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Zacarías 12

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

Versículos 1-14

EXPOSICI�N

Vers�culo 1-14: 21

B. LA SEGUNDA CARGA.

Zacar�as 12:1

� 1. El profeta procede a anunciar el conflicto de Israel con las potencias paganas. Las naciones hostiles se re�nen contra Jerusal�n, pero ser�n derrocadas; porque el pueblo y sus l�deres, confiando en el Se�or, vencen a toda oposici�n.

Zacar�as 12:1

La carga de la palabra del Se�or para (concerniente) a Israel. Este es el t�tulo del segundo or�culo, que corresponde a la cabeza de Zacar�as 9:1. Aunque el Israel literal ha sido rechazado, como vimos en la �ltima "carga", un nuevo pueblo de Dios. surge ( Oseas 1:10), la teocracia mesi�nica, que tambi�n se llama Israel, cuya fortuna el profeta delinea aqu�, describiendo su libertad condicional, sus concursos, triunfos y desarrollo. El cuerpo es como su cabeza; como el buen Pastor, Cristo, fue perseguido y rechazado, as� sus miembros, los verdaderos israelitas, sufren a manos del mundo y Satan�s, antes de que finalmente sean glorificados. Algunos cr�ticos suponen que "Israel" aqu� est� escrito por error para "Jerusal�n", como posiblemente en Jeremias 23:6 (ver nota en Zacar�as 1:19). Es mejor poner un punto final despu�s de "Israel" y comenzar una nueva oraci�n con "As� dice el Se�or" o "El dicho de Jehov�". Que extiende los cielos, etc. (comp. Isa�as 42:5; Am�s 4:13). Los atributos de Dios. Aqu� se mencionan que todos pueden creer que lo que ha prometido, que puede realizar. �l no es solo el Creador, sino tambi�n el Pro-servidor de todas las cosas (Salmo 104:2; Hebreos 1:10. Forma el esp�ritu del hombre dentro de �l. Dios crea las almas de los hombres, y los moldea y los gu�a. En la vida y la muerte los hombres desarrollan sus prop�sitos ( N�meros 16:22; Hebreos 12:9).

Zacar�as 12:2

Una taza de temblor; un cuenco de tambores: un cuenco cuyo contenido causa tambalearse y tambalearse, ?? ??????? ??????????, "como p�rticos tambaleantes"; crapulae superliminare (Vulgata). Esto explica Jer�nimo que significa que cualquiera que cruce el umbral de Jerusal�n en forma hostil se tambalear� y caer�. Jerusal�n es la capital y el tipo de la teocracia mesi�nica; los poderes hostiles del mundo la rodean, como hombres sedientos alrededor de una copa de vino; pero encuentran que la sequ�a es fatal para ellos; retroceden desconcertados y destruidos. La figura de la copa y la embriaguez a menudo se emplea para denotar el juicio de Dios sobre los transgresores, lo que los hace incapaces de defenderse o escapar (comp. Isa�as 51:17; Jeremias 25:15, etc. ; Jeremias 51:39, Jeremias 51:57; Habacuc 2:16). La gente; los pueblos (entonces Zacar�as 12:3, Zacar�as 12:4, Zacar�as 12:6). Las naciones paganas que luchan contra el pueblo de Dios. Cu�ndo estar�n en el asedio, etc. Esto da un buen sentido, pero el hebreo no lo permitir�. Septuaginta, ?? ?? ??????? ????? ??????? ??? ??????????, "En Judea habr� un bloqueo contra Jerusal�n"; Vulgate, Sed et Juda erit in obsidione contra Jerusalem, lo que puede significar que Jud� estar� entre los que asedian a Jerusal�n, o cuando Jerusal�n est� asediada, Jud� sufrir� la misma calamidad. Pusey y la versi�n revisada dicen: "Y sobre Jud� tambi�n [es decir, 'la carga'] estar� en el asedio contra Jerusal�n". Cheyne, "Y tambi�n en [o 'sobre'] Jud�, [es decir, la protecci�n y liberaci�n impl�cita en la primera cl�usula del verso] ser�, en el sitio", etc. Cualquier interpretaci�n del pasaje que hace que Jud� se una con el enemigo al atacar a Jerusal�n est� impedido por la uni�n muy �ntima entre Jud� y Jerusal�n denotada en Zacar�as 12:4, y por la hostilidad de las naciones contra Jud�. La explicaci�n de Cheyne no es natural, aunque adecuada. Lowe ('Hebr. Stud. Comm.') Dice: "Y tambi�n en Jud� [caer� esta tambaleante] durante el asedio [que se llevar� a cabo] contra Jerusal�n". Parece mejor decir, con Alejandro, "Tambi�n contra Jud� estar� en el asedio contra Jerusal�n", es decir, no solo la ciudad madre, sino todo el pa�s, estar� expuesta a una invasi�n hostil. Esto se adapta a Zacar�as 12:5, donde se representa a los jefes de Jud� como confiando en el valor de los habitantes de Jerusal�n cuando est�n incurriendo en el mismo peligro.

Zacar�as 12:3

Una piedra pesada. Jerusal�n demostrar� a todas las naciones que lo atacan un peso no solo demasiado pesado como para levantarlo, sino uno que, si no sufre da�os, herir� y herir� a quienes intenten cargarlo. Jer�nimo supone aqu� una alusi�n a una costumbre en las ciudades de Palestina, que prevaleci� hasta su d�a (y, de hecho, en Siria incluso ahora), de colocar piedras redondas de gran peso a ciertas distancias, levantando las cuales los j�venes probaron su fuerza corporal. . Pero no sabemos si esta costumbre existi� en la �poca de Zacar�as, y las naciones no est�n reunidas para divertirse o mostrar fuerza, sino para un ataque hostil. Septuaginta, ????? ??????????????, "una piedra pisoteada", que recuerda a uno de Lucas 21:24, ?????????? ????? ????????? ??? ?????. Ser� cortado en pedazos; es decir, por los bordes afilados de la piedra, o, como la versi�n revisada, se lastimar� gravemente. Aunque; m�s bien, y; Septuaginta, ??? ????????????????: Vulgate, et colligentur. Todas las personas (pueblos) de la tierra. Esto indica que la lucha de la que se habla no es un mero conflicto local, librado en Maccabean u otros tiempos, sino la gran batalla del mundo contra la Iglesia, que se desatar� en la era mesi�nica.

Zacar�as 12:4

Herir� a cada caballo con asombro (consternaci�n). La caballer�a representa las fuerzas del enemigo. El asombro, la locura y la ceguera est�n amenazados contra Israel en Deuteronomio 28:28; aqu� se infligen al enemigo. Locura. Los jinetes deber�an estar tan asustados que no supieran lo que hicieron, y deber�n volver sus brazos uno contra el otro ( Hageo 2:22). Abre mis ojos sobre la casa de Jud�; es decir, respetar� y proteger� ( Deuteronomio 11:12; 1 Reyes 8:29; Isa�as 32:8). Con ceguera Ser�n cegados por el terror. La amenaza anterior se repite con esta adici�n enf�tica.

Zacar�as 12:5

Los gobernadores (jefes) de Jud� dir�n en su coraz�n. Los l�deres de Jud� tienen una convicci�n profunda y establecida de que Jehov� est� del lado de su pueblo. Los habitantes de Jerusal�n ser�n (son) mi fortaleza. Cuando vean al enemigo desconcertado ( Zacar�as 12:2) cada uno de ellos tendr� confianza en la elecci�n divina de Jerusal�n, renunciando a sus celos anteriores, y ver� en su �xito una muestra de la protecci�n de Dios y su propia victoria final.

Zacar�as 12:6

Un hogar; literalmente, una sart�n. La victoria debe ser f�cil y completa. Los jefes de Jud� ser�n como un plato de frotamiento lleno de fuego prendido entre maricones secos (comp. Abd�as 1:18; Nah�m 1:10). En una gavilla; entre gavillas. Jerusal�n ser� habitada de nuevo; m�s bien, Jerusal�n morar� una vez m�s. Jerusal�n se personifica como una mujer. A pesar de todos los ataques del enemigo, que intent� destruirla y eliminarla, ella permanecer� firme e inquebrantable en su propio lugar. En Jerusal�n, el centro de la teocracia donde Dios la ha puesto. Entonces, contra la Iglesia, las puertas del infierno no prevalecer�n, y las persecuciones que sufre aumentan su estabilidad y aumentan su n�mero.

