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Salmos 32

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

Versículos 1-11

EXPOSICI�N

ESTE salmo ha sido seleccionado por la Iglesia para uno de los "siete salmos penitenciales". Forma parte del servicio de la sinagoga en el gran D�a de la Expiaci�n. Sin embargo, es casi tan jubiloso como penitente. Se abre con dos bienaventuranzas. El escritor, aunque es muy sensible a su pecado (Salmo 32:3), es a�n m�s sensible al hecho de que su pecado es perdonado (Salmo 32:1, Salmo 32:2 , Salmo 32:7, Salmo 32:10). Mientras sus primeras palabras respiran contenido y gratitud, las �ltimas son un grito de alegr�a (Salmo 32:10). Generalmente se permite que el salmo sea de David. Escrito probablemente poco despu�s de su arrepentimiento, pero no inmediatamente despu�s, expresa de inmediato su dolor por su grave lapso, y su alegr�a cuando pensaba en las palabras: "El Se�or tambi�n ha quitado tu pecado" ( 2 Samuel 12:13). Tambi�n nos dice algo de su estado de sentimiento durante el intervalo entre la comisi�n del pecado y la llegada de Nathan a �l (Salmo 32:3, Salmo 32:4).

Se cree que la �ltima palabra del t�tulo, "Maschil", significa que el salmo estaba destinado a instrucci�n, advertencia o amonestaci�n; la palabra maschil, o m�s bien maskil, se forma a partir de askil, "instruir", la palabra inicial del octavo verso, utilizada tambi�n en Salmo 2:10; Salmo 53:2, etc. Hay trece salmos as� inscritos, todos m�s o menos de car�cter did�ctico.

R�tmicamente, el salmo parece estar compuesto de seis estrofas, cada uno de dos versos; pero en la tercera estrofa los dos versos se han unido en uno.

Salmo 32:1

Bienaventurado aquel cuya transgresi�n es perdonada y cuyo pecado est� cubierto. Hay tres aspectos bajo los cuales se ve el pecado en la Sagrada Escritura:

1. Como un delito contra la Ley de Dios. Esto es "transgresi�n" �??????.

2. Como una ofensa contra la eterna e inmutable regla del derecho. Esto es "pecado" �???????.

3. Como depravaci�n interna y contaminaci�n del alma del pecador. Esto es "iniquidad" �?????? (comp. �xodo 34:7). Cada aspecto del pecado tiene su propio remedio especial o forma de eliminaci�n. La "transgresi�n" es "levantada", "quitada", - ??????? ?????????, m�s vagamente ???????. El "pecado" est� "cubierto, ... oculto" �????????? ?????????????. La "iniquidad" "no se imputa" �?? ?????????. La uni�n de los tres, como aqu� en Salmo 32:1, Salmo 32:2, es remisi�n completa o perd�n.

Salmo 32:2

Bienaventurado el hombre a quien el Se�or no atribuye iniquidad. La "iniquidad" �la contaminaci�n del alma del pecador por el pecado� no es inmediatamente removible; si es removible, es solo por un largo lapso de tiempo y la misericordia especial de Dios. Pero Dios puede, a su propia voluntad y en cualquier momento, "no imputarlo", no contarlo en contra del pecador en detrimento suyo. Entonces, a los ojos de Dios, el hombre est� limpio; es como si la iniquidad no estuviera all�. Y en cuyo esp�ritu no hay enga�o; es decir, sin apariencia falsa, sin hipocres�a, donde el arrepentimiento ha sido sincero y real.

Salmo 32:3

Cuando guard� silencio; es decir, mientras no reconociera mi pecado, mientras permanec�a en silencio al respecto, muy consciente de que hab�a pecado gravemente, sufriendo en conciencia, pero sin confesarlo ni siquiera a m� mismo. El tiempo que se habla es el que sigui� inmediatamente a la comisi�n del adulterio, y que continu� hasta que Nathan pronunci� las palabras: "�T� eres el hombre!" ( 2 Samuel 12:7). Mis huesos envejecieron a trav�s de mi rugido todo el d�a; Es decir, sufr� un dolor grave, tanto corporal como mental. Me dol�an los huesos (comp. Salmo 6:2; Salmo 31:10); y "rug�", o gem�, en esp�ritu, todo el d�a ". El pecado no confesado irrita en el coraz�n de un hombre que no est� muy lejos en el vicio, pero que ha sido sorprendido por una acci�n perversa, tan pronto como se arrepinti�. Tal, en palabras del arzobispo Leighton, "Vulnus alit venis et caeco carpitur igne".

Salmo 32:4

Porque d�a y noche tu mano pesaba sobre m�. David ve ahora que sus sufrimientos en este momento provienen de Dios, y fueron parte del castigo de su pecado. Continuaron sin interrupci�n tanto de d�a como de noche. Su conciencia nunca estaba completamente en reposo. Mi humedad se convierte en la sequ�a del verano; literalmente, mi savia fue cambiada por la sequ�a del verano; es decir, el principio vital, que hab�a sido fuerte en �l, fue cambiado, quemado y exhausto, por el calor de la ira de Dios.

Salmo 32:5

Te reconoc� mi pecado. Una vez que la conciencia se despert� por completo, toda reticencia se derrumb�. David confes� su pecado plena y libremente, lo confes� como "pecado", como "transgresi�n" y como "iniquidad" (comp�rese el comentario en Salmo 32:1). Y mi iniquidad no la he ocultado; m�s bien , no me escond�. No intent� pasar por alto ni ocultar el alcance de mi culpa, sino que descubr� mi alma delante de ti. Hengstenberg bien comenta que el salmista probablemente no est� hablando de un "darse a conocer por la boca", pero de "una confesi�n interna, como la que se acompa�a con doloroso arrepentimiento y tristeza, con suplicar perd�n por el pecado y por la ofensa cometida a la Divina Majestad". Dije: Confesar� mis transgresiones al Se�or, y perdonaste la iniquidad. de mi pecado. Tras la confesi�n de David, ya sea interna o externamente, sigui� sin ning�n intervalo el perd�n de Dios, perd�n que, sin embargo, no impidi� la imposici�n de una pena requerida para la justificaci�n de los caminos de Dios para el hombre ( 2 Samuel 12:14), y tambi�n, tal vez, para impresionar adecuadamente al propio delincuente, wh Hubiera sido menos sensible a la atrocidad de su pecado, si hubiera quedado impune.

