masor�tico, deber�amos traducir, "Un hombre pobre y un opresor de los humildes, una lluvia torrencial sin traer pan", lo que significar�a que un tirano que oprime a los humildes lleva lo mismo relaci�n con los pobres que hace una lluvia devastadora a quienes priva de sus alimentos. Pero es bastante seguro que "los pobres" y "el opresor" designan a la misma persona (aunque la vocalizaci�n est� en contra); Por lo tanto, el gnomo se refiere a un usurpador que, llegando al poder de una herencia pobre, es el peor y m�s tir�nico gobernante. Tal persona no ha aprendido nada de su condici�n anterior, sino una indiferencia insensible, y ahora busca ejercer sobre otros ese poder que alguna vez lo enfureci�. As�, entre los escolares se encuentra que el mayor acosador es aquel que ha sido intimidado; y revolucionarios necesitados hacen los demagogos m�s rapaces e inicuos. De tales tiranos, los profetas se quejan (ver Isa�as 5:8, etc .; Miqueas 2:2). Wordsworth se refiere, como ilustraci�n, a Catiline y sus compa�eros conspiradores, quienes fueron movidos por intereses ego�stas para derrocar a la comunidad. Muchos comentaristas modernos (por ejemplo, Hitzig, Delitzsch, Nowack), en vista del presente texto, con respecto a la combinaci�n ??? ???, y se�alando que en otros lugares el opresor y los pobres siempre se presentan en oposici�n (comp. Proverbios 29:13 ), lea ?????, o considere ??? como su equivalente: rosh, "la cabeza", en el significado de "maestro", "gobernante". El gnomo se vuelve as� concino, el gobernante que deber�a beneficiar a sus dependientes, pero lesiona, lo que corresponde a la lluvia que, en lugar de fertilizar, devasta los cultivos. La LXX ten�a una lectura diferente, ya que los lectores, "Un hombre audaz en sus impiedades (???????? ?? ?????????) calumnia a los pobres". Es como una lluvia torrencial que no deja comida; literalmente, y no pan. Una tormenta violenta que llega en el momento de la siembra y arrastra el suelo y la semilla, o que ocurre en el momento de la cosecha y destruye el ma�z maduro. Vulgate, Similis est imbri vehementi, in quo paratur fames. Ewald supone que dichos proverbios como estos y los siguientes pertenecen a la �poca de Jeroboam II, cuando la prosperidad del pueblo indujo el lujo y la arrogancia, y estuvo acompa�ada de mucho mal moral, opresi�n y perversi�n de la justicia ('Hist. De Israel, �3.126, traducci�n del ingl�s). El Bengalee compara la relaci�n del opresor rico con el pobre, no con la tormenta, sino con la del cuchillo de trinchar con la calabaza.

Proverbios 28:4

Los que abandonan la Ley alaban a los imp�os. Esto lo hacen porque aman la iniquidad y les gusta verla extender su influencia y armarse contra los buenos, quienes son un reproche permanente para ellos. San Pablo se�ala como una marca de extrema maldad que los pecadores groseros "no solo hacen las mismas iniquidades, sino que se complacen en las que las hacen" ( Romanos 1:32). Tales como mantener la ley contender con ellos; Est�n enojados con ellos. Est�n llenos de justa indignaci�n; no pueden callar cuando ven indignada la Ley de Dios y deben castigar a los delincuentes. La LXX conecta este vers�culo con la �ltima parte de lo anterior, as�: "Como una lluvia impetuosa e in�til, los que abandonan la Ley alaban la impiedad; pero los que aman la Ley levantan un muro a su alrededor".

Proverbios 28:5

Los hombres malvados no entienden el juicio; o lo que es correcto. La concepci�n moral de un hombre malvado es pervertida, no puede distinguir entre lo correcto y lo incorrecto; la luz que hab�a en �l se ha convertido en oscuridad (comp. Proverbios 29:7). Muchos hombres, al entregarse a la maldad, asombran judicialmente cegado, seg�n Joh 12: 1-50: 89, Juan 12:40. Los que buscan al Se�or entienden todas las cosas. Aquellos que hacen la voluntad de Dios, busc�ndolo en oraci�n, saben lo que es moralmente correcto en cada circunstancia, tienen un juicio correcto en todas las cosas (comp. Eclesiast�s 8:5; 1 Corintios 2:15). Entonces 1 Juan 2:20, "Ten�is una unci�n del Santo, y sab�is todas las cosas"; y nuestro Se�or (declar�: "Si alguno quiere hacer su voluntad, conocer� la doctrina" ( Juan 7:17).

Proverbios 28:6

Esto es casi lo mismo que Proverbios 19:1, pero var�a un poco en el segundo hemistich: que el que es perverso en sus formas, aunque sea rico. El hebreo literalmente es, perverso de dos maneras; es decir, qui�n, yendo en un sentido, pretende ir en otro; las "dos formas" son el mal que realmente persigue, y el bien que finge seguir. Delitzsch lo llama "un enga�ador doble". Entonces Siracides impreca, "�Ay del pecador que tiene dos caminos!" ( Eclesiast�s 2:12). "Un hombre de doble �nimo", dice St James ( Santiago 1:8), "es inestable en todos sus aspectos". No es el esfuerzo por servir a Dios y a Mam�n al mismo tiempo, sino la apariencia de la religi�n para enmascarar los dise�os perversos, en el presente caso, para ganar riqueza. Septuaginta: "Un hombre pobre que camina en la verdad es mejor que un mentiroso rico".

Proverbios 28:7

El que guarda la ley es un hijo sabio. "Ley" es la Tor�, como Proverbios 28:4; pero parece incluir aqu� no solo el Dec�logo, sino tambi�n las instrucciones y �rdenes del padre. Un hijo tan obediente y prudente trae honor y alegr�a al coraz�n de los padres (ver Proverbios 10:1; Proverbios 29:3). El que es compa�ero de hombres desenfrenados averg�enza a su padre; literalmente, el que se alimenta, tiene compa�erismo con glotones ( Proverbios 23:20). El hijo que se re�ne con los libertinos y desperdicia su sustancia en una vida desenfrenada, trae verg�enza, heridas e insultos, todos relacionados con �l. Tal persona transgrede la Ley y los mandatos de su padre, y los desprecia (comp. Proverbios 27:11). De ah� la ant�tesis de las dos cl�usulas. Septuaginta, "El que aprecia el libertinaje (????????? ???????) deshonra a su padre". ?????? ocurre solo en 2 Macc. 6: 4, pero es com�n en el Nuevo Testamento; p.ej. Efesios 5:18; Tito 1:6.

Proverbios 28:8

El que por usura y ganancia injusta aumenta su sustancia. "Usura" (neshek) es inter�s sobre el dinero prestado tomado en dinero; "ganancia injusta" (tarbith) es un inter�s tomado en especie, como si un hombre, despu�s de haber prestado un bushel de ma�z, exigiera a cambio dos bushels. Todas las transacciones estaban prohibidas por la Ley de Mois�s, en cualquier caso entre israelitas (ver Lev�tico 25:36, Lev�tico 25:37, "No le dar�s a tu hermano tu dinero por usura (neshek) , ni le prestes tus v�veres para aumentar [marbith, equivalente a tarbith, que se usa en el vers�culo 36] "). Septuaginta, ???? ????? ??? ??????????, "Con inter�s y usura". (Para la censura de la usura, ver Salmo 109:11; Ezequiel 18:13; y, contraste Salmo 15:5; Ezequiel 18:8. es para �l que tendr� l�stima de los pobres. Nunca lo disfrutar� �l mismo y caer� en manos de alguien que lo use mejor (ver en Proverbios 22:16; y comp Proverbios 13:22; Job 27:16, etc.). En la par�bola de nuestro Se�or, la libra se toma de alguien que no hizo un buen uso de ella y se le da a un servidor m�s rentable ( Lucas 19:24).

Proverbios 28:9

El que aparta su o�do para no escuchar la Ley. El que se niega a escuchar y practicar los dictados de la ley Divina (comp Proverbios 1:20. Incluso su oraci�n ser� abominaci�n (comp. Proverbios 15:8, y tenga en cuenta all�) ". Dios no oye a los pecadores "( Juan 9:31). La oraci�n de un hombre as�, si reza, no es sincera y sincera, y por lo tanto, carece del elemento que por s� solo puede hacerlo aceptable. No resolver� abandone su pecado favorito, incluso mientras rinde culto al Dios que viola la Ley: qu� maravilla que el profeta denuncia con tanta severidad a esos delincuentes ( Isa�as 1:11 etc.), y el salmista llora con un rigor terrible, "Cuando sea juzgado, que sea condenado; y que su oraci�n se convierta en pecado" (Salmo 109:7) San Gregorio ('Moral', 10.27), "Nuestro coraz�n nos culpa al ofrecernos nuestras oraciones, cuando nos recuerda que se opone a los preceptos de aquel a quien implora, y la oraci�n se convierte en abominaci�n, cuando hay un "alejamiento" del control de la Ley; en ese sentido se encuentra que una el hombre deber�a ser ajeno a los favores de �l a cuya orden no estar� sujeto ". Y de nuevo (ibid; 18.9, 10), "Si lo que �l ordena, lo que pedimos lo obtendremos. Porque con Dios estos dos necesariamente coinciden exactamente entre s�, esa pr�ctica debe ser sostenida por la oraci�n, y la oraci�n por la pr�ctica". (Traducci�n de Oxford).

Proverbios 28:10

Un tristich. Quien hace que los justos se extrav�en del mal camino. Es dudoso si se entiende peligro f�sico o seducci�n moral. El gnomo es verdadero en cualquier caso; el que maltrata a uno que confi� en �l, y quien, siendo simple y bueno, deber�a haber sido respetado y haber recibido un mejor trato, caer� en la destrucci�n que prepar� para el otro ( Proverbios 26:27). Tomando el proverbio en un sentido moral, encontramos esta verdad: si el buen hombre alguna vez cede a las tentaciones del pecador, este �ltimo no cosecha el disfrute que esperaba del lapso del otro, sino que se hace doblemente m�s ni�o. del infierno, �l mismo se hunde m�s y m�s desesperadamente por jugar al diablo, mientras que el justo se levanta de hola. ma�ana de oto�o temporal humilde, vigilante y vigilado para el futuro. Pero los rectos tendr�n bienes en posesi�n; o, heredar� bien ( Proverbios 3:35). Ser� abundantemente recompensado por la gracia y la protecci�n de Dios, por la comodidad de una conciencia en reposo y por la prosperidad en sus preocupaciones mundanas, una adulaci�n de la recompensa eterna que le espera en la vida venidera. San Jer�nimo ha cambiado la incidencia del gnomo insertando ejus, por lo tanto: Et simplices possidebunt bona ejus, lo que significa que los justos ser�n los instrumentos de retribuci�n sobre el enga�ador, cuyas riquezas pasar�n a su posesi�n. Pero el hebreo no apoya esta interpretaci�n. Septuaginta, "Los transgresores pasar�n por cosas buenas y no entrar�n en ellas", donde el traductor ha entendido mal el original.

Proverbios 28:11

El hombre rico es sabio en su propio concepto (comp. Proverbios 18:11). Un hombre rico piensa tan bien de su posici�n, se siente halagado por los par�sitos y se considera tan inmensamente superior a los inferiores sociales, que aprende a considerarse pose�do de otras calificaciones, incluso dones mentales e intelectuales, con los cuales la riqueza no tiene ninguna preocupaci�n. Esta arrogancia orgullosa de la cartera que considera la habilidad financiera y la agudeza en la negociaci�n como verdadera sabidur�a, no se limita a ninguna edad ni pa�s. Pero el pobre hombre que tiene entendimiento lo busca ( Proverbios 18:17). La sabidur�a no se compra con dinero. Un pobre hombre puede ser sabio, su pobreza probablemente lo convierte en un cr�tico m�s agudo; y si se pone en comunicaci�n con este plut�crata enga�oso, pronto ve a trav�s de �l y reconoce su valor real. Septuaginta, "Un pobre hombre inteligente lo condenar�".

