Bible Commentaries
Salmos 69

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

Versículos 1-36

EXPOSICI�N

ESTE es el grito de alguien que sufre severamente por los hombres, en parte debido a sus propios pecados (Salmo 69:5), pero principalmente por el bien de Dios (Salmo 69:7). Se dice que est� "escrito al estilo de Jerem�as" (Cheyne); pero se admite el parecido con varios salmos dav�dicos, especialmente Salmo 22:1, Salmo 25:1 y Salmo 40:1; y la expresi�n "Al Shoshannim" en el "t�tulo" lo conecta tambi�n con Salmo 45:1: Adem�s, el "t�tulo" lo asigna claramente a David, al igual que San Pablo ( Romanos 11:9); y no hay argumentos de ning�n peso para poner en contra de estos testimonios. En cuanto al tiempo en la vida de David al que pertenece, no hay evidencia muy clara; pero la conjetura del Dr. Kay, que fue escrita en el momento de la rebeli�n de Adonijah, no es improbable.

El salmo se divide en cinco porciones desiguales, que consisten respectivamente en cuatro, ocho, nueve, ocho y siete vers�culos.

Salmo 69:1

contienen una queja pat�tica, expresada primero en lenguaje figurado (Salmo 69:1), pero (en Salmo 69:4) claramente relacionado con los dise�os perversos de los enemigos humanos.

Salmo 69:1

S�lvame, oh Dios; porque las aguas han entrado en mi alma. Esta es una expresi�n com�n, quiz�s, podr�amos decir, proverbial, para cualquier gran angustia (comp. Salmo 18:4; Salmo 42:7; Salmo 88:7, Salmo 88:17; y Job 22:11; Job 27:20).

Salmo 69:2

Me hundo en lodo profundo, donde no hay pie. "Mire" y "clay" son met�foras de peligros y dificultades, que enredan a un hombre e incapacitan su esfuerzo (comp. Salmo 40:2). He venido a aguas profundas (comp. Salmo 69:15; y vea tambi�n Salmo 124:4, Salmo 124:5; Salmo 130:1). Donde las inundaciones me inundan; es decir, "Estoy completamente abrumado por mis desgracias".

Salmo 69:3

Estoy cansado de mi llanto; es decir, "he clamado a Dios por ayuda, hasta que me canse de hacerlo". No hay respuesta, no se da ayuda. Mi garganta est� seca. Secado, incapaz de llorar m�s. Mis ojos fallan mientras espero a mi Dios (comp. Salmo 119:82; Deuteronomio 28:32). "He esperado y buscado a Dios, hasta que no puedo mirar m�s".

Salmo 69:4

Los que me odian sin causa son m�s que los pelos de mi cabeza (comp. Salmo 35:14; y por el s�mil. Comp. Salmo 40:12; ambas composiciones dav�dicas). Los que me destruir�an, siendo mis enemigos injustamente, son poderosos. Joab y Abiatar, que apoyaron la rebeli�n de Adon�as ( 1 Reyes 1:7) y eran hombres "poderosos", ciertamente fueron los enemigos de David "injustamente". Y lo mismo puede decirse de Absal�n y Ahitofel. Luego restaur� lo que no quit�. El Dr. Kay supone que debe abatirse la cuasi-abdicaci�n de David de una corona que no se hab�a colocado en su propia cabeza ( 2 Samuel 15:14-10).

Salmo 69:5

David sigue su queja con una confesi�n de pecado (Salmo 69:5), lo que demuestra que sus sufrimientos son, en cualquier caso, en cierta medida, merecidos; pero, al mismo tiempo, alega que, dado que sus enemigos realmente lo persiguen por sus acciones justas y su adhesi�n a Dios, Dios est� obligado a acudir en su ayuda, para que su propio honor pueda ser vindicado, y que el Dios no puede ser avergonzado por su cuenta (la de David).

Salmo 69:5

Oh Dios, conoces mi necedad (ver Salmo 38:5). De acuerdo con la ense�anza del Antiguo Testamento (Proverbios, passim) y del Nuevo (Marco 7:22; Romanos 1:21, Romanos 1:22; G�latas 3:1, etc.), la locura es una forma de pecado. Y mis pecados no te son escondidos. La reprimenda de Nathan y la muerte de su hijo ( 2 Samuel 12:7) hab�an convencido totalmente a David de esto. De all� en adelante, sus pecados estuvieron siempre delante de �l (Salmo 51:3), continuamente confesados ??por �l, y sent�an que Dios los conoc�a tanto como a s� mismo. Comp�rese con la apertura de Salmo 139:1: "Se�or, me has buscado y me has conocido. T� conoces mi derrota y mi levantamiento, entiendes mi pensamiento a lo lejos. Comprendes mi camino y mi recostarse, y estoy familiarizado con todos mis caminos. Porque no hay una palabra en mi lengua, pero, he aqu�, oh Se�or, lo sabes por completo "(Salmo 139:1).