Salmo 32:6

Para esto; o, debido a esto; es decir, a causa de esta experiencia m�a, este seguimiento inmediato de la concesi�n del perd�n al confesar el pecado, todo aquel que sea piadoso, es decir; eso es sincero y sincero en la religi�n, aunque puede ser alcanzado por una falta o sorprendido por un pecado; reza a ti en un momento en que puedas ser encontrado; literalmente, en un momento de encontrar, que algunos entienden como un tiempo en que Dios "encuentra", y visita, alguna iniquidad en sus siervos, y otros, como la Versi�n Autorizada, "en un momento en que eres amable y te permites a ti mismo ser encontrado por aquellos que se acercan a ti ". Seguramente en las inundaciones de las grandes aguas ellos (es decir, las aguas) no se acercar�n a �l; es decir, no se acercar� a tal hombre para da�arlo.

Salmo 32:7

T� eres mi escondite (comp. Salmo 17:8; Salmo 27:5; Salmo 31:20; Salmo 143:9); Me preservar�s de los problemas. Escondido en Dios, no puede sucederle ning�n da�o. Me rodear�s con canciones de liberaci�n. Las "Canciones de entrega anticipada" son canciones que los hombres cantan cuando han sido entregadas por peligro. Dios har� que tales canciones suenen en los o�dos del salmista o en su coraz�n.

Salmo 32:8, Salmo 32:9

San Jer�nimo y otros despu�s de �l, incluido el Dr. Kay, han considerado este pasaje como un enunciado de Dios, que primero amonesta a David y luego pasa a una amonestaci�n de los israelitas en general. Pero una intromisi�n tan repentina de un enunciado divino, sin previo aviso de un cambio de hablante, no tiene paralelo en los Salmos, y ciertamente no debe admitirse sin alguna necesidad clara. Aqu� no hay necesidad en absoluto. Las palabras son muy adecuadas en la boca de David, como una advertencia a los israelitas de su tiempo; concuerdan con el t�tulo, que �l mismo parece haber prefijado al salmo, y lo explican; y cumplen la promesa hecha en Salmo 51:15.

Salmo 32:8

Te instruir� y te ense�ar� el camino que debes seguir. Debemos suponer que el "hombre piadoso" de Salmo 32:6 se dirigi�, si consideramos a David como el orador. Tal hombre no estaba m�s all� de la necesidad de instrucci�n y ense�anza, ya que era responsable de los pecados de la enfermedad, e incluso de graves ca�das, como se hab�a visto en el ejemplo de David. Te guiar� con mi ojo; es decir, "te vigilar� con mi ojo y te guiar� cuando lo considere necesario".

Salmo 32:9

No se�is como el caballo, o como la mula, que no tienen entendimiento. El singular se cambia por el plural, ya que la "instrucci�n" ahora est� destinada, no solo al hombre piadoso, sino a todos. Israel siempre hab�a tenido el cuello r�gido ( �xodo 32:9; �xodo 33:3, �xodo 33:5; �xodo 34:9; Deuteronomio 9:6, Deuteronomio 9:13; Deu 10:16; 2 Cr�nicas 30:8; Hechos 7:51), como un caballo o una mula inquietos. David los exhorta a que no lo sean m�s. El caballo y la mula son excusables, ya que "no tienen entendimiento", o "no tienen discernimiento", Israel ser�a inexcusable, ya que ten�a el don de la raz�n. Cuya boca debe mantenerse con mordida y brida; m�s bien, cuyos adornos son con poco y brida para mantenerlos (comparar la versi�n revisada). Para que no se acerquen a ti. Esta cl�usula es oscura. Puede significar, "para que no se acerquen demasiado a ti", para da�arte, como cuando un caballo a caballo le arroja la cabeza y golpea al jinete en la cara, o cuando un caballo de carro se levanta y cae sobre el conductor; o puede significar, "De lo contrario, no se acercar�n a ti", es decir, hasta que est�n atrapados con mordiscos y bridas, se negar�n a acercarse a ti.

Salmo 32:10

Muchas penas ser�n para los imp�os. Una advertencia adicional a los abordados en el verso anterior. La LXX enfatice esto sustituyendo por los "dolores" gen�ricos los ???????? espec�ficos, "latigazos", el castigo habitual del caballo y la mula. Pero el que conf�a en el Se�or, la misericordia lo rodear� (comp. Deuteronomio 32:10).

Salmo 32:11

Al�grate en el Se�or, y al�grate, justo. Los salmos de David casi siempre terminan con una nota de alegr�a, o al menos en un tono alegre y alentador. El salmo actual, aunque se cuenta entre los penitenciales, comienza y termina con expresiones alegres. En Salmo 32:1, Salmo 32:2 David emite el sentimiento de alegr�a que llena su propio coraz�n. Aqu� invoca a los "justos" en general, que a�n necesitan perd�n, para regocijarse con �l. Y griten de alegr�a, todos los que son rectos de coraz�n. Todos ustedes, es decir; que son honestos y sinceros en sus esfuerzos despu�s de hacer el bien. La frase explica el "justo" del hemistich anterior.

HOMIL�TICA

Salmo 32:1

La bendici�n del perd�n.

"Bendito sea �l", etc. Las Escrituras del Antiguo Testamento contienen lo que podemos llamar profec�as morales, no menos sorprendentes que las profec�as hist�ricas y t�picas. Este verso est� entre ellos. Comenzando con esta gran palabra b�blica "bendecido" (como Salmo 1:1.), Se asemeja a un eco, mil a�os antes, del Serm�n del Monte. Encontramos aqu�, no solo "la sombra de las cosas buenas por venir", sino "la misma imagen" de las promesas del evangelio de perd�n y justificaci�n. En consecuencia, San Pablo cita y argumenta a partir de estas palabras ( Romanos 4:5).

(1) �En qu� consiste esta bendici�n?

(2) �C�mo se logra?

