Bible Commentaries
Salmos 136

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

Versículos 1-26

EXPOSICI�N

Un SALMO con un estribillo familiar (comp. Salmo 118:1, Sal 118: 29; 2 Cr�nicas 5:13; Esdras 3:11) al final de cada l�nea. En general Salmo 134:1; sigue la l�nea de Salmo 135:1, llamando a Israel a alabar a Dios y basando el llamado en sus gloriosas manifestaciones de s� mismo en la naturaleza (Salmo 135:5) y la historia (veto. 10-24 ), repitiendo en este �ltimo caso los mismos hechos. M�tricamente, el salmo est� organizado, hasta cerca del final, en una serie de trillizos, pero concluye con dos estrofas de cuatro l�neas cada una (Sal. 135: 19-22 y vers�culos 23-26). Se conjetura que se escribi� como el himno solicitado en Salmo 135:19 (Kay).

Salmo 136:1

Oh, dale gracias al Se�or; porque es bueno, porque para siempre es su misericordia. Id�ntico al primer verso de Salmo 118:1, que es probablemente una f�rmula muy antigua, y uno usado en la erecci�n tanto del primero ( 2 Cr�nicas 5:13) como del segundo templo ( Esdras 3:11).

Salmo 136:2

Oh, dale gracias al Dios de los dioses: por su misericordia, etc. La frase "Dios de los dioses" aparece primero en Deuteronomio 10:17. Era muy familiar para los asirios y los babilonios. En la Biblia es usado por Joshua ( Josu� 22:22), Nabucodonosor ( Daniel 2:47), Daniel ( Daniel 11:36) y este salmista. Sanciona un uso secundario de la palabra "Dios", como se encuentra tambi�n en Salmo 82:6; Salmo 96:4; Salmo 97:7, Salmo 97:9; Salmo 138:1.

Salmo 136:3

Oh, dale gracias al Se�or de los se�ores. "Lord of lords" aparece tambi�n primero en Deuteronomio 10:17. Tambi�n lo usa San Pablo ( 2 Timoteo 6:15) y San Juan ( Apocalipsis 17:14; Apocalipsis 19:16). Por su misericordia, etc.

Salmo 136:4

Al que solo hace grandes maravillas (comp. Salmo 72:18). Por su misericordia, etc.

Salmo 136:5

Al que por sabidur�a hizo los cielos. La creaci�n es la obra, no solo del poder de Dios, sino tambi�n de su sabidur�a. Las cosas se hicieron como est�n por el esfuerzo de su previsi�n y comprensi�n (comp. Proverbios 3:19; Efesios 1:11). Por su misericordia, etc.

Salmo 136:6

Al que extendi� la tierra sobre las aguas (comp. Isa�as 42:5; Isa�as 44:24; Salmo 24:2). Por su misericordia, etc.

Salmo 136:7

Para el que hizo grandes luces (ver G�nesis 1:14-1). Por su misericordia, etc.

Salmo 136:8 - El sol para gobernar por d�a (comp. G�nesis 1:16). Por su misericordia, etc.

Salmo 136:9

La luna y la mirada para gobernar de noche ( G�nesis 1:16, G�nesis 1:18). Por su misericordia, etc.

Salmo 136:10

Al que hiri� a Egipto en su primog�nito. El paralelismo con Salmo 135:1, aqu� se vuelve muy cercano, y as� contin�a hasta el final del vers�culo 22. Sin embargo, cinco vers�culos se expanden en trece. Por su misericordia, etc.

Salmo 136:11

Y sac� a Israel de entre ellos (ver �xodo 12:51; �xodo 14:19-2). Por su misericordia, etc.

Salmo 136:12

Con una mano fuerte y con un brazo extendido (comp. �xodo 6:6; Deuteronomio 7:8, Deuteronomio 7:14; Nehem�as 1:10 , etc.) Por su misericordia, etc.

Salmo 136:13

Al que dividi� el Mar Rojo en partes; literalmente, en secci�n: c�rtelo, por as� decirlo, en dos (consulte �xodo 14:21). Por su misericordia, etc.

Salmo 136:14

E hizo pasar a Israel por el medio (ver �xodo 14:22, �xodo 14:29; �xodo 15:19). Por su misericordia, etc.

Salmo 136:15

Pero derroc� a Fara�n y su anfitri�n en el Mar Rojo (ver �xodo 14:27, �xodo 14:28; �xodo 15:1). Que la muerte del fara�n en el Mar Rojo no est� necesariamente impl�cita se ha demostrado en el comentario sobre �xodo. Por su misericordia, etc. La severidad hacia sus adversarios era "misericordia" para Israel, que de otra manera no podr�a haber sido entregado.

Salmo 136:16

Al que condujo a su pueblo por el desierto ( �xodo 13:20-2; �xodo 40:36-2; Deuteronomio 8:15). Por su misericordia, etc.

Salmo 136:17

A aquel que hiri� a grandes reyes (ver el comentario en Salmo 135:10). Por su misericordia, etc.

Salmo 136:18

Y mat� a reyes famosos. Oreb, Zeb, Zeba, Zalmunna, Agag. Por su misericordia, etc.

Salmo 136:19

Sihon Rey de los Amorreos (comp. Salmo 135:11). Por su misericordia, etc.

Salmo 136:20

Y Og, el Rey de Bas�n ( N�meros 21:33; Salmo 135:11). Por su misericordia, etc.

Salmo 136:21

Y dieron su tierra por herencia (ver Josu� 12:1). Por su misericordia, etc.

Salmo 136:22

Incluso una herencia a Israel su siervo (comp. Salmo 135:12). Por su misericordia, etc.

Salmo 136:23

Quien nos recordaba en nuestro bajo estado. Cuando nos trajeron bajo. El tiempo que se quiere decir es probablemente el del cautiverio babil�nico, que es el tema del pr�ximo salmo. Por su misericordia, etc.

Salmo 136:24

Y nos ha redimido de nuestros enemigos; m�s bien, y nos redimi�, o "nos arrebat�", de nuestros enemigos. Por su misericordia, etc.

Salmo 136:25

Quien da alimento a toda carne. Tiene un cuidado, es decir; no solo para el hombre, sino tambi�n para los animales (comp. Salmo 104:27; Salmo 145:15; Salmo 147:9; Jon�s 4:11). Por su misericordia, etc.