Proverbios 28:12

Cuando los hombres justos se regocijan, hay una gran gloria (comp. Proverbios 29:2; Proverbios 11:10). "Al�grate", m�s bien triunfo, como conquistadores, prevaleciendo la derecha y venciendo la maldad. Luego hay una gran muestra de alegr�a, y, como lo indica la expresi�n, los hombres se ponen sus vestidos festivos para honrar la ocasi�n: vea la descripci�n del tiempo de Salom�n ( 1 Reyes 4:20, 1 Reyes 4:25). Si tomamos este verso en relaci�n con Proverbios 28:2, podemos ver en �l el triunfo del orden despu�s de un per�odo de confusi�n y anarqu�a. Septuaginta, "Por la ayuda de los hombres justos surge una gran gloria". Pero cuando los malvados se levantan, un hombre est� oculto (comp. Proverbios 28:28, donde, sin embargo, el verbo es diferente). La versi�n autorizada m, una que cuando los malvados asumen el poder, las personas tienen que esconderse para escapar del peligro para la vida y la propiedad. El verbo se traduce m�s literalmente, "se buscan", es decir, se han llevado a escondites y hay que buscarlos; temen la opresi�n y las lesiones, y ya no se aventuran en las calles y lugares abiertos. Vulgata, Regnantibus impiis ruinae hominum, "Cuando los hombres malvados est�n en el poder, hay una ruina general"; Septuaginta, "En los lugares de los hombres imp�os son atrapados". Se han sugerido otras interpretaciones del proverbio, aunque ninguna es tan satisfactoria como la dada anteriormente. Por lo tanto, algunos consideran que la b�squeda significa prueba, en el sentido de que los malos tiempos prueban los personajes de los hombres y revelan su verdadera naturaleza ( 1 Corintios 11:19). Otros explican que, bajo el reinado de los imp�os, los hombres no se presentan para participar en los asuntos p�blicos, sino que se retiran hoscamente a la vida privada.

Proverbios 28:13

El que cubre sus pecados no prosperar�. Cubrir los pecados de uno es rechazarlos o poner excusas; un hombre que hace esto nunca est� libre de una carga de culpa, como dice el salmista: "Cuando guard� silencio, mis huesos envejecieron a trav�s de mi rugido todo el d�a. Durante el d�a y la noche tu mano me pesaba" (Salmo 32:3, etc.). Quien confiesa y los abandona tendr� misericordia. La confesi�n sola sin enmiendas, o lo que se llama satisfacci�n teol�gica, no gana el perd�n y la misericordia. Es cuando el pecador reconoce su transgresi�n, y pasa de ella a la novedad de la vida, que Dios cura su retroceso, y rechaza su barrena y renueva las se�ales de su amor ( Oseas 14:4). La confesi�n se hace a Dios, contra quien se comete todo pecado ( Josu� 7:19; Job 31:33; 1 Juan 1:8, etc.): y al hombre, si uno ha transgredido contra �l, o si est� en condiciones de dar consejo espiritual. As�, la gente confes� sus pecados ante Juan el Bautista ( Mateo 3:6) y los ap�stoles ( Hechos 19:18; comp. Santiago 5:16). Entre los jud�os, el sumo sacerdote, que actuaba como portavoz de la gente en el gran D�a de la Expiaci�n, confes� sus iniquidades y las puso en el chivo expiatorio; y tambi�n se orden� una confesi�n particular, y fue parte del ritual que acompa�aba a un sacrificio por el pecado, mediante el cual se obtuvo la purificaci�n legal ( N�meros 5:6, N�meros 5:7, "Cuando un hombre o una mujer cometer�n cualquier pecado ... entonces confesar�n el pecado que hicieron; "as� que Le N�meros 5:5). Y la misma ofrenda de una ofensa fue un reconocimiento p�blico de culpabilidad, que fue exhibido por el oferente que puso su mano sobre la cabeza de la v�ctima (Le Proverbios 1:4). Siracides habla fuertemente de tal confesi�n: "No te averg�ences de confesar tus pecados, y no fuerces el curso del r�o" (Ecl 4: 1-16: 26); es decir, no intentes la tarea imposible de tratar de ocultarlos. La LXX tiene, "El que presenta cuentas ??????????? ????????, es decir, se culpa a s� mismo) ser� amado". Lesetre cita a Sedulius, 'Carm. Pasch., '4.76�

"Magna est medicina fateri

Quod nocet abscondi; quoniam sua vulnera nutritQui tegit, et plagam trepidat nudare medenti ".

"Alivio poderoso 'expone lo que irrita mientras est� oculto todav�a. �l alimenta a quien oculta sus heridas y rehuye para mostrar la plaga de Su coraz�n al buen m�dico".

Proverbios 28:14

Feliz es el hombre que siempre teme. Algunos han tomado el miedo mencionado como el temor con el que Dios debe ser considerado. As� Aben Ezra. Pero es m�s bien el miedo al pecado lo que se quiere decir, esa conciencia tierna y el coraz�n vigilante que llevan a un hombre preparado para la tentaci�n y capaz de resistirlo cuando surge. Tal persona desconf�a de s� mismo, presta atenci�n para que no se caiga ( 1 Corintios 10:12), y desarrolla su salvaci�n con miedo y temblor ( Filipenses 2:12; comp. Proverbios 14:16). "No crezca sin pensar en la retribuci�n" ('Pirke Aboth,' 1.8). El horror del pecado no puede inculcarse demasiado pronto en los j�venes. Septuaginta, "Feliz es el hombre que piadosamente (?? ?????????) teme a todas las cosas". San Bernardo ('In Cant. Serm.,' 54.9), "In veritate didici, nil aeque eficazx esse ad gratiam promerendam, retinendam, recuperandam, quam si omni tempore coram Deo inveniaris non altum sapere, sed timere. Time ergo cum arriserit gratia, time cum abierit, time cum denuo revertetur; et hoc est sempre pavidum esse ". El que endurece su coraz�n caer� en el mal; o, calamidad ( Proverbios 17:20). Un hombre endurece su coraz�n sin prestar atenci�n a la voz de la conciencia, las restricciones de la religi�n, el consejo de amigos, las advertencias de la experiencia (comp. Vers�culo 26; Proverbios 29:1; �xodo 8:15; Salmo 95:8). Este hombre desprecia la gracia de Dios, pierde su protecci�n y debe llegar a la miseria.

Proverbios 28:15

Un malvado gobernante sobre los pobres; Un pueblo d�bil y sin recursos. Para un tirano tan poderoso es tan fatal como un le�n rugiente o un oso hambriento merodeando en busca de comida. Los profetas comparan gobernantes malvados con leones voraces (ver Jeremias 4:7; Ezequiel 19:6). Son como leones en fuerza y ??crueldad, como osos en oficio y ferocidad. Septuaginta: "Un le�n hambriento y un lobo sediento es �l, quien, siendo pobre, gobierna sobre una naci�n indigente". La pobreza de los sujetos amarga la conducta del gobernante.

Proverbios 28:16

El pr�ncipe que quiere entender tambi�n es un gran opresor; literalmente, y rico en opresi�n. Ewald, Delitzsch, Nowack y otros toman el verso, no como una declaraci�n, sino como una advertencia dirigida al gobernante, como hemos dirigido tantos a un hijo, y como el autor del Libro de la Sabidur�a llama a los jueces de la tierra para escuchar sus advertencias. Por lo tanto, expresan as�: "�Oh pr�ncipe, vac�o de entendimiento, pero rico en opresi�n!" La redacci�n y la acentuaci�n del pasaje confirman esta opini�n. Caher dice: "Un pr�ncipe que quiere entender aumenta sus exacciones". La falta de inteligencia hace que un pr�ncipe sea cruel, tir�nico e insensible al sufrimiento: sin poseer la sabidur�a y la prudencia necesarias para un gobierno correcto, defrauda a sus s�bditos, los trata injustamente y causa una gran miseria. Vea la denuncia del profeta de Salum y Joacim por estos mismos cr�menes (Jeremias 22:13). Septuaginta, "Un rey que quiere ingresos es un gran opresor (??????????)". El que odia la codicia prolongar� sus d�as ( Proverbios 15:27). El pr�ncipe al que se dirige se le advierte que sus actos opresivos ser�n visitados judicialmente sobre �l; que solo un gobernante que trata con sus s�bditos de manera liberal y equitativa puede alcanzar la vejez, y que su conducta acortar� su vida. Una muerte temprana se considera una muestra de la indignaci�n de Dios. El segundo hemistich Caher traduce: "Pero el que odia el lucro reinar� mucho". Septuaginta: "El que aborrece la iniquidad vivir� mucho tiempo". (Para "codicia" (betsa), ver en Proverbios 1:19.)

Proverbios 28:17

Un hombre que violenta la sangre de cualquier persona huir� al pozo. Esto deber�a ser, un hombre oprimido ( Isa�as 38:14), cargado, con la sangre de cualquiera. El asesino deliberado, con su culpa sobre su alma, vuela en vano del remordimiento; su crimen lo persigue hasta la tumba. Por homicidio involuntario, las ciudades de refugio ofrec�an un asilo, pero para el asesinato deliberado no hab�a refugio seguro, ni de los aguijones de la conciencia ni del vengador de la sangre, sino la muerte. El homicidio, como Ca�n ( G�nesis 4:14), debe ser un fugitivo y un vagabundo en la tierra. "Pozo" (bor), algunos entienden cualquier escondite, "una cueva o pozo"; pero se encuentra muy com�nmente en el sentido de sepulcro (Salmo 28:1; Isa�as 14:19, etc.), y as� lo explican aqu� la mayor�a de los comentaristas. Que ning�n hombre lo detenga. Tuvimos en Proverbios 24:11, etc; una orden judicial para salvar la vida humana; pero el caso fue bastante diferente al de asesinato deliberado. Aqu� se dirige que nadie intente salvarlo del castigo en el que ha incurrido, o consolarlo bajo el remordimiento que sufre. Deja que se quede solo para enfrentar el destino que ha merecido. La LXX le da una idea diferente al gnomo: "El que queda en libertad bajo fianza por un hombre acusado de asesinato ser� desterrado y no estar� a salvo". A�aden un verso que volveremos a encontrar, casi en las mismas palabras ( Proverbios 29:17, Proverbios 29:18), "Castiga a tu hijo, y �l te amar� y te dar� honor a tu alma; �l no obedecer� a una naci�n pecadora ".

Proverbios 28:18

El que camina en rectitud ser� salvo. "Directamente" (tamim); inocentemente, sin culpa (Salmo 15:2). Vulgata, simpliciter; Septuaginta, ???????; Aquila, Symmachus, ???????. "Se le ayuda (??????????)", Septuaginta. Las cosas prosperar�n con �l; Dios trabajar� con �l y lo salvar� en peligros temporales y espirituales. Pero el que es perverso en sus caminos caer� de inmediato. "El que es perverso de dos maneras" o "de doble manera", como Proverbios 28:6. El hombre que no es directo, pero que vacila entre lo correcto y lo incorrecto, o que pretende seguir un camino mientras realmente est� tomando otro, caer� de repente y sin previo aviso. ???????? significa "todo a la vez" o "de una vez por todas", y para que nada m�s sea posible, equivalente al penitus. Schultens cita a Virgil, 'AEneid', 11.418�

"Procubuit moriens et humum semel ore momordit".

Septuaginta, "El que camina de manera torcida se enredar�".

Proverbios 28:19

Una variaci�n de Proverbios 12:11. Tendr� suficiente pobreza. La nueva cl�usula marca la ant�tesis m�s claramente que la anterior.

Proverbios 28:20

Un hombre fiel abundar� en bendiciones. "Fiel", como en Proverbios 20:6, uno de quien se puede confiar, honesto y recto. Septuaginta, ??????????. Las bendiciones significadas provienen de Dios y del hombre. Los hombres pronunciar�n su nombre con alabanzas y bendiciones (comp. Job 29:8, etc.), y Dios mostrar� su aprobaci�n enviando prosperidad material. El que se apresura a ser rico no ser� inocente (comp. Proverbios 20:22, y observe all�; Proverbios 13:11; Proverbios 20:21; Proverbios 21:5). Quien solo est� ansioso por volverse r�pidamente rico y no tiene escr�pulos en cuanto a los medios, no puede ser "un hombre fiel" y, por lo tanto, no puede ser bendecido. En lugar de "inocentes", muchos expositores se muestran "impunes" (como Proverbios 17:5), lo que contrasta mejor con las bendiciones mencionadas en el primer hemistich, aunque las dos ideas son coordinadas. Sobre esta prisa de codicia, Juvenal escribe ('S�bado', 14.173):

"Inde fere scelerum causae; nec plura venena

Miscuit aut ferro grassatur saepius ullum Humanae mentis vitium, quam saeva cupido Censo de mmodici; nam dives qui fieri vult, Et cito vult fieri. "Sed quae reverentia legum, Quis metus aut pudor est unquam properantis avari?"

La Septuaginta diluye al gnomo: "Pero los imp�os no quedar�n impunes".

