Estos son los t�rminos o condiciones bajo los cuales Dios ha hecho, que es renovado su pacto contigo. El pacto era uno en sustancia, pero variado en el tiempo y la forma de su dispensaci�n.
Sin embargo, el Se�or - Es decir, los has percibido y visto con los ojos de tu cuerpo, pero no con tu mente y coraz�n; todav�a no has aprendido a entender correctamente la palabra y las obras de Dios, para conocerlas para tu bien, y para hacer un uso correcto de ellas y cumplirlas: lo que �l expresa as�, el Se�or no te lo ha dado. , &C. no para disculpar su maldad, sino para dirigirlos a quienes deben recurrir para una buena comprensi�n de las obras de Dios; e insinuar que aunque el o�do que oye y el ojo que ve son obra de Dios, sin embargo, la falta de su gracia era su propia culpa y el justo castigo de sus pecados anteriores; su caso actual es como el de ellos en la �poca de Isa�as, quienes primero cerraron sus propios ojos y o�dos para que no vieran ni oyeran, y no entendieran, y luego, por el justo juicio de Dios, se les cerraron los ojos y los o�dos para que no vieran, oyeran y entendieran. La disposici�n de Dios para hacernos bien en otras cosas es una clara evidencia de que si no tenemos la gracia, el mejor de los dones, es culpa nuestra y no suya: �l nos habr�a reunido y nosotros no.
No hab�is comido pan: pan com�n comprado con vuestro propio dinero o hecho con vuestras propias manos, sino pan celestial y angelical. Ninguno de los dos bebi� vino, sino solo agua de la roca. El Se�or, omnipotente y todo, suficiente para tu provisi�n sin la ayuda de ninguna criatura, y tu Dios en pacto contigo, quien te tiene un verdadero afecto y un cuidado paternal de ti.
Para que �l te establezca - Aqu� est� el resumen de ese pacto del cual Mois�s fue el mediador, y en la relaci�n del pacto entre Dios y ellos, se incluyen todos los preceptos y promesas del pacto. Que se establezcan para �l como pueblo, para que le teman, amen, obedezcan y se dediquen a �l, y que �l sea para ellos un Dios, para hacerlos santos y felices; y un sentido debido de la relaci�n que mantenemos con Dios como nuestro Dios, y la obligaci�n que tenemos para con �l como su pueblo, es suficiente para llevarnos a todos los deberes y todas las comodidades del pacto. �Y este pacto no incluye nada espiritual? nada que se refiera a la eternidad?
As� tambi�n ... con tu posteridad. Porque as� se hizo el pacto al principio con Abraham y su descendencia, por el cual, as� como Dios se comprometi� a continuar la bendici�n de Abraham sobre su posteridad, tambi�n los asign� a los mismos deberes que se requer�an de Abraham. As� ocurre incluso entre los hombres, donde un rey confiere una herencia a un s�bdito y sus herederos para siempre, bajo ciertas condiciones, todos sus herederos que disfrutan de ese beneficio, est�n obligados a las mismas condiciones.
Tambi�n puede incluir a aquellos que luego se vieron obligados a ausentarse, por enfermedad o cualquier ocasi�n necesaria. No lo lea uno de los farafrastas caldeos, todas las generaciones que han existido desde los primeros d�as del mundo, y todo lo que se levantar� hasta el fin del mundo entero, est�n aqu� con nosotros este d�a. Y as�, tomar este pacto como una dispensaci�n t�pica del pacto de gracia, es un testimonio noble para el Mediador de ese pacto, que es el mismo ayer, hoy y por los siglos.
Egipto: donde has visto sus idolatr�as y has aprendido demasiado de ellas, como mostr� el becerro de oro, y por lo tanto necesitas renovar tu pacto con Dios; donde tambi�n est�bamos en una servidumbre terrible de la que solo Dios nos ha entregado, a quien, por tanto, estamos profundamente agradecidos y tenemos toda la raz�n para renovar nuestra alianza con �l. A trav�s de las naciones - �Con qu� peligro, si Dios no se hubiera aparecido por nosotros!
De esta maldici�n - de ese juramento donde - en la que jur� guardar el pacto con Dios, y que con una maldici�n pronunciada contra s� mismo si no lo realizan. Bendice a s� mismo - Se halaga a s� mismo ante sus propios ojos, con vanas esperanzas, como si a Dios no le importaran tales cosas y no pudiera o no quisiera castigarlas. Paz: seguridad y prosperidad. Mi propio coraz�n - Aunque no sigo el mandato de Dios, sino mis propios dispositivos.
