Y, en consecuencia, vine a ti, no con altivez de habla o de sabidur�a; no afect� ni a la sabidur�a profunda ni a la elocuencia. Declarar el testimonio de Dios: lo que Dios me dio para testificar acerca de su Hijo.
Decid� no saber nada, agitar todos mis otros conocimientos, y no predicar nada, excepto a Jesucristo y a �l crucificado, es decir, lo que hizo, sufri�, ense��. Una parte se pone por el todo.
Y yo estaba contigo - En mi primera entrada. En debilidad - De cuerpo, 2 Corintios 12:7 Y en miedo - No sea que ofenda a alguien. Y en mucho temblor - La emoci�n de mi mente afectando mi propio cuerpo.
Y mi discurso en privado, as� como mi predicaci�n p�blica, no fue con las palabras persuasivas de la sabidur�a humana, como las que usan los sabios del mundo; pero con la demostraci�n del Esp�ritu y de poder - Con esa clase poderosa de demostraci�n, que fluye del Esp�ritu Santo; que obra en la conciencia con la luz m�s convincente y la evidencia m�s persuasiva.
Sin embargo, hablamos sabidur�a, s�, la sabidur�a m�s verdadera y excelente. Entre los perfectos: cristianos adultos y experimentados. Por sabidur�a aqu� parece referirse, no a toda la doctrina cristiana, sino a las partes m�s sublimes y abstrusas de ella. Pero no la sabidur�a admirada y ense�ada por los hombres de este mundo, ni por los gobernantes de este mundo, jud�os o paganos, que fracasan, tanto ellos como su sabidur�a, y el mundo mismo.
Pero hablamos de la misteriosa sabidur�a de Dios, que estuvo escondida durante muchas edades de todo el mundo, y a�n est� escondida incluso de los "ni�os en Cristo"; mucho m�s de todos los incr�dulos. El cual Dios orden� antes que el mundo - Tan lejos est� esto de convertirse en nada, como la sabidur�a del mundo. Para nuestra gloria: surgir de la gloria de nuestro Se�or, y luego ser revelado cuando toda la gloria del mundo se desvanezca.
Si lo hubieran sabido - Esa sabidur�a. No habr�an crucificado, castigado como esclavo. El Se�or de la gloria: El dar a Cristo este t�tulo augusto, peculiar del gran Jehov�, muestra claramente que es el Dios supremo. De la misma manera, al Padre se le llama "el Padre de gloria", Efesios 1:17 ; y el Esp�ritu Santo, "el Esp�ritu de gloria", 1 Pedro 4:14 .
La aplicaci�n de este t�tulo a los tres muestra que el Padre, el Hijo y el Esp�ritu Santo son "el Dios de gloria"; como se llama el �nico Dios verdadero, Salmo 29:3 y Hechos 7:2 .
Pero esta ignorancia suya cumple con lo escrito acerca de las bendiciones del reino del Mes�as. Ning�n hombre natural ha visto, o�do ni conocido las cosas que Dios ha preparado, dice el profeta, para los que le aman. Isa�as 64:4
Pero Dios ha revelado - S�, y "dado gratuitamente", 1 Corintios 2:12 . Ellos para nosotros - Incluso una paz inconcebible y una alegr�a indescriptible. Por su Esp�ritu, que los conoce �ntima y plenamente. Porque el Esp�ritu escudri�a hasta las profundidades de Dios, sean tan ocultas y misteriosas; las profundidades tanto de su naturaleza como de su reino.
Porque lo que el hombre conoce las cosas del hombre, todos los rincones m�s rec�nditos de su mente; aunque los hombres son todos de una misma naturaleza, por lo que pueden conocerse m�s f�cilmente entre s�. De modo que nadie conoce las cosas de Dios sino el Esp�ritu, quien, en consecuencia, es Dios.
Ahora hemos recibido, no el esp�ritu del mundo: este esp�ritu no se recibe correctamente; porque los hombres del mundo siempre lo tuvieron. Pero los cristianos reciben el Esp�ritu de Dios, lo que antes no ten�an.