Proverbios 28:21

El primer hemistich aparece un poco m�s completo en Proverbios 24:23, refiri�ndose all�, como aqu�, a la administraci�n de justicia. Porque por un pedazo de pan ese hombre transgredir�. As� traducida, esta cl�usula confirma la primera y dice que un juez dado al favoritismo se desviar� de la derecha bajo la m�s peque�a tentaci�n. Pero sobornar a un juez con un bocado de pan parece una idea poco probable; y el gnomo es de aplicaci�n general: "Y por un bocado de pan un hombre [no 'ese hombre'] transgredir�". Como algunos hombres en puestos responsables a menudo se ven influidos por consideraciones bajas e indignas, as� en la vida social una causa muy insignificante es suficiente para distorsionar el juicio de algunas personas o apartarlas de la l�nea de rectitud. (Para "un pedazo de pan", como denota pobreza extrema o algo sin valor, ver en Proverbios 6:26) Los comentaristas citan a Aul. Gelatina; 'Noct. Att., '1.15, "Frusto panis conduci potest vel uti taceat vel uti loquatur". Septuaginta, "El que no considera a las personas de los justos no es bueno; tal se�al vender� a un hombre por un bocado de pan".

Proverbios 28:22

El que se apresura a ser rico tiene un mal de ojo (ver Proverbios 28:20); mejor, el hombre del mal de ojo se apresura a buscar riquezas. El hombre del mal de ojo ( Proverbios 23:6) es el hombre envidioso y codicioso; alguien trata de mejorar su posici�n y elevarse r�pidamente a la altura de quien envidia, y es bastante inescrupuloso en cuanto a los medios que utiliza para lograr su prop�sito, y guarda todo lo que gana ego�stamente para s� mismo. Y, sin embargo, es realmente ciego a sus propios intereses (comp Proverbios 20:21). Y no considera que la pobreza vendr� sobre �l (comp. Proverbios 23:4, Proverbios 23:5). Su codicia avasalladora no trae bendici�n ( Proverbios 11:25), excita a otros a defraudarlo y al final lo consigna a la pobreza merecida. La LXX Aqu� se lee de manera algo diferente y se traduce: "Un hombre envidioso se apresura a ser rico, y no sabe que el hombre misericordioso (chasid en lugar de cheser) yo, tendr� el dominio sobre �l", es decir, tomar� su riqueza, como Proverbios 28:8. Ya se han dado proverbios sobre la riqueza obtenida r�pidamente. Aqu� hay algunos m�s: espa�ol, "Quien ser�a rico en un a�o es ahorcado en medio a�o"; Italiano, "El r�o no se hincha con agua limpia"; dice un proverbio escoc�s, "Es mejor calentar un fuego peque�o que un fuego meikle para quemarnos".

Proverbios 28:23

El que reprende a un hombre despu�s, encontrar� m�s favor. La palabra traducida "despu�s" (postea, Vulgate), ??????? (acharai), crea una dificultad. El sufijo no puede ser el de la primera persona del singular, lo que no tendr�a sentido; por lo tanto, la mayor�a de los int�rpretes ven en �l un adverbio peculiar unido al siguiente verbo, "luego encontrar�". Delitzsch. Lowenstein, finalice Nowack, t�melo como un sustantivo con la terminaci�n -ai, y traduzca "un hombre que retrocede", "un retroceso" (como Jeremias 7:24). Por lo tanto, la traducci�n se ejecutar�: "El que reprende a un hombre rebelde", es decir, aquel a quien ve que se aleja de Dios y del deber. Encontrar� m�s favor que el que adula con la lengua (comp. Proverbios 27:6; Proverbios 29:5). Un consejero fiel, que le cuenta a un hombre sus faltas, lo lleva a su conciencia y lo revisa en su curso descendente, ser� visto como un verdadero amigo, y ser� amado y respetado tanto por el que ha advertido como aconsejado y por todos los que est�n bien dispuestos. Santiago 5:19, "Si alguno de ustedes se equivoca de la verdad, y uno lo convierte. H�gale saber que el que convence al pecador del error de su camino salvar� un alma de la muerte, y se esconder� una multitud de pecados ". "Laudat adulator, sed non est verus amator". El adulador solo dice lo que es agradable para el hombre a quien adula y, por lo tanto, lo hace engre�do, ego�sta e incapaz de verse a s� mismo como realmente es: el verdadero amigo dice cosas duras, pero son saludables y tienden a obtener ganancias espirituales, y muestran m�s cari�o real que todas las palabras suaves del par�sito adulador. Septuaginta: "El que reprende los caminos de un hombre tendr� m�s gracias que el que adula con la lengua".

Proverbios 28:24

Quien robbeth su padre o su madre (comp. Proverbios 19:26); tomando de ellos lo que les pertenece. Septuaginta, "El que desecha (???????????) padre o madre". Y dice: No es transgresi�n. �l salva su conciencia al pensar que todo ser�a suyo en el curso de la naturaleza; o usa la s�plica de Corban denunciada por nuestro Se�or (Marco 7:11, etc.). El mismo es el compa�ero de un destructor ( Proverbios 18:9); no es mejor que, se encuentra en la posici�n de alguien que practica abiertamente contra la vida y la propiedad de su vecino. Es un ladr�n, y falla en el deber m�s simple. Vulgata, particeps homicidae est. Puede haber una alusi�n a la culpa en la que incurre un testigo al ocultar su conocimiento de un delito, que se denuncia en Le Proverbios 5:1 (comp. Jueces 17:2 )

Proverbios 28:25

El que es de un coraz�n orgulloso provoca conflictos ( Proverbios 15:18; Proverbios 29:22); literalmente, el que tiene un alma amplia. Esto ciertamente puede denotar orgullo (qui se jactat et dilatat, Vulgate), en cuyo caso el gnomo dice que quien piensa mucho en s� mismo y desprecia a los dem�s es la causa de las disputas y disensiones, ocasionadas por sus luchas por la preeminencia y los enfermos. sentimiento que surge de su conducta dominante y supercilio. Otros, y con raz�n, toman el alma ancha para denotar codicia (comp. Proverbios 23:2; Isa�as 14:1; Habacuc 2:5). Es el hombre de deseo insaciable, el hombre avaricioso, que excita las peleas y estropea toda paz, y al final se destruye a s� mismo. "�De d�nde vienen las guerras", pregunta St. James ( Santiago 4:1), "y de d�nde vienen las peleas entre ustedes? �No vienen de all�, ni siquiera de sus placeres de que la guerra entre sus miembros? "matas y codicias, y no puedes obtener: peleas y guerras". Septuaginta, "Un hombre incr�dulo [???????, Alexand. ????????, insatiado] juzga imprudentemente". Pero el que ponga su confianza en el Se�or ser� engordado ( Proverbios 11:25; Proverbios 16:20; Proverbios 29:25). El personaje aqu� opuesto al codicioso es el del paciente. Hombre temeroso de Dios, que est� contento de cumplir con su deber, y deja el resultado en manos del Se�or. Este hombre engordar�, ser� consolado y bendecido en gran medida, mientras que el que pone su esperanza en las cosas materiales caer� en la calamidad. Septuaginta, "El que conf�a en el Se�or estar� bajo su cuidado (?? ????????? ?????)".

Proverbios 28:26

El que conf�a en su propio coraz�n es un tonto (ver G�nesis 6:5; G�nesis 8:21). Lo que aqu� se censura es esa confianza presuntuosa en los propios pensamientos, planes e imaginaciones que lleva a un hombre a descuidar tanto las inspiraciones de Dios como el consejo de los dem�s (comp. Proverbios 28:14; Proverbios 14:16). "El que piensa que est� atento, tenga cuidado de no fallar" ( 1 Corintios 10:12). Septuaginta, "Quien conf�a en un coraz�n audaz, tal es un tonto". El que camina sabiamente, ser� entregado. Este hombre mira fuera de s� mismo en busca de direcci�n; conf�a en la sabidur�a que es de lo alto; camina en el temor del Se�or, y se salva de los peligros a los que la confianza en s� mismo expone al tonto. El mejor comentario sobre el gnomo es Jeremias 9:23, Jeremias 9:24, "No se glor�e el sabio en su sabidur�a, ni se glor�e el poderoso en su poder, no se permita que los ricos el hombre se glor�e en sus riquezas; pero el que se glor�a en esto, que comprenda y me conozca, que yo soy el Se�or, que ejerzo la bondad, el juicio y la justicia en la tierra, porque en estas cosas me deleito, dice el Se�or,"

Proverbios 28:27

El que da a los pobres no tendr� falta (ver Proverbios 11:24, etc .; Proverbios 19:17). Dios de alguna manera compensa lo que se gasta en limosnas derramando su bendici�n sobre el benevolente. "Der Geiz", dirige la m�xima alemana, "sammlet sich arm, die Milde giebt sich reich", "La caridad se enriquece; la codicia se atesora pobre" (Trench). "Las limosnas", dijeron los rabinos, "son la sal de las riquezas". Pero el que oculta sus ojos tendr� muchas maldiciones ( Proverbios 11:26). El hombre poco caritativo aparta la vista para no ver la miseria a su alrededor, o finge no darse cuenta, para que no se reclame su compasi�n. La expresi�n "ocultar los ojos" aparece en Isa�as 1:15, "Cuando extiendas tus manos, esconder� mis ojos de ti". El hombre despiadado se encuentra con las maldiciones de aquellos a quienes ha descuidado liberar cuando ten�a el poder, y tales maldiciones son ratificadas y cumplidas porque son merecidas, y la retribuci�n divina las atiende (ver la vista opuesta, Isa�as 1:20). "No apartes tu mirada del necesitado", dice el Hijo de Sirach, "y no le des ninguna ocasi�n para que te maldiga, porque si te maldice en la amargura de su alma, su oraci�n se oir� del que lo hizo". (Ecclesiasticus 4: 4, etc .; comp. Tobit 4: 7). Entonces, en 'Didache', cap. 4; tenemos, ??? ??????????? ??? ??????????, "No te apartar�s de uno que lo necesite". Septuaginta, "la mentira que aparta su ojo estar� en gran angustia"; Vulgate, Qui despicit deprecantem sustinebit penuriam.

Proverbios 28:28

Cuando los malvados se levantan, los hombres se esconden (ver Proverbios 28:12); Septuaginta, "En los lugares de los imp�os, los justos gimen". Pero cuando perecen, los justos aumentan ( Proverbios 11:10; Proverbios 29:2, Proverbios 29:16). El derrocamiento de los imp�os aumenta la prosperidad de los justos, elimina un elemento opuesto y promueve su avance en influencia y n�mero.

HOMIL�TICA

Proverbios 28:1

La cobard�a de la culpa y el coraje de la justicia.

I. EL CONSEJERO DE LA CULPA. "Los imp�os huyen cuando nadie los persigue".

1. Esta cobard�a nace de una sensaci�n natural de mal desierto. "La conciencia nos hace cobardes a todos". Adem�s de toda revelaci�n autorizada, cuando ning�n profeta de Dios est� acusando a un hombre de su pecado, una voz horrible clama contra su culpa y sacude los cimientos de su confianza. Aunque nunca ha dicho una palabra de su fechor�a al o�do de un pr�jimo, aunque todo el mundo est� enga�ado para creer que es inocente, no puede silenciar esa voz interior aterradora. En muchos casos, pone nervioso a un hombre, aunque exteriormente mora en perfecta seguridad.

2. Esta cobard�a se nutre de una percepci�n de la justicia divina. Una persona que conoce la voluntad revelada de Dios, y su ira contra el pecado, debe estar preparada para esperar juicios de condena sobre la culpa. Aunque la mano vengativa se detiene, puede caer en cualquier momento. El miserable culpable es como uno en la celda condenada a muerte, que no sabe el d�a ni la hora de la ejecuci�n, pero que tiembla a cada paso para que no sea el mensajero que lo convoca a su destino.

3. Esta cobard�a da lugar a alarmas innecesarias. El asesino comienza con la ca�da de una hoja, tan completamente inmovilizado est� bajo la tremenda conciencia de culpa. �Puede alguna condici�n ser m�s terrible? En lugar de soportar esta agon�a de aprehensi�n, los hombres, que no corr�an peligro de ser arrestados, confesaron sus cr�menes y se entregaron a la justicia. Cuando consideramos la relaci�n del pecado con Dios y sus juicios, es una tonter�a vivir en la cobarde verg�enza de la culpa. Porque hay paz y perd�n para el penitente.

II EL VALOR DE LA JUSTICIA.

1. Este coraje se basa en una conciencia limpia.

(1) El sentimiento de inocencia. Una puede desafiar al le�n y someter su naturaleza salvaje a su servicio porque la panoplia de su inocencia es su protecci�n perfecta. El m�rtir puede enfrentar la furia del perseguidor, fuerte en la conciencia del derecho y la verdad. Es doloroso ser acusado err�neamente, pero un hombre sensato deber�a aprender a soportar la calumnia cuando sabe que no es culpable ante Dios.

(2) La nueva experiencia de regeneraci�n. Quien ha sido redimido por Cristo y renovado por el Esp�ritu Santo no necesita vivir en el temor perpetuo de la culpa y la verg�enza. �l es perdonado y restaurado. Es como el prisionero que puede salir valientemente de la c�rcel con un perd�n real. Sin embargo, su confianza nunca puede ser la misma que la de la inocencia original. Siempre debe tener cierta humildad.