Salmo 136:26

Oh, dale gracias al Dios del cielo, "El Dios del cielo" es una designaci�n favorita de Dios en los Libros de Esdras, Nehem�as y Daniel ( Esdras 1:2; Esdras 5:11, Esdras 5:12; Esdras 6:9, Esdras 6:10; Esdras 7:12, Esdras 7:21; Nehem�as 1:4, Nehem�as 1:5; Nehem�as 2:4, Nehem�as 2:20; Daniel 2:18, Daniel 2:19, Daniel 2:37, Daniel 2:44). Era una frase conocida por los asirios, los babilonios y los persas. Porque para siempre es su misericordia.

HOMIL�TICA

Salmo 136:1

La constancia divina.

El estribillo de cada verso del salmo puede proporcionarnos un pensamiento rector en nuestro tratamiento. Desde los primeros comienzos de la creaci�n (a medida que nos afectan) hasta la �ltima hora de la experiencia humana, tenemos evidencia de la bondad, la "misericordia" del Se�or. Ha perdurado a trav�s de todas las generaciones, est� con nosotros ahora, asistir� a nuestra carrera (estamos seguros) hasta el final de los tiempos. Lo encontramos

I. ES LA DIVINA DISPOSICI�N. Dios nos dio sol, luna y estrellas al principio. Estos han estado dando luz a los hombres en todas partes y en todas las edades. Han estado regulando las estaciones del a�o y las mareas del oc�ano, y nos han estado contando el tiempo con constancia ininterrumpida. El tiempo de siembra y la cosecha no han fallado; se le ha dado comida a toda carne, al hombre y a la bestia, a trav�s de todos los siglos (Salmo 136:25). Si la tierra ha sido est�ril en una parte, ha sido fruct�fera en otra. No se ha necesitado nada para abastecer a toda la humanidad con lo necesario y las comodidades de la vida, salvo la diligencia, la empresa y la econom�a del hombre. Dios ha provisto su parte. Su amabilidad es constante.

II EN DIVINA RETRIBUCI�N. (Salmo 136:10, Salmo 136:17.) Sin duda, esta frase recurrente, "Su misericordia perdura para siempre", est� escrita por el salmista desde el punto de vista de Israel. Eso es bastante obvio por las palabras con las que est�n conectados estos vers�culos. La destrucci�n de los enemigos de Israel signific� la liberaci�n, en piedad, del propio Israel. Pero podemos hacer una pausa para recordar que toda retribuci�n justa es parte de la bondad divina. No puede ocurrirnos una calamidad mayor que la divina indiferencia al pecado y el permiso ilimitado para consentirlo; Por lo tanto, no se nos puede hacer m�s da�o grave que la retenci�n de la pena divina cuando el pecado y el mal son cometidos por nosotros. Eso inevitablemente se producir�a en la p�rdida de toda reverencia real hacia Dios y de todo respeto hacia nosotros mismos. Significar�a la simple aniquilaci�n del car�cter humano, del valor humano, de la excelencia distintiva de la vida humana. El odio permanente de Dios y el castigo del pecado es un elemento de su constante bondad hacia nuestra raza, as� como una caracter�stica permanente de su propio car�cter Divino.

III. EN DIVINA COMPASI�N Y REDENCI�N. Dios siempre ha sido lamentable, y su compasi�n ha invocado su poder para salvar.

1. Hay dos ejemplos notables de esto en la historia hebrea: la liberaci�n de las dificultades y la esclavitud egipcias ( �xodo 3:7, �xodo 3:8), y la restauraci�n del cautiverio en Babilonia ( Esdras 1:1.). Dios "los record� en su bajo estado" y "los redimi� de sus enemigos".

2. Hubo una ilustraci�n culminante y trascendente de esto en el advenimiento de nuestro Se�or. Nos vio en nuestro "estado bajo". El mundo estaba hundido en la superstici�n, en el vicio, en la violencia, en la miseria, en la muerte espiritual. Ning�n "estado" podr�a ser m�s bajo que el del mundo humano cuando Jesucristo entr� en �l; y luego logr� ese trabajo que es emitir en su "redenci�n".

3. Tenemos ilustraciones individuales de esto ahora. El ojo que miraba con l�stima las primeras penas y luchas de sus hijos mira hoy con tierna pena los sufrimientos y las pruebas de su pueblo. En toda nuestra aflicci�n, �l est� afligido. Est� "conmovido con el sentimiento de nuestras enfermedades" ( Hebreos 4:15). Es consciente de nuestro peligro cuando est� en medio de la tentaci�n y, en respuesta a nuestra oraci�n, nos redime del poder de nuestro adversario. Hasta la �ltima hora de la vida individual, hasta la �ltima hora de tiempo, podremos buscar con santa confianza la simpat�a y el socorro; "Porque para siempre es su misericordia".

HOMILIAS POR S. CONWAY

Salmo 136:1

Repeticiones muchas, pero no vanas.

Una y otra vez viene el estribillo: "Su misericordia perdura para siempre". Pero nunca es una repetici�n vana, a menos que la mente, por su descuido, lo haga as�. Es como la pieza musical alemana que se llama 'The Fremensberg', que cuenta una de las antiguas leyendas de la regi�n: c�mo "un gran noble de la Edad Media se perdi� en las monta�as y deambulaba con sus perros en un tormenta violenta, hasta que al fin los tonos d�biles de una campana del monasterio, llamando a los monjes a un servicio de medianoche, atrap� su o�do, y sigui� la direcci�n de donde ven�an los sonidos, y fue salvado. Un hermoso aire corre por la m�sica sin cesar , a veces fuerte y fuerte, a veces tan suave que casi no se puede distinguir, pero siempre est� all�. Se balanceaba grandiosamente a lo largo del agudo silbido del viento de tormenta, el traqueteo de la lluvia y el estallido y el trueno del trueno. ; hiri� suave y bajo a trav�s de los sonidos menores, los distantes, como el sonido de la campana del convento, el sonido melodioso del cuerno del cazador, los angustiados aullidos de sus perros y el canto solemne de los monjes; se levant� de nuevo, con un anillo de j�bilo, y se mezcl� con el ingenio. h Las canciones y los bailes campestres de los campesinos se reunieron en la sala de conciertos para animar al cazador rescatado mientras cenaba, imitando todos estos sonidos con una precisi�n maravillosa. El canto solemne de los monjes no fue hecho por instrumentos, sino por las voces de los hombres, y se elev� y sinti� y se elev� nuevamente en esa rica confusi�n de sonidos guerreros y campanas pulsantes, y el majestuoso balanceo de ese aire encantador siempre presente, y me pareci� que nada podr�a ser m�s divinamente bello "(Mark Twain). As� que el dulce estribillo de este salmo se escucha en medio de toda variedad de circunstancias, y nunca est� ausente, sino que invierte con su propio encanto cada una de las m�ltiples declaraciones que el el salmo contiene �Pero por qu� toda esta repetici�n?

