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Zacarías 14

Los Comentarios del PúlpitoLos Comentarios del Púlpito

Versículos 1-21

EXPOSICI�N

Zacar�as 14:1, Zacar�as 14:2

� 5. Las aflicciones de las personas y sus resultados se exponen en figura y s�mbolo. Jerusal�n es representada como tomada y saqueada.

Zacar�as 14:1

El d�a del Se�or; un d�a de (o, a) Jehov� viene. Las versiones griegas y latinas tienen el plural "d�as del Se�or". Es un momento en el que manifestar� especialmente su gloria y poder, y ser� reconocido por permitir el juicio de su pueblo con prop�sitos sabios. Es imposible fijar cualquier cumplimiento hist�rico de esta profec�a. Los detalles no se ajustan ni a la �poca macabea ni a la romana; El intento de definir exactamente el per�odo y la materia de su cumplimiento ha resultado ser un fracaso y ha llevado a una mezcla de eventos de fechas muy diferentes, y a un conglomerado de sentidos literales, metaf�ricos y anag�gicos, lo que crea confusi�n al suponer explicar dificultades. La interpretaci�n literal debe ser resignada, y toda la profec�a debe ser tomada para adumbrar el reino de Dios en su prueba, desarrollo y triunfo. Tu bot�n ser� dividido. Jerusal�n se dirige; y el profeta insin�a que el enemigo tomar� posesi�n de la capital, la saquear� y dividir� su bot�n entre ellos con la mayor seguridad, ya que los habitantes estar�n totalmente a merced de los conquistadores.

Zacar�as 14:2

Ahora se muestra c�mo suceder� esto. Porque reunir� a todas las naciones. Dios usa a las naciones gentiles como sus instrumentos en esta prueba de su pueblo; son los fuegos por los cuales refina y purifica a sus elegidos ( Joel 3:2, Joel 3:9). La ciudad ser� tomada. Los ultrajes ofrecidos a la ciudad cautiva son los que se indican en el caso de Babilonia ( Isa�as 13:16; comp. Lamentaciones 5:11, etc.). La mitad de la ciudad. El t�rmino "mitad" no debe ser presionado, como si contradijera la menci�n de los dos tercios que perecer�an, seg�n la predicci�n en Zacar�as 13:8. Es una mera expresi�n ret�rica. O puede aplicarse solo a la ciudad, mientras que el otro se refiere a toda la tierra. No se quedar� fuera. En el antiguo cautiverio toda la gente se dej� llevar; En esta captura de la ciudad quedar� un remanente en ella. Es claro de esta declaraci�n que la profec�a no puede aplicarse a la destrucci�n de la ciudad por los romanos; porque, seg�n el relato de Josefo ('Bell. Jud.,' Romanos 6:9), la ciudad misma fue arrasada, y todos los habitantes fueron asesinados o vendidos como esclavos.

Zacar�as 14:3

� 6. Entonces el Se�or mismo viene en su ayuda, grandes convulsiones de la naturaleza que acompa�an su presencia.

Zacar�as 14:3

Saldr�. Se dice que Dios "sale" cuando manifiesta su poder liberando a su pueblo y castigando a sus enemigos (comp. Isa�as 26:21; Isa�as 42:13; Miqueas 1:3 ) Como cuando luch� en el d�a de la batalla. El hebreo es en t�rminos generales, "como cuando pelea en un d�a de batalla" o "masacre"; Septuaginta, ????? ????? ?????????? ????? ?? ????? ???????, "como un d�a de su batalla en un d�a de guerra"; Vulgate, sicut praeliatus est in die certaminis. No hay nada en el texto que limite la referencia a ninguna interposici�n especial; se refiere m�s bien al curso general de la providencia de Dios en la defensa de su pueblo, aunque, sin duda, el profeta tiene en mente el acto supremo de la misericordia en el Mar Rojo ( �xodo 14:13, �xodo 14:14, �xodo 14:25), que a menudo se denomina liberaci�n t�pica (comp. Isa�as 11:11; Jeremias 16:14; Jeremias 23:8; Habacuc 3:15; y arriba, Zacar�as 10:11).

Zacar�as 14:4

Sus pies se parar�n. Con esta teofan�a vendr� en ayuda de su pueblo; la naturaleza har� su voluntad, siendo due�o de la presencia de su Hacedor. Sobre el Monte de los Olivos ... al este. Este monte se encontraba al este de Jerusal�n, del cual estaba separado por el profundo valle del Kidron, que se elevaba a una altura de unos seiscientos pies e interceptaba la vista del desierto de Judea y el Jord�n Ghor. El detalle geogr�fico se agrega en el texto para indicar la l�nea de escape que se abrir� para aquellos que van a ser dados de baja. Este es el �nico lugar en el Antiguo Testamento donde el Monte de los Olivos se llama as� exactamente; pero a menudo se alude a; p.ej. 2 Samuel 15:30; 1 Reyes 11:7; 2 Reyes 23:13 (donde se llama "el monte de la corrupci�n"), etc. Se partir� en medio de la misma. Como se supone que el enemigo debe acosar a Jerusal�n, para hacer imposible escapar por cualquier camino ordinario, el Se�or abrir� un camino a trav�s del centro de la monta�a (cuando abri� un camino a trav�s del Mar Rojo), cortando la colina en Sunder, las dos partes se mueven de norte a sur, y dejan un gran valle que corre de este a oeste, y que conduce a la Arabah.

Zacar�as 14:5

Huir�s al valle de las monta�as; huir�is por el valle de mis monta�as; es decir, por el barranco hecho por la divisi�n de Olivet en dos, que Dios llama "mi monta�a", debido a su especial interposici�n. Septuaginta, ??????????? ? ?????? ??? ????? ???, "El valle de mis monta�as ser� bloqueado;" Vulgata, Fugietis ad vallem montium eorum. La �ltima palabra es probablemente un error para el meorum. En el abismo formado milagrosamente, el remanente huir� en busca de refugio. Hasta azal; ??? ?????; usque ad proximum (Vulgata); entonces S�maco Si Azal, o Azel, es un nombre propio, con cierta probabilidad se identifica con Beth-ezel, mencionado en Miqueas 1:11, una aldea al este de Olivet. El significado en este caso es que el valle debe extenderse desde el oeste hasta el lado este del Monte de los Olivos, y que en �l la gente encontrar� un asilo, para que no participen en los juicios que recaen sobre el enemigo. Algunos consideran que Azal significa "uni�n" y ven en �l un s�mbolo de la uni�n de la Ley y el evangelio, o el jud�o y el gentil, en una Iglesia: el valle de la monta�a de Dios se extiende hasta la "uni�n"; es decir, envolver a todos los fieles (ver Wordsworth, en loc.). El terremoto en los d�as de Uz�as. Esto se menciona en Am�s 1:1, pero no en los libros hist�ricos (ver nota en Amos, loc. Cit.). La intervenci�n del Se�or est� aqu� acompa�ada de un terremoto, que produce el mismo p�nico que en la ocasi�n anterior y hace huir a los habitantes. Vendr�. Herir a sus enemigos y defender a su pueblo. Todos los santos (santos) contigo. Las versiones tienen "con �l"; y as� muchos manuscritos hebreos. Pero tales cambios abruptos de personas no son infrecuentes (ver nota en Zacar�as 2:8). Los "santos" son los �ngeles (comp. Deuteronomio 33:2; Job 5:1; Daniel 7:10; y las predicciones paralelas en Mateo 24:30, Mateo 24:31; Mateo 25:31).

Zacar�as 14:6

La luz no ser� clara ni oscura. Las versiones griega, sir�aca y latina dicen: "No habr� luz, sino fr�o y hielo". Con la ausencia de luz y sol vendr� una helada amarga, que impide toda actividad, y mata la vida: o, tomando la representaci�n de la Septuaginta, ya no habr� intercambio de estaciones, sino un sol duradero. Es evidente que se pretende un momento de angustia y calamidad, y que el pasaje es amenazante y no consolador, al menos, al principio. Hay una base s�lida para la representaci�n del margen de la Versi�n Revisada, adoptado por Cheyne y otros, que es seg�n el Khetib: "No habr� luz, los brillantes se contraer�n"; es decir, los cuerpos celestes contraer�n su luz, o se amontonar�n confusamente juntos, y dejar�n de brillar. La predicci�n en este caso puede compararse con la de Joel 3:15; Isa�as 13:10; y en Mateo 24:29; Apocalipsis 6:12, Apocalipsis 6:13. La versi�n autorizada se explica en el margen, es decir, "No ser� clara en algunos lugares y oscura en otros lugares del mundo", un brillo que es inadmisible.

Zacar�as 14:7

Un d�a. Un d�a �nico, sin paralelo (comp. Entonces Zacar�as 6:9; Ezequiel 7:5). Lo cual ser� (es) conocido por el Se�or. Su car�cter peculiar, y el momento de su llegada, son conocidos por Dios, y solo Dios ( Mateo 24:36). Ni de d�a ni de noche. No se puede llamar verdaderamente uno u otro, porque hay oscuridad en el d�a y luz en la noche, como dice la siguiente cl�usula. San Efraem explica esto simb�licamente: "No ser� un consuelo ni una aflicci�n del todo". No es pleno d�a, para prensas de calamidad; No es noche profunda, porque hay esperanza en medio de la angustia. Al anochecer habr� luz. En medio de la angustia y el peligro vendr� la liberaci�n. Toda la secci�n es una descripci�n figurativa de las fortunas de la Iglesia militante, incluso cuando Cristo anunci� a sus disc�pulos: "En el mundo tendr�is tribulaci�n; pero confiad, yo he vencido al mundo" ( Juan 16:33); "Si me han perseguido, tambi�n te perseguir�n a ti" ( Juan 15:20); "No se turbe vuestro coraz�n, ni tenga miedo" ( Juan 14:27).

Zacar�as 14:8

� 7. Entonces ocurrir� una temporada de alegr�a. La tierra ser� transformada y renovada, y el Se�or ser� el �nico Rey de toda la tierra.

Zacar�as 14:8

Aguas vivas; es decir, agua fresca, pura y perenne ( G�nesis 26:19; Jeremias 2:13), una figura de las bendiciones y gracias espirituales otorgadas por Dios a su Iglesia. Desde Jerusal�n, como centro y representante del reino de Dios, como en Zacar�as 12:2. La ciudad misma era, como sabemos, abundantemente abastecida de agua por muchos conductos y canales subterr�neos; pero de pie, como lo hace, rodeado de colinas m�s altas que s� mismo, es f�sicamente imposible que las aguas puedan fluir literalmente como se indica.

La descripci�n es simb�lica, aunque se supone que las caracter�sticas naturales del pa�s deben cambiarse para preservar la verosimilitud (comp. Ezequiel 47:1, etc .; Joel 3:18). El antiguo mar (oriental) ... el mar obstaculizado (occidental). El Mar Muerto es un mar de tejas orientales para uno que mira hacia el amanecer desde Jerusal�n: el Mediterr�neo es el mar occidental, a espaldas del observador. En cada cuarto fluir� la corriente saludable. En verano y en invierno. Ni la sequ�a ni las heladas detendr�n su flujo perenne. "Tanto en tiempos de paz como de persecuci�n, esas aguas continuar�n su curso" (San Jer�nimo); Septuaginta, "En verano y en primavera", una representaci�n que parece indicar el hogar de la versi�n alejandrina.

