Principalmente porque se les confi� los or�culos de Dios: las Escrituras, en las que hay promesas tan grandes y preciosas. Seguir�n otras prerrogativas, Romanos 9:4 . San Pablo aqu� destaca esto por el cual, despu�s de eliminar la objeci�n, los condenar� mucho m�s.
Pero, se puede objetar m�s, si nuestra injusticia est� subordinada a la gloria de Dios, �no es injusto en �l castigarnos por ello? Hablo como un hombre, como hablar�a la debilidad humana.
Dios no lo quiera, de ninguna manera. Si fuera injusto en Dios castigar esa injusticia que est� subordinada a su propia gloria, �c�mo deber�a Dios juzgar al mundo? Ya que toda la injusticia en el mundo alabar� la justicia de Dios.
Pero, que el objetor responda, si la verdad de Dios ha abundado ... Ha sido mostrada m�s abundantemente. Por mi mentira - Si mi mentira, es decir, la pr�ctica contraria a la verdad, conduce a la gloria de Dios, haciendo brillar su verdad con ventaja superior. �Por qu� todav�a soy juzgado como un pecador? �Se puede decir que esto es alg�n pecado? �No debo hacer lo que de otra manera ser�a malo, para que "venga tanto bien"? A esto, el ap�stol no se digna dar una respuesta directa, pero corta al objetor con una severa reprensi�n.
Cuya condenaci�n es justa - La condenaci�n de todos los que hablan o act�an de esta manera. As� que el ap�stol niega absolutamente la legalidad de "hacer el mal", cualquier mal, "para que venga el bien".
Entonces, �qu�? Aqu� resume lo que dijo, Romanos 3:1 . Bajo el pecado - Bajo la culpa y el poder de �l: los jud�os, al transgredir la ley escrita; los gentiles, al transgredir la ley de la naturaleza.
Como est� escrito: Que todos los hombres est�n bajo pecado se desprende de los vicios que han asolado todas las �pocas. San Pablo, por tanto, cita correctamente a David e Isa�as, aunque hablaron principalmente de su propia �poca, y expresaron qu� clase de hombres ve Dios, cuando "mira desde el cielo"; no lo que les hace por su gracia. No hay justo: esta es la proposici�n general. Los detalles siguen: sus disposiciones y dise�os, Romanos 3:11 ; su discurso, Romanos 3:13 ; sus acciones, Romanos 3:16 . Salmo 14:1 , etc.
Su garganta - Es repugnante y peligrosa como un sepulcro abierto. Observe el progreso del mal discurso, que sale del coraz�n, a trav�s de la garganta, la lengua, los labios, hasta que toda la boca se llena con ellos. El veneno de los �spides - Infeccioso, murmurador mortal, chismoso, mal hablante, est� debajo (porque la miel est� en) sus labios. Un �spid es una especie de serpiente venenosa. Salmo 5:9 ; Salmo 140:3 .
Cualquiera que sea la ley - El Antiguo Testamento. Dice: Dice a los que est�n bajo la ley: es decir, a los que poseen su autoridad; a los jud�os, y no a los gentiles. San Pablo no cit� ninguna escritura en su contra, sino que les suplic� s�lo desde la luz de la naturaleza. Toda boca - Llena de amargura, Romanos 3:14 , y sin embargo de jactancia, Romanos 3:27 .
Puede volverse culpable - Puede ser declarado culpable y aparentemente sujeto a la mayor�a de las condenas justas. Estas cosas fueron escritas en la antig�edad y fueron citadas por San Pablo, no para convertir a los hombres en criminales, sino para probarlo.
Ninguna carne ser� justificada: nadie ser� perdonado ni aceptado por Dios. Por las obras de la ley - Sobre esta base, que ha guardado la ley. San Pablo se refiere principalmente a la parte moral, Romanos 3:9 , Romanos 3:19 , Romanos 2:21 , Romanos 2:26 ; &C.
que por s� solo no est� abolido, Romanos 3:31 . Y no sin raz�n, menciona tan a menudo las obras de la ley, ya sean ceremoniales o morales; porque era en estos s�lo los jud�os confiaban, siendo totalmente ignorantes de los que brotan de la fe. Porque por la ley es solo el conocimiento del pecado, pero no la liberaci�n ni de la culpa ni del poder del mismo.