I. PORQUE SOMOS TAN APTO PARA OLVIDAR LA VERDAD QUE DICE. �No es as�? "El buey conoce a su due�o", etc. ( Isa�as 1:1.).

II PORQUE ES UNA VERDAD TAN INCRE�BLE IMPORTANTE. Repetimos mensajes a aquellos que sabemos que pueden olvidar, y lo hacemos m�s seg�n la importancia del mensaje. Y ninguno puede ser m�s importante que esto, consid�relo como lo haremos. �Qui�n est� all� que no necesita recordarlo, que no es mejor para recordarlo?

III. PORQUE, CUANDO SE RECUERDA, SE CREE Y SE REALIZA EN EL CORAZ�N, NO PODEMOS MANTENER SILENCIO. "Cre�, por eso he hablado", dijo San Pablo; y siempre ha sido as�. El que escribi� este salmo cre�a que esta verdad tan bendita de la misericordia de Dios perdura para siempre, y no pod�a guardar silencio; ni lo haremos cuando creemos de la misma manera.

Salmo 136:1

�Su misericordia perdura para siempre?

�Cu�ntas voces hay que parecen negar la bendita declaraci�n que se repite en cada verso de este salmo, y en tantos otros salmos y Escrituras al lado!

I. LA VOZ DE LA DOLOR DE TIERRA PARECE NEGARLA. "�Qu�!" dice uno: "�Su misericordia perdura para siempre? Y yo, una vez tan felizmente ubicado, y para quien toda la vida era brillante, y ahora tan pobre, un hombre arruinado: �c�mo puede perdurar su misericordia para siempre? No puedo creerlo". Y aqu� hay otro que ha sido amargado, la luz de su hogar se ha apagado. Y otro cuyo coraz�n late dentro de �l por una sensaci�n de maldad cruel que le ha sido infligida y que ha amargado toda su vida. Y otro cuya existencia es un largo dolor. Y otro atormentado por la ansiedad. �Oh, cu�ntos hay para quienes hablar de la misericordia de Dios parece un pensamiento imposible e inactivo!

II Y LA VOZ DE LA TEOLOG�A POPULAR LA HA NEGADO PR�CTICAMENTE. Porque representa a Dios como un Gobernador moral que ha atribuido una tremenda pena al pecado, una pena ante la sola idea de que el coraz�n se estremece y que infligir�a esto a la humanidad en general, porque todos han pecado, solo que la misericordia se interpone, y Por el sacrificio de Cristo se abre un camino de escape para todos los que creen. Ahora, en esta representaci�n hay mucho de lo que es b�blico y verdadero, pero se equivoca al representar el fundamento del car�cter Divino como el del magistrado en lugar del padre. Como si su gran prop�sito fuera mantener una ley en lugar de entrenar y ense�ar, restaurar y redimir. Y, por lo tanto, limitan esta salvaci�n a los bautizados, a los elegidos, oa los que moran en tierras cristianas. Y lo limitan igualmente a la vida presente. As�, pr�cticamente, parecen negar el car�cter siempre duradero de la misericordia de Dios.

III. Y HAY MUCHA ESCRITURA QUE PARECE APOYAR ESTA NEGACI�N. Ciertamente, no hay declaraciones directas que ense�en que fuera de los l�mites de la fe en Cristo y de la vida presente, todav�a hay salvaci�n, y hay muchas que parecen decir claramente que no la hay.

IV. Y hay hechos horribles en la vida que apuntan en la misma direcci�n. Los hombres, muchos de ellos, mueren en sus pecados, hasta donde podemos ver, sin tener parte ni suerte en el reino de Dios.

V. PERO, A pesar de todo esto, la misericordia de Dios perdura para siempre.

1. Debe ser as� debido a su car�cter declarado. Dios es amor. El es nuestro padre. Su misericordia no es un atributo externo a s� mismo, algo que ha asumido; pero es lo que �l es en su propia naturaleza inherente. Por lo tanto, mientras Dios exista, su misericordia debe existir de la misma manera, es decir, debe perdurar para siempre.

2. Debido a su prop�sito declarado. No le agrada la muerte del que muere. Tendr� a todos los hombres para ser salvados. Dio a su Hijo unig�nito para que muriera por todos nosotros, y ante �l toda rodilla se doblar�. "El Hijo de Dios se manifest� para destruir las obras del diablo". �Puede su prop�sito, entonces, ser frustrado para siempre?

3. El dise�o manifiesto de todos sus tratos con nosotros. Su perpetua bondad. Las aflicciones y penas que env�a son para bien, no para mal; para sanar, no da�ar. Y los castigos que inflige, no son en venganza, sino para someter a la voluntad perversa El amor est� en el coraz�n de las cosas, la raz�n �ltima de todas ellas.

4. Lo que ya ha hecho. Las voluntades m�s tercas que ha sometido, y somete d�a a d�a. Los recursos de su misericordia no est�n agotados ni agotables. � S.C.

Salmo 136:1 (cada verso)

La ant�fona de la Iglesia.

No puede haber ninguna duda de que este salmo se cant� antifonalmente en el templo jud�o, algunos de los sacerdotes recitaron o cantaron la primera parte de cada verso, y luego toda la congregaci�n respondi�: "Porque su misericordia es para siempre". Pero esta declaraci�n repetida a menudo no pertenece solo a la Iglesia jud�a, sino a toda la Iglesia de Dios en todas las �pocas y en todo el mundo. "Una noche de febrero, 358 dC, la gran iglesia de Alejandr�a estaba brillante con luces hasta bien entrada la noche, y a�n as� la congregaci�n no se dispers�. El obispo Atanasio estaba all� y el servicio deb�a prolongarse hasta la ma�ana; para el d�a siguiente Se celebrar�a la Sagrada Comuni�n, y era costumbre frecuente entre los primeros cristianos pasar la noche anterior en oraci�n y canto de himnos. Todos sab�an que m�s problemas se cern�an sobre su amado obispo, y que el tiempo de su presencia con ellos probablemente sea muy breve. De repente, un ruido de choque rompi� la quietud. La iglesia estaba rodeada de hombres armados. Con tranquila presencia mental, Atanasio se levant� y dio el salmo ciento treinta y seis, que tiene en cada verso la respuesta, por su la misericordia perdura para siempre. Toda la congregaci�n se uni� a gritar esas grandes palabras, cuando la puerta se abri� de golpe, y el enviado imperial, a la cabeza de un cuerpo de soldados, camin� por el pasillo. iers retrocedi� con asombro ante el solemne sonido del canto, pero nuevamente presionaron, y una lluvia de flechas atraves� la iglesia. Las espadas destellaron, los brazos temblaron y gritos bruscos interrumpieron la m�sica. Atanasio retuvo su asiento hasta que la congregaci�n se dispers�, luego �l tambi�n desapareci� en la oscuridad y nadie supo a d�nde se hab�a ido. Encontr� refugio entre sus viejos amigos, los ermita�os de Egipto "(citado por Perowne). La bendita verdad que declara es:

