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Apocalipsis 16

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

Versículos 1-21

EXPOSICI�N

En los juicios de los viales, o cuencos, indudablemente tenemos una recapitulaci�n de lo que ya se hab�a predicho en las visiones de trompeta y sello. Esta recapitulaci�n no es una mera repetici�n; pero la idea contenida en las primeras visiones se fortalece y se expone m�s a la fuerza, de conformidad con Apocalipsis 15:1, donde se nos dice que la ira de Dios ha terminado en estas plagas de los viales. La siguiente comparaci�n ilustrar� los puntos de semejanza y contraste entre las visiones de las trompetas y los viales.

Trompetas

1. Granizo, fuego y sangre lanzados sobre LA TIERRA; Un tercio de los �rboles, etc., quemados.

2. Un tercio de SEA hizo sangre; un tercio de las criaturas all� y de las naves destruidas.

3. Un tercio de los R�OS se amarg�; Muchos hombres destruidos.

4. Un tercio del SOL, etc. herido; un tercio del d�a se oscureci�.

5. La estrella del cielo cae al ABISMO; env�a langostas; los hombres buscan la muerte; El nombre hebreo de su rey es Abaddon.

6. Los ej�rcitos de EUPHRATES destruyen una tercera parte de los hombres; los hombres no se arrepienten.

Episodio: �Los dos testigos de Dios TESTIMONIO por �l y obran MILAGROS; GUERRA contra ellos por la bestia.

7. VOCES en el cielo; el juicio; terremoto, etc., y GRANIZO.

Viales

1. Vial vertido EN LA TIERRA; dolor sobre los seguidores de la bestia.

2. El MAR hizo sangre como de un hombre muerto; cada alma all� destruida.

3. R�OS hicieron sangre; declarado ser la venganza de Dios sobre [TODOS] los hombres.

4. SOL herido; hombres chamuscados; los hombres blasfeman, los hombres no se arrepienten.

5. El trono y el reino de la bestia heridos; los hombres, en el dolor, blasfeman contra Dios; los hombres no se arrepienten.

6. El camino preparado para reyes m�s all� de los EUPHRATES.

Episodio: �Tres esp�ritus inmundos del drag�n TESTIGO para �l y obrar MILAGROS; GUERRA por el mundo en (el hebreo) Armaged�n.

7. VOCES en el cielo; la ca�da de Babilonia; TERREMOTO, etc., y GRANIZO.

Podemos de este aviso de comparaci�n:

(1) Los viales forman una serie de visiones que denuncian los juicios de Dios contra los malvados.

(2) El n�mero siete, as� como su car�cter, indica la naturaleza universal y completa de estos juicios.

(3) Los eventos retratados ocupan el mismo per�odo de tiempo que los sellos y las trompetas; es decir, el per�odo de la historia del mundo que termina con el �ltimo d�a del juicio.

(4) Como en la facilidad de los sellos y las trompetas, son indicaciones generales de los juicios de Dios; y aunque eventos particulares pueden ser cumplimientos parciales, el cumplimiento completo es en todo momento.

(5) En comparaci�n con los sellos y las trompetas, podemos observar algunos puntos en com�n y algunos en los que las visiones difieren.

(a) Al igual que las visiones anteriores, estas pueden dividirse en dos grupos de cuatro y tres (ver en las trompetas).

(b) La estructura de las visiones del vial es casi exactamente paralela a la de los sellos.

(c) Todas las visiones terminan con los mismos eventos retratados en un lenguaje similar, sin embargo, a medida que avanzan los tres conjuntos de visiones, se pone m�s �nfasis en el juicio de los imp�os, y menos en la victoria de los redimidos.

(d) Un episodio ocurre despu�s del sexto frasco de naturaleza casi id�ntica con, aunque un tit�n mucho m�s corto, que despu�s de la sexta trompeta.

(e) La severidad de la naturaleza de los juicios del vial es notable. Mientras que debajo de los sellos un cuarto estaba afectado, y debajo de las trompetas un tercio, no hay nada que indique ninguna exenci�n en las visiones del vial.

(6) La raz�n del empleo del t�rmino "vial" o "cuenco" es m�s probable que se encuentre en la expresi�n "copa de la ira de Dios" en Apocalipsis 14:10. Indica el derramamiento de la ira de Dios en una inundaci�n abrumadora e irresistible. Es, por lo tanto, significativo de la retribuci�n m�s grave que la simbolizada por la trompeta, as� como la trompeta indic� mayor severidad que el sello.

Apocalipsis 16:1

Y escuch� una gran voz. Caracter�stica de todas las expresiones celestiales (cf. Apocalipsis 14:7, Apocalipsis 14:9, etc.). Ahora tenemos la narraci�n completa de los eventos de los cuales Apocalipsis 15:1. nos ha dado un resumen. Fuera del templo. El ????, santuario de Dios, mencionado en Apocalipsis 15:8, y en el que nadie pod�a entrar; la voz debe, por lo tanto, ser la voz de Dios mismo. Diciendo a los siete �ngeles (ver en Apocalipsis 15:1). Sigue tu camino y derrama los frascos de la ira de Dios sobre la tierra; ve y vierte, etc. Los siete viales se leen en ?, A, B, C, Andreas, Arethas, Primasius y otros. Entonces, en Apocalipsis 8:5, el �ngel arroja fuego sobre la tierra.

Apocalipsis 16:2

Y el primero fue, y derram� su copa sobre la tierra; su cuenco, etc. (Versi�n revisada). (En "vial", ver Apocalipsis 5:8.) La preposici�n ???, "into", distingue los primeros tres viales de los �ltimos cuatro, que tienen ???, "sobre", y algunos escritores hacen de esto el base para clasificar los viales en grupos de tres y cuatro; pero parece mejor dividirse en grupos de cuatro y tres (ver Apocalipsis 16:1, y comentarios preliminares sobre las visiones de trompeta). Y all� cay�; y se convirti� en (Versi�n revisada). Compare la fraseolog�a de �xodo 9:10. Una llaga ruidosa y dolorosa sobre los hombres que ten�an la marca de la bestia, y sobre ellos que adoraban su imagen. La contraparte de la sexta plaga de Egipto. La palabra ?????, "dolor", usada aqu�, es la misma que se usa en LXX., �xodo 9:1. Es imposible decir con certeza qu� (si alguno) juicio particular sobre los imp�os pretende ser representado por San Juan en esta plaga. De entre las numerosas interpretaciones que se han dado para ilustrar este pasaje, podemos mencionar el de Andreas, que ve en �l una referencia a la "�lcera" (?????) de la conciencia. O puede ser que el escritor tenga en consideraci�n esa enfermedad corporal que es el resultado inevitable del pecado, y que a menudo aflige a los hombres en este mundo como el resultado directo de sus fechor�as; aunque, por supuesto, no siempre se puede afirmar que sea una consecuencia de los errores personales de un hombre. (En la �ltima parte del vers�culo, ver Apocalipsis 13:1.)

Apocalipsis 16:3

Y el segundo �ngel derram� su copa sobre el mar. Omita "�ngel", que no se encuentra en los mejores manuscritos, aunque se entiende. "Hacia el mar", como en Apocalipsis 16:2. El mar tambi�n es el objeto de la segunda plaga de trompetas (ver en Apocalipsis 16:1). Y se convirti� en la sangre de un hombre muerto; se convirti� en sangre como de un hombre muerto. Casi una reproducci�n exacta de la segunda trompeta y de la primera de las plagas egipcias. La �ltima cl�usula intensifica la naturaleza horrible del juicio y, por lo tanto, en cierto grado aumenta la gravedad de esta plaga sobre la de las trompetas. Y toda alma viviente muri� en el mar; y cada alma de la vida muri�, [incluso] las cosas en el mar, aunque el alma viviente (????) se encuentra en ?, B, P, algunos cursives, versiones y Padres. No meramente vidas humanas. Las cosas, ??, se omiten en ?, B, P y otros. En Apocalipsis 8:9 tenemos, "Incluso las criaturas que estaban en el mar". Las interpretaciones son tan numerosas como en el caso de la segunda trompeta (ver en Apocalipsis 8:9). Es muy probable que el mar se mencione aqu� como parte de la creaci�n (otra parte de la cual se menciona en el siguiente verso), el cual sufre por el pecado del hombre, y el cual, destinado a su beneficio, se convierte en una fuente de aflicci�n y aflicci�n para �l a trav�s del pecado.

Apocalipsis 16:4

Y el tercer �ngel derram� su copa sobre los r�os y las fuentes de las aguas; y se convirtieron en sangre. Omitir "�ngel" (ver en Apocalipsis 16:3). "Hacia los r�os", etc., como en los casos anteriores. El singular ???????, probablemente debido a la comprensi�n del neutro ?????. La idea del segundo vial se lleva a cabo aqu� (cf. en Apocalipsis 16:3). Tenga en cuenta el juicio correspondiente de la tercera trompeta. Adem�s de la interpretaci�n del segundo frasco dado anteriormente, es probable que la sangre signifique la matanza y la muerte que es parte de la venganza de Dios sobre los imp�os (cf. Apocalipsis 16:6). Las divisiones adoptadas en los primeros cuatro viales corresponden a las de Apocalipsis 14:1., Que designan a todo el mundo creado por Dios, "el cielo, la tierra, el mar y las fuentes de las aguas".

Apocalipsis 16:5

Y escuch� al �ngel de las aguas decir. Los �ngeles, a lo largo de este libro, est�n representados como oficios individuales que cumplir. Aqu� tenemos una referencia al �ngel cuyo deber es controlar los r�os, as� como, en Apocalipsis 14:18, se representa a otro �ngel que tiene autoridad sobre el fuego. Este verso y el siguiente son anticipaciones de Apocalipsis 19:2, que es un comentario sobre Apocalipsis 18:1., Este �ltimo es una elaboraci�n de los juicios aqu� descritos. T� eres justo, oh Se�or, que eres, y fuiste, y ser�s, porque has juzgado as�; justo eres t�, que eres y qui�n fuiste, T� Santo, porque as� juzgaste (Versi�n Revisada). Apenas hay autoridad para insertar "Oh Se�or" o "y ser�s" (cf. Apocalipsis 11:17). El �ngel, que tiene autoridad sobre las aguas y, por as� decirlo, una comisi�n para ver que cumplan con su deber para con los hombres, reconoce la justicia de la sentencia que los convierte en un instrumento y tipo de destrucci�n del hombre. Aunque no hay autoridad para insertar "y lo ser�", la idea es, sin duda, expresar la naturaleza eterna de Dios. La misma expresi�n aparece en Apocalipsis 15:3 (Versi�n revisada) en una conexi�n casi exactamente paralela; as� tambi�n en Apocalipsis 11:17, Apocalipsis 11:18. Por lo tanto, ha juzgado que se refiere al juicio del tercer vial, posiblemente a los tres primeros. Observe la lectura marginal de la versi�n revisada (respaldada por Alford), que desconecta este vers�culo del siguiente.

Apocalipsis 16:6

Porque derramaron la sangre de los santos y profetas, y les diste sangre para beber; porque son dignos Esto proporciona la clave para la interpretaci�n de las visiones anteriores. Los imp�os han derramado la sangre de los santos, por lo tanto, Dios les reparte la muerte. Este es el significado que significa la "sangre" de los versos anteriores (cf. el destino de Babilonia, descrito en Apocalipsis 17:1., Especialmente Apocalipsis 17:6 .; y Apocalipsis 18:6, Apocalipsis 18:24. Cf. las palabras, "son dignas", con Apocalipsis 3:4). Es correcto considerar que esta profec�a recibi� su primer cumplimiento en las muertes violentas de tantos de los primeros perseguidores cristianos. Sobre este tema, ver Lactantius, 'De Morte Persecutorum'.

Apocalipsis 16:7

�Y! escuch� decir a otro del altar. Omita "otro fuera de". El altar esta conectado

(1) con los santos martirizados ( Apocalipsis 6:9, Apocalipsis 6:10; Apocalipsis 8:3);

(2) con los juicios que caen sobre la tierra en venganza por la sangre de los santos ( Apocalipsis 8:5; Apocalipsis 9:13; Apocalipsis 14:18); de ah� la idoneidad de esta voz desde el altar, que acepta los juicios infligidos. El altar est� aqu� personificado, y habla concurrentemente en la justicia de aquellos juicios enviados a causa de los santos que est�n representados por �l. Sin embargo, algunos escritores entienden "el �ngel del altar", que es similar a la lectura de la versi�n autorizada. Aun as�, Se�or Dios Todopoderoso, verdaderos y justos son tus juicios; S�, oh Se�or Dios, el Todopoderoso (versi�n revisada). Reafirmando lo que ha sido declarado por el �ngel de las aguas ( Apocalipsis 16:5), y expresando su concurrencia. (En "verdadero" (????????), ver en Apocalipsis 3:17.) Compare la expresi�n en Apocalipsis 3:5. All� Dios es declarado justo porque as� lo ha juzgado; aqu� los juicios son justos porque ellos. son de �l. Ambas frases son igualmente verdaderas, dando la misma verdad desde diferentes puntos de vista. El mismo veredicto es respaldado por la multitud celestial en Apocalipsis 19:2, cuando celebran la ca�da de Babilonia; Otra prueba de la identidad del mundo que es aqu� el objeto de los juicios de los frascos y de la Babilonia, que se describe m�s adelante, y cuya condena se pronuncia.