Zacar�as 12:7

Primero salvar� las tiendas de Jud�. En lugar de "primero", una lectura preferible, apoyada por las versiones griega, latina y sir�aca, es "como en el principio" o "como en los d�as anteriores". El profeta declara que las ciudades y pueblos abiertos de Jud�, que no pueden ofrecer resistencia efectiva a un enemigo como la ciudad fortificada de Jerusal�n, ser�n salvados con la ayuda de Dios, como tantas veces ha sucedido en los viejos tiempos. Si "primero" es la lectura genuina, el significado es que la gente del campo primero ser� salvada para evitar que Jerusal�n se glorifique a su costa. Que la gloria ... no se magnifique contra (no se magnifique arriba) Jud�. Dios salvar� a la naci�n elegida de tal manera que cada parte tendr� su parte en la gloria y el honor. Los l�deres, representados por "la casa de David" y "los habitantes de Jerusal�n", como el santuario de Bacalao y una ciudad fuertemente fortificada, no podr�n exaltarse a s� mismos como m�s favorecidos que el resto del pueblo. Solo con la ayuda de Dios se gana la victoria, y todos comparten esto. Las expresiones en este vers�culo no pudieron haber sido escritas, como algunos afirman, mientras reinaba la dinast�a de David.

Zacar�as 12:8

El que es d�bil (literalmente, que tropieza) entre ellos ... ser� como David. Dios dotar� a los habitantes de Jerusal�n con una fuerza y ??un coraje maravillosos, para que el m�s d�bil entre ellos sea un h�roe como David, que mat� al le�n y al oso y venci� al gigante (comp. Salmo 18:32). La casa de David ser� como Dios (Elohim). Los jefes de la teocracia estar�n dotados de poder sobrenatural, la expresi�n "como Dios" se explica en la siguiente cl�usula. Septuaginta, ?? ????? ????, "como la casa de Dios", como si fuera de la familia celestial. Los traductores parecen haber pensado que la expresi�n genuina era demasiado calificada. Como el �ngel del Se�or delante de ellos. Incluso como el �ngel del Se�or, que dirigi� a los israelitas en todas sus andanzas (comp. �xodo 14:19; �xodo 23:20; �xodo 32:34; Josu� 5:13). Vemos en esta descripci�n una indicaci�n de las gracias y dotaciones otorgadas a cada miembro fiel de la Iglesia de Cristo.

Zacar�as 12:9

Buscar� destruir. Siempre ser� mi objetivo y mi cuidado destruir a los enemigos de la Iglesia, que nunca prevalecer�n contra ella. Las palabras no pueden aplicarse a la Jerusal�n literal, contra la cual nunca se form� tal confederaci�n de naciones.

Zacar�as 12:10

� 2. Se producir� un derramamiento del Esp�ritu de Dios sobre Israel, lo que producir� un gran arrepentimiento nacional.

Zacar�as 12:10

Voy a verter La palabra implica abundancia (comp. Ezequiel 39:29; Joel 2:28). La casa de David, etc. Los l�deres y las personas por igual, todas las �rdenes y grados en la teocracia. Jerusal�n es nombrada como la capital y representante de la naci�n. El esp�ritu de gracia y de s�plicas. El esp�ritu que otorga gracia y conduce a la oraci�n. "Gracia" aqu� significa los efectos producidos en el hombre por el favor de Dios, lo que hace que el receptor complazca a Dios y se deleite en sus mandamientos ( Hebreos 10:29). Me mirar�n a quien traspasaron. El orador es Jehov�. "Mirar hacia o hacia" implica confianza, anhelo y reverencia (comp. N�meros 21:9; 2 Reyes 3:14; Salmo 34:5; Isa�as 22:11). Podemos decir generalmente que la cl�usula insin�a que las personas, que hab�an afligido y ofendido a Dios por sus pecados e ingratitud, deber�an arrepentirse y volverse hacia �l con fe. Pero hubo un cumplimiento literal de esta perforaci�n, es decir, el asesinato ( Zacar�as 13:3; Lamentaciones 4:9), cuando los jud�os crucificaron al Mes�as, el que era Dios y Hombre, y de quien, Como resultado de la uni�n hipost�tica, las propiedades de una naturaleza a menudo se basan en la otra. As�, San Pablo dice que los jud�os crucificaron al "Se�or de la gloria" ( 1 Corintios 2:8), y pide a los ancianos de Efeso que "alimenten a la Iglesia de Dios, que ha comprado con su propia sangre" ( Hechos 20:28; para la lectura ????, ver las cr�ticas). San Juan ( Juan 19:37) se refiere a estas palabras de Zacar�as como una profec�a de la Crucifixi�n (campamento. Apocalipsis 1:7). La LXX dice: ???????????? ???? ?? ??? ?? ????????????, "Me mirar�n porque insultaron", ya sea leyendo el �ltimo verbo de manera diferente, o entendi�ndolo figurativamente en el sentido de atacar con palabras cortantes; pero no hay duda sobre la verdadera lectura e interpretaci�n. Vulgate, Aspicient ad me quem confixerunt. "Yo" ha sido alterado en algunos manuscritos en "�l", pero esta es una glosa evidente recibida en el texto con fines controvertidos, o para obviar la supuesta incorrecci�n de representar a Jehov� como asesinado por el imp�o. Que San Juan parezca sancionar esta lectura no es de importancia cr�tica, ya que simplemente se est� refiriendo a la profec�a hist�ricamente, y no profesa dar la misma redacci�n del profeta. Un Mes�as sufriente no era una idea desconocida en la �poca de Zacar�as. �l ya ha hablado del Pastor como despreciado y maltratado, y un poco m�s adelante ( Zacar�as 13:7) insin�a que es golpeado con la espada. Las profec�as de Isa�as lo hab�an familiarizado con la misma noci�n ( Isa�as 53:1; etc.). Y cuando representa a Jehov� diciendo: "A m�, a quien traspasaron", no se trata simplemente de que al matar a su mensajero y representante se pueda decir que lo mataron, sino que el profeta, por inspiraci�n, reconoce las dos naturalezas en la Persona. del Mes�as, incluso cuando Isa�as ( Isa�as 9:6) lo llam� el "Dios Poderoso", y los salmistas a menudo hablan con el mismo efecto (Salmo 2:7; Salmo 45:6, Salmo 45:7; Salmo 110:1, etc .; comp. Miqueas 5:2). El "mirar" al Mes�as afectado comenz� cuando aquellos que vieron esa vista lamentable se golpearon los senos ( Lucas 23:48); fue llevado a cabo por la predicaci�n de los ap�stoles; continuar� hasta que todo Israel se convierta; se recrea cada vez que los pecadores penitentes se vuelven a aquel a quien han crucificado por sus pecados. Los cr�ticos han supuesto que la persona cuyo asesinato es deplorado es Isaiah, Urijah o Jeremiah; pero ninguno de estos cumple la predicci�n en el texto. Llorar�n por �l. Hay un cambio de personas aqu�. Jehov� habla del Mes�as como distinto en persona de s� mismo. Como uno llora por su �nico hijo ... por su primog�nito. La profundidad y la intensidad de este duelo se expresan mediante una doble comparaci�n, el dolor que se siente por la p�rdida de un hijo �nico y del primog�nito. Entre los hebreos, la preservaci�n de la familia se consideraba de gran importancia, y su extinci�n se consideraba un castigo y una maldici�n, por lo que la muerte de un hijo �nico ser�a el golpe m�s fuerte que podr�a ocurrir (ver Isa�as 47:9; Jeremias 6:26; Am�s 8:10). Los privilegios peculiares pertenec�an al primog�nito, y su p�rdida se estimar�a en consecuencia (ver G�nesis 49:3; �xodo 4:22; Deuteronomio 21:17; Miqueas 6:7). La menci�n de "piercing", justo arriba, parece conectar el pasaje con las solemnidades de la Pascua y la destrucci�n del primog�nito de los egipcios.