I. �EN QU� CONSISTE ESTA BENDICION?

1. En el hecho real de la liberaci�n de la culpa y el castigo de la transgresi�n. El perd�n es una realidad de parte de Dios, porque el pecado es una realidad de nuestra parte. Perd�n, o justificaci�n, a veces se habla de "tratar al pecador como si no hubiera pecado". Esto no es m�s que un lenguaje suelto y figurativo. Lo contrario es el caso. El perd�n implica pecado ( Romanos 4:5). El pecado puede tener alivio (ignorancia, tentaci�n abrumadora, enfermedad constitucional, etc.), pero como pecado es desobediencia a la Ley de Dios. Por lo tanto, si Dios realmente ha dado una ley moral a los hombres, est� obligado como justo ( G�nesis 18:25) a tener en cuenta el pecado de cada pecado de cada pecador. Los hombres han pecado ( Romanos 3:23). Por lo tanto (se pierde la inocencia), todos deben ser perdonados o condenados. En consecuencia, nuestro Salvador siempre habla del perd�n como un acto definido ( Mateo 9:2, Mateo 9:6; Lucas 7:47). Sus ap�stoles de la misma manera ( 1 Juan 2:12; Hechos 2:38; Hechos 13:38, Hechos 13:39).

2. En la alegre conciencia del perd�n y la reconciliaci�n con Dios. Estos dos, el hecho y la conciencia, siempre deben ir juntos; pero, de hecho, no lo hacen. Es un gran error confundir la fe con la seguridad. La fe perfecta e indudable en la promesa de Dios, si esa promesa se entiende correctamente, debe traer consigo la bendita y gozosa certeza del cumplimiento de la promesa. Pero la fe puede ser real, pero lejos de ser perfecta; nublado por ignorancia o error; debilitado por la duda y el miedo ensombrecido por la desconfianza, pero real, como la fe de hundir a Peter.

3. En la santa y feliz influencia de esta creencia y sentido del perd�n en el coraz�n y la vida; Hacer a Dios amado, odiado por el pecado, humillado, obediencia feliz y libre de esclavitud. Liberarse del castigo del pecado no debe ser sobrevalorado como el elemento principal de esta bendici�n; Sin embargo, es una fuente real y poderosa.

II �C�MO OBTENIDO?

1. El primer paso es un verdadero sentido del pecado y de la necesidad del perd�n. Esta altura de alegr�a se alcanza con un rebote del polvo de la auto-humillaci�n.

2. Confianza personal en Cristo, aceptaci�n de su expiaci�n, y de la oferta y promesa de perd�n de Dios a trav�s de �l.

3. El estudio de la Palabra de Dios, con oraci�n por la ense�anza del Esp�ritu Santo. ( 2 Corintios 4:6; Efesios 1:17.) Aseg�rese, primero, de lo que la Palabra de Dios realmente declara; entonces toma a Dios en su palabra. Tenga cuidado con el enga�o sutil de poner su propia fe en lugar de Cristo.

Salmo 32:1

(Segundo esbozo)

La bendici�n del perd�n

puede pertenecer a etapas muy diferentes de la experiencia cristiana. Tomar, por ejemplo; aquellos de los cuales tenemos im�genes en el "Progreso del peregrino" de Bunyan, en la entrada de Christian a la puerta peatonal, perdiendo su carga, escapando del calabozo de la desesperaci�n gigante. Primera fe; plena fe fe recuperada.

I. LA BENDICION DE UNA PRIMERA FE. Una primera recepci�n consciente e indudable de la promesa de Dios: las buenas nuevas ( Lucas 24:47; Hechos 13:32, Hechos 13:38); y aceptaci�n personal de Jesucristo como Salvador y Se�or ( Hechos 16:30).

II LA BENDICION DE LA FE COMPLETA. Confianza ilimitada en todo lo que Dios ha planteado, y aceptaci�n de todo lo que nos ha dado en Cristo. Christian estaba en el camino de la salvaci�n, el camino de la vida, desde el momento en que entr� por la puerta; pero no dej� su carga hasta que lleg� a la vista de la cruz de Cristo ( 1 Juan 4:16, 1 Juan 4:19; 1 Juan 5:12).

III. LA BENDICION DE LA FE RESTAURADA DESPU�S DEL FRACASO, la alegr�a del perd�n, perdida por el pecado, se recuper�; y amor, fe, esperanza, nuevamente encendidos por el Esp�ritu Santo, en lugar de tristeza y desesperaci�n. Christian estaba muy lejos en su viaje cuando �l y su compa�ero se desviaron hacia By-path Meadow y cayeron en las garras del gigante. Esta es la experiencia del salmista. Hab�a ca�do en un pecado grave, y mientras "guard� silencio", se neg� a confesarse a Dios y humillarse, no tuvo descanso ni paz. (Salmo 32:3, Salmo 32:4). Cuando se volvi� en penitencia y confianza en Dios, la fuente de la alegr�a fue reabierta de inmediato en su coraz�n. Escap� de la esclavitud a la libertad (Salmo 32:5; 1 Juan 1:8, 1 Juan 1:9; 1 Juan 2:1, 1 Juan 2:2).

Salmo 32:3

Obst�culos a la confesi�n del pecado.

"Guard� silencio".

I. ORGULLO. Los hombres no pueden soportar pensar mal, ponerse en el nivel com�n; a�n menos, por debajo de los que han buscado y obtenido el perd�n. Este orgullo es en s� mismo un gran pecado ( Santiago 4:6; 1 Timoteo 3:4),

II DESEO DE HONESTIDAD DE CONCIENCIA. Incluso la autoestima adecuada deber�a hacer que uno diga: "�Cualquier cosa en lugar de autoenga�o! �D�jame saber la verdad sobre m� mismo!"

III. INDOLENCIA. Muchos est�n lo suficientemente ocupados externamente, pero mentalmente indolentes, espiritualmente estancados.

IV. Algunos est�n demasiado ocupados. Demasiado ocupado con los ap�ndices de la vida como para saber qu� es realmente vivir.

V. SIN CUIDADO. Dos tipos de dureza de coraz�n notados en las Escrituras.

1. Obstinada obstinaci�n.

2. Falta de sentimiento ("gordo", Isa�as 6:10).

VI. INSENSIBILIDAD A LAS RECLAMACIONES DE DIOS. Su grandeza, urgencia, inevitabilidad, la bendici�n de ceder ante ellos. Esto yace en la ra�z de todo lo dem�s. Si estos se sintieran, el orgullo se inclinar�a, la conciencia despertar�a, la indolencia y el descuido desaparecer�an; Todas las preocupaciones y objetivos mundanos aparecen en comparaci�n como "menos que nada y vanidad".

