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Romanos 9

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

Versículos 1-33

EXPOSICI�N

Romanos 11:1

2. La posici�n actual y las perspectivas de la naci�n jud�a con sideral.

Romanos 9:1

(1) Lamento profundo expresado por la exclusi�n actual de la naci�n jud�a de la herencia de las promesas. Esta secci�n no es necesaria para el argumento principal de la Ep�stola, que habr�a sido completa sin ella para una exposici�n de la justicia de Dios, Romanos 12:1. siguiendo naturalmente la conclusi�n de Romanos 8:1., y estos cap�tulos intermedios que no tienen conexi�n inmediata con el contexto anterior o posterior. Pero era un tema demasiado profundamente resuelto en la mente de San Pablo como para pasar desapercibido. Y, adem�s, lo que hab�a dicho al comienzo de su tratado, y luego impl�cito, parec�a requerir alguna explicaci�n frente a los hechos existentes. Porque �l hab�a dicho ( Romanos 1:16), que el evangelio "era el poder de Dios para salvaci�n a todo aquel que cree; al jud�o primero, y tambi�n al gentil"; y durante todo el tiempo lo ha considerado como el cumplimiento de las promesas peculiares hechas a los jud�os mismos, quienes deb�an tener prioridad, aunque no monopolio, en la herencia de sus bendiciones. �C�mo, entonces, era esta opini�n coherente con el hecho de que los jud�os en general, incluso m�s que cualquier otro, ahora estaban excluidos de esta herencia? El ap�stol ya, incluso en el curso de su argumento, se detuvo para encontrar ciertas supuestas dificultades de este tipo en la secci�n corta, Romanos 3:1; pero ahora retoma el tema formalmente y lo considera en todos sus aspectos.

Primero, en Romanos 9:1., Expresa su profunda tristeza por el hecho; pero muestra que no es inconsistente ni con la fidelidad de Dios a su promesa, ni con su justicia, ni con la Palabra de profec�a.

Romanos 9:1

Digo la verdad en Cristo, no miento, mi conciencia tambi�n da testimonio en el Esp�ritu Santo. Para aseveraciones solemnes similares por parte de San Pablo de la verdad de lo que �l mismo conoc�a solo, cf. Romanos 1:9; 2 Corintios 11:31; Filipenses 1:8; 1 Timoteo 2:7. La peculiar solemnidad de esto puede deberse a la profundidad peculiar de sus sentimientos sobre el tema. No es necesario suponer que se conmovi� por el temor de que se dudara de su entusiasmo patri�tico, ahora que se hab�a convertido en cristiano y hab�a argumentado con tanta fuerza contra el monopolio de privilegio jud�o. Pero puede haber sido as�. Para la fuerza de ?? ??????, de. 2 Corintios 2:17; 2 Corintios 12:19; Efesios 4:17; 1 Tesalonicenses 4:1. No es un complemento, sino que denota el elemento en el que se mueve y habla. Del mismo modo, ?? ???????? ???? siguiendo (cf. 1 Corintios 12:3), que, por supuesto, no podr�a estar bajo juramento.

Romanos 9:2, Romanos 9:3

Que tengo gran pesadez y dolor continuo en mi coraz�n. No dice para qu�, dejando que aparezca en lo que sigue. La oraci�n rota es significativa de emoci�n. Porque podr�a desear que yo mismo fuera maldito de Cristo por mis hermanos, mis parientes seg�n la carne. Ninguna de las formas sugeridas para evadir el significado obvio de esta afirmaci�n es sostenible. Una de esas formas es tomar el imperfecto ??????? como expresi�n de lo que una vez dese�, a saber. antes de su conversi�n; de modo que el significado ser�a: "Mi inter�s en mi propio pueblo es tal que, en mi celo por ellos, una vez quise estar completamente separado de Cristo; yo mismo dije, ??????? ( 1 Corintios 12:3) y persigui� a sus seguidores ". Ni la fuerza natural de lo imperfecto aqu� (en cuanto a que cf. Hechos 25:22; G�latas 4:20), ni la de ??????? ?????, ni el contexto, permiten este subterfugio. Otra forma es entender que ??????? ????? implica solo la devoci�n a la destrucci�n temporal, es decir, a una muerte violenta. En Lev�tico 27:1, cada animal dedicado al Se�or (en la LXX. ???????) seguramente ser� ejecutado; y esto ha sido concebido como todo lo que est� impl�cito aqu�. Entonces Jerome, 'Quaest. 9, ad Algas. 'Y Hilary,' Ad Salmo 8:1. ' Pero, �qu� hay de ??? ???????? Las palabras ??????? y ???????, de ?????????, ambas denotan principalmente lo que se ofrece o aparta; este �ltimo se aplica a las cosas dedicadas al honor y al servicio de Dios (cf. Lucas 21:5), el �ltimo siempre en el Nuevo Testamento sol�a denotar el rechazo o la devoci�n al mal. Ocurre en Hechos 23:1. Hechos 23:14; 1 Corintios 12:3; 1 Corintios 16:22; G�latas 1:8, G�latas 1:9. Ciertamente significa aqu� separaci�n de la comuni�n de Cristo, en el mismo sentido que ??????????? ??? ??? ??????? ( G�latas 5:4). Incluso si la expresi�n ??????? ????? debe entenderse como un significado en s� solo excomuni�n (como ??????? ???? en uso eclesi�stico), la adici�n de ??? ??? ??????? evidentemente implica m�s que la mera separaci�n de la comuni�n externa de la Iglesia. El ap�stol dif�cilmente puede significar otra cosa que perder su propia comuni�n con Cristo en nombre de (????) sus compatriotas, de ser as�, ellos, como naci�n, podr�an ser llevados a aceptar el evangelio. Ciertamente, esto fue algo fuerte que decir, y nos puede parecer que implica una imposibilidad, si lo comparamos, por ejemplo, con Romanos 8:38, "Estoy persuadido", etc. Pero no necesitamos entender una expresi�n pasajera de sentimiento, aunque real, como una expresi�n deliberada. El imperfecto ??????? implica solo que el hecho hab�a pasado por su mente en la intensidad de su deseo por la salvaci�n de sus hermanos. Corresponde con el dicho de Mois�s bajo la misma emoci�n fuerte: "Sin embargo, ahora, si quieres perdonar su pecado, y si no, me borras, te ruego, del libro que has escrito" ( �xodo 32:32). Bengel comenta bien: "Ex summa fide nunc summum ostendit amorem, ex amore divine accensum. Res non poterat fieri, quam optarat: sed votum erat pium et solidum, quamlibet cum tacita conditione, si fieri posset". Adem�s, "De mensura amoris en Mose et Paulo no facile est existimare. Eum enim modulus ratiocinationum nostrarum non capit; sieur heroum bellicorum animos non capit parvulus".

San Pablo procede, en el esp�ritu de un jud�o patri�tico, que siempre conserv�, a enumerar los privilegios peculiares del pueblo elegido, cuya posesi�n hizo que su actual incapacidad para realizar su prop�sito fuera tan particularmente decepcionante y angustiante.

Romanos 9:4, Romanos 9:5

Quienes (???????, con su sentido habitual de quippe qui) son israelitas; de qui�n es la adopci�n, y la gloria, y los convenios, y la entrega de la Ley, y el servicio de Dios, y las promesas; de qui�n son los padres, y de qui�n es Cristo en cuanto a la carne, que est� sobre todo, Dios bendijo para siempre. Am�n. Aqu� "la adopci�n" (????????) significa la selecci�n de Israel para ser el pueblo peculiar de Dios (cf. �xodo 4:22, "Israel es mi hijo, incluso mi primog�nito;" Deuteronomio 14:1, "Vosotros sois hijos del Se�or vuestro Dios;" Oseas 11:1, "Cuando Israel era ni�o, lo amaba y llam� a mi hijo fuera de Egipto"; tambi�n �xodo 19:5 . Cf. tambi�n ????? ??? ???? en �xodo 19:8 a continuaci�n). Es, por supuesto, una idea diferente de la del ???????? espiritual de los creyentes (en la actualidad como en Romanos 8:15, o venir como en Romanos 8:23), aunque podr�a ser t�pico de ello. "La gloria" (? ????) parece explicarse mejor con referencia a 2 Corintios 3:7, donde la gloria visible, que se dice que descans� en el propiciatorio e ilumin� por un tiempo la cara de Mois�s, es considerado como la expresi�n de la gloria, en un sentido superior, de la antigua dispensaci�n, que, sin embargo, estaba destinada a desvanecerse en la mayor gloria de la revelaci�n de Dios en Cristo. La palabra se puede tomar para denotar, no simplemente la Shejin�, o la gloria en el Monte Sina�, sino lo que significan estas manifestaciones. Probablemente fue un t�rmino reconocido en uso con referencia a la entrega de la Ley. "Los pactos" (?? ????????) y "las promesas" (?? ??????????), ambos en plural, incluyen los hechos con y entregados a Abraham y los otros patriarcas, as� como los mosaicos. La palabra anterior es tomada err�neamente por algunos como denotando las tablas del pacto. ? ??????? es obviamente el culto ceremonial divinamente designado, cuyo significado t�pico se explica extensamente en la Ep�stola a los Hebreos, donde se usa la misma palabra. "Los padres" (?? ???????) son los patriarcas, Abraham, Isaac y Jacob, los destinatarios originales de las promesas, descendientes de quienes los jud�os hicieron tal cuenta como el fundamento de sus privilegios (cf. Mateo 3:1. Mateo 3:9; Lucas 3:8; Lucas 13:28; Juan 8:39; y, para el uso de ??????? en este sentido, cf. Hechos 3:22; Hechos 13:32; Romanos 15:8; Hebreos 1:1). La �ltima y coronaci�n distinci�n de la raza jud�a se menciona en �ltimo lugar, a saber. la descendencia carnal de Cristo, incluso de aquel que en su naturaleza superior es "sobre todo, Dios bendito para siempre". Este es sin duda el significado m�s obvio de la conclusi�n de 2 Corintios 3:5, en lo que respecta al lenguaje, y el entendido por todos los comentaristas antiguos. Sin embargo, algunos modernos, como es bien sabido, han planteado objeciones a esta interpretaci�n de la cl�usula, bas�ndose �nicamente en la supuesta improbabilidad de que San Pablo hubiera designado a Cristo. Algunos, por lo tanto, superar�an esta dificultad imaginada poniendo un punto final despu�s de ???? ?????, y llevando lo que sigue como una doxolog�a a Dios Padre, por lo tanto: "Dios, que est� sobre todo, sea bendecido para siempre". Se supone que el ap�stol, de acuerdo con esta interpretaci�n, se ha conmovido a esta expresi�n entre par�ntesis por su contemplaci�n de los favores divinos a Israel, que �l hab�a estado contando. Algunos han sugerido que se detenga por completo despu�s de ??????, para referir ? ?? ??? ?????? a Cristo, y tomar solo lo que sigue como una doxolog�a, o, como algunos lo dir�an, como una declaraci�n. Pero, en cualquier caso, la idea de una ruptura de la oraci�n tan improbable puede descartarse como insostenible. Otros, sin romper la oraci�n, consideran que la totalidad, comenzando con ? ??, no es una doxolog�a, sino una declaraci�n, por lo que intentan cumplir con la objeci�n de que sea una doxolog�a (que se notar� en el presente) , derivado de la colocaci�n de las palabras. Pero una simple afirmaci�n de que Dios ha sido bendecido para siempre parecer�a peculiarmente in�til y sin prop�sito aqu�. Meyer, siendo un cr�tico de la merecida reputaci�n y un defensor de la interpretaci�n moderna de la cl�usula, tomando todo esto como una doxolog�a para el Padre, puede ser suficiente para exponer sus argumentos.

(1) Que San Pablo, aunque considera al Hijo de Dios como la imagen de Dios, de la esencia de Dios, el agente en la creaci�n y preservaci�n, el juez de todos, el objeto de la oraci�n y el poseedor de la gloria y la Divina Divinidad. plenitud de gracia ( Romanos 1:4; Romanos 10:12; Filipenses it. 6; Colosenses 1:15, etc .; Colosenses 2:9; Efesios 1:20, etc .; 1 Corintios 8:6; 2 Corintios 4:4; 2 Corintios 8:9), nunca lo llama expresamente ????, pero siempre lo distingue claramente como el ?????? de ????; y que los pasajes en los que se supone que ???? se aplican a �l (como en 2 Tesalonicenses 1:12, ???? ??? ????? ??? ???? ???? ??? ?????? ????? ???????; y ; Tito 1:4) se entiende de manera err�nea; ??, no ????, siendo tambi�n sin duda la lectura original en 1 Timoteo 3:16. (De la distinci�n habitual de San Pablo entre ???? y ??????, cuando se refiere a la econom�a de la redenci�n, se encuentran otras instancias en 1Co 8: 6; 1 Corintios 12:4, 1 Corintios 12:5, 1 Corintios 12:6; Efesios 4:4, Efesios 4:5, Efesios 4:6. Lo que �l suele distinguir es indudable.)

(2) Que, seg�n la antigua interpretaci�n eclesi�stica, "Cristo ser�a llamado aqu�, no solo Dios, sino incluso Dios sobre todo, y en consecuencia ser�a designado como ???? ???????????, que es absolutamente incompatible con la visi�n completa del Nuevo Testamento en cuanto a la dependencia del Hijo del Padre ".

(3) Que "en los escritos propiamente apost�licos ( 2 Pedro 3:18 no les pertenece, ni Hebreos 13:21) nunca nos encontramos con una doxolog�a para Cristo en la forma usual en doxolog�as a Dios ". Meyer agrega en una nota, " 2 Timoteo 4:18 ciertamente se refiere a Cristo; pero este es solo uno de los rastros de la composici�n post-apost�lica.

Ahora, a estos argumentos puede responderse de la siguiente manera: a (1) que, aunque puede ser cierto que San Pablo en ning�n otro pasaje llama expresamente a Cristo ????, su doctrina con respecto a su naturaleza Divina est� de acuerdo con el expresi�n; seguramente el t�rmino ???? es aplicable a aquel de quien se habla, como p. en Filipenses 2:6 y Colosenses 1:15, etc .; que su distinci�n habitual entre el Dios supremo y Cristo como Mediador no excluye en modo alguno su declaraci�n en t�rminos expresos de la Deidad esencial de Cristo en un pasaje donde tal declaraci�n es adecuada y requerida; que incluso San Juan, quien es reconocido por todos por haber expuesto de manera peculiar la esencia divina de Cristo, solo usa una vez la expresi�n ???? ?? ? ?????, o cualquier equivalente exacto de ella. Al argumento (2) se puede responder que el lenguaje utilizado no identifica a Cristo con el Padre como ? ??????????? ????, especialmente si suponemos una coma despu�s de ??????, de modo que el significado ser�a: "Cristo que est� sobre todo, Dios bendijo Siempre." Que Cristo est� "sobre todos" es lo que San Pablo declara claramente en otra parte, y ????, etc., puede agregarse de manera predicativa para denotar su esencia Divina. En cuanto al argumento (3), es necesario excluir no solo a 2 Pedro y Hebreos, sino tambi�n a 2 Timoteo de la lista de escritos apost�licos para darle fuerza. Pero aun as� ser�a irrelevante; porque la oraci�n que tenemos ante nosotros no es una doxolog�a, sino una afirmaci�n: es, seg�n la interpretaci�n antigua, no "Bendito sea Cristo como Dios para siempre"; pero "Cristo, quien es Dios bendecido para siempre". Las razones positivas para retener las antiguas interpretaciones pueden establecerse de la siguiente manera:

(1) No se sabe que ninguno de los Padres griegos u otros, ni ning�n int�rprete anterior a Erasmo lo haya entendido de otra manera.

(2) Da el sentido m�s obvio de las palabras mismas. Bien puede afirmarse que no se habr�a pensado en otro, sino por la supuesta discrepancia con la forma usual de hablar de Cristo del ap�stol.

(3) Mientras que una doxolog�a a Dios el Padre no parece ser requerida aqu�, o tener una relaci�n muy obvia en el tren de pensamiento del escritor, alguna afirmaci�n de la grandeza divina de Cristo parece querer completar la representaci�n de la coronaci�n final privilegio de la raza de Israel. ? ?? ??? ?????? de hecho ser�a suficiente para este prop�sito, si se pudiera separar de lo que sigue. Pero, como se ha dicho anteriormente, no est� permitido dividir la oraci�n. Cf tambi�n Romanos 1:4, donde la declaraci�n de que Cristo hab�a nacido de la simiente de David, seg�n la carne, es seguida por una afirmaci�n tambi�n de su filiaci�n divina.

(4) Si la sentencia hab�a sido previsto como una doxolog�a, ????????? debe correctamente haber precedido ???? (cf. Lucas 1:68, ????????? ?????? ? ???? ??? ??????; Efesios 1:3, ????????? ? ???? ??? ?????, etc .; 1 Pedro 1:3, donde ocurre la misma expresi�n); mientras que en cualquier otro pasaje donde ????????? sigue el tema de la oraci�n, es una afirmaci�n y no una doxolog�a (cf. Romanos 1:25; 2 Corintios 11:31).

(5) Toda la objeci�n a la interpretaci�n antigua se basa �nicamente en los puntos de vista de los cr�ticos modernos en cuanto a lo que creen que es probable que signifique San Pablo, no en lo que su lenguaje m�s obviamente insin�a que quiso decir, un principio de interpretaci�n muy inseguro. . Nuestra conclusi�n segura parece ser que la cr�tica moderna no ha presentado un caso suficiente para apartarse de la interpretaci�n antigua un�nime de este pasaje.

Romanos 9:6

(2) (a) Despu�s de esta declaraci�n de su profundo dolor, y sus razones para sentirlo, el ap�stol ahora procede a tratar el tema. Primero (como se dijo anteriormente) muestra ( Romanos 9:6) que la exclusi�n actual de la gran mayor�a de los jud�os de los privilegios cristianos no implica ninguna infidelidad de parte de Dios a sus antiguas promesas; y por lo tanto se deduce que el hecho de su exclusi�n no es prueba de que el evangelio no sea el verdadero cumplimiento de esas promesas.

Romanos 9:6, Romanos 9:7

Pero no es que la Palabra de Dios no haya tenido efecto (o, en nada, ??????????). Porque no todos son Israel que son de Israel; tampoco, porque son la simiente de Abraham, son todos hijos: sino: En Isaac se llamar� tu simiente. Las promesas a los patriarcas nunca, desde el principio, implicaron la herencia de ellos por todos los descendientes f�sicos de esos patriarcas; incluso en Israel hay una distinci�n reconocida entre ser de la raza de Israel y ser el verdadero Israel de Dios; En la promesa original a Abraham, los descendientes de Ismael (aunque igualmente con los de Isaac, su simiente f�sica) fueron excluidos. Y as�, incluso la raza de Israel no es m�s que una parte de toda la simiente de Abraham, a quien se hizo la promesa. Por lo tanto, se deduce que la exclusi�n actual de la mayor�a de incluso la raza de Israel de la herencia de las promesas no es incompatible con el significado original de esas promesas. La cita de G�nesis 21:12, "En Isaac", etc., es propiamente (como en el hebreo original) "En Isaac te ser� nombrada una semilla"; es decir, "En Isaac suceder� que la posteridad tuya tendr� el nombre y la posici�n de la simiente de Abraham, y ser� reconocido como el heredero de la promesa" (Meyer).