Apocalipsis 16:8

Y el cuarto �ngel derram� su copa sobre el sol. ???????, "�ngel", se omite en casi todos los manuscritos, aunque, por supuesto, se entiende. Por primera vez tenemos ???, "sobre", en lugar de ???. "into" (ver en Apocalipsis 16:2). Se visita otra parte de la creaci�n, completando as� la visita de la divisi�n cu�druple del universo: la tierra, el mar, los r�os, los cielos, como se predijo en Apocalipsis 14:7. Y se le dio poder para quemar a los hombres con fuego. "Y se le dio" es m�s probable que "a �l"; los �ngeles no castigan directamente, sino indirectamente al verter los viales. Esta forma de palabras expresa la naturaleza permisiva del mal que se forja; nada puede hacerse sino por la voluntad de Dios (cf. Apocalipsis 13:5, Apocalipsis 13:7, Apocalipsis 13:14). Bengel, Hengstenberg y otros consideran que el permiso para quemar hombres se le da al �ngel. Los hombres (con el art�culo); quiz�s refiri�ndose a los mencionados en Apocalipsis 14:2. quien ten�a la marca de la bestia, y los que adoraban su imagen, y quienes son el objeto de todas las plagas de frascos. Aunque difiere en forma de la cuarta trompeta, donde el sol se oscureci�, el juicio es similar, aunque aqu� de una naturaleza m�s intensa. En ambos casos, los objetos que se entregan a los hombres para su bien se convierten en instrumentos de castigo. Quiz�s podamos ver aqu� una alusi�n al calor de las pasiones y los vicios de los hombres, mediante los cuales, tanto f�sica como moralmente, son destruidos; y que tambi�n son un emblema de los dolores del infierno como se muestra en Lucas 16:1. Se ha observado como una coincidencia que los objetos de la creaci�n que son los sujetos de los juicios de la cuarta trompeta y el cuarto vial, se crearon el cuarto d�a.

Apocalipsis 16:9

Y los hombres fueron quemados con gran calor, y blasfemaron el Nombre de Dios. Los hombres (ver en Apocalipsis 16:8). (Sobre el significado de la primera cl�usula, ver Apocalipsis 16:8.) Esta es la primera menci�n en los frascos de blasfemias de hombres. Al igual que con el fara�n y los egipcios, los juicios de Dios, en lugar de despertarlos al arrepentimiento, solo sirven para endurecer sus corazones. Esto nuevamente ocurre bajo los viales quinto y s�ptimo. Entonces, tambi�n en la sexta trompeta, se nos dice, los hombres no se arrepintieron, una declaraci�n tambi�n hecha en la parte posterior de este vers�culo. Como se se�al� anteriormente ( Apocalipsis 13:1), las dos cosas son id�nticas; el no arrepentimiento, la continuidad en el servicio del drag�n, es una blasfemia contra Dios; aunque generalmente reservamos el nombre de "blasfemia" para la declaraci�n abierta de infidelidad a Dios. Que tiene poder sobre estas plagas. �Esto es lo que est� impl�cito en las palabras de Apocalipsis 16:8, "se le dio?" En esta visita, los hombres reconocen claramente la mano de Dios. Y se arrepintieron de no darle gloria. Vide supra, sobre la "blasfemia", y contrasta con Apocalipsis 11:13 - otro ejemplo del sentido en que estos viales son las "�ltimas plagas" ( Apocalipsis 15:1).

Apocalipsis 16:10

Y el quinto �ngel derram� su copa sobre el asiento de la bestia. Omita "angel" como antes (ver en Apocalipsis 16:8). El trono de la bestia. Ese trono que le hab�a sido dado por el drag�n ( Apocalipsis 13:2), y que aqu� tipifica el centro y la fuente de su poder. Si bien este trono puede referirse acertadamente al imperio romano en la �poca de San Juan, su posici�n var�a en diferentes momentos; dondequiera que se adore al poder mundial, all� la bestia tiene su trono. Y su reino estaba lleno de oscuridad; estaba oscurecido Otra alusi�n a las plagas de Egipto. La oscuridad es un tipo de oscuridad espiritual que prevalece entre los sujetos de la bestia, y que ellos mismos realizan con frecuencia en el curso de su carrera. El miedo al futuro a veces despierta sus dudas, y luego no hay luz ni esperanza en sus corazones. Y se mordieron la lengua por lluvia. El dolor que surge de la oscuridad de sus mentes; las dudas sobre su futuro (vide supra); o quiz�s tambi�n a causa de sus sufrimientos bajo las antiguas plagas, a lo que esto es una adici�n.

Apocalipsis 16:11

Y blasfem� al Dios del cielo por sus dolores y llagas. La expresi�n, "Dios del cielo", parece realzar la exaltaci�n de Dios y poner en contraste m�s terrible el pecado de aquellos que se aventuraron a blasfemar a Uno tan alto, tan por encima de ellos. Este t�tulo solo se menciona aqu� y en Apocalipsis 11:13, donde, sin embargo, algunos se arrepintieron. (Sobre la palabra "blasfemar", ver en Apocalipsis 11:9.) A pesar de sus plagas, y quiz�s como consecuencia de su oscuridad espiritual, todav�a poseen la supremac�a de la bestia y niegan a Dios ; tal como Fara�n endureci� su coraz�n. Compare los versos anteriores para una cuenta de sus dolores y sus llagas; La alusi�n a la cual muestra claramente que estas plagas no son necesariamente consecutivas en el tiempo. Y no se arrepinti� de sus actos (ver en Apocalipsis 11:9).

Apocalipsis 16:12

Y el sexto �ngel derram� su copa sobre el gran r�o: Eufrates. Omitir "�ngel" (ver versos anteriores). (En el �ufrates, ver en Apocalipsis 9:14.) Este r�o tambi�n figura en la visi�n de la sexta trompeta, y posee el mismo significado en ambos lugares. Es la direcci�n natural de donde surgen los enemigos; y deriva este significado del hecho de que los enemigos de los jud�os a menudo ven�an de esa direcci�n. La siguiente oraci�n no deja dudas de que este es el significado, y apoya la opini�n tomada de Apocalipsis 9:14. Debe notarse que, aunque el frasco se vierte sobre el �ufrates, no es con el prop�sito de infligir heridas en el r�o, sino a los hombres que est�n expuestos a los ataques de sus enemigos. Y su agua se sec� para que se preparara el camino de los reyes del este. La versi�n revisada da el sentido m�s claro, que el camino podr�a estar preparado para los reyes que [vienen] de la salida del sol. El significado es que se elimina una barrera que evita los hostiles hostiles. Los "reyes del elenco" representan los juicios de Dios; los que est�n expuestos al ataque son los adherentes de la bestia. Las im�genes pueden derivarse:

(1) Por el hecho (como se explica en Apocalipsis 9:14, que ve) que los enemigos de los jud�os generalmente vinieron m�s all� del �ufrates. Esto explica el empleo de esta figura en Apocalipsis 9:1., Y puede considerarse razonablemente que contiene la misma alusi�n aqu�. En este caso, los detalles menores no est�n de acuerdo; la idea es simplemente transmitir el hecho central de un avance de enemigos.

(2) Del hecho hist�rico de la toma de Babilonia por Ciro, por medio de un desv�o de las aguas del �ufrates, una circunstancia mencionada en Jeremias 51:31, Jeremias 51:32, etc .; Isa�as 13:1 .; Isa�as 44:27, Isa�as 44:28. En este caso, los detalles est�n m�s de acuerdo con el simbolismo general del Apocalipsis. Babilonia significar�a el reino de la bestia (como en Isa�as 44:19). Los reyes del este todav�a representar�an los juicios de Dios, que ahora asaltan el reino de Satan�s. Satan�s intenta enfrentar este asalto de los tres esp�ritus, que re�nen reyes de todo el mundo ( Isa�as 44:14) para luchar contra el Todopoderoso. Los "reyes del este" son ciertamente las fuerzas alineadas del lado de Dios. Muchos escritores ven una alusi�n a Cristo y a los santos. El sol es una figura frecuente de Cristo en las Escrituras (cf. Malaqu�as 4:4; Zacar�as 3:8 y Zacar�as 6:12, LXX .; Lucas 1:78; tambi�n Apocalipsis 7:2; Apocalipsis 12:1; Apocalipsis 22:16). "Los reyes del este" pueden identificarse con los ej�rcitos de Apocalipsis 19:11.

Apocalipsis 16:13

Y vi; introduce una nueva fase de la visi�n (ver en Apocalipsis 4:1). La menci�n del castigo de los imp�os por los reyes del este hace que el vidente espere el conflicto, cuyo final se describe en Apocalipsis 19:19. Por lo tanto, ahora se desv�a un poco, para describir los medios por los cuales el drag�n se esfuerza por reclutar a los anfitriones del mundo a su lado. Tres esp�ritus inmundos como ranas. Estos tres esp�ritus representan las influencias del drag�n, la primera bestia y la segunda bestia, que hemos interpretado como el diablo, el amor al mundo y el poder mundano, y el autoenga�o; en otras palabras, el diablo, el mundo, la carne. Estas influencias son espiritualmente impuras y sugieren la repugnante plaga egipcia de las ranas; es decir, su parecido con las ranas consiste en su cualidad com�n de impureza. Quiz�s tambi�n hay una referencia a su origen diab�lico, en el que se parec�an a los esp�ritus inmundos tan frecuentemente al este por nuestro Se�or mientras estaban en la tierra. Burger se refiere muy acertadamente al contraste que ofrece la forma de paloma del Esp�ritu Santo de Dios. Sal de la boca del drag�n, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta. Omitir "ven". El vidente no contempla a los tres esp�ritus que salen de la boca de la trinidad malvada, sino que ve a los que est�n fuera de su boca; los ve en sus obras expuestas en el mundo. Aqu� se llama a la segunda bestia el "falso profeta", ya que enga�a a los hombres y los convence contra su mejor juicio para adorar a la primera bestia (ver Apocalipsis 13:11).

Apocalipsis 16:14

Porque son los esp�ritus de los demonios, obrando milagros. Esto explica la cuenta dada en Apocalipsis 16:13. En la plaga de las ranas, los magos egipcios imitaron la plaga de Mois�s; la segunda bestia (el falso profeta) es representada como un hombre descarriado por sus milagros ( Apocalipsis 13:13). Despu�s de la sexta trompeta vino la digresi�n, en la que se dio cuenta de los dos testigos de Dios, que obraron milagros ( Apocalipsis 12:1); aqu�, despu�s del sexto frasco, tenemos una breve digresi�n, en la cual se da cuenta de los tres testigos de Satan�s, quienes se esfuerzan por volver a trabajar en su nombre, exhibiendo milagros. (Para el significado de esta obra de milagros, ver en Apocalipsis 13:13.) Que salen a los reyes de la tierra y del mundo entero; los reyes del mundo entero, omitiendo "de la tierra" (Versi�n Revisada). Los reyes del mundo son aquellos cuyo objetivo y deleite es la posesi�n de los placeres de este mundo; aquellos que tienen su tesoro en este mundo, y cuyos corazones, por lo tanto, tambi�n est�n all�; aquellos que ejercen su influencia y poder con respecto a las cosas de este mundo; en resumen, lo mundano. Para reunirlos en la batalla de ese gran d�a de Dios Todopoderoso; Dios todopoderoso Esta batalla se describe en Apocalipsis 19:11, que ver. El gran d�a es el �ltimo gran d�a del juicio. La batalla mencionada aqu�, y descrita en Apocalipsis 19:1., Y nuevamente en Apocalipsis 20:1, es aparentemente la batalla que las fuerzas del mal libran contra Dios a lo largo de la historia. del mundo, desde la ca�da de Ad�n hasta el �ltimo d�a del juicio. Esto parece cierto a partir de la descripci�n dada en Apocalipsis 19:1. y 20. �C�mo, entonces, puede describirse como la "batalla del gran d�a"? Probablemente porque ese d�a ocurrir� la crisis, por as� decirlo, del conflicto; en ese d�a la cuesti�n estar� claramente determinada y la lucha terminar�. Aunque la batalla contin�a a diario, hay poco que nos lo recuerde; la existencia misma y la necesidad de tal guerra a veces se olvida en la vida diaria: en el �ltimo d�a se mostrar� claramente la naturaleza de la hostilidad incesante entre Dios y el demonio, y se manifestar� el poder de este �ltimo. solo para ser visiblemente destrozado y finalmente destruido.

Apocalipsis 16:15

He aqu�, vengo como ladr�n. Las mismas palabras dirigidas a la Iglesia en Sardis ( Apocalipsis 3:3), y similares a las conectadas por nuestro bendito Se�or con el gran d�a (ver Apocalipsis 16:14). La menci�n de ese d�a, y tal vez el conocimiento de que la batalla es diaria (ver en Apocalipsis 16:14), naturalmente lleva a la solemne advertencia dada aqu�. Vale la pena notar c�mo San Juan adopta esta idea; y esto por s� solo deber�a ser suficiente para demostrar la incorrecci�n de tratar de calcular los tiempos y las estaciones, como lo han hecho tantos escritores apocal�pticos (cf. tambi�n Mateo 24:43; Lucas 12:39; 1Th 5: 2, 1 Tesalonicenses 5:4; 2 Pedro 3:10). Bienaventurado el que vigila y guarda sus vestiduras, para que no ande desnudo y vean su verg�enza. La misma cifra nuevamente como en Apocalipsis 3:17. Isaac Williams se�ala correctamente que estas palabras parecen indicar que la batalla de Apocalipsis 3:14 es diaria, en la que los cristianos est�n involucrados (ver Apocalipsis 3:14). La prenda es la prenda de la justicia, el ferviente amor de Dios (ver en Apocalipsis 3:17).