Pero ahora la justicia de Dios, es decir, la manera de llegar a ser justo que Dios ha designado. Sin la ley - Sin esa obediencia previa que exige la ley; sin referencia a la ley, ni dependencia de ella. Se manifiesta - En el evangelio. Estar atestiguado por la Ley misma y por los Profetas - Por todas las promesas del Antiguo Testamento.
Para todos: los jud�os. Y sobre todos, los gentiles que creen, porque no hay diferencia, ni en la necesidad de justificaci�n ni en la forma de la misma.
Por cuanto todos pecaron: en Ad�n y en su propia persona; por naturaleza pecaminosa, temperamento pecaminoso y acciones pecaminosas. Y est�n destituidos de la gloria de Dios, el fin supremo del hombre; menos de su imagen en la tierra, y del disfrute de �l en el cielo.
Y son justificados, perdonados y aceptados. Libremente - Sin ning�n m�rito propio. Por su gracia, no por su propia justicia u obras. Mediante la redenci�n: el precio que Cristo pag�. Libremente por su gracia - Una de estas expresiones podr�a haber servido para transmitir el significado del ap�stol; pero duplica su afirmaci�n para darnos la m�s completa convicci�n de la verdad y para impresionarnos con un sentido de su peculiar importancia.
No es posible encontrar palabras que deban excluir m�s absolutamente toda consideraci�n de nuestras propias obras y obediencia, o atribuir m�s enf�ticamente toda nuestra justificaci�n a la bondad gratuita e inmerecida.
A quien Dios ha puesto delante de los �ngeles y de los hombres. Una propiciaci�n: apaciguar a un Dios ofendido. Pero si, como algunos ense�an, Dios nunca se ofendi�, no hab�a necesidad de esta propiciaci�n. Y, si es as�, Cristo muri� en vano. Para declarar su justicia - Para demostrar no solo su clemencia, sino tambi�n su justicia; incluso esa justicia vengativa cuyo car�cter esencial y oficio principal es castigar el pecado. Por la remisi�n de los pecados pasados: todos los pecados anteriores a su fe.
Para una demostraci�n de su justicia, tanto de su justicia como de su misericordia. Para que �l sea justo, mostrando su justicia sobre su propio Hijo. Y, sin embargo, el misericordioso justificador de todo aquel que cree en Jes�s. Para que �l sea justo - Podr�a evidenciar que �l mismo es estricta e inviolablemente justo en la administraci�n de su gobierno, incluso mientras es el misericordioso justificador del pecador que cree en Jes�s.
El atributo de la justicia debe conservarse intacto; e inviolable se conserva, si hubo una verdadera imposici�n de castigo a nuestro Salvador. En este plan todos los atributos armonizan; cada atributo es glorificado, y ninguno reemplaza, ni siquiera se nubla.
�D�nde est� entonces la jactancia del jud�o contra el gentil? Est� excluido. �Por qu� ley? de obras? No, esto habr�a dejado espacio para la jactancia. Pero por la ley de la fe - Dado que esto requiere que todos, sin distinci�n, se apliquen como pecadores culpables e indefensos, a la misericordia gratuita de Dios en Cristo. La ley de la fe es esa constituci�n divina que hace que la fe, no las obras, sea la condici�n de la aceptaci�n.
Concluimos entonces que el hombre es justificado por la fe - E incluso por esto, no como una obra, sino como recibe a Cristo; y, en consecuencia, tiene algo esencialmente diferente de todas nuestras obras.
Establecemos la ley - Tanto la autoridad, la pureza y el fin de ella; defendiendo lo que da fe de la ley; se�alando a Cristo, el final de la misma; y mostrando c�mo puede cumplirse en su pureza.
Declaración de derechos de autor Estos archivos están en dominio público y son un derivado de una edición electrónica disponible en el sitio web de la Biblioteca Eterna de Clásicos Cristianos.
Información bibliográfica Wesley, Juan. "Comentario sobre Romans 3". "Notas Explicativas de Juan Wesley sobre Toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/wen/romans-3.html. 1765.
Versículo 1
�Cu�l, entonces, dir�n algunos, es la ventaja del jud�o, o de la circuncisi�n, es decir, los que est�n circuncidados, sobre los gentiles?
Versículo 2
Principalmente porque se les confi� los or�culos de Dios: las Escrituras, en las que hay promesas tan grandes y preciosas. Seguir�n otras prerrogativas, Romanos 9:4 . San Pablo aqu� destaca esto por el cual, despu�s de eliminar la objeci�n, los condenar� mucho m�s.
Versículo 3
�Acaso su incredulidad anular� la fidelidad de Dios? �No cumplir� a�n sus promesas a los que creen?