Zacar�as 14:9

Toda la tierra; toda la tierra de Israel ( Zacar�as 14:8, Zacar�as 14:10) - un tipo del reino de Dios en toda su extensi�n ( Apocalipsis 11:15, "Los reinos de este mundo se ha convertido en los reinos de nuestro Se�or y de su Cristo, y �l reinar� por los siglos de los siglos "). �Habr� un solo Se�or? m�s bien, Jehov� ser� uno. Ser� universalmente reconocido como "el bendito y �nico Potentado" ( 1 Timoteo 6:15). Su nombre uno. La idolatr�a ser� abolida, y el �nico Dios ser� adorado en todas partes (comp. Zacar�as 13:2; Deuteronomio 6:4). Los hombres ya no atribuir�n operaciones y efectos a varios poderes celestiales, sino que ver�n y confesar�n que todos se derivan y se centran en �l, y que solo son diferentes revelaciones de su naturaleza y atributos inefables. De hecho, no vemos esta predicci�n cumplida, pero la gracia para lograrla est� lista y operando; son solo las perversas voluntades de los hombres las que impiden el prop�sito misericordioso de Dios.

Zacar�as 14:10

Toda la tierra se convertir� en una llanura. Para indicar la exaltaci�n y la estabilidad del centro de la nueva teocracia, el profeta anuncia que todo el pa�s alrededor de Jerusal�n se convertir� en una llanura, dominada por la metr�poli, que se alza sublime en una alta monta�a. La versi�n revisada dice: "se convertir� como el Arabah", es decir, como el Jordan Ghor, un valle de fertilidad anormal. De Geba a Rimmon, al sur de Jerusal�n; es decir, desde el norte de Jud� hasta su l�mite sur. Geba era una ciudad y un distrito al borde del gran Wady Suweinit, a cinco millas al norte de Jerusal�n. Se identifica con Jeba ( 1 Samuel 13:3), y form� el l�mite norte del reino de Jud� ( Josu� 18:24). Rimmon se describe como "sur de Jerusal�n", para distinguirlo de una ciudad del mismo nombre en Galilea ( Josu� 19:13), y de la famosa roca Rimmon, a la que huyeron los benjamitas ( Jueces 20:45, Jueces 20:47). Estaba situado en el territorio de Sime�n ( Josu� 15:32; Josu� 19:7), y se ha identificado con Umm-er-Rummamin, una ciudad a diez millas al norte de Beerseba. Se levantar�. Jerusal�n permanecer� exaltada en su colina, mientras que todo el pa�s se hunde en una llanura, una figura que representa la exaltaci�n espiritual de la nueva teocracia. Habitado en su lugar; o, habitar� en su lugar. Ocupar� sus l�mites antiguos y permanecer� all� sin temor (comp. Jeremias 31:38-24; Ezequiel 48:15, etc.). Desde la puerta de Benjamin, etc. (Jeremias 37:13). Es dif�cil definir los l�mites dados con certeza en cada particular. La puerta de Benjam�n es la misma que la puerta de Efra�n ( 2 Reyes 14:13; Nehem�as 8:16), llamada as� como conduciendo al territorio de Benjam�n, y m�s all� nuevamente a la de Efra�n. Estaba situado en el norte o en el segundo muro. Desde este punto se sigue el curso del muro, primero hacia el oeste y luego hacia el este. La primera puerta. Esto estaba en la parte oriental de este muro, y es lo mismo que "la puerta vieja" o "puerta de la ciudad vieja", de Nehem�as 12:39. La puerta de la esquina ( 2 Reyes 14:13; Jeremias 31:38) estaba en la esquina noroeste, al oeste de la puerta de Benjamin, en el �ngulo donde se acercaban la primera y la segunda pared. Estas dimensiones dar�an la amplitud de la ciudad de este a oeste. La torre de Hananeel ( Nehem�as 3:1: l) estaba en la esquina noreste del muro norte, donde se alzaba luego la ciudadela Basis o Antonia. Las prensas de vino del rey probablemente estaban cerca del "jard�n del rey" ( Nehem�as 3:15), en el extremo sureste de la ciudad. Es posible que hayan sido cortados de la roca, como sol�a ser el caso. Esta descripci�n da la extensi�n de la ciudad de norte a sur. As�, Zacar�as ilustra el crecimiento y la estabilidad de la Iglesia de Dios mediante la figura de la ciudad terrenal de Jerusal�n, construida de manera firme y ordenada, y habitada por una poblaci�n abundante, como muestra el siguiente vers�culo. No hay fundamento para esperar el cumplimiento literal de esta predicci�n.

Zacar�as 14:11

Los hombres habitar�n en ella. No habr� l�grimas de exilio y cautiverio, y no ser� necesario volar desde un enemigo victorioso ( Zacar�as 14:2, Zacar�as 14:5). Destrucci�n total; literalmente, maldici�n, prohibici�n; LXX y Vulgate, "No habr� m�s anatema". Los habitantes no incurrir�n en la maldici�n infligida a los transgresores, id�latras y sus ciudades por la antigua Ley (ver �xodo 22:20; Deuteronomio 7:2; Deuteronomio 13:12-5 ; Deuteronomio 20:17; comp. Esdras 10:8; Isa�as 43:28; Apocalipsis 22:3). Ser� habitada de forma segura; o, habitar� con seguridad. Eliminado el pecado, no habr� m�s ocasiones para el castigo; y la Jerusal�n espiritual nunca ser� destruida.

Zacar�as 14:12

� 8. Habiendo notado las bendiciones sobre los verdaderos israelitas, el profeta da m�s detalles sobre la destrucci�n de los enemigos: perecer�n por la peste, por la matanza mutua, por la espada de Jud�.

Zacar�as 14:12

Esta ser� la plaga. Estos son los instrumentos que el Se�or usa cuando lucha contra las naciones (no contra el pueblo, como en la Versi�n Autorizada), Zacar�as 14:3. La plaga, o herida (maggephah), es una aflicci�n de contagio enviada por Dios, como en �xodo 9:14; N�meros 14:37; 1 Samuel 6:4. Su. Es, en hebreo, "su carne, sus pies", etc. para mostrar que la plaga general se extiende a cada individuo. En la �ltima cl�usula se usa el plural, "su boca". Con cuerpo, ojos y lengua se opusieron a la ciudad santa, y se deleitaron con su desconcierto: en todos sus miembros sufrir�n castigos retributivos. Mientras se paran sobre sus pies. La carne de cada uno se pudrir� y se formar�, mientras �l todav�a est� vivo y dispuesto contra la ciudad de Dios. Agujeros; remojos Los ojos hab�an visto los puntos d�biles de la defensa y miraban con malicioso placer la derrota y la ca�da. Lengua. Hab�an blasfemado contra Dios y gritado contra su lugar sagrado: "�Abajo, hasta el suelo!"

Zacar�as 14:13

Un gran tumulto del Se�or ( Zacar�as 12:4). Un p�nico o confusi�n general enviado por el Se�or, como el de los madianitas ( Jueces 7:22) y los filisteos (l Samuel Zacar�as 14:20), que termina en una matanza mutua. Agarrar�n a todos, etc. En este p�nico general, cada uno tomar� la mano de su vecino con feroz contenci�n. La siguiente cl�usula tiene el mismo significado (comp. Zacar�as 11:6).

Zacar�as 14:14

Jud� tambi�n pelear� en Jerusal�n. El adversus Jerusal�n de la Vulgata y algunos int�rpretes jud�os es un error, e introduce una idea totalmente irrelevante. El significado es que los jud�os de las afueras de Jerusal�n, la naci�n en general, se unir�n al ataque, caer�n sobre el enemigo, ahora adelgazado por la pestilencia y los conflictos internos dentro de los muros de la ciudad, y prevalecer�n contra ellos (comp. Zacar�as 12:6). Septuaginta, ?????? ??????????? ?? ??????????, "Jud� desplegar� sus fuerzas en Jerusal�n". La riqueza de todos los paganos (naciones) alrededor. El costoso bot�n del enemigo caer� en manos de Jud�. As�, la Iglesia sale victoriosa de las persecuciones, y se enriquece y adorna con los medios de quienes planearon su derrocamiento.

Zacar�as 14:15

As� ser� la plaga del caballo, etc. Como fue la plaga que vino sobre los hombres ( Zacar�as 14:12), as� ser� la plaga de marea que cae sobre sus bestias y ganado. Los animales brutos sufren por el pecado de sus due�os seg�n la prohibici�n de la antigua Ley ( Deuteronomio 13:15; comp. N�meros 16:32, N�meros 16:33; Josu� 7:24, Josu� 7:25). Carpas; campamentos Septuaginta, ???????????. El vers�culo ilustra la destrucci�n total que caer� sobre los enemigos de la Iglesia de Dios.

Zacar�as 14:16

� 9. Advertido por estas manifestaciones del poder de Dios, el residuo de las naciones se convertir� y se unir� a los hebreos en la adoraci�n regular de Jehov�.

Zacar�as 14:16

Todo lo que queda. Todos los paganos que atacaron la ciudad santa no ser�n destruidos; el remanente salvado peque�o se convierte en s�bdito del reino divino Subir� Esta es la frase usual para ir a Jerusal�n con el prop�sito de adorar (comp. Isa�as 2:2, Isa�as 2:3; Miqueas 4:2; Lucas 2:42; Juan 7:8). El profeta aqu� y en la siguiente cl�usula habla como jud�o a los jud�os, que conoc�an y observaban solo la forma prescrita de adoraci�n. Es evidente que el anuncio nunca podr�a cumplirse literalmente; el mundo gentil nunca podr�a venir anualmente a pagar sus devociones en Jerusal�n. La predicci�n solo puede significar que, bajo el reinado del Mes�as, los gentiles se convertir�n a la verdadera religi�n y adorar�n a Dios de manera regular y ordenada, el profeta insinu� esto en t�rminos derivados de la antigua dispensaci�n, que ten�a la sanci�n divina. La fiesta de los tabern�culos. Los israelitas deb�an presentarse ante el Se�or tres veces en el a�o ( �xodo 23:17; Deuteronomio 16:16) - en los festivales de la Pascua, Pentecost�s y Tabern�culos. Pero a los gentiles se les exige que se presenten solo una vez. La Fiesta de los Tabern�culos se elige para esta ocasi�n debido a su car�cter peculiar y las asociaciones de azulejos relacionados con ella. Conmemoraba no solo la recolecci�n de la cosecha, sino tambi�n la estad�a de Israel en el desierto y la marea. La protecci�n divina que les hab�a sido otorgada, y su entrada en la marea promet�a tierra; fue, por lo tanto, un s�mbolo apropiado del rescate de los gentiles del reino del diablo y su entrada en la Iglesia de Dios, donde disfrutaron de las bendiciones de la gracia y protecci�n de Dios. Tambi�n fue una fiesta m�s cat�lica, en cierto sentido, titul� la Pascua o Pentecost�s, no siendo tan distintivamente jud�a, pero una que todas las naciones podr�an mantener en agradecimiento al Dador de los beneficios materiales. Debemos recordar, tambi�n, que fue en esta fiesta que nuestro Se�or grit� ( Juan 7:37), "Si alguno tiene sed, que venga a m� y beba", y tambi�n se declar� ser "la Luz del mundo" ( Juan 8:12), dese�ndonos, tal vez, comprender que esta fiesta era la que deber�amos mantener, siendo la que lo establece especialmente como el Sustentador y Gu�a a trav�s de la peregrinaci�n de la vida.

Zacar�as 14:17

No saldr�; no sube Aquellos que descuidaron esta adoraci�n anual ser�n castigados de acuerdo con la amenaza en Deuteronomio 11:16, Deuteronomio 11:17. No llueve. El fracaso de la lluvia peri�dica en los pa�ses orientales signific� sequ�a, hambruna y angustia generalizada. En un sentido espiritual, la lluvia representa la gracia y la bendici�n de Dios; estos son retenidos de aquellos que se niegan a adorarlo y deliberadamente se separan de la Iglesia. La LXX tiene, ??? ????? ???????? ??????????????, "Estos se asociar�n con esos", es decir, se tendr� en cuenta entre aquellos enemigos cuyo castigo se ha mencionado anteriormente.