Romanos 9:8, Romanos 9:9

Es decir, los que son los hijos de la carne, estos no son los hijos de Dios: pero los hijos de la promesa son contados por simiente. Porque la palabra de promesa es esta: en este momento vendr�, y Sara tendr� un hijo ( G�nesis 18:10). En otras palabras, no es en virtud de la mera descendencia carnal, sino de la promesa, que cualquiera se cuenta as�; el mero descenso carnal no establece reclamo. Debe observarse que en las primeras promesas registradas a Abraham ( G�nesis 13:15; G�nesis 15:5; G�nesis 17:7) no hubo restricci�n; y as� a trav�s de Ismael, quien tambi�n se llama la simiente de Abraham ( G�nesis 21:13), as� como a trav�s de Isaac, el cumplimiento podr�a haber sido. Pero la promesa posterior ( G�nesis 17:19, G�nesis 17:21; G�nesis 18:10, G�nesis 18:14) lo limit� a Isaac; cu�l promesa limitante es, por lo tanto, en Romanos 9:9, referido. Con ????? ??? ???? en Romanos 9:8 Compare ? ????????? ( Romanos 9:4), y tambi�n Isa�as 63:16. El ap�stol puede haber sido llevado a usar la expresi�n aqu� en vista de la filiaci�n espiritual a Dios de los cristianos (cf. Romanos 8:15, etc.) que fue tipificada y preparada por el ???????? de la semilla elegida. A continuaci�n se hace referencia a una limitaci�n a�n mayor de "los hijos de la promesa"; y uno m�s revelador para el argumento del ap�stol. Se podr�a decir que Ismael no era, ni siquiera carnalmente, la verdadera simiente, como ser bern, no de con, sino de la esclava; o tal vez que hab�a perdido cualquier reclamo que podr�a haber tenido por su probada indignidad ( G�nesis 21:9, etc.). Pero Esa� y Jacob eran hijos gemelos, no solo del mismo patriarca (?? ????), sino tambi�n de la misma esposa casada; y sin embargo, uno fue elegido y el otro rechazado, y esto incluso antes del nacimiento; de modo que, como la selecci�n no se debi� a un descenso carnal, tampoco se pudo deber a un desierto probado. Por lo tanto, en esta segunda consideraci�n se elimina la afirmaci�n del jud�o de un reclamo inviable a la herencia de las promesas sobre la base de sus obras jactanciosas, como por el otro se dispone de su reclamo sobre la base de su raza. El argumento de San Pablo a los jud�os de su �poca ser�a: No pueden establecer un reclamo para ser todos ustedes los herederos necesarios de las promesas de todos los tiempos sobre el terreno, ya sea de su descendencia carnal o de sus obras, desde la selecci�n del propio Israel no depend�a de ninguno de estos motivos; ni puedes decir que mi posici�n (a saber, que los creyentes cristianos, con la exclusi�n de la mayor�a de ustedes, ahora son los verdaderos herederos de las promesas) implica infidelidad en Dios a sus antiguas promesas; porque est� de acuerdo con el principio sobre el cual, de acuerdo con sus propias Escrituras, cumpli� con sus antiguas promesas a los patriarcas. San Pablo, sin embargo, no debe entenderse aqu� como una escritura con una intenci�n pol�mica directa, sino m�s bien como una discusi�n sobre un problema que en un momento se hab�a dejado perplejo y que le pareci� que necesitaba una soluci�n.

Romanos 9:10

Pero no solo esto; pero Rebecca tambi�n, cuando hab�a concebido por uno, incluso por nuestro padre Isaac. La oraci�n as� iniciada no se completa formalmente, y se retoma despu�s del par�ntesis Romanos 9:11 por "Se le dijo a ella" en Romanos 9:12.

Romanos 9:11

Para los ni�os que a�n no han nacido, ni han hecho ning�n bien o mal, que el prop�sito de Dios de acuerdo con la elecci�n (es decir, el principio de su elecci�n de privilegios de su propia buena voluntad y prop�sito, y no sobre la base de ning�n humano imaginado reclamaciones) podr�a mantenerse (????, es decir, deber�a permanecer en vigor, siempre aplicable), no de obras, sino del que llama; se le dijo: El mayor servir� al menor ( G�nesis 25:23). Como est� escrito, Jacob amaba, pero Esa� odiaba ( Malaqu�as 1:2, Malaqu�as 1:3). Aqu� se debe observar cuidadosamente que, aunque Jacob y Esa� eran individuos, no se habla de ellos como tales, sino como progenitores y representantes de razas. As� fue tambi�n en los dos pasajes citados del Antiguo Testamento. En G�nesis 25:23 las palabras son: "Dos naciones est�n en tu vientre, y dos tipos de personas ser�n separadas de tus entra�as; y un pueblo ser� m�s fuerte que el otro pueblo; y el mayor servir� el m�s j�ven." En Malaqu�as 1:2 toda la deriva del profeta es exponer el favor divino que se muestra, desde el principio y a�n, a la raza de Israel en comparaci�n con la raza de Edom. Por lo tanto, adem�s del significado del cap�tulo anunciado al comienzo, es evidente que el tema de la predestinaci�n individual no entra realmente, como sucedi� en el cap. 8., pero solo el de las naciones o razas de hombres a una posici�n de privilegio como herederos de promesas. Tambi�n se ver�, a medida que avanzamos, que la introducci�n en la ilustraci�n del caso del fara�n individual no afecta realmente la deriva del cap�tulo como se explic� anteriormente. La expresi�n fuerte, "Esa� que odi�" (aplicable, como se muestra arriba, no al individuo Esa�, sino a la raza de Edom) puede explicarse como que significa "lo exclu� del amor que le mostr� a Israel". La evidencia de tal supuesto odio que el profeta expresa as�: "y arras� sus monta�as y su herencia para los dragones del desierto"; mientras que Israel, est� impl�cito, hab�a sido protegido de tal desolaci�n. En cuanto a la fuerza necesaria de la palabra en hebreo (???), podemos comparar G�nesis 29:30, G�nesis 29:31, donde en G�nesis 29:30 se dice que Jacob amaba a Raquel m�s que a Lea, y en G�nesis 29:31, en el sentido de lo mismo, Leah era odiada; y Deuteronomio 21:15, "Si un hombre tiene dos esposas, una amada y otra odiada". En ambos pasajes se usa el mismo verbo que en Malaqu�as, y no tiene por qu� significar, en ning�n caso, m�s que ignorar uno en comparaci�n con otro que es amado. Para el uso, en el Nuevo Testamento, de la palabra griega ?????? en un sentido para la expresi�n de la cual nuestro ingl�s "odiar", en su aceptaci�n habitual, es evidentemente demasiado fuerte, cf. Lucas 14:26 (para comparar con Mateo 10:37) y Juan 12:25; as� tambi�n, aunque no tan claramente, Matt, Juan 6:24 y Lucas 16:13. Adem�s, no es improbable que el Profeta Malaqu�as, en su ardor patri�tico, tuviera en mente la idea de la ira contra la raza de Edom por parte del Se�or, como "el pueblo", como luego dice, "contra a quien el SE�OR tiene indignaci�n para siempre ". Pero aun as�, el lenguaje brillante de los profetas no necesita ser tomado como una afirmaci�n dogm�tica; y ciertamente no nos obliga a creer que cualquier raza de hombres es, en el sentido literal de la expresi�n, odiada por Cod. Tal punto de vista est� en evidente contradicci�n con la ense�anza general de las Escrituras, y notablemente con la de San Pablo, quien ha declarado tan enf�ticamente que Dios "hizo de una sangre todas las naciones de hombres", y es Uno para todos.

Romanos 9:14

(b) En la siguiente secci�n, se repudia la injusticia de parte de Dios al elegir los objetos de su misericordia de acuerdo con el placer de su voluntad. Al igual que en Romanos 6:1 y Romanos 7:7, ?? ??? ??????? introduce una inferencia falsa de lo dicho, y ? rejected ??????? la rechaza indignada, seguida de razones en contra de la inferencia.

Romanos 9:14

�Qu� diremos entonces? �Injusticia con Dios? ("�Hay" suministrado en la versi�n autorizada debilita un poco la fuerza de la expresi�n.) �Dios no lo quiera! Porque a Mois�s le dijo: Tendr� misericordia de quien tendr� misericordia, y tendr� compasi�n de quien tendr� compasi�n. Entonces no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que muestra misericordia. El argumento (as� introducido por ???) requiere dos premisas entendidas: que Dios no puede ser injusto, y que lo que �l mismo le dijo a Mois�s debe ser cierto. Asumiendo estas premisas, el ap�stol razona as�: "Lo que he dicho sobre la forma en que Dios trata a los hombres no implica injusticia en �l; porque concuerda con lo que dijo de s� mismo a Mois�s". La cita es de �xodo 33:19. Mois�s hab�a rogado al Se�or que le mostrara su gloria, como muestra de que �l y el pueblo hab�an encontrado gracia ante sus ojos ( �xodo 33:16, �xodo 33:18). El Se�or, en respuesta a su oraci�n, hace que "toda su bondad pase delante de �l", en se�al de que tal gracia se hab�a encontrado; pero declara, en las palabras citadas, que toda esa gracia otorgada no se debi� a ning�n reclamo por parte del hombre, sino a su propio placer.

En los versos que siguen (17, 18) se muestra, por el mismo tipo de argumento, que, como Dios se declara a s� mismo a quien quiere, tambi�n se declara a s� mismo para rechazar a quien quiera; y, por lo tanto, como su poder es absoluto, su justicia tambi�n es impecable, determinando en s� mismo los objetos de su reprobaci�n no menos que los objetos de su misericordia. Esto parece por lo que est� registrado ( �xodo 9:16) haber dicho a trav�s de Mois�s a Fara�n.

Romanos 9:17, Romanos 9:18

Porque la Escritura le dice a Fara�n: Incluso para este mismo prop�sito (m�s bien, para este mismo prop�sito) te levant�, para que pueda mostrar en ti mi poder, y para que mi Nombre sea declarado en toda la tierra. La conclusi�n es la siguiente: Entonces �l tiene misericordia de quien tendr� misericordia y de qui�n endurecer�. El pasaje citado en Romanos 9:17, tomado (como se pretende que sea) junto con toda la historia tal como se da en �xodo, y especialmente con los pasajes en los que se dice que Dios mismo ha endurecido el coraz�n de Fara�n, para que no dejara ir a los hijos de Israel, muestra que no solo la liberaci�n de Israel, sino tambi�n la obstinaci�n de Fara�n, se debi� a la determinaci�n de Dios de que deb�a ser as�, de acuerdo con su propio prop�sito justo, que no puede ser cuestionado por el hombre. La declaraci�n particular de �xodo 9:16 parece haber sido seleccionada para su cotizaci�n debido a su relevancia para el caso en cuesti�n, que se pretende ilustrar; verbigracia. El rechazo actual de la mayor�a de los jud�os de los privilegios del evangelio. C�mo es esto aparecer� a continuaci�n. Ahora, todo este pasaje se ha utilizado en apoyo de las opiniones calvinistas de la reprobaci�n absoluta original de los individuos, independientemente de sus desiertos. El propio Calvino saca esta conclusi�n de manera muy decidida, as�: "Neque enim praevideri ruinam impiorum a Domino Paulus tradit, sed ejus consilio et voluntei ordinari; quemadmodum et Solomon docet ( Proverbios 16:4) non mode praecognitum fuisse impiorum interitum, sed impios ipsos fuisse destinato crea, ut perirent "('En Epist. Pauli ad Romans,' en Romanos 9:18). Por lo tanto, es importante considerar cuidadosamente tanto el significado original del vers�culo, citado del �xodo, como la aplicaci�n del ap�stol. Primero, con referencia al mismo Fara�n, �qu� significa "Te levant� (????????)"? No "te cre�"; ni excitavi te, i. mi. "te despert�" para resistir mi voluntad, para que pudiera exhibir mi poder en confundirte. Si ???????? de San Pablo tendr�a o no este sentido, es bastante inadmisible en la LXX. (de la cual, en esta expresi�n, �l var�a), y tambi�n en el hebreo, de la cual la interpretaci�n adecuada es: "Te hice pararte". La LXX. tiene ?????? ?????? ??????????, lo que significa que Fara�n hab�a sido mantenido vivo en lugar de ser cortado de inmediato, para que el poder de Dios pudiera mostrarse en �l. La representaci�n de San Pablo, que est� m�s cerca del hebreo que la LXX. , parece querer decir "te elev� a tu posici�n actual de poder y grandeza" (o posiblemente, como explica Meyer, "te hizo emerger", es decir, en la historia: "Tu apariencia hist�rica ha sido producida por m�, en orden eso ", etc.). Por lo tanto, la expresi�n no puede significar, ya sea que Dios hab�a creado originalmente a Fara�n con el �nico prop�sito de destruirlo, o que desde el primer momento lo hab�a incitado irresistiblemente a la obstinaci�n para condenarlo, y as� destruirlo. El Se�or le dice en efecto: "T� eres ahora grande y poderoso; pero es eso lo que te hizo as�, o a�n te mantiene as�: y esto, no es que puedas cumplir tu propia voluntad, sino que sirvas a la m�a, y que mi el poder para desarrollar mis propios prop�sitos de misericordia o juicio puede ser el que se muestre m�s notablemente. "�C�mo se define el prop�sito de Dios al levantar al Fara�n? "Para que yo pueda mostrar en ti mi poder, y que mi nombre pueda ser declarado en toda la tierra". yo. mi. , como es evidente en la historia, por la liberaci�n de Israel a pesar de la oposici�n de Fara�n a trav�s de los juicios enviados sobre �l y su pueblo a ese fin. Claramente, no hay nada en la historia original que implique la reprobaci�n individual de Fara�n con respecto a su propia salvaci�n eterna, sino solo su desconcierto en su oposici�n al prop�sito Divino de la misericordia para Israel. Pero a�n as�, con vistas a tal ejecuci�n de sus prop�sitos, se dice que Dios mismo ha endurecido el coraz�n de Fara�n; y es a esto a lo que el ap�stol llama especial atenci�n en conclusi�n, como denotando lo que es su dise�o mostrar. Por lo tanto, ciertamente se declara que este endurecimiento fue de Dios. Pero aun as�, en ninguna parte se dice que Dios hab�a endurecido el coraz�n de Fara�n desde el principio, por lo que hab�a sido incapaz de actuar de otra manera que lo hizo. La inferencia m�s bien es que, despu�s de la resistencia intencional a las apelaciones, se le envi� la obstinaci�n final como un juicio. Y se observa adem�s que en algunos vers�culos en �xodo ( �xodo 8:15, �xodo 8:19, �xodo 8:32; �xodo 9:34) Se dice que Fara�n endureci� su propio coraz�n, con la adici�n, en �xodo 9:34, de "pec� a�n m�s"; mientras que en otros ( �xodo 7:14, �xodo 7:22; �xodo 9:7, �xodo 9:35) solo se dice generalmente que "su coraz�n estaba endurecido ". Las dos formas de expresi�n parecen denotar dos aspectos de la obstinaci�n final en el hombre, seg�n uno como autoinducido, seg�n el otro como judicial. As� tambi�n en 1 Reyes 22. Se dice que el Pr�stamo mismo envi� el esp�ritu mentiroso al coraz�n de los profetas de Acab, para que pudiera precipitarse a su ruina, aunque obviamente fue debido a sus propios pecados que finalmente fue condenado. Una instancia sorprendente de los dos aspectos de la obstinaci�n humana se encuentra en Isa�as 6:9, etc., y la referencia al pasaje de nuestro Se�or en Mateo 13:15. En Isa�as es "engorda el coraz�n de este pueblo", etc. pero en la referencia de nuestro Se�or, "Porque el coraz�n de esta gente se ha vuelto grosero, y sus o�dos est�n sordos de o�r, y sus ojos han cerrado"; como si el cierre hubiera sido obra suya. Las siguientes l�neas expresan una concepci�n similar de ceguera judicial.

"Porque cuando en nuestra crueldad se endurece (�Oh, miseria, no!), Los dioses sabios sellan nuestros ojos. En nuestra propia inmundicia, arrojamos nuestros juicios claros, haznos adorar nuestros errores, r�ete de nosotros mientras nos pavoneamos hacia nuestra confusi�n".

Podemos comparar tambi�n el dicho latino, Quem Deus vult, perdere prius dementat, que de ninguna manera implica que las personas divinamente dementadas no hayan merecido la destrucci�n. Tal, entonces, parece ser el punto de vista de lo que se dice sobre el mismo Fara�n. Pero lo importante a tener en cuenta para una comprensi�n adecuada de la deriva del pasaje es que, aunque el Fara�n era un individuo, su caso no se presenta en relaci�n con la cuesti�n de la predestinaci�n individual, sino como ilustraci�n del principio sobre qu� naciones, o razas de hombres, son elegidas o rechazadas para el disfrute del favor divino. Este es el tema real de todo el cap�tulo; y, por lo tanto, construir sobre esta parte de ella una doctrina de elecci�n individual o reprobaci�n es traer a ella lo que no est� all�. La deriva del pasaje ante nosotros es la siguiente: Mois�s y los israelitas de la antig�edad ilustran la posici�n del remanente fiel de los jud�os junto con todos los creyentes cristianos ahora. Fara�n ilustra la posici�n de la obstinada mayor�a de la naci�n jud�a ahora. Como �l, al oponerse al prop�sito Divino y confiar en su propia fuerza, no pudo frustrar el dise�o de misericordia de Dios hacia sus elegidos, y �l mismo se endureci� y rechaz�, as� que los jud�os como naci�n ahora. Y como entonces, as� ahora, tanto la elecci�n como el rechazo se deben referir por completo a la voluntad de Dios, teniendo misericordia de qui�n quiere y endureciendo a qui�n quiere, sin embargo su justicia al hacer ambas cosas es impecable.

Romanos 9:19

Entonces me dir�s: �Por qu� todav�a encuentra falta? �Para qui�n resiste su voluntad? Despu�s de haber demostrado que la injusticia no puede ser imputada a Dios al endurecerse y tener misericordia de quien quiera, el ap�stol ahora se encuentra con la supuesta dificultad de comprender por qu� los hombres deben ser declarados culpables ante Dios por ser como �l quiere que sean. Es sugerido inmediatamente por el caso de Fara�n, que llev� a la conclusi�n, ?? ????? ?????????; pero el ap�stol prev� que podr�a plantearse una objeci�n sobre esta base para que �l encuentre fallas en los jud�os por rechazar a Cristo, y especialmente a los que tiene en cuenta en lo que sigue. Se puede observar aqu� que indudablemente hay una dificultad para la mente humana en reconciliar te�ricamente la omnipotencia divina con el libre albedr�o y la responsabilidad humanos. (Sobre la pregunta general, vea las notas en Romanos 8:1.) San Pablo aqu�, a su manera, no intenta resolver el problema general, limit�ndose por el momento al lado Divino. Su respuesta, en Romanos 9:20, Romanos 9:21, es simplemente que Dios tiene el derecho absoluto y el poder de tratar con su propia creaci�n como le plazca, y que el hombre no est� en posici�n de "competir con el Todopoderoso" (ver Job 40:2). Trae de los profetas la ilustraci�n del poder del alfarero y justo sobre la arcilla, que �l crea y trata a medida que elige. Sin embargo, se ver�, a medida que avanzamos, que esta ilustraci�n de ninguna manera implica, como se supone que debe hacer, la idea del rechazo y la condena, independientemente del desierto.

Romanos 9:20, Romanos 9:21

No, pero, oh hombre, �qui�n eres t� que respondes contra Dios? Dir� la cosa formada al que la form�: �Por qu� me has hecho as�? ( Isa�as 29:16; Isa�as 45:9). �No tiene el poder del alfarero (m�s bien, autoridad) sobre la arcilla, del mismo bulto para hacer un vaso para honrar y otro para deshonrar? (Jeremias 18:1). La figura de la arcilla, introducida por primera vez desde Isa�as, se lleva a cabo extensamente en el pasaje de Jerem�as al que se hace referencia. Es importante, para comprender la deriva de San Pablo, examinar este pasaje. El profeta, para que pueda comprender la forma en que Dios trata con las naciones, debe ir a la casa del alfarero y observar al alfarero en su trabajo. El alfarero est� trabajando con un trozo de arcilla, con el fin de hacer un recipiente con �l; pero est� "estropeado en la mano del alfarero"; no sale en la forma prevista; as� que lo rechaza y vuelve a crear otro recipiente despu�s de su mente, "como le pareci� bien al alfarero hacerlo". La aplicaci�n del profeta de la ilustraci�n es que, "como el barro est� en las manos del alfarero, as� est�is en mi mano, oh casa de Israel, dice Jehov�"; lo que significa que si la casa de Israel no respond�a al prop�sito del SE�OR, �l podr�a rechazarlo a su gusto, como lo hizo el alfarero con el vaso estropeado; y en los vers�culos 7-10, el punto de vista se extiende al poder de Dios sobre todas las naciones de la humanidad y su forma de tratarlas; y luego, en el vers�culo 11, se les advierte a los hombres de Jud� que regresen de sus malos caminos, para que el Se�or no les haga lo mismo. Por lo tanto, la ilustraci�n no implica de ninguna manera que Israel, o cualquier otra naci�n, se haya formado con el prop�sito primario e irresistible de rechazarlo como un "recipiente para deshonrar", o que, cuando se rechaza, no haya tenido la oportunidad de siendo de otra manera; pero solo que Dios tiene poder absoluto y tiene derecho sobre �l, para rechazarlo si se demuestra que no es digno. Entonces no puede resistir su voluntad (???????, es decir, determinaci�n o resoluci�n; no aqu� ??????. El principal Divino ?????? es "que todos los hombres deben salvarse y llegar a un conocimiento de la verdad" ( 1 Timoteo 2:4) ; y estos hombres se resisten. Por distinci�n entre ?????? y ?????????, de. Mateo 1:19); pero a�n as� puede "encontrar fallas" en la justicia. Es aqu� nuevamente evidente que no son los individuos, sino las naciones, los que est�n a la vista desde el principio. El ap�stol contin�a luego para considerar si, en los tratos reales de Dios con los "vasos para la deshonra", puede haber, no solo gran paciencia, sino tambi�n un prop�sito misericordioso.