2. Este coraje se justifica por la experiencia. El verdadero hombre no encuentra que su valent�a le falle. Est� tan seguro como se siente. La primera garant�a de �xito en cualquier causa es una conciencia clara de que estamos en lo correcto. Al final, lo correcto y la verdad deben triunfar. Pero si se encuentran con una derrota temporal, su campe�n no debe temer ning�n mal real. Ahora da su vida, como antes le dio su fuerza, a la buena causa. Ya sea que lo sirva la vida o la muerte, lo hace noblemente, y no necesita temer que Dios lo abandonar�.

Proverbios 28:9

La oraci�n que es una abominaci�n.

Dios no escucha toda oraci�n. Incluso hay oraciones que rechaza con ira. Las palabras rotas del penitente, el simple llanto del ni�o peque�o y las oraciones no gramaticales de la persona ignorante pueden ser todas aceptables para Dios, mientras que las oraciones sin forma e impresionantes en el enunciado se lanzan como insultos a la majestad divina. La primera consideraci�n no es la naturaleza de la oraci�n, sino el car�cter del supuesto adorador. La oraci�n que es una abominaci�n es una que, por perfecta que parezca en s� misma, proviene de labios contaminados. Necesitamos examinarnos a nosotros mismos en lugar de sopesar nuestras frases.

I. LA CONDUCTA QUE HACE DE LA ORACI�N UNA ABOMINACI�N. Esta es la conducta de uno "que aparta su o�do de escuchar la Ley". Tal conducta lleva consigo dos cosas malas.

1. Error intencional. Los paganos que no conocen la Ley pueden ser tratados con indulgencia cuando se equivocan en la superstici�n, e incluso confunden sus conciencias con formas degradadas de religi�n, porque su error es involuntario. Pero cuando un hombre tiene la oportunidad de llegar a un conocimiento de la verdad, pero lo rechaza con indolencia o aversi�n, tiene la culpa de las nociones incorrectas que se habr�an corregido de no ser por su aceptaci�n voluntaria de la oscuridad en lugar de la devoci�n por la luz. ser iluminado por la instrucci�n. La Biblia debe leerse en la adoraci�n p�blica. La verdad b�blica es necesaria como gu�a para la oraci�n.

2. Desobediencia deliberada. No es probable que dejar de escuchar la Ley surja de una mera reticencia a aprender sus doctrinas. Detr�s de esto hay una aversi�n a obedecer sus preceptos, lo que revela una obstinada obstinaci�n en oposici�n a la voluntad de Dios. Ahora, un estado tan malvado del coraz�n excluye todo favor del Cielo.

II LA RAZ�N POR LA QUE LA ORACI�N ES UNA ABOMINACI�N. Esto puede buscarse en dos direcciones. Puede estar en la oraci�n misma, o puede encontrarse en el hombre que la pronuncia.

1. Se ofrece una mala oraci�n. Si el adorador es deliberadamente ignorante, tiene la culpa de pedir cosas que se abstendr�a de buscar en una condici�n m�s iluminada. Si es obstinado y desobediente, es culpable de pedir mal lo que puede gastar en sus propios deseos ( Santiago 4:3), en lugar de buscar lo que est� de acuerdo con la voluntad de Dios.

2. Una oraci�n procede de labios pecaminosos. Hay momentos de angustia en los que el hombre m�s despreciado se alegrar�a de la ayuda celestial, si solo fuera como la ayuda brindada por los dioses y diosas de Homero a sus h�roes en sus tiempos de peligro. No hay religi�n espiritual en el clamor por ayuda bajo tales circunstancias. Si el alma est� alejada de Dios, y no hay signos de penitencia, la oraci�n por la liberaci�n, aunque genuina y sincera, puede ser rechazada. Pero peor que esto es la falsa adoraci�n de alguien que tendr�a el honor de ser religioso junto con el beneficio de ser pecaminoso. No puede haber una verdadera religi�n sin una conducta correcta. Dios mira m�s el comportamiento de la vida que el lenguaje de la oraci�n. No le importa la reverencia en el templo si ve maldad en el mercado.

Proverbios 28:10

El tentador

I. EL MAYOR PECADO ES TENTAR AL OTRO PECADO. Esta es la maldad sat�nica, siguiendo el ejemplo del diablo.

1. Es m�s culpable porque tiende a aumentar la maldad. Est� sembrando malas semillas. Es lo suficientemente malo cultivar el fruto mortal en la propia vida, pero propagarlo en otro lugar es ser una fuente de problemas y de maldad m�ltiple.

2. Es particularmente culpable porque arruina las almas. Es un ataque contra otros hombres. El tentador es un asesino. Al menos, es un enemigo que siembra la ciza�a en los campos de sus vecinos y, por lo tanto, causa problemas a los dem�s.

II ESTE PECADO SE COMPROMETE MEDIANTE UN MAL EJEMPLO. El tentador no necesita susurrar palabras atractivas, mucho menos necesita acercarse a su v�ctima en la actitud de "un le�n rugiente, buscando a qui�n devorar". Es suficiente que su conducta establezca un patr�n de maldad. Somos responsables de los ejemplos que exhibimos ante el mundo. Lo m�s importante en presencia de ni�os, que son naturalmente imitativos y que toman sus patrones de los modales de las personas mayores entre las que viven, el ejemplo de los jefes de familia es particularmente impresionante. Por lo tanto, la culpa de tales personas es grave cuando su imprudencia temeraria arrastra a los ni�os pobres al pecado.

III. ESTE PECADO PUEDE SER EXITOSO. Es posible hacer que los justos se extrav�en del mal camino.

1. Esto puede suceder con ni�os inocentes. Son naturalmente justos; porque "de tales es el reino de los cielos". Pero no son inexpugnables en su simplicidad y pureza temprana. El hecho m�s terrible en la vida es la corrupci�n de la infancia por la maldad de la vida m�s antigua y m�s fuerte.

2. Es posible con buenos hombres y mujeres. Ser bueno no es estar por encima de la tentaci�n. Incluso Cristo fue tentado, aunque resisti� con �xito. Por lo tanto

(1) cuando un buen hombre se extrav�a, no tenemos pruebas de que su bondad fuera una pretensi�n hip�crita; y

(2) nadie puede estar tan seguro en su conciencia de integridad como para permitirse jugar con la tentaci�n y ser bestia de su propia fuerza. Hay articulaciones en la armadura m�s gruesa y dardos entusiastas que descubren los lugares d�biles m�s peque�os.

IV. EL PECADO DE TENTAR OTRO AL PECADO TRAER� RUINA EN EL TENTADOR. De todos los pecados, este no se puede dejar ir sin control ni castigo. Por el bien de las v�ctimas que est�n amenazadas por �l, Dios seguramente lo visitar� con ira. El tentador es una serpiente mortal, cuyas tentaciones horribles solo hacen que su veneno sea m�s peligroso; y todos los recursos de la justicia deben ser utilizados para aplastar y destruir tal plaga. Pero no se necesita ninguna interferencia milagrosa para castigar el pecado de la tentaci�n. No tenemos que convocar al Arc�ngel Miguel para luchar contra el peligroso reptil. Al final girar� su aguij�n sobre s� mismo. El tentador caer� en su propio pozo. Alejar� a sus v�ctimas y har� enemigo de todo lo que es bueno. Sin amigos e indefensos, debe perecer en la hora de su necesidad.

Proverbios 28:13, Proverbios 28:14

Confesi�n

I. ES PELIGROSO PARA UN HOMBRE DE NEGAR SU PECADO.

1. Es falso Si un hombre finge ser virtuoso cuando sabe que es culpable, la vida de ese hombre es una mentira. �l vive en una mentira continua. Tal condici�n est� podrida, convirtiendo todo su curso en una ilusi�n y llevando a una estimaci�n confusa de lo correcto y lo incorrecto. Los hitos de la justicia se pierden de vista en una niebla de pretensiones desconcertantes.

2. Impide el perd�n. Dios solo perdonar� al penitente, y la penitencia es imposible sin una admisi�n de culpa. Por lo tanto, la cobertura divina del pecado que lo enterrar� por completo y no permitir� una resurrecci�n fea en un avivamiento de viejas acusaciones, se ve obstaculizado por el intento tonto y cobarde del pecador de cubrirlo a su manera mediante una ocultaci�n miserable. Los trapos miserables que dibuja sobre el asqueroso realmente no lo ocultar�n, pero evitar�n que el escudo masivo del perd�n divino se arroje sobre �l.

3. Confirma el pecado. El pecado no se destruye al estar cubierto. No se mata m�s de lo que se mata la semilla de una planta venenosa cuando se siembra en el suelo y, por lo tanto, se entierra temporalmente fuera de la vista. Impulsado a las c�maras secretas del alma, la cosa malvada crece all� y extiende su influencia mortal. La confesi�n despejar�a la malaria nociva de la culpa; la ocultaci�n solo se dispara para reproducirse en la atm�sfera sofocante de su propia corrupci�n. Tal condici�n endurece el coraz�n en la maldad.

II Es feliz que un hombre confiese su pecado.

1. Esta confesi�n debe significar un deseo sincero de liberarse de ella. El hombre que oculta su pecado lo guarda mientras lo cubre, y lo mantiene apretado incluso cuando lo niega. Pero quien confiesa su pecado correctamente lo odia aunque lo admite. Aqu� hay tres cosas implicadas.

(1) Posee su culpa. La confesi�n incluye una admisi�n tanto del hecho como de su car�cter maligno. El que confiesa un pecado debe reconocer que cometi� el hecho y que es malo.

(2) �l abandona el pecado. Una confesi�n correcta va acompa�ada de arrepentimiento. Es todo lo contrario de la culpa de rostro descarado que se jacta de su verg�enza, porque detesta lo que a�n no puede dejar de poseer.

(3) Primero teme volver a pecar. Ha aprendido una sana lecci�n. �l mira hacia atr�s al ser due�o de su culpa, y luego avanza al enterarse de repetirla.

2. Tal confesi�n estar� vinculada, seguida por el perd�n de Dios y una nueva alegr�a para el penitente.

(1) Dios perdonar� al penitente. �l "tendr� piedad". El orgullo reclama altos postres, pero la humildad de la confesi�n solo busca la misericordia. Inspira la oraci�n del publicano: "�Dios, s� propicio a m�, pecador!" Ahora, mientras Dios espera ser amable y ama la misericordia, tan pronto como se elimina la obstrucci�n de la impenitencia, su gracia es el �rbol para fluir y sanar el alma humillada.

(2) El penitente experimentar� una nueva alegr�a. Ser� feliz incluso en su miedo. "Se regocijar� con temblor". Ya no vive en el miserable miedo de "descubrir", el nuevo miedo que lo hace confiar su alma a Dios se asociar� con la bendici�n del perd�n y la paz de una protecci�n divina.

Proverbios 28:20

Un hombre fiel

I. SU PERSONAJE. Nada puede ser m�s grandioso que la fidelidad. Cuando se encuentra en un hombre, es una imagen de la eterna constancia de Dios; es como esa justicia divina que el salmista compar� con las "colinas eternas", tan firme, tan duradera, tan inmutable. Ser�a bueno si esta gran gracia del Antiguo Testamento fuera m�s apreciada y cultivada en la Iglesia Cristiana. Consideremos en algunos de sus m�ltiples aspectos. �Cu�l es el car�cter del hombre fiel?

1. Es fiel a s� mismo. Esta fidelidad debe estar en la ra�z de su fidelidad a los dem�s. El hombre fiel debe actuar honestamente lo que siente que le exigen sus propias convicciones m�s sombr�as.

2. Es fiel a su Dios. El hombre de Dios es fiel y confiado. Por lo tanto, su fe tiene los dos lados de la sumisi�n pasiva y la lealtad activa. El deber primario hacia Dios debe ser observado antes de que el deber secundario hacia el hombre pueda ser cumplido.

3. Are es fiel a su amigo. Esto no significa simplemente que cumple sus promesas. Tambi�n implica su relaci�n con el bienestar de su amigo y su ayuda en la hora de necesidad, peligro y servicio �til.

4. Es fiel a su palabra: alguien que "jura por su propio dolor y no cambia". No es nada que cumplamos nuestras promesas cuando se ajustan a nuestras propias inclinaciones. La prueba es que son igualmente honrados cuando implican sacrificio personal.

5. Es verdadero cuando no es observado. El servicio fiel es lo opuesto al servicio de la vista. Al hombre fiel le ir� bien, aunque nunca espera ser llamado a rendir cuentas. El trabajo fiel es lo que nunca se ve a la vista y, sin embargo, est� tan bien forjado como el trabajo m�s conspicuo.

6. Es verdadero ante el peligro. Aqu� est� la prueba de fidelidad. El siervo fiel de Cristo es aquel que no abandonar� a su Se�or cuando la persecuci�n lo amenace. El m�rtir es "fiel hasta la muerte" ( Apocalipsis 2:10).