Zacar�as 14:18

Si la familia de Egipto no sube. Egipto es mencionado como el gran enemigo t�pico de Dios e Israel y, por lo tanto, es m�s desagradable al castigo si no obedece el llamado. Que no tenga lluvia. Esta interpretaci�n implica, lo que no es el hecho, que Egipto est� sin lluvia, y no depende de la lluvia para su fertilidad. La expresi�n en el texto es el�ptica, siendo simplemente "entonces no sobre ellos", y obviamente es natural decir "habr� lluvia". Como el ascenso del Nilo depende de las lluvias equinocciales en el interior, el fracaso de estas ser�a desastroso. Otra forma de representar el pasaje es combinar las cl�usulas y agregar una nota de interrogaci�n; as�: "�No habr� sobre ellos la plaga con que", etc.? La LXX y sir�aco omite lo negativo, ??? ??? ??????? ????? ? ??????, "Incluso sobre ellos ser� la plaga".

Zacar�as 14:19

El castigo; literalmente, pecado; ???????: peccatum; aqu�, obviamente, el castigo del pecado: el pecado con todas sus consecuencias fatales (comp. N�meros 18:22; Lamentaciones 3:39; Lamentaciones 4:6).

Zacar�as 14:20, Zacar�as 14:21

� 10. Entonces todo por igual ser� santo, y los imp�os ser�n excluidos por completo de la casa del Se�or.

Zacar�as 14:20

Sobre las campanas de los caballos. El profeta, que describe la santidad de la teocracia, usa im�genes extra�das de las costumbres rituales de la Ley. "Las campanas", dice Henderson, "eran peque�as placas met�licas, suspendidas de los cuellos o cabezas de caballos y camellos, en aras de adornos, y hac�an un tintineo al golpearse como platillos". Probablemente estas placas ten�an grabados los nombres de los propietarios. La Septuaginta da "brida", que posiblemente puede significar la palabra inusual metzilloth. SANTIDAD (santa) AL SE�OR; Sanctum Domino (Vulgata); ????? ?? ????? ????????????. Esta fue la inscripci�n en la placa de oro en la mitra del sumo sacerdote ( �xodo 28:36). La colocaci�n de esta inscripci�n en las trampas de los caballos significa que las cosas m�s comunes se volver�n santas, todas las cosas que los hombres usan para trabajar, obtener ganancias u ornamentos ser�n consagradas al servicio de Dios. Las ollas en la casa del Se�or. Las "ollas" son recipientes de santidad inferior utilizados para hervir la carne del sacrificio ( 1 Samuel 2:14; 2 Cr�nicas 35:13). Los cuencos delante del altar. Estos conten�an la sangre de las v�ctimas por rociar sobre el altar, y las libaciones sagradas, y eran considerados de santidad superior. El profeta anuncia que ahora todos ser�n santos, el m�s bajo igual al m�s alto.

Zacar�as 14:21

El �ltimo anuncio se amplifica. Cada maceta. Todos los buques del pa�s ser�n consagrados y utilizados en el servicio Divino. La distinci�n lev�tica ser� abolida, y el servicio del Se�or ser� la libertad perfecta. Cada miembro de la Iglesia, por humilde que sea su posici�n o sus intenciones, ser� un santo y apto para el uso del Se�or. El cananeo; mercator (Vulgata). La palabra se usa en el sentido de "tratante" o "comerciante" en Job 40: 1-24: 30 ( Job 41:6, Versi�n autorizada); Proverbios 31:24 (comp. Sofon�as 1:11). Si alguna embarcaci�n se pudiera utilizar ahora en el servicio de Dios, los fieles ya no estar�an obligados a comprar cuencos especiales a quienes los vendieran en los patios del templo ( Mateo 21:12). Pero es mejor de acuerdo con el contexto tomar "Canaanita" para referirse a cualquier persona impura o profana (comp. G�nesis 9:25; Le G�nesis 18:28, etc.). As�, Daniel, en la Historia de Susanna, vers�culo 56, se dirige al anciano malvado: "T� eres simiente de Chanaan, y no de Judas"; e Isa�as ( Isa�as 1:10) llama a los jefes de Israel "gobernantes de Sodoma" y "pueblo de Gomorra". En adelante, el "pueblo ser� todo justo" ( Isa�as 60:21). Habr� una, santa, Iglesia Cat�lica. As� se cumple la visi�n del candelabro dorado ( Isa�as 4:1.); y que esto deber�a suceder es el dise�o de las m�ltiples providencias y operaciones de Dios (comp. Apocalipsis 21:27; Apocalipsis 22:15).

HOMIL�TICA

Zacar�as 14:1

Una se�al de revelaci�n.

"He aqu�, el d�a del Se�or viene", etc. El "d�a del Se�or" aqu� mencionado parece ser el de la segunda venida de Cristo. Decimos esto en parte porque es una peque�a se�alizaci�n del ejercicio de poder de Jehov� contra sus enemigos, "como en el d�a de la batalla" ( 2 Pedro 1:16; 2 Tesalonicenses 2:8; Josu� 10:14, Josu� 10:42); en parte, tambi�n, porque debe aparecer en persona en el vecindario de Jerusal�n ( Zacar�as 14:4), como en cumplimiento de Mateo 23:39; Hechos 1:11, Hechos 1:12; y en parte, de nuevo, debido a los que se mencionan aqu� (final de Hechos 1:5) para aparecer en su suite (comp. Mateo 25:31; Daniel 7:10; Jud Daniel 1:14, Daniel 1:15; Apocalipsis 19:11). Entendido as� de ese estupendo evento, la profec�a parece describir

(1) sus antecedentes inmediatos; y

(2) sus resultados principales.

I. SUS ANTECEDENTES INMEDIATOS. Esto parece describirse aqu� solo en lo que respecta a "Jerusal�n": si entendemos de ese modo, como algunos lo hacen, la ciudad literal habitada de nuevo y asediada (ver arriba, Zacar�as 12:2) por el resto de la poblaci�n. naciones, o esa gran "ciudad espiritual", la Iglesia Cristiana ( G�latas 4:26; Hebreos 12:22; Apocalipsis 3:12). En cualquiera (o en ambos) de estos sentidos, vemos la condici�n de "Jerusal�n" en el momento previsto (nota "entonces" en Hechos 1:3). Por ejemplo, vemos:

1. La ciudad misma totalmente sometida. Todos sus baluartes est�n "tomados", sus "casas" separadas "secas", sus tesoros m�s selectos divididos audazmente por el enemigo seguro y triunfante en sus posiciones m�s centrales, y todo refugio contra las m�s profundas indignidades desapareci� por completo. 2 Su poblaci�n medio destruida. Cuando los habitantes de un barrio est�n diezmados por la enfermedad, es bastante horrible. �Aqu� tenemos una proporci�n de los perdidos solo cinco veces m�s! �Cada segunda casa deshabitada! �Cada familia menos a la mitad! Es dif�cil decir todo lo que apunta exactamente a esto; pero hay pasajes que conectan ese exceso de prueba sin muestras con la v�spera de la venida del Salvador, en Daniel 12:1; Mateo 24:12, Mateo 24:13; posiblemente, tambi�n, en un sentido espiritual, en Lucas 18:8.

II SUS RESULTADOS PRIMARIOS; verbigracia. como podr�a esperarse, muy grandes convulsiones naturales, o espirituales (comp. Hageo 2:6, y comienzo de 7; Malaqu�as 3:1, Malaqu�as 3:2). Hay tres cosas que se deben marcar sobre estos.

1. �Qu� poderosos son en la naturaleza! Dividir las aguas sin marea del Alto Mar Rojo en los viejos tiempos hab�a sido mucho. Hacer lo mismo por las aguas que fluyen de Jordania ( Josu� 3:16) quiz�s m�s. Para separar, como se profetiz� aqu�, en dos distritos, y porciones muy alejadas, el rango s�lido del Monte Olivet, m�s nuevamente. En cualquier caso, nada menos.

2. �Qu� trascendental en resultados! Jerusal�n, con el Monte Olivet pr�cticamente desaparecido de "antes", "en el este", donde hab�a estado durante tanto tiempo el objeto m�s llamativo (comp. Salmo 125:2), ya no ser�a el mismo lugar que antes. Donde antes hab�a una monta�a, ahora era un valle; donde una barrera, una v�a de escape, una v�a de escape completa hacia "Azal"; cualquiera, es decir; tan lejos como sea necesario (algunos), o bien al alcance de la mano (como otros). Ciertamente, si podemos juzgar por el caso de Sedequ�as ( 2 Reyes 25:4, 2 Reyes 25:5), el "camino de escape" en los asedios anteriores hab�a sido por una ruta muy diferente.

3. �Cu�n f�cilmente forjado! verbigracia. �Inmediatamente despu�s de la llegada del Maestro, por la mera fuerza de esa llegada, por el simple toque de sus pies! Compare, en s� mismo, no de manera improbable otra predicci�n de la misma ocurrencia, la sorprendente descripci�n de Habacuc 3:6; tambi�n 2 Tesalonicenses 2:8, "A quien el Se�or destruir� con el brillo de su venida", ya que la oscuridad se destruye, y eso instant�neamente, por la mera presencia de luz.

Observe, a partir de todo esto, las consecuencias inevitables de cada manifestaci�n de Cristo, especialmente, por supuesto, de la �ltima de todas.

1. Incre�bles cambios para todos. "Todo valle ser� exaltado, y cada monta�a y colina ser�n derribadas". Estos ser�n en parte, por supuesto, en el mundo de los sentimientos y el pensamiento. "Entonces los justos brillar�n", como ciertamente no lo hacen en la actualidad (ver tambi�n Mateo 20:16, y en otros lugares; y Hechos 3:20, Hechos 3:21) . En parte, tambi�n, est� lejos de ser improbable, en el mundo de la materia y el sentido. (Ver dichos pasajes, por un lado, como Salmo 67:6; Ezequiel 34:25, Ezequiel 34:26; Am�s 9:13; el mismo terreno que fue maldecido por el primer bien de Ad�n y luego por el segundo. V�ase, por otro, 2 Pedro 3:10, etc.)

2. Exceder el miedo a algunos. Muchos se encontrar�n huyendo como para salvar sus vidas, incluso de la misma manera que lo hicieron con motivo de ese terrible terremoto en los d�as de Uz�as, cuyo terror se hab�a grabado tan profundamente en la mente nacional. Nunca antes hab�a habido un miedo mayor que el que habr� en "ese d�a" ( Mateo 24:30; Isa�as 2:19; Apocalipsis 6:15).

3. Triunfo correspondiente a los dem�s. �Cu�ntas cosas que ahora dividen a Cristo de su pueblo, cu�ntas que ahora separan a su pueblo el uno del otro, ser�n cosas del pasado! Todos sus "santos" estar�n con �l entonces ( 2 Tesalonicenses 2:5), y con �l para siempre ( 1 Tesalonicenses 4:17). En consecuencia ( 1 Juan 3:2; 1 Corintios 15:49), al final ser�n completamente "como �l"; y por lo tanto, tambi�n, como el uno al otro; y por lo tanto, nuevamente, �no se divide m�s! Ya no, cuando por fin est�n en presencia del Maestro, "disputar�n", como alguna vez lo hicieron "por cierto".

Zacar�as 14:6

Un maravilloso dia.

"Y suceder� en ese d�a, que la luz no ser� clara, ni oscura", etc. Por oscuros que sean, en algunos aspectos, los versos iniciales de este pasaje, el "d�a" del que hablan es, muy manifiestamente, un d�a en s� mismo. Qu� extra�o, por ejemplo; �El car�cter de su luz! �Es la luz del "d�a"? o la oscuridad de la "noche"? �Qu� extra�o, tambi�n, es su tiempo, por lo que deber�a ser, aparentemente, en su momento m�s brillante justo cuando ya no hay m�s luz del d�a (fin de Zacar�as 14:7)! En conjunto, una especie de "d�a" solo completamente "conocido por el Se�or" (ver, aunque no exactamente en la misma conexi�n, Mateo 24:36). Correspondiente a esto, en otros aspectos tambi�n, ser� el car�cter de ese d�a. En particular, "Jerusal�n" ser�, como nunca antes,

(1) un centro de bendici�n;

(2) un centro de gobierno; y

(3) un centro de fuerza.