Romanos 9:22

�Qu� pasar�a si (literalmente, pero si, involucrando a un anacolut�n) Dios, dispuesto a mostrar su ira y dar a conocer su poder, aguantara con muchos vasos de sufrimiento (no, como en la Versi�n Autorizada, los vasos) de la ira ajustados a destrucci�n: y para que �l d� a conocer las riquezas de su gloria en vasijas de misericordia que antes prepar� para la gloria; a quien tambi�n llam�, incluso a nosotros, no solo de los jud�os, sino tambi�n de los gentiles. "Y" al comienzo de Romanos 9:23 se omite en el uncial B, y existe una considerable autoridad de las versiones y los Padres para rechazarlo. Sin ella, la oraci�n funciona mejor y su deriva se hace m�s evidente. El prop�sito expresado en Romanos 9:23 aparece claramente como el gran prop�sito Divino final, al cual la exhibici�n de ira y poder mencionada en el verso anterior no es m�s que subsidiaria; y esta deriva se vuelve m�s evidente, si suministramos en ingl�s, como podemos hacer, "while" antes de "dispuesto" en Romanos 9:22. Por lo tanto, la deriva ser�a: "�Qu� pasar�a si Dios, aunque estuviera dispuesto a exhibir su ira y manifestar su poder, aguantara con vasijas de ira muy sufridas que hab�an sido preparadas para la destrucci�n, a fin de poder manifestar las riquezas de su gloria, "etc. La idea expresada por" aguantado ", etc., parece sugerida por el caso de Fara�n (ver Romanos 9:17 con respecto a la palabra ?????????? en la LXX., que el ap�stol aparece aqu� para retener la idea de, aunque �l vari� de eso); pero es la naci�n jud�a de su �poca la que tiene ahora a la vista. Fueron rechazados de la herencia de las promesas, y bajo la ira divina; como �l dice en otro lugar, "La ira hab�a ca�do sobre ellos al m�ximo" ( 1 Tesalonicenses 2:16). Pero todav�a estaban con ellos; finalmente no fueron cortados; �Y si su rechazo actual no fuera m�s que el gran prop�sito de la misericordia del verdadero Israel? El pensamiento, insinuado aqu�, se lleva a cabo en Romanos 11:1., Donde incluso la idea se mantiene m�s entretenida de Israel como naci�n, despu�s de que el juicio perdur�, llegando finalmente al verdadero redil de Dios, seg�n el dise�o de Dios, a trav�s de formas inescrutables por nosotros, para "tener misericordia de todos". Las formas de expresi�n utilizadas en el pasaje que tenemos ante nosotros deben observarse en apoyo de la opini�n que hemos tomado del significado general de San Pablo. Se dice que "los recipientes de la ira" est�n "preparados para la destrucci�n" (???????????? ??? ????????); De los "vasos de la misericordia" se dice que Dios "los prepar�" para la gloria. La predestinaci�n a la salvaci�n es ciertamente una doctrina de San Pablo, pero en ninguna parte insin�a la predestinaci�n a la reprobaci�n. Adem�s, "Non dicit quae ????????????, sod ????????????: praescinditur a causa efficiente: tantum dicitur quales inveniat Deus quibus tram infert" (Bengel). Por �ltimo, se puede observar que, aunque ? ????????????? ??? ????? lleva consigo la idea de la salvaci�n individual, sin embargo, esto solo se presenta como el resultado y el prop�sito final del llamado de las naciones o razas de hombres. La deriva del argumento anterior sigue siendo lo que se ha dicho.

Romanos 9:25

(c) La herencia de las promesas de los gentiles, con un remanente solo de los jud�os, que se muestra de acuerdo con la profec�a. Esta es realmente una nueva secci�n del argumento, aunque el escritor, de una manera habitual con �l, no lo marca como tal, Romanos 9:25 est� en conexi�n l�gica con el precedente, sugerido por la expresi�n final , "No solo de los jud�os, sino tambi�n de los gentiles". Hasta ahora no se ha aducido nada para apoyar la idea de los gentiles, a quienes no se les hab�an hecho promesas originales, reemplazando a la naci�n jud�a en la herencia, aunque en general se demostr� que Dios puede tener misericordia de quien quiera; y en la primera parte del argumento ( Romanos 9:6) todo lo que apareci� claramente del Antiguo Testamento fue la selecci�n de la simiente total de Abraham, no el llamado de uno nuevo aparte de su stock. Por lo tanto, esta secci�n es necesaria para completar todo el argumento.

Romanos 9:25, Romanos 9:26

Como �l tambi�n dice en Osee, llamar� a mi pueblo lo que no era mi pueblo, y amaba a la que no era amada. Y suceder� que en el lugar donde se les dijo: No sois mi pueblo; All� ser�n llamados hijos del Dios viviente. La cita en Romanos 9:26 es de Oseas 1:10, y se cita correctamente; que en el vers�culo 25 es de Oseas 2:23, y var�a tanto del hebreo como de la LXX., pero no para afectar el significado. Ambos se refieren al mismo tema. Al profeta se le hab�a ordenado que "llevara a �l una esposa de wheredoms". Hab�a tomado "Gomer, la hija de Diblaim", quien le hab�a dado una hija, a quien se le dio el nombre simb�lico Lo-ruhamah ("No amado" o, como se interpreta en 1 Pedro 2:10 , "No ha obtenido misericordia". "Amor y misericordia est�n contenidos en el significado completo de la forma intensiva de la palabra hebrea," Pusey en 'Oseas'); y luego un hijo, que recibi� el nombre de Lo-ammi ("No es mi pueblo"). Ambos son s�mbolos de las diez tribus de Israel a diferencia de Jud�; los dos nombres denotan (como explica Pusey) etapas sucesivas del repudio de Dios a la gente, y el �ltimo implica un rechazo total. Pero en Oseas 1:10, despu�s de nombrar a Lo-ammi, se dice: "Sin embargo, el n�mero de los hijos de Israel ser� como la arena del mar, que no puede medirse ni contarse; y suceder� que en el lugar donde se les dijo: Vosotros sois Lo-ammi, se les dir�: Vosotros sois los hijos del Dios viviente ". El tema se persigue a trav�s de Oseas 2:1., Al final del cual ( Oseas 2:23) viene el otro pasaje citado: "Y la sembrar� para m� en la tierra; y yo tendr� misericordia de Lo-ruhamah; y le dir� a Lo-ammi, Ammi ['Mi pueblo'], y ellos dir�n: Dios m�o ". Puede parecer que estas citas no son apropiadas, ya que se refer�an originalmente, no a los gentiles, sino a las diez tribus de Israel. Sin embargo, debe observarse que las palabras fueron pronunciadas despu�s de que se declarara que estas tribus no eran el pueblo de Dios, de modo que se expresa un principio de trato Divino que es aplicable al mundo gentil. "Esto, que era verdad de Israel en su dispersi�n, era mucho m�s cierto de los gentiles. Estos, tambi�n, los descendientes del justo No�, Dios hab�a desechado por el momento, que ya no ser�an su pueblo, cuando �l eligi� Israel fuera de ellos, para darles a conocer su Ser, y su voluntad, y sus leyes, y (aunque en la sombra y el misterio) a Cristo que hab�a de venir. Hab�a amenazado a Israel de que no se lo impida, y no m�s su personas; al revertir su oraci�n, abraza en los brazos de su misericordia a todos los que no eran su pueblo, y les dice a todos, que deber�an ser mi pueblo y amados "(Pusey en 'Oseas,' Oseas 2:23). En 1 Pedro 2:10 se cita el mismo texto de Oseas que se aplica a los que se abordaron en la Ep�stola, y luego con una aplicabilidad m�s obvia; porque parece haber sido escrito, principalmente al menos, a los israelitas de la dispersi�n (ver Romanos 1:1). A�n as�, se puede concluir que los conversos gentiles han sido incluidos (cf. Romanos 1:14; Romanos 4:3). Debe observarse que en el vers�culo 25 la ?????????? femenina hace referencia a la hija del profeta, Lo-ruhamah; y que en el vers�culo 26 "en el lugar donde" debe entenderse, tanto en la profec�a original como en la aplicaci�n, como cualquier regi�n donde podr�an estar aquellos que iban a ser llamados mi pueblo. "Y as�, San Pedro dice que esta Escritura se cumpli� en ellos, mientras a�n se dispers� por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia. El lugar, entonces, donde deber�an ser llamados los hijos del Dios viviente es donde sea deber�an creer en Cristo "(Pusey).

"Es Sion, donde moran, quien, con su propio verdadero Israel,

Lo poseer� fuerte para salvarlo ".

('A�o cristiano: quinto domingo de Cuaresma')

Los textos de Isa�as que siguen tienen la intenci�n de mostrar que, de acuerdo con el enunciado prof�tico, mientras aquellos que no eran el pueblo de Dios, en gran n�mero, ser�an llamados su pueblo, un remanente de los jud�os ser�a as�.

Romanos 9:27, Romanos 9:28

Esaias tambi�n llora (??????, denotando enunciado fuerte y sincero; cf. Juan 1:15; Juan 7:28, Juan 7:37; Juan 12:44; Hechos 23:1. Hechos 23:6; Hechos 24:21) sobre Israel, aunque el n�mero de los hijos de Israel sea como la arena del mar, el remanente (no , como en la versi�n autorizada, "un remanente". La idea parece ser, como est� en el original, que es el remanente solo eso) se guardar�: porque �l terminar� una palabra (no el trabajo, como en la versi�n autorizada) y abreviar: porque una palabra corta (m�s bien, abreviada) (de nuevo, no trabajar�) el Se�or har� (es decir, cumplir�) sobre la tierra. El griego de Romanos 9:28, seg�n el Textus Receptus, es dif�cil, por lo que oblig� a nuestros traductores a traducir los participios ???????? ??? ????????? por futuros, "terminar�", etc. Pero tenemos el alto y la autoridad temprana de los unciales ?, A, B, por omitir parte de la oraci�n, para hacer que se lea de manera m�s inteligible, por lo tanto: El Se�or har� (es decir, cumplir�) una palabra sobre la tierra, terminando y acortando . La forma m�s larga, sin embargo, concuerda, aunque no exactamente, con la LXX., Que difiere mucho del hebreo, aunque no para afectar la deriva principal del pasaje en su conjunto. El pasaje es de Isa�as 10:22, que ten�a referencia primaria al remanente de la casa de Israel que deber�a "regresar al Dios poderoso" ( Isa�as 10:21) despu�s de la devastaci�n pronosticada de la naci�n por el rey asirio. La serie de profec�as con las que esto est� conectado comienza en Isa�as 7:1., Que da cuenta de la memorable visita de Isa�as al rey Acaz de Jud�, con ocasi�n de la combinaci�n de Pekah Rey de Israel y Rezin King de Siria, contra Jerusal�n, en el transcurso de esa visita predice el nacimiento de Emanuel. Se llev� con �l a su hijo, que llevaba el nombre simb�lico de Shear-jashub ("Un remanente volver�"). Posteriormente, naci� otro hijo del profeta, a quien se le dio el nombre de Maher-shalal-hash-baz; el �ltimo nombre se ha escrito previamente en un gran rollo ( Isa�as 8:1). La deriva primaria de las profec�as en Isa�as 7:1. y los siguientes cap�tulos son que la confederaci�n de Pekah y Reziu contra Jerusal�n fracasar�, que sus propias tierras ser�an devastadas por el rey asirio, que tambi�n barrer�a irresistiblemente sobre Jud�; pero que el pueblo de Dios a�n pueda confiar en la protecci�n del Se�or, quien preservar�a y devolver�a un remanente, aunque solo un remanente. Los tres nombres, Maher-shalal-hash-baz, Shear-jashub e Immanuel ("Dios con nosotros"), son significativos en todas las ideas principales de toda la serie de predicciones; el primero expresa la certeza de un juicio venidero, el segundo el regreso del remanente y el tercero la propia presencia de Dios con su pueblo. Ahora, sin hacer una pausa para considerar qu� cumplimiento hist�rico primario de la profec�a sobre Emanuel podr�a haber en el camino del tipo, no podemos dejar de percibir, en el lenguaje y tono de mucho en esta serie de profec�as, una referencia mesi�nica distinta. No podemos, por ejemplo, entender Isa�as 9:6, Isa�as 9:7; y en Isa�as 11:1. tiene �xito una imagen ideal de paz y bendici�n debajo de la "vara del tronco de Jes�", que sin duda es mesi�nica. De ah� la relevancia del pasaje, no solo como muestra la forma en que Dios trata con su pueblo en tiempos antiguos, sino tambi�n como una indicaci�n de c�mo deber�a ser cuando venga el Mes�as.

Romanos 9:29

Y como dijo Isa�as antes (es decir, en un cap�tulo anterior), excepto que el Se�or de Sabaoth nos hubiera dejado una simiente, deber�amos haber sido como Sodoma, y ??haber sido hechos como Gomorra. Esta cita es de Isa�as 1:9 y, aunque parece no tener una referencia obvia a la era mesi�nica, expresa la misma idea que la otra, de que un remanente solo se salva; y se cita adecuadamente, ya que ocurre como lo hace al comienzo del Libro de Isa�as, y es una especie de nota clave del significado prevaleciente de sus profec�as. La fuerza de todas las citas anteriores es mucho mayor, si recordamos que no son simples textos aislados, sino ejemplos sugerentes de muchas declaraciones prof�ticas con el mismo efecto. Todos los que est�n familiarizados con los escritos prof�ticos son conscientes de que las ideas principales que se repiten constantemente son: Primero, los juicios sobre las personas elegidas, pintadas a menudo en muchos versos consecutivos sin alivio; pero en segundo lugar, despu�s de tales denuncias, aparece un amanecer de esperanza y consuelo, que culmina en una bendici�n indescriptible bajo el reino del Mes�as; y en tercer lugar, este amanecer de esperanza es solo para un remanente de la raza, comparado en un lugar con un despojo de las uvas cuando se termina la vendimia ( Isa�as 24:13); y cuarto, la asociaci�n con este remanente, no solo de los "marginados de Israel" reunidos de todas las tierras, sino tambi�n de una multitud de gentiles, que deber�an reunirse en el reino del Mes�as (cf. Sofon�as 3:12 , etc .; Zacar�as 13:9; Am�s 9:9; Joel 2:32; Isa�as 6:13; Isa�as 56:6; Isa�as 60:1.).

Vers�culo 30- Romanos 10:21

(3) La causa es culpa de los propios jud�os. Hasta ahora, el ap�stol ha visto su tema desde el lado de la voluntad y el prop�sito divinos (ver nota en Romanos 10:19). Ahora lo ve desde el lado de la responsabilidad humana. El rechazo de los jud�os ahora se atribuye, no al prop�sito de Dios de rechazarlos, sino a su propia culpa, en el sentido de que no aceptar�an los t�rminos de Dios. "Hic exprese ponit causam reprobationis, quia scilicet nolint credere Evangelio. Ideo supra dixi, similitudinem de luto non ira accipiendam esse quasi non sit in ipsa voluntarioste hominis causa reprobationis" (Melancthon).

Romanos 9:30, Romanos 9:31

�Qu� diremos entonces? Que los gentiles, que siguieron no despu�s de la justicia, alcanzaron la justicia, incluso la justicia que es de fe. Pero Israel, siguiendo una ley de justicia, no logr� (o no lleg� a �l, para distinguir ?????? ???, usado aqu�, de ????????, previamente usado de los gentiles. Expresa la idea de no alcanzar lo que est� siendo perseguido) una ley de justicia. Aqu� se dice que los gentiles han alcanzado la justicia (es decir, la justicia de Dios, apropiada por la fe, como se explic� anteriormente); pero Israel persigui�, sin alcanzarla, una ley (no, como en la Versi�n Autorizada, la Ley) de justicia; porque en la Ley de Mangueras buscaban una ley justificante, que en s� misma no pod�a ser. La idea se reanuda en Romanos 10:3. La conclusi�n ??????????? en el vers�culo 31, que puede haber sido introducida en el texto para aclarar el significado, no est� bien respaldada; pero el sentido requiere que se entienda. Hasta ahora tenemos un m�rito estatal de los hechos del caso. La raz�n sigue.

Romanos 9:32, Romanos 9:33

�Por qu�? Porque no lo buscaron por fe, sino por obras de derecho. La autenticidad de la palabra final ????? aqu� es dudosa. Su omisi�n no afecta el sentido. Si se retiene, debe, de acuerdo con la regla observada en esta Exposici�n, ser una ley traducida, no la Ley. Porque tropezaron con la piedra de tropiezo; como est� escrito: He aqu�, pongo en Sion una piedra de tropiezo y roca de ofensa: y el que (??? antes de ? ????????, expresado en la versi�n autorizada por "quienquiera", no tiene buen apoyo, probablemente haya sido provisto de Romanos 10:11) cree en �l, no se avergonzar�. Aqu�, como en toda la Ep�stola, la posici�n del ap�stol est� respaldada por una referencia del Antiguo Testamento. En este caso, se trata de dos pasajes de Isa�as entremezclados ( Isa�as 28:16 y Isa�as 8:14). La forma en que se fusionan es ilustrativa de la manera en que San Pablo, en otro lugar aparente, se refiere a las Escrituras. Como regla, cita la LXX., Pero a menudo var�a de ella, y algunas veces para estar m�s cerca del hebreo. A veces parece estar citando de memoria, como alguien que est� familiarizado con la deriva general de la profec�a sobre el tema en cuesti�n, y satisfecho si la forma de su cita expresa tal deriva general. En la facilidad ante nosotros, sigue el hebreo en Salmo 8:1, y el LXX. 2:28:16, donde para la expresi�n hebrea traducida "no se apresurar�", la LXX. tiene ?? ?? ???????????, aparentemente con el mismo significado esencial; porque "apresurarse" parece significar "apresurarse en terror y confusi�n". Los dos textos combinados expresan la idea de una piedra puesta por el Se�or en Si�n, que deber�a ser el apoyo de los fieles, pero un obst�culo para los dem�s. No es necesario preguntar si los textos mismos tienen en el original alguna referencia mesi�nica obvia. Lo suficiente como para denotar el plan de Dios de tratar con su pueblo. Pero para comprender la idea completa en la mente del ap�stol, cuando habla de "la piedra del tropiezo", debemos tener en cuenta tambi�n Salmo 118:22, y el lenguaje de nuestro Se�or, como se registra en Mateo 21:42, Mateo 21:44 y Lucas 20:17, Lucas 20:18. En los Salmos encontramos la figura de "la piedra" utilizada as�: "La piedra que los constructores rechazaron se convirti� en la piedra angular de la esquina". y en los Evangelios nuestro Se�or se refiere a este texto como de. not�ndose a s� mismo, y se une, con referencia a Isa�as, la idea de que la misma piedra es una sobre la cual algunos deber�an caer y romperse, con la concepci�n adicional de aplastar a aquellos sobre quienes deber�a caer. La misma opini�n se expresa esencialmente en las palabras de Sime�n ( Lucas 2:34), que "este Ni�o" debe ser para la ca�da y para el resurgimiento de muchos en Israel; y se repite definitivamente en 1 Pedro 2:7 (cf. tambi�n Hechos 4:11; 1 Corintios 1:23).