VII. VENCIAS BAJAS VISTAS DE LA LEY DE DIOS, de la absoluta necesidad de la justicia y del mal infinito del pecado.

Salmo 32:5

Confesi�n de pecado.

Que los hombres discutan como quieran contra la Biblia; no pueden negar o alterar el hecho de que este libro tiene el poder de aferrarse al coraz�n y la conciencia, sin igual y �nico. Una raz�n es su penetrante conocimiento de la naturaleza humana; otro, su profunda y amplia simpat�a. El inter�s de los remos se aviva, la simpat�a despierta, porque se nos presenta, no con la verdad abstracta, el dogma seco, sino con la experiencia de la vida. La conciencia puede ser imparcial, el juicio fr�o, porque es el caso de otro, no el nuestro, lo que contemplamos. De repente, cuando pensamos que est�bamos mirando una foto, encontramos que es un espejo. La voz apacible dice: "�T� eres el hombre!"

I. UN ESP�RITU CARGADO QUE SE OCULTA DETR�S DE LOS LABIOS DUMB. David "guard� silencio" no reconocer�a sus pecados ni a s� mismo, por lo tanto, por supuesto, no a Dios. Olv�dalos, no pudo. Pero los excus�: culp� (como lo hacemos tan f�cilmente) a la tentaci�n, las circunstancias y la naturaleza. Adem�s, �deb�a un rey estar atado dentro de l�mites tan estrictos como una persona com�n? �Acaso su crimen m�s negro, el asesinato de su valiente y fiel general, no hab�a sido forzado a �l? �l "guard� silencio" antes que los dem�s, tal vez fue especialmente ejemplar en el culto p�blico y la ceremonia piadosa; "guard� silencio" ante Dios. Tal vez manteniendo r�gidamente la forma de la oraci�n, pero, a trav�s de sus labios, su coraz�n estaba entumecido. Maravilloso es el enga�o del pecado; la auto-ignorancia en la que nos traiciona. ( Santiago 1:14, Santiago 1:15.)!

II EL CORAZ�N ROTO Y EL ESP�RITU CONTRARIO DURANTE SU CONFESI�N PENITENTE A DIOS. Mientras David "guard� silencio", el Se�or tuvo una controversia con �l. Su "mano era pesada". Posiblemente en alg�n golpe de enfermedad; quiz�s solo en el trastorno corporal que surge del sufrimiento mental. El espantoso secreto se neg� a ser enterrado en silencio y olvido. La carga se hizo intolerable. Finalmente dijo: "Confesar� mis transgresiones".

1. A su propia conciencia. "El primer paso es el m�s dif�cil;" y quiz�s lo m�s dif�cil en una confesi�n franca es reconocer el pecado a uno mismo. Es f�cil decir: "Nos hemos equivocado y nos hemos desviado", cuando todos lo dicen; Otra cosa m�s que decir, en el solitario silencio de su propio pensamiento, "Estoy equivocado". A nadie le gusta eso. A nadie deber�a gustarle. Pero tiene que hacerse, o la confesi�n a Dios, o al hombre, es una forma vana.

2. �Qu� sigue? La realizaci�n del prop�sito; el alma sola con Dios, diciendo: "�Padre, he pecado!" Muchos hombres se culpan internamente, amargamente, orgullosamente; Pero no lleva a nada. �l no reconoce su pecado a Dios. Aqu� hay tres palabras que dan tres puntos de vista del pecado.

(1) Pecado. La palabra hebrea propiamente significa "error", "falla", "falta la marca".

(2) Iniquidad: perversidad, depravaci�n, con la idea a�adida de culpa: "La iniquidad [o 'culpa'] de mi pecado".

3. Transgresi�n: rompiendo, a saber. de la obediencia a la ley de Dios; rebeli�n. (En Salmo 32:1, Salmo 32:2 mismas palabras en diferente orden).

III. EL RELIEVE INMEDIATO Y EL CONFORT INFINITO ENCONTRARON VOLVER A DIOS. El silencio culpable est� roto. El velo del autoenga�o se desgarra. El pecador toma su actitud correcta, su verdadera posici�n ante Dios. No es lo mismo que si no hubiera pecado, eso es imposible; pero lo que le pertenece de hecho. Hay un amanecer de consuelo en esto. Al menos hemos terminado con la mentira, vamos al terreno firme de la verdad. Pero el �nico consuelo real es, no en nuestra penitencia, sino en las promesas de Dios. La confesi�n y el arrepentimiento no sientan las bases del perd�n, ni de la esperanza y la certeza de ello. Dios ha puesto eso ( 2 Corintios 5:19). El nombre de Dios es significativo aqu�: no "Dios", el Creador Todopoderoso, sino "el Se�or", es decir, Jehov�, el nombre del pacto de Dios con Israel. La naturaleza no ofrece ning�n incentivo para confesar el pecado, ni esperanza de perd�n. Su ley es: "Cosecha lo que has sembrado". Si el motivo de aceptaci�n fuera nuestro arrepentimiento, nunca podr�amos estar seguros de que fuera adecuado. Pero la fidelidad y la justicia de Dios se comprometen a otorgar lo que su amor ya ha provisto en el regalo de su Hijo ( 1 Juan 1:9). La confesi�n es solo la ruptura de la barrera levantada, no por nuestro pecado, sino por la impenitencia y la incredulidad; a la vez, la corriente de la Divina Misericordia fluye sin obst�culos, "T� perdonaste", etc.

Conclusi�n. Esta experiencia fue demasiado ejemplar, demasiado instructiva, demasiado preciosa, para permitir que perezca en el olvido. El Esp�ritu Santo (como dijimos) no solo pinta una imagen, sino que levanta un espejo. La experiencia de David puede ser la nuestra.

HOMILIAS POR C. CLEMANCE

Salmo 32:1

Perd�n divino.