Zacar�as 12:11

Como si las comparaciones anteriores no fueran lo suficientemente fuertes, el profeta presenta una nueva, refiri�ndose a un evento hist�rico, que ocasion� un duelo universal en Jerusal�n. Como el luto de (a) Hadadrimmon en el valle de Meguid�n. En general, se supone que esto se refiere a la muerte del rey Jos�as de una herida recibida en Meguido, en la batalla con el fara�n Necho (60 a. C.), y al lamento nacional hecho por �l y observado durante mucho tiempo en el aniversario de la calamidad ( ver 2 Reyes 23:29; 2 Cr�nicas 35:20-14). Este duelo universal y perenne es una figura del recuerdo continuo de la muerte de Cristo en la Iglesia. Hay una dificultad en la identificaci�n de Hadadrimmon. San Jer�nimo dice que era un lugar en la llanura de Meguido, cerca de Jezreel, y conocido en su d�a con el nombre de Maximianopolis. Se supone que es Rummaneh, a siete millas al noroeste de Jezreel, en el extremo sur de la llanura de Esdraelon. Pero la identificaci�n est� lejos de ser cierta. El nombre asirio dado al lugar puede, como sugiere Lowe, ser una confirmaci�n del origen post-exiliano de la profec�a. El sitio de Meguido tambi�n es indeterminado, aunque C�ndor sugiere Mujedda, una ciudad en ruinas a unas tres millas al sur de Bethshean. La opini�n de que el nombre de Hadadrimmon es el de un dios sirio o fenicio, cuyos ritos se celebraban como los de Adonis ("el llanto de Tamuz" de Ezequiel 8:14) es absurda; y la idea de que el profeta se referir�a as� a la adoraci�n de un �dolo abominable es algo que podr�a haber ocurrido solo a los incr�dulos en la revelaci�n. La LXX; confundiendo el texto, da, ?? ??????? ?????? ?? ????? ????????????, "como luto por una granada cortada en la llanura".

Zacar�as 12:12

La tierra. No solo Jerusal�n, sino todo el pa�s. Cada familia aparte. El duelo debe extenderse a cada individuo de cada familia (comp. Ezequiel 24:23). David ... Nathan. Primero, se menciona a la familia real en general, para demostrar que nadie, sin embargo, en una posici�n elevada, est� exento de este duelo; y luego se nombra una rama particular para individualizar la lamentaci�n. Nat�n es ese hijo de David de quien descendi� Zorobabel ( 1 Cr�nicas 3:5; Lucas 3:27, Lucas 3:31). Sus esposas separadas. En la vida privada, las mujeres de un hogar viv�an en departamentos separados de los hombres, y en las funciones p�blicas los sexos se manten�an igualmente separados (ver �xodo 15:20; Jue 11:34; 1 Samuel 18:6 ; 2 Samuel 6:5).

Zacar�as 12:13

Levi ... Shimei. Como antes, la familia sacerdotal se menciona por primera vez en general, y luego se individualiza nombrando a Shimei, hijo de Gershon y nieto de Levi, de quien era la familia de los shimeitas ( N�meros 3:17, N�meros 3:18, N�meros 3:21). La LXX da, "la tribu de Sime�n", en lugar de "la familia de Shimei". Pero no hay raz�n para destacar a esta tribu. En cierto sentido, esta profec�a comenz� a cumplirse cuando una gran compa��a de sacerdotes se convirti� por la predicaci�n de los ap�stoles ( Hechos 6:7).

Zacar�as 12:14

Las familias que quedan. Todas las familias que no se han mencionado ya.

HOMIL�TICA

Zacar�as 12:1

Un asedio maravilloso.

"La carga de la palabra del Se�or para Israel, dice el Se�or", etc. Estos tres cap�tulos finales parecen referirse a un tema principal ("la carga del Se�or para Israel", Zacar�as 12:1) y una vez principal (ver la expresi�n repetida trece veces, "en ese d�a"). El prefacio general o la introducci�n a la sucesi�n especial de maravillas que nos anuncian est� contenida en Zacar�as 12:1, que expone, como lo hace, la naturaleza maravilla de Dios que los pronostica, en lo que respecta

(1) a todos los de arriba (el "cielo");

(2) todo debajo (la "tierra"); y

(3) todo dentro (el "esp�ritu del hombre").

Vea un prefacio algo similar a un anuncio algo similar de hechos maravillosos en Apocalipsis 21:5. Despu�s de esta introducci�n, en Apocalipsis 21:2, nos hemos descrito, como la maravilla inicial de todos, un cierto "asedio" maravilloso futuro. En cuya descripci�n podemos notar tres cosas principales, a saber.

(1) los muchos enemigos de la ciudad asediados;

(2) su �nico defensor; y

(3) su defensa completa.

I. SUS MUCHOS ENEMIGOS. Aqu�, evidentemente, ser� una de las principales peculiaridades de este "asedio" de Jerusal�n. No es solo ser una inversi�n completa, "todas las personas" est�n "alrededor" ( Apocalipsis 21:2; ver tambi�n Lucas 19:43), sino que tambi�n es una inversi�n por un conjunto extremadamente grande de "pueblos ... reunidos" de todas partes del mundo. Considerando, de hecho, el uso frecuente en estos vers�culos (unas seis veces en total) de las expresiones "todos" y "todos", y la aparente definici�n de comprensi�n del lenguaje al final de Apocalipsis 21:3, nos parece justificado creer que cada naci�n o pueblo gentil por separado ser� empleada en este asedio. Todo el resto del mundo contra Jerusal�n. Eso es lo que parecemos ver aqu�. Esto es lo que parece que vemos tambi�n en pasajes como Ezequiel 38:1 (donde tenga especial menci�n, como en Ezequiel 38:4 aqu�, de "caballos" y "jinetes"); Joel 3:9; Apocalipsis 16:14 Apocalipsis 16:16; Apocalipsis 20:8, Apocalipsis 20:9. Si consideramos o no todos estos pasajes para referirse exactamente a los mismos tiempos y eventos, en cualquier caso ilustran, si no se aplican a, la liga universal que se describe aqu�.

II Su �nico defensor. Con todo el resto de la humanidad contra el pueblo de Jerusal�n, no puede haber ning�n hombre, por supuesto, de su lado. Pero no deben estar en esa cuenta sin un defensor. Por el contrario, tendr�n lo mejor de todo, incluso Jehov� mismo. Cinco veces, y de dos maneras distintas, les da a entender esto. El declara:

1. Que �l preste atenci�n a su caso. "Abrir� mis ojos sobre la casa de Jud�" (ver Salmo 33:18; Salmo 34:15; Deuteronomio 11:12; 1 Reyes 9:3; Daniel 9:18; y Zacar�as 9:8 arriba).

2. Que �l les dar� ayuda en su necesidad. �l dar� ayuda al "hacer" a Jerusal�n ( Apocalipsis 20:2, Apocalipsis 20:3) lo que requiere que se "haga" en este momento extremo. Be tambi�n brindar� ayuda al "herir" a los muchos enemigos ( Apocalipsis 20:4) que est�n unidos por su destrucci�n y que, por lo tanto, requieren que �l "hiera" en su nombre; �Y qu�, de este tipo, podr�a ser m�s satisfactorio que esta doble asistencia? este debilitamiento de sus enemigos? este fortalecimiento simult�neo de s� mismos?

III. SU DEFENSA COMPLETA. Esta doble asistencia fue suficiente en grado y satisfactoria en naturaleza. Lo que propuso hacer, lo hizo. En particular, Dios, de esta manera:

1. Desconcert� las mentes de todos los enemigos de Jerusal�n. Hizo de Jerusal�n, para estos enemigos, una copa de temblor y de estupor y sue�o que no pudieron ni se atrevieron, en muchos aspectos, a atacarlos. Completamente como parec�an, al estar "alrededor" de la ciudad, para tenerla en su poder, eran como hombres horrorizados y estupefactos, y lo dejaron solo (comp. G�nesis 35:5).