Salmo 69:6

No se averg�encen de m� los que te esperan (o esperan en ti), oh Se�or Dios de los ej�rcitos; o, a trav�s de m� (Versi�n revisada); por mi cuenta (Kay), como lo ser�an si yo, aunque tu fiel adorador, fuera entregado en manos de mis enemigos. No se confundan por mi causa los que te buscan, oh Dios de Israel. Uno de los muchos lugares donde la segunda cl�usula es un simple eco de la primera.

Salmo 69:7

Porque por tu bien he soportado el reproche. El verdadero secreto de la enemistad que provoc� David, tanto por parte de Sa�l, de Absal�n, de Joab, como de otros hombres imp�os, fue su propia piedad y devoci�n al servicio de Dios. Los hombres no religiosos odian a los que son religiones, cuya conducta los averg�enza por su contraste con sus propios cursos malvados. Se vengan, a veces burl�ndose de las observancias religiosas de los piadosos (Salmo 69:10), a veces insinuando que toda profesi�n de religi�n es hipocres�a. La verg�enza me ha cubierto la cara. Me han hecho sentir verg�enza por los cargos que se me han presentado (ver 2 Samuel 15:3; 2 Samuel 16:7, 2 Samuel 16:8).

Salmo 69:8

Soy un extra�o para mis hermanos y un extra�o para los hijos de mi madre. La preferencia de David sobre todos sus hermanos mayores se calcul� para despertar sus celos ( 1 Samuel 16:6); y el sentimiento hostil de Eliab se muestra claramente en 1 Samuel 17:28. Podemos deducir de Salmo 38:1: as� como del presente pasaje, que la alienaci�n continu� y no se limit� a Eliab.

Salmo 69:9

Porque el celo de tu casa me ha comido. El "celo de David por la casa de Dios" se mostr�, primero, en su establecimiento del tabern�culo en el Monte Si�n ( 2 Samuel 6:12-10); luego, en su sincero deseo de construir una vivienda permanente y magn�fica para el arca del pacto ( 2 Samuel 7:2; Salmo 132:2); luego, en su cuidadosa colecci�n de materiales para el edificio que se le prohibi� erigirse ( 1 Cr�nicas 28:11; 1 Cr�nicas 29:2); y finalmente, en las direcciones que dej� a Salom�n con respecto a �l ( 1 Cr�nicas 28:9, 1 Cr�nicas 28:10, 1 Cr�nicas 28:20). Tambi�n se demostr�, si tomamos "casa" en un sentido m�s amplio, por su cuidadoso gobierno de la tierra y la gente, el reino y la casa de Dios, durante cuarenta a�os. Y los reproches de los que te reprocharon han ca�do sobre m�. David puede significar que cada reproche pronunciado contra Dios fue tan profundamente sentido por �l como si hubiera sido dirigido contra s� mismo, o que, cuando los hombres le reprocharon, realmente ten�an la intenci�n de reprochar a Dios (es decir, la religi�n) en �l.

Salmo 69:10

Cuando llor� y castig� mi alma con ayuno, eso fue para mi reproche. La pr�ctica de ayuno de David aparece aqu� y tambi�n en Salmo 35:13; Salmo 109:24; 2 Reyes 12:16, 22. Como el ayuno no fue ordenado por la Ley, podr�a ser reprochado por su sobre-justicia, y quiz�s tambi�n por su ostentaci�n, a causa de ello.

Salmo 69:11

Hice tela de saco tambi�n mi prenda (ver Salmo 30:12; Salmo 35:13); y me convert� en un proverbio para ellos; o, un sin�nimo, como la misma palabra, mashal, se representa en Salmo 44:14.

Salmo 69:12

Los que se sientan en la puerta hablan en mi contra; m�s bien, habla de m� (versi�n revisada), hazme su tema (Cheyne). Las puertas, donde se hac�a el negocio principal, eran sin duda tambi�n lugares de chismes. Y yo era la canci�n de los borrachos (comp. Job 30:9); literalmente, de los bebedores de bebidas fuertes.