Versículo 4
Salmo 2:4 .
Versículo 5
Pero, se puede objetar m�s, si nuestra injusticia est� subordinada a la gloria de Dios, �no es injusto en �l castigarnos por ello? Hablo como un hombre, como hablar�a la debilidad humana.
Versículo 6
Dios no lo quiera, de ninguna manera. Si fuera injusto en Dios castigar esa injusticia que est� subordinada a su propia gloria, �c�mo deber�a Dios juzgar al mundo? Ya que toda la injusticia en el mundo alabar� la justicia de Dios.
Versículo 7
Pero, que el objetor responda, si la verdad de Dios ha abundado ... Ha sido mostrada m�s abundantemente. Por mi mentira - Si mi mentira, es decir, la pr�ctica contraria a la verdad, conduce a la gloria de Dios, haciendo brillar su verdad con ventaja superior. �Por qu� todav�a soy juzgado como un pecador? �Se puede decir que esto es alg�n pecado? �No debo hacer lo que de otra manera ser�a malo, para que "venga tanto bien"? A esto, el ap�stol no se digna dar una respuesta directa, pero corta al objetor con una severa reprensi�n.
Versículo 8
Cuya condenaci�n es justa - La condenaci�n de todos los que hablan o act�an de esta manera. As� que el ap�stol niega absolutamente la legalidad de "hacer el mal", cualquier mal, "para que venga el bien".
Versículo 9
Entonces, �qu�? Aqu� resume lo que dijo, Romanos 3:1 . Bajo el pecado - Bajo la culpa y el poder de �l: los jud�os, al transgredir la ley escrita; los gentiles, al transgredir la ley de la naturaleza.
Versículo 10
Como est� escrito: Que todos los hombres est�n bajo pecado se desprende de los vicios que han asolado todas las �pocas. San Pablo, por tanto, cita correctamente a David e Isa�as, aunque hablaron principalmente de su propia �poca, y expresaron qu� clase de hombres ve Dios, cuando "mira desde el cielo"; no lo que les hace por su gracia. No hay justo: esta es la proposici�n general. Los detalles siguen: sus disposiciones y dise�os, Romanos 3:11 ; su discurso, Romanos 3:13 ; sus acciones, Romanos 3:16 . Salmo 14:1 , etc.
Versículo 11
No hay quien entienda - Las cosas de Dios.
Versículo 12
Todos se han desviado del buen camino. Se han vuelto in�tiles: impotentes indefensos, incapaces de beneficiarse a s� mismos ni a los dem�s.
Versículo 13
Su garganta - Es repugnante y peligrosa como un sepulcro abierto. Observe el progreso del mal discurso, que sale del coraz�n, a trav�s de la garganta, la lengua, los labios, hasta que toda la boca se llena con ellos. El veneno de los �spides - Infeccioso, murmurador mortal, chismoso, mal hablante, est� debajo (porque la miel est� en) sus labios. Un �spid es una especie de serpiente venenosa. Salmo 5:9 ; Salmo 140:3 .
Versículo 14
Maldecir - Contra Dios. Amargura - Contra su vecino. Salmo 10:7 .
Versículo 15
Isa�as 59:7
Versículo 17
De paz, que solo puede brotar de la justicia.
Versículo 18
El temor de Dios no est� ante sus ojos, mucho menos el amor de Dios en su coraz�n. Salmo 36:1 .
Versículo 19
Cualquiera que sea la ley - El Antiguo Testamento. Dice: Dice a los que est�n bajo la ley: es decir, a los que poseen su autoridad; a los jud�os, y no a los gentiles. San Pablo no cit� ninguna escritura en su contra, sino que les suplic� s�lo desde la luz de la naturaleza. Toda boca - Llena de amargura, Romanos 3:14 , y sin embargo de jactancia, Romanos 3:27 .
Puede volverse culpable - Puede ser declarado culpable y aparentemente sujeto a la mayor�a de las condenas justas. Estas cosas fueron escritas en la antig�edad y fueron citadas por San Pablo, no para convertir a los hombres en criminales, sino para probarlo.