2. Adem�s, cuando estos enemigos se encontraron capaces de idear medidas contra Jerusal�n, Dios aplast� sus esfuerzos. Eran como hombres que intentaban su fuerza tratando de levantar una piedra pesada del suelo, el �nico resultado era aplastarse por su peso. As� ser�a hecho Jerusal�n para hacer esto a sus enemigos, a todos sus enemigos, por numerosos que sean. No solo magullar�a, sino que los destruir�a, como si la espada los hubiera "cortado" en pedazos.

3. Adem�s de lo cual, tal vez podamos entender Apocalipsis 20:4, Dios mismo abrumar�a sus esp�ritus. Habiendo fallado tan fatalmente en sus esfuerzos, aquellos que sobrevivieron, y sus agentes tambi�n, en total p�nico, locura e ignorancia, estar�an tan lejos de ser capaces de hacer m�s da�o que ellos mismos necesitar�an defensa. Tan incre�blemente bien puede ese Defensor hacer por aquellos que son suyos.

Aqu� aprendemos algo, en conclusi�n:

1. En cuanto a las posibilidades del futuro. �Qui�n puede decir que una conspiraci�n tan gigantesca del mal contra una Jerusal�n literalmente restaurada y renovada, y una entrega tan triunfante de ella, no puede marcar el final de esta era? Ciertamente, cosas mucho m�s grandes, tanto en la forma de manifestar el mal como del bien, de lo que se haya visto hasta ahora, a�n se pueden ver en esta tierra.

2. En cuanto al verdadero car�cter del presente. Este �ltimo conflicto no ser� m�s que el resultado completamente desarrollado de un conflicto anterior de un tipo similar. Compare la conspiraci�n y la liberaci�n en d�as pasados ??descritos en Salmo 83:1. (comp�rese tambi�n, por un lado, Hechos 28:22; y por el otro, Mateo 28:20).

Zacar�as 12:5

Una gente maravillosa.

"Y los gobernadores de Jud� dir�n en su coraz�n: Los habitantes de Jerusal�n ser�n mi fortaleza", etc. En los vers�culos anteriores, la idea dominante es la de Jerusal�n como ciudad sitiada. En estos tenemos una visi�n de ella como una ciudad habitada (nota final de Zacar�as 12:6, y la expresi�n tres veces recurrente, "los habitantes de Jerusal�n"). Y hay tres aspectos en los que, cuando se lo considera as�, parece que debemos admirarlo, a saber.

(1) como perfectamente seguro;

(2) como debidamente humilde; y

(3) como incre�blemente fuerte.

I. JERUSAL�N SEGURO. Ver:

1. Al final de Zacar�as 12:6, c�mo se describe esta condici�n de seguridad. Se habla de Jerusal�n como "habitada de nuevo"; no abandonado, es decir, como anteriormente, debido a los ataques de sus enemigos. Tambi�n como "habitada de nuevo en su propio lugar, incluso en Jerusal�n"; como ahora, por lo tanto, ni siquiera afirm� pertenecer a nadie m�s que a aquellos que se hab�an identificado con �l durante tantas generaciones.

2. C�mo se justifica esta descripci�n de seguridad.

(1) Es as� si tomamos Zacar�as 12:5 tal como est�, por la profunda confianza de los "gobernadores" en el pueblo de Jerusal�n. Reconocen que esta gente es su "fuerza" no solo con sus labios, sino tambi�n en su "coraz�n".

(2) Tal confianza es un gran elemento de seguridad, especialmente cuando se combina, como en este caso, con la misma cantidad de confianza, tanto por parte de los gobernantes como de los gobernados, en Jehov� mismo (ver el final de Zacar�as 12:5).

(3) Para tal combinaci�n, esos gobernantes, como ese famoso general que habl� de su bien probado ej�rcito como "capaz de ir a cualquier parte y hacer cualquier cosa", tienen un poder incre�ble para su ciudad en materia de protecci�n y defensa. En cualquier caso, fue Dios quien los hizo estar en este caso. Como la llama cuando se aplica a las cosas m�s inflamables, las har�a en medio de los enemigos de su pueblo, a saber. igualmente seguro e igualmente r�pido de consumir. �Qu� segura es una ciudad cuando todos los que la amenazan pueden ser efectivamente destruidos!

II JERUSAL�N HUMILDE. Ver:

1. �Por qu� se asegur� esta humildad? verbigracia. por su vital importancia Si los l�deres ("la casa de David") o la gente comenzaran a "magnificarse" a causa de los medios efectivos de defensa que acabamos de describir, volver�an a estar en peligro de inmediato ( Proverbios 28:26 ; Jeremias 17:5, Jeremias 17:6, etc.).

2. C�mo se asegur� esta humildad. El comienzo de la liberaci�n deb�a estar en algo aparte de Jerusal�n, por as� decirlo. En algo, tambi�n, que a primera vista podr�a estar inclinada a despreciar. Tal liberaci�n ser�, por lo tanto, como una "victoria de los soldados" en su camino. M�s bien, como esa liberaci�n de la que leemos en 2 Reyes 7:1, que comenz� con ciertos extra�os despreciados, y claramente no era su trabajo, sino el de Dios. "El Se�or salvar� primero las tiendas de Jud�". Observe el triple �nfasis en estas palabras.

III. JERUSAL�N FUERTE. Fuerte:

1. Debido a la graciosa continuidad del cuidado de Dios, lo que sea que ya haya hecho por su pueblo, siempre y cuando est�n capacitados para permanecer verdaderamente humildes y confiables, continuar� haci�ndolo (ver Oseas 13:1; Proverbios 18:12; Isa�as 66:2).

2. Debido a los abundantes resultados de la bendici�n de Dios. Los m�s d�biles entre ellos deben hacerse, en deseo e intenci�n, como los m�s fuertes, de esa manera, previamente conocidos ( 1 Samuel 13:14; 1Re 9: 4; 1 Reyes 15:3, etc. .). Los l�deres entre ellos deber�an ser l�deres Judea, personas que merecen ser seguidas tan de cerca y completamente como el �ngel-Jehov�, de quien luego leemos, como en 1 Pedro 2:21, 1 Pedro 2:22; Juan 13:15; Php 2: 5; 1 Corintios 11:1, etc. Este estado de cosas (aparentemente) es el cumplimiento completo de Deuteronomio 33:29.

Se puede notar que tres cosas, como se ilustra aqu� con respecto a las Escrituras prof�ticas en general, pueden concluir.

1. Su oscuridad en muchos puntos. Por un lado, p. La menci�n especialmente distintiva tanto de "Jerusal�n" como de "Jud�", y la tez singularmente local del final de Deuteronomio 33:6, nos se�alan una visi�n literal del todo. Por otro lado, la menci�n de la casa de David, que hace tanto tiempo desapareci� de la vista, y la aparente conexi�n con nuestro Divino Redentor como el verdadero Nuevo Testamento "David" ( Ezequiel 34:1 .; Ezequiel 37 .; Hechos 2:29), ap�ntanos casi tan fuertemente a una interpretaci�n figurativa y espiritual, �Qui�n puede decidir con confianza entre ellos hasta que todo se decida por el cumplimiento real de la profec�a?

2. Su sencillez en los dem�s. Que alguna condici�n extremadamente bendecida y gloriosa de las cosas, ya sea en la Jerusal�n literal o espiritual, o, puede ser, en ambas juntas, se describe aqu�, �qui�n puede dudar? De qu� depende esta condici�n de las cosas, y c�mo se debe lograr, tambi�n parece muy claro. Toda esta profec�a, en resumen, es actualmente, como muchas otras, como una "prueba antes de las cartas". En este momento solo podemos adivinar el nombre del paisaje que nos presenta, pero podemos apreciar su belleza al m�ximo.