Salmo 69:13

El salmista ahora se dedica a la oraci�n sincera: ha representado suficientemente su condici�n, aunque todav�a agrega algunas palabras al respecto (Salmo 69:19), y la necesidad inmediata es alivio. Por lo tanto, se acerca a Dios en lo que espera sea "un tiempo aceptable" (Salmo 69:13), y suplica humildemente por misericordia (Salmo 69:14).

Salmo 69:13

Pero en cuanto a m�, mi oraci�n es hacia ti, oh Se�or, en un tiempo aceptable (comp. Salmo 32:6; Isa�as 49:8). El profesor Cheyne pregunta: "�C�mo se le ha revelado al salmista que este es un momento aceptable?" Solo podemos responder: tal vez no ha sido revelado; �l puede expresar una esperanza en lugar de una plena seguridad. O puede que le haya sido revelado de la misma manera que otras cosas. Oh Dios, en la multitud de tu misericordia esc�chame; o "en la grandeza de tu misericordia"; es decir, como tu misericordia es tan grande. En la verdad de tu salvaci�n. "En el ejercicio de esa fidelidad que asegura la salvaci�n de todos los que conf�an en �l" (Profesor Alexander).

Salmo 69:14

Lib�rame del fango y d�jame no hundirme (comp. Salmo 69:2, con el comentario). D�jame ser liberado de los que me odian (ver Salmo 69:4). Y fuera de las aguas profundas (comp. Salmo 69:1, Salmo 69:2).

Salmo 69:15

No dejes que la inundaci�n me sobrevuele, ni dejes que las profundidades me traguen, y no dejes que el pozo cierre su boca sobre m�. La referencia sigue siendo Salmo 69:1, Salmo 69:2; y la oraci�n es por la liberaci�n de los peligros y enredos all� mencionados.

Salmo 69:16

Esc�chame, Se�or, porque tu bondad amorosa es buena (comp. Salmo 69:13). Vu�lvete a m� seg�n la multitud de tus tiernas misericordias. El salmista insin�a que el rostro de Dios hab�a estado alejado por un tiempo de �l, y suplica que se le restaure el favor.

Salmo 69:17

Y no escondas tu rostro de tu sirviente (comp. Salmo 10:1; Salmo 13:1; Salmo 22:24; Salmo 27:9, etc.) . Porque estoy en problemas; literalmente, porque hay problemas para m�. Sobre la naturaleza probable del "problema", vea el p�rrafo introductorio. Esc�chame r�pidamente (comp. Salmo 22:19; Salmo 31:2; Salmo 38:22; Salmo 70:1, etc.).

Salmo 69:18

Ac�rcate a mi alma y red�mela. David a menudo se queja de que Dios est� lejos de �l (Salmo 10:1; Salmo 22:19; Salmo 38:21; Salmo 71:12, etc.), y reza para que "se acerque", la sensaci�n de distancia y alienaci�n es intolerable. L�brame por mis enemigos; es decir, debido a sus trazados y maquinaciones (ver Salmo 69:4).

Salmo 69:19

Conociste mi reproche, mi verg�enza y mi deshonra (comp. Salmo 69:7). Cualquier cosa que David haya sufrido a manos de sus enemigos ha sido completamente conocida por Dios, quien en cualquier caso lo ha permitido. Habiendo visto y conocido, Dios no olvidar�. Mis adversarios est�n todos ante ti. Tambi�n has visto a mis adversarios, y todav�a los tienes a la vista. Confiesas su insolencia y audacia.

Salmo 69:20

El reproche me ha roto el coraz�n. (comp. Salmo 69:7, Salmo 69:9, Salmo 69:19). Algunos de los reproches de sus enemigos se basaban, sin duda, en las antiguas fechor�as de David. Estos, que no pod�a refutar, le causar�an el dolor m�s severo. Y estoy lleno de pesadez; o "lleno de enfermedad"; "muy enfermo" (Kay); "enfermo de muerte" (Delitzsch). Y busqu� algunos para tener l�stima, pero no hab�a ninguno; y para consoladores, pero no encontr� ninguno. Se cuestiona si David alguna vez estuvo sin amigos para compadecerlo y consolarlo, y sugiri� que en este punto pase de la narrativa a la profec�a, y describe, no su propia condici�n, sino la del Mes�as, a quien tipific�, hablando como era. movido por el Esp�ritu Santo. Ciertamente, Jes�s qued� sin piedad ni consuelo, cuando "todos los disc�pulos lo abandonaron y huyeron" ( Mateo 26:56).