Apocalipsis 16:16

Y los reuni� en un lugar llamado en hebreo Armaged�n; o, como en la versi�n revisada, engendraron; es decir, los "esp�ritus" de Apocalipsis 16:14, de los cuales esto es una continuaci�n, repiti�ndose el mismo verbo ??????. Mediante el empleo del t�rmino hebreo, se llama la atenci�n sobre la naturaleza simb�lica del nombre. Casos similares ocurren en Apocalipsis 9:11 y en otras partes de los escritos de San Juan (ver Apocalipsis 9:11). La lectura correcta, ?????????, Har-Magedon, significa "Monta�a de Meguido"; la versi�n autorizada, ?????????, Armageddon, "Ciudad de Meguido". El Monte Meguido posiblemente se refiere al Carmelo, al pie del cual se encuentra la Llanura de Meguido, que era conocida por todos los jud�os como un lugar de reuni�n para anfitriones hostiles y como escenario de muchas batallas. Se hace referencia en Zacar�as 12:11 como un tipo de aflicci�n, debido al derrocamiento y muerte de Jos�as que tuvo lugar all� ( 2 Reyes 23:29). Ocoz�as tambi�n muri� all� ( 2 Reyes 9:27); y all� tambi�n los reyes cananeos fueron derrocados ( Jueces 5:19). El nombre es, por lo tanto, indicativo de batalla y matanza, e insin�a el derrocamiento completo reservado para el drag�n y los reyes de la tierra, que se describe m�s adelante ( Apocalipsis 19:1.).

Apocalipsis 16:17

Y el s�ptimo �ngel derram� su frasco en el aire. Omitir "�ngel" como antes. Sobre el aire; tal vez como la t�pica morada de los esp�ritus del mal (cf. Efesios 2:2, "el pr�ncipe del poder del aire"); el asiento tambi�n, por as� decirlo, de los truenos y rel�mpagos que siguen. Y sali� una gran voz del templo del cielo, desde el trono, diciendo: Hecho est�. Hay ligeras variaciones en el texto aqu�. Las mejores autoridades omiten "del cielo". Un manuscrito, ?, en lugar de "trono" inserta ??? ????, "de Dios". (En la gran voz caracter�stica, ver en Apocalipsis 6:1, etc.) La misma voz que en Apocalipsis 16:1, probablemente la de Dios mismo, como las palabras, "desde el trono, "tambi�n parece mostrar. Es notable que aqu�, como en las visiones de sellos y visiones de trompeta, no se nos informa expl�citamente de la naturaleza de la �ltima visi�n. Tenemos las circunstancias que se describen en Apocalipsis 16:18, que siempre est�n presentes en la �ltima gran manifestaci�n, pero el final en s� mismo no se registra. En los sellos, la �ltima visi�n es descrita por el silencio en el cielo; En las trompetas, la naturaleza del juicio final solo se alude vagamente en la canci�n celestial triunfante. Entonces, aqu�, solo se da un breve resumen ( Apocalipsis 16:18, Apocalipsis 16:19) de lo que realmente cae como el �ltimo extremo de la ira de Dios; una cuenta m�s completa est� reservada para Apocalipsis 19:1.

Apocalipsis 16:18

Y hubo voces, truenos y rel�mpagos; y hubo un gran terremoto, como no sucedi� desde que los hombres estuvieron sobre la tierra, un terremoto tan poderoso y tan grande. Los acompa�amientos habituales de cualquier manifestaci�n especial del poder o la presencia de Dios (ver en Apocalipsis 4:5 y Apocalipsis 6:12). Se da una descripci�n similar del cierre del sello y las visiones de la trompeta.

Apocalipsis 16:19

Y la gran ciudad. Las palabras que siguen, as� como Apocalipsis 11:8; Apocalipsis 14:8; Apocalipsis 17:18; Apocalipsis 18:10, Apocalipsis 18:16, etc., no dejan ninguna duda de que la "gran ciudad" aqu� es Babilonia. Estos son los �nicos pasajes en el Apocalipsis donde se encuentra este t�tulo; porque en Apocalipsis 21:10, "genial" no es la lectura verdadera. Fue dividido en tres partes. El significado de esta cl�usula es algo incierto. La idea es probablemente la de la destrucci�n total, como en Ezequiel 5:2, donde se aplica una descripci�n similar a Jerusal�n. Posiblemente hay una referencia a la trinidad del mal mencionada en Ezequiel 5:13. Y cayeron las ciudades de las naciones. Las naciones significan los imp�os, que est�n en la misma relaci�n con los piadosos que los gentiles con el pueblo elegido de Dios (cf. Apocalipsis 11:18, etc.). Esta oraci�n declara la ca�da de toda forma menor de maldad, junto con la forma t�pica mayor simbolizada por "la gran ciudad". Y la gran Babilonia vino en memoria de Dios; y Babilonia la grande fue recordada a los ojos de Dios (versi�n revisada). Cf. el t�tulo de "gran ciudad" (vide supra). Cf. Tambi�n la expresi�n similar en Hechos 10:31. Esta cl�usula, junto con la siguiente, tomada junto con los vers�culos anteriores y posteriores, debe referirse al gran d�a del juicio. Para darle a ella la copa del vino de la ferocidad de su ira. Este es el comienzo del cumplimiento del destino predicho por el �ngel en Apocalipsis 14:10. El juicio se describe m�s detalladamente en Apocalipsis 18:1.

Apocalipsis 16:20

Y cada isla huy�, y no se encontraron las monta�as. Esto contin�a la descripci�n del terremoto en Apocalipsis 16:18, el par�ntesis con respecto a Babilonia que ocurre debido a la menci�n de la destrucci�n de la ciudad (cf. la cuenta dada bajo el sexto sello). Tales convulsiones de la naturaleza en general, en las descripciones b�blicas, acompa�an el enfoque cercano del juicio final. Algunos escritores interpretan las islas y monta�as de reinos (cf. Apocalipsis 17:9, Apocalipsis 17:10).

Apocalipsis 16:21

Y cay� sobre los hombres un gran granizo del cielo, cada piedra sobre el peso de un talento; desciende sobre el tiempo presente, haciendo que la descripci�n sea m�s gr�fica. Los comentaristas suelen citar 'Diodorus Siculus' (19:45), quien menciona. como algo maravilloso, granizo de una mina en peso; la mina es una sexag�sima parte de un talento; y tambi�n el relato de Josefo, quien habla de las piedras, un talento en peso lanzadas por m�quinas en el asedio de Jerusal�n (ver Wetstein, ad loc.). "Los hombres", aunque no se�alan a ning�n grupo particular de hombres que hayan sido mencionados definitivamente, sin embargo necesariamente se refieren a los malvados, fueron objeto de este castigo. "Granizo" se menciona con frecuencia como un juicio de Dios y se agrega aqu� para aumentar el efecto general de la descripci�n (cf. �xodo 9:1 .; Josu� 10:11; Salmo 78:47; Salmo 105:32; Isa�as 28:2; Isa�as 30:30; Ezequiel 13:11; Ezequiel 38:22; Hageo 2:17; tambi�n Apocalipsis 8:7; Apocalipsis 11:19). Y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga era muy grande; es muy bueno (vide supra). Como en Apocalipsis 16:9, los hombres no se arrepienten. Al igual que Fara�n, sus corazones est�n endurecidos. Estas palabras finalizan la descripci�n general de los juicios del vial, pero los eventos a los que se hace referencia en el s�ptimo vial se elaboran y particularizan en los cap�tulos que siguen; la conclusi�n completa al final de Apocalipsis 19:1.

HOMIL�TICA

Apocalipsis 16:1

Los primeros cinco cuencos.

Si bien de ninguna manera seguimos a los int�rpretes hist�ricos de este libro en el intento de identificar cualquier secuencia cronol�gica de eventos reales con los siete sellos, trompetas y cuencos, respectivamente, todav�a (como bien lo se�ala el profesor Godet �) indudablemente existe una progresi�n moral indicada El sello se�ala un evento oculto todav�a, pero previsto por Dios. La trompeta se�ala un evento anunciado como pr�ximo. El cuenco se�ala el evento en ejecuci�n real. Hemos estudiado la planta del Apocalipsis con referencia a los sellos y trompetas; ahora somos testigos del derramamiento de los cuencos, es decir, la realizaci�n de los grandes juicios sobre los enemigos de Dios y de su Iglesia, que en anticipaci�n ya se hab�an pronosticado. Los siete sellos pusieron ante nosotros el tipo de eventos que deb�an buscarse: victoria, guerra, hambruna, pestilencia, martirio, convulsi�n; Entonces el final. Las siete trompetas han se�alado la esfera sobre la cual caer�n los diversos juicios que llevar�n al final. Estos se corresponden casi con precisi�n con los siete cuencos; confirmando as� la impresi�n de que entre trompetas y cuencos existe la distinci�n entre anuncio y efecto.

Las trompetas siguen as� en orden:

1. Tierra, Apocalipsis 8:7

2. Mar, Apocalipsis 8:8

3. Aguas, Apocalipsis 8:10, Apocalipsis 8:11

4. Sol, Apocalipsis 8:12

5. Humo del abismo, Apocalipsis 9:1

6. El gran r�o, Apocalipsis 9:13

7. El problema, Apocalipsis 11:15

Los cuencos siguen as�:

1. Tierra, Apocalipsis 16:2

2. Mar, Apocalipsis 16:3

3. Aguas, Apocalipsis 16:4

4. Sol, Apocalipsis 16:8, Apocalipsis 16:9

5. Trono de la bestia, Apocalipsis 16:10, Apocalipsis 16:11

6. El gran r�o, Apocalipsis 16:12

7. "�Ya est� hecho!" Apocalipsis 16:17

Hay una caracter�stica com�n a todos los cuencos: son "los cuencos de la ira de Dios". Por "la ira de Dios" no entendemos nada como venganza, malicia o venganza; pero esa indignaci�n pura y santa contra el pecado, que es una necesidad de la naturaleza en un Ser de amor perfecto. Sin embargo, como hemos encontrado con tanta frecuencia las escenas del material de mobiliario del Antiguo Testamento para las magn�ficas im�genes de este libro, est� aqu�. El alumno apenas puede evitar notar la similitud en el efecto de los cuencos con el de las plagas de Egipto. Por lo tanto, todos parecen decir, como el Se�or una vez "marc� la diferencia entre los egipcios e Israel", as� ser� de nuevo. La primera liberaci�n fue de los ej�rcitos de Egipto. El segundo era de las huestes del infierno, cuando Jes�s muri�. El tercero ser� el �ltimo: �de los ej�rcitos de la tierra y el infierno, cuando el Se�or aparezca en su gloria! Si bien nos abstenemos reverentemente de intentar una interpretaci�n en detalle de los efectos del derramamiento de varios cuencos, podemos abstenernos de se�alar las m�ltiples caracter�sticas distintivas de ellos, como ilustrar verdades permanentes sobre el gobierno de Dios.

I. Antes de que llegue el fin, los juicios de ira de Dios se derramar�n sobre el mundo. Nuestro Se�or, en su serm�n del monte, as� como en las par�bolas del iris, nos ense�a que hasta el tiempo del fin habr� hombres impenitentes; y que el choque del bien con el mal continuar� hasta el momento del gran d�a de la cosecha. Los profetas del Antiguo Testamento indican lo mismo, y declaran repetidamente que sobre los imp�os caer� la ira de Dios. El Se�or hizo de anta�o "poner una diferencia entre los egipcios e Israel"; y �l, en su propio tiempo y forma, mostrar� la diferencia entre la Iglesia y el mundo. Los malvados ser�n "quebrados".

II DIOS TIENE SUS "BOLOS" EN LOS CUALES SON LOS CONTENIDOS DE SU IRA QUE EST�N ESPERADOS PARA SER EXPULSADOS. "Los 'viales' apuntan a la met�fora en Apocalipsis 14:10, 'la copa de la ira de Dios'. El 'vial' (cf. Am�s 6:6) era el 'recipiente' poco profundo en el que extra�an de la copa m�s grande ". � Hay muchas armas escondidas en el arsenal de Dios, muchas flechas en su carcaj, muchas fuerzas almacenadas listas para ser desplegadas; hasta ahora los retiene. El espera. �l sufre mucho. No ha olvidado ni sus promesas ni sus amenazas. "�l espera ser amable". Pero �l no esperar� siempre. El Se�or es un Dios celoso, y no sufrir� que su pueblo siempre est� desconcertado.

III. EL RESULTADO DE ESTAS FUERZAS OCULTAS ES PREVISTO Y DETERMINADO. Aqu� se nos ense�an tres verdades.

1. Que la autoridad para verter los cuencos proviene del "templo" ( Apocalipsis 16:1). Del santuario. "El cielo mismo".

2. Que hay un ministerio angelical listo para ser empleado en este servicio ( Apocalipsis 15:6). "No hay nada en las im�genes prof�ticas m�s llamativas que esta imagen de los siete �ngeles que salen, en procesi�n solemne, del santuario". � �

3. Las bandas de �ngeles esperan la palabra de mando, "Id", etc. Los �ngeles de Dios son todos esp�ritus ministrantes, ascendiendo y descendiendo sobre el Hijo del hombre.

IV. CUANDO LOS �NGELES DEL JUICIO VAC�AN LOS "BOLOS", TODA LA NATURALEZA PUEDE ESTAR LLENA DE LITIOS Y ACCIONES. (Cf. Apocalipsis 14:1, Apocalipsis 14:8.) Aqu� los elementos de la naturaleza, que son las condiciones y los medios de la comodidad del hombre, se convierten en tantos instrumentos de tortura, cuando se usan en la ira �Cu�ndo aprender�n los hombres que la naturaleza nos trae alegr�a solo a trav�s de la misericordia de Dios? que es "de las misericordias del Se�or que no seamos consumidos"? �Qu� poco podr�a ser suficiente para hacer la vida intolerable! Un equivalente menos de ox�geno en el aire, o un equivalente m�s, y la vida ser�a insoportable. Tarde o temprano Dios condenar� a los hombres imp�os de sus "discursos duros", con juicios dolorosos.

V. EL EFECTO DE ESTOS JUICIOS EN LOS HOMBRES IMPIOS SER� EXCITAR A LA ERA, Y NO LLEVAR AL ARREPENTIMIENTO. ( Apocalipsis 14:9, Apocalipsis 14:11, "No se arrepintieron;" "Blasfemaron".) Los hombres, en su deslealtad al alto Cielo, parecen pensar que la funci�n de un Ser Divino es solo para hacer que sus criaturas est�n lo m�s c�modas posible; como si no hubiera principios de rectitud por los cuales un santo gobernador deber�a luchar, y como si no hubiera reclamos sobre nuestra obediencia sobre los cuales el gran gobernador deber�a insistir. Y si aquel a quien han ofendido los hace inteligentes, �"blasfeman"! "La necedad del hombre pervierte su camino, y su coraz�n se enoja contra el Se�or". Nota: Aqu� hay una refutaci�n del error de que todo sufrimiento es disciplinario y tiende a mejorar. El coraz�n vil del hombre lo pervierte y lo convierte en un medio de su propio endurecimiento en el pecado.