HOMIL�TICA

Romanos 9:6

El verdadero Israel

Dado que un gran objetivo del ap�stol en esta Ep�stola es combatir la visi�n de la religi�n que considera lo externo como de principal inter�s e importancia, �l encuentra necesario desacreditar sus prejuicios y errores a aquellos israelitas que no solo se enorgullec�an de su descendencia de Abraham, pero quien confi� en ese descenso para su aceptaci�n con Dios. �l se�ala que una cosa es ser "de Israel", es decir, surgi� de los patriarcas en el camino del linaje natural, y otra cosa es ser "Israel", es decir, poseer el car�cter ideal del verdadero israelita. Incluso parte de la posteridad de Abraham no se incluy� en el pacto, sino solo la descendencia de Isaac. Esto era en s� mismo una limitaci�n; y si Dios design� una limitaci�n de tipo externo y racial, �cu�nto m�s obviamente consisti� con sabidur�a y justicia divinas en confinar las bendiciones espirituales a aquellos espiritualmente preparados y calificados para disfrutarlas!

I. LA LUZ ESTA AQU� EN EL CAR�CTER Y LOS PROP�SITOS DE DIOS.

1. Dios es fiel a sus promesas, pero no al malentendido de los hombres con estas promesas.

2. Dios es justo, y no parcial, en su tratamiento de los s�bditos de su reino en la tierra.

3. Dios no mira las relaciones externas y la posici�n de los hombres, sino el car�cter y el coraz�n.

II LA LUZ SE ENCUENTRA SOBRE LA CONDICI�N MORAL Y LAS RESPONSABILIDADES DE LOS HOMBRES.

1. Los hombres son irritables y tontos si dependen de ventajas adventicias; como p. por parentesco, ascendencia, asociaciones, conocimiento adquirido, privilegios religiosos.

2. Los hombres son sabios si recuerdan, y act�an de acuerdo con su recuerdo, que es prerrogativa y m�todo de Dios buscar el coraz�n.

3. Los hombres deben usar diligentemente las oportunidades que disfrutan, sabiendo que no son sus ventajas, sino el uso que hacen de ellas, eso es lo m�s importante.

4. Los hombres deben esperar que la cuenta individual se rinda al juez supremo de todos.

Romanos 9:25, Romanos 9:26

Una gran inversi�n

Si la referencia original del profeta aqu� citada fue a las "diez tribus" o al mundo gentil es, para nuestros prop�sitos, irrelevante, ya que es incuestionable que el ap�stol Pablo emplea la cita para ilustrar y, en cierto sentido, para probar su afirmaci�n, que es el prop�sito de �l, quien es la Sabidur�a eterna y la Justicia inmutable, transferir el privilegio y la bendici�n de aquellos que se consideraban poseedores de un reclamo ancestral a aquellos que generalmente hab�an sido considerados extraterrestres y reprobados, incluso los "pecadores de los gentiles". Si esta fase de la acci�n Divina ha perdido en cierta medida su inter�s por nosotros, el principio que ilustra es siempre importante.

I. LOS ALTAMENTE FAVORITOS Y PRIVILEGIADOS PUEDEN ABUSAR SUS VENTAJAS, Y PUEDEN PERDERLOS. Considere el caso de los hebreos.

1. Sus prerrogativas especiales en la posesi�n de conocimiento religioso y medios de mejora espiritual.

2. Su rebeli�n y apostas�a al ceder en los primeros per�odos de su historia a las tentaciones de idolatr�a.

3. Su frecuente castigo, especialmente en el cautiverio en el Este, y en sus subsiguientes humillaciones nacionales.

4. La repetici�n de su insensibilidad y desobediencia en el rechazo de Jes�s, el verdadero Mes�as.

5. La cat�strofe final que afect� a la naci�n, en la destrucci�n de Jerusal�n y en la dispersi�n de la gente por toda la tierra.

II LOS MENOS FAVORITOS PUEDEN SER, EN LA PROVIDENCIA DE DIOS, EXALTADOS AL PRIVILEGIO Y, POR UN USO CORRECTO DE ELLOS, PUEDEN SER PARTICIPANTES DE BENDICIONES ESPIRITUALES SIN PRECIOS. Considere el caso de los gentiles.

1. La publicaci�n del evangelio a ellos por parte de San Pablo ante el rechazo de sus propios compatriotas.

2. La aceptaci�n de muchas de las buenas nuevas destinadas a la iluminaci�n y salvaci�n de los hombres.

3. La posici�n adoptada por los gentiles se convierte en la difusi�n del cristianismo.

4. La consiguiente conversi�n del imperio romano a la fe de Jes�s de Nazaret.

5. Y el curso de la historia de la cristiandad, que se remonta a la operaci�n de este maravilloso principio.

SOLICITUD.

1. Act�an tontamente quienes conf�an en sus privilegios.

2. Son sabios quienes, agradecidos por los privilegios, se preocupan de usarlos para no perderlos, de usarlos para que puedan convertirse en los veh�culos de la m�s alta bendici�n espiritual para ellos y para aquellos asociados con ellos, sobre quienes su influencia puede extenderse.

3. Los que son abatidos porque sus circunstancias parecen desfavorables no deben olvidar que las personas que "no eran el pueblo de Dios" se convirtieron en "su pueblo", "amados", "hijos del Dios viviente".

Romanos 9:32, Romanos 9:33

La roca de la ofensa.

Desde un punto de vista, parecer�a incre�ble que la m�s alta muestra de sabidur�a y bondad divinas sea considerada, por aquellos para cuyo beneficio fue provisto, con indiferencia e incluso hostilidad. Pero para entender c�mo deber�a ser esto, es necesario tener en cuenta la influencia distorsionadora del pecado sobre las mentes de los hombres. La verdadera religi�n entra en conflicto con los errores, prejuicios y conciencia culpable de los hombres; y es piedra de tropiezo y roca de ofensa.

I. El cristianismo no tiene respeto por los prejuicios y el orgullo nacional. Jud�o y gentil, civilizado y b�rbaro, se paran ante Dios, y su Ley y evangelio, sobre la misma base. Todos por igual son tratados como culpables, como la necesidad de arrepentirse para la salvaci�n.

II EL CRISTIANISMO NO TIENE RESPETO POR EL RANGO PERSONAL O LA REPUTACI�N FAMILIAR. En la primera edad se observ� especialmente que no se eleg�an muchos grandes, poderosos o nobles. Los elegidos fueron aceptados en los mismos t�rminos que los humildes y los oscuros.

III. EL CRISTIANISMO NO HACE QUE LA BENDICI�N ESPIRITUAL DEPENDA DEL PRIVILEGIO EXTERNO. Tales ventajas fueron disfrutadas en abundancia por los jud�os; pero los predicadores del cristianismo no les hicieron caso. Cuando los israelitas se consideraban indignos de la vida eterna, los heraldos de la salvaci�n se volvieron hacia los gentiles. No es de extra�ar que tal inversi�n de los m�todos habituales enojara a quienes se enorgullec�an de su posici�n de ventaja.

IV. EL CRISTIANISMO DESAPARECE M�S CONFORMIDAD Y OBEDIENCIA EXTERNAS. La mayor�a de las religiones se contentan con palabras, gestos, dones, etc. La nueva fe repudia todas las observancias como en s� mismas sin valor, poniendo �nfasis en los pensamientos e intenciones del coraz�n. Esta fue una paradoja que no se encontr� de forma antinatural con el resentimiento.

V. EL CRISTIANISMO PRESCRITA LA HUMILLACI�N Y EL ARREPENTIMIENTO COMO LAS CONDICIONES INDISPENSABLES DEL PERD�N. Y esto en todos los casos: una provisi�n que es irritante para los justos y seguros de s� mismos, que tienen poca conciencia del pecado y pocas ansias de perd�n. "El hombre natural" tropieza con esta condici�n, que, seg�n �l, puede ser aplicable a otros, pero no es apropiada para �l.

VI. EL CRISTIANISMO INCUMULA LA ESPIRITUALIDAD DEL CAR�CTER COMO SOLO SUFICIENTE Y ACEPTABLE A LA VISTA DE DIOS. Los propios mandamientos y consejos de Cristo apelan al coraz�n, la naturaleza m�s �ntima del hombre. Una nueva naturaleza, disposiciones renovadas, deseos celestiales, nada menos valioso a su vista. "Es un dicho dif�cil", es la objeci�n; "�Qui�n puede escucharlo?"

HOMILIAS DE C.H. IRWIN

Romanos 9:1

La simpat�a de un patriota cristiano.

Si nuestro cristianismo es genuino, no destruir� nuestros afectos naturales, sino que los purificar� y ennoblecer�. El afecto dom�stico es m�s fuerte y m�s brillante bajo la influencia del cristianismo. El patriota cristiano es el verdadero patriota. As� fue con San Pablo. Como hab�a abrazado, por as� decirlo, una nueva religi�n, no se vuelve amargado contra sus antiguos correligionarios. Debido a que se ha vuelto m�s sabio que ellos, no los mira con desprecio y desprecio.

I. SU DOLOR POR LOS PERDIDOS. �l dice que tiene "gran pesadez y dolor continuo" por Israel, sus parientes seg�n la carne. Este dolor se intensifica por muchas consideraciones.

1. Piensa en sus grandes privilegios. "A quien pertenece la adopci�n, y la gloria, y los convenios, y la entrega de la Ley, y el servicio de Dios, y las promesas; de quienes son los padres, y de quienes en cuanto a la carne vino Cristo" ( Romanos 9:4, Romanos 9:5). De hecho, fue una triste reflexi�n pensar que un pueblo tan honrado por Dios deber�a apartarse de �l. Ten�an la Ley para su gu�a; los padres por su ejemplo; Cristo Jes�s, el propio Hijo de Dios, por su Mes�as y Libertador; y la adopci�n, y la gloria, y los convenios, y las promesas para su aliento e inspiraci�n. Sin embargo, crucificaron a su Rey y endurecieron sus corazones contra los mensajes de misericordia de Dios. Los grandes privilegios hacen que nuestra culpa sea mayor si rechazamos a Cristo.

2. Piensa en la obligaci�n del mundo hacia ellos. El pueblo jud�o ha sido el benefactor de todo el mundo. Han sido el canal a trav�s del cual las bendiciones han llegado a otras naciones. �Qu� triste que ellos mismos pierdan la bendici�n Divina por su impenitencia e incredulidad! Tambi�n ser�a triste si nuestra naci�n brit�nica, que por su empresa misionera ha tra�do tantas bendiciones a otras naciones, se apartara de la verdad tal como es en Jes�s y caiga en las profundidades del materialismo y la infidelidad.

3. Piensa en su propia relaci�n con ellos. "Mis hermanos, mis parientes seg�n la carne". Aquellos que est�n conectados con nosotros por lazos de sangre o nacionalidad com�n deben ser objeto de nuestra especial solicitud y simpat�a. Muchas personas cristianas est�n llenas de simpat�a por los paganos en India, China o �frica, que nunca piensan, excepto, tal vez, con indiferencia o desprecio, en los pobres, ignorantes y oprimidos entre sus propios compatriotas en casa. Las huelgas entre los trabajadores en Inglaterra, el descontento entre los crofters de Escocia, el descontento y la indignaci�n en Irlanda, �no queda gran parte de la responsabilidad de estas cosas en la puerta del pueblo cristiano de estas naciones? La irreflexi�n y la indiferencia con respecto a quienes nos rodean traen su propia retribuci�n.

II SU ESP�RITU SACRIFICANTE. San Pablo no se limit� a meros sentimientos o palabras. "Podr�a desear que Cristo fuera maldecido por mis hermanos, mis parientes seg�n la carne" ( Romanos 9:3). Ya hab�a dado pruebas, de una manera muy pr�ctica, de su deseo por la salvaci�n de Israel. Dondequiera que fue, "predic� a Cristo en las sinagogas" ( Hechos 9:20) cuando tuvo la oportunidad, someti�ndose as� m�s de una vez a una amarga persecuci�n y ataque. El verdadero patriota cristiano se sacrificar� por el bien de su pa�s y sus compatriotas. Sacrificar� sus prejuicios de clase y credo, sacrificar� incluso el favor y la amistad de aquellos de su propio rango, si al hacerlo puede llegar mejor a los pobres, degradados e ignorantes. �Alguna vez hemos sabido lo que es tener pesadez y un continuo dolor de coraz�n para nuestros compatriotas, y tener reproche y oposici�n en nuestros esfuerzos por hacerles bien? �C.H.I.

Romanos 9:6 con 24-32

El rechazo de Israel no viola la promesa divina.

La pregunta natural se sugiere a la mente, al pensar en el rechazo del pueblo jud�o: �qu� sucede, entonces, con las promesas de Dios? �La Palabra de Dios, entonces, no tiene ning�n efecto? El ap�stol responde a esta pregunta en forma negativa ( Romanos 9:6), y procede a dar sus razones.

I. LA PROMESA ERA UNA PROMESA ESPIRITUAL.

1. Fue una promesa de bendici�n espiritual. "En tu descendencia ser�n bendecidas todas las familias de la tierra".

2. Fue una promesa hecha en condiciones espirituales. No era una promesa hecha a los hijos de Abraham seg�n la carne, porque entonces Ismael y sus hijos habr�an participado de ella. "En Isaac se llamar� tu simiente. Es decir, los que son hijos de la carne, estos no son los hijos de Dios: pero los hijos de la promesa son contados por la simiente" ( Romanos 9:7 , Romanos 9:8). Isaac era el hijo de Abraham, no en el curso normal de la naturaleza, sino por la promesa especial de Dios y la fe de Abraham en ella. Muchos piensan que tienen un reclamo sobre las promesas de Dios que olvidan que cada promesa tiene una condici�n adjunta y que no cumplen esa condici�n.

II LOS VERDADEROS NI�OS DE ABRAHAM SON LOS QUE EXPONEN LA FE DE ABRAHAM. "Porque no son todos Israel, que son de Israel: tampoco, porque son la simiente de Abraham, son todos hijos" ( Romanos 9:6, Romanos 9:7); "Los gentiles, que siguieron no despu�s de la justicia, han alcanzado la justicia, incluso la justicia que es de fe" ( Romanos 9:30). El mismo pensamiento se pone de manifiesto en Romanos 4:9. La justicia de Abraham fue la justicia de la fe. Ten�a esta fe cuando a�n no estaba circuncidado, "para ser el padre de todos los que creen, aunque no sean circuncidados" ( Romanos 4:11). Por lo tanto, los gentiles que exhiben la fe de Abraham son herederos de la misma promesa y participantes de la misma justicia. No hay violaci�n de la promesa Divina al rechazar a aquellos que son la simiente de Abraham seg�n la carne, pero que no exhiben la fe de Abraham, y al incluir a aquellos que son los verdaderos hijos espirituales de Abraham, porque exhiben la fe de Abraham, aunque no son su semilla seg�n la carne. Dios mira el coraz�n. "En toda naci�n, el que le teme y hace justicia, es aceptado por �l". Las formas externas y los privilegios externos no nos salvar�n a menos que tengamos el cambio de coraz�n que se requiere de todos los que entrar�an en el reino de Dios. "En Cristo Jes�s, ni la circuncisi�n vale nada, ni la incircuncisi�n, sino una nueva criatura".

III. GENTILES AS� COMO LOS JUD�OS FUERON INCLUIDOS EN LA PROMESA. El ap�stol no solo discute por inferencia, sino tambi�n por las declaraciones espec�ficas de Dios. "Como tambi�n dijo en Oseas, los llamar� mi pueblo, que no era mi pueblo; y su amado, que no fue amado" (vers�culo 25). Los jud�os estaban demasiado inclinados a limitar las promesas divinas solo a ellos mismos, aunque hab�a muchas indicaciones claras en la Palabra Divina de que, si bien eran el pueblo elegido de Dios, otras naciones tambi�n deb�an ser part�cipes de la bendici�n transmitida a trav�s de ellos. Podemos enorgullecernos tanto de nuestros privilegios, mientras descuidamos nuestros deberes, que por fin, incluso los privilegios mismos ser�n quitados.C.H.I.

Romanos 9:13

La soberan�a de Dios y la responsabilidad del hombre.

Este es uno de los problemas m�s dif�ciles abordados en toda esta Ep�stola, y uno de los problemas m�s dif�ciles en toda la gama del pensamiento humano. No se puede decir que el ap�stol lo explica completamente. De hecho, sugiere argumentos que son suficientes para enfrentar algunas de sus dificultades. Pero c�mo conciliar la responsabilidad humana con la soberan�a divina sigue siendo un problema tan dif�cil como el de reconciliar la existencia del mal con el poder, la justicia y la benevolencia de un Dios misericordioso. Nuestra sabidur�a es inclinarnos con reverencia ante estos grandes misterios y decir: "�No har� bien el juez de toda la tierra?"

I. LA SOBERAN�A DE DIOS.

1. La soberan�a de Dios se ejerce en justicia. Se suele objetar que elegir a algunos y rechazar a otros ser�a un acto injusto por parte del Todopoderoso. Pero la elecci�n de Dios de cualquiera no se basa en merecerlo, sino en su misericordia. No es de obras, sino de gracia. "Porque le dijo a Mois�s: Tendr� misericordia de quien tendr� misericordia, y tendr� compasi�n de quien tendr� misericordia. Entonces no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que muestra misericordia "( Romanos 9:15, Romanos 9:16). La elecci�n de los jud�os por parte de Dios era libre y, por lo tanto, era libre de rechazarlos y elegir a otros. Pero si los jud�os fueron rechazados, fueron rechazados por su propia incredulidad.

2. La soberan�a de Dios se ejerce en la misericordia. Mientras el ap�stol toma una alta visi�n de la soberan�a de Dios y pregunta: "�No tiene el poder alfarero sobre el barro?" ( Romanos 9:21), pero al mismo tiempo muestra que Dios usa esa soberan�a, no con poder arbitrario, sino con misericordia. "�Qu� pasar�a si Dios, dispuesto a mostrar su ira y dar a conocer su poder", es decir, Dios, que debe reivindicar su propio car�cter, que de ninguna manera aclarar� al culpable, que debe castigar el pecado, y si, sin embargo, lo hace? " �Soport� con mucho sufrimiento las vasijas de ira preparadas para la destrucci�n? En otras palabras, "Ustedes que cuestionar�an la justicia de los tratos de Dios con Israel, olviden cu�nta resistencia, paciencia y paciencia les mostr�". Si consideramos los tratos de Dios con nosotros mismos, �no debemos admitir que no nos ha tratado despu�s de nuestros pecados, ni nos ha recompensado de acuerdo con nuestras iniquidades?

II RESPONSABILIDAD DEL HOMBRE Otra objeci�n muy com�n a las doctrinas de la soberan�a y elecci�n divinas es que, si esto es cierto, el hombre no es responsable. "�Por qu� a�n no encuentra la culpa? �Porque qui�n ha resistido su voluntad?" ( Romanos 9:19). Pero aqu� viene la gran verdad de la libertad de la voluntad. La responsabilidad humana est� ah�, lo admitamos o no. Somos agentes libres, para elegir entre el bien y el mal. Nuestra conciencia nos dice esto cuando nos acusa de culpa. La propia condena de la conciencia es en s� misma un testimonio de la libertad de la voluntad y la responsabilidad humana. No habr�a una voz acusadora dentro si no sinti�ramos que somos agentes libres. Daniel Webster, el gran estadista estadounidense, una vez cen� con algunos amigos en Nueva York. En el transcurso de la noche, el caballero que se sent� a su lado le pregunt�: "Se�or Webster, �cu�l es el pensamiento m�s grande que ha ocupado su mente?" Haciendo una pausa por un momento, respondi�: "El pensamiento m�s solemne que jam�s haya ocupado mi mente es el pensamiento de la responsabilidad del hombre hacia Dios". - C.H.I.

Romanos 9:33

Jes�s como la piedra de tropiezo.