Que tambi�n hablamos - As� como sabemos. En palabras ense�adas por el Esp�ritu Santo - Tales son todas las palabras de las Escrituras. �Cu�n alto debemos, entonces, tenerlos por ellos! Explicar las cosas espirituales con palabras espirituales; o, adaptar las palabras espirituales a las cosas espirituales - Ser ense�ado por el Esp�ritu a expresar las cosas del Esp�ritu.
Pero el hombre natural, es decir, todo hombre que no tiene el Esp�ritu; que no tiene otra forma de obtener conocimiento que por sus sentidos y comprensi�n natural. No recibe - No comprende ni concibe. Las cosas del Esp�ritu: las cosas reveladas por el Esp�ritu de Dios, ya sea en relaci�n con su naturaleza o su reino. Porque son locura para �l. Est� tan lejos de comprender, que los desprecia por completo. Ni puede conocerlos. Como no tiene la voluntad, tampoco tiene el poder. Porque se disciernen espiritualmente: s�lo se pueden discernir con la ayuda de ese Esp�ritu y con esos sentidos espirituales, que �l no tiene.
Pero el hombre espiritual, el que tiene el Esp�ritu. Discernir� todas las cosas de Dios de las que hemos estado hablando. Sin embargo, �l mismo no es discernido por ning�n hombre, ning�n hombre natural. No entienden ni lo que es ni lo que dice.
Qui�n - Qu� hombre natural. Nosotros - Hombres espirituales; ap�stoles en particular. Tener - saber, entender. La mente de Cristo: Concerniente a todo el plan de salvaci�n del evangelio. Isa�as 40:13
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Información bibliográfica Wesley, Juan. "Comentario sobre 1 Corinthians 2". "Notas Explicativas de Juan Wesley sobre Toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/wen/1-corinthians-2.html. 1765.
Versículo 1
Y, en consecuencia, vine a ti, no con altivez de habla o de sabidur�a; no afect� ni a la sabidur�a profunda ni a la elocuencia. Declarar el testimonio de Dios: lo que Dios me dio para testificar acerca de su Hijo.
Versículo 2
Decid� no saber nada, agitar todos mis otros conocimientos, y no predicar nada, excepto a Jesucristo y a �l crucificado, es decir, lo que hizo, sufri�, ense��. Una parte se pone por el todo.
Versículo 3
Y yo estaba contigo - En mi primera entrada. En debilidad - De cuerpo, 2 Corintios 12:7 Y en miedo - No sea que ofenda a alguien. Y en mucho temblor - La emoci�n de mi mente afectando mi propio cuerpo.
Versículo 4
Y mi discurso en privado, as� como mi predicaci�n p�blica, no fue con las palabras persuasivas de la sabidur�a humana, como las que usan los sabios del mundo; pero con la demostraci�n del Esp�ritu y de poder - Con esa clase poderosa de demostraci�n, que fluye del Esp�ritu Santo; que obra en la conciencia con la luz m�s convincente y la evidencia m�s persuasiva.
Versículo 5
Para que su fe no se base en la sabidur�a o el poder del hombre, sino en la sabidur�a y el poder de Dios.
Versículo 6
Sin embargo, hablamos sabidur�a, s�, la sabidur�a m�s verdadera y excelente. Entre los perfectos: cristianos adultos y experimentados. Por sabidur�a aqu� parece referirse, no a toda la doctrina cristiana, sino a las partes m�s sublimes y abstrusas de ella. Pero no la sabidur�a admirada y ense�ada por los hombres de este mundo, ni por los gobernantes de este mundo, jud�os o paganos, que fracasan, tanto ellos como su sabidur�a, y el mundo mismo.