II SU FRUTALIDAD. �l "abunda en bendiciones". Es como Abraham, "el padre de los fieles", quien fue bendecido a s� mismo y una bendici�n para los dem�s ( G�nesis 12:2).

1. Es un recipiente de abundantes bendiciones. Es feliz ser fiel aunque la fidelidad se encuentre con malentendidos o persecuci�n.

(1) La fidelidad es en s� misma una bendici�n. Esta gracia es su propia recompensa. Tener gracia para vivir una vida fuerte, verdadera y noble es ser uno de los benditos hijos de Dios, aunque no se esperan m�s recompensas.

(2) La fidelidad trae muchas bendiciones terrenales. Es posible que no asegure la riqueza mundana, aunque en general la integridad es un camino m�s seguro hacia el �xito en la vida que los caminos torcidos de deshonor. Pero asegurar� la paz y, a la larga, es probable que sea reconocido y recompensado con un merecido honor. Ser considerado un sirviente fiel es ser coronado con mejores guirnaldas ol�mpicas.

(3) La fidelidad ser� recompensada con un favor celestial. Este es solo el jefe de las aprobaciones divinas se�aladas por Cristo para sus siervos, "Bien hecho, siervo bueno y fiel" ( Mateo 25:21).

2. �l es una fuente de abundantes bendiciones. Una verdadera y fiel alma, �qu� torre de la fuerza! �Qu� tesoro de ayuda! �Qu� refugio de refugio! �l es rico, de hecho, tiene un amigo fiel. Se puede confiar en el hombre fiel para que lo ayude en tiempos de necesidad, cuando el hombre infiel, que tal vez sea mucho m�s fuerte, abandona a su amigo confiado. Cristo es fiel ( 2 Tesalonicenses 3:3), y como tal es una fuente de abundantes bendiciones para su pueblo. Su fidelidad es el fundamento de nuestra fe.

Proverbios 28:26

La locura de confiar en el propio coraz�n

I. LO QUE ES CONFIANZA EN EL PROPIO CORAZ�N.

1. Es confiar en la propia sabidur�a. El coraz�n aqu�, como en toda la Biblia, representa la naturaleza intelectual y emocional. Por lo tanto, se puede decir que confiamos en �l cuando nos apoyamos en nuestro propio entendimiento ( Proverbios 3:5) en lugar de buscar el consejo de Dios en la oraci�n y el uso de las Escrituras.

2. Es confiar en nuestro propio car�cter. Podemos pensar muy bien en nuestra propia bondad y fortaleza moral, y as� aventurarnos en la tentaci�n innecesariamente o precipitarnos en empresas dif�ciles sin contar el costo.

3. Es confiar en nuestros propios afectos. Por lo tanto, somos llevados a creer, como Pedro, que nuestro amor a Cristo no fallar� ( Mateo 26:35).

4. Es confiar en nuestra propia energ�a. Pensando que podemos hacer m�s de lo que somos capaces de lograr, al sobreestimar nuestros poderes mentales o espirituales dependemos indebidamente de nuestros propios recursos.

II C�MO SE TIENE LA TENTACI�N DE CONFIANZA EN EL PROPIO CORAZ�N.

1. El orgullo tienta. Es humillante poseer debilidad. Una alta opini�n de los propios m�ritos conduce inevitablemente a una peligrosa autoconfianza.

2. La incredulidad tienta. Si los hombres tuvieran m�s fe en Dios, no estar�an tan contentos de depender de sus propios recursos pobres. Es el esp�ritu mundano el que conduce a la limitaci�n de la vista a los poderes humanos.

3. La voluntad propia tienta. Los hombres naturalmente desean que se cumpla su propia voluntad. Cuanto menos apartan la vista de s� mismos, m�s parece que pueden hacer lo que quieran. Una vida ego�sta tiende a ser una vida aut�noma.

III. POR QU� ES TONTO CONFIANZA EN EL PROPIO CORAZ�N.

1. El coraz�n es enga�oso. "Enga�oso sobre todas las cosas" (Jeremias 17:9). No conocemos nuestros propios corazones. Hay debilidades ocultas, trampas insospechadas, l�mites inesperados. La ignorancia de nuestro propio ser interno hace que la autoconfianza sea una confianza sin fundamento.

2. El coraz�n es pecaminoso. "Desesperadamente malvado" (Jeremias 17:9). Con demasiada frecuencia, el que conf�a en su propio coraz�n conf�a en un coraz�n malvado. Por lo tanto, es probable que se desv�e por sus pensamientos y deseos. Hasta que el coraz�n est� limpio y renovado, el peor curso posible es confiar en �l. Por el contrario, debe ser desconfiado, resistido, restringido.

3. El coraz�n es fr�gil. Incluso cuando ha sido liberado del dominio del pecado, el coraz�n del hombre puede caer. abierto a la tentaci�n y en peligro de ceder en el momento del juicio.

IV. DE QU� MANERA SE PUEDE EVITAR LA CONFIANZA EN SU PROPIO CORAZ�N. No es suficiente ver el peligro y la insensatez de esta confianza, ya que un hombre debe tener algo sobre lo que descansar, y si el mejor fundamento es inestable, seguir� construyendo sobre �l en lugar de abandonarse a la desesperaci�n. Ahora, la cura para la tendencia a confiar en una seguridad incorrecta se encuentra en la posesi�n de una mejor fe, una fe que es sabia y segura. Una gran travesura de la confianza de un hombre en su propio coraz�n es que, por lo tanto, es llevado a abandonar a Dios. El remedio se encuentra en volver al verdadero fundamento de la confianza del alma en Dios. El que as� conf�a es sabio.

1. Dios es verdadero. A diferencia del coraz�n voluble, �l es fiel y siempre se puede confiar en �l.

2. Dios es bueno. Por lo tanto, debemos pasar del coraz�n pecaminoso al Dios santo y misericordioso.

3. Dios es fuerte. El fr�gil coraz�n falla; El poderoso Dios es una roca firme.

HOMILIAS DE E. JOHNSON

Proverbios 28:1

C�nones de la verdad moral.

I. La maldad es temible, la bondad es valiente. ( Proverbios 28:1.) Una buena conciencia es mejor que mil testigos; una conciencia malvada no humana ( Job 15:21). Lo que pasa por el nombre de coraje es a menudo el efecto del miedo a los hombres; y lo que se desconoce como falta de esp�ritu puede proceder de la m�s profunda reverencia a Dios. Nunca encontraremos nada en el mundo m�s temible que la presencia guerrera dentro de nuestro propio seno. El verdadero coraje es el conocimiento de que somos por el momento uno con Dios. La luz de su semblante es vida, dispersa la nube m�s oscura y calma la tempestad m�s turbulenta. Una conciencia maligna es "el gusano que no muere".

II POL�TICA Y MORALES. ( Proverbios 28:2.) La rebeli�n derivada de la colisi�n de intereses personales y del partido debe ser muy perjudicial para el bienestar de un estado peque�o. La rebeli�n solo puede justificarse cuando no solo existe el mayor error, sino tambi�n la perspectiva m�s clara posible de �xito. Si las personas en tiempos de angustia, en lugar de maldecir y levantarse contra sus gobernantes, buscaran pacientemente las causas de sus quejas, a menudo se encontrar�a un camino m�s corto para reparar. Una cierta unidad de sentimiento es esencial para el bienestar de un estado. "Cuando alguno de los cuatro pilares del gobierno se ve sacudido o debilitado principalmente (que son la religi�n, la justicia, el consejo y el tesoro), los hombres ten�an que rezar por el buen tiempo" (Bacon).

III. EL ODIUM DE PEQUE�A TIRAN�A. ( Proverbios 28:3.) No hay nada m�s detestable que la regla opresiva de un advenedizo. Una mente base se vuelve m�s corrupta por la elevaci�n apresurada, un coraz�n estrecho m�s cruel, como en el caso de Robespierre y otros ejemplos hist�ricos. Al igual que con el aprendizaje, tambi�n con el poder; los sabios son los m�s ostentosos de su conocimiento; aquellos "vestidos con una peque�a autoridad breve" les encanta

"Juega trucos tan fant�sticos ante el cielo, como hacer llorar a los �ngeles".

La regla divina es fuerte en gentileza.

IV. EL SECRETO DE LA SIMPAT�A MORAL Y LA ANTIPAT�A. ( Proverbios 28:4.) Aquellos que secretamente aman el pecado tienen placer en los que lo hacen. "El mundo ama a los suyos". Teme pecar; m�s temeroso de deleitarse en ello; a�n m�s para defenderlo (Bishop Hall). El coraz�n puro no tiene "comuni�n con las obras infructuosas de la oscuridad". Nos revelamos o nos traicionamos por nuestras simpat�as. El proverbio hogare�o dice: "Como labios, como lechuga". Y aqu� surge la importante lecci�n: que debemos detenernos en los mejores y m�s brillantes ejemplos, en aras de su efecto en nuestro car�cter; el ojo se vuelve soleado mientras mira al sol.

V. EL EFECTO DEL VICE EN LA INTELIGENCIA. ( Proverbios 28:5.) Es un principio muy importante que la comprensi�n de las relaciones intelectuales de la verdad se ve afectada por el estado de �nimo del coraz�n. El conocimiento m�s claro de la carta no sirve aqu�. "Si alguno hace la voluntad de Dios, �l sabr� de la doctrina". La conciencia pura condiciona la inteligencia brillante. El entendimiento se oscurece "por la ceguera del coraz�n de los hombres"; y estos llaman oscuridad luz, y luz oscuridad. Muchas cosas oscuras para razonar se simplifican al conocimiento. Los misterios divinos son misterios del amor, y solo a trav�s del amor pueden conocerse. J.

Proverbios 28:6

La calidad de vida moral.

Nada que podamos tocar, ninguna relaci�n en la que podamos entrar u observar, pero que tenga su relaci�n moral. Esta, de hecho, es la gran lecci�n, en iteraci�n cien veces mayor, de este libro.

I. POBREZA CON INOCENCIA, RIQUEZA CON PERVERSIDAD. ( Proverbios 28:6.) Sean cuales sean las compensaciones de la pobreza en un punto de vista inferior, la mayor�a de los hombres votar�an por las riquezas si tuvieran la oportunidad al precio de todos sus inconvenientes, y debemos recordar que el que vender�a su paz de conciencia por riqueza, pero "gana una p�rdida". Mejor ir al cielo en harapos que al infierno en bordados. Dios mejor que el oro; mejor ser pobre y vivir que rico y perecer.

II UN HOMBRE ES CONOCIDO POR LA COMPA��A QUE MANTIENE. ( Proverbios 28:7.) El primer ejemplo es el del hombre cuyo deleite est� en la Ley, que est� en comuni�n con la verdad y que, por lo tanto, es un compa�ero "de todos los que temen a Dios y guardan su preceptos ". El segundo es el de alguien que hace compa��a con los disipados, mancha su nombre y deshonra a su familia. En la sociedad se encuentran los mayores peligros y las mayores salvaguardas. La Iglesia cristiana es la sociedad divina que apunta al ideal de vida verdadero y santo. Como con los libros, as� con los hombres; la regla es: haga compa��a solo con los mejores.

III. DWINDLES DE RIQUEZA CON ENFERMEDAD. ( Proverbios 28:8.) La riqueza no es la que la obtiene, sino la que la disfruta. Y si se consigue por mal camino, no se puede disfrutar; y "Mal, mal gastado", dice el proverbio. La riqueza, desviada por la fuerza o el fraude de sus canales naturales, fluye hacia atr�s por una ley de gravitaci�n econ�mica. Un hombre trabaja para s� mismo con ego�smo y maldad, y la cosecha cae en mejores manos; "no tiene la intenci�n de s� mismo; pero se hace a trav�s de la providencia secreta de Dios".

IV. LAS ORACIONES SON VITIZADAS POR INJUSTICIA. ( Proverbios 28:9.) Est�n manchados por una horrible mentira. En la oraci�n se asume la bondad, la perfecci�n moral de Dios; y la oraci�n implica que se debe hacer la santa voluntad. Sin embargo, �cu�n grande es la contradicci�n entre tales oraciones en los labios y el coraz�n empe�ado en derrotar esa voluntad! "Solo raz�n por la que Dios se negar� a escuchar al que se niega a escuchar a Dios". Sin "dejar de hacer el mal y aprender a hacer el bien", los sacrificios son obvios obvios, y el incienso es una abominaci�n a Dios ( Isa�as 1:11).