I. LA EXPLICACI�N DE TODO LO QUE DIOS ES Y HACE. Despu�s de cada recital de lo que Dios es o de lo que ha hecho, se agrega, como a modo de explicaci�n, "Por su misericordia", etc. Y se declara, no solo en relaci�n con las declaraciones sobre la santidad, el la grandeza, la majestad y el amor de Dios, no solo en relaci�n con sus actos de creaci�n y de beneficencia, sino tambi�n con los de juicio y castigo horrible. Todos est�n incluidos. Y todos deben tener alguna explicaci�n. El salmo dice esto: "Por su misericordia", etc. �Puede alguien encontrar uno mejor o uno que satisfaga los m�ltiples aspectos del problema de la vida humana? Incluso sus juicios, su "trabajo extra�o", tienen misericordia en el coraz�n de ellos, como lo percibir� un peque�o reflejo.

II LA CLAMANTE NECESITA DE TODOS LOS HIJOS DE DIOS. �Porque qui�n de las mujeres nacidas no necesita misericordia, puede decir que no tiene pecado, que Dios no tiene nada de qu� acusarlo? �D�nde, pero por la misericordia de Dios, deber�a haber estado alguno de nosotros? Y no solo necesitamos misericordia, sino tambi�n una misericordia duradera. No podemos darle a Dios ninguna garant�a de que si nos perdona, nunca m�s necesitaremos su perd�n. �Pobre de m�! Es nuestra necesidad diaria. As� como se nos ense�a a pedir pan de cada d�a, tambi�n debemos orar diariamente, "Y perd�nanos nuestros pecados".

III. LA INSPIRACI�N DE TODOS LOS SIERVOS DE DIOS. "El amor de Cristo nos constri�e", dijo San Pablo; y como fue con �l, as� es con todos los siervos de Dios. No es la falta de miedo, la incitaci�n de la conciencia, el mandato del deber, lo que impulsa al siervo de Dios, sino la inspiraci�n del amor que declara esta ant�fona.

IV. La confesi�n alegre de todos los redimidos de Dios. Lo confiesan aqu� en la tierra; en el cielo, "Digno es el Cordero", que no es m�s que otra forma de esta misma bendita verdad, es el tema perpetuo de los rescatados all�.

V. EL ALENTAMIENTO PARA TODOS LOS QUE DESEEN VOLVER A DIOS. Ver el pr�digo. fue el recuerdo de la casa de su padre lo que lo determin� al regresar a casa. Estaba seguro de que el amor de su padre no le fallar�a. Y a�n as�, es la proclamaci�n y la creencia de la misericordia que perdura para siempre lo que envalentona al coraz�n contrito a arrojarse sobre Dios (Salmo 51:17).

VI. QUE EL CREYENTE SIGUE DICIENDO UNA Y OTRA VEZ M�S INESPERADAMENTE. Vea en este salmo c�mo se repite perpetuamente, y esto no es m�s que un ejemplo de lo que el coraz�n del pueblo redimido de Dios se deleita. �Cu�les son los himnos favoritos, las porciones m�s bendecidas de la Escritura, pero las que cuentan m�s clara y completamente de �La misericordia que perdura para siempre? Y cuando venimos a morir, no hay nada m�s que alivie y fortalezca el alma que se aleja como esta misma verdad como se ve en Jesucristo nuestro Se�or.

Salmo 136:4

Las grandes maravillas de Dios.

I. �QU� SON? Se los ve en la naturaleza; en providencia y especialmente en gracia. Todo el prop�sito, el plan y el logro de la salvaci�n del hombre est�n llenos de ellos.

II DIOS EST� HACIENDO GRANDES MARAVILLAS. No es que alguna vez los hizo y ahora ha dejado de hacerlo, pero lo est� haciendo y continuar� haci�ndolos. Por lo tanto, podemos esperarlos con respecto a los dem�s y a nosotros mismos.

III. NADIE M�S LOS HACE.

1. En la naturaleza vemos esto claramente. Nadie piensa que �l puede hacer sus obras.

2. En providencia vemos esto en parte. Los hombres tienden a pensar que ellos mismos son los autores del bien que les llega.

3. En gracia, los hombres tardan en ver esto. Persisten en pensar que deben traer algo, hacer algo, o de lo contrario no pueden ser salvados. Regatean sobre el regalo gratuito de Dios.

IV. Y SON GRANDES MARAVILLAS. No es com�n y ordinario.

1. Era de esperarse que lo fueran. Porque son las obras de Dios.

2. Era necesario que lo fueran. �De qu� otra manera se salvar�a el hombre?

3. Tienen todas las condiciones de grandeza. Rareza; poder trascendente; sabidur�a; gracia.

V. MERECEN Y EXIGEN NUESTRO ELOGIO. Del coraz�n, el labio, la vida.

Salmo 136:10

De Egipto a Cana�n.

Casi todos los lectores de la historia de Israel han visto, ya que seguramente se pretend�a que se viera, el patr�n y la imagen del viaje del alma cortada de la miseria y la esclavitud del pecado en la gloriosa libertad con la que Cristo libera a su pueblo. Es un viaje largo y arduo, pero benditos son los que lo toman. Estos vers�culos implican o establecen sus etapas principales.

I. LA PREPARACI�N PARA ESTE VIAJE. Esto no est� establecido, pero est� impl�cito. Conocemos el cansancio y la angustia, la dura esclavitud y la cruel opresi�n que llevaron a Israel a clamar al Se�or. Y algo as� el alma sabe en su m�s que esclavitud egipcia y opresi�n a trav�s del pecado. Y antes de que llegue la verdadera liberaci�n, ha habido el clamor al Se�or.

II SUS PASOS DIFERENTES.

1. Creer en Dios. Esto se demostr� por su obediencia a la orden en cuanto a la Pascua. La incredulidad pudo haber ca�do y objetado, pero se dio el esp�ritu de fe, y todo Israel celebr� la Pascua. Y antes de que la liberaci�n llegue al alma, hay y debe haber fe en Cristo nuestra Pascua; la confianza definitiva en �l como nuestro Salvador.