Salmo 69:21

Tambi�n me dieron hiel por mi carne. Aqu�, en cualquier caso, el salmista est� inspirado para ser mesi�nico, es decir, para usar palabras que, aunque solo pueden aplicarse a s� mismo de manera metaf�rica y laxa, son en el sentido m�s estricto y m�s literal aplicable a Cristo. En realidad, Gall estaba mezclado con la bebida que se le dio a Cristo justo antes de ser crucificado, y que prob�, pero que no trag� ( Mateo 27:34). Y en mi sed me dieron de beber vinagre. De manera similar, cuando sobre el berro, Cristo pronunci� las palabras: "Tengo sed", los que estaban cerca "llenaron una esponja con vinagre, la pusieron sobre el hisopo y la pusieron en su mes. Cuando Jes�s recibi� el vinagre, dijo: , Est� terminado; e inclin� la cabeza y abandon� el fantasma "( Juan 19:29, Juan 19:30); comp. Salmo 22:16, donde se registran peque�os hechos, no verdaderos de David, sino verdaderos de Cristo, de un afligido, que en parte representa a David, en parte a su gran descendiente.

Salmo 69:22-19

La imaginaci�n de las crueldades que se infligir�n a su inocente descendiente eleva al salmista a un tono de resentimiento apasionado, que encuentra desahogarse en una serie de amargas imprecaciones, muy desagradable para muchos. Sin embargo, son menos sorprendentes que algunos que se encuentran en otros lugares, como en Salmo 102:1. Podemos verlos como una efusi�n de justa indignaci�n sobre los enemigos, no solo de David, sino de Dios; o como una serie de denuncias prof�ticas, mediante las cuales los malvados de la �poca de David fueron advertidos de las consecuencias de tal maldad como la de ellos, y estimulados al arrepentimiento.

Salmo 69:22

Deje que su mesa se convierta en una trampa ante ellos. No est� muy claro c�mo fue su mesa para atraparlos: tal vez anim�ndolos a la gula y la sensualidad, y trayendo sobre ellos las enfermedades que engendran esos pecados; quiz�s conduci�ndolos a una ostentaci�n de riqueza y lujo (comp. Ezequiel 23:40, Ezequiel 23:41). Y lo que deber�a haber sido para su bienestar, que se convierta en una trampa. Que se vean atrapados por las cosas buenas de su mesa, como una bestia salvaje por un cebo.

Salmo 69:23

Sean oscurecidos sus ojos, para que no vean. Esto puede tomarse literalmente, "deja que la ceguera caiga sobre aquellos que han usado mal sus ojos"; o metaf�ricamente, "que sus entendimientos, que han cegado parcialmente, se oscurezcan por completo". Y hacer temblar continuamente sus lomos. Privarlos de la fuerza de la que se han jactado, y que han aplicado mal.

Salmo 69:24

Derrama tu indignaci�n sobre ellos y deja que tu ira se apodere de ellos. En cualquier caso, enojarse con ellos y mostrar su ira de una manera u otra. D�jalos escapar netos sin escalas. Una maldici�n general, despu�s de la cual el escritor vuelve a los detalles.

Salmo 69:25

Que su habitaci�n sea desolada; literalmente, su campamento Tirah (??????) es el recinto circular de una tribu n�mada, dentro del cual mantuvo su ganado o se refugi� ( G�nesis 26:16; N�meros 31:10). Las expresiones n�madas permanecieron en uso despu�s de que los h�bitos n�madas hab�an cesado (ver 1 Reyes 12:16). Y que nadie habite en sus tiendas. Una duplicaci�n de la cl�usula anterior.

Salmo 69:26

Porque ellos persiguen al que has herido. Esto se aplicar�a igualmente a David y a su gran Antitipo. Es un agravante de crueldad cuando los hombres persiguen a alguien que ya sufre aflicci�n a manos de Dios. Y hablan del dolor de aquellos a quienes has herido; m�s bien, hablan del dolor de aquellos, etc. Hablan de ello burlonamente o, en todo caso, sin simpat�a.

Salmo 69:27

Agrega iniquidad a su iniquidad. O "d�jenlos caer de una maldad a otra", como se presenta la cl�usula en la versi�n del libro de oraci�n; o "agregue al registro de sus pecados en su libro, un registro adicional de otros pecados, a medida que los cometen". Y que no entren en tu justicia; es decir, que no reciban el regalo de tu gracia justificante, y as� se cuenten entre tus justos.