V. EL SEDUCTOR ES AUTOSEDUCTOR. ( Proverbios 28:10.) Entonces la trampa de Balaam, puesta para Israel, se convirti� en la causa de su propia ruina. Si la retribuci�n no es visible, es un hecho en el alma. Entre los ingredientes del remordimiento, ninguno es m�s amargo que el recuerdo de haber llevado por mal camino a la juventud y la inocencia. Es un pecado muy dif�cil de perdonarse a s� mismo. Pero los justos heredan la salvaci�n. Hay un sentido real en el que los hombres deben tratar de darse cuenta del car�cter de "hombres justos que no necesitan arrepentimiento". No hay salvaci�n en el ego�smo, ninguna que no implique una regeneraci�n de la conciencia social.

VI. LA POBREZA Y LAS RIQUEZAS TIENEN SU COMPENSACI�N. ( Proverbios 28:11.) La confianza en las riquezas comienza en la ilusoria confianza en s� mismo; y hay mucho que incitar y fomentar en la opini�n de la multitud; porque, como dice el viejo refr�n, "los hombres ricos no tienen fallas". Pero el pobre hombre, dotado de sentido y religi�n, ve a trav�s de estas falsas estimaciones; sabe que los ricos sienten desgracias que pasan por su propia cabeza; que pagan un impuesto de constante cuidado y ansiedad; y que cada vez es mejor ir duro con los hombres buenos que festejar con los malos.

VII. "LA VOZ DE LA GENTE LA VOZ DE DIOS". ( Proverbios 28:12.) Sea cual sea el amor de la grandeza y el esplendor, del rango y la posici�n, en la mente com�n, la gente no puede sino alegrarse por los buenos gobernantes y deprimirse por el mal. Una aclamaci�n generosa se rompe del coraz�n popular cuando los buenos hombres son educados para honrar. "Cuando Mardoqueo sali� de la presencia del rey en la vestimenta real del rey, ... la ciudad de Shushan se regocij� y se alegr�. Los jud�os ten�an luz, alegr�a, honor y honor; en cada provincia ... una fiesta y un buen d�a "( Ester 8:15) .� J.

Proverbios 28:13, Proverbios 28:14

Las condiciones internas de paz y miseria.

I. EL OCULTO DEL PECADO. ( Proverbios 28:13.) Es como un gusano en la yema, que se aprovecha del cheque y del coraz�n. La forma m�s profunda de tal ocultamiento es cuando el pecador se convence a s� mismo de que "no tiene pecado", disculp�ndose a s� mismo, d�ndole un color falso a su error. La sensaci�n de un dualismo en nuestro ser no reconciliado no admitir� la paz y el descanso.

II LA CONFESI�N Y RENUNCIA DEL PECADO. Admitir la verdad sobre nosotros mismos, sin atenuar ni exagerar nuestro pecado y culpa; para permitir que la luz detective y discriminatoria del juicio de Dios caiga clara y plena en la conciencia; esto es lo que requiere la confesi�n. Pero debe completarse por renuncia; de lo contrario es burla. Decir-

"Lo sentimos y nos arrepentimos, y luego continuamos d�a a d�a,

Justo como siempre fuimos "

�En palabras del himno del ni�o� es un mero sentimentalismo y debilidad. Pero nunca se cumplen estas condiciones sin un sentido de la piedad divina que golpea el coraz�n. Dios es fiel y justo para perdonar nuestros pecados; y la conciencia est� segura de que es demasiado justo para permitir que el pecador que se ha convertido en v�ctima de la tristeza divina sea atormentado por el remordimiento un momento m�s de lo necesario para su curaci�n.

III. LA CONCIENCIA DE LICITACI�N. ( Proverbios 28:14.) Est� bien con aquel cuyo coraz�n tiene el h�bito constante de dependencia reverente de Dios. Su ley de conducta humana envuelve toda la vida, desde los asuntos m�s importantes hasta los m�s peque�os. Es la atm�sfera del alma la que necesitamos para mantenernos puros; Es la comuni�n con el Esp�ritu la santidad que necesitamos celosamente para proteger.

IV. El endurecimiento del coraz�n. ( Proverbios 28:14.) Hacer la luz del pecado lleva a su repetici�n; La repetici�n indura la conciencia. El desprecio por los manjares del alma conduce seguramente a una sensibilidad entumecida, y actualmente a una perdida. Es mejor sentirse demasiado entusiasta que no sentirse en absoluto; mejor la conciencia d�bil que ninguna conciencia en absoluto. El que presume de la misericordia de Dios tendr� que contar con su justicia. J.

Proverbios 28:15, Proverbios 28:16

El malvado gobernante

I. EL SIMILO. ( Proverbios 28:15.) Es como una bestia feroz y devoradora. Ninguna piedad suaviza su seno; ninguna justicia regula su conducta. La queja provoca m�s exacciones; la resistencia lo enciende en furia. �l mira a su pueblo, no como un reba�o para ser atendido, sino para ser cazado. Ruge a su alrededor como el oso nocturno sobre el redil. Tales monstruos a menudo han aparecido en la historia.

II La fuente de la opresi�n. Se encuentra en la ignorancia del coraz�n del opresor: la ignorancia de la pol�tica, de la humanidad, del derecho divino y eterno. La gran generalizaci�n, "No saben lo que hacen", cubre, de hecho, todo tipo de pecado, pero no exime de culpa. Los hombres pueden saber mejor; pero, sin la pr�ctica de lo que sabemos, nuestra luz misma se convierte en oscuridad.

III. El buen gobernante. ( Proverbios 28:16.) El rasgo de que "odia la codicia" puede hacerse general; porque el deseo falso o pervertido es el motivo real de toda esa maldad. "Lujuria y deseo de tener" oro, territorio, poder, etc. es ego�sta y cruel, y convierte a cada hombre gobernado por �l en un ser m�s o menos parecido al bruto no moral. La pol�tica nunca puede ser excluida del cristianismo; y el inmenso efecto para bien o para mal de los actos de los que est�n en el poder es una raz�n por la cual todos los buenos cristianos deber�an interesarse mucho en la pol�tica y no permitir que ning�n rango o puesto est� exento de cr�ticas.

Proverbios 28:17

Sentencias sobre transgresores

I. EL HOMBRE VIOLENTO. ( Proverbios 28:17.) Su destino, aqu� como en otros lugares, es visto como repentino; �l se apresura a Hades, vive no la mitad de sus d�as. La verdad es general y refleja la intuici�n del orden moral. Y de acuerdo con ese orden, es que la piedad ser� rechazada de �l que no muestra piedad. Este no es un argumento para la pena capital, pero es un argumento para el tratamiento de los delincuentes que mejor disuadir del crimen.

II LA INSEGURIDAD DE LOS MALOS CAMINOS. ( Proverbios 28:18.) La integridad solo es segura; y en una u otra de sus formas torcidas, el pecador finalmente caer�. La haza�a peligrosa se prueba con demasiada frecuencia. Nuestro inter�s se siente atra�do por "el borde peligroso de las cosas", y nos asombra que los hombres puedan soportarlo con tanta frecuencia sin caerse. No vemos el resultado del �ltimo y fatal intento; o, vi�ndolo, no suponemos los intentos exitosos anteriores de desafiar la ley de las cosas. La escritura es correcta; pero no conocemos suficientes eventos para verificar sus verdades.

III. LA POBREZA COMO JUICIO. ( Proverbios 28:19.) Aqu�, nuevamente, tenemos una verdad general: un resumen del gran campo amplio de los hechos de la vida. En general, no hay secreto de abundancia sino industria; ni de pobreza sino de ociosidad e indulgencia en el placer y la diversi�n como una b�squeda. El reposo y el placer son las ilusiones de las cuales la voz severa de Dios, hablando a trav�s de la experiencia diaria, nos despierta. Casi no hay enfermedad del cuerpo o de la mente, ning�n mal social, que no pueda atribuirse a la autocomplacencia y la inercia.

IV. TIENE QUE SER RICO. ( Proverbios 28:20.) Este temperamento se contrasta con el del hombre fiel. Hay una escala de valor diferente en los dos casos. El hombre bueno valora las cosas seg�n el est�ndar moral, el hombre codicioso solo seg�n el est�ndar del oro. La verdadera forma de ver la riqueza es como un medio disponible para todos los fines de la salud, la sabidur�a y la benevolencia. Estos solo son fines racionales; pero pueden perderse de vista en la b�squeda apasionada de los medios. Era un pensamiento profundamente impresionado en el mundo antiguo que el exceso de entusiasmo por las riquezas debe implicar la deshonestidad. "Nadie se enriquece r�pidamente, siendo al mismo tiempo un hombre justo", dice Menander. "El que desea hacerse rico desea hacerse rico r�pidamente. �Pero qu� reverencia por las leyes? �Qu� temor o verg�enza hay en el hombre codicioso que se apresura a ser rico?" dice Juvenal. Disminuir nuestros deseos en lugar de aumentar nuestros medios es la verdadera sabidur�a de la vida: estudiar para dar cuenta de nuestro peque�o en lugar de hacer nuestro peque�o m�s.

V. RESPETO DE LAS PERSONAS EN EL JUICIO. ( Proverbios 28:21, Proverbios 28:22.) El vicio surge de alguna fuente mala: miedo, avaricia u obsequiosidad. Cato sol�a decir de Caelius el tribuno, que podr�a ser contratado por un pedazo de pan para hablar o callar. Para preferir el inter�s a la verdad, esta es la ardiente tentaci�n de una forma u otra de todos nosotros. Y la ocultaci�n de una parte de la verdad puede ser tan perjudicial para los dem�s como la expresi�n de la falsedad directa. Cualquier mezquindad guardada en el alma se expone al peligro constante. La timidez puede caer en pecados peores que los que busca evitar. Y de otra manera los extremos se encuentran. Mientras que el que se apresura a ser rico lanza una mirada malvada y envidiosa a la propiedad de los dem�s, es ciego a la amenaza de la pobreza desde atr�s. En cualquier caso, la pobreza del alma se deriva de la constante fuga de pensamiento y energ�a hacia las cosas que "perecen en el uso". �Cu�nta necesidad hay de tener cuidado con esas pasiones que son las "espinas" que brotan y ahogan la buena palabra de Dios en el coraz�n!

Proverbios 28:23

Consejo fiel

I. PARA DARLO PUEDE REQUERIR EL MAYOR VALOR MORAL. Puede ser en los dientes del inter�s del asesor; puede convertir a un amigo en enemigo; Puede infligir una gran inteligencia. Nada m�s que el m�s alto respeto a la verdad por un lado, al amor por el otro, puede ser suficiente para animarse en la tarea.

II EL DESPLAZAMIENTO TEMPORAL DE UN AMIGO DEBE SER ENFRENTADO M�S QUE QUE DEBE SUFRIR MAL DURADERO. Para salvar un alma de la muerte, este es el gran deber impuesto por el amor cristiano. Y a ese principio debemos ser sinceros, ya sea que ganemos o perdamos un hermano para nuestro coraz�n.

III. LA FLATTERY SE VUELVE M�S AMARGA, NECESITA QUE EL CONSEJERO HUMBLY RECIBIDO NUNCA DULCE AL FINAL. El primero hincha nuestra presunci�n, nos ciega tanto para nuestra ventaja como para nuestro deber; nos atrae a la locura y, tal vez, a la ruina. Este �ltimo nos abre los ojos a nosotros mismos y a nuestras circunstancias, y aleja nuestro pie del precipicio. Tenemos razones para estar agradecidos por la palabra de advertencia que nos ha salvado, y para bendecir el coraz�n fiel que lo dicta; razonarnos para orar para que no perdamos la oportunidad de salvaci�n de otro. �J.

Proverbios 28:24, Proverbios 28:25

Pecados de avaricia

I. PUEDEN CONDUCIR A VICES NO NATURALES, INCLUSO EL ROBO DE LOS PADRES. ( Proverbios 28:24.) El coraz�n debe estar profundamente corrompido, lo que puede sacrificar el afecto filial en el santuario de la lujuria base para obtener ganancias. El robo no es menos, sino m�s bien un crimen que cometi� contra la propia sangre.

II Conducen a la lucha. ( Proverbios 28:25.) Superan el instinto de justicia y derecho social, y el hombre se convierte en un opresor y un asesino, si no en acto, en esp�ritu y prop�sito, de su clase. Las guerras y los enfrentamientos provienen de las "lujurias en nuestros miembros". Es la confianza en el Dios eterno, su bondad providencia y bondad, lo que calma el deseo excesivo y llena el coraz�n de paz y contenido. Y las riquezas que el alma obtiene de este modo son m�s seguras y permanentes que cualquier tesoro acumulado en la tierra. J.

Proverbios 28:26

Locura y sabidur�a en la relaci�n personal.

I. EL PRINCIPIO DE FOLLY ES LA VIDA EN Y PARA SI MISMO. El pensamiento que es superior al consejo y la comparaci�n con otras mentes; el sentimiento que excluye la consideraci�n y la simpat�a; la voluntad que actuar�a como si no conociera otra ley que la suya; son manifestaciones de esa locura que es a la vez inmoral e irreligiosa.