2. La ruptura del poder del opresor. (Salmo 136:10.) Lo que en la conciencia del alma redimida corresponde a lo que dice este vers�culo es la suspensi�n del poder del pecado. Ya sea permanentemente o no, durante un tiempo ese poder parece paralizado, como lo estaba el poder de Fara�n cuando los primog�nitos fueron heridos. Estamos bajo su cruel compulsi�n ya no.

3. La liberaci�n real. (Salmo 136:12, Salmo 136:13.) Salieron de Egipto; as� abandona el alma sus viejas costumbres y comienza a tomar la posesi�n prometida.

4. Consagraci�n completa. Parec�a como si Israel fuera arrastrado nuevamente a la esclavitud all� en Pihahiroth, como si la vieja miseria volviera a surgir. �Con qu� frecuencia el alma ha encontrado algo as�! Pero la orden lleg� a Israel para "seguir adelante". Parec�a imposible, pero obedecieron, y �he aqu�! el Mar Rojo se separ� (Salmo 136:13, Salmo 136:14). San Pablo habla de esto como "bautizados a Mois�s en la nube y en el mar". Era el tipo de consagraci�n completa del alma. Obedecer� a Dios, costar� lo que sea; aunque sea como sumergirse en el mar, obedecer�. Eso es lo que debemos hacer. Luego viene:

5. Liberaci�n adicional y completa. (Salmo 136:15.) Cuando el alma as� decida obedecer a Dios a toda costa, incluso si es como ir directo a la muerte, entonces, �mira! se abrir� el camino, y lo que parec�a la muerte demostrar� ser vida, y nuestros enemigos no nos molestar�n m�s. La auto-entrega del alma a Dios es la destrucci�n de sus enemigos.

6. La prueba y entrenamiento en el desierto. (Salmo 136:16.) La Ley fue dada, y luego vinieron las pruebas de obediencia. Israel fue juzgado por circunstancias providenciales, por mal ejemplo, por feroces ataques de poderosos reyes. La vida redimida debe ser una vida probada; pero, si realmente somos del Israel de Dios, ser� una vida de superaci�n.

III. SU BENDITO FIN. (Salmo 136:21, Salmo 136:22.) Y as� el alma vendr� a sus lugares celestiales en Cristo (vea la Ep�stola a los Efesios). Obtendr� su herencia y la guardar�, en el resto que queda para el pueblo de Dios, del cual Cana�n era del tipo terrenal.�S.C.

Salmo 136:23

Recordada de Dios.

Est�bamos tan para-

I. TODOS ESTAMOS EN "BAJA FINCA".

1. Por naturaleza heredada que nos inclina al pecado.

2. Por nuestro propio pecado actual.

3. Por nuestra sujeci�n al cuidado y la tristeza terrenales.

4. Por la muerte nos alcanza a todos.

II Pero Dios nos record�.

1. Podr�a haber actuado lejos de lo contrario. Nos conden� a todos a la muerte, o nos olvid� y nos dej� seguir nuestros propios caminos.

2. Pero nos recordaba. De hecho, a pesar de que nos pareci� como si hubi�ramos entrado en la mente de Dios, de hecho, nunca hab�amos estado ausentes de su mente. (Vea la evoluci�n de la redenci�n del hombre desde el primer prop�sito de la gracia en Dios hasta nuestra propia redenci�n individual). Una y otra vez la bendita obra continu�.

3. Y todav�a nos recuerda.

III. La explicaci�n de esto es la misericordia de Dios que nunca falla.

1. Por pensar en Dios. �Podr�a �l, siendo tan grande y amable como es, hacer otra cosa que darnos esta redenci�n?

2. Del regalo en s�. �Podr�amos por cualquier acto de nuestra propia compra o adquirirlo? �No estaba completamente fuera de nuestro alcance?

3. De nosotros mismos. No solo carecemos de gran cantidad de m�rito, sino de todo m�rito. �C�mo sino por la misericordia de Dios podemos ser salvos?

HOMILIAS POR R. TUCK

Salmo 136:1

La misericordia perdurable.

Evidentemente, este es un salmo arreglado para cantar alternativamente en el servicio del templo. Una secci�n de los cantantes da las oraciones, y la otra secci�n responde con el estribillo siempre recurrente del salmo, "Porque su misericordia es para siempre". Es un estribillo que tiene un punto e inter�s peculiar cuando los exiliados devueltos en su templo restaurado lo cantan. Sintieron muy profundamente lo que era ser "monumentos de la misericordia de Dios", y ese sentido de la misericordia de Dios hacia ellos les permiti� leer correctamente la historia de los viejos y canosos, y anticipar las edades que a�n no hab�an llegado. Evidentemente, la misericordia de Dios hab�a estado sobre su pueblo desde la eternidad, y esa era la mejor garant�a de que ser�a hasta la eternidad. Que cualquier hombre aprehenda dignamente la misericordia de Dios con �l, y ese hombre estar� seguro de que la "misericordia de Dios perdura para siempre".

I. EL SENTIDO PERSONAL DE LA MISERICORDIA DE DIOS. Hay algunas cosas, tal vez muchas cosas, que no se pueden aprender intelectualmente, que ning�n hombre puede saber hasta que sepa experimentalmente. Puede saber sobre ellos, y puede hablar sobre ellos, pero el conocimiento es una cuesti�n de superficie; no es real, no es espiritualmente efectivo, hasta que llega a trav�s de la experiencia personal. La misericordia de Dios es una de estas cosas. Hay elementos en la misericordia que podemos aprehender mentalmente, como la ternura, la consideraci�n, la gentileza, la piedad; pero hay un elemento que solo podemos realizar sintiendo en relaci�n con �l. Un hombre debe sentirse indigno antes de poder saber cu�l es la misericordia de Dios. Luego adquiere un sentido correcto de la "misericordia de tu gran misericordia". El fariseo satisfecho de s� mismo nunca piensa que la misericordia de Dios le concierne. En esa misericordia el publicano penitente encuentra refugio.

II SUS RAYOS LANZADOS DE VUELTA AL PASADO DEL TRATO DIVINO. Deje que un hombre se sienta as� en relaci�n con la misericordia de Dios, y luego puede mirar hacia atr�s sobre su propio pasado, y hacia atr�s sobre el pasado de la historia, y encontrar la misericordia de Dios, como portadora y tolerante, en todas partes. Entonces los exiliados que regresaron podr�an leer su antigua historia como naci�n. Lo que brill� para ver en todas partes fue la misericordia de Dios. La cautela y la obstinaci�n del hombre, y la misericordia y gentileza de Dios.