Versículo 7
Pero hablamos de la misteriosa sabidur�a de Dios, que estuvo escondida durante muchas edades de todo el mundo, y a�n est� escondida incluso de los "ni�os en Cristo"; mucho m�s de todos los incr�dulos. El cual Dios orden� antes que el mundo - Tan lejos est� esto de convertirse en nada, como la sabidur�a del mundo. Para nuestra gloria: surgir de la gloria de nuestro Se�or, y luego ser revelado cuando toda la gloria del mundo se desvanezca.
Versículo 8
Si lo hubieran sabido - Esa sabidur�a. No habr�an crucificado, castigado como esclavo. El Se�or de la gloria: El dar a Cristo este t�tulo augusto, peculiar del gran Jehov�, muestra claramente que es el Dios supremo. De la misma manera, al Padre se le llama "el Padre de gloria", Efesios 1:17 ; y el Esp�ritu Santo, "el Esp�ritu de gloria", 1 Pedro 4:14 .
La aplicaci�n de este t�tulo a los tres muestra que el Padre, el Hijo y el Esp�ritu Santo son "el Dios de gloria"; como se llama el �nico Dios verdadero, Salmo 29:3 y Hechos 7:2 .
Versículo 9
Pero esta ignorancia suya cumple con lo escrito acerca de las bendiciones del reino del Mes�as. Ning�n hombre natural ha visto, o�do ni conocido las cosas que Dios ha preparado, dice el profeta, para los que le aman. Isa�as 64:4
Versículo 10
Pero Dios ha revelado - S�, y "dado gratuitamente", 1 Corintios 2:12 . Ellos para nosotros - Incluso una paz inconcebible y una alegr�a indescriptible. Por su Esp�ritu, que los conoce �ntima y plenamente. Porque el Esp�ritu escudri�a hasta las profundidades de Dios, sean tan ocultas y misteriosas; las profundidades tanto de su naturaleza como de su reino.
Versículo 11
Porque lo que el hombre conoce las cosas del hombre, todos los rincones m�s rec�nditos de su mente; aunque los hombres son todos de una misma naturaleza, por lo que pueden conocerse m�s f�cilmente entre s�. De modo que nadie conoce las cosas de Dios sino el Esp�ritu, quien, en consecuencia, es Dios.
Versículo 12
Ahora hemos recibido, no el esp�ritu del mundo: este esp�ritu no se recibe correctamente; porque los hombres del mundo siempre lo tuvieron. Pero los cristianos reciben el Esp�ritu de Dios, lo que antes no ten�an.
Versículo 13
Que tambi�n hablamos - As� como sabemos. En palabras ense�adas por el Esp�ritu Santo - Tales son todas las palabras de las Escrituras. �Cu�n alto debemos, entonces, tenerlos por ellos! Explicar las cosas espirituales con palabras espirituales; o, adaptar las palabras espirituales a las cosas espirituales - Ser ense�ado por el Esp�ritu a expresar las cosas del Esp�ritu.
Versículo 14
Pero el hombre natural, es decir, todo hombre que no tiene el Esp�ritu; que no tiene otra forma de obtener conocimiento que por sus sentidos y comprensi�n natural. No recibe - No comprende ni concibe. Las cosas del Esp�ritu: las cosas reveladas por el Esp�ritu de Dios, ya sea en relaci�n con su naturaleza o su reino. Porque son locura para �l. Est� tan lejos de comprender, que los desprecia por completo. Ni puede conocerlos. Como no tiene la voluntad, tampoco tiene el poder. Porque se disciernen espiritualmente: s�lo se pueden discernir con la ayuda de ese Esp�ritu y con esos sentidos espirituales, que �l no tiene.
Versículo 15
Pero el hombre espiritual, el que tiene el Esp�ritu. Discernir� todas las cosas de Dios de las que hemos estado hablando. Sin embargo, �l mismo no es discernido por ning�n hombre, ning�n hombre natural. No entienden ni lo que es ni lo que dice.
Versículo 16
Qui�n - Qu� hombre natural. Nosotros - Hombres espirituales; ap�stoles en particular. Tener - saber, entender. La mente de Cristo: Concerniente a todo el plan de salvaci�n del evangelio. Isa�as 40:13