Este salmo es uno de los hist�ricamente establecidos como el de David. � Durante mucho tiempo ha sido uno de los favoritos de los grandes santos, quienes son los propios pecadores m�s importantes. Lutero se refiri� a �l como uno de sus salmos especiales. Entonces, el Dr. Chalmers, quien, seg�n se dice, apenas pod�a leer sus primeros tres versos sin l�grimas llenando sus ojos. La compresi�n necesaria para mantener este trabajo dentro de l�mites moderados hace que sea imposible hacer m�s que se�alar c�mo podr�a expandirse y exponerse de manera rentable en un curso de sermones. Est� encabezado, "un salmo que da instrucciones"; es decir, un salmo did�ctico, uno doctrinal, de hecho, y como tal ser� una de las canciones del santuario. Nota: caen en un error que no consideran el ensayo de la verdad divina como un m�todo apropiado de canci�n sagrada. No solo podemos cantar alabanzas a Dios, sino que podemos hablar "unos a otros en salmos, himnos, canciones espirituales y canciones, cantando con gracia en nuestros corazones al Se�or". Este salmo es un ensayo agradecido de la bendici�n del perd�n divino. Vemos all�

I. PERDON NECESARIO. Aqu�, de hecho, el expositor debe ser claro, firme, directo, r�pido, puntiagudo. Tenemos:

1. El pecado cometido. El idioma hebreo, pobre como es su vocabulario en muchas direcciones, es abundante en los t�rminos utilizados en relaci�n con el pecado. � Es y seguir� siendo la caracter�stica diferencial de la educaci�n del pueblo hebreo, que se les ense�� tan enf�tica y constantemente el mal del pecado. Para este prop�sito, la Ley fue su gu�a infantil con vistas a Cristo ( G�latas 3:24). De los varios t�rminos utilizados para expresar el pecado, tres se emplean aqu�. � One, que denota "falta la marca"; un segundo, que denota "sobrepasar la marca"; un tercero, que denota "torcedura o desigualdad". M�s all� de los t�rminos correspondientes en el Nuevo Testamento, tenemos dos definiciones de pecado. Uno en 1 Juan 3:4, "El pecado es la transgresi�n de la ley"; otro en 1 Juan 5:1, "Toda injusticia es pecado". Nunca podemos mostrar a los hombres el valor del evangelio hasta que vean el mal del pecado. Algunas mentes son alcanzadas m�s efectivamente por un aspecto de la verdad, y otras por otro; pero seguramente de uno u otro de estos t�rminos o frases de las Escrituras, el predicador puede preparar un conjunto de flechas que, con la bendici�n de Dios, atravesar� algunas de las articulaciones de su armadura. Tampoco puede la realidad o el mal del pecado ser evadido por una s�plica extra�da de la doctrina moderna de la evoluci�n; dado que, incluso si esa teor�a es v�lida, el surgimiento de la conciencia y de la responsabilidad moral en una determinada etapa de la evoluci�n es un fen�meno tan cierto como cualquier otro. �Los hombres saben que han hecho mal, y le corresponde al predicador no renunciar a ellos hasta que haya llevado la convicci�n del mal del pecado contra Dios profundamente en el alma!

2. El pecado oculto. ( 1 Juan 5:2.) "Guard� silencio", es decir, hacia Dios. En el caso espec�fico mencionado aqu�, el pecado hab�a revelado su terrible realidad al estallar abiertamente; era conocido, pero no reconocido. Por lo tanto:

3. El pecado se clasific� dentro de ( 1 Juan 5:2, "mis huesos", etc.). El remordimiento y el auto reproche lograron el entumecimiento que fue el primer efecto del pecado. Hubo una reacci�n: inquietud sobre el culpable. La acci�n de una conciencia culpable trae dentro de un hombre la agitaci�n m�s terriblemente consumidora. No puede huir de s� mismo, y su culpa y temor lo persiguen a todas partes ( Job 15:20-18; Job 18:11; Job 20:11; � Proverbios 28:1). Por lo tanto, es un gran alivio observar la siguiente etapa.

4. El pecado confes�. ( 1 Juan 5:5.) �Qu� misericordia que nuestro Dios sea uno ante quien podamos descargar nuestra culpa, dici�ndole todo, sabiendo que en el almac�n de la gracia y el amor infinitos hay una misericordia inagotable que se marchita! "( Isa�as 55:7, hebreo)!

5. El pecado guardado. ( 1 Juan 5:2.) "En cuyo esp�ritu no hay enga�o;" es decir, sin enga�o, sin reservas, sin ocultamiento, sin continuar en el pecado que se lamenta, pero, en este momento, se confiesa a Dios, honestamente y por completo lo descarta. Y cuando una vez que el pecado y la culpa son expulsados ??ante Dios, no pasar� mucho tiempo antes de que el penitente tenga que contar la experiencia de:

II PERD�N OBTENIDO Y DISFRUTADO. El que descaradamente descarta el pecado mediante el arrepentimiento seguramente encontrar� que Dios amorosamente lo 'elimina por el perd�n ( 1 Juan 5:5). Y como el hebreo es amplio en sus t�rminos para pecado, tambi�n lo es en las variadas palabras y frases para expresar el perd�n divino. Aqu� se usan tres de estos; pero en hebreo hay, al menos, otros diez, �

1. "Perdonado". ( 1 Juan 5:1.) La palabra hebrea significa "levantado"; en este caso la LXX. "remitido", pero a veces traducen el t�rmino hebreo literalmente, por una palabra que tambi�n significa "levantar", "levantar", "soportar" y "soportar". � (cf. Juan 1:29; 1 Juan 3:5; Mateo 9:5, Mateo 9:6). En el perd�n divino, la carga del pecado es quitada de nosotros y llevada por el Hijo de Dios; el penitente tambi�n se "suelta". Su acusaci�n es cancelada, y de la pena del pecado es liberado. � �

2. Cubierto; como con una tapa o un velo: fuera de la vista. Dios ya no lo mira ( Miqueas 7:18).

3. "La iniquidad no imputada". Ya no se cuenta para el penitente. Con la absoluci�n hay una absoluci�n completa y completa, y con la no imputaci�n del pecado existe la imputaci�n de la justicia ( Romanos 3:1; Romanos 4:1; Romanos 5:1 .), o la recepci�n plena y libre del perdonado en el favor Divino, en el que se le otorga libremente una posici�n de privilegio, que por derecho propio no pod�a reclamar, a trav�s de la abundancia de la gracia Divina.