"He aqu�, pongo en Sion una piedra de tropiezo y una roca de ofensa; y el que crea en �l no se avergonzar�". Parece extra�o que Jes�s, el Salvador de los hombres, sea puesto ante nosotros de esta manera. Pero la verdad es que el gran objetivo es hacernos considerar cu�l es nuestra propia actitud hacia Cristo. �He aceptado a Jes�s como mi Salvador, o estoy dudando en comprometerme con �l? �Me estoy aferrando a �l como mi roca de seguridad, o estoy siendo rechazado por �l como por una roca ofensiva? No fue una idea nueva, la que San Pablo presenta aqu�, de que Cristo es una piedra de tropiezo. Isa�as lo mencion� cuando dijo: "Y ser� para un santuario; pero para una piedra de tropiezo y para una roca de ofensa a las dos casas de Israel" ( Isa�as 8:14). Jes�s mismo aludi� a la misma idea cuando dijo a los principales sacerdotes y fariseos: "�Nunca le�ste en las Escrituras, La piedra que los constructores rechazaron, la misma se convirti� en la Cabeza de la esquina?" Y luego agreg�, para mostrar los malos resultados de rechazarlo, "Y el que caiga sobre esta Piedra ser� quebrantado; pero sobre quien caiga, lo har� polvo" ( Mateo 21:42, Mateo 21:44). La Piedra del tropiezo, la Roca de la ofensa y la Piedra contra la cual los hombres caen en su propia destrucci�n, todas ellas transmiten la misma verdad. Es una verdad que transmite una solemne advertencia: el peligro de rechazar a Cristo. �C�mo es, entonces, que los hombres tropiezan con Cristo?

I. HAY ALGUNAS COSAS EN LA VIDA Y TRABAJO DE CRISTO EN LAS QUE LOS HOMBRES TUMBAN. No quiero decir que hay algo en la vida y obra de Jesucristo en el que los hombres deben tropezar, pero tal es la depravaci�n del coraz�n humano, tal es el poder del gran enemigo de las almas, que los hombres encuentran dificultades incluso en el camino de la salvaci�n. Plantean objeciones mentales sobre la forma en que el Creador del mundo quiere darles una parte de su herencia celestial, y tienen sus dudas sobre si podr�a no haber otra forma, alg�n otro Maestro, alg�n otro Salvador, solo tan bueno como el eterno Hijo de Dios, quien, en su incomparable amor, se entreg� a morir por la redenci�n de sus almas.

1. Cristo es una piedra de tropiezo para muchos debido a la forma en que vino al mundo. As� fue cuando estuvo en la tierra. Los hombres hicieron la pregunta: "�Puede salir algo bueno de Nazaret?" Y cuando lleg� a su propio pa�s, dijeron: "�De d�nde tiene este hombre esta sabidur�a y estas obras poderosas? �No es �ste el Hijo del carpintero? Y se ofendieron en �l" (Mateo 12: 1-50: 54- 57), o tropez� con esta dificultad de su baja paternidad. Y, sin embargo, no deber�a haber dificultad, ning�n obst�culo en esto; porque Jes�s vino en el mismo camino y en el mismo lugar se hab�a predicho varios cientos de a�os antes de que �l vendr�a. Micah hab�a predicho el lugar de su nacimiento cuando habl� de Bel�n e Isa�as, la forma de su nacimiento cuando habl� del evento milagroso de una virgen que deber�a concebir y tener un hijo, y llamarlo Emanuel. Lo que es un obst�culo para muchos debe ser una fortaleza y una confirmaci�n de la fe en el Hijo de Dios.

2. Otros, nuevamente, encuentran dificultades en los alrededores de su vida diaria. Fue con los pobres y humildes que se mezcl� principalmente; comi� y bebi� con publicanos y pecadores, y sus seguidores y disc�pulos �ntimos fueron elegidos principalmente de los m�s humildes caminos de la vida. Aqu�, sin embargo, est� la prueba de que Cristo fue realmente Divino. Dios no hace acepci�n de personas. Si Cristo hubiera sido un simple hombre, con la ambici�n de fundar un reino terrenal, habr�a buscado la sociedad de los grandes; no le habr�a alejado todos los intentos de convertirlo en rey. Pero su reino no era de este mundo. Las mismas personas que eligi� para ser sus primeros embajadores y fundadores fueron en s� mismas una prueba de que su religi�n era Divina. Sin rango o riquezas terrenales, sin aprendizaje o influencia mundana, salieron de una oscura provincia del imperio romano y, solo por el poder de las palabras que hablaron, fundaron una religi�n que hoy est� colocando una faja alrededor del mundo, y ante cuyo poderoso poder los templos del paganismo y las mezquitas de Mahoma est�n destinados a caer. De hecho, Dios ha elegido las cosas necias del mundo para confundir a los sabios, y las cosas d�biles del mundo para confundir las cosas que son poderosas. Este hecho tambi�n sobre Jesucristo, su entorno humilde y sus humildes seguidores, en lugar de ser un obst�culo, deber�a ser una fortaleza para la fe.

3. Hay muchos que encuentran una gran dificultad en la muerte de Cristo. San Pablo dijo que en su d�a Cristo crucificado fue para los jud�os un obst�culo, y para los locos de los griegos. Y es la cruz de Cristo la piedra de tropiezo para muchos en la actualidad. Est�n dispuestos a considerar a Cristo como el m�s grande de todos los maestros, como un hermoso y santo ejemplo, pero no pueden ver ning�n significado en la expiaci�n. Tropiezan en la cruz. Llaman a la predicaci�n de la salvaci�n por los sufrimientos de Cristo "una doctrina de la sangre", que as� sea. Y si saca la doctrina de la sangre de la Biblia, �cu�nto le queda? �No era el derramamiento de sangre el rasgo del sacrificio de Abel, que, debido a que presagiaba la necesidad de una expiaci�n por el pecado, era preferible a la de Ca�n, en la que no se reconoc�a la culpa o la indignidad? El cordero que Dios mismo proporcion� para una ofrenda quemada en lugar del sacrificio previsto de Abraham; el cordero inmolado y la sangre rociada en los postes de las puertas de los israelitas en Egipto; las ofrendas de sacrificio de la Ley mosaica: �no eran todos estos sino tipos, se�alando al gran sacrificio y ense�ando a los hijos de Israel su necesidad de su expiaci�n? Pero aquellos que aceptan a Cristo como un gran Maestro, y rechazan la doctrina de su expiaci�n, no son consistentes. Parece incre�ble c�mo alguien puede aceptar la narraci�n evang�lica de la propia ense�anza de Cristo, sin creer que �l ense�� que su muerte fue un sacrificio. Inmediatamente despu�s de entrar en su ministerio, permiti� que Juan el Bautista dijera de �l: "He aqu� el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". �l mismo dijo: "Como Mois�s levant� la serpiente en el desierto, as� tambi�n debe ser levantado el Hijo del hombre: para que todo aquel que cree en �l no perezca, sino que tenga vida eterna". Tales palabras expresan claramente que no solo habr�a el poder de un buen ejemplo en la vida de Cristo, sino que habr�a un poder sanador y salvador en su muerte cuando fuera levantado en la cruz. �l habla de dar su vida por las ovejas; y cuando instituy� la Cena del Se�or, indic� claramente que sus sufrimientos en la cruz ser�an el pensamiento principal en esa conmemoraci�n, y que esos sufrimientos fueron soportados en nombre de su pueblo. "�Este es mi cuerpo, roto por ti!" "Esta copa es el nuevo testamento en mi sangre, derramada para la remisi�n de los pecados". Si los hombres tropiezan en la cruz, tropiezan en el umbral mismo del evangelio. "Sin el derramamiento de sangre no hay remisi�n". Si los hombres encuentran dificultades en la cruz, encuentran dificultades en la evidencia m�s convincente dada a los hombres del amor de Dios por el mundo y del deseo de Jesucristo por su salvaci�n. "Dios no quiera que me glor�e, salvo en la cruz de nuestro Se�or Jesucristo". En lugar de tropezar con eso, d�jame aferrarme a �l, d�jame vivir bajo su poder. "Porque la predicaci�n de la cruz es para los que perecen locura, pero para nosotros que somos salvos es el poder de Dios".

II HAY ALGUNAS COSAS EN S� MISMOS QUE HACEN QUE LOS HOMBRES TUMBAN EN CRISTO.

1. Cristo es un obst�culo para el orgullo humano. Si somos salvados por Jesucristo, entonces debemos confesarnos a nosotros mismos como pecadores culpables, debemos dejar a un lado toda confianza en cualquier m�rito propio, toda esperanza del cielo debido a nuestras propias buenas obras. Este es un obst�culo para muchos. Las penitencias no son un obst�culo. Los hombres se infligir�n libremente a s� mismos ayunos y sufrimientos corporales, para comprarse, como piensan, el perd�n de sus pecados y la esperanza del cielo; pero simplemente para aceptar la salvaci�n provista por Jesucristo: cuando se les pide que hagan esto, vacilan, plantean dificultades, albergan dudas. El camino de salvaci�n de Dios es demasiado simple para muchos. Si nos quisiera hacer "algo grandioso", con gusto lo har�amos. Aqu�, nuevamente, �no est� claro que tal causa de tropiezo no es razonable? Si no voy a tomar el camino de Dios para llegar al cielo, �c�mo puedo esperar llegar all� por cualquier otro? Y si pudiera haber alguna otra manera, �qu� necesidad hab�a de que Dios diera a su propio Hijo a la muerte por todos nosotros?

2. Cristo es un obst�culo para los pecados humanos. A muchos les gustar�a llegar al cielo, pero no les gusta renunciar a sus pecados. Muchos se inclinan a preguntar: "�Se puede perdonar y retener el delito?" �Qu� irrazonable elegir unas pocas horas de pecado y destruir tanto el cuerpo como el alma, en lugar de seguir a ese Salvador cuyo servicio es la paz perfecta y a cuya diestra hay placeres para siempre!

3. Cristo es un obst�culo para el ego�smo humano. Sin embargo, muchos que no son esclavos de los pecados m�s graves son esclavos de la mundanalidad y del yo. Temen que el servicio de Cristo sea demasiado restrictivo para ellos. Saben que no pueden servir a Dios y a Mam�n. Su conciencia les dice que si se conforman a este mundo e imitan las costumbres y las modas de quienes los rodean, deben violarlos. los preceptos e incurren en el desagrado de Cristo. Y entonces hacen su elecci�n, como Esa�, quien por un bocado de carne vendi� su primogenitura. No est�n preparados para el servicio del que dijo: "Si alg�n hombre viene a por m�, que se niegue a s� mismo, tome su cruz todos los d�as y s�game". �Pero cu�n grande es la p�rdida de aquellos que por alguna de estas razones rechazan a Cristo! �C.H.I.

HOMILIAS DE T.F. BLOQUEADOR

Romanos 9:1

El honor de Israel.

Estos vers�culos nos abren el gran problema discutido en los tres cap�tulos siguientes, "el rechazo de las personas elegidas" (Godet). Dios hab�a elegido a su pueblo; ahora los repudia. Y a medida que el ap�stol del cap�tulo anterior ha sido transportado a un �xtasis de �xtasis al contemplar la victoria final del verdadero pueblo de Dios, ahora piensa en la suerte contrastada de Israel. "�Qui�n nos separar� del amor de Cristo?" �l hab�a preguntado. �Pero no han conocido este amor! Casi podr�a desearse privado de estas grandes bendiciones para que su pueblo las poseyera. Porque son sus amados hermanos, y las nuevas dotaciones espirituales de su parte no hacen sino intensificar los reclamos de afinidad natural. Pero en s� mismos, �qui�nes son, esta gente? En Romanos 9:4 y Romanos 9:5 expone sus elevadas afirmaciones; y tenemos en este brillante cat�logo: su ascendencia; sus dignidades y su bendici�n para el mundo.

I. SU ANCESTRIA. "�De qui�n son los padres?" "�Qui�nes son los israelitas?" Las naciones se enorgullecen m�s de los h�roes de su historia, y se deleitan en rastrear su descendencia de hombres de renombre. �C�mo es con esta naci�n? Surgen de los patriarcas, de fama m�s que heroica. Abraham, amigo de Dios, cuyo hombre en sus comuniones con Dios en medio de las corrupciones del mundo, podr�a decirse: "Su alma era como una estrella, y habit� aparte". Isaac, el hombre tranquilo y meditativo, cuyos actos no causaron entusiasmo entre los hombres, pero con quien estaba "el secreto del Se�or"; y Jacob, cuyo d�a se levant� tan oscuro y tenebroso, pero cuya puesta de sol fue de lo m�s gloriosa, tan cruel, pero luego tan fuerte; un suplantador y enga�ador entre los hombres, que a�n se convirti� en un pr�ncipe de Dios, uno alrededor del cual se abrieron los cielos, y a quien Dios toc�: �estos fueron los padres de la raza! Ellos, entonces, eran israelitas, principescos con Dios.

II SUS DIGNIDADES

1. La adopci�n. Seg�n el mensaje de Dios al fara�n ( �xodo 4:22), "Israel es mi hijo, incluso mi primog�nito". Dios est� tratando con las nacionalidades como con hombres individuales, y al llamar a las naciones para s� mismo, convoca a Israel como primicias de entre los pueblos.

2. La gloria. A Jacob en su sue�o le hab�a aparecido la gloria de los cielos abiertos; los israelitas en sus viajes fueron conducidos por una nube que desde sus oscuras profundidades dispar� resplandor; la misma gloria, como de Dios, brill� en la Shejin� del lugar m�s sagrado. El suyo era el s�mbolo de una Deidad siempre presente.

3. Los pactos. �Cu�ntas veces Dios hab�a dicho a los patriarcas, "Seguramente bendici�n te bendecir�"! Y estos pactos se perpetuaron en el pacto permanente con el pueblo elegido.

4. La entrega de la ley. Habi�ndolos adoptado como su hijo primog�nito y mostr�ndoles su gloria, e hizo con ellos un pacto, los hab�a entrenado, en sabidur�a paterna, por la Ley, que fue dise�ada para ser su maestro de escuela en todas las cosas altas y santas.

5. El servicio. Y entrenados en justicia, tambi�n fueron entrenados en piedad: sacerdotes del Dios m�s alto.

6. Las promesas. Eran enf�ticamente un pueblo de esperanza; toda su historia apunt� hacia mejores cosas por venir.

III. Su bendici�n para el mundo. "De qui�n es Cristo en cuanto a la carne, que est� sobre todos, Dios bendijo para siempre. Am�n". "Los patriarcas, de quienes surgi� el pueblo, son como si fueran su ra�z; el Mes�as, que surgi� del pueblo, es como si fuera su flor" (Godet). Pero notemos dos ant�tesis.

1. "De quien es Cristo". Este pueblo fue llamado y entrenado para que pudiera dar a luz humanamente al Libertador del mundo. Una gran vocaci�n! Pero aunque de ellos, �l no debe ser su posesi�n exclusiva: "�Sobre todo? De ellos brota el Cristo del mundo. �Oh, que hubiesen conocido su alto destino! �Por qu� eran una naci�n de sacerdotes!

2. "En cuanto a la carne". Humanamente su origen era de ellos. No un jud�o, sino un hombre verdadero y perfecto, creado a partir de la naturaleza humana jud�a. Todas las tiernas simpat�as humanas del alma, as� como las facultades del cuerpo humano, deb�an vincularlo con sus hermanos entre los hombres. Pero en �l, el Hombre, hab�a una habitaci�n, una encarnaci�n de lo Divino: "Dios bendijo para siempre". �Oh, maravillosa verdad! �Aqu� estaba la Shejin� m�s aut�ntica, haciendo tabern�culos en el mundo y para el mundo! la "Palabra hecha carne"! Aqu� el verdadero cumplimiento del sue�o de Israel: los cielos se abrieron y los �ngeles de Dios ascendieron y descendieron sobre el hombre. Tal es la herencia del mundo: �Dios es nuestro!

Pero esta herencia los antiguos israelitas le han dado al mundo. �No puede lamentarse que hayan despreciado su propia bendici�n? �Y no puede prepararse para lidiar con el problema? �C�mo puede un pueblo tan electo ser rechazado de Dios?

Romanos 9:6

La libertad de la elecci�n de Dios.

Hab�an sido muy privilegiados, y todav�a fueron expulsados. �Oh, qu� ca�da hab�a all�! �Pero se hab�a cumplido la promesa de Dios? No, en verdad. Porque, como lo demostr� la historia de su ascendencia, el prop�sito de elaborar los planes de Dios para la salvaci�n del mundo, para lo cual solo Israel hab�a sido elegido, no se comprometi� r�gidamente a todo Israel, sino solo a aquellos de ellos que Dios deber�a elegir. . Y, en este asunto de elegir, Dios era perfectamente libre. Esta libertad es ilustrada por el ap�stol de la elecci�n de tiempos pasados.

I. EL PROP�SITO DE DIOS PARA EL MUNDO. El amor de un Creador debe abarcar toda su creaci�n; el padre debe ir hacia todos sus hijos. Dios es el Padre de la humanidad, aunque todos se hayan alejado de �l; cualquier prop�sito de salvaci�n debe, por lo tanto, comprender a todos los hombres en su amplio alcance, y solo la voluntad del hombre puede evitar el cumplimiento perfecto del prop�sito. Dios ha propuesto la redenci�n del mundo en Cristo Jes�s ( Efesios 3:11), pero debido a la degradaci�n del hombre por el pecado, la realizaci�n del prop�sito debe ser gradual. Se realizar� una gran obra central: la obra de Dios a trav�s de Cristo; pero hacia arriba, la v�a del trabajo preparatorio debe conducir, y lejos de esto, la v�a del cumplimiento debe conducir. Una educaci�n del mundo; un gran poder de salvaci�n; una aplicaci�n mundial del poder,

II UNA GENTE ELEGIDA. La elecci�n tratada en estos cap�tulos, que no hace referencia alguna a la elecci�n de individuos para la salvaci�n eterna, fue la elecci�n de un pueblo que deber�a conducir el mundo hacia Cristo a modo de preparaci�n, y luego conducir el poder de Cristo al mundo por el camino de aplicaci�n. En lo que respecta a la preparaci�n, primero fue necesaria una exclusi�n de este pueblo de los dem�s, debido a las abundantes corrupciones del mundo. A veces esta es la �nica seguridad: "�Sal y sep�rate!" Pero una dispersi�n fue necesaria despu�s. Entonces las cautividades, anuladas por Dios; as� que la dispersi�n en tiempos posteriores. En la evangelizaci�n posterior debe haber concentraci�n primero, para que el nuevo poder de la vida se realice plenamente; una dispersi�n posterior, para que el nuevo poder pueda tocar los extremos de la tierra (vide Hechos 8:4).

III. LA LIBERTAD DE LAS ELECCIONES. �Pero seguramente, en tal obra de gracia, las manos de Dios no pueden ser atadas? �seguramente �l puede elegir a qui�n quiere para el gran prop�sito de la salvaci�n del mundo? A�n as�. No podemos concebir nada m�s; y la historia del pasado ilustra abundantemente la libertad con la que Dios ha trabajado. Primero, Dios escogi� a Abraham; los jud�os no se quejar�an de su libertad de elecci�n aqu�. Una vez m�s, de los hijos de Abraham, eligi� al hijo que naci� m�s tarde, lo que demuestra que la cuesti�n de la prioridad de los reclamos naturales no pod�a pesar con �l. Y de los hijos gemelos de Isaac, antes de su nacimiento, eligi� nuevamente al m�s tarde, Jacob, demostrando que nada hecho por el elegido constitu�a un reclamo sobre su gracia de elecci�n. Ni los ismaelitas ni los edomitas fueron rechazados por Dios de la salvaci�n personal, pero se les reproch� que se les considerara parte especial de la obra de salvaci�n del mundo. Entonces, Dios hab�a actuado libremente en la elecci�n de Abraham, y en la reducci�n de la elecci�n entre la simiente de Abraham. �Era de extra�ar que, en la plenitud de los tiempos, �l deber�a actuar libremente y elegir a un remanente de la gente para la obra de evangelizaci�n del mundo? Este trabajo pronto se confiar� tambi�n a los propios trabajadores gentiles.