VI. LOS SANTOS VEN EN LA DIVINA RETRIBUCI�N UNA MANIFESTACI�N DE LA JUSTICIA. En Apocalipsis 14:5 "el �ngel de las aguas" celebra la justicia de Dios, y en Apocalipsis 14:7 se dice que "el altar" lo hace; as� se lee la versi�n revisada; es decir, probablemente, las almas de los m�rtires debajo de ella � ( Apocalipsis 6:9). Solo aquellos seres que simpatizan plenamente con la justicia y el amor divinos est�n en condiciones de juzgar correctamente el procedimiento divino. Y estos, ya sean los �ngeles ministrantes o los santos que alguna vez sufrieron, ven en las recompensas de un Santo Gobernador nuevas manifestaciones de esa rectitud que preside sobre todo. "Es justo con Dios recompensar la aflicci�n a los que te afligen, y a ti que est�s afligido, descansa" ( 2 Tesalonicenses 1:6, 2 Tesalonicenses 1:7). Hay momentos, incluso ahora, en que los justos encuentran la vista de los actos de atrocidad y maldad m�s de lo que pueden soportar, y lloran en voz alta en el lenguaje del noveno y cuarto salmo (cf. Salmo 94:1). Ese grito ser� respondido. Pero aunque en el grito puede haber rastros de pasi�n humana, en la respuesta no habr� nada contrario a la equidad perfecta. Nota:

1. Aunque todas las Escrituras apuntan a problemas en una escala mucho mayor de lo que todav�a lo vemos, antes de que llegue el final, sin embargo, en menor escala, los juicios de Dios siempre est�n en acci�n. "Aunque mano a mano, los imp�os no quedar�n impunes". Lo que es un baluarte para el bien es un detective para el mal.

2. No olvidemos que la forma maravillosa en que se preserva el equilibrio de las fuerzas de la naturaleza, para darnos vida, paz y comodidad, se debe, no a la naturaleza, sino a Dios. Su cuidado atento y recuerdo constante solo preservan nuestras almas de la muerte, nuestros ojos de las l�grimas y nuestros pies de caer. Entonces, no miremos demasiado, ni nos apoyemos demasiado en las comodidades terrenales. Si son comodidades, es Dios quien las hace as�, y las tenemos a su disposici�n.

3. En nuestra vida diaria podemos cantar sobre la misericordia y el juicio. Ninguna copa es toda dulzura. Una pizca de mezcla amarga con todos. No todo es amargo, para que no nos marchitemos; No todo es dulce, para que no seamos insensibles al peligro y las responsabilidades de la vida. Necesitamos los recordatorios de nuestros propios defectos y pecados.

4. Estamos en deuda con la Divina Misericordia incluso por el efecto santificador de nuestras pruebas. No es la influencia natural de los problemas mejorar el alma. Por s� solo lleva, preocupaciones, disgustos. Nos irritamos contra eso. Se irrita. Solo cuando la gracia santificadora de Dios trabaje con ella y por ella madurar� el esp�ritu en mansedumbre, sumisi�n y amor. De todas las cosas que deben temer, el peor mal es ser abandonado por Dios a esa dureza de coraz�n que convertir� incluso el justo castigo por nuestro pecado en una ocasi�n para una revuelta m�s feroz del coraz�n y palabras viles en la lengua.

Apocalipsis 16:12

El sexto cuenco.

En las par�bolas prof�ticas de este libro hay, como hemos se�alado anteriormente, una progresi�n moral manifiesta, aunque los variados intentos de indicar en detalle una progresi�n hist�rica exacta, con fechas asignadas, han resultado y deben resultar en un fracaso repetido y decepcionante. . Tambi�n debemos tener en cuenta que aproximadamente en esta parte del libro, muchos de los int�rpretes hist�ricos se detienen brevemente y dan un alcance considerable a las conjeturas. Pero si bien en su m�todo siempre nos encontramos "en el mar", si nos adherimos al plan de exposici�n que hemos adoptado hasta ahora, no se presentar� ninguna dificultad extrema, ya que todo encaja con el tenor general de la Palabra de Dios. En este p�rrafo hay dos partes distintas, en cada una de las cuales las im�genes se extraen de la historia del Antiguo Testamento. Aqu� hemos indicado:

1. Una gran preparaci�n providencial para el derrocamiento de enormes y poderosas formas de maldad. Vemos en este p�rrafo que el sexto �ngel derram� su copa sobre el gran r�o, el r�o Eufrates; y el agua del mismo se sec�, para preparar el camino para los reyes que vienen del amanecer, es decir, del este. � Antiguamente hab�a habido una gran ciudad, Babilonia. Estaba condenado. Deb�a caer por medio del "hombre del este" ( Isa�as 41:2, Isa�as 41:25; Isa�as 46:11). Hab�a un r�o que atravesaba Babilonia: el r�o Eufrates. Mucho tiempo fuera de las puertas de la ciudad, el invasor esperaba. El lecho del r�o se sec�, a trav�s del r�o mismo se convirti� en otro canal. As� se prepar� el camino del hombre del este, y �l entr� y tom� la ciudad. Mientras que en este p�rrafo tenemos una par�bola prof�tica, en esos eventos tenemos la par�bola hist�rica en la que se basa la prof�tica. "Babilonia la grande" (lo que es eso que todav�a tenemos que ver) est� condenada. Y desde la antig�edad se prepar� el camino para la destrucci�n de la "gran Babilonia", as� habr� preparativos (quiz�s prolongados) para la ca�da de esta m�stica Babilonia. Tenemos aqui:

2. Una gran avalancha de los ej�rcitos del mal para un poderoso conflicto, que ser� su propia ca�da. El vidente describe adem�s un nuevo brote, y aparentemente uno simult�neo, por parte de los tres enemigos de la Iglesia ya nombrados: el drag�n, la primera bestia, la segunda bestia (la �ltima aqu� llamada "el falso profeta"). De su boca salen "tres esp�ritus inmundos, como si fueran ranas", es decir, repugnantes y detestables; se nos dice que estos son los esp�ritus de los demonios, que hacen maravillas (cf. Mateo 24:1 .; 2 Tesalonicenses 2:1.). El efecto de estas agencias seductoras ser� reunir para su culminaci�n las fuerzas hostiles al Alt�simo. Este atrevido intento agregado ser� el �ltimo, ya que ser� uno que terminar� en la derrota m�s absoluta. Una vez m�s, nos devuelven para ilustrar un incidente antiguo y un nombre familiar. Esta lucha final es en Har-Magedon, o en la monta�a de Meguido, "que m�s, tal vez, que cualquier otro lugar, se celebra en la historia de Israel como escenario de un conflicto judicial y decisivo". � Aqu� hubo un conflicto decisivo entre D�bora y S�sara. Aqu� Josiah fue asesinado ( 2 Reyes 23:29; tambi�n cf. Zacar�as 12:11). Aqu� Ocoz�as muri� de sus heridas, pero principalmente, en la monta�a de Meguido, es decir, el Monte Carmelo, tuvo lugar ese contraste decisivo entre Jehov� y Baal, que oblig� a la convicci�n al pueblo, y termin� en la destrucci�n de los falsos profetas y sacerdotes. Un nombre notable, de hecho, para sugerir desastre y derrocamiento. Y con un simbolismo no m�s significativo se podr�a sugerir la verdad: el mal se apresura a su propia derrota. No debemos pensar simplemente en la guerra literal. El vidente sagrado solo nos da "el signo externo, el tipo corp�reo. Bajo el cristianismo solo podemos ver la l�nea ancha que finalmente separar� al justo y al imp�o". � Aqu�, sin embargo, nos encontramos (�diremos inesperadamente?) Con una graciosa palabra de monici�n, en Apocalipsis 16:15. Como un escritor � dice asombrosamente: "De repente, el Esp�ritu lleva al lector a un lado y le susurra: 'He aqu�, vengo pronto'", etc. As� nos damos cuenta de que esta lucha final es preceder la venida de nuestro Se�or Jesucristo; y entonces nos ense�an

(1) que el tema de esa lucha se ve claramente; y

(2) que, que venga cuando sea posible, nuestro trabajo de vida es perfectamente claro.

En previsi�n de su venida debemos observar; no debemos quitarnos la ropa como si nos prepar�ramos para descansar, sino que debemos estar de pie "con el lomo ce�ido y las luces encendidas". Debemos estar listos en cualquier momento para cualquier tarea que pueda ser requerida. Por lo tanto, tenemos un tema tan claro y pr�ctico como cualquier otra parte de la Palabra de Dios.

I. LO QUE PUEDA HABER SIDO PROBLEMAS Y CONFLICTOS DE LA IGLESIA DE DIOS EN EL PASADO, TODOS LOS SERVIDORES SON A�N EN LA DISTANCIA. Incluso si esto no se indicara aqu�, quedar�a claro en otras partes de la Escritura. La par�bola del trigo y la ciza�a implicar�a, de hecho, todo esto. Porque si ambos est�n creciendo, eso significa que lo bueno mejorar� y lo malo empeorar�; as�, los antagonismos se agudizar�n y los conflictos ser�n m�s feroces y audaces.

II YA A LA FE CRISTIANA Y ESPERO ESTE CONFLICTO FINAL DEL MAL SE REPRESENTA como "ese gran d�a de Dios Todopoderoso". Ser� un d�a en el que la antigua palabra acerca de la agencia humana se cumplir� nuevamente, "aunque no quiera decir eso" ( Isa�as 10:7). El hombre significa una cosa; Dios intenta y cumple a otro. El resultado de todo ser� como el profeta declara: "Entonces volver�s, y discernir�s entre los justos y los imp�os, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve".

III. LA CRISIS AQU� INDICADA ANTES DE LA VENIDA DEL HIJO DE DIOS. ( Apocalipsis 16:15.) No podemos dudar de qui�n es el hablante que dice: "He aqu�, vengo como ladr�n". "�l viene" es, de hecho, la tesis de todo el Apocalipsis. �l vendr�:

1. Para consumir el mal.

2. Para completar su reino de justicia, consumando el reino de la gracia y dando paso al reino de la gloria.

3. Para alegrar a su pueblo en �l. "Cuando Cristo, que es nuestra vida, se manifieste, entonces tambi�n se manifestar� con �l en gloria".

IV. CIERTOS EVENTOS PUEDEN APROBAR SU ENFOQUE, PERO SIN EMBARGO, SU VENIDA REAL SER� "COMO UN LADR�N". Esta es la ense�anza repetida de la Palabra de Dios. Ser� en el �ltimo momento repentino. "Como fue en los d�as de No�, as� tambi�n ser� la venida del Hijo del hombre". Hay razones obvias para esto. �Sab�amos exactamente el momento? Tal conocimiento paralizar�a instant�neamente a la sociedad. Nuestro Se�or tiene la intenci�n de que la ruptura de las cosas sea instant�nea. Se detendr� repentinamente la maquinaria del mundo.

V. A LA VISTA DE ESTE N�MERO, CIERTOS DE HECHO, AUNQUE INCERTIDOS EN MATERIA DE TIEMPO, DEBEMOS MANTENER EL RELOJ. Debemos estar listos para el �ltimo momento al estar listos en todo momento. No es en correr perpetuamente hacia la puerta y asomarse para ver si el amo est� cerca, que la preparaci�n de un sirviente para �l consiste; pero al atender todos los deberes que, dej�ndolo venir cuando pueda, encuentra la casa en perfecto orden, esperando su regreso.

VI. CONSECUENTEMENTE, ESTAR EN EL RELOJ SIGNIFICA ESTAR LISTO PARA HACER CUALQUIER TRABAJO, EL MOMENTO QUE SE REQUIERE. Cuando un soldado se alist� en el ej�rcito romano, tuvo que, ante el tribuno, hacer un juramento triple, a saber:

(1) Que har�a lo que se le pidiera hacer.

(2) Que estar�a listo en cualquier momento.

(3) Que nunca abandonar�a el ej�rcito sin el consentimiento del comandante. Este triple juramento se llamaba sacramento. De ah� nuestra palabra "sacramento", el juramento militar de obediencia del creyente al gran comandante.

"No pienses en el descanso; aunque los sue�os sean dulces, ponte en marcha y maneja tus pies hacia el cielo. No es el juramento de Dios sobre tu cabeza, nunca vuelvas a hundirte en una cama perezosa, nunca m�s desates tus lomos, ni dejes que tus antorchas se gasten y muere, hasta que caigan las sombras m�s espesas, �escuchas la llamada de medianoche de tu Maestro?

VII. SOBRE QUI�N EST� PERMANENTE EN ESTA ACTITUD DE SERVICIO, LA BENDICI�N DEL MAESTRO SE PRONUNCIA. "Bendito sea �l", etc.

1. �l tiene la aprobaci�n del Se�or ahora.

2. Los "signos de los tiempos", tan portentosos para los imp�os, son para �l llenos de esperanza.

3. La venida del Se�or lo llevar� a la bendici�n y gloria de un nuevo y renovado estado de ser.

Luego, que cada uno pregunte: �C�mo estoy parado en este momento a la vista de mi Juez Salvador? �Estoy viviendo de tal manera que, si viniera ahora, podr�a decir sinceramente: "Bien hecho, buen y fiel servidor"?

Apocalipsis 16:17

El s�ptimo taz�n.