III. SUS RAYOS LANZADOS HACIA ADELANTE EN EL FUTURO DEL TRATO DIVINO. Es solo sobre la base de lo que Dios es para nosotros que podemos descansar nuestra confianza de lo que �l ser�. El argumento de nuestra alma toma esta forma: "Este Dios es nuestro Dios por los siglos de los siglos; �l ser� nuestra Gu�a hasta el final". Debido a que su misericordia es nuestra porci�n, estamos seguros de que "su misericordia perdura para siempre". R.T.

Salmo 136:2

Dios y otros dioses.

"Oh, da gracias al Dios de los dioses". Esta expresi�n parece reconocer a otros dioses para poder hacer una comparaci�n con ellos del Dios �nico, vivo y verdadero. Es necesario tener en cuenta que hay dioses para quienes sus fieles afirman que en verdad son dioses. Es cierto que "los dioses de las naciones son �dolos (vanidades indefensas), pero el Se�or (Jehov�) hizo los cielos". pero esa es la opini�n que adoptan los adoradores de Jehov�, no la opini�n que adoptan las naciones que sirven a estos dioses. Para nosotros no hay comparaci�n entre Dios y los dioses. Y, sin embargo, las Escrituras nos invitan a hacer comparaciones. Se puede obtener algo de frescura tomando un punto de vista; pero debe considerarse como un punto de vista y, en ning�n sentido, un escenario completo de verdad en relaci�n con este tema. Los dioses, a diferencia de Dios, siempre son tratados incorrectamente cuando se los considera como deidades distintas e independientes. Puede ser el hecho de la historia que para la masa de la gente se conviertan en tales; pero ese es su enga�o. Nunca son realmente as�; siempre son encarnaciones de Dios, para tener una relaci�n directa con las cosas humanas y terrenales, o son �ngeles guardianes o santos patronos. Esto puede ilustrarse claramente de la religi�n hind�. Brahma es el �nico dios viviente; pero hay cinco cultos de Brahma, seg�n se le presenta encarnado en Vishnoo, 'Siva', Sakti, Gane'sa o Surya. Se podr�a decir que estos son dioses, pero la verdad m�s profunda es que no son m�s que ayuda sensata para la aprehensi�n de Brahma y para establecer relaciones correctas con �l. Esto sugiere puntos interesantes de reflexi�n.

I. LA ESPIRITUALIDAD DE DIOS ES DE IMPORTANCIA SUPREMA PARA EL HOMBRE. Deje en paz al hombre, y en cualquier lugar, inevitablemente, materializar� a Dios y le dar� una forma formal, ya sea en acto o en pensamiento. Y luego el hombre se deteriora, porque pone el sello de superioridad en su investidura corporal en lugar de en su ser espiritual. Su dios se convierte en un cuerpo, con pasiones para ser consentido. Por lo tanto, Dios guarda celosamente para los israelitas su Ser invisible y espiritual, y proh�be cualquier intento de hacer una semejanza con �l.

II LA ESPIRITUALIDAD DE DIOS SE PRESERVA EN LA ENCARNACI�N EN LA QUE SE HA MOSTRADO. El "Hombre Cristo Jes�s" es la �nica y verdadera encarnaci�n de Dios. Era la vida de un hombre simple y genuino, que pronto dio lugar a una presencia espiritualmente realizada. El Cristo al que adoramos no es la figura de un Dios. Es el Dios que no se ve�a pasando por nosotros y por un momento retirando su mano y dej�ndonos ver, y luego volviendo a pasar a lo invisible.

Salmo 136:4

Maravillas del poder creativo.

"Quien solo hace grandes maravillas". "Jehov� es el gran Thaumaturgo, el inigualable trabajador de las maravillas. Nadie puede compararse con �l; est� solo en el pa�s de las maravillas, el Creador y el Trabajador de las maravillas verdaderas, en comparaci�n con lo que todas las otras cosas notables son como un juego de ni�os. Ninguno de los dioses o los se�ores ayudaron a Jehov� en la creaci�n o en la redenci�n de su pueblo ". Como el tema de este salmo es la misericordia divina, debemos encontrar lo misericordioso en lo maravilloso. Este salmo recuerda a nuestras mentes el primer cap�tulo de G�nesis, que declara la creaci�n absoluta de Dios. No consiste en una descripci�n precisa, definida y detallada de los procesos de creaci�n, sino que contiene una serie de afirmaciones distintas y repetidas de las relaciones supremas de Dios con todas las formas de existencia, en todo su orden, todo su origen, todo su crecimiento. , todas sus relaciones. Est� dise�ado para impresionarnos de que el mundo no fue creado por casualidad, por autorregeneraci�n, por poderes impersonales de la naturaleza o por muchos agentes que act�an en armon�a o en antagonismo. Dios es distinto de lo que ha hecho. Dios es la �nica fuente primordial de todas las cosas. La voluntad de Dios est� representada en todas las leyes que gobiernan. El buen placer de Dios da forma a todos los fines. Este cap�tulo impresiona en mente y coraz�n la existencia, independencia y personalidad de un Ser Divino, la universalidad de su gobierno, la omnipotencia de su poder y la persistencia eterna de su relaci�n con el mundo que ha creado.

1. El cap�tulo declara la relaci�n �nica de Dios con cada parte de la creaci�n. Podemos concebir ninguna cosa creada, ninguna cosa existente, a la cual no est� vinculada la seguridad: Dios lo hizo, Dios lo orden�, Dios lo arregl�. El cap�tulo incluye todos los componentes de la corteza terrestre; todos los tesoros del poderoso abismo; todos los elementos de la atm�sfera; todas las huestes del cielo, desde el sol gobernante hasta la estrella m�s distante; todas las formas multiplicadas de vida vegetal; todas las formas superiores de vida animal; y todas las formas a�n m�s elevadas de vida humana. Y la declaraci�n de la creaci�n de Dios incluye todas las leyes y fuerzas naturales que act�an en la creaci�n. Estas cosas pueden ilustrarse.

2. La relaci�n de Dios como Causa y Arreglista con todos los cambios de la creaci�n. Un Dios vivo est� al comienzo de todos los cambios, dise�ando todos los cambios y presidiendo todos los cambios.

3. La relaci�n de Dios como Causa y Controlador con todo el rango de desarrollo en la creaci�n. Cu�ntanos de millones de �pocas pasadas: Dios estaba all�. Mu�stranos una cosa: Dios lo hizo. Describa un cambio: Dios lo orden�. Habla de distancias inconmensurables, en las que las estrellas se liberan: Dios las puso all�.

Salmo 136:10, Salmo 136:11

Los juicios de Dios son bilaterales.