3. Su rentabilidad en todos. En la medida en que son oscuros, sirven para ense�arnos los tres grandes deberes cristianos de paciencia ante Dios, humildad en cuanto a nosotros mismos y tolerancia hacia los dem�s. Hasta donde sea claro, est�n preparados para animar nuestra esperanza y mantener nuestro coraje y dirigir nuestra fe y nuestro caminar (2Th 3: 5; 2 Pedro 3:14; Romanos 15:4, etc. )

Zacar�as 12:9

Maravillosa pena

"Y suceder� en ese d�a, que tratar� de destruir a todas las naciones", etc. Hay muchas cosas sorprendentes en la aparente conexi�n de este pasaje con el anterior. Justo cuando Dios ver� a su pueblo como "buscando" y provocando (ver Zacar�as 12:9) el derrocamiento y la destrucci�n de sus muchos enemigos, ellos, por otro lado, se ver�n abrumados con pena de coraz�n Sus almas, por as� decirlo, se sumergir�n en la oscuridad al amanecer. Lo mismo que esperaban parece estar al alcance de la mano; y he aqu� son como hombres desesperados. Igualmente notable, el siguiente, con el tiempo de este dolor, es su car�cter. Entonces encontraremos, si consideramos

(1) su origen peculiar; o

(2) su peculiar magnitud.

I. SU ORIGEN PECULIAR. �A qu� se debe? No a aquellas causas que provocan la "tristeza del mundo" ordinaria ( 2 Corintios 7:10). Por el contrario, al ser un dolor "seg�n Dios" (???? ????, 2 Corintios 7:10), tiene las "cosas de Dios" como su causa. En otras palabras, se ocasiona:

1. Por la acci�n de Dios en los corazones de su pueblo. �l "los vierte":

(1) "El esp�ritu de gracia". �l les da, es decir; en abundancia desbordante, esas graciosas influencias del Esp�ritu de santidad por las cuales los hombres pueden creer en �l como "el Dios de toda gracia" y, por lo tanto, se les anima a orar ( Romanos 8:15; G�latas 4:6).

(2) "El esp�ritu de las s�plicas". �l les da, es decir; en abundancia similar, esas otras influencias graciosas de ese mismo Esp�ritu Santo por el cual �l se complace tanto en guiar a los hombres como en ayudarlos en sus oraciones ( Romanos 8:26; Efesios 6:18; Jud Efesios 1:20).

2. Por los consecuentes pensamientos del pueblo de Dios sobre �l.

(1) Piensan en �l como "atravesado" por sus pecados. Esta es una caracter�stica especial, lo sabemos, en el "dolor piadoso": su horror por haber pecado contra Dios (Salmo 51:4; Gen 39: 9; 2 Samuel 12:13; quiz�s tambi�n Isa�as 43:24, fin; Efesios 4:30).

(2) Piensan en �l como si hubiera sido enajenado por su locura. Ellos "lloran por �l" como los mencionados en 1 Samuel 7:2. Despu�s de que se les han quitado sus privilegios, ven con pena cu�nto han perdido. De ninguna de estas fuentes, repetimos, se encuentra que el dolor natural del hombre fluye.

II SU MAGNITUD PECULIAR. Las aguas anchas son generalmente poco profundas; las aguas profundas rara vez son amplias; pero aqu� tenemos los dos.

1. Profundidad peculiar. Por un lado,

(1) solo hay un tipo conocido de tristeza igualmente profunda. A medida que las sombras de la tarde de la vida se espesan a nuestro alrededor, es a nuestros hijos a quienes buscamos darnos consuelo y esperanza, y mantener el inter�s de la vida en nuestros corazones ( G�nesis 5:28, G�nesis 5:29; Juan 16:21). Qu� peculiarmente grande, por lo tanto, el dolor de perder un hijo primog�nito y �nico ( G�nesis 22:2; G�nesis 49:3; Proverbios 4:3, Proverbios 4:4; Lucas 7:12)! La p�rdida lamentada aqu� es as�, �p�rdida de todo! Por otra parte,

(2) nunca hab�a habido sino un ejemplo previo de tristeza igualmente profunda, a saber. la tristeza que sinti� por la muerte de Jos�as, casi la mejor ( 2 Reyes 23:25; 2 Reyes 18:5), y ciertamente el �ltimo rey real entre los descendientes de David, una pena el recuerdo de los cuales, en los d�as del profeta, no hab�an sido olvidados en absoluto, y el mundo a�n debe escuchar su sonido en las Lamentaciones de Jerem�as ( 2 Cr�nicas 35:25; Lamentaciones 4:20).

2. Difusi�n peculiar. Encontramos esta pena descrita como que impregna no solo la ciudad, sino toda la "tierra". Encontramos que afecta a cada "casa" separada entre las casas de Israel, ya sea en la Iglesia o en el estado (Levi y David [?]), Ya sea bien conocido o poco conocido (David y Nathan), ya sea con buenos antecedentes o malos ( Levi y Shimei; ver Deuteronomio 33:8; 2 Samuel 16:5); tambi�n afecta a cada "familia" de cada "casa" separada; Tambi�n cada miembro adulto de cada familia, ya sea hombre o mujer. De inmediato, por lo tanto, en esta tempestad de tristeza, todos estaban unidos, pero todos "separados". Aun as�, con sus ra�ces separadas, son los "�rboles del bosque", cuando todos se mueven por un solo viento (ver Isa�as 7:2).

Vemos, en todo esto, algo:

1. Para darnos consuelo y esperanza. Sin intentar dogmatizar sobre un tema as�, no podemos dejar de ver, a partir de este an�lisis del pasaje, lo que parece predecir, a saber. La conversi�n futura de todo el pueblo de Israel a creer en el evangelio de Cristo.

2. Para darnos instrucciones y advertencias. Igualmente grande, por ejemplo, deber�a ser nuestro dolor por el pecado ( Romanos 3:9, Romanos 3:29). Igualmente, tambi�n, deber�a basarse en nuestros pensamientos sobre Cristo ( Juan 16:9; Hechos 9:4, Hechos 9:5; Mateo 25:40 , etc.) E igualmente, finalmente, solo podemos esperar recibirlo como un regalo desde arriba ( Hechos 5:31; 2 Timoteo 2:25).

HOMILIAS DE W. FORSYTH

Zacar�as 12:1

La seguridad de Sion.

I. PODER DE SU REY. Los mundos de la materia y de la mente est�n bajo su control. Si es as�, no existe el azar. Entonces, todo lo que Dios ha prometido ciertamente lo har�. Entonces confiar y obedecer a Dios debe ser el gran final de nuestro ser. Los amigos de Dios son bendecidos ( Zacar�as 12:2, Zacar�as 12:4). Sus enemigos, intoxicados por el orgullo, se re�nen para la pelea. Est�n desconcertados y conducidos de regreso en una derrota precipitada. La ceguera se apodera de ellos, el terror los domina; perecen, como en el Mar Rojo y en el d�a malo de Madi�n (cf. Salmo 132:18).

II ENERG�A DE SUS L�DERES. ( Zacar�as 12:5.) Hombres de fe y capacidad, al mando de la confianza de la gente. Unidos por su fe com�n en Dios y su devoci�n a los m�s altos intereses de la humanidad.

III. HEROISMO DE SUS PERSONAS. ( Zacar�as 12:8, Zacar�as 12:9.) Fuerza, Divina en su fuente, de varios grados, adecuada para cada emergencia, fortaleciendo al d�bil y fortaleciendo al fuerte. Un pueblo unido, con un gobierno establecido, leyes iguales, valientes y fieles por la derecha. Si�n unida puede resistir cada asalto, pero dividida se convierte en la presa de sus enemigos. "Oren por la paz de Jerusal�n" - F.

Zacar�as 12:8

La verdadera grandeza.

I. NO HEREDADO, SINO PERSONAL.

II NO EN CIRCUNSTANCIAS, PERO CAR�CTER.

III. NO EN AGREGAMIENTO AUTOM�TICO, SINO EN UTILIDAD SOCIAL.

IV. NO L�MITE POR LA DEBILIDAD HUMANA, SINO QUE SE LEVANTA A LA GLORIA DE LA FUERZA DIVINA.

V. NO RESTRINGIDO A INDIVIDUOS, PERO LA POSESI�N COM�N DE LOS BIENES

VI. NO LIMITADO A LA TIERRA, PERO LLEVANDO A LOS HONORES DE LA ETERNIDAD. � F.

Zacar�as 12:11

El gran luto.