Para a�adir embriaguez a la sed - Las palabras pueden ser traducidas, para a�adir sed a la embriaguez, y as� puede ser el sentido, que cuando ha multiplicado sus pecados, y se ha embriagado como si estuviera con ellos, no se sacia con ellos, pero a�n despierta el apetito y provoca su sed despu�s de m�s, como los borrachos a menudo utilizan medios para darse a la sed despu�s de m�s bebida.
Los cuales Dios no les hab�a dado, para su adoraci�n, pero los ha dividido en todas las naciones para su uso y servicio. As� que habla aqu� del sol, la luna y las estrellas, que eran los principales dioses adorados por las naciones vecinas.
Las cosas secretas - Habiendo mencionado los asombrosos juicios de Dios sobre toda la tierra y el pueblo de Israel, y previendo la extirpaci�n total que vendr�a sobre ellos por su iniquidad, estalla en esta pat�tica exclamaci�n, ya sea para refrenar su curiosidad, �qui�n estar dispuesto a indagar sobre el momento y la forma de tan gran acontecimiento; o para aquietar su propia mente y satisfacer los escr�pulos de los dem�s, quienes, al percibir que Dios trataba tan severamente a su propio pueblo, cuando mientras tanto padec�a aquellas naciones que eran culpables de un ate�smo e idolatr�a m�s groseros, podr�an aprovechar la ocasi�n para negar su providencia o cuestionar la equidad de sus procedimientos.
A esto responde, que los caminos y juicios de Dios, aunque nunca injustos, a menudo est�n ocultos para nosotros, insondables por nuestras capacidades superficiales, y son motivo de nuestra admiraci�n, no de nuestra investigaci�n. Pero las cosas que son reveladas por Dios y su palabra, son el objeto propio de nuestras investigaciones, para que as� podamos conocer nuestro deber, y quedar�n libres de tales calamidades terribles como estos ahora mencionados.
Declaración de derechos de autor Estos archivos están en dominio público y son un derivado de una edición electrónica disponible en el sitio web de la Biblioteca Eterna de Clásicos Cristianos.
Información bibliográfica Wesley, Juan. "Comentario sobre Deuteronomy 29". "Notas Explicativas de Juan Wesley sobre Toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/wen/deuteronomy-29.html. 1765.
Versículo 1
Estos son los t�rminos o condiciones bajo los cuales Dios ha hecho, que es renovado su pacto contigo. El pacto era uno en sustancia, pero variado en el tiempo y la forma de su dispensaci�n.
Versículo 4
Sin embargo, el Se�or - Es decir, los has percibido y visto con los ojos de tu cuerpo, pero no con tu mente y coraz�n; todav�a no has aprendido a entender correctamente la palabra y las obras de Dios, para conocerlas para tu bien, y para hacer un uso correcto de ellas y cumplirlas: lo que �l expresa as�, el Se�or no te lo ha dado. , &C. no para disculpar su maldad, sino para dirigirlos a quienes deben recurrir para una buena comprensi�n de las obras de Dios; e insinuar que aunque el o�do que oye y el ojo que ve son obra de Dios, sin embargo, la falta de su gracia era su propia culpa y el justo castigo de sus pecados anteriores; su caso actual es como el de ellos en la �poca de Isa�as, quienes primero cerraron sus propios ojos y o�dos para que no vieran ni oyeran, y no entendieran, y luego, por el justo juicio de Dios, se les cerraron los ojos y los o�dos para que no vieran, oyeran y entendieran. La disposici�n de Dios para hacernos bien en otras cosas es una clara evidencia de que si no tenemos la gracia, el mejor de los dones, es culpa nuestra y no suya: �l nos habr�a reunido y nosotros no.
Versículo 6
No hab�is comido pan: pan com�n comprado con vuestro propio dinero o hecho con vuestras propias manos, sino pan celestial y angelical. Ninguno de los dos bebi� vino, sino solo agua de la roca. El Se�or, omnipotente y todo, suficiente para tu provisi�n sin la ayuda de ninguna criatura, y tu Dios en pacto contigo, quien te tiene un verdadero afecto y un cuidado paternal de ti.
Versículo 11
Tu forastero ... Extra�os que hab�an abrazado su religi�n: todo tipo de personas, s�, incluso los m�s humildes.
Versículo 12
En el pacto y en su juramento - En el pacto, confirmado por un juramento solemne.
Versículo 13
Para que �l te establezca - Aqu� est� el resumen de ese pacto del cual Mois�s fue el mediador, y en la relaci�n del pacto entre Dios y ellos, se incluyen todos los preceptos y promesas del pacto. Que se establezcan para �l como pueblo, para que le teman, amen, obedezcan y se dediquen a �l, y que �l sea para ellos un Dios, para hacerlos santos y felices; y un sentido debido de la relaci�n que mantenemos con Dios como nuestro Dios, y la obligaci�n que tenemos para con �l como su pueblo, es suficiente para llevarnos a todos los deberes y todas las comodidades del pacto. �Y este pacto no incluye nada espiritual? nada que se refiera a la eternidad?