El mismo principio sigue vigente: Dios nos elige, de acuerdo con su voluntad soberana, para trabajar en su reino. Aprendamos, como primera lecci�n, la sumisi�n absoluta; no, la incuestionable fidelidad del amor.�T.F.L.

Romanos 9:14

Mois�s y fara�n.

�Pero no fue esta elecci�n libre de Dios una cosa injusta? No, en verdad. Porque, si pensaran en ello, la misma ant�tesis de car�cter que se destacaba tan audazmente en el umbral de su historia natural, y en sus resultados los hab�a convertido en lo que eran, era un ejemplo conspicuo, incluso seg�n la propia demostraci�n de Dios, de esta libertad de elecci�n. Mois�s, el hombre seg�n el coraz�n de Dios, fue elegido por Dios libremente para la salvaci�n de Israel de Egipto, y la consiguiente salvaci�n del mundo; y Fara�n, el gran antagonista de Mois�s, fue elegido libremente por Dios para la realizaci�n de sus prop�sitos.

I. Mois�s. Junto al Cristo, tal vez ninguno haya desempe�ado un papel tan notable en la historia de la salvaci�n del mundo como Mois�s. Preparado desde su nacimiento para la gran obra de su vida: rastree su historia con esto a la vista. Llam� al fin a entrar en la arena; y, cuando el antagonismo hab�a pasado, establecido por Dios como el gran legislador para su raza. Y aqu�, para su inauguraci�n en la gran obra, la visi�n de la bondad de Dios ( �xodo 33:19). Pero, si bien Dios lo equipar�a y lo har�a fuerte, �ten�a derecho a reclamar el llamado, el dise�o y el favor de Dios? No; todo fue libre albedr�o de Dios. Se podr�a haber elegido otro, otro llamado, equipado y bendecido. Dios ten�a sus razones, sin duda, pero estas est�n en un segundo plano aqu�. La cuesti�n es de libertad. �Puede Dios seleccionar a qui�n quiere para sus prop�sitos de salvaci�n, o est� atado por cualquier supuesto reclamo por parte de individuos o personas? Solo hay una respuesta de que Dios es perfectamente libre en este asunto: "Tendr� misericordia de quien tendr� misericordia", etc. Sin duda, si Dios mostr� esta libertad en el caso de Mois�s, podr�a mostrarla igualmente en el caso del "remanente" y de los gentiles.

II FARA�N. Los grandes prop�sitos de Dios deb�an realizarse m�s eficazmente por ant�tesis; aun cuando todos sus prop�sitos son forjados por la ant�tesis del bien y del mal. Mois�s fue el gran libertador; Fara�n fue la gran resistencia. Y cuando Mois�s expuso el juicio y la misericordia de Dios, Fara�n se puso en contra de Dios, y endureci� su coraz�n cada vez m�s. Y por fin su propio derrocamiento visible debe publicar en el extranjero a todas las naciones y en todo momento que con una mano poderosa Dios hab�a liberado a su pueblo. �Y podr�a Fara�n quejarse con raz�n de que Dios lo hizo desempe�ar este papel visible, en contra de su propia voluntad, en los prop�sitos de salvaci�n de Dios para el mundo? No, en verdad Como individuo, ten�a perfecta libertad de elecci�n, y Dios indudablemente quer�a su salvaci�n; su resistencia pecaminosa de Dios no fue ordenada por Dios. Pero Dios, al prever el pecado, determin� hacer incluso la ira del hombre para alabarlo; y aunque la cooperaci�n de Fara�n con Mois�s habr�a logrado el objetivo bien, su resistencia a Mois�s, como el mensajero de Dios, fue anulada de manera tal que redundara en la realizaci�n de la voluntad de Dios. Dios ciertamente tuvo la libertad de hacer su afluente auto-endurecido para el cumplimiento de sus propios dise�os. Y si �l tuviera el derecho de reprobar al Fara�n de una cooperaci�n voluntaria, y aun as� controlar su resistencia con el mismo fin, �no podr�a reprobar igualmente a los incr�dulos Israel de una cooperaci�n voluntaria ahora y, por esta verdad, ahora entra en juego? primer plano en su caso: �hacer incluso su reprobaci�n para mantener sus dise�os?

Recordemos que Dios nos usar�, lo hagamos o no, para la obra de su reino. Pero busquemos ser utilizados como instrumentos dispuestos, y, como no tenemos derecho a ser utilizados de esta manera o de otra, al ver que los prop�sitos de Dios son soberanos, oremos: "�Qu� quieres que haga?" T.F.L.

Romanos 9:19

La reprensi�n de la presunci�n.

Los objetores podr�an decir: si Dios anula toda la conducta de los hombres por tal poder soberano, �por qu� reprocha alguna? �No es la idea misma de la reprobaci�n inconsistente consigo misma? Se pone en contra de algunos para glorificar su Nombre; pero si esto tiende al funcionamiento de su voluntad, y no pueden resistir, �por qu� se opone a ellos? El ap�stol, en respuesta, les reivindicar� las razones que entran en la obra del Dios todo justo; pero, primero, cuestionar� su competencia para objetar el trabajo de alguien como Dios. Preguntan en un esp�ritu de farise�smo autocomplaciente; �l les preguntar� c�mo se atreven a presumir de juzgar a su Hacedor. �l muestra, entonces, la irracionalidad y la falta de escrituras de tal cuestionamiento presuntuoso de los caminos de Dios.

I. COMO PRESUNCI�N IRRAZONABLE. Si se considera por el mero derecho, �no tiene Dios el derecho de hacer lo que quiera con los suyos? Es cierto que su voluntad es sabia, justa y misericordiosa; pero la pregunta ahora es de prerrogativa. �Y Dios, el Absoluto del universo, seguramente no vendr� al tribunal del juicio de las criaturas? Es como si el barro juzgara la acci�n del hombre que lo modela y diga: "�Por qu� me hiciste as�?" El alfarero tiene derecho sobre la arcilla; �l puede hacer lo que quiera. Puede hacer las vasijas, algunas para uso m�s malo, otras para uso m�s noble; y la arcilla no puede cuestionar sus obras. Entonces el hombre no puede cuestionar a Dios. �l trata con la humanidad con prop�sitos hist�ricos como el alfarero con la arcilla. Dios toma arcilla, comienza a modelarla con fines de honor, la arroja a un lado, toma otra arcilla y la pone al uso para el cual la primera porci�n fue la primera) tendida: �estamos en condiciones de decir: "�Por qu�?" Dios sabe mejor! Dios trata con la raza de la humanidad de acuerdo con su propia sabidur�a, y hay vasos de misericordia para la gloria, y vasos de ira para la destrucci�n. Egipto era un vaso de ira, mientras que Israel fue tomado por convertirse en un vaso de misericordia; poco a poco, Israel, como naci�n, se convierte en un vaso de ira, y un nuevo pueblo, de jud�os y gentiles, es el vaso para el honor. Dios sabe lo que est� haciendo mejor. Pero todo servir� para su gloria. As� como la terquedad de Fara�n fue hecha por Dios para una mayor muestra de poder de entrega, la terquedad de los jud�os y su maldad incluso hasta la crucifixi�n de su Se�or fueron subordinados a la salvaci�n del mundo. Y mientras que la ira hacia algunos era por misericordia hacia otros, sin embargo, hacia los hijos de ira sufr�a mucho, no solo que el prop�sito de la misericordia hacia otros podr�a cumplirse de manera m�s visible y efectiva, sino que ellos, si se hubieran arrepentido, podr�an ten piedad de ellos. La misma ira est� en el amor.

II Una presunci�n inscripta. La presunci�n no solo era irrazonable en s� misma, sino que de acuerdo con sus propias Escrituras era completamente injustificada. Oseas ( Oseas 2:23; Oseas 1:10) hab�a pronunciado palabras de profec�a sobre las diez tribus dispersas, que implicaban el mismo principio sobre el que Dios estaba actuando ahora: el derecho a reprobar por idolatr�a y el derecho a restaurar. Y, como hab�an ca�do en la idolatr�a, y adem�s estaban tan entremezclados con los gentiles que una separaci�n definitiva podr�a ser imposible, la suya no fue solo una nueva elecci�n, como la de los mismos gentiles, sino que tambi�n implic� la elecci�n de los gentiles. Isa�as tambi�n ( Isa�as 10:22, Isa�as 10:23), hablando de Israel, establece el otro principio u otro aspecto del mismo, en el que Dios estaba tratando con el mundo ahora: su derecho, mientras reproba a Israel de la gran obra de la salvaci�n del mundo, para evitar un remanente, con quien los gentiles deber�an unirse, y quienes con los gentiles deber�an formar la nueva Iglesia para la extensi�n del reino de Dios. Entonces, sus Escrituras se�alaron este mismo principio doble para la formaci�n de la nueva sociedad. Y toda su historia, como est� registrada en las Escrituras, hab�a sido una manifestaci�n repetida de lo mismo. S�, Dios ten�a el derecho, y ya lo hab�a usado desde el principio, para tomar o dejar de lado, como lo har�a, naciones o individuos, en la gran econom�a de la redenci�n del mundo. El ap�stol contin�a mostrando (vers�culo 30- Romanos 10:21) que hab�a razones para los tratos de Dios en todos los casos, y cu�les eran, en general, estas razones; tambi�n ( Isa�as 11:1.) que la misma reprobaci�n de Israel ahora, de acuerdo con tales razones, deber�a redundar en beneficio del mundo.

Recordemos esto por nosotros mismos como naci�n. Podemos pensar: "Dios no ha tratado as� con ninguna gente". Pero no se compromete r�gidamente a tratar con nosotros hasta el final. Nuestra sincera pregunta debe ser, no cautivamente, o �l no responder�a, sino devotamente, y responder�: �Por qu� estamos ahora exaltados? �Y c�mo podemos asegurar una continuaci�n de su bendici�n que enriquezca? Y as�, para nosotros, como individuos, no podemos hacer una pregunta m�s importante que: �C�mo puedo convertirme en "un recipiente elegido", "un recipiente para honrar, reunirnos para el uso del Maestro" ( Hechos 9:15; 2 Timoteo 2:21)? - TFL

Romanos 9:30

La razonabilidad de la obra de Dios.

La pregunta hasta ahora ha sido: �C�mo puede Dios dejar de lado a un pueblo elegido? Y la respuesta: Dios elige a qui�n quiere para llevar a cabo su obra salvadora. Pero ahora se aduce una raz�n. Porque aunque Dios hace lo que quiere, podemos estar seguros de que nunca quiere lo que no est� bien. Y aqu� la gran raz�n del rechazo de Israel, y la elecci�n de los gentiles, para llevar a cabo los prop�sitos de Dios, es esta: que los primeros no han entendido la naturaleza de la salvaci�n, cuando Dios ha hecho todo para ens��ales su verdadero car�cter; mientras que este �ltimo, a la izquierda, podr�a parecer, para ellos mismos, ha recibido con entusiasmo el regalo ofrecido una vez que fue presentado. �Es necesario discutir para demostrar que est�n mejor preparados para trabajar para Dios que los dem�s?

I. GENTILES.

1. La historia previa de los gentiles, desde el punto de vista religioso, se expone en esto: que "no siguieron la justicia". Es decir, no buscaron justificaci�n con Dios. Por una justicia subjetiva que buscaban, como lo atestiguan las investigaciones sinceras de los grandes l�deres �ticos, p. S�crates, Plat�n, Arist�teles; y de sus poetas e historiadores, que tambi�n buscaron establecer los principios del derecho. Pero en cuanto a una justicia objetiva, un ser justo con Dios, esto no estaba en todos sus pensamientos. Consideraban que Dios no se preocupaba demasiado por la conducta humana, y se pecaba a s� mismo como m�s bien un defecto, una ignorancia, que algo por lo cual el hombre es gravemente culpable. Entonces, en este sentido, era enf�ticamente cierto que "no siguieron la justicia".

2. Pero de los mismos gentiles se dice, de su aceptaci�n del evangelio de Cristo, que "alcanzaron la justicia, incluso la justicia que es de fe". La conciencia dormida se despert�; se revel� la debilidad de sus sistemas �ticos; la extrema culpa del pecado, as� como el excesivo amor de Dios, se expuso en la cruz de Cristo; y siendo golpeado hasta el coraz�n, y llorando: "�Qu� debo hacer para ser salvo?" estaban listos, m�s que ansiosos, para responder al mandato bendecido: "Cree en el Se�or Jesucristo, y ser�s salvo". Y, aceptando la gran salvaci�n, se mantuvieron justificados ante la presencia de aquel que perdona por causa de Cristo. Ellos "alcanzaron la justicia".

II JUD�OS

1. La historia de los jud�os se afirma, en contraste con la de los gentiles, como consistente en esto: que "siguieron una ley de justicia". La redacci�n es m�s precisa. Siguieron una Ley, que fue dise�ada por Dios para ense�arles su pecado, y llevarlos a buscar su perd�n, a trav�s de Cristo, para que los perdone; pero no fue este "fin de la Ley" lo que en realidad siguieron, sino m�s bien la Ley misma. Pusieron fin a los medios y, por lo tanto, subvirtieron por completo su dise�o; porque en lugar de aprender por la ley su pecado, buscaron, por un supuesto cumplimiento de sus preceptos, hacerse justo ante Dios. Entonces, en lugar de aprender a ser pobres en esp�ritu, aprendieron una arrogante autocomplacencia; En lugar de acudir a la gracia de Dios para el perd�n, le agradecieron a Dios que no eran como otros hombres y se pararon ante �l justificados.

2. �Cu�l fue el resultado? Ellos "no llegaron a esa Ley"; no en su verdadero significado, su dise�o final. Y as�, la verdadera ley de la justificaci�n, el ser salvado por gracia mediante la fe, estaba oculto a sus ojos. Para ellos, la Roca de las Edades era "una Piedra de tropiezo, una Roca de ofensa".

Oh, aprendamos, de la historia del pasado, que hay verg�enza para nosotros, y solo verg�enza, si buscamos hacernos justo ante Dios. Pero, aceptando libremente la gracia que se da gratuitamente, demostraremos: "El que cree en �l no ser� avergonzado". - T.F.L.

HOMILIAS POR S.R. ALDRIDGE

Romanos 9:4

El uso correcto de los privilegios.

El ap�stol se apart� de su meditaci�n absorta sobre la gloria presente y futura de la dispensaci�n cristiana, para pensar en la raza de Israel excluy�ndose de la participaci�n en sus beneficios, y sinti� su alma cargada de pesadez en su nombre. Lo odiaban por anular las venerables costumbres y por rebajar su dignidad al admitir a los gentiles a la bendici�n del pacto en t�rminos tan f�ciles. Pero en respuesta, afirm� con vehemencia su amor a�n subsistente por sus "parientes" y por aquellos que en el pasado Dios hab�a honrado tan notablemente. Nadie puede mirar sin emoci�n la cara y la forma de un jud�o, que considera su historia y destino.

I. LAS DISTINCIONES SUPREMAS DE LA VIDA SON LAS QUE PREOCUPAN NUESTRA RELACI�N CON DIOS. Todos los art�culos particularizados est�n conectados con las manifestaciones divinas otorgadas a Israel. Al ap�stol le importa poco la historia de la destreza militar, o incluso de la habilidad en la literatura; pero todo lo relacionado con el conocimiento y la adoraci�n de Dios, vali� la pena insistir en esto. Se convierte en una prueba r�pida de juicio cuando sabemos las cosas de las que un hombre se enorgullece. �Se�ala con gran deleite su adquisici�n de tierras o bienes, o su rango en la sociedad, o su fama en la ciencia o. c�rculos art�sticos? �O explica su posici�n en la familia del Alt�simo, y la revelaci�n dio fe de la misericordia y gracia divinas, como su posesi�n de mayor valor? �En qu� corazones consideramos la naci�n m�s favorecida: Grecia, Roma o Israel? La verdadera riqueza y el lugar de un imperio moderno deben tenerse en cuenta, no de acuerdo con sus recursos materiales y su fuerza de combate, sino m�s bien por su distribuci�n generalizada de la verdad moral y religiosa. Esto significa un refinamiento real y una prosperidad duradera. Se nos presentan muchas oportunidades para exhibir nuestra opini�n genuina en las vidas que llevamos, el dinero y el tiempo dedicados a las actividades m�s importantes, las nociones apreciadas en la familia, los libros le�dos y las diversiones. El entusiasmo misionero se basa en una base segura cuando se percibe el valor de un conocimiento de las cosas de Dios. Tal conocimiento es el mejor legado que puede legarse a los ni�os.

II LOS PRIVILEGIOS RELIGIOSOS M�S ALTOS NO BENEFICIAR�N A MENOS QUE SE UTILIZEN CORRECTAMENTE. A pesar de sus ventajas, se descubri� que los jud�os carec�an y, como ramas sin fruto, se separaron. Antes del exilio cayeron en la idolatr�a y buscaron anular su gloria igualando las abominaciones de los paganos. �Podr�a proporcionarse una prueba m�s fuerte de la seducci�n de las pr�cticas pecaminosas y la ceguera del hombre? Y la venida de Cristo fue una nueva temporada de pruebas. Se demostr� que su "celo de Dios" no era inteligente, dependiendo de los puntos de vista externos, m�s que espirituales, de la grandeza religiosa y el servicio. Nos corresponde no solo disfrutar sino tambi�n mejorar nuestros privilegios. La asistencia al santuario, las oraciones p�blicas y la lectura, a menos que ejerzan una influencia viva sobre nosotros, aumentan nuestra condena, ya que la presencia y las obras de Cristo multiplicaron los males sobre las ciudades del mar. La tendencia es fuerte que arrullar�a nuestras almas en c�modos sue�os de seguridad, de los cuales solo podr�a haber un despertar terrible. El orgullo religioso de los jud�os se endureci� en fosilismo, un terreno poco receptivo para la nueva verdad. En lugar de guiar sus pasos por la Ley, lo miraron hasta quedar deslumbrados por su resplandor, y no pudieron reconocer la llegada de la "Luz del mundo".

III. LAS VENTAJAS QUE DISFRUTAN LAS NACIONES O LOS INDIVIDUOS NO SE CONCEDEN POR SU PROPIO BENEFICIO EXCLUSIVO. Los israelitas eran mayordomos de los misterios para el mundo a su alrededor y los tiempos a seguir. Desempe�aron funciones muy importantes, manteniendo encendida la l�mpara de la verdad, evitando que el mundo cayera en el ate�smo b�rbaro. Especialmente en relaci�n con el cristianismo, percibimos estas ventajas como preparatorias. Los "sacrificios" respetaban la ofrenda de Cristo, y en parte explican su significado. La "Ley" actu� como un pedagogo para llevarnos a la escuela de Cristo. El "servicio" del templo ilustra la obediencia de los sacerdotes cristianos, y las promesas cumplidas confirman nuestra fe. Israel era un vivero donde se cultivaban las plantas m�s selectas para almacenar el desierto hasta que floreciera como la rosa. Y el mismo principio es v�lido para cada ventaja que otorga la bondad de nuestro Dios. La Iglesia Cristiana debe ser como una ciudad ubicada en una colina; Sus miembros son luces en el mundo, peregrinos soldados, embajadores de Cristo. Es nuestro proteger el don encomendado, transmitir a los dem�s la revelaci�n recibida, las reliquias espirituales de la libertad y la inteligencia, para que no fallemos en entregar una cuenta adecuada de nuestra mayordom�a.-S.R.A.

Romanos 9:21

El derecho soberano de Dios.

Algunos aspectos de la Deidad pueden ser menos agradables de contemplar que otros. El orgullo del hombre no se regocija al principio al pensar en la majestad que sobrecoge su peque�ez y lo obliga a someterse. Sin embargo, como un pedernal duro golpeado por la fuerza emite una chispa brillante, y como una c�scara �spera a menudo cubre un n�cleo dulce, por lo que estas severas vistas del Todopoderoso pueden, si se enfrentan con reverencia y se medita, producir reflexiones saludables, ennoblecedoras e incluso reconfortantes.