I. UN CENTRO DE BENDICIONES. Esto se nos representa bajo la figura de un flujo de "aguas vivas" de all� (ver Joel 3:18; Ezequiel 47:1; passim, y especialmente Ezequiel 47:9; tambi�n Juan 4:10; Juan 7:38) Lo que es notable en este caso es que el flujo de estas aguas ser�:

1. En las direcciones m�s inusuales. Algunos fluir�n, naturalmente, a lo largo del descenso intermedio hacia el "antiguo" o mar oriental; pero algunos tambi�n, sobrenaturalmente de acuerdo con la mentira de la tierra, al "�ltimo" o mar occidental. Es decir, los pa�ses y las razas, que en la actualidad apenas est�n salpicados de influencias evang�licas, y a los que en la actualidad parece casi imposible enviarlos, ser�n inundados por ellos como por una inundaci�n.

2. En las estaciones m�s inusuales. �Qu� tristemente intermitente, como est�n las cosas ahora, es el flujo del trabajo de la Iglesia! Ahora en decadencia, ahora restaurado! �Ahora congelado por la indiferencia, ahora revivido por el calor! �Ahora agotado por el calor, ahora refrescado por la lluvia (Sal 68: 1-35: 92)! El flujo de estos d�as debe ser independiente de las estaciones: r�os durante todo el a�o (comp. Apocalipsis 22:2).

II UN CENTRO DE REGLA. Muy naturalmente, esta cabeza se sigue de la anterior. La influencia de un personaje tan amable, tan universal y constantemente en funcionamiento, someter� a todo el mundo a su debido tiempo. Esto es lo que parece predecirse en Zacar�as 14:9. En el actual gobierno dividido del mundo, y, en cierta medida, de la Iglesia tambi�n, es dif�cil dar una sujeci�n sincera a esta autoridad sin rebelarse contra eso. No es as� cuando, en todo el mundo, habr� una sola Cabeza suprema. No es as�, a�n m�s, cuando el poseedor de esa autoridad suprema solo ser� conocido por un nombre. En la actualidad, en muchos casos, tenemos vastas soberan�as compuestas, "reinos unidos", "imperios duales", en el mejor de los casos. El hombre que obedeci� aqu� como Emperador de Austria solo es obedecido al lado como Rey de Hungr�a. No es as� en absoluto en "ese d�a". El Rey de "Jerusal�n" �Cristo en su Iglesia� ser� el �nico t�tulo de ese "�nico Potentado".

III. UN CENTRO DE FUERZA. "Jerusal�n" ser� fuerte entonces por tres razones diferentes. Habr�:

1. No hay instalaciones para atacarlo. Comenzando desde la antigua fortaleza de Geba en el norte (Pusey, en loc.), Bajando a lo largo de toda la cordillera hasta Rimmon en el sur, en lugar de elevadas colinas que albergan a los invasores y dominan la colina del Monte Si�n, "toda la tierra deber� ser un simple ".

2. Todas las facilidades para defenderlo. Lo que esas otras monta�as pierden, por as� decirlo, la colina de Si�n ganar�. Permaneciendo a�n "en su lugar", pero "levantada" (configuraci�n. Isa�as 2:2) muy por encima de su antigua elevaci�n, la ciudad santa mirar� hacia abajo en todo el vecindario sujeto, cada antiguo muro y almena tambi�n restaurado y elevado junto con �l, por lo que se hizo doblemente efectivo como medio de defensa.

3. Mejor a�n, el conocimiento de la posesi�n de estas ventajas impedir� la sola idea de un ataque. "Los hombres habitar�n all�", elegir�n vivir all�, sabiendo cu�n seguro est� del ataque. Lo que hab�a sido tan a menudo no volver� a existir. "Jerusal�n" ahora es una ciudad que nunca puede ser tocada. Esto se sentir�, se actuar� sobre esto, por todos los que est�n fuera, por todos los que est�n dentro.

Esta gloriosa perspectiva de ese futuro d�a de bendici�n y paz, ya sea relativamente cerca o lejos, puede consolarnos mucho en los d�as que est�n ahora, ya sea al presenciar:

1. Sus crueles disensiones. �Qu� escena de ego�smo, avaricia, competencia, contienda, sospecha, desconfianza y violencia es la que nos rodea! Peor que una "lucha por la existencia", con demasiada frecuencia es una lucha, incluso donde la existencia no est� en peligro, para mantener a los dem�s deprimidos. Vea c�mo todo el mundo civilizado (!) Est� armado hasta los dientes, pose�do de armas m�s letales y, en consecuencia, de una determinaci�n m�s letal que nunca. �Qu� tranquilo para el esp�ritu mirar m�s all� de todo esto a lo que se describe aqu�!

2. Sus crueles decepciones. Por mucho que estos males hayan sido lamentados y lamentados, y muchas veces hasta ahora muchos hombres han tratado de aliviarlos, �cu�n poco �xito comparativo han alcanzado! Los esfuerzos pol�ticos para remediar estos males solo han empeorado, por regla general. Incluso la religi�n de Jes�s, la religi�n de "libertad, igualdad y fraternidad", en el mejor sentido (y quiz�s solo posible), se ha convertido en la ocasi�n, con demasiada frecuencia, aunque no la causa, de lo que pretend�a eliminar. . Es un consuelo saber que otra mano aplicar� este remedio a su debido tiempo; y eso lo lograr� f�cilmente cuando baje del "monte", lo que ahora es imposible para sus amigos (Marco 9:14).

Zacar�as 14:12

Un mundo regenerado.

"Y esta ser� la plaga con la cual el Se�or herir� a todas las personas que han luchado contra Jerusal�n", etc. Un hombre regenerado no es un hombre sin disposici�n a pecar, sino un hombre en cuyo caso esa disposici�n se vence habitualmente. En ese mundo regenerado parcialmente descrito en los versos anteriores, algo muy similar es mantenerse bien. Todos los elementos del mal no deben cesar del todo; pero habr� en funcionamiento un nuevo principio de acci�n que les impedir� levantar la cabeza. Lo extremadamente diferente que resultar� una condici�n de cosas en la que resultar� el establecimiento completo de tal regla, en estos vers�culos finales, parece ense�arse de tres maneras diferentes; verbigracia. en lo que se refiere

(1) a los que odiar�n "Jerusal�n";

(2) a estos que lo despreciar�n; y

(3) a aquellos que lo habitar�n, en aquellos d�as.

I. LOS QUE LO ODIAN. Para tales personas habr�, incluso en ese momento, como en todos los tiempos anteriores, en existencia. Incluso habr� algunos, en cualquier caso, al comienzo de "ese d�a", que ser�n lo suficientemente valientes como para declararle la guerra. �C�mo ser� con tal entonces? En absoluto, como es ahora con ellos, cuando parecen tan a menudo y tan misteriosamente tener la "ventaja" (Salmo 9:19, Versi�n del libro de oraci�n) contra Dios. Por el contrario, en parte

(1) mediante juicios dentro de ellos, sus �rganos muy corporales, por as� decirlo, se marchitan visiblemente bajo el disgusto de Dios; parcialmente

(2) mediante juicios entre ellos, haciendo que, como en una especie de frenes�, se impongan violentamente; parcialmente

(3) mediante juicios sobre ellos, que convertir�n sus esfuerzos en herir a "Jerusal�n" en medios para enriquecerla; y en parte

(4) mediante juicios a su alrededor, representados como que vienen incluso sobre los pobres brutos que emplean por su bien; Dios testificar� abiertamente cu�les son sus sentimientos y prop�sitos con respecto a tales acciones. En tales circunstancias, si a veces se desea el mal, rara vez se intentar� deliberadamente y nunca se lograr�. �Qu� contraste total, en todos los aspectos, con lo que leemos en Eclesiast�s 8:11!

II AQUELLOS QUE LO DESPIERTAN. Adem�s de esa hostilidad que es abierta y activa, hay algo que es pasivo y medio oculto. Algunos hombres no se oponen tanto a la religi�n como ignoran sus mandatos. No faltar�n hombres dispuestos a actuar as�, incluso en ese glorioso "d�a". Esto se ilustra aqu� con una referencia a la conocida "Fiesta de los Tabern�culos", en la que los israelitas establecidos conmemoraron el hecho de haber sido vagabundos una vez en el desierto ( Lev�tico 23:41-3). Al menos, algo que hasta ahora corresponde a esto, como se describe adecuadamente por la misma denominaci�n, ser� de obligaci�n universal en la soluci�n final de ese gran "d�a" sab�tico (comp. Hebreos 4:1). �C�mo ser�n las cosas con aquellos que lo desprecian y descuidan "subir" ( Eclesiast�s 8:17)? No como ahora (ver Mateo 5:45); sino m�s bien como en aquellos d�as en que Goshen se distingui� por el bien de Israel, como por un comando especial del Cielo, de todo el resto de la tierra. A cada naci�n o "familia" despectiva, cualquiera que sea la peculiaridad de sus circunstancias y clima ordinario, se le har� sentir entonces el disgusto abierto de aquel que manda las nubes. �Cu�n ampliamente diferente en aquellos d�as el lenguaje del Cielo! �Cu�n ampliamente diferente es la conducta, por lo tanto, no podemos esperar, por lo tanto, de los hombres m�s insensibles!

III. AQUELLOS QUE LO HABITAN. Estos hombres encontrar�n a Jerusal�n entonces "la ciudad santa" de hecho. Hablando aqu� del futuro, en un lenguaje extra�do de los usos de su propio tiempo; o posiblemente, como algunos han supuesto, hablar as� porque habr� una cierta medida de retorno a esos usos en el futuro; hay tres grandes cambios que el profeta nos dice que esperemos en la "Jerusal�n" de "ese d�a". Sus habitantes ver�n:

1. Lo que antes era "com�n" se convierte en "santo". Las campanas de los caballos estaban marcadas externamente para el servicio de Dios, como lo era la mitra del sumo sacerdote en la antig�edad ( �xodo 28:36-2; ver tambi�n Isa�as 23:17, Isa�as 23:18).

2. Lo que antes era santo, a�n m�s sagrado, los "pozos" del templo ordinario, que solo se usaban en los viejos tiempos para "vestir a las v�ctimas" (Pusey), que ahora se consideran como los "cuencos de sacrificio ante el altar" que contienen la sangre expiatoria. ; e incluso aquellos recipientes fuera de la "casa", que antes eran sagrados hasta el momento en que se encontraron en "Jerusal�n" (la ciudad santa), o pertenec�an a "Jud�" (el pueblo santo), ahora se considerar�n como una inclinaci�n para empleo en la adoraci�n del templo mismo.

3. Lo irrevocablemente profano excluido para siempre. "El cananeo", es decir; como representando a aquellos que, aunque no son realmente los hijos de la promesa, sin embargo "vivir�an" entre ellos ( Jueces 1:35) a trav�s de todas las edades, nunca m�s se los vio all� (comp. Isa�as 35:8; Joel 3:17; Efesios 5:27; Apocalipsis 21:27; Apocalipsis 22:15).

"�Todav�a no! �A�n no! El reba�o impecable,

El campo sin tara,

Venga al final de todas las bendiciones buscadas

�Por siglos de oraci�n! "

�Qu� apropiado es este pensamiento! �Cu�n acertadamente nos dice este profeta principal de la Jerusal�n posterior al cautiverio, en conclusi�n, de esa Jerusal�n mucho m�s gloriosa que alg�n d�a brillar�! Es casi lo mismo que el profeta Daniel hace al final de su profec�a. Es lo mismo tambi�n que "San Juan el divino" hace al final de su canci�n. Llevan su mensaje a su fin cuando nos han dado un vistazo del fin que Dios tiene reservado. Nos corresponde a nosotros cuidar que estemos verdaderamente contados con aquellos para quienes ese "fin" est� preparado.