II SABIDUR�A PR�CTICA BIEN COMPARADA CON UNA CAMINATA. Este es el aumento del pensamiento hacia la verdad universal. Se rige por el pulso de la caridad en el alma; se mueve hacia todos los fines divinos y humanos dignos. En la locura avanzamos a la perdici�n, al apuntar a nuestra riqueza, en la sabidur�a, renunciando a nosotros mismos, entramos en la bendici�n. � J.

Proverbios 28:27, Proverbios 28:28

La vida que engendra la bendici�n perpetua.

I. EL CORAZ�N AMABLE Y GENERO ". ( Proverbios 28:27.) Esto provoca la mano generosa; recoge m�s de lo que siembra; no se deja querer algo bueno. Se destaca en colores brillantes y aspecto ganador contra el fondo oscuro de la vida ego�sta, egoc�ntrica y de coraz�n duro Cultivemos el ojo abierto que bebe en el conocimiento de todo lo que concierne a nuestros semejantes, y la mano abierta en armon�a con �l.

II SU VALOR SE AUMENTA POR CONTRASTE. ( Proverbios 28:28.) Los hombres se encogen, sus cejas se contraen, su semblante se deprime, su alma esclavizada, su virilidad no tripulada, bajo la opresi�n del hombre orgulloso y el desprecio del malvado. La persecuci�n expulsa la luz moral del mundo y tiende a despoblar su vida moral. Como el aumento de la bondad depende en gran medida de las condiciones sociales y pol�ticas s�lidas, debe ser un objeto de oraci�n y de esfuerzo con todos los hombres buenos para derrocar la tiran�a y abolir el fraude, para que "los frutos de la justicia puedan abundar y aumentar por todos lados". �J.

HOMILIAS DE W. CLARKSON

Proverbios 28:1, Proverbios 28:13, Proverbios 28:25

(ultima parte)

La fuente de disturbios y el secreto de la seguridad.

Casi no necesitamos la pluma del sabio para asegurarnos que:

I. EL PECADO SIGNIFICA PERTURBACI�N A NUESTRA ALMA.

1. Es lo suficientemente malo como para ser desafortunado; sufrir privaciones o p�rdidas.

2. Es mucho peor ser culpable. Pronto nos acomodamos a nuestras desgracias; nos adaptamos f�cilmente a nuestras circunstancias, aunque estas puedan ser muy limitadas. Pero el pecado golpea profundamente, y su herida dura mucho. Entre otras consecuencias dolorosas, llena el alma de un miedo atormentador.

(1) Teme la persecuci�n de la pena de la ordenaci�n de Dios. Y tiene motivos para hacerlo, porque "el mal persigue a los pecadores" (ver homil�a en Proverbios 13:21). De acuerdo con la Ley Divina, el sufrimiento, la tristeza, la verg�enza, la muerte, siguen el camino de la iniquidad y, salvo que haya una interposici�n misericordiosa, pondr�n su mano sobre ella.

(2) Teme la persecuci�n de la pena del hombre. La mayor�a de las veces, el pecado es perseguido por el hombre, ya sea por taw p�blico o por resentimiento privado; y el que ha perjudicado a su vecino, ya sea por fraude o por fuerza, tiene motivos para esperar arresto y castigo. Es bueno que as� sea. �ltimamente hemos llegado a comprender que es nuestra sabidur�a abandonar la oraci�n pesada que rara vez se infligi� por la m�s liviana, que se dispensa mucho m�s libremente. Lo mejor de administrar justicia es conectar la pena con el pecado lo m�s cerca posible en la mente de aquellos que est�n tentados a violar la ley.

(3) Teme la pena cuando no hay castigo en absoluto. "Los imp�os huyen cuando nadie los persigue". El asesino no puede, no se atreve, quedarse en la presencia del cuerpo que ha matado. El ladr�n se aparta del oficial que no tiene intenci�n de detenerlo. El que ha infligido el mayor error de que un hombre puede hacer a otro se aleja de los ojos de su vecino mucho antes de que se sospeche su pecado. El pecado llena el alma con un acoso, un tormento, un miedo. El coraz�n culpable imagina cientos de peligros antes de que la mano del juicio se extienda para apoderarse, o incluso sus pies perseguidores est�n en el camino de la aprensi�n. Realmente contamos mal si solo contamos las infracciones reales y palpables de justicia que paga el mal; en ese castigo deben incluirse todas las ansiedades, las alarmas, los temblores y los temblores del alma, los terrores abyectos e inquietantes que agitan el alma antes de que las cadenas est�n en la mu�eca o el prisionero est� en el bar.

3. Hay dos alternativas abiertas a la culpa: ( Proverbios 28:13.)

(1) Puede intentar el ocultamiento; pero este es un curso equivocado y tambi�n incorrecto. "No prosperar�"; el tiempo de ocultamiento ser� de constante inquietud y terminar� en exposici�n y humillaci�n, porque una y otra vez se ve que "no hay nada oculto que no se revele".

(2) Debe adoptar el curso de confesi�n y enmienda; quien haga esto "tendr� misericordia" de Dios, y muy probablemente tambi�n tendr� misericordia del hombre. Pero incluso si no, el camino de la confesi�n y el castigo es menos duro y espinoso que el camino del pecado y el secreto, de la cobard�a y el terror. A menudo es cierto que si bien soportar el castigo es tolerable, el miserable esfuerzo por escapar es absolutamente intolerable.

II LA JUSTICIA SIGNIFICA SEGURIDAD Y SERENIDAD. "Los justos son valientes como un le�n". Para los rectos hay dos fuentes de descanso y fuerza.

1. La conciencia de integridad. El que conoce y siente su pureza, su inocencia, tiene un coraz�n intr�pido y muestra un frente valiente al enemigo. No teme que los ejes de la falsedad atraviesen su fuerte armadura de verdad y equidad.

2. El favor de Dios. ( Proverbios 28:25.) "Conf�a en el Se�or"; �l compromete su causa al Justo; est� seguro de que Dios est� de su lado y "no teme lo que el hombre pueda hacerle". "El Se�or es su salvaci�n; �a qui�n deber�a temer?" (ver Salmo 27:1; Salmo 84:11, Salmo 84:12) .� C.

Proverbios 28:4, Proverbios 28:5

La pr�ctica y el efecto del pecado y la justicia.

Aqu� tenemos un doble contraste entre la pr�ctica del pecador y del hombre justo, y entre la consecuencia del pecado y de la bondad sobre la mente del culpable y del bien.

I. LA PR�CTICA DE LOS HOMBRES PECADORES. Ellos "alaban a los imp�os"; ellos "bendicen al codicioso" (Salmo 10:3).

1. Es un hecho que lo hacen. O�mos la voz de impiedad alzada a favor de lo que es completamente malo ante los ojos de Dios; Se expresa en el lenguaje de los labios y en toda forma de literatura. Apenas hay algo malo perpetrado por hombres que no encuentre a su defensor en alg�n lugar.

2. Es comprensible que lo hagan. Y esto por dos razones. Los malvados, como tales, tienen inter�s en rebajar el est�ndar de la moral p�blica; cuanto m�s pueden reducir esto. cuanto menos sean su propia condena, y m�s altos podr�n esperar moverse en la sociedad a la que afectan. Pero tal vez la explicaci�n principal se encuentra en:

II La influencia cegadora del pecado. Los que violan la Ley de Dios alaban a los que son malvados y lo que es indigno, porque "no entienden el juicio" ( Proverbios 28:5). Es el efecto terrible y fatal del pecado sobre el alma pervertir el juicio moral, depravar la conciencia, hacer que los hombres consideren con una desaprobaci�n decreciente la maldad de las malas acciones, hasta que se vuelvan absolutamente indiferentes a ella, hasta que aprueben positivamente acciones que alguna vez odiaron y denunciaron. �Entonces la luz que hay en ellos es oscuridad, y cu�n grande y triste es esa oscuridad (ver Mateo 5:23)! Todo se ve en una luz falsa; la verdad aparece como falsedad, el bien como el mal, la sabidur�a como la locura; y, por otro lado, todas esas ilusiones miserables que tiene un coraz�n pecaminoso y que lo conducen a la muerte, aparecen como la verdad, y las acciones incorrectas y culpables parecen correctas, y las vidas que son fracasos tristes parecen ser �xitos.

III. LA FUNCI�N DE LOS JUSTOS. Su deber, o uno de sus deberes, es "competir con los imp�os". Este era el oficio, el servicio del justo No�, de Lot, de El�as, de Daniel, de Nehem�as, de Juan el Bautista, de Pablo; ha sido la funci�n de todo hombre verdadero y de coraz�n leal colocado en medio de aquellos que se oponen a la voluntad de Dios. La contenci�n no es la m�s alta, ya que ciertamente no es el deber m�s atractivo que tenemos que asumir. Pero a menudo es muy necesario, y a veces es un servicio bastante noble.

1. Puede que tengamos que lidiar con lo flagrantemente malo, para denunciar la violencia, la opresi�n, la injusticia, el vicio, la blasfemia, etc .; o con el mero hip�crita, que tiene la forma correcta pero el coraz�n est� equivocado; o con aquellos que son poco entusiastas y que pr�cticamente se oponen a la verdad y al reino de Dios.

2. Debemos estar muy seguros de nuestro terreno antes de adoptar la actitud y usar las armas de hostilidad.

3. Debemos oponernos a aquellos que est�n equivocados sin esp�ritu de animosidad contra los hombres, sino odio a todo mal.

IV. EL EFECTO Y LA RECOMPENSA DE LA JUSTICIA. "Los que buscan al Se�or entienden todas las cosas". Es el efecto m�s bendecido de la obediencia que eleva al hacedor; purifica su coraz�n, aclara su visi�n, abre la puerta dentro de la cual hay raros tesoros de la verdad inmortal, hace que el alma vea y se regocije en aquello a lo que hab�a estado completamente ciego. Revela la verdad viva de Dios. Nos permite:

1. Conocernos a nosotros mismos como Dios nos conoce.

2. Entender nuestra vida como Dios pretend�a que la consider�ramos.

3. Apreciar las palabras y reconocer la voluntad del Divino Maestro.

4. Conocerlo �l mismo, "a quien conocer es la vida eterna" - C.

Proverbios 28:8

(Ver homil�a en Proverbios 28:20, Proverbios 28:22.) - C.

Proverbios 28:9

(Ver homil�a en Proverbios 15:8.) - C.

Proverbios 28:12, Proverbios 28:28

Virilidad oculta

Las dos verdades principales aqu� ense�adas han sido anticipadas por un proverbio anterior, a saber. la ventaja para la sociedad de promover el bien; y la lesi�n causada por el avance de los imp�os (ver Proverbios 11:10). Pero hay una verdad sugerida por el lenguaje del sabio que no aparece en otra parte; �l dice que cuando los malvados se levantan "un hombre est� escondido", que "los hombres se esconden". El hecho aqu� aludido es bastante claro; A menudo hemos le�do, o hemos observado con frecuencia, que los mejores hombres se retiran a la reclusi�n y la inactividad cuando la iniquidad est� en el trono, cuando la inteligencia sin principios tiene las riendas; no servir�n bajo un soberano a quien desprecian, o en circunstancias que hagan que el cargo sea una desgracia, si no un peligro. Pero m�s all� y por debajo de este hecho, el lenguaje est� preparado para sugerirnos que hay mucha masculinidad oculta entre nosotros. Lo encontramos en ...

I. JUBILACI�N PREMATURA. No solo en las condiciones establecidas en el texto, cuando la retirada de hombres honorables es necesaria para los rectos y de mente alta, sino tambi�n en condiciones muy diferentes. Cuando los hombres se sienten atra�dos por un deseo de tranquilidad y tranquilidad, o cuando est�n desanimados por la decepci�n, o est�n disgustados por la lentitud de su ascenso al lugar y el poder, o cuando subestiman su capacidad y su oportunidad, y por lo tanto establecen arma y salir del campo. Esta es una p�rdida grave. Entonces "un hombre est� escondido"; un hombre est� enterrando la sabidur�a de la madurez, el gran resultado de la experiencia m�ltiple, el fruto recolectado de muchos a�os. Est� escondiendo en su propia casa la capacidad culta que deber�a estar gastando en la ciudad, en el pa�s de su nacimiento.

II FACULTAD NO DESARROLLADA. No sabemos con qu� frecuencia sucede que los hombres nacen con grandes capacidades en su naturaleza, y que viven y mueren sin manifestarlos al mundo. No reciben la educaci�n que les dar�a a luz, o est�n confinados dentro de un rango tan estrecho que no tienen ninguna posibilidad de mostrar lo que podr�an ser y hacer. "Mueren con toda su m�sica en ellos"; ellos fallecen, desconocidos, no probados, sin sentir. Eso se gasta en cosas sin importancia que podr�an haber dirigido los asuntos de una gran compa��a, o haber guiado las actividades de alguna Iglesia influyente, o haber decidido el curso de una naci�n poderosa. Un "hombre est� oculto" y una comunidad queda sin enriquecer.