"Al que hiri� a Egipto en su primog�nito ... y sac� a Israel de entre ellos". Gran parte de la interpretaci�n err�nea de los tratos divinos se deriva de fijar la atenci�n demasiado exclusivamente en un lado de los juicios divinos. Vemos f�cilmente lo que son para aquellos que sufren debajo de ellos, pero no vemos lo suficiente para aquellos que son entregados a trav�s de ellos. Dios hiri� a Egipto, pero el golpe fue una entrega de su pueblo; y si entendemos lo que hace, debemos verlo en ambos lados. Supongamos que Dios dise�a disciplinar a una raza en particular para una gran misi�n mundial que se propone encomendarle, luego se explica la presencia de Israel en Egipto. Y cuando ha llegado el momento de que esa carrera avance y cumpla su misi�n, las dificultades ordinarias de alejar a gran parte de la poblaci�n de una naci�n de manera segura tuvieron que ser tratadas, y las complicaciones especiales que surgieron tuvieron que ser dominadas. Entonces la liberaci�n tuvo que tomar la forma de juicio. Hay dos posibles explicaciones de los juicios divinos.

I. LA EXPLICACI�N M�S F�CIL: VINDICAN LA JUSTICIA DIVINA EN EL CASTIGO DE LOS ERRORES. Esta es una verdad familiar. En alg�n momento u otro, la copa de la iniquidad de un hombre, de una familia, de una ciudad o de una ciudad se llena, y luego los juicios divinos deben descender. El mundo antes del diluvio, las ciudades de la llanura, los egipcios, los israelitas, N�nive y Babilonia ilustran esto. Egipto fue herido por sus pecados nacionales. Vemos una caracter�stica especial de ese pecado; fue el trato del fara�n Meneftah al pueblo de Dios, a pesar de todas las advertencias que se le dieron. "�Es justo Dios que se venga?" Ciertamente lo es. No ser�a un Dios justo si no lo fuera.

II LA EXPLICACI�N DE PEEPER: LA LEY DEL SUFRIMIENTO VICARIO SE APLICA INCLUSO EN EL CASO DE JUICIOS DIVINOS. Todav�a tenemos que comprender que todas las leyes morales y espirituales son tan absolutas, universales e inmutables como todas las leyes naturales. El sufrimiento indirecto es absolutamente universal. Nadie consigue nada bueno sin que alguien sufra p�rdidas. Egipto debe sufrir si Israel es entregado. Una impresi�n adecuada del poder divino debe hacerse en Israel como base de su creencia en Dios, y Egipto debe sufrir para que se muestre el poder de Dios. Es una visi�n emocionantemente interesante de uno de los misterios supremos de la vida humana, que, por un lado, los juicios de Dios deben ser aprehendidos como sufrimientos indirectos por el bien de los dem�s.

Salmo 136:13

Superando obst�culos naturales.

"Dividi� el mar en Sunder". La peculiaridad del relato que se nos dio de este milagro realizado para la liberaci�n de Israel es que da tan claramente las agencias naturales por las cuales fue forjado. Un cierto obst�culo natural tuvo que ser superado, y fue superado por las fuerzas que el hombre habr�a utilizado si hubiera tenido las fuerzas de la naturaleza bajo su control. Podemos reconocer claramente la idoneidad de las agencias. Pero aqu� entra el verdadero milagro. No hubo fabricaci�n de nuevas fuerzas; exist�a un control absoluto de las fuerzas existentes. No hubo accidente de viento y marea; exist�a el uso Divino del viento y la marea. Cuando Dios hizo fuerzas naturales, no las solt� de su control. �l siempre los est� controlando, y nos hacen sentir seguros de que lo est�, por algunos casos extraordinarios de control que tenemos en este cruce del mar. Geikie dice: "El reflujo y la marea de inundaci�n, especialmente en el estrecho vado del norte, se ven muy afectados por el viento que prevalece en un momento dado. Un violento vendaval del noreste sopl� toda la noche y empuj� las aguas antes que �l, durante la marea baja, hacia el vado del sudoeste, hasta que la cresta arenosa del vado qued� al descubierto, las aguas de la costa se convirtieron en un muro o protecci�n para los hebreos a la derecha, y los del mar abierto en la mano izquierda. La tormenta prolongaba el reflujo , retras� el flujo de la marea, y as�, antes de la ma�ana, todos los hebreos pudieron llegar a la costa este ".

I. LOS OBST�CULOS NATURALES TODAV�A OCULTAN A LA GENTE DE DIOS. Los obst�culos naturales relacionados con las circunstancias del pueblo de Dios hoy en d�a. A menudo aparecen como fragilidad corporal, o enfermedad de aquellos a quienes estamos obligados a cumplir, o en la limitaci�n de los medios, o la insuficiencia de las instalaciones para el trabajo cristiano, o obstaculizando las distancias de los campos de trabajo, o las extra�as enemistades que parecen controlarnos. en cada empresa Y no es del todo f�cil asociar a Dios con cosas tan materiales, y darse cuenta de que �l realmente est� trabajando para nosotros en el control o eliminaci�n de ellas. Y sin embargo, esa es la lecci�n para las edades que se aprender�n de la eliminaci�n de Dios del obst�culo del Mar Rojo.

II LOS OBST�CULOS NATURALES REPRESENTAN LOS OBST�CULOS ESPIRITUALES DE LAS PERSONAS DE DIOS. "Luchamos, no contra carne y hueso, sino contra principados y poderes". Las debilidades espirituales de nosotros mismos, las fuerzas espirituales del mal. De nuestro enemigo espiritual podemos decir: "No ignoramos sus dispositivos". Tampoco Dios. Tampoco deja de dominar estos obst�culos o de contrarrestar sus dispositivos.-R.T.

Salmo 136:16

Orientaci�n providencial.

"Lo que llev� a su gente". La adici�n, "a trav�s del desierto", es significativa y sugestiva, porque un desierto es claramente una regi�n sin senderos, en la que la mera habilidad humana est� desconcertada. Y nos recuerda que Israel fue provisto y guiado durante treinta y ocho largos a�os en esa regi�n. Seguramente Israel deber�a haber dicho: "La providencia de Dios es mi herencia". �Es una ganancia o una p�rdida que hemos dejado de reconocer o hablar mucho de la providencia de Dios? Fue algo muy real para nuestros padres; No es muy real para nosotros. Al menos, esto podr�a parecer el hecho. Sin embargo, estamos dispuestos a argumentar que la verdad y el hecho est�n tan verdaderamente preservados y valorados como siempre, solo que han ganado un nuevo escenario y una nueva forma.