HOMILIAS DE W. FORSYTH

Zacar�as 14:5

Lecciones del terremoto.

"Habla a la tierra, y te ense�ar�". As� dijo Job ( Job 12:8). El terremoto sirve

I. PARA IMPRESIONARNOS CON LA GRANDEZA DE DIOS. Hay fuerzas grandes y terribles. Pero detr�s de todo, y controlando todo, est� Dios. Entonces los profetas ense�aron, y as� creemos (Salmo 68:8; Salmo 104:32; Job 25: 1-6: 9-14; �xodo 19:18).

II HUMILLARNOS BAJO EL SENTIDO DE NUESTRA MAYOR AYUDA. Muchas cosas posibles para el hombre. Puede domar a las bestias salvajes y dominar la tierra. Puede hacer fuego, aire y agua a sus sirvientes. Pero hay momentos en que siente su impotencia. Cuando llega el terremoto, solo puedo decir: "Es la voluntad del Se�or" ( Isa�as 2:19).

III. Para convencernos de la inestabilidad de todas las cosas de la tierra. La tierra parece de todas las cosas la m�s estable. Pero llega una crisis, y nuestra antigua fe se ha ido para siempre. "Un terremoto malo a la vez destruye nuestras asociaciones m�s antiguas. La tierra, el emblema de la solidez, se ha movido bajo nuestros pies; un segundo de tiempo ha creado en la mente una extra�a idea de inseguridad que horas de reflexi�n no podr�an haber producido" ( Darwin).

IV. PARA ADMONIRNOS DE LOS JUICIOS QUE EST�N VINIENDO EN LA TIERRA. Los ge�logos nos hablan de incendios internos y la probabilidad de una gran cat�strofe, tarde o temprano. "Los eventos venideros proyectan sus sombras antes". Los terremotos son profec�as. Confirmado por la Escritura ( 2 Pedro 3:10).

V. PARA ENSE�ARNOS LA SEGURIDAD PERFECTA DE LOS SANTOS DE DIOS. Vamos, �qui�n nos separar� del amor de Dios? Hay cosas que no se pueden mover, y son la herencia del pueblo de Dios ( Isa�as 54:10; Salmo 46:1 .; Hebreos 12:25). Buscamos un cielo nuevo y una tierra nueva, donde habita la justicia. � F.

Zacar�as 14:6, Zacar�as 14:7

El dia de los dias.

La promesa de que "al anochecer habr� luz" es sugerente y reconfortante.

I. EL Amanecer. La luz ordinaria parece retra�da. Las cosas se ven tenuemente. Des�nimo y miedo. Listo para decir: "La oscuridad nos cubrir�". Llamado a la fe. "Dios es luz". "Traer� a los ciegos por un camino que no conocen, haciendo que la oscuridad se ilumine ante ellos" (cf. Isa�as 1:10).

II PROGRESO. A�n incertidumbre. Ni completamente de d�a ni de noche. Alternaciones Ahora el sol parece a punto de salir, ahora vuelve la penumbra. Esperanzas y miedos. Pero en general avance. Faith todav�a encuentra una base firme. La cuerda se ilumina. El amor nunca falla. En medio de todos los conflictos con la ciencia y la filosof�a, el cristianismo permanece en su poder. Hay promesa del "d�a perfecto".

III. EL CIERRE. "Noche." Despu�s de largas esperas y muchas decepciones, cuando m�s se necesita y menos se espera. No en el orden de la naturaleza, sino de la gracia. Cuando las sombras se alargan y el sol se pone, la luz brilla con un resplandor dulce y hermoso. Glorioso final para un d�a oscuro y nublado. La historia de la Iglesia y la experiencia de cristianos individuales ofrecen muchas ilustraciones. La promesa a veces encuentra un cumplimiento tierno y reconfortante en las �ltimas horas del creyente moribundo. Bunyan nos cuenta del Sr. Fearing, que, a la entrada del Valle de la Sombra de la Muerte, estaba "listo para morir por miedo". Pero para �l, el valle estaba tranquilo por los perturbadores. Luego, Greatheart se�ala, como algo muy notable, a la salida de este peregrino: "El agua de ese r�o era m�s baja, en este momento, que nunca la vi en toda mi vida; por lo tanto, se acerc� al fin no muy por encima de la calzada h�meda ."-F.

Zacar�as 14:8

Aguas vivas.

Emblem�tico del evangelio.

I. FUENTE "Jerusal�n." Centro de suprema autoridad y derecho. El lugar del santo sacrificio. La ciudad del gran rey. Aqu� est� el trono de Dios ( Apocalipsis 22:1). "La salvaci�n es de los jud�os". "De quien en cuanto a la carne, vino Cristo".

II DIRECCI�N. Hay movimiento. No arbitrario, sino regulado. No se limita a una sola tierra, sino a todas las personas. "Comenzando en Jerusal�n". Tal era la ley; pero desde ese punto de partida, los mensajeros de la salvaci�n iban a salir a toda la tierra. El agua busca el nivel m�s bajo, y el evangelio se reduce a los m�s pobres, los m�s despreciados, "el jefe de los pecadores".

III. AFLUENCIA. Oferta rica, suficiente para satisfacer las necesidades de todos. En el desierto, las aguas rocosas siguieron a los israelitas en todos sus vagabundeos. Pero este r�o es suficiente "para todo el mundo".

IV. PERPETUIDAD. Hay r�os que var�an. Corren parte del a�o y luego fallan. Pero este r�o nunca falla. Ni el fr�o del invierno ni el calor del verano pueden afectar su flujo. Hay r�os que han desaparecido, como los pueblos antiguos y las civilizaciones antiguas, pero este r�o corre a lo largo de los siglos con una vida y una virtud inmutables.

V. BENEFICIOS. Vitalidad. La vida y el poder de la vida. �Qu� tan dulce y refrescante como las corrientes de agua pura? Llevar bendiciones a lo largo y ancho. As� con el evangelio. Convirtiendo almas. Sociedad purificadora. Avanzando el mundo en las m�s altas formas de civilizaci�n. Gran futuro Sujeci�n universal. Homenaje universal. "Un Se�or" - F.

Zacar�as 14:9

La elevaci�n de Sion.

Moral y espiritualmente ( Isa�as 2:2; Miqueas 4:1; Ezequiel 40:2).

I. LEVANTADO SOBRE LA ESFUERZO DE LAS FACCIONES. Sectas Esp�ritu de fiesta Din y lucha de lenguas. Confusi�n y todo mal trabajo. Pero para los ni�os de Zion hay una atm�sfera m�s pura y cielos m�s serenos.

II LEVANTADO SOBRE LAS CORRUPCIONES DEL MUNDO. Escuchamos mucho en nuestros d�as de g�rmenes. El aire est� infectado en todas partes. Las semillas de la enfermedad est�n en todos lados. Pero el�vate m�s alto y el peligro cesa. As� de Sion. La embriaguez, la ilegitimidad, la mundanalidad y otros pecados abundan y disminuyen el tono de la sociedad. Necesito elevarme m�s cerca del cielo. "Ustedes son de abajo: yo soy de arriba", dijo nuestro Se�or.

III. LEVANTADO SOBRE LOS ASALTOS DE LOS MALVADOS. Tormentas Enemigos. Tentaciones Grita: "L�branos del mal". Cuanto m�s nos elevemos, mayor ser� nuestra seguridad. Cuanto m�s nos parezcamos a Cristo, con m�s esperanza podremos decir: "El pr�ncipe de este mundo viene, y no tiene nada en m�".

IV. LEVANTADO POR ENCIMA DE LAS VICISITUDES DEL TIEMPO. Las dispensaciones var�an. Los h�bitos de la sociedad se alteran. Las creencias pueden cambiar. Pero la verdad eterna y la justicia permanecen. "La verdadera religi�n se construye sobre la roca, el resto se arroja sobre las olas del tiempo" (Bacon).

"Serenos ser�n nuestros d�as, y brillantes

Y feliz ser� nuestra naturaleza,

Cuando el amor es una luz infalible,

Y la alegr�a es su propia seguridad. "(Wordsworth.)

Zacar�as 14:16

La gran cosecha en casa.

La Fiesta de los Tabern�culos ten�a una triple referencia. Era un monumento del pasado, era un servicio de acci�n de gracias, y tambi�n presagiaba las mejores cosas por venir. Bien, por lo tanto, que el profeta lo convierta en un s�mbolo de la gloria de los �ltimos d�as, cuando bajo el reinado del Mes�as se traiga la plenitud de los gentiles, y todo Israel se salve. La imagen brillante y hermosa puede representar la gran cosecha del mundo.

I. UNIDAD DE ADORACI�N. No m�s dioses, sino uno. No m�s sectas y fiestas hostiles, sino la santa Iglesia Cat�lica del Dios viviente. Por fin se cumple la antigua promesa ( N�meros 14:21).

II ALEGR�A DE SERVICIO. El Esp�ritu de Cristo reina. El amor, la alegr�a y la paz est�n en todos los corazones. De todas las tierras y pueblos vienen los cantos de alabanza y los servicios de acci�n de gracias al Padre de las luces y al Dador de todo don bueno y perfecto.

III. SANTIDAD DE LA VIDA. La sociedad est� purificada. Toda vida est� consagrada a Dios. Ya no hay necesidad de la ley de ordenanzas, porque todas las cosas est�n limpias. La "santidad" es la ley en todas partes.

1. La vida com�n.

2. La vida dom�stica.

3. La vida religiosa.

"�Ah! �Cu�ndo todos los hombres ser�n buenos para ser el gobierno de cada hombre y la paz universal?

F.

HOMILIAS DE D. THOMAS

Zacar�as 14:1

Un boceto sobre hombres malos.

"Y tu bot�n ser� dividido", etc. Aqu� hay tres hechos sugeridos sobre los hombres malos.

I. QUE SON CAPAZ DE PERPETRAR A LAS MAYORES ENORMIIDADES DE SUS HOMBRES. "La ciudad de Jerusal�n ser� tomada, y las casas saqueadas, y las mujeres violadas". En el relato dado por Josefo de la destrucci�n de Jerusal�n por los romanos, tenemos un registro de enormidades por las cuales podr�amos horrorizarnos. Cristo dijo, con respecto a este evento, "Habr� una gran tribulaci�n, como no fue desde el principio del mundo hasta este tiempo, no, ni nunca ser�". "Los detalles", dice el Dr. Wardlaw, "aqu� se�alados, son tales que, por lo general, podr�a decirse invariablemente, asisten al asedio, la captura y el saqueo de ciudades; especialmente cuando, como en este caso, el ej�rcito atacante ha estado exasperado por una defensa larga, hostigadora y agotadora: la entrada de los soldados implacables, el robo de casas, la violaci�n de las mujeres, la masacre indiscriminada y la divisi�n del bot�n, son lo que todos esperan y lo que no requieren comentario. Y nunca tales escenas fueron tan terriblemente realizadas como en la destrucci�n de Jerusal�n, cuando Dios en su providencia, en retribuci�n judicial, reuni� a todas las naciones contra la ciudad dedicada a la batalla ". "Todas las naciones", una descripci�n correcta del ej�rcito de Tito, el imperio de Roma que abarca una gran proporci�n del mundo conocido en ese momento, y este ej�rcito formado por soldados de todas las diferentes naciones que lo compon�an. Y, si bien esa deb�a ser la destrucci�n causada por la "ciudad", la desolaci�n deb�a extenderse, y eso de diferentes maneras, a intervalos cortos, por "la tierra". El hecho de que los hombres sean capaces de perpetrar sobre sus semejantes tales enormidades, muestra:

1. La apostas�a del hombre de las leyes de su naturaleza espiritual. Amar supremamente el bien supremo, hacer a los dem�s lo que quisi�ramos que otros nos hicieran a nosotros, amar y ser amados, nos parecen verdades inscritas en la constituci�n misma del alma. Son verdades instintivas. Pero en todas las abominaciones que aqu� se registran, todos estos est�n indignados. Los hombres se han alejado de su propia naturaleza. De una forma u otra se han desnaturalizado.