I. EL ALFARERO RECLAMA EL DERECHO ABSOLUTO DE TRATAR CON LA ARCILLA MIENTRAS PIENSA. Su poder arbitrario no significa la ausencia de razones adecuadas para su selecci�n. Como en el llamado de Israel a un servicio peculiar, responsabilidad y honor, en todas partes se puede discernir una elecci�n. No comenzamos en la carrera de la vida con equipos exactamente similares, aunque vivimos en tabern�culos de arcilla. Si los poderes f�sicos y espirituales son los mismos en esencia, como las part�culas de "la misma masa", sin embargo, las facultades de algunos han sido bien entrenadas desde el principio, y su naturaleza se ha desarrollado en condiciones favorables. Aqu� hay una lecci�n de resignaci�n. �l es m�s feliz al aceptar la voluntad de Dios como se revela en su suerte, asegurado que la decisi�n de Dios tiene una amplia justificaci�n. Incluso la filosof�a estoica podr�a declarar que si el hombre conociera los planes del Superintendente del universo, y los viera en su totalidad, de inmediato aceptar�a las determinaciones del �rbitro de su destino. Esta es la verdad que se mezcla con el error del fatalismo mahometano. Tenemos que hacer todo lo que est� a nuestro alcance y dejar el resultado con el que es sabio y misericordioso. Porque el Potter es nuestro padre en el cielo. �Cu�nto de la molestia y la preocupaci�n de la vida se debe a una presunci�n de nuestra capacidad, y tal vez a los celos de la posici�n y los logros de nuestros vecinos! Contentarse para llenar un lugar humilde. Y se acerca el momento en que "las ollas en la casa del Se�or ser�n como los tazones delante del altar".

II EL ALFARERO NO TIENE DESEO POR LA DESTRUCCI�N DE SU MANO DE OBRA. Le importa no desperdiciar su arcilla, ni emplearla de una manera que asegure su r�pida extinci�n. Es un dolor para Dios ver sus abusos abusados, su imagen degradada, su trabajo estropeado. Se dice en Romanos 9:22 que "soportar� con gran paciencia los vasos de ira". Una lecci�n de esperanza est� aqu�. El Alt�simo no romper� sus vasos en pedazos mientras sean aptos para cualquier uso, para cualquier puesto, aunque sean humildes e insignificantes. "Potter y arcilla perduran", sin embargo, la rueda de la vida puede girar y modelar el material en formas alteradas. Si la luz de Dios brilla en el vac�o, no se observa brillo. Un cielo vac�o era un hogar triste para un Dios de amor, un templo silencioso para aquel que se glor�a en las alabanzas de su pueblo y sus obras.

III. LA ALFOMBRA PREFIERE LA CONSTRUCCI�N DE LOS BUQUES M�S ELEGIDOS. La vajilla m�s noble le paga mejor, y con amor ejerce su habilidad en espec�menes del m�s alto arte. �No le niegues a Dios el deleite que cada artista siente en las mejores producciones de su genio! Los espejos m�s pulidos reflejan mejor su gloria. Una lecci�n de aspiraci�n por lo tanto. "Codicia sinceramente los mejores regalos". Dios ha hecho su instinto de arcilla con voluntad y energ�a; Le agrada la mejora de las vasijas, para que puedan ser llevadas a su santuario. Ayudar� poderosamente nuestras luchas para asegurarnos de que el Capit�n anhela "traer muchos hijos a la gloria". - S.R.A.

Romanos 9:33

Ya sea una ofensa o un refugio.

Una ofensa es causada por alg�n obst�culo en el camino, algo que tropieza o impide nuestro progreso, o alg�n pilar de piedra que derriba al incauto auriga en su curso. El ap�stol combina dos pasajes de Isa�as para demostrar que el rechazo de Cristo por parte de los jud�os se predijo hace mucho tiempo; nada, por lo tanto, de maravillarse, mucho menos una raz�n para abandonar el cristianismo. A Juan el Bautista, rodeado de dudas nacidas de las sombras de una prisi�n, se le envi� la conmovedora seguridad: "Bienaventurado el que no se ofenda en m�".

I. EL TRABAJO DE CRISTO UNA CITA DIVINA. "He aqu�, yo pongo en Si�n", etc. Hubo indicios y predicciones del evangelio en la naturaleza, la providencia y el simbolismo jud�o. Y ahora que el prop�sito de la gracia se ha manifestado claramente, en todas partes podemos rastrear intimidaciones que corroboran el significado de la misi�n del Salvador, aunque no podr�amos sin esta llave en nuestras manos haber descubierto la apertura de las cerraduras. Gran parte del misterio de la redenci�n trasciende las expectativas. �Qui�n podr�a haber inventado una narrativa de tal condescendencia divina? Y muchas cosas relacionadas con la intercesi�n de Cristo recuerdan el lenguaje de Lev�tico: "Te lo he dado para hacer expiaci�n por tus almas". Cristo es el regalo de Dios para nuestro mundo ca�do. Vino seg�n la carne, un israelita; vino a Sion, y en medio de su propio pueblo hizo de su alma una ofrenda por el pecado.

II ESTE TRABAJO ES UN BLOQUEO PARA ALGUNOS. La gente de Sion no pod�a entender c�mo un Profeta de las Galaas pod�a convertirse en una piedra angular de un edificio m�s noble de lo que jam�s hab�an visto. Respetaban la mezquindad externa del Mes�as y no pod�an comprender su gloria espiritual. No estaban preparados para un sistema que asegurara la justicia, no por el m�rito humano y la obediencia a los reglamentos estatutarios y ceremoniales, sino por la fe en el Justo. Un Mes�as crucificado fue la inversi�n de toda esperanza. Y cuando el evangelio fue proclamado a los gentiles, las multitudes no pudieron ver en �l nada para evocar su admiraci�n o reclamar su homenaje intelectual. Humilla el orgullo, exige mucho nuestro poder de credibilidad. Los hechos son extraordinarios, y las doctrinas basadas en ello van en contra de muchos prejuicios profundamente arraigados y muy apreciados. Y as�, la predicaci�n de Cristo se convierte en "un sabor de muerte".

III. UNA BASE SEGURA PARA LOS CREYENTES. En la versi�n autorizada se encuentran tres traducciones de la palabra original: "no se apresurar�", "no se confundir�", "no se avergonzar�". Todos estos t�rminos ponen �nfasis en la durabilidad de la esperanza cristiana. Cuando el granizo "barre los refugios de las mentiras", el que conf�a en el Se�or encontrar� que no ha cre�do en vano; Su Arca sobrevive al diluvio, su Torre resiste el asalto del enemigo. La conciencia de paz y satisfacci�n que disfruta el disc�pulo de Cristo debe ser finalmente aceptada como el arma m�s poderosa en la controversia, la indicaci�n m�s clara de la reconciliaci�n de lo natural y lo sobrenatural. Una base que no mueve la tensi�n de una superestructura pesada no puede ser tratada como in�til. De acuerdo con nuestra posici�n, entonces, como en el campo de Israel o de Egipto, la nube divina ministrar� la luz o la oscuridad, el socorro o el desconcierto. � S.R.A.

HOMILIAS POR R.M. EDGAR

Romanos 9:1

Patriotismo cristiano.

Vimos en el �ltimo cap�tulo c�mo un "Para�so" realmente puede ser "recuperado" experimentalmente, y c�mo la experiencia cristiana culmina en una seguridad triunfante. Pero el ap�stol no pod�a contemplar esto como un mero asunto personal. No pod�a regocijarse en la salvaci�n personal y ser indiferente a la salvaci�n de sus hermanos. En consecuencia, el caso de sus compatriotas se presenta para su revisi�n, y en la revisi�n del mismo se ve al ap�stol como el patriota cristiano. Aunque el "ap�stol de los gentiles", no ha perdido inter�s en sus compatriotas jud�os. El tema planteado en esta secci�n es, en consecuencia, el importante del patriotismo cristiano. Ahora, hay algunos que imaginan que tenemos en estos t�rminos una verdadera contradicci�n. Su idea es que el verdadero cristiano est� tan ocupado con un mundo futuro que tiene poco inter�s en el presente. �No es el cielo la patria del creyente? �No se le ense�a a considerarse ciudadano del mejor pa�s? �No va a vivir como si ya estuviera dentro de sus puertas nacaradas? �Y por qu� no pierde en consecuencia el inter�s real en el mundo que es ahora, y lo atraviesa como un simple "peregrino y extra�o"? Si bien esto es perfectamente cierto, tambi�n es cierto que el cristiano puede y debe ser el mejor patriota, y el patriotismo cristiano la mejor forma de patriotismo. El caso de San Pablo es uno de ellos. Fue el mejor esp�cimen de un cristiano que ha producido nuestra era. Puso el �nfasis en el mundo futuro como pocos lo han hecho. Viv�a como a las puertas de la ciudad eterna. Y, sin embargo, en sus relaciones con sus compatriotas, era el m�s verdadero y sabio de los patriotas. Hasta cierto per�odo, Saulo de Tarso hab�a sido un l�der nacional de confianza. Fue ante �l que los principales sacerdotes cometieron su pol�tica de persecuci�n; y justo celosamente lo hab�a llevado a cabo. Bajo la noci�n de que los cristianos eran los enemigos de su pa�s y religi�n, los jud�os y Sa�l como su instrumento elegido, pensaron que serv�an a Dios cuando los encarcelaron y los asesinaron. Si se hubiera preguntado qui�n era el mayor patriota entre todos los jud�os, la respuesta habr�a sido un�nime: Saulo de Tarso. Su patriotismo era completamente inescrupuloso; no se peg� a nada. Pero cuando el Salvador resucitado se encuentra y lo conquista en el camino a Damasco, el archi perseguidor se convierte en un cristiano manso y humilde. Y ahora busca jud�os en lugar de cristianos, sin embargo, no para perseguirlos, pero si es posible para convencerlos de que se conviertan tambi�n en cristianos. El resultado es que es perseguido y tiene que huir; Sin embargo, el proceso se repite en las giras misioneras que caracterizan su vida. A los jud�os primero, y luego, cuando rechazan su mensaje, se vuelve a los gentiles. Podr�a, de hecho, haber renunciado a los jud�os con buenas razones. "Seguramente", dice Colani, "si el cristiano se vio obligado a romper las cadenas que lo ataron naturalmente a una naci�n, nunca, con certeza, ning�n hombre hab�a sido tan completamente liberado de �l como el ap�stol". � �

Podr�a haber dicho, adem�s, que fue apartado para la misi�n a los gentiles. Sin embargo, a pesar de todas sus persecuciones, les dar� el primer lugar en sus afectos y en su trabajo evangel�stico. De hecho, parece gravitar instintivamente y ante cualquier peligro para Jerusal�n, preparado para sacrificar la vida y, como parece, la felicidad eterna, si los salvara. Y, de hecho, cuando miramos la vida de Pablo, vemos de inmediato un cosmopolitismo y un patriotismo, un cosmopolitismo que abarc� a todas las naciones gentiles, y un patriotismo que habr�a hecho cualquier sacrificio por sus propios jud�os amados. En contraste con esto, se encontrar� que el patriotismo pagano es pol�tico m�s que patri�tico. Las ciudades, no las amplias patrias, eran los peque�os puntos de apoyo por los cuales los ciudadanos estaban listos para hacer sacrificios. No ten�an bajo el paganismo ninguna visi�n amplia o liberal como la que produjo el cristianismo. El cristianismo transform� la ciudadan�a ego�sta en patriotismo desinteresado.

I. EL PATRIOTA CRISTIANO PODR� DESTACAR LAS BUENAS CUALIDADES DE SUS PA�SES. ( Romanos 9:4, Romanos 9:5.) Pablo es particular en resaltar las buenas cualidades de los jud�os. Aunque lo hab�an perseguido, su �nica venganza fue hacerles servicio al predicarles a Cristo como su verdadero Mes�as. Y cuando los encontr� reacios a recibir su mensaje, "gran pesadez y tristeza continua" parecen haberse asentado en su coraz�n. Este inter�s consumidor, adem�s, se mantuvo vivo por la consideraci�n de las buenas cualidades de sus compatriotas. Para ellos, mientras se regocijaba al pensar, se refer�a a "la adopci�n, y la gloria, y los convenios, y la entrega de la Ley, y el servicio de Dios, y las promesas; de qui�n son los padres, y de qui�n en cuanto a la Cristo vino carne, quien est� sobre todo, Dios bendito por los siglos ". Mir� la historia jud�a y observ� con satisfacci�n c�mo su naci�n hab�a sido reconocida y honrada en relaci�n con la revelaci�n de Dios de s� mismo. El genio jud�o estaba en la esfera de la religi�n. Estudi� tambi�n las grandes capacidades de sus compatriotas, y fue su absoluta convicci�n de que si alguna vez fueron ganados para Cristo, su advenimiento a la causa cristiana ser�a como "vida de entre los muertos". Sus compatriotas le parec�an la m�s magn�fica de las posibilidades latentes, encarnaciones de grandes y nobles cualidades que simplemente esperaban ser consagradas a Cristo. Y es aqu� donde debe comenzar el patriotismo cristiano ilustrado. Tomemos los puntos buenos, no los malos, en nuestros compatriotas. Consideremos qu� espl�ndidas posibilidades son, y luego intentemos, por la bendici�n de Dios, consagrar estas cualidades a nuestro Se�or y Maestro.

II EL PATRIOTA CRISTIANO NO SE EXCUSAR� A MISMO DE SERVIR A SUS PA�SES BAJO LA PRETENSI�N DE ALGUNA MISI�N ESPECIAL. Hay algunas personas que est�n tan ocupadas con un trabajo especial que no tienen tiempo, ya que sin duda muestran poco gusto por lo que es patri�tico. Se imaginan que tienen una dispensa de todo servicio patri�tico. Pero si alguien alguna vez tuvo tal dispensaci�n, seguramente fue el ap�stol Pablo. Tan pronto como se convirti�, le dijeron que deb�a ser el ap�stol de los gentiles. Inmediatamente florece en un hombre de objetivos y deseos cosmopolitas. El mundo entero se convierte en su parroquia, y todos los hombres est�n a su cargo. �No podr�a, en tales circunstancias, abogar por una divisi�n del trabajo y dejar a los jud�os al cuidado de Pedro y de los once? Especialmente cuando hab�a saboreado la amargura de su persecuci�n contra �l, �no podr�a haberse excusado bien por su misi�n especial? �l podr�a, pero, bendito sea Dios, no lo hizo. Aunque era ap�stol de los gentiles, era tan patriota como para tener a los jud�os y sus intereses siempre en su coraz�n. Le dol�a cada vez m�s pensar que estas espl�ndidas posibilidades se estaban desperdiciando en un vano esfuerzo por detener la marea del cristianismo que sab�a que estaba en la inundaci�n, y que alcanzar�a, a pesar de toda oposici�n, su plenitud. Y as� vemos a este patriota cristiano asediando a las sinagogas jud�as en su camino; predicando el evangelio a los jud�os hasta que ya no escuchen m�s; rezando por ellos, escribiendo Ep�stolas sobre ellos, y quiz�s uno para ellos; en resumen, hacer cualquier cosa que un jud�o paciente, pertinaz, perseverante y convertido pudiera hacer por sus parientes seg�n la carne. En vista de la misi�n especial de Pablo, entonces, ning�n hombre tiene derecho a excusarse, como algunos lo hacen, del servicio patri�tico.

III. EL PATRIOTA CRISTIANO RECONOCER� LA SALVACI�N DE SUS PA�SES COMO EL BENEFICIO M�S IMPORTANTE QUE PUEDEN RECIBIR. Ciertamente es notable que San Pablo, en toda su obra entre los jud�os y las referencias en sus escritos a ellos, se mantenga constantemente ante su mente y la de ellos que su conversi�n a Cristo ser�a la mayor bendici�n que podr�an recibir. No se involucra en ninguna controversia sobre la pol�tica patri�tica, pero se dedica a la promulgaci�n de lo que �l cree que es la mejor religi�n para los jud�os y para cualquier hombre. Intent�, en consecuencia, simpatizar con Cristo. �l predic� el Mesianismo de Jes�s sobre la base de las Escrituras jud�as. Mostr� que se prometi� primero un sufrimiento y luego un Mes�as glorificado; y que Jes�s, ahora resucitado y reinando, encarnaba todas sus esperanzas. �l entendi� sus prejuicios, porque �l mismo los hab�a compartido; los conoci� virilmente y trat� de llevar la convicci�n a sus corazones. El resultado puede haber sido y, a menudo, fue decepcionante. El patriota fue mal entendido, despreciado, rechazado, obligado a huir de ciudad en ciudad, fue acosado, apedreado, encarcelado y finalmente martirizado, todo porque brillante como una estrella sobre �l brillaba todo el tiempo con el �nico prop�sito de conseguir su paisanos convertidos a Cristo. Ahora, el mismo deber yace ante todos nosotros. El esfuerzo m�s patri�tico que cualquiera puede hacer es lograr que todos los compatriotas se comuniquen con Cristo. Otras pol�ticas pueden ser cuestionadas y cuestionables, pero la que no puede haber dudas es la patri�tica de lograr que todo lo que podamos influir en nuestro pa�s se convierta a la fe en Cristo. Seamos sus "ep�stolas vivas", y seremos "conocidos y le�dos de todos los hombres".

IV. EL PATRIOTA CRISTIANO ESTAR� LISTO PARA CUALQUIER SACRIFICIO PARA ASEGURAR LA SALVACI�N DE SU PAREJA. Hemos visto c�mo Pablo se expuso a s� mismo por sus compatriotas jud�os. Estaba preparado para los riesgos. Su pobre cuerpo podr�a ser golpeado, apedreado, asesinado, pero Paul estaba bastante listo para tales eventualidades. No, el pasaje ante nosotros muestra que estaba listo para un sacrificio a�n mayor. Si hubiera sido posible para �l asegurar su salvaci�n al convertirse en "anatema", es decir, separado de Cristo, �l era lo suficientemente patri�tico para esto. En otras palabras, Pablo estaba listo para renunciar a su propio cielo si al hacerlo pod�a atraer a sus hermanos. �Cu�ntos cristianos han llegado a tal patriotismo? El sacrificio personal por su pa�s puede haber sido enfrentado, pero el sacrificio personal solo por un tiempo. La gloria m�s all� de las sombras compensa el dolor y la separaci�n aqu�. Pero el sacrificio de uno mismo por la eternidad, no es menos que la idea de Pablo. Seamos patri�ticos como lo fue Paul, y nuestro pa�s ser� lo mejor para que seamos contados entre sus hijos.

Romanos 9:6

Los hijos de la promesa.

Hemos visto a San Pablo como un patriota cristiano listo para sacrificar su eterna hermandad con Cristo si pudiera asegurar la salvaci�n de sus compatriotas. �Pero Ay! el hecho del rechazo de Jes�s y su evangelio por muchos de los jud�os debe ser aceptado. Y cuando el ap�stol recurre a la historia, descubre que no ha habido una salvaci�n total ni de los descendientes de Abraham ni de Israel, pero una cierta proporci�n solo se convirti� en hijos de la promesa. �C�mo se pueden tratar estos hechos bajo el gobierno divino? Es a esto que el ap�stol se dedica en el presente pasaje.