I. LA IDEA DE LA PROVIDENCIA SE ENCUENTRA CON LA ANTIGUA CONCEPCI�N DE DIOS. Pertenece a la aprehensi�n de Dios como Creador, Sustentador, Gobernante. �l es el Se�or de todo el mundo de las cosas, y se considera que controla todas las cosas en inter�s de su propia gente especial. �l es el Proveedor Universal, y nuestros padres se deleitaron con historias de notables interposiciones providenciales, orientaciones y arreglos. Y a�n as�, ning�n hombre puede leer su propia vida, o mirar la vida de los dem�s, sin estar impresionado con las formas maravillosas de la providencia divina, que hacen que lo "inesperado" sea lo que sucede. Constantemente en la vida encontramos cosas que nos traen, que de ninguna manera podr�amos haber dominado o arreglado.

"Hay una divinidad que da forma a nuestros extremos, �spelos como lo haremos".

II LA CONCEPCI�N M�S NUEVA DE DIOS GLORIFICA SU PROVIDENCIA. Cristo ha tra�do a los hombres un nombre completo para Dios. Incluye la esencia misma de cada concepci�n y nombre anteriores, pero pone al hombre en una relaci�n nueva y m�s directamente personal y afectiva con Dios. El es nuestro padre. Y su providencia es su cuidado paternal de todos nuestros intereses. �Tiene un ni�o alguna providencia como la de su padre? Y, sin embargo, un ni�o nunca piensa o habla de su padre como providencia. Y en la medida en que podamos entrar en la idea de Dios como nuestro Padre, descubriremos que perdemos fuera de uso el t�rmino "providencia", pero mantenemos toda la realidad y, de hecho, lo glorificamos, a medida que perdemos el elemento impersonal y por lo tanto fr�o, y veo que es la sabidur�a, el poder y la actividad de nuestro Padre, que es embellecido y santificado por su amor por nosotros sus hijos.

Salmo 136:21, Salmo 136:22

Cumplimiento de misiones de carrera.

"Y dieron su tierra por herencia". Los amorreos ten�an su misi�n racial; cuando se cumpli�, tuvieron que fallecer, y sus tierras tuvieron que ser ocupadas por otra raza, que tambi�n ten�a su peculiar misi�n. Se ha se�alado que ninguna raza absolutamente original e independiente existi� en la faz de la tierra. Ninguna raza tiene un comienzo simple, y ninguna raza puede desarrollarse sin corrientes de vida verti�ndole desde afuera y modificando su car�cter. Esto puede ser estrictamente cierto, pero sin embargo, el hecho es que distintas razas de hombres pueden discernirse en la existencia real, as� como en los registros de la historia antigua. Expl�quenos c�mo podemos, califiquemos la declaraci�n de c�mo podemos, sigue siendo el hecho de que Dios se ha complacido en separar a la humanidad en razas; y esta divisi�n es a�n m�s importante que eso en las naciones. Las familias y las razas son divisiones divinas; las naciones son arreglos puramente humanos, que Dios puede complacer usar, pero no se puede decir que arregle directamente. Las razas se diferencian con un prop�sito divino, y cada raza debe considerarse como una misi�n divina. Es bueno tener en cuenta que, por Dios, todo se hace o se lleva a cabo con miras al bienestar supremo de la humanidad. Dios siempre tiene el todo a la vista y se ocupa de cada parte en inter�s del todo. La raza israelita atrae gran atenci�n, pero no fue la �nica raza puesta bajo comisi�n divina. Lo que vemos claramente es cierto: era cierto para todas las dem�s razas, y su misi�n no era m�s que una misi�n ilustrativa. Cuanto mejor comprendamos las peculiaridades de las razas que han tenido su d�a y dejado de ser, y cuanto m�s entendamos los prop�sitos educativos de Dios para la humanidad, m�s claramente entenderemos que cada raza ha tenido alguna verdad en peligro que preservar, y algunas testigo activo para hacer. Dios los ha comisionado a todos, y ha trabajado por medio de todos ellos, tan verdaderamente como por la raza hebrea; y cada raza es inmortal hasta que se haga su trabajo; luego pasa y da lugar a la nueva raza con la nueva misi�n. � R.T.

Salmo 136:23

Lo Divino tratando con los humillados.

"Quien nos recordaba en nuestro bajo estado". Esta parte final del salmo demuestra su asociaci�n con los exiliados restaurados. Ese largo tiempo en Babilonia fue alguna vez considerado y mencionado como el gran momento de la humillaci�n nacional. Nunca antes se hab�a roto la vida nacional, la capital nacional hab�a estado en manos del enemigo y se hab�a arruinado, o el templo, como centro de la vida religiosa de la naci�n, destruido. La humillaci�n expresa precisamente la experiencia a trav�s de la cual la naci�n hab�a sido llamada a pasar. Pero una condici�n de humillaci�n nunca pone a un hombre o una naci�n fuera del respeto divino. Tales condiciones pertenecen a la disciplina Divina, y eso significa el inter�s Divino inmediato y directo. Y esto lo reconoce el salmista. Dios hab�a recordado a su pueblo en sus bajos bienes; y cu�n pr�ctico fue ese recuerdo en el hecho de que, a su debido tiempo, redimi� a su pueblo de las manos de los enemigos que los humillaron.

I. EL TRATO DIVINO CON LOS HUMILLADOS PUEDE SER UNA RESISTENCIA. �l puede dejar que contin�e. Puede parecer distante y contenerse. Pero la resistencia es completamente diferente de la p�rdida de inter�s o abandono. Resistencia significa conocimiento, vigilancia y simpat�a. Solo est� "esperando su momento", esperando pacientemente hasta que llegue el mejor momento, y buscando tan supremamente el mayor bienestar de los humillados, que no se permita ninguna limitaci�n de la severa disciplina. Hay condiciones de vida �la vida religiosa� en las que Dios solo puede llevar a cabo sus prop�sitos de gracia mediante nuestra humillaci�n. Es la maravilla de su amor que incluso har� un trabajo minucioso de humillaci�n.

II EL TRATO DIVINO CON LOS HUMILLADOS EST� SEGURO DE PASAR EN UNA REDENCI�N. Las persecuciones de Dios no tienen sello de permanencia. Son solo agencias que trabajan con vistas a alg�n problema. Y los problemas finales de Dios son siempre redenciones. El pueblo de Dios no puede ser humillado para siempre en ninguna esclavitud babil�nica. El hombre puede humillar a su pr�jimo y nunca aflojar la humillaci�n. El Dios dominante nunca lo hace. Siempre hay algo bueno y amable hacia el cual se mueve la humillaci�n. Tarde o temprano, los humillados ser�n redimidos.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Psalms 136". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/psalms-136.html. 1897.