2. La gran obra que el evangelio tiene que hacer en nuestro mundo. La gran misi�n del evangelio (y la ha adaptado admirablemente a su misi�n) es moralmente renovar la naturaleza humana, devolverla a su verdadero ser y a su Dios. Lo ha hecho en millones de casos, lo est� haciendo y continuar� haci�ndolo hasta que las abominaciones actuales sean desconocidas entre la raza.

II QUE CUALQUIERA QUE LAS ENORMIIDADES PERPETREN, SON M�S INSTRUMENTOS EN LAS MANOS DEL GRAN REGLADOR DEL MUNDO. El per�odo en que se promulgaron estas abominaciones se encuentra en el texto llamado "d�a del Se�or", y se le representa llamando a los ej�rcitos gentiles a la obra. "Reunir� a todas las naciones contra Jerusal�n para la batalla; y la ciudad ser� tomada, y las casas saqueadas, y las mujeres violadas". Si vamos a particularizar la destrucci�n prevista, y no estamos satisfechos con la explicaci�n figurativa, podemos mirar hacia la conquista bajo Tito, como de alguna manera cumpliendo el anuncio. Roma en este momento era la due�a del mundo, y el ej�rcito de Tito, que asedi� y saque� la ciudad santa, estaba compuesto por soldados de todas las naciones. Todos estos se movieron libremente, inconscientes de cualquier restricci�n Divina; segu�an siendo la "espada" de la justicia en su mano: meros instrumentos. Dios en su procedimiento retributivo castiga lo malo por lo malo. En este caso:

1. No se hace injusticia. Los hombres de Jerusal�n merec�an su destino. Ellos "llenaron la medida de su iniquidad". As� era de anta�o con los cananeos, que fueron exterminados por Josu� y sus anfitriones triunfantes: los abor�genes merec�an lo que recib�an. Joshua no era m�s que la espada de la justicia. Por lo tanto, no se hace injusticia.

2. No hay infracci�n de la agencia libre. Los hombres buenos pueden rebelarse por infligir tales enormidades a sus semejantes, pero es de acuerdo con el deseo de los hombres malos. Van a ello libremente. Es la satisfacci�n de su naturaleza maligna. Este es el m�todo retributivo de Dios, para castigar lo malo por lo malo. As�, �l hace que la ira de los hombres malos lo alabe.

III. QUE AUNQUE SON PERO INSTRUMENTOS EN MANOS DEL GOBERNANTE DEL MUNDO, LOS PAGAR� POR TODAS SUS HECHOS DE ENORMIDAD. "Entonces saldr� Jehov� y pelear� contra aquellas naciones, como cuando pele� en el d�a de la batalla". Es decir, por ejemplo, luchar� contra Roma, el instrumento con el que infligi� un castigo justo a los pecadores en Jerusal�n. Por sucesivas irrupciones de las tribus b�rbaras del norte, la gloria de Roma se extingui� y su fin se aceler�. �D�nde est� la justicia de castigar a los hombres a quienes emplea para ejecutar su propia voluntad? Dos hechos responder�n a esta pregunta.

1. Lo que hicieron fue esencialmente malo. Asesinato, saqueo, rapi�a, etc. fueron todas violaciones de sus grandes leyes morales y repugnantes a su naturaleza santa.

2. Lo que hicieron fue de acuerdo con sus propias voluntades. �l nunca los inspir� ni los limit�. Eran libres, y porque cometieron cr�menes por su propia voluntad, la justicia eterna exigi� su castigo. Del gobierno divino, la justicia grit�: "�Despierta, espada!"

CONCLUSI�N. No permitas que las abominaciones de la guerra y los ultrajes contra la justicia, la verdad y la humanidad, que abundan en nuestro pa�s, afecten nuestra fe en Dios. "El Se�or reina; que la tierra se regocije". "El Se�or se sienta sobre el diluvio" - D.T.

Zacar�as 14:4, Zacar�as 14:5

Dios en relaci�n con un mundo que sufre.

"Y sus pies estar�n en aquel d�a sobre el Monte de los Olivos, que est� delante de Jerusal�n en el yeso, y el Monte de los Olivos se partir� en medio de ellos hacia el este y hacia el oeste, y habr� un valle muy grande. , "etc. Los hombres en Jerusal�n estaban en gran sufrimiento y peligro inminente, y aqu� hay una representaci�n figurativa del Todopoderoso en relaci�n con ellos.

I. OBSERVA SU CONDICION TERRIBLE. "Y sus pies estar�n en ese d�a sobre el Monte de los Olivos, que est� delante de Jerusal�n en el este". En este Monte de los Olivos, Jes�s a menudo se par�, y desde all� mand� una vista de la ciudad santa; en una ocasi�n, desde su frente, contempl� la ciudad y llor� sobre ella debido a su pr�ximo destino. Pero la idea sugerida aqu� es que Dios observa a los hombres en todas sus calamidades y peligros. Su ojo est� en ellos. Los mira con el inter�s de un padre. Este es especialmente el caso con su gente. Estamos seguros de que su ojo est� siempre sobre los justos. Job dijo: "�l sabe el camino que yo tomo". Recordemos, en nuestras mayores pruebas y sufrimientos, que �l se encuentra en el Monte de los Olivos. De pie all�:

1. �l ve lo que tenemos que soportar.

2. �l ve c�mo nos comportamos en nuestra condici�n, ya sea bajo nuestras aflicciones que somos confiables, pacientes y sumisos, o de otra manera; si en nuestros peligros estamos haciendo un esfuerzo por escapar. �Qu� reconfortante es sentir que el ojo de un Padre tierno y compasivo est� siempre sobre nosotros, en todos nuestros sufrimientos, en este mundo de tristeza, prueba y peligro! "Comprendes mi camino y mi acostarse, y conoces todos mis caminos".

II HACE UN CAMINO PARA SU ENTREGA. "Y el Monte de los Olivos se unir� en medio de �l hacia el este y hacia el oeste, y habr� un valle muy grande" "Estos versos", dice el Dr. Henderson, "transmiten en lenguaje de las im�genes po�ticas m�s bellas, la garant�a de los medios efectivos de escape que deber�an proporcionarse a los verdaderamente piadosos. En consecuencia, aprendemos de Eusebio que al estallar la guerra jud�a, la Iglesia Cristiana en Jerusal�n, en obediencia a la advertencia de nuestro Salvador ( Mateo 24:16), huyeron a Pella, una ciudad m�s all� de Jordania, donde viv�an a salvo. Mientras el Monte de los Olivos se interpon�a en su camino, se representa como dividirse en dos mitades, para hacer un pasaje para ellos. " No es necesario suponer que el Monte de los Olivos se separ� as�. La idea es que la obstrucci�n a su fuga, aunque formidable como una monta�a, deber�a eliminarse. Cristo hab�a dicho: "Que los que est�n en Judea huyan a las monta�as", etc. Era su deber, por lo tanto, hacerlo. Y aqu� se promete la eliminaci�n de todas las obstrucciones. El Todopoderoso les dar�a todas las facilidades para escapar al refugio. Esto lo hace por nuestra raza sufriente. �l hace un camino para su escape. �l endereza los lugares torcidos y los lugares �speros lisos. El camino para escapar de la culpa, la ignorancia y la miseria, que ha sido bloqueado por monta�as de dificultades, ha seguido con claridad. Las monta�as han sido hendidas, no, removidas. Cristo es el camino.

III. PROPORCIONA UN REFUGIO PARA SU SEGURIDAD. "Y huir�is al valle de las monta�as; porque el valle de las monta�as alcanzar� a Azal: s�, huir�is, como hu�steis antes del terremoto en los d�as de Uz�as, rey de Jud�". Marque aqu� tres cosas.

1. La escena del refugio. "Azal". �D�nde est� este "Azal"? Nadie sabe. Su posici�n es pura conjetura. Tampoco importa. Fue un asilo para protegerlos del peligro. Dios ha provisto un refugio para los pecadores. Se nos exhorta a huir al Refugio establecido ante nosotros en el evangelio.

2. El impulso del vuelo. "Como cuando huiste antes del terremoto en los d�as de Uz�as, rey de Jud�".

3. La necesidad del vuelo. "El Se�or mi Dios vendr�". Las dispensaciones providenciales a menudo se mencionan en la Escritura como la venida del Se�or. Se habla de la destrucci�n de Jerusal�n como su venida, y aqu� se asegura con certeza que la ruina era inevitable. "No hay una palabra", dice un expositor moderno, "sobre este terremoto como se menciona en la historia de las Escrituras". La �nica otra alusi�n a esto ocurre en el Libro de Am�s, que estaba entre los pastores de Tekoa ", que vio sobre Israel en los d�as de Uz�as, rey de Jud�, y en los d�as de Jeroboam, hijo de Jo�s, rey de Israel, dos a�os antes del terremoto ". Debe haber sido algo extraordinario, inusualmente extenso y horrible, cuando se usa para fechar un per�odo y, al mismo tiempo, como haber ocasionado tal huida de la destrucci�n causada por �l como para hacer una comparaci�n adecuada para el profeta aqu�. El miedo deb�a ser su inspiraci�n en el vuelo. Mientras la gente hu�a del p�nico de la presencia del terremoto en los d�as de Uz�as, deb�an huir de los peligros en Jerusal�n. "Hombres y hermanos, �qu� haremos?"

CONCLUSI�N. �Cu�n agradecidos deber�amos estar de saber que Dios no ha abandonado a la humanidad en sus pecados y penas! Su ojo est� en eso. Le ha proporcionado un camino para escapar y un refugio seguro al que debe huir. Nuestro mundo, por malo que sea, no es un mundo desierto de Dios. � D.T.

Zacar�as 14:6, Zacar�as 14:7

Per�odos oscuros y brillantes en la vida humana.

"Y acontecer� en ese d�a, que la luz no ser� clara, ni oscura; sino que ser� un d�a que ser� conocido por el Se�or, no d�a ni noche: pero suceder� que al anochecer habr� luz ". La palabra traducida "claro" est� en el margen "preciosa", y est� en plural. La palabra "oscuro" aqu� est� en el margen "grosor". La siguiente traducci�n del Dr. Henderson da, creo, el significado: "Y ser� en ese d�a, que no habr� la luz de los orbes preciosos, sino oscuridad condensada. Pero habr� un d�a, se sabe a Jehov�, cuando no sea de d�a ni de noche, porque a la hora de la tarde habr� luz ". Tenemos aqu� dos per�odos distintos: uno de angustia ilimitada, el otro de prosperidad ininterrumpida.

I. AQU� HAY UN PER�ODO DE DISTRESS INMITIGADA. "No ser� claro ni oscuro" o, como se dice, "oscuridad condensada". El Dr. Keil da la misma idea que el Dr. Henderson: "Y suceder� ese d�a, no habr� luz, los gloriosos se derretir�n". Este per�odo de calamidad no mitigada se refiere principalmente, sin duda, a esos largos siglos de opresi�n, crueldad, burla y desprecio, a los que el pueblo jud�o ha sido sometido desde la destrucci�n de Jerusal�n. En las predicciones de Joel ( Joel 2:31; Joel 3:15) que se refieren a la destrucci�n de la ciudad santa y la ruptura de la comunidad jud�a, el per�odo se conoce como un per�odo cuando "El sol se convertir� en oscuridad, y la luna en sangre". La historia de los jud�os, de hecho, durante dieciocho siglos ha sido la historia de una larga noche sin estrellas. Se sugieren dos observaciones sobre este d�a oscuro.