I. EL JUICIO DE DIOS SOBRE CUALQUIER HOMBRE NO EST� DETERMINADO POR LAS CUALIDADES DE SU DISPOSICI�N NATURAL. Cuando analizamos los casos aqu� dados, vemos que Dios no eligi� privilegiar ni a todos los hijos de los patriarcas, ni siquiera a aquellos que nos inclinar�amos a elegirnos. San Pablo menciona a los hijos de Abraham; y, como lo muestra la historia, ten�a ocho ( G�nesis 25:2), pero solo uno se convierte en el "hijo de la promesa". Isaac tambi�n tuvo dos hijos, pero el menor, no el mayor, se convierte a su vez en el "hijo de la promesa". Adem�s, cuando consideramos a Ismael y Esa�, quienes aparentemente est�n en la mente de Pablo, nos inclinamos a considerarlos como hombres m�s varoniles y nobles que sus hermanos Isaac y Jacob. Puede que se hayan convertido en "hijos del desierto", sin embargo, hay algo en ambos hombres rechazados que exige nuestra admiraci�n. Por supuesto, vemos en ellos dotaciones puramente naturales. Viven vidas de sentido y vista m�s que de fe. Viven �nicamente bajo el poder de las cosas vistas, y son lo que ahora llamamos hombres mundanos. Sus naturalezas son tan interesantes y nobles como lo permite la mundanalidad espiritual pura. Ahora supongamos por un momento que el amor electivo de Dios se ha apoderado de estos "nobles de la naturaleza" bien hechos, con toda su fuerza f�sica y poder muscular, y ha pasado por sus d�biles hermanos, el meditativo Isaac y el cobarde Jacob; �No habr�a resultado seguramente una protesta violenta contra un Dios que profesaba ser un Padre y que, sin embargo, pod�a favorecer a los fuertes y pasar por los d�biles? Es claro que un amor electivo que se mov�a en l�neas como estas habr�a sido denunciado por todos los hombres serios y reflexivos. Pero, como ha dicho un predicador reciente, "el Padre que est� en los cielos es un Padre considerado. No expulsa a sus hijos lisiados y deformados para que perezcan. Tiene una responsabilidad m�s estricta y dura que los hijos que est�n dotados de nobleza por nacimiento y naturaleza. �l no es el Dios del caballero, ni el Redentor y Salvador de personas de buena cultura e instintos hermosos. �l es, y desde el principio ha sido, el Salvador de los perdidos. Y para muchos una historia tan extra�a como la de Jacob y Esa� le ha mostrado a los honorables, generosos y de mente alta que hay una posible forma de ruina para ellos; y para aquellos que saben en su propia conciencia triste y por las palabras despectivas o miradas de otros, que no son de tensi�n noble o generosa, que hay una manera por la cual tales como pueden encontrar la salvaci�n y el eterno favor de Dios ". � �

II LOS NI�OS DE LA PROMESA HAN SIDO LED PARA PREMIARLA Y CONFIAR EN EL PROMETEDOR FIEL. Tanto Isaac como Jacob fueron hijos de la promesa en este sentido, de que sus madres nunca los habr�an dado a luz si Dios no hubiera sostenido su esperanza de hijos con la promesa de una semilla. Pero Esa� fue incluido en esta promesa al igual que Jacob. Sin embargo, hab�a otra y mejor promesa: una promesa de que todas las familias de la tierra ser�an bendecidas a trav�s de una semilla particular. En otras palabras, la promesa de un Mes�as se celebr� ante ellos como su m�s alta esperanza. Ahora, Ismael y Esa� despreciaron este arreglo; no se sent�an en deuda con la posteridad, como mucha mente mundana todav�a piensa. Pero Isaac y Jacob se interesaron en la bendici�n prometida, y fueron llevados a confiar en el que la pronunci�. Su misma debilidad y cobard�a los llev� a apoyarse en Uno poderoso para salvar, y fueron perdonados, aceptados y, a su debido tiempo, santificados. El amor electivo de Dios se mueve as� en l�neas donde existe la posibilidad de que las almas pobres, lisiadas y aplastadas aprendan a confiar en Dios, que es poderoso para salvar. Es m�s dif�cil para un hombre rico, por ejemplo, confiar en Dios que para un hombre pobre; por lo tanto, Dios ha "elegido a los pobres en este mundo, ricos en fe y herederos del reino" ( Santiago 2:5). Es m�s dif�cil conseguir hombres aptos, que nunca supieron lo que es la enfermedad de un d�a, confiar en Dios que enfermar y afligir; y, por lo tanto, encontramos que Jobs y Asaphs, que han estado plagados todo el d�a y que est�n en aguas profundas casi constantemente, est�n hechos por la gracia divina para mostrarle al mundo incr�dulo que pueden servir a Dios en vano, a pesar de que �l mata ellos, sin embargo, confiar�n en �l ( Job 1:9; Job 13:15; Salmo 73:1.). Y as�, como el escritor ya cita, dice: "Ten consuelo, todos aquellos cuya necesidad de salvaci�n es m�s profunda y m�s interna. Ser�s salvo, no solo a pesar de estas vergonzosas faltas y enfermedades que aborreces en ti mismo y que Dios aborrece, no solo ser�s salvo, bendecido, amado, a pesar de ellos, sino que ser�s salvo de ellos, y eso es algo m�s importante. La fe en Dios es el aire vital de toda verdadera nobleza humana. Los g�rmenes atrofiados de la virtud humana se desarrollan y florecen. Sin fe, sus crecimientos m�s justos y fuertes tienden a marchitarse y decaer. Por falta de fe en Dios, los nobles dones de Esa� no sirven de nada. pactos de promesa, sin esperanza, sin Dios en el mundo. Se mueve, una estrella errante, en una pista sin centro, hacia la oscuridad de la oscuridad. Por fe, la naturaleza baja de ese 'gusano Jacob' es por-y -por redimido del poder del mal, y, transformado en car�cter y en nombre, Jacob el suplantador es cambi� a Israel el pr�ncipe que tiene poder con Dios '(Bacon, ut supra).

III. EL ELEGIR EL AMOR Y EL ODIO DE REPROBACI�N DE DIOS NO PUEDE SER CARGADO CON NINGUNA INJUSTICIA. AHORA, al analizar el amor de Dios por los hijos de la promesa, el ap�stol traza claramente su elecci�n al buen gusto de Dios. �l tiene misericordia de quien tendr� misericordia, y compasi�n de quien tendr� compasi�n. Y si la misericordia es un "favor inmerecido", es decir, si nadie lo merece o tiene derecho a �l, entonces �l puede d�rselo a quien quiera. Por otro lado, aquellos que son pasados ??y endurecidos, sin reclamar un mejor tratamiento, reciben simplemente la debida recompensa de sus acciones. Y aqu� puede ser bueno evitar una visi�n falsa de la declaraci�n sobre el odio de Dios hacia Esa�. No se debe inferir que Dios odiaba a Esa� antes de que �l naciera y tuviera alguna oportunidad de hacer el mal. Cuando consultamos el pasaje aqu� citado por Pablo, encontramos que se refiere al juicio de Edom en la �poca de Nabucodonosor. Est� en Malaqu�as 1:2: "�No era el hermano de Esa� Jacob? Dice el Se�or; sin embargo, amaba a Jacob, y odiaba a Esa�, y arras� sus monta�as y su herencia por los dragones del desierto". citando a un escritor agudo sobre este mismo tema, "Esa� queda en su inferioridad antes de su nacimiento, pero no es odiado, en el sentido del profeta, hasta novecientos noventa y seis a�os despu�s, cuando el rey Nabucodonosor puso sus monta�as a desolaci�n. Sin ser bendecido como su hermano, Esa� recibi� su hogar 'en la gordura de la tierra y del roc�o del cielo desde arriba'. Su indiferencia le hab�a costado su derecho a la primogenitura, y ya no pod�a recibirlo. G�nesis 25:32; G�nesis 27:33-1; Hebreos 12:16, Hebreos 12:17); sin embargo, la Ley prescribe respeto por �l, 'No tendr�s Idumaean en abominaci�n, porque �l es tu hermano; y Dios soport� diez siglos de dureza de coraz�n antes de decir: "He odiado a Esa�". Es decir, la reprobaci�n de Dios a Esa� no debe confundirse con su elecci�n de Jacob. El error cometido por muchos al pensar en estos los sujetos est�n tomando la reprobaci�n como lo opuesto a la elecci�n, como si Dios decretara la reprobaci�n de los hombres en el ejercicio de la misma soberan�a pura en la que decreta la elecci�n de los dem�s. Pero lejos de ser el caso, la elecci�n y la reprobaci�n descansan sobre dos porciones de la naturaleza Divina. Lo opuesto a la elecci�n no es la reprobaci�n, sino la no elecci�n; y ning�n ser humano tiene evidencia de que no es elegido. Lo opuesto a la reprobaci�n es la aprobaci�n, y todos somos reprobados por Dios siempre y cuando no aceptes a Cristo, y tenlo en nosotros, con esperanza de gloria. La elecci�n descansa en el buen placer de Dios; la reprobaci�n de su santidad, lo que lo lleva a antagonizar y detestar lo que no es santo. No puedo hacer nada mejor que citar al anciano Robert Hall, en su admirable peque�o tratado, 'Ayuda a los viajeros de Zion. "�l dice:" La reprobaci�n en las Escrituras siempre se opone y es el negativo natural de la aprobaci�n, ya sea que respete el estado de una persona, el marco de su mente o la naturaleza de sus acciones. Por lo tanto, se comparan profesores viles a la aleaci�n o escoria frecuentemente mezclada con metal, que en la prueba se encuentra bajo o deficiente en calidad; por lo tanto, los hombres reprobados la llamar�n plata, porque Dios los ha rechazado (Jeremias 6:30). texto: "�No sab�is que Cristo est� en vosotros, salvo que se�is reprobados?" El significado obvio del ap�stol es que tales personas carecen de valor real, ya que, por muy espl�ndida que sea una profesi�n, sin Cristo, al final, todos ser�n meros desperdicios: por lo tanto, los somete a un examen minucioso, para que no sean enga�ados por las apariencias. pensando en s� mismos algo, mientras que en realidad no son nada. Por lo tanto, en el siguiente verso agrega: "Pero conf�o en que sabr�n que no somos reprobados" ( 2 Corintios 13:5, 2 Corintios 13:6); y en Malaqu�as 1:7 �l dice: 'Ahora ruego a Dios que no hag�is mal; no para que parezcamos aprobados, sino para que hag�is lo que es honesto, aunque seamos como reprobados "Por lo tanto, �l considera la reprobaci�n y la aprobaci�n como opuestos naturales. Una vez m�s, se dice que los hombres de mentes corruptas son reprobados con respecto a la fe, es decir, desprovistos de una verdadera comprensi�n de la verdad ( 2 Timoteo 3:8). Y lo abominable y desobedientes son a toda buena obra reprobada ( Tito 1:16). De acuerdo, por lo tanto, a este punto de vista de reprobaci�n, aquellos viles a Las funciones a las que se entregaron los gentiles se llaman mente reprobada ( Romanos 1:26, Romanos 1:28, Romanos 1:29). Lo que significa que sus disposiciones y conducta eran odiosas y que posiblemente Dios o sus buenos hombres no pod�an aprobarlas. De las consideraciones anteriores, evidentemente parece que la elecci�n y la reprobaci�n no est�n inseparablemente conectadas, ni siquiera est�n tan relacionadas como las ideas afines, y que la reprobaci�n no tiene la intenci�n de un nombramiento absoluto para la miseria eterna, ya que tal vez a�n encuentre misericordia como lo hizo Pablo; pero que es todo lo contrario a la aprobaci�n divina, ya sea que se trate de personas, principios o procedimientos. "Por lo tanto, no debemos pensar que ni Esa� ni Fara�n fueron tratados injustamente. Sus historias muestran que tuvieron la oportunidad justa de aceptar el plan de Dios y someterse a �l. Pero prefirieron su propio curso y luchar en lugar de someterse, se convirtieron el objeto de la justa reprobaci�n de Dios y su ira pausada. Dios tarda en enojarse; pero cuando se produce, se ve que es merecido. De cerca, la injusticia acusada contra Dios se ve desaparecer por completo, �RME

Romanos 9:19

Vasijas de ira y vasijas de misericordia.

Ya hemos visto que el odio de Dios hacia Esa� fue despu�s de un milenio de paciencia. Este hecho de la paciencia de Dios con la semilla de Esa� lleva la luz que necesitamos a la secci�n dif�cil que tenemos ante nosotros. Es una objeci�n enga�osa que la voluntad Divina no tiene resistencia, y entonces, como cada uno descubre que no puede resistir a Dios con �xito, �qu� raz�n tiene el Alt�simo para encontrar fallas en sus indefensas criaturas? Pero un poco de pensamiento justo sobre todo el tema de la soberan�a de Dios mostrar� que �l tiene todo el derecho de quejarse. Supongamos que todos somos arcilla en manos del alfarero: �entonces qu�? �Es el alfarero responsable de la composici�n de la arcilla? Si un bulto es la arcilla m�s com�n, de la cual no se podr�a formar ning�n vaso glorioso, �seguramente el alfarero puede ser considerado responsable solo por el uso que le da al bulto base que le suministr�, y no por el car�cter com�n de la arcilla? Es el uso injusto de la figura lo que ha llevado a dificultades exeg�ticas. Tomemos, entonces, los dos tipos de vasos a los que aqu� se hace referencia, y veamos qu� verdades son realmente comunicadas por ellos.

I. LOS BUQUES DE LA Ira se instalaron en la destrucci�n. Y aqu� no puedo hacerlo mejor que traducir de un escritor ya citado. En su trabajo poco conocido, 'La Predestination', Monsell dice: "El punto m�s importante para la interpretaci�n de estos vers�culos es decidir cu�ndo tuvo lugar el acto de formar los vasos; esta operaci�n representa la predestinaci�n, o la moral? �Gobierno de Dios en tiempo real? Una palabra de Romanos 9:23 decide esta pregunta, sin dar lugar a la menor vacilaci�n; esta palabra es la clave de todo el pasaje y, por extra�o que parezca, es omitida por Lutero y por las traducciones francesas anteriores a la de Lausana. Es la palabra "antes" - "que ha preparado antes para su gloria". La predestinaci�n de la vasija, entonces, no es su fabricaci�n; la precede. Por lo tanto, cuando Dios es comparado con un alfarero que confecciona la arcilla, la pregunta es sobre su tratamiento real de los pecadores. Son ante �l una masa id�ntica , vil y sin forma; hacer que los vasos de una porci�n deshonren, hacer que promuevan su gloria sin mejorar su condici�n, es tratarlos seg�n su naturaleza; hacer que los vasos de la otra porci�n sean honrados es tratarlos seg�n su gracia que les ha sido dada en Cristo antes de la fundaci�n del mundo. En cuanto a los vasos de ira, Dios no es el Autor de su naturaleza, sino solo de su forma; los ha dise�ado, pero no los ha 'preparado'; su forma ya es un castigo merecido; muestra all� su ira. �Se podr�a creer que Dios estaba irritado contra aquellos que ser�an como �l hab�a deseado que fueran? �Necesitar�a 'un gran sufrimiento' para soportar su propio trabajo? en el estado que �l mismo ten�a dete rmined? �Ha levantado con una mano lo que ha volcado con la otra? Tal doctrina termina violentando esa raz�n en nombre de la cual ha indignado nuestros sentimientos morales. "Est� claro, entonces, que la relaci�n del alfarero con los vasos de ira es la del creador de material preparado para su mano No se le debe culpar si la arcilla gruesa solo har� un recipiente deshonrado. La preparaci�n de la arcilla, la contracci�n de su car�cter grueso, ha sido anterior a la disposici�n del alfarero. Todo lo que puede hacer es determinar el destino que se adapta a la naturaleza de la arcilla provista. De la misma manera, Dios no se hace responsable de los caracteres groseros que los pecadores contraen en el proceso de su desarrollo. Han ejercido su libertad para alcanzar la condici�n cuando, como la arcilla, acu�state ante la gran rueda de alfarero. Todo lo que Dios puede responsabilizarse es la forma como vasos de deshonra que deben tomar; y si muestra su ira merecida al deshacerse de ellos como vasos deshonrados, est� actuando bien dentro de sus derechos. . Est� a disposici�n de los pecadores incorregibles, sufriendo por mucho tiempo con ellos y, finalmente, conden�ndolos a la destrucci�n, que muestra el lado severo de su car�cter, ese lado sin el cual no podr�a garantizar nuestro respeto. En cuanto a esta ira de Dios, algunos alemanes la han denominado muy felizmente "el dolor del amor (Liebesschmerz) de Dios". � Y no puede haber ninguna duda de que con su sufrimiento entra un gran elemento de dolor. Dios no dispone de estas vidas destrozadas sin la debida sensibilidad. �l se aflige por ellos como en forma humana se afligi� por la condenada Jerusal�n.

II LOS BUQUES DE LA MISERICORDIA PREPARADOS ANTES A LA GLORIA. Sin embargo, es mucho m�s agradable recurrir a los recipientes de la misericordia, los recipientes que Dios crea en "recipientes para el honor, ajustados y preparados para el uso del Maestro". �l puede y toma hombres como Isaac y Jacob, cuyas cualidades naturales no son de las m�s altas y m�s nobles, y de sus caracteres improbables puede, por su gracia, hacer lo que es puro y santo. De los jud�os y gentiles ha llamado a una proporci�n, y se han vuelto como Cristo, y tan gloriosos. Y aqu� tenemos que notar:

1. Que de esta manera Dios ha dado a conocer las riquezas de su gloria. Porque si estos elegidos no se hubieran convertido en sujetos de la gracia de Dios, gran parte de la rica gloria de Dios habr�a permanecido desconocida. La ca�da del hombre y su deterioro han proporcionado a Dios espl�ndidas oportunidades para la revelaci�n de su glorioso amor y poder transformador. Todo el universo se ha beneficiado con la manifestaci�n de las riquezas de la gloria de Dios en los vasos de la misericordia.

2. En la formaci�n de los vasos de la misericordia, Dios no estaba trabajando sin un plan. As� como un h�bil alfarero, en la formaci�n de una pieza especialmente fina de porcelana, pasa inquieto pensamiento sobre su forma y ornamentaci�n, as� Dios prepar� los vasos de la misericordia para la gloria. La predestinaci�n de la gracia es simplemente la previsi�n y el arreglo previo de Dios. No hay nada fortuito; nada de casualidad sobre los actos de gracia de Dios. "Hay", dice Monsell, "en nuestro cap�tulo solo una predestinaci�n, la de la gracia; y no solo eso, sino que las palabras del ap�stol son sopesadas y elegidas para evitar cualquier malentendido: el uno est� listo o apto para la perdici�n, el otros est�n preparados para la gloria; el primero, no es Dios quien los ha preparado; por el contrario, los soporta "con gran paciencia"; el segundo, es Dios quien los ha preparado, a�n m�s, los ha preparado antes. Si no fuera por el cuidado con el que se deja de lado la idea de la reprobaci�n, nunca deber�a haber supuesto que tal dogma se hubiera presentado a s� mismo. el esp�ritu de un escritor sagrado. Pablo hace a prop�sito un paralelismo antit�tico, como lo hab�a hecho ( Romanos 6:23) entre salario y regalo, y este paralelismo se encuentra en todos los miembros de la oraci�n. Dios muestra su ira hacia los imp�os, y las riquezas de su gloria hacia los salvados, pero esta �ltima, la misericordia, es totalmente gratuita. Si desea dar a conocer su poder ( Romanos 9:22), no es su poder para crear el mal, pero para castigarlo, y c�mo castigar el mal si no es por el mal, �c�mo mostrar su ira hacia la arcilla a menos que deshonren los vasos?

3. Es la fe la que hace gloriosos los vasos. Despu�s de citar varias profec�as sobre el remanente elegido, el ap�stol procede a se�alar que la fe en un caso, y la falta de ella en el otro, marc� la diferencia. La mayor�a de los jud�os tropezaron con la idea de un Mes�as crucificado. No confiar�an en �l, sino que se ocuparon de construir su propia justicia. La justicia propia se convirti� en su ruina. Pero los gentiles, por otro lado, no buscando la justicia propia, avanzaron y creyeron en Jes�s, y la fe los transfigur�. Descubrieron que "el que cree en Jes�s no se avergonzar�". Y la fe en el Se�or resucitado, siempre presente con ellos seg�n su promesa, los hizo hombres y mujeres nobles, listos para dar testimonio de Cristo hasta la muerte. Es as� que Dios en su misericordia soberana hace que los hombres y las mujeres sean "vasos para el honor", adapt�ndolos por el don de la fe para el servicio aqu� en la tierra, y prepar�ndolos para un servicio a�n m�s glorioso en la vida venidera. Como Ray Palmer cant� dulcemente, tambi�n nosotros ...

"Mi fe te admira, Cordero del Calvario,

Salvador divino:

Ahora esc�chame mientras rezo; quita toda mi culpa; oh, d�jame desde este d�a

�S� completamente tuyo!

"Cuando termina el sue�o transitorio de la vida, cuando la muerte es fr�a y hura�a

�Deber�as rodarme?

Bendito Salvador, entonces, en amor, remueve el miedo y la desconfianza; Oh, ll�vame a salvo arriba,

�Un alma rescatada!

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Romans 9". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/romans-9.html. 1897.