III. PERD�N QUE LLEVA FRUTAS. Este salmo es en s� mismo el producto de la pluma de un hombre perdonado. Ser�a una imposibilidad psicol�gica para un hombre no regenerado y sin perd�n haberlo escrito alguna vez. La experiencia del salmista de perdonar el amor da fruto:

1. En canci�n de agradecimiento. ( 1 Juan 5:7.) "Canciones de liberaci�n" ahora tomar� el lugar de consumir remordimientos y gemidos penitenciales.

2. En nuevos pensamientos de Dios. ( 1 Juan 5:7.) "T� eres mi escondite", etc. En el Dios cuyo amor perdonador ha conocido, ahora encontrar� un protector y amigo perpetuo.

3. En alegre declaraci�n a los dem�s. (1Jn 5: 1, 1 Juan 5:2.) "Bendito ... bendito", etc. El �nfasis es doblemente intenso.

(1) Hay una bendici�n en el perd�n mismo. Para que se libere la carga de la culpa y se cancele la condena, �qu� bendici�n hay aqu�!

(2) Hay bendici�n que sigue al perd�n. Nueva libertad Nueva alegr�a en Dios. Nuevos lazos de amor. Nueva ciudadan�a Nueva herencia. Nuevas perspectivas Oh! la bendici�n!

4. En exhortaci�n. ( 1 Juan 5:8, 1 Juan 5:9.) Consideramos que estas son las palabras del salmista, � en las cuales usa su propia experiencia para aconsejar a otros. Los penitentes con el coraz�n roto son los mejores evangelistas. La exhortaci�n es triple.

(1) Nos pide que no seamos perversos y obstinados, es decir, al tratar de ocultar nuestra culpa; sino m�s bien para mostrar la raz�n de hombres razonables al confesarlo y abandonarlo ( 1 Juan 5:9).

(2) Nos recuerda que, si bien la resistencia a Dios solo nos rodear� de problemas, la confianza en Dios garantizar� que seamos rodeados de misericordias ( 1 Juan 5:10).

(3) �l ofrece a las almas sinceras, rectas y penitentes, hombres sin enga�o, regocijarse en Dios, s�, incluso gritar de alegr�a, a causa de ese amor perdonador que entierra toda la culpa pasada del penitente en el oc�ano de la gracia redentora. y enriquece al perdonado con la herencia de la vida eterna.

HOMILIAS DE W. FORSYTH

Salmo 32:1

La bendici�n del perd�n.

Lo que nuestro Se�or le dijo a Sim�n antes de su ca�da, parece haberle dicho a David despu�s de su gran transgresi�n: "Cuando seas convertido, fortalece a los hermanos" ( Lucas 22:32; Salmo 51:12 , Salmo 51:13). Noblemente se cumpli� el deber. Muchos de los que caminaban en la oscuridad han encontrado aqu� la luz. A muchos de los que se enga�aban con falsas esperanzas se les ha ense�ado el camino de la paz; Muchos de los que han estado endureciendo sus corazones en el pecado han sido atrapados y guiados, como con cuerdas de amor, de regreso a Dios. La carga del salmo es la bendici�n del perd�n.

I. En primer lugar, se nos ense�a que esta es una DOCTRINA DE ACUERDO CON LA DIOSIDAD. (Salmo 32:1, Salmo 32:2.) Se exponen tres cosas.

1. Qu� es el pecado. Los t�rminos utilizados son muy significativos y merecen el estudio m�s profundo: "transgresi�n", "pecado", "iniquidad". El mal se remonta a la ra�z. Nuestra infelicidad es causada por el pecado (Salmo 32:3, Salmo 32:4).

2. Luego se nos muestra c�mo se puede quitar el pecado. Esto es obra de Dios. Hay un doble trabajo: algo hecho por nosotros y algo hecho en nosotros. De este modo, Dios satisface las necesidades de nuestro caso no solo eliminando la culpa, sino renovando el car�cter.

3. El resultado es la bendici�n. Esta es la doctrina de la Ley y los profetas ( �xodo 34:6, �xodo 34:9; Le �xodo 16:21; Isa�as 53:5, Isa�as 53:6; Daniel 9:24). Tambi�n es la doctrina del Nuevo Testamento. La ley se cumple en Cristo. En �l Dios se reconcilia con nosotros, y nosotros nos reconciliamos con Dios. Paul y David est�n de acuerdo ( Romanos 4:6, Romanos 4:7). La justificaci�n no es de obras, sino de gracia. No puede haber verdadera felicidad hasta que con toda franqueza y sinceridad confesamos nuestros pecados y nos arrojemos con simple fe a la misericordia de Dios en Cristo Jes�s ( Proverbios 28:13; Sal 139: 1-24: 28, Salmo 139:24; 2 Corintios 5:19, 2 Corintios 5:21).

II En segundo lugar, LA BENDICION DEL PERDON SE ILUSTRA DE LA EXPERIENCIA PERSONAL. La Biblia contiene tanto doctrinas como hechos, y aunque las doctrinas explican los hechos, los hechos hacen cumplir las doctrinas. Cuando un hombre habla de lo que sabe, cuando cuenta lo que �l mismo ha pasado, cuando expone los hechos relacionados con nuestra vida personal y nuestras necesidades, escuchamos f�cilmente su historia.

1. Primero, se nos muestra la miseria del hombre que guarda silencio en cuanto a sus pecados ante Dios. (Salmo 32:3, Salmo 32:4.) Durante mucho tiempo, David guard� sus pecados para s� mismo, con orgullo y mal humor. Esto no solo estaba da�ando su propia alma, sino que estaba mintiendo a los hombres y ofendiendo gravemente a Dios. El resultado fue la miseria. Sufri� en cuerpo y esp�ritu. No pudo encontrar descanso. Cada esfuerzo que hizo para mejorarse a s� mismo, siempre y cuando se negara a humillar su coraz�n ante Dios por confesi�n, solo agravaba su dolor. Donde quiera que fuera, sus pecados lo persegu�an. Independientemente de lo que hizo, no pudo librarse del terrible pensamiento de que los juicios de Dios caer�an sobre �l. �Cu�n v�vidamente revela esto el mal del pecado y la misericordia de Dios! Si nos dejamos a nosotros mismos, nuestros pecados ser�an nuestra ruina; pero Dios, misericordiosamente, no nos dejar� solos, su mano est� puesta sobre nosotros, en amoroso consejo y castigo, hasta que seamos arrepentidos.