1. Tal d�a es el destino dif�cil de algunos hombres. Es as� con los individuos. Hay cientos y miles de hombres en todas las �pocas y pa�ses que pasan por la vida desde el principio hasta el final con apenas un rayo de esperanza o un rayo de alegr�a. Su vida es un d�a de oscuridad. Es as� con algunas naciones. La historia de algunas naciones y tribus es poco menos que una historia de opresi�n aplastante, revoluciones sangrientas y crueldades y sufrimientos incontables. Los orbes preciosos rara vez se ven en sus cielos pol�ticos.

2. Tal d�a es merecido por la mayor�a de los hombres. Todos los hombres son pecadores y merecen esta oscuridad de la oscuridad para siempre. La tendencia misma del pecado, de hecho, es apagar cada luz en el firmamento del alma. Gracias a Dios, Cristo ha venido una Luz al mundo, y en esa luz durante nuestra estad�a aqu� todos podemos entrar.

II AQU� HAY UN PER�ODO DE ALEGR�A ININTERRUMPIDA. "Pero ser� un d�a que el Se�or conocer�, no el d�a ni la noche, pero suceder� que al anochecer habr� luz". Este es de hecho un d�a �nico. Aun cuando se pueda anticipar la noche, "habr� luz".

1. Un d�a como este est� destinado a amanecer en todo buen hombre. El cielo es una escena de luz. Ninguna nube de ignorancia o sufrimiento obstruye los rayos, ni el sol nunca se pondr�: "el Se�or Dios es la Luz de los mismos".

2. Un d�a como este est� destinado a amanecer en el mundo en el futuro. Algunos expositores consideran que aqu� se se�ala el milenio, ese largo y brillante per�odo en el que "todos conocer�n al Se�or desde el menor hasta el mayor". Este per�odo es prometido y debe venir; porque "el cielo y la tierra pasar�n, pero ninguna jota o tilde de su palabra dejar� de cumplirse". �Cu�ndo vendr�? Est� lejos, lo s�. "Ser� conocido por el Se�or". "No te corresponde conocer los tiempos y las estaciones", etc.

CONCLUSI�N. �No hay d�as oscuros y brillantes en la vida de todo hombre bueno? Hay d�as en que camina en la oscuridad, cuando ni el sol ni la estrella aparecen; y tambi�n hay d�as en que todo est� despejado y sin nubes. Necesita el d�a oscuro para prepararse para la plena apreciaci�n y disfrute de la luz. Como la tierra requiere los d�as fr�os y oscuros del invierno, as� como los d�as brillantes y geniales del verano, para prepararla para producir los frutos que el hombre y la bestia requieren, as� el alma humana requiere per�odos de tristeza y tempestad, as� como per�odos de brillo y calma. � DT

Zacar�as 14:8

El r�o gospel

"Y ser� en ese d�a, que las aguas vivas saldr�n de Jerusal�n; la mitad hacia el mar anterior, y la mitad hacia el mar posterior: en verano y en invierno ser�". El "antiguo mar" aqu� significa el Mar Muerto; el "mar obstaculizado", el Mediterr�neo. Las grandes poblaciones del mundo se encuentran hacia el oeste de Jerusal�n, y estas deben ser renovadas por "aguas vivas". Tomando el pasaje como una referencia al evangelio, notaremos:

I. SU NATURALEZA Y SU SUBIDA.

1. Su naturaleza. Es "agua viva". El agua es el elemento m�s preciado de la naturaleza; puede considerarse como la fuente, la sustancia y el sustento de toda la vida. Pero entonces no es tan precioso como el evangelio. El evangelio se refiere a menudo en las Escrituras como el r�o de la vida, el agua pura de la vida. Es un agua viva. No es un lago muerto o estanque estancado, sino una corriente viva.

2. Su ascenso. "Saldr� de Jerusal�n". Se podr�a decir que el evangelio comenz� en Jerusal�n. A los ap�stoles se les orden� comenzar all�: "Comenzando en Jerusal�n". En el serm�n de Pedro en el d�a de Pentecost�s, se podr�a decir que el r�o se rompi�.

II SU DIFUSI�N Y CONTINUIDAD.

1. Su difusi�n. "La mitad de ellos hacia el antiguo mar, y la otra mitad hacia el mar obstaculizado". Es ir desde el este y desde el oeste, desde la salida del sol hasta su puesta. El evangelio es para todos los climas. Es mundial en sus disposiciones: adaptaciones y reclamos.

2. Continuidad. "Verano e invierno." En todas las estaciones de la vida humana, individual y corporativa.

(1) Es constante en la idoneidad de sus suministros para las necesidades humanas. Los hombres, a trav�s de todos los cambios, en todos los lugares y en todos los tiempos, quieren conocimiento Divino, pureza moral, perd�n celestial, comuni�n con lo Eterno. El hombre nunca nacer� y no requerir� estas cosas.

(2) Es constante en la plenitud de sus suministros para las necesidades humanas. Es un r�o inagotable. Despu�s de que innumerables innumerables han recibido sus necesidades, sigue siendo profunda y llena como siempre.

(3) Es constante en la disponibilidad de sus suministros para las necesidades humanas. La fe es la gran condici�n en la que se comunican sus bendiciones, y todo hombre puede creer. Es solo ese acto mental que viene dentro del poder del ni�o y el adulto, el sabio y el grosero, el salvaje y el sabio, el v�nculo y lo libre, para realizar. �Qu� obvio, entonces, nuestro deber y nuestro inter�s!

CONCLUSI�N. �Cu�n profundamente agradecidos deber�amos estar con Amor Todopoderoso por abrir en nuestro mundo un r�o tan "vivo" como este! �y cu�n sinceros deber�amos ser en nuestros esfuerzos por dejar que sus aguas fluyan en cada coraz�n, hogar y tierra, en todo el mundo!

Zacar�as 14:9

El pr�ximo reinado moral de Dios en la tierra.

"Y el Se�or ser� Rey sobre toda la tierra", etc. El tema es el reinado moral venidero de Dios en la tierra. Decimos moral, porque f�sicamente �l reina en todas partes. Moralmente, �ay! su reinado depende de la voluntad de los hombres, y esa voluntad es hostil. Como Monarca moral, el Todopoderoso debe ser elegido por sus s�bditos. Se sugieren tres cosas en el texto en cuanto a su pr�ximo reinado moral en la tierra.

I. ES PARA SER EXTENSIVO. "Y el Se�or ser� Rey sobre toda la tierra". Aunque en el siguiente verso "toda la tierra" se traduce como "toda la tierra", es decir, la tierra de Judea, estamos autorizados a creer que alg�n d�a reinar� sobre toda la tierra; que todas las almas se inclinar�n ante su influencia, como los campos maduros del oto�o a los vientos del cielo. Su reino vendr�, y su voluntad se har� en la tierra como en el cielo.

II ES PARA SER EXCLUSIVO. "En ese d�a habr� un Se�or, y su nombre uno". Ser� considerado como el �nico Rey cuyas leyes estudian y obedecen. La gran pregunta de todas las almas ser�: "Se�or, �qu� quieres que haga?" Ning�n otro poder gobernar� el alma donde se convierta en el Monarca moral.

III. SER� BENEFICIOSO. "Toda la tierra ser� convertida en una llanura desde Geba hasta Rimmon al sur de Jerusal�n". Tomando Zacar�as 14:10 y Zacar�as 14:11, reunimos al menos dos resultados ben�ficos de su reinado moral.

1. La eliminaci�n de todas las obstrucciones al r�o de la verdad. "La tierra se convertir� como una llanura de Geba a Rimmon", etc. Es decir, desde el l�mite norte al sur de Judea. La nivelaci�n de esta tierra no solo dejar�a a Jerusal�n visible, sino que permitir�a que las "aguas vivas" tuvieran un flujo libre.

2. La elevaci�n y el establecimiento del bien. Jerusal�n est� representada aqu�, no solo como elevada y destacada, sino como asentada y habitando de manera segura. "Ser� levantado y habitado en su lugar". No habr� m�s destrucci�n total; Jerusal�n ser� habitada de manera segura.

CONCLUSI�N. �Qui�n no rezar�: "Que venga tu reino y se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo"? Deje que Dios reine en la tierra, y todas las obstrucciones al progreso de la verdad ser�n eliminadas, y su pueblo ser� exaltado y establecido para siempre. � D.T.

Zacar�as 14:12

Los elementos por los cuales el gobierno divino castiga el pecado.

"Y esta ser� la plaga", etc. En el tercer verso de este cap�tulo se nos dice que "el Se�or saldr� y pelear� contra esas naciones", es decir, contra aquellas naciones comprendidas en los ej�rcitos que destruyeron Jerusal�n; y en otros lugares nos hemos esforzado por ilustrar c�mo Dios castiga a los hombres malos con hombres malos. Este pasaje es una ilustraci�n m�s de la idea. Hay tres elementos de castigo que Jehov� representa como empleados en estos vers�culos: enfermedades f�sicas, animosidad mutua y p�rdidas temporales.

1. ENFERMEDADES F�SICAS. "Y esta ser� la plaga con que el Se�or herir� a todas las personas que han luchado contra Jerusal�n; su carne se consumir� mientras se paran sobre sus pies, y sus ojos se consumir�n en sus agujeros, y su lengua se consumir� en su boca ". "Esta descripci�n de las personas afectadas por la peste", dice un autor moderno, "es impactante, pero no es m�s de lo que realmente ocurre" (ver 'La peste de Londres' de Defoe). Kingsley dice: "�Qu� es tan terrible como la guerra? Te dir� lo que es diez veces y diez mil veces m�s terrible que la guerra, y eso es la naturaleza indignada. La naturaleza, insidiosa, econ�mica, silenciosa, no lanza ning�n rugido de ca��n, ni brillo de fuego. armas, para hacer su trabajo; ella no da ninguna advertencia de preparaci�n El hombre tiene sus cortes�as de guerra y sus caballer�as de guerra; no golpea al hombre desarmado; salva a la mujer y al ni�o. Pero la Naturaleza ... no salva a la mujer ni al ni�o ... silenciosamente golpea al ni�o dormido con tan poco remordimiento como golpear�a al hombre fuerte con el mosquete o el hacha en la mano ". Apenas se podr�a imaginar una condici�n m�s repugnante de la humanidad que la que se presenta aqu�: un esqueleto viviente, casi toda la carne desaparecida, los ojos casi borrados, la lengua marchita. La enfermedad f�sica ha sido uno de los instrumentos por los cuales Dios ha castigado a los hombres en este mundo: pestes, plagas, epidemias, etc. Pero no es simplemente una plaga entre la gente, sino tambi�n entre el castillo, como vemos en Zacar�as 14:15. "Y as� ser� la plaga del caballo, de la mula, del camello y del asno, y de todas las bestias que habr� en estas tiendas, como esta plaga". Estas palabras nos recuerdan la descripci�n de Byron de la destrucci�n del anfitri�n de Senaquerib. "

Y yac�a el corcel con la nariz abierta por todos lados, pero a trav�s de �l no rodaba el aliento de su orgullo; y la espuma de su jadeo yac�a blanca sobre el c�sped, y fr�a como el roc�o del oleaje rocoso ".

II ANIMOSIDAD MUTUA. "Y suceder� en ese d�a, que habr� un gran tumulto del Se�or entre ellos; y pondr�n a cada uno de la mano de su pr�jimo". La idea es, tal vez, que Dios permitir�a que surgieran tales circunstancias entre ellos que generar�an en sus mentes malentendidos, malignidades, disputas y batallas mutuas. "Pondr�n cada uno de la mano de su pr�jimo". "La espada de cada hombre ser� contra su hermano". Todos los celos, las envidias, las contiendas que abundan en la sociedad pueden considerarse como los medios por los cuales se castiga el pecado. El pecado castiga al pecado, las malas pasiones no solo producen miseria, sino que son en s� mismas miserias.