Salmo 69:28

Que se borren del Libro de los vivos. Se supone que Dios tiene un "libro de los vivos" en su poder, que contiene los nombres de todos aquellos a quienes mira con benepl�cito y a quienes bendecir� tanto en este mundo como m�s all� de la tumba (comp. �xodo 32:32; Salmo 86:6; Ezequiel 13:9; Daniel 12:1). De esta lista, como de cualquier registro de ciudadan�a terrenal, los nombres de los indignos pueden borrarse. David ora por la eliminaci�n de los nombres de aquellos indignos contra quienes se pronuncian sus imprecaciones. Y no se escriban con los justos; es decir, no permanecer escrito en el libro al lado de los nombres de los justos. El Nuevo Testamento, no menos que el Antiguo, habla de este libro (ver Lucas 10:20; Filipenses 4:3; Apocalipsis 3:5; Apocalipsis 13:8; Apocalipsis 20:12; Apocalipsis 21:27).

Salmo 69:29

Pero soy pobre y triste; deja que tu salvaci�n, oh Dios, me coloque en lo alto. El salmista agrega a su lista de imprecaciones, a modo de contraste, una invocaci�n de bendici�n sobre s� mismo. Como su condici�n actual es un fuerte contraste con la de sus enemigos imp�os, como es "pobre y triste", mientras que ellos son pr�speros y satisfechos de s� mismos, que as� sean sus condiciones futuras. Mientras est�n deprimidos y deshonrados, que se "instale en lo alto".

Salmo 69:30-19

En conclusi�n, el salmista estalla en alabanza. Confiado en recibir la liberaci�n por la cual ha rezado, lo anticipa al momento ofreciendo acci�n de gracias (Salmo 69:30). Luego pide a otros que se regocijen con �l, primero en los pobres y humildes (Salmo 69:32, Salmo 69:33), luego en el cielo y la tierra y sus habitantes en general (Salmo 69:34). Finalmente, �l entrega una profec�a segura de la prosperidad continua de Jud� y Jerusal�n (Salmo 69:35, Salmo 69:36).

Salmo 69:30

Alabar� el Nombre de Dios con una canci�n. (Para alabanza del Nombre de Dios, vea Salmo 7:17; Salmo 9:2; Salmo 29:2; Salmo 34:3; Salmo 66:1; Salmo 68:4, etc.) Y lo magnificar� con acci�n de gracias. El D�a de Acci�n de Gracias ya se hab�a establecido en Salmo 50:13, Salmo 50:14 por encima del sacrificio.

Salmo 69:31

Esto tambi�n complacer� al Se�or mejor que un buey o un buey que tiene cuernos y pezu�as; es decir, es apto para el sacrificio legal, de edad plena y limpio.

Salmo 69:32

Los humildes lo ver�n y se alegrar�n. Los mansos, el pueblo de Dios, ven la liberaci�n de David, y se alegran, se regocijan en su coraz�n y se unen con �l en acci�n de gracias. Y tu coraz�n vivir� buscando a Dios (comp. Salmo 22:26).

Salmo 69:33

Porque el Se�or escucha a los pobres. Los "pobres en esp�ritu" probablemente significan (comp. Salmo 69:29). Y no menosprecia a sus prisioneros. Los que sufren por su bien.

Salmo 69:34

Que el cielo y la tierra lo alaben, los mares y todo lo que se mueve en �l (comp. Salmo 96:11). Cuando Job llama al cielo y a la tierra a simpatizar con �l en su angustia ( Job 16:18, Job 16:19), entonces David tendr�a que compartir su alegr�a por su liberaci�n.

Salmo 69:35

Porque Dios salvar� a Sion. No es necesario suponer que Jerusal�n estaba en peligro inmediato. El salmista simplemente quiere decir que el mismo Dios de quien ahora espera con confianza la liberaci�n siempre vigilar� su ciudad, su pueblo, su herencia, y cuando el peligro amenace, ejercer� su poder protector y salvar�. Las profec�as de este tipo son siempre condicionales, y por lo tanto, Si�n, cuando rechaz� a Dios por �dolos ( 2 Cr�nicas 36:14), y nuevamente cuando lo rechaz� por Barrab�s ( Mateo 27:21), perdi� el prometi� la bendici�n de la continuidad y provoc� su propia destrucci�n. Y edificar� las ciudades de Jud�; es decir, mantenerlos, evitar que se pudran y arruinen. Para que puedan habitar all�; es decir, seguir habitando las ciudades. Y tenerlo (es decir, Si�n o Jerusal�n) en posesi�n.