2. A continuaci�n se nos muestra la forma de recuperar la bendici�n que hemos perdido. (Salmo 32:5, Salmo 32:6.) Hubo una lucha larga y dolorosa. Ahora est� terminado. En lugar de orgullo, hay humildad. En lugar de esconderse del pecado, hay una confesi�n franca y completa. En lugar de detenerse en la hosquedad de Dios, hay una rendici�n absoluta a su justo juicio. El alivio es instant�neo. �Qu� bendito cambio! Est� saliendo de la oscuridad hacia la luz. Es abandonar toda ocultaci�n y astucia, y encontrar la paz en el amor y la misericordia de Dios. �Cu�n bellamente est� de acuerdo la imagen aqu� con la otra imagen dibujada por la mano de nuestro Salvador! - "Dije, confesar� mis transgresiones al Se�or"; "Me levantar� e ir� a mi padre, y le dir�: Padre, he pecado contra el cielo y ante ti". "Perdonaste la iniquidad de mi pecado". "Cuando todav�a estaba muy lejos, su padre lo vio, y tuvo compasi�n, y corri�, y cay� sobre su cuello y lo bes�" (Salmo 32:5; Lucas 15:18 )

III. En tercer lugar, LA BENDICION o EL PERDON SE ENCUENTRA POR EL TESTIMONIO DE LOS SANTOS DE DIOS. Agust�n y otros nos han dado sus Confesiones. Estos no son solo un cuento, sino un testimonio. No solo est�n de acuerdo como testigos de Dios, sino que son un directorio para el beneficio de todos los investigadores ansiosos. As� fue con David. Hablamos no solo por s� mismo, sino por los dem�s. �l dice: "Mi caso no es singular; Dios ha tratado con otros de la misma manera; esta es la ley del reino". "El que cubre sus pecados no prosperar�; pero el que los confiesa y los abandona, tendr� misericordia". Las lecciones son: que el perd�n es una bendici�n muy deseable; que seguramente es alcanzable por todos los que lo buscan de la manera correcta; y que cuando se disfruta trae nuevas y permanentes alegr�as a la vida. Hay tanto consejo como advertencia. Dios tiene su propio camino y su propio tiempo para mostrar misericordia. Hay un l�mite ( Isa�as 55:6, Isa�as 55:7; Hebreos 3:1). Cada dolor del cuerpo, cada manifestaci�n de la raz�n, cada compunci�n de conciencia, son premoniciones de juicio y exigen una acci�n instant�nea. Dios en su providencia y en su Palabra dice: "Ahora es el tiempo aceptado".

IV. En �ltimo lugar, se nos muestra c�mo LA BENDICION DEL PERD�N EST� DE ACUERDO CON LOS GRACIOSOS PROP�SITOS DE DIOS HACIA SU PUEBLO. Cuando Dios comience, �l terminar�. El perd�n es lo primero, pero es una introducci�n a otras y mayores bendiciones. Entre los hombres, cuando se libera a un criminal, sale a la sociedad como con la marca de Ca�n en su frente. Pero los caminos de Dios no son como nuestros caminos. Cuando lleva al pecador a una relaci�n correcta consigo mismo, no solo perdona por completo, sino que contin�a su amor y misericordia hasta el final. La vida en adelante es divinamente guiada. La obediencia ya no es una restricci�n, sino una delicia. El futuro est� lleno de esperanza y traer� nuevas bendiciones, pidiendo siempre una nueva gratitud y alegr�a. Cuando realmente podemos decir, como Pablo, "Se�or, �qu� quieres que haga?" entonces podemos mirar sin miedo hasta el final.

Salmo 32:8

La gu�a de Dios

Aprender-

I. EL LUGAR DE ORIENTACI�N. A menos que podamos ver los ojos de Dios, no podemos ser guiados. �Qu� obstaculiza? Nuestros pecados. "Las iniquidades de la mina se han apoderado de m�, de modo que no puedo mirar hacia arriba" (Salmo 40:12). Lo grandioso, por lo tanto, es confesar nuestros pecados, para que puedan ser eliminados, y luego, "aceptados en el Amado", podemos "mirar hacia arriba" con confianza infantil y gritar: "�Abba, Padre!"

II LA MANERA DE ORIENTACI�N.

1. Autorizado. Como maestro y servidor (Salmo 123:2).

2. Amablemente. Amante como padre, gentil como madre (Jeremias 24:6; Proverbios 4:3).

3. Claro. Mois�s conoc�a bien el desierto, pero podr�a equivocarse. Se alegr�, por lo tanto, de la ayuda de Hobab, "Puedes ser para nosotros en lugar de los ojos" ( N�meros 10:31). �Cu�nto m�s seguro podemos depender de Dios en nuestro viaje por el desierto! "Excepto que se apague el ojo del Se�or, no podemos dejar de verlo y cuidarlo" (Donne).

III. LOS FELICES RESULTADOS DE LA ORIENTACI�N.

1. paz. No podemos guiarnos a nosotros mismos; ni podemos confiar en otros, ni siquiera en los m�s sabios y los mejores, para guiarnos; pero cuando nos ponemos bajo el cuidado y la direcci�n de Dios, sentimos que todo est� bien (Jeremias 10:23; Salmo 119:165).

2. Libertad. Dios no se complace en "la mordida". Tendr�a que guiarnos a trav�s de nuestra raz�n y nuestro coraz�n en lugar de por la moderaci�n y la fuerza. �l trabaja en nosotros "a voluntad y a hacer". Nos hace libres por la verdad, que nuestro servicio puede no ser por miedo, sino por amor.

3. Valent�a. ( 2 Cr�nicas 20:12.) El ojo de Dios sobre nosotros es una inspiraci�n. Gede�n sinti� un hombre nuevo cuando el Se�or lo mir� ( Jueces 6:14). Pablo ten�a un coraz�n para cualquier destino cuando Cristo lo apoy� en la tormenta ( Hechos 27:23). Stephen fue a una muerte cruel con amor y alegr�a bajo los ojos de su Maestro ( Hechos 7:56-44).