III. P�RDIDAS TEMPORALES. "Y Jud� tambi�n pelear� en Jerusal�n". No contra Jerusal�n. "Y la riqueza de todos los paganos alrededor se juntar�, oro y plata, y ropa, en abundancia". Los hombres de propiedades terrenales en su estado no renovado siempre han sido valorados como el bien m�s elevado. Para lograrlo, dedican todos sus poderes con un entusiasmo insaciable, y para mantenerlo est�n siempre alertas, y su comprensi�n es indescifrable y firme. Tener que arrebat�rselos es una de sus mayores calamidades; �Y con qu� frecuencia ocurre esto en la sociedad! Por lo que llamamos accidentes, por un p�nico comercial, fallas legales, travesuras y fraudes, los hombres ricos a menudo se ven privados de su riqueza, los hombres que nacen en palacios a menudo mueren en una choza de indigentes. "Las riquezas toman alas y se van volando". Esta es otra forma en que el Cielo castiga el pecado.

CONCLUSI�N. Vea esos elementos de retribuci�n trabajando en todas partes a nuestro alrededor. Han trabajado a trav�s de toda la historia. Debido a que son comunes, no los observamos como deber�amos. No los conectamos con la Justicia que reina sobre el universo. Aunque son fuerzas penales. � D.T.

Zacar�as 14:16

La adoraci�n p�blica de Jehov�.

"Y suceder�", etc. Aqu� se sugieren dos observaciones sobre el culto p�blico a Jehov�.

I. ES UN SERVICIO VINCULANTE PARA TODAS LAS PERSONAS. "Y acontecer� que todos los que queden de �l. Todas las naciones que vinieron contra Jerusal�n subir�n de a�o en a�o para adorar al Rey, el Se�or de los ej�rcitos, y para celebrar la Fiesta de los Tabern�culos". "Keil cree que la Fiesta de los Tabern�culos se menciona porque fue una fiesta de acci�n de gracias por la graciosa protecci�n de Israel, en sus andanzas por el desierto y su introducci�n en la tierra que fluye leche y miel, por lo que presagia la bendici�n para ser disfrutada en el reino de Dios, pero al rechazar la observaci�n de Koehler de que hay una referencia a la fiesta como una cosecha de acci�n de gracias, pasa por alto el hecho de que, si esta referencia de cosecha no es reconocida, el castigo amenazado en el siguiente verso, la ausencia de lluvia pierde su idoneidad. La Fiesta de los Tabern�culos estaba destinada a tenerlos en cuenta, en medio de sus abundantes cosechas y campos y vi�edos bien cuidados, que, como en el desierto, todav�a era Dios quien dio el aumento. festival m�s adecuado para que todas las naciones se unan, al reconocer que Jehov� era el Dios de la naturaleza en toda la tierra, sin embargo, varios podr�an ser los aspectos de la naturaleza con los que estaban familiarizados mentiroso. Adem�s, no cabe duda de que para la �poca de Zacar�as, y probablemente mucho antes, esta fiesta se hab�a convertido en una especie de s�mbolo de la reuni�n de las naciones ( Juan 4:35) "(Dr. Dods). Mientras que miles descuidan el culto p�blico, no pocos argumentan en contra de �l, dicen que no es necesario e innecesario. En respuesta a esto, declaramos, donde existe una religi�n genuina:

1. La adoraci�n p�blica es un desarrollo natural. El ser que m�s amamos anhelamos una oportunidad para ensalzar; queremos que todos sepan sus m�ritos. Si somos realmente religiosos, amamos a Dios supremamente, �y no es natural declarar nuestro afecto en presencia de nuestros semejantes?

2. La adoraci�n p�blica es un desarrollo feliz. �Qu� deleita al alma tanto como escuchar a otros alabar el objeto que m�s amamos? Esto a la vez gratifica el instinto religioso y el amor social. Todo verdadero adorador en la gran congregaci�n puede decir que es bueno alabar, es algo feliz.

3. La adoraci�n p�blica es un desarrollo ben�fico. No hay nada que tienda tanto a avivar y ennoblecer a las almas como la adoraci�n, y nada da un inter�s tan vital en una alma por otra como la adoraci�n p�blica. En la adoraci�n p�blica genuina hay una estrecha uni�n de almas, una mezcla de los pensamientos m�s profundos y las m�s puras simpat�as, una especie de amalgamaci�n espiritual. "Por lo tanto, no debemos abandonar la reuni�n de nosotros mismos".

II SU DESCONEXI�N EXPONE A TERRIBLES CALAMIDADES. "Y ser� que los que no suban de todas las familias de la tierra a Jerusal�n para adorar al Rey, el Se�or de los ej�rcitos, aun sobre ellos no habr� lluvia. Y si la familia de Egipto no sube, y no vengan, que no llueva, habr� una plaga con la cual el Se�or herir� a las gentes que no suben para celebrar la Fiesta de los Tabern�culos. Este ser� el castigo de Egipto y el castigo de todas las naciones que no suban. para celebrar la fiesta de los tabern�culos ". Aqu� hay que observar dos cosas.

1. La grandeza del castigo. "Sobre ellos no habr� lluvia". Ahora, la ausencia de lluvia involucra todos los males temporales que se te ocurran: hambre, pestilencia, p�rdida de disfrute f�sico, p�rdida de salud, p�rdida de vidas.

2. La idoneidad del castigo.

(1) A la ofensa. "La retenci�n de la lluvia", dice el Dr. Dods, "no fue solo una de las formas en que la idolatr�a y la apostas�a fueron castigadas bajo la teocracia, sino que fue el castigo apropiado de aquellos que se negaron a reconocer a Jehov� como el Dador de la Esta adaptaci�n del castigo a la ofensa es una caracter�stica marcada del gobierno de Dios, y probablemente deber�a usarse m�s en la educaci�n de lo que es (por ejemplo, al apartarse por un tiempo, de todas las relaciones sexuales con sus compa�eros, el ni�o que ha mentido, y as� sucesivamente). Dante ha utilizado en gran medida el principio en su gran poema. En su visi�n de los reinos del castigo vio a los tiranos inmersos en la sangre; glotones expuestos con toda su suavidad mimada a una tempestuosa tempestad de fianza fr�a, descolorida y apestosa; los orgullosos que se inclinan para siempre bajo cargas pesadas; los cism�ticos, que han alquilado la Iglesia, se separaron a s� mismos; los que hab�an inmiscuido en el futuro y profesaron previsi�n prof�tica, con los rostros invertidos, incapaces de ver su propio camino "

(2) Al delincuente. La idea de no llover, quiz�s, no aterrorizar�a a los egipcios, ya que ten�an el Nilo, que les proporcionaba abundante agua. Por lo tanto, una plaga est� amenazada para ellos, y ninguna palabra para ellos fue m�s terrible que la palabra "plaga". No hab�an olvidado las diez plagas que se les infligieron en el tiempo de Mois�s. Era una tierra de plagas. As� Dios castiga. Pero marca, el castigo estaba por venir por la negligencia de la adoraci�n p�blica, y la negligencia de la adoraci�n p�blica se castiga:

(a) Ahora; por la p�rdida de los m�s altos placeres espirituales.

(b) en adelante; por el reproche de conciencia y el destierro de todo bien.�D.T.

Zacar�as 14:20, Zacar�as 14:21

El brillante futuro del mundo: el reino de la santidad.

"En ese d�a habr� sobre las campanas de los caballos", etc. Mirando el pasaje como un retrato del futuro del mundo, se nos recuerda que la santidad ser� su gran caracter�stica. Puede haber, y sin duda habr�, otras cosas (gran prosperidad material y mental), pero la santidad ser� su caracter�stica m�s destacada. La santidad ser� universal.

I. ABRAZAR� LOS ASUNTOS DE LA VIDA COM�N. "En ese d�a habr� sobre las campanas de los caballos". Era com�n entre las naciones antiguas tener campanas en los caballos para su uso o adorno, o tal vez para ambos. Se dice que en la procesi�n f�nebre de Alexander los caballos ten�an campanas de oro unidas a las correas de sus mejillas. La "santidad al Se�or", seg�n la Ley de Mois�s, hab�a sido inscrita en el frente del sumo sacerdote, y en ning�n otro lugar; ahora deb�a estar incluso en las campanas de los caballos, las cosas m�s comunes de la vida secular. En esta �poca no se emplear�n caballos en guerras y razas, solo se emplear�n para fines correctos y de la manera correcta. Los hombres que los conducen y conducen en estado ser�n hombres santos, los hombres que los usan en la agricultura ser�n hombres santos. Los caballos, que durante a�os han sido tratados injustamente y utilizados injustamente, en ese d�a ser�n tratados y empleados adecuadamente.

II ABRAZAR� TODAS LAS PREOCUPACIONES NACIONALES. "Toda vasija en Jerusal�n y en Jud� ser� santidad para el Se�or de los ej�rcitos". La idea es que la santidad se extender� incluso a las preocupaciones m�s peque�as de la vida dom�stica, los miembros de las familias ser�n religiosos. Las mismas ollas en las que los sacerdotes cocinaban su comida deber�an ser tan sagradas como los cuencos que atraparon la sangre de la v�ctima. Observar

(1) que se debe abolir la distinci�n entre lo sagrado y lo secular; pero

(2) no separ�ndose del mundo, ni haciendo todas las cosas seculares, sino haciendo todas las cosas santas, llevando a todas las ocupaciones el esp�ritu y el deleite de la presencia de Dios. "'Santidad al Se�or' no es que lo borre de la mitra del sumo sacerdote, para que pueda sentirse tan poco solemne cuando se pone la mitra y entra en el lugar m�s sagrado de todos, como si fuera a su establo para ponerse el collar en su caballo; pero cuando se pone el collar en el caballo y se va a su trabajo o recreaci�n, debe ser tan sincero y amoroso como Dios, como cuando con incienso y vestiduras sacerdotales entra en el lugar sant�simo "(Dr. Dods).

III. ABRAZAR� TODOS LOS PERSONAJES RELIGIOSOS. "En aquel d�a no habr� m�s cananeos en la casa del Se�or de los ej�rcitos". "Por 'canaanita'", dice el Dr. Henderson, "se entiende" comerciante ". Los fenicios que habitaban en la parte norte de Cana�n fueron los comerciantes m�s famosos de la antig�edad. Se puede considerar que la palabra significa hombres mercenarios, hombres animados por el esp�ritu mercenario ". Tales hombres se encuentran siempre en conexi�n con la religi�n. Los viejos profetas lamentaron este esp�ritu. Fue encontrado en las edades m�s tempranas de la Iglesia cristiana. Los hombres que consideraban "ganancia como piedad", el cananeo o el comerciante, no pertenecen necesariamente a la vida mercantil, sino tambi�n a otras evasiones, e incluso a la vida sacerdotal. Quiz�s el esp�ritu mercenario est� tan extendido en sacerdotes y ministros ahora como siempre. Pero en la era venidera ya no habr� m�s cananeos, el hombre mercenario, en la casa del Se�or; Todos ser�n santos.

CONCLUSI�N. �Salve, bendita edad! �Que el carro del tiempo acelere su velocidad y traiga esta era bendita a este mundo de depravaci�n y pecado!

Nota: Esto cierra nuestros bocetos sobre la profec�a de Zacar�as. Confesamos que, al atravesarlo en serio, lo hemos encontrado en varios pasajes, expresiones y alusiones a los que no pudimos poner ninguna interpretaci�n clara e inteligible. Hay una neblina m�s o menos en todo el libro, y nuestro esfuerzo ha sido, donde sea que hayamos vislumbrado una gran verdad pr�ctica, para sacarla a la luz y ponerla al servicio de la cultura del alma. Aunque es posible que no hayamos podido dar el verdadero significado a muchos pasajes, sabemos que no hemos malinterpretado intencionalmente ning�n enunciado, ni hemos convertido una frase o una palabra en ninguna predilecci�n teol�gica o eclesi�stica, si es que alguna de las que tenemos.� D.T.

Información bibliográfica
Exell, Joseph S; Spence-Jones, Henry Donald Maurice. "Comentario sobre Zechariah 14". Los Comentarios del Púlpito. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/tpc/zechariah-14.html. 1897.