La identificaci�n precisa de "Babilonia la grande" debe reservarse para nuestro estudio del pr�ximo cap�tulo; El p�rrafo que tenemos ante nosotros nos muestra la ca�da que le espera. Por el momento, es suficiente recordar que es un vasto poder de la tierra, terrenal, cuya influencia y acci�n han sido contra la justicia y la paz. Bajo el sexto cuenco fuimos testigos de la reuni�n de grandes anfitriones para un conflicto final. Ahora que se decide el �ltimo conflicto. El hombre ha convocado a sus fuerzas. Dios trae lo suyo tambi�n. Con el hombre es el choque de armas. Con Dios, las fuerzas son silenciosas como la luz, potentes como un rayo, terribles como el terremoto y, como para exponer la fuerza inagotable almacenada en el arsenal del cielo, se nos dice que cayeron "granizos", del peso de un talento. Y luego, es que "Babilonia la grande" viene a la memoria ante Dios. Alguna gran, s�, gigantesca forma de maldad, orgullosa como Babilonia, lujuriosa como Sodoma, cruel como Egipto, que ha prosperado durante mucho tiempo sin castigo, finalmente llega a ser recordada. No nos aventuramos a decir hasta qu� punto est�n aqu� las convulsiones f�sicas, aunque esto puede preceder al golpe final. Est� muy claro que se pretende un juicio de una forma u otra. Y la gran probabilidad es que, como en los casos del Diluvio, Sodoma, Cana�n, Tiro, Egipto, etc., se sincronizar�n las crisis f�sicas y morales. La expresi�n, que "Babilonia la grande fue recordada a la vista de Dios", est� llena de significado profundo en su relaci�n moral, aunque su aplicaci�n temporal y local puede ser, hasta ahora, imposible de decidir.

I. �CU�NTO PECADO DE TIERRA DEBE HABER PARA QUE DIOS TESTE! En el almac�n de su mente eterna e infinita, todo el mal de que la tierra ha sido el teatro y el testigo es "atesorado". �Cu�n pronto incluso podemos reunir m�s de lo que podemos soportar para reflexionar! Los amorreos; Sodoma; Egipto; Cana�n; Babilonia; Roma pagana; Roma papal; Mahometismo; la masacre de Bartholomew; Inglaterra papal; M�rtires de Madagascar; el mot�n indio; y un n�mero indefinido m�s de horrores sin nombre. Junto con una cantidad desmedida de pecado y una innumerable multitud de pecados que, en cada pueblo, pueblo y ciudad, se cometen a la luz del d�a y en las sombras de la noche. Todo visto, conocido, infinitamente.

II LOS HOMBRES PREGUNTAN A MENUDO: �POR QU� ES DIOS SILENCIOSO TAN LARGO? Hay pocas pruebas de fe m�s severas que esta. �Por qu� millones tienen que soportar tanto sufrimiento sin nombre sin reparaci�n? Y todo esto cuando se ofrecen tantas oraciones al cielo. Por que es "Nuestro Dios", grit� angustiado, "es un Dios que no hace nada". Una y otra vez el grito del noveno y cuarto salmo llega sin darse cuenta a los labios.

III. CUALQUIERA QUE SEA LA PRUEBA DE LA FE QUE CAUS�, ESTAMOS CIERTOS QUE DIOS NO OLVIDA NADA. No es indiferente, olvidadizo ni d�bil. Ning�n pecado no arrepentido es olvidado. Ning�n grito de humilde es inaudito. �l recuerda el gemido de la viuda, las l�grimas del hu�rfano, las miserias del esclavo y todos los horrores relacionados con esa "llaga abierta del mundo".

IV. DIOS TIENE GRANDES PROP�SITOS PARA RESPONDER AL PERMITIR QUE EL MAL VAYA TAN LARGO SIN CASTIGO. No los conocemos a todos. No conocemos ninguno de ellos por completo. Pero podemos, aunque con miedo y temblor, sugerir:

1. Al sufrir que el pecado llegue a su madurez m�xima, �l revela a los hombres lo malo que es. "Por sus frutos los conocer�is". �l conoce tendencias; Vemos problemas.

2. Cuando se ve la oscuridad del mal, la justicia de los juicios de Dios tambi�n se manifestar�. �No es en esta direcci�n que aparece la luz en el texto: "El Se�or hizo todas las cosas para s� mismo, s�, hasta los imp�os para el d�a del mal"?

3. Mientras tanto, Dios "sufre desde hace mucho tiempo no queriendo que ninguno perezca, sino que todos se arrepientan".

V. EN LA HORA NOMBRADA CESAR� EL "LARGO SUFRIMIENTO". Con esto no se quiere decir que la paciencia, como atributo Divino, se agotar�, sino que llegar� un momento en que el Ser Divino ya no se abstendr� de infligir sus juicios sobre el pecado y los pecadores. Incluso ahora, "debido a que la sentencia contra una obra malvada no se ejecuta r�pidamente, por lo tanto, el coraz�n de los hijos de los hombres est� totalmente dispuesto a hacer el mal". Pronto se manifestar� lo Divino, y el castigo del pecado ser� la vindicaci�n de lo correcto y la condena de lo incorrecto.

VI. LUEGO "BABILONIA EL GRANDE", CON TODOS SUS PECADOS, VENDR� PARA RECONOCER Y RECOMENDAR FINALMENTE. Dios "rendir� a ella como ella lo hizo". "Todo lo que un hombre siembra", etc .; "Todos debemos manifestarnos en el tribunal de Cristo". "Dios traer� toda obra a juicio", etc .; "No hay nada cubierto, eso no ser� revelado"; "Con lo que midan, se les medir� nuevamente". "La venganza es m�a; pagar�, dice el Se�or".

VII. EL HECHO DE QUE TODO EST� EN MANOS DE DIOS ES UNA GARANT�A DE EQUIDAD PERFECTA. "�l rendir� a cada hombre seg�n sus obras". En la retribuci�n futura no habr� fallas en el tiempo o el grado; Sin defecto, sin exceso. El juez de toda la tierra har� lo correcto; Es "ante los ojos de Dios" que la gran Babilonia ser� recordada.

VIII CON NUESTRO DIOS LA EJECUCI�N ES TAN CIERTA COMO EL PROP�SITO. El vidente escuch� "una gran voz desde el templo, desde el trono, diciendo: �Ya est� hecho!" El cumplimiento se percibe y se decreta. Ni una palabra fallar� de todo lo que el Se�or ha dicho. Sus planes nunca pueden ser frustrados. Nuestro Se�or Jesucristo tiene toda autoridad en el cielo y en la tierra.

Nota:

1. En medio de la perplejidad causada por la prevalencia y el poder del mal, permanezcamos en Dios. Sabemos lo que es, aunque a menudo no leemos lo que hace.

2. Hagamos lo correcto y esperemos el tiempo de Dios. No debemos dar forma a nuestro curso de acuerdo con la conveniencia, sino de acuerdo con el principio correcto.

3. La venganza nunca ser� parte de nuestra pol�tica. Somos jueces incompetentes, y nosotros mismos a menudo somos influenciados por la pasi�n. Dios se reserva la venganza para s� mismo. Por lo tanto, no tomemos la ley en nuestras propias manos, sino "dejemos espacio para la ira de Dios". � �

4. Seamos alegres y agradecidos de que los creyentes en Dios no se queden en la oscuridad en cuanto al significado, los objetivos y el tema del gobierno divino del mundo. Este Libro del Apocalipsis est� escrito en par�bola, sin duda por la misma raz�n que nuestro Se�or habl� en par�bolas cuando estuvo en la tierra (cf. Mateo 13:1). Est�n tan expresados ??que la incredulidad no puede leerlos, pero esa fe s�. �Y no hay sabidur�a infinita en esto? �Qui�n confiar�a sus secretos a alguien que no era conocido ni confiaba? Jes�s no se comprometi� con los hombres, porque conoc�a a todos los hombres. La fe fue entregada "de una vez por todas a los santos". Solo se espera que lo mantengan quienes lo aman. Por lo tanto, solo para ellos est� comprometido. Aquellos que conf�an en Dios son confiados por �l. Su secreto est� con ellos. Y el contenido de ese secreto es doble: gracia en el ahorro y equidad en el gobierno. Estos son los ejes sobre los que gira el gobierno divino. La gracia reina por la justicia; y donde se rechaza la gracia y se desaf�a el cielo, habr� equidad pura e inquebrantable.

5. Por lo tanto, corresponde a los justos caminar en esta tierra con un sentido de su dignidad, como aquellos a quienes se les conf�an los misterios de los planes Divinos: no, de hecho, tan minuciosamente como para ser inconsistente con el cumplimiento tranquilo y firme del deber, pero, sin embargo, en un esquema general tan claro que para ellos no existe tal cosa como "la carga contra el misterio de un mundo ininteligible". Esa perplejidad impotente y desesperada se quita de todos aquellos que saben que "el Padre ama al Hijo y ha entregado todas las cosas en sus manos".

6. Pero, ya sea en la portentosa imagen del Apocalipsis o en el lenguaje m�s claro de las Ep�stolas, se revela con una claridad impresionante que el hombre que est� jugando con la bondad divina y amorosa, sin saber que la bondad de Dios lo est� atrayendo. con miras al arrepentimiento, no es sino atesorar para s� la ira contra el d�a de la ira, y la revelaci�n del justo juicio de Dios. Todo lo que est� involucrado en las palabras, "�l debe reinar hasta que haya puesto a todos los enemigos debajo de sus pies".

7. �Es "ante los ojos de Dios" que habr� un recuerdo de los pueblos de aqu� en adelante? Entonces "ante los ojos de Dios" la gente debe cumplir con sus obligaciones ahora. Se ha preguntado si la fe en Dios es esencial para el cumplimiento de la obligaci�n moral. Respondemos: la lealtad a Dios es la primera de todas las obligaciones morales, y ninguna se cumple correctamente donde falta. Un comentario sorprendente sobre todo esto es la vida m�s dolorosa de George Eliot, quien, aunque vivi� en un escandaloso desaf�o a los primeros deberes de la vida social despu�s de haber renunciado a la fe en Dios, se burl� de las palabras:

"�Hablan de la moral? �Oh, amor que sangras! �Creador de nuevas costumbres para la humanidad! La gran moral es el amor a ti".

Finalmente, lo que es la ley para el individuo es la ley para la naci�n y para sus gobernantes, a saber. para aprender la mente y la voluntad del Rey de reyes y Se�or de se�ores, y luego llevarlo a cabo independientemente de la alabanza o la culpa humana. �Ay de esa naci�n que aplaude una pol�tica que vendr� en memoria de Dios solo para ser eternamente deshonrada! �Ay de las personas cuya confianza est� en carros y caballos, en ej�rcitos y en flotas, en armas y en espadas! �Alguna vez estamos rodeados de hombres que claman por la gloria, la conquista, la anexi�n, el imperio! Y este grito debe ser resistido por todos los que han aprendido el secreto Divino de que "solo la justicia exalta a una naci�n", que "el pecado es un reproche para cualquier pueblo". Toda gran Babilonia est� condenada.

HOMILIAS POR S. CONWAY

Apocalipsis 16:6

H�gase como lo hizo.

"Han derramado la sangre ... les has dado sangre para beber". Agradecido, de hecho, los hombres no deber�an estar solos por la regla de oro que nos ordena hacer a los dem�s como lo har�amos con nosotros, sino tambi�n por lo contrario de esa regla, la ley eterna: que as� como lo hemos hecho, seremos realizado por. Es la lex talionis, la ley que ordena "ojo por ojo y diente por diente"; que "con lo que midan, les ser� medido". Y aqu� en el texto tenemos una ilustraci�n v�vida y horrible de ello. Y ha habido un gran n�mero m�s. Ellos, en todas partes y siempre, que han derramado la sangre de los siervos de Dios, les han dado, tarde o temprano, "sangre para beber". Ha llegado su turno, y ha sido m�s terrible debido a lo que han hecho para provocarlo.

I. CONSIDERE ALGUNAS ILUSTRACIONES DE ESTA LEY. Egipto. El recuerdo de c�mo ella derram� la sangre de los siervos de Dios, y c�mo la sangre le fue dada a beber, no solo en s�mbolo por el agua de su r�o convertida en sangre, de modo que su gente detestaba beber de ella, sino en realidad por el destrucci�n que se produjo sobre ella; el recuerdo de todo esto est� evidentemente fresco en la mente del escritor. La atm�sfera de Egipto, la esclavitud y el �xodo est� en torno a este registro de los siete viales. Israel bajo Acab y otros reyes id�latras. �l y ellos derramaron la sangre de los profetas de Dios. Pero vinieron venganzas seguras. En el carmelo; en Asiria, donde Israel fue llevado cautivo, y donde como naci�n pereci�. Asiria. Cf. El Libro de Jon�s por sus pecados y su destino predicho. Destino de Senaquerib. Destrucci�n de N�nive sobre B.C. 606, cuando Sardanapalus el rey, desesperado, se quem� con sus concubinas, eunucos y tesoros. Persia. Cf. el Libro de Ester, y el edicto del rey por la destrucci�n de los jud�os, y c�mo se evit� y se veng�. Grecia. Cf. los Libros de Macabeos, en cuanto a las persecuciones bajo Ant�oco Ep�fanes; su miserable muerte. Jerusal�n. Cf. las palabras de nuestro Se�or: "No puede ser que un profeta perezca de Jerusal�n", etc. ( Lucas 13:33, Lucas 13:34). Su asedio y ca�da. Roma, tanto pagana como papal (cf. Gibbon, por la ca�da de la Roma pagana; Alison, por las calamidades que vinieron sobre Roma e Italia durante las guerras de la Revoluci�n). Francia. Sus persecuciones de los hugonotes llevaron a los horrores de su revoluci�n. Espa�a, una vez la mayor de las potencias europeas, se hizo infame por su intolerancia y crueldad en todo el mundo fuera de la Iglesia romana; ella era el hogar de la Inquisici�n y la auto-da-fe. Pero la ruina del perseguidor cay� sobre ella. Su gloria se ha ido. La dinast�a Stuart en Inglaterra, que hostig� y expuls� a decenas de miles de hombres piadosos fuera de la Iglesia y de la tierra; y luego lleg� su turno, y su raza y nombre desaparecieron en ignominia. �Y la p�rdida de Inglaterra de sus colonias americanas no ten�a nada que ver con su mantenimiento de la maldita trata de esclavos? �Y no surgi� la guerra civil de Estados Unidos de esa misma mala causa? Tales son algunos cumplimientos de esta ley, algunos m�s, otros menos, evidentes. Sin duda, Jerusal�n, a la hora en que San Juan escribi� en medio de su agon�a mortal, cuando de hecho se le dio sangre para beber; y Roma, atormentada por la guerra civil y las feroces facciones fomentadas por este caudillo y eso, y a quienes aguardaba un destino a�n m�s temeroso, estos eran lo m�s importante en la mente de San Juan. Pero la ley a�n vive y vivi� antes de los d�as de San Juan; ni una jota ni una tilde ha fallado o nunca puede fallar. Y la Biblia y los hechos de la vida proporcionan ejemplos no solo del cumplimiento de esta ley tanto en individuos como en naciones. Y donde el ojo no puede rastrear el cumplimiento, no se debe pensar que la ley ha fallado. En su vida moral, lo que est� dentro y lo que no se ve, la ley puede aferrarse al transgresor, y lo hace. El pecado de cada hombre lo descubre, incluso si no se descubre.