La escena representada tiene referencia en primer lugar a los jud�os. Ya parcialmente cumplido. Pero los principios involucrados son de aplicaci�n universal. T�melo para ilustrar el verdadero arrepentimiento.

I. DIOS POR SU CAUSA. No hombre, sino Dios. El Padre de nuestros esp�ritus que act�a sobre nuestro esp�ritu. "El esp�ritu de gracia".

II PECADORES DE HOMBRES POR SUS SUJETOS. No �ngeles Leemos de su fracaso, pero nunca de su ascenso de nuevo. Para ellos no parece haber lugar para el arrepentimiento. No los justos. Si el hombre fuera inocente, no habr�a necesidad de penitencia. Pero pecadores. Como todos han pecado, se requiere arrepentimiento de todos.

III. LA CRUZ DE CRISTO POR SU INSTRUMENTO. Por un lado, �c�mo puede llevarse el sentido del pecado a la conciencia del hombre? Por otro lado, �c�mo puede Dios, consistentemente con su justicia, mostrar misericordia al pecador? La respuesta se encuentra en la cruz. Aqu� vemos, y aqu� solo:

1. La excesiva pecaminosidad del pecado.

2. La grandeza del amor de Dios a los pecadores. "Dios elogia su propio amor hacia nosotros, en eso, cuando a�n �ramos pecadores, Cristo muri� por nosotros".

IV. INTENSIDAD Y FUERZA PARA SUS GRANDES CARACTER�STICAS.

1. Intensidad. Pensamiento y sentimiento. Dolor profundo y amargo.

2. minuciosidad. Va a la ra�z misma del asunto; Real y permanente.

V. REGENERACI�N DE LA SOCIEDAD COMO SU RESULTADO BENDITO. Sociedad formada por individuos. C�mbialos y t� cambiar�s todo. Toda la masa ser� leudada. Cuando haya paz con Dios, pureza de vida, bondad fraternal y caridad, la antigua gloria de la tierra ser� restaurada.

HOMILIAS DE D. THOMAS

Zacar�as 12:1

El universo.

"La carga de la palabra del Se�or para Israel, dice el Se�or, que extiende los cielos, y pone el fundamento de la tierra, y forma el esp�ritu del hombre dentro de �l". En este cap�tulo, y en Zacar�as 12:6 de los siguientes, la mayor�a de los expositores consideran que se refieren al conflicto y la victoria de Israel, la conversi�n y la santidad suprema. El primer verso anuncia c�mo el conflicto contra Jerusal�n y Jud� dar� como resultado la conquista de todos los enemigos. El pasaje que tenemos ante nosotros sugiere algunos pensamientos sobre el universo.

I. QUE EL UNIVERSO INCLUYE LA EXISTENCIA DE MATERIA Y DE MENTE. La frase "cielos" y "tierra" se usa aqu� y en otros lugares para representar a toda la creaci�n.

1. Incluye materia. De la esencia de la materia no sabemos nada; pero con la palabra entendemos todo lo que viene dentro del conocimiento de nuestros sentidos, todo lo que se puede sentir, escuchar, ver, probar. �Cu�n extenso es este dominio material! La ciencia muestra que desconcierta todos los esfuerzos y m�todos de medici�n.

2. Incluye mente. De hecho, la mente se especifica aqu�. "Y forma el esp�ritu del hombre dentro de �l". El hombre tiene un esp�ritu. De esto tiene pruebas m�s s�lidas que la de la existencia de la materia. Es consciente de los fen�menos de la mente, pero no es consciente de los fen�menos de la materia. La mente del hombre es solo una parte insignificante y un humilde representante del inconmensurable universo del esp�ritu.

II QUE EL UNIVERSO ORIGIN� CON UN SER PERSONAL. "El Se�or, que extiende los cielos", etc. Tuvo un origen; No es eterno. La idea de su eternidad implica contradicciones. Tuvo un origen; su origen no es fortuito; No es la producci�n del azar. La idea de que surja del azar puede vivir en la regi�n de la especulaci�n, pero nunca en el �mbito de la convicci�n inteligente. Tuvo un origen; su origen no es el de una pluralidad de creadores; tiene uno, y solo uno: "el Se�or". Este es el �nico relato filos�fico de su origen: "T�, Se�or, en el principio has puesto los cimientos de la tierra, y los cielos son obras de tus manos".

III. QUE ESTE CREADOR PERSONAL TIENE PROP�SITOS CON RESPECTO A LA RAZA HUMANA. "La carga de la palabra del Se�or para Israel, dice el Se�or". Esto puede significar, "la oraci�n de la palabra del Se�or acerca de Israel". Ahora, este cap�tulo, este libro, es decir, una gran parte de la Biblia, pretende ser una revelaci�n de su prop�sito para la humanidad. No nos ha creado sin un objeto, ni nos ha colocado en esta tierra sin un objeto; Tanto en nuestra creaci�n como en su preservaci�n tiene un prop�sito. Siendo esto as�:

1. Ning�n evento en la historia humana es accidental.

2. El gran prop�sito de nuestra vida debe ser el cumplimiento de su voluntad. "No es mi voluntad, pero h�gase tuya".

IV. QUE SU PROP�SITO HACIA EL HOMBRE ES TOTALMENTE CAPAZ DE REALIZAR. Sus logros creativos se mencionan aqu� como una promesa de los prop�sitos anunciados a continuaci�n. Todo prop�sito del Se�or ser� cumplido. �Se ha propuesto que toda la humanidad se convierta a su Hijo? Debe ser hecho. "No hay nada demasiado dif�cil para el Se�or" - D.T.

Zacar�as 12:2, Zacar�as 12:3

Pecado auto castigo.

"He aqu�, har� de Jerusal�n una copa de temblor para todo el pueblo que est� alrededor, cuando estar�n en el asedio tanto contra Jud� como contra Jerusal�n. Y en ese d�a har� de Jerusal�n una piedra pesada para todas las personas: toda esa carga ellos mismos ser�n cortados en pedazos, aunque todos los pueblos de la tierra se juntar�n contra ella ". Hay en este pasaje un principio por el cual el Gobernador del mundo castiga a los hombres maliciosos. Ese principio es este: la reacci�n de sus esfuerzos por lastimar a otros y causarles da�o a s� mismos. Aqu� se dice que Jerusal�n se convertir�a en confusi�n y destrucci�n para los hombres que la buscaban, en ruina. Aqu� se dice que:

1. Jerusal�n se convertir�a para ellos en "una copa de temblor" o, como algunos dicen, "una copa de intoxicaci�n". No dice que Jerusal�n har� ning�n esfuerzo activo para vengarse de sus enemigos, sino que su efecto sobre los enemigos ser�a como una copa intoxicante; los har� tambalearse y tambalearse en la confusi�n. La idea de su propia conducta maliciosa hacia ella producir�a un efecto sobre sus propias mentes que los har�a temblar y confundirse.

2. Jerusal�n se convertir�a para ellos en "una piedra pesada". La idea es que, en sus esfuerzos por da�ar a Jerusal�n, se aplastar�an. Hago tres comentarios en relaci�n con este castigo por reacci�n.

I. EST� BIEN ATESTADO.

1. Est� atestiguado por la conciencia de cada hombre. Todo hombre que intenta herir a otro siente que tarde o temprano se ha lastimado a s� mismo. Hay un retroceso y un arrepentimiento. En verdad, la pasi�n maligna misma es su propio castigo. Un hombre que aprecia la ira hacia otro se lastima a s� mismo m�s de lo que puede por cualquier esfuerzo da�ar el objeto de su disgusto. En cada emoci�n maligna hay miseria.

2. Est� atestiguado por la historia universal. Es una ley que recorre toda la historia, que la "travesura" de un hombre "volver� sobre su propia cabeza, y su trato violento recaer� sobre su propio pat�" (Salmo 7:16). La conducta de los hermanos de Jos� y de Am�n puede citarse como ilustraciones; pero la conducta de los jud�os hacia el Mes�as es un ejemplo para todos los tiempos, el m�s poderoso e impresionante. Los golpes que la vieja naci�n jud�a golpe� en �l rebotaron en sus propias cabezas y los arruinaron. "El que cava el hoyo", dice Salom�n, "caer� en �l; y el que rueda la piedra, volver� sobre �l" ( Proverbios 26:27).