4. Esperanza Con humildad y confianza en la entrega y el amor podemos avanzar con confianza. El ojo de Dios sobre nosotros, y nuestro ojo sobre Dios, estamos a salvo por el tiempo y por la eternidad, �W.F.

HOMILIAS DE C. CORTA

Salmo 32:1

De gran miseria a mayor bendici�n.

No cabe duda de que David compuso este salmo despu�s de que Nat�n vino a �l. Salmo 51:1. fue la confesi�n de su gran pecado y la oraci�n por el perd�n. Este es el registro de la confesi�n hecha y el perd�n obtenido, y la bendici�n de su posici�n como hijo restaurado a la casa de su Padre.

I. LA MAYOR MISERIA.

1. El conocimiento de que hemos pecado. Que hemos sido culpables de un gran pecado que lleva a otro, como lo hab�a sido David; y no de alg�n pecado aislado de enfermedad, o de alg�n temperamento transitorio que se gasta en este momento. Nadie salvo un buen hombre sentir�a la terrible miseria aqu� descrita. Los hombres malos y agobiados pecan y no sienten ninguna carga de verg�enza o culpa.

2. El intento de razonar nuestra culpa. "En cuyo esp�ritu no hay enga�o" o autoenga�o. David era un monarca oriental, cuya tentaci�n ser�a pensar que podr�a hacer lo que quisiera, y as� reducir su pecado al m�nimo. Atenuamos nuestros actos malvados alegando circunstancias, tentaci�n, temperamento y nos enga�amos a nosotros mismos.

3. El intento de suprimir la conciencia de culpa. "Guardamos silencio", y tratamos de ocultar nuestro pecado, y recaemos en una conciencia aburrida de �l. Pero hab�a un fuego ardiente debajo que sec� la humedad vital de su ser y consumi� sus huesos. Temeroso de confesar su pecado a Dios o a s� mismo, no pudo escapar de la carga que la mano divina le impuso a su conciencia; y de ah� su miseria. �l "rugi�" todo el d�a debajo de �l. Esta es la misericordia y la ira de Dios hacia nuestro pecado, para llevarnos a buscar la liberaci�n y el perd�n.

II LA MAYOR BENDICION

1. Debemos comenzar por el pleno reconocimiento de nuestro pecado a nosotros mismos. Esto debe hacerse antes de que podamos sinceramente confesarle a Dios. Debemos estar enojados con nosotros mismos antes de que podamos sentir la barrena de Dios o su misericordia hacia nosotros.

2. La confesi�n m�s completa y penitente a Dios. (Salmo 51:5.) "Contra ti, solo contra ti, he pecado". La mayor�a de los pecados tienen un triple aspecto: como se hace contra otro, contra nosotros mismos y contra Dios, el Legislador paternal.

3. La conciencia del perd�n. Esto incluye dos cosas: la remisi�n gratuita y la limpieza interna.

(1) La transgresi�n es quitada;

(2) cubierto por Dios, no por el pecador; y

(3) no imputado, porque quitado. Es a lo largo de una transacci�n real, ni ficticia.

Entonces es un hombre bendecido con la paz de Dios.

Salmo 32:6

La actitud del penitente.

Debido a la gracia as� otorgada a cada penitente, David alentar�a a todos los piadosos a buscar al que trata tan amablemente con los pecadores. A partir de su experiencia pasada y presente, ahora aconsejar� a otros, y especialmente a aquellos que todav�a son impenitentes, y el tenor de su consejo es que no deber�an, como los brutos, rechazar la sumisi�n hasta que se vean obligados a hacerlo. El pasaje puede dividirse en dos partes:

(1) la actitud del penitente perdonado hacia Dios;

(2) su actitud como maestro de los impenitentes.

I. LA ACTITUD DEL PENITENTE PERDONADO HACIA DIOS. (Salmo 32:6, Salmo 32:7.)

1. Confianza en Dios para los dem�s. (Salmo 32:6.) Lo que Dios ha hecho por �l, lo har� por todos los penitentes y piadosos. No es un Dios parcial, pero sus principios de acci�n son universales. Dios siempre puede ser encontrado por el verdadero penitente; es decir, siempre los escucha cuando lo invocan (Salmo 32:6). Evita de ellos los juicios ("grandes aguas") que amenazan con abrumar a los malvados (Salmo 32:6).

2. Confianza en Dios para s� mismo. (Salmo 32:7.) Vive en Dios como su castillo o lugar de escondite, a salvo del peligro y los problemas. Esta idea es ampliada y exaltada por el cristianismo. "Tu vida es una apuesta con Cristo en Dios". La seguridad es a�n mayor porque estamos unidos con Cristo en Dios. Dios lo rodear� con abundantes causas de canciones de agradecimiento, canciones de liberaci�n. Gire hacia donde pueda, encuentra la mano que entrega a Dios en el trabajo en su nombre.

II SU ACTITUD COMO PROFESOR DEL IMPENITENTE. (Salmo 32:8.)

1. Su experiencia lo califica para mostrar a los hombres el camino que deben seguir. "Entonces, despu�s de que me hayas liberado, ense�ar� a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertir�n a ti". Sab�a el camino que les instaba a tomar, lo sab�a por experiencia, no por ninguna teor�a.

2. Esto lo convirti� en una gu�a amable y comprensiva. Los guiar� con la gentil gu�a del ojo. Una mirada es suficiente para aquellos que est�n dispuestos a ir en la direcci�n correcta, una mirada en la direcci�n que debe se�alarse. La experiencia le ense�� a ser lamentable.

3. Exhorta a los hombres contra una impenitencia brutal y terca. (Salmo 32:9.) No seas como el bruto, que debe ser obligado a servir, "que no viene voluntariamente a ti"; pero como criaturas religiosas razonables, est�n dispuestos al servicio que es grandioso y bendecido.

4. �l resume toda la pregunta. (Salmo 32:10.) Las penas que abarcan a los malvados, y la misericordia que sigue a los que conf�an en Dios. "Misericordia;" equivalente a "bondad amorosa". Un tremendo contraste.

5. Una exhortaci�n a los justos para que se den cuenta de su estado bendito. (Salmo 32:11.) - S.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Psalms 32". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/psalms-32.html. 1897.