II SU MODO DE ACCI�N. Es, como la mayor�a de las leyes de Dios, actuar por s� mismo. No hay necesidad de que Dios interfiera para ver que la ley es vindicada. El poder, pervertido a la persecuci�n y la opresi�n, y mimado por tales medios, se vuelve horrible y odioso para la humanidad, que despu�s de un tiempo se volver� contra el tirano y lo arrojar� del lugar de poder que ha prostituido para usos tan viles. Y as�, porque �l o ellos han "derramado sangre", se da sangre, etc. El hombre tambi�n puede pensar en poner en movimiento cualquier causa dada y obstaculizar el debido efecto posterior, as� como obstaculizar el cumplimiento de la ley que estamos considerando . Siembre la semilla, y su cosecha seguir�, no otra; no habr� necesidad de milagro para asegurar esto. Y la semilla del derramamiento de sangre asegurar� infaliblemente una cosecha similar. Los hombres pueden negar la existencia de Dios, pero no pueden negar la existencia de leyes, de actuar por s� mismos y que tienen un poder terrible de asegurar su propia reivindicaci�n, que las opiniones de los hombres sean lo que quieran.

III. SUS LECCIONES PARA NOSOTROS TODOS.

1. "No se dejen enga�ar; no se burlan de Dios: porque todo lo que el hombre siembra, eso", etc.

2. La inveteraci�n, la violencia y la virulencia del pecado. A pesar de todo lo que Dios ha hecho, y hace, para disuadir a los hombres de ello, todav�a se aferrar�n a �l.

3. "Precioso a los ojos del Se�or es la muerte de sus santos". "Cuando hace la inquisici�n de sangre, los recuerda". - S.C.

Apocalipsis 16:9

El coraz�n endurecido.

"Se arrepintieron de no darle gloria". Esta impenitencia se menciona en Apocalipsis 9:20, y en este cap�tulo nuevamente en Apocalipsis 9:11 y Apocalipsis 9:21. Esta referencia repetida est� dise�ada para impresionar nuestras mentes con un hecho a la vez tan pecaminoso, tan solemne y tan triste. Porque tal impenitencia es:

I. UN HECHO MUY CIERTO. El difunto Sr. Kingsley, en su libro, "El romano y el teut�n", extrae extensamente la evidencia de los horribles sufrimientos y la impenitencia a�n m�s horrible del pueblo romano en los d�as de la ca�da de su imperio. Se refiere a estos mismos vers�culos como una descripci�n precisa de la condici�n de las cosas en esos d�as terribles, cuando la gente de Roma "se mordi� el lenguaje y blasfem�", etc. ( Apocalipsis 9:11). Y es a Roma y su ca�da que San Juan est� aqu� aludiendo. Dif�cilmente puede haber dudas de eso. Pero los pecadores en Roma no fueron los �nicos que, a pesar de los juicios de Dios que descansa sobre ellos, sin embargo, han endurecido sus corazones. �Qui�n no ha sabido de tales cosas?

II Y MUY MARAVILLOSO. Decimos que un ni�o quemado teme al fuego, pero es evidente que los que han sido "quemados con gran calor" (vers�culo 9) por la justa ira de Dios a�n no tienen miedo de volver a sufrir esa ira. Nada nos sorprende m�s que la forma persistente de que, en el "d�a de la provocaci�n en el desierto", los israelitas siguieron pecando, a pesar de todo lo que les trajo en el camino del castigo. Exist�an todos los motivos y motivos para que obedecieran a Dios, y, sin embargo, apenas hicieron nada m�s que provocarlo. Y est� tan quieto.

III. Y muy horrible. "Efra�n est� unido a los �dolos: d�jalo en paz". "�Por qu� deber�as ser golpeado m�s?", No sirve de nada, el castigo no hace ninguna diferencia. Tales son las palabras desesperadas de los profetas de Dios. Hay pocos signos m�s seguros de perdici�n que cuando un hombre se endurece en el pecado y est� m�s enemistado contra Dios en raz�n de sus juicios justos. �Qu� puede hacer Dios entonces? Si lo que est� dise�ado para llevarnos al arrepentimiento solo nos lleva a m�s pecado, �qu� esperanza hay? Vea los que se mencionan aqu�; �Qu� descripci�n de angustia indescriptible: "roer sus lenguas por el dolor", pero blasfemar a Dios por un tiempo y no arrepentirse! "De la dureza de coraz�n, ... buen Se�or, l�branos".

IV. PERO NO ES IMPLICABLE. Por:

1. Los momentos de tanta angustia que se mencionan aqu� son solo los momentos m�s desfavorables de todos los dem�s para ese pensamiento serio y serio que conducir�a al arrepentimiento. La angustia distrae la mente, la arrastra de un lado a otro, para que no pueda quedarse sobre Dios. Confiar en la hora de la muerte para volverse a Dios es, de hecho, construir sobre la arena.

2. El resentimiento contra su maltrato mantiene su mente m�s que nada. Tres veces se nos dice c�mo los hombres que "ro�an sus lenguas por dolor" blasfemaron contra Dios. Una furia ardiente contra �l envolvi� sus almas. �Como si �l tuviera la culpa, y no ellos! Explican ese vers�culo dif�cil en el noveno salmo: "�Qui�n tiene en cuenta el poder de tu ira? Incluso seg�n tu miedo, as� es tu ira". Solo ellos, que tienen un santo temor de Dios, considerar�n su ira; de acuerdo con la medida de ese temor, ser� la medida del respeto correcto de la ira de Dios. Donde no existe ese temor, la ira de Dios exasperar�, enfurecer� y endurecer�, pero no habr� arrepentimiento.

3. Atribuyen sus sufrimientos a todas las causas menos a la verdadera. �Qu� f�cil es hacer esto! �con qu� frecuencia se hace! �C�mo los hombres se aprovechan de cada sugerencia que los ayudar� a culpar a otros hombres o cosas! Es parte del "enga�o del pecado" hacer que los hombres hagan esto. Pero hasta que un hombre sea llevado a llorar, con �l en la antig�edad, "�Dios sea misericordioso conmigo, el pecador!" ( Lucas 18:13), puede gemir en agon�a de cuerpo o mente, pero nunca se volver� de coraz�n a Dios.

4. El pecado tiene tanto control sobre ellos que no pueden abandonarlo. S�, m�s profundo que el temor a su castigo es el amor al pecado. Una vez que podr�a haberse roto tan f�cilmente como la telara�a que se extiende a trav�s del sendero del jard�n; pero, complacido y complacido, se ha convertido en un cable que sujeta al hombre a pesar de la tormenta de los juicios de Dios y la tempestad de su ira. Gritos y l�grimas, protestas y oraciones, pueden ser extorsionadas del hombre a trav�s de su terror y dolor; pero no son m�s que sonidos superficiales, y no tocan la profundidad ni la realidad del alma del hombre.

5. "Debido a que la sentencia contra una obra malvada no se ejecuta r�pidamente, por lo tanto, los corazones de los hijos de los hombres est�n totalmente dispuestos a hacer el mal" ( Eclesiast�s 8:11). El intervalo entre la oraci�n y su ejecuci�n se da para el arrepentimiento; pero los hombres lo han convertido en un medio de mayor pecado. Tales son algunas de las razones que explican el hecho aparentemente maravilloso que estamos considerando.

V. Y EST� LLENO DE ADVERTENCIA. Incluso la tortura no convierte a un hombre, ni el sufrimiento salvo. Ese viejo y horrible grito puritano a los pecadores, "�Gira o arde!", Un grito que, creemos, nunca volvi� un coraz�n a Dios, porque no es la naturaleza del terror hacer eso, tiene una secuela a�n m�s temible; que si un hombre no se vuelve ahora, en "el d�a de la salvaci�n", a Dios, puede arder y, sin embargo, no volverse. Tal es la ense�anza, no solo de nuestro texto, sino tambi�n de toda experiencia. �Oh Dios, llena nuestros corazones con el miedo y el amor de ti!

Apocalipsis 16:12

Armaged�n.

Es el nombre de un lugar. Se encuentra al noroeste de la llanura de Esdraelon, en la ladera sur del Carmelo. Se menciona en varias ocasiones en la Biblia (cf. infra). Pero estos vers�culos hablan de un gran evento relacionado con �l.

I. �Qu� fue esto? Se llama "la batalla de ese gran d�a de Dios Todopoderoso" ( Apocalipsis 16:14). Si San Juan tuvo alguna batalla literal en su mente presente en su d�a, ciertamente no podemos decirlo. No es improbable que lo hubiera hecho. La mayor�a de los s�mbolos de este libro se refieren, creemos, a eventos con los que estaba familiarizado. As� sucede con todas las profec�as, no menos importante con esta. Tales eventos forman la base de esos hechos m�s amplios que solo pueden llenar las palabras del profeta. En este caso, es el �ltimo gran conflicto con el mal al que apuntan sus palabras, y del cual no tenemos pocas premoniciones en las Escrituras. Hasta qu� punto debemos entender lo que leemos, aqu� y en otros lugares, literalmente, y hasta qu� punto figurativamente, es imposible decirlo, ya que la predicci�n es para el futuro y a�n no se ha cumplido. Pero por qu� se llama Armaged�n puede ser porque la llanura de Esdraelon era el campo de batalla de Palestina. Y en Megido, y Armaged�n significa la colina de Megido, fue que el rey Jos�as fue derrotado, y una gran tristeza hab�a ca�do sobre el pueblo de Dios. Y era la esperanza del adversario de Dios que lo que le hab�an hecho a Jos�as le hiciera a Jes�s (Hengstenberg). Tambi�n fue, como Marat�n, Waterloo, etc., un nombre para un conflicto decisivo, y este �ltimo deber�a ser as�. Pero esta Escritura ser� de poca utilidad para nosotros si pensamos solo en el pasado o en el futuro desconocido. El conflicto del bien y del mal est� siempre en curso. Y, en esta alma y aquella, los Armageddons �conflictos decisivos� se luchan continuamente. Vea, en la conversi�n de Sa�l en Damasco, c�mo las fuerzas del mal fueron derrocadas. Llega en la vida de la mayor�a de los hombres una crisis en la cual la pregunta: �De qui�n ser�, el siervo del Se�or o el siervo del ego�smo y del pecado? Debe resolverse. Cuando se resiste todo el clamor de la pasi�n y el poder de la tentaci�n, y el coraz�n pasa al lado del Se�or, ese ha sido el cumplimiento espiritual de esta misteriosa visi�n.

II �Qu� vino de eso? Esto no se da aqu�, sino en Apocalipsis 19:17, donde se habla de la total incomodidad de los enemigos de Cristo en la forma v�vida y gr�fica com�n en este libro. S�, el �ltimo gran conflicto ser� triunfante para la Iglesia de Cristo. A menudo, ahora la Iglesia, en esta o aquella parte del campo de batalla, parece ser estafada; pero, al final, la victoria "a lo largo de la l�nea" ser� del Se�or y, a trav�s de �l, tambi�n de ella. Y en esos Armageddons espirituales que hoy se pelean, y todos los d�as, all� tambi�n, la victoria es del Se�or. Que el noble ej�rcito de m�rtires sea alto. Que todos los que hayan presenciado fielmente por �l digan: "Si el que estar� con su pueblo en la �ltima batalla decisiva, est� con nosotros ahora, entonces todos los esp�ritus inmundos del infierno, toda la fuerza y ??el poder del diablo que se abalancen sobre nosotros se ir�n nosotros el vencedor todav�a ".

III. �Qu� le llev�? Se nombran dos hechos, y muy sugerentes.

1. La desecaci�n del �ufrates. ( Apocalipsis 19:12.) Esa fue una aparente preparaci�n providencial y prosperidad del prop�sito del diablo. Tales cosas suceden. Algunos han pensado que la desecaci�n del �ufrates significa la conversi�n de Oriente, la ayuda del Se�or contra los poderosos de esas tierras remotas. Pero lo que se cuenta aqu� es parte del sexto vial del juicio; No es una manifestaci�n de la gracia, sino de la ira. Por lo tanto, entendemos por este s�mbolo un aparente avance de los dise�os malvados por medios providenciales. Cuando Jon�s fue a huir de la presencia del Se�or, hab�a un barco en Joppa listo para �l. Cuando los hombres determinan que seguir�n caminos malvados, �qu� suave se vuelve el camino! Facilis descensus, etc. �Con cu�ntas ayudas y c�mplices se encuentran! Una manera f�cil, un �ufrates seco, una barrera eliminada, no es prueba de que Dios lo apruebe. Israel murmur� codornices, y los tuvieron, y murieron. Estos "reyes del este", que formaban parte del gran conjunto de reyes mencionado en el vers�culo 14, como el resto, hab�an sido persuadidos a esta horrible guerra por los "esp�ritus inmundos" (vers�culo 13). Y he aqu�, parec�a como si ciertamente fuera lo correcto y sabio que hacer; porque aqu� se quit� el gran obst�culo: el �ufrates estaba seco. �Qu� �ufrates contra el mal puede ser un hogar cristiano, o un entorno religioso, o amigos temerosos de Dios, o una opini�n p�blica sana! Pero la providencia de Dios puede quit�rselos, y as� se eliminar� la barrera contra el pecado. Pero Dios no quiere decir que pecas por eso, ni te excusar� si lo haces.