Salmo 69:36

La descendencia de sus siervos tambi�n la heredar�. Tampoco la ciudad sola �los muros y edificios� continuar� existiendo. "La simiente de los siervos de Dios" �su pueblo Israel� continuar� habit�ndola. Y los que aman su Nombre habitar�n en �l. Cuando el Sion terrenal cay� y perdi� las promesas, pasaron al Sion celestial ( Hebreos 12:22), la Iglesia de Dios, el verdadero Israel.

HOMILIAS DE W. FORSYTH

Salmo 69:1

El salmista en tres aspectos.

I. COMO HOMBRE A SER PIEZADO. Los sufrimientos descritos son muchos y grandes. Amenazaron con ser abrumadores. Sin, no hab�a escapatoria; dentro no hab�a paz. Llorar por ayuda no trajo rescate, y esperar a Dios no trajo liberaci�n. La esperanza diferida enferm� el coraz�n. La decepci�n solo provoc� m�s desprecio amargo de los enemigos e hizo que los males que se multiplicaban cada vez fueran m�s dif�ciles de soportar. Adem�s, exist�a la angustiosa sensaci�n de que los males que hab�an surgido eran en gran parte inmerecidos, y que el odio a los enemigos era tan injusto como no provocado. Cuando encontramos a un hombre en tal caso, no podemos sino simpatizar con �l. Puede que sea demasiado magn�nimo para desear nuestra piedad, pero a�n m�s nuestro coraz�n se dirige hacia �l en compasi�n, y nuestras oraciones se unen a las suyas por liberaci�n ( Job 6:14; Job 19:21 ; 1 Pedro 3:8). Una de las ventajas del sufrimiento es que, si bien puede ser una disciplina saludable para el paciente, se convierte en un medio de invocar la bondad fraternal y la ayuda viril de los espectadores.

II COMO PECADOR A SER CONDENADO. Hay algunos que resienten cualquier condena del salmista. Dicen que se inspir�, que �l era uno de los "hombres santos que hablaron cuando fueron movidos por el Esp�ritu Santo". Esto es cierto, pero de todos modos, �l habla de s� mismo como un pecador, y es m�s probable que tratemos verdaderamente con �l al tomarlo bajo su propio juicio que al establecerlo como si fuera perfecto, y como si sus confesiones del pecado y la locura se hicieron en un sentido no natural. Adem�s, aqu� hay pruebas evidentes de la obra del pecado, de la carne que codicia contra el esp�ritu, de la lucha que todos los hombres buenos tienen que hacer contra el surgimiento de pasiones imp�as en tiempo de tentaci�n. Si vamos a tomar el lenguaje (en Salmo 69:22-19) tal como lo encontramos, y si vamos a entenderlo como lo usa un hombre de piedad indudable pero imperfecta, no podemos dejar de considerarlo altamente culpable. Aqu� hay m�s que solo indignaci�n. La vida del salmista se hab�a vuelto amarga por el rencor y el odio de sus enemigos, y parece dar paso a la ira y arrojar sobre sus enemigos las maldiciones que tan cruelmente hab�an acumulado sobre s� mismo. Pero sea como sea, es evidente que debemos protegernos de la indulgencia en ese lenguaje. No nos corresponde juzgar a los dem�s; no nos corresponde devolver mal por mal. Cristo nos ha ense�ado que se equivocaron mucho al decir: "Amar�s a tu pr�jimo, pero aborrecer�s a tu enemigo" ( Mateo 5:43 Mateo 5:45). M�s bien debemos amar a nuestros enemigos. Y lo que nuestro Se�or nos ense�� con palabras lo ilustr� en su vida. Incluso de aquellos cuyas manos estaban rojas con su sangre, �l dijo: "Padre, perd�nalos"; y su regreso por todo el odio, la malicia y la crueldad de los jud�os malvados fue enviarles ante todo el evangelio de la paz ( Lucas 23:24; Lucas 24:47). Si nos entregamos al resentimiento, no solo nos lastimamos a nosotros mismos, sino que hacemos da�o a nuestro hermano, ya que, por muy mal que un hombre nos use, sigue siendo nuestro hermano, y no debemos poner una barrera mayor entre �l y nosotros por la ira, sino m�s bien trate de llevarlo a una mejor mente con amor y misericordia ( Romanos 12:19).

