Oscuridad espesa: de hecho, ha hecho de la oscuridad su pabell�n. Pero que esta casa sea la residencia de esa oscuridad. Es en el mundo superior donde habita la luz, a la que ning�n ojo puede acercarse.
Pero tu hijo, etc. - As� uno siembra y otro cosecha. Y que no piense el m�s sabio de los hombres que es un desd�n el perseguir los buenos designios que hab�an trazado los que les precedieron.
Oh Se�or, etc. - Con esta oraci�n el templo de Salom�n se convierte en figura de Cristo, el gran Mediador a trav�s del cual debemos ofrecer todas nuestras oraciones y esperar todos los favores de Dios, y a quien debemos tener un ojo en todo aquello en lo que debemos tiene que ver con Dios.
Y cuando lo hagan, etc. - No pide que Dios los ayude sin que ellos oren por ellos mismos, sino que Dios los ayude, en respuesta a sus oraciones. Incluso la intercesi�n de Cristo no reemplaza, sino que alienta nuestras s�plicas.
Lev�ntate, t� que est�s sentado en los cielos, lev�ntate del trono de tu gloria y desciende a este lugar que has designado para tu habitaci�n permanente, del cual no te trasladar�s, como antes lo hiciste, de un lugar a otro. lugar. Y el arca, t� en el arca. Tu fuerza, que es la se�al y el instrumento de tu gran poder que se presenta de vez en cuando a favor de tu pueblo. Salvaci�n - Que sean rodeados por todos lados con tu protecci�n y bendici�n.
Tu ungido - De m�, que por tu mandato fui ungido rey y pr�ncipe de tu pueblo: no niegues mis peticiones, ni me env�es del trono de tu gracia con semblante abatido. Las misericordias: las que le prometiste a David y a su casa para siempre. Y as� podemos rogar, con los ojos puestos en Cristo, que se llama David, Oseas 3:5 .
Se�or, recuerda sus m�ritos y ac�ptanos por ellos. Recuerda las promesas del pacto eterno, que se llaman las misericordias seguras de David, Isa�as 55:3 . Este debe ser todo nuestro deseo, toda nuestra esperanza, toda nuestra oraci�n y toda nuestra s�plica; porque es toda nuestra salvaci�n.
Declaración de derechos de autor Estos archivos están en dominio público y son un derivado de una edición electrónica disponible en el sitio web de la Biblioteca Eterna de Clásicos Cristianos.
Información bibliográfica Wesley, Juan. "Comentario sobre 2 Chronicles 6". "Notas Explicativas de Juan Wesley sobre Toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/wen/2-chronicles-6.html. 1765.
Versículo 1
Oscuridad espesa: de hecho, ha hecho de la oscuridad su pabell�n. Pero que esta casa sea la residencia de esa oscuridad. Es en el mundo superior donde habita la luz, a la que ning�n ojo puede acercarse.
Versículo 9
Pero tu hijo, etc. - As� uno siembra y otro cosecha. Y que no piense el m�s sabio de los hombres que es un desd�n el perseguir los buenos designios que hab�an trazado los que les precedieron.
Versículo 14
Oh Se�or, etc. - Con esta oraci�n el templo de Salom�n se convierte en figura de Cristo, el gran Mediador a trav�s del cual debemos ofrecer todas nuestras oraciones y esperar todos los favores de Dios, y a quien debemos tener un ojo en todo aquello en lo que debemos tiene que ver con Dios.
Versículo 21
Y cuando lo hagan, etc. - No pide que Dios los ayude sin que ellos oren por ellos mismos, sino que Dios los ayude, en respuesta a sus oraciones. Incluso la intercesi�n de Cristo no reemplaza, sino que alienta nuestras s�plicas.
Versículo 41
Lev�ntate, t� que est�s sentado en los cielos, lev�ntate del trono de tu gloria y desciende a este lugar que has designado para tu habitaci�n permanente, del cual no te trasladar�s, como antes lo hiciste, de un lugar a otro. lugar. Y el arca, t� en el arca. Tu fuerza, que es la se�al y el instrumento de tu gran poder que se presenta de vez en cuando a favor de tu pueblo. Salvaci�n - Que sean rodeados por todos lados con tu protecci�n y bendici�n.
Versículo 42
Tu ungido - De m�, que por tu mandato fui ungido rey y pr�ncipe de tu pueblo: no niegues mis peticiones, ni me env�es del trono de tu gracia con semblante abatido. Las misericordias: las que le prometiste a David y a su casa para siempre. Y as� podemos rogar, con los ojos puestos en Cristo, que se llama David, Oseas 3:5 .
Se�or, recuerda sus m�ritos y ac�ptanos por ellos. Recuerda las promesas del pacto eterno, que se llaman las misericordias seguras de David, Isa�as 55:3 . Este debe ser todo nuestro deseo, toda nuestra esperanza, toda nuestra oraci�n y toda nuestra s�plica; porque es toda nuestra salvaci�n.