II ES MANIFIESTAMENTE SOLO. �Qu� hombre as� castigado puede quejarse de la justicia de sus sufrimientos? Debe sentir, y sentir profundamente, que se lo ha merecido todo e incluso m�s de lo que soporta. De hecho, es cierto que el castigo del pecador es auto castigo; Es el fruto de sus propios actos. Testigo Ca�n, Belsasar, Judas, etc.

III. ES ESENCIALMENTE BENEFICIOSO. Sirve:

1. Para proteger a los hombres de las heridas de otros.

2. Para contener las pasiones furiosas de los hombres.

CONCLUSI�N. Perm�tanos en toda nuestra conducta a nuestros semejantes reconocer pr�cticamente el principio de que con qu� medida medimos se nos medir� nuevamente. "El que hace rodar la piedra, volver� sobre �l". La piedra de venganza y malicia que arrojaste sobre otra volver� sobre la cabeza que la rodaste, regresa con un impulso terrible, vuelve para aplastarte.

Zacar�as 12:4

Un buen momento para las buenas personas.

"En ese d�a, dice el Se�or, herir� a todos los caballos con asombro, y a su jinete con locura; y abrir� mis ojos sobre la casa de Jud�, y herir� a todos los caballos del pueblo con ceguera", etc. Las palabras, que son confesivamente dif�ciles, si no imposibles de interpretar correctamente (para algunos dicen que deben tomarse literalmente, otras espiritualmente; algunas hist�ricamente, otras prof�ticamente), pueden usarse de manera justa para ilustrar un buen momento para las buenas personas. En relaci�n con este buen momento, observo:

I. ES UN MOMENTO EN QUE SUS ENEMIGOS SER�N VENCIDOS. "En ese d�a, dice el Se�or, herir� a todos los caballos con asombro, y a su jinete con locura; y abrir� mis ojos sobre la casa de Jud�, y herir� a todos los caballos del pueblo con ceguera". Aqu� se ve amenazado el derrocamiento de los enemigos de Jerusal�n. "El Se�or", dice Keil, "arrojar� la mente y el esp�ritu de la fuerza militar del enemigo a tal confusi�n que, en lugar de da�ar a Jerusal�n y Jud�, se precipitar� hacia su propia destrucci�n. Caballos y jinetes individualizan las fuerzas b�licas del enemigo. El jinete, herido de locura, vuelve su espada contra sus propios camaradas en la batalla. Por otro lado, Jehov� abrir� sus ojos sobre Jud� para su protecci�n ( 1 Reyes 8:29; Nehem�as 1:6; Salmo 32:8). Esta promesa se ve reforzada por la repetici�n del castigo que se infligir� al enemigo. No solo con alarma, sino con ceguera, el Se�or herir� a sus caballos. Tenemos Un ejemplo de esto en 2 Reyes 6:18, donde el Se�or hiri� al enemigo con ceguera en respuesta a la oraci�n de Eliseo, es decir, con ceguera mental, de modo que, en lugar de apoderarse del profeta, cayeron en manos de Israel. Las tres plagas, timmahon, shigga?on y ?ivvaron, son aquellas con las que los israelitas rebeldes est�n amenazados en Deuteronomio 28:28. La casa de Jud� es la naci�n del pacto, la poblaci�n de Jud�, incluidos los habitantes de Jerusal�n, como podemos ver en lo que sigue. "Ahora, si esta conquista se refiere a los triunfos de los Macabeos, o a algunas maravillosas victorias de los jud�os en algunos tiempos futuros, una cosa est� clara para nosotros, que llegar� el momento para todas las personas buenas cuando sus enemigos ser�n completamente destruidos. A todo buen hombre se le promete esta victoria. "S� fiel hasta la muerte, y te dar� una corona de la vida ".

II ES UN MOMENTO EN QUE SU PODER SER� AUMENTADO. El poder aqu� prometido es:

1. El poder de la unidad. "Los gobernadores de Jud� dir�n en su coraz�n: Los habitantes de Jerusal�n ser�n mi fortaleza en el Se�or de los ej�rcitos su Dios" "Observen aqu�", dice el Dr. Wardlaw, "la confianza de los l�deres en el pueblo. Sin la concurrencia del pueblo ayuda, sus consejos y planes y direcciones podr�an, por supuesto, ser de poca utilidad. Esto deber�an sentir los gobernantes, y deber�an exultarse al ver qu� terreno ten�an para confiar plenamente en ellos en tiempos de presi�n y peligro, lo que implica unanimidad y un valor intr�pido , combinado con un esfuerzo perseverante, por parte de los habitantes. Esta uni�n y valor ser�a la "fuerza" de sus l�deres, sin los cuales deben encontrarse completamente impotentes. Un soldado o poblaci�n dividido, desanimado, desalmado, cobarde, es debilidad , desilusi�n e incomodidad ante los planes mejor concebidos de los l�deres m�s audaces, prudentes y experimentados ". Todas las personas buenas de toda la tierra alg�n d�a estar�n completamente unidas, unidas, no en opini�n, porque esto ser�a, si es posible, indeseable; pero en devoci�n a Cristo, el Centro com�n. Esta uni�n es fuerza, fuerza divina, "fuerza en el Se�or de los ej�rcitos". "Fuerte en el Se�or y en el poder de su poder".

2. El poder de la conquista. "En ese d�a har� a los gobernadores de Jud� como un hogar de fuego en medio del bosque, y como una antorcha de fuego en una gavilla; y devorar�n a toda la gente alrededor, a la derecha ya la izquierda". o, como lo expresa el Dr. Henderson, "En ese d�a har� a los jefes de Jud� como una olla de fuego entre palos de madera, y como una antorcha de fuego en una gavilla, y consumir�n a toda la gente alrededor, en el mano derecha y a la izquierda ". Como el fuego consume la madera y la gavilla de paja, los hombres de Jerusal�n tendr�an poder para conquistar a toda la gente "a su alrededor, a la derecha y a la izquierda". Dios invierte a todos los hombres buenos con poder para conquistar a sus enemigos espirituales; Este es el poder de la fe, la fe que vence al mundo. Este poder, aunque d�bil en la mayor�a, triunfa en muchos (ver Hebreos 11:1). Un d�a todo lo conquistar�.

III. ES UN MOMENTO EN QUE SER�N COLOCADOS EN SU HOGAR. "Y Jerusal�n ser� habitada nuevamente en su propio lugar, incluso en Jerusal�n". Jerusal�n, en primera instancia, representa a los jud�os, y en segunda instancia a la ciudad o al pa�s. Significa, por lo tanto, que en este buen momento, ya sea en el pasado o en el futuro, algunos, si no todos, los jud�os que se dispersaron en el extranjero regresar�n y se establecer�n en su propio hogar. El lenguaje expresa preocupaci�n y posesi�n permanente. Los que regresan, ya sea de Egipto, Babilonia o de otros lugares, regresar�n y se establecer�n en su antiguo hogar. Llega un momento para todas las personas buenas cuando se establezcan en una vivienda permanente. Aqu� son "extra�os y peregrinos", y "no tienen una ciudad permanente". Pero les espera un pa�s glorioso, una "herencia incorruptible, sin mancha, y que no se desvanece".

IV. ES UN MOMENTO EN EL QUE SER�N BENDECIDOS CON IGUALDAD DE PRIVILEGIOS.

1. Deb�an tener igual honor. "El Se�or tambi�n salvar� primero las tiendas de Jud�, para que la gloria de la casa de David y la gloria de los habitantes de Jerusal�n no se engrandezcan contra Jud�". La traducci�n del Dr. Henderson expresa esto: "Y Jehov� entregar� primero las carpas de Jud�, para que el esplendor de la casa de David y el esplendor de los habitantes de Jerusal�n no se magnifiquen por encima de Jud�".