III. COMO SANTO A SER IMITADO. El hecho mismo de que no podemos y no nos atrevemos a seguir al salmista en todo lo que encontramos aqu�, es evidencia de su imperfecci�n. Estamos obligados a usar nuestra raz�n: examinar las cosas seg�n el est�ndar de la Ley de Dios y el Esp�ritu de Cristo. Solo debemos imitar lo que es bueno, y lo que se recomienda a nuestras conciencias y corazones como bueno ( 1 Corintios 11:1; Efesios 5:1, Efesios 5:2). Pero si lo consideramos, encontraremos mucho aqu� para admirar y, por lo tanto, para imitar. Ser�a bueno para nosotros, como el salmista, invocar a Dios en el d�a de la angustia. Podemos estar en apuros, pero �l puede ayudar. Podemos ser rechazados por todos lados y solitarios, pero �l no nos rechazar�. Tambi�n debemos aprender del salmista no a defender nuestros propios m�ritos, sino a confiar en la misericordia de Dios. Dios sabe lo que es mejor. Sobre todo, deber�amos hacer lo que el salmista solo pod�a hacer imperfectamente, a la tenue luz de los d�as anteriores al evangelio: debemos mirar a Cristo y aprender de �l c�mo comportarse en tiempos de sufrimiento. � W.F.

Salmo 69:30-19

Alabanza.

I. EL TEMA M�S GRANDE. "Nombre de Dios". Tome �xodo 3:14, donde Dios se llama el "yo soy"; o el siguiente vers�culo, donde como "el Se�or Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob", dice: "Este es mi nombre para siempre". O tome �xodo 34:6, o algunos de los grandes t�tulos dados a Dios: Jehov�-jireh ( G�nesis 22:14); Jehov�-tsidkenu (Jeremias 33:16); Jehov�-shalom ( Jueces 6:24); Jehov�-nissi ( �xodo 17:15). �Qu� tema tan glorioso, con una variedad infinita de encanto!

II NOBLEST INSPIRATION. "Acci�n de gracias." Esto implica en el cantante una relaci�n correcta y un esp�ritu correcto. Solo podemos alabar a Dios correctamente como lo conocemos como Dios, y como nuestros corazones brillan de amor hacia �l como nuestro Dios y nuestro Redentor.

III. VERDADERA POBLACI�N. No es lo que agrada a la gente lo que est� m�s alto, sino lo que agrada a Dios. �l mira al coraz�n. Distingue entre la forma y el esp�ritu. El sacrificio que es aceptable para �l es el que se ofrece con fe y amor. Los dos �caros de la humilde viuda trascienden lejos los espl�ndidos dones de los orgullosos fariseos.

IV. EL ARGUMENTO M�S PODEROSO. ( �xodo 34:33.) "Para". Se hace referencia al amor de Dios por los pobres; El rescate de Dios de los oprimidos, sus "prisioneros", desde Jos� en Egipto, hasta Juan en Patmos; La promoci�n de Dios de justicia, misericordia y paz.

V. LA CONCLUSI�N M�S DELICIOSA. (Vers�culos 34-36.) Es cierto en parte de Jud� y Si�n, pero encuentra su mayor cumplimiento en aquel que es el verdadero Rey de los hombres, y cuyo gobierno solo puede unir a jud�os y gentiles, y traer alegr�a al cielo y a la tierra. � W.F.

Salmo 69:32

Aqu� hay tres grandes cosas.

I. LA COSA M�S GRANDE DEL HOMBRE. El coraz�n." Es el coraz�n el que marca el car�cter ( Proverbios 23:7); que vale la pena ( 1 Samuel 16:7); eso determina el destino ( Romanos 10:9, Romanos 10:10; Proverbios 4:23). Incluso entre los hombres, el hombre que "no tiene coraz�n", sea lo que sea que tenga, es despreciado; mientras que el que tiene un coraz�n amable, aunque puede tener muchas fallas, es amado (cf. Nabal y David).

II EL MAYOR TRABAJO PARA EL HOMBRE. "Busca a Dios". Esto implica que, aunque el hombre est� separado de Dios por el pecado, existe la posibilidad de regresar. Dios se ha acercado a nosotros, y podemos acercarnos a Dios. Cristo es el verdadero propiciatorio. En �l, Dios y el hombre se encuentran y se reconcilian. El principal objetivo de la vida es buscar a Dios (Salmo 27:8; Isa�as 55:6). En sus obras y en su Palabra, en la Persona de su Hijo y al hacer su voluntad por el Esp�ritu, siempre se le puede encontrar a aquellos que realmente lo buscan ( Isa�as 45:19; Am�s 5:8).