Versículo 20
Ninguna carne ser� justificada: nadie ser� perdonado ni aceptado por Dios. Por las obras de la ley - Sobre esta base, que ha guardado la ley. San Pablo se refiere principalmente a la parte moral, Romanos 3:9 , Romanos 3:19 , Romanos 2:21 , Romanos 2:26 ; &C.
que por s� solo no est� abolido, Romanos 3:31 . Y no sin raz�n, menciona tan a menudo las obras de la ley, ya sean ceremoniales o morales; porque era en estos s�lo los jud�os confiaban, siendo totalmente ignorantes de los que brotan de la fe. Porque por la ley es solo el conocimiento del pecado, pero no la liberaci�n ni de la culpa ni del poder del mismo.
Versículo 21
Pero ahora la justicia de Dios, es decir, la manera de llegar a ser justo que Dios ha designado. Sin la ley - Sin esa obediencia previa que exige la ley; sin referencia a la ley, ni dependencia de ella. Se manifiesta - En el evangelio. Estar atestiguado por la Ley misma y por los Profetas - Por todas las promesas del Antiguo Testamento.
Versículo 22
Para todos: los jud�os. Y sobre todos, los gentiles que creen, porque no hay diferencia, ni en la necesidad de justificaci�n ni en la forma de la misma.
Versículo 23
Por cuanto todos pecaron: en Ad�n y en su propia persona; por naturaleza pecaminosa, temperamento pecaminoso y acciones pecaminosas. Y est�n destituidos de la gloria de Dios, el fin supremo del hombre; menos de su imagen en la tierra, y del disfrute de �l en el cielo.
Versículo 24
Y son justificados, perdonados y aceptados. Libremente - Sin ning�n m�rito propio. Por su gracia, no por su propia justicia u obras. Mediante la redenci�n: el precio que Cristo pag�. Libremente por su gracia - Una de estas expresiones podr�a haber servido para transmitir el significado del ap�stol; pero duplica su afirmaci�n para darnos la m�s completa convicci�n de la verdad y para impresionarnos con un sentido de su peculiar importancia.
No es posible encontrar palabras que deban excluir m�s absolutamente toda consideraci�n de nuestras propias obras y obediencia, o atribuir m�s enf�ticamente toda nuestra justificaci�n a la bondad gratuita e inmerecida.
Versículo 25
A quien Dios ha puesto delante de los �ngeles y de los hombres. Una propiciaci�n: apaciguar a un Dios ofendido. Pero si, como algunos ense�an, Dios nunca se ofendi�, no hab�a necesidad de esta propiciaci�n. Y, si es as�, Cristo muri� en vano. Para declarar su justicia - Para demostrar no solo su clemencia, sino tambi�n su justicia; incluso esa justicia vengativa cuyo car�cter esencial y oficio principal es castigar el pecado. Por la remisi�n de los pecados pasados: todos los pecados anteriores a su fe.
Versículo 26
Para una demostraci�n de su justicia, tanto de su justicia como de su misericordia. Para que �l sea justo, mostrando su justicia sobre su propio Hijo. Y, sin embargo, el misericordioso justificador de todo aquel que cree en Jes�s. Para que �l sea justo - Podr�a evidenciar que �l mismo es estricta e inviolablemente justo en la administraci�n de su gobierno, incluso mientras es el misericordioso justificador del pecador que cree en Jes�s.
El atributo de la justicia debe conservarse intacto; e inviolable se conserva, si hubo una verdadera imposici�n de castigo a nuestro Salvador. En este plan todos los atributos armonizan; cada atributo es glorificado, y ninguno reemplaza, ni siquiera se nubla.
Versículo 27
�D�nde est� entonces la jactancia del jud�o contra el gentil? Est� excluido. �Por qu� ley? de obras? No, esto habr�a dejado espacio para la jactancia. Pero por la ley de la fe - Dado que esto requiere que todos, sin distinci�n, se apliquen como pecadores culpables e indefensos, a la misericordia gratuita de Dios en Cristo. La ley de la fe es esa constituci�n divina que hace que la fe, no las obras, sea la condici�n de la aceptaci�n.
Versículo 28
Concluimos entonces que el hombre es justificado por la fe - E incluso por esto, no como una obra, sino como recibe a Cristo; y, en consecuencia, tiene algo esencialmente diferente de todas nuestras obras.
Versículo 29
Ciertamente tambi�n de los gentiles - Como muestran la naturaleza y las Escrituras.
Versículo 30
Viendo que es un Dios que - Muestra misericordia a ambos, y por los mismos medios.
Versículo 31
Establecemos la ley - Tanto la autoridad, la pureza y el fin de ella; defendiendo lo que da fe de la ley; se�alando a Cristo, el final de la misma; y mostrando c�mo puede cumplirse en su pureza.