III. FUERZA NO DISCIPLINADA. Cuando Dios le da al esp�ritu humano un fuerte poder de voluntad, hay una necesidad imperiosa de que se gu�e y controle sabia y correctamente en la juventud. Fielmente disciplinado, se convierte en un hombre muy �til, que contribuir� en gran medida al avance y la felicidad del mundo. Pero si se retiene esa disciplina, y se le permite al ni�o inteligente y voluntario crecer en una virilidad no entrenada y sin cultura, habr� un triste desperdicio de poder. Ser� m�s probable que no haga da�o que bien a su generaci�n; �l puede ser una plaga en lugar de una bendici�n. Hay "un hombre escondido"; uno que tiene en �l ser uno de los m�s altos y m�s valiosos, pero que, tal como est�, est� perdido o incluso peor que perdido, para sus contempor�neos y su pa�s.

IV. SIN RESCATE INCORRECTO. Incluso cuando vemos a la humanidad en su peor momento, en su miseria y bajeza, hacemos bien en sentir que debajo del exterior humillante y lamentable hay una virilidad oculta. Es la noble obra de la beneficencia cristiana llegar a esto, poner su mano amable y santa sobre �l, levantarlo y restaurarlo, traerlo al sol de la verdad y el amor, hacerlo visible e incluso bello. la vista de Dios y en la estimaci�n del hombre.

Proverbios 28:18

(Ver homil�a en Proverbios 11:30 - C.

Proverbios 28:19

(Ver homil�a en Proverbios 27:23.) - C.

Proverbios 28:20, Proverbios 28:22

(y Proverbios 28:8)

�Riqueza o fidelidad? un serm�n para j�venes

�Qu� establecer� el joven ante �l como su objetivo cuando se encuentre cara a cara con la vida activa? �Se decidir� a ser rico, o resolver� que, cualesquiera que sean sus circunstancias, ser� contado entre aquellos que son fieles a su confianza? �Deber� fijar su mente y encontrar su herencia en una gran propiedad o en una vida honorable y �til? Deje que tal investigador considere:

I. LA GRAVE DUDA SOBRE LA RIQUEZA. Tener suficiente dinero para un hogar confortable, para la educaci�n, para el fomento de la causa de Dios y para el alivio de la necesidad humana, esto es ciertamente algo muy deseable. El que est� enfrentando el futuro puede desear honestamente alcanzarlo, y el que lo ha ganado puede agradecer sinceramente a Dios por la bondad que ha puesto esta bendici�n en su poder. Pero la mera adquisici�n de riqueza, en la que tantos ponen sus corazones, a la que dedican sus vidas, y por la cual sacrifican las mejores y m�s altas cosas de todas, no garantiza nada de lo que es valioso para un hombre que usa su razona y se preocupa por su personaje. Para qui�n puede estar seguro:

1. C�mo se ganar�. Hay tentaciones por todas partes para ganar dinero deshonestamente o, si no fraudulentamente, por medios cuestionables; aprovechando a los d�biles y luchando de una manera que, si no es positivamente injusta, es desconsiderada y cruel. De aquellos que "se apresuran a ser ricos", �qu� proporci�n tan grande no puede ser "inocente" ( Proverbios 28:20)! O se desv�an de la l�nea recta de la equidad perfecta, o deambulan por formas de injusticia y vergonzoso mal. �Qui�n dir� si el pr�ximo aspirante no se contar� en su n�mero? �Y de qu� le sirve a un hombre ganar una fortuna y perder su integridad?

2. Cu�nto tiempo se quedar�. �l "no considera que la pobreza vendr� sobre �l". Pocas cosas son menos seguras que la duraci�n de la riqueza. �Qui�n que ha alcanzado la mediana edad no ha sabido con frecuencia que aquellos que se supon�a que estaban m�s all� del alcance de la desgracia se redujeron repentinamente o se mendigaron positivamente (ver Proverbios 23:5)?

3. Cu�nto har� por su poseedor. "El que se apresura ... tiene un mal de ojo"; est� tan lejos de estar satisfecho con su fortuna y de mirar con gracia y generosidad a todos sus vecinos, ricos y pobres, que mira con envidia a los que son m�s ricos que �l, con orgullo a los que tienen menos �xito y de mala gana a los que son pobres, para que no quieran su ayuda y disminuyan su tienda.

4. A d�nde ir�. Si se obtiene de manera deshonesta, es probable que la riqueza pronto se encuentre con la penalidad que merece y pase a otro titular. Puede ir a �l que "tendr� l�stima de los pobres", o puede ponerse en manos de "el tonto", que lo malgastar� en alg�n tipo de locura ( Eclesiast�s 2:18, Eclesiast�s 2:19, Eclesiast�s 2:21). Hay, entonces, una incertidumbre absoluta sobre las riquezas. Puede ser que Dios no haya querido que un hombre sea rico, sino que sea feliz en una estaci�n muy humilde ( Proverbios 30:9); y un esfuerzo pertinaz para asegurar lo que Dios no ha puesto a su alcance debe terminar en un miserable fracaso y un esp�ritu gravemente herido. Para tales como estos las palabras fuertes de Pablo son aplicables ( 1 Timoteo 6:9, 1 Timoteo 6:10).

II La certeza de la fidelidad. "Un hombre fiel abundar� en bendiciones". Y no hay lugar para cuestionarlo. Que un hombre sea fiel a sus convicciones; que sea para Dios, su Padre y su Salvador, lo que sabe en su coraz�n que deber�a ser; perm�tale ser verdadero y recto en todas sus relaciones con sus semejantes, y estar� regulando su vida por un principio soberano que "abundar� en bendiciones". Va a:

1. Construir un car�cter fuerte y noble.

2. Establezca una reputaci�n honorable y gane la confianza de los hombres.

3. Asegure una medida de paz y felicidad tan grande como lo es la humanidad disciplinada.

4. Dispense mucho bien de muchos tipos a quienes lo rodean, tanto en la vida p�blica como en la dom�stica.

5. Conduzca hacia un final pac�fico y hacia un futuro glorioso. �Qu� hombre sabio pondr�a en peligro la p�rdida de estas bendiciones invaluables por el bien incierto y transitorio de la riqueza mundana?

Proverbios 28:23

(Ver homil�a en Proverbios 27:5, Proverbios 27:6.) - C.

Proverbios 28:24

Deber filial

Estas palabras pueden ser tomadas no solo como condenatorias del error filial, sino como sugestivas de la obligaci�n filial. Primero nos fijamos en:

I. TRES FORMAS DE FILIAL INCORRECTO.

1. Descuido culpable. Hacer cosas o dejarlas sin hacer, de modo que se desperdicie el dinero de los padres (que, tal vez, no se pueda ahorrar).

2. apropiaci�n inconsciente. Que puede ascender desde sacar a la mascota o sacarla del armario hasta una apropiaci�n seria de la propiedad.

3. Participaci�n sin principios. Ya sea en forma de

(1) contraer deudas que deber�n pagarse de la cartera del padre; o lo que es peor

(2) seguir un curso de conducta malvado que desacreditar� el apellido y le robar� su reputaci�n honrada y preciada.

II SU CULPABILIDAD ANTE DIOS. Quienes hacen tales cosas pueden justificarlos ante sus propias mentes; pueden decirse a s� mismos: "No es transgresi�n; lo que es de nuestros padres es nuestro"; pero esta no es la luz que muestra al cielo. No es solo el sabio. pero el Hijo de Dios, que ha fijado su condena solemne a la deficiencia filial ( Mateo 15:5). La conducta indigna hacia los padres es un pecado muy atroz.

1. Es una violaci�n muy distinta del comando Divino ( �xodo 20:12; Deuteronomio 27:16; Mateo 19:19; Efesios 6:1, Efesios 6:2; Colosenses 3:20).

2. Es un mal hecho para aquellos que, en virtud de su relaci�n, tienen el mayor reclamo sobre nosotros.

3. Es un pecado contra aquellos que han gastado en nosotros el amor m�s paciente y sacrificado. Robarles a quienes debemos m�s de lo que podemos a cualquier otro ser humano es un delito agravado. Es bueno considerar:

III. EL VERDADERO SENTIMIENTO FILIAL. Un verdadero hijo, que se da cuenta de lo que se debe a sus padres, no solo evitar� aprovechar la ventaja que la confianza de su padre pone en su poder, sino que considerar� c�mo puede obtener alg�n beneficio por todo lo que ha recibido de sus padres. manos. Y �l comprender� que esto debe ser interpretado por:

1. Afecto receptivo.

2. Obediencia pronta y alegre.

3. Listo consentimiento en aquellas cosas que est�n m�s all� de su alcance; docilidad y sumisi�n del esp�ritu.

4. Disposici�n pr�ctica para compartir las cargas del hogar. As� aligerar� el trabajo y alegrar� la vida de aquellos que fueron los primeros, y quiz�s ser� el m�s largo, si no el �ltimo, que lo amar�.

Proverbios 28:25

(�ltima parte) y 26 (antigua parte)

En quien confiar

Aquellos que esperan la vida humana desde el punto de vista optimista de la juventud pueden ver en ella poco de qu� temer; pero aquellos que han llegado al �ltimo extremo y lo miran hacia atr�s, saben cu�nto hay en �l para dar lugar a una seria aprensi�n. Son ellos los que se preocupan por los j�venes y quienes son tan devotos sol�citos que estos deber�an confiar en lo que los sostendr�. Hay tres principios que son aplicables.

I. LA CONFIANZA ES MEJOR QUE INCLINARSE SOBRE LOS DEM�S. Ser guardado del "mal que hay en el mundo" por la autoridad, el consejo o la s�plica de los dem�s es bastante insatisfactorio en cualquier persona, excepto en los muy j�venes. Estos accesorios humanos ser�n quitados, y �d�nde est�, entonces, nuestra virtud?

II EL PRINCIPIO MORAL ES MEJOR QUE LA DISPOSICI�N CORRECTA. Es suficiente heredar o absorber inclinaciones correctas, impulsos puros, sentimientos honorables. Pero estos pueden disminuir antes de la fuerza de una tentaci�n muy fuerte, o ser (como de hecho a menudo lo est�n) desgastados y desgastados por los excrementos de las influencias hostiles. El principio moral, bien arraigado en el alma, resistir� el fuerte viento y a�n levantar� su cabeza al cielo.

III. CONFIAR EN DIOS ES INCOMPARABLEMENTE M�S SABIO QUE DESCANSAR EN NOSOTROS MISMOS,

1. "Confiar en nuestro propio coraz�n" es una gran locura. Porque, por un lado, no sabemos con qu� nos podemos encontrar. Posiblemente nuestra vida pueda estar relativamente libre del mal, material y moral; pero tal vez no sea as�. Puede haber ante nosotros pruebas de la mayor severidad, para las cuales se requerir� la mayor resistencia; o puede haber tentaciones del tipo m�s severo, que nos asaltar�n con una fuerza tremenda y abrumadora; o se nos puede exigir altos deberes, grandes servicios de orden incluso heroico, solo para ser prestados por una noble abnegaci�n; o puede esperarnos oportunidades espl�ndidas, para ser desiguales de lo que ser�a un arrepentimiento de por vida, para aprovechar las que nos coronar�an de alegr�a y honor. Y, por otro lado, sabemos que, asociado incluso con el principio moral, hay cierta medida de debilidad humana. Cada hombre tiene su punto vulnerable; y para la fuerza mental y el car�cter de cada hombre hay un l�mite que se alcanza con demasiada facilidad. �Qui�n de nosotros se atrever�a a decir que �l, por s� mismo, por fortificado que sea, incluso por convicciones s�lidas, as� como por excelentes inclinaciones, es lo suficientemente fuerte como para resistir cualquier tormenta que pueda golpearlo, para nadar cualquier corriente en la que pueda estar? �para subir a cualquier altura que se le pida que suba?

2. Confiar en Dios es la verdadera sabidur�a. por

(1) Dios puede hacernos permanecer firmes ( Romanos 14:4). �l puede hacernos saber "la grandeza de su poder hacia los creyentes". Podemos "hacer todas las cosas en Cristo que nos fortalece".

(2) �l ha prometido sostenernos y habilitarnos, si confiamos en �l (Salmo 32:10; Psa 125: 1-5: 11; Isa�as 26:3; Isa�as 40:30, Isa�as 40:31; 2 Timoteo 1:12). Dios nos ha dado abundantes razones para creer que, si confiamos pr�ctica y devotamente en �l, nos ver� a salvo a trav�s de cada maldad que tengamos que enfrentar y dominar, y nos guiar� a su propio hogar y gloria.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Proverbs 28". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/proverbs-28.html. 1897.