2. Deb�an tener igual protecci�n. "En ese d�a el Se�or defender� a los habitantes de Jerusal�n; y el que sea d�bil entre ellos en ese d�a ser� como David; y la casa de David ser� como Dios, como el �ngel del Se�or delante de ellos. Y ser� acontecer� en ese d�a, que tratar� de destruir a todas las naciones que vienen contra Jerusal�n ". Al h�roe Jerusal�n se le promete protecci�n contra el enemigo, y "el que sea d�bil entre ellos en ese d�a ser� como David". "Para el jud�o, David era el tipo m�s alto de fuerza y ??gloria en la tierra ( 2 Samuel 17:8), un hombre de guerra ( 2 Samuel 18:3); as� se convertir� el ciudadano m�s d�bil de Jerusal�n ( Joel 3:10) ". "Y la casa de David ser� como Dios, como el �ngel del Se�or delante de ellos". "El �ngel Divino que los precedi� a trav�s del desierto, el tipo m�s alto de fortaleza y gloria en el cielo ( �xodo 23:20; �xodo 32:34). La casa de David es el pr�ncipe y su la familia surgi� de David ( Ezequiel 45:7, Ezequiel 45:9). La casa de David estaba en un estado relativamente d�bil ". Ahora, llegar� un momento en que todas las personas buenas tendr�n honor distinguido y protecci�n completa. Se establecer�n en la Jerusal�n celestial; �y qu� ciudad es esa (ver Apocalipsis 21:1)!

CONCLUSI�N. Aunque no he podido presentar lo que siento que es una interpretaci�n satisfactoria de estas palabras, ni he intentado darles un significado espiritual, conf�o en que, al usarlas como una ilustraci�n del buen momento que viene por el bien, He presentado una aplicaci�n leg�tima y �til. Un tiempo glorioso espera a todos los hombres buenos, en todas las tierras, iglesias, naciones, un tiempo en el que ser�n librados de todo mal y ser�n puestos en posesi�n permanente de todo bien. Al ver que buscamos tales cosas, "�qu� clase de personas debemos ser en toda conversaci�n santa y piedad?" etc.�D.T.

Zacar�as 12:10

Pena penitencial.

"Y derramar� sobre la casa de David, y sobre los habitantes de Jerusal�n, el esp�ritu de gracia y de s�plicas; y mirar�n a m� a quien traspasaron, y llorar�n por �l, como uno llora por su �nico hijo, y estar� en amargura por �l, como alguien que est� en amargura por su primog�nito, "etc. A cualquier evento particular al que se refiera este pasaje, el tema es obvio y lo m�s importante, a saber. la del dolor penitencial. Y cinco cosas relacionadas con esto son notables.

I. LOS SUJETOS DE ESTE DOLOR PENITENCIAL. Son jud�os y no gentiles. "La casa de David y los habitantes de Jerusal�n", expresiones que designan a todo el pueblo israelita. El pueblo jud�o a menudo hab�a sido reducido a este estado de tristeza. Cuando estuvieron en cautiverio en Babilonia, lloraron cuando "recordaron a Si�n". "La escena", dice el Dr. Wardlaw, "representa una semejanza muy cercana a las que se registraron en la restauraci�n de Babilonia, cuando Jehov�, despu�s de haberles influenciado individualmente para que volvieran a s� mismos y pusieran sus rostros con anhelo. deseo, a la tierra de sus padres, inclinaron sus corazones, cuando as� se reunieron en casa, a actos sociales y colectivos de humillaci�n y oraci�n. Las oraciones de Esdras y Nehem�as en esas ocasiones podr�an tomarse como modelos, en el esp�ritu y hasta en el esp�ritu. asunto de ellos, por las s�plicas de Jud� e Israel cuando regresaron de sus dispersiones m�s amplias y duraderas ".

II LA CAUSA DE ESTA DOLOR PENITENCIAL. "Voy a verter". El profeta Joel ( Joel 2:28) se refiere a esta efusi�n de influencia divina. "Y suceder� despu�s, que derramar� mi Esp�ritu sobre toda carne". Todo arrepentimiento genuino por el pecado se origina con Dios. �l env�a a las almas humanas el esp�ritu de gracia y de s�plicas. El esp�ritu de gracia es el esp�ritu que produce en la mente del hombre la experiencia de la gracia de Dios; y esta experiencia produce arrepentimiento e inspira la oraci�n.

III. LA OCASI�N DE ESTE DOLOR PENITENCIAL, "Y mirar�n a m� a quien traspasaron". "La expresi�n 'sobre m�'", dice Hengstenberg, "es muy notable. Seg�n el vers�culo 1, el Orador es el Se�or, el Creador de la tierra del cielo. Pero es evidente por lo que sigue que no debemos limitar nuestro piensa exclusivamente en un Dios invisible que est� m�s all� del alcance del sufrimiento, porque el mismo Jehov� se representa a s� mismo como traspasado por los israelitas, y luego se lamenta por ellos con amargo remordimiento. del Dios Alt�simo, a quien el profeta atribuye incluso los nombres m�s exaltados de Dios, a causa de su participaci�n en la naturaleza Divina, a quien se describe en el cap. 11. como el oficio de Pastor sobre su pueblo, y que ten�a sido recompensado por ellos con ingratitud de base ". "Me mirar�n a quien traspasaron, y llorar�n por �l". El "yo" y el "�l" son la misma Persona, y esa Persona que dice, en el vers�culo 10, "Derramar� sobre la casa de David". En la primera cl�usula est� hablando de s� mismo; En la segunda cl�usula, el profeta habla de �l. El Mes�as fue traspasado, y traspasado por los jud�os: "Perforaron mis manos y mis pies". Una visi�n creyente de Cristo produce este dolor penitencial.

"�Ay! E sangr� mi Salvador,

�Y mi Redentor muere?

�Dedic� su cabeza sagrada

�Por un gusano como yo?

IV. LA PUNTANCIA DE ESTE DOLOR PENITENCIAL. "Y llorar�n por �l, como se lamenta uno por su �nico hijo, y se amargar�n por �l, como quien llora por su primog�nito". "Hay pocos estados de dolor m�s profundo y agudo que este: lo que sienten los padres cari�osos cuando se les priva de esos objetos de sus m�s grandes afectos; el �nico objeto solitario de su amor paternal concentrado; o el primog�nito y el creciente apoyo y esperanza de su casa." En cuanto a la conmoci�n de este dolor, se dice adem�s: "En ese d�a habr� un gran luto en Jerusal�n, como el luto de Hadadrimmon en el valle de Meguid�n", etc. Quiz�s el mayor dolor jam�s conocido entre los jud�os fue la tristeza en el valle de Meguid�n, ocasionada por la muerte del rey Jos�as ( 2 Cr�nicas 35:24). Jerem�as compuso un canto f�nebre en la ocasi�n, y otras odas y lamentaciones fueron compuestas, y fueron cantadas por hombres y mujeres. Pero la verdadera pena penitencial es mucho m�s conmovedora que la ocasionada por la muerte de un hijo �nico o un rey noble. Est� te�ido de remordimiento moral.

V. LA UNIVERSALIDAD DE ESTE SORROW POIGNANTE. "Y la tierra llorar�, cada familia aparte", etc. Todas las familias de la tierra llorar�n, y todos llorar�n "aparte". La tristeza profunda anhela la soledad.

CONCLUSI�N. Hay un evento en la historia, ya sea que se haga referencia a tal evento aqu� o no, que responde mejor a la descripci�n aqu� del dolor penitencial que cualquier otro en las cr�nicas del mundo; Es el d�a de Pentecost�s. Miles de jud�os se reunieron ese d�a desde todas partes del mundo conocido. Pedro predic� a la gran asamblea y los acus� de haber crucificado al Hijo de Dios. El Esp�ritu Santo descendi� sobre la vasta congregaci�n, y el resultado fue que, "cuando oyeron esto, fueron pinchados en su coraz�n" ( Hechos 2:37). Lejos en el futuro, puede ser, un per�odo comenzar� en la historia jud�a cuando todos los descendientes de Abraham experimentar�n la pena penitencial que se describe aqu�.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Zechariah 12". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/zechariah-12.html. 1897.