2. El poder de los esp�ritus inmundos. Se dice que fueron "como ranas".

(1) �A qui�n representan? Ver de d�nde emitieron.

(a) Del drag�n; Es decir, el diablo. Por lo tanto, el esp�ritu inmundo que surgi� de all� representa el esp�ritu maligno y malvado que siempre se opone a Dios.

(b) De "la bestia"; es decir, el mundo en sus manifestaciones hostiles contra la Iglesia de Cristo. Fue representado principalmente por Jerusal�n y Roma en los d�as de San Juan.

(c) Del falso profeta, o la bestia del mar ( Apocalipsis 13:11); es decir, las supersticiones, las mentiras y los m�ltiples enga�os del paganismo, mediante el cual las personas fueron enga�adas y atadas a la voluntad del mundo imp�o, que enf�ticamente se llama "la bestia". Odio maligno, poder y pol�tica mundanos, enga�o, estos son los tres esp�ritus inmundos como ranas.

(2) �Qu� hacen? Persuaden a las naciones a la guerra contra Cristo. Son una especie de trinidad infernal: el esp�ritu del drag�n en oposici�n al Padre; de la bestia, en oposici�n al Hijo; del falso profeta, en oposici�n al Esp�ritu Santo (Hengstenberg).

(3) Y se les compara con las "ranas", en parte debido a los s�mbolos egipcios que prevalecen en este cap�tulo, y esta fue una de sus plagas. Tambi�n debido a su repugnancia: fangosa y fangosa de su habitaci�n, de apariencia horrible, repulsiva y aborrecible en todas partes. De este modo, San Juan excitar�a la detestaci�n de estos males espirituales, que �l compara con estas criaturas repugnantes.

(4) Y estos esp�ritus todav�a est�n trabajando, y a�n hacen el mismo trabajo mortal para guiar los corazones humanos a luchar contra Dios. �Acaso esa vieja serpiente, el diablo, todav�a no despierta pensamientos duros de Dios y hace de la "Ley" de Dios la verdadera "fuerza del pecado"? Y el esp�ritu de "la bestia", el mundo, su oposici�n m�ltiple a Cristo, �cu�n conscientes somos todos de su trabajo d�a a d�a! Y la del falso profeta, esa segunda bestia, que dio su fuerza a la primera: c�mo, en los sutiles sofismas, las filosof�as plausibles de la �poca, el manejo enga�oso de las verdades divinas, la satisfacci�n de nuestros gustos inferiores, que tantos de las ense�anzas populares est�n cargadas, �no enga�an y seducen a muchos corazones en oposici�n a Dios y a su Cristo? Sin duda lo hacen. Y, por lo tanto, la lecci�n del todo, que en el vers�culo 6, el Se�or mismo interpone solemnemente para ense�ar a su Iglesia, es para nosotros hoy como para ellos de anta�o. "He aqu�", dice, "vengo como ladr�n". Muchos hab�a, muchos ahora lo est�n, en asociaci�n abierta con su gente que no son realmente de su gente. A tal especialmente se dirige su palabra de advertencia. El momento del juicio, de su juicio, vendr� como ladr�n, de repente, inesperadamente, sigilosamente, sorprendentemente, con intenci�n hostil, a aquellos que no miran. Porque ser�n como un hombre que se ha acostado a dormir y se ha quitado la ropa. Y as�, la repentina llegada del ladr�n lo encuentra desnudo. Todo lo cual significa que nunca debemos permitirnos separarnos de Cristo. Debemos permanecer en aquel a quien profesamos haber "puesto", nunca posponer. El amor, la fe y el miedo a �l deben ser nuestras prendas, el estado y la condici�n cristiana, en los que siempre debemos estar. Ahora, el que no mira pospone, si, de hecho, realmente se pone ese estado. Y por lo tanto, cuando llegue el juicio, ser� detectado, expuesto y despreciado por el cristiano pretendido, pero no real, que realmente es. Permanecer en Cristo, entonces, es la palabra para todos nosotros, y no debemos temer ning�n conflicto, ni siquiera el m�s feroz, que nuestro enemigo pueda librar.

HOMILIAS POR R. GREEN

Apocalipsis 16:5

Los juicios justos divinos.

Los aspectos espirituales de estos juicios deben tenerse especialmente en cuenta. Porque bajo el velo de las cosas externas se representan las cosas invisibles y espirituales. Todo el simbolismo de estos vers�culos y, de hecho, de toda la secci�n, muestra claramente:

I. Ese juicio procede de Dios. Son los juicios del "Se�or Dios, el Todopoderoso". "Justo eres t�, que eres y qui�n fuiste, t� Santo, porque as� juzgaste".

II QUE LOS JUICIOS ASUMEN LA FORMA DE INDIGNACI�N IRRAGENA. "En ellos se ha acabado la ira de Dios". "Siete cuencos dorados llenos de la ira de Dios, que vive por los siglos de los siglos". Lo terrible de esa "ira" debe deducirse del car�cter de los s�mbolos de su expresi�n. La naturaleza de esa "ira" debe determinarse a partir de las ense�anzas sobre la naturaleza de aquel cuya "ira" es.

III. QUE LOS JUICIOS SE CARACTERIZAN POR GRANDES SUFRIMIENTOS POR PARTE DE ELLOS A LOS QUE SE INFLIGEN. Aqu�, sin duda, lo espiritual est� representado por lo visible y lo material.

IV. QUE ESTOS JUICIOS SON JUSTIFICADOS JUSTAMENTE Y JUSTO: "Justo eres t�, que eres y qui�n fuiste, t� Santo, porque as� juzgaste"; "Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los siglos;" "S�, Se�or Dios, Todopoderoso, verdaderos y justos son tus juicios". A partir de estas terribles palabras, debemos exclamar verdaderamente: "Es algo terrible caer en manos del Dios viviente", cuando �l se levanta para juzgar. Qu� definitivo es el llamado a los hombres:

1. Para protegerse de esa devoci�n al mal que es "adorar a la bestia y su imagen".

2. �A los fieles esperar con asombro los juicios finales de Dios sobre los enemigos de la verdad, cuando �l "separe a los justos de los injustos", cuando "la ciza�a sea arrojada al fuego"! - R.G.

Apocalipsis 16:12

"El gran r�o, el �ufrates".

Los detalles del maravilloso simbolismo de este libro deben encontrar su interpretaci�n, si es necesario, en manos del expositor. A los fines de la ense�anza homil�tica, las selecciones solo pueden tratarse. De las partes de este cap�tulo que sirven a nuestro prop�sito, seleccionamos el vertido del "sexto vial" o "cuenco". Todo el libro tiene una sola carga: el conflicto de los dos reinos, la luz y la oscuridad, Cristo y Belial, el bien y el mal en el mundo. Abarca el dolor de la lucha para todos los hombres; la seguridad de los fieles bajo la custodia divina; el juicio de Dios sobre los malvados, y el aplastamiento del reino del mal; y finalmente el triunfo perfecto del Cordero, y de todos los que est�n en �l o con �l, y su bendici�n perfecta, intachable y eterna. Estos principios corren, como un hilo dorado, a trav�s de todo el libro. Pertenecen a todos los tiempos, y a todas las condiciones variables de la Iglesia. Fijarlos a un solo per�odo es una limitaci�n grave que pasa por alto el uso mundial del libro y se convierte en una mera historia temporal que es una encarnaci�n de principios siempre activos. No podemos ver ning�n individuo ni un grupo particular de individuos representados a quienes las palabras del libro deben limitarse en su aplicaci�n. Hay una secuencia en el orden de los eventos, pero no podemos ver historia ni cronolog�a en ning�n sentido verdadero o preciso; pero la reiteraci�n de la misma verdad tan profundamente necesitada por la Iglesia primitiva, y tan aplicable a la Iglesia en todas las edades y en todas sus condiciones variables. Con estos puntos de vista, procedemos a interpretar el s�mbolo actual: la desecaci�n del r�o, el gran r�o "�ufrates", y la aparici�n de "tres esp�ritus inmundos, como si fueran ranas". Lo �ltimo se dice en un lenguaje que se aproxima a lo literal y realista. "Son esp�ritus de demonios, se�ales de trabajo; que salen a los reyes de todo el mundo, para reunirlos en la guerra del gran d�a de Dios, el Todopoderoso". Nuestra interpretaci�n de estos s�mbolos nos lleva a ver la eliminaci�n final de todos los obst�culos para el desarrollo perfecto del esp�ritu antag�nico del mal y el error. Que los s�mbolos tienen una fuerza acumulativa, una fuerza creciente, parece m�s obvio; este signo es "grandioso y maravilloso"; Esta es la preparaci�n para "la guerra del gran d�a de Dios". La conquista efectiva solo se puede hacer cuando todos los obst�culos y obst�culos se hayan quitado del enemigo. El error debe desarrollarse completamente. La mayor malignidad del mal debe ser revelada. "El camino" debe "prepararse para los reyes que vienen del amanecer". Sin duda en la gran historia humana, todas las formas de error y maldad se presentar�n a "la verdad", y la verdad se reivindicar� en presencia de todos. El pecado asqueroso producir� su mayor vileza; pero la justicia se sostendr�, y finalmente triunfar�. As� se "revela al que no tiene ley, a quien el Se�or Jes�s matar� con el aliento de su boca, y lo anular� por la manifestaci�n de su venida" ( 2 Tesalonicenses 2:8). Los enemigos de "la Iglesia del Dios viviente", es decir, y debe ser, la Iglesia de Dios viviente, ser�n aplastados. Para que est�n tan aplastados, que se abra el camino para su venida. Confortante es esta palabra de fe segura y segura. El "peque�o reba�o" no necesita temer, a pesar de que sus enemigos sean liberados. Las lecciones pr�cticas son simples. La escena urge:

I. A LA FIDELIDAD A LA DERECHA, INCLUSO MALO GANAN PODER.

II A TENER MIEDO EN PRESENCIA DE LAS GRANDES FUERZAS DEL MAL.

III. A UNA RESISTENCIA DEL PACIENTE DE LA OPRESI�N DEL MAL.

IV. PARA ASEGURAR LA VICTORIA, LA LIBERTAD Y LA PAZ DEFINITIVAS. � R.G.

Apocalipsis 16:13, Apocalipsis 16:14

Los esp�ritus inmundos.

Siguiendo los pasos hasta ahora tomados, llegamos a un s�mbolo de gran repulsi�n, un s�mbolo indudablemente destinado a representar el mal en su forma repulsiva. Nuevamente, suponemos que no vemos personas individuales o sistemas individuales en esta figura. "Las descripciones aqu�, as� como en el pasaje paralelo, apuntan a la �ltima, las manifestaciones anticristianas y blasfemas m�s imprudentes de la bestia y el falso profeta, cuando est�n impregnadas de la ca�da con el esp�ritu de Satan�s, y act�an como sus agentes en el esfuerzo final que hace contra el reino de Dios ". "Al comparar a los esp�ritus con las ranas, se tiene cierto respeto, seg�n el justo comentario de Bossuet, a una de las plagas de Egipto. El punto de comparaci�n es la impureza, la repugnancia, que se nota expresamente". Nuestra atenci�n est� dirigida a los esp�ritus y poderes del mal que est�n directamente bajo el control del maligno, y sujetos a su inspiraci�n ("el diablo ya lo puso en el coraz�n de Judas ... luego entr� en Satan�s a �l") - "los esp�ritus de los demonios". Estos "salen a los reyes del mundo entero, para reunirlos en la guerra del gran d�a de Dios, el Todopoderoso". El siervo del pecado obedece los deseos del pecado. Atado cuyo coraz�n est� abierto a Satan�s, encontrar� a Satan�s caminando tarde o temprano. Con la gran batalla que ahora no tenemos que hacer. Vemos c�mo la Iglesia debe mantener su lucha contra "los principados, contra los poderes, contra los gobernantes mundiales de esta oscuridad, contra las huestes espirituales de la maldad en los lugares celestiales". Esta visi�n parece representar una malignidad especial y un esfuerzo del mal en esta "guerra del gran d�a de Dios". Dif�cilmente podemos soportar ver una intensificaci�n final del poder sat�nico, una prevalencia temporal del mal. Pero la advertencia del Se�or suena con una fuerza especial sobre nuestro o�do, y debe ser removida de su posici�n meramente entre par�ntesis. "He aqu�, vengo como ladr�n. Bienaventurado el que vigila y guarda sus vestiduras". Para que esto se haga despertar a la Iglesia para contemplar la maldad del enemigo y la grandeza del peligro.

I. LOS ESP�RITUES SIN LIMPIEZA SON "ESP�RITU DE DIABLO". El diablo se erige como el representante y la cabeza de todo lo que es diferente a Dios, y eso es antag�nico a su Nombre y reino: "el adversario".

II Los esp�ritus se distinguen especialmente como "esp�ritus inmundos". Toda impiedad es impureza. Indican a toda desobediencia y lujuria mundana e iniquidad de la vida, toda incredulidad y maldad de conducta.