Versículo 15
As� tambi�n ... con tu posteridad. Porque as� se hizo el pacto al principio con Abraham y su descendencia, por el cual, as� como Dios se comprometi� a continuar la bendici�n de Abraham sobre su posteridad, tambi�n los asign� a los mismos deberes que se requer�an de Abraham. As� ocurre incluso entre los hombres, donde un rey confiere una herencia a un s�bdito y sus herederos para siempre, bajo ciertas condiciones, todos sus herederos que disfrutan de ese beneficio, est�n obligados a las mismas condiciones.
Tambi�n puede incluir a aquellos que luego se vieron obligados a ausentarse, por enfermedad o cualquier ocasi�n necesaria. No lo lea uno de los farafrastas caldeos, todas las generaciones que han existido desde los primeros d�as del mundo, y todo lo que se levantar� hasta el fin del mundo entero, est�n aqu� con nosotros este d�a. Y as�, tomar este pacto como una dispensaci�n t�pica del pacto de gracia, es un testimonio noble para el Mediador de ese pacto, que es el mismo ayer, hoy y por los siglos.
Versículo 16
Egipto: donde has visto sus idolatr�as y has aprendido demasiado de ellas, como mostr� el becerro de oro, y por lo tanto necesitas renovar tu pacto con Dios; donde tambi�n est�bamos en una servidumbre terrible de la que solo Dios nos ha entregado, a quien, por tanto, estamos profundamente agradecidos y tenemos toda la raz�n para renovar nuestra alianza con �l. A trav�s de las naciones - �Con qu� peligro, si Dios no se hubiera aparecido por nosotros!
Versículo 18
Una ra�z: un coraz�n malvado que te inclina a una idolatr�a tan maldita y que produce frutos amargos.
Versículo 19
De esta maldici�n - de ese juramento donde - en la que jur� guardar el pacto con Dios, y que con una maldici�n pronunciada contra s� mismo si no lo realizan. Bendice a s� mismo - Se halaga a s� mismo ante sus propios ojos, con vanas esperanzas, como si a Dios no le importaran tales cosas y no pudiera o no quisiera castigarlas. Paz: seguridad y prosperidad. Mi propio coraz�n - Aunque no sigo el mandato de Dios, sino mis propios dispositivos.
Para a�adir embriaguez a la sed - Las palabras pueden ser traducidas, para a�adir sed a la embriaguez, y as� puede ser el sentido, que cuando ha multiplicado sus pecados, y se ha embriagado como si estuviera con ellos, no se sacia con ellos, pero a�n despierta el apetito y provoca su sed despu�s de m�s, como los borrachos a menudo utilizan medios para darse a la sed despu�s de m�s bebida.
Versículo 20
Fumar� - Arder� y estallar� en llamas y humear� como si fuera de un horno.
Versículo 21
Al mal, a alguna plaga peculiar y ejemplar; lo convertir� en un monumento de su disgusto a toda la tierra.
Versículo 23
Sal y fuego: se quema y se vuelve est�ril, como con azufre y sal.
Versículo 26
Los cuales Dios no les hab�a dado, para su adoraci�n, pero los ha dividido en todas las naciones para su uso y servicio. As� que habla aqu� del sol, la luna y las estrellas, que eran los principales dioses adorados por las naciones vecinas.
Versículo 29
Las cosas secretas - Habiendo mencionado los asombrosos juicios de Dios sobre toda la tierra y el pueblo de Israel, y previendo la extirpaci�n total que vendr�a sobre ellos por su iniquidad, estalla en esta pat�tica exclamaci�n, ya sea para refrenar su curiosidad, �qui�n estar dispuesto a indagar sobre el momento y la forma de tan gran acontecimiento; o para aquietar su propia mente y satisfacer los escr�pulos de los dem�s, quienes, al percibir que Dios trataba tan severamente a su propio pueblo, cuando mientras tanto padec�a aquellas naciones que eran culpables de un ate�smo e idolatr�a m�s groseros, podr�an aprovechar la ocasi�n para negar su providencia o cuestionar la equidad de sus procedimientos.
A esto responde, que los caminos y juicios de Dios, aunque nunca injustos, a menudo est�n ocultos para nosotros, insondables por nuestras capacidades superficiales, y son motivo de nuestra admiraci�n, no de nuestra investigaci�n. Pero las cosas que son reveladas por Dios y su palabra, son el objeto propio de nuestras investigaciones, para que as� podamos conocer nuestro deber, y quedar�n libres de tales calamidades terribles como estos ahora mencionados.