III. LA MAYOR BENDICION PARA EL HOMBRE. "En Vivo." La vida es la mayor bendici�n, pero solo cuando es la vida del coraz�n.

"Vivimos por admiraci�n, fe y esperanza, y siempre que estos est�n bien y sabiamente arreglados, en dignidad de ser ascendemos".

(Wordsworth.)

Es en Cristo donde encontramos nuestra verdadera vida y nuestra mayor bendici�n (cf. Demas y Paul, 2 Timoteo 4:10; 2 Corintios 6:11; 1 Juan 3:1). WF

HOMILIAS DE C. CORTA

Salmo 69:1

Sufrimiento y oraci�n.

"El salmo es una oraci�n y una queja de alguien que sufre severamente de los hombres por el bien de Dios".

I. GRAN SUFRIMIENTO. (Salmo 69:1.)

1. Exponerlo a un gran peligro. (Salmo 69:1, Salmo 69:2.) Est� en peligro de su vida. "Las inundaciones lo abruman".

2. Que conlleva un gran agotamiento corporal. (Salmo 69:3.) Cansado de llorar, garganta reseca, ojos llorosos.

3. Surgiendo del odio injusto de sus enemigos, que son numerosos y fuertes. (Salmo 69:4.) Los que lo odian sin una causa justa e injustamente, son innumerables y poderosos.

II GRAN SUFRIMIENTO POR EL BIEN DE DIOS Y LA CAUSA JUSTA, (Salmo 69:5.)

1. Despierta una sensaci�n de indignidad personal. (Salmo 69:5.) Todo el sufrimiento tiende a esto.

2. El pecado de sus enemigos fue pecado contra Dios. (Salmo 69:7.)

3. Los parientes y amigos �ntimos, as� como los extra�os, se unen en la persecuci�n de sus enemigos. (Salmo 69:8.)

III. LOS MOTIVOS DE SU ORACI�N POR LA ENTREGA. (Salmo 69:13.)

1. Otros que conf�an en Dios ser�n avergonzados si lo dejan perecer. Regrese a Salmo 69:6 para esto. La fe en Dios est� en juego.

2. Su gran miseria es su argumento para la salvaci�n. (Salmo 69:14, Salmo 69:15.) Bien podr�amos usar esta s�plica.

3. La grandeza de la Divina bondad y misericordia. (Salmo 69:13.) Este es el argumento que m�s esperanza tiene para aquellos que han conocido a Dios en todas las �pocas, pero especialmente para aquellos que han conocido a Dios en Cristo.

Salmo 69:29-19

El salmo se cierra con

Alegres esperanzas y votos de acci�n de gracias por la salvaci�n.

Estas consecuencias fluyen de su confianza en la salvaci�n de Dios.

I. SU PROPIA GRATITUD Y SERVICIO PERSONAL.

1. La acci�n de gracias de un coraz�n agradecido se mostrar� en la canci�n y el servicio. (Salmo 69:30.)

2. El servicio espiritual es m�s aceptable para Dios que el ceremonial. (Salmo 69:31.)

II SU SALVACI�N FORTALECER� LA FE DE TODOS LOS SUFRIDOS JUSTOS. (Salmo 69:32, Salmo 69:33.)

1. Los humildes, los afligidos, ver�n en �l la promesa de su propia liberaci�n. (Salmo 69:32.) Dios har� una diferencia entre todos los justos y los malvados.

2. La experiencia de los justos garantiza la m�xima confianza en Dios. (Salmo 69:33.) "Porque el Se�or escucha a los pobres y no desprecia a sus prisioneros". Esa es una verdad de la experiencia, as� como de la fe y la esperanza.

III. SION Y LAS CIUDADES DE JUD� SER�N RECONSTRUIDAS. Las revelaciones de Dios a su propia experiencia le dieron la esperanza de una liberaci�n amplia y general; y en la distinci�n hecha por Dios entre �l y sus enemigos, seguridad para la victoria de toda la Iglesia de Dios. Invoca a los cielos, la tierra y los mares para alabar a Dios por este motivo (Salmo 69:34-19) .� S.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Psalms 69". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/psalms-69.html. 1897.