Que cada uno, no s�lo el rico; tambi�n el que tiene poco, d� con gusto de lo poco. Seg�n ha sido prosperado, aumentando sus limosnas como Dios aumenta sus bienes. De acuerdo con esta regla m�s baja de la prudencia cristiana, si un hombre cuando tiene o gana una libra da un d�cimo a Dios, cuando tiene o gana cien, tambi�n dar� el d�cimo de esto. Y, sin embargo, les muestro un camino m�s excelente. El que tiene o�dos para o�r, oiga. No te fastidies en absoluto. Pero presta a Dios todo lo que puedas.
Una gran puerta - En cuanto al n�mero de oyentes. Y eficaz ... en cuanto a los efectos que se les produjeron. Y hay muchos adversarios, como siempre debe haber lugares donde el reino de Satan�s tiemble. Esta fue otra raz�n por la que se qued� all�.
Sin miedo - De que alguien lo desprecie por su juventud. Porque �l hace la obra del Se�or, el verdadero motivo de reverencia a los pastores. A los que lo hacen, nadie debe despreciarlos.
Le supliqu� mucho que viniera a ti. Con los hermanos, que entonces iban a Corinto. Sin embargo, de ninguna manera estaba dispuesto a venir ahora, tal vez para que su venida no aumentara las divisiones entre ellos.
Para concluir. Vigilad - Contra todos vuestros enemigos visibles e invisibles. Mantente firme en la fe: ver y confiar en el invisible. Actuad como hombres, con valent�a y paciencia. Sea fuerte - Para hacer y sufrir toda su voluntad.
Que vosotros tambi�n - A vuestro turno. Someterse a tal - As� que reembolsar su servicio gratuito. Y a todo aquel que trabaja con nosotros y trabaja, que trabaja en el evangelio con o sin colaborador.
Me regocijo por la llegada de Est�fanas, Fortunato y Achaiacus, que ahora hab�an regresado a Corinto, pero la alegr�a que hab�a ocasionado su llegada permanec�a todav�a en su coraz�n. Han suplido lo que faltaba de tu parte - Han realizado los oficios del amor, que t� no pudiste, a causa de tu ausencia.
Porque han refrescado mi esp�ritu y el tuyo, en la medida en que compartes mi consuelo. Por lo tanto, reconozcan a los tales con el amor y el respeto adecuados.
Si alguno no ama al Se�or Jesucristo, si alguno es enemigo de su persona, oficios, doctrinas o mandamientos. Que sea Anathema. Maran - atha - Anathema significa algo dedicado a la destrucci�n. Parece haber sido costumbre entre los jud�os de esa �poca, cuando pronunciaban a cualquier hombre como anatema, agregar la expresi�n sir�aca, Maran - atha, es decir, "El Se�or viene"; es decir, para ejecutar venganza sobre �l. Esta importante frase que el ap�stol decidi� escribir con su propia mano; e insertarlo entre el saludo y la bendici�n solemne, para que sea m�s atenta.
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Información bibliográfica Wesley, Juan. "Comentario sobre 1 Corinthians 16". "Notas Explicativas de Juan Wesley sobre Toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/wen/1-corinthians-16.html. 1765.
Versículo 1
Los santos - Una palabra m�s solemne y m�s conmovedora, que si hubiera dicho, los pobres.
Versículo 2
Que cada uno, no s�lo el rico; tambi�n el que tiene poco, d� con gusto de lo poco. Seg�n ha sido prosperado, aumentando sus limosnas como Dios aumenta sus bienes. De acuerdo con esta regla m�s baja de la prudencia cristiana, si un hombre cuando tiene o gana una libra da un d�cimo a Dios, cuando tiene o gana cien, tambi�n dar� el d�cimo de esto. Y, sin embargo, les muestro un camino m�s excelente. El que tiene o�dos para o�r, oiga. No te fastidies en absoluto. Pero presta a Dios todo lo que puedas.
Versículo 4
Ellos ir�n conmigo - Para eliminar cualquier sospecha posible.
Versículo 5
Paso por Macedonia, me propongo ir por ese camino.
Versículo 7
No te ver� ahora, no hasta que est� en Macedonia.
Versículo 8
Me quedar� en �feso, donde estaba en ese momento.
Versículo 9
Una gran puerta - En cuanto al n�mero de oyentes. Y eficaz ... en cuanto a los efectos que se les produjeron. Y hay muchos adversarios, como siempre debe haber lugares donde el reino de Satan�s tiemble. Esta fue otra raz�n por la que se qued� all�.
Versículo 10
Sin miedo - De que alguien lo desprecie por su juventud. Porque �l hace la obra del Se�or, el verdadero motivo de reverencia a los pastores. A los que lo hacen, nadie debe despreciarlos.
Versículo 11
Lo busco con los hermanos - Que lo acompa�an.
Versículo 12
Le supliqu� mucho que viniera a ti. Con los hermanos, que entonces iban a Corinto. Sin embargo, de ninguna manera estaba dispuesto a venir ahora, tal vez para que su venida no aumentara las divisiones entre ellos.
Versículo 13
Para concluir. Vigilad - Contra todos vuestros enemigos visibles e invisibles. Mantente firme en la fe: ver y confiar en el invisible. Actuad como hombres, con valent�a y paciencia. Sea fuerte - Para hacer y sufrir toda su voluntad.
Versículo 15
Los primeros frutos de Acaya - Los primeros conversos en esa provincia.
Versículo 16
Que vosotros tambi�n - A vuestro turno. Someterse a tal - As� que reembolsar su servicio gratuito. Y a todo aquel que trabaja con nosotros y trabaja, que trabaja en el evangelio con o sin colaborador.
Versículo 17
Me regocijo por la llegada de Est�fanas, Fortunato y Achaiacus, que ahora hab�an regresado a Corinto, pero la alegr�a que hab�a ocasionado su llegada permanec�a todav�a en su coraz�n. Han suplido lo que faltaba de tu parte - Han realizado los oficios del amor, que t� no pudiste, a causa de tu ausencia.
Versículo 18
Porque han refrescado mi esp�ritu y el tuyo, en la medida en que compartes mi consuelo. Por lo tanto, reconozcan a los tales con el amor y el respeto adecuados.
Versículo 19
Aquila y Priscila se hab�an establecido anteriormente en Corinto, y all� comenz� su relaci�n con San Pablo, Hechos 18:1 .
Versículo 21
Con mi propia mano - Lo que precede a haber sido escrito por un amanuense.
Versículo 22
Si alguno no ama al Se�or Jesucristo, si alguno es enemigo de su persona, oficios, doctrinas o mandamientos. Que sea Anathema. Maran - atha - Anathema significa algo dedicado a la destrucci�n. Parece haber sido costumbre entre los jud�os de esa �poca, cuando pronunciaban a cualquier hombre como anatema, agregar la expresi�n sir�aca, Maran - atha, es decir, "El Se�or viene"; es decir, para ejecutar venganza sobre �l. Esta importante frase que el ap�stol decidi� escribir con su propia mano; e insertarlo entre el saludo y la bendici�n solemne, para que sea m�s atenta.