III. ESTIMULAN E INSPIRAN A "LOS REYES DE LA TIERRA": los sutiles poderes gobernantes, pasiones, h�bitos y otras formas de maldad que dominan y dominan a los hombres. El rey es el s�mbolo, no de debilidad, sino de poder, autoridad y gobierno; Emblema apropiado de los dominantes sobre la vida del hombre.

IV. EST�N DE PIE EN EL ANTAGONISMO DIRECTO A DIOS. Esta es la mayor maldad concebible. Ser desviado por la tentaci�n, caer por el descuido, ceder ante el mal, es suficientemente malo e implica un castigo justo y merecido; pero la mayor vileza es la que se coloca en oposici�n directa y activa al Santo. "El que se opone a Dios y se exalta a s� mismo contra todo lo que se llama Dios".

V. POR LO TANTO DEJE A LOS CREYENTES BAJOS

(1) preste atenci�n: mirando;

(2) mant�ngase libre de la contaminaci�n del pecado en todas sus formas: "guarda sus vestiduras".

(3) Porque el peligro es grande;

(4) y el gran Maestro viene a una hora cuando pensamos que no: "He aqu�, yo vengo como ladr�n en la noche".

(5) El que mira as� es verdaderamente "bendecido" - R.G.

HOMILIAS DE D. THOMAS

Apocalipsis 16:1

"Los siete viales:" sufrimiento predestinado en el gobierno del mundo.

"Y escuch� una gran voz desde el templo que dec�a a los siete �ngeles: Vete, y derrama los frascos de la ira de Dios sobre la tierra. Y el primero dijo:" etc. "Es incre�ble", dice Obispo Horsley, "para cualquiera que no haya realizado el experimento, qu� competencia puede lograrse al estudiar las Escrituras sin ning�n otro comentario o exposici�n que lo que las diferentes partes del volumen sagrado se proporcionan naturalmente entre s�". Quien lo haya hecho, con honestidad de prop�sito y esfuerzo perseverante, estudi� la Biblia por s� mismo, respaldar� f�cilmente esta declaraci�n del obispo. A�adir�a a esto, y dir�a que es incre�ble para cualquiera que no haya hecho el experimento, qu� cantidad de verdad inestimable, vital y pr�ctica puede obtenerse de la Biblia al estudiar sus expresiones en relaci�n con la raz�n sin prejuicios. y sentido com�n de la mente humana. Utilizando estas visiones apocal�pticas de Juan como una ilustraci�n de las grandes verdades dictadas por la raz�n y confirmadas por la conciencia de cada hombre, nos llegan como una revelaci�n invaluable. La gran verdad que este cap�tulo nos sugiere, y sorprendentemente ilustra, es que hay un sufrimiento predestinado en el gobierno del mundo. Hay "siete plagas", sufrimientos, que se han estado desarrollando, a�n se est�n desarrollando y lo ser�n hasta el final. El abismo de la agon�a contenido en estas siete plagas es inconmensurable para todos menos para el Infinito. El viejo dogma fabricado por los antiguos creadores de nuestra teolog�a, a saber. que el sufrimiento f�sico en el mundo es causado por el pecado, es una falacia explotada, que todos los museos geol�gicos ridiculizan en risa muda. El sufrimiento es un elemento en el gobierno de este mundo. Tomando todo este cap�tulo, lo encontraremos ilustrativo de tres temas, a saber.

(1) que todas las dispensaciones de este sufrimiento est�n bajo la direcci�n de Dios;

(2) que tienen un gran prop�sito moral; y

(3) que tienen toda una influencia coextensiva con el universo. Observar-

I. TODAS LAS DISPENSACIONES DE ESTE SUFRIMIENTO EST�N BAJO LA DIRECCI�N DE DIOS. "Y escuch� una gran voz desde el templo que dec�a a los siete �ngeles: Ve, caminos [ve, ye], y vierte los frascos [los siete tazones] de la ira de Dios sobre la tierra" (vers�culo 1). Desde el mismo santuario del Todopoderoso, el santo de los santos, �l trata y regula cada elemento de las siete plagas.

1. Ordena a sus agentes. Cada uno de los "siete �ngeles" o mensajeros son enviados por �l. "Sigue tu camino". El gobernador supremo del universo conduce sus asuntos a trav�s de las agencias de otros, un vasto sistema de instrumentos secundarios. Por lo tanto, a trav�s de toda la naturaleza, �l da vida, apoya la vida y quita la vida. Aunque se sienta a la cabeza y es el autor absoluto de todo. No hay un dolor que tiembla en el nervio de cualquier ser sensible que no provenga de �l. �l dice: "Sigue tu camino", y nada se mueve sino por sus �rdenes. �l mata y da vida. �No es este un pensamiento relajante y fortalecedor bajo todas las dispensaciones de tristeza?

2. �l designa sus estaciones. Los "siete �ngeles" no todos se unen; Cada uno tiene su per�odo. Cada impulso que se mueve a lo largo de la creaci�n, ya sea sacudir una hoja en el bosque o hacer girar los sistemas a lo largo de la inmensidad, se produce en su propio tiempo. Todos los tiempos y estaciones est�n con �l. Cuando Shakespeare dice: "Los problemas no vienen solos, sino en batallones", no tiene raz�n. Afortunadamente, vienen individualmente a individuos y comunidades, algunos en un per�odo de la vida y otros en otro. Para el hombre, colectivamente, est�n separados por edades, desde los gemidos de Abel hasta la agon�a del juicio final. No hay una gota de tristeza en ninguna copa que no provenga del cielo.

3. �l arregla sus lugares. A cada uno de los siete �ngeles que, bajo Dios, deben dispensar las plagas, se le asigna su lugar. Cada uno ten�a su "vial" o taz�n, y cada taz�n ten�a un lugar en el que deb�a verterse. El primero vino sobre "la tierra", el segundo sobre "el mar", el tercero sobre "los r�os y las fuentes", el cuarto sobre "el sol", el quinto sobre "el asiento [trono] de la bestia", el sexto sobre "el gran r�o Eufrates", y el s�ptimo "en el aire" (vers�culos 2-12). Si hay una referencia aqu� a las plagas en Egipto, o el sufrimiento en otros lugares, no lo s�; nadie lo sabe, ni importa. Eran fantasmas que rodaban como nubes en la visi�n de Juan, y como tal ilustran la gran verdad de que incluso las mismas escenas y estaciones de todas nuestras penas provienen del que es, y fue, y debe ser, el Padre Eterno.

4. �l determina su car�cter. Los sufrimientos que surgieron de los cuencos no fueron exactamente del mismo tipo o cantidad; algunos parec�an m�s terribles y tremendos que otros. Apareci� como un doloroso "dolor" sobre los hombres de la tierra; fue como "muerte" para aquellos en el mar; apareci� como "sangre" sobre las fuentes y los r�os; apareci� como un "fuego" abrasador en el sol; apareci� como "oscuridad" y "tortura" sobre el trono de la bestia; apareci� como una terrible "sequ�a", y como los esp�ritus de los demonios como "ranas", en el Eufrates; y apareci� como terribles convulsiones de la naturaleza en el aire. �Cu�n diferentes en especie y cantidad son los sufrimientos que se le hacen a los hombres! Los sufrimientos de algunos se distinguen por enfermedades f�sicas, algunos por duelos sociales, algunos por p�rdidas y decepciones seculares, algunos por perplejidades mentales, algunos por angustia moral, etc. "Cada coraz�n conoce su propia amargura". Tanto, entonces, por el hecho de que todas las dispensaciones de sufrimientos predestinados est�n bajo la direcci�n de Dios.

II TODAS LAS DISPENSACIONES DE ESTE SUFRIMIENTO TIENEN UN GRAN PROP�SITO MORAL. El sufrimiento de las siete plagas se resuelve en el gobierno de Dios con fines morales. Estos fines no son malignos, sino misericordiosos. No son para arruinar almas, sino para salvarlas. Son elementos curativos en la copa dolorosa de la vida; son tormentas para purificar la atm�sfera moral del mundo. Al desviar estos versos de todas las incongruencias metaf�ricas, sugieren el gran prop�sito de Dios en todas las dispensaciones del sufrimiento. Parecen involucrar tres cosas.

1. El justo castigo de la cruel persecuci�n. "Y escuch� al �ngel de las aguas decir: T� eres justo, oh Se�or [Justo eres t�], que eres y fuiste, [t� ser�s Santo], porque t� has juzgado as�. Porque ellos han derramado la sangre de santos y profetas, y les diste sangre para beber, porque son dignos "(vers�culos 5, 6). De todos modos, "derramar sangre" es uno de los cr�menes m�s terribles que el hombre puede cometer; es una infracci�n imp�a de una ley fundamental del cielo: "No matar�s". Palabras que se aplican al hombre en todas las capacidades y relaciones imaginables, tanto para el verdugo y el guerrero como para el asesino. Hablan tan verdaderamente con Wolseley en medio de sus haza�as asesinas en el Soudan como con cualquier otro hombre en la faz de la tierra. La culpabilidad de sangre es el jefe de los cr�menes. Pero asesinar a "profetas", buenos hombres y verdaderos maestros, es el jefe de los asesinatos. Porque este Cielo se vengar�a, y todo el universo inteligente lo reconocer� de tal manera que irrumpir� en el himno: "Aun as�, [Se�or Dios Todopoderoso, verdaderos y justos son tus juicios" (vers�culo 7).

"Venganza, oh Se�or, tus santos sacrificados", etc.

(Milton)

2. El castigo justo de la mundanalidad suprema. "Y el quinto �ngel derram� su copa [taz�n] sobre el asiento [trono] de la bestia; y su reino estaba lleno de tinieblas; y se mordieron las lenguas de dolor" (vers�culo 10). La mundanalidad en el ascendente es de hecho como esta bestia retratada en el Apocalipsis. Se sienta supremo; Tiene un trono, una corona, un cetro que se extiende sobre todo. La mundanalidad suprema, ya sea en el individuo o en la sociedad, es una "bestia" tosca y horrible; y esta bestia, con todos sus devotos, ser� aplastada. Todo el gobierno de Dios se mueve en esa direcci�n. Verdaderamente "bendito el que vence al mundo", esta "bestia".

3. La abrumadora ruina del mal organizado. "Y la gran ciudad se dividi� en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron: y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle a ella la copa del vino del ardor de su ira" (vers�culo 19). Gran Babilonia, �qu� es? Los males morales del mundo organizados en su metr�poli. La falsedad, la sensualidad, el orgullo, la ambici�n, la impiedad, el fraude, la tiran�a, encarnada en una ciudad poderosa. Esta es la Babilonia, y todos los hombres no redimidos son ciudadanos en ella. El prop�sito divino es destruirlo. Todas sus dispensaciones est�n en contra y alg�n d�a lo har�n pedazos. "Los reinos de este mundo se convertir�n en los reinos de nuestro Dios y de su Cristo; y �l reinar� por los siglos de los siglos". Lo incorrecto no se mantendr� para siempre antes de lo correcto. Aunque las monta�as de hielo pueden estar delante de los brillantes rayos de sol de miles de veranos, lo malo est� destinado a caer finalmente antes que lo correcto. Armarse de valor; �estar de buen �nimo!

III. TODAS LAS DISPENSACIONES DE ESTE SUFRIMIENTO TIENEN UNA INFLUENCIA COEXTENSIVA CON EL UNIVERSO. No hab�a una gota del taz�n en ninguna de las manos de los �ngeles que terminara donde cay�. El contenido de estos cuencos no es como duchas que caen sobre las rocas en verano, que al tocarlas se exhalan para siempre. No, ellos contin�an operando. El cuenco que cay� sobre la tierra se convirti� en una llaga malvada y dolorosa; lo que cay� sobre el mar se convirti� en sangre y muerte; lo que cay� sobre el sol quem� a la humanidad; lo que cay� sobre la bestia extendi� oscuridad y agon�a en todas las direcciones; lo que cay� sobre el �ufrates produjo una sequ�a, y sac� del mes del drag�n bestias salvajes y extra�os dragones; el cuenco que derram� su contenido en el aire produjo rel�mpagos, truenos y terremotos, haciendo que Babilonia se separara, y que cada monta�a y valle huyera (vers�culos 2-13, 19, 20). Observar:

1. Nada en el mundo de la mente termina consigo mismo. Un pensamiento lleva a otro, una impresi�n produce otro en otro lugar, y as� sucesivamente. En la materia, el rollo de m�rmol de un beb� sacude los enormes globos del espacio. "Ning�n hombre vive para s� mismo". Cada paso que damos tocar� acordes que vibrar�n a trav�s de todos los arcos de inmensidad.

2. Todo lo que sale de la mente ejerce una influencia en el dominio de la materia. Estos �ngeles, mensajeros invisibles del Eterno, salen de ese santuario en el que ning�n ojo ha perforado nunca: el lugar secreto de aquel "que habita en la luz, a quien ning�n hombre ha visto ni puede ver". �Quienes son? �Qu� ojo los ha visto alguna vez? �Qu� o�do ha o�do el susurro de sus alas m�sticas? los "viales" o aullidos que llevan en sus manos m�sticas, �qu� ojo los ha visto y qu� mano los ha tocado? Y sin embargo, estas invisibilidades del mundo invisible producen una influencia sobre el material. No solo las criaturas sensibles de la tierra, las aguas y el aire se retuercen, sangran y mueren, sino tambi�n la materia inanimada. La tierra tiembla, las monta�as tiemblan ante su influencia. La ciencia humana parece estar llegando a un punto en el que descubriremos que las mentes humanas en todas las direcciones ejercen una influencia sobre las fuerzas y las operaciones de la naturaleza material. La mente es la fuerza primordial y presidenta de todas las fuerzas. Moralmente, como Jacob en su almohada de piedra en Bethel, todos estamos so�ando, inconscientes de la presencia del gran Esp�ritu. Dentro de poco, sin embargo, seremos despertados y exclamaremos: "Ciertamente Dios est� en este lugar y yo no lo sab�a". � �D.T.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Revelation 16". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/revelation-16.html. 1897.